PUBLICACIÓN MILITAR ESPECIALIZADA
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO ” - COLOMBIA
ISSN 0120-0631
EDICIÓN 252
VOL XCIII SEGUNDA EDICIÓN 2020
Las capacidades de las Fuerzas
Armadas al servicio de los
colombianos
n el ejercicio académico que desarrolla la Escuela Superior de Guerra (ESDEG), es imporE
tante considerar lo que plantea el filósofo griego
Sócrates: “Es imposible ser feliz si uno actúa en
contra de sus convicciones”. En tal sentido, las actividades que desarrolla la ESDEG se caracterizan
por la mística militar, la formación de los oficiales
superiores y de personal civil, bajo el principio de
fortalecer, modelar y mejorar su actuar, en procura
de hacer más robusto el liderazgo que demanda la
sociedad en estos tiempos de incertidumbre. Esa
labor nos hace felices, por cuanto capacitamos
personas para servirle a la humanidad.
Mayor General
HELDER FERNAN GIRALDO BONILLA
Director Escuela Superior de Guerra
"San Roque: una operación
que ha permitido mantener
hombres y mujeres de
tierra, mar, aire y río en
todo el territorio nacional
en favor del objetivo
primordial de servir a
la patria, con lealtad,
responsabilidad y confiando
en el Ser Supremo".
Nuestro objetivo va más allá de trasmitir conocimientos profesionales, útiles, de carácter instrumental ante problemas prácticos de tipo técnico
o científico; lo que se pretende es que cada persona, cada mujer y cada hombre, fortalezcan su
capacidad para participar en el desarrollo de estrategias sobre seguridad y defensa nacional, de
tal manera que sus convicciones los lleven a reflexionar y decidir sobre ello. La seguridad nacional nos compete a todos: al Estado y a la sociedad;
esa mirada múltiple y diversa nos permite afrontar
el desafío de derribar las barreras tradicionales entre las disciplinas académicas, y ello nos permite
volver a unir varios saberes que hasta ahora han
estado separados. Desde esa nueva visión se trazó la actual política pública en defensa y seguridad del Ministerio de Defensa Nacional, en aras
de enfrentar las amenazas de hoy, y en procura de
afrontar la incertidumbre, y hasta lo improbable,
de mañana.
El mundo de hoy se caracteriza por estar en un
ambiente VICA, donde la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y lo ambiguo rompen con
cualquier horizonte que se vislumbre. Se podría
pensar de una forma ligera que la planeación está
refundida, aunque VICA no es una sigla nueva: su
origen se atribuye al general Maxwell R. Thurman,
vicejefe de Estado Mayor del Ejército de Estados
Unidos y excomandante del Comando de Doctrina y Entrenamiento del Ejército, para referirse a
la situación que se vivía en la época posterior a
la guerra de Vietnam. Pero frente a ese nublado
ambiente se pueden diseñar estrategias que mitiguen el paso de la volatilidad, de la incertidumbre,
de lo ambiguo, y que se administre lo complejo,
como durante la Operación San Roque.
Editorial
Editorial
Edición Diamante
Revista Fuerzas Armadas
Como se puede ver, VICA (o VUCA, por las iniciales en inglés de Volatility, uncertainty, complexity
and ambiguity) y el concepto estrategia tienen su
origen en las ciencias militares. Desde dicho saber
se puede afrontar el momento de crisis que vivimos por el COVID-19. El Comando General de las
Fuerzas Militares ha puesto en marcha la Operación San Roque desplegando todas sus capacidades y el trabajo interinstitucional bajo el concepto
de la Acción Unificada del Estado; así mismo, busca mantener a la tropa bajo máximo alistamiento,
ante la actual emergencia sanitaria. Una operación
que ha permitido mantener hombres y mujeres de
tierra, mar, aire y río en todo el territorio nacional,
a favor del objetivo primordial de servir a la patria
con lealtad y responsabilidad, y confiando en el
Ser Supremo.
Este ambiente VICA confunde y hace perder el
horizonte. Debemos tomar conciencia de que
estamos en un momento muy particular, y debemos actuar de forma sui géneris; es un nuevo
desafío de seguridad internacional. Con la Operación San Roque se está afrontando el reto, tal
como lo expresa el señor comandante general de
las FF. MM.:
La estrategia de las Fuerzas Militares siguiendo los lineamientos de la política estatal de Defensa y Seguridad, está orientada a satisfacer los indicadores favorables
en el territorio nacional, mediante el esfuerzo operacional por desmantelar las
principales amenazas contra la seguridad,
sostener las condiciones para la gobernabilidad y el desarrollo socioeconómico de
la nación, bajo la estrategia ‘Colombia está
contigo, un millón de familias’, creada para
apoyar a la población más vulnerable, se ha
realizado un trabajo coordinado, articulado, de integración y de sincronización con
la presidencia de la República, Ministerio
del Interior, Ministerio de Defensa, Ejército
Nacional, Armada de Colombia, Fuerza Aérea Colombiana, Policía Nacional y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo
de Desastres, para disponer de todas las
capacidades al servicio de los colombianos
con un adecuado planeamiento estratégico y oportuna programación para atender
y apoyar a las instituciones participantes.
Estas acciones han permitido que las FF. MM. encaren el planteamiento del profesor en estrategia
Johansen, cuando afirma: “la volatilidad dificulta
el establecimiento de la visión, la incertidumbre
opaca el entendimiento, la complejidad impide
ver con nitidez y la ambigüedad impide ser más
ágil”. Se ha actuado para evitar las consecuencias
de la volatilidad; igualmente, se ha ampliado la
comprensión del contexto para disminuir la incertidumbre, se ha incrementado la comprensión
de los hechos para combatir la complejidad evitando la información innecesaria y confusa, y se
han movilizado todos los recursos para atender
las circunstancias cambiantes.
Desde la ESDEG se ha insistido en la formación
en liderazgos y en procesos académicos sobre
el quehacer de nuestras instituciones, como lo
plantea el general Gordon R. Sullivan, en su maravilloso libro La esperanza NO es un método: “Se
puede transformar cualquier organización para
que la conducta creativa y adaptativa haga parte
de su cultura de una manera que le permita tener éxito en un futuro que no puede predecirse”.
En el libro se hace referencia a la transformación
que se hizo en el Ejército de Estados Unidos una
vez terminada la Guerra Fría, y sus teorías y sus
instrumentos son un buen referente para asumir
estos retos que impone la seguridad internacional.
La actual situación exige mucha innovación y mucho aprendizaje. Estamos aprendiendo formas
cualitativamente distintas de percibir, de pensar
y de comportarnos. Será un proceso importante,
que requerirá desaprender algunas cosas sin perder lo básico.
CONTENI DO
06
Fuerzas Militares implementan la operación San Roque para mitigar
los efectos causados por la COVID-19
Por: General Luis Fernando Navarro Jiménez
Comandante General Fuerzas Militares de Colombia
15
General Fernando Landazábal Reyes: el filósofo guerrero
Por: Capitán (RA) César Augusto Castaño Rubiano
Asesor del Comandante General de las Fuerzas Militares.
35
El despliegue de nuestras capacidades para enfrentar a un enemigo invisible:
acciones de la Policía Nacional ante la emergencia por la COVID-19
Por: Brigadier General Ramiro Alberto Riveros Arévalo
Jefe Oficina de Planeación Policía Nacional.
Linda Lucía Ballestas Torres
Investigadora Centro de Pensamiento Estratégico y Proyección Institucional - Policía Nacional
43
Misionalidad del Ejército Nacional en la seguridad y defensa de los
recursos naturales de Colombia
Por: Coronel Giovanni Valencia Hurtado
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
51
Las capacidades operacionales de la Fuerza Aérea del Perú en la
seguridad multidimensional (2011-2019)
Por: Coronel Fuerza Aérea del Perú Carlos Roberto Álvarez
Estudiante Internacional del Curso de Altos Estudios Militares 2020
63
La superioridad aérea y su importancia para la seguridad y defensa nacional
Por: Coronel Kerly Sánchez Pesca
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
75
Alistamiento operacional: pilar de las Fuerzas Militares para alcanzar una
disuasión efectiva en la defensa nacional (caso Armada Nacional)
Por: Capitán de Navío Camilo Ernesto Segovia Forero
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
Capitán de Fragata José David Peroza Daza
Integrante del Programa Plataforma Estratégica de Superficie en la Dirección de Programas
Estratégicos- ARC
87
Zonas futuro: empleo dual del poder naval fluvial
Por: Coronel de Infantería de Marina Adolfo E. Hernández Ruiz
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
93
Edición 252
DIRECCIÓN
Mayor General
Helder Fernan Giraldo Bonilla
Director Escuela Superior de Guerra
DIRECCIÓN EDITORIAL
Teniente
Jeimy Marcela Rincón Mancera
Jefe Comunicaciones Estratégicas ESDEG
CONSEJO EDITORIAL
Brigadier General
Óscar Zuluaga Castaño
Subdirector Escuela Superior de Guerra
Coronel Néstor Hernán Urrea Palacios
Jefe Departamento Conjunto Acción Integral y
Desarrollo FF. MM.
General de la Reserva Activa
Fabio Zapata Vargas
General de la Reserva Activa
Jorge Enrique Mora Rangel
Mayor General de la Reserva Activa
José Roberto Ibáñez Sánchez
Mayor General de la Reserva Activa
Juan Salcedo Lora
Mayor General de la Reserva Activa
Jairo Alfonso Aponte Prieto
Vicealmirante de la Reserva Activa
Luis Alberto Ordóñez Rubio
General Ramón Emilio Gil Bermúdez (1933-2019)
Brigadier General de la Reserva Activa
Adolfo Clavijo Ardila
Por: Mayor General (RA) Juan Salcedo Lora
Miembro del Consejo Editorial, Revista Fuerzas Armadas
Coronel de la Reserva Activa PONAL
Héctor Álvarez Mendoza
GESTORA EDITORIAL
Natalia Saavedra Torres
101
¡Guantánamo!
Por: Vicealmirante de la Reserva Activa Luis Alberto Ordóñez Rubio, Ph.D.
Presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en retiro, FF. MM. de Colombia
DISEÑO
Lucía Castro Moreno
FOTÓGRAFO
IMP Arnold Ríos Almanza
CORRECCIÓN DE ESTILO
Gustavo Patiño Díaz
Tatiana Elena Fadul Aguirre
COLABORADORES
AA9. Adriana Suárez Rodríguez
Geovanni Montaña Castro
ARCHIVO FOTOGRÁFICO
105
Modelo de alcalde militar
Por: Coronel (RA) Héctor Álvarez Mendoza
Miembro del Consejo Editorial, Revista Fuerzas Armadas
Comunicaciones Estratégicas COGFM
Comunicaciones Estratégicas EJC
Comunicaciones Estratégicas ARC
Comunicaciones Estratégicas FAC
Comunicaciones Estratégicas PONAL
Material de fuentes electrónicas
Revista Fuerzas Armadas
[email protected]
Carrera 11 # 102-50 of. 209. Telefax 620 6536
Teléfono 620 4066, exts. 21067 y 20618,
www.esdegue.edu.co
Las ideas expuestas en los artículos son de exclusiva responsabilidad
de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de las
directivas de la Escuela Superior de Guerra ni de los altos mandos
militares.
