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domingo, 23 de enero de 2011

Felices los belgas. O no



Durante las décadas en que la DC hegemonizó el gobierno en Italia, se decía que este país nunca funcionaba mejor que en los períodos en los que entre crisis y crisis se quedaba sin Ejecutivo. Algunos belgas no parecen pensar así, y hoy decenas de miles de ellos han salido a la calle para exigir que se forme un Gobierno, ya que que nominalmente carecen de él desde las elecciones de junio del año pasado.

Al parecer los belgas se han cansado de la estulticia de una clase política incapaz de hallar una salida racional a una situación que se adentra en el puro ridículo y lo que es peor, comienza a dar señales de que puede desembocar en catástrofe. No por nada, según el diario El País, algunos de los manifestantes de hoy gritaban consignas a favor de que el rey asuma todo el poder y de la disolución de los partidos políticos. Así que el acreditado y antañón fascismo belga comienza a asomar la oreja aprovechando la situación.

Ciertamente, si no hay Gobierno en Bélgica se debe en buena parte a la incapacidad de los políticos profesionales para ponerse de acuerdo en su composición y en las políticas que debe desarrollar. Pero tal hecho no deja de ser el reflejo de una sociedad fragmentada hasta la estupidez, que vive dividida internamente de modo irreconciliable en materia política, social y cultural. Una vez más encontramos el nacionalismo (el flamenco, pero también el valón) como superestructura ideológica que convierte en imposible la convivencia entre gentes que, desde que nacen, aprenden a odiar con todas sus fuerzas al vecino solo porque éste tiene como lengua materna una diferente a la propia.

Claro que como suele suceder en estos casos, el choque de trenes entre flamencos y valones no es más que la máscara que recubre los verdaderos intereses, que no son otros que los económicos. El Estado belga ha sido hegemonizado por los valones francoparlantes desde su creación hasta ahora, dado que la Valonia industrial fue siempre más próspera y pujante que la agrícola y atrasada Flandes. Ocurre que de los años setenta del siglo XX hacia aquí las tornas se han cambiado, y mientras Flandes ha iniciado un fuerte despegue económico, Valonia se hunde en una decadencia que sigue sin tocar fondo. Vistas como van las cosas, la burguesía flamenca está apretando el acelerador para deshacer un Estado que nunca ha terminado de asentarse, y que hoy ya no tiene más nexos de unión fácticos reales entre las dos comunidades que una monarquía muy cuestionada y un Ejército autoritario y con tendencias ultraderechistas.

Si en las próximas semanas o como mucho meses no se halla una solución pactada, el riesgo de que una guerra civil incendie en breve un país situado en el corazón mismo de Europa Occidental será una posibilidad cierta. Y sí, sería absolutamente idiota que sus ciudadanos lo permitieran, pero desgraciadamente los belgas -flamencos o valones-, ya han dado muestras suficientes de ser gente de poca cordura. La Unión Europea no puede seguir imitando a los avestruces; lo que está en peligro es mucho más que la ubicación de algunas de sus principales instituciones.

En la imagen que ilustra el post, un cartel de reclutamiento llamando a enrolarse en las secciones flamencas de las Waffen SS nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Decenas de miles de flamencos se alistaron en las SS. Obsérvese el símbolo nacional de Flandes, el león rampante.


domingo, 21 de noviembre de 2010

El triunfo de Ernest Lluch



Hoy hace justamente diez años, un bípedo con el cerebro intoxicado mató de dos disparos a Ernest Lluch, dirigente socialista y ex ministro de Sanidad del primer Gobierno de Felipe González. La hazaña resultó de fácil ejecución y ningún riesgo, ya que Lluch no llevaba escolta. El matarife no tuvo más que esperarle en el parquing de su casa y abatirlo a balazos apenas bajó solo de su automóvil.

Por cierto, quien facilitó la información a ETA (quién sino iban a firmar un crimen tan estúpido y cobarde) que activó el asesinato fue la hermana de cierto personaje público de origen vasco entonces con mucho poder en el FC Barcelona, entidad de cuya junta formaba parte Ernest Lluch; una indiscreción de ése personaje en presencia de su familiar acerca de la dirección donde residía Lluch, y la chivata dio el soplo que permitió cazarlo como a un animal.

Ernest Lluch molestaba a ETA por varias razones. Su trayectoria y pensamiento, siempre vinculados a la izquierda catalana y valenciana desde posturas que participaban del nacionalismo "periférico" (aunque catalán, de Vilassar de Mar, en los años setenta fue fundador del Partit Socialista del País Valencià, y luego del Partit Socialista de Catalunya-Congrés), le hacían una voz distinta a la de los socialistas "españolistas" en cuanto tenía que ver con los problemas del encaje de los diversos nacionalismos en el marco de la democracia española contemporánea. Singularmente, en sus últimos años se dedicó intensamente a buscar espacios de diálogo en el País Vasco, dando apoyo al grupo de socialistas vascos próximo a Odón Elorza y llegando a afiliarse a Elkarri, una plataforma que partiendo de posiciones inicialmente independentistas intentaba tender puentes de diálogo con otros sectores sociales. Así empezó a a viajar a Euskadi y a tomar parte en múltiples actividades. A quienes le avisaban de los riesgos que corría, Lluch respondía que confiaba en sus buenas relaciones e incluso lazos de amistad con antiguos miembros de la vieja guardia dirigente etarra que habían peleado contra el franquismo; ocurre que Lluch no midió el hecho de que esa gente ya no tenía poder alguno en ETA (hoy la mayoría están muertos, y los vivos en el Partido Socialista o apartados de todo), y que para las nuevas generaciones que habían llegado a liderar la organización él era un blanco como cualquier otro.

No tuve trato personal con Lluch, pero sí participé en el mayor error de su vida política, la llamada "Nueva Mayoría", un intento de desbancar al obiolismo (el sector nacionalista del PSC, que hasta el Congreso de Sitges copó la dirección del partido). Sorprendentemente, Lluch, que era un nacionalista catalán convencido, lideró el intento agrupando en torno suyo diferentes colectivos o "corrientes internas" del partido, entre ellas aquella en la que yo militaba entonces. Fracasado el movimiento, González hizo ministro a Lluch (la jugada obviamente, y como sabíamos todos, estaba inspirada por Madrid), y éste desapareció de Catalunya dejándonos tirados y a merced de la venganza de la consolidada dirección obiolista. Luego, como ministro Lluch no respondió a las expectativas creadas sobre su persona anque dejó un hito para el futuro cual fue la universalización de la atención sanitaria pública para todos los ciudadanos españoles por el mero hecho de serlo. A su regreso a Barcelona dejó la política activa al menos la de primera línea y se dedicó al trabajo intelectual, donde emprendió investigaciones que clarifican la acumulación de capital catalana del siglo XVIII (sobre la que se produjo la industrialización del siglo XIX) y sus sorprendentes orígenes, que contradicen los sobados lugares comunes sostenidos por el nacionalismo catalán en relación con las consecuencias reales que tuvo la desaparición del andamiaje jurídico, político y social austracista en Catalunya y su substitución por el Estado borbónico. Y es que Ernest Lluch era ante todo un economista apasionado por la historia de su país, la auténtica, no la ficcionada por quienes lo quisieran o no terminaron inspirando delirios como el que poseía al idiota que le disparó, probablemente sin saber siquiera a quien estaba matando.

Un millón de personas se manifestaron por las calles de Barcelona pocos días después del entierro de Ernest Lluch. Se reclamó allí diálogo para acabar con la vesania asesina. Lluch lo había intentado, y se lo pagaron a balazos. Pero seguramente hay que insistir. Él mismo lo dijo meses antes de que le mataran, durante una estremecedora intervención suya en un mitin en Donosti que pretendían boicotear a grito pelado los lameculos enviados por quienes a la postre acabarían matándole: "¡Gritad, gritad más fuerte! ¡gritad más! ¡gritad porque mientras gritáis no estáis matando!". Les decía Lluch a aquellos neandertales que usaran la palabra en vez de las pistolas, que sus aullidos de energúmenos resultaban más humanos que el ejercer de matarifes de semejantes; en definitiva, que insultarle a grito pelado era una manera de empezar a dialogar.

