Academia.eduAcademia.edu

Teología y estrategia en la Primera carta de Pedro

2019

Durante mucho tiempo, el centro de atencion en los estudios dela primera carta de Pedro fue la estrategia propuesta por el autor a sus destinatariospara que, sin renunciar a su fe, superaran la hostilidad de la queeran victimas. El presente articulo intenta responder a la pregunta por el rolde la teologia en la estrategia de 1 Pe, aportando como resultado una perspectivaalternativa a las tesis ya conocidas de aculturacion y conformidad, poruna parte, y de resistencia, por otra. El estudio corresponde a la segundaparte del trabajo publicado anteriormente bajo el titulo “Los destinatariosde la primera carta de Pedro en la sociedad greco-romana del siglo i”. Palabras clave: 1 Pedro. Teologia y etica. Buena conducta. Epistolas catolicas.Cristianismo primitivo. Aculturacion.    Theology and Strategy in the First Letter of Peter Abstract: For a long time, the centre of attention in the studies of 1 Peter wasthe strategy proposed by the author to his addressees, in order to overcome thehos...

RevBib 81 (2019) 363-384 ISSN 0034-7078 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERA CARTA DE PEDRO María José Schultz M. Universidad de Deusto [email protected] Resumen: Durante mucho tiempo, el centro de atención en los estudios de la primera carta de Pedro fue la estrategia propuesta por el autor a sus destinatarios para que, sin renunciar a su fe, superaran la hostilidad de la que eran víctimas. El presente artículo intenta responder a la pregunta por el rol de la teología en la estrategia de 1 Pe, aportando como resultado una perspectiva alternativa a las tesis ya conocidas de aculturación y conformidad, por una parte, y de resistencia, por otra. El estudio corresponde a la segunda parte del trabajo publicado anteriormente bajo el título “Los destinatarios de la primera carta de Pedro en la sociedad greco-romana del siglo i”. Palabras clave: 1 Pedro. Teología y ética. Buena conducta. Epístolas católicas. Cristianismo primitivo. Aculturación. Theology and Strategy in the First Letter of Peter Abstract: For a long time, the center of attention in the studies of 1 Peter was the strategy proposed by the author to his addressees, in order to overcome the hostility without renouncing his faith. This article aims to answer the question about the role of theology in the strategy of 1 Pe, providing an alternative perspective to the theses about acculturation and resistance. The study is the second part of a previous work published under the title “Los destinatarios de la primera carta de Pedro en la sociedad greco-romana del siglo i”. Key Words: 1 Peter. Theology and ethics. Good works. Catholic epistles. Early christian mission. Acculturation. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 363 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO Introducción En la década de los ochenta, la línea de investigación que alcanzó gran relevancia en los estudios acerca de la primera carta de Pedro fue aquella que se preguntaba por la estrategia que está tras el discurso. Los especialistas buscaban desentrañar la propuesta que el autor de 1 Pe expone para afrontar la situación de hostilidad y sufrimiento que vivían los cristianos de las comunidades de Asia Menor. Los primeros en abordar este tema en concreto fueron David Balch y John Elliott, quienes abrieron el debate planteando hipótesis opuestas. Para Balch se trataría de un discurso que exhorta a los creyentes a asimilar los valores de la sociedad greco-romana de la época, y para Elliott, un llamado a la resistencia a los malos tratos y la persecución verbal desde la diferencia y lo identitario de la comunidad cristiana. Ambas posturas, ampliamente comentadas luego por numerosos especialistas 1, podrían sugerir que está todo dicho acerca de la estrategia de 1 Pe; sin embargo, aun conociendo estas aproximaciones más los resultados de un primer trabajo de investigación, quisiera añadir una perspectiva alternativa. Con el objeto de exponer los argumentos en los que se fundamenta esta nueva propuesta, el siguiente estudio expone cómo los contenidos teológicos presentes en la carta no solo cumplen un rol fundamental en el discurso, sino que también determinan la estrategia que propone el autor a sus destinatarios. En una primera parte se describen los aspectos literarios más relevantes de 1 Pe, a fin de destacar los recursos retóricos de los que el autor se vale para cumplir el objetivo de su misiva. Luego se abordan las motivaciones teológicas más relevantes, pues son el punto de distinción con respecto a los valores tradicionales de la sociedad greco-romana que la carta propone y, por último, a modo de conclusión, cómo todo ello configura la estrategia que el autor pretende promover entre sus oyentes/lectores. 1. Antecedentes de 1 Pe La mayoría de los autores que se aproximan a la primera carta de Pedro estiman que se trata de un escrito muy complejo; la diversidad de hipótesis que se han planteado a lo largo del tiempo acerca de la carta lo confirman. Ejemplo de ello son las distintas propuestas referentes a la compo1 VOLF, “Soft Difference”; HORRELL, 1 Peter; PUIG, “I rapporti”; WILLIAMS, Good Works, entre otros. 364 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. sición de 1 Pe 2, la amplia discusión acerca de su autoría 3 o la tesis que la identifica con las “cartas de diáspora”, que aún sigue vigente y en discusión 4. Si bien algunas de estas hipótesis han sido superadas por nuevos estudios, otras desestimadas y otras aún siguen en discusión, en la actualidad el consenso entre los especialistas se concentra en afirmar de 1 Pe lo siguiente 5: - Es una carta genuina tanto por su unidad literaria y coherencia interna como por su consistencia teológica, estilo y línea de argumentación. - Es un escrito pseudoepigráfico perteneciente al tiempo del cristianismo primitivo (70-110 d. C). - Ha sido transmitida como carta circular por efecto de la pretensión explícita que aparece en el saludo inicial de que debe ser leída en los distintos lugares a los que ha sido enviada (1,1). - Sus destinatarios son creyentes que habitan un amplio territorio que comprende Ponto, Bitinia, Galacia, Capadocia y Asia Menor (1,1), cuya situación vital es de sufrimiento, producto del acoso verbal y la hostilidad de sus vecinos. 2. Características literarias de 1 Pe En una primera lectura de la carta salta a la vista que el formato adoptado por el autor es el mismo de las cartas griegas de la época, las cuales solían estar condicionadas por una situación concreta que, a fin de suplir la falta de comunicación oral, buscaban el diálogo y el contacto con sus 2 Una de estas teorías reconoce en el escrito una “homilía bautismal” centrada en el Salmo 33. Otros defendían que se había incorporado una liturgia cristiana primitiva al escrito, específicamente una “eucaristía de tiempo pascual”, que incluía la celebración del bautismo. Véase HORRELL, 1 Peter, 40. 3 En los primeros comentarios acerca de la carta, los autores postulaban que Pablo estaría tras la escritura de ella, principalmente por las semejanzas en el formato de la carta, por la instrucción sobre la obediencia al Estado y las indicaciones sobre las relaciones domésticas, entre otras. Véase BROX, La primera carta, 70; HORRELL, 1 Peter, 8. 