Rev M éd Chile 2005; 133: 1252-1257
M ED ICIN A BASAD A
EN
EVID EN CIA
Reflexiones sobre la evidencia
en medicina
Félix M uñoz C1 , Fernando Cabrera R2 .
Reflections on evidence-based
medicine
Th is is a review o f th e b a sic co n cepts o f evid en ce, m ed icin e,
evid en c e-b a sed m ed ic in e a n d its effec ts. Evid en c e-b a sed m ed ic in e is a c o n trib u tio n fo r
sta tistica l design a nd ma na gement, tha t a llows the ga thering of scientific informa tion, but does
not completely exclude bia s. Its methodology proceeds with order a nd ca ution, genera ting a
highly proba ble m a ss of knowled ge. The qua lity of the inform a tion obta ined from d iverse
sources such a s meta -a na lysis to expert opinions is cla ssified in different levels a ccording to the
«strength» of the evidence in which it is ba sed. The best contribution of evidence-ba sed medicine
is proba bly for disea ses of incidence a nd does not repla ce clinica l experience a nd pa tientsph ysic ia n re la tio n sh ip. Ba sic a lly we tre a t ill pe o ple a n d n o t illn e sse s. With o u t c lin ic a l
experience, medica l pra ctice ca n be tyra nnized by evidence-ba sed medicine tha t ca n become
ina pplica ble or ina ppropria te. Without evidence-ba sed medicine, medica l pra ctice will not be
upda ted, limiting our professiona l skills (Rev Méd Chile 2005; 133: 1252-8).
( Key Words: Bia s (epidemiology; Evidence-ba sed medicine; Meta -a na lysis)
Recibido el 10 de junio, 2005. Aceptado el 22 de junio, 2005.
1Servicio de Medicina Interna, Hospital Clínico San Francisco de Borja-Arriarán, Facultad
de Medicina Universidad de Chile. 2 Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina,
Universidad de Chile.
S
iendo la medicina una ciencia social, no
debiera sorprender que se hable de Medicina
Basada en la Evidencia (MBE). Esta expresión fue
utilizada anteriormente cuando médicos como
Pierre Louis, a fines del siglo XVIII, buscaron la
verdad en la observación sistemática de los pacientes para rechazar la declaración de la autoridad que aconsejaba la venosección como
tratamiento contra el cólera1 . Esta expresión se ha
consolidado recientemente, en 1992, cuando un
grupo canadiense dirigido por Gordon Guyat la
empleó para acoger y promover artículos de
Correspondencia a : Dr. Félix Muñoz C. Costa de Marfil 296.
Santiago/Chile. Fono: 5446600. Fax 5446614.
E-mail:
[email protected] [email protected]
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investigación clínica y epidemiológica que cumplen con una base matemático-estadística que les
satisface como «evidencia». Desde ese momento el
número de comunicaciones sobre su práctica ha
crecido exponencialmente, incluyendo revistas y
textos2 . La rápida expansión de la MBE no sólo es
explicable por una necesidad de información
sobre diagnóstico, pronóstico, terapia y prevención, carencias de las fuentes tradicionales (textos), limitaciones de tiempo al lado del paciente o
de lectura, sino también como apoyo a las
políticas de salud pública que creen poder contener costos, sustituyendo de paso al empirismo
científico 3.
Sin duda el desarrollo de la MBE ha tenido y
tiene un gran impacto actual en su aporte sistemá-
REFLEXIONES SOBRE LA EVIDENCIA EN MEDICINA - F Muñoz et al
tico a la investigación y manejo clínico, llegando a
hablarse de «el nuevo paradigma médico»4,5 .
Nuestro interés es analizar si estamos frente a la
evidencia o certeza cartesiana o si se trata solamente de una herramienta útil para el conocimiento y el arte médico, contextualizando
someramente los conceptos de evidencia, ciencia
y medicina, la MBE y sus efectos.
SOBRE
LA
EVIDENCIA
Aspectos previos. El conocimiento, según Cassirer,
es un proceso por el que elevamos a la conciencia
una realidad ya de por sí existente, ordenada y
estructurada6 . Toda época posee además un sistema fundamental de conceptos y premisas generales y últimos, por medio de los cuales domina y
ordena en unidad la variedad de la materia que la
experiencia y la observación le suministran. Es
necesario, en consecuencia, iluminar las formas
de conocer, con sus ventajas y limitaciones, ante
el peligro de la rigidez y la dependencia de la
razón.
