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322 pages, Kindle Edition
First published January 1, 1958
“… la campana tañe a veces en el fondo del lago, y si se oye, presagia una muerte”Con su habitual ritmo lento y reflexivo, con el tono entre serio y cómico que es marca de la casa, Murdoch trata en esta su cuarta novela los temas acostumbrados —la bondad, el amor, la verdad, la amistad, la libertad, la espiritualidad— en esa mezcla tan maravillosa de embrollos vodevilescos e intensas luchas morales de los protagonistas que, digámoslo también, no siempre actúan de una forma fácilmente comprensible, buscando, creo yo, el efecto en el lector que se deriva del hecho incuestionable, según Murdoch, de que el carácter inagotable de las personas es lo que nos enamora.
“El principal requisito de una vida de bien es vivir sin ninguna imagen de uno mismo”Dos formas bien distintas de entender al ser humano y su forma de estar en el mundo. Uno resalta nuestra inclinación natural a tomar siempre las peores decisiones y la necesidad, por tanto, de contar con una precisa guía de actuación que ha de cumplirse sin cuestionamiento alguno.
“El principal requisito de una vida de bien es tener una idea de las propias posibilidades”
“¡Qué falsedad es decirles a nuestros jóvenes que busquen experiencia! ¡Más bien habría que decirles que valoren y conserven su inocencia…!... ¿Y cuáles son las señales de la inocencia? El candor, palabra maravillosa, la sinceridad, la sencillez, un dar testimonio involuntariamente… Una campana se hace para que suene ¿Cuál sería el valor de una campana que nunca fuera tañida? Suena con claridad, da testimonio, no puede hablar sin que parezca una llamada, una cita…. Consideremos también su sencillez… todo lo que hay en ella es claro y abierto; y si la mueven, debe sonar.”En el otro se impulsa a mirar dentro de uno mismo en el convencimiento de que todos, como criaturas del señor, disponemos de un radar sobre lo que está bien y lo que está mal, aunque cada uno tenga su particular forma de verlo.
“Mediante una dialéctica que conocen bien aquellos que habitualmente sucumben a la tentación, pasó en un segundo del momento en que era demasiado pronto al momento en que era demasiado tarde para luchar”Los encargados de levantar el telón e hilo conductor de toda la historia son el extraño matrimonio formado por Dora y Paul. Ella es irreflexiva, alocada y vital, uno de los seres inocentes de esta historia (el tema de la inocencia y su quebrantamiento es un punto crucial de la novela). Se casó con él deslumbrada por su aire de autoridad, por su integridad y rectitud, también un poco por su dinero. Su agradecida sumisión es lo que él cree merecer de ella, a quién dice amar aunque es más bien la imagen que ella le devuelve de sí mismo el verdadero objeto de su amor.
“Si la gente quiere dejar de ser parte útil y corriente de la sociedad y llevar sus neurosis a un lugar lejano para tener lo que ellos consideran experiencias espirituales, no me cabe duda de que hay que dejarles hacerlo, pero no veo ninguna razón para que se les venere.”El último personaje principal, la cuarta criatura inocente, es Toby, que pasa unos días en Imber Court antes de iniciar la universidad. Toby en un joven ingenuo, quizá demasiado, nada perturba su espíritu y menos que nada el sexo o el amor, temas a los que quizá tendrá que enfrentarse en un futuro. Un hecho romperá la paz de su espíritu y, como si hubiera comido de la manzana prohibida de su particular edén, se le activarán sus instintos (también de una forma muy sorprendente para un chaval de 18 años).
The Imber Court community in its present form had existed for just under a year, with its beginnings having been casual & its future uncertain. Michael was attracted to the place but had never lived there, it having been used for government offices & then remaining empty.Among the cast of characters at Imber are Peter Topglass, Michael's old friend from university, pious & a naturalist. There is also James, who aspired to be a missionary but settled into community work & after suffering a nervous breakdown, longs to move to the country for hoped-for rehabilitation. He has rather rigid views & often quotes from the Bible.
It now seemed to him that the grounds were sacred, presently open to him to make decisive changes in his life, somehow working in tandem with the Abbey, being very anxious to make acquaintance with the Benedictine community, of whose holiness he had heard so much. His encounter with the Abbess changed his life.
It is the positive thing that saves. Can we doubt that God requires of us that we know ourselves? Remember the parable of the talents, different propensities, many of them capable of good or evil use. We must endeavor to know our possibilities & use what energy we really possess in doing God's will.
As spiritual beings, in our imperfection & also in the possibility of our perfection, we differ profoundly from one another. Each of us will have his own way of apprehending God. God speaks to us in various tongues. To this, we must be attentive.
There were many people, she said, and Michael was but too ready to credit her since he felt himself to be one of them, who can live neither in the world nor out of it. They are a kind of sick people, whose desire for God makes them unsatisfactory citizens of an ordinary life, but whose strength or temperament fails them to surrender the world completely; and present-day society, with its hurried pace and its mechanical and technical structure, offers no home to these unhappy souls.
'And what are the marks of innocence? Candour- a beautiful word - truthfulness, simplicity, a quite involuntary bearing of witness. The image that occurs to me here is a topical one, the image of a bell. A bell is made to speak out. What would be the value of a bell which was never rung? It rings out clearly, it bears witness, it cannot speak without seeming like a call, a summons. A great bell is not silenced. Consider too its simplicity. There is no hidden mechanism. All that it is is plain and open; and if it is moved it must ring.