A veces me paro a pensar.
Lo hago con disimulo, pocas, la verdad, porque la mayoría de las veces desvarío
o divago. No, no le estoy diciendo que diga “vago”, me refiero a divago del
verbo divagar, que no tiene nada que ver con el verbo vaguear. Bueno es posible
que sí tenga que ver, ya que muchos
vagos tienen mucho tiempo libre y… divagan. En fin, que me estoy yendo por las
ramas y voy a terminar cayéndome del árbol.
Como iba diciendo, a
veces me paro a pensar, desvariar o divagar. No quiero decir que vaya andando y
me pare, no, dejo lo que estoy haciendo y me paro a pensar, como hombre que
soy, no puedo hacer dos cosas a la vez. Y hoy me ha dado por desvariar acerca de una
cuestión trascendental: ¿Se ha parado usted alguna vez a pensar, la cantidad de
veces que ha subido por las escaleras de su casa? Yo sí. No me pregunte porqué,
pero lo he hecho.
Sí, sé que es raro. Y no sólo es raro el hecho de pararme a
pensar en cuántas veces he subido por las escaleras de mi casa, sino que
también es raro el hecho de pararme a pensar. Y esta vez no me he conformado
con eso, sino que además, también me he parado a pensar en las veces que las he
bajado. Y he llegado a la conclusión de que son las mismas. No sólo son las
mismas escaleras, sino que además las he subido las mismas veces que las he
bajado. Es decir, muchas. Demasiadas. Sin importar si lo he hecho deprisa o
despacio, aunque seguramente las baje más rápido de lo que las subo.
Y he llegado a esa conclusión yo solito,
porque si empleamos sólo un poco de lógica, siempre que subimos unas escaleras,
tarde o temprano las volvemos a bajar. Salvo que no vuelva usted a salir de
casa, lo cual me parece algo bastante improbable, y por mucho que ahora se
pueda comprar de casi todo sin salir de casa, siempre habrá algún motivo para
que vuelva a convertirse en peatón…
Posiblemente, me dirá que
usted vive en un tercer piso con ascensor. En ese caso usted no sólo no cuenta
y queda excluido del juego, sino que además estoy completamente seguro de que
habrá bajado las escaleras bastantes más veces de las que las ha subido.
¿Cierto o no?... Lo suponía. Pero los que vivimos en una casa de pueblo, de las
de toda la vida, de las que eran el único tipo de vivienda hasta que a alguien se le ocurrió
amontonar pisos unos encima de otros, y además dicha casa es una casa con dos
plantas y buhardilla, tenemos la costumbre de subir siempre andando por las
escaleras. Y también las bajamos andando, más que nada, porque no tenemos
ascensor.
Posiblemente, me dirá que
hay gente que, viviendo en una casa como la mía, si que tiene ascensor… Cierto,
algunos casos hay y no voy a negar la evidencia. Pero no me negará, que dicha
gente, es gente asquerosamente rica. O escandalosamente rica, llámelo como
quiera. Y además, asquerosamente vaga. O escandalosamente vaga. Y yo no soy
escandalosamente vago. Un poco quizás sí, eso dice mi mujer, pero no soy
escandalosamente vago. Tampoco asquerosamente vago. Ni tampoco soy
asquerosamente rico. Ni escandalosamente rico. Bueno, es posible y sólo
posible, que esté rico de sabor, pero vaya usted a saber, nunca me ha dado por
probarme y… ¡OIGA!... pero… ¿QUÉ HACE?... ¡no me muerda cacho animal!, que sólo
tengo dos brazos, y además sólo tengo uno derecho…
En fin, suba las veces
que suba las escaleras, y las baje las veces que las baje, hágalo con
cuidado no vaya a caerse, piense en la cantidad de veces que le quedan por
subirlas… o bajarlas.
Ya que las cuentas, las puedes usar como sistema de entrenamiento físico. Por eso de los propósitos de año nuevo y tal...
ResponderEliminarUn abrazo!
Podría ser, pero llevo años subiéndolas y bajándolas y lo único que he conseguido ha sido... cansarme. Así que no creo que este año cambie el tema...
EliminarBesos.
Yo vivo en un piso 12. Ni las subo ni las bajo. Tal vez debería aprovechar para hacer ejercicio pero por las mañanas tengo sueño y por la tarde cuando vuelvo estoy muy cansada. O sea, que ni lo he hecho ni lo haré. De pequeña vivía en una casa y sí subía y bajaba escaleras pero era joven y llena de energía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Entonces proponte una reflexión: ¿cuántas veces subes y bajas en el ascensor?...
EliminarBesos.
Ufffff... que si lo he pensado. Tanto pensé en las escaleras, que me dije... ¿cuántas escaleras subo yo al día? Total, que empecé a contar las de mi piso, las del metro, las de mi trabajo, las de la calle.
