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12 de abril de 2011

Vientos de ensueño

Cuando William L. Thomson se despertó esa mañana, se sintió más ligero. Preocupadamente ligero. Se dejó caer suavemente desde el techo hasta el suelo. Se vistió y la ropa hizo que se aferrara al piso, liberado de sus sueños y fantasías. Y de aquellos vientos de marzo.


- Vamos a ver Pena, lo de ponerse la ropa y aferrarse a la realidad, ¿es porque tuvo un sueño erótico-festivo?
- Qué se yo Alegría, qué se yo.

11 de marzo de 2011

Variaciones del alma en sol, sueño y viento

El peso de los sueños no me deja caminar bajo el viento y te entiendo entre cortinas, en las sábanas, porque el sol está al otro lado, el que hace que, cuando despierto, empiece a flotar y me haga tan pesado que me aplaste contra el techo y, desde allí, observo la alfombra y su olor a humo de flores del jardín del turco, tu vecino, el de la cara sin cicatrices, por el tiempo y una pelea con su hermano del alma, que, por cierto, si pesa veintiún gramos, ¿cuánto pesan tus sueños? que me aplastan entre algodones y me hacen sentir tu sonrisa oculta, la de los domingos de palomitas y cine en un parque corriendo detrás de las mariposas que hacen volar pensamientos y crean huracanes retorciendo árboles, cristales y razón hasta volverla útil y reconocible por los huecos de los que están y los vacíos de los que se perdieron y nos dejaron la huella del peso de sus sueños en el alma de tu violín y de su música que fluye por mis venas, pesada, espesa, torpe por el peso de esos cotidianos sueños que ocultos en los cajones, en las entretelas vacían el alma saltando, ayudadas por el viento de las alas de las mariposas, de tus cortinas de ensueño, quién sabe si abiertas al sol del otro lado, el de los sueños del alma.


- No me extraña nada que tengas sueños...
- ¿Qué decías Alegría?
- Ves a esto me refería, en ti todo son variaciones de algo parecido a la razón

6 de octubre de 2010

Viento

Las palabras que recogemos del viento cuando estamos tranquilos, hablan de ganas de sonreír, de mejores momentos...

Al abrir la ventana, entró viento del sur con olor a madera humeante, a hierba recién cortada y a sonrisa.
Hacer feliz a quien siente que no tiene demasiada suerte, merece este intento...

Suelo estar más atento a las reuniones de gente, que al motivo que los congrega en sí, o entorno a quién lo hacen. Lo bello son los encuentros, el diálogo, el intercambio de pensamientos, de sensibilidades. Lo demás suelen ser meras disculpas, que si una reunión de padres, que si una misa, que si una asamblea, que si un grupo de música, que si unos escritores lanzando cometas al viento de la web...


A ese viento que trae esas palabras que recogemos serenos, y nos hacen sentir, que no estamos solos. Que estamos reunidos enviando mensajes con los ojos cerrados, sin destino definido.




- Pena, arrima un poco la ventana, que se nota el otoño.
- Ya, y se pone todo perdido de palabras...
- Ay pena, si supieras lo guapa que eres cuando sonríes...


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