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Críticas ordenadas por utilidad
18 de septiembre de 2007
958 de 1070 usuarios han encontrado esta crítica útil
1- Tener 20 años y amigos poco aficionados al cine supone la desgradable experiencia de ir (a esa edad) al cine solo, con la sensación de que toda la sala te mira y piensa que la vida de ese tío debe ser muy triste que tiene ir al cine sín nadie. Así pues sabiendo esto de antemano cogí la página de la cartelera del periódico y decidí ir a ver Seven.
2- Entro en el multisalas de turno repleto de niñatas dispuestas a exhalar gritos de admiración cada vez que aparezca Brad Pitt. Después de los trailers y anuncios varios empieza la película, primera aparición de Pitt, primeros gritos. Empiezo a maldecir mi elección a la par que lamento no tener un fusil para aniquilar a todo bicho viviente que ose hablar y mucho menos dar grititos.
3- Títulos de crédito, empiezo a flipar con la versión de "Closer" de Nine Inch Nails y a notar que esto no es otro estúpido y rutinario thriller, aquí se está cociendo algo gordo y que va a ser recordado durante tiempo.
4- Se suceden las muertes y se avanza en la investigación, el clima malsano se está apoderando de la sala y ya ni las niñas gritan, sólo se rompe la tensión ante la escena de la pereza. Yo mismo me sorprendo sudando y tenso sin saber muy bien en que acabará todo.
5- Se entrega el asesino y empieza a soltar su discurso y sabes que eso no va a acabar bien o de lo contrario será uno de los timos más grandes de la historia. El agobio se solapa con la expectación. Qué será eso tan memorable que nos prepara el asesino?
6- Apocalipsis final. Imposible de definir con palabras el torrente de sensaciones que me produce lo que estoy viendo. No puedo ni pensar, ni racionalizar lo que está pasando, todo es pura emoción. No sé si romper a aplaudir por algo tan grandioso o de romper la butaca de la rabia que me produce ser impotente ante los acontecimientos.
7- Salgo del cine cabizbajo, maldiciendo a mis amigos por dejarme solo ante esta agonía, por no tener a nadie a quién explicar mi sufrimiento y al mismo tiempo la sensación solemne de haber visto una de las películas más grandes de mi vida. Luego, en la soledad de mi habitación me doy cuenta que aún tengo un nudo en el estomago, exhalo mi tristeza, una lágrima se desliza por mi cara, y otra más hasta siete.
2- Entro en el multisalas de turno repleto de niñatas dispuestas a exhalar gritos de admiración cada vez que aparezca Brad Pitt. Después de los trailers y anuncios varios empieza la película, primera aparición de Pitt, primeros gritos. Empiezo a maldecir mi elección a la par que lamento no tener un fusil para aniquilar a todo bicho viviente que ose hablar y mucho menos dar grititos.
3- Títulos de crédito, empiezo a flipar con la versión de "Closer" de Nine Inch Nails y a notar que esto no es otro estúpido y rutinario thriller, aquí se está cociendo algo gordo y que va a ser recordado durante tiempo.
4- Se suceden las muertes y se avanza en la investigación, el clima malsano se está apoderando de la sala y ya ni las niñas gritan, sólo se rompe la tensión ante la escena de la pereza. Yo mismo me sorprendo sudando y tenso sin saber muy bien en que acabará todo.
5- Se entrega el asesino y empieza a soltar su discurso y sabes que eso no va a acabar bien o de lo contrario será uno de los timos más grandes de la historia. El agobio se solapa con la expectación. Qué será eso tan memorable que nos prepara el asesino?
6- Apocalipsis final. Imposible de definir con palabras el torrente de sensaciones que me produce lo que estoy viendo. No puedo ni pensar, ni racionalizar lo que está pasando, todo es pura emoción. No sé si romper a aplaudir por algo tan grandioso o de romper la butaca de la rabia que me produce ser impotente ante los acontecimientos.