4 Estas cartas judías se caracterizaban por su carácter exhortativo y el propósito explícito de consolar a los israelitas que estaban fuera de su tierra, elementos que algunos especialistas reconocen presentes en 1 Pe. Véase DOERING, Ancient Jewish letters and the beginnings of Christian Epistolography, 434-452. 5 Véase CHESTER – MARTIN, The Theology of the Letters, 98. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 365 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO destinatarios 6. La carta, en cuanto a su estructura, sigue el orden de los elementos del discurso de la retórica clásica (proemio, 1,3-12; narratio, 1,13–2,10; probatio, 2,11–4,11, y peroratio, 4,12–5,11), y a su vez se encuentran similitudes parciales con la forma cristiana que Pablo le dio a sus cartas, especialmente en el estilo de saludo y despedida. Por sus características literarias, algunos especialistas identifican 1 Pe como epístola parenética, principalmente porque a lo largo del discurso el autor recurre continuamente al recurso de la exhortación. El propósito de este tipo de cartas era exhortar a sus destinatarios a continuar en el camino que habían escogido conforme a la doctrina recibida y el estilo de vida que estas enseñanzas demandaban. Su objetivo era facilitar el crecimiento y madurez moral a través de diferentes instrucciones que, por medio de estrategias literarias, llevaran a los oyentes a transformar su vida, es decir, redireccionaran sus actitudes hacia la virtud señalada. En el caso de1 Pe, es posible reconocer la pretensión de persuadir a los creyentes, por medio de la exhortación, a llevar un estilo de vida propio de su condición de “elegidos” y, a su vez, el deseo de animarlos al coraje de perseverar en la fe a pesar de sus sufrimientos (5,12). Esta expectativa del autor con respecto al cambio de vida de sus destinatarios no solo lleva a considerar la carta como epístola parenética, sino que también permite identificar su discurso con el género deliberativo 7. Este tipo de discurso, a diferencia del judicial o del epideíctico, se caracteriza por instruir entre lo que es conveniente o no, animando a realizar lo provechoso y útil. De este modo, quien está tras el discurso se ocupa del futuro de sus oyentes-lectores, pues proyecta la esperanza de que cambie para bien la situación presente. En 1 Pe, la exigencia impuesta por la situación vital de los destinatarios refuerza la identificación de la carta con el género deliberativo, pues, por los datos internos que ofrece, es posible afirmar que los creyentes se encuentran en un ambiente en el que son víctimas de comentarios malintencionados que los hace sentirse extranjeros y perseguidos, lo que les lleva a segregarse y desvincularse de la vida social y pública 8. Ante esta realidad, la carta expresa un claro deseo de provocar cambios, por una parte, entre sus destinatarios, pues tiene la intención de Véase VIDAL, El primer escrito cristiano, 22. ARISTÓTELES, Retórica I 4. 8 Por este alejamiento se les acusa de obrar mal (2,12), son amenazados y maltratados (3,13), calumniados, criticados (3,16) e insultados (4,14). Esto desvela que su reciente conversión ha comenzado a tener un coste social importante, pues se experimentan vulnerables en la sociedad en que viven y tienen miedo con respecto a lo que ocurra en el futuro. 6 7 366 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. modificar la situación de sufrimiento que viven por medio de la transformación de la actitud de los creyentes frente a esa realidad. Y, por otra, expresa el deseo de que esa buena conducta que propone cambie la apreciación de los gentiles, es decir, los que en el presente calumnian a los creyentes: cuando observen sus buenas obras llegarán a glorificar a Dios (2,12). En ese sentido, la expectativa de la carta no solo apunta a la modificación de la conducta de sus destinatarios, sino que expresa la pretensión de un cambio mayor producto del buen comportamiento de los creyentes, y esta es una transformación del ambiente, la convivencia y las relaciones interpersonales. Un aspecto significativo en el discurso y relevante para entender la estrategia que busca proponer es el intento del autor por destacar aquello que puede conectar afectiva y doctrinalmente con sus destinatarios. Al inicio de la carta recurre al recuerdo del vínculo afectivo, indicando un grado de conocimiento personal entre él y su audiencia, demostrando así su credibilidad y autoridad (amados). Se presenta como apóstol (1,1) con el objeto de recordar el destino y la fe común que comparte con sus oyenteslectores (1,3) y se llama a sí mismo presbítero y testigo del sufrimiento de Jesucristo, utilizando la primera persona del singular, a fin de conectar su autoridad apostólica con las exhortaciones que luego se formulan. Este modo cercano y afectivo de su discurso revela la pretensión de influir positivamente en su audiencia, de tal modo que quienes reciban la carta acepten y confíen en su mensaje, llevando a la práctica el comportamiento por él sugerido. Asimismo, es destacable a lo largo de su argumentación la forma en que el autor utiliza tradiciones judías y cristianas. Estas evocaciones de las Escrituras y tradiciones judeo-helenistas evidencian el conocimiento que el autor tiene de ellas y su convicción de que los destinatarios también las conocen o al menos les son familiares 9. No obstante, 1 Pe no solo tiene como trasfondo el judaísmo helenista, sino también una amplia y variada tradición cristiana, lo que indica una clara intención por reafirmar el fundamento del kerigma. Un ejemplo de ello son los ecos de los dichos de Jesús reunidos en el Sermón del monte, el gesto de no responder al mal con mal (en 3,8-12), que nos remite a la enseñanza de Jesús conservada en Mt 5,38-48 Véase 1,16 / Lv 19,2; 3,10-17 / Sal 33,13-17; 2,21-25 / Is 53 5,5; Pr 3,34, etc. Cabe destacar que esa mentalidad teológica con la que se construye la argumentación no es necesariamente heredada de la Biblia hebrea, sino más bien de la Septuaginta, pues el ambiente vital del que surge la carta es el mundo greco-romano y su pensamiento, el ambiente que mayoritariamente respiraban las comunidades cristianas. Véase SCHULTZ, “Diáspora”, 36-43. 