Comunidades negras y saberes
ancestrales ambientales: un análisis
desde los principios de la educación
popular ambiental para re(pensar) las
relaciones sociedad-naturaleza
Black Communities and Ancestral
Environmental Knowledge: An Analysis
from the Principles of Popular Environmental
Education to Re(Think) Society-Nature
Relationships 2
Comunidades negras e saberes ambientais
ancestrais: uma análise a partir dos princípios
da educação ambiental popular para re (pensar)
as relações sociedade-natureza
Carlos Rentería-Jiménez*
Claudia Vélez De La Calle*
orcid.org/0000-0003-4454-5750
orcid.org/0000-0001-7014-047X
Para citar este artículo: Rentería-Jiménez, C. y Vélez De La Calle, C. (2021). Comunidades negras y
saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para
re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza. Revista Colombiana de Educación, 1(81), 311-336. https://doi.
org/10.17227/rce.num81-10715
pp. 311-336
Recibido: 12/11/2019
Evaluado: 29/03/2020
*
Doctor en Ciencias de la Educación. Investigador Asociado del Instituto de Investigaciones Ambientales del
Pacífico, Quibdó, Chocó (Colombia). Correo:
[email protected]..
**
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación. Directora académica Doctorado y Posdoctorado en Alta
Investigación en Educación Intercultural de la Universidad de San Buenaventura Cali. Santiago de Cali,
Colombia. Correo:
[email protected].
N.º 81
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Resumen
En este artículo se presentan los resultados de la investigación Comunidades negras del
Pacífico colombiano (Chocó) y saberes ancestrales ambientales: un estudio intercultural
crítico para una educación y cultura ambiental propia, que analiza cómo los pobladores del
Consejo Comunitario Mayor del Alto San Juan-Asocasan (Chocó, Colombia) han construido histórica y culturalmente sus relaciones con la naturaleza, un conjunto de representaciones simbólicas y culturales, saberes, prácticas y valores que orientan sus vínculos
directos con su territorio ancestral, representadas a partir de categorías ontológicas, epistemológicas y éticas que, al ser mediadas por los procesos de enseñanza-aprendizaje
(categoría pedagógica), revelan la coexistencia de manifestaciones culturales, actitudes y
comportamientos, y demás interacciones con la naturaleza, expresadas a través de sus
saberes ancestrales ambientales. Metodológicamente, la investigación siguió un enfoque
cualitativo con orientación etnográfica, cuyas evidencias empíricas surgieron del análisis
de fragmentos narrativos obtenidos a partir de entrevistas a modo de interaccionismo
conversacional orientadas sobre las expresiones y cosmovisiones que explican su especial y estrecha relación con su ambiente. El territorio para los pobladores de Asocasan
representa un complejo proceso de relaciones de existencia, (re)existencia, resistencia y
permanente adaptación al ambiente, a la selva húmeda tropical, y es precisamente de la
mano de estas relaciones con las cuales desarrollan sus saberes ancestrales ambientales. Con base en estas evidencias, se pudieron advertir ciertas pautas y representaciones,
que orientan la dimensionalidad de estos saberes en sus aspectos ontológicos, éticos,
políticos, pedagógicos y epistemológicos.
Palabras clave
Cosmovisiones; educación
ambiental; conocimiento
local; grupos étnicos;
sustentabilidad
Abstract
Keywords
Worldviews; Environmental
Education; Local Knowledge;
Ethnic Groups; Sustainability
This article presents the results of the research Black communities of the Colombian
Pacific (Chocó) and ancestral environmental knowledge: A critical intercultural study for
an education and environmental culture of its own, which analyzes the way in which the
inhabitants of the Greater Community Council of Alto San Juan-Asocasan (Chocó, Colombia) have historically and culturally built their relationships with nature, a set of symbolic and cultural representations, knowledge, practices, and values that guide their direct
links with their ancestral territory, represented from ontological, epistemological and ethical categories that, when mediated by the teaching-learning processes (pedagogical category) reveal the coexistence of cultural manifestations, attitudes and behaviors, and other interactions with nature, expressed through their ancestral environmental knowledge.
Methodologically, the research followed a qualitative approach, with ethnographic orientation whose empirical evidence arose from the analysis of narrative fragments obtained
from interviews by way of conversational interaction addressed towards the expressions
and worldviews that explain their special and close relationship with their environment.
The territory for the inhabitants of Asocasan represents a complex process of relations of
existence, (re)existence, resistance, and permanent adaptation to the environment, to the
tropical rainforest, and it is precisely thanks to these relationships that they develop their
ancestral environmental knowledge. Based on these evidences, certain guidelines and
representations that guide the dimensionality of these knowledge in their ontological,
ethical, political, pedagogical and epistemological aspects could be noted.
Resumo
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Este artigo apresenta os resultados da pesquisa Comunidades negras do Pacífico colombiano (Chocó) e conhecimento ambiental ancestral: um estudo intercultural crítico para
uma cultura educacional e ambiental própria, que analisa como os habitantes do Conselho da Comunidade Maior de Alto San Juan-Asocasan, (Chocó, Colômbia) construíram
histórica e culturalmente suas relações com a natureza, um conjunto de representações
simbólicas e culturais, saberes, práticas e valores que norteiam seus vínculos diretos
com seu território ancestral, representados a partir de categorias ontológicas, epistemológicas e éticas que, quando mediadas pôr os processos de ensino-aprendizagem (categoria pedagógica) revelam a coexistência de manifestações, atitudes e comportamentos
culturais e outras interações com a natureza, expressas por meio de seus saberes ambientais ancestrais. Metodologicamente, foi orientado sob uma abordagem qualitativa,
com orientação etnográfica, cuja evidência empírica surgiu da análise de fragmentos
narrativos obtidos em entrevistas por meio de interação conversacional orientada sobre
as expressões e visões de mundo que explicam sua relação especial e estreita com seu
ambiente. O território para os habitantes da Asocasan representa um processo complexo de relações de existência, (re) existência, resistência e adaptação permanente ao
meio ambiente, à floresta tropical, e está precisamente nas mãos dessas relações com
as quais eles desenvolvem seus conhecimentosambientais ancestrais. Com base nessas evidências, foram observados certos padrões e representações que orientam a dimensionalidade desses conhecimentos em seus aspectos ontológicos, éticos, políticos,
pedagógicos e epistemológicos.
Palavras-chave
visão de mundo; educação
ambiental; conhecimento
local; grupos étnicos;
sustentabilidade
Superar la visión antropocéntrica significa (re)-pensar las relaciones
entre la sociedad y la naturaleza, y en contextos étnicos como el del Chocó,
mantener y en algunos casos volver hacia la mirada racional, respetuosa y
responsable que han mantenido las comunidades negras sobre la naturaleza, manifestada en la comprensión de su funcionamiento. Esta se observa,
por ejemplo, en el conocimiento profundo de las formas diferenciales de
siembra, manejo y cosecha de variadas especies vegetales; los tiempos
de caza, pesca y extracción de madera, así como la incidencia de las
distintas fases lunares en estas actividades. Asimismo, implica concebir
el ambiente en su integralidad como un ser vivo, además de identificar
las actividades productivas propias del modelo local, caracterizar los elementos comunes y diferenciales de otros modelos productivos, a fin de
establecer las lógicas ecológicas, las prácticas y los saberes ancestrales
que se encuentran detrás de cada actividad productiva enmarcada en
los modelos locales, y los posibles impactos ambientales que podrían
desencadenarse (Escobar-Benítez, 2015).
