El proceso intersubjetivo
de dare litteras
Antonio María MARTiN RODRÍGUEZ
RESUMEN
Partiendo de los principios y métodos de la semántica estructural, el autor
analiza la expresión latina dare litteras y su posición en el proceso intersubjetivo
en que se inscribe, utilizando fundamentalmente ejemplos pertenecientes a las
Cartas de Cicerón. Un análisis exhaustivo del corpus seleccionado permite extraer
conclusiones lingilisticas e incluso sociológicas, y ayala la utilidad de la aplicación
del método estructural a las lenguas clásicas.
SUMMARY
Starting from the principIes and methods of structural semantics, the writer
analyzes tbe latin expression dare htteras and its place within tbe alternate
subjective process in wbich it takes place. For this purpose examples mainly taken
from Cicero’s letters have been used. A tborough analysis of the chosen corpus
brings forward linguistic and even sociological conclusions. Furtbermore, it
supports the application of the structural method to tbe classical languages.
En ocasiones, el hábito de la traducción nos hace pasar como sobre ascuas por
algunas expresiones, que, a poco de atención que se les preste, resultan reveladoras de la cultura y la lengua en las que se inscriben, y aparecen integradas en la
estructura semántica de ésta de una manera más coherente de lo que parece. Una
de estas expresiones es dare litteras.
Dare es un lexema que, por su amplitud de uso, parece no poder reducirse a
una unidad semántica. Sin entrar en cuestión tan discutible, que estudiamos a
fondo en nuestra tesis doctoral, puede aceptarse que su significado usual es
paraftaseable como sigue:
«acción mediante la cual un sujeto A hace que un destinatario 13 entre en posesión
de un objeto O, normalmente incluido en el ámbito de posesión de aquél».
Cuadernos de Filología Clásico (Estudios latino,) Edit. Univ. Complutense. Madrid, 1991.
loo
Antonio María Martín Rodríguez
Si trasladamos esta definición al terreno de la lexemática’, podemos presentar
el siguiente esquema:
A habeí O
—II——
A dat O —* 13.- E
acciplí
O
<—
A.- B babel O.
Empleamos el signo «.-» para la relación intersubjetiva de complementariedad2,
para la relación intrasubjetiva aspectual secuencial3, —> para indicar la
orientación de la acción4, y —11-—- para la yuxtaposición dc procesos.
Si analizamos la acción de «dar» a partir de cada uno de sus actantes>, el
esquema puede desdoblarse como sigue:
--
1.
Acción de «dar» desde el punto de vista de su sujeto:
A
habet O -~—1I—
1’
A {desinit ¡jabera, amittit}
O
A dat O.
2.
Acción de <(dar» desde el punto de vista de su destinatario
Siguiendo a Cosuniu, entendernos por Lexemática el estudio estructural del léxico. En este
trabajo aplicamos el método que ha propuesto GARCÍA-TIERNÁNOEZ, B. (1980), cuya exposición más
completa puede encontrarse en su obra Semántica estructural y lexemútica del verbo, Ed. Avesta,
Reus. Una exposición resumida y más didáctica puede verse en ID. «Lexemática junto a gramática:
¿por qué no?». EClás, 27, 1985, Pp. 169-179. Aplicaciones de dicho método son sus trabajos El
campo semántico de «ver» en la lengua latina. Estudio estructural, Ed. Univ. de Salamanca,
Salamanca, 1976; «El campo semántico de ‘oir” en la lengua latina. Estudio estructural», RSEL, 7,
1977, Pp. 115-136; «Estudio estructural del campo semántico de ‘dormir’ en latín», Saturo
grammatica in honorem F R. Adrados, Credos, Madrid, 1984, tomo 1, Pp. 159-178.
Entendemos por complementariedad la relación intersubjetiva que sc da entre dos acciones del
mismo proceso en la que:
a)
Los sujetos son distintos y el objeto común o de la misma clase; o bien
b)
el objeto de una de ellas es sujeto de la otra.
Sobre el concepto de eomp]einentariedad, cf GARdA-HERNÁNDEZ, 3.: Semántica Pp. 67 y as.
Relación ituersubjeíiva es la que existe entre acciones con sujeto distinto, e intrasub¡etiva. entre
acciones con sujeto idéntico.
Llamamos aspecto secuencial a «la ordenación progresiva del des,~~~o1lode una acción, en
expresión gramatical, y de dos o más acciones, en expresión léxica>, (GARCiA-HERIJÁNOEZ, E.:
Semántica..., p. 83). Una amplia exposición de las clases aspectuales puede verse ib. Pp. 83-113.
Esta orientación hay que entenderla no en sentido espacial, sino nocional, especialmente en el
caso de dare, que se construye, como es bien sabido, con dativo,
Sobre el concepto de octante, cf. TESNIÉRE, L. (1969): Été,nenrs dc syntaxe structurale, Ed.
Kiincksieck, Paris, p. 102.
El proceso intersubjetivo de
H caret
101
O —.11— 13 {desinit tarare, habet} O
1’
(A) dat O
3.
dare litteras
—*
B6.
Acción de «dar» desde el punto de vista de su objeto:
O
) A—II—O) E
-1
A dat O -*13,
es decir, «O está en el ámbito de A y, mediante la acción de A, pasa a
estar en el de 13». Este cambio de ámbito no hay que entenderlo en un
sentido espacial, sino, más bien, nocional, o, dicho de otro modo no
implica movimiento. Es esto lo que separa a dare de tnittere o ferre.