La Revista de las Fuerzas Armadas autoriza la reproducción de
los artículos publicados, siempre y cuando se otorgue el crédito
respectivo en la bandera de la publicación y como nota referencia en la
presentación del mismo.
6
Número 252
Fuerzas Militares
implementan la operación
San Roque para mitigar
los efectos causados por la
COVID-19*
General Luis Fernando Navarro Jiménez
Comandante Fuerzas Militares de Colombia
*Las cifras presentadas en este artículo fueron tomadas en el lapso
comprendido entre el 6 de marzo y el 31 de julio de 2020.
Se graduó como bachiller académico en el colegio departamental José Joaquín Casas. Ingresó en enero de 1980 a la Escuela Militar de Cadetes ‘General José María Córdova’, en la cual obtuvo
el título de Ciencias Militares y se graduó como subteniente del arma de Infantería en diciembre de 1982.
Durante el transcurso de su carrera militar, ha realizado diferentes cursos de formación militar para ascender a los diferentes grados y de especialización: Paracaidismo, Jefe de Salto, Lancero
y Comando Especial Terrestre. Es diplomado en Estado Mayor; adelantó el programa en Alta Dirección Empresarial, en la Escuela de Negocios de la Universidad de la Sabana; diplomado en
Administración de Negocios, Universidad Católica de Chile; diplomado en Estrategia, Innovación y Prospectiva, Universidad Externado de Colombia; y es magíster en Seguridad y Defensa
Nacional.
Así mismo, es profesor militar en Ciencias Militares y en Estrategia, también ha sido conferencista invitado en varias instituciones, como el Colegio de Guerra de Francia y la Escuela de Guerra
de España y ha participado en conferencias como panelista en el marco de la cooperación hemisférica con el Comando Sur y el Comando del Pacífico de los Estados Unidos.
Ha desempeñado múltiples cargos a lo largo de su carrera militar en unidades de combate de infantería y de formación de capacitación de oficiales y suboficiales del Ejército, entre los que se
destacan: segundo comandante del Batallón de Infantería No. 35 ‘Héroes del Güepí’, inspector de estudios y segundo comandante de la Escuela de Infantería, comandante del Batallón de
Infantería Aerotransportado No. 28 ‘Colombia’, comandante del Batallón de Cadetes No. 3, vicerrector académico de la Escuela Militar de Cadetes y profesor de la Escuela Superior de Guerra.
Revista Fuerzas Armadas
l Comando General de las Fuerzas Militares ha puesto en marcha la operación San
Roque, con la cual se despliegan todas las
capacidades de las Fuerzas (mediante el trabajo
interinstitucional desde el concepto de la acción
unificada del Estado) y se mantiene a la tropa
en máximo alistamiento ante la emergencia sanitaria actual. Como tal, es una operación que
permite ubicar a hombres y mujeres de tierra,
mar, aire y río en todo el territorio nacional, con
el fin de cumplir el objetivo primordial de servir
a la patria.
E
Cuando se tuvo conocimiento y comprobación
del primer brote de coronavirus en el país, el
Ministerio de Salud declaró la emergencia sanitaria, mediante la Resolución 385 de 2020. A su
vez, el presidente de la República, en ejercicio
de las facultades constitucionales y legales, diseñó una estrategia de gobierno liderada por el
Ministerio del Interior e impartió instrucciones,
por medio del Decreto 457 de 2020, en virtud
de la emergencia sanitaria y el mantenimiento
del orden público.
En ese marco, las Fuerzas Militares, en cumplimiento del mandato constitucional (Colombia,
1991) y los lineamientos presidenciales realizan
operaciones de apoyo a la autoridad civil, brindan atención humanitaria a la población durante la emergencia provocada por el coronavirus
y mantienen el esfuerzo operacional, con el fin
de garantizar la seguridad y tranquilidad en las
diferentes regiones del país. Estas tareas se materializan con la operación San Roque (Torrico,
2017), nombre otorgado en homenaje al santo
intercesor contra las pestes o epidemias.
Foto: Comunicaciones Estratégicas COGFM
Es una operación que
permite ubicar a hombres
y mujeres de tierra, mar,
aire y río en todo el
territorio nacional, con el
fin de cumplir el objetivo
primordial de servir a la
patria.
7
8
Número 252
Esta operación, desarrollada de forma conjunta, coordinada, interinstitucional y multilateral, enfoca sus acciones hacia cuatro líneas de esfuerzo, así:
Preservar la Fuerza. Es fundamental que los soldados, marinos, infantes y aviadores permanezcan sanos
y fuertes para cumplir con la misión y, por lo tanto, es
necesario acatar las medidas establecidas por el Gobierno nacional, el Ministerio de Salud y la Sanidad Militar.
Mantener las capacidades intactas para trabajar. Fue
ordenado el acuartelamiento para tener disponibilidad
al 100 % de todos los integrantes de las Fuerzas ante
cualquier requerimiento.
Continuar la conducción de operaciones militares
enfocadas permanentemente en neutralizar las acciones de los grupos armados organizados (GAO), los factores de inestabilidad y el control de fronteras.
Proveer apoyo por parte de las Fuerzas Militares a la
autoridad civil. Se busca aportar las capacidades de las
FF. MM. para la asistencia humanitaria de la población
civil, en apoyo de las autoridades locales, departamentales y nacionales.
Con el objetivo de mantener y preservar la salud e integridad de la Fuerza, se han desplegado equipos de sanidad especializados en el desarrollo de actividades de
capacitación y sensibilización, con el propósito de informar acerca de los procedimientos preventivos y protocolos de autoprotección alineados con las políticas del
Ministerio de Salud, que permitan minimizar el riesgo de
contagio por coronavirus a las tropas.
La Dirección General de Sanidad de las Fuerzas Militares
ha liderado acciones integrales y articuladas en respuesta, oportuna y eficiente, a la emergencia que vive el país.
Por ello, ha dispuesto de talento humano profesional y
especializado, y, mediante la capacidad asistencial, ha
elaborado planes de contención, mitigación y expansión
para dar atención prioritaria a los usuarios del sistema de
salud de las Fuerzas Militares.
Consecuentes con esta iniciativa y advirtiendo la necesidad de apoyar las acciones adelantadas por el Gobierno nacional, el Hospital Militar Central (en Bogotá) y el
Hospital Naval (en Cartagena) dispusieron un total de
196 camas hospitalarias para atender al personal militar
Foto: Comunicaciones Estratégicas COGFM
Revista Fuerzas Armadas
contagiado, 1275 profesionales en salud, 979 funcionarios
en especialidades de apoyo
y 2027 personas disponibles
para proveer asistencia operacional.
En la fase preparatoria, las direcciones de Sanidad de las
Fuerzas Militares validaron la
capacidad instalada de cada
uno de los establecimientos
de salud a nivel nacional, identificaron el personal disponible y las capacidades de la red
propia y contratada y establecieron posibles escenarios a
partir de predicciones epidemiológicas.
Como resultado de esta fase,
se adaptaron rutas y estrategias de atención en salud pública, mediante 4 líneas telefónicas de atención nacional y
48 de atención local; además,
se implementaron canales
virtuales de atención especial para mayores de 70 años,
quienes han estado recibiendo
sus medicamentos a domicilio,
y se activó el programa “Línea
en defensa de la vida”, enfocado en preservar la salud mental de todos los asociados al
Sistema de Sanidad Militar.
Con el mismo objetivo, se emitieron directrices para el manejo de la exposición al riesgo
en ambientes laborales, como
la desinfección de áreas y la
implementación de estrategias
temporales de trabajo en casa,
para el personal que cumple
labores administrativas, y se
establecieron los lineamientos
para el manejo de personal en
fronteras, centros de reclusión
militar y atención de casos.
El Hospital Militar Central (en Bogotá) y el
Hospital Naval (en Cartagena) dispusieron
un total de 196 camas hospitalarias para
atender al personal militar contagiado, 1275
profesionales en salud, 979 funcionarios en
especialidades de apoyo y 2027 personas
disponibles para proveer asistencia
operacional.
Como parte de la gestión con
entes externos y el trabajo
interinstitucional, se establecieron convenios como la
colaboración con el Instituto Nacional de Salud para el
diagnóstico de la COVID-19
en el laboratorio de referencia de la Dirección de Sanidad del Ejército, el cual inició
el procesamiento de muestras
desde el 27 de abril de 2020.
Adicionalmente, se formalizó
el convenio de colaboración
entre la Fundación Bavaria,
el Banco Itaú, la Gobernación
del Atlántico y el Ministerio
de Defensa Nacional, el cual
estuvo dirigido a la implementación y funcionamiento de un
hospital móvil para la atención
de pacientes afectados por la
COVID-19, adjunto al Hospital Universitario Cari E.S.E. (en
Barranquilla), el cual cuenta
con desfibriladores, ventiladores, bombas de infusión y 40
camas para cuidados básicos y
10 para cuidados intermedios.
En cumplimiento de la operación San Roque y de sus líneas
de acción, las Fuerzas Militares
han mantenido la capacidad
operacional; por esta razón, el
16 de marzo de 2020 entraron
en primer grado de alistamiento, con el fin de garantizar el
acatamiento de las medidas
ordenadas por el Gobierno nacional, manteniendo los ciclos
de operaciones, descanso y
entrenamiento, con el propósito de que haya disponibilidad
de personal durante la emergencia sanitaria.
La estrategia de las Fuerzas
Militares en el desarrollo de
operaciones, articulada con
los demás esfuerzos institucionales y siguiendo los lineamientos de la política estatal
de defensa y seguridad, está
orientada a satisfacer los indicadores favorables en el territorio nacional, mediante el
esfuerzo operacional por desmantelar las principales amenazas contra la seguridad y sostener las condiciones para la
gobernabilidad y el desarrollo
socioeconómico de la nación.
Por consiguiente, las unidades
militares del país se encuentran
operando al 100 %, cumpliendo la misión de garantizar la seguridad y la tranquilidad de los
colombianos a través de operaciones militares sostenidas en
todo el territorio nacional.
9
10
Número 252
La tercera línea de esfuerzo
está enfocada en mantener la
capacidad ofensiva de las Fuerzas Militares, y muestra de ello
son los resultados obtenidos
en el marco de las acciones desarrolladas contra los grupos
armados organizados y los demás factores de inestabilidad, al
tiempo que se vienen reforzando las operaciones de contribución a la protección fronteriza,
en articulación con las demás
instituciones del Estado, haciendo énfasis en la población,
el territorio y la soberanía.
El trabajo conjunto de las
Fuerzas Militares ha permitido obtener importantes resultados operacionales en la
ofensiva adelantada contra las
estructuras de los GAO ELN,
GAO residual, Clan del Golfo,
Pelusos y Caparros, al lograr
la neutralización (muertes en
desarrollo de operaciones
militares, capturas y sometimientos a la justicia) de 4542
integrantes de estas estructuras armadas ilegales, la incautación de abundante material
de guerra y de 318 toneladas
de clorhidrato de cocaína y la
destrucción de más de 2700
laboratorios.