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Desde esta perspectiva, se acepta la idea de que el saber ambiental
elaborado por muchas comunidades negras, indígenas y campesinas
representa elementos políticos y éticos importantes, puesto que ellas
son portadoras de unas formas diferenciadas de ver y entender el mundo
(cosmovisiones), en cuanto racionalidades ambientales alternas a la racionalidad instrumental. Así, la educación popular ambiental constituye el
escenario en donde se entrelazan dos formas culturales distintas de entender las relaciones entre el hombre y la naturaleza: la primera, la cultura
dominante, marcada por una concepción ampliamente antropocéntrica
que en su diálogo con la naturaleza hace evidente las rupturas entre
las conexiones de los seres humanos con la naturaleza que son las que
tienen al planeta sumido en una crisis ambiental. La segunda, las denominadas culturas subalternas, caracterizadas por unas concepciones
biocéntricas, cuyos conocimientos, técnicas y tecnologías aún no han
sido subsumidas por el capital, lo cual las convierte en alternativas al
antropocentrismo, tal como sucede con las culturas afrocolombianas
(Escobar-Benítez, 2015).
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
La educación popular ambiental asumida desde una perspectiva crítica propende por fomentar una conciencia ambiental, que cuestione los actuales
modelos de desarrollo económicos impuestos de manera global. Esta situación demanda la (de)construcción de las concepciones antropocéntricas
que guían la relación de los seres humanos con la naturaleza, apelando a
la instauración de modos de vida más responsables y sustentables, lo que
necesariamente implica un compromiso político y social transformador
(Calixto-Flores y Herrera-Reyes, 2010).
Carlos Rentería-Jiménez / Claudia Vélez De La Calle
Introducción
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Núñez (2005) y Reyes (2010) proponen cuatro dimensiones que,
según su consideración, definen a la educación popular y a la educación
ambiental: la ética, la epistemológica, la pedagógica y la política.
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» Dimensión ética. La educación popular tiene su génesis y se desarrolla dentro de un marco ético particular que, a diferencia de la
ética propuesta desde el modelo económico capitalista, es profundamente humana (Núñez, 2005). Este marco ético al articularse
desde la perspectiva de Reyes (2010) propende por una educación ambiental que, en primer lugar, propicie iniciativas solidarias
y de responsabilidad compartida, y, en segundo lugar, promueva
la vida para que sea considerada como primer valor. Desde este
último enunciado se plantea que la educación ambiental tiene
que ampliar los márgenes de la responsabilidad humana y promover un compromiso de respeto hacia la naturaleza; con ello se
asume que nuestra especie no debe desvincularse de las otras si
pretende preservarse en el largo plazo. Esto le exige hacer de lo
ambiental una parte sustantiva de la cultura y ver al territorio no
solo como un objeto de propiedad, sino como un espacio vital de
interacción ecológica.
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» Dimensión epistemológica. Desde la perspectiva de Núñez (2005),
la educación popular sostiene un enfoque epistemológico dialéctico, complejo, procesual, holístico, contextual, histórico, dinámico, que supera las visiones parcializadas y profesionalizantes que
el paradigma positivista pregona y sostiene. Esta perspectiva de
acuerdo con el paradigma del conocimiento asumido por las expresiones críticas de la educación ambiental propuesta por Reyes
(2010) se considera impulsora de la reforma del pensamiento y
constructora del enfoque de la complejidad de conocimiento y
de un modelo de conocimiento relacional y dinámico. Estos dos
postulados parten de la necesidad de la deconstrucción del conocimiento predominante y la consecuente construcción de conocimientos y saberes que respondan a los muy complejos contextos
problemáticos a los que se busca dar respuesta. Ni lo primero ni lo
segundo será posible si la educación ambiental elude una postura
crítica que alimente ambos procesos.
» Dimensión metodológica y pedagógica. En su propuesta metodológica de carácter dialectico, Núñez (2005) destaca que la educación
popular asume elementos de una pedagogía crítica y profundamente participativa que, además de considerar conocimientos
previos derivados de la práctica social de los participantes del
proceso educativo, parta de saberes más concretos, simples, personales, subjetivos y cercanos, para avanzar hacia conocimientos
A estas cuatro dimensiones se suma una quinta, la ontológica, propuesta desde el enfoque de las ontologías relacionales (Escobar, 2014)
consideradas potencialmente claves para reorientar el campo de la relación entre sociedad y naturaleza. En estas ontologías, los territorios son
espacio-tiempo vitales de interrelación con el mundo natural, y el mundo
animal que lo circunda y son parte constitutivas de él. Es decir, la interrelación genera escenarios de sinergia y de complementariedad tanto para el
mundo de los hombres y las -mujeres, como para la reproducción del resto
de los otros mundos que circundan al mundo humano. En este sentido,
es fundamental entender que cuando se está hablando de relaciones con
los elementos naturales se está haciendo referencia a una relación social
y no a una relación sujeto-objeto.
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Núñez (2005) asume estas dimensiones como “elementos sustantivos”
de la educación popular, en tanto que Reyes (2010) precisa las posibles
relaciones de estas en su intención de ubicar los principios que caracterizan
y le dan esencia a una educación ambiental que adopta una perspectiva
crítica. Lo anterior, según Reyes, es producto de la revisión y el análisis
por parte de estos autores de publicaciones científicas provenientes del
ambientalismo crítico (Ángel y Ángel, 2002), de la ecología política (Leff,
2000, 2002), de la educación popular ambiental (Esteva, 2004; González
Gaudiano, 1999, 2000, 2003; Mejía, 2011; Tréllez, 2000, 2002) y de la
pedagogía de la tierra (Gadotti, 2002).
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
» Dimensión política. Desde esta dimensión, para Núñez (2005)
la educación popular asume una posición política en la que se
asume a sí misma como un acto político. En consecuencia, toda
educación además de constituir una práctica pedagógica es también una práctica política, por tanto, no es posible que los seres
humanos se mantengan al margen de su compromiso como sujetos sociohistóricos. Para Reyes (2010), la educación ambiental en
lo político debe intencionadamente buscar ser: 1) transformadora
y emancipadora, 2) cuestionadora, explícita y discrepante, y 3)
constructora de ciudadanía política.
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más abstractos y complejos. Es decir, un conocimiento que, en su
construcción, además de gradual sea colectivo. Estas consideraciones, en articulación con la educación ambiental con perspectiva crítica propuesta por Reyes (2010), asumen como principios: 1)
colaborar en la reconversión del sistema educativo y en la regeneración de los procesos de enseñanza aprendizaje, 2) propulsar la
transdisciplina y la vinculación de lo ambiental con otros asuntos
globales (población, paz, derechos humanos, género), y 3) articular la espiritualidad, el diálogo intersubjetivo y las emociones a
los procesos educativos.
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Saberes ancestrales ambientales de
comunidades afro
Para los grupos étnicos del Pacífico colombiano los saberes ancestrales
constituyen un sistema de prácticas, costumbres, informaciones, usos y
tradiciones de vida que determinan su existencia y (re)existencia como
pueblos negros, dentro de su propio universo y su propia cosmovisión.
Se constituyen, además, en uno de los rasgos más importantes de su
identidad cultural. La denominación de ancestral obedece a su origen y
carácter hereditario, sus profundas raíces milenarias, las cuales han sido
creadas, transformadas y desarrolladas de manera colectiva por parte de los
pobladores de una comunidad, en una relación responsable y respetuosa
tanto con el territorio como con la naturaleza circundante, lo cual hace
que pertenezca al total de la comunidad (Antón, 2015).
