Juicio a una banda de butroneros de Ibiza para los que piden hasta 10 años de cárcel

Uno de los acusados ya fue condenado por el incendio de los juzgados de Ibiza y por el de un edificio okupado en el que murió una mujer

Uno de los acusados, durante su paso a disposición judicial tras el robo en una joyería en 2015

Uno de los acusados, durante su paso a disposición judicial tras el robo en una joyería en 2015 / Pau Ferragut

La Audiencia Provincial de Palma juzga este viernes a los seis presuntos integrantes de una banda criminal muy conocida en Ibiza por una decena de asaltos a locales comerciales y de restauración de Ibiza, Formentera y Mallorca entre la primavera y el verano de 2015, antes de ser arrestados a finales de agosto.

Entre los acusados se encuentra Jonatan Cazorla, condenado a cuatro años de cárcel por el incendio de los juzgados de Ibiza y a siete años y medio por el de la estructura de un edificio okupado en el barrio de es Viver de Vila en el que murió una mujer. El resto de imputados son el hermano de Jonatan Cazorla, C.C.V., A. R. J., M. A., F. M.B. y S.R.A. La Fiscalía solicita penas de más de diez años de cárcel para cada uno de los encausados.

La banda, especializada en butrones, sembró el terror ese verano en las Pitiusas. Cuando fueron detenidos los cuerpos de seguridad les atribuían al menos 29 robos, la mayoría en Ibiza, aunque había hasta uno en Vigo. Finalmente se les ha acusado de una decena, que son de los que se han podido acumular pruebas.

La vista previa del juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Balears en junio de 2023, pero finalizó sin un acuerdo de conformidad entre las partes, por lo que el juicio se celebra ahora.

Según relata el escrito de acusación de la Fiscalía, los seis hombres llevaron a cabo de forma conjunta durante esa temporada una serie de robos en establecimientos, siempre de madrugada, cuando estaban cerrados al público. El fiscal asegura que los acusados actuaban bajo las órdenes de los hermanos Cazorla y que, en algunos casos, se valieron de que los locales tenían contratada la extinción de incendios y revisión de extintores con una empresa de su familia para conocer el interior de los mismos, la ubicación de las cajas fuertes y los sistemas de alarma. En otros casos, uno de los procesados se hacía pasar por empleado de telefonía para acceder a los locales y obtener información sobre sus sistemas de seguridad, mientras simulaba una revisión para mejorar la cobertura de internet.

La temporada de asaltos de la banda, siempre según el escrito de acusación, comenzó en abril, con el mayor de los golpes que dieron. Fue en una joyería del centro de Vila que tenía contratado el sistema de seguridad antiincendios con la empresa familiar de los dos procesados. Uno de ellos aprovechó una visita para colocar cinta adhesiva en los sensores de movimiento de la alarma. Entraron de madrugada por una ventana, cortaron la persiana metálica con un instrumento de corte por calor, reventaron la caja fuerte y se llevaron casi medio millón de euros en joyas.

Con el resto de robos, ya en verano, esa cantidad pudo ascender a más de un millón de euros.

El siguiente robo que refleja el escrito del fiscal ocurrió ya en julio en un restaurante de la playa de Migjorn de Formentera, en el que desvalijaron la caja fuerte y las cajas registradoras, con un total de 40.000 euros.

Tres cajas fuertes con una maza

Le siguió otro en un conocido pub de la playa de s’Arenal de Sant Antoni, en el que reventaron tres cajas fuertes con una maza para llevarse algo más de 133.000 euros. El 2 de agosto entraron en otro local de Platja d’en Bossa atravesando la valla de un hotel vecino para abrir la caja fuerte y llevarse 24.000 euros.

El día 10 del mismo mes, un miembro de la banda accedió a un bar y joyería de Sant Josep reventando una valla metálica trasera y se llevó joyas por valor de más de 60.000 euros tras romper tres vitrinas.