En cumplimiento del cierre
de fronteras, ordenado por el
Gobierno nacional, las Fuerzas
Militares mantienen un dispositivo de más de 30 000 hombres y mujeres a lo largo de
6386 kilómetros de frontera
con Venezuela, Brasil, Ecuador, Perú y Panamá (distribuidos en 19 pasos formales y
182 no formales).
El Ejército Nacional ha desplegado todas sus capacidades
Foto: Comunicaciones Estratégicas COGFM
Se han ubicado más de 5120 puestos de
control en las principales vías del país,
en los que participan más de 13 000
integrantes del Ejército Nacional, los cuales
han realizado acciones de prevención y
sensibilización para evitar el contagio de la
COVID-19.
operacionales, con el fin de
mantener una fuerte ofensiva
contra los grupos armados organizados que hacen presencia
en regiones de frontera, sitios
empleados por estas estructuras como áreas de retaguardia
para desarrollar economías ilícitas que les permitan financiar
sus actividades y acciones terroristas.
Para contribuir con este esfuerzo, la Armada de Colombia
ha puesto más de 30 unidades
a flote, con el objetivo de garantizar la seguridad e integridad en las zonas marítimas y
fluviales fronterizas y de los
territorios insulares de nuestro país.
Entre tanto, la Fuerza Aérea
ha volado más de 1800 horas,
Revista Fuerzas Armadas
de Defensa Nacional, el Ejército
Nacional, la Armada de Colombia, la Fuerza Aérea Colombiana, la Policía Nacional y la Unidad Nacional para la Gestión
del Riesgo de Desastres, con el
objetivo de disponer de todas
las capacidades al servicio de
los colombianos con un planeamiento estratégico adecuado
y una programación oportuna
para atender y apoyar a las instituciones participantes.
ejecutando misiones de reconocimiento y control de las
áreas fronterizas, mediante el
empleo de aeronaves tripuladas y remotamente tripuladas.
Atendiendo a lo ordenado por
el presidente de la República,
Iván Duque Márquez, los comandantes regionales con jurisdicción en áreas fronterizas
han articulado con sus homólogos de los países vecinos, y
quienes cuentan con un mecanismo de cooperación, estrategias de control fronterizo
binacionales para blindar los
pasos fronterizos ante factores
de inestabilidad y delitos transnacionales que puedan afectar
la seguridad e integridad territorial o poner en riesgo la salud
de las comunidades que habitan en las regiones limítrofes.
Con el propósito de apoyar
estas operaciones, se han dispuesto aeronaves remotamente tripuladas para acompañar
desde el aire las labores de
control de los pasos formales
y no formales que vienen adelantando las tropas en tierra.
En apoyo a la autoridad civil y
a las acciones de atención humanitaria a la población, y en
el marco del estado de emergencia sanitaria y siguiendo las
directrices del Gobierno nacional, bajo la estrategia “Colombia está contigo, un millón de
familias”, creada para apoyar a
la población más vulnerable, se
ha realizado un trabajo coordinado, articulado, de integración
y de sincronización con la Presidencia de la República, el Ministerio del Interior, el Ministerio
El trabajo articulado con el Gobierno nacional ha permitido
evidenciar la efectividad de la
acción unificada del Estado, con
el apoyo especial de las Fuerzas
Militares en el transporte terrestre, marítimo, aéreo y fluvial
de personal y carga, para el traslado de personal médico y medicamentos a cualquier región
del país donde sea requerido,
la logística para los centros de
distribución, la entrega de ayudas humanitarias de emergencia, la instalación de hospitales
de campaña para la atención
de personas contagiadas con
el virus que no requieran estar
en una unidad de cuidados intensivos, el acompañamiento
al transporte de alimentos y el
abastecimiento de productos
básicos, evacuaciones aeromédicas, plataformas de comunicación, labores de seguridad y
puestos de mando unificado
de coordinación y articulación
interinstitucional. Estas acciones obedecen a unas fases de
planeamiento y son revisadas
y evaluadas permanentemente
por el Comando General de las
Fuerzas Militares.
Durante la ejecución de estos
programas, las Fuerzas Militares han coordinado y articulado
11
12
Número 252
actividades de acción integral,
operaciones logísticas, acciones
de gestión de riesgo, seguridad,
entre otras, con el fin de atender
requerimientos de ayuda humanitaria; es por ello que, acatando
las órdenes emitidas y teniendo en cuenta la doctrina del
Ejército; particularmente, los
manuales fundamentales de
referencia del Ejército (MFRE)
3-28, Apoyo de la defensa a la
autoridad civil, y 3-07, Estabilidad, bajo el concepto operacional “operaciones terrestres
unificadas (OTU)”, mediante
la acción decisiva, el Ejército Nacional ha dispuesto en
cada batallón el alistamiento
de un pelotón como reserva
con capacidades para adelantar operaciones humanitarias
y colaborar con las autoridades civiles en el transporte y
entrega de más de 2 364 561
mercados que beneficien a millones de colombianos.
La Armada de Colombia
ha entregado más de
4 809 674 litros de
agua potable en los
departamentos de
Bolívar, Guainía, San
Andrés y Providencia
y Vichada y ha
transportado más de
790 toneladas de
víveres, insumos,
equipos y demás
elementos.
Foto: Comunicaciones Estratégicas COGFM
Revista Fuerzas Armadas
También se han ubicado más
de 5120 puestos de control
en las principales vías del país,
en los que participan más de 13
000 integrantes del Ejército Nacional, los cuales han realizado
acciones de prevención y sensibilización para evitar el contagio
de la COVID-19. Así mismo,
se ha puesto a disposición del
Hospital San Andrés, del municipio de Tumaco, 1 carpa
WiikHall de 10 x 30 metros
instalada por los Ingenieros
Militares, la cual fue adecuada
en su interior para ubicar 40
camillas tácticas y aumentar
la capacidad de atención del
Hospital en servicios básicos
para pacientes no respiratorios; asimismo, en Vaupés, la
Trigésima Primera Brigada de
Selva hizo entrega de 1 carpa tipo hospital, en aluminio
WiikHall de 240 metros cuadrados, con capacidad para
albergar a 50 personas y 2
carpas adicionales tipo tienda
familiar, de 15 metros cuadrados cada una. Estos alojamientos móviles fueron recibidos
por la administración departamental.
A su vez, la Armada de
Colombia ha entregado más
de 4 809 674 litros de agua
potable en los departamentos
de Bolívar, Guainía, San Andrés
y Providencia y Vichada y ha
transportado más de 790
toneladas de víveres, insumos,
equipos y demás elementos.
Entre tanto, la Fuerza Aérea
Colombiana ha transportado
1608 toneladas en alimentos
de primera necesidad, más de
2 708 840 litros de agua y 134
toneladas en insumos médicos (de los cuales se resaltan
2 unidades de cuidados intensivos, 46 respiradores, transporte de pruebas COVID-19
y material médico especializado); además, se han movilizado
3574 personas en traslados
aeromédicos, vuelos humanitarios y transporte de personal
de sanidad en apoyo a la emergencia.
Además, ha acompañado la distribución de más de 226 604
mercados y empleado cerca
de 772 horas de vuelo en misiones de perifoneo aéreo y
lanzamiento de volantes sobre
los departamentos de Antioquia, Atlántico, Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Huila, Meta,
Tolima y Valle del Cauca, con el
objetivo de informar acerca de
las medidas más importantes
del Decreto 457 de 2020 y las
medidas de prevención relacionadas con la COVID-19.
Gracias al trabajo articulado
que se realiza desde el puesto
de mando unificado, la estrategia del Gobierno ha permitido
llegar a los 32 departamentos
y a más de 1000 municipios
del país, acción que ha beneficiado a los colombianos más
humildes y que se ha convertido en un referente en el empleo de las capacidades de las
Fuerzas Militares para llevar
atención humanitaria a las comunidades.
Al mismo tiempo, en trabajo
articulado con la Presidencia
de la República, los ministerios
de Interior y Defensa Nacional, la Unidad Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres, las Fuerzas Militares y la
Policía Nacional han desarrollado la iniciativa “Ayudar nos
hace bien”, liderada por la primera dama de la nación: María Juliana Ruiz. Estas acciones
han contado con el apoyo de
la Fuerza Pública mediante el
transporte y la entrega de mercados a familias vulnerables en
diferentes regiones del país.
En este tiempo de crisis, el
profesionalismo y entrega de
cada uno de los soldados de
tierra, mar, aire y río, trabajando de manera conjunta,
coordinada, interinstitucional
y multilateral, ha permitido
poner las capacidades propias
a disposición de todos con el
único propósito de contribuir a
La Fuerza Aérea Colombiana ha
transportado 1608 toneladas en alimentos
de primera necesidad, más de 2 708 840
litros de agua y 112 toneladas en insumos
médicos; además, se han movilizado 3574
personas en traslados aeromédicos, vuelos
humanitarios y transporte de personal de
sanidad en apoyo a la emergencia.
13
14
Número 252
la contención de los efectos y la propagación de
la COVID-19, sin dejar de lado el cumplimiento
de la misión constitucional, en términos de seguridad y defensa. De esta manera, se puede reafirmar que Colombia cuenta con unas Fuerzas
Militares entrenadas y preparadas para enfrentar
cualquier factor de inestabilidad que pueda cernirse sobre la nación.
¡LA VICTORIA ES
DE TODOS!
Foto: Comunicaciones Estratégicas COGFM
Revista Fuerzas Armadas
15
General
Fernando Landazábal Reyes:
el filósofo guerrero
Capitán (RA) César Augusto Castaño Rubiano
Asesor del Comandante General de las Fuerzas Militares
Foto: Museo Militar General Landazábal Reyes
Oficial del Ejército Nacional. Estudió Filosofía y Ciencias Religiosas en los Seminarios Mayor de Bogotá y Cristo Sacerdote. Especialista en Pedagogía para la Educación Superior
de la Universidad Santo Tomás. Es miembro de la Academia Colombiana de Historia Militar. Ha sido columnista de Semana.com, La Silla Vacía y la Crónica del Quindío. Autor de
escritos sobre historia y humanidades. Exasesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, del comandante del Ejército Nacional, de la Escuela Superior de Guerra y la Central de
Inteligencia Militar del Ejército. Actualmente, asesora al Comandante General de las Fuerzas Militares.
16
Número 252
Era el hombre del pensamiento noble: su ideal fue
Colombia. Un militar en el
más estricto sentido del
vocablo y de su aplicación.
Presente siempre en los
grandes acontecimientos
y situado en medio de estos. Un oficial humanista
que cultivó su mente con
el estudio constante y la
reflexión profunda sobre
las disciplinas más diversas. Un militar catedrático;
sus conocimientos provenían de su consagración a
las ciencias militares. Conductor operativo exitoso,
de él bien puede afirmarse
que pudo cobrar la victoria
porque él mismo dirigió la
batalla. Creador militar infatigable, artillero íntegro y
filósofo de la milicia (Rosales, 2009).
Así se refiere a su amigo, superior y compañero de arma, el
brigadier general (H) Gustavo
Rosales Ariza, académico e historiador, en el libro Evocaciones.
Uno de los rasgos más impresionantes del general Fernando Landazábal Reyes, además
de su profundo humanismo,
fue su capacidad analítica y su
visión de futuro en el análisis
permanente de los graves problemas que afectaban al país y
las soluciones que proponía.