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La sustentación cultural y la vida misma de las comunidades negras
del Pacífico colombiano estará garantizada en la medida en que se comprenda la fuerte y compleja relación que existe entre estas comunidades y
la naturaleza, resultado de una cosmovisión que se expresa en el territorio
a través de sus saberes ancestrales (Antón, 2015). En este caso, los saberes
ancestrales se entienden en un sentido amplio, no solo cubriendo el conocimiento específico de los diferentes componentes del entorno. Aquí, la
expresión saberes ancestrales ambientales se entiende como un “sistema
complejo de conocimiento-práctica-creencia” (Berkes et ál., 2000, p. 13),
específicamente referidos a las prácticas de aprovechamiento sostenible
de las comunidades respecto de su entorno natural. Esta relación también
incluye aspectos prácticos, instituciones sociales y la “cosmovisión”, es
decir, las suposiciones básicas sobre la realidad y su significado, así como
la naturaleza del conocimiento.
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El Consejo Comunitario Mayor del Alto San
Juan-Asocasan
El territorio colectivo de Asocasan está ubicado en la parte oriental del
departamento del Chocó, dentro de la zona del Alto San Juan en la región
del Pacífico colombiano (mapa 1). La mayor parte del territorio pertenece
al municipio de Tadó (83,48 %), con pequeñas áreas de los municipios
de Río Iró, Istmina y Cértegui (Plan de Uso, Manejo y Aprovechamiento
de los Bienes y Servicios Ambientales [puma]-Asocasan, 2015). Comprende
una extensión de 54 517 hectáreas y 4625 m2 adjudicadas mediante la
Resolución 02727 expedida por el entonces Instituto Colombiano de
la Reforma Agraria (Incora), el 27 de diciembre del 2001, a través del cual
se le reconocieron sus derechos como comunidad negra de Colombia
1
2
Se encuentra organizado conforme a lo establecido en el Decreto 1745 de 1995, siendo
el máximo órgano la Asamblea General, que elige una Junta Directiva y un representante
legal, así como una serie de comités técnicos, los cuales son elegidos cada cuatro años.
bosques comunitarios son aquellas áreas de uso comunitario ubicadas dentro del título
colectivo y que son de uso y aprovechamiento colectivo.
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Mapa 1. Localización del territorio colectivo Asocasan
Fuente: Plan de Etnodesarrollo Asocasan, 2013-2019
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
Las actividades productivas de los habitantes en Asocasan se basan en
múltiples opciones según la oferta de recursos, el conocimiento tradicional
y la oferta que presenta el paisaje: agropecuaria, forestal, minera, la caza y la
pesca. Las actividades de caza y extracción forestal suelen llevarse a cabo
en partes altas (bosques comunitarios2); en las partes medias se realizan
actividades como la siembra de colinos, la minería y el corte de madera
para uso doméstico, mientras que en las partes bajas se desarrolla la pesca
(Asocasan, pnuma, iiap y nj, 2012).
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(Asocasan, 2009). Como organización comunitaria, cuenta con 21 consejos locales. Administrativamente, el territorio colectivo de Asocasan es
gobernado por el Consejo Comunitario Mayor, que lleva su mismo nombre,
el cual fue fundado en diciembre del 2001, mediante la Ley 70 de 1993.1
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Metodología
En esta investigación se adoptó el estudio de caso cualitativo (Flick, 2009)
dadas las características ofrecidas por este modo de investigar referidas
principalmente a las posibilidades para abordar grupos reducidos, y la
interpretación inductiva de los datos (Taylor y Bogdan, 1992). Para este
estudio, nos brindó la posibilidad de acercarnos al contexto de las comunidades negras del Chocó, en particular al modo como históricamente sus
miembros se han relacionado con la naturaleza, a través de sus prácticas y
saberes ancestrales ambientales, lo cual conduce a definir la forma como
estas se construyen y su naturaleza epistemológica, ontológica, ética, política y pedagógica, así como sus significaciones dado el carácter contextual
de su emergencia para re(pensar) las relaciones entre sociedad y naturaleza
en el actual momento de crisis ambiental que vive la humanidad.
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Los sujetos participantes, son principalmente miembros de juntas
directivas, representantes legales, sabedores ancestrales y demás actores
comunitarios de los consejos comunitarios locales de Asocasan, al igual
que activistas de movimientos sociales y ambientales del Chocó, entre
otros. El número de actores participantes responde a la relación entre los
tiempos y demandas de la investigación, por una parte, y el nivel de profundidad que se pretendió alcanzar con cada uno de ellos, de acuerdo con
los propósitos planteados, las características del enfoque investigativo,
y los métodos y técnicas por utilizar en el estudio, por otra.
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Se procuró que las técnicas propuestas aportaran los elementos de
análisis para dilucidar la complejidad de la actual problemática ambiental
del Chocó, las relaciones hombre-comunidad-naturaleza y las representaciones sociales que orientan la cotidianeidad de los actores sociales. En
la investigación se recurrió a un proceso interactivo, dada su naturaleza
intercultural y perspectiva crítica, y el uso de diferentes técnicas de recolección de información o datos, principalmente la observación participante
y la entrevista no estructurada, acompañadas de otras formas de diálogo
interepistémico (lógicamente posimperial) a modo de conversación o interaccionismo conversacional (Haber, 2011; Quijano, 2016); y la consulta,
el contraste y análisis de documentos de diversa naturaleza, según se
requirió en el proceso de acercamiento a la realidad social del objeto de
investigación (triangulación metodológica).
Los pobladores de Asocasan perciben el universo como una interacción
constante entre seres materiales —naturales y sobrenaturales—, humanos
y no humanos, vivos y no vivos que habitan la naturaleza, los cuales
encuentran su lugar en la cotidianidad, donde se reproduce todo un
sistema de significados sobre los cuales construyen su especial conexión
con su ambiente, la selva húmeda tropical, donde se inserta su territorio
colectivo, el cual representa su espacio de vida. Existe una concepción
dual del mundo que se acompaña con una noción de unificación (unidad);
la dualidad espacial se enuncia en la distinción de propiedades diferentes
en el universo. En consecuencia, el mundo está conformado por tres
niveles (figura 1): el mundo de lo alto (del cielo o de lo divino); el del
centro (terrenal), donde se ubican los seres humanos; y el de lo bajo, de
la maldad y de la oscuridad, donde se ubica el infierno, donde van los
espíritus condenados, donde habita el demonio. Cada uno de estos mundos
cumple con una tarea en particular, pero no se encuentran aislados sino
interconectados e interrelacionados entre sí.
El mundo de lo alto se corresponde con lo puro, celestial, sin imperfección que involucra al Ser Supremo, el espíritu celeste, los ángeles, arcángeles
y santos (esta es una muestra notoria del influjo del fervor católico en las
cosmovisiones y creencias de los afrodescendientes). A este mundo también
corresponden el cosmos, donde se ubican las estrellas, las constelaciones y
los planetas, la atmósfera, esta última donde se concentran las nubes, y se
producen la brisa, los vientos, la lluvia, los truenos y los rayos.
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La dimensión ontológica
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El aporte de evidencias empíricas con respecto a las dimensionalidades
ontológicas, epistemológicas, éticas, pedagógicas y políticas de los afrodescendientes de Asocasan desde la complejidad de sus saberes ancestrales
ambientales se dio en el contexto del análisis de fragmentos narrativos
obtenidos a partir de las entrevistas y conversaciones (interaccionismo
conversacional), cuando los informantes compartían algunas de sus historias de vida y sus vivencias orientadas acerca de las visiones que orientan
sus formas de entender la vida, el mundo y la ordenación del universo. A
partir de estas evidencias fragmentadas, pudimos advertir ciertas pautas y
representaciones, desde luego inconclusas, que orientan la dimensionalidad
de los saberes ancestrales ambientales de los pobladores de Asocasan.
