RESEÑAS
EDUCACION
co in cidencias co n las etapas y caracterís ticas más sig nificativas del proceso de co lon izaci ó n, en las regiones
anali zadas por Molano. Economía
extractiva y predatoria, caza y pesca,
violencia y colonización campesina,
economía de la coca, práctica ausencia del Estado, presencia guerrillera,
depredación ecológica, son, en efecto,
fenómen os comunes a una vasta porción del territorio nacional.
Acaso tratar de explicar con ponderación , rigor y acervo documental
la génesis de estos procesos, su dinámica actual , los diversos intereses de
los actores que en ellos participan, el
curso actualmente previsible de los
acontecimientos, etc. , pueda estimular un verdadero debate nacional en
la prensa, la universidad, los partidos
políticos, el Estado y sus diversos
estamentos, los gremios, las organizaciones sindicales y populares, que
contribuya a superar la dramática y
peligrosa polarización y el maniqueísmo en la interpretación y valoración de estos sucesos, y que coadyuve a viabilizar una so lución de
todos los problemas generados en
estas zonas, la cual, consultando los
más altos intereses nacionales, así
como los de los principales sectores
sociales implantados en forma duradera en estas regiones, impida que
desde allí se contribuya a encender la
chispa de una conflagración nacional
de consecuencias imprevisibles, que
llegue a comprometer, por varios
decenios, nuestro porvenir como Estado y comunidad nacional.
JAIME EDUARDO JARAMILLO J.
La institución educativa
en Colombia: hablan
los actores
Los maestros colombianos
Rodrigo Parra Sandova/
Plaza y Janés, Bogota, 1986, 314 págs.
La escuela inconclusa
Rodrigo Parra Sandoval
Plaza y J anés, Bogotá, 1986, 187 págs.
Los paradigmas intelectuales están en
crisis. Aquellas grandes o rientaciones
teóricas y epistemológicas de las ciencias sociales (marxismo, funcionalismo, estructuralismo) que, en su momento, podían considerarse a sí mismas
como explicaciones sistemáticas y autosuficientes de la naturaleza y dinámicas de las sociedades humanas se ven
progresivamente confrontadas por una
praxis histórica siempre inédita y proteica, la cual parece escaparse siempre
a las renovadas tentativas de una
formalización omni~presva.
Por
otra parte, surgen nuevos intereses de
los diversos actores sociales y, correlativamente, nuevos pro blemas y campos de interés para la sociedad que
suponen también nuevas perspectivas, hipótesis y desarrollos de la actividad científica.
Del mismo modo, se preferirá un
acercamiento más atento y analítico
de estructuras sociales intermedias,
frente al tradicional estudio de los
grandes procesos históricos y de la
dimensión macroestructural de las
sociedades, y se postulará también
una pluralidad de estrategias metodológicas, las cuales no se rán concebidas como opciones antagónicas
e irreductibles, sino que la pertinencia de su utilización se postulará en
relació n con los objetivos del científico social y con las caracferísticas y
exigencias mismas del objeto de la
investigación.
Y es dentro de estas tendencias
nuevas - que se diseñan en el panorama de las ciencias sociales en muchos
centros internacionales del desarrollo
científico, así como en la América
Latina y en Colombia en particular,donde se inscriben, en nuestro concepto , los dos libros lanzados al mismo
tiempo po r la Editorial Plaza y Janés,
que aquí se comentan. Corresponden
ellos a la última etapa de la ya fecunda
actividad investigativa del sociólogo
y novelista colombiano Rodrigo Parra
Sandoval, vinculada especialmente a
lo que podría denominarse, en un
se ntido amplio del término, la sociología de la educación, pero colindando, en una perspectiva que desdeña el extremado especialismo alcanzado por la sociología en aquellas
sociedades d onde se vincula a una
fragmentación extrema de las funciones profesionales y académicas, con
la sociología de las profesiones y con
la sociología urbana y, particularmente, en lo que concierne a la "escuela
inconclusa", y, con la sociología rural.
