AGUIRRE MONASTERIO, R., El Memorial de La Entrega
AGUIRRE MONASTERIO, R., El Memorial de La Entrega
AGUIRRE MONASTERIO, R., El Memorial de La Entrega
El pueblo de Israel cultiv y ha cultivado su memoria de una forma muy especial, y esto explica su pervivencia a pesar de una historia dramtica. La Biblia es el libro de la memoria de un pueblo; en ella se reinterpretan y actualizan las tradiciones anteriores. Basta ver cmo los primeros cristianos, que eran judos, presentan a Jess como cumplimiento y reinterpretacin de las tradiciones anteriores, de lo que nosotros llamamos el Antiguo Testamento. La palabra memorial, que est en el ttulo de mi conferencia, es una palabra bblica, - en hebreo, zkkaron-que aparece en xodo, cap. 12,14; no es el mero recuerdo de la accin de Dios en el pasado, sino la actualizacin en el rito de ese pasado para que otras personas puedan participar de l. No creo que sea casualidad, incluso creo que es un acierto, que mi charla est entre la que trat de la accin salvfica de Cristo, la semana pasada y la que va a hablar, la semana prxima, de la Iglesia. Los primeros cristianos solan hablar de la fraccin del pan, de la cena del Seor. Era repetir los gestos y las palabras que Jess les haba dejado como testamento; era el memorial que actualizaba su entrega a los seres humanos, a travs de la cual se descubra la entrega misma de Dios.
2. LA LTIMA CENA COMO CULMINACIN DE LA VIDA DE JESS Hay que evitar una concepcin mgica o arbitraria de lo que Jess hizo en la ltima
cena;
hay
que
verla
a
la
luz
de
toda
la
vida
y
como
su
culminacin.
Por
eso,
brevsimamente,
voy
a
recordar
unos
rasgos
fundamentales
de
la
vida
de
Jess.
Reinado
de
Dios
y
fraternidad
humana
Jess
anuncia,
con
sus
palabras
y
acciones,
que
el
Reino
de
Dios
est
irrumpiendo
en
el
mundo;
es
una
oferta
de
salvacin,
la
posibilidad
de
ver
y
valorar
la
realidad
de
una
forma
alternativa
a
la
convencionalmente
establecida;
es
una
experiencia
de
transformacin
personal
y
social.
Es
el
reinado
de
un
Dios
Padre
que
se
traduce
histricamente
en
fraternidad
entre
todos
los
seres
humanos.
Vinculacin
de
la
persona
de
Jess
con
el
Reino
de
Dios.
Algo
muy
importante
es
que
Jess
establece
una
relacin
muy
estrecha
entre
el
Reino
de
Dios
y
su
propia
actuacin
y
persona.
En
torno
a
Jess
se
congregan
una
serie
de
discpulos
que
aceptan
su
doctrina
pero
que,
sobre
todo,
se
adhieren
a
su
persona;
y
entre
la
gente
galilea
Jess
encuentra
un
eco
positivo.
Jess
afronta
el
conflicto
y
asume
su
muerte.
Pero
el
ministerio
de
Jess
result
profundamente
conflictivo;
el
Reino
de
Dios
que
proclamaba
encontraba
resistencias,
afectaba
a
intereses
materiales
muy
poderosos,
cuestionaba
el
orden
imperial
y
el
rgimen
del
Templo.
Para
Jess,
el
Reino
de
Dios
no
se
impone
ni
con
el
poder
ni
con
la
violencia;
probablemente
Jess
tuvo
que
ir
modificando,
con
el
curso
del
tiempo,
su
forma
de
ver
los
caminos
histricos
del
Reino
de
Dios;
de
la
acogida
positiva
en
Galilea
a
la
oposicin
frontal
y
mortal
que
despus
encontr
en
Jerusaln,
tuvo
necesariamente
que
prever
y
afrontar
su
muerte,
que
no
anulaba
la
venida
del
Reino
de
Dios,
al
contrario,
con
toda
probabilidad
Jess
interpret
su
muerte
como
un
ltimo
servicio
a
la
causa
del
Reino
de
Dios.
Pienso
que,
en
el
judasmo,
poda
encontrar
recursos
religiosos
para
interpretar
as
su
muerte.
Pgina
2
de
2
Las comidas de Jess Tienen una importancia muy singular en los evangelios; Jess come con toda clase de personas. Antropolgicamente, las comidas reflejan el orden social, incluso las comidas familiares ms ordinarias de todos los das; las comidas expresan, por otra parte, cercana, comunin, familiaridad no se come con cualquiera. Jess come con pecadores, con gente estigmatizada, lo cual suscita escndalo en algunos; y lo que Jess dice simplemente es que esas comidas son expresin o signo de la misericordia infinita de Dios que acoge a todos. Jess come tambin con fariseos prestigiosos, y en ese contexto Jess promueve doctrinas y habla con parbolas que suponen una crtica y una alteracin muy profunda del orden social: Cuando des una cena, no invites a tus parientes, a tus vecinos, a la gente rica; invita a los pobres, cojos, a los ciegos, que no te pueden devolver la invitacin. (Lc 14,12-14)Cuando te inviten, no busques el primer lugar al lado del anfitrin, el sitio ms honorfico; vete a buscar el ltimo lugar. (Lc 14,8-10) La experiencia de comer con Jess marc a sus discpulos hasta el punto de que la experiencia pascual, el encuentro con el Resucitado, se sita con mucha frecuencia en el contexto de una comida. Recordad, en el evangelio de Lucas (22,7 y ss) que Jess come con sus discpulos en el Cenculo; en el evangelio de Juan (21,1-12) come con ellos en la ribera del lago Tiberiades; sobre todo, el encuentro con los discpulos de Emas, cuando se sienta a la mesa, parte el pan y entonces le reconocen. (Lc 24 30-32). Pedro, en el captulo 10 de los Hechos de los Apstoles, cuando anuncia por primera vez el evangelio a un grupo de paganos en Cesarea, les dice: Nosotros somos los que comimos y bebimos con l despus de la resurreccin de entre los muertos. En la comunin de mesa haban experimentado la misericordia de Dios que Jess haca presente, con su comportamiento, de forma desconcertante.
