Ciudad Gótica, ciudad concepto:
una historia de dos ciudades
gotham city, CONCEPT CITY: a tale of two cities
WILLIAM BRINKMAN-CLARK
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Pfl{lfr
ABSTRACT
What is it that we say when we say “city”? What are we talking about? Or
is it “who” are we talking about? In he Practice of Everyday Life, French
historian Michel de Certeau took on the question about “the city”: What
is the city? Is it the sum of its inhabitants, a geographical demarcation, a
universal subject? With the help of the ilm he Dark Knight Rises (2012),
this essay pretends to use Gotham City, as it is presented by screenwriter and
director Christopher Nolan to take on the notion of “city” as it was described
by De Certeau, and to bring this conception to the present to see if, as was
foretold by the author, the city is a concept that is in constant degradation.
Keywords: city, Michel de Certeau, Batman, Gotham City, concept city,
event, politics, revolution, Slavoj Žižek, dictatorship of the proletariat.
Resumen
¿Qué decimos cuando decimos “ciudad”? ¿A qué nos referimos?, o será
mas bien, ¿a quién? En La invención de lo cotidiano 1. Artes de hacer,
el historiador francés Michel de Certeau abordó la pregunta sobre la
ciudad: ¿qué es la ciudad? ¿el conjunto de sus habitantes, un deslinde
geográico, un sujeto universal? Con la ayuda de la película he Dark
Knight Rises (2012), este ensayo pretende utilizar Ciudad Gótica, tal y
como es presentada por el guionista y director Christopher Nolan para
Historia y Grafía, Universidad Iberoamericana, año 21, núm. 41, julio-diciembre 2013, pp. 149-181
abordar el tema de la “ciudad” problematizado De Certeau, y traer dicha
concepción al presente para ver si, tal y como lo pronosticó, la ciudad es
un concepto que está en constante degradación.
Palabras clave: ciudad, Michel de Certeau, Batman, Ciudad Gótica, ciudad concepto, acontecimiento, política, revolución, Slavoj Žižek,
dictadura del proletariado.
Artículo recibido: 27/3/2013
Artículo aceptado: 14/8/2013
[...] la estructura de este dispositivo de saber-poder,
de poder-saber, de saber-ver y de poder-ver soberano
no es, en el fondo, revolucionada por la Revolución
Francesa. No se interrumpe y al morir el rey, se
puede seguir diciendo: ¡El Rey ha muerto, viva el
Rey! Simplemente se ha cambiado de soberano. La
soberanía del pueblo o de la nación sólo inaugura
una nueva forma de la misma estructura fundamental. Se destruyen los muros pero no se deconstruye el
modelo arquitectural [...]
Jacques Derrida, La bestia y el soberano.
Vol. 1 (2001-2002)
Introducción
Publicado por primera vez en 1980, La invención de lo cotidiano 1
Artes de hacer del historiador francés Michel de Certeau abordó la
pregunta sobre la ciudad: ¿qué es la ciudad? ¿Es la suma de quienes la habitan, de sus “ciudadanos”?, ¿es un simple deslinde espacial?, ¿es un discurso, un sujeto universal? De Certeau planteó que
la ciudad, como la llegó a entender, era un complejo concepto
que en esos momentos se encontraba en un proceso de degradación. Para el historiador, esta ciudad que se degradaba sirvió −de
alguna manera− como marco para el estudio de lo que realmente
483"2"William Brinkman-Clark
le interesaba y que constituyó el tema central del volumen: las
prácticas microbianas, las tácticas, el consumo; todo aquello que
coniguraba la cotidianidad dentro de la ciudad.
En 2012, se estrenó he Dark Knight Rises,1 último ilme en
la trilogía de Batman del cineasta norteamericano Christopher
Nolan, en el que, además de la trama de héroes y villanos, policías
y ladrones, se desarrolla paralelamente la historia de una ciudad
como concepto –y como personaje–: Ciudad Gótica. Veintidós
años después de que De Certeau escribiera sobre la degradación
de la ciudad, el ilme parece sugerir que el concepto de ciudad no
sólo sobrevivió dicha degradación, sino que continúa fortaleciéndose y es parte importante de la ideología contemporánea.
Es a partir de la aparición de esta trama sobre el concepto de
“la ciudad” en millones de salas de cine alrededor del mundo que
se presenta una oportunidad para revisar las ideas propuestas por
De Certeau hace más de dos décadas, para discutir sus aportaciones y ver qué pueden ofrecernos a modo de herramienta para
entender el paradigma contemporáneo del concepto de ciudad.
En una primera instancia, y como punto de partida, surgirían
las siguientes preguntas: ¿qué podemos leer en la película con la
ayuda de la teoría de Michel de Certeau?, ¿qué nos puede ofrecer
dicha teoría para poder entender y quizá continuar con la conceptualización que en 1980 el historiador francés propuso de “la
ciudad”? y, ¿cómo puede ésta ayudarnos a continuar problematizando el concepto de la ciudad contemporánea?
he Dark Knight Rises fue estrenada en Latinoamérica con el título Batman: el
caballero de la noche asciende, y en España, El caballero oscuro: la leyenda renace.
Dada la poca idelidad en la traducción de los títulos, he optado por dejar el
título en su lengua original a lo largo de este ensayo.
1
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"484"
1. Sobre si los mercenarios VEN la ciudad
desde el piso 110 del World Trade Center
Dentro de la trama de he Dark Night Rises puede leerse, en un
plano particular, cierta narrativa posible de apreciar sin la ayuda
de ninguno de los personajes de la película; para ser más especiico, una narrativa que podría contarse aun sin la ayuda de los
caracteres que hacen de los personajes principales de la película
los “héroes” y “villanos”. La narrativa en cuestión es la de “la
ciudad”; de Ciudad Gótica como sujeto, un simulacro del concepto-de-ciudad que, como plantearé más adelante, parece prevalecer
en la sociedad occidental de hoy día. Por momentos uno puede
pensar que Ciudad Gótica es el personaje central del ilme, en
todo momento es “ella” quien está en peligro, y es “ella” quien
debe ser salvada de quienes se proponen destruirla; Ciudad Gótica
no aparece como la escenografía al frente de la cual se desarrolla la
acción de la narrativa ni tampoco como escena dentro de la cual
dicha acción se lleva a cabo, más bien, Ciudad Gótica aparece a
la vez como objeto parte de la tramoya y sujeto del entramado.
Un breve resumen de esta trama dentro de la trama, de “la
historia de Ciudad Gótica” dentro de he Dark Knight Rises, iría
así: el guión2 abre con un evento público para quienes son descritos como “los ricos y poderosos de Ciudad Gótica”. El alcalde de
la ciudad da un discurso y declara que se ha llegado al in de un
proceso de “limpieza” de la ciudad, proceso que sólo fue posible
por la irma de la “Ley Dent”,3 documento que había declarado la
2
Todo el análisis efectuado en este artículo, así como los elementos y citas utilizados para ello se basan en el guión de he Dark Knight Rises, y no en el producto
inal cinematográico. Pretendo dejar a un lado todo aquello que se transmite a
través del medio cinematográico, de las posibilidades y potencias de la imagen
movimiento. Lo hago por razones que trataré más adelante. El guión de la película puede ser consultado en Christopher Nolan, he Dark Knight Trilogy. Las
traducciones al español son mías. En los casos en los cuales por contenido o por
estilo, dejo la cita en la lengua original, la traducción aparecerá en nota al pie.
3
Previo al estreno del ilme, como parte de una campaña de publicidad por
485"2"William Brinkman-Clark
instauración de un estado de excepción –guardando toda proporción debida– en la ciudad años atrás: “Esta ciudad ha presenciado
un cambio histórico. Ninguna ciudad existe sin crimen. Pero esta
ciudad existe sin crimen organizado porque la Ley Dent dio a
la procuración de la justicia dientes en su lucha contra la maia [the mob]”. Los criminales y los indeseables ya se encuentran
recluidos en la penitenciaría Blackgate o en el asilo Arkham –manicomio que se encuentra en las afueras de la ciudad–, hecho que
es evidenciado por el jefe de la policía al complementar el discurso
del alcalde: “[...] en este momento hay mil reclusos en Blackgate
como resultado directo de la Ley Dent. Son criminales violentos y engranes esenciales en la maquinaria organizada del crimen
que aterrorizó Ciudad Gótica por tanto tiempo”. Por un instante,
Ciudad Gótica es el modelo de ciudad –“his is peacetime”, comenta un político presente en el evento–: una ciudad en paz,4 la
ciudad “ideal”.
