La Generación Del 98

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LA GENERACIÓN DEL 98. CARÁCTERÍSTICAS.

PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS.

Generación del 98. Características. Principales autores y obras.

1. La Generación del 98: definición y características.

2. La poesía de Miguel de Unamuno y de Antonio Machado.

3. La prosa (narrativa y ensayística): Pío Baroja, Azorín, Valle-Inclán y Miguel de Unamuno.

Autores para la cuestión quinta: Antonio Machado (poesía) y Miguel de Unamuno (prosa).

1. LA GENERACIÓN DEL 98: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS.

Dos circunstancias provocan la irrupción de una nueva estética en el panorama intelectual


y literario español: el ambiente de crisis política, económica y moral que se vivía a finales del
XIX, agudizado por la pérdida de las últimas colonias en Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898;
y el agotamiento de los temas y formas de la literatura del siglo anterior.

Junto a los modernistas, florecen autores que se han encuadrado bajo la denominación de
GENERACIÓN O GRUPO DEL 98. Fue Azorín quien propuso tal denominación en un
estudio titulado: Clásicos y modernos en 1913. En este designa a un grupo de escritores,
denominado Grupo de los Tres, que compartían inquietudes y actitudes de protesta, además de
una profunda preocupación por España. Estos tres escritores, Azorín, Pío Baroja y Ramiro de
Maeztu, firmaron un manifiesto en 1901 denunciando esta situación (desean contribuir “a la
generación de un nuevo estado social en España”). Además se incluyeron en esta generación
intelectuales como Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán.
Esta denominación ha sido muy cuestionada por la crítica desde el momento de su
aparición, ya que incluso sus integrantes declinaba su pertenencia. Unamuno se mostró reticente,
y Baroja afirmó:”Yo no creo que haya habido ni que haya una generación de 1898. Si la hay, yo
no pertenezco a ella”. Sin embargo no deja de ser cierto que se pueden encontrar puntos en
común en algunas obras, por lo que la crítica literaria les ha englobado dentro del mismo grupo.
Pedro Salinas, en un ensayo de 1935, aplica al 98 el concepto de “generación literaria”
establecido por Petersen (los llamados requisitos generacionales) a este grupo de escritores:
nacimiento en años poco distantes, formación intelectual semejante, relaciones personales,
participación en actos colectivos propios, acontecimiento generacional, presencia de un guía,
lenguaje generacional, anquilosamiento de la generación anterior.

Los rasgos que definirán a esta Generación del 98 son:

a) Intenso sentimiento patriótico que se manifiesta en una oposición pública de los autores del
98 a la "España oficial" del régimen de la Restauración borbónica, especialmente los
precursores del "Grupo de los tres": Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu.

1
b) La manifestación de un continuado pesimismo histórico que encuentra su mayor justificación
en 1898, con la humillante derrota de España frente a los Estados Unidos (se pierden las últimas
colonias: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam). Los grandes avances económicos, científicos y
culturales de la España del comienzo del siglo XX no cambiarían su actitud crítica y su afán
regeneracionista.

c) El "ser de España", su identidad, es su tema de inspiración predominante entre los


noventayochistas. La esencia de España la asocian a los paisajes, tradiciones y tipos castellanos,
que conocen a través de excursiones, pues consideran a Castilla la esencia de la identidad
hispana. Frente a la Generación del 14 que pensaba que había que europeizar España, el 98
piensa que hay que españolizar Europa (Unamuno).

d) La mayoría de los nuevos escritores tienen en común su actitud rebelde frente a los valores
burgueses, ante la que adoptan diferentes posturas estéticas e ideológicas (socialismo,
anarquismo, carlismo). La inutilidad de sus esfuerzos atenuará hasta la desaparición alguna de
estas posturas. Evolucionarán hacia un conservadurismo mayor.

e) Las relaciones de amistad de los autores del 98 durante sus vidas, superando las diferencias
que fueron desarrollando con la edad. Durante años se reunieron en los mismos cafés (Fornos,
Lyon d'Or, de Levante...), suscribiendo manifiestos, organizando homenajes conjuntamente (en
contra de personalidades, en defensa de amigos), escribiendo en revistas literarias (Don Quijote,
Germinal, Vida Nueva...), en tanto que los artistas exhibieron conjuntamente como grupo
(Asociación de artistas vascos...).