3. DOS VERSIONES DE LA LTIMA CENA: LA CULTUAL Y LA TESTAMENTARIA En este contexto, pero de una forma muy especial, hay que situar la cena de despedida
que
Jess
celebr
con
sus
discpulos
cuando
los
acontecimientos
se
precipitaron,
y
el
final
se
vea
ya
inminente.
Encontramos
dos
versiones:
Una
en
los
evangelios
sinpticos
y
en
la
primera
carta
a
los
Corintios,
captulo
11,
lo
que
se
suele
llamar
el
relato
de
la
institucin
de
la
Eucarista;
tcnicamente
es
una
forma
cultual.
Y
otra,
la
forma
testamentaria,
que
encontramos
en
el
captulo
13
del
evangelio
de
S.
Juan;
es
un
relato
muy
diferente,
donde
no
se
habla
de
la
Eucarista.
En
el
Antiguo
Testamento
y
en
la
literatura
juda
se
encuentra
con
frecuencia
el
discurso
de
despedida
de
un
personaje
importante
que
da
unos
ltimos
consejos
antes
de
su
muerte
a
sus
seguidores
y
les
exhorta
a
que
sigan
su
ejemplo,
a
que
permanezcan
unidos
Hay
una
cuestin
previa.
En
los
evangelios
sinpticos
est
claro
que
la
ltima
cena
fue
una
cena
pascual;
recuerden
que
Jess
ha
enviado
a
los
discpulos
que
vayan
a
Jerusaln
y
que
le
preparen
una
habitacin
donde
celebrar
la
Pascua
con
ellos;
por
tanto,
la
cena
tiene
lugar
el
jueves
por
la
noche,
cuando
empieza
el
15
de
Nisn,
la
Pascua,
y
ese
mismo
da,
al
atardecer
es
crucificado.
Sin
embargo,
en
Juan
no
es
una
cena
pascual;
cuando
Pilato
est
juzgando
a
Jess,
los
judos
no
quieren
entrar
en
el
Pretorio
para
no
contaminarse
y
poder
celebra
aquella
noche
la
Pascua,
la
cena.
Es
decir,
en
Juan
Jess
muere
la
vspera
de
Pascua,
el
14
de
Nisn,
cuando
en
el
Templo
se
sacrificaban
los
corderos
que
iban
a
servir
para
la
cena
posterior.
Es
claro
que
con
esta
presentacin,
tanto
los
sinpticos
como
Juan
tienen
una
intencin
teolgica.
Pgina
3
de
3
Para los sinpticos, la ltima cena es pascual, es el banquete de la nueva alianza. En Juan, Jess muere cuando son degollados los corderos de Pascua; nos est diciendo as que Jess es el verdadero cordero pascual que sustituye a los sacrificios del Antiguo Testamento. La mayora de los estudiosos actuales se inclinan por pensar que la cena de Jess, la ltima cena, no fue una cena pascual; es un problema histrico que, como tal, permanece abierto. En cualquier caso est claro que Jess y sus discpulos se renen en un ambiente pascual, en la semana de Pascua, en una Jerusaln llena de peregrinos, con los romanos especialmente vigilantes porque en esas pocas las esperanzas religiosas y la tensin mesinica se solan poner al rojo vivo.
4.
LOS
RELATOS
DE
LA
INSTITUCIN
Si
estudiamos
las
cosas
con
un
poco
de
seriedad,
tenemos
que
analizar
los
textos
que
figuran
en
una
hoja
aparte,
lo
que
puede
suponer
un
pequeo
esfuerzo
al
que
yo
les
invito;
en
ella
aparece
el
texto
de
la
versin
cultual
en
columnas
paralelas
para
que
podamos
comparar
y
ver
las
semejanzas
y
las
diferencias.
Origen
litrgico
Los
textos
de
los
sinpticos
y
de
S.
Pablo
en
la
Primera
carta
a
los
Corintios
nos
presentan
los
gestos
y
las
palabras
solemnes
de
Jess
con
el
pan
y
con
el
vino;
es
lo
que
se
suele
llamar,
el
relato
de
la
institucin
de
la
Eucarista.
Generalmente
se
admite
que
nos
encontramos
ante
una
tradicin
litrgica.
En
efecto,
como
pueden
comprobar,
en
el
evangelio
de
Marcos,
se
puede
pasar
del
versculo
21
al
26
y
el
texto
corre
fluidamente;
se
ve
con
bastante
claridad
que
los
versculos
aqu
presentados
22-25,
han
sido
introducidos
posteriormente.
El
origen
y
la
naturaleza
litrgica
es
an
ms
claro
en
Pablo,
porque
antes
de
las
palabras
que
estn
aqu
citadas,
S.
Pablo
dice:
Yo
he
recibido
del
Seor
lo
que
a
mi
vez
he
transmitido,
que
el
Seor
Jess,
la
noche
en
que
fue
entregadoEmplea
una
expresin
tcnica,
recibir-transmitir,
que
responde
a
una
frmula
aramea
usada
por
los
rabinos
cuando
transmitan
una
tradicin
importante
que
haban
recibido.
La
primera
carta
a
los
Corintios
se
escribi
en
torno
al
ao
55
y
S.
Pablo
se
form
como
cristiano
en
la
comunidad
de
Antioqua,
en
torno
a
los
ao
35
y
40;
por
tanto,
podemos
pensar
que
la
frmula
de
Pablo
es
de
origen
antioqueno
y
que
se
remonta
a
los
aos
mencionados.
Nos
encontramos
con
una
tradicin
muy
temprana,
gestos
y
palabras
que
se
transmiten
en
la
liturgia.
