Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with PROT
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por PROT
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de PROT:
9
6,7
7 773
Drama
En 1981 el famoso escritor Antonio Miguel Albajara (Antonio Ferrandis) llega a Gijón, su ciudad natal, procedente de Estocolmo, donde acaba de recibir el premio Nobel de literatura. Durante cuarenta años ha sido profesor de Literatura Medieval en la prestigiosa Universidad de Berkeley (California), donde ha alternado su labor docente con la producción literaria que le ha dado fama mundial. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así que pasen cien o ciento cincuenta años, cuando los que siguen inmersos en la Guerra Civil se hayan cansado de pelear, acaso dieran el diez por ciento de sus cenizas, como Groucho, y por cambiar el sentido de alguno de sus votos, de alguna de sus críticas, los odiadores profesionales que fueron de Jose Luis Garci. Siquiera por un sentimiento de coherencia retrospectiva, o algo así, que hay quien tilda a Tiovivo de irreal y encuentra realidad en Mortadelo y Filemón, y que no falta quien tacha a VOLVER A EMPEZAR de excesivamente sensiblera y a buen seguro perdona la sensiblería en Juan Ramón Jiménez, que era hipersensible. Cosas de la ideología en esta España nuestra, navaja, barro, clavel, espada.
No sólo por la escena que enfrenta a Jose Bódalo y a Antonio Ferrandis en esa sala de la casa que Antonio Miguel Albajara siempre quiso tener, por la música de Pachelbel o las imágenes del Gijón de Maceda o de Ferrero, internacional argentino, un Gijón vetusto junto a Vetusta, sino por el espíritu de nostalgia, de añoranza infinita, que gravita por sobre toda la cinta desde el tren que llega hasta ese postrero paseo ultramarino. Una nostalgia y añoranza infinitas que, igual que la de Ventura Martínez Soto, es siempre más propia de los que tuvieron que salir que de aquellos que se quisieron quedar. ¿Eh?
Con el ¿eh?
No sólo por la escena que enfrenta a Jose Bódalo y a Antonio Ferrandis en esa sala de la casa que Antonio Miguel Albajara siempre quiso tener, por la música de Pachelbel o las imágenes del Gijón de Maceda o de Ferrero, internacional argentino, un Gijón vetusto junto a Vetusta, sino por el espíritu de nostalgia, de añoranza infinita, que gravita por sobre toda la cinta desde el tren que llega hasta ese postrero paseo ultramarino. Una nostalgia y añoranza infinitas que, igual que la de Ventura Martínez Soto, es siempre más propia de los que tuvieron que salir que de aquellos que se quisieron quedar. ¿Eh?
Con el ¿eh?