f) Los noventayochistas contribuyeron a la renovación literaria de principios de siglo. La técnica


estilística y literaria también se vio afectada por el talante reformador. Como los modernistas,
repudiaron la retórica de la generación anterior; se caracterizan

 Por su voluntad antirretórica, y por el exigente cuidado estético, por el gusto por las
palabras tradicionales y terruñeras (Unamuno, acusado de utilizar algunas palabras
del pueblo que no aparecían en el diccionario, responde: “Ya las pondrán”.),
subjetivismo y lirismo, innovaciones en los géneros literarios (ensayo, novela y
teatro).
 Se interesan por el mundo interior de los personajes, por eso escasean las
descripciones externas. El verdadero paisaje que interesa es el paisaje del alma.
 Hay un cambio del narrador de la 3ª persona a la 1ª persona. El novelista se introduce
en la piel del protagonista y a través de él expresa sus ideas. Ahora se oirán varias voces
que expresarán los distintos puntos de vista.
 Momentaneidad y fragmentarismo. La narración suele fragmentarse en estampas,
productos de las percepciones del protagonista. El autor selecciona los momentos más
significativos para él, por lo que serán frecuentes las pausas descriptivas y selectivas. La
acción es poco importante, de ahí que las obras se descompongan en escenas sueltas

2
g) Los temas fundamentales son la preocupación por España, sus problemas, su historia,
sus tierras, su paisaje (en especial el de Castilla, en el que descubren el espíritu austero y sobrio
del hombre castellano), sus gentes...; la intrahistoria, término acuñado por Unamuno, que
piensa que los verdaderos protagonistas de la historia son los hombres y mujeres que trabajan
cada día conformando el entramado social; también en sus obras se encuentra una honda
preocupación existencial, influidos por las teorías de Nietzsche (vitalismo, el hombre de acción,
la voluntad frente a la abulia), Bergson (el tema del tiempo que pasa y la memoria), Kierkegaard
(visión angustiada de la existencia) y Schopenhauer (la voluntad y la calma espiritual ayudan a
alejar el sufrimiento

h) Inquietudes literarias comunes, volviendo a los autores medievales como Berceo,


Rojas o Manrique, y los clásicos olvidados como Góngora o Gracián. Especial interés muestran
por Cervantes –sobre todo, por El Quijote, obra en la que ven reflejadas fielmente las conductas
de los españoles—y Larra.

En 1902 aparecerán cuatro títulos que suponen una concepción novelística nueva: La voluntad,
de Azorín; Camino de perfección, de Pío Baroja; Sonata de otoño, de Valle-Inclán; y Amor y
pedagogía, de Unamuno. En todos ellos hay un interés por superar el Realismo del XIX.

2. LA POESÍA DE MIGUEL DE UNAMUNO Y ANTONIO MACHADO

2.1 Miguel de Unamuno.

La poesía de UNAMUNO fue anómala en el panorama de fin de siglo, si bien coincidió


con otros autores en el esfuerzo por liberar la lengua poética del énfasis retórico, su deuda con el
simbolismo es escasa.
Unamuno criticó el modernismo y su gusto por la rima, que consideraba un “halago
meramente sensual de oídos poco finos”.
Su poesía parte de la vivencia y de la experiencia y se distinguen tres grandes temas: la
familia, la patria y la religión, además del paisajístico, con el que se incorpora a la corriente
noventayochista. Es una poesía sobria, reflexiva y metafísica, superpone el contenido a la
forma (en consonancia con su idea “sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”); el poeta
“desnuda con lenguaje rítmico su alma” (dice él mismo), aunque su poesía en lo musical es
áspera y seca. Sus poemas expresan sus ideas y obsesiones angustiosas: la inmortalidad del alma
(la muerte, Dios y la identidad) y la esencia de España y lo español.
Su obra más celebrada es de índole religiosa: El Cristo de Velázquez (1920), poema
lírico-simbólico organizado en cuatro partes que glosan los símbolos asignados a Cristo, los
tiempos de su muerte y las partes de su cuerpo. Pretende recoger la religiosidad popular.
Sus otros poemarios son Rosario de sonetos líricos (1911), dice que están escritos para
condensar un pensamiento; Teresa, de tono romántico, son los versos escritos por un joven a
punto de morir de tuberculosis dirigidos a su novia y Poemarios de la dictadura, compuesto a raíz
del destierro vivido por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera .

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2.2 Antonio Machado
ANTONIO MACHADO nace en Sevilla en 1875. A los ocho años su familia se traslada a Madrid, donde
más tarde estudiará en la Institución Libre de Enseñanza y frecuentará los
ambientes modernistas. En 1889 viaja por primera vez a París y entra en contacto
con la vida literaria parisiense. Obtiene la cátedra de francés y se marcha al
Instituto de Soria, allí conocerá a Leonor Izquierdo, que por aquel entonces
tenía dieciséis años. Se casan, pero ella morirá tres años después dejando al poeta
sumido en una profunda pena que le lleva a trasladarse a Baeza (Jaén). En 1927 fue
elegido miembro de la Real Academia Española y un año más tarde conocerá a
Pilar Valderrama, con la que mantuvo amores y a la que poéticamente bautizó
como Guiomar. La Guerra Civil le sorprende en Madrid, toma partido por la causa
republicana y se marcha a un pequeño pueblo valenciano, después a Barcelona y,
finalmente, se exilia a Francia, muriendo el 22 de febrero de 1939 en Collioure.

Los rasgos más particulares de la obra poética de Antonio Machado son sus influencias
románticas, especialmente de Bécquer y Rosalía de Castro, su crítica ante el problema de España
y el uso de simbología en como reflejo personal de su forma de ver la vida (la fuente – anhelo e
ilusión, la tarde-melancolía nostalgia, el espejo- recuerdos, el mar- muerte, jardín- la intimidad).
Antonio Machado recurre a ciertos temas en su obra compartidos con otros poetas: el paso del
tiempo, el amor por Castilla, el interés por el paisaje fundido con reflexiones personales.
Además trata el tema del amor desde diferentes puntos de vista: como ausencia, como pérdida o
a través de la figura de Guiomar. Los sueños se convierten en una forma de conocimiento, y
aparece también la búsqueda de Dios que en muchas ocasiones es un sueño o un deseo.

Sus principales obras son:


 Primera etapa (1899-1907) Soledades: es el primer libro de Machaco con un marcado
acento parnasianista Soledades, que fueron eliminadas en la edición definitiva de Soledades,
Galerías y Otros poemas (1907).
Este es un libro de temática muy variada, pero por encima de esa heterogeneidad, es el libro
de las emociones: el dolor, los recuerdos, la melancolía, el tiempo, la info¡ncia como paraíso
perdido y la soledad.
Tiende a eliminar los elementos narrativos, y expresa su reflexión sobre las cuestiones
existenciales como la angustia por el paso del tiempo y la muerte. Para ellos Machado utiliza
ciertos símbolos: la fuente, el camino, el atardecer y también el espejo y los sueños, porque
ambos reflejan al hombre: el espejo lo exterior y los sueños el interior del hombre, su
inconsciente.
 Segunda etapa (1907-1017): Campos de Castilla (1912), representa un hondo castellanismo
regeneracionista. Pasa de los sentimientos individuales a los colectivos, del yo al nosotros.
Los temas fundamentales son Soria y Leonor, su esposa fallecida, así como las referencias
que responden a una preocupación sobre el pasado, presente o futuro de España con actitud
crítica. Observamos en este libro la mirada apasionada del poeta ante la belleza del paisaje
castellano y también una ácida crítica ante la indiferencia de sus gentes.
Tras la muerte de su esposa, Machado vuelve a la línea más intimista y dolorida de su poesía.
El poeta intentará consolarse recuperándola a través de los sueños y el reencuentro en la
eternidad. Machado es un hombre que quiere creer.