Agudo observador e investigador del diario acontecer del
mundo y de Colombia, el general Landazábal comprendió,
como pocos, los fenómenos
sociales, económicos, militares,
políticos y culturales que incidían en la violencia y en la búsqueda de la paz. Sus adversarios
y detractores encontraron en él
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
un férreo oponente, tanto en el
campo de batalla en la confrontación armada (donde siempre
actuó con absoluta legitimidad)
como en la controversia ideológica (Velásquez, 2012). En otras
palabras, encarnaba el ideal del
militar e historiador griego Tucídides: era un filósofo guerrero (Cimadevilla, 2020).
Alrededor de su figura, se fue
construyendo un mito que desdibuja su verdadera condición,
pues era un demócrata convencido y absolutamente respetuoso de la institucionalidad.
En varias ocasiones, se alejó
de quienes veían al estamento
castrense como una solución
ante las crisis de la coyuntura.
Por ejemplo, “al señalar, de manera categórica, en agosto de
1981, que intentar presentar
a las Fuerzas Armadas y a sus
jefes como una alternativa de
poder demostraba un desconocimiento absoluto de la institución y de sus hombres” (Velásquez, 2012).
Su pensamiento no puede estar reservado a menciones esporádicas en investigaciones o
publicaciones; por el contrario,
es necesario elevarlo al nivel de
cátedra permanente en uno de
los institutos de educación superior de las Fuerzas Militares.
Sus orígenes
Nació en Pamplona (Norte de
Santander), el jueves 13 de
julio de 1922. Sus padres fueron Dolores Reyes Gutiérrez
(doña Lola), quien trabajaba
como profesora en la Normal
Revista Fuerzas Armadas
para Señoritas, y Luis Landazábal Tarazona, maestro de
latín y griego, regente del Colegio Provincial “San José” de
los Hermanos Cristianos en
Pamplona y secretario de Educación Departamental. Fue el
menor de doce hermanos. Su
padre murió cuando el futuro
general apenas tenía seis meses. Doña Lola fue una mujer
excepcional que trabajó para
sacar adelante siete mujeres y
cinco varones; entre ellos estaban Francisco, religioso, prelado de honor de Su Santidad;
Bertha, hermana de la comunidad clarisa; Luis, destacado
abogado que ocuparía cargos
importantes de nivel nacional;
Rita, Aura María, Emma, Lola
y Alicia (cuya gemela falleció);
José, un próspero comerciante,
y Rafael, fallecido cuando hacía
secundaria.
Fernando Landazábal realizó
sus estudios primarios en el
Liceo San Francisco de su ciudad natal. Su formación secundaria la adelantó en el colegio
en el cual laboró su padre y en
el que cursó hasta quinto año
de bachillerato. Por su vena
poética y habilidad oratoria, se
convirtió en el recitador oficial
de ese plantel. Sobre el origen
de su vocación castrense, comentaba: “En Pamplona daban
instrucción a los estudiantes de
cuarto, quinto y sexto de bachillerato. Pamplona era un cuartel, había batallón de Infantería, grupo de Artillería y grupo
de brigada (por la cercanía a la
frontera con Venezuela)”.
Acerca de su ingreso a la milicia,
recordaba el general: “Un día, el
cabo Umaña, quien era nuestro
instructor, me dijo: ‘Landazábal,
El militar necesita educar, con el
continuo ejercicio de sus virtudes,
y aprestigiar la autoridad, con
su ejemplo. El mando que le
está encomendado le impone
responsabilidades y un conocimiento
profundo de las condiciones de sus
subordinados y del medio en que
actúa” (El Tiempo, 1947).
por qué no se va para la Escuela
Militar, usted puede hacer una
buena carrera, le iría muy bien’”
(Medina, 2000). Esa invitación,
y el encuentro frecuente con la
tropa, fueron perfilando en sus
años de adolescente la firme
decisión de optar por la carrera
de las armas.
Luis, el hermano mayor, quien
se había instalado en Bogotá,
ayudó en los trámites al aspirante pamplonés y se convirtió
en su consejero y acudiente.
Esa decisión matizó de verde
oliva a una familia que tuvo
predilección por la profesión de
las leyes y los hábitos.
Los días en la Escuela
Militar
El 4 febrero de 1943, ingresó a
la Escuela Militar, junto con 72
cadetes; entre ellos, tres venezolanos, según quedó registrado en un decreto del Gobierno nacional, emanado por el
Ministerio de Guerra. Aquellos
reclutas estrenaron las instalaciones de la Escuela, que se
había trasladado de San Diego
a Rionegro, y soportaron el frío
sabanero inclemente que calaba los huesos. Por restricción
de vacantes, Landazábal entró
a cuarto de bachillerato (primero general) como parte de los
‘ovejos’1.
En aquella fecha también hicieron su ingreso a quinto de
bachillerato (segundo general)
dos cadetes que tomaron rumbos distintos: Gabriel Puyana
García (brillante general de la
República, pensador, escritor
y académico) y Orlando Fals
Borda (fundador de la Facultad
de Sociología de la Universidad
Nacional, bajo cuyas orientaciones se formó una generación de investigadores en ciencias sociales) (El Tiempo, 1943).
Uno de sus maestros favoritos fue el padre Pedro Pablo
Galindo Méndez, profesor y
1
Francisco Leal Buitrago, teniente (r)
y sociólogo, comenta en el libro Al paso del
tiempo: mis vivencias que: “La denominación
coloquial de los cadetes, según el curso, era:
‘ovejos’ (los de cuarto), ‘chivos’ (los de quinto)
y ‘cabros’ (los de sexto). A los que entraban a la
Escuela con bachillerato los apodaban ‘recabros’. Estos nombres eran símiles de la capacidad de saltar largo: un ovejo salta poco, comparado con un chivo o un cabro, y un recabro
se suponía que era el que más largo saltaba,
lo cual significaba (de forma peyorativa y en
sentido inverso) el tiempo transcurrido en la
Escuela antes de graduarse como oficiales”.
17
18
Número 252
capellán del instituto, eminente
orador, organizador del Vicariato
Castrense y autor de la “Oración
Patria” y el himno de esa alma
mater. La Dirección de la Escuela
estaba a cargo de un oficial virtuoso, el teniente coronel Germán Ocampo Herrera, quien,
años más tarde, se convirtió en
el primer teniente general de la
República.
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
Durante el tiempo en la Escuela, fue testigo de los efectos del
frustrado golpe de Estado, ocurrido el 10 de julio de 1944, en
Pasto, contra Alfonso López Pumarejo. Sin otra comunicación
que el voz a voz, alumnos y oficiales de planta se dieron cuenta del suceso cuando el primer
designado a la presidencia, Darío Echandía, llegó a la Plaza de
Armas en compañía del coronel
Ocampo, antiguo director, quien
ejercía el comando de la Brigada de Institutos Militares, con
el fin de hacerse reconocer por
las tropas como presidente de
la República (encargado). Horas
más tarde, en un radio desvencijado del Casino de Cadetes,
escucharon al ministro de Gobierno, Alberto Lleras Camargo,
llamar a la calma y a la sensatez.
El tiempo siguió su curso para
el cadete Landazábal, quien era
dueño de una disciplina a toda
prueba y reconocido por su don
de gentes y gran cultura, virtudes que lo hicieron destacar en
su grupo. Así, el 1 de junio de
1946, recibió de manos del titular de la cartera de guerra, Fabio
Lozano y Lozano, la copa “Ahumada y Guillén”, como mejor
compañero.
Foto: Periodico El Tiempo, 5 de febrero de 1943.
Tras cumplir el tiempo de formación reglamentaria, el 6 de
Revista Fuerzas Armadas
diciembre de 1947, ascendió a
subteniente del arma de Artillería, como integrante del curso
“José Antonio Galán”, junto con
Gustavo Matamoros D´Costa,
Jaime Suárez Suárez, Manuel
Rojas Ruano, Carlos Rueda Larrota y Hernando Bocanegra,
entre otros. Aquel día, el discurso del presidente Mariano Ospina Pérez llamó su atención;
en especial, el fragmento en
que hizo referencia al valor del
ejemplo y al conocimiento que,
como oficial, siempre cultivó:
“(…) El militar necesita educar,
con el continuo ejercicio de sus
virtudes, y aprestigiar la autoridad, con su ejemplo. El mando
que le está encomendado le
impone responsabilidades y un
conocimiento profundo de las
condiciones de sus subordinados y del medio en que actúa”
(El Tiempo, 1947).
El caos en Bogotá
Una vez ascendido, el subteniente Landazábal fue destinado a la Escuela de Artillería.
Los paseos dominicales al lago
Gaitán y los viajes en tranvía
por la carrera 13 hasta llegar a
la emblemática Avenida de Chile fueron parte de la Bogotá que
conoció. Una urbe mucho más
enigmática que su provincial
Pamplona. La tranquilidad del
oficial se esfumó pronto, pues el
país enfrentaba la desesperanza
de estar al borde del abismo de
la violencia partidista.
El 9 de abril de 1948, hacia el
mediodía, Jorge Eliécer Gaitán
salió de su oficina en compañía
de Plinio Mendoza Neira con
la intención de celebrar la absolución (proferida unas horas
antes) del teniente Jesús María
Cortés Poveda, su defendido,
quien, diez años atrás, alegando legítima defensa del honor,
había ultimado de dos disparos
al periodista Eudoro Galarza
Ossa en Manizales. Aquel juicio se convirtió en un acontecimiento de gran trascendencia,
a tal punto que las audiencias
eran transmitidas por radio y
seguidas con atención en todos
los cuarteles. Apenas Mendoza
y Gaitán habían alcanzado la calle, el caudillo liberal fue herido
mortalmente y falleció minutos
después en la Clínica Central.
A las cuatro de la tarde, lo que
hoy se conoce como el Centro
Histórico, era un infierno. Las
pocas tropas que había en el
lugar eran insuficientes para
enfrentar la masa enloquecida;
por lo cual, se ordenaron refuerzos. La Escuela de Artillería,
al mando del teniente coronel
Alfredo Duarte Blum “dispuso
tres unidades fundamentales
para la defensa del Palacio Presidencial” (Grupo de Artillería
“Santa Bárbara”, 1997).
Landazábal, al mando de un
pelotón, tomó posición hacia
las 15:30, cerca de la sede de
Gobierno, y presenció la muerte del teniente Álvaro Ruiz Holguín, del Batallón “Guardia Presidencial”, quien fue baleado
por francotiradores. Cumpliendo con su deber, “defendió exitosamente, durante cinco días
con sus noches, el sector suroriental de la casa y despacho
del señor presidente Ospina
Pérez” (Arias, 2018). Aquel día,
se abrió para Colombia un abismo profundo de pasión sectaria, alentada por los partidos
políticos y sus representantes.