Los otros cinco habían puesto rumbo a Mallorca para seguir allí con la temporada de asaltos. El primero de los que les responsabiliza el fiscal ocurrió el segundo fin de semana de agosto en un concesionario de coches de Palma, al que entraron tras saltar una verja de dos metros y se llevaron un vehículo que encontraron con las llaves puestas. Con él cometieron varios robos en la isla en cafeterías de la cadena Capuccino. El primero en Palma. Se llevaron 67.000 euros, tres cajas fuertes y 23 llaves de apertura de las cajas fuertes de otros establecimientos. Aprovechando esta circunstancia fueron a otra cafetería de la misma cadena en Andratx, a la que entraron por una ventana y abrieron la caja fuerte con una de las llaves para llevarse 15.600 euros, y a otra de Calvià, de cuya caja fuerte sustrajeron 34.000 euros., siempre según la Fiscalía.

En el robo a una cafetería de la cadena Capuccino encontraron las llaves de las cajas fuertes del resto y robaron en dos más

En esta última fueron sorprendidos, pasadas las cinco de la madrugada, por un vigilante de seguridad al que cegaron con un espray irritante para huir en el coche robado en el concesionario. El empleado no necesitó atención médica. Por este hecho, a la acusación de robos con fuerza se añade una de robo con violencia, que hace que casi se doblen las peticiones de pena.

Uno de los miembros de la banda, A R.J., fue interceptado por la Policía Local de Calvià cuando circulaba a gran velocidad tras la comisión de ese último robo. En el maletero llevaba varias de las herramientas utilizadas para cometer los robos, además de un librillo publicitario de la cadena de cafeterías. Este coche había sido alquilado por C.C.V. con un carnet de conducir y un pasaporte falsos a nombre de un italiano, Angelo Maione, los mismos utilizados para reservar la habitación de hotel en la que se alojaron.

Uno de los detenidos, en la puerta de los juzgados, que ardieron cuatro años más tarde / Pau Ferragut

El resto fueron arrestados por la Guardia Civil cuando regresaban de Palma a Ibiza en una embarcación que habían alquilado, llamada ‘Cinderella di Mare’. Las fuerzas de seguridad les seguían los pasos y un helicóptero de la Guardia Civil inició una persecución de la lancha. Los encausados fueron arrojando por la borda efectos supuestamente procedentes de los robos y al final consiguieron llegar a la playa de Talamanca, en Vila, donde les esperaban agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. En el registro de la embarcación se encontraron más de 100.000 euros procedentes, según la Fiscalía, de los robos en las cafeterías Capuccino.

Persecución en helicóptero

La Guardia Civil encontró una parte del dinero y efectos robados en los posteriores registros de la embarcación, el almacén de la empresa de seguridad y el domicilio de Jonatan Cazorla. En el almacén había además herramientas utilizadas para hacer butrones, vestuario, máscaras y sustancias estupefacientes. También dos proyectiles de artillería de la Guerra Civil, que fueron destruidos por los especialistas del Tedax.

En esta operación fue detenido también el responsable de la empresa y padre de los dos principales encausados, aunque finalmente fue puesto en libertad y negó que su compañía tuviera nada que ver con los robos ni con la actividad delictiva de sus hijos.

Por todo ello, en el juicio previsto para este viernes a las diez de la mañana el fiscal reclama una pena de 5 años y 9 meses por robos con fuerza y otra de 5 años por el robo con violencia para Jonatan Cazorla; penas de 6 y de 5 años para A. R. J. por los mismos delitos; de 5 años y expulsión del territorio nacional por diez años para el marroquí M. A.; de 6 y de 5 años, a C.C.V. por los mismos delitos, más 6 meses por un delito de falsedad por alquilar un coche con un carnet falso italiano; y de 5 años por los robos con fuerza y otros 5 por el robo con violencia para los dos últimos, F.M.B. y S.R.A.

Además reclama indemnizaciones para los propietarios de las empresas, entre ellas más de 475.000 euros para la joyería asaltada en Vila por las joyas robadas y que nunca aparecieron.

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