(Parte 2: Primeras cuestiones relacionadas con la política)
Me gustaría poder ser cauta con esta entrada, no sé al final que tanto logre serlo. Hace varios años que escucho de varias bocas decir que este es un momento difícil para el periodismo. Puede que lo sea. Estamos viviendo en un país que se divide entre el K y el anti K. Pareciendo no poder tolerar términos medios, ni aceptar que algunas cosas pueden estar bien y otras mal.
Creo que el debate político puede ser muy constructivo si se hace con tolerancia, respeto y argumentos. La política no es algo de lo que se pueda prescindir porque aunque elijamos no hablar de ella, estamos ejerciéndola.
Ahora bien, estoy cursando una materia en la universidad que esta muy politizada, pero en este caso no es constructiva: sólo cuenta la posición de quién ejerce el poder dentro de esa aula. Cualquier atisbo de una posición contraria, es producto de que somos parte de la generación que eramos chicos en el 2001 y no podemos recordar nada.
En una clase hace poco, hice un comentario que estaba lejos de estar conectado con este tema, pero se encargo de hacerme sentir una estúpida porque según él, mi comentario no tenía nada que ver con con el tema que estábamos tratando. Me sentí humillada, no estaba acostumbrada a sentirme así en una clase.
Cada clase, hay que entregar una carilla como forma de probar la asistencia, más de una vez sentí que comprometía la aprobación de la materia si expresaba mis ideas. No me gusto esa sensación. Pero,me hizo reflexionar acerca si debía o no defender, por así decirlo, mis ideales. Sin ir más lejos en un pasillo escuche a una compañera decir que había escrito una carilla ultra K (pero que no lo era en realidad) para que le guste al profesor. Me horrorice. Me fui de la conversación porque no me pareció ético. Ético con ella misma, con lo que pensaba.Hoy en día no concibo al periodismo sin ética, y la ética empieza respetándonos a nosotros mismos.
No tengo posibilidades de dejar la cursada porque es la única comisión, el profesor es titular, un gran académico y no va a dejar su puesto, ni lo van a sacar de el. Decidí no tenerle miedo, ser cauta con mis comentarios pero expresarlos, no voy a dejar que me silencien si constitucionalmente vivimos en un estado democrático. Pero sobretodo, hoy el lugar de poder esta regido por un profesor, mañana, puede que me enfrente al mismo dilema frente a un editor o que deba responder a los intereses de otros, o bajo otras formas de gobierno. El futuro, después de todo, es incierto.
Me gustaría poder ser cauta con esta entrada, no sé al final que tanto logre serlo. Hace varios años que escucho de varias bocas decir que este es un momento difícil para el periodismo. Puede que lo sea. Estamos viviendo en un país que se divide entre el K y el anti K. Pareciendo no poder tolerar términos medios, ni aceptar que algunas cosas pueden estar bien y otras mal.
Creo que el debate político puede ser muy constructivo si se hace con tolerancia, respeto y argumentos. La política no es algo de lo que se pueda prescindir porque aunque elijamos no hablar de ella, estamos ejerciéndola.
Ahora bien, estoy cursando una materia en la universidad que esta muy politizada, pero en este caso no es constructiva: sólo cuenta la posición de quién ejerce el poder dentro de esa aula. Cualquier atisbo de una posición contraria, es producto de que somos parte de la generación que eramos chicos en el 2001 y no podemos recordar nada.
En una clase hace poco, hice un comentario que estaba lejos de estar conectado con este tema, pero se encargo de hacerme sentir una estúpida porque según él, mi comentario no tenía nada que ver con con el tema que estábamos tratando. Me sentí humillada, no estaba acostumbrada a sentirme así en una clase.
Cada clase, hay que entregar una carilla como forma de probar la asistencia, más de una vez sentí que comprometía la aprobación de la materia si expresaba mis ideas. No me gusto esa sensación. Pero,me hizo reflexionar acerca si debía o no defender, por así decirlo, mis ideales. Sin ir más lejos en un pasillo escuche a una compañera decir que había escrito una carilla ultra K (pero que no lo era en realidad) para que le guste al profesor. Me horrorice. Me fui de la conversación porque no me pareció ético. Ético con ella misma, con lo que pensaba.Hoy en día no concibo al periodismo sin ética, y la ética empieza respetándonos a nosotros mismos.
No tengo posibilidades de dejar la cursada porque es la única comisión, el profesor es titular, un gran académico y no va a dejar su puesto, ni lo van a sacar de el. Decidí no tenerle miedo, ser cauta con mis comentarios pero expresarlos, no voy a dejar que me silencien si constitucionalmente vivimos en un estado democrático. Pero sobretodo, hoy el lugar de poder esta regido por un profesor, mañana, puede que me enfrente al mismo dilema frente a un editor o que deba responder a los intereses de otros, o bajo otras formas de gobierno. El futuro, después de todo, es incierto.