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También incluye en este libro una nueva forma de concebir la poesía más breve, densa, más
unida a la canción popular: Proverbios y Cantares.
 Tercera etapa (1917-1926): Nuevas canciones. En este libro expresa sus inquietudes
filosóficas y las evocaciones de sus recuerdos. Es un libro muy heterogéneo donde tienen
cabida el folclore y lo proverbial, junto a poemas metafísicos y amorosos.
Poesías de la guerra: destacan entre ellas el poema a la muerte de Lorca El crimen fue en
Granada y La muerte del niño herido, que expresa el dolor por las miles de víctimas
anónimas de la Guerra civil.

3. LA PROSA NARRATIVA Y ENSAYÍSTICA: Unamuno, Baroja, Azorín y Valle

A.-Miguel de Unamuno (1864-1936)

Unamuno fue uno de los más decididos renovadores de la novela a


principios del siglo XX, ya que quiso hacer de ella un cauce adecuado
para expresar sus preocupaciones filosóficas y existenciales. Las novelas
de Miguel de Unamuno están pobladas de personajes problemáticos. En
su producción novelística, centrada en el conflicto íntimo de los
personajes, Unamuno expresa los temas que lo obsesionan: la
afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto, el afán de
dominio sobre los demás, la muerte. En sus novelas, subyace una feroz
crítica de la realidad provinciana española, caracterizada por una estricta
trabazón familiar (relaciones amorosas, fraternales, paterno-filiales), que
es la que genera los conflictos. Son dos por tanto sus mayores
preocupaciones: el problema de España y sus dudas existenciales. Estos temas los trata en
obras como Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo, En torno al
casticismo y Andanzas y visiones españolas.
Las novedades técnicas de sus obras narrativas eran de tal calado que ciertos críticos
dudaban de que fuesen realmente novelas, por lo que Unamuno las llamaba nivolas. Sus novelas
son NOVELAS FILOSÓFICAS en las que lo importante no es sacar adelante una trama sino
exponer sus ideas y sus dudas de manera dialogada. Esta manera de narrar tiene unas
características propias:
 Gran soltura constructiva. A Unamuno no le gusta atarse a una trama o argumento muy
definido de antemano.
 Ausencia de descripciones de paisajes o de ambientes. Lo que le interesa es penetrar en la
psicología de los personajes y sus conflictos existenciales.
 Gran importancia de los diálogos y de los monólogos. A través de ellos aparecerán los
contrarios puntos de vista que se oponen en el relato.
 En cuanto al lenguaje:
- No busca la elegancia, sino la densidad de ideas o la intensidad.
- Gusto por las paradojas y las antítesis para expresar la contradicción y las
dudas. Son frecuentes también las exclamaciones y los juegos de palabras.
- Juegos de palabras basándose en las etimologías.
- Empleo de palabras rústicas y terruñeras que mezcla con otras cultas.
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Sus novelas más destacadas son:

En Amor y pedagogía alude a la fusión de lo sublime y lo ridículo, que Schopenhauer


consideraba principio clave del verdadero humorismo. Emplea, así, un humorismo grotesco para
caracterizar al protagonista, en el que se aúnan la bufonada y la tragedia.
Niebla1: donde plantea el problema del ser y la nada, y en donde el protagonista encarna la
desorientación existencial del hombre y su deseo de ser inmortal, luchando contra la muerte y la
disolución de su personalidad. Subtitulada nivola, es una obra de experimentación. Su
protagonista, Augusto Pérez, se presenta como una criatura recién nacida que tiene que
aprenderlo todo. Su historia es la de un progresivo enfrentamiento con su creador, el novelista;
de este modo, se destaca el conflicto del personaje contra el autor, su creador, que representa el
conflicto del hombre contra Dios.
Abel Sánchez. Es una novela sobre el cainismo hispánico. Está estructurada como confesión del
protagonista Joaquín Monegro a su hija, Constituye un estudio sobre una compleja personalidad.
Joaquín se siente anulado desde la infancia por su amigo Abel Sánchez.
La tía Tula. Narra la historia de Gertrudis, quien se encarga de sus sobrinos tras la muerte de su
hermano
San Manuel Bueno, mártir, protagonizada por un sacerdote con serias dudas de fe. La obra
gira en torno a dos grandes obsesiones de Unamuno: la inmortalidad y la fe.
En los ensayos es donde plantea fundamentalmente el tema de España. En un principio
pretende “europeizar” España, pero más tarde, tras la crisis de 1897, se centra en sus problemas
existenciales y da prioridad al mundo espiritual. Es entonces cuando pretende “españolizar”
Europa.

