Durante las primeras décadas del siglo XX se desarrolló en España una danza renovada a partir de la recepción de influencias modernas del extranjero. De entre ellas destacaron las derivadas de la contemplación de punteras puestas en...
moreDurante las primeras décadas del siglo XX se desarrolló en España una danza renovada a partir de la recepción de influencias modernas del extranjero. De entre ellas destacaron las derivadas de la contemplación de punteras puestas en escena que mostraron diferentes compañías de danza en giras por España. También se establecieron varias corrientes de intercambio pedagógico y se fomentó la salida de artistas a otros países. De esta forma, las grandes figuras de la danza que surgieron en España durante esos años, fueron deudoras de aquellos factores que condicionaron su imagen y su apariencia, de acuerdo con unos fines y unos medios determinados. Esta comunicación traza una aproximación al estudio de la escenografía y el figurinismo de los bailarines españoles que destacaron en los escenarios de dentro y fuera de España durante el primer tercio del siglo XX, hasta el estallido de la Guerra Civil española. La exposición se estructura en tres apartados, correspondientes a los tres importantes estilos de baile de los inicios de la centuria: la danza moderna y contemporánea, la danza española y el flamenco, y la danza clásica y el academicismo. Tras el análisis de estos apartados se presentan las conclusiones. En España, la danza del cambio de siglo era deudora de la tradición tardorromántica de los grandes clásicos de las escuelas rusa y francesa, y ocupaba sus bastiones en el Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona. La presencia del baile en las representaciones se limitaba a las pequeñas piezas coreografiadas en las óperas, los números de espectáculos de variedades y puntuales versiones de los ballets blancos. No fue hasta la llegada de compañías extranjeras cuando las figuras más importantes del ámbito nacional comenzaron a ofrecer piezas coreografiadas que sumaban a la nueva danza extranjera aportaciones más personales. Las puestas en escena de esa danza renovada venían acompañadas de una escenografía y un figurinismo que también habían experimentado una necesaria modernización, y que colaboraban a la construcción de una determinada imagen del grupo, el coreógrafo y los intérpretes de las obras.