Podría señalarse en las obras mencionadas, como hecho sobresaliente,
la recusación de un esquema teórico
excluyente y, con ello, la utilización
de criterios, marcos de referencia y
conceptos propios de diversas orientaciones intelectuales, así como sobre
todo, una pluralidad de aproximaciones metodológicas, último aspecto
que es, quizá, el fenóme no más innovado r en estas dos obras investigativas. En especial, habría que señalar
cómo el autor sabe combinar el análisis de las grandes tendencias de evolución de la sociedad colombiana
(transición de una sociedad agraria a
una sociedad capitalista, nuevos procesos de división del trabajo, surgimiento de un desarrollo desigual que
implica una redefinición de la estructura y las relaciones regionales , emergencia de nuevos contextos sociales,
avance del proceso de urbanización y
consecuente secularización de la sociedad co lombiana, aparición de nuevos grupos y clases sociales), con el
estudio de nuevas dimensiones, menos
analizadas, de los procesos socioeducativos, en especial, grupos e instituciones en el ámbito microsocial. Ellos
pueden expresar, de modo más vivo y
multilateral, nuevos espacios y perspectivas que manifiestan los variables y mú/t iples efectos de la sociedad
sobre los individuos, implicando un
mayor acento en la cotidianidad,
trascendida y recreada como objeto
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RESENAS
válido de las ciencias sociales, así
co mo el interés po r la percepció n, en
profundidad, d e las vive ncias y la
co ncreta inte racción d e los ac to res
sociales, concebidos de modo si mu ltá neo como portadores d e ro les institucionalizados y como sujetos que
exp resan, en su dimensió n existenciaJ , actitudes y comp ortamientos
que no so n ciertame nte reductibles a
sus estructura no rmativas d e roles.
Esta actitud investigativa exigi rá, en
particular, integra r la tradición y las
técnicas d el mé todo etn ográfico al
a nalísis tradicionalmente sociológico
de los diversos grup os, co ntextos e
institucio nes, e n dond e adquiere, ciertame nte, sentido y proyección esta
dimensió n más analítica e inter iorista de los hechos y fe nó men os de la
ed ucación .
El primer capítulo de Los maestros colombianos, titulado " Bases
sociales para la formación de los
maestr os colombianos", con la colabor ación de María Elvira Carvajal,
ex presa clarame nte la posi bil idad y
riqueza de la co mbinación d e una
pe rspecti va macro y microsocial, al
mism o tiempo que los rendimientos
intelectuales de la utilización imaginativa de las estad ísticas y del método
tradicional de la enc uesta, co mplement ado co n un acercamiento de
índole más etnográfica y, d e es te
modo, c ualit ativa. Los a uto res buscan aquí comprende r al actor princi pal (muchas veces sos layado), d e
los procesos edu cativos: el maestro,
en una perspectiva que aporta a un
capítu lo escasamente desarrollado
d e la socio logía en nuestro país, el de
la sociología de las profesio nes, buscando, a su vez, indagar por la relación exis te nte entre la ed ucació n
confe rida a los maestros e n las escuelas normalistas y su adecuación a los
diversos context os socioeconómicos
exjstentes e n el oa
ís: economías cam•
pesinas, econ o m ías de agric ultura
indus trial , eco nomías cafeteras, co ntexto urban o-i ndust ri al, co ntexto
urbano marginal. Se enfa tiza aq uí,
co mo una id ea ce ntral que recorrerá
los d os libros co mentad os, el hecho
de la inad ecuación existente ent re un
currículo único existente para las
diversas escuelas urbanas y ru rales
e n el país, q ue cu mp liría Jas funcio-
nes de h omogenización e integración
nacionales, y la necesaria adaptación a las neces idades y exige ncias
cambiantes de los diversos co ntex tos
sociales, en donde se sitúan las instituciones educativas colombianas. De
hech o, co mo se se ñalará a lo largo de
estos d os tex tos, los currículos educativos parten de las necesidades y
requerimientos de los contextos modernos urbano-industriales, haciendo hincap ié e n las actitudes, con ocimientos
y desLrezas necesarios para desarrollarse labo ral, social y psicológicame nte, en estos co ntextos societarios.
En el segu ndo capítulo del libro
co me ntado, " La profesión d el maestro y el d esa rro llo nacional", los
auto res realizan "un pri me r so ndeo
sobre algu nos aspectos de la profesión del maestro como se presenta en
Colombia a part ir de p regu ntas básicas sobre la naturaJeza del cu rrículo
de prima ria y la capacitació n del
d ocente y s u relación con el proceso
de desarrollo que experimenta la
sociedad nacio nal" (Pág. 82).
Es en el análisis de la imagen social
del maestro, e n relación con su práctica e n los diferentes ámbitos sociales, donde se encuentra la parte más
sugestiva e innovado ra d e este capítulo. Es así como se pone é nfasis en la
contrad icció n entre la imagen "sagrada" de la profes ión del docente, que
hace hincapié e n su papel vocacional ,
ético y altruista, y la image n "secularizada" {para usar dos co ncepros
popul arizados po r Howard Becker),
que " te nd ería a ubicar la imagen del
educador co mo una actividad profesion al co n obligaciones definjdas y
contenidas en la función misma"( Pág.
