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Creada con un propósito
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Creada con un propósito

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About this ebook

God Has a Purpose for You, Daughter of the King!
 Do you struggle with feelings of inadequacy, inferiority, and worthlessness? Do you ever ask yourself:

Am I worth anything?
Is it wrong to be an introvert?
How do I deal with my broken past?

Don’t think you’re alone. Millions of others have faced the same battles you do—and have overcome them. They’ve been victorious by learning to see themselves as God sees them—as unique individuals ready to make a special contribution in the world. They’ve come to understand that they were Created for a Purpose. And so were you. That’s the message of this devotional: God made you, loves you, and has a plan for your life.  Take that message to heart, then read on and be inspired as you come to know God’s ultimate purpose—to create eternal beauty in your life.
 
 
Dios tiene un propósito para ti, ¡hija del Rey!
¿Luchas con sentimientos de ser inadecuada, inferior e inútil? ¿Te has preguntado alguna vez:
 
  • Sirvo para algo?
  • Está mal ser introvertida?
  • Cómo puedo ocuparme de mi pasado roto?
 
No creas que estás sola. Millones de mujeres más se han enfrentado a las mismas batallas que tú... y las han vencido. Han triunfado aprendiendo a verse tal como Dios las ve: como individuos únicos listos para hacer una contribución especial al mundo. Han llegado a comprender que fueron Creadas con un propósito. Y tú también. Este es el mensaje de este devocional: Dios te hizo, te ama y tiene un plan para tu vida.
Tómate ese mensaje en serio, sigue leyendo y sé inspirada cuando conozcas el propósito supremo de Dios: crear belleza eterna en tu vida.
 
LanguageEnglish
Release dateJun 1, 2020
ISBN9781643525914
Creada con un propósito
Author

Darlene Sala

Darlene Sala is a wife, mother, grandmother, and encourager. She and her husband lead Guidelines International Ministries, which works in over one hundred countries through radio, literature, and conferences to spread God's word. She currently resides with her family and her African Violet, named Violet, in Mission Viejo.

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    Creada con un propósito - Darlene Sala

    CAPÍTULO 1

    Surcar el dolor que es la vida

    Por qué necesitas saber quién y de quién eres

    Mi marido me dejó por la esposa de otro hombre y se casó con ella. Estuvimos casados veintinueve años y medio. Mis hijos, cinco, y yo no teníamos ni idea de cómo se sentía él. Tres meses antes de que me pidiera el divorcio, recibí por correo una tarjeta suya firmada: «A la mejor esposa del mundo entero, todo mi amor para siempre». Mi vida entera ha cambiado, hacia adentro y hacia afuera. Dolor…nunca he sentido tanto dolor. Casi me mato. Desearía poder cerrar los ojos, despertar y descubrir que todo es un mal sueño.

    ¿Sientes la angustia que hay en el mensaje de esta mujer?

    Hablamos y escuchamos a mujeres de todo el mundo. Por supuesto, nos encanta escuchar a las personas cuyas vidas han sido cambiadas al oír lo que Dios dice de ellas en su Palabra, la Biblia. Son mujeres que han actuado según lo que escucharon y han visto sus vidas transformadas. Estas historias de fe y redención elevan nuestro corazón.

    Pero muchos de los mensajes que recibimos no son muy agradables de leer. Algunos, como el anterior, están llenos de dolor; otros proceden de mujeres que están soportando más de lo que nadie debería afrontar en toda una vida. Estas mujeres han caído en un foso tan profundo que ya no pueden ver ni siquiera un diminuto anillo de luz del sol sobre ellas.

    Una mujer estaba tan desesperada que se planteaba quitarse la vida. Su carta era un grito de socorro que no podía ser ignorado.

    Acabo de escuchar su charla de cinco minutos sobre el suicidio.

    He pasado la mayor parte de la noche sopesando los pros y los contras del suicidio.

    La depresión no se va a ir. Ya no puedo soportarlo más.

