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Voto de JoseManuelCampillo:
9
Drama En 1981 el famoso escritor Antonio Miguel Albajara (Antonio Ferrandis) llega a Gijón, su ciudad natal, procedente de Estocolmo, donde acaba de recibir el premio Nobel de literatura. Durante cuarenta años ha sido profesor de Literatura Medieval en la prestigiosa Universidad de Berkeley (California), donde ha alternado su labor docente con la producción literaria que le ha dado fama mundial. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volver a empezar es la manida frase de las parejas que tuvieron un pasado y carecen de futuro; pero también es el título de una película que nadie cantó tan bien como Julio Iglesias cuando este caballero de la mano en el pecho pintado por el Greco hacía suya la música del genial Cole Porter.
En la Academia de Platón rezaba la inscripción de que el que no supiera geometría y matemáticas se abstuviera de entrar. Yo, gracias a José Luis Garci, he podido entrar en esa academia ideal que el tiempo nos ha legado en forma de discurso teórico. Aprendí la propiedad transitiva y casi la cumplo, con una pequeña salvedad, gracias a este director. A él le encantaba Fiorella Faltoyano y la llevó como alumna rezagada en Asignatura pendiente y como aplicada en Asignatura aprobada. El azar me llevó a ver esas películas y me hice de la Faltoyano porque mi gusto, como decía el bueno de Wilde, es muy sencillo: «Solo me gusta lo mejor». Desde ese momento me gustó Garci, a Garci le gusta Faltoyano, ya solo falta esa pequeña salvedad, que yo le guste a la bella Fiorella. Démosle tiempo. Y también aprendí nociones de geometría cuando vi cómo hallaba el área del círculo cuadrado en Volver a empezar, al hacernos creer que el amor verdadero es, a veces, mucho más bello y justo en su no realización.
La luz de la película la presta Asturias, donde incluso de noche es de día. Creo que si los hermanos Lumière la hubieran visitado, no habrían existido las películas en blanco y negro. Una luz que se mece al ritmo que le marca el continuo Canon de Pachelbel, y que predispone nuestros corazones para ser vencidos, incluso antes de comenzar la batalla. Como le pasó a Paris con Menelao.
Antonio Ferrandis siempre trae a mi infiel recuerdo al hombre que fue jueves, ese maestro de la paradoja llamado Chesterton. Nunca me ha gustado Chanquete, nunca me ha gustado Ferrandis y, sin embargo, si he de elegir una película española me quedo con Volver a empezar, y si es una serie con Verano azul. Supongo que todos seremos un poco teresianos y viviremos sin vivir en nosotros, igual que yo ahora afirmo que Ferrandis nunca me gustó y fue el que más me hizo disfrutar.
Garci nos muestra, a través de las vivencias de Antonio Miguel Albajara, la patria de la felicidad. Ese hábitat casi utópico que solo podemos visitar si nos abandonamos y no pensamos, únicamente sentimos. Un lugar en el que el empadronamiento suele durar poco tiempo y la entrada es exclusiva. Se puede acceder si antes has llamado a la puerta de sus únicos interlocutores válidos: el amor y el juego.
Posdata: La inscripción en la república de la felicidad dice así: «Abstenerse de entrar quien no sepa que…». Perdonen que guarde el secreto para mí, pero solo el no decir me hace interesante.
JoseManuelCampillo
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