UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
INSTITUTO INTERNACIONAL DE
ESTUDIOS DEL CARIBE
EL DESPLAZAMIENTO EN LA CIUDAD:
ENTRE LA INVISIBILIDAD Y LA
INCERTIDUMBRE. UN BALANCE DE
POLÍTICAS PÚBLICAS.
AMARANTO DANIELS PUELLO.
INVESTIGADOR.
Cartagena de Indias, Febrero de 2006.
1
EL DESPLAZAMIENTO EN CARTAGENA: “ENTRE LA INVISIBILIDAD Y LA
INCERTIDUMBRE”
1. PRESENTACIÓN
En los albores del tercer milenio el desplazamiento forzado sigue siendo un
fenómeno que expresa una gran tragedia humanitaria. Este fenómeno se
manifiesta en los éxodos recurrentes de poblaciones enteras, desarraigadas
de sus lugares de origen y de residencia por motivos bélicos, poblaciones
que se ven forzadas a buscar nuevos sitios o lugares de refugio para salvar
y tratar de reconstruir sus vidas lejos de los enfrentamientos, masacres y
amenazas propios de los conflictos, generalmente producidos o auspiciados
por gobiernos autoritarios.
De acuerdo con cifras de ACNUR (2003) se estiman entre 25 y 30 millones
el total de personas desplazadas en el planeta. Y aunque la inmensa
mayoría se encuentra en África (14 millones)1, en el caso de América de
Latina, de acuerdo con cifras de ACNUR- Global IDP-Projetc, hay cerca de
3.7 millones de afectados por este flagelo (10% del total mundial).
Actualmente, el principal foco de desplazamiento en la región se localiza en
Colombia: en el país, no obstante la disparidad de las cifras entre los
organismos encargados de su monitoreo, el nivel de la población
desplazada alcanza los 3.0 millones de personas, (Conferencia Episcopal
2006). El fenómeno se da en Colombia como resultado de un conflicto
armado cuya duración supera las cuatro décadas; que ha llegado a niveles
1
. Allí las naciones más afectadas son Sudan, Liberia y Ruanda.
2
de degradación y de irrespeto a los Derechos Humanos, situación
inadmisible en una sociedad democrática, y en donde supuestamente
impera un Estado de Derecho.
Los efectos que para la región se pueden derivar de la persistencia del
conflicto armado interno colombiano son preocupantes. Por ejemplo, países
vecinos como Ecuador, Venezuela, Panamá y Brasil vienen afrontando
incidentes tanto con los desplazados / refugiados como con los actores
armados ilegales, quienes con su tránsito-entrada y salida- hacia otros
países afectan el normal desenvolvimiento de las relaciones entre las
naciones. De hecho, CODHES (2002) estima que entre enero y octubre del
año 2000, aproximadamente 12.000 colombianos cruzaron las fronteras de
Ecuador, Venezuela y Panamá; situación que muestra cómo la dinámica de
internacionalización de los efectos del conflicto armado interno está
conduciendo a que en las fronteras colombianas el desplazamiento forzado
se transforme en un problema de refugio internacional. De seguir esta
tendencia, se estaría creando un escenario en donde la crisis humanitaria
justificaría no sólo respuestas del gobierno nacional, sino también de los
gobiernos de los países vecinos.
El presente informe sobre la situación del desplazamiento forzado en
Cartagena de indias, se da conocer a la opinión pública y a la comunidad
académica como una contribución a los estudios sobre las causas,
dinámicas y tendencias del desplazamiento forzado en la ciudad,
pero
3
sobre todo, como una evaluación de la respuesta estatal, a través del
distrito, en el marco de la política pública. Creemos que este tipo de estudio
hace parte de la responsabilidad que tiene la academia frente al fenómeno
de los desplazados de ofrecer una propuesta para construir la ciudad que
queremos en el largo plazo: ciudad humana, solidaria y realmente
democrática.
4
2. INTRODUCCIÓN.
Este trabajo pretende mostrar un balance de las acciones llevadas a cabo
por el Estado colombiano en la atención a la población desplazada ubicada
en el Distrito de Cartagena. Las observaciones hechas aquí tienen como
punto de partida el desarrollo y ejecución de la Ley 387 de 1997 y sus
decretos reglamentarios. La referencia a dicha ley se hace para evaluar qué
tan bien ha sido asumida, por parte del ente territorial, a través del Comité
Distrital de Atención a la Población Desplazada.2
En el mismo sentido, y de cara a la sentencia T-025 de la Corte
Constitucional de febrero de 20043 , se dan recomendaciones a los actores
e instituciones encargadas de planificar y ejecutar sobre el terreno las
políticas públicas concernientes al desplazamiento forzado. Para hacerlo,
hemos mantenido como eje transversal del análisis la pregunta por la
concretización de los derechos de los ciudadanos desplazados; es decir,
hemos hecho el esfuerzo de ir más allá de la mera descripción de
coberturas poblacionales o geográficas (lenguaje de las necesidades), pues
consideramos que “de esta forma se abren posibilidades de consolidación
de una agenda social e institucional que afiance soluciones duraderas y
respuestas estructurales” (Harvey Rojas 2004).
Artículo 7 de la ley 387.
La citada sentencia reconoce el incumplimiento del Estado en la atención a la población
desplazada, y le ordena a las entidades gubernamentales asumir sus responsabilidades y
competencias al respecto, específicamente la elaboración de un plan nacional y la asignación
de los recursos requeridos para su ejecución.
2
3
5
Como panorámica general, se puede adelantar, que luego de una década
continua de Desplazamiento Forzado hacia el Distrito, y a pesar de haber
transcurrido nueve años de la entrada en vigencia la ley 387 de 1997, el
drama humanitario de los desplazados en el Distrito de Cartagena tiene tal
dimensión que, como lo dijo el Arzobispo Alberto Giraldo, debería ser
motivo de “Gran Vergüenza Nacional”. En palabras del historiador Daniel
Pécaut, los desplazados en Colombia están en situación de apátridas en su
propio país:
… la tragedia proviene de que los apátridas se encuentran
desprovistos de todo Derecho…
… Los Desplazados Colombianos si bien no son apátridas
viven la experiencia de la triple pérdida descrita por Arendt. Es
decir la pérdida de la Inserción Social, del Significado de la
Vida y de los Derechos. Los Desplazados Colombianos, no
han tenido jamás acceso a una Ciudadanía Plena, se han
acostumbrado desde hace mucho tiempo a vivir bajo el signo
de la violencia y a no tener un refugio seguro ni siquiera en las
grandes ciudades. Luego entonces el Desplazamiento no es
una coyuntura sino que es vivido como una condición social.
( Pécaut , 1999: 14).
Infortunadamente, esa es la realidad que viven los más de 9000 hogares
desplazados que, según la Red de Solidaridad Social, se asientan en los
diferentes barrios y localidades del casco urbano del Distrito de Cartagena.
Por eso nos interesó indagar hasta dónde la política pública vigente, ha sido
insuficiente tanto en recursos como en capacidad de gestión para afrontar la
problemática que nos ocupa.
Para el Instituto Internacional de Estudios del Caribe, es de especial interés
-dadas las profundas transformaciones e implicaciones socioeconómicas y
políticas que para la sociedad Cartagenera y Bolivarense supone asumir a
6
más de 40.000 nuevos residentes en su seno-, colocar sobre el tapete el
drama del desplazamiento (ante la tendencia a su invisibilización por parte
de los estamentos oficiales) en la agenda del postconflicto. Este último debe
ser
entendido
como
escenario
de
reconstrucción,
reparación
y
reconciliación de los diversos actores armados que hoy participan en
negociaciones con el Estado. En otras palabras, se pretende hacer “visible”
el problema del desplazamiento forzado; y que la presente investigación sea
uno de los puntos de partida para una serie de reflexiones sobre su
trascendencia y la reconstrucción del proyecto de vida de los afectados.
Para cumplir los objetivos planteados, el informe está dividido en tres
partes. En la primera se hace un recuento de la historia y metodologías, así
como un balance de los resultados, de los diferentes sistemas de
información que miden el número y condiciones de vida de la población
forzada al desplazamiento que llega al Distrito de Cartagena. Pues es claro
que sin herramientas y bases de datos confiables y coherentes, cualquier
acción pública está destinada al despilfarro, la incorrecta distribución de los
recursos o, simple y lamentablemente, a ignorar la magnitud de la tragedia
de miles de familias asentadas forzadamente en la Ciudad.
Precisamente, del desempeño de las políticas públicas enfocadas en los
desplazados se ocupa la segunda parte del estudio, titulada La Política
Pública para la Atención al Desplazamiento Forzado en el Distrito de
Cartagena; se abordan allí los aspectos correspondientes a la atención
humanitaria de emergencia, la atención sicosocial, la estabilización
7
socioeconómica y/o el
restablecimiento de las personas afectadas. Por
último, la tercera parte recoge las conclusiones generales del estudio y las
recomendaciones a las entidades públicas y privadas, para que pongan en
marcha estrategias que definitivamente faciliten la superación de la tragedia
humanitaria de los desplazados en el Distrito de Cartagena.
3. SISTEMAS DE INFORMACIÓN SOBRE LA POBLACIÓN DESPLAZADA
EN EL DISTRITO DE CARTAGENA DE INDIAS.
Sin duda, el aspecto que más debates y controversias genera entre los
investigadores, las agencias gubernamentales y la comunidad internacional en
lo referente al desplazamiento forzado, es el de su cuantificación. Realmente
no ha habido un acuerdo sobre cuáles son las cifras reales, coherentes y
consistentes sobre el fenómeno por parte de las instancias mencionadas. A
continuación se presenta una reseña de lo acontecido con las entidades
encargadas de dichas mediciones.
Cualquier
reseña
histórica
sobre
los
intentos
de
cuantificación
del
desplazamiento forzado en Colombia, debe comenzar por señalar el trabajo
pionero de la Conferencia Episcopal Colombiana en su informe “Derechos
Humanos: Desplazados por la Violencia en Colombia 1985-1994”. En ese
documento, se calculó en 627.720 la cantidad de personas expulsadas de sus
lugares de residencia en el periodo referido. Posteriormente ha sido la
organización no gubernamental Consultoría para los Derechos Humanos y el
Desplazamiento (CODHES), la entidad encargada de liderar la cuantificación
de las personas afectadas, de las variables de su evolución y de todo lo
referente a las problemáticas implicadas en el desplazamiento forzado. Esa
8
función la cumple a través del Sistema de Información Sobre Desplazamiento
Forzado y Derechos Humanos en Colombia, SISDES4.
El Sisdes, por un lado, retoma la experiencia precursora de la Conferencia
Episcopal, especialmente la metodología y, por otro, incluye en sus análisis la
comparación con los datos estadísticos provenientes de los países de
Centroamérica, que habían padecido un proceso similar al colombiano en la
década de los 80. Su objetivo esencial es producir información que, a su vez,
sirva de soporte para desarrollar propuestas dirigidas a la población
desplazada.
Incluye
un
componente
de
“Hogares
Víctimas
del
Desplazamiento”, y luego va introduciendo otra variables como el perfil
organizativo de la población, la medición de la tenencia de la tierra de la
población afectada y el diseño del marco muestral. Todo esto bajo la
articulación de una red de organizaciones no gubernamentales o sociales, y de
líderes comunitarios para facilitar la captura de la información. Hacia 1998, el
Sisdes se consolida mediante la inclusión de nuevos componentes como el de
Monitoreo y Alerta temprana (para la prevención del desplazamiento), el ajuste
de la muestra, la contratación con las fuentes de prensa, el desarrollo de la
georeferenciaciòn y un mayor énfasis en el trabajo de campo para la
verificación de sus cifras.
Actualmente, el Sisdes está posicionado como punto de referencia a la hora de
indagar la evolución del desplazamiento forzado en el territorio nacional.
4
En el Volumen I de Colombia. Un país que Huye, publicados por CODHES, en las páginas
23-41 se describe cómo ha sido la consolidación del Sistema de Información sobre
Desplazamiento Forzado y Derechos Humanos en Colombia SISDES. Mayo de 1999.