La palabra con que los griegos nombraban la
verdad es a létheia , que quiere decir des-cubrir,
quitar el velo. Para descubrir la realidad será
necesario fabricarnos una realidad imaginaria y
confrontarla con los hechos efectivos. Si calzan
unos con otros es que hemos des-cubierto la
realidad que los hechos cubrían. La ciencia cumple llevando a cabo esta doble tarea, una puramente imaginativa, creadora y otra confrontadora.
Para Ortega, la ciencia es, en efecto, interpretación de los hechos7 . Heidegger dirá que la ciencia
es la teoría de lo real; entendiendo teoría como reelaboración y lo real lo actuante y lo actuado 8 .
El ejercicio profesional de la medicina requiere
de las ciencias naturales y humanas para que el
médico comprenda la enfermedad, al enfermo y
su entorno, pero el dominio de ellas no capacita
para el ejercicio de la profesión9 . Como práctica,
la medicina se estructura entre los saberes puros y
el puro empirismo 10. Laín Entralgo apunta a un
saber-hacer11. Un hacer impregnado de teoría. Un
saber que se justifica en la acción. Un arte, donde
además se conjuga un encuentro, una comunicación de mirada, rostro, lenguaje. El enfermo habla
al médico como testigo e intérprete de su mundo,
de su cuerpo, de su intimidad12.
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En su ejercicio profesional el médico se enfrenta a múltiples interrogantes. Lo habitual es
consultar a colegas expertos, libros, revisiones en
revistas o en internet, que pueden resultar ineficaces o inducir a errores. Esto motivó al grupo de la
Universidad de McMaster a iniciar un nuevo
movimiento dentro de la enseñanza y práctica de
la medicina, que no por azar denominaron «Evidence Based Medicine». El mejor significado de
«evidence» no corresponde a «evidencia» castellana, sino más bien a prueba, de modo que una
mejor traducción del título debiera ser «Medicina
Basada en Pruebas»13 . Los propios autores se
refieren a ella como «la utilización consciente,
juiciosa y explícita de las mejores pruebas disponibles, en la toma de decisiones sobre el cuidado
de los pacientes».
Evidencia ca rtesia na . René Descartes (1596-1650),
matemático, físico, abogado, médico y filósofo, la
figura más destacada sin lugar a dudas de una
generación decisiva (que incluye a Galileo y
William Harvey entre otros), en el advenimiento
de la filosofía y la ciencia moderna, es quien en
dos de sus obras, «Reglas para la dirección del
espíritu» y el «Discurso del Método»14,15, se preocupa de encontrar un modo de conocer que
impida el error y la subjetividad. Entiende por
método, «reglas ciertas y fáciles, mediante las
cuales el que las observe exactamente no tomará
nada falso por verdadero, y no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al
conocimiento verdadero de todo aquello de que
es capaz» (Regla IV) 14. Su aplicación sería extensible a cualquier nuevo campo del saber, permitiendo aumentar los conocimientos y descubrir
verdades nuevas. El método cartesiano no expresa
el lugar común de que una ciencia debe tener su
método, sino el procedimiento o modo como
estamos tras la cosa.
Descartes no acepta como verdadero sino lo
que es «evidente», expresado en la I Regla del
Discurso del Método: «No reconocer como verdadera cosa alguna que antes como tal no la hubiera
evidentemente reconocido; es decir, evitar escrupulosamente la precipitación y la prevención, y
no comprender en mis juicios nada más que lo
que clara y distintamente se ofreciera a mi espíritu
que nunca hallara ocasión de ponerlo en duda»15 .
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Aquí, lo evidente se produce sólo en la intuición,
es decir, en un acto puramente racional por el que
nuestro intelecto capta de modo inmediato una
idea. Implica que no hay de por medio cadena
deductiva y nada sensible. Descartes excluye los
conocimientos que son únicamente probables. La
certeza exige la desestimación absoluta de lo
probable. Lo que no es claro y distinto (evidente)
es confuso y oscuro, debiendo ser rechazado. La
evidencia, como criterio de verdad, exige que el
conocimiento se someta a sus propias leyes,
independiente de lo que exista externamente a
nuestra propia mente y su proceder. En otras
palabras, se adecua la cosa al intelecto, ocupándonos de aquellos aspectos u objetos de los que
nuestra razón pueda obtener un conocimiento
indudable (Regla II) 14, lo que podamos ver con
claridad y evidencia (Regla III) 14 . La verdad de
nuestras representaciones no es ya la cosa concreta, sino el postulado de la cohesión interior y de la
ausencia de contradicciones6. Descartes dejaba así
abierto el camino para el desarrollo de la ciencia
moderna, resaltando su carácter de ciencia de
hechos, ciencia experimental y de medición,
agregándose una actitud intelectual fundamental
de saber matemático 16.
