(Zotes del Páramo, León, 1980) de su padre heredó la memoria fotográfica y la Cultural. De su madre la receta de las alcachofas con las que se alimentó los cuatro años de Periodismo en Salamanca. Visceral y apasionada, escribe siempre de noche, como vivía Bukowski. Le encantan los oxímoron y odia madrugar casi como el frío. Después de un buen libro, lo que más le gusta son los domingos de fútbol escuchados por la radio.
“Era mayo de 1994, yo acababa de cumplir catorce años y la Cultu bajaba a Tercera. Primer descenso de mi vida. Qué quemazón en el pecho, un año por delante...