Ella estaba atareada con tantos papeles por resolver, alcanzada por los mails pendientes por contestar en el Outlook, pendiente por responder los mensajes de texto románticos de su esposo en el Blackberry, por contestar las llamadas de la Dirección Nacional , atender los parsimoniosos proveedores de insumos quirúrgicos, preocupada por cuadrar su agenda porque en el colegio del niño la citaron para una reunión de concertación (y no sabía muy bien, que debía concertar en un colegio en el cual le quitaban la mitad de sueldo mensual) y de velar por la logística del proyecto voluntario 25/7 (PV25/7).
Yo, iba subiendo el interminable puente peatonal del Transmilenio de la Cardio Infantil, iba pensando en que íbamos a almorzar, pensando en cómo estará de salud mi amigo Julián al que no veía desde el último festival Iberoamericano de Teatro, pensaba en como seguiría su adicción a la heroína, pensaba en su nueva familia pues ahora era el padre de un bellísimo varón de 4 meses. Iba jadeando, pensando la idea recurrente de que en otra vida fui un judío errante y que mis pies seguían cansados de caminar en esta vida, iba respirando con dificultad pues la altura de Bogotá mengua mi fuerza pulmonar con la presión atmosférica y la poca humedad relativa.
Ella Iba en su carro rumbo a la 126, donde tendría que parar para averiguar cómo iban las cosas, firmar unos documentos y hablar con la directora operativa del proyecto PV25/7, además tenía que llevarle unas flores a la enfermera que estaba de cumpleaños y había olvidado comprarlas cuando ya estaba metida en la 100 sin retorno cercano, entonces decidió que debía cambiar su detalle y comprar una botella de vino en una licorera que estaba en el camino.
Yo, me encontré con Julián, nos abrazamos, sentí su cuerpo delgado y ese olor particular que siempre lo acompaña, me dijo que el bebe estaba hermoso y me mostro una foto de su celular corroborando que era su mayor alegría.
Ella compro una botella de vino blanco semi-espumante, muy barato, pues pensó que al fin y al cabo era una enfermera mas y no merecía más que eso, dudo al comprar el vino tinto y acertó en que la ignorancia de la mujer no le permitiría distinguir los placeres del vino tinto. Pago con tarjeta debito y siguió su camino rumbo al parque donde estaba instalado el proyecto PV25/7.
Yo, hablaba con Julián de los cambios emotivos que acarrean en la vida el nacimiento de un hijo, le reconocí que eso, si, precisamente eso era el sentimiento que mas envidiaba de los Heterosexuales, que biológicamente podían reproducir, que podían gestar (ups! g…e…s…t…a…r) asistir el desarrollo fetal y los cambios hormonales y físicos que nunca dos hombres podrán vivir, al menos por ahora. Julián me conto que cuando nació su bebe, lo hizo llorar cuando este se aferro a su dedo índice con fuerza, si, con la misma fuerza que él apretaba su brazo para hacer brotar su vena e inyectarse el veneno que lo hacía volar, él pensó que podría dejar su fatal adicción.
Ella freno en seco, había olvidado la cita en el colegio del niño, debía aplazar su visita al parque y dirigirse de inmediato al colegio, ya eran las 1:30 pm, y sabia que debía llegar temprano o si no, esa militante monja del Opus donde seria criado su único hijo, la reprimiría con una furia ciega. Piso el acelerador y miro su reloj, el mismo que le había regalado su esposo el día de su cumpleaños, y acelero un poco más.
Yo sentí lastima y una esperanzadora fe de que ese hijo le arrebatara a la heroína, el destino de su padre. Luego Julián me confesó que ya no iba a prostíbulos, que había reconocido que eso no traería nada bueno a su vida, y yo pensé que mi vida era una fiesta infantil comparada con el infierno homérico de mi amigo, agradecí a la vida por el destino que me puso, y simplemente atine en decir: “tu vida tiene que cambiar por el bien de tu familia”.