Pero la continua aparición de cadáveres en las salidas de las
tuberías de drenaje no parece llevarse bien con esta imagen de
internet se propagó en la red un “comunicado de prensa” que anunciaba la irma
de la Ley Dent. Entre las partes relevantes se leía: “Alcalde anuncia la irma de
la Ley Dent […] la legislación, aprobada unánimemente por la asamblea legislativa, fortalecerá la campaña de la ciudad en contra del crimen organizado. Una
de las características principales de la Ley es el establecimiento de penas más
estrictas, incluida la negación de la libertad provisional bajo ianza para aquellos
que cometan cualquier crimen que se sospeche es parte o función de una empresa
criminal de mayor escala [en el documento original se lee “denial of parole”, que
en el más estricto sentido es en español “la negación de la libertad provisional”].
La legislación le da al jefe de la policía las herramientas necesarias para dar el
golpe inal al crimen y la corrupción que siguen activos dentro de nuestra ciudad. Para aquellos que piensen que esta legislación crea un Estado policial, mi
respuesta es simple: antes de la Ley Dent, nuestra ciudad estaba tan desesperada
que conió en un vigilante enmascarado [...]” El documento circuló por la red
y puede encontrarse con facilidad bajo “Dent Act”. La traducción y las cursivas
son mías.
4
Se da a entender que el alcalde despedirá al jefe de la policía que “limpió” la
ciudad, en favor de un nuevo candidato, alguien que sirva como comisionado
en “tiempos de paz”.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"486"
una ciudad en paz, lo que lleva a la policía a investigar: uno de
los cadáveres es el de un joven que hasta hacía poco tiempo vivía en el orfanato de la ciudad; al interrogar a su hermano, que
todavía vive ahí, nos enteramos de la existencia de una sociedad
alterna, subterránea, donde los jóvenes desheredados y sin oportunidades pueden encontrar “trabajo”. La policía pregunta al
huérfano: ¿Qué tipo de trabajo puedes encontrar en las cloacas?
Su respuesta: “Más de lo que puedes encontrar acá arriba”. Esta
“ciudad” subterránea que empieza a desvelarse es descrita así: “laberinto de túneles [repletos de] cuadrillas de obreros musculosos
que blanden grandes taladros y martillos hidráulicos para trabajar
en las paredes y los techos de los túneles más grandes. Algunos de
los hombres son mercenarios armados, que supervisan pandillas
de niños de la calle desamparados”. Pareciera que los pocos prófugos de la persecución instaurada por la Ley Dent se han juntado
con quienes han sido abandonados por “la ciudad” y ahora viven
en las alcantarillas, donde hasta ahora no han sido molestados
ya que son percibidos como agentes que se encuentran fuera de
cualquier posibilidad de “ensuciar”5 aquel mundo que les sirve
de techo. Todos bajo el mandato de mercenarios y éstos, a su vez,
a las órdenes de un líder “mercenario”. Aquí es quizá un buen momento para notar que la manera en la que se hacen las distinciones
entre quienes conforman los grupos que constituyen la ciudad
serán importantes para este estudio. En el guión, sin importar las
acciones que desarrollen estos agentes, los que viven en esta ciudad subterránea, son designados siempre como “mercenarios” (el
presidente del país los llama “terroristas”, como excepción), pero
a partir de aquí opto por dejar de hacerlo a favor de “revolucionarios”, por razones que se volverán evidentes más adelante.6
5
El proceso que permite la Ley Dent por lo general se designa como una limpieza de la ciudad: “Clean up the city”.
6
Aquí la discusión –que no es parte del tema de este artículo pero que vale la
pena mencionar– realmente debería centrarse sobre si la intención es la de presentar fundamentalistas, en especíico de corte musulmán. Una parte del guión
487"2"William Brinkman-Clark
Acto seguido, el carismático líder revolucionario al frente de
un ejército conformado por todos quienes habían sido rechazados
por la ciudad y residían en su red de drenaje encabeza un movimiento con la intención de regresarle Ciudad Gótica a “su gente”.
En un primer momento el grupo asalta la Bolsa de Valores de
Ciudad Gótica con un plan que de nuevo resalta las distinciones
entre los grupos que el guión presenta como partes de la ciudad: los agresores se disfrazan de proletariado –especíicamente
caracteriza a un grupo violento de prisioneros como “prisioneros cuyas caras están cubiertas con máscaras musulmanas” A lo largo del guión, el villano principal
así como sus soldados siempre son designados como “mercenarios”, según acabo
de señalarlo, pero si insisto en ello es porque las acciones y las descripciones en
las cuales intervienen no son las de un mercenario en el estricto sentido de la
palabra. Ahora sólo enunciaré un par de ellas: en un momento, hacia el principio
del guión, un empleado gubernamental pregunta al líder mercenario: “¿Quién
eres?”, mientras apunta a su cabeza con una pistola, y él responde: “Somos nada.
Somos la tierra debajo de tus pies, […] quién somos, no importa. Lo único que
importa es nuestro plan”. Difícilmente es la respuesta de alguien que trabaja para
el mejor postor. En otro momento, cuando algunos de los delincuentes son capturados por la policía de Ciudad Gótica el que es presentado como el “inanciero
de las operaciones criminales” pregunta si debe preocuparse por lo que los mercenarios arrestados puedan revelar a las autoridades. El operador que interviene
para dejar disponible el dinero a los mercenarios le asegura que éstos “morirían
antes de hablar”, actitud poco “mercenaria”, en mi opinión. El inanciero simplemente ríe y pregunta: “¿Dónde encuentro este tipo de gente? Más adelante,
cuando el inanciero sea traicionado por los mercenarios, se leerá este diálogo:
Financiero: ¿Quién eres?”
Líder mercenario: Soy la hora de la verdad de Ciudad Gótica. Vengo a
poner in al tiempo prestado en el cual todos ustedes han estado viviendo
Financiero (asustado): Eres el mal verdadero.
Líder Mercenario: Soy el mal necesario.
El personaje de “Bane”, líder “mercenario” resulta polarizante. El actor que
lo interpretó, Tom Hardy, lo describe como un terrorista tanto por su mentalidad
como por sus acciones brutales, mientras que Slavoj Žižek coloca al personaje en
un linaje de revolucionarios que comienza con Cristo y pasa por Robespierre y
el Che Guevara, en quienes la fuente de la violencia no sólo es el odio, sino también el amor. La entrevista con Tom Hardy se encuentra en Empire Magazine,
enero 2012; palabras de Žižek en Slavoj Žižek, “Dictatorship of the Proletariat
in Gotham City”. El efecto que tiene el papel del fundamentalista y del terrorista
externo sobre el concepto de ciudad es tema suiciente para otra investigación.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"488"
“limpiabotas”, “repartidor de comida”, “mensajero en motocicleta”, “intendente de limpieza” y “camionero”– para iniltrar en
el ediicio y asaltar al sector inanciero.7 El siguiente ataque de los
revolucionarios logra atrapar a casi toda la fuerza policíaca en
los túneles donde ellos mismos vivían (giro irónico bien apreciado) y demoler todos los puentes que comunicaban a Ciudad
Gótica con el exterior; así, ésta queda aislada físicamente del
resto del mundo. Los mercenarios se dirigen al estadio de Ciudad, donde, ante miles de espectadores, el líder ingresa como “un
gladiador entrando en la arena” y, volteando hacia las cámaras
de televisión, informa al mundo su plan: el grupo revolucionario
plantea regresarle la ciudad “al pueblo” y posee una bomba nuclear que será detonada si el mundo exterior trata de interferir
con el plan o intervenir en Ciudad Gótica; informa al pueblo que
“no vienen como conquistadores, sino como libertadores para devolver el control del pueblo a la gente” y pide que todos regresen
a su casa y esperen al día siguiente. “Por ahora entra en efecto la
ley marcial. Regresen a sus casas, abracen a sus familias y esperen.
Mañana reclamarán aquello que les pertenece por derecho”.
Al día siguiente los revolucionarios marchan hacia la penitenciaría de Blackgate, “símbolo de opresión”, según la nombran
ellos, donde, ante lo que el guión llama “una multitud”, el líder
pronuncia un discurso que proclama la liberación de los prisioneros bajo la excusa de que la Ley Acta Dent les había negado sus
derechos de ciudadanos y que, por lo tanto, habían sido encarcelados injustamente. El líder revolucionario, que ahora aparece casi
como anarquista, revela que a partir de ese momento, cede toda
El guión no trata amablemente a los empleados del ámbito inanciero; se reiere a ellos como yuppies y los hace intervenir en un diálogo supericial y banal.