9
También ha sido un permanente contradictor de la política pública. Para
resumir, hoy el SISDES tiene como componentes principales de sus
mediciones los siguientes: El Monitoreo (produce información sobre la
magnitud, tendencias y comportamiento del desplazamiento forzado en todo el
país); los Hogares en situación de desplazamiento (aproximación estadística
que permita ubicar, caracterizar y dimensionar las condiciones de los hogares
desplazados) y la Alerta Temprana (instrumento de medición de situaciones
de riesgo de desplazamiento que puede ser utilizado por las comunidades y
autoridades).
En el caso de Cartagena, el Sisdes muestra datos sobre la población
desarraigada llegada al distrito desde el año 1999 (sus cálculos muestran que
para el primer trimestre del 2005, el total de personas desplazadas fue de
36.936 (veáse gráfica1). El año de mayor recepción fue el 20045, con 7.069
personas llegadas; y el de menor recepción el 2000, con 3.858 personas
registradas como nuevos residentes en el distrito. Lo anterior arroja un
promedio anual de 5.276 personas llegadas a la ciudad durante los 7 años en
referencia.
D A T O S D E C O D H E S - S IS D E S
8 .0 0 0
7 .0 0 0
7 .0 6 9
6 .6 4 0
5 .7 4 6
6 .0 0 0
5 .8 2 5
5
P O B L A C IO N
5 .0 0 0
3 .9 1 0
2 .0 0 5
2 .0 0 4
2 .0 0 3
2 .0 0 2
2 .0 0 1
2 .0 0 0
1 .0 0 0
1 .9 9 9
4 . 0 0 0 recordar cómo entre octubre del 2002 y junio del 2003 en los Montes de Maria,
Es necesario
3 .8en
8 8 Arauca), en el marco de
operó la 3primera
zona de “rehabilitación“,
del país (la segunda fue
3 .8 5 8
.0 0 0
la política de seguridad democrática, cuya única finalidad era restablecer el orden público y la
seguridad
venida a menos por la presencia de grupos guerrilleros como el frente 37
2 . 0ciudadana
00
de las FARC, el ELN y las AUCC.
0
A ÑO S
T O T A L P O B L A C IO N D E S P L A Z A D A
10
AÑO S
Por otra parte, teniendo en cuenta que el lapso de agravamiento del problema
corresponde al de la ejecución de la llamada política de seguridad democrática,
(años 2002 con 5.825 personas y el 2004 con 7.069, ambas cifras por encima
del promedio del periodo) se hace evidente la debilidad estatal, pues se supone
que los esfuerzos del gobierno para la reducción del fenómeno - a través de la
recuperación del territorio y el ejercicio de la soberanía como ejes centrales de
la “seguridad democrática”- se reflejarían en una disminución sustancial de las
cifras. En honor a la verdad, hay que anotar que la única disminución se
observó en el 2003, cuando 3.888 desplazados llegaron a Cartagena.
Este comportamiento atípico lo que expresa es que el desplazamiento
forzado,
en
sí
mismo,
constituye
una
diáspora
que
refleja
recurrentemente la fragilidad extrema del Estado Nación en prevenir o
morigerar los éxodos de población.
3.1. EL SISTEMA RUT DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL.
El sistema sobre población desplazada por la violencia, RUT, ha sido
construido con base en
la encuesta Módulo de Emergencia, diseñada y
aplicada por la Sección de Movilidad Humana del Secretariado Nacional de
Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia. La información
recolectada por este sistema se relaciona con los siguientes aspectos:
11
a. Ubicación actual de la población desplazada. Se relaciona con los sitios
o municipios receptores así como las diócesis, comunidades y
parroquias, además del municipio y del departamento.
b. Información sobre la composición de la población desplazada en función
de las etnias, grupos a los que pertenecen, y lugares de los cuales han
sido expulsados.
c. Formas de tenencia de la tierra. Pero además de la modalidad de
tenencia de la tierra, registra información sobre extensión de las tierras
abandonadas.
d. Ayuda recibida por los desplazados, así como registro de las
organizaciones que la han brindado y las necesidades actuales de la
población.
e. Estructura del grupo familiar. Incluye tamaño de las familias, parentesco
con el jefe o la jefa de familia, estado civil, grado de escolaridad,
asistencia escolar actual y anterior, edad y género.
f. Aspectos laborales. Incluye el registro de la ocupación actual y anterior
de las personas desplazadas.
g. Morbilidad, discapacidades y número de embarazos.
12
h. Principales actores causantes del desplazamiento.
i. Principales aspiraciones de la población desplazada.
En cuanto a cobertura espacial en el departamento de Bolívar, cuya capital es
Cartagena, el sistema de operación del RUT se circunscribe a la jurisdicción de
la arquidiócesis de Cartagena, la cual se extiende hasta el municipio de El
Carmen de Bolívar. El sistema RUT funciona en la captura de información
sobre población desplazada, a partir de las parroquias y con el soporte del
secretariado de Pastoral Social.
Cronológicamente, el RUT inició actividades en 1996 bajo la Pastoral Social de
la arquidiócesis. Tiene como logro el haber realizado, entre 1996 y 1998, la
primera cuantificación de la población desplazada “residente en el Distrito”,
población que estimó en 35.000 personas, en más de 10 barrios o
asentamientos de la ciudad. Para junio del 2000 hizo una segunda medición
que registró como cifra total 41.300 personas en esa situación (veáse cuadro
2).
Cuadro 2
D A T O S S IS T E M A R U T P A S T O R A L S O C IA L
4 2 .0 0 0
4 1 .3 6 0 p e r
4 0 .0 0 0
P O B L A C IO N
3 8 .0 0 0
3 6 .0 0 0
3 5 .0 0 0 p e r
3 4 .0 0 0
3 2 .0 0 0
3 0 .0 0 0
P e r io d o 1 9 9 6 - 1 9 9 8
P e r io d o 1 9 9 8 - 2 0 0 0 ( J u n io )
P E R IO D O S
T O T A L P O B L A C IO N D E S P L A Z A D A
13
Por último, otro dato relevante registrado por el RUT fue que los bolivarenses
abandonaron, por intimidaciones, 152.294 hectáreas durante el periodo
estudiado, constatando que el desplazamiento deviene en un mecanismo
anómalo de apropiación de la tierra, al propiciar la recomposición o
reorganización brusca de los espacios de poder locales y regionales, dejando a
los desplazados expuestos a formas extremas de marginalización.
3.2.
SISTEMA ÚNICO DE REGISTRO “SUR” DE LA RED DE
SOLIDARIDAD SOCIAL6.
Los datos del registro se toman a partir de 1995, cuando se formula el
documento CONPES 2804 que se constituye en el documento por el cual el
Estado Colombiano reconoce la responsabilidad de diseñar las políticas
públicas que garanticen la atención integral a la población desplazada y la
protección de sus derechos. En ese sentido, la base de datos del Sistema
Único de Registro da cuenta de las personas que rinden su declaración ante
las autoridades competentes para ello (Personerías municipales o
distritales, Procuraduría, Defensoría del Pueblo y despachos judiciales). Es
de señalar cómo debido a la inexistencia de un formato único para la toma
de declaración y a la diversidad de concepciones en los procedimientos
para la misma, mucha información tomada desde 1995 venía incompleta, lo
6
A continuación se hace una breve reseña del funcionamiento del Sistema Único de
Registro de la Red de Solidaridad Social con base en la información oficial y de
documentos elaborados por la misma entidad.
14
que hace que muchas variables no presenten los datos esperados: "Sin
Información".
Hasta el año de 1999 la Dirección General para los Derechos Humanos del
Ministerio del Interior tuvo a su cargo el manejo del registro de población
desplazada. A partir del año 2000 se comienza a tomar de manera detallada
la información de los desplazamientos masivos y se implementan los
procedimientos para alimentar la información diferenciándola de los
desplazamientos individuales. En Abril del 2001 se pone en funcionamiento
el Sistema Único de Registro a nivel nacional y se implementan los
procedimientos. En la misma época se distribuyen los formatos de
declaración, valoración, caracterización y seguimiento, que permiten la
unificación de criterios para la captura de la información. Además, con el fin
de proteger el derecho a la vida, a la intimidad, a la honra y los bienes de
los inscritos, la información contenida en el Registro Único de Población
Desplazada es confidencial, de conformidad con lo establecido en el Art. 15
del decreto 2569 de 2000. De allí que La Red de Solidaridad Social, por
delegación de funciones de la Dirección General para los Derechos
Humanos del Ministerio del Interior, y mediante resolución 02045 del 17 de
Octubre de 2000, asume la inscripción de que trata el numeral 2º del
artículo 32 de la Ley 387 de 1997.
Con base en lo anterior el Sistema SUR opera en Cartagena de Indias
desde el año 2001, y muestra, con corte a Agosto 31 de 2005, un total de
27.529 hogares (120.924 personas) recibidos en las distintas cabeceras del
territorio bolivarense. Por contraste, el número de hogares calificados como
15
expulsados es de 37.925 (172. 394 personas). Eso significa que el
departamento de Bolívar tiene un saldo migratorio negativo, pues 41.270
no llegan siquiera a las cabeceras municipales. Pero, ¿cómo se distribuye la
población desplazada que se queda en el departamento?
Los centros urbanos con mayor recepción de población desplazada son en
su orden: el Distrito de Cartagena, con 37.000 nuevos residentes,
El
Carmen de Bolívar con 26.984, Magangué con 12.181, y Marialabaja con
6.325. En el caso de El Carmen de Bolívar, ha sido alarmante ver cómo la
infraestructura económica, social y de provisión de servicios públicos ha
colapsado ante el crecimiento súbito y constante de la población en la
última década. De hecho la población receptora reseñada en El Carmen
equivale al 80% de la población llegada al Distrito de Cartagena.
BALANCE
DE
LOS
SISTEMAS
DE
INFORMACIÓN
SOBRE
LA
POBLACIÓN DESPLAZADA.
Sin negar la importancia de estos sistemas de información que cuantifican
las variables del desplazamiento forzado, podemos afirmar que su
operación no garantiza la confiabilidad necesaria para una adecuada
asignación de recursos. Más allá de una coincidencia entre los tres
sistemas de medición reseñados (en un rango de error que ubica el número
de desplazados entre 38.000 y 40.000 en 2005), está claro que la población
total de desplazados en el Distrito de Cartagena superaba ya en el 2001
las 41.000 personas que en el 2005 registra el SUR de la Red de
Solidaridad Social; y que en ese momento el RUT de la Conferencia
16
Episcopal ya reseñaba. Las siguientes constataciones explicarían dónde se
presentan las fallas:
Este desfase podría deberse a que los sistemas mencionados no tienen en
cuenta las particularidades del proceso de desplazamiento que inciden para
que una franja importante de la población no se registre como tal7. La
prioridad por la seguridad obliga a los desplazados al auto-ocultamiento. El
factor crucial de la estigmatización y discriminación que afecta a estas
personas, por el solo hecho de provenir de zonas de guerra hace natural
que quieran evitar cualquier supuesta vinculación con alguno de los actores
armados. Esto conduce a que en gran parte de los casos, las víctimas no se
interesen en hacer pública su condición de desplazadas.
También la persistencia de retrasos en la inclusión en el Registro Únicolimitan la confiabilidad de las cifras. Vemos que cuando se inició el proceso
de declaraciones y registro en la ciudad, no hubo un aprendizaje
pedagógico de parte de las instancias definidas para ello8. Como
consecuencia, muchas de las personas que declararon ante el ministerio
público, no fueron incluidas en el registro. Incluso hoy día tuvieron que ser
reconstruidas muchas declaraciones tomadas por la UAO y la misma Red
de Solidaridad Social.
Otro factor no tenido en cuenta es la movilidad muchas veces reiterada de
la población ya desplazada. La ausencia de un subsistema de seguimiento
Esta discrepancia es la que María T Uribe (2001) denominó como la “Cifra Gris del
desplazamiento”. El desplazamiento forzado en Antioquia. Vol.0, pagina 35.