Ella aceleraba y pensaba que por más que lo hiciera, ya la monja demoniaca estaba frunciendo el ceño, eran las 2:00 pm, y todavía estaba lejos. Entonces llamo al celular de la Coordinadora Académica y le reporto su inapropiado percance: un embotellamiento en el Portal del Norte. Al llegar ella sintió acelerado su corazón, sentía miedo y pensó que debía sacar a su hijo de este sitio, pues podría convertirse en el ogro agresivo que fue su padre. Se sentó, me abotono la blusa y se peino un poco con las manos y espero 10 minutos, y mientras entro la blanquísima monja en silencio y le dijo: Lamento mi tardanza, pero usted se la merece”
Yo, caminaba con prisa, por alguna razón sentí que no debí asistir a ese encuentro, sentí que algunas personas no tienen esperanzas de salir del hueco en el que se meten, y eso me contamina, eso me pone triste y por eso me encontraba pensando en que había sido un error.
Ella pensó, que no debió asistir a esa reunión, que debió dejar metida a esa maldita bruja de habito y rosario amarrado en la cintura, si, en esa cintura escuálida, esas caderas infértiles que no sabían del ensanchamiento reproductivo y del placer de parir un hijo. Pensó que por alguna razón odiaba a esa mujer, por recalcitrante, por inquisidora, por represiva, y sobre todo por ser una ignorante de la época de la inquisición.
Yo sabía que esta reunión terminaría pronto y que mi vida seguiría, que el pertenecía a un mundo oscuro en el cual se perdería poco a poco, pues sus pocas ganas de salir de eso lo habían llevado ahora a inyectarse la planta de los pies, para tener de aspecto normal el pliegue de sus brazos. Cuando una mujer blanca interrumpió mis pensamientos y el monologo de Julián, el cual asistía con aprobación y daba continuidad musitando: “Ajam”; la mujer dijo: “Que jóvenes tan sanos y apuestos, imagino que sus corazones son igual de bondadoso y caritativos, la donación voluntaria y no remunerada de sangre se destaca como un excelente ejemplo de sensibilización.” Y entonces Julián sintió entrar en su cuerpo el arrojo pasional por donar sangre, pues recordó que su esposa tuvo una hemorragia en el parto y si no fuera por la diligencia del Banco de Sangre había muerto, así que me animo, pero seguí pensando en el carácter de la mujer, en lo entusiasta y noble que se veía.
Ella había salido furiosa del colegio, pues su hijo, su único hijo tenía un comportamiento indecoroso en las horas de educación física con su compañero de curso, su hijo era señalado como un “problema de actitud” y el cual debía ser corregido. Manejo mucho más rápido en el sentido contrario en el que la llevo al lugar, sintió que podría atropellara alguien y volarse y nadie la alcanzaría, giro de manera trepidante hacia la izquierda y las llantas de su auto rechinaron, y nuevamente freno en seco. Era la segunda vez que frenaba en seco, pero esta vez era que había olvidado que era una dama, una madre, una jefe, una hija, una nieta, y sobre todo un ser humano. Se dirigió al parque al proyecto PV25/7, y se encontró con un hombre acalorado, que mostraba señas de un disgusto enorme, y que alegaba con furia con la Psicóloga encargada del proyecto. Saco la Botella de Vino blanco barato y se la dio a la enfermera, sin mirarla, solo miraba fijamente la acalorada discusión del hombre, y miraba el rostro demudado de la Psicóloga sin saber que decir, sin poder pelear, entonces se acerco…
Por primavera vez, ella y yo hablábamos. Nuestras vidas se habían cruzado para demostrarnos una lección de vida cada uno:
Ella: Señor, buen día! Le podría ayudar en algo, soy la Directora del Proyecto PV25/7?
Yo: Señora buen día, Ud. No se imagina el mal rato que me ha hecho pasar esta señora
Ella: Señor podemos pasar a la Móvil, ahí podemos hablar con más calma
La Otra: Disculpe jefe, lo que pasa es que el Sr. Es un… ósea es de los de alto riesgo
Ella: Vamos los tres y aclaramos la situación por favor
Yo: la verdad considero que esto ha ido demasiado lejos
Ella: Señor cálmese, podría Ud. Entrar con nosotras y hablamos
La Otra: con esta gente no se puede Jefa
Ella: Dra. Porque mas bien, evita esta penosa situación
Yo: (esta Hijueputa)…
Ella: Sr. Tome asiento
La Otra: mire jefe, sucede que el Sr. Cortes pertenece al grupo de los “autoexcluidos” y por tanto en el momento del filtro de la entrevista se enojo por qué le dije, que su sangre no podía ser recibida.