Tampoco oculta el desdén popular hacia ellos. Cuando un banquero llama a
un policía le pide que impida el robo, ya que el dinero de la bolsa es el dinero
de “todos”, el agente responde que su dinero está debajo del colchón. En otro
intercambio irónico, un operador dice a los mercenarios que en la Bolsa no hay
dinero que puedan robar, a lo que el líder responde: “¿En serio? ¿Entonces qué
haces tú aquí?”
7
489"2"William Brinkman-Clark
soberanía de Ciudad Gótica a sus habitantes y los insta a retomar
su ciudad: “Quitamos Ciudad Gótica a los corruptos. A los ricos.
Los opresores de generaciones que los han mantenido abajo con el
cuento de la oportunidad, y se la regresamos a ustedes, el pueblo.
Ciudad Gótica es suya. Hagan lo que les parezca”.
A partir de este momento, el ciudadano “común” no vuelve a
aparecer en el guión, y la ciudad queda dividida entre revolucionarios, fuerzas del orden (policías, ministros, etcétera) y “los ricos, la
aristocracia” que será considerada por los revolucionarios como
la fuente de todas las vejaciones sufridas. Mientras los representantes de la ley y el orden se encuentran atrapados en las alcantarillas,
los revolucionarios sin líder inician una serie de juicios sumarios8
en contra de quienes a su parecer habían propiciado y facilitado
el régimen de excepción: el 1 %, si bien los procedimientos están
descritos en el guión como kangaroo courts (juicios sumarios amañados), éste nos proporciona un momento interesante: cuando el
jefe de la policía es presentado para escuchar su sentencia observa
que no hay testigos, ni abogados defensores, increpa al juez y le
pregunta: “¿Qué tipo de ‘debido proceso’ es éste?, “Mejor del que
se les siguió a los presos por causa de la [Ley] Dent”, es la respuesta. Las sentencias van desde el exilio al río congelado –donde
inevitablemente el exiliado termina ahogándose al vencer el hielo
con su peso– hasta los ahorcamientos públicos en el puente de
ciudad Gótica.9
8
Esta representación de una revolución es parecida al recuento de la Revolución
francesa de Charles Dickens. La toma de la penitenciaria de Blackgate como
analogía de la toma de la Bastilla, seguida de la instalación de juzgados revolucionarios y los ahorcamientos son reminiscencia de los recuentos de Dickens de
los juicios sumarios y las historias de la cotidianidad en tiempos de la Revolución
francesa tanto en París como en Londres. El director y co-guionista Christopher
Nolan acepta que los relatos revolucionarios en Historia de dos ciudades fueron
una gran inluencia en la producción de la película. En: “Brilliant Filmmaking
Duo Discuss Acclaimed Batman Trilogy & ‘he Dark Knight Rises’ ”, entrevista
con Christopher y Jonathan Nolan para la revista Buzzine.
9
La crítica sobre la relación entre el movimiento Occupy Wall Street y el ilm puede
encontrarse en: Slavoj Žižek, “Dictatorship of the Proletariat in Gotham City”.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"48:"
A la par del desenvolvimiento de esta “Comuna de Ciudad
Gótica”, se muestra la formación de un tipo de “resistencia” en la
supericie, sobre todo por parte de los funcionarios de gobierno
y los pocos policías que no fueron atrapados en los túneles. En
preparación para el clímax, la “resistencia” logra la liberación del
resto de las fuerzas policíacas y juntos se dirigen a enfrentar a
los revolucionarios. En el encuentro inal, de nuevo el ciudadano
“común” está ausente: en una larga calle que termina en el palacio
de gobierno, se encaran la “resistencia”, descrita como un “ejército de policías”, de un lado, y los revolucionarios, una “línea
formada de hombres”, del otro. El desenlace es una pelea épica
cuerpo a cuerpo que, a partir del sacriicio de numerosas vidas,
resulta en la victoria de las fuerzas de “la ley y el orden”; a la vez,
un grupo alterno de policías se dispone a encontrar la bomba
nuclear y desactivarla. El resultado inevitable es la restauración de
la paz y el orden en Ciudad Gótica.
2. ¿Ciudades miméticas? De París a Ciudad Gótica
vía Londres
Una vez conocida la historia de Ciudad Gótica, la primera pregunta a formular debe ser la del qué, esto es: ¿qué podría decirme
el guión de una producción de Hollywood sobre nuestra sociedad?, o quizá, más bien, la pregunta del por qué, es decir: ¿por qué
buscar en algo que claramente es un producto de una máquina
comercial (Hollywood) la posibilidad de obtener un poco de percepción sobre la comprensión social actual? En realidad ambas
interrogantes no serían más que una manera amable de cuestionar
si realmente existe “algo” de valor en una producción del mass
media contemporáneo.
Para Slavoj Žižek, la manera en la que una película de Hollywood participa del tiempo, política, ambición, intención,
circunstancia y afecto al que pertenece es clara; en un artículo
48;"2"William Brinkman-Clark
reciente10 utiliza he Dark Knight Rises para hacer una crítica de
los estereotipos presentes tanto en la narrativa del ilme como en
la representación de ésta y de sus personajes; especíicamente la
presentación de cualquier opositor a las instituciones de la ley y el
orden como “terroristas”. El autor menciona que son justamente
los grandes éxitos de Hollywood los que debemos tomar como
indicadores precisos de los dilemas existentes en la ideología social contemporánea, es decir, el hecho de que los revolucionarios
sean presentados como terroristas habla de cierta verosimilitud en
una obra que claramente busca ser icción contemporánea (esto lo
abordaré más adelante). Por ahora me quedo con el hecho de que
el uso de material considerado como parte de la “cultura popular”
es algo común en el trabajo de Žižek, quien al referirse al estatuto
de la representación, y la diferencia entre la obra de arte moderna
y la posmoderna airma:
La ruptura entre el modernismo y el posmodernismo tiene, entonces, que ubicarse en el seno de la relación intrínseca del texto
con su comentario [en el caso de la posmodernidad] sus objetos
por excelencia son productos con un especial atractivo para las
masas (películas como Blade Runner, Terminator, Terciopelo azul).
Y es el que los interpreta quien habrá de detectar en ellos una
ejempliicación de los reinamientos más esotéricos de Lacan,
Derrida o Foucault.11
La trama que aparece en el guión se nos ofrece como herramienta para poder leer ciertos dilemas sociales pertinentes tanto
al momento contenido en la trama como a cuando éste se produce, el momento en que se idea, se escribe y a in de cuentas se
lleva a cabo; algo que Gabriela Cámara, Demetrio Zavala y Carlos
Mendiola trataron en Historia y Grafía:
Slavoj Žižek, “Dictatorship of the Proletariat in Gotham City”.
Slavoj Žižek, Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió
a preguntarle a Hitchcock, pp. 7-8.
10
11
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"48<"
El arte es pensado como un in en sí mismo, pero no por eso
es aespacial o atemporal. Siempre está situado en un lugar y en
un tiempo humanos, de política, de ambiciones, de intereses, de
intenciones, de circunstancias, de afectos. ¿Cómo suponer entonces que no participa de todo esto, que permanece intacto?
Quizá sea posible, pero si no, ¿qué o cómo son las relaciones del
arte con el mundo?12
La segunda pregunta, el segundo momento que seguiría es
entonces el del cómo: ¿cómo debo aproximarme al producto cinematográico de manera que éste sea una herramienta válida
para establecer relaciones y proponer hipótesis? Propongo la posibilidad de considerar el ilme como una “imitación” dentro del
marco conceptual de mimesis de Paul Ricœur, para así entender
la representación de las acciones propias de la ciudad, dentro de
la ciudad, como imitaciones ya sea de acciones constitutivas del
concepto de ciudad o de acciones que coniguran en la práctica
misma dicho concepto. Propongo especíicamente considerar
sólo el guión de la película como el momento de la precomprensión del mundo de la acción, es decir, como el primer paso para
poder imitarlo. En palabras de Ricœur: “la composición de la
trama se enraíza en la precomprensión del mundo de la acción
[…] si la trama es la imitación de acción, se requiere una competencia previa: la de identiicar la acción en general por sus rasgos
estructurales […] y la aptitud para identiicar lo que yo llamo
mediaciones simbólicas de la acción”.13
12
Gabriela Cámara B. Demetrio Zavala S. y Carlos Mendiola M. “Preguntas
por una película”.