8
. En entrevistas con funcionarios participantes, en agosto 2005, los mismos reconocen las
falencias en que se incurren al momento de recepcionar las declaraciones y posterior registro.
7
17
y/o monitoreo a la población que se registra, en términos de conocer si
retorna por sus propios medios a su lugar de morada, se reubica en otra
ciudad, o en otro barrio de Cartagena, va a incidir notoriamente para que
hoy no se esté dando cumplimiento a la sentencia T-025 de la corte
constitucional, pues no hay bases de datos coherentes y consistentes9.
En resumen, la no consideración de todos estos factores, genera
distorsiones en la cuantificación y, en consecuencia, produce una limitada
efectividad en la asignación de los recursos para las víctimas del
desplazamiento forzado en el Distrito de Cartagena.
Finalmente, debemos agregar que a raíz de la sentencia de la Corte
Constitucional se ha incrementado sustancialmente el proceso de
declaración y posterior registro en el SUR. Esto podría explicar el promedio
actual de recepción de 25 y 30 declaraciones diarias en el último año.
Corroborando nuestra posición, allí se confirma que la mayor parte de la
población tenía más de tres (3) años de haber llegado a la ciudad. Más aún,
esa tendencia nos permite postular que, al finalizar el 2005 la ciudad pudo
haber recibido entre 3000 y 3500 familias desplazadas como “nuevos
residentes”.
9
Un ejemplo a nivel nacional: en el año 2005, la Red de Solidaridad Social le asignó $ 80 mil
millones al programa Familias en Acción para la entrega de subsidios de educación y nutrición
a población desplazada en 15 centros urbanos mayores de 100.000 habitantes. (en la costa se
incluyen Sincelejo, Montería, Valledupar, Barraquilla y Santa Marta entre otros). La sorpresa es
que tan solo se logra inscribir como beneficiarios al 40% de la población registrada en el SUR,
es decir que el restante 60% no apareció!, lo cual es una muestra fehaciente de las falencias
del Sistema Único de registro de la red de solidaridad social.
18
4.
POLÍTICA PÚBLICA PARA ATENCIÓN AL DESPLAZAMIENTO
FORZADO EN EL DISTRITO DE CARTAGENA.
La política pública para los desplazados en el distrito de Cartagena, está
soportada en los artículos 4 y 7 de la ley 387, en donde se especifica la
creación del Sistema de Atención Integral a la Población Desplazada, y la
constitución de los Comités Departamentales, Distritales y Municipales, para la
coordinación y ejecución de la política pública en su jurisdicción.
Previo al estudio y análisis de la puesta en marcha de la política pública en el
distrito de Cartagena, es necesario describir la localización de la población que
llega como desplazada en el distrito en la última década. También, haremos en
este apartado una caracterización social, económica, cultural de ésta
población, utilizando las bases de datos tanto de la conferencia episcopal RUT,
como el SUR de la red de solidaridad social, no obstante las restricciones ya
señaladas al respecto.
4.1 Localización de la población desplazada en el Distrito de
Cartagena.
Tal como se observa en la gráfica adjunta (cuadro 3), la población
desplazada se ubica principalmente en los barrios El Pozón con un 25%,
Nelson Mandela, con el 11%; Olaya Herrera con el 13% , Vistahermosa el
9% , San José de los Campanos 5%, Pasacaballos 2%, Bosque 4%, y La
Esperanza el 2% .
19
Al comparar los nuevos asentamientos de la población desplazada en los
últimos 5 años, se aprecia cómo el barrio El Pozón se convierte en el
principal asentamiento de los desarraigados por el conflicto, superando al
barrio Nelson Mandela que fuera hasta ese momento identificado como el
principal lugar con este tipo de asentamientos en Cartagena. Al Pozón, le
sigue el barrio Olaya Herrera; incluso se observa la formación de
asentamientos de desplazados en barrios como Vistahermosa, el Bosque y
Boston.
BARRIOS RECEPTORES
86
90
NELSON MANDELA
80
POZON
V. HERMOSA
70
BOSTON
60
2 DE NOV.
50
40
37
30
20
10
0
OLAYA
43
LOMA FRESCA
SAN. FERN
31 30
18
ESPERANZA
24 26
SAN. PEDRO. M.
14
18
9
PASACABA.
SAN. JOSE DE CAM.
4
1
BOSQUE
CUADRO 3
Este nuevo mapa de localización de los desplazados en el distrito, podría
deberse a la aparición del fenómeno del “desplazamiento intraurbano”.
Fenómeno aparentemente motivado por problemas de seguridad como el
asesinato de varios dirigentes de organizaciones populares y, en particular, de
20
desplazados debido a la irrupción de milicianos de los actores armados en los
sectores periféricos de Cartagena. Sin descartar estas muy posibles causas,
también debe considerarse como motivador del desplazamiento intraurbano, la
necesidad que tienen de ubicarse en barrios donde sean más viables la
generación de ingresos y el acceso a más oportunidades de bienestar para
sus familias.
4.2 Características de la población desplazada asentada en el Distrito
de Cartagena.
En cuanto a la composición por género, el 51% de los desplazados (18.
870) son hombres y el 49% (18. 130) son mujeres.
Del total de hogares (8.770), se estima que el 45% tiene jefatura femenina y
4.823 (el 55%) tiene jefatura masculina. Esta situación de las mujeres
desplazadas es particularmente alarmante, sobre todo si tenemos en
cuenta que en el país el promedio de hogares con jefatura femenina es de
24%. Estas mujeres, con escaso nivel de escolaridad y poca o nula
experiencia laboral, se ven obligadas a asumir la responsabilidad de la
sobrevivencia de sus familias, en condiciones sociales y culturales mucho
más desiguales respecto a los hombres y las mujeres no desplazadas.
Agréguese a lo anterior el hecho de que la generalidad de las familias de
las que están a cargo no se reduce a la familia nuclear, e incluye a los
abuelo(a)s y a otros familiares.
21
En cuanto a la edad, 39 % (14.430) de esta población está compuesta por
menores. Este incremento del desplazamiento sobre niños y jóvenes estaá
relacionado, sin duda, con la presión que ejercen los actores armados para
vincularlos de manera forzada a sus filas. De hecho, en algunas
declaraciones ante el ministerio público muchas familias argumentan como
causa de su desplazamiento el reclutamiento forzado de sus hijas menores
de edad.
La composición étnica de la población llegada es mayoritariamente mestiza,
65% (24.050). La población afrodescendiente representa el 19% (7.030); en
general éstos últimos arribaron desde comunidades ubicadas en el Urabá
chocoano y antioqueño. En cuanto a población indígena, es del 2% (745
personas)
En relación a la demanda de atención y prestación de servicios, se
reconoce que más del 60 % de la población llegada a la ciudad no accede a
la atención de emergencia. En materia de Salud y Educación es evidente
que la mayoría de esta población no accede a ellos. El RUT de la Pastoral
Social estimaba en el 2003, en más de 12.000 los niños, niñas y jóvenes
por fuera del sistema educativo distrital; finalmente en salud más del 80%
de los desplazados esta por fuera del sistema de seguridad social vigente.
La población llegada al distrito es muy deficiente en su desarrollo
organizacional, lo cual limita su capacidad de interlocución ante los
ejecutores de la política pública y obstaculiza la reivindicación efectiva de
22
sus derechos. A pesar de ello, es de significar los esfuerzos organizativos
de ANDAS (asociación nacional de desplazados), de las organizaciones de
los desplazados provenientes de comunidades del Urabá antioqueño y
chocoano, y mas recientemente de miembros de las comunidades
desplazadas de los Montes de María. Los afrodescendientes e indígenas
han alcanzado valiosos logros organizativos, sobre todo este último grupo
étnico, que ha creado su propio cabildo en la zona rural del Distrito.
Después de esta contextualización pasamos al análisis de la política pública
para la atención al desplazamiento forzado en el distrito de Cartagena
4.3 Descripción y evaluación de la Unidad de Atención y Orientación a la
Población Desplazada (UAO).
En Cartagena, la Unidad de Atención y Orientación –UAO- inició funciones en
el mes de septiembre de 2002. Es un espacio físico donde las entidades que
hacen parte del Sistema de Atención a Población Desplazada en Cartagena y
el departamento de Bolívar, brindan orientación, información y servicios
dirigidos exclusivamente a la población en situación de desplazamiento,
facilitando también acceso de los desplazados a los mencionados servicios
institucionales.
Como principales integrantes de la UAO constan la Alcaldía Mayor y el
Gobierno Departamental con sus distintas dependencias (DADIS, DASALUD,
Secretaría de Educación, Participación Social, Gobierno). Además se incluyen:
•
Representantes de la Delegación de la Red de Solidaridad Social.
23
•
Delegados del Ministerio Público: Personerías, Procuradurías y
Defensoría.
•
Despachos judiciales.
•
Organismos
humanitarios,
ONGs
operadoras
de
atención
humanitaria de la Red de Solidaridad Social, como la corporación
Minuto de Dios.
•
Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-.
•
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
•
Banco Agrario.
•
Cajas de Compensación.
•
INCODER.
Dentro de las acciones y servicios de carácter esencial que ofrece la Unidad de
Atención y Orientación se precisan entre otros:
•
Orientación sobre derechos y deberes de la población en condición de
desplazamiento.
•
Información acerca de los procedimientos de acceso a los servicios
estatales locales.
•
Recepción de las declaraciones de los hechos que generaron el
desplazamiento.
•
Notificaciones e información sobre inclusiones o no en el Sistema
Único de Registro.
•
Atención psicosocial individual o familiar.
•
Remisión o vinculación directa de los menores a programas de
protección, recuperación nutricional y cuidado.
24
•
Información y apoyo para retornos y reubicaciones.
•
Actividades Culturales y recreativas.
Evaluación del desempeño de la UAO
Se puede decir que en general este organismo funciona a “medias”. Su aspecto
negativo más relevante lo constituye su limitado personal de apoyo, pues tan
solo 5-6 funcionarios hacen presencia permanente (atención de lunes a jueves
para recepción de declaraciones). Estos funcionarios pertenecen a la Red de
Solidaridad Social, Personería, Defensoría y la Secretaria de Participación
Social. No hay presencia de las secretarías distritales de salud y educación, ni
de la procuraduría. El ICBF hace presencia a través de la Unidad Móvil de
atención a los desplazados, el SENA viene impulsando cursos y talleres de
capacitación para los procesos de estabilización socioeconómica.
Otro aspecto negativo es que la UAO no incluye como parte de sus servicios la
asistencia jurídica, elemento clave para su actividad, teniendo en cuenta las
diversas implicaciones legales del tipo de problema con el que trata. Así
mismo, la UAO presenta debilidades en cuanto a procedimientos que faciliten
el acceso de los desplazados a los servicios de salud (en particular a la salud
sexual y reproductiva para las mujeres y los jóvenes), y por si fuera poco,
carece de programas de estabilización socioeconómica y de vivienda.
Por otra parte, la capacidad de gestión institucional para la cual fue diseñada la
UAO en realidad se circunscribe a la toma de declaraciones, su valoración y
posterior remisión a la ONG operadora para la fase de atención de emergencia.
Actualmente se viene recibiendo un promedio entre 25 y 30 declaraciones
25
diarias, se evidencian restricciones y demoras10 ante la afluencia de población
víctima del desplazamiento forzado; de acuerdo con la capacidad operativa
existente se vienen utilizando los 15 días previstos en la normatividad para la
declaración, valoración, e incorporación en el registro único de población
desplazada.
Todo lo anterior nos lleva a preguntar ¿cómo podría funcionar adecuadamente
el Sistema Distrital de Atención Integral a la Población Desplazada, si la
entidad encargada de coordinar los lineamientos básicos del mismo tiene tan
graves falencias? De entrada se nos revela que lo común será el
incumplimiento, tanto en presencia institucional, como en asignación de
recursos, de las entidades gubernamentales que tienen responsabilidad en la
atención del fenómeno, lo que también permite cuestionar la capacidad de
maniobra en el desarrollo y ejecución de políticas públicas eficaces por parte
de dichas entidades.
