REPORTE DE CASO / CASE REPORT
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Atribución 4.0 Internacional.
Síndrome de Miller Fisher en un niño de 12 años
Miller Fisher Syndrome in a 12 year old boy
Cynthia L. Samaniego – Lozano1,a;2 , Tania Juárez1,b, Iván O. Espinoza1,b;2 , Judith Vila1,b, Daniel GuillénPinto1,b,c;2.
RESUMEN
El Síndrome de Miller Fisher (SMF) es una variante del Síndrome de Guillain Barré (SGB), caracterizado por la tríada
clínica de oftalmoplejía, ataxia y areflexia. Se presenta el caso de un niño de 12 años de edad, examinado con un
tiempo de enfermedad de 4 días y con una variedad de síntomas que incluían ptosis palpebral, somnolencia, marcha
tambaleante y debilidad muscular, asociados a antecedente de infección respiratoria de vías altas. El examen clínico
demostró paresia del III, IV, y VI nervios craneales de ambos ojos, arreflexia y debilidad distal en extremidades. Se
instaló tratamiento con Inmunoglobulina intravenosa que condujo a una evolución clínica satisfactoria.
PALABRAS CLAVE: Anticuerpos anti-GQ1b, ataxia, arreflexia, síndrome de Miller-Fisher.
SUMMARY
The Miller Fisher Syndrome (MFS) is a variant of the Guillain Barre Syndrome (GBS), characterized by the clinical
trial of ophthalmoplegia, ataxia and areflexia. The case of a 12 year old boy is examined with a 4-day long history
characterized by symptoms such as palpebral ptosis, somnolence, ataxia and muscle weakness, associated with a
history of upper respiratory infection. Clinical examination showed paresis of III, IV, and VI cranial nerves of both
eyes, areflexia, and distal weakness in the extremities. Treatment with intravenous immunoglobulin was established,
leading to a satisfactory clinical evolution.
KEYWORDS: Anti-GQ1b antibody ataxia, areflexia, Miller-Fisher syndrome.
INTRODUCCIÓN
Caso clínico
El Síndrome de Miller Fisher (SMF) es una
variante poco frecuente del Síndrome de GuillainBarré (SGB), caracterizada por la tríada clínica de
oftalmoplejía, ataxia y arreflexia (1). Esta descripción
fue descrita por primera vez en 1932 y desde entonces
se ha reportado en todas las latitudes.
Paciente varón de 12 años, que acude a emergencia
por enfermedad de 4 días que inició con somnolencia
y caída palpebral derecha. En los dos días siguientes
continuó somnoliento, manteniendo la caída palpebral
y agregándose marcha en zigzag y debilidad en
piernas, que impedía caminar sin apoyo. Al cuarto día,
la debilidad progresa, comprometiendo los brazos, y la
inestabilidad se acentúa, impidiendo la bipedestación,
la caída palpebral afectó ambos ojos y el niño comenzó
a tener visión doble horizontal. Tres días antes, el niño
había tenido una infección respiratoria de vías altas.
Presentamos un caso de SMF en un niño, con
la finalidad de difundir las características clínicas
particulares en esta edad, de manera que permita
reconocer y tratar esta enfermedad en forma adecuada
y oportuna, para evitar complicaciones mayores, como
la insuficiencia respiratoria.
1
2
a
Hospital Cayetano Heredia. Lima, Perú
Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.
Residente de Neurología Pediátrica; b Neurólogo Pediatra; c Jefe del Servicio de Pediatría.
Rev Neuropsiquiatr 80 (4), 2017. 273
Samaniego – Lozano C, et al.
Al examen, presentaba funciones vitales
estables: frecuencia cardíaca 90/minuto, frecuencia
respiratoria 13/minuto, presión arterial de 100/56
mmHg (percentil 50), y saturación de oxígeno en
93%. Tenía patrón respiratorio regular, auscultación
cardiopulmonar normal, abdomen depresible y sin
organomegalias. Al examen neurológico estaba lúcido
y orientado, con debilidad simétrica y distal de grado
4/5 en las cuatro extremidades, sensibilidad normal,
arreflexia osteotendinosa en las extremidades, ptosis
palpebral parcial bilateral, debilidad de los músculos
extraoculares rectos medial, superior, inferior, lateral y
oblicuos de ambos ojos, pupilas redondas, iguales que
reaccionaban lentamente a la luz, fondo de ojo normal
bilateral. Con funciones superiores conservadas.
