Generación Del 98
Generación Del 98
Generación Del 98
La Generacin del 98 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas espaoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, poltica y social acarreada en Espaa por la derrota militar en la Guerra Hispano-Estadounidense y la consiguiente prdida de Puerto Rico, Guam, Cuba y las Filipinas en 1898. Todos los autores y grandes poetas englobados en esta generacin nacen entre 1864 y 1876. Se inspiraron en la corriente crtica del canovismo denominada regeneracionismo y ofrecieron una visin artstica en conjunto en La generacin del 98. Clsicos y modernos. Estos autores, a partir del denominado Grupo de los Tres (Baroja, Azorn y Maeztu), comenzaron a escribir en una vena juvenil hipercrtica e izquierdista que ms tarde se orientar a una concepcin tradicional de lo viejo y lo nuevo. Pronto, sin embargo, sigui la polmica: Po Baroja y Ramiro de Maeztu negaron la existencia de tal generacin, y ms tarde Pedro Salinas la afirm, tras minucioso anlisis, en sus cursos universitarios y en un breve artculo aparecido en Revista de Occidente (diciembre de 1935), siguiendo el concepto de generacin literaria definido por el crtico literario alemn Julius Petersen; este artculo apareci luego en su Literatura espaola. Siglo XX (1949).
Jos Ortega y Gasset distingui dos generaciones en torno a las fechas de 1857 y 1872, una integrada por Ganivet y Unamuno y otra por los miembros ms jvenes. Su discpulo Julin Maras, utilizando el concepto de generacin histrica, y la fecha central de 1871, estableci que pertenecen a ella Miguel de Unamuno, ngel Ganivet, Valle-Incln, Jacinto Benavente, Carlos Arniches, Vicente Blasco Ibez, Gabriel y Galn, Manuel Gmez Moreno, Miguel Asn Palacios, Serafn lvarez Quintero, Po Baroja, Azorn, Joaqun lvarez Quintero, Ramiro de Maeztu, Manuel Machado, Antonio Machado y Francisco Villaespesa.
La crtica al concepto de generacin fue realizada inicialmente por Juan Ramn Jimnez en un curso dictado en los aos 50 en la Universidad de Puerto Rico (Ro Piedras), y luego por un importante grupo de crticos que va desde Federico de Ons, Ricardo Gulln, Allen W. Phillips, Yvan Shulman, y termina con las ltimas aportaciones de Jos Carlos Mainer, Germn Gulln, entre otros.
Todos ellos han puesto en duda la oposicin del concepto de generacin del 98 y de modernismo. Ramn Menndez Pidal. Ramn Mara del Valle-Incln, el hijo prdigo de la Generacin del 98.
Formado inicialmente por el llamado Grupo de los Tres (Baroja, Azorn y Maeztu), entre sus integrantes ms significativos de este grupo podemos citar a ngel Ganivet, Miguel de Unamuno, Enrique de Mesa, Ramiro de Maeztu, Azorn, Antonio Machado, los hermanos Po y Ricardo Baroja, Ramn Mara del Valle-Incln y el fillogo Ramn Menndez Pidal. Algunos incluyen tambin a Vicente Blasco Ibez, que por su esttica puede considerarse ms bien un escritor del Naturalismo, y tambin al dramaturgo Jacinto Benavente. No debe incluirse a Jos Ortega y Gasset, que es considerado casi unnimemente como perteneciente al Novecentismo.[cita requerida]
Artistas de otras disciplinas pueden tambin considerarse dentro de esta esttica, como por ejemplo los pintores Ignacio Zuloaga y Ricardo Baroja, tambin escritor este ltimo. Entre los msicos destacan Isaac Albniz y Enrique Granados.
Miembro menos destacados de esta generacin fueron Ciro Bayo y Segurola (18591959), el periodista Manuel Bueno (18731936), Mauricio Lpez-Roberts, Luis Ruiz Contreras (18631953), Rafael Urbano (18701924) y muchos otros.