Los
ritos
son
una
forma
de
transmisin
de
la
memoria,
muy
fidedigna,
muy
formalizada;
el
rito
se
repite
de
una
forma
sustancialmente
igual
y
tiene
un
carcter
performativo,
es
decir,
hace
presente
la
realidad
recordada
y
puede
tener
su
impulso
en
un
acontecimiento
histrico.
Dos
tradiciones:
jerosolimitana
y
antioquena
Nos
encontramos
con
dos
tradiciones,
una
de
origen
jerosolimitano:
Marcos
y
Mateo,
que
son
muy
parecidos,
con
pequeas
diferencias;
y
otra
de
origen
antioqueno,
que
seran
Pablo
y
Lucas,
que
tiene
muchas
concomitancias
con
l.
En
el
texto
pueden
comprobar
que
Marcos,
en
el
versculo
22,
dice
solo:
Tomad,
mientras
Mateo,
en
el
versculo
26
dice:
Tomad,
comed
como
luego,
en
el
versculo
27,
dir
bebed,
en
un
paralelismo.
Pgina
4
de
4
Ms
importancia
tiene
que,
en
Marcos,
todos
beben
del
cliz
antes
de
que
Jess
haya
pronunciado
las
palabras
sobre
el
cliz:
Tomando
una
copa
y
dando
gracias,
se
la
dio
y
bebieron
de
ella
todos
y
les
dijo:
sta
es
mi
sangre
de
la
alianza
que
es
derramada
por
muchos.
(v.
23-24)
En
cambio,
en
Mateo,
primero
vienen
palabras
de
Jess
sobre
el
cliz
y
luego
beben
todos
de
la
copa:
Tomando
una
copa,
y
dando
gracias,
se
la
dio
diciendo,
bebed
de
ella
todos,
pues
sta
es
mi
sangre
de
la
alianza
que
es
derramada
por
muchos(v.
27-28)
En
Pablo,
la
diferencia
es
ms
notable
porque
el
gesto
del
pan
se
hace
al
comienzo
de
la
cena,
y,
despus
de
cenar
tom
la
copa;
es
decir
que,
entre
el
gesto
del
pan
y
el
gesto
de
la
copa
est
la
cena
pascual.
En
Marcos
y
Mateo
ambos
gestos
se
han
juntado;
probablemente
refleja
un
paso
posterior
en
el
que
lo
importante
ya
no
es
la
cena,
sino
los
gestos
especiales
que
Jess
hizo
durante
ella.
En
el
versculo
24
de
Pablo
y
en
el
19
de
Lucas,
encontramos
las
mismas
palabras:
Haced
esto
en
recuerdo
mo,
frase
que
no
aparece
ni
en
Marcos
ni
en
Mateo.
En
cambio,
lo
que
se
suele
llamar
el
dicho
escatolgico:
En
verdad
os
digo
que
ya
no
beber
del
producto
de
la
vid
hasta
el
da
aquel
cuando
lo
beba
nuevo
en
el
Reino
de
Dios,
aparece
en
Marcos,
(v.
25),
tiene
paralelo
en
Mateo,
(v.
29)
y
en
Lucas
(v.
18)
pero
no
aparece
en
Pablo.
Si
se
fijan,
en
Lucas
se
describe
la
cena
al
comienzo
(versculos
15
al
18)
y
posteriormente
el
rito
eucarstico.
Es
un
detalle
que,
leyendo
el
texto
con
algo
ms
de
calma,
es
fcil
de
comprobar.
Se
discute
mucho,
con
gran
sutileza,
cul
sera
la
versin
primitiva;
no
podemos
hacerlo
ahora
y
tampoco
es
de
gran
inters.
En
cualquier
caso
nos
encontramos
con
dos
versiones
de
una
tradicin,
cada
una
con
sus
propios
nfasis
teolgicos.
El
dicho
escatolgico
(Mc
14,25;
Mt
26,29;
Lc
22,16-18)
Vamos
a
comenzar
por
la
interpretacin
del
versculo25
de
Marcos,
que
acabamos
de
ver.
Se
piensa
que
es
un
texto
muy
antiguo
que
no
tiene
rasgos
litrgicos.
Jess
dice
que
ya
no
va
a
beber
ms;
prev,
anuncia
y
acepta
su
propia
muerte:
Ya
no
beber
del
producto
de
la
vid
Jess
vea
venir
su
muerte,
era
la
ltima
cena.
La
segunda
parte
del
dicho
expresa
la
confianza
en
que
Dios
le
resucitar
y
en
la
venida
del
Reino:
hasta
el
da
aquel
cuando
lo
beba
nuevo
en
el
Reino
de
Dios.
Est
utilizando
la
imagen
del
banquete
para
hablar
de
la
consumacin
futura
del
Reino
de
Dios.
Esta
imagen
del
banquete
para
designar
la
plenitud
del
Reino
de
Dios
es
muy
conocida
en
el
judasmo;
concretamente
aparece
en
el
captulo
25,6
de
Isaas:
Preparar
Yahv
para
todos
los
pueblos
en
este
monte,
un
banquete
de
pinges
manjares,
un
banquete
de
vinos
generosos,
manjares
enjundiosos
y
vinos
generosos,
clarificados.
La
plenitud
del
Reino
tendr
una
dimensin
comunitaria
y
Jess
volver
a
encontrarse
con
sus
discpulos.
Desde
el
principio,
los
cristianos
vivieron
la
Eucarista
como
recuerdo
de
la
muerte
del
Seor
y
como
espera
y
tensin
hacia
la
manifestacin
del
Reino
de
Dios
en
plenitud.
Esta
esperanza
se
fue
reformulando
cristolgicamente;
ya
no
era
simplemente
esperar
el
Reino,
sino
esperar
la
venida
gloriosa
del
Seor.
Se
percibe,
cada
vez
con
ms
claridad
que
el
Reino
de
Dios
es
inseparable
de
la
persona
de
Jess.