4 .4 ATENCION HUMANITARIA DE EMERGENCIA
Una vez producido el desplazamiento forzado de hogares y personas, el
Estado asume la responsabilidad de asistir y socorrer a la población afectada
en la satisfacción de sus necesidades básicas. Para tal efecto, el Estado
colombiano
ha
desarrollado
un
programa
de
denominado “ Atención Humanitaria de Emergencia”
asistencia
humanitaria
encaminado a brindar
apoyo alimentario y no alimentario a los desplazados, Esta AHE fue
implementada para proporcionar a los desplazados la subsistencia mínima al
proveerlos con alimentación, manejo de abastecimientos, aseo personal,
10
En visita realizada a la UAO se constata como la tramitomanía en la recepción de las
declaraciones afecta a las victimas del desplazamiento forzado.
26
alojamiento temporal y atención médica y sicológica. Adicionalmente, la AHE
brinda orientación a la población sobre la carta de derechos y los
procedimientos para acceder a los servicios estatales, entre otros asuntos
institucionales11. El programa se ha estructurado a través de un esquema
nacional y territorial de atención, que se desarrolla mediante diversos
mecanismos implementados de manera directa por parte de la entidad, o a
través de alianzas de cooperación con organismos humanitarios y con las
autoridades territoriales. En el caso de Cartagena, se han suscrito convenios
para la atención con ONGS como la Pastoral Social y la Corporación Minuto de
Dios. En el cuadro número cuatro se describen los gastos y recursos utilizados
para esta finalidad.
INVERSION REALIZADA POR LA RSS
EMERGENCIA HUMANITARIA EN CARTAGENA.
APORTE
HOGARES
AÑO
RSS
BENEFICIADOS
OPERADOR/EJECUTOR
1.950 Hogares
Pastoral Social
Junio 2000 $ 699.776.000 (Mercados)
– 2001
$ 24.240.679
2002 - 2003 $ 388.524.732 865 (Arriendos)
2004
300 (Arriendos)
518 (Asistencia
alimentaria) 60
(Arriendo 2005
Habitabilidad Convenio $ 754.000.000
Atención
RSS -CHF
psicológica Atención
urgencias)
$
SUBTOTAL
3.693
1.866.541.411
Minuto de Dios
Pastoral Social
Minuto de Dios
CUADRO 4
11
Guía de Atención Integral a la Población desplazada por la violencia. RSS-ACNUR.
27
EVALUACIÒN DE LA ATENCIÒN HUMANITARIA DE EMERGENCIA.
De acuerdo con la información obtenida y con base en el cuadro resumen
elaborado, las acciones en materia de AHE muestran los siguientes resultados:
- El total de recursos invertidos por la Red de Solidaridad Social asciende a $
1.866.541.411, logrando cobijar a 3.693 familias de las registradas en el SUR.
En este punto, es de resaltar que las ONG operadoras, afortunadamente, han
logrado establecer unos parámetros y/o protocolos de calidad en la atención,
elementos que le generan un valor agregado al proceso. Gracias a ello, hoy el
paquete de emergencia humanitaria incluye asistencia alimenticia, arriendo,
atención psicosocial, e incentivos para la generación de ingresos.
- A la fecha, 4.908 familias no se han beneficiado de la Atención de
Emergencia. Eso significa que se ha logrado una cobertura de apenas el
39% de la población registrada en el SUR. Con base en las cifras obtenidas,
observamos que los recursos invertidos en esta fase alcanzan un promedio de
solo $ 694.650 por familia. Además, se debe decir que obligada por el mandato
de la sentencia de la corte constitucional, en 2004 la RSS entregó 1500
mercados de manera directa, y como complemento, a familias que nunca
habían sido atendidas; en el 2005 los mercados fueron 1.000.
28
- La discontinuidad temporal en la operación de los convenios, limita la
capacidad de respuesta ante las demandas de la población desplazada: por un
lado cada convenio tiene vigencia por solo tres o seis meses, por otro, el lapso
entre la liquidación y renovación de los mismos puede demorar entre dos o tres
meses más. Todo esto hace que la oportunidad para acceder a las ayudas de
emergencia esté marcada por la incertidumbre.
- La mayoría de los beneficiarios de la ayuda de emergencia la recibe, en
promedio, únicamente entre 3 y 5 meses después de haber sido incluidos en el
registro de la Red de Solidaridad Social.
- Las inconsistencias y deficiencias del SUR afectan de manera grave la fase
de emergencia. Por ejemplo, en el año 2004, en el convenio suscrito entre la
corporación Minuto de Dios y la RSS, el 60% de las familias registradas como
desplazadas no aparecieron para recibir la ayuda. La corporación se vio
entonces obligada a buscar familias desplazadas ubicadas en municipios
cercanos a Cartagena (Turbaco, Arjona y Carmen de Bolívar).
- La cooperación internacional ha venido cumpliendo un papel ejemplarizante
en cuanto a la ayuda de emergencia a la población desplazada. Gracias a la
alianza entre la corporación Minuto de Dios y la CHF (Cooperative Housing
Foundation) se logró brindar atención a 1.729 familias, con $ I.210 millones,
desde junio del año 2001 hasta julio de 2005. La ayuda consistió
específicamente en suministro de alimentación y atención psicosocial. El
cuadro número cinco resume las actividades desarrolladas:
29
CUADRO 5
-En igual sentido, habría de resaltar las acciones de emergencia realizadas en
el marco del segundo Plan Global del departamento de ayuda humanitaria de la
comunidad europea ECHO. Estas actividades se desarrollaron en el barrio
Nelson Mandela, a través de la organización Movimiento por la Paz, el
Desarme y la Libertad (MPDL) durante los años 1998-2000; la entrega de
alimentos, atención sicosocial y capacitación en desarrollo comunitario fueron
sus aportes.
En conclusión, podemos decir que a pesar de los avances en la atención de
emergencia a través de AHE es patente (en este caso del Estado) la
vulneración del derecho fundamental a la “seguridad alimentaria” en la
población desplazada. En la fase de urgencia – es decir 72 horas después de
la huida de su lugar de residencia-, el suministro de alimentos no ésta
asegurado por el Estado, y la tragedia no es mayor porque en esta fase se ven
obligados a substituirlo las ONG, las iglesias, el CICR, y otros entes no
gubernamentales.
30
Por si fuera poco, a la baja cobertura en términos de población del sistema de
emergencia en el SUR, se le suma el hecho de que en la supuesta fase de
estabilización socioeconómica, entre el segundo y tercer año, sucede lo
contrario, pues las familias enfrentan los mayores niveles de empobrecimiento
y crisis alimentaria12 (Mónica Trujillo: 2001).
Otra debilidad importante la encontramos en que, ni la RSS ni las ONG
operadoras, tienen un sistema de información que contemple la evolución
antropométrica de la población atendida. Es decir, no hay un seguimiento
permanente al peso, talla, perímetro cefálico y estado nutricional (sobre todo en
los niñ@s) que posibilite un análisis pormenorizado para la toma y rectificación
de decisiones en el tema de la calidad de la ayuda alimentaria brindada.
Queremos cerrar este apartado con una valoración sobre lo que creemos, con
Richard Nordgren13, que debería ser la “acción humanitaria“, en un contexto de
guerra o conflicto armado como el colombiano: La acción humanitaria por más
técnica que pretenda ser y por más experta que sea en el manejo de
estándares reconocidos, si no está ligada a una noción integral de
reconstrucción de la capacidad de las poblaciones afectadas, corre el riesgo de
ser un instrumento de satisfacción de algunas necesidades, sin aportar a la
esencia de las razones del conflicto y, por lo mismo, a soluciones duraderas
(en mi opinión es lo que está sucediendo en el distrito). Luego en consecuencia
12
Mónica Trujillo. PMA. Mayo 2001. Evaluación de las necesidades alimentarías de la
población desplazada.
13
Richard Nordgren. Marzo 2003, pagina 327. Contenidos y Dilemas de la acción humanitaria.
Memorias del II seminario internacional. Desplazamiento: Implicaciones y retos para la
gobernabilidad, la democracia y los Derechos Humanos.
31
Nordgren (representante en Colombia de Project Counselling Service 2001),
plantea que “la acción humanitaria y la protección adquieren una
dimensión integral que hace referencia a la respuesta a las necesidades
como la protección de derechos, el empoderamiento de sujetos sociales,
la reconstrucción integral y sostenible y el aporte a la construcción de
una cultura democrática basada en la tramitación pacifica y negociada de
los conflictos”.
4.5. ATENCIÓN SICOSOCIAL.
Dada la ocurrencia de trauma múltiple, y de diferentes tipos de estrés -el que
origina el desplazamiento, el de la huida en sí misma y el del asentamiento en
un lugar ajeno-, la atención sicosocial es definitiva para la salud mental de la
población desplazada (Ricardo Sánchez y Luis E Jaramillo.199914). A
continuación, se describen los hallazgos más relevantes que al respecto ha
hecho la corporación Minuto de Dios según su propio modelo que incluye un
autoreporte de síntomas recientes, un autoreporte familiar y un autoreporte
sicosocial. Cada uno a su vez dividido y registrado en tres etapas de
seguimiento, pues contempla el registro de los síntomas en el inicio, en la fase
intermedia y en la fase final de la atención sicosocial que dicha corporación
realizó con 35 familias atendidas en la fase de emergencia en el primer
semestre de 2005 en el distrito de Cartagena.
Las variables contempladas fueron: sueño, apetito, síntomas físicos, depresión
y ansiedad.
14
Ricardo Sánchez-Luis Eduardo Jaramillo. Revista Universitas. Enero-Junio 199, pagina 87.
Desplazados: Experiencias en Salud.
32
•
En la primera aplicación se vio una alta prevalencia de síntomas en los
integrantes de la muestra, lo que refleja el impacto emocional del
desplazamiento en los beneficiarios. De los 35 encuestados, 25 (71%)
no podían dormir con facilidad en la noche, 31 (89%) se despertaban
varias veces en la noche; 16 (46%) sintieron que habían perdido el
apetito y 22 (63%) reportaron pérdida de peso.
•
La presencia de dolencias físicas se presentó en 33 personas (94%)
mientras que 30 (86%) se preocupaban con mucha frecuencia por estas
molestias. Síntomas depresivos se presentaron en más de la mitad de la
muestra, 25 (68%) sentían desgano de vivir o tristeza, 20 (57%) tenían la
impresión de que su futuro era desesperanzador, 16 (46%) lloraban con
mucha frecuencia, 18 (51%) no podían tomar decisiones sin la ayuda de
alguien y 23 (66%) se levantaban en la mañana con más cansancio que
de costumbre.
•
El miedo o pánico repentino asaltaba a 22 (63%) beneficiarios, 23 (66%)
sentían temor por las cosas futuras y 20 (57%) se preocupaban tanto por
sus molestias físicas, que les resultaba difícil pensar en cualquier otra
cosa.
En la fase final, de los beneficiarios que al inicio manifestaron problemas para
conciliar el sueño, el 60% pudo dormir con facilidad. El 48% de quienes
padecían interrupción del sueño logró dormir en la noche sin despertarse varias
veces. Aunque la muestra mostró mejoría en todos los síntomas explorados,
33
solo 19% logró recuperar el apetito, mientras que 36% sintió que controló la
pérdida de peso. Las dolencias físicas (dolor de cabeza, nauseas, dolor en el
cuello, dolor en las piernas, etc.), y la preocupación frecuente que producían
en los beneficiarios, disminuyeron un 33% y 37% respectivamente.
La variable donde se observó mayor mejoría fue la depresión, 68% recuperó
las ganas de vivir, 55% recobró la esperanza en el futuro, 69% dejó de llorar
más de lo corriente, 33% logró tomar decisiones independientemente y 65%
pudo descansar mejor mientras dormía (se levantaba menos cansado). En
cuanto a las manifestaciones de ansiedad, 59% superó los episodios
repentinos de miedo o pánico, 39% perdió el temor por el futuro y en el 65%
disminuyó la preocupación por las molestias físicas.
