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No vamos a ser nosotros quienes te digamos adónde ir o adónde no ir, pero si nos preguntas, te damos una lista con 10 destinos a los que es mejor que no vayas en 2025. El turismo de masas mata a las grandes ciudades, pero también a aquellos lugares remotos y paradisíacos que parecen ajenos a todo. Hay muchos de ellos que siguen en riesgo y que no aparecen en esta lista, hablamos, por ejemplo, de Venecia, la eterna ciudad en la que ya nadie quiere vivir pero que todos queremos visitar. Aunque en 2024 se impuso un sistema de reserva de entrada por un valor de 5 euros, sigue siendo una de las ciudades más visitadas del mundo con más de 30 millones de turistas al año.
En 2024, se aplicó la tarifa, además de limitar el acceso de grupos y de ruido, en 2021 se prohibió el acceso de los cruceros en el casco histórico, y en 2025 parece que seguirán las medidas, ya que Venecia duplicará el número de días que cobrará entrada a los turistas, así lo confirmó su alcalde Luigi Brugnaro. Esto tiene el objetivo de que los turistas no se concentren siempre los mismos días, siendo el sábado el día especialmente complicado. Los visitantes que reserven con antelación tendrán que pagar 5€ para acceder a la ciudad italiana en determinados días entre abril y julio, cifra que aumentará a 10€ si reservan con menos de cuatro días de antelación. Si eres tú uno de ellos, no olvides leer antes nuestra guía de turismo responsable en Venecia.
Además de Venecia, el año pasado hablamos de Atenas, del bahía de Ha Long en Vietnam, del Monte Fuji o del desierto de Atacama. ¿Qué destinos aparecerán este 2025? Junto con la ayuda de la web Fodor's No List seguimos poniendo la lupa en otros sitios que necesitan un descanso. Estos son algunos de ellos.
Everest: largas colas para subir a la cima del mundo
Fue en 2019 cuando saltaron todas las alarmas y se hizo viral aquella imagen de una cola interminable de alpinistas intentando escalar el Everest. Es verdad que aquella imagen, que dio la vuelta al mundo, ya se había repetido antes, pero fue en aquel momento cuando nos percatamos de la gravedad del asunto.
El Everest no estaba preparado para ese nuevo turismo de masas que también quería coronar, aún sin experiencia, las grandes cumbres. Así fue como la oferta ganó a la demanda, y empezaron a crecer campamentos y servicios de todo tipo en torno a la cima: sherpas que cargaban con maletas, campamentos con calefacción a más de 2.000 metros de altitud y basura, mucha basura. Uno de los últimos documentales en declarar esta aberración, fue ‘Everest Invaders’, que se estrenó este mismo año. Jean-Michel Jorda, el director apuntaba: “hay un riesgo muy grande de que, en un futuro muy cercano, los alpinistas no podamos volver a hacer alpinismo porque los precios suben. Los turistas no tienen la cultura de la montaña y no tienen los mismos objetivos”. Este documental no quería buscar culpables, pero sí enseñar la realidad de cómo está el Himalaya e invitar a una reflexión.
Pompeya: la antigua ciudad romana que ya no quiere verte
¿Qué está ocurriendo en Pompeya para que todos quieran ir a visitarla? La ciudad romana, sepultada bajo la lava del Vesubio en el 79 d. C., tiene un problema y es el exceso de visitas. El pasado verano, el Parque Arqueológico se vio sobrepasado batiendo récord de visitas con más de 4 millones de personas. Se generaron máximas de más de 36.000 visitantes en los primeros domingos de cada mes, a causa de la entrada gratuita disponible.
Debido a la fragilidad de las excavaciones, pero también como medida de seguridad para los visitantes, desde el Parque Arqueológico de Pompeya han decidido limitar esas exageradas cifras a un total de 20.000 inscripciones diarias, además de dividir las visitas en diferentes franjas horarias con el fin de evitar el colapso. Así lo explicábamos hace un mes en Condé Nast Traveler.
“Apostamos por un turismo lento, sostenible, agradable y no masivo y, sobre todo, extendido por todo el territorio que rodea el sitio de la UNESCO, que está lleno de joyas culturales por descubrir”, aclaraba Gabriel Zuchtriegel, director del Parque. Habrá que esperar un poco para ver si la medida funciona o no, pero mientras tanto ¿y si nos mantenemos un poco al margen?