Yo: Mire señora, la situación es la siguiente: yo soy homosexual, si he tenido relaciones sexuales con hombres después de 1978 (aunque nací en el 1981) como dice su encuesta, no he tenido relaciones sexuales con prostitutas, no me he drogado con objetos corto punzantes ni en grupo, ni solo , ni nada!. Sin embargo he respondido con toda la honestidad que este acto de “buena fe y voluntad” amerita. Pero mi problema no es ella, su pseudo-psicologa líder de campo, mi problema es con las restricciones establecida por La Cruz Roja Colombiana, pues atenta con la declaración del primer, si el primer, articulo de la declaración universal de derechos humanos, del cual estoy seguro la señora presente acá no sabe nada sobre la libertad e igualdad en dignidad y derechos, y mucho menos en comportarse fraternalmente los unos con los otros…
La Otra: Pero Sr. Cortes nada de eso tiene que ver, Ud. Está tomando las cosas por ot…
Yo: Cállese, la verdad Ud. y yo no tenemos el mismo nivel de entendimiento de las cosas
Ella: Sr. Cortes le pido respeto por la Dra., por favor!
Yo: Respeto? Dra.? Disculpe Sra. Pero acaso es Ud. Doctorada en algo?
La Otra: Si, Sr. Cortes Soy Psicóloga
Yo: De verdad Ud. Y yo tenemos un abismo intelectual en el cual no pienso pormenorizar
Ella: Sr. Cortes…
Yo: Disculpe, le decía entonces que el trato recibido es justificado la normativa discriminatoria que la Cruz Roja ha establecido para nuestros países del tercer mundo. Sra. Le informo por si acaso Ud. No lo sabe, no es lo mismo que se diga: “No done si Tú o tu pareja trabajan en el ámbito de la prostitución, o si has tenido relaciones sexuales con una persona que no sea tu pareja y no has usado preservativo”. A decir de la manera tan injusta, tan odiosamente belicosa y tan poco profesional: “No done si usted es homosexual, bisexual o Prostituta”
Ella: Pero Sr. Cortes usted debe entender que existen políticas de selección y exclusión
Yo: Si, Sra. La entiendo perfectamente, no que no puedo tolerar es la falta de consideración y respeto, eso es lo que no tolero, eso es lo que me tiene alzando la voz, y es que lo digo por todos los que no lo han dicho y se van con la cabeza agachada. Mire usted cree que un tipo como yo, joven, profesional, educado y a lo menos mas culto que el promedio general de los transeúntes afuera de esta oficina móvil, va a tener la osadía de no proteger la vida ante la cantidad ingente de Enfermedades de transmisión sexual, ante el peligro de perder la alegría por un impulso carnal? Usted cree que no me protejo, Sra. Es mi vida, es mi vida, no la suya, es la mía, y como estoy seguro Ud. Debe cuidar su vida como su bien mas propio. Ahora bien, estoy seguro que después de las colectas voluntarias de sangre deben detectar en algunos anticuerpos irregulares ya sea por alguna ETS o alguna sustancia que genere un desbalance organoléptico de la sangre, sabe porque? Sabe porque las encuentra?
Ella: Porque nuestros donantes son probables descuidados en sus controles sanitarios y sexuales
Yo: No, es no es la respuesta. La respuesta es porque la gente no es honesta, la gente no es honesta consigo mismo, y menos con ustedes un grupo de desconocidos. Ahora bien Sra. Ud. cree los hombres heterosexuales contestan honestamente cuando se les pregunta si han tenido relaciones sexuales con prostitutas? Acaso las mujeres, ustedes mismas, solo les preocupa protegerse de no quedar embarazadas cuando el VPH galopa por el 65% de las mujeres de este País, y solo les importa no quedar embarazadas. Eso, Sra., Si es un grupo de alto riesgo, las desinformadas mujeres de clase alta media y baja, que jamás se les ocurrirá tener un creciente coliflor en el cuello del útero, verdad? No cree Ud. Sra. que sabiendo el riesgo que se corre en el mundo homosexual, no me cuido, no protejo mi vida, por lo menos nosotros lo tenemos claro por la presión como gente como ustedes generan, ahora bie…
Ella: Sr. Cortes puede dejarme hablar?