De los resultados observados se infiere que la atención sicosocial desarrollada
en la fase IV del programa tuvo un efecto muy positivo en los aspectos más
“subjetivos”; por ejemplo hubo mejoría en aspectos relacionados con
depresión, ansiedad y conciliación del sueño. Sin embargo, en cuanto a los
síntomas más dependientes de factores socioeconómicos, como apetito y
dolencias físicas, el impacto de la ayuda sicosocial fue menor.
En cuanto al Autoreporte Familiar es importante resaltar entre otros puntos:
•
En relación con signos de unión familiar, se observa que las
“expresiones de cariño” eran frecuentes en el 57% de las familias en la
primera aplicación, en la tercera este porcentaje bajó a 46%. Entre tanto,
34
las expresiones de cariño “muy frecuentes” se incrementaron del 26% al
31%. El 71% de la muestra manifestó “colaboración entre los miembros
de la familia” de una manera frecuente en el primer reporte, dicho
porcentaje bajó a 37% en la tercera aplicación; pero subió de 17% a
49% la colaboración mutua muy frecuente entre los miembros de la
familia. El 57% de las familias en la primera aplicación manifestó que
ocasionalmente los miembros del hogar realizan actividades conjuntas;
este porcentaje se redujo a un 40% en la tercera aplicación.
Sobre la calidad de las relaciones, en la comunicación familiar el trato
respetuoso se incrementó de un 74% a un 89%. El 89% de las familias
solucionaban sus problemas dialogando. Las peleas verbales se redujeron en 5
puntos porcentuales (de 11% a 6%). En cuanto a las decisiones en familia, se
incrementó del 20% al 28% la toma de decisiones por parte de un solo padre.
En las respuesta de las familias a la encuesta se evidencia una sobrevaloración
de la unión y calidad de las relaciones familiares que se contrasta con las
observaciones hechas por el equipo sicosocial durante las visitas domiciliarias
y el trato diario con ellas.
En relación al
Autoreporte Social
tenemos los siguientes resultados: Se
observa que las relaciones con los vecinos actuales aunque nunca fueron
malas, tienden a mejorar de una manera notable. Las buenas relaciones con
los vecinos se incrementaron del 63% al 80%, las relaciones regulares bajaron
del 26% al 6%. En cuanto al interés en las actividades comunitarias, se
35
evidencia la no participación y la falta de interés por mejorar esta situación,
confirmando el hecho de que solo 5 personas terminaron perteneciendo a
algún grupo o asociación comunitaria o de desplazados.
En general, las familias desplazadas muestran dificultad para adaptarse al
nuevo entorno, mostrándose poco participativas en la solución de los
problemas de la comunidad y tienen poca motivación para asociarse; las
razones de éste comportamiento son las características de las comunidades
receptoras, donde existen problemas de hambre, vandalismo, prostitución,
contaminación, violencia, etc., a los cuales las familias desplazadas no estaban
acostumbrados. En otras palabras, la atención sicosocial influye en los cambios
en la salud mental de los afectados y es clave para la dinámica de
reconstrucción de su proyecto vital.
Un balance en la atención sicosocial nos muestra que a la inmensa mayoría de
las personas desplazadas incluidas en el SUR, el Estado no les ha garantizado
este servicio, tal como lo especifica la normatividad vigente. En efecto en las
acciones desarrolladas desde el año 2000 –convenio con Pastoral social- a las
familias a las que se les entregaba los mercados se les realizaba un taller
sobre los aspectos sicosociales; tanto los recursos asignados en el convenio,
(recuérdese qué el decreto 2569 de 2000 condiciona los recursos del SNAIPD
a la disponibilidad presupuestal )
como la capacidad logística limitaba la
atención sicosocial a esos talleres, y no era posible adelantar terapias
individuales y un monitoreo sobre la evolución de los afectados.
36
La alternativa posterior, consistente en que la atención sicosocial fuera
asumida por otras entidades estatales, como el ICBF y el Ministerio de la
Protección Social, o entidades no gubernamentales especializadas en el tema,
no resolvió nada. Al contrario,
“El dejar la prestación de la atención psicosocial a la discrecionalidad
o a la disponibilidad de los recursos de dichas organizaciones, ha
tenido como resultado una drástica disminución de la cobertura. Las
cifras del ICBF y del Ministerio de la Protección Social, reflejan una
cobertura mucho más baja que la de la atención prestada por la Red
de Solidaridad Social en los demás componentes”. (ACNUR 2004).
Por ejemplo, en el 2003 el ICBF prestó atención sicosocial a través de las
unidades móviles a 7.669 familias (38.345 personas) que corresponden al
28.5% de las familias atendidas con asistencia humanitaria de emergencia por
la Red de Solidaridad Social durante el mismo año (26.828 familias).
En el caso de Cartagena, la situación es mucho más dramática ante la carencia
de una infraestructura para la atención sicosocial en el estamento oficial-DADIS
y
la
ESE
Cartagena
de
Indias-,
no
obstante
las
competencias
y
responsabilidades que la normatividad le impone al Distrito. Y aunque el
tratamiento sicosocial es vital para la recuperación de las personas en situación
de desplazamiento, porque de su adecuado manejo dependen, entre otros
aspectos, el
alivio del impacto emocional de los hechos violentos en los
afectados, la disminución del sufrimiento emocional y la reconstrucción de
lazos familiares y sociales, desafortunadamente este proceso no se desarrolla
con la población desarraigada en Cartagena. Lo impiden el pesado lastre del
incumplimiento, la falta de voluntad política, y el desconocimiento sobre la
trascendencia de la salud mental para la convivencia ciudadana.
37
4.6.
ESTABILIZACIÓN SOCIOECONÓMICA Y /O RESTABLECIMIENTO.
La consolidación y estabilización socioeconómica de la población desplazada
en el distrito, se concibe a partir de la ley 387 de 1997 y los decretos 173 de
1998 y 2569 de 2000, en términos de “acciones y medidas de mediano y largo
plazo, con el propósito de generar condiciones de sostenibilidad social para la
población desplazada, en el marco del retorno voluntario o el reasentamiento
en otras zonas rurales o urbanas”. Revisando cómo ha sido la ejecución de
este aspecto de la política en el distrito y basados en las cifras del cuadro
adjunto, es posible hacer las observaciones que siguen.
En primer lugar, el monto de los recursos y proyectos en restablecimiento
desarrollados por la Red de Solidaridad Social en el distrito se estima en tan
solo $ 1.877. 590 por beneficiario, sin incluir costos de administración. Y en
total, la cifra es de $839.524.590, logrando vincular a unas 650 familias. Los
proyectos se han orientado a la creación de microempresas, negocios
individuales, y a la capacitación en el ciclo del negocio (administración,
contabilidad, mercadeo y control).
Es de reseñar la carencia de registros
estadísticos y de un sistema de información para el monitoreo de esos
proyectos, lo cual impide conocer hoy día los niveles de acumulación,
consolidación y sostenibilidad de los pequeños negocios de la población del
desplazado como agente económico autónomo.
38
Esta situación, no es diferente ni ajena a la descrita por ACNUR15 en su
Balance de Políticas Públicas 2004, en el sentido de “La brecha entre la
atención humanitaria de emergencia y la provisión de soluciones duraderas, es
hoy más grande que en el pasado en dos sentidos: i) la diferencia entre el
número de familias que reciben asistencia de emergencia y el número
(muchísimo menor) de quienes obtienen asistencia para su estabilización
socioeconómica tal como se constata en el distrito de Cartagena; ii) la
discontinuidad temporal entre la finalización de la asistencia de emergencia y la
iniciación de la provisión de ayuda para la estabilización.
A
ello
se
agrega
que
estos
proyectos
productivos,
orientados
al
restablecimiento de la población desplazada en el distrito, nunca se articularon
a estrategias de desarrollo local o regional, ni se insertaron en cadenas
productivas, ni en circuitos comerciales viables. Fueron proyectos o iniciativas
condenadas al fracaso económico y financiero, sin ver sus relaciones con una
economía globalizada y sujeta por completo a los vaivenes del mercado.
A continuación el cuadro resumen muestra los niveles de inversión alcanzados.
CUADRO 6
AÑO
INVERSIONES EN ESTABILIZACIÒN SOCIOECONOMICA.
POBLACIÓN
VALOR
ITEMS
BENEFICIADA
. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. ACNUR. Balance de la
Política Pública. 2004.
15
39
(PERSONAS)
2001
ATENCIÓN
PSICOSOCIAL
$ 200.000.000 100 Niños
20 Hogares-100 Niños
$ 200.000.000 Oficios Artísticos
(Barrio Nelson Mandela)
Enero
100 Hogares en San
2000/Junio RESTABLECIMIENTO
$ 175.518.000 José de los Campanos /
2001
Convenio PMA
50 Personas trabajo a su
$ 72.895.000
alcance
$ 43.971.000
$ 84.877.000 Corporación Familia en
2004
DONACIÓN
RED
$ 40.906.000 Actuar por Bolívar
$ 3.542.000 Banco de
Alimentos
PROGRAMA
$ 40.120.000
2005
$ 65.328.590
DONACIÓN
Corporación Reciclaje
$ 22.663.000 Asociación
Desplazados
TOTAL
$ 839.524.590
En palabras del informe de ACNUR “Esta circunstancia se ha visto agravada
durante los últimos dos años, debido a la notoria reducción de la provisión de
soluciones duraderas por parte del gobierno, en particular de aquellas referidas
a la generación de ingresos y empleo para la población internamente
desplazada. Como se verá, la única oferta en este sentido, ha sido el crédito
con cargo a la línea especial de Finagro para las personas en situación de
desplazamiento y a la línea especial de Bancoldex, sin mayores resultados. No
sobra recordar que el actual gobierno eliminó el “capital semilla “que se
otorgaba a las familias en los proyectos productivos en los procesos de retorno
o restablecimiento (en promedio era equivalente a 8 salarios mínimos
vigentes).
40
Es preocupante ver cómo las nuevas condiciones vía crédito FINAGRO (a
través del Banco Agrario), implican para la población desplazada un
endeudamiento del 100% y, adicionalmente, que el punto de equilibrio del
proyecto sea más difícil de alcanzar debido a los altos costos financieros. Aquí
es oportuno preguntarse dónde queda el concepto de Reparación de Pérdidas
y Restitución de Derechos, los mismos que se definen en los principios
Rectores del Plan Nacional de Atención a la Población Desplazada (decreto
250 de febrero 7 de 2005). Allí se precisa la necesidad de un Enfoque
Humanitario, Diferencial y Restitutivo. Eso significa, simple y llanamente, que
las acciones de la Red de Solidaridad Social están en abierta contradicción con
los principios que la sustentan legalmente.
En consecuencia con lo precedente, es importante considerar que la
generación de ingresos y oportunidades en la población desplazada, traducida
en la posibilidad de tener un empleo digno y acorde a las destrezas y
habilidades de la persona, es una condición esencial para el restablecimiento
de la población, pero igualmente es de las más complejas para llevar a cabo.
Esto último es sobre todo relevante en el contexto de los cambios introducidos
por el modelo económico neoclásico, en el marco de la globalización
económica, social, política y cultural que, en sociedades como la nuestra, ha
ocasionado una ruptura en la creación del empleo, derivando hacia la
informalidad económica y propiciando una precarización del mismo debido a
los altos costos en calidad de vida, en ingresos y sostenibilidad para la clase
trabajadora. Además, esta situación tiende a agravarse debido al advenimiento
41
del tratado de libre comercio con los Estados Unidos, a todas luces inequitativo
para la producción nacional.
ACCESO A LOS DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES.
