Quiero que me des la mano y que entres conmigo a este desván, que te liberes de los prejuicios y de lo que crees que debe ser un blog literario, porque aunque más arriba lo especifique, aquí va a haber mucho más. Aquí hay secretos.
Pero detente, detente si eres de esas personas que diseccionan a los demás con habilidad de cirujano y utilizan con destreza el bisturí.
Este lugar es solo para ojos amables, pues nada de lo que hago es perfecto y me destrozarías.
También abstente por favor, si no te gusta leer o te da pereza.
Y por supuesto, no te sientas en el compromiso de quedarte si no te caigo bien o no te gusta mi manera de hacer las cosas.
Pero si ya estás aquí, si ya has entrado. Quizás te cuente cosas que jamás hayas imaginado.