La mayora de los textos escritos durante esta poca literaria se produjeron en los aos inmediatamente posteriores a 1910 y estn siempre marcados por la autojustificacin de los radicalismos y rebeldas juveniles (Machado en los ltimos poemas incorporados a Campos de Castilla, Unamuno en sus artculos escritos durante la I Guerra Mundial o en la obra ensaystica de Po Baroja). [editar] Centros de reunin Fotografa de Po Baroja.
Benavente y Valle-Incln presidan tertulias en el Caf de Madrid; la frecuentaban Rubn Daro, Maeztu y Ricardo Baroja. Poco despus Benavente
y sus seguidores se fueron a la Cervecera Inglesa, mientras que Valle-Incln, los hermanos Machado, Azorn y Po Baroja tomaban el Caf de Fornos. El ingenio de Valle-Incln le llev luego a presidir la del Caf Lyon d'Or y la del nuevo Caf de Levante, sin duda alguna la que congreg a mayor nmero de participantes. [editar] Revistas
Los autores del 98 se agruparon en torno a algunas revistas caractersticas. Don Quijote (18921902), Germinal (18971899), Vida Nueva (18981900), Revista Nueva (1899), Plenitud (19011902), Electra (1901), Helios (1903 1904), Alma Espaola (19031905) y Los Helechos ( 18941895). [editar] Libros de memorias
No fueron muy aficionados los autores del 98 a hablar de sus compaeros. Po Baroja dej bastantes recuerdos de ellos en dos libros de memorias, Juventud, egolatra y Desde la ltima vuelta del camino. Ricardo Baroja hizo lo propio en Gente del 98. Unamuno dej varios textos autobiogrficos sobre su juventud, pero pocos sobre su edad madura. [editar] Caractersticas
Los autores de la generacin mantuvieron, al menos al principio, una estrecha amistad y se opusieron a la Espaa de la Restauracin; Pedro Salinas ha analizado hasta qu punto pueden considerarse verdaderamente una generacin historiogrficamente hablando. Lo indiscutible es que comparten una serie de puntos en comn: Friedrich Nietzsche. Fotografa de Gustav Schultze. Nietzsche fue una influencia importante para muchos escritores del 98.
1. Distinguieron entre una Espaa real miserable y otra Espaa oficial falsa y aparente. Su preocupacin por la identidad de lo espaol est en el origen del llamado debate sobre el Ser de Espaa, que continu aun en las siguientes generaciones. 2. Sienten un gran inters y amor por la Castilla miserable de los pueblos abandonados y polvorientos; revalorizan su paisaje y sus tradiciones, su
lenguaje castizo y espontneo. Recorren las dos mesetas escribiendo libros de viajes y resucitan y estudian los mitos literarios espaoles y el Romancero. 3. Rompen y renuevan los moldes clsicos de los gneros literarios, creando nuevas formas en todos ellos. En la narrativa, la nivola unamuniana, la novela impresionista y lrica de Azorn, que experimenta con el espacio y el tiempo y hace vivir al mismo personaje en varias pocas; la novela abierta y disgregada de Baroja, influida por el folletn, o la novela casi teatral y cinematogrfica de Valle-Incln. En el teatro, el esperpento y el expresionismo de Valle-Incln o los dramas filosficos de Unamuno. 4. Rechazan la esttica del Realismo y su estilo de frase amplia, de elaboracin retrica y de carcter menudo y detallista, prefiriendo un lenguaje ms cercano a la lengua de la calle, de sintaxis ms corta y carcter impresionista; recuperaron las palabras tradicionales y castizas campesinas. 5. Intentaron aclimatar en Espaa las corrientes filosficas del Irracionalismo europeo, en particular de Friedrich Nietzsche (Azorn, Maeztu, Baroja, Unamuno), Arthur Schopenhauer (especialmente en Baroja), Sren Kierkegaard (en Unamuno) y Henri Bergson (Antonio Machado). 6. El pesimismo es la actitud ms corriente entre ellos y la actitud crtica y descontentadiza les hace simpatizar con romnticos como Mariano Jos de Larra, al que dedicaron un homenaje. 7. Ideolgicamente comparten las tesis del Regeneracionismo, en particular de Joaqun Costa, que ilustran de forma artstica y subjetiva.