En
Pablo,
despus
del
relato
de
la
institucin,
cuando
ya
no
transmite
la
tradicin
recibida,
encontramos
la
perspectiva
escatolgica
pero
reformulada
cristolgicamente:
Pgina
5
de
5
Cuantas veces comis este pan y bebis esta copa, anunciis la muerte del Seor hasta que l venga. (v. 26). Esta tensin escatolgica, esperando la venida del Seor, es la que se expresa con la famosa frase o expresin aramea, maranatha, ven, Seor, que se encuentra en el captulo 16 de la primera carta a los Corintios y en el captulo 22 del Apocalipsis; es, probablemente una de las oraciones cristianas ms antiguas.
5. LAS ACCIONES PROFTICAS DE JESS EN LA LTIMA CENA Jess dice unas palabras sobre el pan y el vino pero hace tambin unos gestos.
Normalmente
los
estudiosos
han
dado
mucha
importancia
a
las
palabras
y
quizs
no
han
dado
tanta
como
deberan
darle
a
los
ritos;
yo
creo
que
ambos
aspectos
son
inseparables.
Estos
gestos
que
realiza
Jess
hay
que
entenderlos
a
la
luz
de
las
acciones
de
los
profetas
del
Antiguo
Testamento.
En
momentos
especialmente
importantes,
cuando
parece
que
el
lenguaje
normal
se
queda
corto,
los
profetas
recurren
a
acciones
inslitas,
extraas,
pero
cargadas
de
significado.
Por
poner
solo
un
ejemplo:
Jeremas
rompe
una
jarra
delante
de
sus
compatriotas
y
les
dice:
As
dice
Yahv
Sebaot,
del
mismo
modo
romper
yo
a
este
pueblo
y
a
esta
ciudad
como
se
rompe
un
cacharro
de
loza
y
no
se
puede
recomponer.
Los
profetas
recurren
a
signos
de
ese
tipo
en
situaciones
de
tensin
especial,
en
las
que
sienten
la
necesidad
extrema
de
actuar
y
hablar
con
la
mxima
energa
y
persuasin.
No
se
trata
de
representaciones
meramente
pedaggicas;
de
alguna
manera,
las
acciones
profticas
hacen
ya
presente
la
intervencin
divina
que
significan;
hay
establecido
un
vnculo
entre
el
gesto
significativo
y
la
realidad
de
la
que
es
seal,
de
suerte
que
la
realidad
anunciada
es
ya
tan
irrevocable
como
el
gesto
realizado.
El
gesto
proftico
va
siempre
acompaado
de
unas
palabras
que
explican
su
significado.
Tambin
Jess
habla
y
acta;
sus
milagros
no
son
una
mera
ilustracin
de
su
doctrina,
sino
acciones
profticas
que
significan
y
hacen
realidad
la
presencia
del
Reino
de
Dios.
Ejecuta
otras
acciones,
como
el
cambiar
de
nombre
a
Simn
o
las
comidas,
de
las
que
he
hablado
antes,
pero
este
tipo
de
acciones
profticas
se
acumulan
al
final
de
la
vida
de
Jess.
Las
acciones
de
Jess
superan
esencialmente
las
de
los
profetas
del
Antiguo
Testamento
porque
l
no
pretende
anunciar
una
intervencin
divina
ms,
sino
la
escatolgica
y
definitiva.
Un
autor
que
ha
estudiado
muy
a
fondo
esta
cuestin1,
habla
de
las
acciones
simblicas
escatolgicas.
Los
gestos,
las
acciones
de
Jess
en
la
cena,
son
acciones
simblicas
escatolgicas
porque
con
ellas
Jess
quiere
explicar
lo
que
entiende
que
va
a
ser
la
accin
divina
definitiva
en
favor
de
todo
el
pueblo
de
Israel.
Hay
otros
gestos
profticos
en
esta
ltima
semana
de
Jess,
sobre
todo
el
gran
gesto
proftico
del
Templo,
en
el
cual
no
podemos
entrar,
que
est
cargado
de
sentido
teolgico
y
que
tuvo
tambin
unas
repercusiones
histricas
indudables,
porque
creo
que
est
en
el
origen
inmediato
de
la
decisin
de
las
autoridades
judas
de
eliminar
a
Jess.
La
accin
proftica
con
el
pan
En
la
ltima
cena
Jess
ejerce
de
anfitrin
y
como
tal
dice
el
texto-
coge
el
pan
y
lo
bendice.
Es
la
berak
la
bendicin
de
los
judos-.
Mateo
y
Marcos
lo
traducen
como
bendecir;
Lucas
y
Pablo
lo
traducen
como
dar
gracias,
el
eujaristesas.
La
bendicin
era
un
gesto
normal
en
una
comida
festiva
juda
para
dar
gracias
a
Dios
por
todos
sus
dones
y
para
alabarle.
Despus,
Jess
parte
el
pan
y
se
lo
da
a
los
discpulos.
1
Pgina 6 de 6
Cuando
el
presidente
del
banquete
enviaba
el
pan
bendito
a
los
comensales,
les
transmita
con
l
la
bendicin
de
Dios.
En
el
caso
de
Jess
no
poda
tratarse
sino
del
ofrecimiento
de
la
salvacin
divina
escatolgica
que
fue
la
causa
de
toda
su
vida;
Jess
no
es
un
simple
profeta,
no
habla
de
una
mera
intervencin
divina,
sino
de
la
decisiva
e
irrevocable
que
es
inseparable
de
su
persona.
Pero,
a
la
vez
que
ejecuta
el
gesto,
Jess,
en
lnea
con
la
tradicin
proftica,
pronuncia
unas
palabras
que
pretenden
aclarar
su
sentido;
son
palabras
muy
simples,
muy
sencillas,
que
tienen
todas
las
probabilidades
de
ser
histricas.
No
era
costumbre
que,
cuando
se
parta
y
se
entregaba
el
pan,
se
pronunciase
palabra
alguna;
en
cambio
Jess
s
lo
hace
y
acompaa
el
reparto
con
unas
palabras
inslitas:
Tomad,
esto
es
mi
cuerpo.