Yo: cuando termine de decirle todo lo que le tengo que decir, tendrá su oportunidad
Ella: Pero..
Yo: Entonces, Ud. Sigue pensando que vine solo a quitarme la sospecha de que tengo algo haciéndome una voluntaria donación que me alertara del peligro acontecido? Pues déjeme decirle que cuando extendí mi brazo para ofrecer mi voluntad de querer ayudar a otro ser humano, lo hice consciente de que mi sangre seria testeada para la determinación del grupo sanguíneo, de anticuerpos irregulares, de sífilis, de VIH, de Hepatitis B y C y hasta de transaminasas, de lo cual estoy seguro Ud. Dra. No tiene ni idea que significa.
La Otra: por supuesto que lo sé
Yo: no lo corroborare, sin embargo le quiero decir que soy consiente que a todo eso estaba expuesto mi altruista y voluntariosa humanidad, decidí brindar parte de mi vida, pero ahora Ud. me ha hecho arrepentirme, y sepa Ud. Que no soy un hombre que se arrepiente, y por si le queda duda, jamás me arrepentiré de haber nacido con la necesidad imperiosa de amar y sentir atracción física y afectiva por un ser de igual sexo que el mío. Yo solo espero, que Ud. Y Ud. tengan hijos sanos y educados en la más perfecta armonía y asepsia, pero no asepsia por la contaminación de algún agente biológico, no, que sean educados en la asepsia de la ignorancia, de la intolerancia y de la discriminación
Ella: Dra., podría por favor dejarnos al Sr. Cortes y a mí, a solas?
La Otra: Si como no, permiso
Ella: Sr. Cortes… (Dijo quebrándosele la voz)
Ella: Sr. Cortes, perdónenos… Sr. Cortes yo quiero que mi hijo sea como usted, Sr. Cortes, Ud. no se imagina por lo que estoy pasando
Lo demás, es decir lo hablado lo saben mis queridos lectores, hace parte del comienzo de esta historia. Sin embargo esta historia tiene varios finales:
1) Ella y yo, aun somos amigos y nos escribimos interminables mail, acerca de su hijo y de los cambios positivos que el entendimiento de los alcances de los artículos 15 y 16 sobre el desarrollo de la libre personalidad, y sobre el respeto que merecemos todos los seres humanos, seamos negros, indios, maricas, travestis, judíos, católicos… etc…etc…etc
2) Yo siento que todos debemos promover el respeto por los demás, hacernos respetar y no permitir jamás sea pisoteado nuestro nombre, nuestras identidades, nuestras orientaciones y sobre todo nuestra dignidad
3) Mi amigo Julián, murió el día de ayer 09 de Marzo del 2009, preso de un infierno que pudo más que sus ganas de ver crecer a su hijo, una sobredosis de ese liquido que entraba a su cuerpo lo hizo volar tan alto que no pudo retornar a su mundo real, el mundo que lo necesitaba y el verdadero mundo que lo extrañara ahora en su ausencia. Quise contar esta historia vivida con Julián tan solo hace unos meses, cuando después de todo se burlo de mi porque mi sangre, si, esa vilipendiada sangre de los maricas fue rechazada, mientras su sangre con altas trazas de morfina que danzaba mientras deprimía su sistema nervioso central, y lo hacía regresar a los corredizos oscuros de los puteaderos de Bogotá, esa sangre si fue aceptada; entonces el me dijo: "algún día parce, contaras esa historia y serás un Héroe, si un héroe de los maricas". Efectivamente esta es una historia de abatidos, triunfantes y sobre todo de un heroe que triunfo contra las ganas de vivir de un hombre confundido: la Heroína