ResponderEliminarY llegué a la conclusión de que no usar ascensores ni escaleras mecánicas equivale como a 15 minutos de ejercicio al día para mí. Fíjate si pensé en las dichosas escaleras xD
Vaya, acabas de provocarme fatiga jajaja
EliminarContar escaleras es una bonita manera de hacer entretenido el camino y además de fortalecer la memoria, por aquello de acordarte de cuantas escaleras llevabas contadas...
Saludos.
Cuarto sin ascensor toda mi vida. Ahora segundo con ascensor, no subo las escaleras ni loca.
ResponderEliminarMás que preguntarme lo de las escaleras a veces me gustaría saber cuántos kilómetros he andado en total en mi vida.
Saludos :)
¿Cuarto sin ascensor?... Uf, tienes que tener unas piernas y un..., eso, todo duras y fibrosas, y todo duro y fibroso...
Eliminar¿kilómetros andados? Otro motivo de reflexión, aunque bastante más difícil de calcular...
Besos.
Vivo en un segundo sin ascensor. Pero estoy convencida de que si tuviera ascensor, no haría uso de él. No me gustan mucho. Bueno, no me gustan nada. Esto se lo digo a nadie. Siempre digo que es por hacer una mijica de ejercicio físico. jajajajajajaj
ResponderEliminarSeguramente no te gusten los ascensores porque vives en un segundo... a partir del segundo piso surge el amor y te enamoras idilicamente de los ascensores. Te lo aseguro.
EliminarBesos.
Las tres neuronas que tengo reservadas para pensar se han enfadado conmigo cuando he propuesto lo de contar escaleras, teniendo en cuenta que vivo en un faro y soy voluntaria en un campanario en mis ratos libres...
ResponderEliminarDe hecho, es mentira. Ha sido la neurona chula la que ha dicho eso, mira que le tengo dicho que se comporte, pero no hay manera, tú.
Saludos.
PD - Cuídate ese brazo (el derecho, sí, pero el torcido también, pobrete...)
Mis pocas neuronas también están a punto de congelarse, están juntitas viendo como nieva por la ventana, aunque contentas por no tener que subir tantas escaleras como las tuyas...
EliminarBesos.
Subir escaleras, abrir puertas, accionar interruptores... esto no hay quién lo aguante....
ResponderEliminarTiene razón, demasiadas acciones rutinarias, deberíamos improvisar más a menudo...
EliminarSaludos.
Jajajaja, buenas divagaciones.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog.
Estoy un poco retirada por el proceso en el que estoy inmersa pero cuando vuelva al ruedo tienes una seguidora más.
Besos.
El placer es mutuo. La actividad bloguera hay que tomársela con tranquilidad, que la saturación no es buena.
EliminarBesos.
Bueno, ya la tenías, pero no sé porque no se me actualizaba, ahora te he vuelto a poner en el feedly :)
ResponderEliminar¿El Feedly?... eso me suena a chino jajajaja
EliminarY los que viven en una auténtica casa de pueblo? Esas que no tiene pisos? En mi caso que soy asquerosamente rica (quien me ha probado eso dice), asquerosamente vaga, entre semana vivo en un piso con ascensor y el fin de semana en una casa de pueblo. A veces el ascensor no funciona, y como soy asquerosamente vaga me quedo en el bar tomando una cerveza hasta que lo reparan y entonces con tiempo libre vagueo y divago pensando en cuánta gente se parará a pensar en cuantas escaleras suben al día...
ResponderEliminarjajaja, espero que después de que te hayan probado, hayas seguido entera y de una pieza...
EliminarBesos.
Pues yo precisamente vivo en un tercer piso con ascensor y sí, he bajado las escaleras más veces que las he subido xD
ResponderEliminar¡Un saludo!
¿Ves? Si es que a veces parezco adivino...
EliminarBesos.
Pues yo vivo en un primero con un ascensor que para entreplantas y para subir al medio-segundo, como que no. Eso, y que el portal está bastante algo, hace que, como quien no quiere la cosa suba unos 30 peldaños. Muy sano, muy guay, sobre todo cuando te toca subir la compra de los cujons!
ResponderEliminarEso sí, divagar sobre divagar, ya tiene mérito!
Un abrazo.
Entonces estás a mitad de camino entre los que suben muchas escaleras y los que no suben ninguna. La compra siempre es motivo de ejercicio físico jajaja
EliminarDivagar sobre divagar no tiene tanto mérito, es más, creo que divagar es el mejor tema para divagar...
Besos.
Yo procuro subir y bajar andando pero ... el ascensor es muy tentador jejeje
ResponderEliminarSi, esa es una de las tentaciones más peligrosas de los edificios, por un lado la vecina del quinto y por otro lado... el ascensor jajaja
EliminarSaludos.