13
Paul Ricœur, Tiempo y narración, v. I., p. 116. La precomprensión en Ricœur
abarca la identiicación de los rasgos estructurales, la aptitud para identiicar
tanto las mediaciones simbólicas como los caracteres temporales que éstas portan. Por razones de extensión no puedo ahondar en cada una de éstas y en la
manera en la que se leerían en el guión, por lo que me quedaré en la precomprensión como una “unidad” hasta cierto grado autorreferencial, que es la raíz
de toda composición de una trama.
160 / William Brinkman-Clark
Esta precomprensión signiica tener entendimiento de las estructuras inteligibles del mundo de la acción, cuyas relaciones
entre sí dependen de una presuposición “[...] por parte del narrador y de su auditorio, [de] familiaridad con términos como
agente, in, medio, circunstancia, ayuda, hostilidad, cooperación,
conlicto, éxito, fracaso, etc.; términos [que aunque] heterogéneos
[…] se vuelven compatibles y operan conjuntamente dentro de las
totalidades temporales efectivas”.14 La razón por la cual propongo
dejar a un lado todo aquello que aparece ya en la pantalla sería
para intentar separar lo que afecta al público a partir de la potencia
afectiva de la imagen movimiento. Aunque es epistemológicamente
imposible pretender que quien ve la película puede hacer la separación, considero que un análisis del guión como texto sí puede
aspirar a establecer la existencia de ciertos elementos que existieron en el momento que se escribió por primera vez el guión
–momento en el que se plasma la preconcepción–, elementos que
nos hablarían de un entendimiento o sensibilidad del autor ante o
hacia ciertos conceptos –en este caso en particular el de “ciudad”–
que prevalecen en el contexto social en el que él se desenvuelve.
¿Cómo saber que esos conceptos que leeríamos en el guión
relejan, en efecto, la conceptuación social general? he Dark Knight Rises fue la tercera película más taquillera de 2012 y novena
en la historia.15 ¿No podría interpretarse como parte de este éxito
el que existiese una familiaridad del auditorio –masivo-occidental– con las acciones que le fueron presentadas? y ¿no validaría
este éxito, en alguna forma, la “precomprensión” de quienes escribieron el guión y lo llevaron a cabo? Sé que intentar separar
qué tanto del éxito del ilme tiene que ver con el guión como
texto, y qué tanto tiene que ver con su potencia como producto
del medio cinematográico sería ridículo, pero considero que sí es
14
Ibidem, pp. 118-119.
Los datos son de <Boxoicemojo.com>, un sitio fundado en 1999 dedicado
a recopilar estadísticas de desempeño cinematográico en taquillas. Las cifras no
están ajustadas para dar cuenta de fenómenos inlacionarios.
15
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades / 161
posible airmar que, sin duda, el guión es parte de ese éxito. De
nuevo, Carlos Mendiola puede ayudarnos: “La comprensión de la
película surge de la relación con el receptor. La película encuentra
su constitución en la relación con la obra que ofrece el director
y la toma de posición del receptor con respecto a ella. La obra es
el mensaje (el contenido) que requiere ser recibido por esa toma
de posición. No puede encontrarse una sin la otra. Sucede algo
semejante a la relación entre el lenguaje y el mundo”.16
La obra, el mensaje que requiere ser recibido, debe ser
comprensible para el público. Según Ricœur, este momento dependería en gran medida de la capacidad del autor de comprender
el mundo que pretende sea comprendido a través de su obra. No
me parece demasiado atrevido sugerir que el éxito en taquilla de
una película podría ser una referencia hacia la “comprensibilidad”
de la misma, y que esta comprensión empieza en el guión, que
es inicio y gran parte del “cómo” será el producto inal. En una
sesión de preguntas y respuestas ante el Film Society of Lincoln
Center, el director, productor y coguionista Christopher Nolan
habló sobre la sinceridad con la que quiso presentar tanto la “gran
ciudad” posterior al 11 de septiembre, así como el miedo ante las
amenazas que ésta enfrenta y sobre la necesidad de verosimilitud
en cómo se presentaría la idea del terrorismo en Ciudad Gótica.17
En otra entrevista, Jonathan Nolan, al ser cuestionado sobre la inluencia de Historia de dos ciudades dijo: “[...] todas estas películas
[las dos primeras de la trilogía] amenazaban con “jalar” Ciudad
Gótica y exponerla de adentro hacia afuera, y ninguna lo había logrado realmente hasta este ilme. Historia de dos ciudades es, para
mí, la descripción más desgarradora de una civilización similar y
reconocible que se había desmoronado por completo. Los terrores
16
Cámara B., Zavala S. y Carlos Mendiola M., “Preguntas por una película”,
op. cit.
17
Sesión de preguntas y respuestas con Christopher Nolan en el Film Society of
Lincoln Center en Nueva York.
162 / William Brinkman-Clark
de París, en Francia, en esos tiempos; no es difícil imaginar que las
cosas hoy día pudieran acabar así.” 18
Parece ser claro que la verosimilitud, en este caso de la acción revolucionaria, o de cómo sería descrita dicha acción, fue
una pieza importante en el ilme. Nolan habla especíicamente
de la “similitud” y de la facilidad de relación entre el mundo
que describe Dickens y el mundo donde vive él. Si los hermanos Nolan no hablan especíicamente de verosimilitud, o de una
comprensión y articulación del mundo, sí lo hacen del “realismo”
que pretenden alcanzar en su obra:
El término “realismo” es a menudo confuso y usado arbitrariamente. Imagino que la palabra que usaría [para describir el tono
del ilme] es “relatable” Quería un mundo retratado realísticamente, de manera que aun cuando están sucediendo eventos
extraños, y esta igura extravagante está caminando en las calles,
las calles tendrían el mismo peso y la misma validez que en cualquier otra película de acción. Serían relatables de esa manera […]
Si puedo creer en ese mundo porque lo reconozco y porque me puedo
imaginar a mí mismo caminando en él, cuando [suceda algo extraño], será más emocionante para mí.19
Lo que Ricœur llama “familiaridad” parece estar presente en
todas las facetas del guión de los hermanos Nolan, quienes dicen
querer que lo que se presente como la ciudad posterior al 11 de
septiembre, el terrorismo, las calles y la manera en la que ellos
creen que sucederían los “terrores” hoy día sean “relatables”, y
para que lo sean esto debe ser una posibilidad desde el momento
de la escritura del guión. En el texto, estas calles deben ser relatables, entendibles; y no se detienen ahí: pretenden que lo que ellos
llaman “ideología”, o más bien, que la lógica detrás de todas las
18
Entrevista con Buzzine, op. cit. Las cursivas son mías.
“Cinematic Faith”, entrevista de Christopher Nolan con la Film Society of
Lincoln Center.
19
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"496"
acciones terroristas, tenga un grado de “verdad”, que las razones
por las cuales los “villanos” realicen sus acciones no sólo sean sinceras con sus creencias, sino coherentes: “Todo lo que dicen [los
villanos] es sincero […] hay lógica en todo lo que dicen. Creo
que los villanos realmente amenazantes son los que poseen una
ideología coherente detrás de lo que dicen […] Y en términos de
su ideología, ésta es la de que el in justiica los medios”.20
Si de lo que hablamos es de entender y poder articular “lo
verdadero” o verosímil, de si se produce familiaridad o “relatabilidad”, considero que la manera en la que los hermanos Nolan21
presentan Ciudad Gótica en su guión, las acciones propias de la
ciudad y las acciones que en ella toman lugar pueden ayudarnos
a leer la ideología detrás del concepto de “la ciudad” que se vive
y entiende coloquialmente hoy día; y más especíicamente, puede
brindarnos una oportunidad para ayudarnos a entender y traer
a términos contemporáneos lo que en 1980 Michel de Certeau
llamó ciudad-concepto.
3. De Certeau, Montpellier, Manhattan y otros conceptos
¿Cómo puede entenderse qué es “la ciudad” en De Certeau? La
ciudad es un concepto: ciudad-concepto. Partiendo de aquellas
pinturas medievales que representaban la ciudad “vista en perspectiva de un ojo que, no obstante, nunca había existido hasta
ese momento”,22 la perspectiva y la prospectiva permitieron que
el hecho urbano fuera “tratable como unidad pertinente de una
20
Idem, Es interesante ver que este ideal utilitario –entendido por los hermanos
Nolan como algo negativo– sólo aplica a los villanos, mientras que a la Ley
Dent, así como lo que ésta permitió, no.
21
Es importante destacar que el guión corrió a cargo de Jonathan y Christopher
Nolan, y éste a su vez fue el director de la película.
22
Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, p. 104.