Hay que señalar también que hemos empleado hateo como archilexema de la
posesión, y, por tanto, con un valor genérico susceptible de numerosos matices
(teneo, occupo, fruor, utor, est mihi..). Cuando el hablante quiere precisar qué
sentido concreto va a tener hateo, puede recurrir a diversas construcciones
especifacativas:
capram, quam dederam seruandam sibi (Plaut. Merc., 238)
nudius sextus quoi talentunz rnutuom
dedi... (ID. Trin., 727-728)
quam raed orauisti ¡it darem tibifaanori (ID. Vid., 84)
ej dabitur aurum, ¡it ad lanonamn deferat (ID. Poen., 174)
ego tibi meam fihiam bene quicum tatUaras dadí (ID. Stich., 547).
-. -
En cambio, cuando los dos hateo se aplican sensu stricto, dare se polariza
como término técnico de la esfera jurídica.
A estas consideraciones hay que añadir que la relación entre A y E puede ser
inmediata o mediata. En el segundo caso, no es A quien entrega O a E, sino C,
siendo éste un comisionado o persona del ámbito bien de A, bien de E. En este
caso, el antecedente o el consiguiente de la relación de complementariedad se
Obsérvese que, en este caso, a diferencia del anterior, se precisa la actuación de un segundo
sujeto en el proceso, A. Si no fuera así, encontraríamos una yuxtaposición de proceso del tipo:
13 caret O —II— B ~desinií carera, babet} O
‘1-
E inuenit O,
enteramente paralela a la del primer punto.
102
Anton ir, Maria Martín Rodríguez
desdobla, o para decirlo con otras palabras, una donación mediata puede
descomponerse en dos donaciones iníncdiatas, la de A a C y la de C a B7.
Es obvio que ambas donaciones inmediatas no son del todo equiparables:
—
Frente al habet de A y de 13, el dc C puede definirse como habetfrrendurn
(hay que tener en cuenta que la causa principal de la donación mediata
suele ser el alejamiento de A y B).
El dat de A a C puede especiticarse como dat jérendumt, mientras que
el de C a B seria más bien dar habendurn.
Hay que concluir diciendo que do sirve tanto para expresar la donación
inmcdiata como la mediata.
Pues bien, cuanto venimos diciendo puede aplicarse a clare JUreras. Distingtíircmos cuatro actantes, el remitente R, el destinatario D, el objeto O y el intermediario 1, pues la realidad extralingílistica hace que nos encontremos ante un caso de
donación mediata, por el alejamiento de R y D«.
El proceso global de la comunicación epistolar puede, por tanto, formularse
como sigue:
O —II—— R dat O —.> 1 .- 1 accipit O -- 1 haber O
1 haber O —II—— [dar O—> D .- D accipir O — D habet O.
R scribit
A continuación analizaremos dicho proceso con algo más de detalle.
1. RhahctO
En el caso que nos ocupa, haber implica la preexistencia de O. Esta hay que
entenderla no sólo en su soporte material (rabella), sino que supone también la
acción de escribir. Por ello, en lugar de habere podemos encontrar scribere y
otros términos de su campo semántico:
Incluso es posible que haya desdoblamiento tanto en cl antecedente como en el consiguiente,
o incluso dentro de las acciones ya previamente desdobladas:
In Cumnanum boche miNi tabellariu,n. Ej dad titas ad Vcstorium quas Pízarnací dederas
(dc. Att 13, 29, 3).
Se trata, por tanto, de una especie dc do itt des:
A tticus libellum composuit. Pum mdcl dedit itt darem Caesaris era/ti enim cenaturus
apud eum iI/o die. Eum libellum Caesari dccli (CId. Att. 16, 16A, 4).
Precisamente la comunicación epistolar se sentia como una forma de superar esa ausencia:
Postquam mdcl litreras tuas raedarius meus reddidit... datas ea mi/ji aditus crebro, dum
aberis, tecum loquendi (SYMM. eptst. 7.21).
El pro ceso inrarsubjarivo de
dare lineras
103
scripsi er dedí ¡irteras ad re Philogono, liberto tuo... (dc. ad Q. fr., 1, 3, 4)
0, opsignatas mi has dadir;
Tacitus conscripsit tabellas’
riN ‘nc iussit clare... (Plaur. Bacc/t., 984-985)
De re p. deque his negotiis cogUarionibus que nos/ns perscr¿pseram ad re
dhligenterpaucis ante diebus easque lirteras dederani puenis tuis... (Cid. fam.
13, 41, 2)
exaraul nascio quid ad fa ar ante lucera dedi (ID. Art 13, 38, 1).
En lugar de senibo puede aparecer dieto:
Dictare ramen hane apisrulam malui quam... nihil ad re litterarum dare (ib., 8,
12, 1).
Entre senibo y do puede intercalarse un tercer término, obsigno: cf. supra Plaut,
Sacch. 984-985.
2. RelatO
Al tratarse de una donación mediata, hay un doble destinatario:
—
1, si se insiste en la naturaleza mediata y, por tanto, desdoblada del
proceso.
D, si se hace abstracción de los pasos intermedios y se atiende únicamente
a la relación esencial, la de R y D.
Por ello, la construcción normal de clare, con dativo, podría resultar ambigua;
una frase como Paulo litreras dccli podría significar:
—
«entregué la carta a Pablo» (donación inmediata),
«entregué la carta par-a Pablo» (donación mediata).
~ domo puede verse, incluimos en nuestro estudio no sólo la construcción dare lirteras, sino
también otras con objeto asimilable: tabellas, epistulam... Para este trabajo nos parecen irrelevantes
las distinciones que suelen hacerse enrrc epistuta y tittarae; cli, por ejemplo, LUCK, 0. (1961): «Brief
und Epistel in der Antike», Alrertum, 7, Pp. 77-84. En contra de esta distinción, CASTILLO, d. (1974):
«La epistola como género literario de la Antiguedad a la Edad Media Latina», EClás. 18, Pp. 436437,
y PIERNAvIEJA, P. (1978): «Epistolografta latina», ECIás, 22, p. 361. Un intento de reinterpretar la
vieja dicotomía a la luz de las funciones de la carta puede verse en SUÁREZ OC LA TORRE, E. (1979):
«La epistolografia griegas>, EClás, 23, Pp. 20-22.
