Angel Carranza 1031 , entre Aguirre y Loyola. Barrio de Chacarita.
Imposible pasar frente a esta casa, sin rendirse a su embrujo.
La enamorada del muro, le agrega al estilo, ya casi desaparecido en Buenos Aires, un halo encantador, misterioso, invita a pasar.
La puerta de entrada, con rejas, nos dice "pasá". La segunda puerta, ciega, impone la dureza del hierro, asegurándonos que la intimidad está bien guardada.
Encima de la puerta, está grabado el nombre de la casa: Villa Rufina.¿Quién habrá sido la mujer a quien se dedicó la casa? Dejándose llevar por el cuadradito que muestra la cámara, de reja, hiedra, guardas impecables en torno a la segunda puerta, se plantean mil conjeturas románticas.
Quienes se habrán sentado en ese porche, cuando la cuadra, era más serena de lo que es hoy. Quién habrá regado inevitables rosales y jazmines.
Quien la habite, la cuida, la mantiene en un estupendo estado. Aunque la hiedra trepa frente a la ventana, una marquesina ayuda a agregar sombras.
La enamorada del muro cae sobre el vidrio, como racimos de uvas, el verde crecido entre las rejas, que otrora mostraban el porche, nos impiden ver el diseño total de la ventana, que se insinúa precioso.
Villa Rufina, sobre un solar de 8,66 por 19,29 de fondo, continuará testimoniando, esa hermosa arquitectura que ya casi no se ve.
Fotos de catastro nos permite descubrirla, algo más desnuda en otros años.
Fotos diciembre 2017
© Ana di Cesare