164 / William Brinkman-Clark
racionalidad urbanística”;23 poder planiicar el hecho urbano es
conocerlo y articularlo, su resultado es la “ciudad”. Es interesante
que De Certeau explicite la necesidad de conocer y articular el
hecho urbano como condición de posibilidad para su planeación,
ya que dicho conocimiento parece similar a la necesidad de precomprensión de la acción como raíz de su ulterior imitación en la
teoría de Ricœur. Pero ¿qué de “la ciudad” es lo que conocemos?
Es decir, ¿a partir del conocimiento de “qué” podemos nosotros
luego articular la ciudad? De Certeau parece indicar que es el “hecho urbano” el que puede ser tratado racionalmente, pero ¿qué es
el “hecho urbano”?
Quizá podríamos encontrar una clave sobre los orígenes de
esta articulación del hecho urbano que hace posible “la ciudad”
en un relato anónimo de 1768 sobre la ciudad de Montpellier. En
“La ciudad como texto”,24 Robert Darnton descubre y presenta
el escrito de un ciudadano de Montpellier que deseaba describir
su ciudad, ofreciendo “una idea verdadera de una ciudad que,
aunque no especialmente grande, sin embargo ocupa un lugar
distinguido en el reino”,25 ante lo que Darnton de inmediato
pregunta: “¿Cómo podríamos escribir sobre ‘la verdadera idea de
una ciudad’?”26 Lo interesante para nosotros es que el ciudadano
anónimo entiende la ciudad como idea; es decir, si lo atamos al
concepto de ciudad que De Certeau comienza a desarrollar, podríamos decir que el “hecho urbano”, aquello que será articulable,
no es más que una idea. El ciudadano anónimo describió la ciudad en tres instancias en su texto; en palabras de Darnton:
Presentaba a Montpellier como un desile de dignatarios, después
como un conjunto de estados, y inalmente como el panorama
23
Ibidem, p. 106.
“Un burgués pone en orden su mundo: La ciudad como texto”, en: Robert
Darnton, La gran matanza de gatos... pp. 109-147
25
Ibidem, p. 110.
26
Idem.
24
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"498"
de un estilo de vida […] El autor escribió cientos de páginas,
amontonando una descripción tras otra, porque se sentía impulsado por la necesidad de encontrarle sentido a su mundo y
no podía hallar un marco adecuado para su tarea. Las processions
générales le ofrecieron un idioma tradicional con el cual la ciudad
presentaba su jerarquía […] La división en estados utilizaba otro
lenguaje tradicional, que aprovechaba el carácter corporativo de
la ciudad […] y el relato de la cultura citadina reveló mucho
acerca de cómo vivía la gente [...]27
Los intentos del ciudadano anónimo de articular el “hecho
urbano” resultaron en el relato de Montpellier: “la ciudad”, en
primera instancia, como la superestructura representada en las
procesiones generales, luego la división de états que −él percibía−
coniguraban el orden social de la ciudad, y por último como toda
aquella cultura particular a las prácticas que se llevaban a cabo
diariamente en Montpellier. En ningún lugar de su descripción
de la ciudad se encuentra como actor principal la “materia” de la
ciudad: sus calles, ediicios, monumentos, etcétera. Para el ciudadano anónimo, así como para De Certeau, –en un principio– la
ciudad se articula como una idea.
El “hecho urbano” es transformado entonces en el concepto
de ciudad: “la alianza de la ciudad y el concepto jamás los identiica, pero se vale de su progresiva simbiosis: planiicar la ciudad
es a la vez pensar la pluralidad misma de lo real y dar efectividad a este pensamiento de lo plural”,28 y aquí reitero una idea
dada su importancia para el desarrollo de este ensayo, una idea ya
mencionada: “es conocer y poder articular”.29 Entonces, como
plantea De Certeau, la “ciudad” es una idea propia del discurso
–utópico-urbanístico–30 que establece para su instauración tres
27
Ibidem, pp. 143-144.
Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, p. 106.
29
Idem.
30
Sin hablar en especíico de la ciudad-concepto, el arquitecto y teórico holandés
Rem Koolhas y el urbanista norteamericano Andres Duany abordan de manera
28
166 / William Brinkman-Clark
operaciones, que, entendidas como condiciones de posibilidad, se
presentan como una unidad operativa singular: 1) la producción
de un espacio propio a través de una organización racional;31 2) la
sustitución de las tradiciones con un no tiempo,32 y 3) la creación
de la “ciudad” misma como un sujeto universal.33
Cabe mencionar que a lo largo de su trabajo sobre la ciudad-concepto en La invención de lo cotidiano, De Certeau la
presenta de manera formal, al menos en teoría, como un lugar –y
no como un espacio–. Para entender esta clasiicación me permito
una breve descripción de la diferencia entre términos. Este autor
plantea lo que él llama “una distinción que delimitará campo”34
entre los conceptos de lugar y espacio; en pocas palabras: el lugar
es un orden, una distribución de elementos en relaciones de coexistencia; una coniguración instantánea de posiciones que indica
estabilidad. El espacio es a lo que da paso el lugar una vez que se
introducen en él vectores de dirección, cantidades de velocidad
y la variable del tiempo: “el espacio es un lugar practicado”.35 La
indirecta dicho discurso. Ellos ubican su inicio en la “Hausmannizacion” de
París, y dibujan una línea hasta el proyecto de recuperación de Times Square vía
los códigos de zoniicación de la calle 42; en: Studio Works 7.
31
“[L]a producción de un espacio propio: la organización racional debe por tanto
rechazar todas las contaminaciones físicas, mentales o políticas que pudieran
comprometerla”. De Certeau, La invención de lo cotidiano, p. 106.
32
“[L]a sustitución de las resistencias inasequibles y pertinaces de las tradiciones
con un no tiempo, o sistema sincrónico: estrategias cientíicas unívocas, que son
posibles mediante la descarga de todos los datos, deben reemplazar las tácticas
de los usuarios […]”. Idem.
33
“[L]a creación de un sujeto universal y anónimo que es la ciudad misma […]
‘La ciudad’, como nombre propio, ofrece de este modo la capacidad de concebir
y construir el espacio a partir de un número inito de propiedades estables, aislables y articuladas unas sobre otras.” Idem.
34
Ibidem, p. 129.
35
“Desde un principio, entre espacio y lugar, planteo una distinción que delimitará campo. Un lugar es el orden según el cual los elementos se distribuyen en
relaciones de coexistencia. Ahí pues se excluye la posibilidad para que dos cosas
se encuentren en el mismo sitio. Ahí impera la ley de lo ‘propio’: los elementos
considerados están unos, al lado de otros, cada uno situado en un sitio ‘propio’
y distinto que cada uno deine. Un lugar es pues una coniguración instantánea
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"49:"
ciudad-concepto es, entonces, el orden conformado por la organización de operaciones especulativas y clasiicadoras, a partir del
cual se administra y se elimina:
En este lugar que organiza operaciones “especulativas” y clasiicadoras, una administración se combina con una eliminación.
Por un lado hay una diferenciación y redistribución de partes y
funciones de la ciudad, gracias a trastrocamientos, desplazamientos, acumulaciones, etcétera; por el otro, hay un rechazo de lo
que no es tratable y constituye luego los deshechos de una administración funcionalista (anormalidad, desviación, enfermedad,
muerte, etcétera).36
De suma importancia para la clasiicación de ciudad-concepto
como lugar es el hecho de que en el lugar no se realiza ninguna
operación; el lugar es sólo un orden que existe a partir de una organización. Aquí la distinción entre organización de operación y
la operación misma es el “llevarla a cabo”; sin duda esto presenta
el problema de si la organización es una operación en sí, pero para
efectos de este ensayo, propongo distinguir entre planear, proyectar, esquematizar, etcétera, como organización, y el acto de llevar
a cabo dicha organización como la operación misma: distinción
entre el mundo de la especulación, proyección, planeación y el
mundo de la práctica. Llevar a cabo operaciones implicaría una
temporalización que indicaría el paso-a –mediante la práctica– y
de posiciones. Implica una indicación de estabilidad. Hay espacio en cuanto que
se toman en consideración los vectores de dirección, las cantidades de velocidad
y la variable del tiempo. El espacio es un cruzamiento de movilidades. […]
Espacio es el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo circunstancian, lo temporalizan y lo llevan a funcionar como una unidad polivalente
de programas conlictuales o de proximidades contractuales […] a diferencia del
lugar, carece pues de la univocidad y de la estabilidad de un sitio ‘propio’. En
suma, el espacio es un lugar practicado. De esta forma, la calle geométricamente
deinida por el urbanismo se transforma en espacio por intervención de los caminantes”. Idem.
36
Ibidem, pp. 106-107.