Medicina ba sa da en la evidencia . La metodología
de la MBE radica en un cuidadoso proceso que
debe seguirse para llegar a la pretendida verdad
de las pruebas o evidencias. Sus principales pasos
son los siguientes:
Paso 1 °: El problema de la pregunta. Ha sido
enunciada indistintamente, sea como «formular de
manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente», «formular preguntas
clínicas pertinentes y contestables», o «convertir la
duda en una pregunta clínica estructurada». Estas
preguntas siempre se traducirán en una investigación de la información médica disponible en un
área específica de la medicina. En el caso del
paciente individual se trata de averiguar cuál es su
problema principal, la mejor forma de estudiarlo y
los efectos de los nuevos fármacos; ya sea frente
al enfermo en sala de hospital, sala del consultorio
de Atención Primaria o consulta privada. Lo
mismo se lleva a cabo en actividades de investigación epidemiológica, terapéutica, etc. Siempre
interesa buscar la bibliografía pertinente, hecho
que se cumplirá en el segundo paso. El problema
de la pregunta no es otra cosa que la conversión
de la duda en una pregunta clara y distinta. Luego,
dirigir la mente en dirección al problema más
importante de la cosa investigada, el posible
diagnóstico o el tratamiento más indicado.
En el problema de la pregunta podemos
distinguir: primero, el origen de la pregunta, que
puede ser el problema clínico, los ensayos de un
fármaco nuevo, una investigación terapéutica, etc.
Segundo, los objetivos de la pregunta, es decir,
focalizar la búsqueda en aquellos artículos que
puedan contestarla. Tercero, los componentes de
la pregunta: a) tipo de paciente o población; b) el
tipo de la intervención (un procedimiento diagnóstico, un tratamiento o uso de una droga, un
método de investigación) c) el grupo de comparación (sujetos no intervenidos, grupo control) y,
finalmente, d) el resultado.
Paso 2 °: El problema de la búsqueda de las
pruebas o «evidences». Se ha enunciado de diferentes maneras, de modo que podemos decir que
es «localizar las pruebas disponibles en la literatura», «rastrear de manera sistemática los artículos
relevantes», o «realización de una búsqueda bibliográfica para encontrar artículos que puedan responderlas». Al igual que en el problema de la
pregunta tenemos aquí diferentes aspectos que
considerar en la búsqueda de la verdad: primero,
análisis de los artículos, revisiones, puestas al día
en la literatura disponible; en segundo lugar,
recurrir a herramientas y estrategias que se han
ido perfeccionando en el último tiempo.
Sin embargo, todavía la mayor parte de los
resultados se obtienen por métodos tradicionales
de revisiones con estadísticas poco rigurosas,
cualitativas, incapaces de dar resultados fiables,
cuando se trata de muchas variables o son
numerosos los estudios publicados. El resultado
se traduce en datos a veces contradictorios,
negando o confirmando el mismo estudio.
La solución ha venido desde la estadística. En
1976 Gene Glass propuso un método que llamó
meta-análisis (del griego meta= después de y
analisis= descripción, interpretación). Puede definirse como análisis estadístico integrador de una
gran colección de resultados extraídos de trabajos
individuales similares. Finalmente puede apelarse
a comités de expertos que han sido creados para
este objeto en universidades o instituciones dedicadas a la investigación.
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Paso 3 °: Evaluación crítica de las pruebas y
resultados. Es la revisión detallada de los artículos
seleccionados, de cada uno de los hallazgos,
documentos recuperados o pruebas encontradas
en la literatura disponible, incluyendo meta-análisis si hay disponibles. No es infrecuente encontrar
errores en los trabajos de investigación publicados, sea por fallas en el diseño, tamaño de la
muestra, uso de las pruebas de significación
estadística, falta de uniformidad en la presentación de los resultados y alusión indebida en las
conclusiones a los resultados de las pruebas de
hipótesis17,18.
En el análisis de los resultados se debe
considerar: a) Evaluar la validez de los resultados
encontrados, esto es, su validez interna; b) Averiguar sus resultados y magnitud del efecto; c)
Confrontar si los resultados ayudarán en la atención del paciente o en el problema que se
enfrenta (validez externa).
Paso 4 °: El último paso de la MBE es llevar a la
práctica las conclusiones de la evaluación realizada. Corresponde a su aplicación metódica y
razonada, basada en pruebas, además de precisar
diagnósticos, recurrir a procedimientos, o hacer
uso de terapias en el paciente individual o en
todos aquellos con iguales características.