Islas Vírgenes Británicas, menos cruceros, por favor
Como ha sucedido anteriormente con destinos paradisíacos, las Islas Vírgenes Británicas parecen estar de moda. Estas islas, situadas en las aguas del mar Caribe a unos 64 kilómetros de Puerto Rico, tiene un problema grave con los cruceros.
Según Fodor's No List, en la primera mitad de 2024, registraron un número récord con más de 683.000 visitantes, un aumento del 17% con respecto al mismo período de 2023. Los pasajeros de cruceros ahora representan alrededor del 72% del total de llegadas de turistas, no hay que volverse loco si tenemos en cuenta las cifras: en un crucero pueden caber hasta 10.000 personas, y los habitantes de las Islas Vírgenes Británicas apenas llegan a los 28.000. Los cruceros son auténticas ciudades flotantes que pueden amenazar seriamente la gestión de un lugar, no importa si es una isla o una ciudad.
Tal y como explican, “el número de visitantes que pernoctan sigue siendo casi un 24% inferior a su pico de 2017 de 243.000. Este cambio está levantando banderas rojas, en particular porque los turistas de cruceros tienden a gastar menos dinero localmente en comparación con los huéspedes de los complejos turísticos, que históricamente han aportado la mayor parte de los ingresos del turismo”.
También preocupa la barrera de coral de las islas y las especies que viven allí, ahora en peligro por la gran cantidad de personas y embarcaciones. Por lo pronto no se han aplicado medidas, pero la asociación BVI Association of Reef Keepers está intentando que se imponga una tasa turística de 10 dólares por visitante para preservar el entorno y, por lo menos, disponer de fondos para gestionarlo.
Agrigento, no hay agua en Sicilia
Agrigento será la ciudad de la cultura en 2025. Pero, ¿qué pasa cuando en una ciudad no hay agua? Pues que estalla la guerra. La crisis climática está dejando situaciones límite, no solo en España, sino en otros lugares de Europa como en Sicilia donde este año ha representado un gran problema para una de sus ciudades turísticas más importantes.
Sicilia registró menos de una cuarta parte de sus precipitaciones en el invierno de 2024, lo que ha dejado al 20% de capacidad a los acuíferos subterráneos. Una situación que ha llevado a numerosas restricciones, que, sobre todo, se agudizaron este verano cuando muchos hoteles no disponían de agua para sus huéspedes. En el mes de julio, incluso tuvo lugar una manifestación en contra de la ineficiente gestión de los recursos hídricos por parte de las autoridades. Durante el verano se implantó un racionamiento que obligó a algunos residentes a reducir el consumo de agua en un 45%. Si la sequía sigue adelante se podría poner en riesgo la celebración de ‘Agrigento, ciudad de la cultura en 2025’, por lo que o ocurre un milagro o la situación puede llevar al colapso a la ciudad.
Koh Samui, todos quieren ir a la isla de ‘The White Lotus 3’
El golfo de Tailandia es un lugar que se acerca al paraíso. Es aquí donde se encuentra la segunda isla más grande de Tailandia, Koh Samui. Cocoteros, playas de aguas turquesas bañadas por el sol y la emblemática estatua dorada del Gran Buda de 12 metros de altura del templo Wat Phra Yai son solo algunos de los encantos que han hecho que sea una de los lugares más visitados del país.
El año pasado visitaron esta isla 3,4 millones de turistas, según el medio local Bangkok Post, y se espera que estas cifras sigan aumentando en un 10% y un 20%. Quizá algo más cuando se estrene la tercera temporada de HBO ‘The White Lotus’, ya que, según han confirmado, se ha grabado aquí. Tras el final de la segunda temporada, los fans señalaban un momento en el séptimo episodio que apuntaba a las Maldivas como el escenario más probable para los próximos capítulos, sin embargo, ‘The White Lotus 3’ se ubicará en el Four Seasons Resort Koh Samui.
Los expertos temen que el aumento del tráfico agrave los problemas existentes en la isla. Actualmente, hay 200.000 toneladas de residuos en un vertedero fuera del alcance visual de los lugares turísticos y de las lujosas villas, además de un rápido desarrollo urbanístico, a menudo sin regulación, en la ladera de la montaña. Así, Koh Samui no solo tendrá que hacer frente a los turistas curiosos sino también a la gestión de los residuos, del agua dulce y la construcción ilegal. Un trabajo titánico, ¿no creéis?