    La medicina no ayuda. No hago más que llorar. ¿Dónde está Dios? Por favor, envíeme el libro que ha mencionado.

    Solo espero seguir aquí cuando llegue.

    No todos los mensajes que nos llegan son tan dramáticos, pero todos tocan el corazón. Algunos son de madres tan agobiadas con el cuidado de sus pequeños y con llegar a fin de mes que sienten que sus vidas no tienen ningún valor. No tienen tiempo para nada más que para su lucha diaria por la supervivencia, y esa lucha ha enterrado su identidad. No solo no ven ni sienten la presencia de Dios, sino que quizás no conocen o pueden haber perdido todo el sentido de su valor a los ojos de Dios.

    Es medianoche, y aquí estoy escribiéndote. Se supone que debo confiar en Jesús. Hoy miro a él, pero no hallo consuelo. Lo que me perturba es… yo ¿quién soy? Solo tengo diecinueve años. Mi madre y mi padre ya no están. Soy la menor de nueve hermanos. Tengo dos hijos a los que amo, y son toda mi razón de vivir. Por favor, escríbeme.

    En realidad, todos sufrimos de una u otra manera en esta vida. Nos traiciona alguien a quien amamos; sufrimos una pérdida inesperada, la enfermedad nos ataca y la desesperanza se apodera de nuestras vidas. Dios parece estar muy lejos. Algunas sobreviviremos y reconstruiremos nuestras vidas. Otras solo caerán más y más profundamente en la desesperación.

    ¿Qué es lo que marca la diferencia? Nuestra experiencia es que una mujer que entiende lo que Dios dice sobre ella navega por el dolor de su vida de manera diferente. Si vives una vida con un sentido real de quién eres y de a quién perteneces, tienes recursos más allá de ti misma. Tienes algo llamado gracia de Dios, que marca toda la diferencia.

    La mayoría de las mujeres, sin embargo, tienden a buscar su sentido de identidad y de valía de tres fuentes: sus logros, su apariencia y sus relaciones. Por desgracia, como veremos más adelante, las tres son susceptibles de cambio. No importa cuán talentosas seamos, algunos de nuestros esfuerzos fracasarán; la enfermedad y el envejecimiento se abren camino; y, de una forma u otra, incluso la mejor y más amorosa relación llega a su fin en este mundo.

    Pero hay buenas noticias. Como mujeres, nuestra identidad y autoestima no tiene por qué depender de ninguna de estas cosas. Tenemos una identidad y un valor inestimables que proceden de una fuente que nunca cambia. Cada una de nosotras puede llegar a conocer su valor a los ojos de Dios. «La novia, una princesa, luce gloriosa en su vestido dorado», dice Salmos 45:13 (NTV). Por medio de Jesucristo, podemos ser hijas del Rey y verdaderamente gloriosas a los ojos de Dios gracias al poder transformador de su Hijo.

    Steve Arterburn, fundador y presidente de New Life Ministries, dice que el objetivo de la consejería secular es hacerte sentir bien contigo mismo, pero el objetivo de la consejería bíblica es hacerte sentir correctamente contigo mismo. Ese es también el objetivo de este libro. Lo hemos escrito para mujeres porque luchamos con lo que somos y lo que nos da valor de maneras muy diferentes y, posiblemente, más que los hombres. Las cartas más desgarradoras que hemos recibido son de mujeres.

    Esto no significa que los hombres se sientan mejor consigo mismos solo por ser hombres. Desde la infancia, los varones están condicionados a actuar, no a sentir. Sabemos que sí sienten, pero lo que vemos son sus acciones, no su dolor. Para un hombre, el dolor emocional es algo que hay que tragarse y negar. A veces, ni siquiera sus esposas sospechan que están sufriendo. Los logros, de cualquier tipo, aportan un sentido de valía, y si hay algo que se enseña a los hombres de hoy es a conseguir logros en el mundo, a vencer al de al lado, y a demostrar tu valía en tu vida diaria con tus acciones, no con tus sentimientos.