Necesidad de graduar el nivel Evidencia según las
pruebas disponibles. La exigencia en el diseño de
la investigación, incorporando sistemáticamente
modelos controlados, aleatorios, e incluso doble
ciego han aportado junto con el meta-análisis un
mayor grado de seguridad en la información
obtenida, o evidencia de nivel I. Es una «verdad»
que se funda en la posibilidad de que aquello
muy poco probable se considere como imposible,
pasando por consiguiente desde una confianza
objetiva a una confianza meramente subjetiva19 .
Limitaciones en efectuar investigaciones con grandes números, de diseños u otras, ha conducido a
graduar el «nivel de evidencia» según la calidad de
las pruebas disponibles en grados I, II y III, o I, II,
III, y IV según diversos grupos de trabajo 20,21 .
Esta gradación o categorización de las pruebas
(evidencias) dan paso a la denominada «fuerza de
las recomendaciones». Estas recomendaciones se
estratifican como A, B, C, y D, correspondiendo el
nivel A a un grado de evidencia I. De esta manera
se ha llegado a disponer de un cuerpo de
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información cada vez mayor, en diversas ramas de
la medicina, accesible a través de llaves, que
permite obtener las mejores pruebas respecto a
tópicos epidemiológicos y terapéuticos.
Venta ja s y desventa ja s de la MBE. En términos
epistemológicos, la MBE es un intento loable que
busca aplicar en el área de la medicina la primera
regla del Discurso del Método. No cabe duda de
que su aporte nos entrega una información más
confiable del «estado del arte» del conocimiento
médico actualizado y su aplicabilidad, particularmente en entidades morbosas que presentan un
mayor impacto dadas sus altas tasas de incidencia.
Por otra parte, puede ser ejercida por médicos de
variado nivel formativo con tal que dispongan de
acceso a la información basada en pruebas. Se
dice además que es democrática, abierta al debate, en contraposición a las que a veces tratan de
imponer las figuras doctas de la medicina20 .
Frente a lo anterior se levantan algunas críticas:
- La evidencia debe ser entendida como información basada en pruebas, ya que no corresponde a la evidencia cartesiana, aunque su
metodología nos recuerde el Discurso del
Método o las Regula e .
- Siempre existirá un sesgo y la posibilidad de
superarla.
- Debe recordarse que el «médico trata enfermos
y no enfermedades» y que la esencia del acto
médico es la relación hombre enfermo/hombre médico, aspecto que sólo madura con la
experiencia, no reemplazable por una mejor
documentación.
- No siempre, especialmente en Atención Primaria, la literatura de la MBE tiene respuestas
para su enfrentamiento. Su ámbito, que es
ideal para abarcar patologías de gran incidencia, deja otras sin la posibilidad de estudios
estadísticos refinados, en las que las ideas
claras y distintas y la experiencia razonada
puedan avanzar en su manejo.
- Finalmente se señala que su implantación
arbitraria con fines economicistas sólo sería
conducente a rebajar el poder de la autoridad
médica basada en la experiencia y a coartar la
libertad de las decisiones.
- La propuesta lógica actual consistirá en usar la
mejor evidencia disponible para la toma de
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decisiones clínicas, sin desconocer la importancia de la experiencia22.
CONCLUSIONES
La MBE o mejor expresado en castellano Medicina
basada en pruebas, es un aporte en el diseño y
manejo estadístico que permite obtener información científica variada. Su metodología, que mira
de cerca a Descartes, figura precursora de la
ciencia moderna, procede con orden y medida,
encontrándonos en distintos momentos de sus
proposiciones con referencias explícitas e implícitas a la primera regla del Discurso del Método o a
Las Reglas para la Dirección del Espíritu, generando en su accionar una masa de conocimientos
actualizados altamente probables. Ellos pueden
ser consultados mediante llaves, útiles para la
aplicación en el caso individual de un paciente o
colectivos, en la investigación epidemiológica,
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información obtenida hasta el presente, en razón
de la perfección de sus diseños, desde el metaanálisis hasta las opiniones de expertos, ha sido
llevada a grados de «evidence», lo que de paso
ponen a la vista el estado del conocimiento
científico médico en los diversos campos de su
accionar.
Sin lugar a dudas la MBE es un gran aporte y
permanecerá hasta ser superada en el futuro. Sin
embargo, su aporte será menor en patologías de
baja incidencia y de ningún modo podrá reemplazar la experiencia y la relación médico-paciente.
Los «buenos médicos» deberán hacer uso de su
experiencia clínica y la mejor «evidence» externa
disponible. Sin la experiencia clínica la práctica
profesional puede correr el riesgo de ser tiranizada por la MBE, ser inaplicable o inapropiada para
un paciente individual. Sin la MBE la práctica
profesional se encontrará atrasada, en detrimento
de sus enfermos.
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