Lectores:
Los ojos que ven pasar una desaparición sin que exista un misterio detrás no han percibido más que una sombra estéril del conjunto. Ver sólo una parte permite en esos casos definirse por un cierto número o conjunto de posibilidades o de crímenes. En ese caso investigar una desaparición siempre sería bastante fácil. Por eso como muestra esta obra debemos seguir todos los caminos y premisas para comprender cual debe ser el camino a seguir en esa búsqueda de la verdad.
En cierto sentido esta obra expresa una verdad sobre el misterio en los casos de algunas desapariciones. No se llevan a cabo ni por unos alienígenas, ni por un criminal, ni por una necesidad de huida de lo cotidiano.
Recuerdo respecto a esto unos versos de Ramón Cabanillas que decían:
"A dos antigos mosteiros,
a dos pazos encantados,
a dos santos milagreiros
contra os entangarañados.
A dos seráns campesiños
a dos brillantes orballos,
a dos queixumes dos pinos
e as risadas dos carballos". (del poema "Galicia" en la obra "Vento Mareiro").
Sí, la investigación de una desaparición es una cortesana franca, el ardor e incluso el orgullo del investigador pero no se convierte en ello. Es lo que muestra esta obra. Hasta ahora, los escritores, los investigadores se dirigían a un público desconocedor de muchos elementos que conforman las investigaciones de cualquier tipo de desaparición desde personas hasta ciudades o continentes míticos. Esta obra de Iván Rámila rompe con esa idea, toma en cuenta que el lector "ya sabe" y por ese conocimiento transmite en la literatura actual lo que se nos cuenta como algo elegido libremente. Esto a mi ver es una originalidad en este tipo de obras.
La desaparición, con todas sus consecuencias, nos es mostrada desde dos aspectos: la intención y la razón. Más cuando a la acción de desaparecer algo se añade esa parte atractiva del misterio parece crearse en ello confusión. Esta obra modera en gran medida ese sentido confuso y casi íntimo. Borra la superchería y educa en la evaluación de este tipo de historias o sucesos, relatos y hechos a los lectores. Lo hace de forma consciente y voluntaria. Muestra que nuestra inteligencia si nos detenemos puede dar respuestas a muchas de esas desapariciones.
Es una obra que iguala en osadía la correspondencia de Diderot o los opúsculos de Montesquieu, auqnue el tema es distinto del de esos escritos que comento.