9 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 367 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO acerca del amor a los enemigos; o las fórmulas kerigmáticas, como credos e himnos que proclaman la pasión, muerte y resurrección de Jesús (3,1822; Hch 13,26-34). Este modo de fundamentar el mensaje enriqueciendo las exhortaciones con tradiciones conocidas no solo buscaría reforzar el vínculo en la fe, sino también ofrecer una respuesta a la situación de sufrimiento de sus destinatarios. La sofisticación literaria que varios autores le reconocen a la carta 10 no se debe únicamente a los recursos literarios de los que se vale, sino también al estilo de construcción del discurso. Las frases en participio, que están precedidas la mayoría de las veces por imperativos (1,13.22; 2,4), revelan una intención, y es la de movilizar la voluntad de los oyentes-lectores a llevar una conducta determinada. Cuando se está en posición de superioridad, se utiliza este estilo de instrucción para dar una orden a otro que está en posición inferior con la esperanza de que se sigan las recomendaciones dadas. Estas exhortaciones construidas con imperativos son explicadas con un conjunto de pruebas que apuntan a fundamentar las ideas que el autor quiere transmitir. Sus afirmaciones hacen hincapié en demostrar la razón de su instrucción, puesto que cada enunciado se apoya en la autoridad a la que se apela; de este modo se le pide al destinatario que juzgue o que actúe sobre la base de los valores que profesa. Con ello, el autor provoca que su audiencia acoja sus instrucciones éticas no solo por la autoridad moral que se impone, sino porque cada acción propuesta encuentra su justificación a partir de la fe. Todas estas particulares características literarias del discurso de 1 Pe, más las circunstancias vitales de los destinatarios que la carta da a conocer, permiten definir que su objetivo es el de persuadir a los creyentes a que lleven un comportamiento fiel a su fe, a pesar de la situación de sufrimiento y acoso verbal del que son víctimas. Para conseguir este objetivo compone una argumentación pensada y elaborada que le permita transmitir no solo un contenido formal, sino también valores, emociones y deseos para con la comunidad receptora. El autor une ética y teología a fin de convencer a su audiencia, pues, por una parte, exhorta a llevar un comportamiento en conformidad con la fe que ya han acogido y, por otra, motiva a los cristianos a que sus acciones pongan de manifiesto su esperanza y así se distingan ante la sociedad que los persigue (2,15.20; 3,6.17). 10 Ejemplo de ello es ELLIOTT, 1 Peter, 64; THURÉN, Argument and Theology, 66-68; HORRELL, 1 Peter, 18. 368 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. 3. Motivaciones teológicas en 1 Pe Lauri Thurén, en su artículo “Motivation as the Core of Paraenesis”, postula que, para que todo discurso logre su objetivo, es fundamental el modo en que los oyentes-lectores son persuadidos para cumplir con las exhortaciones y advertencias dadas. En el caso de la parénesis cristiana primitiva, lo excepcional con respecto al resto de discursos exhortativos era la particular motivación que acompañaba la exhortación. Para que se cumplieran las instrucciones éticas propuestas se buscaba mover la voluntad del oyente apelando al contenido de la fe. La intención tras este tipo de argumentación era, por medio de la motivación teológica, dar un nuevo impulso a las consecuencias prácticas de la conversión del individuo, explicitar los valores e intensificar su importancia en la vida 11. En 1 Pe, el modo en que el autor busca conseguir su propósito de persuadir a sus destinatarios a ser fieles a su nueva identidad, a pesar del ambiente hostil en el que viven, es a través de exhortaciones que muevan a los oyentes-lectores a tener actitudes honorables que se traduzcan en una buena conducta, todo ello conforme tanto a los valores de la época como a la fe adquirida 12. Esto lo expresa proponiendo una serie de normas para el ámbito público y doméstico, las cuales justifica a partir de explicaciones teológicas. Se trata, por tanto, de un discurso parenético que llama a la coherencia de vida donde no solo exhorta a sus destinatarios a comportarse de una manera determinada, sino que amplía el horizonte de sentido de esas instrucciones por medio de una fundamentación basada en la fe que comparten 13. Cabe destacar que la carta no desarrolla un discurso teológico propio, sino que más bien supone una evangelización previa que les ha transmitido un nuevo modo de comprender el mundo y el lugar del cristiano en él, de ahí que esta asociación entre las instrucciones éticas y la teología se plantee como un recuerdo de aquello aprehendido (1,10), como un llamado de atención a la memoria, a fin de renovar el impulso a vivir desde la fe. La función que la carta busca realizar es la de traducir esta teología acogida en un tipo de comportamiento que progresivamente refleje la fe de los que se han convertido a ella 14. THURÉN, “Motivation as the Core of Paraenesis”, 354. Véase SCHULTZ, “Los destinatarios de la primera carta de Pedro”, 127-153. 13 Insisto en el dato de la fe compartida, puesto que el autor de la carta apela explícitamente al vínculo afectivo que le une con sus destinatários; esta conexión emocional es lo que da autoridad al contenido teológico que luego desarrolla. Se hace razonable creer tanto por su contenido como por quien lo expone. 14 STARR, Early Christian Paraenesis, 73-75. 11 12 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 369 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO Esta característica particular de 1 Pe, donde la ética y la teología se plantean inseparablemente unidas, hace pensar que no se trata solo de una forma de articular el discurso, sino de un modo específico de cómo el autor pretende que funcione esta “mentalidad” en sus destinatarios. Puesto que, para que la carta cumpla su objetivo, no ha valido únicamente exponer una lista de indicaciones éticas, sino que más bien se ha enriquecido el discurso con una imagen holística de la realidad del creyente. Es decir, no solo expone los efectos de la fe en la vida cotidiana, sino también el universo simbólico que fundamenta su acción, un marco de referencia para actuar y desenvolverse en las condiciones y el ambiente que les toca vivir. La teología expuesta otorga a las normas un imaginario del mundo que visibilice su razón de ser, reforzando de este modo no solo la importancia del valor que se propone vivir, sino también la estrategia de convivencia que se esconde tras ella 15. A la hora de estimar el rol de la teología en la estrategia de 1 Pe para con sus destinatarios, hay que considerar que su función está directamente relacionada con la situación de los cristianos en Asia Menor 16. Las explicaciones teológicas, en concreto, pretenden desvelar a los creyentes aquello que los identifica como “cristianos”, el verdadero sentido de la identificación con Cristo, pues en ello, precisamente, se juega la estrategia que la carta propone a sus oyentes-lectores para superar la situación de conflicto en que se encuentran. Es posible que su nueva conversión haya generado tensión en las relaciones públicas y domésticas por declararse de “Cristo”, sin embargo, la carta insiste en que lo que realmente los debiera distinguir positivamente de los demás es una conducta ejemplar fiel a los valores tradicionales socialmente aprobados. La teología desarrollada en 1 Pe no solo tendría la función de explicar el porqué del comportamiento propuesto, sino también la función de DRYDEN, Theology and Ethics, 82. En 1 Pe aparecen numerosas menciones al sufrimiento y a la situación de prueba de los destinatarios; desde del saludo (1,6) a la despedida final (5,9-10) el motivo central del escrito es el padecimiento de los creyentes por su fe en Jesús (pasjō es el término que más utiliza, con diferencia al resto de escritos del NT). La situación descrita es que los cristianos son objeto de diversos tipos de abuso verbal por parte de sus vecinos: eran difamados (katalalein) e injuriados por hacer las cosas mal (2,12; 3,16), insultados (loidoria, 3,9) y blasfemaban acerca de ellos por haberse distanciado de las actividades de los gentiles (4,4). Véase ELLIOTT, 1 Peter, 65. Los nuevos conversos sufrían la tensión que significa estar entre una estructura social que los critica y margina y la lealtad a una fe que los distingue del resto. Esta situación de hostilidad y persecución verbal que su conversión ha generado entre los vecinos es lo que lleva al autor a escribir su carta. 