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La institución educativa en Colombia: hablan los actores

1987, Boletin Cultural Y Bibliografico

RESEÑAS EDUCACION co in cidencias co n las etapas y caracterís ticas más sig nificativas del proceso de co lon izaci ó n, en las regiones anali zadas por Molano. Economía extractiva y predatoria, caza y pesca, violencia y colonización campesina, economía de la coca, práctica ausencia del Estado, presencia guerrillera, depredación ecológica, son, en efecto, fenómen os comunes a una vasta porción del territorio nacional. Acaso tratar de explicar con ponderación , rigor y acervo documental la génesis de estos procesos, su dinámica actual , los diversos intereses de los actores que en ellos participan, el curso actualmente previsible de los acontecimientos, etc. , pueda estimular un verdadero debate nacional en la prensa, la universidad, los partidos políticos, el Estado y sus diversos estamentos, los gremios, las organizaciones sindicales y populares, que contribuya a superar la dramática y peligrosa polarización y el maniqueísmo en la interpretación y valoración de estos sucesos, y que coadyuve a viabilizar una so lución de todos los problemas generados en estas zonas, la cual, consultando los más altos intereses nacionales, así como los de los principales sectores sociales implantados en forma duradera en estas regiones, impida que desde allí se contribuya a encender la chispa de una conflagración nacional de consecuencias imprevisibles, que llegue a comprometer, por varios decenios, nuestro porvenir como Estado y comunidad nacional. JAIME EDUARDO JARAMILLO J. La institución educativa en Colombia: hablan los actores Los maestros colombianos Rodrigo Parra Sandova/ Plaza y Janés, Bogota, 1986, 314 págs. La escuela inconclusa Rodrigo Parra Sandoval Plaza y J anés, Bogotá, 1986, 187 págs. Los paradigmas intelectuales están en crisis. Aquellas grandes o rientaciones teóricas y epistemológicas de las ciencias sociales (marxismo, funcionalismo, estructuralismo) que, en su momento, podían considerarse a sí mismas como explicaciones sistemáticas y autosuficientes de la naturaleza y dinámicas de las sociedades humanas se ven progresivamente confrontadas por una praxis histórica siempre inédita y proteica, la cual parece escaparse siempre a las renovadas tentativas de una formalización omni~presva. Por otra parte, surgen nuevos intereses de los diversos actores sociales y, correlativamente, nuevos pro blemas y campos de interés para la sociedad que suponen también nuevas perspectivas, hipótesis y desarrollos de la actividad científica. Del mismo modo, se preferirá un acercamiento más atento y analítico de estructuras sociales intermedias, frente al tradicional estudio de los grandes procesos históricos y de la dimensión macroestructural de las sociedades, y se postulará también una pluralidad de estrategias metodológicas, las cuales no se rán concebidas como opciones antagónicas e irreductibles, sino que la pertinencia de su utilización se postulará en relació n con los objetivos del científico social y con las caracferísticas y exigencias mismas del objeto de la investigación. Y es dentro de estas tendencias nuevas - que se diseñan en el panorama de las ciencias sociales en muchos centros internacionales del desarrollo científico, así como en la América Latina y en Colombia en particular,donde se inscriben, en nuestro concepto , los dos libros lanzados al mismo tiempo po r la Editorial Plaza y Janés, que aquí se comentan. Corresponden ellos a la última etapa de la ya fecunda actividad investigativa del sociólogo y novelista colombiano Rodrigo Parra Sandoval, vinculada especialmente a lo que podría denominarse, en un se ntido amplio del término, la sociología de la educación, pero colindando, en una perspectiva que desdeña el extremado especialismo alcanzado por la sociología en aquellas sociedades d onde se vincula a una fragmentación extrema de las funciones profesionales y académicas, con la sociología de las profesiones y con la sociología urbana y, particularmente, en lo que concierne a la "escuela inconclusa", y, con la sociología rural. Podría señalarse en las obras mencionadas, como hecho sobresaliente, la recusación de un esquema teórico excluyente y, con ello, la utilización de criterios, marcos de referencia y conceptos propios de diversas orientaciones intelectuales, así como sobre todo, una pluralidad de aproximaciones metodológicas, último aspecto que es, quizá, el fenóme