Yo
creo
que
la
aadidura
paulina,
Esto
es
mi
cuerpo,
que
es
por
vosotroshiper
umn-,
no
aade
nada
que
no
est
ya
implcitamente
contenido
en
las
palabras
de
Marcos
cuando
dice:
Tomad.
La
antropologa
semtica
es
profundamente
unitaria;
no
habla
de
un
cuerpo
que
se
diferencie
de
un
principio
espiritual,
sino
que
est
pensando
en
el
cuerpo
como
toda
la
persona.
As
pues,
esto
es
mi
cuerpo
equivale
a
afirmar
esto
soy
yo.
Jess
utiliza
el
simbolismo
ms
comn,
el
del
pan,
el
alimento
bsico,
para
expresar
su
entrega.
Se
ofrece
como
alimento
a
sus
discpulos;
lo
que
ha
hecho
toda
su
vida
lo
realiza
ahora
con
especial
solemnidad
y
eficacia
como
resumen
y
expresin
de
toda
su
existencia.
Como
los
gestos
de
los
profetas,
en
el
ofrecimiento
del
pan
no
solo
se
anuncia,
sino
que
se
realiza
ya
la
entrega
de
Jess
que
culminar
en
el
calvario.
El
signo
del
pan
recapitula
toda
la
vida
de
Jess
y
prefigura
el
hecho
irrepetible
y
decisivo
de
la
cruz,
pero
este
gesto
de
Jess
requiere,
para
su
consumacin,
la
aceptacin
por
parte
de
los
comensales;
los
discpulos
estn
connotados
en
la
entrega
del
pan
y
en
las
palabras
que
la
acompaan:
Tomad.
Es
una
accin
que
busca
el
dilogo,
el
encuentro,
la
comunin;
es
un
ofrecimiento
a
participar
de
su
entrega,
de
su
servicio,
de
su
muerte
confiada;
este
pan
propiamente,
ms
que
un
don
esttico,
es
un
donante
personal
que
ofrece
la
comunin
con
l,
la
participacin
en
su
destino.
Jess
eleva
el
pan
a
smbolo
decisivo
de
su
persona
y
de
su
existencia.
Revela
Jess
su
ser
ms
profundo,
ser
para
Dios
y
ser
para
los
hombres.
Como
bien
sabemos,
la
reflexin
posterior
de
la
Iglesia
hizo
de
Jesucristo
el
centro
de
su
mensaje
y
explicit
la
dimensin
cristolgica
implcita
en
el
anuncio
de
Jess.
Muy
pronto
afirmar,
con
un
realismo
extraordinario,
la
identificacin
de
Jess
con
el
pan:
El
pan
que
yo
dar,
es
mi
carne
para
la
vida
del
mundo,
dice
el
evangelio
de
Juan
en
el
captulo
6,
pero
no
est
exento
de
peligros.
El
pan
y
el
vino
no
son
comprensibles
sino
como
vehculos
de
comunin
y
participacin
con
la
vida
entera
de
Jess
que
en
ellos
se
expresa;
se
tergiversa
el
sentido
de
la
cena
de
Jess
y
las
palabras
y
gestos
degeneran
en
rito
mgico,
si
se
les
asla
de
lo
que
Jess
expresaba
con
ellos
y
de
la
comunin
existencial
que
quieren
producir.
Esto
ha
sucedido
con
mucha
frecuencia
en
la
Iglesia
y,
ya
desde
los
inicios,
fue
un
problema
en
las
comunidades
paulinas.
La
accin
proftica
con
la
copa
Al
final
de
la
cena
Jess
utiliza
un
gesto
consuetudinario,
judo,
la
accin
de
gracias
con
la
copa
del
vino,
pero
llenndolo
de
un
sentido
especial
para
lo
cual
introduce
dos
novedades:
Primero
lo
acompaa
de
unas
palabras
interpretativas,
y
en
segundo
lugar
invita
a
beber
a
todos
de
la
misma
copa,
en
contra
del
uso
normal
que
era
que
cada
uno
utilizase
la
suya.
Invita
a
beber
de
su
copa,
es
decir,
a
participar
de
su
vida,
pero
tambin
a
fortalecer
los
vnculos
entre
todos
ellos,
porque
la
copa
es
nica.
Pgina
7
de
7
Pero
hay
que
aadir
ms;
el
mero
gesto
de
la
copa
ya
est
presentando
la
perspectiva
de
la
muerte
de
Jess
como
ciertamente
no
lo
haca
todava
el
gesto
del
pan.
Recordemos
cmo
se
utiliza
la
copa
y
la
imagen
de
la
copa
en
el
Nuevo
Testamento:
cuando
Jess
ora
en
Getseman,
dice:
Que
pase
de
m
esta
copa;
o
cuando
les
pregunta
a
los
hijos
de
Zebedeo,
Podis
beber
la
copa
que
yo
he
de
beber?
Al
invitar
en
aquella
hora
a
beber
de
su
copa,
Jess
les
est
invitando
a
participar
de
su
muerte
o,
si
quieren,
les
est
invitando
a
participar
del
estilo
de
vida,
el
suyo,
que
le
va
a
llevar
a
la
muerte.
Es
totalmente
infundado
pensar
que
Jess
estableci
un
simbolismo
basado
en
la
separacin
cuerpo-sangre,
como
si
el
pan
partido
representase
el
cuerpo
roto
y
el
vino
rojo
la
sangre
derramada.
Sabemos
que
el
cuerpo
es
la
persona
entera;
la
sangre
era
el
principio
vital
y
no
poda
referirse
a
una
sustancia
orgnica,
sino
a
la
persona
en
cuanto
animada.
La
expresin
sangre
derramada
es
un
tecnicismo
para
expresar
la
muerte
violenta,
es
decir,
la
accin
del
pan
y
la
accin
de
la
copa
son
dos
gestos
profticos
completos
y
con
pleno
sentido
cada
uno
de
ellos.