15 16 370 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. formar una profunda conciencia moral en sus destinatarios, puesto que, al ofrecer herramientas de discernimiento ético, aporta criterios para la comprensión de sí mismos y de la realidad que viven, y con ello ayuda a que por medio de la transformación de la conducta recuperen la convivencia perdida. Por ende, la carta no solo promueve buenas obras, sino también un estilo de vida santo, comportamiento que tiene una finalidad en la realidad contingente, pero también en el futuro 17. A continuación se destacan los argumentos teológicos más relevantes de la carta, principalmente aquellos que ejemplifican con mayor nitidez la conducta que se intenta transmitir a los creyentes de Asia Menor como estrategia para superar la situación de hostilidad en la que viven. 3.1. Historia de salvación, nuevo paradigma desde donde comprender la propia historia La motivación teológica que ofrece un marco de referencia desde donde comprender la propuesta ética de la carta se encuentra al inicio de esta. 1 Pe, a modo de bendición (1,3-12), evoca un contexto teológico general desde el cual invita a los creyentes a situarse: recuerda a sus destinatarios que Dios es Padre y que desde los orígenes los ha elegido para hacerlos partícipes de su plan salvífico; conecta la acción del Espíritu a lo largo de la historia de Israel con aquellos que les han anunciado el evangelio, y resignifica el valor de la esperanza en la salvación revelada en Jesucristo, de la cual él es centro y culmen. Esta elección divina y la consiguiente esperanza escatológica, por tanto, instauran en el creyente una única comprensión de la historia, la historia como historia de salvación 18. Esta breve introducción, previa al desarrollo de las exhortaciones, revela la intención de que los destinatarios interpreten su situación particular y la del grupo con una perspectiva que les permita comprender su realidad en un contexto mucho más amplio que su circunstancia presente, revelando, a su vez, cómo el plan de Dios se sigue realizando también en esas condiciones de sufrimiento. Ejemplo de ello por excelencia es Jesucristo en la cruz 19, al cual se referirá más adelante, en el corazón de la carta (2,18-25). Este nuevo paradigma hace que los destinatarios conciban su realidad como una situación pasajera, circunstancial, invitándolos a aceptar su con17 18 19 Véase SCHULTZ, “La conducta”, 116. Véase KIRKPATRICK, “The Theology of First Peter”, 63. Véase CHESTER – MARTIN, The Theology of the Letters, 90. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 371 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO dición vulnerable con fe y esperanza, pues no es definitiva ni menos aún la última palabra (1,5-8). Esta nueva existencia de los creyentes proyectada hacia una redención final se funda en la resurrección de Jesús (1,3), base y centro de la esperanza cristiana (1,13), pues Dios, en ese acontecimiento, se vuelve garantía de la salvación futura. La carta, por tanto, promueve la fe en que la historia está dominada por el propósito salvífico de Dios, que ha sido revelado en Jesucristo; su iniciativa en la elección tendrá su culmen en la redención final. Sin embargo, esta conciencia escatológica que pone la mirada en el futuro conlleva en el presente un estilo de vida santo 20. Dios los ha engendrado como hijos para siempre, ha puesto en sus corazones una semilla que es imperecedera (v. 23) y por medio del bautismo han recibido una “herencia incorruptible y sin mancha que se conserva [para ellos] en el cielo” (1,3-5). No obstante, aunque Dios los ha anclado en el cielo prometiendo la salvación futura, para 1 Pe la fe en esta salvación no debe centrarse únicamente en confiar en la acción divina en la historia: la elección original y la esperanza escatológica deben mover a una praxis concreta 21. 3.2. Nueva identidad recibida en el bautismo La motivación en la que se fundamenta la santidad como estilo de vida y que refuerza la historia de salvación como marco de referencia de toda la carta es el nuevo estatus otorgado por el bautismo 22. Por él se entra a la vida escatológica obrada por Dios, es la puerta de acceso a un nuevo contexto vital (la historia de salvación antes descrita), cuyo centro es Cristo. Es, a su vez, un signo poderoso del tipo de vida a la que están llamados a vivir 23, por ello el discurso refuerza esta idea reiterando que los creyentes son hijos llamados a ser obedientes a Dios (1,14), que han sido regenerados a una nueva vida por él (1,3), rescatados de una conducta vana (1,18), ya no gobernada por la ignorancia (1,14) o las pasiones desenfrenadas (2,11), sino invitados a ser santos como Dios es santo (1,14-16). El bautismo, por tanto, demanda de los nuevos conversos llevar un estilo de vida que conjugue la gracia de Dios y la voluntad personal de querer vivir según él 24. Véase ELLIOTT, La primera carta de Pedro, 82-83. Véase KIRKPATRICK, “The Theology of First Peter”, 63. 22 Esta nueva identidad recibida es descrita principalmente en la primera sección de la carta y luego se retoma a lo largo del discurso (1,3.23; 2,2.24; 3,7.18). 23 Véase CHESTER – MARTIN, The Theology of the Letters, 98. 24 Véase DRYDEN, Theology and Ethics, 101. 20 21 372 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. La etiqueta “extranjeros en la diáspora” con que se refiere a sus destinatarios (1,1; 2,11) debe leerse en línea con la idea que el autor desarrolla del bautismo. Su condición social de forasteros sería uno de los motivos por los que se experimentan como extranjeros 25, pero otro motivo es su identidad religiosa, pues su fe les ha llevado a tener un estilo de vida que los hace parecer extraños para los demás. Del mismo modo, para remarcar esta distinción, el autor alude a la imagen de Jesús como piedra elegida, pero rechazada, y la conecta con la expresión “piedras vivas” para referirse a los creyentes; ellos y Jesús corren la misma suerte, pero también el mismo destino, ofrecer un sacrificio espiritual, pues son casa del Espíritu (2,1-10). Esta elección y consagración que marca la diferencia con el resto de la sociedad es expresada aún con mayor énfasis cuando el autor se refiere al grupo de bautizados con términos que en las Escrituras destacan la identidad étnica judía. Los llama linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo elegido; estas expresiones reflejan su condición de posesión especial de Dios 26; la idea de elección que subyace en los títulos busca reforzar la imagen de que, en el bautismo, la gracia de Dios crea una nueva identidad (los ha reengendrado, han renacido, 1,3). Por tanto, hace del converso una nueva persona, y de la comunidad de bautizados una comunidad de elegidos, preciosos a los ojos de Dios (1,17) 27. El bautismo en 1 Pe se presenta como el fundamento y motivo de la conducta cristiana, lo que debe conducir a la obediencia a la voluntad de Dios es una identidad que conlleva una praxis 28. 