Bali necesita menos turismo
Seguramente habrás oído ya varias veces a algún conocido decir la frase de “me fui a Bali y me quedé una temporada”. Suena muy idílico, todos querríamos perdernos entre arrozales, encontrar el Sankalpa como Julia Roberts en ‘Come, reza, ama’ (película que se estrenó en 2010 y que tiene mucho que ver con el éxito de este lugar), pero la realidad es bien distinta. “Bali ya no es lo que era” es otra de las frases también que se escuchan a menudo sobre este destino, y seguro que no se equivocan. Bali tiene ahora demasiado turismo, más del que pueda gestionar, eso seguro.
Los datos de la Central Bureau of Statistics for Bali Province lo confirman, la isla registró alrededor de 5,3 millones de visitantes internacionales en 2023, lo que muestra una fuerte recuperación en comparación con los niveles previos a la pandemia, aunque por debajo de los 6,3 millones de visitantes de 2019. El turismo aporta a la economía de Bali, pero también ejerce una presión sobre sus infraestructuras y sobre sus espacios naturales, donde ya hace tiempo que se evidencia que existe un problema con la gestión de la basura, y más concretamente, con los plásticos.
The Bali Partnership, una organización que trabaja para mejorar la gestión de los residuos en la tierra de los dioses, ha creado un mapa de los lugares donde la situación es alarmante. En este sentido, se estima que la isla genera casi 303.000 toneladas de residuos plásticos, pero solo el 48% de ellos se gestiona de forma responsable y apenas un 7% de los residuos plásticos se recicla. “Este déficit hace que 33.000 toneladas de plástico entren en los ríos, playas y entornos marinos de Bali cada año, lo que supone una grave amenaza para los ecosistemas de la isla”, subrayan desde la lista negra de Fodor's No List.
Barcelona, ¿qué hacemos con tanto turista?
La ciudad de Barcelona lucha desde hace ya algunos años contra el turismo de masas. Hace algunos meses The New York Times publicaba un artículo que decía “¿Sobrevivirá Barcelona al turismo de masas?”. La ciudad, con más de 1,6 millones de habitantes, a duras penas puede hacer frente a los 8 millones de turistas que la visitaron en 2023 (y va en aumento). Las cifras pueden ser catastróficas si no se toman medidas drásticas, aunque claro, el turismo representa ahora mismo un 14% de los ingresos de la ciudad. ¿Quién se atreve ahora a tocar a la gallina de los huevos de oro?
En la última década, el Ajuntament de Barcelona ha prohibido la construcción de nuevos hoteles, ha subido la tasa turística de los alojamientos, ha limitado el tamaño de los grupos en zonas congestionadas e incluso ha eliminado de Google Maps una línea de autobús público muy popular entre los turistas, así como el acceso a algunos lugares que se estaban masificando peligrosamente como los Bunkers, famoso por sus puestas de sol y botellones. Y, a finales de 2028, una nueva normativa eliminará los alquileres vacacionales de corta duración. ¿Será suficiente? Tic, tac…
Binibeca Vell, un pueblo de vecinos que quiere estar tranquilo
Los vecinos de Binibeca Vell, agrupados en la Comunidad de Propietarios del Poblado de Binibeca Vell, se revelaron contra el turismo de masas el verano de 2024. Asfixiados por la marabunta de visitantes, sobre todo en verano, y su mal comportamiento en algunas ocasiones, les obligaron a pedir ayuda administrativa para poder regular el acceso y mantener a salvo la tranquilidad de los vecinos.
“El Poblado de Pescadores de Binibeca Vell es una urbanización privada que tiene un gran atractivo turístico por su arquitectura singular. En los últimos años se han incrementado notablemente las visitas llegando a más de 800.000 anuales y complicando la convivencia con los vecinos. Para ello, desde la Comunidad de Propietarios y con el apoyo del Ajuntament de Sant Lluís, hemos establecido un horario para que se puedan visitar las calles interiores del Poblado desde las 11.00h hasta las 20.00h. ¡Gracias por tu ayuda!”, señalaban desde la comunidad de propietarios.