Tras los luctuosos hechos, un
articulista escribió en un diario
capitalino: “Signada con sangre de oficiales gallardos y de
anónimos soldados está la heroica conducta del Ejército colombiano en esta dura prueba
y ello hace aún más admirable
el comportamiento de nuestra
fuerza armada. Que seguirá
mereciendo, multiplicada, la
estimación fervorosa y la irrestricta confianza del pueblo” (El
Tiempo, 1948). No era para
menos, el Ejército había restablecido el orden y garantizado
la permanencia del mandatario
elegido democráticamente. Sobre aquella fecha, comenta el
general Álvaro Valencia Tovar:
“Tan pronto como les fue posible, los altos mandos militares
se trasladaron a Palacio, no a
proponer que se les entregara
el poder, sino para asegurarle
al presidente el respaldo de las
instituciones armadas” (Valencia, 2013).
Corea: lucha en tierra
ajena
En 1950, Landazábal fue enviado en comisión a Fort Gulick, en Panamá, con el propósito de que adelantara el Curso
de Armas Básicas y Pesadas
de Infantería. A su regreso, en
1951, realizó el Curso de Administración Militar. Una vez
finalizado, fue asignado como
instructor de la Escuela Militar
de Cadetes. Su paso fue fugaz,
toda vez que fue transferido
al Batallón de Infantería N° 1
“Colombia”, a finales de 1951.
En este aparte, vale la pena recordar que, antes de su viaje
al continente asiático, conoció
a quien sería su esposa: doña
19
20
Número 252
Olga Bernal Bonilla, una agraciada dama tolimense a quien,
infructuosamente, le propuso
matrimonio esa misma noche.
Así, inició un romance epistolar
que concluyó dos años después en el altar.
En enero de 1952, el oficial
partió a Corea para integrar la
fuerza multinacional, creada
por el Consejo de Seguridad de
la Naciones Unidas, bajo mando norteamericano. La guerra
de Corea (1950-1953) fue el
único conflicto internacional
(de proyección extracontinental) en el que estuvieron involucradas las Fuerzas Militares
de Colombia. La participación
en aquella contienda sensibilizó a varios oficiales, en especial a Landazábal, quien tomó
atenta nota de los desafíos que
planteaba la Guerra Fría en un
momento en el cual el Ejército
estaba inmerso en un conflicto
interpartidista.
Sobre aquellos días en que partió a librar una lucha en tierra
ajena, el general afirmó: “Fui
siendo teniente. Estábamos
en plena guerra entre liberales
y conservadores, otra guerra
que la clase política y el pueblo
colombiano quieren olvidar”. Y
añadió, “en Corea asistimos a
un conflicto que prácticamente era el último de ese tipo que
vivía la humanidad. También
dividió la historia del Ejército
porque llegamos con una concepción y salimos con otra”
(Medina, 2000).
En Corea perdió a un amigo
entrañable, el teniente Vladimir
Valek Moure, el 21 de mayo
de 1952. El día anterior, Valek
había sido herido tras un ataque con morteros. Luego de
ser rescatado, fue llevado a la
enfermería en estado agónico:
“Antes de expirar, dijo pleno de
orgullo al teniente Fernando
Landazábal: No te afanes compañero que yo vuelvo a combatir” (Caicedo, 1961).
La mirada sobre los aprendizajes derivados de esa experiencia la confirma el general
Valencia Tovar, quien participó
allí como capitán: “Esa guerra
fue una fuente de lecciones
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
extraordinarias sobre doctrina,
organización, abastecimientos
(...) divide en dos eras la historia moderna [del Ejército]: la
anterior a Corea y la posterior
a esta experiencia, cuando el
Ejército aprendió a luchar dentro de conceptos modernos”
(Revista de Historia, 1977). En
esa conflagración, que constituyó el primer enfrentamiento armado en el ámbito de la
Guerra Fría, permaneció el joven oficial hasta abril de 1953
y luego retornó a la Escuela Militar como instructor.
Instructor, formador y
maestro
En el instituto, recibió con sorpresa el ascenso al poder del
general Gustavo Rojas Pinilla, el
13 de junio de 1953, en lo que
el maestro Darío Echandía calificó como un golpe de opinión.
El 24 de julio del mismo año,
representó al Ejército Nacional
como orador en los festejos con
ocasión del natalicio del Libertador, según fue consignado
en el Boletín de Historia y Antigüedades: “El Ejército hará los
honores correspondientes y en
su nombre llevará la palabra el
señor teniente Landazábal, de la
Escuela Militar” (Cuervo, 1953).
La transcripción aparece en el
libro Escritos inéditos del señor
general Fernando Landazábal Reyes, publicado en 1998, por el
batallón que lleva el nombre del
oficial inmolado. El 17 de octubre, contrajo matrimonio en
la Parroquia Militar del Espíritu Santo, en Bogotá, con doña
Olga, y puso fin al amor epistolar en una ceremonia religiosa
oficiada por su antiguo profesor,
monseñor Galindo.
Revista Fuerzas Armadas
De la época de la Escuela Militar, recuerda el general (H) Julio
Londoño Paredes, académico y
excanciller de la República:
El teniente Landazábal comandaba el primer pelotón
de la Compañía D, cuando
ingresamos a la Escuela Militar para adelantar cuarto
en el año 1954. Estaba recién llegado de Corea, lleno
de condecoraciones que incluían la Estrella de Bronce.
Era disciplinado, ponderado
e inteligente, ajeno a los gritos de otros oficiales. Alguna vez quedó encargado de
la compañía porque el capitán José Joaquín Matallana
estaba participando en un
campeonato mundial de
fusil de guerra en Caracas.
Hubo entonces una demostración nocturna de campaña, con espectadores, en
medio de la cual Landazábal pronunció una poesía a
la bandera colombiana que
nos impresionó tanto que
jamás la olvidamos (Londoño, comunicación personal,
2020).
Nuevos desafíos
En 1954, viajó a Fort Sill
(Oklahoma), lugar en el que
adelantó el Curso Básico de
Artillería de Campaña hasta febrero de 1955, mes en el cual
ascendió a capitán. Entre 1957
y 1958, viajó nuevamente a Estados Unidos para hacer el Curso Avanzado de Artillería, del
Capitán Landazabal firma libro
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
cual se graduó el 6 de junio. En
ese periodo, gracias al espíritu
lírico que jamás lo abandonó,
escribió el poema “Brindis del
artillero”, mezcla afortunada de
expresiones épicas, patrióticas
y románticas. En septiembre de
1958, fue trasladado a la Brigada de Institutos Militares. A
mediados de 1959, adelantó el
curso reglamentario de ascenso, al grado inmediatamente
superior, en el que ocupó el
primer puesto.
En marzo de 1960, durante el
Gobierno del presidente Alberto Lleras Camargo, siendo
ministro de Guerra el mayor
general Rafael Hernández Pardo, fue ascendido a mayor y
trasladado al Batallón de Artillería N° 6 “Tenerife”, en Neiva,
21
22
Número 252
donde fue segundo comandante. En esa unidad, relata su hija
Olga: “Mientras se celebraba el
4 de diciembre, el día de Santa Bárbara, mi papá (que vivía
muy pendiente de sus soldados) decidió desplazarse en
helicóptero para visitar a las
tropas. Cuando la aeronave volaba cerca de Planadas, se vino
a tierra. El piloto y su pasajero inexplicablemente sobrevivieron. De allí, salió a lomo de
mula, ayudado por campesinos
que le prestaron auxilio” (Landazábal, comunicación personal, 2020).
De esos días, comenta el general (H) Londoño Paredes: “Me
volví a encontrar con Landazábal cuando él era ejecutivo del
Batallón ‘Tenerife’. El único batallón empeñado íntegramente
en orden público, en el Huila y
sur del Tolima. Era el cerebro
de todo. Con enorme visión,
manejó la estrategia frente al
grupo de Tirofijo y los demás
que actuaban en el sur del Tolima. Siempre atento a las dificultades de los miembros del
batallón” (Londoño, comunicación personal, 2020).
Esgrimiendo esa valiosa y reflexiva pluma que nunca se
detuvo, publicó un artículo titulado “El sentido ético de la
guerra”. En él, llamó la atención
sobre la necesaria observación
y aplicación de los principios
humanitarios en la conducción
de las hostilidades (Landazábal,
1960). Casi un año después,
en junio de 1961, el Partido
Comunista Colombiano (PCC)
llevó a cabo, en la clandestinidad, el IX Congreso y aprobó la
tesis de la necesidad de combinar todas las formas de lucha.
Los hechos posteriores dieron
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
cuenta de la incidencia de esa
decisión en la conformación de
grupos irregulares.
Adicionalmente, participó en la
elaboración del Plan Lazo, bajo
el liderazgo del general Alberto
Ruiz Novoa, junto a otros oficiales, entre ellos: Rivas Forero,
Valencia Tovar, Carvajal Muñoz
y Robledo Pulido. Sobre aquella
estrategia, que la escasa visión
política de entonces impidió
que se prolongara en el tiempo,
su artífice manifestó lo siguiente: “El plan fue elaborado con la
colaboración del Estado Mayor,
entre quienes se contaban algunos oficiales que habían integrado el Batallón ‘Colombia’ en
la campaña de Corea. Contenía
elementos nuevos para enfocar
la lucha contra la violencia; se
basaba en el reconocimiento
de las causas políticas, sociales
y económicas de ese fenómeno” (Ruiz, 1997).
El 21 de julio de 1962, el Gobierno nacional le concedió la
Orden de Boyacá en el grado de
Oficial. Aquel día también fueron condecorados los coroneles Matallana y Valencia Tovar,
el mayor Matamoros D´Costa,
entre otros. El mismo año, publicó un texto técnico titulado
“Los problemas topográficos” y
otro en la Revista del Ejército,
en agosto de 1962, bajo el título “El Pueblo y el Ejército: una
misión de conjunto ineludible”.
Este último, comenta el historiador Ricardo Esquivel (2007):
“Fue el primero de los artículos
no dedicados a su especialidad”. Fue nombrado jefe de la
Oficina de Relaciones Públicas
del Ejército, creada por el general Ruiz Novoa. Ascendió a
teniente coronel, en junio de
Revista Fuerzas Armadas
1964, en el mandato de Guillermo León Valencia.
En aquellos días, se desarrollaba la operación Soberanía
contra la retaguardia de la
guerrilla comunista comandada por Tirofijo, asentada en
regiones como Marquetalia, El
Pato, Río Chiquito, Guayabero, Sumapaz y la del río Ariari.
Fueron tiempos en los que “de
los principios y procedimientos
de la guerra regular aprendidos
en las escuelas y de la misma
experiencia que muchos de
sus integrantes adquirieron en
la Guerra de Corea, los militares empezaban a transitar, sin
abandonar su clásica formación, hacia una preparación
en caliente propia de la guerra
irregular” (Ugarriza y Pabón,
2017).
Designado como jefe del recién creado Departamento E-5
de Asuntos Civiles, se refirió
así a su nueva responsabilidad:
“Quizá la parte más importante
en la labor a realizar será aquella que lo señala como la entidad que ha de planear, dirigir y
supervisar el empleo de los recursos disponibles del Ejército,
en conjunto con los que puedan aportar los organismos nacionales, para la consolidación
de la paz” (Landazábal, 1964).
Con base en su experiencia y
en la tarea que le había sido
delegada, publicó la “Guía de
asuntos civiles para el mantenimiento del orden público”.