    Por otra parte, las mujeres están condicionadas para cuidar de los demás, ser solidarias y verse a sí mismas en términos de sus relaciones con los demás. Incluso de la profesional de más éxito, si es casada, se espera que tenga a sus hijos con ropa limpia, celebre sus noches de cita semanales con su marido, se mantenga en forma, se lleve bien con todos en la oficina o en su comunidad y en su «tiempo libre» aporte a la vida de los demás. Si es capaz de hacer todo esto con gracia, buen humor y amor, los demás la respetarán, y su respeto aumentará su autoestima.

    ¿Te das cuenta de cómo esto deja a las mujeres con las peores opciones? Al varón se le permite más margen en su vida personal y profesional. Si es un triunfador, será respetado y bien considerado aunque trate fatal a los demás y tenga unas pésimas habilidades interpersonales. Las mujeres, por otro lado, deben ser agradables y cuidadosas mientras procuran sus logros. Sarah, una agente inmobiliaria de treinta y dos años, dice: «De nosotras se espera que, como mujeres, seamos dulces, amables, cariñosas, agradables, interesadas, etc., que son todas grandes cualidades, pero también se espera que estemos en segunda fila, hablemos suave, dejemos primero al hombre como líder y permanezcamos a su lado».

    El éxito de una mujer está a menudo ligado a cómo la ven los demás. Pero, si tu sentido de lo que vales depende de lo que los demás piensen de ti, eso no puedes controlarlo. Con frecuencia no basta con hacer bien un trabajo; una mujer de gran éxito sufrirá descrédito si no le cae bien a la gente. Puede que hoy estés cansada y luchando, tratando de averiguar quién eres en realidad, con un sentido incorrecto de tu propia valía. Tal vez esto se oculte tras un trastorno de la alimentación, bebiendo, con compras compulsivas, tras la depresión, el miedo, la obsesión por el aspecto, por la presencia en redes sociales, o tras otros comportamientos.

    Podemos actuar, tomar decisiones muy malas y dejar que nos traten fatal sin saber quiénes somos, de quién somos y por qué vivimos. Estos comportamientos solo indican la existencia de un problema subyacente. Debemos ocuparnos de su causa, no limitarnos a poner una venda e ignorar la infección. Si lo ignoramos, el problema se manifestará con otra serie de síntomas.

    Si estás luchando con estos temas, nos gustaría abrazarte y recordarte que Dios te ama, que eres valiosa para él, y que él te hizo como la expresión misma de su belleza.

    Aunque en este libro no encontrarás consejos específicos sobre estos dolorosos problemas individuales, esperamos darte una base, un fundamento, para comprender tu valor, sean cuales sean tus dones, historia, defectos o limitaciones. Quizás necesites ayuda o asesoramiento adicional para tratar un tema concreto, pero, para construir un sentido duradero de quién eres y de lo que vales, primero necesitas un buen fundamento, no basado en lo que haces, sino en quién eres. No, puede que no te sientas bien contigo misma todos los días, pero, si te ves como Dios te ve, puedes sentirte correctamente contigo misma todos los días. Sabrás que eres una persona de valor para Dios y que él está obrando en ti para brindarte una vida rica y satisfactoria a través de su Hijo, Jesús, y para mostrar su gloria a través de ti.

    Aimee Lee Ball recuerda una escena de la película Pretty Woman:

    Se me ocurrió que muchas de nosotras tenemos la misma duda que perturbaba al personaje de Julia Roberts. Hay una escena en la que le dice al rico hombre de negocios interpretado por Richard Gere que nadie planifica ser una prostituta, que ella cayó en esa clase de trabajo porque no pensaba mucho en sí misma. Gere objeta que ella es una persona especial con mucho potencial y capacidades. Y ella responde: «Lo malo siempre es más fácil de creer».¹

    Así que, comencemos

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