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“Quizás ese miedo a la impermanencia explica el ansia con que consumimos los pocos bocados de experiencia pura, en carne viva, que nos ofrece la vida moderna, por qué la violencia es libidinosa, por qué la lujuria nos devora, por qué los soldados eligen no olvidar sus días de horror: nos aferramos a esos momentos extremos en los que parece que morimos y en los que, por el contrario, renacemos… nos vemos empujados, por muy brevemente que sea, a ese presente vital en el que no permanecemos al margen de la vida, sino que somos vida, nuestro ser nos llena… la soledad desaparece en la eternidad”.
Peter Matthiessen
Me gusta ese encuadre en el que el camino no sólo invita a profundizar en la fotografía haciéndote preguntar qué hay más allá, sino que, además, el personaje transmite una cierta sensación de movimiento a un paisaje estático y calmado.
ResponderEliminarUn abrazo,
Maravilloso paisaje con este camino que desaparece al final...
ResponderEliminarAferradetes, Ángel.
Hay muchas clases de miedos y todos son superables.
ResponderEliminarLargo y helado está el camino, lo que ignoramos es donde nos conduce.
Un abrazo.