7- Salgo del cine cabizbajo, maldiciendo a mis amigos por dejarme solo ante esta agonía, por no tener a nadie a quién explicar mi sufrimiento y al mismo tiempo la sensación solemne de haber visto una de las películas más grandes de mi vida. Luego, en la soledad de mi habitación me doy cuenta que aún tengo un nudo en el estomago, exhalo mi tristeza, una lágrima se desliza por mi cara, y otra más hasta siete.
9 de marzo de 2007
550 de 609 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede parecer increible, pero después de repasar "Donnie Darko" por enésima vez le he encontrado un significado absolutamente diferente.
Si hasta ahora podía parecer un film fantástico, ahora me parece que he asistido a una película de superheroes con ribetes políticos.
Acordaos de este diálogo:
-Gretchen: ¿Qué clase de nombre es Donnie Darko? Parece un superheroe
-DD: ¿Quién te ha dicho que no lo soy?
Pues la respuesta a la pregunta de Donnie es Sí. Es un superheroe, cuya misión es salvar al mundo de la destrucción mediante el autosacrificio. Y aquí es donde aparece toda la carga política del film, el mundo que va ser destruido es el de las libertades individuales, un mundo que a va ser sustituido por otro de talante hipócrita, miedoso y reaccionario que viene representado por la profesora Farmer y el gurú de la autoayuda Cunningham.
Así Donnie, guiado por un profeta del futuro (Frank el conejo) y una chamán visionaria (abuela muerte) descubre que el único modo de vencer a estos supervillanos es mediante actos de nihilismo nietzchiano (representados en el libro "los destructores" de Graham Greene), es decir, para construir hay que destruir primero. Esto además se aplica secuencialmente, primero la escuela con la inundación (limpiar), después se desprende de su humanidad básica (¿ Por qué llevas ese estúpido traje de hombre?) y se pasa a la quema de la casa del pederesta (purificación por el fuego). Finalmente cumple la profecía y en un acto de autosacrificio se convierte en el superhombre de Nietzche.
Todo ello amparado en un estética con ecos de David Lynch ( la secuencia inicial a lo "Terciopelo Azul", la abuela muerte, el gordo del parque) y unos diálogos a medio camino entre el surrealismo daliniado y la verborrea tarantiniana, hacen de "Donnie Darko" no sólo una película de culto sino un clásico de ineludible visión.
Lo mejor: Que siempre descubres cosas nuevas a cada visionado
Lo peor: Jena Malone, con su único registro.
PD: alguien ha visto el director's cut? Que diferencias hay?
Si hasta ahora podía parecer un film fantástico, ahora me parece que he asistido a una película de superheroes con ribetes políticos.
Acordaos de este diálogo:
-Gretchen: ¿Qué clase de nombre es Donnie Darko? Parece un superheroe
-DD: ¿Quién te ha dicho que no lo soy?
Pues la respuesta a la pregunta de Donnie es Sí. Es un superheroe, cuya misión es salvar al mundo de la destrucción mediante el autosacrificio. Y aquí es donde aparece toda la carga política del film, el mundo que va ser destruido es el de las libertades individuales, un mundo que a va ser sustituido por otro de talante hipócrita, miedoso y reaccionario que viene representado por la profesora Farmer y el gurú de la autoayuda Cunningham.
Así Donnie, guiado por un profeta del futuro (Frank el conejo) y una chamán visionaria (abuela muerte) descubre que el único modo de vencer a estos supervillanos es mediante actos de nihilismo nietzchiano (representados en el libro "los destructores" de Graham Greene), es decir, para construir hay que destruir primero. Esto además se aplica secuencialmente, primero la escuela con la inundación (limpiar), después se desprende de su humanidad básica (¿ Por qué llevas ese estúpido traje de hombre?) y se pasa a la quema de la casa del pederesta (purificación por el fuego). Finalmente cumple la profecía y en un acto de autosacrificio se convierte en el superhombre de Nietzche.
Todo ello amparado en un estética con ecos de David Lynch ( la secuencia inicial a lo "Terciopelo Azul", la abuela muerte, el gordo del parque) y unos diálogos a medio camino entre el surrealismo daliniado y la verborrea tarantiniana, hacen de "Donnie Darko" no sólo una película de culto sino un clásico de ineludible visión.