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Resultados
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Mundo de arriba
Mundo divino
Cielo
Relámpagos
CIELO
Dios, santos, ángeles, querubines, la Virgen
Cielo estelar
Estrellas
Ciclo atmosférico
Nubes, vientos
Mundo del medio
Mundo de afuera
Cementerio
Altares
Selvas,
bosques,
montes,
fincas
Rastrojos,
chuscales,
pastizales,
changuatales,
playas y ríos
Patios,
azoteas
casas
Mundo
de
adentro
oscuro, calabozo
Purgatorio
Limbo
Candela, almas, condenados, Diablo y su corte de demonios
Mundo humano
Infierno
Mundo de abajo, del pecado
Figura 1. Construcción simbólica (cosmogónica) del territorio en el universo afro
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Fuente: elaboración propia con base en Antón (2015) e información recabada en el trabajo
de campo
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El mundo del centro o del medio es donde se encuentran los hombres,
mujeres, niños y niñas afrodescendientes. Está compuesto por el mundo
terrestre, en el que se concreta la devoción religiosa y tiene convergencia
el mundo de lo sacro y lo mundano o profano, y en el que se ubican los
santuarios, los cementerios. En este mundo, se hallan las áreas naturales
(selvas, bosques, ríos y quebradas, etc.) donde se desarrolla concretamente
la vida de los pobladores de Asocasan, que, en términos de su apropiación
siguen una lógica vertical establecida a partir del conocimiento, uso y
aprovechamiento de las áreas naturales, en su mayoría, ecosistemas de
selva húmeda tropical. Se distinguen zonas altas, medias o bajas según
el cauce de los ríos y quebradas, y las particularidades del suelo y de las
especies de flora y fauna presentes.
En este mundo del centro es donde se desarrollan las relaciones
culturales, así como las actividades productivas, sociales y políticas. La
ocupación de este territorio de vida por parte de los afrodescendientes de
Asocasan ha significado su afianzamiento como “renacientes de la selva
húmeda tropical”, a través de la elaboración de un conjunto de prácticas
Los efectos de la evangelización, sumados a la economía minera esclavizadora que propició los continuos desplazamientos de los individuos a causa
del empobrecimiento de los yacimientos auríferos, impidieron la apropiación,
el florecimiento y el enraizamiento de la religiosidad africana. Probablemente, estas dos situaciones favorecieron la pérdida de dichos nombres de
la memoria de los negros esclavos; no obstante, mantuvieron la naturaleza
recóndita, esencial, de las ceremonias que efectuaban, y de la mano de estas
recubrieron y colmaron de sentido a las sagradas imágenes católicas. Esto
derivó, siguiendo a Martha Escobar (1990), en una cosmovisión que para
los afrodescendientes va mucho más allá del catolicismo, donde no existen
elementos, aspectos, representaciones o circunstancias fijamente separadas:
Que además de incluir tanto el plano racional, como la propia existencia como grupo étnico, sus consideraciones sobre lo bueno y lo malo,
lo auténtico y lo sacro, su nacimiento y desaparición, lo espiritual y lo
material, lo tangible y lo abstracto constituyen un rizoma en el que
todos sus componentes se encuentran unidos. En consecuencia, los
seres humanos, la flora y fauna, las deidades, las almas de los difuntos,
las apariciones o espantos, se encuentran repartidos de forma equitativa en la integridad de todo su universo, todos los mundos se entrecruzan
e interactúan entre sí (Escobar, 1990, p. 91).
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Esta catequización, al mezclarse con la ancestralidad religiosa portada
por los primeros grupos de esclavizados presentes en el alto San Juan
—principalmente conformados por las familias lingüísticas akán, bantú y
yoruba (Arocha, 1999; Mosquera, 2000)— instauró las bases para constituir
un nuevo modelo de comunidad negra, que se correspondiera con los
nuevos requerimientos del medio. Es decir, se tendió un puente de comunicación intercultural entre el cristianismo y las religiones africanas, en la
cual emergieron algunos elementos simbólicos que permitieron establecer
contacto entre los dos mundos: el africano y el occidental.
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
De acuerdo con Restrepo (1996), existen diferentes interpretaciones
sobre el origen de esta división del universo. Según este autor, es resultado de la cosmovisión afro, formada por principios culturales de génesis
africana que han sido (re)desarrollados y (re)interpretados en el nuevo
mundo, en confluencia con conocimientos asimilados en coexistencia con
otros grupos sociales (emberas y colonizadores españoles). Estos recursos
les sirvieron a las comunidades negras para afrontar, por un lado, las
dificultades impuestas por la selva húmeda tropical y construir un territorio
propio, y por otro, para oponerse a otros elementos culturales impuestos
desde la barbarie colonizadora, también al margen de la estrategia de
evangelización católica conducida por los colonizadores hispánicos.
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y conocimientos —saberes ancestrales ambientales— que han garantizado
su pervivencia en estos territorios desde la llegada de sus ancestros en
calidad de esclavizados.
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De allí se desprenden nuevos sentidos en dicha interrelación, que
superan la relación entre sujetos individuales con el territorio, por una
articulación e interpretación complejizada según la interacción continua
de las comunidades a las que pertenecen con los territorios. Cada sujeto se
relaciona desde una postura social con el territorio; de allí, su relación de
respeto, su comprensión de este como dador y soporte de la vida humana
y animal. A diferencia del hombre mestizo, católico, que ha colonizado a
lo largo de los dos últimos siglos las tierras del Pacífico chocoano, estableciendo unas relaciones utilitarias con la tierra, los animales y el entorno, sin
respetar la interrelación entre lo ambiental, lo colectivo y comunitario, ha
predominado un aprovechamiento utilitario de los recursos proporcionados
por el entorno, favoreciendo su deterioro, su destrucción, al carecer de un
sentido de respeto vital por el territorio.
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Es posible establecer una relación entre esta dimensión ontológica
y los principios asumidos desde la óptica de la educación popular, tales
como el hecho de adoptar elementos de participación activa que recogen los conocimientos y saberes previos derivados de la práctica social
para profundizar hacia conocimientos más complejos de manera gradual.
Estas consideraciones apuntan a revisar y transformar las relaciones con
el sistema educativo imperante, y del proceso de enseñanza-aprendizaje;
vincularse a los asuntos que son causa de preocupación general del planeta, es decir, hacer visibles la relaciones de lo ambiental del entorno
local y regional, con las problemáticas de orden global; y, por último,
proveer su particular mirada y percepción personal, espiritual y colectiva
a la reformulación de los procesos educativos.
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Considerando las anteriores perspectivas simbólicas, y desde un enfoque
holístico, integrador e interconectado de la naturaleza, los afrodescendientes
de Asocasan se entrelazan con su territorio de vida, en donde lo sagrado
y lo profano, su mundo y otros mundos, forman parte de una integralidad
en la que el hombre y la mujer afro se encuentran inmersos en correlación
y dependencia con el ambiente y con el mundo de lo divino o sagrado, es
decir, una espiritualidad que se constituye en el eje fundamental sobre el
cual se entretejen todos los actos de su vida, en el bosque cuando van a
cortar madera o a cazar, en la playa del río cuando van a pescar o a trabajar
en las minas, en la finca cuando van a sembrar o a cosechar.
