(Vamos, muchachada, que casi estoy al día ya… este post debería haberse escrito el 6 de Octubre de 2009)
El mundo se había parado con tal rapidez que evitar la colisión fue imposible. El cruce de la frontera con el sur de Laos traía consigo un sosiego al que no estaba acostumbrado. De lugar. De personas. Todo sucedía muy lento. Todo transcurría muy despacio.
Si Phan Don. Las 4.000 islas. Donde islas de todos los tamaños surgen sin fin en el cauce del Mekong. La mayoría sólo sirven de hogar a la más frondosa de las vegetaciones, pero unas pocas se encuentran invadidas por el hombre y con él su mejor aliado: las hamacas. La perdición. El más oscuro de los agujeros negros que te atrapaba irremediablemente con un hipnótico bamboleo. ¿Cómo escapar? ¿Cómo huir? Cinco minutitos más. Sólo cincozzzzZZZzzzzZZZZZ…..
Los viajeros que me había cruzado ya me lo habían advertido: �Según avanzas hacia el Sur en Laos, todo se va ralentizando�. La frontera Sur lógicamente, rozaba el Nirvana. No había que jurarlo. Esperar 45 minutos a que te sirvan la comida. Añadir otra hora para comer. Aliñar con un sol castigador. Añadir un poco de brisa a la sombra. ¿Quién quiere moverse? ¿Y para qué? La inercia se perdía. El rozamiento ganaba. Me detengo.
Así pasé mi primer día en Laos. El segundo saque fuerzas de donde no las había, ni me acerqué a la hamaca (que me hacía ojitos) y empecé a mirar que posibilidades ofrecía la isla. Pero claro, esto también era muy distinto de mis anteriores paradas.
¿Cómo era posible que ahora nadie quisiera ofrecerme nada? ¿Cómo? ¿Qué ahora tenía que ser yo el que me buscara la vida? ¿El que buscara barcas que me llevaran de un lado a otro? ¿El que me organizara las excursiones? ¿Donde estaban las infinitas ofertas que siempre me agobiaban? Ahm… ni contigo, ni sin ti. ¿Por qué vivir siempre en los extremos? Conseguí, tras mucho esfuerzo y mímica, alquilar una bicicleta para el día que me permitiera recorrer la isla. Sin prisa.
La isla, Don Det, unida a su vez con Don Khon por un vetusto puente ferroviario, cortesía de los franceses, está bordeada por palmeras y cubierta de cultivos, rozando el silencio más extremo, roto de vez en cuando por algún buey de agua o por el pausado caminar de algún que otro local que se cruzaba en el camino. La electricidad llegó hace un par de años, aunque todavía no está extendida por la isla. La mayoría de los alojamientos ponen en marcha sus propios generadores durante unas tres horas para cubrir la cena y cervezas posteriores (cambiamos a Beerlao) para luego sumirse en la penumbra.
Este conglomerado de islas, o más específicamente las partes semisumergidas, han creado a la vez enormes rápidos en el río Mekong, por lo que este tramo del río no es navegable para grandes embarcaciones. Sólo los locales, con pequeñas barcas de madera motorizadas a las que tienen que ir achicando el agua a cada poco, parecen saber por donde cruzar para remontar el río. La corriente aún en la parte que no tiene rápidos es tremenda y es común ver al barquero apurando el motor casi contracorriente, para conseguir llegar a la otra orilla del río.
Es además uno de los puntos del mundo donde se puede �ver� a una especie un tanto peculiar. El delfín de Irrawaddy, el delfín beluga o delfín de río. Realmente no es una especie �de río� ya que también surca los mares, pero la mayor parte del tiempo se la suele ver en ríos y estuarios. Verlo, verlo, no demasiado. Se puede intuir y los pescadores de la isla saben por donde suelen parar, así que con algo de paciencia y aflojando un poco el monedero, te montan en sus barca a ver si hay suerte. En su defensa hay que decir que las turbias aguas del Mekong tampoco ayudan demasiado.
(Dos horitas en pleno solamen en medio del río y esto es lo mejor que pude obtener… usad la wikipedia, hijos míos)
Pedalea, que pedalea, ale. Ya hemos dado la vuelta a la isla. Uy. Ah tiempo para ver el atardecer.
Este fue mi comienzo en este país. Todo una declaración de principios para un lugar que espero aprovechar al máximo. Reconozco que no había preparado Camboya, mi anterior parada, con la dedicación que se merecía, amparado en los comentarios de muchos que alegaban que salvo Angkor, poco más tenía ese país que ofrecer. Para mí, un error, muchas cosas quedan siempre en el tintero, pero en el caso de Camboya, me temo que me dejé demasiadas. Desde las costas de Sinoukville hasta la alejada Ratana Kirí, se me queda en todo un país por explorar.
Pero ahora toca Laos y sigo rumbo al norte, hacia Vientiane y Luang Prabang, hacia la historia de este país. Más noticias en breve, remontando la corriente del Mekong.
Un poquito de sosiego tampoco viene mal, no? Así se asimila mejor lo que se ve, que no es poco.
Cuando llegues más arriba, ya nos cuentas la historia, que para variar ando cortita!