Complementario en lo atinente a la generación de ingresos y oportunidades en
la fase de “restablecimiento”, es importante para nuestra investigación analizar
cómo la población desplazada en el distrito ha accedido a los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (DESC) en la perspectiva ya señalada, y
más aún con la sentencia T-025 de 2004, tal como se describe a continuación:
El derecho a la educación por parte de la población desplazada en el distrito,
tiene como bases además de la constitución política de 1991, la Ley General
de Educación y la ley 715 de 2001, los postulados emanados de la ley 387 de
1997, específicamente el decreto 2562 de 2001. Este último decreto plantea,
aparte de un modelo de aceleración del aprendizaje, una propuesta pedagógica
para estos ciudadanos; su propósito esencial es el desarrollo de procesos de
recuperación de los traumas sicosociales sufridos por los niños y jóvenes,
posibilitando su integración evitando tratos discriminatorios en su dinámica de
aprendizaje. El mencionado decreto establece responsabilidades definidas para
las secretarías de Educación Departamental y Distrital, especialmente la
formación de docentes que apliquen esa propuesta pedagógica.
Es evidente que la política pública pretende hacer viable el concepto de
“adaptabilidad”, bajo el supuesto de que la educación impartida en los centros
42
educativos públicos y privados, debe guardar los contenidos del proceso de
aprendizaje que mejor se adapten a los menores en términos de oportunidad y
pertinencia, advirtiendo su cultura, religión, etnia, género y limitaciones físicas.
Es decir, en términos de la satisfacción de sus necesidades básicas de
aprendizaje (Defensoría del Pueblo 2003)16. No obstante, al confrontar los
instrumentos de la política educativa y su aplicación en el distrito, los resultados
son desoladores y precarios:
- No se conoce un registro en la Secretaría de Educación Distrital sobre la
ubicación de l@s niñ@s y jóvenes desplazados en los centros educativos de la
ciudad, y se supone que la mayoría se localiza en las 33 escuelas comunitarias
que funcionan en los asentamientos en donde reside la población en situación
de desplazamiento. En estas escuelas no se ha desarrollado el modelo
pedagógico que contempla el decreto 2562/2001, tampoco la secretaría ha
capacitado a los docentes para ello; adicionalmente a los docentes de estas
escuelas no se les cancela sus sueldos oportunamente, y la dotación
pedagógica y sus instalaciones muestran deterioro y fragilidad para el normal
desenvolvimiento de sus actividades.
- Si bien el SENA ha venido efectuando procesos de capacitación desde el
2004 a la población desplazada, con la perspectiva de avanzar en su
restablecimiento, no se conocen programas especiales dirigidos a jóvenes
desplazados en transición de la secundaria a estudios técnicos o tecnológicos.
Esto implica mantener la ruptura del ciclo educativo, lo que en el futuro
4.
16
Evaluación de la Política Pública en Procesos de Restablecimiento de la Población
Desplazada desde un Enfoque de Derechos Humanos. Defensorìa del Pueblo. Bogota.
2003.
43
inmediato le significarán altos costos a la sociedad. Esto es así por que afecta
la movilidad intergeneracional, pues sus implicaciones van más allá de la
posibilidad de lograr una sociedad equitativa o más cohesionada, puesto que,
lo más importante, tiene incidencia negativa sobre la distribución del ingreso en
el largo plazo.
- Para el año 2003, el sistema RUT de la pastoral social estimaba en casi 12.
400 los cupos educativos requeridos para la niñez y juventud desplazada en la
ciudad, reflejando así la demanda por parte de éste segmento de la población.
En cuanto al derecho a la salud, el país, en la suscripción de muchos
instrumentos y convenios internacionales, ha contraído la obligación de
prestarlos bajo la universalidad e interdependencia de los Derechos Humanos.
Para las comunidades desplazadas, se parte del principio de “accesibilidad
“como elemento determinante para la realización del derecho, como un eje
transversal orientado a la no discriminación, es decir que toda persona tiene
derecho a gozar de la salud integral. (Defensoría del Pueblo 2003).
“Asequibilidad”, comprendida como la posibilidad que debe darse en términos
económicos para que la población logre incorporarse al sistema de salud de
manera efectiva, y goce de todos los beneficios a que tiene derecho.
Es incuestionable la precariedad que en materia de acceso a la salud antes,
durante y después del proceso de desplazamiento tiene la población,
asentada en el distrito de Cartagena. De hecho, desde el 2004 han venido
44
siendo atendidas, e incorporadas en el régimen subsidiado, solo unas 600
familias de las 8.770 registradas por la Red de Solidaridad Social.
Como limitantes adicionales surgen, por un lado, la prestación del servicio a
partir de un enfoque paliativo (sin desarrollo de los componentes básicos ni de
atención sicosocial); por otro, las múltiples trabas administrativas y burocráticas
en los diferentes niveles territoriales (Nación, Departamento–Distrito) que
impiden una clara definición de responsabilidades, no obstante la existencia de
diversas circulares y decretos del Ministerio de Protección al respecto. Además,
17
se da la ausencia de una adecuada regulación ante la proliferación de IPS
para la prestación del servicio de manera oportuna y pertinente.
En síntesis, el desempeño de la prestación del servicio de salud a la población
desplazada se encuentra en desacuerdo con su fundamento constitucional, el
artículo 13.2. Este artículo impone al Estado “la adopción de medidas a favor
de grupos discriminados o marginados como es el caso de la población
desplazada por la violencia”. (Defensoría del Pueblo 2003).
En cuanto al derecho a la vivienda, asociado a los ya descritos de salud y
educación, representa para el individuo y su familia la garantía de
consolidación de condiciones de calidad de vida. Es, como se sabe, un
componente fundamental porque concretiza el asentamiento, ayuda a construir
o fortalecer lazos sociales y de arraigo, brinda protección, abrigo, intimidad y
17
Evaluación de la Política Pública en Procesos de Restablecimiento de la Población
Desplazada desde un Enfoque de Derechos Humanos. Defensorìa del Pueblo. Bogota. 2003.
45
seguridad al hogar; además es el punto de referencia para la integración de los
miembros de la familia con su entorno inmediato. (Defensoria del Pueblo 2003).
El desplazamiento forzado en el país y el distrito, evidentemente vulnera el
derecho a elegir el sitio de residencia de los ciudadanos, de allí que el Estado,
como responsable de la vida, honra y bienes de los mismos está en la
obligatoriedad de garantizar y proteger el derecho a la vivienda amenazado ya
sea por desplazamientos masivos, por goteo o individuales.
Para cumplir ese mandato, el Estado colombiano ha diseñado varias normas o
decretos como el Conpes 3157 de 1999, el decreto 2620 de 2000 del Inurbe y
el decreto 951 de 2001 del Ministerio de Desarrollo Económico18. Si bien éste
último decreto legisla sobre los procedimientos para acceder a los subsidios, no
toma en cuenta la posibilidad de aceptación de los bienes inmuebles urbanos y
rurales abandonados por la población desplazada como aportes para el pago
de las nuevas viviendas. Tampoco crea mecanismos viables de acceso al
crédito para adquirirlas. (Defensoría del Pueblo 2003).
En el Distrito de Cartagena, esa normatividad ha sido por completo
desconocida en las diferentes entidades con responsabilidad sobre ello, desde
la Red de Solidaridad, hasta las demás que conforman el Comité Distrital de
Atención a la Población Desplazada-. Esto se traduce en que el Plan de
Ordenamiento Territorial, aprobado en el año 2001, no contempla la
determinación de áreas o usos del suelo para la localización de programas de
Este es un decreto reglamentario de la ley 387 de 1997, en lo atinente a la entrega de
subsidios para la población desplazada.
18
46
vivienda (al tenor del decreto 951 de 2001), con destino a los desplazados.
Actualmente, están a punto de perderse 400 subsidios –cada uno por
$8.000.000- del programa comfamiliar /comfenalco para vivienda, y cuyos
beneficiarios son desplazados, ante la inexistencia de un lote para la
construcción de las mismas.
4.7.
LA GESTIÓN PÚBLICA EN EL DISTRITO.
Los Comités Departamentales, Distritales y Municipales, desde la expedición
de la ley 387 de 1997 y su artículo número 7, se definen como uno de los
pilares del Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada
(SNAIPD). Estos Comités son concebidos como un espacio de concertación
interinstitucional donde, a partir de las directrices del Plan Nacional y el Plan
Integral Único de atención a la población desplazada, las entidades con
participación y responsabilidad al respecto, definen los proyectos que llevaran a
cabo en su gestión.
Al examinar el rol del Comité Distrital de Cartagena en la gestión pública para
la atención a los desplazados, se observa, durante el periodo considerado por
ésta investigación, un manejo informal en cuanto a sus funciones, clara
ausencia de voluntad política y, en algunos aspectos, negligencia a la hora de
asumir las responsabilidades emanadas de la normatividad vigente. A
continuación se describe cómo ha sido el desarrollo de este Comité local:
1. Aunque parezca insólito, no ha sido posible conocer el decreto o acto
administrativo por medio del cual la autoridad distrital conformó el Comité
47
acorde con disposiciones legales. Tampoco se conoce el mecanismo por medio
del cual se integran las diferentes comisiones de trabajo, con miras a lograr
mayores niveles de funcionalidad y capacidad de respuesta a las demandas de
la población objeto de su naturaleza.
Se reconoce como durante el año 2000 para efectos de su fortalecimiento, la
Red de Solidaridad Social designó un asesor cuya tarea era consolidar la
representación de las instituciones con asiento en el Comité, así como facilitar
la presencia y participación de las organizaciones sociales al interior del mismo
y, en últimas, realizar una “pedagogía” sobre la responsabilidad de cada una de
dichas organizaciones. El asesor también debía evaluar la capacidad de
coordinación y gestión de esos organismos en pro de la población en situación
de desplazamiento. Sin embargo en el año 2001, la Defensoría del pueblo tuvo
que amenazar con instaurar una tutela al alcalde de la época, para que citara al
comité con miras a afrontar la problemática del desplazamiento en ese
momento. En ese contexto de negligencia institucional, no sobra destacar que
la presión y reclamos constantes de representantes de organizaciones de
desplazados, han sido el soporte para ir constituyendo el Comité como tal. Sin
embargo,
esa
presión
reinvidicativa
de
los
desplazados
o
de
sus
representantes, no ha derivado en ningún momento hacia una participación de
los mismos en la toma de
las decisiones requeridas para solucionar sus
múltiples carencias.
2. En la actualidad, el Comité Distrital realiza su gestión mediante un esquema
desconcentrado, asignando responsabilidades y metas por una especie de
48
subcomité
para
atender
casos
de
emergencia,
estabilización
y/o
restablecimiento y demandas en vivienda, salud y educación. Pero, no obstante
los esfuerzos y las mejoras, todavía solo la mitad de las entidades con
responsabilidad en la atención del problema participa; además, las que
participan carecen de recursos financieros para adelantar proyectos y
actividades.
En resumen, la gestión institucional para la atención del desplazamiento
forzado en el distrito (incluyendo a la Red de Solidaridad Social) está signada
por una limitada capacidad operativa y gerencial. Esto se traduce en la
ausencia de Planes de Desarrollo (denominados ahora Planes Integrales
Únicos o PIU), como instrumento direccionadores y estratégicos en la atención
a la población desplazada.
Se puede decir, a partir de las constataciones anteriores, que la gestión pública
para atención a desplazados en la ciudad, presenta una diferencia abismal
entre el conjunto de decretos y reglas que constituyen su marco normativo, y la
instrumentalización y ejecución de las mismas. Se trata de una gestión estatal y
local cuya naturaleza parece ser la informalidad en los procesos de los que
debe ser responsable; y si a esa informalidad se le suma la arraigada práctica
del incumplimiento, entendemos el por qué la gestión de la institucionalidad
pública resulta deslegitimada.
Es inadmisible que -luego de 10 años de desplazamiento ininterrumpido hacia
Cartagena y 8 años de contar con un marco legal de protección como lo es el
49
SNAIPD-, no se haya logrado la elaboración de un plan de desarrollo
como carta de navegación para enfrentar este complejo fenómeno. A lo
anterior se agrega la carencia de Indicadores de Seguimiento y Evaluación de
la Gestión Institucional para efectos de generar procesos de mejoramiento
continuo. Si a las flagrantes deficiencias señaladas en la gestión institucional, le
agregamos las inconsistencias y limitantes del SUR, ¿cómo verificar si la
asignación de recursos para atender a los desplazados es la más adecuada y
garantiza el cumplimiento de las metas definidas?
