No se pueden detener los pensamientos, pero sí podemos observarlos.
Olvidamos que tenemos más poder sobre nosotros mismos de lo que creemos.
Las cosas que nos ocurren -parafraseando a Epícteto- no son las que nos producen malestar, sino los pensamientos que tenemos sobre ellas. Nuestra mente, una herramienta poderosa para modificarlos.
Son solo pensamientos, van y vienen, ninguno nos define.
Hay pensamientos de luz, y pensamientos iluminados.
Estos que traigo hoy, tienen algo especial. Están enraizados y servidos en delicada planta como se envuelven los regalos. No son más que simples macetas en un patio. Pero siempre tendrán algo personal. Seguro que estos pensamientos le dicen algo a alguien.
Estos que traigo hoy, tienen algo especial. Están enraizados y servidos en delicada planta como se envuelven los regalos. No son más que simples macetas en un patio. Pero siempre tendrán algo personal. Seguro que estos pensamientos le dicen algo a alguien.
Hola Ángela es cierto la reflexión sobre lo que nos pueden influir nuestros pensamientos. También es cierto que una maceta de esta preciosa planta, también nos provoca reflexionar sobre ellos. Un beso
ResponderEliminarHay pensamientos de multitud de colores. Los hay en macetas hijas de fuego y tierra. Otros pensamientos descansan en rincones hermosos de cuidados jardines. Y luego, también, están esos otros brincos de ese mono loco que tenemos debajo de la gorra.
ResponderEliminarPensamientos hermosos para decorar, atemorizantes para desconfiar...
ResponderEliminarBesos.
¡Hola, Ángela! Muy bonita entrada. Quizás no seamos dueños de nuestros propios pensamientos, pero sí que tenemos la responsabilidad de aprender a gestionarlos.
ResponderEliminarFeliz tarde. Bstes.
Hay pensamientos que nos pueden hacer sentir de una forma o de otra, ya que al ser una representación mental de algo que hayamos visto, todo depende del color del cristal con que se miró, y del estado de ánimo del momento. Al menos así lo veo yo.
ResponderEliminarGracias, Ángela, por tan hermosa reflexión.
Un fuerte abrazo.
Y qué difícil no pensar, dejar la mente en blanco, lo trato con la meditación, pero es difícil, cuando te quieres dar cuenta tienes la cabeza llena de nuevo con un sinfín de pensamientos. Un abrazo.
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