168 / William Brinkman-Clark
permitiría la distinción de lugar a espacio. La ciudad-concepto
como lugar organizador parece cumplir con la tercera y la primera
de las tres operaciones planteadas por De Certeau: (3) crea un
sujeto universal de nombre propio –“la ciudad”–, que a partir
del establecimiento teórico de un número inito de propiedades
estables,37 aislables y articuladas –operación clasiicadora– y (1) el
rechazo de toda contaminación física, mental o política a través
de una organización racional –operación especulativa– abre la posibilidad de la constitución inal de un espacio propio.
¿No seria ésta la Ciudad Gótica que nos es presentada al
iniciar la película? El “crimen organizado” es catalogado como
aquella contaminación física, mental y política que compromete
las propiedades –initas y estables– que hacen de Ciudad Gótica
una “ciudad” y que, incorporadas a (¿en?) sus ciudadanos les permite llamarse “gotiquenses”; esto conlleva la promulgación de
una legislación que en efecto nombra a quienes son sospechosos
de ser contaminantes “no-gotiquenses” y los despoja de los derechos que “la ciudad” otorga, esto es: la instauración de un estado
de excepción que negó los derechos otorgados a los ciudadanos
por la ciudad para poder asegurar la supervivencia misma de la
ciudad, de Ciudad Gótica: nombre propio;38 espacio propio. La
Ciudad Gótica que abre el guión es una ciudad que ha rechazado
toda contaminación. ¿Qué forma adopta este rechazo? exclusión,
marginación, exilio, desplazamiento; cualquiera que sea la forma,
los elementos rechazados son invisibles e inaudibles para quien sí
es parte de Ciudad Gótica: se encuentran exiliados al otro lado de
los ríos, en el Bronx, en los banlieus; excluidos en los bajo-puentes, en las alcantarillas, o en los círculos rojos; borrados en la
penitenciaría o en el manicomio, o desplazados a ser parte de esa
37
Vale la pena enfatizar que tanto la “ley de lo propio” como la “estabilidad” son
propiedades conceptuales del lugar.
38
En el guión, Ciudad Gótica es comúnmente subjetivada, i.e. “el peligro para
Ciudad Gótica sería demasiado grande”, “Soy el juicio inal de Ciudad Gótica”,
etcétera.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"49<"
fuerza de trabajo que nadie de “la ciudad” contemporánea parece
ver: limpiabotas, chóferes, mensajeros, conserjes, etcétera.
Pero, ¿qué no la idea de la producción de un “espacio propio”
sería hasta cierto grado contradictoria? Según De Certeau, el espacio –a diferencia del lugar– carece de la estabilidad de un sitio
propio.39 La segunda operación (sustitución de las tradiciones con
un no tiempo) agravaría la paradoja en el momento que se abriera
el “espacio propio”, ya que la sustitución de las “resistencias inasequibles y pertinaces de las tradiciones”40 con un no tiempo,
o sistema sincrónico, es algo que tiene sentido, como parte de
un orden, de la organización de la ciudad-concepto como lugar,
pero que al abrir el espacio se vuelve problemático ya que es en
éste donde justamente se introduce la variable del tiempo.41 Hay
que recordar que el espacio, según De Certeau, es la introducción
de la noción de temporalidad en el lugar: dirección, velocidad y
tiempo. Entonces, ¿realmente existe un “espacio propio” de Ciudad Gótica? Aun en su momento de triunfo, cuando parece que
hay paz y que sus ciudadanos se sienten seguros llevando a cabo
sus actividades diarias dentro de su “espacio propio”, vemos que
el chofer, el limpiabotas, el mensajero y el conserje de intendencia son parte del movimiento revolucionario: ciudadanos que no
son vistos como ciudadanos a la espera de una orden; tácticas y
resistencias latentes, invisibles pero existentes. ¿Qué tan propio es
el “espacio propio” de la Ciudad Gótica triunfante?
La puesta en práctica del lugar-ciudad-concepto da paso
a la ciudad-espacio, y es el “paso” –entendido temporalmente
como sucesión– el que comienza a crear estragos en el concepto-de-ciudad. De Certeau introduce el tiempo bajo la igura de
39
Ibidem, p. 129.
De Certeau, La invención de lo cotidiano 1, p. 106.
41
Aunque puede argumentarse que el no tiempo puede ser considerado como
una variable del tiempo, quedarían los vectores de dirección, cantidades de
velocidad y los cruzamientos de movilidades, que no son compatibles con la
introducción de un no tiempo.
40
4:3"2"William Brinkman-Clark
un progreso que convierte la administración racional del lugar
en una administración funcionalista. Es un “paso” unidireccional
que descubre otras dos paradojas en la posibilidad de pensar la
ciudad-concepto como “la ciudad”. La primera tiene que ver con
la manera en la cual una administración funcionalista trata los
desechos de la organización racional: “el progreso permite reintroducir una proporción creciente de desechos en los circuitos
de la administración y transforma los déicits mismos (en salud,
seguridad, etcétera) en medios de los cuales valerse para apretar
las redes del orden”.42
La “reintroducción” de una parte de los desechos no puede
ser planteada como integrante de una “organización” inicial de
la operación, ya que depende diacrónicamente de la clasiicación
racional de las contaminaciones y el rechazo –como acción propiamente– de los desechos antes de poder clasiicarlos de nuevo
para introducirlos al sistema como medios. Es decir, antes de que
Ciudad Gótica pueda pensar en la reintroducción de los criminales como “medios”, tuvo que realizar dos operaciones separadas y
diacrónicas: 1) ordenar los elementos y clasiicar lo considerado
como “contaminaciones” y 2) rechazar dichas “contaminaciones”
(la operación de destierro, exilio, encarcelamiento, institucionalización exclusión, etcétera. Una vez hecho esto, la ciudad puede
pensar en la manera de reintroducir a los criminales como “medios”, i.e.: la reinserción del criminal encarcelado no como una
contaminación “desaparecida” sino como el medio a través del
cual se logra la seguridad. Esto sin contar todavía en que, para
De Certeau, la operación de introducción de déicits en el sistema
produce efectos contrarios de los que buscaba la ciudad-concepto,
con lo cual evidencia la segunda paradoja, de la que da cuenta el
propio De Certeau: “la racionalización de la ciudad entraña su
mitiicación en los discursos estratégicos, cálculos fundados con
base en la hipótesis o la necesidad de su destrucción por medio
42
De Certeau, La invención de lo cotidiano 1, p. 107.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"4:4"
de una decisión inal. En in, la organización funcionalista, al
privilegiar el progreso (el tiempo), hace olvidar su condición de
posibilidad, el espacio mismo...”43
Es decir, más que “privilegiar” el tiempo, la inscripción misma
de cualquier noción de temporalidad tiene efectos sobre la ciudad-concepto que, como lugar, se constituye sobre la base que le
coniere la estabilidad de lo propio e instantáneo, por lo que la
práctica de aquello mismo que el lugar organizó, el “paso” de organización a operación, o, lo que es lo mismo, el momento en el
que el lugar cesa de serlo para convertirse en lugar practicado, está
siempre presente en el “funcionamiento” de la ciudad-concepto,
algo que De Certeau plantea –formulado como paradoja– de
la siguiente manera: “Así funciona la ciudad-concepto, lugar
de transformaciones y de apropiaciones, objeto de intervenciones pero sujeto sin cesar enriquecido con nuevos atributos: es al
mismo tiempo la maquinaria y el héroe de la modernidad”.44
En esta ecuación, donde la ciudad-concepto no es lugar pero
tampoco espacio, el autor introduce una idea: la ciudad-concepto
se degrada a la vez que se practica;45 de manera que cuando De
Certeau escribe el texto, la ciudad-concepto sirve al discurso que
la instauró como una igura ideal que se encuentra bajo el asedio
constante de las prácticas que teóricamente harían posible al espacio; “la ciudad”, en el discurso, “sirve de señal totalizadora y casi
mítica de las estrategias socioeconómicas y políticas […] pero está
a merced de los movimientos contradictorios que se compensan y
combinan fuera del poder panóptico”. Para el autor, estas contradicciones se van “resolviendo” dentro del marco diacrónico antes
descrito, en el cual se encuentra inscrita la ciudad-concepto: de
43
Idem.
Idem.
45
“La ciudad-concepto se degrada. ¿Quiere decir que la enfermedad padecida
por la razón que la ha instaurado y por sus profesionales es la misma que padecen las poblaciones urbanas? Tal vez las ciudades se deterioran al mismo tiempo
que los procedimientos que las han organizado”, Ibidem, pp. 107-108.