122), lo cual se e xpresaría como la
ruptura e ntre la imagen, los co nocimie ntos y la práctica social del d ocente
colom bi ano. Estas contradicciones,
vistas en un plano social y psicológico, se m a n ifestarían en la propia
percepció n de los maestros, quienes
mayoritariamente, incluso e n los contextos urba nos, tienden a concebir su
imagen de manera "sagrada''¡ Jo c ual
se co ntrapone a la secul arización
inhere nte a su pro pia ex periencia en
sus lugares de estudio (predo m inantemente urbanos) y a su m is mo proceso de socia lización educativa, que
expresaría va lo res contrarios al carác-
ter sagrad o de la profesió n. A su vez.,
el maestro , dada la desvalorización
económica y social de su actividad
en los últimos decenios, tiende a
procurarse ingresos complementarios a Jos de su labor docente , cuand o
no busca una ocu pació n diferente , lo
que refuerza la c risis de la imagen
legiti madora y valorizad ora, soc1al y
psicológicamente, que tiene de su
profesión.
En el capítulo final de este den so y
sugerente libro, realizado en colaboración co n Leo nor Z u bieta y Oiga
Lucía González - " Maestros de maestros"-, se vuelve sobre el p roblema
nodal de la formación de los docentes, pero en este caso en una perspectiva más decididamente etnográfica,
"en un intento por reubicar su centro
de atención desde las estructuras sociales y la búsqueda de las Leyes que
regulan la dinámica social hacia la
necesid ad d e respo nd e r a las pregun tas: ¿Cómo vive la sociedad e n el
individuo?; esta estructura de signifi cad os: ¿qué tipo de co nductas y de
inter acció n origina?" (P ág. 17 1).
Los au tores vinculan imaginativamente el énfasis institudonalislll.
implícito en el estructural-funcionalismo, con la concepció n drammúrgica
de Erwin Goffman. popularizada e n
los últimos decenios e n los Estad os
U nidos, para concebi r una Escuela
Normal si tu ada e n el municipi o d e
Ocobo (Cu ndinamarca). como un
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RESEÑA
EDUCACION
híbrido entre comunidad vivencia/ e
institución f o rmal, sacando a flote
no solamente los roles institucionalmente regulados de los diversos
autores , sino tambien aquellos elementos expresivos, reprimidos en
ciertos contextos formales. Se reconstituye , as í, el funcionamiento
cotidiano de la institución, las diversas formas de interacción de sus
actores, la diferencia entre la normatividad interna y el funcionamiento
real, la organización social de la
escuela, la cultura institucional y,
finalmente, la propia visión de los
actores envueltos en este proceso.
Se percibe de este rico y multilateral análisis una clara discontinuidad
entre los eleme ntos de la teoría pedagógica y la práctica efectiva, lo que se
expresa en la reproducción de una
actividad ed ucativa en dond e la asimilación de la disciplina puede reducirse a los aspectos más formales de la
personalidad y de la vida, y el aprendizaje se basa en la sumisión y en el
poder derivado del rol dominante del
maestro, lo que lleva a la incapacidad
de interesar al alumno de una manera
espontánea, de acuerdo con sus intereses y motivaciones, reforzando una
práctica educacio nal basada únicamente en premios y castigos. Ello
supone la carencia del diálogo maestroalumno, con Jo que se establece una
relación vertical fundamentada en la
postulación de verdades establecidas,
impidiendo con ello una educación
creativa y autoactiva.
En el segundo texto del autor , La
escuela inconcLusa, se abordan de
modo más específico los problemas
de la educación rural en el país. De
nuevo aparece el cuest1onamiento
epistemológico del papel omnisciente
del investigador social. En este verdadero "descentramiento" del cometido del in ves tigador, al dar voz y
autoridad a los maestros mismos y a
los estudiantes, acaso contribuya no
sólo la crisis de una concepción objetivista, autoritaria e institucionalista
del quehacer científico, si no también
(recuérd ese que el autor alterna sus
labores de sociólogo con las de narrador de ficción), la propia dilución en
la literatura moderna del narrador
externo y omnisciente, para dar lugar
a verdaderas obras "polifónicas", en
donde aparece una multiplicidad de
perspectivas, reconstituidas a través
de los pensamientos y las voces de
todos los actores que son partícipes
del universo de la novela. En uno y
otro caso (¿problema común para
una sociología de la ciencia y de la
literatura?), registramos una concepción perspectivística, que supo ne el
involucramiento del lector como reconstructor de la obra científica o literaria, invitado, en el caso del libro que
comentamos, a realizar su p ropia
interpretación de los sucesos relatados por los actores, lo cual no sustituye, con todo , supe rando los azares
de un empi rismo populista, el p<wel
activo y selectivo del investigador
social.