La situación llegó a tal extremo que se planteó prohibir el acceso, aunque, tal y como explicaban desde la oficina de turismo a Condé Nast Traveler, eso era bastante difícil de conseguir. Sin embargo, no hay que subestimar nunca el poder de una comunicad de vecinos enfadados…
Ver fotos: los 25 destinos que debes visitar en 2025
La Fontana di Trevi y el Coliseum en Roma
La simple imagen sobrecoge, cientos de personas admiran la belleza de la Fontana di Trevi en Roma. No es para menos, este monumento es uno de los más bellos del mundo, pero ¿tanto como para compartirlo con tantas personas? Para los vecinos y comercios, ya podéis imaginar lo que significa vivir con tal volumen de personas, pero su suerte podría cambiar muy pronto…
Visitar de forma gratuita la Fontana di Trevi, la fuente más famosa de Roma, podría tener los meses contados. La ciudad, una de las más visitadas en Europa, con un récord de visitas de 50 millones de personas en 2023, un 45% más que el año anterior, se ha convertido en los últimos años en un parque de atracciones. Los turistas se agolpan en la Fontana di Trevi para tocar el agua y realizar uno de los rituales más populares para atraer la buena suerte, lanzar una moneda de espaldas a la fuente.
El Ayuntamiento de la ciudad se ha planteado cobrar a los turistas por entrar a visitarla, pero eso sería después de su remodelación. El alcalde Roberto Gualtieri ha propuesto una entrada de dos euros por el acceso para disfrutar de la experiencia, tal y como ya se está haciendo con otros monumentos de la ciudad.
Este no es el único lugar que debe lidiar con las multitudes. Debido al éxito del estreno de Gladiator II, el Coliseo está viviendo lo que podríamos llamar “una segunda juventud”. Muchos turistas quieren revivir las luchas de gladiadores, así que Airbnb se ha puesto manos a la obra. “Por primera vez, después de casi 2.000 años, el mítico anfiteatro vuelve a abrir sus puertas al espectáculo, e invita a los guerreros más audaces a entrar en la arena de la historia para trazar el camino que forjará sus destinos”. Así presenta Airbnb este plan, acordado con el mismo Parque Arqueológico del Coliseo, que tendrá lugar los días 7 y 8 de mayo de 2025. Eso sí, solo podrán disfrutarlo unos pocos afortunados.
Sin embargo, no a todos les ha parecido tan buena idea. "Por lo que representa, el Coliseo es patrimonio de la humanidad y hay que ir a la dirección correcta para protegerlo, pero también para hacerlo accesible a todos y evitar que se convierta en un lugar de bromas para unos pocos elegidos”, señalaba en un comunicado la presidenta de la Comisión de Cultura de Roma, Erica Battaglia, que ha advertido que el sitio declarado patrimonio de la UNESCO no puede ser transformado en un parque de atracciones.
Enzo Foschi, del partido demócrata que actualmente gobierna en Roma, ha señalado que se trata de "una maniobra publicitaria de Airbnb que, después de haberse apropiado del centro histórico, desnaturalizándolo por completo y transformándolo en un gran parque turístico, ahora quiere ridiculizar el Coliseo. No estamos en Disneylandia, estamos en Roma. De vez en cuando, alguien parece olvidarlo”.
Kioto y Tokio: ¿le damos un respiro a Japón?
La oficina de turismo de Japón anunció que julio fue el mes con más visitantes de su historia: 3,2 millones de personas. Una cifra que no pasa desapercibida para los habitantes del país que ven, sobre todo en las ciudades principales, como una absoluta intromisión a sus costumbres y una fuente de preocupación. El debilitamiento del yen ha provocado que los precios bajen y muchos turistas han aprovechado para conocer el país. Sin embargo, esto ha provocado masificación en ciudades como Kioto o Tokio donde el síndrome del mal turista ha hecho estragos.
“El término Kankō kōgai o contaminación turística ha surgido en los medios japoneses, reflejando la creciente inquietud por la avalancha de turistas extranjeros, conocidos como gaijin, que llegan al país”, señalan desde Fodor's No List. Para frenarlos, el gobierno ha llevado a cabo algunas medidas como pagar para acceder al Monte Fuji, cerrar algunas calles de los principales barrios de las geishas, como Gion, colocar carteles para evitar que los turistas las fotografíen y “las toquen”, así como instalar cámaras de congestión en lugares populares, crear un sistema de entrega de equipaje para que el equipaje de los turistas no colapse los autobuses y trenes, y establecer paradas de autobús para locales y turistas. ¿Será suficiente? Tendremos que esperar para verlo.