4.8. EL DESPLAZAMIENTO COMO FENÓMENO INVISIBLE.
Es claro que las prioridades del actual gobierno nacional han estado orientadas
hacia tres ejes fundamentales. En primer lugar, profundizar el ajuste de las
finanzas públicas para efectos de cumplir el memorando suscrito en diciembre
del 2002 con el FMI, y cuyos resultados tres años después -luego de dos
reformas tributarias y de múltiples estrategias para reducir el gasto público-,
siguen evidenciando que tenemos unas finanzas en “cuidados intensivos”, con
un déficit fiscal consolidado equivalente al 2.5 del PIB, una deuda pública
interna cercana al 50% del PIB, y una deuda externa cercana a los U$ 32.000
Millones, en otras palabras el ajuste estructural sigue pendiente.
En segundo lugar, se ha considerado como esencial el rescate de la
gobernabilidad y la convivencia mediante una estrategia de seguridad
democrática cuyo soporte es la recuperación del territorio, basada a su vez en
una guerra integral al “terrorismo”, combinada con la estrategia de negociación
50
y desmovilización del paramilitarismo19 y de otros actores armados. Sin
embargo, los severos cuestionamientos- a nivel nacional e internacional- a la
reciente Ley de Justicia y Paz, así como la ausencia de una infraestructura
adecuada y efectiva para la reinserción de más de 20.000 combatientes,
reflejan la magnitud del reto que enfrenta el Estado y la sociedad colombiana
en los próximos lustros.
En tercer lugar, el gobierno nacional busca culminar el proceso de
internacionalización de la economía, mediante la firma de un tratado bilateral
con los EE.UU., negociación a todas luces inequitativa y desventajosa para la
economía nacional.
Como se ve, desde un principio el tema del Desplazamiento Forzado está por
fuera de la Agenda Pública y de los intereses del Gobierno. La afirmación
anterior se corrobora con el hecho de que, en la agenda pública establecida en
el plan de desarrollo Hacia un Estado Comunitario, el desplazamiento aparece
de manera tangencial. No obstante, es de significar que el Plan Nacional de
Desarrollo 2002-2006 caracteriza la situación del desplazamiento Interno
forzado como “el principal problema humanitario que experimenta Colombia
como consecuencia del conflicto armado interno”. Este fenómeno,
“por su magnitud y sus características… no sólo representa una de
las más graves violaciones a los derechos humanos, civiles y
políticos, sino que contribuye a incrementar las condiciones de
pobreza y vulnerabilidad de la población, al destruir las bases de la
organización social y a producir un deterioro del capital humano.
Esto último se da, en particular, como resultado de la caída de los
ingresos de los grupos afectados y del efecto que tiene el desarraigo
A finales del año 2005 se han desmovilizado 19.000 miembros de los paramilitares y han
desertado unas 8000 personas entre guerrilleros y paramilitares desde el 2002.
19
51
en su capacidad de agenciar su propio proyecto de vida. Los
hogares desplazados son altamente vulnerables. De cada 100, se
estima que 31 se encuentran en situación de pobreza extrema y 54
están en el umbral de la indigencia”. (ACNUR. 2004).
Es de señalar que en los más de 120 consejos comunales (considerados una
acción de gobierno para dar respuesta a los problemas con el concurso de la
ciudadanía) realizados por este gobierno a la fecha, el tema ha brillado por su
ausencia. Es más, recientemente el gobierno puso a discusión de la opinión
pública la propuesta “Colombia 2019”, y obviamente la palabra desplazamiento
no aparece por ningún lado. Pero hay que reconocer que este manejo del
problema es perfectamente coherente con el discurso oficial, que trata de
desconocer la existencia de un conflicto armado interno y, por lo tanto, las
normas del derecho internacional humanitario aplicadas a este.
En igual sentido es de relievar que el gobierno no ha logrado entender cuál es
el papel y naturaleza de la Organización de las Naciones Unidas en el contexto
del conflicto armado colombiano (cuya presencia es a solicitud del mismo
gobierno), mediante el rechazo reiterado a las recomendaciones que en
materia de derechos humanos viene efectuando la Oficina con sede en el país.
En cuanto al Distrito de Cartagena, el tratamiento del tema por parte los
diferentes actores sociales es muy similar al del gobierno nacional. Por
ejemplo, en los tres últimos planes de desarrollo distritales, el tema del
desplazamiento se asume desde la perspectiva de asignar recursos para una
población vulnerable, sin referencia explicita a los desplazados en las
52
estrategias, programas o proyectos de impacto que se diseñan para el
bienestar y calidad de vida de la ciudad.
Recurrentemente, se convocan en Cartagena ejercicios sobre prospectivas
para el desarrollo a mediano y largo plazo, tales como “Cartagena 2011” y
“Cartagena Competitiva”. En dichos ejercicios el tema del desplazamiento
forzado no existe como un problema que transversaliza el futuro desarrollo de
la ciudad. Ya antes habíamos reseñado que en el POT tampoco se menciona
el tema. El Concejo Distrital, en sus sesiones y audiencias con la ciudadanía
también omite abordar el problema, lo mismo sucede con el Consejo Gremial
de Bolívar (ente que agrupa a todos los gremios económicos y productivos del
Departamento y del Distrito). Y es que para los gremios, los temas objetos de
calidad de vida en la urbe se limitan a lo relacionado con impuestos, la
contratación pública, la seguridad en el sector turístico, las campañas contra la
corrupción y, obviamente, la cerrada defensa de sus intereses particulares.
En cuanto a la academia cartagenera, tampoco asume el papel que le
corresponde ante éste grave problema. En efecto, de acuerdo con la
investigación sobre el “Estado del Arte sobre desplazamiento Forzado” 1995200320, se reconoce que tan solo la Universidad de Cartagena y la Universidad
de San Buenaventura lo incorporan dentro de sus líneas y grupos de
investigación. El resto de universidades y centros de investigación tienen, al
parecer, otras prioridades. Además, en el reciente debate electoral los
candidatos a la alcaldía no incluyeron en su programa de gobierno a los
(Observatorio para el Desplazamiento Forzado y los Derechos Humanos. Facultad de
Ciencias Sociales y Educación. Universidad de Cartagena. 2003.
20
53
desplazados; situación entendible pues se trata de una población que no hace
parte del mercado electoral, pues muchos no cuentan con el documento de
identificación necesario para ejercer el derecho al voto.
54
5. CONCLUSIONES.
Las conclusiones se ubican en los diferentes niveles corresponsables de la
política pública y de los actores sociales allí presentes.
LA CIUDAD COMO RECEPTORA DE LOS DESPLAZADOS.
Al sopesar el rol y actitud asumida por la ciudadanía Cartagenera, es valido
concluir que en los últimos 10 años el panorama de las condiciones de la
población desplazada asentada en el distrito de Cartagena, nos muestra una
sociedad afectada por una lamentable “ética de la desigualdad y la exclusión
social”. Esto conlleva graves problemas de desintegración del orden social,
pérdida de lazos solidarios y crisis de legitimidad de las instituciones políticas.
En otras palabras, se asiste al progresivo derrumbe de un tipo de contrato
social,21 que alguna vez se consideró había sido logrado por entendimiento
entre grupos de la sociedad cartagenera, en particular entre las clases
privilegiadas -específicamente empresarios, dirigencia política y religiosa. A
modo de contraste, la carta política de 1991 define a Colombia como un Estado
Social de Derecho, luego entonces es pertinente citar el postulado de John
Rawls22, “en la construcción de la estructura de una sociedad democrática y
justa, basada en el respeto por el principio de la libertad (primer principio de
21
Bajo dicho pacto el concepto de Estado se asumió dentro del modelo liberal individualista.
Ese modelo liberal presupondría la construcción de la igualdad de oportunidades, posibilitando
el desarrollo de los planes de vida de los individuos sin afectar el ámbito privado de los otros
individuos, y teniendo como base la no interferencia en la vida íntima de los ciudadanos, pero
por lo que hemos visto a lo largo de este trabajo, la igualdad de oportunidades en Cartagena es
meramente una ilusión, dado que no todos los individuos están dotados de iguales
capacidades, facultades y dotaciones iniciales para desarrollar su plan de vida (ya se ha
evidenciado la pérdida de activos y derechos en los desplazados), lo que al final resulta en la
legitimación de un orden político en donde el ámbito de derechos de algunos es mayor con
respecto al de otros (Francisco Cortés Rodas 1998).
22
John Rawls. Teoría de la Justicia. Fondo de Cultura Económica, 1985.
55
Justicia), debe tener esa sociedad prelación para los más desaventajados (en
este caso los desplazados) y un fuerte énfasis en la desigualdad”. Esto al
parecer puede sonar utópico en la Cartagena de inicios del tercer milenio.
DERECHOS ECONOMICOS SOCIALES, ECONOMICOS Y CULTURALES
DE LA POBLACIÒN DESPLAZADA.
- Estamos en presencia de uno de los mayores costos que hacia el futuro va a
asumir la ciudad y la sociedad en general. Partiendo de las restricciones que
en el acceso a la educación y salud padece desde su llegada a la ciudad esta
población, los posibles costos en términos de igualdad de oportunidades y
realización de su proyecto de vida se determinan en que vamos a construir
“Una sociedad con limitada movilidad intergeneracional23, donde existe una alta
proporción de individuos con bajos niveles de escolaridad, tendremos una
reproducción de estos niveles a través del tiempo y, dado que la educación
está fuertemente asociada al ingreso (Mincer 1970), es probable que
prevalezca una distribución desigual del ingreso entre generaciones lo que,
junto con menores ritmos de productividad (debidos a los bajos niveles
educativos de la población), tendrá efectos negativos sobre el crecimiento
económico”.
En este punto traemos a colación un trabajo de Catherine Cartagena Pizarro (2004), “la
movilidad intergeneracional es entendida como la probabilidad neta de que los hijos superen el
nivel educativo alcanzado por sus padres. Se supone que los logros escolares no sólo
dependen de las capacidades individuales, sino del acceso efectivo a la educación debido a las
políticas educativas y a las condiciones familiares. El índice de movilidad educativa
intergeneracional (ascendente) –entendido como la probabilidad neta de que un hijo, tomado al
azar entre toda la población, supere la educación alcanzada por su padre”
23
56
- Otro indicador de gran relevancia e impacto sobre esta población es el
número promedio de años de estudio de los desplazados para el acceso al
mercado laboral24. En éste sentido la población desplazada sufre la ruptura del
ciclo educativo, múltiples traumas en lo sicosocial, y una alta deserción
escolar25, que permiten avizorar que está población difícilmente logrará
alcanzar el promedio de años de estudio existente y por ende alcanzar su
vinculación al mercado laboral.
- En cuanto a la salud- incluyendo el factor alimenticio y nutricional- es claro
que ejerce una gran influencia sobre la calidad de vida de las personas y sobre
sus capacidades para Ser y Hacer. En igual sentido, González (2000)
considera como uno de los factores intergeneracionales de reproducción de la
pobreza la desnutrición crónica y las restricciones alimenticias que padece la
población a lo largo de su vida. Imaginémonos cómo ha sido el comportamiento
nutricional del 60% de las familias desplazadas que no han tenido acceso a la
ayuda de emergencia, agregándole la imposibilidad de ser atendidos por el
sistema de salud distrital ante el surgimiento de cualquier enfermedad,
situación que nos muestra una población que difícilmente logra alcanzar la
esperanza de vida promedio del resto de colombianos.
Un reciente trabajo de Armando Montenegro y Rafael Rivas (2005) señala, como una gran
debilidad del sistema educativo nuestro, al número de años promedio que alcanza la fuerza
laboral en comparación con otros países. En efecto, actualmente cada colombiano estudia en
promedio algo más de nueve años; cuando países como Chile tienen un promedio de 11.3
años y las naciones desarrolladas al final de los 90 tenían mas de 10 años promedio de
educación.