B.- José Martínez Ruiz, “Azorín”

Utiliza el seudónimo de Azorín, nombre del protagonista de sus primeras novelas. Es,
ante todo, un ensayista magistral. Aparte de sus muchos artículos de crítica
literaria, son inolvidables sus libros donde evoca las tierras y los pueblos de
España, con títulos como Castilla o Los pueblos.
Aunque escribió unas quince novelas, éstas casi no se diferencian de sus
ensayos, pues en ellas el argumento no tiene importancia, y no es más
que un pretexto para describir ambientes o tipos humanos, dándonos su
peculiar visión melancólica de la vida y de España. Destacan tres novelas
de carácter autobiográfico: La voluntad, (Antonio Azorín, su protagonista,
agobiado y pesimista, se marcha al campo en busca de una vida
contemplativa), Antonio Azorín (al protagonista le mueve el ideal literario) y Las confesiones
de un pequeño filósofo (1904), que está estructurada como libro de memorias.
Tanto en sus novelas como en sus ensayos, lo importante en Azorín es el estilo. Usa siempre
una frase breve y un vocabulario muy rico, y en sus descripciones da mucha importancia a los
pequeños detalles significativos. La suya es una prosa lírica.

1
En Niebla se narra el enfrentamiento del protagonista, Augusto Pérez, y su creador, el propio novelista. Abandonado el día de su
boda, Augusto decide suicidarse. Va a Salamanca y consulta al escritor Unamuno, quien le recuerda que es solo un personaje de
ficción y no puede tomar tal decisión. Augusto le replica que él es también un ente de ficción, inventado por Dios. El escritor,
turbado por la posibilidad de morir, decide matar a Augusto.
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En las novelas de Azorín, se anula el movimiento y, sobre todo, el tiempo: la narración se
fragmenta en instantáneas que configuran cuadros o fotografías materializados en breves
capítulos deshilvanados, que producen la dispersión de la atención del lector.

C.- Pío Baroja


Es el novelista por antonomasia de la Generación del 98.
Características de su narrativa:
- El tema principal de su obra es la protesta contra la sociedad, a la que critica por sus conductas
hipócritas, sus injusticias y su aburguesamiento. Baroja manifiesta una actitud crítica y sincera
en sus ideas, aunque también muestra compasión por lo marginal. Frente al aburguesamiento,
encuentra como única salida la acción.
- La novela es para él un género multiforme, “un saco en el que cabe todo”: narración,
descripción, reflexiones filosóficas o políticas, profundización psicológica... Es decir, estamos
ante la típica novela abierta.
Consecuencia de ello es su despreocupación por la
composición (“Yo escribo mis libros sin plan”). No le
preocupa la estructura del relato ni un argumento cerrado,
sino los episodios, las anécdotas, las digresiones, y sobre
todo la invención, la imaginación y la observación de la
realidad.

A pesar de que intercala en sus novelas reflexiones


filosóficas, no lo hace nunca de forma aislada, sino
insertándolas en la experiencia vital de algún personaje.

Sus personajes preferidos son los inconformistas, los aventureros o típicos hombres de acción;
pero también están los abúlicos, los desengañados ante la vida, incapaces de enfrentarse al
mundo. Son seres inadaptados que suelen fracasar en su lucha vital.

En cuanto a su estilo, a Baroja se le ha acusado de ser muy descuidado y de caer en algunas


incorrecciones gramaticales. En realidad, su forma de escribir responde a su ideal de
espontaneidad narrativa y a la tendencia antirretórica propia de los noventayochistas.