Lo que más cabría hacer resaltar en
este texto es la postulación de la discontinuidad establecida entre el proceso de socialización primario (familiar) del niño campesino, - que remite
a esquemas normativos, cognoscitivos y afectivos, conscientes o inconscientes, vinculados a un universo sociocu ltural específico- y el proceso de
socialización secundario (urbano), el
cual, como se ha anotado, remite a
valores y concepcio nes propios de la
sociedad urbano-industrial.
De este modo, la funcionalidad de
la escuela campesi na residiría en su
papel integrador con la sociedad urbana y la comunidad nacional, al habilitar al campesino para sus relaciones
de mercado, para el vínculo más exitoso con los agentes de la burocracia,
y, sobre todo , agregaríamos nosotros,
al prepararlo para que pueda emigrar
a centros urbanos, y para ocupar allí
posiciones subordinadas en la estructura social, las cuales suponen destrezas , actitudes y roles muy diferentes d e los exigidos en las sociedades
campesmas.
"La educación rural en las zonas
cafeteras colombianas", último capítulo de este libro, serí a, en palabras
del soció logo Gonzalo Cataño, "el
primer esfuerzo en el país por observar bajo una perspectiva sociológica
las relaciones entre la educación y la
estructura social de las áreas cafeteras ". (Revista Co lombiana d e Educación, número 2, Bogotá, 1978, Pág.
l 06). En este sugerente estud io, Rodrigo Parra analiza en extensión algunas de las tendencias cuantitativas y
de las características de la educación
formal y no formal en el contexto
social cafetero. El au tor demostrará
una clara correlación entre la existencia predominante en las zonas
cafeteras hasta mediados del presente
siglo, aproximadamente, de una propiedad rural media de tipo familiar y
la circu nstancia relevante de que,
desde comienzos del siglo, los departamentos más cafeteros del país (Caldas , Antioquia y Valle), tienen la
población rural más a lfabetizada, al
mismo tiempo que registran las tasas
de escolaridad primaria más significativas. Para explicar este interesante
fenómeno, el autor p lantear á que "la
relación ent re estructura económica
y educativa ha experimentado la íntermediació n de la instancia política de
la Federación [de cafeteros] y de la
instancia cultural de la familia cafetera". (Pág. 101).
En efecto, la clase media rural será
por largo tiempo "la clientela política
que da poder a la Federación" (Pág.
132), en tanto que la familia cafetera
aparece no sólo como demandadora
de mayor nivel educativo para sus
miembros, como contraprestación de
su eventual consenso ideológico y
político, sino también como receptora de la ayuda técnica de la Federación, lo cual supone la alfabetización
y ciertas destrezas y con ocimientos
básicos dirigidos al jefe de fami lia, a
su mujer y sus hijos, ya que una
característica, varias veces señalada,
de la unidad familiar cafetera es la
participación de todos los miembros
de ésta en labores d e administración
o productivas.
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RESEÑA S
POES IA
Podria anotarse, para finalizar,
que, ciertame nte, P arra y su equipo
de colaboradores señala n nuevos ru mbos en la investigación ed ucativa en
el país, centrand o su in terés en el
maestro y observa nd o s us características intelectuales y sociosico lógicas
d esde una fecu nd a perspecti va que
co mbina el análisis institucional y la
inserción del indi viduo en los grupos
de los que forma parte, - pr opio de
estilos socio lógicos de raigambre
clás ica- co n un a nálisis "micr oscóp ico", el cu al b usca, mediante o tras
técnicas de ind agació n, captar elementos d e la subjetividad de los actores inves tigados, así co mo el tejido
vivo de su interacció n cotidiana. Valdría la pena indi car, a este respecto,
que no siem pre se registra en el texto
una reflexión teó rica y epistemológica en la q ue el autor dé cuenta de
cóm o estos anál isis, micro y macrosociológicos, pueden fecundarse mutuamente, en la medida en que no d eja d e
ser problemático , partiendo de la
perspectiva etnográfica, el necesario
establecimiento de regularidades, generalizacio nes y conceptos d e orden
m ás unive rs al que permitan , a s u vez.,
señ alar tendencias socioculturales y
elementos com unes a grupos, regiones, clases o contextos sociales.