Marcha y signo de Romberg no valorable porque la
inestabilidad postural del paciente no permitía la
bipedestación (figura 1).
con reclutamiento disminuido,
polineuropatíaaxonalmotora.
compatible
con
Entre el primer y segundo día de hospitalización
aumenta la dificultad respiratoria y se agrega disfagia
y disartria, pasando a cuidados intensivos para
monitorización. Al tercer día de hospitalización se
inició el tratamiento con inmunoglobulina humana
(IVIG) a una dosis de 400 mg/kg/día administrada
durante 5 días. A las 24 horas de tratamiento se observó
mejoría en el nivel de conciencia y una semana después
mejoró la debilidad de los nervios oculomotores,
logró sentarse con apoyo y reaparecieron los reflejos
osteotendinosos en los brazos. Posteriormente, a la
segunda semana logró caminar con asistencia de
otra persona. Hasta que a los 28 días salió de alta,
valiéndose de apoyo mínimo. Un mes después era
capaz de caminar por lo menos tres metros sin ayuda,
aun con ptosis palpebral bilateral y oftalmoparesia.
Los análisis iniciales revelaron hemoglobina
13,7 g/dL, leucocitos 7980/mm3, bastones 0%,
segmentados 67%, eosinofilos 4,6%, linfocitos 21%,
plaquetas 410000/mm3, urea 20,1, creatinina 0,4, sodio
142, potasio 4,35, cloro 102, la prueba de antígeno
fecal para Campylobacter (ELISA) fue negativa. El
análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR), mostró
proteínas 256 mg / dL, glucosa 55 mg/dL, glóbulos
blancos 4 células/ml, glóbulos rojos 6 /ml, coloración
Gram negativo y cultivo negativo. La prueba para los
anticuerpos anti-GQ1b fue negativa y la resonancia
magnética de encéfalo no presentó alteraciones.
DISCUSIÓN
Figura 1. Movimientos oculares de seguimiento
A. Seguimiento lateral derecho
B. Posición primaria de la mirada
C. Seguimiento lateral izquierdo
Lamentablemente no se cuenta con fotografías del resto
de movimientos oculares.
El primer día de la hospitalización, se le realizó
una primera electromiografía (EMG) y velocidad de
conducción nerviosa (VCN), demostrándose ausencia
de reflejo H y una segunda electromiografía realizada
al inicio de la tercera semana de enfermedad, que
demostró actividad de inserción incrementada en
parte distal de miembros inferiores, escasas unidades
motoras polifásicas en ambos tibiales anteriores
274 Rev Neuropsiquiatr 80 (4), 2017.
El Síndrome de Miller Fisher (SMF) se caracteriza
por la tríada clínica de oftalmoplejía, ataxia y
arreflexia. Esta triada fue descrita por primera vez
por James Collier en 1932 y posteriormente en 1956
Charles Miller Fisher, la divulgó como una variante
limitada del Síndrome de Guillain-Barré (SGB)(1).
Representa aproximadamente 1% al 5% de todos los
casos de SGB en los países occidentales y hasta 19% y
25% en Taiwán y Japón respectivamente (2). Existe un
predominio masculino establecido en una proporción
de 2:1 y una edad media de inicio de 43,6 años, aunque
se han notificado casos de MFS en todos los rangos de
edad (3), los reportes en niños menores de 15 años son
escasos, no habiéndose notificado casos en Perú.
La patogénesis de la enfermedad se inicia con una
respuesta inmune aberrante dirigida contra el tejido
nervioso, por un mecanismo de autoinmunidad llamado
mimetismo molecular, es decir, anticuerpos o células
Síndrome de Miller Fisher en un niño de 12 años
T activadas en respuesta a un agente infeccioso podrían
reaccionar de forma cruzada contra antígenos propios, en
concreto un glucoesfingolípido, el gangliósido GQ1b(4).
Los agentes infecciosos desencadenantes, más frecuentes
son Campylobacter jejuni (C. jejuni) y citomegalovirus
(CMV), aunque también se detectan infecciones por el
virus de Epstein Barr, VIH, Mycoplasma pneumoniae,
Haemophilus influenzae, virus de la hepatitis, entre
otros (5).
El tiempo medio de aparición de los síntomas
neurológicos posterior a la infección se refiere entre
8-10 días (rango de 1-30), rara vez se asocia al proceso
en su fase aguda. En el caso presentado se observa que
los síntomas neurológicos aparecieron casi terminando
la infección respiratoria aguda hasta alcanzar un nadir
clínico a la semana de evolución (rango de 2-21)
después de los síntomas neurológicos iniciales (2). Esta
evolución rápida se reporta en la mayoría de los casos
reportados en niños(6).
Se ha propuesto que los síntomas neurológicos
dependen de la localización específica del gangliósido y
su interacción con el anticuerpo (7). Así por ejemplo, la
oftalmoplejía es el resultado, de la unión de los anticuerpos
antigangliósidos tipo IgG con los gangliósidos GQ1b,
que se encuentran en gran proporción en las regiones
paranodales de la porción infranuclear de los nervios
oculomotores, troclear y abducens (8),resultando en
una alteración de la motilidad extraocular (9).Además
se describe que la oftalmoplejía interna, podría ser
secundaria a la unión de los anticuerpos anti GQ-1b al
ganglio ciliar, produciendo la denervación del esfínter
pupilar (10). Nuestro paciente presentó inicialmente
compromiso del III nervio craneal, con ptosis palpebral
unilateral que posteriormente fue bilateral y cuando
ingresa a emergencia ya presentaba limitación de los
movimientos oculares.