Lo mejor: Que siempre descubres cosas nuevas a cada visionado
Lo peor: Jena Malone, con su único registro.
PD: alguien ha visto el director's cut? Que diferencias hay?
22 de abril de 2007
375 de 438 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué Kill Bill vol.2 es una obra maestra?
- Porque si Sergio leone levantara la cabeza, lloraría de emoción ante una película que le es claramente deudora y sirve, más aún si cabe, para elevarle a los altares.
- Porque nunca una frase definió tan bien a un personaje, el de Uma Thurman. "Tu lado siempre fue solitario".
- Porque nunca un villano, en este caso Bud, fue a la vez tan despreciable, patético y a la vez tan digno de compasión. Eso se llama construir un personaje, eso se llama gran actuación, eso se llama humanidad.
- Porque Pai-Mei nos muestra el lado oscura de la fuerza. Si el profesor Miyagui pedía dar cera, pulir cera, Pai-Mei se encarga de enseñarnos que lo mejor que se puede hacer con la cera es repartirla a diestro y siniestro, sin compasión.
- Porque en la banda sonora tenemos ecos de Ennio Morricone, blaixpoitation setentera y hasta flamenco (lo de Lole y Manuel, impagable). Y nunca habían combinado tan bien musicas tan dispares.
- Porque Uma Thurman suelta una frase que haría palidecer al "alégrame el día" De Clint Eastwood. "Puta, tu no tienes futuro"
- Porque Michael Parks demuestra ser un actor como la copa de un pino, señal que pocos le han sabido aprovechar.
- Porque Bill me ha hecho reflexionar sobre un superheroe al que odiaba. Nunca había visto a Superman desde su punto de vista, y creo que, a partir de ahora, lo miraré con otros ojos.
- Porque nunca una película había cerrado con tres títulos de crédito diferentes. Y además son tan buenos que cada uno de ellos es una obra de arte por si solos.
- Porque si Sergio leone levantara la cabeza, lloraría de emoción ante una película que le es claramente deudora y sirve, más aún si cabe, para elevarle a los altares.
- Porque nunca una frase definió tan bien a un personaje, el de Uma Thurman. "Tu lado siempre fue solitario".
- Porque nunca un villano, en este caso Bud, fue a la vez tan despreciable, patético y a la vez tan digno de compasión. Eso se llama construir un personaje, eso se llama gran actuación, eso se llama humanidad.
- Porque Pai-Mei nos muestra el lado oscura de la fuerza. Si el profesor Miyagui pedía dar cera, pulir cera, Pai-Mei se encarga de enseñarnos que lo mejor que se puede hacer con la cera es repartirla a diestro y siniestro, sin compasión.
- Porque en la banda sonora tenemos ecos de Ennio Morricone, blaixpoitation setentera y hasta flamenco (lo de Lole y Manuel, impagable). Y nunca habían combinado tan bien musicas tan dispares.
- Porque Uma Thurman suelta una frase que haría palidecer al "alégrame el día" De Clint Eastwood. "Puta, tu no tienes futuro"
- Porque Michael Parks demuestra ser un actor como la copa de un pino, señal que pocos le han sabido aprovechar.
- Porque Bill me ha hecho reflexionar sobre un superheroe al que odiaba. Nunca había visto a Superman desde su punto de vista, y creo que, a partir de ahora, lo miraré con otros ojos.
- Porque nunca una película había cerrado con tres títulos de crédito diferentes. Y además son tan buenos que cada uno de ellos es una obra de arte por si solos.
28 de marzo de 2007
374 de 455 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en una sociedad aparecen personajes como el Jonah, la Vane y la Juani,malo. Cuando estos empiezan a ser mayoría en la juventud, peor. Y cuando encima se les hace una película destinada a su glorificación y elogio, entonces nos encontramos ante una sociedad que se encuentra en plena decadencia y se dirige, sin remisión, hacia su destrucción.
Es auténticamente penoso ver una película donde desfilan auténticos bobos anormales, cuyo nivel intelectual debe ser ligeramente inferior al de una ameba y cuyos objetivos vitales se reducen al tunning neng, a ponerme más tetas tia y a competir a ver quien es más zorra. Y todo esto justificado como retrato generacional.