La dimensión epistemológica
Las particulares condiciones históricas, ambientales y socioculturales
en que se desenvuelven los pobladores de Asocasan en su cotidianidad
han sido el condicionante fundamental que les ha permitido desarrollar
unas estrategias de supervivencia asumidas sobre la base de conductas,
comportamientos y relaciones simbólicas propias de una etnicidad, que de
Para el efecto, las palabras de varios de los miembros de Asocasan
dan cuenta de esta mirada particular a la que se hace referencia como
una afroepistemología ambiental:
Nosotros tenemos acá la gran riqueza de que no necesitamos mover la
tierra, para escoger el sitio más adecuado para sembrar, miramos donde hay matas de guama, barrigona, platanillo, caucho, yarumo, todo
eso nos indica que la tierra puede ser fértil para el cultivo del plátano y
del maíz (Américo Mosquera, entrevista 16 de agosto del 2019).
Generalmente hacemos la socola en luna nueva o en época de época
de lluvias, porque allí todo lo que cortemos se descompone más fácil,
porque si es en menguante al otro día ya está puyado, así garantizamos
una descomposición más rápida, especialmente en los meses de febrero,
marzo y abril, algunos se van hasta mayo (José Octaviano Mosquera,
agricultor, entrevista 16 de agosto del 2019).
El cultivo del plátano, se le denomina colino o sementara, y se caracteriza por el uso de diversas variedades de plátano para su establecimiento,
comúnmente se encuentra asociado a otras especies como el cacao,
borojó, piña, yuca, achín, chontaduro, marañón y caimito, entre otros
frutales. Se dejan algunos maderables entre los colinos. Por lo general
toda socola lleva maíz, por tradición se le siembra piña en los filos o
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Desde el punto de vista anterior emerge la categoría de afroepistemología ambiental como la concepción del conocer, o qué y cómo conocemos
la naturaleza, la sociedad y lo espiritual. Estas tres variables responden a
tres nociones fundamentales: vinculación con la naturaleza (territorio de
vida), pensamiento holístico y equilibrio (armonía), que conforman la base
organizacional de su pensamiento afrodiaspórico, así como para la elaboración de los significados. Poseen como propósito garantizar la pervivencia
y conservación del territorio de vida, y por consiguiente son la evidencia
de posibilidades de una pedagogía favorecedora de una educación y cultura ambiental propia que reconozcan las particularidades y características
sociales, culturales e históricas de la población afro de nuestro país y de
nuestra región.
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
Existe una compleja, pero a la vez estrecha, relación entre la cosmovisión, el territorio y sus conocimientos, tres categorías que interconectadas
determinan un conjunto de prácticas y saberes ancestrales que garantizan
su pervivencia en armonía con su ambiente —el bosque húmedo tropical—, algunas de los cuales se expresan en sus sistemas productivos
tradicionales, sistemas de manejo del bosque, las explicaciones e interpretaciones de los fenómenos naturales, sus prácticas curativas, su sincretismo
y religiosidad, etc.
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manera natural se encuentra marcada por las relaciones entre la naturaleza,
la sociedad y el espíritu (ser), configurándose de este modo una perspectiva
étnica propia manifestada como sentipensamiento y esencia de vida.
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cuchillas, yuca y chontaduro entre mata y mata de plátano, se siembra
achín y ñame en las zonas más húmedas del terreno […] Entre los
maderables más recurrentes para asociar al colino están: el caucho, el
yarumo, el guamo, puesto que sueltan muchas hojas que son abono
para el cultivo. (Notas de campo, 16 de agosto del 2019).
En contraste con el proceso de socola,3 tanto el riego de las semillas
como la siembra del plátano se realizan en luna menguante (“luna buena”)
para agilizar su germinación y para que las plantas alcancen mayor altura y
generen vástagos y racimos o mazorcas de mayor tamaño. Sin embargo, si
el terreno elegido es susceptible a la influencia de ventiscas o ventarrones,
se recomienda sembrarlo en “luna mala” (creciente), de manera que la
planta alcance un tamaño moderado y no sufra volcamiento producto de
las fuertes brisas.
Tres características particulares del modelo de producción agrícola
tradicional de los afrodescendientes del alto San Juan se corresponden con
su grado de autosubsistencia y su bajo impacto ambiental: 1) incorpora un
importante número de especies nativas; 2) utiliza las variaciones naturales
del medio; y 3) reducción del riesgo con la diversificación
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Nuestros mayores nos enseñaron que cuando la tierra se calienta es
porque está cansada; razón por la cual, nosotros mantenemos diferentes terrenos para ser trabajados, los cuales vamos rotando. Pasado un
tiempo vemos que la tierra nuevamente ha recobrado su hojarasca, que
se van produciendo a medida que los árboles que se van degradando,
esta situación nos indica que la tierra ya abonó y nuevamente ha recobrado sus nutrientes y ya se encuentra lista para volver a sembrar
(Américo Mosquera, agricultor, entrevista 16 de agosto del 2019).
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La cacería en Asocasan se realiza principalmente en las épocas secas
y cuando hay abundancia de floración y fructificación (enero-marzo y
agosto-octubre), pues en estas épocas hay mayor frecuencia y diversidad
de especies animales. La abundancia de fauna de caza está estrechamente
relacionada con la actividad agrícola, como el cultivo del maíz, plátano,
yuca, achín, ñame, piña, etc. De ahí que mayoritariamente se realiza esta
actividad en espacios de cultivo, bosque secundario y bosque conservado
(bosques de respaldo).
Interpretar el pensamiento afrodiaspórico de los pobladores de Asocasan de forma holística explica el significado de vivir en una comunidad,
lo cual constituye el eje fundamental de su afroepistemología, y de él, se
desprenden las otras dos (naturaleza y equilibrio), considerando que esta
hace relación no solo a su historia sino también a un pensamiento que
3
Cada socola se inicia con la tala de árboles de sotobosque y de diámetro pequeño, al
tiempo que se tumban los árboles y se limpia el terreno.
Del marco de la afroepistemología ambiental descrita en los párrafos
anteriores aflora la concepción de sustentabilidad, fundamentada en una
reflexión que trasciende a los saberes ancestrales y se sustenta con valores
propios de la cultura afrodescendiente y su concepción de la vida, del bienestar y de la comunidad. Estos valores responden al buen uso y al manejo
compartido de los recursos naturales. Para los pobladores de Asocasan la
conservación se relaciona particularmente con la noción de sustentabilidad,
por tanto, se corresponde con el uso racional, cuidadoso, equilibrado y sostenible de los bienes y servicios ambientales ofertados por la selva húmeda
tropical. Así nos lo explica José Aristarco Mosquera:
Estos valores y actitudes se expresan en las prácticas productivas tradicionales llevadas a cabo por los pobladores de Asocasan y sustentadas
sobre la base de los saberes ancestrales ambientales, y los preceptos
del entresaque y la recolección de productos –del bosque, de la finca,
del barbecho, del río, de la quebrada, de la azotea, del patio, es decir
sin la acumulación ilimitada de bienes–, como estrategia de conservación territorial, y sostenimiento de los recursos naturales, como garante
de la pervivencia de los hombres y mujeres de Asocasan (José Aristarco
Mosquera, entrevista 17 de agosto del 2019).
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El equilibrio para las comunidades de Asocasan hace referencia al
principio fundamental de preservación y conservación del territorio para la
pervivencia de las generaciones futuras, en armonía entre el ser humano y
el ambiente. Allí se incentiva la vida en plenitud, el saber vivir en armonía
y respeto por los ciclos naturales de los ecosistemas, del cosmos, de la
historia, y frente a todo cuanto existe, donde el territorio es el eje central,
se conjuga y armoniza todo lo existente, bajo un ordenamiento ancestral
de y para la vida.