En noviembre de 1964, fue
nombrado comandante del Batallón de Artillería N° 3 “Palacé”, en Buga, en reemplazo del
coronel Álvaro Campo Bejarano, oficial que dio su nombre a
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
23
24
Número 252
la medalla cívica de esa localidad. Allí, organizó una escuela
de artes y oficios para niños y
jóvenes del municipio y empleó como maestros al sastre,
al talabartero, al plomero y a los
rancheros de la unidad. Como
teniente coronel, Landazábal
se desempeñó con éxito en
varias responsabilidades: profesor y jefe del Departamento
de Estrategia de la Escuela Superior de Guerra; jefe del Departamento D-2 del Comando
General, instructor en comisión
de la Escuela de las Américas
(para dictar conferencias sobre operaciones sicológicas y
acción cívico-militar); profesor
de Filosofía Militar de la Escuela Militar de Cadetes “General
José María Córdova”; y representante del Ministerio de Defensa ante el Instituto Geográfico Agustín Codazzi.
El 7 de enero de 1965, guerrilleros del Ejército de Liberación
Nacional atacaron Simacota
(Santander) e iniciaron un recorrido de sangre y fuego contra
el pueblo colombiano. Pocos
días después, el 27 de enero,
el general Ruiz Novoa renunció
al Ministerio de Guerra, tras un
lamentable episodio provocado
por un sector del generalato.
La coyuntura fue aprovechada
por el mandatario para saldar
una deuda antigua con el ministro, luego del impasse generado por el discurso pronunciado [por Ruiz], el 27 de mayo de
1964, en el Hotel Tequendama
(Castaño, 2017). Landazábal
lamentó la situación, pues sentía profunda admiración por
un oficial que, como él, había
estudiado las causas políticas
y sociales de la violencia que
azotaba al país y proponía soluciones.
La pluma y la espada
En 1966, publicó un texto innovador para aquellos tiempos,
Política y táctica de la guerra revolucionaria, en el cual develó
su profundo conocimiento y
comprensión del escenario que
se enfrentaba en ese entonces.
En uno de los apartes del libro,
explicaba:
La guerra revolucionaria es
el resultado de acciones
de carácter esencialmente
político, donde se utilizan,
preferentemente, armas no
convencionales… el arma
sicológica, con la propaganda, los rumores, la creación
de expectativas y desconciertos; la acción persuasiva, ya sea individual o colectiva; la influencia política
con sus infiltraciones, la lucha de clases y la búsqueda
de apoyo en el extranjero;
la agitación, los disturbios,
los desórdenes, los motines, los incidentes provocados, las manifestaciones
de protesta, las asonadas;
la violencia, la cooperación
con grupos organizados
para fortalecerlos y ganar
adeptos y por último la resistencia pasiva para impedir la acción de la justicia
(Landazábal, 1966).
El 1 de junio de 1968, ascendió
a coronel. En medio de la ceremonia, el presidente Carlos Lleras Restrepo pronunció un discurso que destacaba aquello en
lo cual siempre creyó el oficial:
“El país reposa tranquilo en sus
instituciones armadas, y así lo
sabe la República, que no teme
por su porvenir porque sabe
que una fuerza tutelar, inspirada
en los más altos principios, vela
por la paz y la seguridad de Colombia” (El Tiempo, 1968).
En 1969, publicó el libro Estrategia de la subversión y su
desarrollo en América Latina. El
concepto de la obra, según explicaba el general Valencia Tovar: “Abarca simultáneamente
los aspectos teóricos del fenómeno subversivo y el análisis
histórico de su situación en
América Latina y, particularmente, en Colombia”. Así mismo, el brigadier general Ricardo
Charry Solano, quien prologó el
libro, escribió: “El peso de las
luchas lo han llevado sobre sus
hombros las Fuerzas Militares
con indiferencia casi total de
otros estamentos del Estado,
bien por no medir el problema
en toda su profundidad, por un
falso egoísmo o por creer que
los interesas nacionales pueden defenderse a base del uso
exclusivo de las armas” (Landazábal, 1969).
Como coronel, fue jefe de Estado Mayor y segundo comandante de la IV Brigada en Medellín; jefe del Departamento
E-1 y de Planes y Operaciones del Comando General.
Con respecto de esa época,
el general Manuel José Bonnet Locarno (1998) comentó:
“Me tocó desarrollar, bajo su
dirección, un plan para la defensa antiaérea del país basado
en radares, misiles y cañones.
Allí recibí la primera enseñanza contundente. Cuando le
pregunté por el presupuesto
disponible para desarrollar el
Revista Fuerzas Armadas
plan, me dijo afectuosamente:
Mi querido zurrón, la guerra no
se planea ni se hace con lo que
se tiene, sino con lo que se necesita”.
General vigoroso,
pensador reflexivo
Fue nombrado agregado militar, naval y aéreo en 1970, ante
el Gobierno de la República de
Brasil. Finalizada la misión diplomática, el mando lo seleccionó para integrar el Curso de
Altos Estudios Militares. A mediados de enero de 1972, inició
clases con los coroneles Gabriel Puyana García (quien fuera más antiguo, pero se había
retardado dos años por efectos
de una comisión en el exterior),
Carlos Rueda Larrota, Manuel
Rojas Ruano y José Jaime Rodríguez. Ascendido a brigadier
general, lo nombraron comandante de la Tercera Brigada, con
“El Ejército jamás
será postor en el
ejercicio político
de los poderes,
seguirá siendo
siempre postor
en el ejercicio
de la lealtad a
su Gobierno, a
los destinos de
su pueblo y a la
vigencia de sus
leyes” (Landazábal,
1981).
sede en Cali, cargo en el cual se
desempeñó entre 1973 y 1974
en el Gobierno de Misael Pastrana Borrero. El 17 de enero
de ese último año, un comando
del M-19 ingresó a la Quinta de
Bolívar y robó la espada del Libertador. Esa fue la primera de
una serie de acciones que cada
vez escalarían mayores niveles de violencia. En agosto de
1974, el liberal Alfonso López
Michelsen asumió la Jefatura
del Estado.
En marzo de 1975, Landazábal
fue nombrado secretario ejecutivo permanente del Consejo Superior de Defensa Nacional. Ese mismo año, recibió la
Brigada de Institutos Militares
(BIM), luego del traslado intempestivo del brigadier general
Puyana García a la Inspección
del Ejército. Dos meses después, Puyana fue llamado a calificar servicios. Las circunstancias en las cuales se produjo el
retiro de un oficial que gozaba
de gran prestigio no fueron de
su agrado. Días después, por
cuenta de un rumor infundado,
fue retirado del servicio activo
(por voluntad del Gobierno) el
general Valencia Tovar, comandante del Ejército. De un momento a otro, por causas ajenas al cumplimiento del deber,
la institución había perdido dos
generales aquilatados. Durante
su gestión, organizó los cursos
para profesionales oficiales de
reserva.
Por esa época, con el apoyo
de Belisario Betancur, quien
era propietario de la editorial
Tercer Mundo, publicó el libro Factores de violencia, como
parte de la colección “Tribuna
Libre”. La obra fue prologada
por Jorge Eliécer Ruiz, escritor,
ensayista y crítico literario importante, quien resumió así su
contenido: “Miseria, ignorancia, injusticia: trípode siniestro
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
25
26
Número 252
sobre el que se asienta el monstruo de la
violencia. El examen de estos tres factores,
de su interacción, nos ubica en el camino
de lograr una explicación de lo que ha sido
el acaecer histórico de nuestro país en los
últimos años” (Landazábal, 1975).
El 16 de diciembre de 1975, el presidente
López Michelsen lo ascendió a mayor general. A mediados de 1976, en medio del
clima de agitación social en que se encontraba el país, Landazábal escribió en El Pueblo un artículo titulado “Diagnóstico de la
inconformidad”. Así se refiere a las causas
que, en su criterio, generaban inestabilidad:
“El constante aumento del costo de la vida,
el desempleo, las ambiciones de lucro y el
indebido enriquecimiento, la subsistencia
de grandes monopolios, el contrabando, la
deshonestidad administrativa y la ausencia
de moralidad económica en el campo individual” (Landazábal, 1976). Ese año, fue
designado como jefe de la delegación colombiana ante la Junta Interamericana de
Defensa y ministro consejero en la representación colombiana en la Organización
de Estados Americanos (OEA). En desarrollo de esa tarea diplomática, “fue enviado
como observador para mediar en el conflicto entre Honduras y Nicaragua” (Arias,
2018). De regreso al país, ocupó el cargo de
jefe de Estado Mayor Conjunto y secretario
ejecutivo del Consejo Superior de la Defensa Nacional. Con el Decreto 2913 del 28 de
noviembre de 1979, firmado por el presidente Julio César Turbay Ayala, ascendió al
grado de general. El 27 de febrero de 1980,
un comando del M-19 ocupó violentamente la embajada de la República Dominicana
y secuestró a 17 diplomáticos.
El 1 de septiembre de 1980, Landazábal
fue nombrado comandante del Ejército (El
Tiempo, 1980). En su saludo, en la ceremonia de posesión, se dirigió así a las tropas:
“Sed invencibles en la lucha, continuad en
la ruta de vuestras fatigas hasta coronarlas
con el máximo sacrificio; si ello fuere necesario, para el bien de Colombia, poned
vuestras armas a discreción donde así lo
sugiera la batalla por la paz”. Apenas había
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
Revista Fuerzas Armadas
recibido el cargo, decidió proyectar “la conformación de una
agrupación de Fuerzas Especiales en la Escuela de Lanceros, con la que el Ejército pudiera realizar operaciones de
alto nivel. Con este objetivo,
se planeó la compra de algunas
aeronaves de ala rotatoria” (Tovar y Figueroa, 2020). Estas, a
su vez, exigían la formación de
pilotos y técnicos; tarea que se
consolidó con el paso de los
años y la superación de múltiples dificultades.
en sacar del camino a quien incomodara. Ocurrió con el general Alberto Ruiz Novoa, ministro
de Guerra, por su pensamiento
de avanzada para contrarrestar
la acción subversiva; con el general Guillermo Pinzón Caicedo,
comandante del Ejército, por
un editorial en la revista institucional en el cual criticaba la intromisión en el presupuesto de
defensa de sectores ajenos a él;
y con el general Álvaro Valencia
Tovar, por una conjura entre el
presidente López y su ministro
de Defensa Nacional.
Ruido de sables
El general Landazábal no fue
ajeno a este tipo de acusaciones en varios momentos. Uno
de ellos sucedió en agosto de
1981, cuando el precandidato
conservador Belisario Betancur
puso en tela de juicio la lealtad
de las tropas. Como respuesta,
Landazábal publicó un comunicado en el cual dejaba en claro la posición institucional: “El
Ejército jamás será postor en
el ejercicio político de los poderes, seguirá siendo siempre
postor en el ejercicio de la lealtad a su Gobierno, a los destinos de su pueblo y a la vigencia de sus leyes” (Landazábal,
1981).
Una anécdota del Ejército de
Chile, ocurrida en los años
veinte, recuerda el origen de
la expresión ‘ruido de sables’.
El 2 de septiembre de 1924,
en el Gobierno de Arturo Alessandri, se discutía largamente
la dieta parlamentaria chilena
en el Senado, un hecho que se
consideraba un insulto, habida
cuenta de la crisis económica que enfrentaba esa nación.