Por un lado, los intelectuales ms modernos, secundados a veces por los propios autores criticados, sostenan que la generacin del 98 se caracteriz por un aumento del egotismo, por un precoz y morboso sentimiento de frustracin, por la exageracin neorromntica de lo individual y por su imitacin servil de las modas europeas del momento.
Por otra parte, para los escritores de la izquierda revolucionaria de los aos treinta, la interpretacin negativa de la rebelda noventayochesca se une a una fundamentacin ideolgica: el espritu finisecular de protesta responde al sarampin juvenil de un sector de la pequea burguesa intelectual, condenado a refluir en una actitud espiritualista y equvoca, nacionalista y antiprogresiva. Ramn J. Sender mantena todava en 1971 la misma tesis (aunque con supuestos diferentes).
Los problemas a la hora de definir a la generacin del 98 siempre han sido (y son) numerosos ya que no se puede abarcar la totalidad de experiencias artsticas de una extensa trayectoria temporal. La realidad del momento era muy compleja y no permite entender la generacin basndose en la vivencia comn de unos mismos hechos histricos (ingrediente bsico de un hecho generacional). Esto se debe a un triple motivo:
La crisis poltica de finales del siglo XIX afect a bastantes ms escritores que los englobados en la generacin del 98. No se puede restringir la experiencia histrica de los autores nacidos entre 1864 y 1875 (fechas de nacimiento de Unamuno y Machado) al resentimiento nacionalista producido por la prdida de las colonias. Se afianzaba adems por aquellos aos en Espaa una comunidad social y econmica casi moderna. El auge del republicanismo y la pugna anticlerical (19001910), as como importantes huelgas, sindicalismo, movilizaciones obreras o atentados anarquistas.
Sin embargo cabe preguntarse, cmo es que la generacin del 98 no tom nombre del Modernismo, ya que surgen paralelamente y persiguen metas parecidas? [editar] Contexto histrico Caricatura de Ramiro de Maeztu publicada en la revista El Nuevo Mundo el 8 de octubre de 1920.
Los aos comprendidos entre 1875 y 1898 son de hasto creativo debido al proyecto de la Restauracin de Cnovas. Cuando Espaa pierde en 1898 las colonias la sociedad vuelve a poner el dedo en la llaga de la Revolucin de la Gloriosa. La literatura del Realismo se halla anquilosada y, pese a su estabilidad, la vida poltica se encuentra corrompida por la oligarqua, el caciquismo y el rgimen de turno de partidos, que se est descomponiendo en banderas internas en el seno de los grandes partidos progresista y conservador, mientras que un tercer gran partido, el democrtico, permanece marginado y ninguneado por el reparto canovista del poder. Las perspectivas profesionales de los escritores noventayochistas haban alcanzado su cima (o estaban hacindolo). Los ms viejos se acercan a la edad de Galds y los ms jvenes a la de Unamuno. Esto significa, en contraste con la generacin del 98,
Lo importante de considerarlos en conjunto es el hecho de que han vivido dos pocas emocional e intelectualmente distintas.
La revolucionaria: efervescencia ideolgica, afn de reforma y confianza en la virtud correctora de los programas polticos. La restauradora: atona de los espritus, el apocamiento con que se abordan ineludibles problemas, la sospecha que inspira toda idea de cambio y la creciente desconfianza en la poltica vigente.
Se trata pues de hombres doblemente engaados ya que vieron fracasar dos estructuras polticas de cariz contradictorio (Revolucin y Restauracin). De estos dos experimentos polticos los intelectuales del 98 sacaron una misma conclusin: la urgencia de buscar en zonas de pensamiento y actividad ajenas a la poltica los medios de rescatar a Espaa de su progresiva catalepsia [muerte aparente].
La primera repulsa intelectual tuvo lugar en los albores de la Restauracin. En 1876 Francisco Giner de los Ros funda la Institucin Libre de Enseanza. Su tarea constituye el repudio indirecto de la enseanza oficial, probadamente ineficaz e insuficiente en aqulla poca, y sujeta a la agobiante tutela de los intereses polticos y religiosos.