no más innovado r en estas dos obras investigativas. En especial, habría que señalar cómo el autor sabe combinar el análisis de las grandes tendencias de evolución de la sociedad colombiana (transición de una sociedad agraria a una sociedad capitalista, nuevos procesos de división del trabajo, surgimiento de un desarrollo desigual que implica una redefinición de la estructura y las relaciones regionales , emergencia de nuevos contextos sociales, avance del proceso de urbanización y consecuente secularización de la sociedad co lombiana, aparición de nuevos grupos y clases sociales), con el estudio de nuevas dimensiones, menos analizadas, de los procesos socioeducativos, en especial, grupos e instituciones en el ámbito microsocial. Ellos pueden expresar, de modo más vivo y multilateral, nuevos espacios y perspectivas que manifiestan los variables y mú/t iples efectos de la sociedad sobre los individuos, implicando un mayor acento en la cotidianidad, trascendida y recreada como objeto 96 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RESENAS válido de las ciencias sociales, así co mo el interés po r la percepció n, en profundidad, d e las vive ncias y la co ncreta inte racción d e los ac to res sociales, concebidos de modo si mu ltá neo como portadores d e ro les institucionalizados y como sujetos que exp resan, en su dimensió n existenciaJ , actitudes y comp ortamientos que no so n ciertame nte reductibles a sus estructura no rmativas d e roles. Esta actitud investigativa exigi rá, en particular, integra r la tradición y las técnicas d el mé todo etn ográfico al a nalísis tradicionalmente sociológico de los diversos grup os, co ntextos e institucio nes, e n dond e adquiere, ciertame nte, sentido y proyección esta dimensió n más analítica e inter iorista de los hechos y fe nó men os de la ed ucación . El primer capítulo de Los maestros colombianos, titulado " Bases sociales para la formación de los maestr os colombianos", con la colabor ación de María Elvira Carvajal, ex presa clarame nte la posi bil idad y riqueza de la co mbinación d e una pe rspecti va macro y microsocial, al mism o tiempo que los rendimientos intelectuales de la utilización imaginativa de las estad ísticas y del método tradicional de la enc uesta, co mplement ado co n un acercamiento de índole más etnográfica y, d e es te modo, c ualit ativa. Los a uto res buscan aquí comprende r al actor princi pal (muchas veces sos layado), d e los procesos edu cativos: el maestro, en una perspectiva que aporta a un capítu lo escasamente desarrollado d e la socio logía en nuestro país, el de la sociología de las profesio nes, buscando, a su vez, indagar por la relación exis te nte entre la ed ucació n confe rida a los maestros e n las escuelas normalistas y su adecuación a los diversos context os socioeconómicos exjstentes e n el oa ís: economías cam• pesinas, econ o m ías de agric ultura indus trial , eco nomías cafeteras, co ntexto urban o-i ndust ri al, co ntexto urbano marginal. Se enfa tiza aq uí, co mo una id ea ce ntral que recorrerá los d os libros co mentad os, el hecho de la inad ecuación existente ent re un currículo único existente para las diversas escuelas urbanas y ru rales e n el país, q ue cu mp liría Jas funcio- nes de h omogenización e integración nacionales, y la necesaria adaptación a las neces idades y exige ncias cambiantes de los diversos co ntex tos sociales, en donde se sitúan las instituciones educativas colombianas. De hech o, co mo se se ñalará a lo largo de estos d os tex tos, los currículos educativos parten de las necesidades y requerimientos de los contextos modernos urbano-industriales, haciendo hincap ié e n las actitudes, con ocimientos y desLrezas necesarios para desarrollarse labo ral, social y psicológicame nte, en estos co ntextos societarios. En el segu ndo capítulo del libro co me ntado, " La profesión d el maestro y el d esa rro llo nacional", los auto res realizan "un pri me r so ndeo sobre algu nos aspectos de la profesión del maestro como se presenta en Colombia a part ir de p regu ntas básicas sobre la naturaJeza del cu rrículo de prima ria y la capacitació n del d ocente y s u relación con el proceso de desarrollo que experimenta la sociedad nacio nal" (Pág. 82). Es en el análisis de la imagen social del maestro, e n relación con su práctica e n los diferentes ámbitos sociales, donde se encuentra la parte más sugestiva e innovado ra d e este capítulo. Es así como se pone é nfasis en la contrad icció n entre la imagen "sagrada" de la profes ión del docente, que hace hincapié e n su papel vocacional , ético y altruista, y la image n "secularizada" {para usar dos co ncepros popul arizados po r Howard Becker), que " te nd ería a ubicar la imagen del educador co mo una actividad profesion al co n obligaciones definjdas y contenidas en la función misma"( Pág. 122), lo cual se e xpresaría como la ruptura e ntre la imagen, los co nocimie ntos y la práctica social del d ocente colom bi ano. Estas contradicciones, vistas en un plano social y psicológico, se m a n ifestarían en la propia percepció n de los maestros, quienes mayoritariamente, incluso e n los contextos urba nos, tienden a concebir su imagen de manera "sagrada''¡ Jo c ual se co ntrapone a la secul arización inhere nte a su pro pia ex periencia en sus lugares de estudio (predo m inantemente urbanos) y a su m is mo proceso de socia lización educativa, que expresaría va lo res contrarios al carác- ter sagrad o de la profesió n. A su vez., el maestro , dada la desvalorización económica y social de su actividad en los últimos decenios, tiende a procurarse ingresos complementarios a Jos de su labor docente , cuand o no busca una ocu pació n diferente , lo que refuerza la c risis de la imagen legiti madora y valorizad ora, soc1al y psicológicamente, que tiene de su profesión. En el capítulo final de este den so y sugerente libro, realizado en colaboración co n Leo nor Z u bieta y Oiga Lucía González - " Maestros de maestros"-, se vuelve sobre el p roblema nodal de la formación de los docentes, pero en este caso en una perspectiva más decididamente etnográfica, "en un intento por reubicar su centro de atención desde las estructuras sociales y la búsqueda de las Leyes que regulan la dinámica social hacia la necesid ad d e respo nd e r a las pregun tas: ¿Cómo vive la sociedad e n el individuo?; esta estructura de signifi cad os: ¿qué tipo de co nductas y de inter acció n origina?" (P ág. 17 1). Los au tores vinculan imaginativamente el énfasis institudonalislll. implícito en el estructural-funcionalismo, con la concepció n drammúrgica de Erwin Goffman. popularizada e n los últimos decenios e n los Estad os U nidos, para concebi r una Escuela Normal si tu ada e n el municipi o d e Ocobo (Cu ndinamarca). como un 97 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RESEÑA EDUCACION híbrido entre comunidad vivencia/ e institución f o rmal, sacando a flote no solamente los roles institucionalmente regulados de los diversos autores , sino tambien aquellos elementos expresivos, reprimidos en ciertos contextos formales. Se reconstituye , as í, el funcionamiento cotidiano de la institución, las diversas formas de interacción de sus actores, la diferencia entre la normatividad interna y el funcionamiento real, la organización social de la escuela, la cultura institucional y, finalmente, la propia visión de los actores envueltos en este proceso. Se percibe de este rico y multilateral análisis una clara discontinuidad entre los eleme ntos de la teoría pedagógica y la práctica efectiva, lo que se expresa en la reproducción de una actividad ed ucativa en dond e la asimilación de la disciplina puede reducirse a los aspectos más formales de la personalidad y de la vida, y el aprendizaje se basa en la sumisión y en el poder derivado del rol dominante del maestro, lo que lleva a la incapacidad de interesar al alumno de una manera espontánea, de acuerdo con sus intereses y motivaciones, reforzando una práctica educacio nal basada únicamente en premios y castigos. Ello supone la carencia del diálogo maestroalumno, con Jo que se establece una relación vertical fundamentada en la postulación de verdades establecidas, impidiendo con ello una educación creativa y autoactiva. En el segundo texto del autor , La escuela inconcLusa, se abordan de modo más específico los problemas de la educación rural en el país. De nuevo aparece el cuest1onamiento epistemológico del papel omnisciente del investigador social. En este verdadero "descentramiento" del cometido del in ves tigador, al dar voz y autoridad a los maestros mismos y a los estudiantes, acaso contribuya no sólo la crisis de una concepción objetivista, autoritaria e institucionalista del quehacer científico, si no también (recuérd ese que el autor alterna sus labores de sociólogo con las de narrador de ficción), la propia dilución en la literatura moderna del narrador externo y omnisciente, para dar lugar a verdaderas obras "polifónicas", en donde aparece una