Previamente, los senadores habían denegado el aumento de
sueldos, la ley de planta y la de
ascensos al Ejército por falta de
fondos. Un grupo de oficiales
de la Guarnición de Santiago
se hizo presente en las tribunas del Congreso esa noche y,
al día siguiente, sin pronunciar
palabra, golpeó el piso con los
regatones de sus sables para
manifestar su inconformidad
(Aldunate, 1924).
En la historia reciente del país,
varios episodios dan cuenta de
rumores de golpe de Estado o
de cuartel, en su mayoría, producto de comentarios de pasillo
o componendas de interesados
Sobre aquellos ‘ruidos’, explicaba el general: “Los golpes militares en Colombia, lejos de ser
una ambición de los militares
para tomarse el poder, han sido
una estrategia de la clase política para no perderlo” (Landazábal, 1983a). Afirmación que
encuentra pleno sentido en un
comentario del profesor Eduardo Pizarro: “La subordinación
de las Fuerzas Militares al poder civil ha sido ejemplar en el
contexto de América Latina y
ha dejado una profunda huella
en la cultura política nacional”
(Pizarro, 2019).
En una entrevista de Jorge Yarce, director de la revista Arco,
en 1981, el general expresó su
profunda preocupación por el
momento que vivía el país por
cuenta de la violencia: “La guerra contra quienes combaten
la democracia no la gana o la
pierde el Ejército ni el Gobierno, sino toda la nación, bajo la
responsabilidad de su clase dirigente a la cabeza de sus triunfos o fracasos”. Y agregó: “tengo derecho a tener angustia y
por eso le hablo al país”. Sus
análisis y entrevistas siempre
causaron polémica. En enero
de 1982, un editorial suyo causó un gran revuelo, puesto que
en el afirmaba: “La educación
está en manos de la subversión”, opinión que compartió el
entonces ministro Carlos Albán
Holguín.
“Los golpes
militares en
Colombia, lejos de
ser una ambición
de los militares
para tomarse el
poder, han sido
una estrategia de
la clase política
para no perderlo”
(Landazábal,
1983a).
27
28
Número 252
La búsqueda de la paz
En julio de 1982, el general
Landazábal presentó una propuesta pública de paz. En ella
proponía un plan estratégico
que contemplaba seis temas
estructurales que debían atenderse: agricultura, vivienda,
seguridad social, desarrollo industrial, educación y el campo
militar. Su idea era “poner a toda
la nación a la altura del momento que vive, reconociendo la
amenaza y haciendo frente con
los medios más eficaces para
llegar a la meta de convivencia, antes de que se acerque la
situación a un punto que haga
demasiado costoso el precio de
la paz” (El Tiempo, 1982).
Belisario Betancur Cuartas se
impuso en la contienda electoral, tomó posesión como
presidente de la República el
7 de agosto de 1982, escogió
un gabinete (de mayoría conservadora) y designó a Landazábal Reyes como ministro
de Defensa Nacional. Recién
ocupó la cartera, varios asesinatos estremecieron al país. El
presidente Betancur hizo un
fuerte pronunciamiento que
fue secundado por su ministro.
En una circular dirigida a los comandantes de las tres Fuerzas
y la Policía Nacional, el general
Landazábal mencionó la existencia en Colombia de “organismos clandestinos llamados a
sí mismos paramilitares” (Revista Semana, 1982a).
Betancur inauguró la era de
los procesos de paz. Comenzó
por el reconocimiento del carácter político de las guerrillas.
Durante el primer año de gobierno, en cumplimiento de las
promesas de campaña, expidió
una Ley de Amnistía para facilitar una posible desmovilización
de los insurgentes, implementó
el Plan Nacional de Rehabilitación (PNR) y creó una Comisión
de Paz. Estas decisiones fueron
acompañadas por el ministro
de Defensa Nacional, quien era
capaz de hacer exposiciones
y análisis en las reuniones ministeriales (sobre la política de
paz) que ‘descrestaban’ a sus
colegas civiles.
En corto tiempo, el general
emitió directrices para que las
FF. AA. apoyaran la ejecución
del PNR: “Ante la política del
nuevo Gobierno y las necesidades de la nación colombiana, las Fuerzas Armadas deben
prepararse en el menor tiempo
posible para poner parte de
sus medios y personal, para lo
cual debe preverse la creación
de Unidades de Ingenieros y
Comandos de Desarrollo, para
llevar el beneficio de su acción
a las zonas afectadas por la
violencia, entre ellas: Vichada,
Guainía, Chocó, el Magdalena
Medio, Caquetá, Putumayo y
Urabá” (Landazábal, 1985).
Además, apunta el general
Arias Vivas, quien ha estudiado
su obra: “Impulsó la construcción de dos bases militares de
carácter estratégico para la seguridad nacional; la primera, la
Base Naval de Bahía Málaga en
el Pacífico; la segunda, la Base
Aérea de Marandúa en el Vichada cerca al límite con Venezuela” (Arias, 2018).
Todo ese esfuerzo institucional se vio afectado por las
circunstancias tan difíciles
que rodearon el proceso. Los
hechos acabaron por quebrantar la confianza y concedieron
la razón a quienes advertían
el engaño al que sometían los
grupos guerrilleros a los colombianos. Tras develarse el doble
juego de la insurgencia, a comienzos de 1983, frente a las
concesiones ofrecidas por el
Gobierno, el ministro Landazábal escribió en la Revista de las
Fuerzas Armadas: “El mérito
de la amnistía ha sido dejar la
farsa al descubierto. Los traficantes han sido despojados de
la máscara política con que se
revistieron para la subsistencia y el aprovechamiento del
fatídico negocio” (Landazábal,
1983b).
En el libro La salida del túnel,
hizo referencia a ese tema:
“Cuando el Estado indemniza
el delito con dádivas y apoyos,
cuando el concepto de la vida
pierde valor en la conciencia
humana, la violencia florece,
se expande, sienta su imperio
y destruye la norma más elemental de convivencia, en la
permanente practica del quebrantamiento de la ley” (Landazábal, 1990).
Punto de quiebre
El 8 de octubre de 1983, el
presidente Belisario Betancur
se reunió en Madrid con los cabecillas del M-19 (Iván Marino
Ospina, Álvaro Fayad y Carlos
Toledo Plata) a espaldas del
mando militar. Una situación
que generó desazón y pérdida
de confianza del ministro hacia
su comandante en jefe. En la
noche del 4 de enero de 1984,
los televidentes escucharon a
Margarita Vidal entrevistar al
Revista Fuerzas Armadas
al Consejo Superior de la Defensa Nacional. Este último fue
calificado por el presidente Betancur, en la intervención que
hizo ante el mismo Consejo, el
18 de enero de 1984, como un
“analítico memorando”. En los
dos documentos, Landazábal
dejó en evidencia su distanciamiento con la política de paz
del Gobierno. Entonces, Betancur se pronunció haciendo
referencia al discurso del expresidente Lleras Camargo, del
9 de mayo de 1958, en el Teatro Patria: “La política es el arte
de la controversia, por excelencia; la milicia, el de la disciplina.
Cuando las Fuerzas Armadas
entran a la política, lo primero
que se quebranta es su unidad,
porque se abre la controversia
en sus filas” (Pardo, 1996).
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
general Landazábal, en el programa Al Banquillo. En esa ocasión, le advirtió al país que “se
acostumbren a escuchar a sus
generales porque ellos saben lo
que dicen y por qué lo dicen".
Sobre sus declaraciones, que
fueron recibidas con recelo en
Palacio, el editorialista del diario El Tiempo escribió el 6 de
enero: “Las explicaciones del
general Landazábal eran necesarias, ese sentimiento que
se ha venido gestando sutilmente, de poner a las Fuerzas
militares como intransigentes y
enemigas de la paz, no por otra
razón que la de cumplir con su
deber, tenía que ser contrarrestado” (El Tiempo, 1984a).
Sobre la reunión con el M-19,
en la conversación que sostuvo con el profesor Medina, comentó: “Tal vez, el presidente
no confió mucho en los mandos militares, creyó más en
las directivas de la subversión.
No consultó con nosotros, le
hubiéramos podido ayudar.
Cuando recibimos la noticia y
luego supimos que allí se había comprometido la baja de
los generales Landazábal, Matamoros y Lema ahí la cosa se
complicó” (Medina, 2000).
Finalmente, varios hechos llevaron al ministro de Defensa
Nacional a renunciar a su cargo. Especialmente, las razones
consignadas en un editorial en
la Revista de las Fuerzas Armadas y en el informe presentado
Al tiempo, el mandatario alistó
la respuesta a la dimisión del
ministro, haciendo un elogio
tardío al general: “La República
de Colombia no puede privarse de su generosa inteligencia.
Usted es el primero en decir
que no deben desperdiciarse
talentos. Por eso, habremos de
solicitar el noble concurso del
general Fernando Landazábal
Reyes”. De inmediato, se expidió el Decreto 0093 del 18
de enero de 1984, con el cual
se aceptaba la solicitud de retiro y la renuncia a la cartera
de Defensa. Su compañero de
promoción y amigo, el general
Gustavo Matamoros D´Costa,
fue su reemplazo. Sobre estos
hechos, escribiría Enrique Santos Castillo, en el editorial de El
Tiempo: “El general Landazábal
Reyes cumplió con su deber en
las más difíciles circunstancias
(...) rinde a la nación un parte
29
30
Número 252
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
de honor que le permite regresar a la vida civil con la cabeza
en alto” (El Tiempo, 1984b).
Curiosamente, quien fuera señalado como la piedra en el zapato en asuntos de paz, era el
que más la había comprendido
y estudiado. Hacía apenas un
año, en 1983, había publicado
el libro Páginas de controversia,
en el que se refirió a la necesidad de una educación para la
paz, en la cual “a nuestro modo
de ver, están los fundamentos
esenciales para la convivencia,
la cordura y el progreso de la
nación” (Landazábal, 1983a).
Cuando la temperatura había
bajado, pues el descontento en
las tropas por la salida del general era evidente, Betancur ofreció una cena en honor del exministro, quien había aceptado
la embajada en los Países Bajos.
El 28 de febrero, mediante el
Decreto 0480 de 1984, que-
dó en firme el nombramiento.
Cumplida esa misión, regresó
al país a mediados de 1985.
Pensando siempre en clave de
nación, de su bienestar y desarrollo, publicó El precio de la
paz, 1985; La integración nacional, 1987; El desafío: Colombia, sus problemas y soluciones,
1988; La salida del túnel, 1990;
El equilibrio del poder, 1993; y
La hora de la reflexión, 1997.
Esa inquietud permanente por
abordar los grandes temas nacionales lo llevó a incursionar
en la política y fundó el Movimiento de Integración Nacional
y de las Reservas de las Fuerzas
Armadas, con el cual participó
como candidato a la Asamblea
Nacional Constituyente, en
1991, sin alcanzar los votos necesarios para ser parte de ella.
En diciembre de 1992, el Partido Conservador lo designó
como miembro de su Dirección
Nacional. A finales de 1994,
junto con otros oficiales, fundó
el Cuerpo de Generales y Almirantes de las Fuerzas Militares.