Lo peor es que encima ni esto se hace bién. Por desgracia vivo en una población donde tengo que aguantar a diario a yennis, chonis y yessis y no se parecen en nada a la panda de la Juani. Para ser más real deberían decir neng cada 2 palabras, gritar más y sobretodo ser incapaces de rebuznar, digo de decir, más de tres palabras seguidas. Pero es que hay más, me enchufan a este rebaño bailando en el Razzmatazz, cuando por tipo de música ni deben saber que existe. No era más facil meterlos en central del sonido u otro zoo sónico parecido? El colmo de la ineptitud lo encontramos en todo el tramo madrileño de la película. Resulta que las dos supernenas se convierten en una modernas catetas de pueblo, a lo Paco Martinez Soria, donde descubren que UAU! Hay algo llamado tiendas...y hay muchas!! de ropa, de música, de cosmética...pacagarse.com. Viendo esto debemos suponer que venían del extraradio de Villaberzas de abajo, donde evidente no tienen estas comodidades. Por no comentar que, para ser de extracción humilde, y que van a los madriles con una mano delante y otra detrás, se dejan un pastón en compras. Debe ser que las camareras a media jornada y las empleadas del Media Markt cobran 3000 mil euros al més (cielos y yo perdiendo el tiempo de administrativo).
Si a eso le sumamos que Bigas Luna demuestra estar informadísimo, mezclando el mundo del Hip-Hop, el del tunning y el de los clubbers como si fuera uno solo; que Dani Martín está en su salsa haciendo de él mismo (leasé de chulito mononeuronal) y que se amenaza veladamente con una secuela, concluimos que "Yo soy la Juani" es una bazofia malintencionada y dañina para todo aquel que quiera seguir considerándose como ser humano.
Lo mejor: Verónica Echegui y la banda sonora
Lo peor: Elogiar el monguismo como estilo de vida
Es auténticamente penoso ver una película donde desfilan auténticos bobos anormales, cuyo nivel intelectual debe ser ligeramente inferior al de una ameba y cuyos objetivos vitales se reducen al tunning neng, a ponerme más tetas tia y a competir a ver quien es más zorra. Y todo esto justificado como retrato generacional.
Lo peor es que encima ni esto se hace bién. Por desgracia vivo en una población donde tengo que aguantar a diario a yennis, chonis y yessis y no se parecen en nada a la panda de la Juani. Para ser más real deberían decir neng cada 2 palabras, gritar más y sobretodo ser incapaces de rebuznar, digo de decir, más de tres palabras seguidas. Pero es que hay más, me enchufan a este rebaño bailando en el Razzmatazz, cuando por tipo de música ni deben saber que existe. No era más facil meterlos en central del sonido u otro zoo sónico parecido? El colmo de la ineptitud lo encontramos en todo el tramo madrileño de la película. Resulta que las dos supernenas se convierten en una modernas catetas de pueblo, a lo Paco Martinez Soria, donde descubren que UAU! Hay algo llamado tiendas...y hay muchas!! de ropa, de música, de cosmética...pacagarse.com. Viendo esto debemos suponer que venían del extraradio de Villaberzas de abajo, donde evidente no tienen estas comodidades. Por no comentar que, para ser de extracción humilde, y que van a los madriles con una mano delante y otra detrás, se dejan un pastón en compras. Debe ser que las camareras a media jornada y las empleadas del Media Markt cobran 3000 mil euros al més (cielos y yo perdiendo el tiempo de administrativo).
Si a eso le sumamos que Bigas Luna demuestra estar informadísimo, mezclando el mundo del Hip-Hop, el del tunning y el de los clubbers como si fuera uno solo; que Dani Martín está en su salsa haciendo de él mismo (leasé de chulito mononeuronal) y que se amenaza veladamente con una secuela, concluimos que "Yo soy la Juani" es una bazofia malintencionada y dañina para todo aquel que quiera seguir considerándose como ser humano.