Cmo
hay
que
entender
las
palabras
que
Jess
pronuncia
sobre
la
copa?
Ciertamente
son
ms
largas
que
las
del
pan,
estn
mucho
ms
teologizadas
y
presentan
una
interpretacin
explcita
de
la
muerte
de
Jess.
Vemos
que
la
tradicin
jerosolimitana
y
la
tradicin
antioquena
tienen
sus
divergencias,
pero
ambas
coinciden
en
considerar
que
la
muerte
de
Jess
sirve
para
establecer
una
nueva
relacin
entre
Dios
y
los
hombres.
Pese
a
sus
diferencias,
ambas
usan
el
smbolo
veterotestamentario
de
la
alianza
para
designar
la
salvacin
escatolgica.
Se
estn
utilizando
fundamentalmente
tres
textos
del
Antiguo
Testamento:
Mateo
y
Marcos
dicen:
Esta
es
mi
sangre
de
la
alianza.
Aqu
hay
una
inequvoca
referencia
al
texto
de
xodo
24,1-11,
cuando
Moiss
recibe
de
Dios
los
mandatos
que
tiene
que
inculcar
al
pueblo
de
Israel
y
entonces
manda
a
unos
jvenes
que
maten
unos
novillos
con
cuya
sangre
roca
la
piedra
y
despus
tambin
roca
al
pueblo;
y
afirma:
Esta
es
la
sangre
de
la
alianza
que
Dios
ha
hecho
con
vosotros.
Posteriormente,
Moiss
y
los
ancianos,
comieron
y
bebieron.
La
sangre
de
la
alianza
simboliza
la
comunin
de
Dios
con
su
pueblo.
En
el
texto
bblico
(Ex
24),
el
rito
de
la
sangre
no
es
un
sacrificio
de
expiacin,
sino
de
comunin;
lo
que
est
en
juego
no
es
el
perdn
de
los
pecados,
sino
la
comunin
con
Dios.
El
segundo
texto
lo
encontramos
en
Pablo,
en
el
que
las
palabras
son:
Esta
copa
es
la
nueva
alianza
en
mi
sangre.
Fjense
que
esta
versin
subraya
ms
el
tema
de
la
alianza;
la
copa
se
equipara
directamente
con
la
alianza,
y
se
afirma
que
es
una
alianza
nueva.
Hay
una
referencia
a
Jeremas,
captulo
31,31-33,
que
dice:
He
aqu
que
vienen
das
que
yo
pactar
con
la
casa
de
Israel
una
nueva
alianza,
no
como
la
alianza
que
pact
con
sus
padres,
que
ellos
rompieron
mi
alianza.
Esa
ser
la
alianza
que
yo
pactar
con
la
casa
de
Israel
despus
de
aquellos
das,
pondr
mi
ley
en
su
interior
y
sobre
sus
corazones
la
escribir
y
yo
ser
su
Dios
y
ellos
sern
mi
pueblo.
Jeremas
escribe
despus
de
la
catstrofe
del
exilio
y
no
piensa
en
la
renovacin
de
una
alianza
que
est
grabada
en
piedras,
sino
en
una
nueva
relacin
escatolgica
con
Dios
que
se
consigue,
no
por
medio
de
una
ley
externa,
sino
de
una
ley
interior,
el
espritu
que
es
dado
a
los
creyentes.
En
tercer
lugar,
Jess
es
presentado
como
el
siervo
de
Yahv
de
Isaas,
captulo
53,
que
establece
la
alianza
en
favor
de
todos
los
hombres
por
medio
de
su
sangre
derramada,
por
medio
de
la
muerte
violenta
que
padece.
Pgina
8
de
8
Dice el texto solo leo los versculos que estn ms claramente aludidos-: Yahv descarg sobre l el siervo- la culpa de todos nosotros; con poderosos repartir despojos ya que indefenso se entreg a la muerte; con los rebeldes fue contado cuando l llev el pecado de muchos e intercedi por los rebeldes. En este texto se usa una categora cultual del Antiguo Testamento, la categora de la expiacin, pero reinterpretada en clave existencial y personalista; su vida proftica y justa es considerada como un valor expiatorio por los pecados y por todos. Pues bien, Jess es el siervo de Yahv; su sacrificio existencial, expresin de amor, anula todos los sacrificios cultuales y cumple lo que ellos no haban podido obtener: unas relaciones nuevas y definitivas entre los seres humanos y Dios. Esto lo expresa bellsimamente el captulo 10 de la carta a los Hebreos donde habla de cmo los sacerdotes tienen que estar ofreciendo los sacrificios continuamente porque stos no eran nunca eficaces. Dice as: Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaban; entonces dije: He aqu que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad. En virtud de esa voluntad quedamos santificados merced a la oblacin, de una vez para siempre, del cuerpo de Cristo. Merece la pena leer toda la primera parte del captulo 10 de la carta a los Hebreos. Las palabras de Jess sobre la copa, en Marcos, 14,24, tienen semejanza en los evangelios con las palabras de Marcos 10,45: El hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir, y a dar su vida en redencin por muchos. Fjense que del hijo del Hombre se habla en el captulo 7 del libro de Daniel; pero all es una figura gloriosa, que va sobre las nubes del cielo, se acerca al trono de Dios y Dios le confiere a l todo el poder, toda la gloria, todo el imperio y todos los pueblos le adoran y le sirven. En el libro de Daniel, el Hijo del Hombre recibe la adoracin y el servicio de todos los pueblos; en cambio vemos que Jess dice que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir. La salvacin viene, no a pesar de su muerte, sino gracias, precisamente a ella. Siempre ha interesado mucho a los telogos saber cmo interpret Jess su muerte, histricamente. Obviamente, no es posible obtener una certeza sobre lo que ocurri en la mente de Jess en aquella ocasin. Una vez ms, es importante caer en la cuenta de que la fe del cristiano en la Eucarista, no depende de lo que pueda reconstruir de las palabras del Jess histrico, pero creo que hay que notar que estas discusiones sobre la muerte de Jess tienen el peligro de aislarla y ver en ella una accin puntual al modo de los sacrificios de religiones paganas. Hay que insistir, una vez ms, en que la muerte de Jess recibe su sentido de su vida; es expresin de entrega a los hombres y de fidelidad a Dios. Su sacrificio es personal y no ritual; lo que busca Jess con toda su vida no es solamente quitar los pecados, sino dar vida nueva: he venido para que tengan vida, y para que tengan vida en abundancia.