Visto lo que está ocurriendo últimamente con el mundo de ETA, parece que la tesis de Ernest Lluch era acertada. Los neandertales están comenzando a encontrar los rudimentos del lenguaje, así que pronto va a abrirse de nuevo y esperemos que definitivamente ese diálogo que Lluch reclamaba y que le costó la vida.

lunes, 12 de julio de 2010

Apostillas a un fin de semana de glorias nacionales, realizadas por un traidor a dos patrias


1. Las calles del centro de Barcelona se han llenado estos días de banderas nacionales y del Estado. Sólo en un caso, en un edificio de un barrio periférico, he visto a una y a otra juntas compartiendo un mismo balcón.

2. En los barrios periféricos de Barcelona, sin embargo, ha habido una llamativa escasez de banderas "de uno u otro signo". Tampoco los bares aparecían atestados los dias de fútbol, e incluso se veía bastante gente paseando por la calle ajena a los acontecimientos ideológico-político-deportivos del fin de semana. Parece que las clases trabajadoras de esta ciudad tienen cosas más urgentes en qué pensar.

3. Quienes se han tirado a la calle en Barcelona y en toda España para celebrar los éxitos de la selección española de fútbol eran en su gran mayoría chicos y chicas muy jóvenes, inflados por un sorprendente (por novedoso) y confuso patriotismo español. Acaban de descubrir un juguete entretenido, y sobre todo, el que como masa su fuerza resulta imparable en la calle. A estas horas alguien habrá tomado nota de todo esto a fin de usarlo en provecho propio.

4. Por contra, quienes se manifestaron el sábado por las calles del Eixample barcelonés en defensa del Estatut y de la propia dignidad como pueblo, eran muy mayoritariamente gente de mediana edad ya metidos en la madurez. Por razones de edad y de cansancio histórico, esta es quizás su penúltima batalla.

5. En la manifestación barcelonesa abundaban los castellanoparlantes y no era raros los emigrantes de todos los colores de la especie humana. Alguien ahí afuera no está entendiendo absolutamente nada de lo que pasa en Catalunya, y sus patéticos representantes políticos y mediáticos que viven entre nosotros no les aclaran las cosas.

6. Mucha gente en Barcelona salió el sábado a la calle con una bandera independentista catalana en la mano sólo por joder, porque saben que es lo que más molesta al establishment madrileño, sea éste carca o "progresista". La mayoría de ellos sin embargo jamás la colgarían en el balcón de su casa. Pero por favor, que el Madrid oficial no se fíe mucho de esto; las cosas son así hoy, pero todo está evolucionando muy deprisa.

7. Un grupo de tertulianos de Intereconomía TV comentan las imágenes en directo de la alegría de los jugadores españoles al acabar la final del Mundial de fútbol. De repente comienzan a aullar descalificaciones e insultos, al ver que dos jugadores catalanes "han osado" sacar una senyera catalana y corren con ella por el césped. Definitivamente, los niveles de estupidez separadora que dominan a la extrema derecha mediática española son altamente tóxicos.

8. Los de TV3 (televisión autonómica catalana) tuvieron la garrula idea de preguntar a los manifestantes proEstatut íntegro si querían que el domingo ganara España u Holanda. Naturalmente el resultado fue abrumador a favor de Holanda, aunque probablemente una buena parte de esa misma gente al día siguiente vibró con el gol de Iniesta y se sintió satisfecha con el resultado cuando el árbitro pitó el final. Ocurre que a TV3 le cae como un guante el comentario del último párrafo del epígrafe anterior, sólo con cambiar "extrema derecha mediática española" por "extrema derecha mediática catalana".

9. Los políticos catalanes de todos los colores están sobrecogidos. Enormes masas humanas se han lanzado estos dos días pasados a la calle por motivos aparentemente contradictorios, y lo han hecho en cantidades que jamás se hubiera soñado a estas alturas de la película de la democracia española. Seguro que andan todos estudiando los modos más seguros de subirse a la cresta de la ola sin ser arrastrados por ella. Pero la ola, quizá tsunami en unos meses, se va a tragar a unos cuantos de ellos este próximo otoño.

10. En un sólo fin de semana se han liberado fuerzas en Catalunya y en toda España que en este momento nadie controla. No es todavía una emergencia, ni mucho menos, pero visto como está el entorno europeo éste es el peor momento desde 1945 para substituir la política por los sentimientos y el raciocinio por la testosterona.

Para acabar una frase del filósofo y analista político catalán Josep Ramoneda: "¿Catalunya? ¿España? nadie me presentó a esas señoras."

En la imagen que ilustra el post, Carles Puyol y Xavi Hernàndez, jugadores catalanes de la selección española de fútbol, alzan la Copa mientras sostienen una "senyera", la bandera nacional catalana.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Adiós al nacionalismo francés


Dice una encuesta que publica hoy el diario Le Monde que sólo el 38% de los ciudadanos de la República Francesa tienen "el sentimiento" (sic) de ser ante todo franceses, según un sondeo de TNS-Sofres. Ahí es nada, en la patria del chauvinismo sus ciudadanos han comenzado a pasarse la "identidad nacional" por el arco del triunfo, que como sabrán no coincide exactamente con el que levantara Napoleón I en la plaza de l'Étoile.

Más datos de esta encuesta: el 21% de los franceses dicen identificarse ante todo con su ciudad, el 14% con su barrio y un muy apreciable (tratándose de Francia) 11% se declaran ante todo "ciudadanos del mundo".

Eso sí, el 68%, es decir, dos de cada tres franceses, se sienten en algún grado francés. Y contra lo que puede pensarse en otras latitudes más cercanas, para los franceses la identidad nacional no viene determinada tanto por la pertenencia a una nacionalidad o al uso de una lengua concretas, sino por criterios mucho más racionales y prácticos.

El medio social (41%), el lugar de residencia (34%) y la cultura en un sentido amplio (33%), son los factores que consideran más determinantes. La edad la citan el 28%, el idioma el 27% y la nacionalidad sólo un 10%.

Entre los factores no determinantes pero sí importantes de la identidad francesa a juicio de los ciudadanos de ese país, citan los derechos del hombre (96%), el idioma (95%) y el sistema de protección social (94%), la capacidad de integración de minorías étnico-culturales (81%) y el laicismo (80%).

A la vista de las pejigueras que se organizan en este país nuestro (o de quien quiera que sea en realidad) con la dichosa cuestión de la(s) identidad(es) nacional(es) -véase el airoso discurso atómicamente nacionalista de la lideresa del partido español "no nacionalista" UPyD, gritado por ésta a pleno pulmón en el Congreso que han celebrado este pasado fin de semana-, yo lo tengo muy claro desde hace tiempo: de mayor quiero ser francés.

Y es que verdaderamente los Pirineos siguen siendo algo más que una frontera política.

En la fotografía, una joven simbolizando la República arenga a los manifestantes durante las movilizaciones estudiantiles en Burdeos, en marzo de 2006.

jueves, 29 de octubre de 2009

Chorizos transversales. Para entender el caso Santa Coloma


La caída de una red corrupta organizada en torno al Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, en las cercanías de Barcelona y dentro del antaño llamado Cinturón Rojo metropolitano barcelonés, ha sacudido la sociedad catalana como un verdadero trallazo. Motivos de sobra hay para semejante reacción.

En realidad, lo que nos ha dejado con la boca abierta a los catalanes no es tanto la existencia de otro agujero negro en la vida municipal española por el que se cuelan los millones de euros como si nada, sino la digamos calidad -es una forma de hablar- de los implicados y sobre todo, las interconexiones entre tramas integradas por personas de orígenes sociales, culturales y hasta (según algunos) étnicos en principio distintos y distantes. Por último lo que a muchos nos tiene en un pasmo es que hasta esta semana nadie hubiera caído en la cuenta de los clamorosos delitos (presuntos, faltaría más) cometidos por esta panda de golfos apandadores, que al igual que el sargento Arensibia llevaba escrito en el casco de combate aquello de "nasío pa matar" en su caso llevan inscrita en la frente con rotulador grueso la divisa "nasío pa robar".