multiplicidad de perspectivas, reconstituidas a través de los pensamientos y las voces de todos los actores que son partícipes del universo de la novela. En uno y otro caso (¿problema común para una sociología de la ciencia y de la literatura?), registramos una concepción perspectivística, que supo ne el involucramiento del lector como reconstructor de la obra científica o literaria, invitado, en el caso del libro que comentamos, a realizar su p ropia interpretación de los sucesos relatados por los actores, lo cual no sustituye, con todo , supe rando los azares de un empi rismo populista, el p<wel activo y selectivo del investigador social. Lo que más cabría hacer resaltar en este texto es la postulación de la discontinuidad establecida entre el proceso de socialización primario (familiar) del niño campesino, - que remite a esquemas normativos, cognoscitivos y afectivos, conscientes o inconscientes, vinculados a un universo sociocu ltural específico- y el proceso de socialización secundario (urbano), el cual, como se ha anotado, remite a valores y concepcio nes propios de la sociedad urbano-industrial. De este modo, la funcionalidad de la escuela campesi na residiría en su papel integrador con la sociedad urbana y la comunidad nacional, al habilitar al campesino para sus relaciones de mercado, para el vínculo más exitoso con los agentes de la burocracia, y, sobre todo , agregaríamos nosotros, al prepararlo para que pueda emigrar a centros urbanos, y para ocupar allí posiciones subordinadas en la estructura social, las cuales suponen destrezas , actitudes y roles muy diferentes d e los exigidos en las sociedades campesmas. "La educación rural en las zonas cafeteras colombianas", último capítulo de este libro, serí a, en palabras del soció logo Gonzalo Cataño, "el primer esfuerzo en el país por observar bajo una perspectiva sociológica las relaciones entre la educación y la estructura social de las áreas cafeteras ". (Revista Co lombiana d e Educación, número 2, Bogotá, 1978, Pág. l 06). En este sugerente estud io, Rodrigo Parra analiza en extensión algunas de las tendencias cuantitativas y de las características de la educación formal y no formal en el contexto social cafetero. El au tor demostrará una clara correlación entre la existencia predominante en las zonas cafeteras hasta mediados del presente siglo, aproximadamente, de una propiedad rural media de tipo familiar y la circu nstancia relevante de que, desde comienzos del siglo, los departamentos más cafeteros del país (Caldas , Antioquia y Valle), tienen la población rural más a lfabetizada, al mismo tiempo que registran las tasas de escolaridad primaria más significativas. Para explicar este interesante fenómeno, el autor p lantear á que "la relación ent re estructura económica y educativa ha experimentado la íntermediació n de la instancia política de la Federación [de cafeteros] y de la instancia cultural de la familia cafetera". (Pág. 101). En efecto, la clase media rural será por largo tiempo "la clientela política que da poder a la Federación" (Pág. 132), en tanto que la familia cafetera aparece no sólo como demandadora de mayor nivel educativo para sus miembros, como contraprestación de su eventual consenso ideológico y político, sino también como receptora de la ayuda técnica de la Federación, lo cual supone la alfabetización y ciertas destrezas y con ocimientos básicos dirigidos al jefe de fami lia, a su mujer y sus hijos, ya que una característica, varias veces señalada, de la unidad familiar cafetera es la participación de todos los miembros de ésta en labores d e administración o productivas. 98 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RESEÑA S POES IA Podria anotarse, para finalizar, que, ciertame nte, P arra y su equipo de colaboradores señala n nuevos ru mbos en la investigación ed ucativa en el país, centrand o su in terés en el maestro y observa nd o s us características intelectuales y sociosico lógicas d esde una fecu nd a perspecti va que co mbina el análisis institucional y la inserción del indi viduo en los grupos de los que forma parte, - pr opio de estilos socio lógicos de raigambre clás ica- co n un a nálisis "micr oscóp ico", el cu al b usca, mediante o tras técnicas de ind agació n, captar elementos d e la subjetividad de los actores inves tigados, así co mo el tejido vivo de su interacció n cotidiana. Valdría la pena indi car, a este respecto, que no siem pre se registra en el texto una reflexión teó rica y epistemológica en la q ue