104
Antonio María Martín Rodríguez
El deseo de evitar esta ambiguedad ha llevado a un reparto de construcciones:
—
—~
El dativo se reserva para el destinatario inmediato (1).
Cuando se quiere hacer referencia al verdadero destinatario (O), suele
utilizarse ad con acusativo:
Tontura ualim nc intertnittas, scribas ad rna quiequid ueniet tibi in raen/em, cura
habebis cui des et dura ant ad quera des, quod longura non ant
(CId, Att.,
II,
25, l)~1.
El primer problema que se plantea es el siguiente: ¿en qué proporción se
cumple la regla que hemos enunciado? ¿Siempre que aparece un dativo se refiere
a 1? En las Epistulae de Cicerón hemos encontrado 115 ejemplos en los que el
dativo representa a j12~ En cambio, en el mismo corpus sólo se registran 21 en
los que no lo representa. ¿Se refiere en estos ejemplos el dativo al destinatario
real? En 11 de ellos13, si, pero el sujeto no es R, lo que supondría una visión
globalizada del proceso, sino 1, por lo que se trata de otro momento de éste, la
segunda donación inmediata: 1 dat O
D.
En otros seis ejemplos, no puede hablarse propiamente de comunicación epistolar,
por no existir alejamiento entre R y D (cf. CIC. Att 6,1, 3; 7, 3, 7; 13, 32, 3), o
bien por que se trata de un <(dar» inmediato cuyo objeto es litreras, pero, en lugar
de ser un clare ferendum, es más bien un clare Iegendum, es decir, un clare que se
sitúa tras la recepciónde D y, por tanto, fuera del proceso de comunicación epistolar:
—*
Esta doble construcción es empleada también hábilmente con limes estilísticos por ONZ. Pote.
3, 2, 90-92:
Adfratem scniptas exanat /1/a notas.
Adfnatrem manda/a dabat cuique ¿lía dabantur
—humanos casus osp/ce!— fraten enat.
12 CId/am. 1,7, 1; 2,1, 1; 2,7,3; 3,3, 1; 3,7,1; 3,7,3; 3,9, 1; 4,9,1; 4, 10, 1; 6,20, 1; 7,
9,1; 7,14,1; 8,2,2; 8,7,1 (bis); 8,8,10; 9,2, 1 (bis); 9,3, 1; 9,10, 1; lO. 18, 1; 10,21,3; II,
12, 1; 12, 19,3; 13,41,2; 14,3,3; 14,6; 15, 16, 1; 16,5,2; 16,6, 1; 16,6,2; 16, 11,3; 16, 24.
l;Átt. 1,5,3; 1,13,1; 1,15,2; 1,16,16 (bis); 1,19,11; 1,20,6; 2,1,1; 2,11,1; 2,12,4; 2, 19,
5; 2,24,1; 4,1,1; 4,2, 1; 4, 15,3; 4, 17, 1; 5,3,1; 5,4,4; 5,15,3 (bis); 5, 17, 1; 5,20,8; 5,21,
4 (bis); 6, 1, 1; 6,1,9; 6,2, 1; 6,3, 1; 6,8,4; 6, 8,5; 7. 1. 1; 7,2,5; 7. 9, 1; 7, 16,2; 8, lIb, 3;
8,12,1; 8,15, l;9,7, 1; 9, 9, 2; 9, 19,4; 10, 1,2; 10,11,1; lO, 11,4; 11,11,1; 11,12,1; 11, 13,
5; 11, 16,4; 11,17,1; 11,19,1; 11,23,2; 11,25,1; 12,7,1; 12, 15; 12,37,1; 12,42,1; 12,49,
3; 13, 2a, 2; 13, 14-15,2; 13, 19, 1; 13,29,3 (bis); 13,37,3; 13,44,2; 14, 17, 1; 14, 21, 1; 15,4,
4; 15, 27, 1; 16, 1,6; 16, 13,3; 16, 16A, 4; art. Q.fr. 1,3,4; 1,4,4; 2, 14,3 (bis); 3,1,21; 3,8,
1; 3,8,2; ad Srta. XIX (1, 9), 3; XXII (1, >2), 1; XXIII (1, 14), 1.
La inmensa mayoria de los ejemplos tienen por objeto li/tenas o epistula,n. pero hemos afladido
también unos pocos ejemplos de objetos análogos: librura, codicillos...
o dIC.fam. 6,7,6; 7,5,2; 8, 2, 2;Att. 1,10,1; 2,12, 1;5,4, 1; 12,40,1; 13,38,1; 14,8,1;
16, 16A, 4 (bis).
El proceso inrersubjetivo da
dare litteras
Dadit mih/ epistulam legendara tuom... (ID, ad
Q. fr.
105
3, 1, 19)’~.
Los ejemplos que pueden aducirse de dativo representando a D con el verbo do
y R como sujeto, quedan reducidos a cuatro, pero tres de ellos no son decisivos,
por la anfibologia que parecen entrañar:
Quibus tibí uidebitur uelim das litreros meo flora me
(ID.
Att.
11, 2, 4; cf ib. 3,
15, 8; 3, 21, 1>.
pues el dativo podría referirse tanto a la persona ante quien se recomienda
(donación mediata con destinatario real representado por dativo), como a la
recomendada (donación inmediata, con su destinatario representado, como era de
esperar, por un dativo). Un solo ejemplo nos parece seguro:
Nos apud Alyziam, ex quo loco tibi lirteros ante dederamus...
(ID. fam. 16, 3,
1).