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
No obstante, resulta más evidente desde el estrecho vínculo que tienen
con la naturaleza, puesto que durante el desarrollo del trabajo de campo
y particularmente desde las entrevistas y la interacción conversacional
con los pobladores de Asocasan se resalta el profundo significado que le
otorgan al territorio, así como a la necesidad de respetarlo, agradecerle
y cuidarlo puesto que consideran que “el territorio es vida y la vida no
es posible sin el territorio”. El territorio provee los elementos necesarios
para preservar la salud (plantas medicinales) y el bienestar, y constituye
un componente fundamental de la tercera variable: el equilibrio.
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responde a la solidaridad, el respeto a la diversidad y a todas las formas
de vida, es decir, considera a la comunidad y al territorio colectivo, por
encima del individuo en el momento de tomar alguna determinación,
ejercer alguna actividad productiva o sociocultural. Esto resalta el sentido
colectivista de los afrodescendientes de Asocasan, al mismo tiempo que
prevalecen los valores de responsabilidad y reciprocidad presentes en
este colectivo cultural.
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En este sentido, las comunidades de Asocasan pueden ser consideradas diferentes y particulares por sus lógicas diferenciadas de otras,
precisamente debido a las epistemologías que entrañan relaciones con
el tiempo y el espacio distintas por la presencia de bosques, montes,
rastrojos, montañas, ríos, quebradas y minas en su vida diaria. Para estas
comunidades, el bosque, la selva, el monte, el rastrojo, el río, la quebrada
y la mina constituyen el eje estructurante de todas las relaciones que se
entretejen a su alrededor, hasta el punto de convertirse en “selvacéntricos”, “montecéntricos, y “acuacéntricos”, pues de su entorno obtienen
su sustento y todo lo necesario para construir sus territorios, y fraguan su
identidad. Consideran el mundo en el que habitan como un territorio de
vida en donde coexisten con la fauna y la flora, que están ligadas a las
selvas, a los bosques, a los montes y a los ríos.
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Desde esta perspectiva, entendemos que se ha forjado una ecosofía,
definida como aquellas “filosofías ecológicas locales que abarcan los
reinos de la flora y de la fauna” (Oslender, 2008, p. 135), marcadas por
una relación armónica, pero a la vez estrecha, entre las comunidades de
Asocasan y sus ríos y quebradas, sus selvas, montes, rastrojos y barbechos.
Esta relación, además de ser respetuosa, constituye una especie de hermandad, en la medida en que animales y plantas no existen antes que
el hombre sino que son complementarios y cualificados por la palabra
y el pensamiento de las personas que se relacionan cotidianamente con
ellos, de ahí las manifestaciones de narrativas mitológicas o leyendas de la
gente de Asocasan, que en esencia constituyen formas locales de conocer
y entender el mundo y que pueden denominarse “epistemologías acuáticas
y selváticas locales” (Oslender, 2008, p. 136).
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Estas relaciones ecosóficas con la selva húmeda tropical han sido desarrolladas como instrumentos de comunicación de expresiones y emociones
de la gente, y de sus relaciones con otros y con el entorno ambiental en que
viven. En este sentido, dichas epistemologías locales pueden entenderse
como formas sentipensantes desde la mirada de Fals Borda (1978), que en
este caso pueden aplicarse a las lógicas selváticas y acuáticas de Asocasan.
La dimensión ética
La cosmovisión de los pueblos ancestrales es la fuente principal inspiradora
de principios y valores éticos que pueden asegurar prácticas sostenibles y
convivencia armónica con la naturaleza. Asocasan, al igual que muchas
comunidades y organizaciones étnico-territoriales, ha desarrollado como
pieza clave de resistencia ejercicios de memoria desde sus saberes ancestrales, los cuales se mantienen vivos por su permanente reactualización
en espacios formales o en los usos cotidianos. Hoy en día se traduce en
estrategias de vida para continuar habitando el territorio y manteniendo
Dentro de la tradición oral de las comunidades de Asocasan estas
creencias culturales constituyen un crisol que contiene un valioso contenido de principios ecológicos vinculantes e integradores del mundo
ambiental y social, donde los conceptos de cultura, territorio y naturaleza
se expresan desde elementos originales de su propia historia y de su cosmovisión. Es decir, un conocimiento que se ha ido afianzando, transmitiendo y
transformando de manera generacional hasta derivar en una ética ancestral
expresada en actitudes, valores y prácticas esencialmente responsables,
respetuosas y preservadora de la naturaleza, del bosque húmedo tropical.
La estrategia de uso multiopcional hace referencia a la versatilidad
para combinar actividades de acuerdo con las épocas del año, los tiempos
de lluvia y sequía, dependencia absoluta del carácter polimorfo de sus
ecosistemas de producción, cuya integralidad hace a los pobladores de
Asocasan hombres y mujeres sentipensantes, cacharreros (Arocha, 1993).
Sentipensamiento que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental que
alcanza los sistemas productivos polimorfos asociados a la cultura afrodescendiente del alto San Juan.
Esto implica un uso particularmente diferenciado de los elementos de
la naturaleza en el tiempo y el espacio, procurando garantizar al máximo el
número de elementos que se obtienen del ambiente natural y que permiten
la subsistencia. Este uso diferenciado se ha visto favorecido por algunas
tradiciones o prácticas culturales de la cosmovisión afrodescendiente (sistemas productivos tradicionales, saberes ancestrales ambientales).
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Los símbolos alegóricos y míticos refuerzan el código y sirven de control de comportamientos, en especial, de los del niño: la Patasola, el
Indio de Agua, la Madre de Agua, el Tamborito, el Riviel, la Madre
de Monte y la Patasola son entidades del supramundo que están en
constante accionar y sirven de control cultural del comportamiento
y actitud de la gente. (Manuel Mosquera, entrevista, junio del 2019).
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
Esta cosmovisión, como ya hemos mencionado, se fue moldeando
en los difíciles años de la esclavitud colonial y posterior resistencia negra
y la manumisión legal (1851) que propició la frenética huida hacia las
planicies bajas. Derivó en una cosmovisión negro-africana e indígena, bajo
un sincretismo marcado por el animismo africano, portador de una idea de
la naturaleza como un ser portador de fuerzas y poderes, donde cohabitan
seres invisibles, otros que son puentes entre el hombre y la naturaleza, y
visiones del mal que, sin embargo, constituyen estrategias comunitarias de
control o regulación del accionar humano frente a la naturaleza:
Carlos Rentería-Jiménez / Claudia Vélez De La Calle
vigente unas prácticas de relación con la naturaleza que son el resultado
de una ética ambiental y de un entramado simbólico que acoge como su
mayor riqueza la diversidad y la complejidad del mundo representada en
su cosmovisión.
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La dimensión política
La concepción de educación ambiental que nace desde el pensamiento
afrodiaspórico de los pobladores de Asocasan constituye una posición
ético-política de corresponsabilidad, no solo con su territorio de vida, sino
con los renacientes (generaciones futuras), manifestada en su diario vivir, a
través de su cosmovisión, sus prácticas productivas tradicionales, al igual
que en la multiplicidad de acciones que realizan, en las que expresan
una relación respetuosa y responsable con la naturaleza, y que finalmente
tienen, directa o indirectamente, un componente político.
Dicho componente político se fundamenta en sus valores y prácticas socioculturales, ya que estas constituyen formas particulares de ver y
entender el mundo (cosmovisión), que consideran lógicas muy distintas
que establecen y recrean formas de organización social y económica
disímiles al conglomerado social colombiano.