3.3. La honorabilidad a los ojos de Dios Las circunstancias particulares de hostilidad, calumnias y persecución verbal que viven los creyentes dan a entender que lo que se ha cuestionado en ellos por efecto de su conversión ha sido su conducta, la cual es vista como desviada y sospechosa, acusación que normalmente se hacía a los extranjeros. Su honorabilidad y reconocimiento social se han visto perjudicados por el descrédito público, producto de que su comportamiento no 25 26 27 28 SCHULTZ, “La conducta”, 118. Véase HORRELL, “Race, nation”, 128. ELLIOTT, Conflict, Honor, 30. SCHRAGE, Ética del Nuevo Testamento, 328. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 373 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO se ha mantenido fiel a las tradiciones y costumbres de la época 29. La carta, en su esfuerzo por ayudar a los bautizados a superar esta situación, en el recuerdo de su nueva identidad, pone énfasis en el honor otorgado por la bendición de Dios (1,7; 2,7) 30. Este honor se plantea en contraste con el rechazo y vergüenza que ellos despiertan entre sus vecinos; para el autor, esta mala percepción debe ser superada por el recuerdo de la verdadera dignidad a los ojos de Dios 31. La descripción del verdadero honor de los creyentes en la primera parte de la carta y el consiguiente recuerdo de su vocación a la santidad (1,3-25) prepara y fundamenta teológicamente lo que vendrá a continuación, en el segundo capítulo, el código doméstico (2,13-3,7). Precisamente, es la dignidad de ser hijos obedientes de Dios lo que les demanda ser santos como el Padre que los engendró es santo (1,16); esto, en el discurso, se traduce en una exhortación a la buena conducta, un llamado a comportarse honorablemente. Por otra parte, esta perspectiva del honor de los creyentes no solo ofrece una comprensión de estos a los ojos de Dios, sino también del resto de individuos (1,17) y de las instituciones humanas (2,13). La instrucción de honrar a todos por igual se fundamenta en la comprensión de que todo individuo es merecedor de respeto, de reconocimiento; por tanto, su honor no depende de su posición ante la sociedad, sino que deviene de Dios como creador suyo (4,19). Del mismo modo, todas las instituciones humanas (autoridades civiles, gobernadores, emperador, amos y esposos), a las cuales se exhorta a los creyentes a someterse, honrar y ser sumisos (2,13-3,7), están subordinadas a él. En ese sentido, se confirma que la historia de salvación es la categoría hermeneútica desde la cual deben ser interpretadas todas las exhortaciones, pues reconfigura el sistema de valores conocido por todos Cabe recordar que el valor del honor para la sociedad greco-romana del siglo era fundamental; los estudios acerca de la vida de los ciudadanos romanos concuerdan en que la condición social de un individuo se basaba en la estimación de su honor, es decir, en la percepción de su prestigio por parte de quienes le rodeaban. Optar por llevar una conducta socialmente aprobada implicaba la recompensa de recibir cierta consideración social. Esto significa que, cuando una persona buscaba reproducir con sus acciones los ideales de la sociedad, esperaba que los demás reconocieran públicamente que sus actos estaban apegados no solo a la ley, sino a los deberes sociales. El honor se definía por lo que los otros dirían respecto a esa conducta. Véase GARNSEY – SALLER, El Imperio romano, 142. 30 El valor del honor será tratado reiteradas veces a lo largo del discurso: 1,7; 2,4.6-7.11-12.17; 3,7; a esto habría que añadir términos del mismo campo semántico. Véase ELLIOTT, Conflict, 80-81. 31 1,22-23; véase ELLIOTT, La primera carta de Pedro, 39. 29 I 374 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. desde un nuevo orden, desde una nueva jerarquía. El paradigma de la historia como historia salvífica pone a todos en un plano de igualdad fundamental ante Dios, pero también entre todos los seres humanos (todos son fruto de un mismo origen y todos están proyectados hacia un mismo fin). Esta comprensión de sí mismos y de los demás en 1 Pe es lo que justifica la actuación honorable de todo cristiano; el autor, por tanto, reescribe el código social del honor desde la teología que comparte con sus destinatarios. 3.4. Jesucristo, agente redentor y modelo de actitud moral Como se ha señalado anteriormente, el autor, al inicio de la carta, propone a sus oyentes-lectores un nuevo paradigma desde el cual comprender la historia y las vicisitudes personales que en ella se viven. Se trata de una comprensión lineal de la historia cuyos parámetros temporales, creación y destino final son presentados en 1 Pe desde la perspectiva teológica heredada tanto de las Escrituras como del kerigma cristiano. El autor vuelve a hacer memoria de ello con el objeto de situar la contingencia dolorosa de los creyentes de Asia Menor dentro de una historia cuyo principio y fin está gobernado por el plan salvífico de Dios. Jesucristo, como recuerda la carta, está desde el principio (1,20), es el centro y el culmen de esa historia, porque es quien lleva a cabo el propósito redentor de Dios en ella (1,3-5.18-19). Del mismo modo, es quien revela la plenitud de la historia salvífica, pues en su muerte y resurrección se anticipa el final escatológico prometido a la humanidad, es decir, en su muerte se concreta la salvación y en su glorificación se manifiesta la victoria de Dios (1,20-21). Por tanto, si 1 Pe recuerda a los creyentes que sus vidas se insertan en un proyecto salvífico mayor, el cual ha sido revelado en plenitud en Jesucristo, esa certeza de fe tiene la pretensión de causar un doble efecto en la audiencia. Como se ha señalado anteriormente, el de ampliar la perspectiva de los creyentes desde una nueva comprensión de su propia historia, y, en segundo lugar, la intención de reavivar en ellos su esperanza. Pues, al evocar el padecimiento de Jesús y su posterior glorificación, no solo conecta de manera implícita con la situación de sufrimiento de los destinatarios, sino que también revela de este modo la clave para comprender cuál será la suerte final de aquellos que por la fe padecen injustamente (1,11.18-21). El sufrimiento de Jesucristo se menciona a lo largo de la carta en reiteradas ocasiones (1,2; 3,18; 4,1.13), sin embargo, la argumentación cristológica central que completa y explica estas alusiones se encuentra en el desarrollo de la instrucción a la buena conducta dirigida a los siervos (2,18- REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 375 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO 25). Cabe señalar que 1 Pe utiliza el formato de los códigos domésticos greco-romanos, pero introduce una variante: se dirige primero a los siervos, excluyendo a los amos. De este modo rompe con el patrón que seguían los códigos helenistas, los cuales respetaban la jerarquía patriarcal asumida en las relaciones de la unidad familiar: maridos-esposas, padres-hijos y amos-esclavos. Este cambio en la carta debe ser entendido no solo como un recurso retórico, sino también como un recurso teológico. Pues poner a los siervos en primer lugar no solo busca llamar la atención por su irreverencia, sino que también revela que la situación de los siervos quiere ser presentada por 1 Pe como paradigmática: por una parte, sufren injustamente por su condición precaria en la sociedad y en la casa, de manera semejante a los creyentes de Asia Menor; y, por otra, su buena conducta, su humildad, a pesar de su precariedad, puede