Frente a los 115 ejemplos antes aducidos, la proporción nos parece abrumadora.
En cambio, hemos registrado 66 casos de ad con acusativo acompañando a clare
5. Este uso de la preposición ad estaba
¡Uteras para indicar el destinatario real’
propiciado por el alejamiento espacial entre R y O. Es esto lo que explica la
posibilidad de construcciones con acusativos o adverbios de dirección:
Hui, rotiensne me li/tenas dedisse Romarn, cum ad te nullos donem? (ID. Att 5,
11, 1)
et, ornobo te, cura dabisposrhacaliquiddornum litteranum... (ID.fara. 15, 17,
4).
Es frecuente que no aparezcan explicitos ni el dativo ni la construcción con art,
es decir, que no se haga referencia ni al destinatario mediato ni al inmediato. Ello
reposa en cuestiones en parte lingilísticas, en parte psicológicas. Así, el destinatarío mediato puede ser fácilmente suprimido, porque la propia culminación del
proceso epistolar lo hace evidente. Del mismo modo, el destinatario inmediato
dIC.fam. 2,8,3; 3,7, 1; 3,11,5; 4,4, 1; 4,9, 1; 6,20, 1; 7,14, 1; 8,8,10; 9,10, 1; 11, 18,
13,19,1; 14,4,1; 16, 6, 2;Atr. 2,1, 12;4, 1,1; 5,3, 1;5, 11, 1;6,3, l;6,7,2; 7,1,
1; 7, 15, 1; 7,19, 1; 7,25; 8, 1, 1; 8,2, 1 (bis); 8,5, 1; 8, lIB, 3; 8, liD, 1; 8, 12, 1 (b/s); 8, 12C,
2; 9, 7B, 1; 9, 11, 1; 9, 15, 1; 10,8, lO; 10, 11,4; 10, 16, 1; 11, 12, 1; 11, 13,5; 11, 25, 1; 12, 14,
1; 12,20,2; 12,49,3; 13, 19, 1; 13, 21, 1; 13,29,3; 13,45,3; 14,9,3; 14, 11, 1; 14, 14, 1; 14, 18,
1 (bis); 14, 21, 1; 15, la, 1; 15,2, 1; 15, 27, 1 (bis); 16, 16A, 6; ad. Q.ft. 1,3,4; 2,5,1; 2, 14,3;
3, 1,25; 3, 7,2; ~d. Bruj. XXIII (1, 14), 1.
‘~
1; 12, 19,3;
106
Antonio María Mantín Rodríguez
puede también ser omitido, pues lo realmente importante en la comunicación
epistolar es la relación entre R y O. Con todo, su mención puede ser útil para
identificar una carta:
uides quas occepenira lirteras; nam quas Herraioni centurionis Canulei serua
(ID. Art., 5,21, 4).
scnibis te dedisse, non accepi
Hemos dicho que el clare de R a 1 no es un «dar en propiedad», sino un clare
Jérenclum. Esto puede hacerse explicito:
Nunc has exspecroriones habemus duos, unam quid Coesar ac/urrts sit cura
accepeni/ ea quoe referendo ad illura dato sunr L. Caesoni... (ib. 7, 16, 2).
Además de do, podemos encontrar otros verbos del campo de la donación y,
notablemente, committo:
Breuera necesse est e.sse senmonera quipnoperanti repente coraraíttitur (SYMM.,
epistt 2, 68; cf Cid. jara. 1, 7, 1; Co/iI. 3, 22).
Commítto, al igual que conirnendo, mando y otros verbos, supone una
especificiación de «dar», en el sentido de que exige un destinatario dotado de
jides. Por ello creemos que no está fuera de lugar decir unas palabras sobre el
destinatario inmediato de la comunicación epistolar.
El estado embrionario del correo de la época, que apenas alcanzaba un cierto
desarrollo para la correspondencia oficial, conferia una extraordinaria importancia
a la figura del intermediario, hasta el punto de que la comunicación epistolar
quedaba subordinada a la posibilidad de aprovechar un intermediario que se
hiciera cargo de la carta:
Tu etiora e/que e/lara curo itt uoleos li//erasque od rae mi/ros, quotienscuraque
habebis cui des (ID. jára. 16, 11, 3)
Qua re tu quidera scnibito, cura enit cui des (ID.A rt. 11, II, 1)
Ego, si sempen habenera cuí carera, itel ternas in hora darera (ID. fara. 15, 16,
1)16
~‘ Podía ocurrir, a la inversa, que fiera la propia posibilidad de utilizar un mensajero la que
provocara la carta:
‘¡‘cnt/am ad te hanc cpis/ulam son/psi eodem dic... quia nactus enani cui danen, (CIC.Jhm.
16,6,1)
E/st quid scn/bencm non hobeboni, tomen Caninio od ¿e eunti non potu/ nihil dore (ib. 9,
3,1).
El proceso intersubje/ivo da dure hileras
107
El intermediario tenía qué cumplir algunas condiciones. Antes que nada, ser
persona de confianza:
Posthac, ad ra out, si penfidelera hobebo cui clara, scnibara plane oranio... (ID.
Att. 2, 19, 5)
Paucis diebus hobebara cer/os hominas quibus darara li//eros (ib. 5, 17, 1)
Genus autara raearurn od te quidera litrenorura ejus raodi lene es/ ur non libeat
cuiquara done... (ib. 4, 15, 3).