El nombre que a primera vista llama más la atención entre los chorizos recién recolectados por el juez Baltasar Garzón es el del alcalde de Santa Coloma de Gramanet. Había que oír al compañero José Zaragoza, secretario de organización del PSC, expresar todo compungido su absoluta sorpresa porque Bartomeu Muñoz, aún alcalde colomense, haya salido un ladrón de tomo y lomo, circunstancia de la cual dijo textualmente haberse enterado por los periódicos. Parece mentira que un secretario de Organización se haya de enterar de estas cosas por los periódicos, máxime cuando Bartomeu Muñoz es un personaje del que hace décadas se podía esperar cualquier cosa en materia de dinero negro, paraísos fiscales, "promociones inmobiliarias" salvajes y fraudulentas y demás delicias producidas por nuestra sin par economía de mercado, aderezadas eso sí con unas gotas de social-liberalismo bien entendido.

Porque resulta que Bartomeu Muñoz es hijo de Blas Muñoz Blaya, último alcalde franquista de Santa Coloma de Gramanet, antiguo inmigrante sureño que de paleta de andamio pasó directamente a constructor inmobiliario sin freno; de Blas Muñoz Blaya se decía que era propietario de mil pisos sólo en Santa Coloma. Bartomeu heredó el imperio de papá y siguió en la brecha, levantando tocho a tocho su propio tinglado. Un día le dio por la política, como les ocurre últimamente a tantos "emprendedores", y apareció como concejal en Santa Coloma nada menos que del PSC; es decir Bartomeu Muñoz era, presuntamente, de izquierdas ¡Qué cosas!.

Tan de izquierdas era Bartomeu Muñoz, que en una escalada fulgurante llegó a alcalde de Santa Coloma tras la retirada de Manuela de Madre y pronto a Primer Secretario de la Federación del Barcelonés Nord, la tercera en importancia del PSC tras Barcelona y el Baix Llobregat, además de a vicepresidente de la Diputación provincial. Según contaba la edición catalana de El País hace un par de días, al parecer Bartomeu Muñoz compatibilizaba a la perfección su supuesta ideología de izquierdas con el vivir como un rey en el exclusivo Turó Park de Barcelona, desde donde se desplazaba cada día a su despacho de alcalde a bordo de un estupendo Mercedes de su propiedad que dejaba aparcado antes de entrar en Santa Coloma, siendo recogido allí por un coche oficial del consistorio que presidía a bordo del cual proseguía camino hasta el ayuntamiento colomense. Detalles entre otros que aluden a un estilo de vida que a un secretario de Organización tan avispado y eficiente como José Zaragoza no deberían habérsele escapado hace ya mucho tiempo.

Con todo, el cabecilla de la trama -presunto cabecilla, faltaría más- no es Muñoz sino un tal Luis García, alias Luigi. De este sinvergüenza un servidor tiene noticias desde hace casi 30 años, cuando el caballero en cuestión y algunos otros como él mangoneaban la UGT de Catalunya y sus nombres ya salieron a relucir entonces en las primeras tramas de corrupción, como por ejemplo en cierto negocio de compraventa de coches. No pasó nada, eran apenas los primeros escarceos y comparado con lo que ha venido luego las cantidades eran de risa. Luigi y compañía fueron dejando la UGT catalana, o la UGT catalana les fue dejando a ellos poco a poco, aunque Luis García fue diputado autonómico del PSC un buen puñado de años, mientras comenzaba a hacer negocios a lo grande. Ya se pueden hacer una idea de la clase de negocios en los que andaba el tal Luigi: promociones inmobiliarias, naturalmente, Sus negocios eran tan bestias, que Luis García fue expulsado del PSC en 2001. Aquí José Zaragoza sí que anduvo más fino, tal vez porque Luigi ya no tenía ningún poder en el PSC (antaño sus apoyos eran los llamados "obreristas", los militantes provenientes de la Federación catalana del PSOE más irreductiblemente españoleros), y sus negocios entraban de lleno en la pura "mafia del ladrillo".

Aún más asombroso resulta que estos mindundis venidos a más conectaran con personas tan selectas y miembros de la mejor "sociedad civil catalana", como son Macià Alavedra y Lluís Prenafeta. ¿Que quiénes son estos dos señores? Macià Alavedra fue durante años el número dos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) sólo un paso por detrás de Jordi Pujol, de quien fue mano derecha en el partido. Macià Alavedra es un verdadero patricio, un "senyor de Barcelona", un miembro eminente de una de esas 30 familias catalanas que según Lluís Millet, el del caso Palau de la Música, no es que manejen Catalunya es que "son" Catalunya: sus intereses coinciden sencillamente con los del país, y viceversa. A Macià Alavedra le sostuvo la cabecita infantil durante su bautizo nada menos que el presidente Francesc Macià; su propio nombre de pila fue un guiño para halagar al presidente Macià.

Lluís Prenafeta es otro personaje quizá de un lustre y peso específico ligeramente inferior al de Alavedra, pero no mucho menos: durante décadas fue el secretario particular y hombre para todo de Jordi Pujol. Si Prenafeta escribiera unas memorias a tumba abierta el escándalo en la política, la sociedad y la economía catalana sería monumental, y probablemente al menos un hijo de Jordi Pujol acabaría en la cárcel. Prenafeta, al igual que Alavedra y otros compañeros de pandilla en CDC, tuvo que retirarse de la primera línea ya en los años ochenta, cuando algunos fiscales y periodistas comenzaron a husmearle la bragueta financiera a la burguesía catalana. Desde entonces se habían vuelto muy discretos. Pero mira por dónde reaparecen, asociados ahora a una trama de "xarnegos" politicastros de medio pelo aunque al parecer hábiles comisionistas. Según se empieza a decir estos días, a los emprendedores "de izquierdas" les han pillado porque sus nombres salieron a relucir en ciertas investigaciones sobre cuentas opacas en el paraíso fiscal que es la isla Jersey. Uno se barrunta que estos tipos, que habían acumulado multimillonarias cantidades de euros gracias a la libertad de mercado inmobiliario ejercida en la periferia barcelonesa, requirieron los servicios de una experimentada red de doctorados en la evasión de capitales, que formarían los Alavedra, Prenafeta y resto de compañeros mártires de la causa del catalanismo bien entendido y mejor financiado. Todo presunto, naturalmente.

Y en fin, más allá de todo esto lo que a algunos nos tiene pasmados es que espíritus tan selectos y preocupados por la defensa de los intereses de la Catalunya Catalana se avengan a colaborar con unos robagallinas llegados allende la frontera del Ebro. Un hecho tan absolutamente novedoso señala cambios tremendos en las relaciones sociales en Catalunya: seguramente es que el famoso "ascensor social" catalán, del que tan satisfecho se mostraba Jordi Pujol, funciona a todo vapor. O tal vez, que el dinero, y más si es robado, no tiene patria ni bandera ni siquiera idioma (doy fe de que en sus tiempos de dirigente "psoero" en el PSC, Luigi era castellanohablante militante y furibundo anticatalán).

Está visto que la sociedad civil catalana ya no es lo que era. Si Macià (don Francesc) y Cambó levantaran la cabeza, se morían del susto.

La fotografía que ilustra el post está tomada del blog de Bartomeu Muñoz, todavía alcalde de Santa Coloma de Gramanet, y acompaña una entrada del 9 de febrero de este año en la que el antetítulo dice literalmente:"El mercado inmobiliario privado está pasando por el peor momento de los últimos decenios, con costosas consecuencias para el sector y, sobre todo, para las numerosas familias trabajadoras que de él dependen".

miércoles, 1 de julio de 2009

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos entierra políticamente a ETA


He de reconocer mi absoluta perplejidad porque (como diría Rajoy)a estas horas, cuando son las seis y veinte de la tarde, ninguno/a de los voceros habituales de los derechos inalienables del pueblo vasco y otras regalías pisoteadas por el malvado Estado español, haya dedicado todavía una sola línea en los espacio habituales en Internet para comentar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Tribunal de Estrasburgo) publicada hoy, en la que se da la razón al “Estado español” al poner fuera de la ley a los sucesivos disfraces electorales de ETA.