6. EL MEMORIAL DE LA ENTREGA DE JESS Y LA VIDA CRISTIANA He comenzado mi exposicin hablando de la memoria y de la importancia de la
memoria
en
un
grupo
social
para
conservar
y
cultivar
su
identidad.
Pues
bien,
el
justo
judo
sabe
que
su
primer
deber
es
acordarse
de
las
maravillas
de
Dios
con
su
pueblo;
olvidarse
de
Dios
es
el
peor
pecado,
la
infidelidad
y
la
apostasa.
Pero
el
recuerdo
no
es
la
simple
conservacin
del
pasado,
sino
la
permanencia
de
su
significado,
que
es
lo
que
tiene
valor
para
otras
pocas
y
para
el
ahora
de
cada
generacin.
El
pueblo
de
Israel
no
fa
sus
recuerdos
solo
a
la
memoria;
recurre
tambin
a
signos
de
los
grandes
hechos
salvficos
del
pasado.
Pgina
9
de
9
La
liturgia,
sobre
todo,
ser
un
medio
de
hacer
memoria,
de
hacer
presentes
los
hechos
salvficos
del
pasado,
especialmente
la
liturgia
de
Pascua.
El
texto
que
he
citado
de
xodo,
12,14,
ste
ser
un
da
de
memorial,
el
zkkaron,
un
da
memorable
para
vosotros
y
lo
celebraris
de
generacin
en
generacin
y
en
el
relato
de
la
cena
pascual,
que
realizaba
el
padre
de
familia
antes
de
comenzar
a
cenar,
se
deca:
Ha
de
considerarse
cada
uno
a
s
mismo
como
si
hubiese
l
salido
de
Egipto,
ya
que
est
escrito:
lo
explicars
a
tu
hijo
en
aquel
da
diciendo,
es
lo
que
el
Seor
hizo
por
m
al
salir
de
Egipto.
En
el
Antiguo
Testamento,
la
liberacin
de
Egipto
es
el
hecho
salvfico
central,
decisivo
e
irrepetible,
y
la
cena
pascual
era
el
signo
proftico
que
lo
anunci
poco
antes
de
que
el
acontecimiento
tuviese
lugar.
La
cena
pascual
lo
actualizaba
despus
en
el
futuro
lejano
para
que
todas
las
generaciones
pudiesen
ser
partcipes
de
l.
Los
cristianos
comprendieron,
a
la
luz
de
la
pascua,
que
la
muerte
y
resurreccin
de
Jess
es
el
hecho
salvfico
definitivo,
la
nueva
Pascua;
y,
con
toda
lgica,
aplicaron
a
la
cena
de
Jess
el
mandato
de
memoria
y
repeticin
con
que
los
judos
celebraban
su
antigua
cena.
El
ste
ser
un
da
memorable
y
lo
celebraris
de
generacin
en
generacin,
se
convierte
en
el
Haced
esto
en
memoria
ma.
Es
ahora
la
cena
de
Jess
el
signo
proftico
que
prefigura
la
entrega
cercana
del
calvario,
el
hecho
decisivo
e
irrepetible
de
su
muerte
y
resurreccin,
pero
a
la
vez
apunta
a
un
futuro
lejano
para
que,
mediante
su
actualizacin,
todas
las
generaciones
puedan
participar
del
hecho
irrepetible
y
decisivo
del
pasado.
En
la
cena,
el
cristiano
se
siente
partcipe
de
la
muerte
y
resurreccin
de
Jess
y
con
la
responsabilidad
de
hacer
suya
su
entrega
de
amor
sin
lmites.
En
el
pan
y
la
copa
se
hace
presente
toda
la
vida
de
Jess
que
culmina
en
la
cruz
y
en
la
tumba
vaca;
es
un
error
aislar
los
elementos
o
separarlos
de
la
existencia
cotidiana.
La
eucarista
es
la
actualizacin,
por
medio
del
rito,
de
toda
la
existencia
de
Jess,
de
la
misma
manera
que
la
cena
de
Jess
fue
el
resumen
de
toda
su
vida
y
la
expresin
de
sus
actitudes
ms
profundas.
Celebrar
la
cena
del
Seor
es
participar
en
su
entrega
hasta
la
muerte
y
en
su
resurreccin,
e
implica
la
identificacin
con
su
fidelidad
a
la
causa
del
Reino
de
Dios,
con
su
entrega
voluntaria
y
libre
al
servicio
del
prjimo,
hasta
dar
la
propia
vida.
Pero
la
memoria
se
degrada
con
facilidad;
muchos
judos
crean
que
el
recuerdo
de
la
liberacin
de
Yahv
consista
en
ampliar
las
filacterias
o
en
recitar
con
voz
muy
alta
y
espectacular,
la
shem,
-escucha
Israel,
el
Seor
es
el
nico
Dios-.
Pero
se
olvidaban
de
lo
fundamental,
la
justicia,
la
misericordia
y
la
fe.
Nuestras
eucaristas
son
un
sucedneo
que
degrada
la
memoria
de
Jess
cuando
de
ellas
no
brota
solidaridad
con
los
pobres,
pasin
por
la
justicia
y
la
fraternidad,
entraas
de
misericordia,
espritu
de
libertad,
fidelidad
al
Dios
del
Reino.
Pablo
dira
que,
si
esto
no
se
da,
esto
ya
no
es
comer
la
cena
del
Seor.