Se plante entonces el problema de la personalidad histrica de Espaa (as como lo hiciesen en Francia poco antes tras la derrota de Sedn). Unamuno estudi el casticismo, Ricardo Macas Picavea la prdida de la personalidad, Rafael Altamira la psicologa del pueblo espaol, Joaqun Costa la personalidad histrica de Espaa Anlogos europeos
El quietismo de Unamuno remite a los problemas vividos por Andr Gide. El teatro galaico de Valle-Incln parece resonar en el teatro irlands de los aos 20. Azorn rene la sensibilidad reaccionaria para el pasado cultural (tpica de Italia) y teatral. El periodismo en tanto prctica literaria habitual y la condicin intelectual en tanto talante personal desarrollan una nueva modalidad ensaystica, ajustada a una temtica en la que la evocacin o lo confesional enmarcan temas de reflexin muy caractersticos.
La crisis de la novela o del teatro son vividas con peculiar intensidad en la nivola unamuniana, el desmoronamiento del relato en Azorn o por la peculiar teora narrativa de Baroja. Autores
Naci en Bilbao en 1864. Estudi Filosofa y Letras en Madrid y fue catedrtico de griego en la Universidad de Salamanca donde ejerci muchos aos como rector. A causa de su oposicin a la Dictadura de Primo de Rivera, fue desterrado a la isla de Fuerteventura. Regres en 1930 a Salamanca donde muri el 31 de diciembre de 1936.
Unamuno es el escritor ms representativo del 98 y todos sus compaeros de Generacin admiraron y respetaron su formidable y contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo apasionado.
Toda su obra est llena de preocupacin y problemtica filosfica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna que permita al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la bsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra.
Su estilo no tiene un claro propsito artstico; es seco, robusto y no siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ah que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estn ordenados, sino en un continuo movimiento de vaivn. Su vehemencia hace que utilice cadenas de sinnimos como si con una sola palabra no bastara para expresar todo su complejo y rico mundo interior.
La novela es el gnero que utiliza para expresar sus propios problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido trgico de la vida y la lucha entre la razn y la fe. Destacan: La ta Tula, Abel Snchez, San Manuel Bueno, mrtir, Niebla. En poesa deja ver su honda preocupacin religiosa. El Cristo de Velzquez, Teresa, Cancionero. Ensayos y artculos en los que Unamuno expone sus preocupaciones patriticas y el futuro del hombre ms all de la muerte. Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trgico de la vida, La agona del cristianismo. Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte. Dramas. Soledad, Raquel, El otro.
Vida de Don Quijote y Sancho (Miguel de Unamuno) Puedes leer un pequeo fragmento de la introduccin de la Vida de Don Quijote y Sancho, un largo ensayo en el que el autor comenta pasajes de la novela tan importante de Cervantes e interpreta a sus dos protagonistas como smbolos del alma espaola.
Me preguntas, mi buen amigo, si s la manera de desencadenar un delirio, un vrtigo, una locura cualquiera sobre estas pobres muchedumbres ordenadas y tranquilas que nacen, comen, duermen, se reproducen y mueren.
... Esto es una miseria, una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y cuando alguno trata de agitar aisladamente este o aquel problema, una u otra cuestin, se lo atribuyen o a negocio o a afn de notoriedad y ansia de singularizarse.
No se comprende aqu ya ni la locura. Hasta al loco creen y dicen que lo ser por tenerle su cuenta y razn. Lo de la razn de la sinrazn es ya un hecho para todos esos miserables. Si nuestro Seor Don Quijote resucitara y volviese a esta su Espaa, andaran buscndole una segunda intencin a sus nobles desvaros. Si uno denuncia un abuso, persigue la injusticia, fustiga la ramplonera, se preguntan los esclavos: Qu ir buscando en eso? A qu aspira? Unas veces creen y dicen que lo hace para que le tapen la boca con oro; otras que es por ruines sentimientos y bajas pasiones de vengativo o envidioso; otras que lo hacen no ms sino por meter ruido y que de l se hable, por vanagloria; otras que lo hace por divertirse y pasar el tiempo, por deporte. Lstima grande que a tan pocos les d por deportes semejantes!