Digo que ando sumido en la perplejidad, porque en mi inocencia pensaba que el tratamiento que estos caballeros y damas dispensarían a dicha sentencia sería el mismo al menos que el que se le dio al asunto cuando la querella por la ilegalización de Batasuna fue admitida a trámite por el hasta ahora respetado Tribunal internacional, que me temo va a dejar de ser respetado de inmediato precisamente por quienes tanto se lo han puesto en la boca estos últimos meses, en tanto que instancia político-judicial de “justicia universal” que creían iba a bendecir el retorno de ETA a la política legal vasca con todos los honores habidos y por haber.

Tanto silencio resulta clamoroso cuando estamos ni más ni menos que ante la más importante derrota política de ETA en los 50 años de su existencia, y desde luego ante un golpe politicamente muy duro a la estrategia “equidistante” del nacionalismo burgués vasco (y perdón por la redundancia) ajeno a ETA.

Y es que la sentencia dice cosas como que las formaciones ilegalizadas tenían “un compromiso con el terror”, y que el ponerlas fuera de la ley fue una “necesidad social imperiosa con la finalidad de proteger la democracia".La sentencia, "muy clara y contundente" según el análisis que de ella hace el diario El País, da por probados los lazos entre Batasuna y ETA, y considera que esos lazos pueden ser considerados objetivamente como una amenaza para la democracia”. Sigue el diario madrileño: "El Tribunal da la razón a España y considera que el objetivo de ilegalizar a Batasuna es legítimo porque se trata del mantenimiento de la seguridad pública y la defensa del orden y la protección de los derechos a la libertad de los otros". Lo dicho, claridad y contundencia en la sentencia.

martes, 23 de junio de 2009

Sangre, sudor y txacolí


Mientras Patxi López debuta como lehendakari y ETA le pone el primer muerto sobre la mesa, la perrera mediática madrileña acoge con escándalo las fotos de Zapatero y Rajoy presentándose juntos en el funeral de Eduardo Puelles, el mando policial asesinado con una bomba-lapa colocada en su coche por el grupo terrorista vasco. Escándalo que como no podía ser menos, coincide al milímetro con el que ante el mismo hecho manifiesta la perrera que en los medios propios y en Internet jalea los atentados etarras. Una vez más, unos y otros, los hiperespañolazos y los euskobomba, caminan cogidos de la mano, por algo tienen raíces comunes en la ideología más atrozmente reaccionaria y arcaizante de Europa: el carlismo decimonónico.

Con todo, algo de razón en el escándalo habrá que darles, aunque por razones opuestas a las que ellos esgrimen. Y es que la foto de Zapatero y Rajoy es simplemente eso, una foto, y la cantinela sobre la "unidad de los demócratas" sólo eso, una cantinela. La solución del problema sigue sin pasar por ahí, más que nada porque mientras el PP no vuelva a gobernar con hegemonía absoluta en España no habrá solución para el llamado "conflicto vasco", esa confrontación fabricada artesanalmente con dedicación y mimo por fascistas vascos y españoles desde hace medio siglo. El PSOE tuvo su oportunidad de alcanzar una solución negociada, pero ETA la arruinó cuando comprendió que los grandes poderes españoles -financieros, eclesiásticos, mediáticos, y desde luego, los principales aparatos del Estado-, no la avalaban; repásense las hemerotecas y véase como las negociaciones fueron saboteadas desde esas instancias con verdadero frenesí. Ellos le pusieron en bandeja a ETA, seguramente de modo consciente, la ruptura de la tregua.

ETA ha comprendido por fin que sólo podrá negociar con quien representa verdaderamente a los grandes poderes españoles. Y espera a que el representante de éstos, aquél que ejerciendo el papel vicario como cabeza de la derecha política española logre alcanzar la Moncloa, les llame a negociar. Hasta entonces el PSOE en el gobierno va a tener sangre, sudor y txacolí por un tubo (lo último, para brindar en Madrid y en el Goierri por el desgaste de los socialistas que comportará cada atentado). Como los socialistas están poseídos por eso que llaman "sentido del Estado", llegado el momento olvidarán todos los sabotajes sufridos y apoyarán ciegamente la negociación entre el gobierno del PP y ETA, que finalmente dará paso a la fórmula que previamente se haya pactado en alguna oficina situada en territorio norteamericano o sus colonias europeas. De todos modos, aún faltan unos cuantos años para eso.

Mientras tanto, Rubalcaba seguirá deteniendo jefes y comandos etarras. No digo que dé igual, pero como acaba de comprobarse, la serpiente sigue regenerándose aunque le arranquen la cabeza. Igualmente ETA seguirá asesinando policías y cuando le apetezca, ciudadanos de cualquier clase; tampoco lograrán avanzar un milímetro así, porque como les advirtió la viuda del inspector Puelles, ya hay otro policía que ha ocupado su puesto. La rueda infernal seguirá girando.

Habrá que esperar. Pero la ocasión de Zapatero se ha esfumado para siempre.

La imagen que acompaña el post corresponde al estado en que quedó el coche de Eduardo Puelles, la última víctima de ETA, asesinado con una bomba-lapa adherida al vehículo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Eurófobos y naciópatas


Las elecciones europeas del fin de semana pasado han significado en la parte occidental del continente un avance substancial de los partidos de derechas, significativamente de los más radicales en su antieuropeísmo, y también, y aunque menos de lo que se esperaba, de grupos abiertamente fascistas (caso del BNP británico, de los nacionalistas flamencos y de la Lega Norde italiana) . En la zona oriental, "derecha antieuropeísta" (gobierne o esté en la oposición) y fascismo puro y duro se confunden en unas mismas organizaciones, así que allí no hay caso a la hora de establecer diferencias entre unos y otros.

La derecha clásica europea (los conservadores británicos, la "mayoría presidencial" francesa, los democristianos alemanes y el populismo fachoide berlusconiano, entre otros) han tomado plenamente en sus manos el timón de Europa en un momento en el que, paradójicamente, las crisis económica y social propiciada por los neoliberales y expandida al mundo entero desde su epicentro norteamericano, invitaba más bien a un sonoro voto de castigo contra esos partidos. Pero ya se sabe que el poder de los medios a su servicio y la capacidad de generar consenso políticamente correcto de las derechas contemporáneas es incomparable, especialmente desde que la izquierda en todas sus variantes ha renunciado a ser, a pensarse y a proponer. La izquierda ya ni se atreve a decir su nombre (ahora se llaman "progresistas, "centro-izquierda", reformistas). Incluso los aparentemente más radicales se llaman, como mucho, "alternativos". No es que la izquierda no pretenda ya transformar nada, es que están renunciando incluso a reformar algo.

Ante ese panorama el trabajo de las derechas europeas en lo que hace a Europa está resultando extremadamente sencillo. Se trata de vaciar de substancia cualquier proyecto de unidad europea que ponga en peligro los cercados "estatales" en los que cada derecha pastorea y ordeña a su rebaño. Entre todos nos han convencido de que el espacio europeo es un lugar idóneo para comprar y vender, pero nada más. No hay ni habrá cesión de soberanía de los Estados a la Unión, porque los poderes hegemónicos no se fían de una Unión en la que los ciudadanos tuvieran la misma capacidad de decisión y movimiento que empresarios y mercancías, respectivamente; ese marco político-jurídico cuestionaría seriamente la hegemonía de la derecha económica y social y cultural en sus respectivos apriscos "nacionales". Al combate político contra los peligros de una Unión sólida y políticamente articulada se le llama "euroescepticismo", cuando su denominación correcta es eurofobia. La eurofobia es a la vez una manía y una estrategia, que comparte la derecha con la extrema derecha y con cierta izquierda supuestamente "alternativa" (cuyos argumentos en la cuestión europea empiezan a mimetizarse aceleradamente con los del fascismo más antañón).