Kissetes
Pues se ve que el sosiego te ha sentado de maravilla porque estas fotos son de las que más me han gustado hasta ahora, enhorabuena tio! me apunto Laos como lugar al que ir si o si 🙂
Ahhhhh… ¡qué paaaz! y qué envidiaaa!!
La primera foto del atardecer es magnífica!
Espero que las hamacas no te hicieran la crisálida 😉 Las fotos trasmiten la calma que cuentas, son preciosas, y la gente trasmite algo especial.
Lo bueno de dejarse cosas en el tintero de un pís es que siempre tendrás una razón para volver ¿por qué querrías hacerlo si ya lo hubieras visto todo?
Si se nota en la cara y los gestos de la gente el cambio! se nota tb en tu redacción…
Inspira profundo para seguir hacia el norte!
(Hay un bebé que parece un muñeco!)
Hola
Hace ya al menos un mes que te sigo, siempre con ganas de felicitarte por las fotos. De hoy no pasa, de verdad, tienes una mano, bueno un ojo, alucinante. Tus colores me flipan, y los retratos también. Tienes material de sobra para hacer un buen libro a tu vuelta.
Un saludo
César
La hamacaaaa!! qué gran invento. Mira que me quede con ganas en su momento. Tengo que comprar una ya…
Nada, tu haz que la envidia siga subiendo 🙂
Abrazooo
Al principio seguro que te chocaría tanta calma, jeje. Como ya comentabas: cómo es que no me agobian con infinitud de ofertas que se llegan a ser tan habituales… ya nos seguirás contando tus andanzas por Laos, que pintan de lo más bien.
Un saludo, cuídese y vuelta a la hamaca 😀
Ah pillín… gran truco ese de dejarte Camboya a medio ver para tener escusa y repetir visita. Me apunto la táctica 😛
hamaca, delphin, cerveza fresca del grupo electro…
el especie de momentos sosegados muy atractivos
tan que las fotos que le enseña
sacas el mejor provecho que puedes
echas una pequeña dormita Ignacio mecerado por el Mekong
de nuevo fantasticas fotos, de este pais muy desconocido para muchos de nosotros.
Un saludo
Jose Diego
Ignacio, ya me imagino que será pedir mucho, pero algún día podrías soltar el secreto del color de tus fotos. Ya sé que dijiste algo alguna vez de que usabas formato raw de primeras, y que después manipulabas las imágenes por ordenador, etc, pero esta ‘prolificidad’ de fotos con ese colorido tan logrado…, es que lo haces como si fuera tan fácil!! ¡qué envidia me das, tío!. (yo por pedir que no quede…)
Qué paz…se aprecia en las fotografías. Buenísimas, por cierto.
Buen blog, seguiré visitándolo
Lo bien que me irían a mi unas vacaciones como éstas….
Excelentes fotografias! Habías aflojado el ritmo pero ahora realmente te has puesto las pilas!
Suerte en Laos!
Disfruta de esa hamaca como si lo hicieras por todos…!! Sigue disfrutando del viaje y que no te pese lo que dejaste atrás, así tienes la excusa perfecta para volver!
Un beso.
Ay, Ignacio, qué sensaciones tan placenteras, qué paisajes tan hermosos, qué ojitos tan bonitos los de la hamaca, qué soñar tan despierto… QU� ENVIDIAAAAAAA! Cuídate mucho, disfruta y gracias mil por estos minutos de teletransporte. Un beso
Ignacio tus posts son mis recreos… gracias!!! Tu cámara sigue siendo mi mejor amiga junto con tu talento para narrar… cuidate!
Ouchh… dejamé sitio en la hamaca, enga!! lo que daría yo T_T… por estar ya de vacaciones…
Pero ya se me acercan (ajuasjuasjuas…) suerte de tus posts, hacen que tenga unas mini vacaciones antes de las reales!.
A cuidarse mucho, mucho, mucho.
Marta Tatiana, la historia me la guardo para dentro de un par de posts… 🙂
Zordor, pues eso, a disfrutarlo!!!
Japogo, sí, sólo falta la cervecita para bordarlo.
Raksha, crisálida, crisálida total. zzzzZZZzzzZZZZ
Nuala, ya estamos casi en el Norte… a ritmo tranquilo, eso sip…
César, pues sea usted bienvenido y gracias por comentar!! 🙂
Alex, deja deja… es el enemigo de cualquier actividad!! te atrapa, te atrapaaaa….
Javier I. Sampedro, ya le voy pillando el truquillo. 🙂
Morfet, si ese truco lo estoy empleando en todos los sitios jajajaja… pero es que en Camboya me he dejado demasiado por ver!
Marie Midi, siestas por el Mekong… para patentar, vamos!
Jose Diego, y para mi también… no te creas. 🙂 A ver que sigo viendo.
Rham, pues fácil no es, no… Son muchas horitas frente al ordena. Hoy he estado unas cuatro horas de retoques…
Tikat, pues aquí estaremos esperando a que vuelvas! 🙂
Cilinderman, el ritmo no lo aflojo yo, me lo afloja la falta de Internet. 😉
Cristina, ya sabes que esto yo lo hago sacrificado por todos vosotros.
Maria F. Muchas gracias. Me sigo cuidando como hasta la fecha!
CRis, pues muchas gracias, a ver si seguimos manteniendo el tipo…
Queseyo, eso si que no! la hamaca es mía y la defenderé con mi vida!!! XDD