ser efectivamente modelo ético para los demás 32. En consecuencia, es posible afirmar que la exhortación dirigida a los siervos recuerda a los destinatarios en qué consiste la buena conducta del creyente en Jesús. En esta exhortación se demanda a los siervos la sumisión y hacer el bien ante los dueños, aunque estos sean crueles y déspotas (2,18). Vale recordar que la obediencia y la sumisión eran las actitudes que se esperaban de los esclavos; la razón principal de la sumisión solía ser el miedo al castigo físico y otras represalias que los amos podían tomar contra ellos (la venta de sus hijos, impago de su manutención, etc.) 33. La carta, sin embargo, alienta a ser sumisos si la causa del sufrimiento es por “conocimiento de Dios” (2,19); cambia de este modo la razón por la cual se le debe respeto al dueño si este lo maltrata 34. Si la fe en el Señor ha provocado el castigo, a juicio de 1 Pe la actitud meritoria es la sumisión. Puesto que aguantar el mal haciendo el bien con paciencia (2,20) para el autor solo es posible por medio de la gracia. Sufrir y hacer el bien pueden ir unidos, vivirse conjuntamente por la ayuda de la gracia; este don es lo que permite sostener la actitud sumisa que promueve la carta, dado que el sometimiento, sin la ayuda divina, sería una mera acomodación al sistema, un sufrimiento en vano o producto del miedo a la sanción. Por otra parte, este don de Dios tiene el poder de restaurar la dignidad y el honor que el siervo ha perdido a Véase ib., 103. Muestra la intención de situar a los siervos en una posición privilegiada, y ciertamente de convertirlos en prototipo de todo creyente. Esto desvela además que el autor considera a los siervos agentes morales, racionales y responsables por derecho propio, otorgándoles una reputación que socialmente no tenían. 33 Véase SCHULTZ, “Los destinatarios”, 137-138. 34 Véase HURTADO, ¿Cómo Jesús llegó a ser Dios?, 118. 32 376 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. manos de su amo, porque, como bien señala la carta, para Dios su actitud sí tiene mérito (2,20) 35. La ayuda de la gracia, que permite soportar el dolor injusto y repara la deshonra, es lo que marca la distinción entre lo socialmente valorado como sometimiento y la norma específicamente cristiana que propone 1 Pe 36. Esta primera argumentación, que explica el llamado a la sumisión de los siervos, prepara la argumentación cristológica que sigue (2,23): soportar el dolor haciendo el bien solo es posible desde el don de la identificación con Cristo, el siervo sufriente por excelencia. Aquí, 1 Pe apela al valor ejemplar de la pasión de Jesús, pero no alude a ella como acontecimiento salvífico únicamente, sino al modo en que Jesús vivió ese momento. En 2,23 lo describe como quien “no hizo el mal”, “no se encontró engaño en su boca”, “lo insultaron, no devolvió insulto”, “no amenazaba”, todas actitudes que destacan la particularidad del Siervo de Yahvé de Is 53,7, quien fue “maltratado y no abría la boca”. Este comportamiento de Jesús como siervo sufriente es propuesto por 1 Pe como modelo de buena conducta; en las actitudes ejemplares que Jesús tuvo al afrontar el dolor que lo llevó hasta la muerte se encuentra el parámetro de buena conducta que la carta propone seguir a los creyentes que también sufren injustamente a causa de su fe. Por ello es posible afirmar que este es el fundamento cristológico principal de la respuesta a los destinatarios de la carta 37, pues con Jesucristo como modelo de conducta honorable se está demostrando el modo y la hondura de lo que significa hacer el bien. No obstante, también la imagen de Jesús como siervo sufriente cumple otra función, y es la de ofrecerse como paradigma de justicia divina y, por ende, de esperanza. La actitud mansa de no devolver mal ante el mal recibido e imponer el bien bendiciendo revela la victoria de la justicia de Dios. En el sentido de que Jesús, con su actitud sumisa y paciente y la ausencia de reacción ante la violencia de sus adversarios, revela el verdadero rostro de Dios (3,12), su misericordia entrañable 38. Por otra parte, con la afirmación: “Encomendó su causa a aquel que juzga justamente” (2,23), da cuenta del motivo por el cual Jesús soportó el sufrimiento: la certeza de que la justicia de Dios se impondrá en el juicio del inocente, a pesar de su sufrimiento injusto. Por tanto, hay una esperanza de futuro 35 36 37 38 CAMPBELL, Honor, 126. Véase CERVANTES, La pasión de Jesucristo, 163. Ib., 170-171. LEGIDO, Misericordia entrañable, 28-34. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 377 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO para los que sufren en el presente, porque aún no se ha dicho la última palabra 39. De ahí que se pueda afirmar que lo que ocurrió en la pasión es la razón más profunda que la carta ofrece como argumento para la buena conducta, pues se plantea como promesa de salvación. Si Jesucristo ha sido vindicado por Dios, entronizado y glorificado, el sufrimiento de los creyentes, del cual no se atisba un final próximo, puede vivirse desde la esperanza de que llegarán a ser vindicados por Dios, como Dios hizo con Jesucristo; de este modo, el destino de los creyentes está ligado a la experiencia y al destino de Cristo 40. Concluye la motivación rememorando el para qué de la pasión: primero presenta por medio de una antítesis (“morir a las cosas malas” en oposición a “vivir para hacer el bien”) su eficacia liberadora; la transformación de la vida que se experimenta a partir de la redención de Jesús lleva a los creyentes a vivir conforme al deseo de Dios de hacer el bien. Y, por último, su consecuencia salvífica: la sanación de las heridas, es decir, la curación del daño recibido, producto de la mala reputación y de la pérdida del honor del que han sido víctimas los destinatarios de la carta 41. A modo de cierre de la exhortación se describe la nueva situación de los creyentes como consecuencia de la pasión de Jesucristo; si antes como gentiles “erais como ovejas extraviadas”, ahora como bautizados “habéis vuelto al Pastor y Guardián”, a Jesucristo, que vigila y cuida 42. En síntesis, Jesucristo es presentado en la carta como agente salvador vindicado por Dios en su glorificación y, a su vez, paradigma y modelo de vida para los creyentes que están corriendo su misma suerte, el sufrimiento injusto 43. En él, como siervo sufriente, se encuentra la respuesta a la situación vital de los destinatarios de Asia Menor. 4. El rol de la teología en la estrategia propuesta por la carta Si la estrategia promovida por el autor de 1 Pe a sus destinatarios fuera clara y evidente a los ojos de los intérpretes modernos, las opiniones Véase CERVANTES, La pasión de Jesucristo, 174. BECHTLER, Following in His Steps, 179-181. 41 Véase CERVANTES, La pasión de Jesucristo, 176. 42 En el Nuevo Testamento aparece la imagen de ovejas descarriadas haciendo referencia a situaciones difíciles del Pueblo; asimismo, la imagen del pastor, en sentido cristológico, aparece en Mt 2,6; Mc 14,27. 43 MCNIGTH, “Aliens and Exiles”, 384. 