Luego está el debate entre "nacionalistas con Estado" y "nacionalistas sin Estado", es decir entre derechas con capacidad de hegemonizar a través de los aparatos de "Estados nacionales" y derechas que careciendo de ellos, siguen aspirando (o han comenzado a aspirar) a tener uno propio. Es una discusión bien estúpida y obsoleta, pero a la que muchos europeos sensatos temen (temenos) con razón, pues no hay que remontarse muy lejos para contemplar la cantidad de sangre y los rastros de destrucción que el choque entre esos dos proyectos hegemonizadores han dejado tras de sí en Europa. Los naciópatas, es decir, quienes viven obsesionados políticamente por crearse un Estado a medida o por defender con uñas y dientes el que ya tienen, tal vez no representen una amenaza inmediata en estos momentos (como decía, su crecimiento es más bien modesto fuera de los países de Europa oriental recién adheridos a la Unión), pero son cantera de ideas, políticas e incluso de programas de gobierno para la derecha clásica, quien además los usa como espantajo para acogotar a la izquierda y ofrecerse como solución "equidistante" de unos y otros, y por tanto "centrada" en relación a la escala política.

En España todo esto adquiere un perfil propio, del cual hablaremos en una próxima entrega.

La imagen que ilustra el post es una valla publicitaria del partido nazi británico BNP. El mensaje propagandístico usa la imagen de Jesucristo, con quien cínicamente se equipara ese grupo político en tanto que supuesto "perseguido". El BNP ha conseguido entrar en el Parlamento europeo por primera vez en su historia, con dos diputados.

viernes, 8 de mayo de 2009

Un López, lehendakari vasco


Hace muchos años, en una serie de televisión norteamericana aparecían dos niños huérfanos que acompañados por un indio, antiguo trabajador en la granja de sus padres -que acababan de fallecer-, se dirigían en carreta hacia el Oeste. Al abandonar los límites del Estado donde vivían e ingresar en el contiguo el indio se bajaba del carro, y tras arrodillarse, empezaba a mirar el suelo como si buscara algo. Los chicos le preguntan qué hace, y el contesta que buscar la raya que divide los dos Estados. Le contestan entonces que esa línea es ficticia, que no existe; el indio, con toda lógica, responde que él ha visto esa raya pintada en el mapa que hay colgado en el aula de la escuela a la que asistían los dos niños, y que por tanto la raya debería estar en el suelo.

Ciertamente las rayas fronterizas son puras convenciones, que existen en la medida en que aceptamos que existen. Ayer Patxi López dio un pasito en la dirección de borrar una de esas rayas.

Tampoco estuvo nada mal el que por vez primera en 32 años de democracia restaurada, un cargo público prescindiera en su toma de posesión del crucifijo y la biblia, símbolos del sometimiento del poder civil a la ideología religiosa. Y que en su promesa decidiera no humillarse ante ningún dios, como hacían sus predecesores. El gesto que tuvo ayer el nuevo lehendakari vasco, en suma, es de los que abren camino.

Lo que más me ha gustado sin embargo, fue la parte de su discurso como candidadato en la que se presentó como “nieto e hijo de trabajadores”, manifestando públicamente el orgullo que eso le producía. Todos tenemos “antepasados” y el mismo derecho a reivindicarlos, aunque el apellido de uno sea López.

domingo, 19 de abril de 2009

Lengua y "kultura"


Uno de estos días en que anduve de vacaciones me fue dado presenciar un mínimo incidente realmente chusco, que revela algunas de las barbaridades que se están cometiendo en materia educativa en tierras pertenecientes a eso que algunos todavía llaman, con evidente y ramplona cursilería, el "Estado español".

En la cafetería de un hotel de montaña español (privado, no del Estado), dos parejas de jóvenes vascos acompañadas de sus hijos se disponen a comer. El grupo habla en castellano entre ellos, aunque de vez en cuando dejan ir alguna palabra en euskera, una de esas que conocemos incluso quienes aunque nos aspen no sabríamos decir una frase completa en vasco; ya saben, mucho "amá", mucho "aita", y dos o tres cosas más por el estilo.

En unos minutos los mayores encargan lo que quieren, y los críos -todos están más o menos entre los 7 y 10 años-, dicen que quieren hamburguesas. La encargada de la cafetería les invita a que ellos mismos pidan la que quieran, tras consultar la lista que hay una especie de tablón adosado a una columna. Los chavales se plantan ante la lista, y se quedan en silencio. La encargada insiste en que pidan la que les apetezca, pero ninguno contesta, mientras todos ponen cara de circunstancias. Uno de los padres se acerca entonces a la encargada y le comenta que los niños "no entienden lo escrito". La mujer se queda tan pasmada como yo, que estoy un par de mesas más allá de la escena.

Recapitulemos: unos niños vascos usan de modo aparentemente exclusivo el castellano para comunicarse verbalmente con sus padres y entre ellos, pero no saben leer en este idioma. ¿Qué ocurre aquí? La explicación más lógica es que la lengua de uso en su escuela, al menos aquella en la que deben estar escritos sus libros de texto, al parecer de modo asimismo exclusivo, es el euskera. Sin embargo, en cuanto estos chavales están fuera del ambiente escolar, recurren al castellano como único vehículo comunicativo.

¿Qué diablos está pasando ahí? Fácil: al parecer, en Euskadi están fabricando analfabetos funcionales en dos idiomas. La mundial. En resumidas cuentas, el famoso modelo lingüístico vasco y sus opciones a escoger a la carta, no funciona; alguien está haciendo ahí un pan como unas hostias. Porque no por nada, la programación de la cadena de ETB en castellano la sigue a diario una cifra superior al 90% de los teleespectadores vascos.

Y luego hay quien tiene el valor de criticar el modelo de inmersión linguística catalán: aquí al menos los críos aprenden decentemente una lengua, y se les dan referencias para que perfeccionen la otra que usan asimismo en su vida cotidiana. Cualquier escolar catalán sabe hablar, leer y escribir en catalán y castellano. Que es lo menos que se le puede pedir a quienes tienen la responsabilidad política y funcional sobre su educación.

martes, 2 de septiembre de 2008

ETA agoniza en las cárceles


Lo malo -o lo bueno, según se mire- que tiene la cárcel es que hay mucho tiempo para estar a solas con los propios pensamientos. En organizaciones como ETA el que un militante se ponga a pensar por su cuenta a solas es una catástrofe, porque las organizaciones como ETA basan su fuerza en que sus adherentes son incapaces de existir intelectualmente al margen del colectivo, y por tanto ni se plantean el pensar individualmente de modo crítico, es decir examinando las cosas con las armas de la razón y no de la fé.

A ETA se le derrumba el chiringuito porque su gente encarcelada tiene mucho tiempo para pensar, y cada vez está más asentada en ellos la convicción de que van a seguir entre rejas durante muchos años más. Nada hay más descorazonador para un preso que el pensar que seguirá en prisión por mucho tiempo. Es por eso que muchos de ellos han vivido con irritación la ruptura de la tregua, interpretando -correctamente- que la propia ETA les cerraba la puerta de las cárceles cuando muchos de ellos creían que iban a salir en un plazo razonablemente corto.

A ETA la dinamitan desde dentro sus presos, con su exigencia de querer salir. Ese es el problema fundamental que tiene hoy la organización terrorista vasca.

lunes, 30 de junio de 2008

Se acabó la Eurocopa, y ganó "Apaña"


Parece que anoche los antidisturbios repartieron hostias por un tubo en Madrid. Ya es hora de empezar a poner coto a los desmanes de tanto imbécil que con la excusa del fútbol, aprovecha para dar rienda suelta a la bestia que lleva dentro.

La juerga va a durar un par de días más, y luego todos bienvenidos a la realidad real, que diría aquél. Aunque por poco tiempo, desgraciadamente. En quince días tendremos en marcha los torneos de verano, y luego las giras por el mundo mundial de los equipos de nuestros amores. O sea que la claridad de juicio va a durar poco, y a algunos nada: que viva “Apaña, y p'alante”.