Fjate y observa. Ante un acto cualquiera de generosidad, de herosmo, de locura, a todos estos estpidos bachilleres, curas y barberos de hoy no se les ocurre sino preguntarse: Por qu lo har? Y en cuanto creen haber descubierto la razn del acto -sea o no la que ellos suponen- se dicen: Bah!, lo ha hecho por esto o por lo otro. En cuanto una cosa tiene razn de ser y ellos la conocen, perdi todo su valor la cosa. Para eso les sirve la lgica, la cochina lgica.
Comprender es perdonar, se ha dicho. Y esos miserables necesitan comprender para perdonar el que se les humille, el que con hechos o palabras se les eche en cara su miseria, sin hablarles de ella.
Han llegado a preguntarse estpidamente para qu hizo Dios, el mundo, y se han contestado a s mismos: para su gloria!, y se han quedado tan orondos y satisfechos, como si los muy majaderos supieran qu es eso de la gloria de Dios.
Azorn
Se llamaba Jos Martnez Ruiz. Naci en Monvar (Alicante) en 1873 y vivi en Madrid dedicndose al periodismo y a la literatura. Pasada su juventud vivi una vida tranquila sin hechos destacables y muri en 1967.
Sinti profundamente los problemas de Espaa y centr su atencin en Castilla: sus pueblos, sus hombres, su paisaje y su pasado histrico y literario.
Su estilo es muy personal, llamando poderosamente la atencin su arte descriptivo. Es capaz de percibir los ms mnimos e inslitos detalles de la realidad. Se vale de una tcnica impresionista muy cercana a la utilizada por la pintura o por el cine, que consiste en seleccionar unos cuantos detalles significativos de lo que quiere describir para darnos, a travs de ellos, la esencia ntima de la realidad descrita.
Su prosa, de estilo inconfundible, se caracteriza por una elegante, primorosa y elaborada sencillez. La sintaxis es simple: frases cortas, normalmente coordinadas o yuxtapuestas. El lxico, por el contrario, tiene gran riqueza y precisin.
Novelas: La voluntad, Antonio Azorn, Las confesiones de un pequeo filsofo. Ensayos: Al margen de los clsicos, La ruta de Don Quijote. Libros de paisajes: Los pueblos, Castilla. Teatro: Old Spain, Lo invisible.
Castilla (Azorn) Este texto pertenece a uno de sus libros de ensayos: Castilla, en el que como dice el propio Azorn "pretende aprisionar una partcula del espritu de Castilla".
En el fragmento nos describe, con frases muy breves, la sequedad y decrepitud de esta vieja y sufrida regin. La lejana del mar aparece casi en cada frase acentuando, por contraste, la sequedad castellana
No puede ver el mar la solitaria y melanclica Castilla. Est muy lejos el mar de estas campias llanas, rasas, yermas, polvorientas; de estos barrancales pedregosos; de estos terrazgos rojizos, en que los aluviones torrenciales han abierto hondas mellas; mansos alcores y terreros, desde donde se divisa un caminito que va en zigzag hasta un riachuelo. Las auras marinas no llegan hasta esos poblados pardos de casuchas deleznables, que tienen un bosquecillo de chopos junto al ejido. Desde la ventana de este sobrado, en lo alto de la casa, no se ve la extensin azul y vagarosa; se columbra all en una colina con los cipreses rgidos, negros, a los lados, que destacan sobre el cielo lmpido. A esta olmeda que se abre a la salida de la vieja ciudad no llega el rumor rtmico y ronco del oleaje; llega en el silencio de la maana, en la paz azul del medioda, el cacareo metlico, largo, de un gallo, el golpear sobre el yunque de una herrera. Estos labriegos secos, de faces polvorientas, cetrinas, no contemplan el mar; ven la llanada de las mieses, miran sin verla la largura montona de los surcos en los bancales. Estas viejecitas de luto, con sus manos pajizas, sarmentosas, no encienden cuando llega el crepsculo una luz ante la imagen de una Virgen que vela por los que salen en las barcas; van por las callejas pinas y tortuosas a las novenas, miran al cielo en los das borrascosos y piden, juntando sus manos, no que se aplaquen las olas, sino que las nubes no despidan granizos asoladores.