Esta espontaneidad y naturalidad barojiana alcanza su máxima expresión en los diálogos, donde
el autor se muestra como un maestro insuperable.

Baroja fue un novelista prolífico, pues escribió más de 60 novelas. La mayoría se agrupan
en trilogías:
- Tierra vasca, trilogía en la que destaca Zalacaín el aventurero, prototipo del hombre de
acción.
- La vida fantástica, en la que destaca Camino de perfección, cuyo protagonista encarna la
angustia existencial y el deseo de hallar un sentido a la vida.

7
- La lucha por la vida, con La busca2, una de las mejores obras de Baroja, donde traza un
conmovedor panorama de los barrios más míseros de Madrid.
- La raza, cuya obra El árbol de la ciencia es otra de las cumbres de la narrativa barojiana.
Es una novela con muchos componentes autobiográficos. El protagonista es un personaje
perdido en un mundo absurdo y en medio de circunstancias negativas, que trata de
encontrar un sentido a su vida. La novela refleja un gran pesimismo existencial.
- Las ciudades, con César o nada.
- El mar, con Las inquietudes de Shanti Andía, protagonizada por un marino vasco y donde
se recrea un vivísimo ambiente marinero.

Finalmente Baroja escribió una larga serie narrativa titulada Memorias de un hombre de
acción, compuesta por 22 novelas, cuyo protagonista es un aventurero personaje del siglo XIX,
antepasado del autor, Eugenio de Aviranteta.

D.- Ramón María del Valle-Inclán


Ramón María del Valle Inclán (1866-1936), nació en Villanueva de Arosa, Pontevedra.
Prototipo de hombre bohemio, de figura estrafalaria (manco, con largas barbas y melenas, capa,
chambergo y chalina). Su obra es muy variada: novela, poesía y, fundamentalmente, teatro. En
todos los géneros se observa una evolución que va de un Modernismo elegante a una literatura
crítica, basada en la distorsión de la realidad. Así se ve también en
sus novelas:
Etapa modernista: Escritas en forma de memorias Las Sonatas
(1902-1905), representan una alegoría de la vida humana, cuatro
novelas tituladas: Sonata de Primavera, Sonata de Estío, Sonata
de Otoño y Sonata de Invierno. El protagonista es el Marqués de
Bradomín, un “don Juan feo, católico y sentimental”, bajo el que se
oculta el propio Valle Inclán. Su estilo es plenamente modernista,
es una prosa rítmica, cargada de recursos poéticos y musicalidad.
Etapa de transición: aparece la trilogía La guerra carlista, compuesta por Los cruzados de la
causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño, brinda una visión de la España
tradicional (representada por los carlistas) enfrentada a la liberal (representada por los
republicanos). El estilo ha cambiado: junto a rasgos modernistas, aparece un lenguaje desgarrado
y bronco. En estas novelas ya se aprecia su evolución estética e ideológica.
Etapa esperpéntica: destaca la gran novela Tirano Banderas que constituye un interesante
experimento en el género de la novela histórica sobre un dictador hispanoamericano, Santos
Banderas. La novela muestra la alienación que provoca el poder y anticipa varias novelas sobre
dictadores en Hispanoamérica. Ofrece características del esperpento que degradan la imagen de
personajes y acciones.
Y la trilogía El ruedo ibérico, violenta sátira política del reinado de Isabel II, está constituida por
una serie de novelas que pretendían abarcar un período de treinta años. Valle diseñó el proyecto,
pero sólo concluyó dos novelas largas: La corte de los milagros y Viva mi dueño. Dejó
inconclusa Baza de espadas.

2
La busca. Manuel abandona su tierra natal, Soria para reunirse con su madre (sirvienta en una pensión madrileña) para buscar
una vida mejor. Su día a día se va degradando y se hunde sin remedio en las clases sociales más bajas, aunque con la firme
decisión de ser “de los que trabajan de sol a sol y no de los que buscan placer en la sombra”.
8
El estilo esperpéntico combina sabiamente lo trágico con lo humorístico, acentúa lo deforme o
absurdo de la realidad y alcanza una gran fuerza crítica. Es una prosa genial.