Lo único que me alegra de esta eyaculación masiva de patrioterismo españolero es imaginar la cara de vinagre conque tanto patriotero “periférico” va a llegar hoy a su curro. No lo duden, la de anoche fue también, y sobre todo, una derrota para ellos. Que les dén pues a los del Barça “exèrcit desarmat de Catalunya…”.

martes, 3 de junio de 2008

Josep Ramoneda: del patriotismo como abstracción interesada


Josep Ramoneda escribe en El País de hoy un artículo antológico acerca de la "Catalunya, un sólo pueblo" que acaba de proclamar el president Montilla.

Aplaude el filósofo y agitador cultural -ambas circunstancias suyas en los sentidos más nobles de los respectivos términos-, no sólo el alegato montillano en favor de una Catalunya poblada por ciudadanos iguales sea cual sea su origen y condición, sino también una idea recientemente expresada por Carod Rovira en el sentido de que un censo de votantes catalanes "con derecho a decidir" debería elaborarse exclusivamente a partir de la tarjeta sanitaria.

Son pues dos torpedos dirigidos contra la línea de flotación del nacionalismo catalán excluyente, ése manifestación clasista y racista de la burguesía catalana que se empeña en distinguir entre catalanes de primera ("los de toda la vida", es decir, ellos mismos), y catalanes de segunda (inmigrantes, izquierdistas, disconformes y toda clase de críticos con el establishment burgués del país y su hegemonía ideológica).

A los patriotas enardecidos y amantes de las abstracciones -ésos mismos que acaban confundiendo el país con su cartera-, Ramoneda les dedica en el artículo una frase lapidaria: "La patria, espero que algún día me presenten a esa señora para saber si me gusta o no". Pues me temo que es más fácil que nos presenten al Misterio de la Santísima Trinidad en persona que a esa otra entelequia...

En cierto modo, la frase de Josep Ramoneda perfecciona otra suya que particularmente me gusta de modo especial: "¿Catalunya? ¿España? nadie me ha presentado todavía a esas dos señoras".

La verdad es que yo tampoco me he tropezado jamás con ninguna de ellas en el Metro ni comprando el pan.

miércoles, 14 de mayo de 2008

ETA corre en socorro del PP



Con el PP desmoronándose, no podía tardar el atentado de ETA. Apenas 24 horas después del bombazo político de María San Gil, Mayor Oreja y la extrema derecha pepera, directamente dirigido contra Rajoy y sus “reformistas”, ETA echa el resto con su crimen de anoche en Álava, que viene a reforzar las posiciones de la San Gil y su banda.

Una vez más, ETA corre en socorro de los sectores más cafres del PP.

Toda esta historia es tan tosca y tan evidente -las extremas derechas hipernacionalistas española y vasca retroalimentándose-, que dá vomitona. Algún día habrá que averiguar si el hecho objetivo -que ETA refuerza a los sectores más fascistas del PP cada vez que éstos la necesitan- responde a estrategias coincidentes por pura y casual convergencia de intereses, o si la colusión tiene otros canales. Ni lo sé ni me importa, porque en última instancia para algo pagamos un Estado que se supone debería defendernos de estas cosas.

Esa "idea de España" que ayer Ana Botella, la esposa del Ausente, decía que la San Gil defiende como nadie -una idea arrogante, excluyente, asfixiante; fascista, en suma-, se corresponde tan fielmente con la "idea de Euskadi" que profesan ETA y sus palanganeros políticos, que dá mucho en qué pensar. Si no se aman al menos se necesitan el uno y la otra, ETA y el PP, "la pareja suicida", como la motejó el profesor González Casanova en un artículo memorable publicado en febrero de 2007, tras el atentado de la T-4 de Barajas.

jueves, 10 de abril de 2008

Rosa de España, esperanza de la extrema derecha


El debut de Rosa Díez como mamporrera parlamentaria del PP ha respondido ciertamente a las expectativas creadas.

Como Mariano Rajoy tiene que ponerse de nuevo el disfraz de centrista (pobre hombre, lo van a marear con tanto llevarlo del centro a la extrema derecha y de la extrema derecha al centro), la Díez ha venido a cubrir el flanco parlamentario descubierto por allá donde queda eso de "España es una unidad de destino en lo universal" y resto de aportaciones joseantonianas al acervo ideológico de la derecha extrema/extrema derecha española.

Y hay que reconocer que la tipa lo hace a la perfección. En su boca el "España se rompe" adquiere unas calidades entre la quejumbrosa nostalgia de tiempos mejores y la decisión enérgica del "esto(el que España se rompa) lo arreglo yo con cuatro puntadas bien dadas", que dá gloria oírla.

En fin, que no sé yo si a estas alturas queda alguien a quien pueda engañar esta palanganera vocacional, continuadora de la saga de los García Damborenea, Cristina Alberdi, Gotzone Mora y otros Judas por interés y despecho, pero de verdad que la mujer se está trabajando a conciencia un puesto en el grupo parlamentario del PP, que es adonde irá a parar en cuanto tenga que cerrar el chiringuito que se ha montado y alguien deba hacerse cargo de las deudas y de paso, obviamente, asegurarle a Rosa de España un sueldo parlamentario para que pueda seguir viviendo de la política.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Un balance de las elecciones generales del 9 de marzo (2)


PERIFÉRICOS Y CENTRALES

La extrema polarización que vive el país desde al menos mediados de los años noventa y el cansancio ante el discurso victimista de las organizaciones políticas de las burguesías periféricas, ha llevado a éstas últimas a padecer un severo revés en las elecciones generales del pasado 9 de marzo.

Especialmente los partidos de las izquierdas burguesas de carácter nacionalista (CHA, ERC, BNG...) han sufrido duros retrocesos, tras una etapa anterior con avances de cierta notoriedad . Ahora desaparecen en Aragón y Baleares, retroceden fuertemente en Catalunya y sólo alcanzan cierta estabilidad de resultados en Galicia. Los partidos nacionalistas de derechas, en cambio, aguantan mejor el golpe (caso del PNV, CiU y CC), y mantienen casi intacta su representación parlamentaria, aunque son ampliamente batidos en sus respectivos territorios por las organizaciones locales socialistas.

El más llamativo varapalo en este grupo de fuerzas lo recibe ERC, que pierde la mayoría de los escaños obtenidos en 2004 y más de la mitad de los votos obtenidos entonces. Es obvio que la inmadurez y cierto espíritu amateurista -reconocido estos días por los propios dirigentes del partido- en buena parte de en sus actuaciones tanto en la política catalana como en la española, han perjudicado a los independentistas catalanes de forma notable, pero su espectacular descenso cabe atribuirlo también -y principalmente- a factores de orden general que han jugado en contra suya. El drama central de ERC es que parece haber perdido toda credibilidad para los dos sectores ciudadanos que conforman sus apoyos electorales: de un lado, quienes siendo puramente independentistas consideran que ERC ha ido demasiado lejos en sus concesiones al sistema de juego político español; del otro, quienes reclamándose "de izquierdas" y más autonomistas que independentistas, consideran que éste partido no ha sido capaz de tener una presencia seria y respetable en las isntituciones.

En el caso de CiU por contra, aún perdiendo apoyos electorales, sobrevive mejor gracias al sabio manejo por sus dirigentes y estrategas de esa masa de "catalanes emprenyats" (catalanes airados) que constituye la fuerza de choque de las clases medias nacionalistas en Catalunya. Algunos errores del gobierno Zapatero y la idea de que en una situación de empate entre PSOE y PP ellos, la burguesía representada por CiU, tienen mucho que ganar negociando con unos u otros, ha llevado a las urnas a un número suficiente de seguidores del pujolismo como para que finalmente se haya minimizado lo que prometía ser un descalabro histórico de esta fuerza política.

Como trasfondo, el hartazgo de la sociedad catalana tras casi tres décadas de hegemonía ideológica nacionalista, que en todo caso nunca ha cuajado en otra cosa que en palabrería huera y un -eso sí- eficiente control social, económico y cultural del país.