39 40 378 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. no serían tan divergentes, sino que más bien habría cierto consenso. Por ende, para atender a los aspectos que nos dan cuenta de la estrategia de convivencia que busca instalar la carta se hace necesario formular hipotéticamente la pregunta que los creyentes de Asia Menor le habrían hecho llegar al autor, pues a ello es a lo que intenta responder con su misiva. Por una parte, primero se constata, según los datos internos de la carta, la situación de sufrimiento, maltrato y hostilidad hacia los creyentes por causa de su fe, lo que es equiparable al padecimiento de Jesucristo en la cruz, puesto que el autor anima a la identificación con él precisamente desde esa realidad (4,1). Segundo, hay evidencias suficientes para afirmar que son calumniados e insultados (3,16), y que la etiqueta de “cristianos” es peyorativa entre los gentiles, porque puede producir vergüenza (4,16). Tercero, el estilo de vida que han asumido, producto de su conversión, ha generado conflicto y tensión, tanto en el ámbito público como doméstico (1,17). Y, por último, es claro el intento del autor de persuadir a sus destinatarios de que cambien su conducta, de que modifiquen el modo de relacionarse con el resto de ciudadanos, ofreciendo instrucciones éticas conformes a los valores de la época (2,11–3,12). Por otra parte, todos estos datos presentes en la carta llevan a pensar que el comportamiento de los destinatarios no es conforme al evangelio anunciado; en ese caso, habría signos de aprobación por parte del autor; sin embargo, estamos ante una corrección (1,12) o llamado de atención que requiere una reflexión teológica mayor que dé razón del cambio en la actitud que el autor propone a su audiencia. Esta inconformidad ante el comportamiento de los destinatarios se refleja en el amplio desarrollo teológico que se realiza en el discurso acerca de la verdadera identidad del creyente. Por medio de comparaciones con Jesús revela a los oyentes-lectores sus condiciones de posibilidad: él es la piedra angular, y los creyentes, piedras vivas; él es el Hijo obediente al Padre por excelencia, y ellos, llamados a ser hijos obedientes, a ser santos como el que es Santo, y exhortados a vivir su dolor como el siervo sufriente lo vivió. Cabe pensar que, si 1 Pe insiste tanto en la hondura de la dignidad de los que creen y sus consecuencias en la vida, es posible que sea porque los creyentes se han equivocado o no han entendido correctamente su fe. Las motivaciones teológicas presentadas por 1 Pe, explicadas anteriormente, llevan a pensar que la comprensión que los creyentes pudieron tener acerca de lo que significa ser cristiano no era la correcta. Probablemente, eran víctimas inocentes de calumnias infundadas, pero es posible también que no supieran reaccionar a ellas de un modo sumiso, humilde, que reflejara su fe. La insistencia del autor en instruir en la sumisión (2,13; REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 379 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO 2,18; 3,1; 5,5), el respeto y la honra a las instituciones humanas, a las autoridades, a los amos, a los maridos, esposas y ancianos, denota que era necesario que los creyentes entendieran con mayor claridad y precisión qué significaba ser humildes a la manera de Jesús. Por ello es posible afirmar que la teología expuesta ofrece pistas para comprender no solo la realidad contingente de los destinatarios, sino también sus fallos en su modo de ser “cristianos”. De esta manera se nos descubre el trasfondo de la carta, la necesidad del autor de persuadir a sus oyentes-lectores a que busquen en su actuar identificarse con Jesús, coherencia entre la fe adquirida y un estilo de vida consecuente con ella. La insistencia del autor recae, por un lado, en animarlos a perseverar en la fe (1,13; 5,12) y resistir al maltrato por causa del Señor, pero el modo concreto de serlo es actuando como ciudadanos ejemplares. En ese sentido, tanto la propuesta presentada por Balch como la de Elliott acerca de la estrategia que el autor presenta son plausibles, pues, si bien hay un llamado a la conformidad e integración en la sociedad, también lo hay a la resistencia en la fe. No obstante, es posible agregar un matiz a estas posturas. A mi juicio, el autor propone a los creyentes la estrategia de perseverar subversivamente, en otras palabras, significa que los alienta a confiar en que el estilo de vida santo tendrá consecuencias sociales, pero también espirituales, ocultas a los ojos de los gentiles 44. Esas consecuencias “ocultas” a los ojos de aquellos que los maltratan son las que denotan el carácter subversivo de la conducta propuesta por 1 Pe, puesto que, aunque hay aparentemente una conformidad con la conducta honorable que se espera de ellos, las razones y las expectativas que los mueven a comportarse de esa manera no son ni llegarán a ser nunca las mismas motivaciones propuestas por la sociedad imperante. Ejemplo de ello es la oferta de un contexto mayor en el que situar el comportamiento y el sufrimiento de los creyentes, entendido como historia de salvación; es una repuesta a la pregunta acerca del lugar donde se encuentran los creyentes y el valor que se le debe dar a la hostilidad recibida. Es decir, ofrece proporcionalidad, contexto, sentido de ser parte de algo mucho mayor, y que lo presente es contingente y pasajero. De cara a los hostigadores, los creyentes saben algo que ellos no, y esto es la salvación futura. Ante la pérdida de reputación y honor, la carta recuerda el nuevo estatus otorgado en el bautismo, su nueva identidad. Nuevamente se relativiza la apreciación de los adversarios frente a la dignidad dada por Dios; al acentuar la imagen de elección y propiedad de Dios responde a la pre44 380 SCHULTZ, “La conducta”, 122. REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. gunta acerca de quiénes son los creyentes realmente. Este desarrollo teológico de las consecuencias del bautismo busca empoderar a los creyentes para vivir según la fe recibida, independientemente del cuestionamiento de sus vecinos. Cuando propone a Jesucristo como parámetro de conducta humilde y sumisa, revela a sus creyentes qué significa vivir según esa nueva identidad, en qué consiste, cómo es realmente ser hijo obediente, esclavo de Dios, cuál es la medida del bien, la conducta honorable a los ojos de Dios. Cabe señalar, a su vez, que la actitud subversiva propuesta por 1 Pe no se caracteriza por entrar en conflicto con el régimen patriarcal, el orden imperial establecido y los valores socialmente aprobados. Lo “contestatario” en la conducta honorable promovida es vivir al modo de Jesús, someterse según su humildad, revelar su justicia imponiendo el bien ante el mal. Subversivo es conducirse como ciudadanos ejemplares a los ojos de los vecinos, alcanzar la admiración producto de su conducta, pero sin haber renunciado a su fe; más bien anunciarla sin palabras. Es tener una expectativa mayor que la de integrarse en la sociedad y que está inicialmente velada a los gentiles. Esta expectativa, el autor la manifiesta explícitamente en dos ocasiones a lo largo de la carta, y es que no solo se acallen las calumnias producto de las buenas obras, sino también que, luego de observarlas, quienes murmuran acerca de ellos lleguen a glorificar a Dios (2,12) o sean ganados para el Señor gracias a ellas (3,2). La esperanza de los creyentes se juega en dos niveles; por una parte, consiste en esperar un cambio en la convivencia superando la tensión social presente y, por otra, la esperanza en