Este
peligro
que
hoy
nos
acecha
y
con
frecuencia
hasta
nos
corrompe,
fue
muy
pronto
realidad.
Quizs
por
eso
San
Juan,
el
ltimo
evangelista,
en
cuya
comunidad
se
conoce
muy
bien
la
eucarista
y
se
celebra
recuerden
el
captulo
6
de
su
evangelio-
sin
embargo,
no
relata
en
la
ltima
cena
la
institucin
de
la
eucarista,
sino
que
narra
el
lavatorio
de
los
pies;
no
pretende
sustituirla,
sino
transmitir
su
sentido
profundo.
Jess
realiza
el
papel
de
un
esclavo,
hace
el
trabajo
ms
humillante,
lava
los
pies
a
los
dems,
sin
manto,
con
la
toalla
ceida,
actitud
tpica
de
un
sirviente.
Una
vez
ms,
ahora
ya
al
final
de
su
vida,
sus
discpulos
no
le
entienden;
Pedro
protesta
y
hasta
se
niega
al
gesto
de
Jess.
A
la
Iglesia
le
resulta
ms
fcil
celebrar
el
rito
de
la
cena
del
Seor
que
vivir
su
sentido;
pero
es
el
mismo
Seor
quien,
con
el
pan
y
la
copa
en
la
mano
nos
dice,
Haced
esto
en
memoria
ma
y
quien,
como
esclavo
a
los
pies
de
los
hermanos,
nos
dice,
Haced
tambin
vosotros
como
yo
he
hecho.
Sin
duda
se
trata
de
un
mismo
gesto.
Pgina
10
de
10
DILOGO
P.
Qu
interpretacin
hacen
los
judos
del
Nuevo
Testamento?
R.
Los
cristianos
asumimos
el
Antiguo
Testamento
como
Sagradas
Escrituras,
pero
no
en
su
estricto
sentido
literal,
sino
reinterpretndolas
a
la
luz
de
Jess.
En
cambio,
para
los
judos
el
Nuevo
Testamento
no
es
Sagrada
Escritura;
muchos
judos
en
la
actualidad
consideran
que
son
unos
textos
preciosos
y
muy
valiosos
de
su
propia
tradicin
juda,
y,
cada
vez
ms,
los
tienen
en
alta
estima.
Ha
habido
una
historia
de
desencuentros
en
que
las
relaciones
entre
judos
y
cristianos
eran
psimas
y
los
judos
prcticamente
desconocan
o
renegaban
de
lo
que
nosotros
llamamos
Nuevo
Testamento;
ellos
no
lo
llaman
as;
consideran
que
es
una
literatura
bblica
muy
valiosa,
que
pertenece
al
patrimonio
espiritual
del
pueblo
judo
pero,
evidentemente
no
le
dan
el
mismo
valor
que
le
puede
dar
un
cristiano.
P.
A
qu
se
deben
las
variaciones
en
los
relatos
de
la
institucin
de
la
Eucarista
si
quienes
lo
relatan
fueron
testigos
presenciales
de
la
ltima
Cena?
R.
Habra
que
ver
varias
cuestiones:
Primero
quines
son
los
autores
de
los
evangelios
que
se
atribuyen
a
Marcos,
Mateo,
Lucas
y
Juan.
En
segundo
lugar,
las
diferencias
en
el
relato
de
los
gestos
de
Jess
con
el
pan
y
con
el
vino,
son
pequeas;
se
trata
de
un
texto
litrgico
y
stos
se
suelen
transmitir
de
una
manera
muy
formalizada,
muy
concreta.
Adems,
el
valor
no
viene
de
que
estn
en
los
evangelios
atribuidos
a
Marcos,
Mateo
y
Lucas,
sino
a
que
nos
encontramos
aqu
con
unas
tradiciones
litrgicas
muy
antiguas,
que
los
redactores
de
los
evangelios
han
incorporado
a
sus
relatos.
En
cuanto
a
Pablo,
Antioqua
era
una
comunidad
cristiana
muy
antigua,
fundada
quizs
por
los
que
tuvieron
que
huir
de
Jerusaln
en
los
aos
30,
y
en
la
que
Pablo
estuvo
despus
de
su
conversin;
fundamentalmente
es
all
donde
recibe
la
tradicin
cristiana.
Este
bagaje
de
tradiciones
litrgicas
que
Pablo
conoce,
los
recibi,
muy
probablemente,
en
esa
comunidad
antioquena,
que
tiene
races
jerosolimitanas.
Yo
creo
que
las
divergencias
son
de
carcter
menor;
en
el
gesto
del
pan,
sobre
todo,
la
coincidencia
es
prcticamente
total;
en
el
gesto
del
vino,
al
ser
palabras
ms
teologizadas
en
las
cuales
hay
ms
elaboracin
por
parte
de
la
Iglesia,
tambin
hay
alguna
diferencia,
pero,
como
digo,
creo
que
son
diferencias
menores
porque
coinciden
bsicamente
en
el
sentido
que
le
estn
dando
al
gesto,
y
puede
pensarse
que
estn
interpretando
lo
que
Jess
hizo
realmente
en
la
ltima
cena.
Nada
ms,
muchas
gracias.
Bibliografa
Heinz
Schrmann,
Cmo
entendi
y
vivi
Jess
su
muerte?
Reflexiones
exegticas
y
panormicas,
Sgueme,
Salamanca
1982
Heinz
Schrmann,
El
destino
de
Jess:
su
vida
y
su
muerte,
Sgueme,
Salamanca
2003
Rafael
Aguirre,
Las
races
bblicas
de
la
fe
cristiana,
PPC,
Madrid
1997,
116-158
Joseph
Ratzinger-Benedicto
XVI,
Jess
de
Nazaret.
Desde
la
entrada
en
Jerusaln
hasta
la
Resurreccin,
Encuentro,
Madrid
2011,
125-172
Pgina 11 de 11