Hernando Tejada "Tejadita", pintor, dibujante y amante de los gatos en quienes deseaba reencarnar, decidió, a principios de 1996, regalarle a la ciudad colombiana de
Cali el mejor de sus gatos.
Diez años más tarde, la Cámara de Comercio de Cali organizó un concurso para encontrarle novia al famoso "Gato del Río". Algunos de los más importantes artistas colombianos crearon sus gatas para acompañar al legendario felino del río de Cali, que llevaba 10 años solo.
Para ello, se creó una gata modelo, que fue obra del escultor Alejandro Valencia, y sobre su molde en fibra de vidrio, los 15 artistas que participaron hicieron sus intervenciones. Estas son las candidatas según la descripción de sus autores:
"Fogata", de Roberto Molano: luz y pasión, con elevada temperatura, engalanada de trópico y luna para el encuentro, irradia luz y vida sobre la mágica noche en su paseo cósmico a la espera de ser seducida.
Fue la ganadora por decisión popular. "Gata en Cintas", de Cecilia Coronell: esta gata tropical, salsera y apasionada camina cadenciosa con el ritmo de las caleñas y se viste de color. Los gatos de la cuadra la tienen acosada, pero ella los esquiva con gran habilidad y los mira desde su tejado en sus luchas de gladiadores y sus gritos infernales.
"No hay gato", de Wilson Díaz: la más intelectual de todas las gatas, aquella que después de mucho investigar ha encontrado que el Gato no se menciona en la Biblia. Con su inteligencia, esta gata conceptual, pretendió captar la atención del Gato del Río.
"Yara, la Diosa de las Aguas", de María Teresa Negreiros: llega desde las profundidades de la selva amazónica para tratar de conquistar al Gato del Río. Yara está convencida que el agua de los dos ríos, el Amazonas y Cali, pueden confluir en un romance interminable al son del cadencioso sonido del agua.
"Gata Ceremonial", de Pedro Alcántara: se caracteriza por el uso de elementos desprendidos de la trietnia cultural que formó la cultura colombiana, en la que se funden formas tradicionales de la pintura con diseños de origen precolombino evidenciados en las formas de animales que la circundan.
"Anabella, la Gata Superestrella", de Diego Pombo: una diva, una vedette, y como diva, es bella, sensual, fina, educada, inteligente y sensual. Para Anabella lo más importante de la vida es el amor.
"Gata Sucia", de Rosemberg Sandoval: desafiando el dinero, el buen gusto, el mito del arte y los viajes obligatorios a Norteamérica y Europa, esta minina entró a disputar el amor del felino más famoso de Cali.
"La Gata Mac", de Mario Gordillo: la cándida hija de la luz, equilibrista de la vida, luz permanente, pretendió iluminar el camino del Gato del Río para así conquistar su corazón a la espera de una luz de pasión.
"Entrañable", de Ever Astudillo: una amante de las lunas y la noche. Ella, recubierta con grafito que le da una apariencia sólida y pesada contrasta con la sinuosidad y movimiento que denota. Las imágenes lunares, luna llena y cuarto creciente, citan el paisaje nocturno como tema y propician el romance.
"La Gata Bandida", de Nadín Ospina: un ejercicio lúdico a través de la imagen de famosos gatos de la cultura pop; un compendio de los gatos más famosos del pop, comenzando por
Garfield, pasando por el Gato con Botas, y terminando con el gato de los Simpson. Estas imágenes dentro de un diseño colorido y arquetípicamente pop conforman una pieza festiva y juguetona.
"Vellocino de Oro", de Horacio Martínez, o la remembranza de la idolatría en los tiempos de
Moisés. Esta gata elaborada en laminilla de oro de 22 Kilates motiva que las personas se acerquen a ella, seducidas con el resplandor del efímero brillo. ¿Será que el gato del río, se rinde a los encantos de una gata de oropel y opulencia?
"Gachuza", de Ángela Villegas: irresistible por su rojo subido y su coquetería, ella quiere defenderse de la agresión del medio ambiente, de los gatos callejeros que la ven irresistible por su color rojo y coquetería maléfica, pero a su vez, está alerta, sólo tiene ojos para su gato, el del Río.
"La Gata Coqueta", de Mari Paz Jaramillo: esta minina quiere demostrar la coquetería y la independencia que tienen los gatos. Su nombre es en memoria del maestro Tejada que hizo ese bello gato para la ciudad de Cali, y el cual seguramente necesitaría una compañera muy coqueta y atrevida que esté a la altura de tan querido felino, según afirma la artista.
"Gata Ilustrada", el homenaje a Tejadita que le hace su hija
Lucy Tejada, y que es como decir, el homenaje a la vida. Trata de evocar su alegría y goce por la naturaleza, conjugando elementos de mar y aire con los rostros plácidos y alegres de los niños y el vuelo festivo de las mariposas. ¿Podría un gato resistirse a tanta ternura?
"Gata Presa", de Omar Rayo: esta gata encontró en la abstracción geométrica, el blanco, negro y rojo, su forma de expresión y su lenguaje. Ella afirma, como lo ha hecho antes el maestro Rayo:
"En mi caso los colores puros son letras de un alfabeto que me pertenece. Entonces, el color es una redundancia, me quedo con la cosa pura, con la cosa directa y elemental". Argumento que se convierte en su más poderosa arma de conquista.
Sobre el amor de Tejada por los gatos, el poeta Juan José Botero escribió algunos versos sobre él, poco después de su muerte en el 98, como si Tejada le implorara a Dios: “¿Sabes, Dios mío, por lo que clamo? Oye y perdona mi desacato: sin que lo tomes a gran pecado, sin yo sentirlo, sin saber cuándo así... de pronto vuélveme gato. Gato ser quiero; pero no gato de dos patitas y de dos manos. Gato de pelo, de uñas y rabo, de cuatro patas y que haga miau, quiero ser libre, no ser esclavo, vivir durmiendo en los tejados, andando solo, siempre robando”.Escuchar: El señor Don Gato