Lo mejor: Verónica Echegui y la banda sonora
Lo peor: Elogiar el monguismo como estilo de vida
16 de febrero de 2008
294 de 356 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se habla de la decadencia del sueño americano, como si hasta ahora USA hubiera sido poco menos que un parque temático de la felicidad, la prosperidad y la libertad. Pero como todo el mundo sabe un edificio sólido se construye siempre desde unos buenos cimientos, y lo que nos indica la película es que quizás los cimientos de esa América de ensueño ya estaban podridos desde el principio.
Paul Thomas Anderson se desmarca de su habitual estilo cinematográfico para revisitar a los clásicos y ofrecernos una visión árida y críptica de los inicios de la prosperidad americana. Para ello usa a Daniel Day-Lewis como instrumento en tanto que su vida, su personalidad, su historia, no de jan de ser una mera metáfora de lo que está sucediendo en el país. Así vemos como la evolución temporal no es gratuita ni mucho menos. En los incios el protagonista representa la vitalidad y el esfuerzo por la superación, para poco a poco corromperse por la ambición, el odio y la decrepitud físicas y moral, que coincide casualmente con un desenlace situado en el crack de la bolsa del 29.
Pero no sólo se centra Anderson en su crítica al capitalismo, sino que señala sin miramientos a otro culpable: el fanatismo religioso, capaz de convertir algo como la fe en un espectáculo circénse cuyo único proposito es mantener idotizadas y calladas a las masas. En el film la religión no deja de ser el tonto útil del capitalismo, la otra cara de la moneda que representa Day-Lewis y que cuando deja de ser necesaria es arrojada como si fuera un trapo sucio.
Pozos de ambició, no es desde luego perfecta, a pesar de su sobriedad tiene algún momento de efectismo innecesario quizás causado por el histrionismo de su protagonista, pero a parte de ello nos hallamos ante el retorno del cine con mayúsculas, un cine que busca ante todo contar una historia y que no necesita de adornos ni trampas argumentales para impactar.
Sí, nos hallamos ante un film difícil, no apto para todos los paladares, pero que contiene momentos de grandeza que a un servidor hacía tiempo que no le mantenían tan clavado en una butaca de cine. Imprescindible.
Lo mejor: Su busqueda de la pureza cinematográfica.
Lo peor: Algún momento de sobreactuación.
Paul Thomas Anderson se desmarca de su habitual estilo cinematográfico para revisitar a los clásicos y ofrecernos una visión árida y críptica de los inicios de la prosperidad americana. Para ello usa a Daniel Day-Lewis como instrumento en tanto que su vida, su personalidad, su historia, no de jan de ser una mera metáfora de lo que está sucediendo en el país. Así vemos como la evolución temporal no es gratuita ni mucho menos. En los incios el protagonista representa la vitalidad y el esfuerzo por la superación, para poco a poco corromperse por la ambición, el odio y la decrepitud físicas y moral, que coincide casualmente con un desenlace situado en el crack de la bolsa del 29.
Pero no sólo se centra Anderson en su crítica al capitalismo, sino que señala sin miramientos a otro culpable: el fanatismo religioso, capaz de convertir algo como la fe en un espectáculo circénse cuyo único proposito es mantener idotizadas y calladas a las masas. En el film la religión no deja de ser el tonto útil del capitalismo, la otra cara de la moneda que representa Day-Lewis y que cuando deja de ser necesaria es arrojada como si fuera un trapo sucio.
Pozos de ambició, no es desde luego perfecta, a pesar de su sobriedad tiene algún momento de efectismo innecesario quizás causado por el histrionismo de su protagonista, pero a parte de ello nos hallamos ante el retorno del cine con mayúsculas, un cine que busca ante todo contar una historia y que no necesita de adornos ni trampas argumentales para impactar.
Sí, nos hallamos ante un film difícil, no apto para todos los paladares, pero que contiene momentos de grandeza que a un servidor hacía tiempo que no le mantenían tan clavado en una butaca de cine. Imprescindible.
Lo mejor: Su busqueda de la pureza cinematográfica.
Lo peor: Algún momento de sobreactuación.
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