Las pupilas lentamente reactivas a la luz, indican
que hubo afección de las fibras pupilomotoras. Estos
trastornos pupilares en el SMF pueden observarse
hasta en el 50% de los casos, tienden a progresar
independientemente de la oftalmoplejía externa, y
habitualmente suelen resolverse en forma precoz (2).
Del mismo modo, la ataxia, se relaciona con la unión
del anticuerpo IgGantiGQ1b a las neuronas del ganglio
de la raíz dorsal y al tracto espinocerebeloso (11),
también se postula una disfunción del sistema aferente
propioceptivo. En el caso de nuestro paciente presentó
una ataxia de grado incapacitante, que lo confinó a
la cama, a pesar de no tener una debilidad muscular
importante al inicio, este tipo de ataxia, típicamente
se describe en el SMF (6). Respecto a la arreflexia, se
propone que el sitio de lesión sería a nivel de los husos
musculares (12) y también por afección del sistema
aferente propioceptivo (13).
El diagnóstico de SMF se realiza por las características
clínicas y el curso de la enfermedad. Sin embargo, el
anticuerpo anti-GQ1b, es utilizado como un marcador
diagnóstico, ya que se relaciona con la actividad de
la enfermedad, pero no es exclusivo delSMF, se ha
identificado en otras condiciones resultando en lo que
algunos expertos han designado como un “síndrome
de anticuerpo anti-GQ1b”. El SMF, la oftalmoparesia
aguda sin ataxia (OA), la encefalitis de Bickerstaff (EB)
y el SGB con oftalmoplejía, serían parte del espectro
continuo de este síndrome (14). Nuestro paciente tuvo
un dosaje negativo de anticuerpo anti-GQ1b, este
resultado no descarta la enfermedad, ya que según los
datos reportados, el anticuerpo resulta positivo solo en
alrededor del 90% de los casos (15,16), además una
posible explicación a este resultado negativo, sería
una baja concentración de anticuerpos anti-GQ1b al
momento de la toma de muestra (tercera semana de
enfermedad), los cuales tiene tienen un pico al inicio de
la clínica y disminuyen hasta desaparecer en unas 4-5
semanas (17).
Los hallazgos de electromiografía y velocidad de
conducción nerviosa del paciente, coinciden con lo
que se describe en la literatura, típicamente, el reflejo
H del sóleo está ausente, producto de la afectación de
los aferentes IA de los husos musculares y durante el
curso de la enfermedad, aproximadamente el 15% de
los pacientes con SMF sufre una superposición de SGB
axonal con anomalías en la conducción nerviosa que
reflejan la disfunción axonal (13).
Respecto al tratamiento, existen pocos estudios en
niños, nosotros decidimos tratar al paciente en vista de la
afección clínica grave, particularmente la insuficiencia
respiratoria. Seguimos las directrices de la Academia
Americana de Neurología (AAN), que recomiendan
terapia inmunomoduladora, con inmunoglobulina
intravenosa (IVIG) y plasmaféresis (18). En el caso
del paciente se prefirió la terapia con inmunoglobulina
intravenosa (IVIG),debido a la relativa seguridad
y facilidad de administración, aunque no hay datos
confiables que sugieran sea superior a la plasmaféresis,
pequeños ensayos aleatorios disponibles en los niños
sugieren que IVIG acorta el tiempo de recuperación en
comparación con sólo el tratamiento de sostén (19,20).
Llama la atención la rápida mejoría de la motilidad
ocular luego del inicio del tratamiento con IVIG con un
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Samaniego – Lozano C, et al.
tiempo de respuesta mucho más corto a lo descrito en la
literatura. No obstante, la recuperación de la fuerza y la
marcha, se observaron dentro de lo habitual.
Si bien nuestro paciente inició con un SMF típico
la evolución posterior con compromiso respiratorio y
debilidad de extremidades que impiden la deambulación
a pesar de la desaparición de la ataxia, así como los
hallazgos de la segunda EMG indican la superposición
del SMF con la presentación sistémica axonal del SGB
hecho que también está descrito en la literatura (21).
Con este reporte de caso estamos contribuyendo
con el conocimiento de esta enfermedad en niños de
nuestro medio, condición de presentación infrecuente,
pero típica, la que requiere un rápido reconocimiento y
manejo oportuno.
Correspondencia:
Cynthia Luz Samaniego Lozano.
Departamento de Pediatría.
Hospital Cayetano Heredia.
Avenida Honorio Delgado 262. San Martín de Porres,
Lima 31.
Correo electrónico:
[email protected]
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Recibido: 28/11/2017
Aceptado: 11/12/2017