El PNV por su parte ha aguantado el tirón mejor o peor, aunque al igual que CiU en Catalunya se ha visto desbordado por el avance del PSE en las tres provincias vascas. Queda en la irrelevancia política EA, el partido originado en la escisión peneuvista de finales de los años ochenta, y con el que el PNV ha mantenido una larga y singular relación de amor, odio y comunidad de intereses. Rápidamente el PNV se ha ofrecido al PSOE para lo que sea menester en la próxima legislatura, lo cual augura muy poco futuro al lehendakari Ibarretxe y a sus planes soberanistas.

Por lo que hace al entorno etarra, entraba en lo previsible que inmediatamente de celebradas las elecciones se arrogaran sin pestañear esa cifra mágica para ellos de 185.000 abstencionistas que supuestamente habrían seguido su llamado al boicoteo de las elecciones; y aún que se conformaron con esa cifra, en vez de hacer suya toda la abstención. Sorprende mucho más el entusiasmo conque su diario portavoz, Gara, acogía al día siguiente de los comicios la victoria del PSOE en España pero sobre todo en "su" Euskadi, remarcando con fruición el modo humillante para el PNV en que ésta se había producido en todo el territorio de la Comunidad Autónoma Vasca.

Por lo que hace a los partidos franquicia del PP -ése modelo de creación y uso de organizaciones políticas interpuestas que la derecha española ha imitado precisamente del mundo político etarra-, la suerte que han corrido ha sido diversa, pero siempre muy lejos de las expectativas generadas a priori.

En el caso de Ciutadans se confirma el absoluto desinflamiento de ése globo político que ya tuvo lugar en las municipales del año pasado; en esta ocasión Ciutadans ha recogido apenas 27.000 votos en Catalunya (el 0,75% de los votos en ésa comunidad), y 15.000 más en el resto de España. La disolución de Ciutadans a corto plazo se hace inevitable.

Los resultados obtenidos por UPyD, el partido de Rosa Díez destinado a arrebatar a los socialistas su electorado en el País Vasco y Catalunya son, salvo en Madrid, espectacularmente malos: 6.000 votos en Catalunya (0,16%) y 10.000 en el País Vasco (0'90%). En muchas otras provincias los escasos votos de UPyD se corresponden casi milimétricamente con las bajadas en votos del PP, con lo que no es aventurado deducir que éste partido pueda haberle restado a los "populares" votos imprescindibles para haber alcanzado algún escaño más. Sólo en Madrid UPyD ha tenido un resultado medianamente aceptable, 130.000 votos y 1 escaño (en todo el resto de España ha obtenido otros 170.000 votos). El escaño de Madrid lo logra UPyD con votos del PSOE y del PP en barrios y poblaciones de clases altas, zonas en las que ha habido -una vez más- una altísima participación electoral.

Ninguna otra fuerza de carácter "central" o vinculada al nacionalismo español ha obtenido un solo diputado. Llama la atención la fragmentación grupuscular del presunto espacio "verde", que como tal se ha demostrado de nuevo inexistente en España, y la absoluta irrelevancia representativa de la constelación de grupos fascistas organizados, cuyo potencial electorado es otra vez fagocitado sin piedad por el PP.

martes, 19 de febrero de 2008

Kosovo, un estado-Guantánamo en el vientre blando de Europa


Decía Churchill años antes de que estallara la Primera Guerra Mundial que los Balcanes eran el "vientre blando" de Europa. La interacción hostil entre intereses, culturas, ideologías y eso que antes llamaban "etnias" en un espacio tan reducido, ha producido una historia regional convulsa y teñida de sangre. Desde mediados del siglo XIX, y acaso desde mucho antes, los Balcanes han sido un espacio geoestratégico en permanente ebullición y lucha intestina, alimentada siempre por potencias foráneas. Sólo en la época en que Tito creó y dirigió la República Federativa Yugoslava hubo paz y estabilidad en la zona; el antiguo guerrillero había dotado al país-suma de naciones de un régimen político de corte socialista y estructura territorial federal, que funcionó razonablemente bien durante casi cuatro décadas.

Muerto Tito, el Estado yugoslavo fue objeto de una voladura controlada impulsada por los EEUU y mansamente apoyada por la UE con Alemania como ariete, no porque la república titista constituyera una pretendida "cárcel de los pueblos" según la propaganda de las burguesías nacionalistas balcánicas, sino precisamente por todo lo contrario: Yugoslavia era un pésimo ejemplo en un momento histórico en que había acuerdo general en la demolición del comunismo en cualquiera de sus versiones gobernantes. La continuidad de Yugoslavia, un estado federal y socialista con política exterior e interior independiente de la URSS, era un modelo que los vencedores de la Guerra Fría no podían soportar.

Pieza a pieza, Yugoslavia fue implacablemente desmontada a lo largo de los años noventa, y cada uno de los nuevos estados fue parido en medio del dolor. Masacres colectivas, desplazamientos de población, destrucción del aparato productivo...., ningún horror fue hurtado. Por Yugoslavia se pasó la sierra mecánica con un entusiasmo verdaderamente nazi, al que no fueron ajenas ni mucho menos las élites burguesas locales de todas y cada una de las nacionalidades en pugna.

La estupidez de Milosevic, aquél pequeño aprendiz de Stalin balcánico manipulador y pendenciero, prendió el fuego de las luchas "interétnicas"precisamente en Kosovo, al retirar a este minipaís la amplia autonomía que había gozado durante el titismo. A partir de ahí sobrevino el diluvio, y el penúltimo capítulo (falta la independencia de Voivodina para acabar de desmembrar Serbia) acaba de escribirse en la tierra de los kosovares.

En los años noventa EEUU creó, organizó y dirigió la UCK, un supuesto movimiento guerrillero de liberación nacional kosovar que en realidad no era más que una federación de bandas dedicadas a la única industria que funciona a todo tren en Kosovo: el tráfico de drogas, armas y mujeres. Los albanokosovares fueron una guerrilla de ésas que sólo pegan tiros en los noticiarios de televisión, pues la verdadera batalla se libró en despachos de Washington, Bruselas y Berlín. El padrino de la mayor familia de gánsters albanokosovares es hoy el primer ministro de la flamante república.

En realidad, Kosovo no es más que una colonia militar yanqui que desde hace tiempo ejerce como principal cárcel secreta de EEUU en el corazón de los Balcanes. El kosovar es un estado-Guantánamo, un sumidero negro en el que la CIA y otras agencias norteamericanas tienen carta blanca para manejarse a sus anchas. Daba vergüenza ajena el domingo ver las calles de Pristina ocupadas por ciudadanos de la recién estrenada república con retratos de Bush y ondeando banderas de dos estados que en principio no son el kosovar: el norteamericano y el albanés, en tanto la recién inventada bandera kosovar ni figuraba en los edificios oficiales.

De todos modos las apuestas están cerradas hace tiempo, y obviamente gana la banca, es decir EEUU. La creación del estado albanokosovar en aplicación del famoso "derecho a la autodeterminación de los pueblos" -ése invento del presidente norteamericano Wilson durante la primera Guerras Mundial, que a instancias de grupos terroristas patriótico burgueses centroeuropeos fue usado profusamente como arma de guerra contra los entonces llamados Imperios centrales-, no es más que un accidente menor en el Vía Crucis que la UE viene recorriendo desde que en 1989 y tras la caída del Muro de Berlín, los yanquis volvieron a poner su pesada bota sobre suelo europeo. Para Europa, es sólo otra humillación más. En última instancia, la “vía kosovar” a la dependencia colonial del Imperio no tendrá mayor repercusión fuera del paisito balcánico, salvo el tener que soportar durante unos días las tonterías que a su costa declamarán los nacionalistas vascos y catalanes y el Partido Popular español. Hasta ahí el tema no da para más, aunque la aplicación de ése mítico "derecho colectivo" esgrimido por el ya famoso Parlamento kosovar -verdadero Consejo de Administración de las organizaciones mafiosas albanokosovares-, podría ser usado ahora por los serbokosovares -por qué no-, que constituyen el 8% de la población kosovar y se agrupan en un territorio concreto al norte del enclave, para solicitar la constitución de su propio estado, tal como ocurrió tras la independencia de Bosnia-Hercegovina. Así que tampoco sería nada extraño que la rueda del ridículo político, la vejación al derecho internacional y al sentido común, y el exterminio de poblaciones indefensas continuara rodando implacable por el solar europeo.