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Revista Colombiana de Educación N. 81
En consecuencia, aceptamos que la generación de conocimiento en
sí es un hecho político, colmado de ambiciones e intencionalidades y
situado geográficamente. En efecto, se trata de un conocimiento “ubicado
geopolíticamente” en el sentido de Catherine Walsh, puesto que no solo
abarca el espacio físico, el lugar en el mapa, sino que además considera los
espacios históricos, sociales, culturales, discursivos e imaginados (Walsh,
2002). Para este estudio, el espacio cultural implica la producción de
saberes ancestrales ambientales en el contexto específico de la subregión
del alto San Juan, donde se sitúa de manera particular el territorio colectivo
de Asocasan.
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Por otro lado, es importante reconocer las potencialidades del movimiento socioambiental de Asocasan, con profundas raíces en Movimiento
Social Afrocolombiano, en particular con el Movimiento Cimarrón, los
cuales han defendido su territorio ancestral, al que consideran el fundamento de su existencia, su identidad y su cultura. Esto se sintetiza en la
promoción de la relación armónica que históricamente han mantenido
con la naturaleza.
Como resultado de esta defensa incesante, vienen promoviendo una
serie de instrumentos de planificación territorial, ordenación ambiental
y desarrollo comunitario en los que la etnoeducación se constituye en el
eje estructural de su proyecto de vida:
Cuyos propósitos están orientados a la administración, uso y defensa
del territorio, bienestar comunitario a partir de las prácticas tradicionales según su cosmovisión, a la apropiación de su etnicidad con una
autonomía responsable y al mantenimiento de las relaciones responsables y respetuosas por parte de las personas hacia la naturaleza y su
vida social. (Asocasan, 2013, p. 7).
4
Los planes de etnodesarrollo son elaborados por los consejos comunitarios y sus organizaciones étnico-territoriales, en ejercicio de sus derechos integrales. Forman parte de
los mecanismos de planificación para la gobernabilidad y el control de dichos territorios, derivados del Decreto 1745 de 1995, que reglamenta el capítulo iii de la Ley 70/93
o ley de comunidades negras en Colombia.
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Los planes y proyectos están encauzados hacia el logro de la (re)
construcción y (re)valoración de los saberes ancestrales y cosmovisiones
que fundamentan la tradición e identidad étnico-territorial de las comunidades de Asocasan, el reconocimiento y la realización de los derechos
territoriales y el uso colectivo de los recursos naturales, como basamento
esencial para establecer unas condiciones mínimas que garanticen la
vida, el bienestar colectivo y la soberanía alimentaria. Desde esta óptica,
confieren respuestas a la necesidad de fortalecer su autonomía, cohesión y
autoidentificación como etnia. El plan de etnodesarrollo4 Avanzando con
Autonomía e Identidad Colectiva 2013-2016 (Asocasan, 2013), el Plan de
Uso, Manejo y Aprovechamiento de los Bienes y Servicios Ambientales
(puma), el Reglamento Interno de Administración, uso y manejo del territorio colectivo, y el Protocolo Comunitario Biocultural para el Territorio
son formulados de manera participativa por las comunidades de los 21
consejos comunitarios locales, que responden a una visión de apropiación
y desarrollo de su propia cultura (visión étnica), centradas en aspectos de
socioeconómicos, explicitados en los campos ambiental y productivo y
en formas de etnoeducación, dirigidas a todos sus pobladores. En síntesis,
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
Tanto los valores culturales como ambientales de la comunidad de
Asocasan, y de su Territorio colectivo, son los criterios imperativos en
los que se enmarcarán todos los programas y estrategias de intervención social en el territorio, acciones que se materializarán a través de
planes y proyectos en el territorio. (Reglamento Interno de Asocasan,
artículo 14).
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Dichos instrumentos son construidos con la colaboración de los
sabedores ancestrales, líderes comunitarios, las mujeres, los jóvenes y
los mayores, a través de una metodología desde la cual se promueve la
formación de ciudadanía participativa, democrática, y el uso y la propiedad colectiva del conocimiento. Esto posibilita la contribución de todos
los miembros de la comunidad, a través del diálogo y el intercambio de
saberes. Los principios y planteamientos filosóficos y políticos de estos instrumentos están orientados hacia la transformación colectiva de la realidad,
la autodeterminación, y en respuesta a unos compromisos encaminados
hacia el bienestar socioeconómico, el fortalecimiento de su identidad y
autonomía en las decisiones que los involucren y que tengan que ver con
la calidad y condiciones de vida de sus moradores manteniendo siempre la
armonía con la naturaleza, especialmente cuando expresan:
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329
son instrumentos importantes con que cuentan las comunidades para
garantizar en el tiempo sus recursos naturales y de lucha contra la actual
crisis ambiental.
Los instrumentos de planificación territorial con que cuenta Asocasan,
además de darle continuidad a esta visión étnica, expresan una noción de
etnoeducación ambiental que, como campo de movilización educativa,
sociocultural y política, está orientada hacia la protección de los saberes
ancestrales garantes de la sostenibilidad ambiental del territorio colectivo,
desde una concepción étnico-holística que hace que la acción pedagógica
en su dimensión ambiental se vea reflejada en todos los ámbitos de la vida
de las comunidades.
Una de las estrategias de dicha dimensión ambiental es impulsar
la etnoeducación ambiental y la capacitación para el uso sostenible y la
conservación, con la finalidad de despertar conciencia sobre los valores
y funciones del bosque. Este, a su vez, es percibido como un componente
vital para la dinámica socioambiental de las comunidades.
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Desde esta perspectiva, y siguiendo a Arboleda (2015), la noción
de etnoeducación ambiental constituye una posición que además de su
carácter ético y político, involucra una corresponsabilidad con el planeta y
un compromiso con las generaciones futuras, que para el caso de Asocasan
se es expresa en términos de una identidad cultural “armonizada” con la
naturaleza; “clave histórica del sistema de pensamiento afrodiaspóricos de
la región Pacífico” (p. 188), desde la cual se resalta la relación comunitaria
con el entorno natural, lo que además implica una noción de territorio que
refleja un sentido de pertenencia de las comunidades al medio natural
que habitan y utilizan. Desde esta entidad también se promueven acciones
que generan cambios socioculturales que favorecen la autonomía y autogestión por parte del colectivo comunitario de Asocasan, especialmente
en sus prácticas productivas ancestrales.
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La dimensión pedagógica
Al volver nuestra mirada siguiendo una perspectiva intercultural, sobre
un espacio de dominación, resulta sencillo imaginar, entonces, que
dentro de un contexto de incertidumbre donde la supervivencia y
el futuro eran inciertos, debieron emerger una serie de estrategias
y habilidades de subsistencia —en especial, las prácticas productivas y
los saberes ancestrales ambientales— que les permitieron tanto a las
comunidades indígenas en primer lugar, como a las comunidades africanas esclavizadas en segundo, adaptarse y sobrevivir a estas condiciones
particulares. Seguramente, la cotidianidad del Pacífico colonial propició
una serie de intercambios culturales, producto de la reciprocidad y las
El pescador enseña a sus hijos a tejer redes, echar la atarraya, usar el
anzuelo y poner la Katanga; el minero enseña a sus hijos e hijas el arte
de “miniar” con el cual pueden arrancarle a la tierra granos de oro, las
mujeres enseñan a sus hijas a sembrar plantas de aliño, aromáticas, medicinales y alimenticias en la azotea, y enseña a preparar alimentos. Los
médicos tradicionales adoptan hombres y mujeres jóvenes en sus casas
para enseñarles el arte de curar con plantas, bejucos y lianas, y preparar
botellas balsámicas. Entre la caza del guatín o la guagua, entre la siembra de arroz o la recolección de frutos silvestres, entre la pesca del sábalo o el mazamorreo en el río, entre la cocina o el arreglo de la azotea, se
narran historias, mitos y leyendas en las que son transmitidos códigos de
comportamiento que orientan el diario vivir de nuestras comunidades.