Evidentemente, el grado de confianza requerido se relaciona con el grado de
confidencialidad de la carta. Los intermédiarios usuales suelen ser amigos,
conocidos, clientes, libertos, esclavos.., tanto de R como de D:
Epis/ulora sciebara tonde tibí neddi/ura ini, sed dobara forailianí hominí oc
domcsticot.. (ib. 5, 15, 3)
De sacando/jo tito quan rara curom adhibuenim... cognosces ex jis litteris quas
Thnosoni liberto tito dedi... (ID. Jora. 2, 7, 3)
Jis itero litreris lectis quas Philorirao, libar/o meo, dadistí... (ib. 3, 9, 1).
e incluso de terceras personas, ligadas a R, a D, o a ambos:
Dadenara triduo ante puenis Cn. Plancí littaras od te (ib. 6, 20, 1).
Una segunda condición es que 1 se dirija al lugar donde está D:
Equidera fiera mcm proerermisí qitein quídam ad re penuenturura putarera, cuz
li/taras non dedarira (ib. 2, 1, 1)
Caninius... eum... se postridia mene oc! te iturum asse dixisset, dlxi el me
doturura litreronura aliquid (ib. 9, 2, 1).
Es más, la elección del intermediario depende estrechamente del lugar al que
haya que enviar la misiva:
Quod cura Quinto frarna meo non aros, qua raittanera aut tui carera nesciebara
(ib. 7, 9, 1).
A veces, el remitente, a pesar de encontrarse ya en el viaje que le conducirá
hasta el destinatario, aprovecha el encuentro con alguien que hace el mismo viaje,
pero más rápido, para hacerlo depositario de alguna carta:
Ephaso conseenclentas ¡zane epistulam dedimus L. Tarquitio, simtí! e por/u
agredianti sed expedñius nouiganti (ID. Atr. 6, 8, 4).
108
Antonio Manía Martín Rodríguez
En caso de necesidad, urgencia, o por requerirse ese viaje por alguna otra razón,
podía despaeharse un esclavo del propio remitente:
Ad eom rera cura mí/terera Alexandrura, has ej dccli ¡it/eras (ib. 13, 2a, 2),
e incluso aprovechar ese envio para recabar una respuesta in.mediata del
destinatario:
tsti pueno, quera od me sto/ira iussi necumnene, do ponderosara oliquora
epistulora... (ib. 2, 11. 1).
Los grandes personajes y magistrados solían tener una o varias personas
encargadas de esta tarea. Son los tabellorii, en los que puede verse el germen más
claro del servicio de correos’7:
Nunc quod o re pc/ii li//cris jis quos Romoe tabellonjis titis dedi... (ID. Ibm. 3,
3, 1).
Pero los tabellanil podían también ser utilizados por terceras personas:
Cura paulo ante dcdissera od te Cassi tabellorio li//eros... (ID. Att. 14, 21, 1<’.
Los verbos del campo semántico de «dar» mantienen una relación complementaria con los del campo de la «petición», del tipo peto-das. Por eso puede
aparecer la relación 1 pa/it R dat
1 accípit):
--
Longior epistulo juísset, POSt
ad te (íD. jára. 15, 18, 1).
(.-
CO
tpso tempone pc/i/o esset o rae, cura jora iretur
3. Joccipí/O
Cuando 1 recibe la carta, entramos en un proceso del tipo «adquisición» ‘~
«posesión», cuyo término no resultativo suele estar representado por acctpío:
--
~ df. LAFAYE, O. en IDAREMI3ERG, CH.-SÁCLIo, E.: Dictiannaire des Antiquités, Akademiscbe
Druck- u. Vcrlagsanstalt, Graz, 1969 (1919), tomo V, su. tabellonius. Sobre cl trabajo y la fiabilidad
de los correos, puede verse TOMAOAKJ5, N. V.: <«Ji rn%u¿pógoí t6~v ÉxtotoX~v»,
EEAth. 20(1969-1970), pp. 9-20.
“df Mt 11, 17, 1; ID.fo,n. 8,7,1.
‘<Cf. DElGADO SANTOS, J. A. (1984): Análisis semántico del grupo lexc,nático de «copio»,
Memoria de Licenciatura mecanografiada. Universidad de León.
El proceso inrcrsubjetivo de dare litteras
109
Lara (sc. epistulara) mi/ti Philotimus postnidie quara a te accepenat neddidit (ID.
Att 9, 5, 1).
Al ser el sujeto de accipio un intermediario, se trata de un «recibir para dar»:
...tu epístulara ¡zane a me accipe o/que illí da/o (Plaut. Pseud. 647).
En el ejemplo que sigue, aparece meridianamente clara la inmediatez del «dar»
de R y del «recibir» de 1:
SY: honc me iussi/ Lesbonico suo gna/o done epistulam
et llera hanc alterora sao amico Cal/idi iussit done.
CH: ob ipson is/as occepisti? SY: e manibus dedit mi ipse in raanus
(ID. Trin. 898.902).
En vez de accipio podemos encontrar recipio:
Si/amen jIfa tíb4 dura dat recipñque tabellas,
corpore, non tanrum sedulitate plocet (0V. ars. 1, 383~384)2a.
4. IhabetO
Estamos ante el grado resultativo del proceso al que hemos hecho referencia en
el apartado anterior:
Tum ii/e dixU, cum aix se ex magno tirnore necraosset, a P. Len/ulo se habere
ad Catilinara mandato e/li/taras... (dIC. Ca/ii 3, 8)
pe/ienant itt.. conloqití cura ciuibas suis liceret.. ad quos mandato a
propinquishaberent (LIV. 30, 43, 5-6).
En este punto termina cl primer proceso de donación inmediata, pero la comunicación epistolar no se detiene ahí: 1 hobet O, pero habet ad D ferendwn. Es decir, se
ve comprometido a efectuar una segunda donación inmediata, pero ambas donaciones
no pueden a su vez ser inmediatas entre sí, pues 1 tiene que salvar la distancia que le
separa de D. Por eso, entre los dos procesos yuxtapuestos que habíamos citado:
20
El uso de recipio en este ejemplo no es gratuito, pues el valor de re- es claro: se refiere a la
sirvienta de la mujer amada, que es, por tanto, intermediaria de ésta con respecto al amante (= D), pero
éste, a su vez, le aprovecha como mensajera para la respuesta. Recipio tiene, pues, en este ejemplo, el
valor de una acción complementaría sucesiva (cf GARCIA-HERNÁNDEZ, E.: Semántica..., p. 196.