ANEXO- EJERCICIOS-

1. La obra Campos de Castilla comienza con el poema Retrato. Léelo y contesta a las
preguntas
y escucho solamente, entre las voces, una.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero; ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi verso, como deja el capitán su espada:
mi historia, algunos casos que recordar no quiero. famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, Converso con el hombre que siempre va conmigo
más recibí la flecha que me asignó Cupido, —quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno; Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; Y cuando llegue el día del último vïaje,
mas no amo los afeites de la actual cosmética, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,

a. ¿Cómo se describe Machado en dos facetas de su vida: lo personal y lo político?


Señala los versos donde aparece.
b. Machado murió en el exilio en 1939; este poema se publicó 25 años antes pero se
puede leer un final profético. Localízalo en el fragmento.
c. Busca en el poema todas las figuras literarias y explica cuál es su aportación al texto.

9
A UN OLMO SECO Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
Al olmo viejo, hendido por el rayo te convierta en melena de campana,
y en su mitad podrido, lanza de carro o yugo de carreta;
con las lluvias de abril y el sol de mayo antes que rojo en el hogar, mañana,
algunas hojas verdes le han salido. ardas en alguna mísera caseta,
¡El olmo centenario en la colina al borde de un camino;
que lame el Duero! Un musgo amarillento antes que te descuaje un torbellino
le mancha la corteza blanquecina y tronche el soplo de las sierras blancas;
al tronco carcomido y polvoriento. antes que el río hasta la mar te empuje
No será, cual los álamos cantores por valles y barrancas,
que guardan el camino y la ribera, olmo, quiero anotar en mi cartera
habitado de pardos ruiseñores. la gracia de tu rama verdecida.
Ejército de hormigas en hilera Mi corazón espera
va trepando por él, y en sus entrañas también, hacia la luz y hacia la vida,
urden sus telas grises las arañas. otro milagro de la primavera.

1. Resume el contenido del poema y su estructura. Justifica las características del lenguaje
poético de Machado.

YO VOY SOÑANDO CAMINOS

Yo voy soñando caminos


de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!... MIGUEL DE UNAMUNO.
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero, Este buitre voraz de ceño torvo
a lo largo del sendero... que me devora las entrañas fiero
—La tarde cayendo está—. y es mi único constante compañero
En el corazón tenía labra mis penas con su pico corvo.
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día; El día en que le toque el postrer sorbo
ya no siento el corazón. apurar de mi negra sangre, quiero
Y todo el campo un momento que me dejéis con él solo y señero
se queda, mudo y sombrío, un momento, sin nadie como estorbo.
meditando. Suena el viento
en los álamos del río. Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
La tarde más se oscurece; mientras él mi último despojo traga,
y el camino se serpea sorprender en sus ojos la sombría
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece. mirada al ver la suerte que le amaga
Mi cantar vuelve a plañir: sin esta presa en que satisfacía
Aguda espina dorada, el hambre atroz que nunca se le apaga.
quién te volviera a sentir
en el corazón clavada.

10
TEXTOS EN PROSA DE UNAMUNO.

Niebla
Se empeña don Miguel de Unamuno en que ponga yo un prólogo a este su libro en que
se relata la tan lamentable historia de mi buen amigo Augusto Pérez y su misteriosa muerte, y yo
no puedo menos sino escribirlo, porque los deseos del señor Unamuno son para mí mandatos, en
la más genuina acepción de este vocablo. Sin haber yo llegado al extremo de escepticismo
hamletiano de mi pobre amigo Pérez, que llego hasta a dudar de su propia existencia, estoy por
lo menos firmemente persuadido de que carezco de eso que los psicólogos llaman libre albedrío,
aunque para mi consuelo creo también que tampoco goza don Miguel de él.
…………………………………………………………………………………………….