Po Baroja
Naci en San Sebastin en 1872; muri en Madrid en 1956. Fue mdico pero abandon su carrera para dedicarse a la literatura. Viaj mucho; sin embargo, su vida fue bastante tranquila. Baroja fue un hombre solitario, independiente y profundamente sincero. Su visin de la realidad espaola es amarga y pesimista, lo cual se refleja en sus obras, pero tambin se plasma su espritu sensible lleno de humor y, a veces, de ternura. Critica claramente los vicios que aquejan a los espaoles con una marcada intencin reformista.
Todas las obras de Baroja pertenecen al gnero narrativo: novelas, cuentos y narraciones cortas. Su estilo es vigoroso, dinmico y expresivo. Irrespetuoso con las reglas gramaticales, no busca la correccin sintctica y lxica, sino la
sencillez y la expresividad. Sus personajes suelen ser rebeldes, arrojados e intrpidos en contraste con su falta total de fe en el mundo y en la accin.
Escribi sesenta y seis novelas adems de otras narraciones. Entre ellas destacan: La busca, Mala hierba, Aurora roja, La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacan el aventurero, Camino de perfeccin.
Cuando vi que el Stella Maris quedaba abandonado, se me ocurri el proyecto de ir hasta l y reconocerlo. Tena la ilusin de que, por una casualidad, pudiese quedar a flote. Al exponer mi plan a Zelayeta y Recalde les produjo a los dos un entusiasmo asombroso.
Decidimos esperar a que cesaran las lluvias; tuvimos que aguardar todo el invierno. Las fantasas que edificamos sobre el Stella Maris no tenan fin: lo pondramos a flote, llevaramos a bordo el can enterrado en la cueva prxima al ro, y nos alejaramos de Lzaro disparando caonazos.
Un da de marzo, sbado por la tarde, de buen tiempo, fijamos para el domingo siguiente nuestra expedicin.
Yo advert por la noche a mi madre que bamos los amigos a Elguea, y que no volveramos hasta la noche.
El domingo al amanecer, me levant de la cama, me vest y me dirig de prisa hacia el pueblo. Recalde y Zelayeta me esperaban en el muelle. Zelayeta dijo que quiz fuera mejor dejar la expedicin para otro da, porque el cielo estaba oscuro y la mar algo picada; pero Recalde afirm que aclarara.
Ya decididos, compramos queso, pan y una botella de vino en el Guezurrechape del muelle; bajamos al rincn de Cay Erdi donde guardaba sus lanchas Shacu; desatamos el Cachalote y nos lanzamos al mar. Llevbamos un ancla pequea de cuatro uas, atada a una cuerda, y un achicador consistente en una pala de madera para sacar agua.
El viento soplaba con fuerza, en rfagas violentas; las olas batan las rocas del Izarra produciendo un estruendo espantoso y llenndolas de espuma.
Pasamos por delante de Frayburu, la pea grande, negra, la hermana mayor de las rocas del Izarra, que desde el mar parece un torren en ruinas.
Comenzbamos a acercarnos al Stella Maris. El aspecto de la goleta con los mstiles rotos, tumbada sobre una banda como un animal herido en el corazn, era triste, lastimoso.
El mar chocaba contra las peas y sobre el costado del barco, produciendo un ruido violento como el de un trueno; las gaviotas comenzaban a revolotear en derredor nuestro, lanzando gritos salvajes.
Estbamos emocionados; Zelayeta y yo creo que hubiramos vuelto a Lzaro con mucho gusto, pero nada dijimos. Recalde no era de los que retroceden. Las dificultades y el peligro le excitaban. Proponindole volver no le hubiramos convencido, y, tcitamente, los dos ms reacios nos decidimos a obedecerle. Terco, pero sin arrebatos, Joshe Mari era hbil y marino de instinto.