Por lo demás, la innegable habilidad del autor para vincular ambos
tipos de análisis en una perspectiva
complementaria no debe disculpar a
otros investigadores para replantearse
los pro blemas no resueltos todavía,
lo que supone la integración coherent e y convincente de estilos y métod os sociológicos que, acaso, reivindican dife rentes concepciones del quehacer científico. Este pro ble ma ha de
ser tenido en cuenta para q uie nes,
partiend o de los resultados de un
trabaj o investigativo largo y co ncienzudo, quieran o bviar las dificultades,
los riesgos y las exigencias de es ta
promisoria, per o n o por ell o menos
difícil y co mpleja, vía de indagació n
socio lógica.
JAIME EDUARDO J ARAM1LLO
J.
Poetas
y murciélagos
Poesía (1969- 1985)
Eduardo Gómez
Tercer Mund o, Bogotá, 1985,
104 Págs.
En una previs ible antología de mu rciélagos que encabezara Le vampire
de Baudelaire, ocuparían lugar destacado los poemas que le ded ican Eduardo Gómez y José Emilio P acheco. El
poema de Pacheco, Indagación en
to rno al murciélago, es tal vez más
conocido. Se encuentra en el libro No
m e preguntes cóm o pasa el tiempo y
aparece acompañado de otras composiciones que el poeta mexicano
ded ica a los cangrejos, los m onos, los
peces, los mosq uitos, los el.e fantes, los
cerdos y otros animales no menos
sabios ni inquietantes. En medio de
este zoológico poético, el murciélago
es el animal que más llama la atención, quizás po rque su cueva evoca la
caverna platónica, quizás po rq ue algo
hay en él, en su afligida existencia de
animal inco mprendid o p or los humanos, que recuerd a al tragicómico albatros baudelaireano. C uando Pacheco
nos dice que el murciélago "Cegató n,
o dia al so l. Y la melancolía es el rasgo
que define su espíritu", casi n os parece
que se po ne de s u parte y q ue además
lo erige en emblema del quehacer
poético.
El p oema d e Edu ard o G ó meL, El
personaje. no des preci a esa pos ible
hermandad de murciélago y poe ta.
pero establece el parentesco gu tad o
menos por la iro nía que po r la có lera:
"Entre los an imales que muerd en !:> e
destaca el murctél ago 1 enzad o de
gasas negras, 1 apuñ aland o a ciegas
l~carned
e las ratas"(Págs. 16-17). El
poem a fo rma parte de s u primer
libro, Restauraciún de la palabra
(1969), y pertenece a la época en que
Gómez. concibe la poes ía com o la
urgente expresión de un deseo de
liberación y en co nsecue ncia. i mag ina al poeta co mo un a criatura iracunda y optimista al mismo tiempo.
Por lo menos esto es Jo que puede
conclui rse del poema que da título al
li bro y cuyos versos finales dictaminan q ue "Solamente la palabra q ue
ponga en peligro el poder de los tiranos y los dioses 1 es digna de ser
pronunciada o escrita" (Pág. 38).
Estas líneas fueron muy ci tad as en s u
momento y se ocu paron de ellas críticos co mo Andrés Holguín , J aime
M ejía Duq ue y Eduard o Camacho
Guizad o. Todos ellos se proponen
caracterizar los rasgos de la d enuncia
poética de Gómez y se ñalan la atmósfera urbana y noct urna de sus composiciones y el énfasis que el poeta
pone en ellas. De urbe y de noche y de
frases rotundas está hecho un mundo
poético que el murciélago puede p residir cabalmente.
El segundo libro de Gómez, El
continente de los muertos ( 1975),
comienza co n un largo epígrafe de
Baudelaire (fragmentos del poema
Caín y Abe/) y ter mi na con un poema
lleno de esperanza que se ti tula Nuestro amigo el M esías. Así pues. los
poemas iniciales se deciden por lo
más oscuro, po r Caí n, con el pro pósito de dese nmascara r la moral co nvencio nal. El libro se abre co n los
siguientes versos: "Diariamente alabo
tu crueld ad Señor 1 me empeñ o en
ver la fu t ura salud celesti al de la
enfermed ad 1 y predico res ignació n y
goce en la quemadura de la fiebre"
(Pág. 42). Los últ im os poemas. po r el
con trarí o , enuncian la es peran za de
una justicia social, pero no lo hacen
de un modo feliz. o jubiloso. S u o ptimismo es un o pt imis mo co lérico y su
esperanza la necesidad d e una iracunda com pensaci ó n:
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