Todo en todas partes al mismo tiempo

La idea de partida es simpática. Empieza con buen ritmo, engancha desde el primer momento. Argumento interesante, buenos actores. Hasta aquí todo bien.

En un momento dado nos revelan de qué va todo el asunto. Es un poco lioso y nos obliga a prestar atención y hasta a tomar buena nota para no perdernos. Pero nos gusta que no sea simple, que sea una idea, no muy original, pero sí elaborada. Una vez dadas estas hebras, empezamos a tejer la historia, y seguimos entretenidos, la acción está en marcha e incluso tenemos momentos cómicos que no nos esperábamos.

El problema empieza cuando la película se enreda en un loop. Vuelve una, y otra, y otra vez sobre lo mismo. No desarrolla. Es un continuum de peleas y e incidir todo el rato en la misma premisa. Llegamos a un punto en que esperamos que avance la trama con algo novedoso, pero no acaba de poner la tercera, por lo que esperas que al menos vaya terminando ya. Pero no. Vuelve otra vez sobre la premisa machacona, y otra pelea, otra vez. Es un bucle cansino. Y miras el reloj y ves con espanto que aún queda hora y media y te dices casi que voy a ir dejándolo aquí, porque el resto me da que va a seguir siendo todo el rato lo mismo. Y lo que antes te entretuvo ya te aburre, y hasta te asquea. Y lo que fue novedoso ahora es risible. Y lo otrora divertido ahora es cansino.

P.D. Se han copiado bastante de Matrix
P.D. (Bis) Mensaje de la peli: el amor todo lo puede. En serio. Aún estoy esperando la película cuyo mensaje sea ‘la salchicha frankfurt es la mejor para el hotdog’

Es una película que no hubiese jamás si no fuese por la curiosidad que me ha causado por las puntuaciones tan altas y críticas tan buenas que hay en esta plataforma. Al principio ya me he dado cuenta de que no me iba a gustar por dos cosas. Porque no me suelen gustar las flipadas tan fantasiosas y tan fuera de algo en el que yo pueda entrar, y segundo por el tono humor infantil Marvel que tiene; pero que igualmente aunque no me gustase esperaba que por lo menos que pareciese buena objetivamente. Ni de coña amigos. Es probablemente la basura más grande que he visto en toda mi existencia. Es un gazpacho de escenas de acción sin sentido a lo Scott Pilgrim pero todo el rato. TODO EL RATO. 87 escenas de acción por minuto sin sentido a la cual más estrambótica y sin transición ni nada. La película entera es una escena de 2 horas. Pero lo que realmente es horrible de esta película es el ritmo. Ví esta peli para desconectar del trabajo y ahora he tenido que pedir la baja por el estrés crónico que me ha producido, ojalá algún día pueda llegar a superar. Sentía durante toda la película que estaba viendo un anuncio, en el que tiene sentido que el ritmo sea muy frenético porque trata de contar algo en muy poco tiempo. Esta película es así pero en vez de 30 segundos son 2 horas y media. En fin. Insoportable.

¿Habéis observado que en los comentarios de los usuarios de esta web, junto con muchos defensores, esta película tiene muchos detractores y muy rotundos? Ocurre en muchas, en casi todas las obras. Diría que es incluso lo más natural. Aquí, además, la polarización está más acentuada de lo habitual. Hay quien ve “un cóctel perfecto”, “una reflexión existencial sobre los caminos no tomados”, etcétera y quien (como yo, aunque no pretendo ahondar en ello) “un absurdo de enormes proporciones” o incluso “la peor película que he visto en mi vida” (yo no diría tanto, sobre todo porque para ese título tendría mucha competencia). En cambio en el cuadro de profesionales de la crítica cinematográfica que amablemente muestra FA apenas hay divergencias: no hay ni un punto rojo. Solo grandes alabanzas o alabanzas más tibias, “deslumbrante y a ratos fascinante”, “novísima, divertida” y “pura emotividad”. ¿No créeis que es muy sospechoso que los encargados de llevar gente al cine no presenten ni asomo de esa disensión radical que se ve en espectadores, en cinéfilos de a pie, en aficionados que no están comprometidos con nada? ¿No será esto una muestra más de que la llamada “opinión pública” no es más que la opinión de quienes tienen medios para fabricar “opinión pública” y de que en esta ocasión, con este producto, lo están haciendo mejor que nunca?