Antonio Manía Martín Rodríguez
¡10
1 haber O —II— 1 dar O.
hay que intercalar un tercero:
1 habet O —II-— 1 fcrt 0 —11-— 1 dat O:
At seiro Cura fasciculura... Co ipso dic la/ura esse qao ego dederara... (CIC. Att
2, 13,
1)
Cepltalio uenir a lobis, attuli/ eciam a te hueras... (ib. 7, 25)
Si quemquam nactus cris qui perferar, litreras des ante quarn discedimus (ib. lO,
15, 4)
Nanc has exspecto/icnes habemus ditas, unora quid Caesan octitrus sit cura
acceperU ca quoe referendo art illura dato sant L. Caesani, a/tenora... (ib. 7, 16, 2)
Cepi tabellas, consignau¿, clanculum
dedi mencotoní qitoidara qití art ultra deferar (Plaut. MiL 130-131).
Como es lógico, estamos tratando el proceso de una forma simplificada, sin
atender a las innumerables variantes posibles en cada nivel. Así, quien trae la
carta y quien la entrega a D puede no ser la misma persona:
Cum essem in Tusculano... Roma puer « sorore lua nt¿ssus episrulara milti abs
te adío/am dediL.. (CIC, Att. 1, 10, 1).
5. ida/O
tu episrulara a rae accipe a/que ilíl doro (Plaut. Pseud. 647)
Adorabulabo art ostiura, itt, quando exeot,
extemplo aduenienti ei tabellas dem in manura (ID. Bacch. 768-769).
Pero existe un término específico para esta acción de «dar»: reádo:
...scnrpsí cf dedí 1/rieras ad re Phuiogono, liberto tao, quas credo ¿¡5/ potreo
rcddi/as esse (dc. art Q. fn. 1, 3, 4).
En el corpus epistolar de Cicerón, frente a 11 ejemplos de do con este valo?’,
hemos registrado 103 de reddo>2: Podríamos preguntarnos por qué aparece en
Ver notan. 13.
~ dIC. ¡orn. 2, 17, 1; 3,6,4; 3,7,2; 3,7,3; 3,8, 10; 3,10,2; 3, 11, 1; 3, 12,4; 6,8,2; 6,8,
3; 7,23,1; 8,8,10; 9,7,1; lO, 12,2; 10, 16,1; 11,11,1; 11,16,1 (tres); 12, 12, i; 12, 19,1 (bis);
12,25,1; 13,43,2; 14,5,1 (bis); 14,23,1; 15, 1,2 (bis); 16,9, 2;Att. 1,5,4; 1,13,1; 1,15,1;
1,20, 1; 2, 1,1; 2, 13, 1; 2,16, 1; 3,7,1; 4,2, 1; 4,15,3 (bis); 4, 16, 1; 4,16,9; 5,3, 1; 5,3,2;
5,6,2 (bis); 5,11,7; 5,15,3; 5,18,1; 5,19,1; 5,21,4; 6,7,1; 6,8,1;?, 2,5; 7,3,1; 7,7,1; 7,
El proceso intersubjerivo de dare litteras
111
este contexto redclo con preferencia a su base léxica. Una respuesta exhaustiva a
esta cuestión exigiría un análisis semántico completo tanto de dicho lexoina como
del preverbio re-23, tarea que nos alejaría en exceso del objeto de nuestro trabajo.
Digamos ‘únicamente que el uso de retido está justificado: la posesión del objeto
por parte del intermediario se reduce a un habere ferendum. Ello implica que se
trata de una posesión temporal, cuya única finalidad es hacer entrega de la carta
a su virtual poseedor, que, una vez puesto en marcha el mecanismo de la
comunicación epistolar, no es otro que el destinatario real. En estos ejemplos, por
tanto, retido recubre un contenido «entregar a otro lo que le corresponde».
Reciclo en este contexto selecciona un sujeto con características semejantes a las
que habíamos visto a propósito del intermediario. Así, encontramos individuos
pertenecientes a la esfera de influencia del remitente:
Li//eras a te mi/ti sto/on taus reddidit... (ID. fara. 2, 17, 1)
Ci/ix, liber/us tuas... mi/ti reddidit a te li/tenas.. (ib. 3, 1, 2)
..aen,t obaiam taus pder; is mi/ti litteras abs te... reddidit (ID. Att. 2, 1, 1)
Accepí tuas tris iam epistulas: unam...; al/erara quam mi/ti Canasinus titas
hospes retididil (ib. 1, 13, 1),
o del destinatario:
Unas aideo mi/ti a te non esse redáitas, quas L. Quinetius familianis meas cura
ferrer, ad bus/am Basi/i uulnara tus et despoliatas est (ib. 7, 9, 1)24.
A la vista de las particulares características del correo en la Antigúedad, no es
extraño tampoco encontrar personajes no directamente ligados a R o O, sino a una
tercera persona conocida de uno de ellos o de ambos:
...seruas Cn. Planci... mi/ti a te exspecta/issimas li//eras reddic/i/ (ID. fam. 16,
9, 2)
LegatiAppiani mi/ti uolamen a teplenum quenelae iniqaissimae reddiderant (ib.
3, 7, 2).
