Puede que sea la nostalgia pero mi valoración de este film es muy positiva si tomamos las cosas por lo que son. No entiendo el 5 que le han dado los espectadores en este foro, para mí se merece mucho más. Soy de una generación que creció en los 80 y aún recuerdo la gran impresión que Joey y su marioneta causaron en mí. Para empezar los efectos son artesanales y esto le añade mucho valor aunque quizá sea fruto de la nostalgia juvenil que aún siento. El caso es que cuando la he vuelto a ver me ha encantado y estuve embobado mirando a esta panda de chavales y sus correrías ya casi olvidadas. Tenía referencias vagas de esta película y recuerdo que de pequeño me causaba mucho miedo pero ni siquiera me acordaba del título así que cuando pasé por el rastro y vi aquella marioneta y aquel teléfono rojo una oleada de recuerdos recorrió mi mente y quedé hechizado. Ahora que ya soy mayor la miro con otros ojos pero no cabe duda de que el mérito de Joey es innegable y no comparto las críticas.

La película te atrapa si la ves con ojos infantiles pero si buscas algo más seguro que te resultará ñoña e infantil. Los chavales tienen magia y encanto y el argumento causa mucha inquietud, al menos en la mente de los adolescentes de mi generación. Supongo que quien no haya crecido en los 80 no puede entender esto. El encanto viene precisamente de los elementos más ingenuos y más infantiles que atesora el film, los cuales son los responsables de la magia nostálgica de aquella época y que los films posteriores no han sabido plasmar.

Junto a ET, La Historia Interminable y los Goonies es una de esas películas que nos dejaron un poso nostálgico a los niños de los 80 y que yo comparto y no he vuelto a encontrar. Es el sabor artesanal de ese terror infantil lo que nos enamora, es esa magia inocente e ingenua la que renace en mi mente cada vez que vuelvo a verla. Por eso mi valoración es muy favorable y también porque no ha envejecido tan mal. Es cierto que toma cosas prestadas de Spielberg y también es cierto que el argumento se va estropeando hacia el final, pero salvando esto es un film notable del género fantástico y si somos positivos yo me quedo con eso.

Los 80 fueron especiales por títulos como Joey y yo voy a darle un rotundo 8. Quien haya crecido en los años 80 lo entenderá.

No sé quién es más extraterrestre si Christopher Walken o los ET que salen en la peli. El caso es que a mí Communion me dejó una grata impresión cuando la vi allá por los lejanos años noventa, así que algo debe tener. Mezcla de thriller psicológico y terror paranormal, la peli no es del todo fallida a pesar de haber envejecido mal y de tener momentos descacharrantes, como la fiestecita que se montan los aliens de marras ¿a cuento de qué? ¿alguien conoce al camello intergaláctico que les abastece?

El caso es que te mantiene en vilo durante buena parte del metraje, lo cual ya es algo. Ver esa carita de tez blanca y ojos almendrados con expresión ambigua asomarse por los recovecos aún me produce escalofríos.

Nada, para aficionados al misterio de serie B muy, pero que muy permisivos con los errores que tiene la cinta -que no son pocos-, y para verla con buenos ojos.

No entiendo que se haga una valoración tan baja de esta obra en FILMAFFINITY puesto que a mí me parece una más que digna aproximación a lo que fueron las últimas horas de Jesús de Nazaret. La recreación de la época es interesante sobre todo porque nos muestra el choque de culturas existente en la Palestina del siglo I y también porque presenta la gran virtud de ofrecernos un enfoque completamente nuevo y diferente de un tema de sobras conocido: la muerte y resurrección de Cristo.

La verdad es que nunca nos habíamos parado a pensar cuál podía ser la visión que los romanos tenían de Jesús y justo esto es lo que se expresa abiertamente en esta cinta. Más allá de lo novedoso del planteamiento la película está bien realizada y presentada, no es de óscar pero es correcta. Bien a nivel técnico, con un guion que no presenta grandes fallos y con unas interpretaciones salvables y dignas; además su forma narrativa se ajusta a lo que se nos quiere contar sin mayores florituras. Por si fuera poco, la versión española se beneficia de un magnífico doblaje que hace parecer a los legionarios al mando de Poncio Pilatos como españoles nativos. Para los romanos tuvo que ser difícil de asimilar que un ajusticiado fuese luego proclamado como el Mesías redentor de la Humanidad y rey del pueblo judío pero así fue, de hecho.

Puede que la figura del Nazareno resulte a la postre demasiado familiar pero han preferido darle un enfoque cercano antes que centrarse en su faceta mística o sobrehumana. Personalmente no tengo tan claro que esto haya sido un acierto pero tampoco le resta interés al film. En cualquier caso la atención no se centra en Jesús sino en su entorno y en esto radica precisamente la gran virtud de la obra. Apenas vemos un par de milagros y algunos breves instantes de la crucifixión pues casi todo se centra en la búsqueda del cadáver del crucificado y la posterior conversión del prefecto romano encargado de ejecutar su sentencia a muerte.

Es un buen film que, sin llegar a ser notable, resulta interesante a pesar de que haya un par de momentos flojos y por este motivo voy a subirle la nota a un siete. Sólo por su mensaje y por el cambio de miras que nos ofrece ya merece un visionado.

Que sí, que sí, que las secuencias de acción muy bien, y muy realistas ¿Pero de qué me sirve tanto realismo si me importa un bledo lo que le suceda al prota en cuestión?

Y es lo que pasa con esta peli, que no consigue que uno se preocupe por el destino de los protagonistas, los cuales parecen perdidos por culpa de un guión pantanoso y errabundo. Y es que cada vez que le veo el jeto al amigo Tom Hanks me acuerdo del dichoso Forrest Gump. No puedo evitarlo.

La misión es absurda de principio a fin y tiene momentos delirantes. El final, penoso, para olvidarlo. En algunas cosas Steven Spielberg parece un auténtico novato.

Muy bien por las escenas de guerra, muy mal por todo lo demás.

Esto es lo que es este film de Melville: una obra maestra del cine negro europeo. Alain Delon en uno de los papeles de su vida. Un film repleto de silencios que cortan como cuchillas. Turbador y elegante a partes iguales. Soberbio e inigualable. De diez.