el autor dé cuenta de cóm o estos anál isis, micro y macrosociológicos, pueden fecundarse mutuamente, en la medida en que no d eja d e ser problemático , partiendo de la perspectiva etnográfica, el necesario establecimiento de regularidades, generalizacio nes y conceptos d e orden m ás unive rs al que permitan , a s u vez., señ alar tendencias socioculturales y elementos com unes a grupos, regiones, clases o contextos sociales. Por lo demás, la innegable habilidad del autor para vincular ambos tipos de análisis en una perspectiva complementaria no debe disculpar a otros investigadores para replantearse los pro blemas no resueltos todavía, lo que supone la integración coherent e y convincente de estilos y métod os sociológicos que, acaso, reivindican dife rentes concepciones del quehacer científico. Este pro ble ma ha de ser tenido en cuenta para q uie nes, partiend o de los resultados de un trabaj o investigativo largo y co ncienzudo, quieran o bviar las dificultades, los riesgos y las exigencias de es ta promisoria, per o n o por ell o menos difícil y co mpleja, vía de indagació n socio lógica. JAIME EDUARDO J ARAM1LLO J. Poetas y murciélagos Poesía (1969- 1985) Eduardo Gómez Tercer Mund o, Bogotá, 1985, 104 Págs. En una previs ible antología de mu rciélagos que encabezara Le vampire de Baudelaire, ocuparían lugar destacado los poemas que le ded ican Eduardo Gómez y José Emilio P acheco. El poema de Pacheco, Indagación en to rno al murciélago, es tal vez más conocido. Se encuentra en el libro No m e preguntes cóm o pasa el tiempo y aparece acompañado de otras composiciones que el poeta mexicano ded ica a los cangrejos, los m onos, los peces, los mosq uitos, los el.e fantes, los cerdos y otros animales no menos sabios ni inquietantes. En medio de este zoológico poético, el murciélago es el animal que más llama la atención, quizás po rque su cueva evoca la caverna platónica, quizás po rq ue algo hay en él, en su afligida existencia de animal inco mprendid o p or los humanos, que recuerd a al tragicómico albatros baudelaireano. C uando Pacheco nos dice que el murciélago "Cegató n, o dia al so l. Y la melancolía es el rasgo que define su espíritu", casi n os parece que se po ne de s u parte y q ue además lo erige en emblema del quehacer poético. El p oema d e Edu ard o G ó meL, El personaje. no des preci a esa pos ible hermandad de murciélago y poe ta. pero establece el parentesco gu tad o menos por la iro nía que po r la có lera: "Entre los an imales que muerd en !:> e destaca el murctél ago 1 enzad o de gasas negras, 1 apuñ aland o a ciegas l~carned e las ratas"(Págs. 16-17). El poem a fo rma parte de s u primer libro, Restauraciún de la palabra (1969), y pertenece a la época en que Gómez. concibe la poes ía com o la urgente expresión de un deseo de liberación y en co nsecue ncia. i mag ina al poeta co mo un a criatura iracunda y optimista al mismo tiempo. Por lo menos esto es Jo que puede conclui rse del poema que da título al li bro y cuyos versos finales dictaminan q ue "Solamente la palabra q ue ponga en peligro el poder de los tiranos y los dioses 1 es digna de ser pronunciada o escrita" (Pág. 38). Estas líneas fueron muy ci tad as en s u momento y se ocu paron de ellas críticos co mo Andrés Holguín , J aime M ejía Duq ue y Eduard o Camacho Guizad o. Todos ellos se proponen caracterizar los rasgos de la d enuncia poética de Gómez y se ñalan la atmósfera urbana y noct urna de sus composiciones y el énfasis que el poeta pone en ellas. De urbe y de noche y de frases rotundas está hecho un mundo poético que el murciélago puede p residir cabalmente. El segundo libro de Gómez, El continente de los muertos ( 1975), comienza co n un largo epígrafe de Baudelaire (fragmentos del poema Caín y Abe/) y ter mi na con un poema lleno de esperanza que se ti tula Nuestro amigo el M esías. Así pues. los poemas iniciales se deciden por lo más oscuro, po r Caí n, con el pro pósito de dese nmascara r la moral co nvencio nal. El libro se abre co n los siguientes versos: "Diariamente alabo tu crueld ad Señor 1 me empeñ o en ver la fu t ura salud celesti al de la enfermed ad 1 y predico res ignació n y goce en la quemadura de la fiebre" (Pág. 42). Los últ im os poemas. po r el con trarí o , enuncian la es peran za de una justicia social, pero no lo hacen de un modo feliz. o jubiloso. S u o ptimismo es un o pt imis mo co lérico y su esperanza la necesidad d e una iracunda com pensaci ó n: 99 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.