25
se estima en un 30% de acuerdo con la investigación “Efectos económicos del
desplazamiento Forzado, en Bolívar, Antioquia y Valle. Escuela Latinoamericana de
Cooperación. Cartagena 2005.
24
57
LA POLITICA PÚBLICA EN EL CONTEXTO NACIONAL Y TERRITORIAL
- En materia de Políticas Públicas es preocupante la absoluta precariedad y
limitación que evidencia la atención a la población desplazada tanto en el
Distrito como a nivel nacional. Esta afirmación se sustenta en la escasa
tradición que tienen el Estado y sus agencias gubernamentales en la
formalización de políticas públicas. En el caso que nos ocupa, luego de ocho
años de vigencia de la ley 387 de 1997, el Sistema Nacional de Atención
Integral a la Población Desplazada SNAIPD, no ha tenido la capacidad de
gestión y direccionamiento requerida para cumplir con las responsabilidades
establecidas; en esa dinámica las instancias de decisión nacional, apenas si
vislumbran amagos de pasar de una política de gobierno a una política de
Estado. Luego entonces es valido el aporte de Harvey Rojas de Codhes
26
(2004), cuando considera que “ el montaje y operación de políticas públicas
requiere de compromisos e integración interinstitucional e intersectorial,
esfuerzos presupuéstales y mecanismos participativos de seguimiento y ajuste
de tal magnitud que convocan estructuralmente al Estado y a la sociedad, de
tal forma que esto sólo es posible a través de programas sostenibles de larga
duración, más allá incluso de propuestas gubernamentales y en consecuencia
requieren avanzar hacia políticas de Estado.”
- En igual sentido, es de reseñar que en el nivel territorial - aunque extensivo al
nivel nacional- se refleja en este balance lo inadecuado, disfuncional y
26
Harvey Rojas Suárez. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
ACNUR. Balance de la Política Pública. 2004.
58
complejo de la arquitectura institucional del Estado colombiano y del régimen
político, en lo que tiene que ver con la capacidad de respuesta a la
problemática del desplazamiento forzado. En efecto, la ausencia de planes de
gestión o desarrollo (lo que la red de solidaridad social denomina ahora Plan
Integral Único PIU), asociado a la carencia de documentos de análisis de
políticas públicas, de la coyuntura del fenómeno, de procesos de monitoreo, y
de la arraigada cultura del incumplimiento en los compromisos, denotan en
extremo la fragilidad institucional a nivel distrital para afrontar el problema.
Este contexto tiene su origen en el proceso de instrumentalizaciòn de la ley 387
de 1997 en cabeza de la Red de Solidaridad Social- que en el pasado reciente
es concebida como una entidad para el manejo de subsidios a la población
vulnerable. Es decir desde un principio no se observa coherencia y articulación
al momento de escoger a esta entidad, como la institución responsable y
coordinadora en la atención de los desplazados por el conflicto armado. En
concordancia con lo anterior, el colapso y fracaso de la atención, y la
consecuente tragedia humanitaria que padece la población desplazada era un
hecho previsto y anunciado.
59
6. RECOMENDACIONES.
- Este es el momento y la oportunidad histórica, ante los cambios que ha
generado la sentencia T- 025 de 2004 (es muy llamativo que haya sido
mediante la intervención de la Corte Constitucional que el gobierno actual
asuma el cumplimiento de los compromisos que implica la ley 387 de 1997),
para que el Estado por fin inicie la construcción de una institucionalidad,
entendida ésta como “Un rasgo estructural de la sociedad y/o forma de
gobierno, de carácter formal, en donde un conjunto de normas y reglas
conectadas entre sí definen las acciones correctas en términos de relaciones
entre roles y situaciones. En donde la institución trasciende a los individuos,
afecta su comportamiento y se observa en los miembros de la institución un
sentido de valores compartidos en un marco de estabilidad a lo largo del
tiempo”. ( B. Guy Peters 2003).
- La gestión pública territorial requiere para la atención a la Población
desplazada un viraje total, desde el Comité Distrital, el cual debe constituirse en
la instancia que por excelencia aglutine, concerte y defina las directrices y
acciones de las organizaciones e instituciones que lo conformarían
n. Para su
adecuado funcionamiento se precisa de la constitución de una secretaria
técnica con un mandato gerencial, responsable, competente y con rendición de
cuentas.
- La gestión y despliegue de las acciones de política pública se efectuarían
mediante la creación de una Red de Servicios y/o Protección a la Población
60
Desplazada, bajo un enfoque sistémico, teniendo como ejes la articulación y
correspondencia de las fases de intervención. En este sentido es de particular
interés la puesta en marcha al interior del Sistema de Planeación Distrital del
subsistema de Seguimiento y Evaluación a la Red de Servicios a la Población
Desplazada, cuyos indicadores de gestión se constituyan en el instrumento
para el monitoreo, realimentación y redireccionamiento de la política pública.
- Esa Red de protección27 y/o servicios a la población desplazada implica o
presupone varios factores como soporte para su funcionamiento. Por ejemplo,
es condición indispensable para las dependencias gubernamentales con
responsabilidad en el problema, y las ONGS operadoras, el manejo y
apropiación del enfoque de derechos para la atención a los desplazados en sus
diferentes procesos.
En primer lugar, la respuesta estructural al desplazamiento abarca un horizonte
entre 5 y 10 años, luego entonces en materia de financiación y en aras de
alcanzar mayor eficiencia, esta red de protección debe financiarse con recursos
fiscales corrientes, mediante mecanismos que eviten o atenúen los efectos del
ciclo económico, de modo que siempre se encuentre la financiación oportuna y
el espacio fiscal necesario para garantizar el cumplimiento de la sentencia de la
Corte Constitucional. En segundo lugar, un aspecto fundamental en la
construcción de una red de protección, es lograr capacidad de acción y contar
con mecanismos que permitan prevenir, disminuir o mitigar el riego, y su
27
Considero pertinente retomar algunos apartes del trabajo de la CEPAL” Las Redes de
protección Social: Un modelo Incompleto “. Olga L Acosta. Juan C Ramírez. 2004.
61
posibilidad de ocurrencia. En caso de nuevos desplazamientos hay que tener
el margen de maniobra necesario para dar respuesta e impedir que se
produzcan rupturas, exclusión e inequidad.
En cuanto al direccionamiento estratégico, la red de protección social para los
desplazados exige una fuerte presencia
y capacidad de coordinación que
efectúe prioritariamente la definición de los criterios de asignación de recursos
y selección de beneficiarios, además de la activación, sostenimiento o
suspensión de ciertas actividades o programas. Esta instancia coordinadora
tendría, en buena medida, la responsabilidad de determinar el balance y
presentar la “rendición de cuentas “ante las instancias correspondientes.
Para efectos de su desarrollo organizacional, el diseño de una red de
protección social integral requiere de un mayor conocimiento e integración del
trabajo (capital humano, asistencial y protección) que realizan en una variada
gama las organizaciones sociales y privadas (iglesias, organizaciones de la
comunidad, ONG), que han desarrollado esquemas de protección que bien
podrían potenciarse. En últimas, la verdadera integración se logrará cuando los
beneficiarios (es decir los desplazados)
sean ciudadanos, es decir, con
capacidad para exigir y para decidir. Esto significa que los desplazados, que
hoy están políticamente aislados, tengan “voz”. Por ello los esfuerzos técnicos
e institucionales por crear y mejorar una red de protección también
contemplarían el propósito concomitante de generar este poder político.
62
- En igual sentido es inaplazable e ineludible el ajuste a la operación de la
UAO, y en especial del Sistema de Información SUR, para que este se
convierta en una herramienta eficaz para la asignación de los subsidios a la
población beneficiaria. La cuantificación de la población desplazada es
definitiva para que el gobierno cumpla con el mandato de la sentencia T-025 de
2004 de la Corte Constitucional, de una manera adecuada que limite el
despilfarro y desgreño administrativo existente en la gestión pública.
Ante las fallas de los sistemas de información utilizados para cuantificar a los
desplazados, se preveía que con el nuevo censo de población sería muy
factible estimar el total de desplazados. Sin embargo, la metodología del censo
no contempla la inmovilización de la población, sino que se realizan “censos
parciales”, y dada la ausencia en nuestro país de registros municipales de
población -empadronamientos como en Francia-, se podrían presentar errores
por los procesos de movilidad, sobre todo de los desplazados; de allí la
necesidad de avanzar en el mejoramiento del SUR en aspectos como el
monitoreo a la población ya residente en el distrito en términos de verificar su
permanencia o cambio de residencia, y la generación de confianza y relaciones
creíbles entre el Estado y las victimas del fenómeno en cuanto a los
procedimientos de registro.
- De otra parte la construcción del Plan Integral Único PIU amerita un ejercicio
colectivo (entidades gubernamentales, ONGS, Academia) con la participación
directa de las organizaciones o interlocutores de los afectados, así como la
definición de metas anualizadas y la operación de un sistema de indicadores de
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gestión que posibilite el monitoreo y seguimiento a los diferentes componentes;
a más de avanzar en la correspondencia entre lo “planificado, lo presupuestado
y lo ejecutado” en términos de oportunidad y eficacia. Complementario con lo
anterior, se hace indispensable la puesta en marcha de la Mesa Permanente
de Trabajo con la población desplazada, como una instancia de control social y
rendición de cuentas de la gestión adelantada, y en donde se privilegie la
interlocución de las víctimas del problema.
- En esta nueva dinámica que se propone para la gestión pública territorial en el
distrito, es ineludible la vinculación de la academia local tanto desde la
investigación como desde la proyección social. Por ejemplo, los programas de
trabajo social, psicología y psiquiatría deben coadyuvar en la generación de
respuestas para la comprensión, e igualmente para la intervención en lo
concerniente a la atención sicosocial y el desarrollo comunitario y organizativo
de las familias desplazadas. En igual sentido los programas de economía,
administración de empresas y de negocios, están en mora de entregar sus
aportes disciplinares para avanzar en la estabilización socioeconómica y el
restablecimiento de ésta población. Asimismo en identificar los costos y efectos
económicos del desplazamiento sobre la ciudad y la sociedad en general.
Los programas de educación en sus diversas modalidades tendrían como tarea
básica apoyar el proceso de capacitación y formación de los docentes en la
aceleración del aprendizaje y la pedagogía requerida para instrumentalizar los
propósitos del decreto 2562 de 2001. Exigencia similar se tendría con los
programas de medicina, odontología y enfermería en lo atinente a la prestación
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en servicios de salud a ésta población, para en el mediano plazo mitigar las
condiciones infrahumanas que atraviesan, dada su carencia de afiliación al
sistema de salud y seguridad social.
El referente anterior presupone ubicarse frente al desplazamiento en cuanto
fenómeno social, y ante los desplazados como personas de iguales
condiciones, exige unas motivaciones internas que se han de reflejar en la
asunción de responsabilidades por parte de los investigadores sociales, de las
ONG, la cooperación internacional y las instituciones estatales con una
responsabilidad directa en la atención del fenómeno. A ello se agrega la
incorporación del desplazamiento forzado en la agenda postconflicto, como eje
transversal de ese nuevo orden social y político. En síntesis una legitimación
de la política pública es viable cuando sea evidente que el derecho a la vida
constituye su razón de ser, aunado a que todos y todas tienen que participar de
las estrategias y acciones; y que el perfil organizacional y gerencial para
atender a los desplazados involucre el respeto a la persona humana y exista
una “pasión por los derechos humanos”, como ethos cultural.
Finalmente, es definitivo apostarle a la construcción colectiva de una utopía
inteligente que dinamice la voluntad de todos y todas hacia un país diferente,
en donde la inclusión se oponga a la exclusión; en donde la verdad no sea la
primera sacrificada, y en la cual la dinámica de la perversidad de la impunidad
sea contrarrestada por los factores de un Estado Social de Derecho, como por
los procesos inherentes a nuestras comunidades y que constituyen lo que
llamamos “justicia comunitaria”.
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