44
4:5"2"William Brinkman-Clark
la misma manera que el lugar desaparece en cuanto se practica, la
ciudad-concepto se degrada en cuanto se espacializa, en cuanto se
vuelve “la ciudad”; el problema es que esta dinámica no explicaría
cómo, veintidós años después, la “ciudad” no sólo no se degradó,
sino que sobrevivió, se fortaleció –si los productos culturales del
mass media occidental son indicador alguno–, y tiene importancia
ideológica hoy día, posibilidad que De Certeau sólo desarrolló
tangencialmente:46 “[el discurso] conserva su privilegio al invertir
su contenido […] Los ministros del conocimiento siempre han supuesto que el universo está amenazado por los cambios que estremecen sus ideologías y sus puestos [… al hablar de catástrofe y no
de progreso], transforman la infelicidad de sus teorías en teorías
de la infelicidad”.47
La hipótesis de introducir la posibilidad de que “los ministros” inviertan el contenido pareciera ir en contra de la noción
temporal de degradación que De Certeau propone; lo que es más,
plantea la posibilidad de inversión de contenido como una estrategia de conservación, pero no da cuenta de la posibilidad de los
ministros de fortalecer aún más el discurso. El uso de la futura catástrofe de Ciudad Gótica –un escenario en el cual la delincuencia
organizada ha iniltrado y rebasado por completo al Estado– es
justamente lo que permite la irma de la “Ley Dent”, documento
que salva a “la ciudad” y que instaura la posibilidad de prácticas
que a in de cuentas fortalecerán la ciudad-concepto como sujeto:
la Ciudad Gótica que nos es presentada en el momento antes de
que sea asediada por los revolucionarios, es una ciudad que ante la
degradación causada por prácticas de delincuencia y corrupción
instaló una “coerción a la libertad de práctica” que fortaleció la
46
De ninguna manera debe ser entendido esto como un reproche al autor:
queda claro que su interés radicaba en el estudio de las “tácticas microbianas”
que resistían y sobrevivían la supresión y eliminación de las estrategias de la
ciudad-concepto como lugar y no en la manera en que el discurso que instaura
la ciudad-concepto evitaba una degradación total.
47
Ibidem, p. 108.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"4:6"
ciudad-concepto; coerción validada por los mismos ciudadanos
en dos momentos: como promesa de instrumento para acabar con
la posibilidad de catástrofe, y como operación exitosa –por un
momento– de dicha promesa.
Es notable la exclusión de dos “practicantes” (entendidos
como agentes de lugar y sujetos del espacio) del circuito discursivo
–o quizá más formalmente, del circuito que formula y modiica
el discurso–: el ciudadano común, que valida el discurso de los
ministros, y el “delincuente”, cuyas tácticas se oponen siempre a
las estrategias de los ministros. Pareciera, en De Certeau, que el
discurso es propio de los ministros, y sólo ellos, a partir de sus observaciones y juicios, disponen de él. La única manera en la cual
el ciudadano común y el no-ciudadano pueden afectar el proceso
discursivo de los ministros sería a través de las resistencias, tácticas, delitos y ardides que se oponen a dicho discurso; no hay
lugar para un rechazo (¿revolución mercenaria?, ¿terrorismo?),
o para una validación que afecte directamente el discurso de los
ministros. Un ejemplo: hasta ahora, “la ciudad” que presenta
De Certeau no podría dar cuenta de los problemas que, como
Darnton lo percibe, el ciudadano anónimo enfrentó al tratar de
describir su “idea” de lo que era Montpellier, “su ciudad”:
Pero el lenguaje de las procesiones era arcaico. No podía expresar
los vínculos cambiantes del orden social que eran resultado de la
expansión económica de la mitad de siglo. Nuestro autor sabía
que su mundo estaba cambiando, aunque no podía deinir los
cambios o encontrar palabras para expresarlos […] Cuando llegó
a la mitad de su obra […] repentinamente se detuvo y cambio
metáforas. La ciudad ya no aparecía como un desile de dignités,
sino que se había convertido en una estructura triple de “estados”.48
48
Darnton, “La ciudad como texto”, op. cit., p. 127.
4:7"2"William Brinkman-Clark
Pareciera que el autor anónimo intentaba describir en primera
instancia “su ciudad” de la misma manera en la que De Certeau
describe “la ciudad”: como un orden. El autor anónimo comienza
a escribir su idea de ciudad a través del orden jerárquico que
representan las procesiones generales; el problema es que en la
práctica se da cuenta que dicha “idea” ya no es válida. Aquel orden
presentado por los ministros no encontró resonancia en el autor
cuando éste se dio cuenta de que la manera simbólica en la que
le era presentada “la ciudad” a los ciudadanos no tenía concordancia con la realidad; por lo que tuvo que cambiar su metáfora
y describir “su ciudad” no como una superestructura simbólica,
sino como una organización estructurada socioeconómicamente
en états; y lo que es más, se rehusó a describir Montpellier de
acuerdo con los “estados” predominantes, y, la hizo a la manera
como él consideraba que estaban compuestos, y esta creencia no
quedaría como locura personal, ya que según el mismo Darnton
es una ventana que nos permite leer una movilidad social que culminaría en la Revolución francesa.49 Vemos que no sólo el lugar, el
orden, que proponen los ministros da cuenta de la realidad, sino
que el mismo orden que el ciudadano común, el escritor anónimo, da para describir la idea de ciudad, se desmorona a partir
de las prácticas, en este caso, la simple práctica de describir. “La
ciudad” que propone De Certeau sobrevive a partir de la capacidad de los ministros de invertir el discurso, el problema es que,
en el caso de Montpellier, como en el de Ciudad Gótica, es el
ciudadano común y el excluido, respectivamente, quienes –en la
forma de una revolución– modiican el discurso, convirtiendo al
ministro en la resistencia, en lo rechazado, siempre teniendo en
cuenta que al inal de la revolución, sea francesa o del proletariado
gótico, quien emerge fortalecida es “la ciudad”. Así, considero,
49
Los “estados”, de acuerdo con los ministros franceses, eran, en orden jerárquico: clero, nobleza y comunes; pero el autor anónimo advierte que el clero ha
perdido todo poder, y que en verdad la ciudad se compone, en orden jerárquico,
de nobleza, burguesía y comunes. Ibidem, p. 129.
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"4:8"
debemos encontrar otra manera de entender la relación entre la
ciudad-concepto como lugar y “la ciudad” como espacio –lugar
practicado, ciudad-concepto practicada–, de manera que la teoría
propuesta por De Certeau pueda dar cuenta de una “ciudad” que
no sólo no se degradó con el paso del tiempo, sino que sobrevivió
y –quizá– fortaleció.
4. Ciudad en esquema, espacio en uso
Para poder entender la supervivencia de la “ciudad-concepto”
desde que De Certeau escribió sobre su degradación hasta hoy
día, debe modiicarse la organización de los conceptos de lugar,
espacio y ciudad-concepto propuesta por el autor. Alejándonos de
la comprensión diacrónica de lugar que da paso a espacio y la degradación de la ciudad-concepto a partir de su práctica, propongo
entender dialécticamente estas relaciones, algo que de ninguna
manera pretendo que sea revolucionario o innovador, pues tratar las relaciones espaciales a través de estructuras lingüísticas es
algo que el mismo De Certeau propuso y desarrolló de manera
tangencial en La invención de lo cotidiano;50 sólo propongo desarrollarlo más a fondo.
A partir de entonces, de la relación lugar-espacio propuesta
por De Certeau, y basándome en la dicotomía uso/esquema de
Louis Hjemslev,51 propongo entender lugar y espacio como un
50
En su deinición de espacio, justo antes de notar que el espacio es un lugar
practicado, De Certeau escribe: “El espacio es al lugar lo que se vuelve la palabra al ser articulada, es decir cuando queda atrapado en la ambigüedad de una
realización, transformado en un término pertinente de múltiples convenciones,
planteado como el acto de un presente (o de un tiempo), y modiicado por las
transformaciones debidas a contigüidades sucesivas”. De Certeau, La Invención
de lo cotidiano, op. cit., p. 129.
