Fundado
el convento de los frailes Carmelitas Descalzos en el año 1679, en realidad el
edificio construido según los cánones de la arquitectura carmelitana, no fue
terminado hasta el año 1695 según está inscrito en la ventana de su fachada.
Aquí estuvieron los frailes hasta el 1835 cuando el convento –debido a la
exclaustración decretada por el gobierno español- pasó a manos públicas (Ayuntamiento) y sirvió
de escuela y cuartel para la Guardia civil. Fue en el 1877 cuando, por
mediación del obispo salmantino Narciso Martínez Izquierdo, se pudo restaurar y
volvieron los frailes a su antigua mansión. Pero hubo que hacer una obra
ingente de acondicionamiento. La Iglesia había perdido todos sus retablos, no
las imágenes que se conservaron en el convento de las Madres y fueron devueltas
a los frailes. Por eso el resultado que contemplamos actualmente en su interior
es una amalgama de estilos: una imaginería religiosa antigua en su mayor parte,
pero colocada en retablos de madera sin dorar y
ensamblados a finales del siglo XIX, éstos de muy buena factura, y en
algún caso (confesionarios y cajonería de sacristía), son obras auténticas de
arte debidas a la mano artística de hermanos legos carmelitas carpinteros. En
el siglo XX la iglesia sufrió una seria remodelación en su interior para
resaltar más su carmelitanismo: se colocaron pinturas con escenas de la vida de
san Juan de la Cruz, realizadas a la manera de sargas por la pintora Benita
Sáez de Tejada. Y se añadieron en las paredes de la iglesia una buena serie de
escayolas que reproducían fielmente los grabados teresianos de Amberes, 1613.
Toda esta obra se debió al tesón e interés del P. Miguel de la Sagrada
Familia (1865-1947) que, con motivo del
doctorado eclesial de San Juan de la Cruz (1927) trató de dignificar convento e
iglesia carmelitanos de Alba. En el año 1972, para adaptar la iglesia a la
reforma del Concilio Vaticano II, se llevó a cabo una grande transformación de
la misma. Desparecieron las escayolas, las sargas de la vida de san Juan de la
Cruz, el magnífico pulpito en madera… pero también se mejoró la zona del
presbiterio y altar mayor, poniendo suelo y mesa de altar de cara al público en
mármol blanco.
El último arreglo se
hizo en el año 2014 con revisión del tejado, cambio de pavimento, instalación nueva de luz eléctrica y pintura
de todo el recinto, todo en vistas del V centenario del nacimiento de santa
Teresa. La iglesia recién restaurada fue inaugurada y abierta al público el 4
de octubre del 2014. Pero quedaron todavía pendientes aspectos de su
ornamentación interna y que, en más de un caso, se trataba simplemente de
recuperación de algunos elementos decorativos que tenían que volver a su propio
sitio.
Y así, por ejemplo, han vuelto a colocarse a
la largo de la nave central la serie de sargas o pinturas de la vida de san
Juan de la Cruz (6 en total) que fueron encargadas a la pintora Benita Sáenz de
Tejada en el año 1927. La misma serie y en tamaño mayor se halla colocada
también dentro los lóculos del claustro cuadrado o procesional, unas pinturas
que en tantas ocasiones han salido reproducidas por TV y videos documentales.
Ha sido cambiado de sitio el valioso Crucifijo del siglo XVII, situado desde 1972 en el centro del retablo mayor, mientras que ahora preside uno de los amplios lienzos del crucero (junto al altar de san José) pudiendo así ser contemplado en toda su grandeza y esplendor, pero acompañado al lado derecho de un viejo cuadro de la Virgen Dolorosa que en la antigua distribución de esta iglesia carmelitana, antes de la exclaustración (1836), tenía su altar propio. Es una valiosa escultura barroca de la mejor escuela castellana.
En el otro sector del
crucero, junto al altar de santa Teresa y encima de la puerta reglar que da
acceso al claustro, ahora se ha colocado un impresionante lienzo del siglo XVII
(posiblemente del entorno de Francisco Rizzi que tanta pintura tiene en la
iglesia del sepulcro de santa Teresa), y que representa al profeta Elías
descansando bajo un árbol de retama, recibiendo el consuelo y alimento de Dios,
por mano de un ángel, en su camino hacia el Monte Horeb. Se inspira en el
pasaje bíblico del I Libro de los Reyes (19, 3-7) Es una representación muy potente y que nos
ayuda a recordar los orígenes de la familia religiosa del Carmelo en este Profeta bíblico al que
considera modelo y padre espiritual de
su vida; pero la escena también nos conduce hacia el sacramento eucarístico,
como anuncio y símbolo del mismo, en cuanto que Dios alimenta siempre a sus
fieles. Este cuadro de tan grandes proporciones un tiempo ocupó la pared de la
gran escalera interior del convento que subía del claustro a las celdas de los
frailes. Pasó después al museo en donde no tenía un puesto adecuado de
exposición por sus grandes dimensiones. Muy buena idea la de trasladarlo ahora a la iglesia.
Y,
por último, recordar la presencia de 4 lienzos de menores proporciones, todos
ellos del siglo XX. Dos han sido colocados al lado de la imagen del Niño Jesús
de Praga (una devoción tan tradicional dentro del Carmelo) y que representan
los encuentros respectivos de Santa Teresa de Jesús y Santa Teresa del Niño
Jesús con Cristo niño. Mientras que en el espacio de las dos antiguas capillas
laterales se han colocado otros dos lienzos con escenas infantiles de la vida
de santa Teresa del Niño Jesús, la francesa, y que evocan su entrega y amor a
los pobres (limosna) como también el amor entre hermanas. Ambas escenas, con
bastante fidelidad y realismo, se sitúan en el jardín de la casa familiar de
Lisieux, llamada esta mansión u hotelito de Los Buissonets y todavía existente.
Falta
todavía por completar y devolver a la capilla de invierno o de la Orden Tercera
del Carmen, toda la serie de pinturas sobre la Navidad y la infancia de Cristo,
debidas al pintor salmantino L. Villalón, y de las que ya había hablado en un
artículo Nacho Cotobal (L’Aceña,
2004, nº12, pp.15-17) .
Con todas estas medidas
la iglesia carmelitana de san Juan de la Cruz (la más visitada de Alba después
de la de las MM. Carmelitas) ha recuperado su antiguo esplendor, pero además ahora
ofrece un programa iconográfico de gran valor y más completo por lo que toca a
san Juan de la Cruz, su titular. No se
olvide que es la primera iglesia del mundo que se le dedicó apenas beatificado
(1674). Esto requerirá un mayor esfuerzo de interpretación a los/las guías de
turismo, como también a los albenses que la visiten. Pero siempre se trata de
un enriquecimiento del patrimonio cultural de la villa
(Manuel Diego
Sánchez; Julio 2017)
En este mismo blog
podemos visitar esta misma iglesia antes de su restauración.
Reportaje fotográfico.
san Juan de la Cruz
Vía crucis
Virgen del Pilar
Santa Teresa de Jesús imagen de vestir, procedente de Ledesma