Editorial: Alfaguara
Fecha publicación: 2017
Número de páginas: 365
Londres es una cuidad sobre ruedas: una ciudad como nunca habías visto. Tras la terrible Guerra de los Sesenta Minutos, las ciudades que sobrevivieron al apocalipsis se convirtieron en depredadoras, persiguiendo a ciudades menores y alimentándose de ellas. Londres es una de las supervivientes y se encuentra a la caza de una pequeña urbe cuando Tom se topa con una joven asesina. Ambos acabarán en la Región Exterior, un páramo desolador marcado por las huellas de las ciudades ambulantes. Este es el comienzo de una gran aventura para estos dos chicos, que tendrán que aliarse para poder sobrevivir.
Llevaba algún tiempo sin tener entre mis manos una saga, las estaba rehuyendo porque tenía muchos libros pendientes por leer, pero la tentación de leer Máquinas mortales sabiendo que dentro de poco va a salir la adaptación cinematográfica era demasiado grande. Puedo adelantar que estoy satisfecha con mi decisión.
Gracias a Alfaguara por el ejemplar para la reseña.
Nos sitúan en un futuro postapocalíptico en el que la humanidad ha destruido el planeta y gran parte de su propia especie en una terrible guerra. Actualmente la única forma de supervivencia que se conoce es en ciudades "rodantes": bestias de hierro instaladas en una plataforma con enormes ruedas que deambulan por la Región Exterior en busca de ciudades a las que devorar y desmantelar.
El contexto es de lo más interesante, no nos cuentan demasiado sobre esa Guerra de los Sesenta Minutos en la que la humanidad se inmoló, pero nos dan pistas sobre lo que pudo ocurrir: las personas avanzaron tanto en tecnología y armamento que, en el momento de empezar una guerra, todo acabó hecho polvo. Los supervivientes de la guerra crearon estas ciudades móviles y hoy día tratan de buscar los restos de la antigua tecnología que quedó para obtener un mayor poder y derrotar a otras ciudades para devorarlas y obtener su maquinaria y combustible. Realmente espero que en las próximas entregas el autor de más detalles sobre el contexto y el mundo en el que se desarrolla la saga.
Los protagonistas, Tom y Hester, destacan enormemente por su evolución en el transcurso del libro. Tom es un joven del gremio de historiadores que vive feliz y encandilado en Londres, es un chico bobalicón y temeroso que sólo quiere destacar y gustar a los que le rodean, pero todo cambia cuando Hester se cuela en Londres y trata de matar a Valentine, el hombre más famoso de la ciudad. Tom consigue detenerla, pero acaban los dos expulsados de la ciudad y en medio de un páramo desolador. Al principio rezuman odio el uno por el otro, pero cuando Tom descubre la verdad sobre Hester y su pasado, sus pensamientos empiezan a cambiar. Juntos deciden ir tras Londres, pero pasarán muchas cosas en el camino que cambiarán sus vidas para siempre.
Ambos gozan de un desarrollo muy bueno a lo largo del libro y no son los típicos personajes estándar de libro juvenil. Tienen más defectos que virtudes y ambos aprenden a base de dolor que la vida no es fácil y que deben desconfiar hasta de sí mismos. Para mí, Hester ha sido el personaje más completo y matizado: inmadura, irascible e impenetrable. Evoluciona muchísimo con el paso de las páginas y los acontecimientos que viven.
Algo que me ha chirriado un poco es el final, transcurre de forma precipitada y el autor tiene la mano un poco floja a la hora de matar y destruir cosas; hay un momento en el libro en el que no dejan de suceder cosas malas, una tras otra, y crea una atmósfera asfixiante que, a mí personalmente, no me ha gustado. A pesar de ello el libro no pierde encanto y la historia es muy original, estoy deseosa de conseguir el siguiente tomo y descubrir cómo continúa.
Solo me queda recomendaros Máquinas mortales, es una distopía llena de acción que sorprende por su originalidad y por sus magníficos personajes.
¿Lo habéis leído?
La película se estrena este diciembre, ¿iréis a verla?
¡Felices lecturas!