Hay algo que me hace estallar la cabeza. Y no son sólo las críticas entusiastas que defienden este estreno como algo rompedor y estimulante, sino que me desconcierta por completo que alguien haya podido tragarse entero este sinsentido de vergüenza ajena. Yo no he sido capaz, la verdad. Pero con una hora que he logrado mantener la vista en la pantalla (más ya me hubiera provocado daños neuronales irreversibles), creo que me hallo capacitado para comentar esta absurda excursión al Multiverso. Después de todo, no haber sido capaz de verse la película entera ya dice bastante sobre la misma. Lo dice todo. A la vez y en todas partes.

Para empezar, que alguien me explique dónde están la originalidad e innovación que se le atribuyen. Lo que es el Multiverso lleva relativamente poco siendo explotado por las productoras cinematográficas, pero yo siendo un chaval ya leía sobre él en los cómics, y me estoy remontando a unas cuantas décadas atrás. Lo de descubrir de repente que tu realidad no era la realidad que pensabas ya lo experimentamos a través de los ojos de Neo en el Matrix de finales del siglo pasado. Echemos más mano de los Wachowski con Sense8, donde los personajes iban intercambiándose las habilidades de los otros. Y lo de desplazar tu mente entre los otros “yoes” de realidades alternativas lo vimos en X-Men: Días del Futuro Pasado. Incluso Jet Li se metió en un embolao donde iba eliminando sus versiones alternativas en otros universos para adquirir sus poderes. Aquí, en esta producción supuestamente revolucionaria, se hace un mal refrito de todos esos elementos, se agita de mala manera y la gente se flipa como si le estuvieran presentando algo nuevo e inesperado. Asombroso y decepcionante.

Pero dejemos la presunta originalidad al margen. Respecto al tono y ritmo de la película ahora. Es una cosa tan cansina, tan redundante en su planteamiento y tan enquistada en su avance agónico, que si te vas saltando tramos de diez o quince minutos, ni te enteras. Yo la dejé a los sesenta minutos, y seguía prácticamente igual que a los veinte… Ahora soy el marido de tu yo de otro universo / ahora soy yo de nuevo / ahora vuelvo a ser el otro / ahora tú desplazas tu mente a otro yo / ahora vuelves / ahora soy yo el que me piro / idem idem idem. Pasito palante, pasito patrás, zapateo sin ir a ningún lado. Porque no hay ningún lado al que ir, no hay propósito ni sentido alguno.
El guión, o bien es un disparate sin coherencia alguna, o es que directamente no hay guión y es la necesidad que tiene nuestra mente de hallar una estructura lo que da apariencia de historia detrás de todo ello. Los supuestos gags cómicos son de tal falta de gracia y tan irritantes que te hacen llevarte la mano a la frente y cubrirte los ojos para no seguir pasando bochorno.

Y podría seguir así, ¿pero para qué? Ya he dedicado bastantes palabras a algo que merece bien pocas.

La protagonista debió pagar sus impuestos. Fin de la historia. Nos hubiésemos ahorrado dos horas y media de dolor de cabeza.

Por supuesto, me quedo con los nombres de los creadores de este engendro, para no ver nada más de su autoría. Aunque viendo las críticas, se viene un Oscar a otro subproducto cinematográfico.

Está sucediendo hace tiempo: Película tostón impulsada por la critica para ganar premios. Y ahí vamos los tontos de turno a tragarnos el bodrio.

Me cabreé cuando me pasó con Nomadland, y luego con CODA… pero ya no me cabreo.

Be water my friend.