Y, por supuesto, no podía faltar la figura del tabellarías:
9, 1; 7,16,1; 8, 1, 1; 8,5,1; 8, LID, 1 (bis); 8, 12D, 1; 6,15,1; 9,5,1; 9,9,3; 9,14,3; 9,16,1;
14, 16,4; 14, 17, 1; 14, 17,3; 14, 17,4 (bis); 14, 19, 1; 15,3, 1; 15,4,1; 15,8,1; 15,9, 1; 15, 24;
16,2,5; 16, 3,3 (bis); ad. Q. fr. 1,2,4; 1,3,4; 3, 1, 8; 3, 1,13; 3, 1, 14; od. Brut. 111 (2, 2), 3; V
(2, 5), 3; XII (1, 6), 3; XIV (1, 2), 1.
~> Una exposición de conjunto de dicho preverbio puede encontrarse en GARCÍA-HERNÁNDEZ, B.:
Semnántica..., pp. 193-199.
‘~ Es claro que se trata en este caso del sujeto no gramatical, sino lógico.
Antonio Manía Martín Rodríguez
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Dc Quinto filio gaudeo /íbi racas li/tenas pnius a tobellario nico quara ob ipso
redditas (ID. Att 16, 3, 3)
cura subíto Apelloe tabellarius... mi/ti tuos litrenas neddidit (ib. 5, 19, 1).
Como puede verse, el dativo indica el destinatario real de la comunicación
epistolar25 y el sujeto de rcddo el intermediario, mientras que el remitente suele
represenfarse mediante la preposición a con ablativo:
Li//eros a te mi/ti 5/ator taus reddidir Tarsi... (ID. fara. 2, 17, 1).
En lugar de esta construcción de ablativo, podemos encontrar un adjetivo
posesivo:
cura .subiío... mi/ti titas lirteras rcddidñ (ID. Att. 5, 19, 1).
Es frecuente que las dos entregas sucesivas, la de R a 1 y la de 1 a D, aparezcan
contrastadas en el mismo pasaje. Normalmente, suele marcarse la anterioridad en
el tiempo de la primera respecto a la segunda:
Cincias nosten eom raihí abs te epistulara neddidít quara tu Id. Febr. dederas (ib.
1, 20, 1).
Si se trata de un proceso simple, es decir, con un solo intermediario, el
destinatario del clare de R y el sujeto de redderc coinciden:
Liben/ura Philonem ísroc raisi et Diogenera Craecura, quibas mandato cf lirtenas
art te dedi; ... quara acheraenter art ¡nc pertineot, in iis quas tibi illí reddcnt li/tenis
perscnips¿ (íD. fara. 8, 8, 10)
Cenas aa/era racarura ad te quidera litreranura ejus modi lene cst u/ non líbea/
cuiquora clare, nisi de quo explorarara sit tibi cura rertditunum (ID. Att 4, 15, 3).
En cambio, si se trata de un proceso múltiple, con varios intermediarios, tal
coincidencia no se produce:
Hay, con todo, algunas e>tcepciones. Cf. C[C.A/t 8,5,1:
Coniecenora in fasciculura ano cura tao uchementera ad illura epistulara; bono od ¡nc
refenni uolo... ca aatcm ad te scnipsi, ¡ir, si tibí forte rcddita essct, ¡ni/ti curares
nefenendora...
La explicación parece clara: al ir juntas las dos cartas, puede aplicarse neddo a Atico, por ser
destinatario de una de las dos, aunque no precisamente de la carta en cuestión. Por otra parte, es
deseo de Cicerón que el proceso se detenga en Atico y no llegue al destinatario que inicialmente
había pensado. De ahí también la propiedad del dativo.
~‘
El proceso intersubietivo de dare litteras
113
.epistalas mi/ti tuas Acgyp/a ncddidit, unara ue/crem.. qaara te scnibis dcdisse
Pinario, quera non uidimus (ib. 8, 15, 1).
Podemos encontrar, igualmente, trado:
Opto
¡it ¡zane salutationam uigonis integer e/prospcris laetus accipias. Tradetar
enira per optimara uiram Desideniara... (SYMM. epist 7, 1O3)~.
A veces, al utilizar trado quiere indicarse que el receptor final de la carta es
una persona distinta del destinatario, especialmente cuando esa entrega se realiza
con etertas formalidades legales:
In/erim Argilius... cura epis/u/am ab ca od Artabazura accepisset, ... cognoait,
si perta/isse/, sibi esse percundara, .. /tas it/e li//cras ephonis tradidi/ (NEP.
Paus. 4, 1-2).
Hemos visto que, en el conjunto de procesos que dan lugar a la comunicación
epistolar, fero y re&lo son acciones sucesivas. Por ello, no es extraño que se
produzca una simplificación de procesos, como en el ejemplo que presentamos a
continuación, donde, en la primera oración, ambas acciones están representadas
por retido, en la segunda, por affero:
Lo die piten tui mi/ti a te /ittcnas reddideran/ et a/ii pucnipost diera tartiara cias
diei a/ias /itieras attalerunt (dc. Att 3, 7, 1).
Pero eso no significa que no exista una diferencia clara entre ambas acciones:
Retidita est e/jara mi/ti peruetus epista/a, sed seno ad/ata (ID. ad
Q. fr.
3, 1, 14);
con retido se señala el final de la actividad del intermediario, con adfeno, la
acción anterior de «llevar». Es obvio que la segunda acción es previa a la primera,
pues puede haberse cumplido la acción de fero, pero, si no tiene lugar la de
retido, el proceso global de la comunicación epistolar queda truncado:
O
.-
~ En el siguiente ejemplo aparece tracto explícitamente inmerso en la estructura semántica R dat
(1 accipi/ O) —II— 1 fert O —II— 1 tnadit O .- D accipit O:
«fer has, fidissirae, nos/ro»
dixi/ e/ adieci/ longo post rerapore «fratni».
Cura darer, elapsaa manibus cecidere rabellae;
omine rarbara est, raisit tamen. Ap/a ,ninister
tempora nactas adi/ traditque latentia uarba.