Con todo, el verdadero conflicto se va a vivir pronto en el Cáucaso, donde Rusia va a responder troceando la región entera y entrando por consiguiente en colisión con los intereses de EEUU en esa zona. El inminente descuartizamiento de Georgia puede retrotraernos a umbrales de confrontación político-militar muy semejantes a los de la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en los años sesenta. Con la diferencia de que entonces el poder destructivo de las dos superpotencias estaba tan equilibrado que ninguna de las partes se atrevía a tomar la iniciativa contra la otra, en tanto hoy está tan inclinado a favor de EEUU que cualquier cosa es posible, incluso que Putin decida dar primero.

miércoles, 2 de enero de 2008

El primer español del año es boliviano


Desde hace algunos años se ha establecido en los medios de comunicación españoles la costumbre de dar cuenta del primer nacido del año. Quizá busquen en ello algún augurio para el tiempo que comienza, al modo como hay quien dice que la lotería navideña suele tocar en lugares donde han ido mal dadas en el año que finaliza.

Este 1 de enero de 2008 la sorpresa y el disgusto para alguna gente debe haber sido de órdago. Resulta que el primer nacido en España cuando alboreaba el Año Nuevo ha sido un robusto muchachote, hijo de un albañil y una cuidadora de ancianos, ambos nacidos en Cochabamba (Bolivia). El crío ha venido al mundo en Valencia, lo que constituye a todas luces una doble afrenta, a repartir entre nacionalistas españoles y pancatalanistas: resulta que el primer Hijo del Cid y el primer "paisocatalà" de éste año coinciden en la persona de un indito boliviano. Ahí es nada la bofetada para los defensores de las esencias.

La cosa se acentúa si tenemos en cuenta que el primer madrileño de 2008 es hijo de una pareja de inmigrantes brasileños, y el primer riojano fruto de una pareja colombiana. Suma y sigue. Seguro que algunas luces rojas se han encendido ya en ciertas mentes, y a estas horas deben estar preparando una campaña que incite a fabricar más españolitos "pata negra", al estilo de aquellas recomendaciones que en su día nos lanzó Jordi Pujol a los catalanes cuando detectó que aquí se alumbraban pocos autóctonos de pura cepa, y empezaban a nacer por contra demasiados moros, negros e indios luego de haber tenido que digerir la oleada de andaluces, extremeños y gallegos de años antes. Como verán, el nacionalismo catalán siempre ha estado a la vanguardia de la lucha por el interés colectivo, incluido el racial español.

Se trata en definitiva de cómo nos vamos preparando para afrontar un fenómeno que va a ir a más y de forma acelerada. No sólo nacen y nacerán más hijos de inmigrantes -es lógico, todavía no han descubierto por sí mismos que tener pocos hijos mejorará su vida-, sino que las parejas autóctonas tienen y seguirán teniendo menos niños y los conciben cuando los progenitores son más mayores. La explicación es que además de tener una clara incidencia negativa en la vida profesional y social de los padres, el criar un niño europeo resulta francamente "caro" ya que se han convertido en verdaderos artículos de lujo a causa de sus necesidades y caprichos; los inmigrantes por contra, parten del principio de que donde comen dos comen tres, y que al cabo, en sus estructuras familiares más tradicionales y extensas, un hijo es siempre una inversión de futuro para los padres.

Con todo, el problema de fondo radica en si nuestra sociedad es o no capaz de desprenderse de la caspa conque la nievan los prejuicios típicos de las sociedades pudientes -raigambre, raza, Rhs, y todas esas estupideces-, y regresar a lo que siempre fue antes de que se intentara uniformizarla: una encrucijada de pueblos y culturas, donde cada cual aportó lo que tenía y tomó de los otros lo que le convenía.

Cosmopolitismo y globalización llegan pues éste año de la mano de un niño indio boliviano y de otros semejantes a él. Bienvenidos sean, porque vienen a liberarnos de nosotros mismos.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Vuelve el jesuitismo al PNV


En entrevista publicada hoy por El País dice Íñigo Urkullu, flamante nuevo líder del PNV, que él "quiere seducir a los vascos y a las vascas, no a España". No me cabe la menor duda de que van a ser muchos los vascos y las vascas que se van a sentir seducidos por éste político con aspecto de galán maduro y guapetón; otra cosa es que tal capacidad de seducción tenga luego traducción política.

En cuanto a la proclamación urbi et orbe del desamor de Urkullu por España -algo que se dá por supuesto en todo nacionalista vasco que se precie-, parece más bien una coz dirigida contra su antecesor en el cargo, Josu Jon Imaz, quien manifestó no hace tanto "querer seducir a los españoles" -hay que ver éstos jóvenes nacionalistas vascos lo subida que tienen la líbido, y eso que se han pasado media vida entre faldas de curas-, propósito que finalmente tuvo similar éxito al logrado por otro nacionalista de pro, éste catalán y convergente, el señor Miquel Roca, cuando lanzó su Operación Reformista "para enseñar a los españoles a hacer política" según sus propias palabras, y finalmente obtuvo 2 diputados en todo el territorio de eso que algunos cursis llaman todavía "el Estado español".

Avisa Urkullu que "su PNV" se va a diferenciar del de Egibar y del de Ibarretxe, que el tiene "su propio estilo" y que dejará "su impronta". O sea que el hombre está dispuesto a zamparse el pastel él solito, sin compartir ni las migajas; vamos, una cosa como lo de Aznar en su día al tomar el control del PP. De ser así, su encumbramiento a la dirección del PNV se revelaría como la más cruel venganza de Imaz para con su propio partido.

Dice otras cosas Urkullu en la entrevista, en la que -cómo no- reparte estopa para el PSOE y Zapatero pero ni menciona siquiera al PP, lo cual no deja de dar pistas sobre por dónde ventea éste caballero los vientos de la Historia. Pero lo más interesante, con todo, que se desprende de ella es la constatación del retorno del jesuitismo como núcleo duro mental de la dirección del PNV. Dicen las malas lenguas que en los útimos años la tradicional influencia jesuítica sobre la formación vasca había mermado considerablemente en beneficio del Opus Dei. Con Urkullu sin embargo, vuelve como mínimo el modo de razonar a lo jesuita. Véase a modo de ejemplo la respuesta dada a una saducea pregunta del entrevistador:

Pregunta: Imaz dijo que primero la paz y luego, la consulta. Usted cita paz y autodeterminación como un binomio. ¿Tiene una jerarquía entre ellas?.

Urkullu: No, no hay un orden. Hay vasos comunicantes.

Así que el señor Urkullu, con esa fineza que le caracteriza, liga paz y autodeterminación "mediante vasos comunicantes". El mensaje es claro: sólo habrá paz si hay autodeterminación. Todos sabemos, él el primero, que eso es mentira, que la autodeterminación ni en Euskadi ni en parte alguna garantiza la paz (que se lo pregunten al IRA, cuyos militantes fueron cazados como conejos durante la guerra civil en la Irlanda recién independizada), y que para que alguna vez haya una consulta sobre autodeterminación con garantías (como en Québec, por ejemplo), antes es ineludible un clima de paz que permita que se realice en plena libertad.

Mientras ETA exista, por tanto, hablar de autodeterminación "haga lo que haga ETA" es apostar por un proceso tramposo. Jesuítico, Urkullu deja caer que paz y autodeterminación son realidades consustanciales, cual siameses unidos "por vasos comunicantes". Es obvio que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y que las palabras de Urkullu van destinadas a galvanizar desencantados, pero tienen el peligro de que haya gente en su partido y fuera de él que las tome al pie de la letra.

No es de extrañar por tanto, que a estas horas algunos cerebros pitecantrópidos que estos días andan a salto de mata por Francia puedan considerar, satisfechos, que con Urkullu aumentan considerablemente las posibilidades de llevar de nuevo al PNV al huerto de Lizarra. Y que en cuanto escampe, podrían comenzar a apretar en esa dirección.

Mal empieza pues Urkullu. Veremos.