Sé que tu tiempo tiene momentos para regalarte. Escribí, hacelo, sobre cualquier tema, pero escribí. Poco importa quién lo lee, alguien aplaudirá acaloradamente, y otros trataran de desmentirlo en forma inmediata. Podés hablar de la soberbia de los gatos, la fidelidad de los perros o el comportamiento de las crisálidas en primavera, porque no también, sobre la pasión en la astrología, los insectos o temas intrascendentes como el amor, pero podés hacerlo. No lo dudes, la mayoría de la gente está ávida de lectura. Solo escribir, es un genuino acto de amor e inocencia. Cada palabra escrita será colgada con alfileres junto a un sueño o un recuerdo. Tendrás tu pequeño baúl de terciopelo azul en algún pasillo del alma, y en él pondrás cuidadosamente cada frase, cada sonrisa y cada lágrima que te haga parir la escritura.
Decididamente debés escribir.
Escribir es ampliar el alma, la mente y el corazón. Te convierte en un audaz y agudo observador. No lo dudes, mirá con profundidad los jardines, los geriátricos y sus ancianos con la máscara de la desesperanza y abandono. Mirá donde termina la espalda de una hermosa mujer y seguramente tendrás deseos. Notarás en detalle, cuando en una mirada profunda entre un hombre y una mujer deciden amarse, y como se provoca, la creación de un pequeño mundo que los amparará, para comprender finalmente la frase del infinito Nietzsche "...todo lo que se hace con y por amor, siempre está más allá del bien y el mal ..."
Detenete a mirar las grandes montañas, y sabrás que no significas nada en este hermoso universo, aprenderás que en cada lugar donde caminas, seguramente hay un río debajo de tus pies. También sabrás, que nunca modificarás tu camino con olvidos, y que el rencor solo te lleva a tu misma muerte. Todo es tan claro cuando escribís, si tan solo somos eso que llaman vida.
Escribir son, silencios, esperanzas, amor y sueños. Cuando te conviertas en un agudo observador, tu sabiduría será cada vez mayor, pero la sabiduría deberá ser de las que sirva, las de los geriátricos, las de las putas, las del indigente, las del pobre, la de la vejez ajena, y también de tus propios errores cometidos, no será difícil, con la escritura todo es más sencillo.
En nuestra vida, siempre se está caminando sobre una ciénaga, no hay manera de modificarlo, finalmente nos hundiremos en ella, para ser nuevamente tierra, y completar el círculo de un inevitable fin para un gran principio. Los finales que nos suele plantear el señor destino, no esperan, nunca esperan, porque todo es un gran cielo, y un gran infierno, donde todo sucede bajo su tiempo, y si hay algo que no domina nuestra raza es eso, el tiempo. Escribilo a tu manera pero escribilo, siempre estará bien, cuando la pluma moje la tinta del corazón.
Los dolores son inevitables, al igual que el placer, los dos son una contención de los sentidos. Que nada te asuste, si no creen en vos, menos te asustes. Mantenete estéril de los patriotas, la política y las ideologías. Para que, si ya tenés la mayor de las riquezas, miles de palabras y otro tanto de sílabas a tu disposición, son exclusivamente tuyas. Solo tuyas, se pertenecen mutuamente y están listas para que las conviertas en pensamientos, expresiones de amor o lo que se te de en gana. Todo lo que lo rodeará tan solo será una mera compañía.
Escribí, pero siempre se debe pensar que en la escritura no existen los nombres propios, ni ajenos, todos pero todos los nombres suelen contenernos inevitablemente.
No pierdas la oportunidad de escribir, porque cuando lo hagas, quizás escribas entre otras cosas del Universo, y comprenderás que él también tiene un centro, y en ese momento mágico, notarás que estás escribiendo simplemente de vos, el centro del Universo, porque sin tu existencia, nada existirá, ni tendrá sentido.
Tan solo no te prives de escribir, humildemente te lo aconsejo.