Saba que haba un canalizo estrecho, de cuatro o cinco brazas, entre los arrecifes, y quera penetrar por l para acercarse a la goleta. Muchas veces enfilamos la entrada del canal; pero al ir a tomarlo nos desvibamos.
Y nosotros metamos las palas de los remos en el agua, resistiendo todo lo posible.
Hubo un instante en que no pudimos contrastar el impulso de una ola, y entramos en el canalizo rasando las rocas, envueltos en nubes de espuma, expuestos a hacernos pedazos.
Alrededor, cerca de nosotros, todo el mar estaba blanco; en cambio, por contraste, ms lejos pareca completamente negro.
La olas saltaban sobre las peas con tal fuerza que, al caer la espuma en copos blancos como nieve lquida, nos calaba la ropa.
A medida que avanzbamos en el canal, el mar iba quedando ms tranquilo; el agua verdosa, casi inmvil se cubra de meandros de plata.
Cuando nos vimos en seguridad nos miramos satisfechos. Zelayeta se puso a proa con el bichero y Recalde y yo, unas veces remando y otras empujando contra las rocas, avanzamos despacio. De pronto, Zelayeta grit, mientras apretaba con el bichero:
El bote iba rasando la roca. Nos detuvimos. Estbamos a veinte pasos del barco. Yo vi que de la popa colgaba una braza de cuerda; salt de pea en pea y comenc a escalar el Stella Maris a pulso.
Al asomarme por la borda, una bandada de pjaros y de gaviotas levant el vuelo, y tal impresin me hicieron que por poco me caigo al mar.
Algunas de aquellas furiosas aves me atacaban a picotazos y revoloteaban alrededor de m lanzando gritos agudos. Con un trozo de amarra pude defenderme y hacerlas huir.
-Qu pasa? -grit Recalde. -Nada -dije yo-. Son pjaros. Se puede subir. -Echa esa cuerda.
Les ech una cuerda, que ataron al Cachalote, y luego, saltando como yo, de una piedra a otra, subieron al barco.
Naci en Villanueva de Arosa (Pontevedra) en 1866 y muri en Santiago de Compostela en 1935. Despus de una accidentada estancia en Mxico, paso la mayor parte de su vida en Madrid; aunque siempre estuvo vinculado a su tierra gallega. Fue conocido tanto por el valor de su obra literaria como por su extraa figura: largas melenas y barbas, vestidos estrafalarios y gestos desmesurados de gran seor. Perdi su brazo izquierdo en una pelea. Dirigi en Roma la Academia Espaola de Bellas Artes.
Aunque estudiamos a Valle-Incln dentro de la Generacin del 98, no mostr ningn inters por muchos de los problemas ideolgicos que preocuparon a los hombres de su generacin. Sus preocupaciones son fundamentalmente estticas.
Cultiv todos los gneros literarios, pero destac en la novela y en el teatro. Demostr el magnfico dominio que posea sobre los recursos expresivos del idioma. Su estilo est marcado por dos etapas bien diferenciadas. Las obras de la primera estn escritas en una prosa refinada y exquisita, llena de
musicalidad y de sensaciones de color. La segunda se caracteriza por una visin pesimista de la realidad, que se expresa a travs de un lenguaje desgarrado y de un humor deformante. Crea los esperpentos: obras en las que deformaba sistemticamente la realidad mediante la creacin de personajes grotescos que se mueven en ambientes raros y sorprendentes.
- Novelas: Las cuatro Sonatas, Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antao. - Teatro: guila de blasn, Romance de lobos. - Poesa: El pasajero.
Los cruzados de la causa (Valle-Incln) Esta novela histrica tiene como tema las guerras carlistas. El autor sita la accin en su Galicia natal, lo que permite que pueda recrear de forma artstica el paisaje de su tierra, que tanto am. Esta novela pertenece a su primera poca, en la que, influenciado por el Modernismo, no se propone ser fiel a los acontecimientos histricos, sino crear un mundo de belleza.