la salvación final, en el juicio de Dios. El autor expresa que se pueden esperar dos cosas de este comportamiento honorable: ser juzgados positivamente por los gentiles, y que estos se conviertan gracias a ello, y ser juzgados por Dios, que es Padre y juez, al final de los tiempos (1,17; 2,23). Conclusión Todo lo anterior lleva a pensar que el autor contempla que el comportamiento cristiano permee las realidades donde se desenvuelve, contagie la bondad, pero también convierta los espacios, pues, con la aspiración a la santidad, el creyente tiene la capacidad de poner la semilla de salvación que el mismo Dios le ha prometido (1,23). La conducta del cristiano para 1 Pe tiene el poder de evocar un mundo nuevo posible, una sociedad nueva, un lugar donde se espera que reine la justicia de Dios. El cristiano es quien permite que esa justicia esté en ciernes cada vez que sigue las huellas de REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 381 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO Jesús, es decir, cada vez que, como Jesús en la cruz, ante el mal impone el bien. La elección divina (3,9) es para esto, tiene un propósito, el cual, a lo largo de la historia de salvación, ha sido revelado plenamente por Jesucristo y a la vez consumado en él: la salvación de la humanidad. Por tanto, esta iniciativa divina está proyectada desde los orígenes hacia el final de los tiempos, hacia la redención futura (1,9). El presente se construye, según 1 Pe, viviendo a la luz de Jesús, es decir, a su modo; la santidad se concreta en la obediencia, temor y respeto a la voluntad de Dios (2,15.19; 3,16-17; 4,2); seguir sus huellas es vivir el presente, aunque sea padeciéndolo, con el gozo y la esperanza en la salvación, de ahí lo subversivo y paradójico de su propuesta. Soportar y someterse a una realidad que provocará un sufrimiento que se sabe injusto solo es posible si se tiene la certeza de que Jesús salva, no porque rescate del dolor, sino porque desde él, con su ejemplo, le otorga un sentido y a la vez un final, es decir, revela el triunfo del bien sobre el mal. En consecuencia, teológicamente, lo que ofrece la carta no solo son instrucciones éticas para lograr un objetivo social, sino que descubre cuál es el verdadero proyecto salvífico gobernado por Dios. El rol del creyente es tener conciencia de ser parte de ese proyecto viviendo en coherencia con él. De ahí que la carta busque formar esa conciencia e indique de qué modo concretarlo en el día a día. Este “manual de instrucciones” que es 1 Pe tiene a Jesucristo como modelo y medida de buena conducta, y a la ética como su concreción práctica. Por eso van inseparablemente unidas en el discurso, porque no se explican por sí mismas; la teología justifica y da razón de la ética, y la ética es la materialización de esa cosmovisión teológica. Entonces, lo que nos dice la teología acerca de la estrategia propuesta en la carta es que se busca que los creyentes se integren en la sociedad, pero perseverando en la fe, es decir, que sean ciudadanos ejemplares cuyas acciones pongan de manifiesto los motivos por los que actúan así. Revelen con sus actitudes el rostro de Dios y su justicia, y, si es posible, que aquello que los gentiles ven en ellos (humildad, mansedumbre, imponer el bien sobre el mal) gane a los no creyentes para Dios y lleguen a glorificarlo al final de los tiempos. Pues con su actuación se ha revelado ante ellos un modo de ser humano, de ser ciudadano, esclavo o dueño, esposo o esposa, que ofrece no una actitud nueva o distinta, sino una razón por la cual actuar así, y esa razón aporta al individuo sentido, honor, dignidad, paz, mejora la convivencia y trae bienestar para él y para todos los que le rodean. 382 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 MARÍA JOSÉ SCHULTZ M. Bibliografía Aristóteles, Retórica, Madrid 1990. Balch, D., Let Wives be Submissive: The Domestic Code in 1 Peter (Society of Biblical Literature Monograph Series 26), Michigan 1981. Bechtler, S., Following in His Steps, Suffering, Comunity, and Christology in 1 Peter (SBL Dissertation Series 162), Atlanta 1998. Brox, N., La primera carta de Pedro, Salamanca 1994. Campbell, B., Honor, Shame and the Rhetoric, Atlanta 1998. Cervantes, J., La pasión de Jesucristo en la primera carta de Pedro, Estella 1991. Chester, A. – Martin, P., The Theology of the Letters of James, Peter, and Jude, Sheffield 1994. Dryden, J., Theology and Ethics in 1 Peter, Tübingen 2006. Doering, L., Ancient Jewish Letters and the beginnings of Christian Epistolography (WUNT 298), Tübingen 2012. Elliott, J., Conflict, Community, and Honor, Eugene 2007. –, Un hogar para los que no tienen patria ni hogar, Estella 2005. –, 1 Peter: A New Translation with Introduction and Commentary, London 2000. –, La primera carta de Pedro, Salamanca 2013. Garnsey, P. – Saller, R., El Imperio romano. Economía, sociedad y cultura, Barcelona 1990. Horrell, D., Becoming Christian: Essays on 1 Peter and the Making of Christian Identity (Journal Studies of New Testament Series 394), London 2013. –, 1 Peter, New York 2008. –, “‘Race’, ‘Nation’, ‘People’: Ethnic Identity-Construction in 1 Peter 2.9”, New Testament Studies 58 (2011) 123-153. Hurtado, L., ¿Cómo Jesús llegó a ser Dios?, Salamanca 2013. Kirkpatrick, W., “The Theology of First Peter”, Southwestern Journal of Theology 25 (1982) 58-81. Legido, M., Misericordia entrañable, Salamanca 1987. McKnight, S., “Aliens and Exiles: Social Location and Christian Vocation”, Word & World 24 (2004) 378-386. Puig, A., “I rapport tra cristiani nella Prima lettera di Pietro”, en N. Ciola – G. Pulcinelli (eds.), Nuovo Testamento: Teologie in dialogo cultural, Bologna 2008, 393-403. Schrage, W., Ética del Nuevo Testamento, Salamanca 1987. Schultz, M. J. “La buena conducta como estrategia misionera en la primera carta de Pedro”, trabajo fin de máster conducente al título de licenREVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4 383 TEOLOGÍA Y ESTRATEGIA EN LA PRIMERACARTA DE PEDRO ciatura en Teología Bíblica, Universidad Pontificia de Salamanca, julio de 2016. –, “Los destinatarios de la primera carta de Pedro en la sociedad greco-romana del siglo i”, Revista Bíblica 79 (2017) 127-153. –, “Diáspora en la primera carta de Pedro”, Reseña Bíblica 99 (2018) 3643. Starr, J. – Engberg-Pedersen, T. (eds.), Early Christian Paraenesis in Context, Berlín 2005. Thompson, J., “The Rethoric of 1 Peter”, Restoration Quarterly 36 (1994) 237-250. Thurén, L., Argument and Theology in 1 Peter (Journal for the Studies of the New Testament Supplements Series 187), Sheffield 1995. –, “Motivation as the Core of Paraenesis-Remarks on Peter and Paul as Persuaders”, en J. Starr – T. Engberg-Pedersen (eds.), Early Christian Paraenesis in Context, Berlin 2005, 352-372. Vidal, S., El primer escrito cristiano: texto bilingüe de 1 Tesalonicenses con introducción y comentario, Salamanca 2006. Volf, M., “Soft Difference, Theological Reflections on the Relation Between Church and Culture in 1 Peter”, Ex Auditu 25 (2009) 15-30. Williams, T., Good Works in 1 Peter (WUNT 337), Tübingen 2014. –, Persecution in 1 Peter. Differentiating and Contextualizing Early Christian Suffering (Supplements to Novum Testamentum 145), Boston 2012. [recibido: 29/09/18 – aceptado: 16/01/19] 384 REVISTA BÍBLICA 2019 / 3 4