La verdad es que el trabajo es el mismo, lucen más, aunque los tamaños pequeños son más fáciles de enmarcar, siempre encuentran sitio en las paredes y en las carpetas y, también se venden mejor. Como tenemos, después de varios años, encima de la mesa el proyecto de una exposición, convenía pintar acuarelas de formatos mayores, siempre más lucidas y vistosas. Luego vendrá la enmarcación, siempre un trabajo arduo.
Con los fríos que arrastramos, normales para la época del año, es recurrente pintar algunos paisajes nevados, como habrá que ir haciendo con los pensamientos que solemos reponer para estas fechas.