(Entrevista etnoeducador Asocasan, agosto del 2019).
Para estas comunidades la pedagogía de la oralidad constituye una
práctica educativa y didáctica no formal que ha estado presente durante
siglos y representa una importante fuente de conocimientos y sabiduría,
expresados en los saberes ancestrales ambientales que forman parte de la
vida tradicional de las comunidades de Asocasan e integran el conocimiento
más importante sobre su biodiversidad. En tal sentido, constituyen una
educación ambiental propia de la cultura afro de Asocasan fundamentada
en una “pedagogía ancestral ambiental” basada en el “enseñar-aprender
a ser y enseñar-aprender haciendo”. Esta pedagogía ha hecho que en las
prácticas de vida cotidianas se enseñen y aprendan los conocimientos y
saberes ancestrales ambientales para relacionarse con la naturaleza, se
aprendan y enseñen las prácticas tradicionales en lo agrícola, forestal,
pesquero, minero, medicinal y gastronómico.
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En los diferentes diálogos con los pobladores de Asocasan se resalta el
hecho de que en su diario vivir el proceso educativo que ocurre de manera
informal —si bien transcurre de modo reflexivo y preparado— se asume
como una práctica natural, espontánea, existencial, vivencial, dinámica,
autentica y real, que durante siglos ha sido desarrollada dentro de sus familias
y en sus comunidades a partir de la tradición oral. Asimismo, responde a
una pedagogía de la oralidad, desde la cual los saberes, conocimientos y
prácticas son transmitidos permanentemente de boca a oído y en el propio
contexto territorial, incluyendo todos los demás sentidos:
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
Este contexto de retenciones e intercambios debió acompañarse de un
proceso pedagógico en donde los conocimientos, tanto de los indígenas
como de los africanos, se juntaron dotándose de coherencia respecto a unas
epistemologías que agrupan ancestros, palabra, flora y fauna, que al día de
hoy constituyen formas muy refinadas de transferencia de conocimiento.
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negociaciones cotidianas entre las costumbres indígenas y la tradición y
espiritualidad africana, que derivaron en una cosmovisión negro-africana
e indígena.
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Conclusiones
De los saberes ancestrales ambientales y prácticas de apropiación y uso
sostenible de la naturaleza expresada por los pobladores de Asocasan en su
vida diaria se desprenden una serie concepciones pedagógicas, ontológicas,
epistemológicas, políticas y éticas que en el marco de lo conceptual y
de lo teórico-práctico pueden permitir un mejor uso de los recursos del
medio, o que, con base en ellos, pueden ser útiles en otras sociedades.
En tal sentido, el principal aporte de los saberes ambientales ancestrales en la dimensión política responde al hecho de que a través de ellos las
comunidades de Asocasan de manera práctica responden a un modelo de
(re)afirmación y (re)existencia que se ajusta a una concepción de territorialidad, expresada en unas prácticas de apropiación y usos responsables y
respetuosos de la naturaleza, que constituyen lo esencial de su etnicidad.
Su basamento político se sitúa en una cosmovisión ancestral a través de
la cual no solo se materializan y concretan los planteamientos políticos
de la autonomía, la gestión ambiental y la soberanía alimentaria, sino que
configuran en sí mismos un medio esencial para conseguirlos.
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Revista Colombiana de Educación N. 81
El principal aporte de los saberes ancestrales ambientales de los pobladores de Asocasan, en lo concerniente a su dimensión ética, radica esencialmente en la importancia y el significado profundo que tienen los seres
vivos no como organismos aislados entre sí, sino más bien relacionados
y conectados de manera interdependientes, una especie de red formada
por una multiplicidad de conexiones complejas y simbólica que orientan
su relacionamiento con la naturaleza. Se trata de una ética de la vida, del
cuidado que es resultado de una cosmovisión ancestral, que se expresa en
actitudes, valores y prácticas esencialmente responsables, respetuosas y
preservadoras de la naturaleza, de la selva húmeda tropical.
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Las particularidades sociohistóricas, ambientales y culturales que
rodean a los pobladores de Asocasan en su cotidianidad han condicionado
el desarrollo de unas estrategias de supervivencia asumidas sobre la base
de conductas, comportamientos y relaciones simbólicas propias de una
etnicidad que, de manera natural, se encuentra marcada por las relaciones
entre la naturaleza, la sociedad y el espíritu (ser). De este modo se configura una perspectiva étnica propia manifestada como sentipensamiento
y esencia de vida, de la cual emerge la categoría de afroepistemología
ambiental, desde la que se explica el qué y el cómo conocen la naturaleza,
la sociedad y lo espiritual, tres nociones fundamentales de su vinculación con la naturaleza (territorio de vida), el pensamiento holístico y el
equilibrio (armonía). Estas nociones conforman la base organizacional
de su pensamiento afrodiaspórico, que tiene como propósito garantizar
la pervivencia y conservación del “territorio de vida”; por consiguiente,
Desde una perspectiva ontológica, los pobladores de Asocasan perciben el universo como una interacción constante entre seres materiales
—naturales y sobrenaturales–, humanos y no humanos, vivos y no vivos
que habitan la naturaleza, los cuales encuentran su lugar en la cotidianidad, donde se reproduce todo un sistema de significados sobre los cuales
construyen su especial conexión con el ambiente de selva húmeda tropical
naturaleza donde se inserta su territorio colectivo, el cual representa su
espacio de vida, en donde lo sagrado y lo profano, su mundo y otros
mundos, forman parte de una integralidad en la que el hombre y la mujer
afro se encuentran inmersos en correlación y dependencia con el ambiente
y con el mundo de lo divino o sagrado, es decir, una espiritualidad que
se constituye en el eje fundamental en torno al cual giran todos los actos
de su vida.
Referencias
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En E. Leff, Ética, vida, sustentabilidad (pp. 12-26). pnuma. Red de
Formación Ambiental para América Latina y el Caribe.
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(ed.), Amawta. Seminarios de investigación. Quito: Instituto de
Altos Estudios Nacionales. https://www.researchgate.net/publication/280531118_Amawta_Seminarios_de_investigacion.
pp. 311-336
Esta noción de educación popular ambiental toma forma en los procesos etnoeducativos visibles y vitales en las comunidades, en la comprensión compleja de las relaciones y vínculos entre lo ambiental y lo humano
en el sentido cercano, familiar, espiritual y subjetivo, complementado con
un sentido amplio y planetario.
Comunidades negras y saberes ancestrales ambientales: un análisis desde los principios de la educación popular ambiental para re(pensar) las relaciones sociedad-naturaleza
La experiencia del Consejo Comunitario Mayor del Alto San Juan-Asocasan puede ser considerada como un proceso de educación popular
ambiental que se recupera a partir de este proceso investigativo, y que se
caracteriza por contar con elementos participativos e incorporar aspectos
de pedagogía crítica basados en una práctica social de sujetos colectivos,
que se asumen a sí mismos como parte de un todo, de una comunidad, en
la que los saberes constituyen la riqueza sistematizada en conocimientos
que gradualmente se complejizan.
Carlos Rentería-Jiménez / Claudia Vélez De La Calle
son la evidencia de posibilidades de una pedagogía favorecedora de las
relaciones entre comunidad y naturaleza, que, como se mencionó más
arriba, reconozcan las particularidades sociales, culturales históricas y
políticas de la población afro del país y de la región.
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