En el fragmento puedes apreciar tres partes: La primera y la ltima nos sitan en el ambiente y lugar de los hechos. La parte central dialogada, nos comunica los acontecimientos. En el texto hay un ambiente de misterio dentro de una sensacin de belleza lograda a partir del vocabulario, la sonoridad de las palabras y el ritmo lento y pausado de las frases.
Caballeros en mulas y a un buen paso de andadura, iban dos hombres por aquel camino viejo que, atravesando el monte, remataba en Viana del Prior. A tiempo de anochecer entraban en la villa espoleando. Las mujerucas que salan del rosario, vindoles cruzar el cementerio con tal prisa, los atisbaron curiosas sin poder reconocerlos, por ir encapuchados los jinetes con las corazas de juncos que usa la gente vaquera en el tiempo de lluvias por toda aquella tierra antigua. Pasaron los jinetes con hueco estrpito sobre las sepulturas del atrio, y las mujerucas quedronse murmurando apretujadas bajo el porche, ya negro a pesar del farol que alumbraba el nicho de un santo de piedra. Voces de viejas murmuraban bajo el misterio de los manteos:
-Esperaban, das hace, al seor mi Marqus. Viene para levantar una guerra por el Rey Don Carlos.
-El sacristn no se fue solo, que con l se partieron cuatro mozos de la aldea de Bealo. A todos los andan persiguiendo.
-No quedar quien labre las tierras. Aquellos mozos que no van a la guerra por la su fe, luego se van por la fuerza a servir en los batallones del otro Rey.
-Brbara la Roja, que tiene al marido contrabandista, va diciendo por ah que el sacristn dejse ver con una partida en la raya de Portugal.
-No hay plaga ms temerosa que la guerra que se hacen los reyes!
-Son reyes de distinta ley. Uno bueno cristiano, que anda en la campaa y se sienta a comer el pan con sus soldados. El otro, como moro, con ms de cien mujeres, nunca pone el pie fuera de su gran palacio de la Castilla.
Amenguaba la lluvia, y las viejas dejaron el abrigo del porche, encorvadas bajo los manteos, chocleando los zuecos. Se dispersaron, y algunas pudieron ver que estaban iluminadas las grandes salas del Palacio de Bradomn. El Marqus acababa de descabalgar ante la puerta que an conservaba, partidas en dos pedazos, las cadenas del derecho de asilo. El caballero legitimista vena enfermo, a convalecerse en aquel retiro de una herida alcanzada en la guerra.
Antonio Machado
Naci en Sevilla en 1875; pero siendo an muy pequeo se traslad a Madrid con su familia. Fue profesor de Francs en los institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid. Cuando viva en Soria, se cas con Leonor Izquierdo. Consigui un beca para ampliar sus estudios en Pars, pero tuvo que regresar a causa de la enfermedad de su esposa. Su muerte caus en el poeta un gran dolor que marc toda su vida. Al estallar la guerra civil espaola, su espritu liberal y republicano hicieron que apoyara la causa del pueblo con su verso y
con su ejemplo. En los ltimos das de la guerra, como tantos otros, march a un pequeo pueblo de Francia llamado Collioure, donde muri en 1939.
La poesa de Antonio Machado gira en trono a tres temas principales: la intimidad del poeta, el paisaje o mundo exterior a l y su amor por Leonor, muerta al poco de casarse.
Su mundo interior est hecho de recuerdos, aoranzas, ensueos (mundos imaginarios creados por el deseo y la soledad); y por el sentimiento del paso del tiempo. El paisaje es Castilla y es Andaluca, porque vivi en ambos lugares; son las gentes castellanas, su historia pasada y su vida presente. Tambin es la realidad nacional vista con sentido crtico. El amor de su mujer hace que salga por algn tiempo de su soledad y ensimismamiento. Pero vuelve a ellos cuando Leonor muere.
Entre sus obras en verso y con caractersticas modernistas escribi Soledades, Soledades, galeras y otros poemas. Con marcada influencia del 98 elabor Campos de Castilla.
Tambin escribi teatro: La Lola se va a los puertos; y prosa: Juan de Mairena, Abel Martn.