Artanitas sabita iauenis Macandrius ira
Proicit acceptas lee/a sibi parte tabellas. (0V. met 9, 569-575).
114
Antonio María Martin Rodríguez
Facinus indignura! apis/it/am... nerainera reddidissc!At seito cura fasciculura qao
ii/am coniacerara domura co ipso dic la/ura csse quo ego dederara et ad rae in
Fonmianura reía/ura csse. (ID. Att 2, 13, 1).
La misma relación de complementariedad con los verbos del campo de la
petición que encontrábamos en el apartado «R dat O», aparece ante nuestros ojos
con retido, sólo que ahora el sujeto del verbo de petición es D. En cambio, la
persona de la que se recaba la carta puede ser tanto R:
Petis a rae li/tenas longiores... (SYMM. cpis/. 1, 14, 1),
como 1:
Sed epis/ulara ab co adío/am cisc oudiui modo
er od pon/itores esse delatora: ¡zane petara (TER. Phorm. 149-150).
Con la entrega de la carta a D termina la actividad del intermediario, y
comienza la del destinatario. Pero, antes de considerar este nuevo paso adelante
en la comunicación epistolar, hay que hacer notar que, hasta ahora, nos hemos
referido únicamente a la perspectiva del remitente, el intermediario y el
destinatario, dejando de lado la dcl objeto. Desde el punto de vista de éste, la
yuxtaposición de procesos es la siguiente:
O ) R —II— O penuenir (od D) —II—— O ) D:
Coniecenora in fasciculura una cura tua uchemenrera ad ilium epistuiara: ¡zane
ad me referní uolo... nc in il/itis manus pcnucniret (CC. Att 8, 5, 1).
6. D accipit O
La recepción de la carta entregada por el intermediario supone el momento
ingresivo de la actividad de D, con la que se cierra el proceso, o, mejor dicho, la
concatenación de procesos que supone la comunicación epistolar:
Hane epistulara accipe o rae, ¡zane rae tibí iussit dore (Plaut. Pscud. 983)
Liberolibus lit/eros accepi tizas quos raihí Connificius... neddidit (dc. fara. 12,
25, 1).
En muchas ocasiones, se hace una abstracción del conjunto de procesos, de
manera que queden enfrentados directamente el do de R y el accipio de O:
Ex Bnitonnia Caesar art rae Kai. Sept. dedit li/tenas quos ego accepí... (ID. ad
Q.
fr 3, 1, 25).
E/proceso inrersubjcrivo dc dare litteras
115
En este caso, la relación entre clare y accipere no es simultánea, a diferencia
de lo que ocurre en las que se dan entre R e 1, por una parte, e 1 y D, por otra.
Paralelamente a lo que ocurría en la relación complementaria pc/o netidis, el
ablativo con preposición que indica la procedencia de la carta puede tener una
doble referencia:
.-
—
El intermediario:
Accepí tuas tris iam epistalas, ¡mora a M. Cornelio... (ID. Att 1, 13, 1)
—
El remitente:
Tnigin/a dies eran/t. per quos nullas a uobis acceperara (ib. 3, 21).
7. D /tabet O
Accipio no es más que el t&mino «no-resultativo» de habeo; la recepción de
la carta supone, por tanto, el comienzo de la «posesión» de ésta por parte de D:
Reccntissimas a Cybistnís te meas ii/tenas habene ais... (ib. 6, 1, 1)
Abs te proximas lirteras /tabebam Ep/t eso art. Vid. SaL datas (ib. 4, 18, 5).
E] conjunto de procesos implicados por la comunicación epistolar concluye en
este punto, pero esta posesión de O, fruto de una, o, mejor, de varias acciones de
«dar», puede motivar un nuevo proceso de donación. Se trata, generalmente, de
un clare Iegentiam27.
Dedit mi/ti epis/ulara legendara tuara, quara paulo ante acccpcrat (ID. art Q. fr.
3, 1, 19).
No querríamos terminar este trabajo sin hacer referencia al trasfondo social que
subyace en la construcción que hemos estudiado en las páginas precedentes.
Revela, en efecto, la situación embrionaria de la organización estatal de los
27
«Pero no siempre se podía, ni se pretendía, contar con el secreto epistolar o la inmedialez
remitente-destinatario, ni siquiera en la correspondencia privada. Dado que la carta, una vez enviada,
pertenecía por completo al destinatario, éste podía valerse de ella a su albedrío, por lo cual el autor
advierte en ocasiones que no ha de ser leída a otros>’ [MUÑOZ
MARTíN,
M. N. (1985): Teoría
epistolor y concepción de la carta en Rorna, Ed. Univ. de Granada, Granada, p. 83].
116
Antonio Manía Martín Rodríguez
romanos en este punto28, que contrasta vivamente con la de la sociedad en que
vivimos. En ésta, lo que hemos llamado «intermediario», una persona de
confianza para el remitente y el destinatario, que recibía la carta de manos de
aquél y se ocupaba de que llegara a las de éste, variable según las circunstancias
y, por así decir, con nombres y apellidos (Salvio, Galo Fabio, 1-lílaro...), se ha
convertido, desarrollando la semilla que se hallaba depositada en el tabe//arius,
en esos seres prototípicos a los que llamamos carteros, clasificadores, etc.,
englobados en un aún más abstracto Servicio de Correos.
AUGELLO, O. (1 965): «Pratica e neccssitá del donare nella Roma di Marziale>,, ~4LGP,2, Pp.
33<3-351, ha mostrado agudamente cómo ante el carácter embrionario de la organización estatal en
la época, era la actividad privada de los particulares la que subvenía a necesidades actualmente
reguladas por los poderes públicos o por orgaaizaciones de beneficencia.