51
He preferido usar la clasiicación esquema/uso de Hjemslev en lugar de lengua/habla de Saussure, ya que en aquél, del lado del uso, quedan las “normas”, el
“uso” y el “habla”, con lo cual socializa, en palabras de Barthes, lo que Ferdinand
4:9"2"William Brinkman-Clark
binomio cuyos términos se encontrarían unidos por un proceso
dialéctico. Del lado de la dicotomía donde encontraríamos lugar
y esquema respectivamente, quedaría sólo lo que yo llamaría el
“proyecto”: la suma de lo que De Certeau llama “una coniguración instantánea de posiciones”52 y el pronóstico de dirección,
velocidad y tiempo que se origina de dicha coniguración instantánea. Es la “idea” de Ciudad Gótica la que permite hacer hoy
día, siempre con miras a una utopía de lenguaje urbanístico que
sólo existe como objetivo. El lugar (proyecto) como esquema sólo
puede existir como idea, ya que el momento en el que se instaura
signiica necesariamente algún tipo de práctica; lo que nos lleva al
otro lado del par: el ocupado por espacio y uso, respectivamente.
En este lado es donde se ubicarían tanto las operaciones propias
del esquema –el llevar a cabo el proyecto– como las prácticas y
resistencias de los usuarios, las acciones de quienes validan el proyecto y de quienes activamente lo resisten.
Ahora, de la misma manera que los usuarios se ven afectados
por las operaciones, quienes elaboran el proyecto también toman
en cuenta las resistencias y validaciones al esquema. Dejando a un
lado la problemática del “origen”, esta relación nos daría como
resultado “proyectos” que siempre están basados en las prácticas y resistencias de los usuarios, y usuarios que en sus prácticas
siempre reaccionan y son afectadas por dichos proyectos. En las
estructuras del lenguaje, Maurice Merleau-Ponty llama a esto la
praxis lingüística, y se articula más o menos así: no hay lengua
(esquema) sin habla (uso) y no hay habla (uso) fuera de la lengua (esquema);53 como derivación, una praxis espacial podría
de Saussure llama habla, mientras que todo aquello que es diferencial queda del
lado del esquema, formalizando lo que en Saussure es la lengua. Por razones
de extensión, no me he adentrado en las implicaciones que aquí tendrían los
estratos de contenido y de forma. Para una síntesis de las diferencias estructurales entre Hjemslev y Saussure, remito al lector a Roland Barthes, La aventura
semiológica, pp. 27-109.
52
De Certeau, La Invención de lo cotidiano 1, op. cit., p. 129.
53
Barthes, La aventura semiológica, op. cit., p. 31. La relación me parece pertinente
Ciudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"4::"
leerse –mutatis mutandis– de alguna manera así: no hay lugar sin
espacio, y no hay espacio afuera del lugar.54 La articulación “el espacio es un lugar practicado” daría paso a algo a la manera de: “el
lugar es a la vez el producto y el instrumento del espacio”, relación
que en adelante referiré como lugar-espacio, y que todavía no es
suiciente para dar cuenta de la ciudad-concepto.
Lugar-espacio será, a su vez, uno de los pares de la siguiente
relación dialéctica que propongo: ciudad-concepto entendida
como la relación simbiótica entre la “ciudad” como nombre propio y el lugar-espacio. Esta relación (ciudad-concepto= “ciudad”/
lugar-espacio) la planteo como una sustitución de la lógica diacrónica en la degradación de la ciudad-concepto a través de su
práctica. De nuevo, en una estructuración tipo Hjemslev, del lado
del esquema sólo quedaría lo relativo a la creación de la ciudad
como un sujeto universal, es decir, sólo el discurso, condición de
posibilidad para “concebir y construir el espacio a partir de un
número inito de propiedades estables, aislables y articuladas
unas sobre otras”.55 Del lado del uso, quedarían las organizaciones racionales y las administraciones funcionales del espacio; la
sustitución –o intento– de las tradiciones, las clasiicaciones y las
eliminaciones; pero también las reintroducciones y las transformaciones así como las resistencias, las tácticas y los ardides: los
operadores de bolsa, banqueros, policías y políticos de Ciudad
Gótica, pero también sus limpiabotas, chóferes, ladrones y revolucionarios. Si en Hjemslev el concepto de uso “socializa” lo que
en Saussure se entendía como habla, aquí el uso “urbaniza” el conya que De Certeau también citaba las distinciones espaciales de Merleau-Ponty:
éste “distinguía del espacio” ‘geométrico’ otra ‘espacialidad’ que él llamaba un
‘espacio antropológico’. Esta distinción era signo de una problemática diferente,
que buscaba separar de la univocidad ‘geométrica’ la experiencia de un ‘afuera”
dado bajo la forma del espacio [...]’ “De Certeau, La Invención de lo cotidiano 1,
op. cit., pp. 129-130.
54
En Merleau-Ponty, la lógica espacial que daría cuenta de la experiencia se
articula así: “el espacio es existencial” y “la existencia es espacial”. Apud idem.
55
Ibidem, p. 106.
4:;"2"William Brinkman-Clark
cepto-ciudad de De Certeau, a la vez que el esquema formaliza lo
que se entiende como “ciudad” dejándola como discurso puro.
La praxis espacial basada en praxis lingüística es ahora a su vez
base para una praxis urbana: No hay “ciudad” sin lugar-espacio,
y no hay lugar-espacio afuera de la “ciudad”; pero en este caso, la
relación dialéctica es la que produce y modiica constantemente el
concepto-ciudad, es decir: el discurso que instaura la posibilidad
del espacio-lugar sólo es posible a partir de la comprensión y la
capacidad de articulación de lo que es dicho lugar-espacio, y a su
vez el lugar-espacio afecta y modiica el discurso que es su condición de posibilidad, lo “urbaniza”. Como producto de esta relación
dialéctica, la ciudad-concepto de Michel de Certeau podría ser
entendida como un concepto luido que abre la posibilidad de
lo urbano y a la vez es modiicado por ello. Esta luidez, entonces, puede dar cuenta tanto del papel operativo de “los ministros”
que enuncian el discurso que propaga la existencia de la “ciudad”
como nombre propio, así como del papel que juegan los usuarios
en la conformación y modiicación de dicho discurso a través de
sus prácticas, ardides y resistencias, pero también a través de su
colaboración, validación y propagación del discurso mismo.
5. De los prostíbulos en Montpellier,
a modo de conclusión
La revolución en Ciudad Gótica debió haber sido, de acuerdo
con la teoría de De Certeau, el último paso de la degradación de
la ciudad-concepto. El problema es que el fortalecimiento del crimen organizado también debió haberlo sido, de la misma manera
que la Revolución francesa debió haber sido el in de aquella “idea
perfecta” de ciudad de nuestro escritor anónimo; y sin embargo,
“la ciudad” los sobrevivió todos. Lo único que nos dejaría esto son
más preguntas: ¿qué ofrece en común la idea de ciudad tanto al
ministro, ciudadano y al “delincuente” (revolucionario) que paCiudad Gótica, ciudad concepto: una historia de dos ciudades"2"4:<"
rece siempre garantizar su trascendencia? En algún momento de
su descripción, el autor anónimo hablaba sobre la delincuencia en
Montpellier. Darnton lo reiere:
Nuestro autor creía que Montpellier estaba sufriendo una ola de
delitos. Pandillas de jóvenes “de la escoria de la gente común”
vagaban por las calles, arrebatando bolsas y asesinando personas.
Cantinas, billares garitos y prostíbulos se extendían por todas
partes. Un ciudadano respetable no podía siquiera pasear por el
Jardin du Roi en la noche sin caer en manos de hordas peligrosas
de lacayos y de hombres de mala vida […] El único remedio pare
esta conducta era la horca, o por lo menos la deportación […]
Pero las autoridades eran demasiado indulgentes. Necesitaban
pruebas antes de aplicar un castigo y nunca lo aplicaban con
bastante severidad; de esta manera, la única forma de vivir con el
“Tercer Estado” era manteniéndolo en su lugar.
El lugar desde donde describe el autor anónimo y su descripción evidencian una distancia, un quiebre entre su narrativa y
la realidad de un Montpellier en el borde de la revolución, pero
¿cómo podemos dar cuenta de estos quiebres en la narrativa de lo
urbano, o de la distancia entre dicha narrativa y la realidad? ¿Será
posible que la posibilidad de transformar la infelicidad de las teorías en teorías de la infelicidad no sea una virtud única de los
ministros, sino el deseo –y desplazamiento del mismo– de todos,
en algún momento u otro? ¿Podríamos decir que en su carácter
siempre urbano, por lo que realmente se lucha en las revoluciones, no es más que el monopolio sobre la coniguración de la
promesa irrealizable que es el concepto de ciudad? La promesa
se enuncia dentro del último párrafo de Historia de dos ciudades, mismo que es recitado como epílogo del ilme sobre Ciudad
Gótica; la promesa es una visión de “[...] una bella ciudad y su
gente radiante levantándose de este abismo […] pacíicas, útiles,
prósperas y felices”.
180 / William Brinkman-Clark