Augusto Pérez, un joven de economía acomodada y aburrida existencia, se enamora de Eugenia,


pero esta abandona dos días antes de la boda, así que Augusto, decepcionado, decide
suicidarse; pero antes, como había leído un ensayo de Unamuno en el que, de pasada, tocaba el
tema del suicidio, decide hacerle una visita para hablar con él de este asunto. Y aquí tenemos
frente a frente, y al mismo nivel narrativo al personaje y al autor que lo crea.

––“¡No, no te muevas! ––le ordené.


––Es que... es que... ––balbuceó.
––Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.
––¿Cómo? ––exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.
––Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester? ––le pregunté.
––Que tenga valor para hacerlo ––me contestó.
––No ––le dije––, ¡que esté vivo!
––¡Desde luego!
––¡Y tú no estás vivo!
––¿Cómo que no estoy vivo?, ¿es que me he muerto? ––y empezó, sin darse clara cuenta de lo
que hacía, a palparse a sí mismo.
––¡No, hombre, no! ––le repliqué––. Te dije antes que no estabas ni despierto ni dormido, y
ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo.
––¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios!, ¡acabe de explicarse! ––me suplicó
consternado––, porque son tales las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo
volverme loco.
––Pues bien; la verdad es, querido Augusto ––le dije con la más dulce de mis voces––, que no
puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no
existes...
––¿Cómo que no existo? ––––exclamó.
––No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de
mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y
malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como
quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.
Al oír esto quedóse el pobre hombre mirándome un rato con una de esas miradas perforadoras
que parecen atravesar la mira a ir más allá, miró luego un momento a mi retrato al óleo que
preside a mis libros, le volvió el color y el aliento, fue recobrándose, se hizo dueño de sí, apoyó
los codos en mi camilla, a que estaba arrimado frente a mí y, la cara en las palmas de las manos y
mirándome con una sonrisa en los ojos, me dijo lentamente:
––Mire usted bien, don Miguel... no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente
todo lo contrario de lo que usted se cree y me dice.
––Y ¿qué es lo contrario? ––le pregunté alarmado de verle recobrar vida propia.
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––No sea, mi querido don Miguel ––añadió––, que sea usted y no yo el ente de ficción, el que
no existe en realidad, ni vivo, ni muerto... No sea que usted no pase de ser un pretexto para que
mi historia llegue al mundo...”

1. Señala qué características generales de la lengua literaria de la Generación del 98 y


particulares de la lengua literaria de Unamuno observas en este texto.
2. Unamuno rompe la estructura narrativa tradicional en esta novela adelantándose en
varios años a la novela posterior. ¿Observas en este fragmento alguna de esas
características rompedoras?
3. ¿ Cuál es el problema existencial que está planteando Unamuno en este fragmento?

San Manuel Bueno, mártir.

Decíase que había entrado en el Seminario para hacerse cura, con el fin de atender a los hijos de
una su hermana recién viuda, de servirles de padre; que en el Seminario se había distinguido por
su agudeza mental y su talento y que había rechazado ofertas de brillante carrera eclesiástica
porque él no quería ser sino de su Valverde de Lucerna, de su aldea perdida como un broche
entre el lago y la montaña que se mira en él.
¡Y cómo quería a los suyos! Su vida era arreglar matrimonios desavenidos, reducir a sus padres
hijos indómitos o reducir los padres a sus hijos, y sobre todo consolar a los amargados y
atediados, y ayudar a todos a bien morir.
Me acuerdo, entre otras cosas, de que al volver de la ciudad la desgraciada hija de la tía Rabona,
que se había perdido y volvió, soltera y desahuciada, trayendo un hijito consigo, Don Manuel no
paró hasta que hizo que se casase con ella su antiguo novio, Perote, y reconociese como suya a la
criaturita, diciéndole
:-Mira, da padre a este pobre crío que no le tiene más que en el cielo.
-¡Pero, Don Manuel, si no es mía la culpa...!-¡Quién lo sabe, hijo, quién lo sabe...!, y, sobre todo,
no se trata de culpa.
Y hoy el pobre Perote, inválido, paralítico, tiene como báculo y consuelo de su vida al hijo aquel
que, contagiado de la santidad de Don Manuel, reconoció por suyo no siéndolo.

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