Cuatro años antes del crimen
atroz que segó su vida, el 4 de
diciembre de 1994, el diario El
Tiempo publicó una entrevista
en la cual Landazábal se refirió
a una posible negociación con
las guerrillas: “No encuentro
una razón valedera para que las
Fuerzas Armadas no respalden
la paz, pero ¿cómo va a hacer el
Gobierno para hacer la paz con
la guerrilla y no con el narcotráfico? El problema de la paz
es complejo en este momento
porque todo está ligado por
detrás: guerrilla y narcotráfico
son lo mismo. Se necesitan mutuamente. Mi opinión es que la
paz tiene que hacerse teniendo
en cuenta todos los elementos
que están perturbando al país”
(Landazábal, 1994).
Revista Fuerzas Armadas
"Hay que encontrar el eslabón perdido de la paz".
Foto: Diario El País, Cali, 6 de marzo de 1983.
Una entrevista para la
historia
En febrero de 1998, meses antes de su infame asesinato, el
profesor Medófilo Medina lo
entrevistó. Dos años después,
publicó el texto bajo el título
“Las tropas siguen al líder, si se
compromete con ellas”. Allí, el
general Landazábal habló sobre
su familia, su experiencia en la
guerra de Corea, sus recuerdos
de la época de la violencia, los
avatares del proceso de paz, el
papel de las élites en la confrontación armada, su opinión
sobre las guerrillas, la tozudez
de la clase política y el combate
al narcotráfico, entre otros temas. Varias respuestas dejaron
en claro el carácter del oficial y
su conocimiento de la realidad
nacional. Cuando Medina le
preguntó sobre quiénes integraban el Ejército, respondió:
Lo que no hay en el Ejército es la clase política alta.
Distinto a Inglaterra, donde
el primero que se escalafona es el hijo de la Reina.
En Colombia, la clase política no está integrada con
el Ejército. No consideran
la educación de sus hijos
en sus filas, pero sí afirman
que el Ejército tiene que
cuidarlos. Esa es una de
las reformas por hacer, el
servicio militar totalmente obligatorio para todo el
mundo. En los Estados Unidos, Kennedy era oficial de
la Armada, Bush [padre] fue
oficial de la Fuerza Aérea y
héroe nacional. Aquí no, el
requisito para ser presidente de la República o senador es no haber prestado el
servicio militar. Como que
es ínfimo haber sido militar.
Eso hay que cambiarlo (Medina, 2000).
Sobre sus diferencias con el
presidente Betancur, cuando
era ministro de Defensa Nacional, dijo lo siguiente: “Desgraciadamente, en el campo político, las personas interesadas en
la paz con la guerrilla se acercaban a Belisario y no a mí. Nos
fueron distanciando, no supe
que Belisario iba a hablar en
España con el M-19. Me sorprendió cuando salió la noticia,
pues yo era su ministro y eso
fue muy grave. Si Belisario me
hubiera avisado, yo le hubiera
dicho: ‘usted es el presidente
y tiene toda la potestad, pero
tenga en cuenta estas cosas’”.
Acerca de las élites políticas, comentó: “Recuerdo que,
cuando tenía tres o cuatro
años, mi hermano mayor me
llevó al parque de Pamplona,
donde había una gran cantidad
de gente en una manifestación
para el doctor López [Pumare-
31
32
Número 252
jo]. Ya me voy a morir, estoy llegando a los ochenta años y la
familia López sigue gobernando el país. Esas familias siguen,
no ha habido un relevo de las
clases políticas, todo ha sido lo
mismo”.
Del apoyo al sector defensa
por parte de sucesivos gobiernos, opinó: “En el Gobierno de
Belisario Betancur, la prensa
pedía que a los soldados se les
dieran botas y uniformes porque no los tenían. Si a los ministros militares nos hubieran
dado la plata que le han dado a
los ministros civiles, habríamos
ganado cinco guerras. Nosotros no teníamos plata, pero sí
mística profesional, había convicción de por qué se estaba
combatiendo y qué era lo que
había que combatir”.
Cuarteles de invierno
En el calor del hogar, al lado de
su esposa (doña Olga), con la
cercanía de sus hijos (Olga, Fernando, Gustavo, Adriana, Claudia y María del Pilar), el recuerdo de su hijo Erwin y el amor
de sus nietos, dedicó sus días
a la lectura, al análisis permanente de los hechos y a su gran
pasión: escribir. Siempre vigente para la opinión nacional, por
cuenta de sus calidades académicas, sabiduría y experiencia.
Fue un hombre franco, íntegro,
directo y de carácter. Su hijo
Fernando lo recuerda como
“una persona tranquila, un soldado poeta, lector consumado
y autodidacta. Sin importar la
hora de regreso al hogar, él leía
hasta muy tarde, no sin antes
llevar el café (que él mismo
preparaba) a los soldados que
prestaban guardia. Siempre lo
hizo, incluso siendo ministro”
(Landazábal,
comunicación
personal, 2020).
En un lugar especial, pero austero, como todos sus espacios,
reposaban las condecoraciones
nacionales y extranjeras con las
que había sido distinguido a lo
largo de 36 años de carrera,
entre ellas: la Medalla al Deber
Cumplido del Batallón “Colombia”; la Estrella de Bronce,
otorgada por el Gobierno de
Estados Unidos de América; y
la medalla Cruz de Oro de la Liberación, de Corea del Sur. Así
como la Cruz de Boyacá, que
obtuvo en el grado de mayor,
por sus aportes a la pacificación del Huila y del Tolima.
En los días en que recibió el
ministerio, la Revista Semana lo
llamó, con razones justificadas,
“sociólogo con quepis” (Revista
Semana, 1982b). Su producción intelectual supera la veintena de obras y de cuarenta
artículos. Autor de un centenar
de poemas en distintos estilos
literarios: “El niño mártir de la
violencia”, “Jardín de amor”,
“Desdén”, “Despedida”, “Delirios de juventud” y “Añoranzas”,
entre otros. Su inspiración lírica
está presente en los cuarteles
con los himnos de la Escuela de
Lanceros y el Batallón “Guardia
Presidencial”.
El brigadier general (H) Augusto
Pradilla Giraldo, eximio jurista y
académico, quien era su amigo
personal, lo describe como un
“hombre de letras, columnista
reconocido en revistas y periódicos, pero, sobre todo, autor
de libros en cuyas páginas dejó
plasmada una visión clara de la
suerte que correría el país, si los
gobernantes no tomaban algún
día la decisión de combatir la
subversión, como lo reclamara
en su tiempo” (Pradilla, 2008).
Dignificar la memoria
En las instalaciones del Batallón de Infantería N° 13 “General Custodio García Rovira”,
en Pamplona, se encuentra el
Museo “General Fernando Landazábal Reyes”, un espacio que,
según Javier Leal, sobrino del
general y acucioso guardián de
su legado: “Busca conservar la
memoria del militar y su prolífica
obra, además de sus entrevistas
en medios de comunicación,
los uniformes, medallas y fotografías, para darle el lugar que
le corresponde, pues, al final, la
historia le dio la razón” (Leal, comunicación personal, 2020).
El 4 de diciembre de 1998, el
entonces Batallón de Artillería
N° 13 “Capitán Francisco De
Paula Aguilar”, cambió su nombre por el de “General Fernando
Landazábal Reyes”. El 2 de diciembre de 2005, 491 alféreces
ascendieron al grado de subteniente. A esa promoción, le fue
otorgado el nombre del general
que, 58 años atrás, en el mismo
campo de paradas, se graduó
como oficial de Artillería.
En un artículo sobre el general
Landazábal, publicado en la
revista Ecos del Cuerpo de
Generales y Almirantes en
retiro de las Fuerzas Militares
de Colombia, el mayor general
Javier Arias propuso que se
implementara una cátedra en
las escuelas de formación y
Revista Fuerzas Armadas
capacitación. Una idea que no debería quedar
en el papel, puesto que, al igual que otros
oficiales (como Ruiz Novoa, Valencia Tovar
y Puyana García, por citar algunos de ellos),
se hace necesario estudiar su pensamiento,
su producción académica y las lecciones de
su tiempo para la posteridad. Así, se abriría
un espacio para interactuar en una actividad
académica crítica, en la que se conocieran
y discutieran los problemas más graves
que enfrenta la sociedad colombiana desde
la perspectiva de la seguridad y defensa
nacionales.
El toque de silencio
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
A las 7:45 de la mañana del 12 de mayo
de 1998, el general salió de su apartamento
ubicado en el norte de Bogotá. Como era
costumbre, se desplazaba a pie para llegar
a su oficina particular situada a pocas cuadras. Aquel día, vestía un impecable traje
azul oscuro, llevaba en su mano el ejemplar
infaltable de la edición de El Tiempo. En medio del desprevenido recorrido, un vehículo
Sprint de color rojo lo seguía de cerca, en su
interior (según relataron testigos) iban tres
hombres. Uno de ellos, se apeó y se acercó
de frente al general, desenfundó una pistola nueve milímetros y le disparó en cinco
ocasiones. Tres impactos le produjeron heridas mortales (El Tiempo, 1998).
La autoría terminó en un callejón sin salida,
algo de lo cual, por respeto a los suyos, no
es pertinente comentar. Así, indefenso, ‘armado’ de un diario, como símbolo de la palabra que siempre defendió, murió sobre una
acera fría en una aciaga mañana, en la cual
una llovizna tenue vio apagar cobardemente
tres soles. El soldado que había resistido a
mil batallas, que había enfrentado el fuego
inclemente en tierra propia y ajena, había
caído por cuenta de enemigos agazapados
que (contrarios a su talante) jamás dieron la
cara.
Foto: Museo Militar General Fernando Landazábal Reyes
En sus exequias, estuvieron presentes familiares, amigos, compañeros, dignatarios, arzobispos, personalidades y sus soldados. En
33
34
Número 252
aquella ocasión, su hija Olga,
dirigiéndose a los asistentes,
clamó al cielo: “¿Hasta cuándo?
¿Cuántos más tendremos que
caer para salir de este laberinto oscuro? A esas palabras, signadas por el dolor, se sumaron
las del general Álvaro Valencia
Tovar, su amigo, compañero,
soldado de la pluma y de la espada:
Diríase que dentro de
este féretro silencioso se
hubiese apagado la llama de
una vida y acallado el timbre
familiar de una voz. Es lo
que quienes ordenaron la
muerte o accionaron las
armas magnicidas quisieron
lograr. En lo que no
pensaron fue que esa llama,
convertida en antorcha,
seguirá
iluminando
el
presente y el futuro de
Colombia. Su pensamiento
seguirá inspirando a las
formaciones de soldados
que, al pie de su bandera,
proseguirán la lucha, con
la esperanza de su Oración
Patria,
pronunciada
al
anochecer en los cuarteles
de Colombia: ver a su patria
grande, respetada y libre
(Valencia Tovar, 1998).
REFERENCIAS
Aldunate, R. (1924). La revolución de los tenientes:
ruido de sables. Escuela Litotipográfica “La
Gratitud Nacional”.
Arias, J. (2018). General Fernando Landazábal Reyes
1922-1998, Revista Ecos, 154, 24-29.
Bonnet, J. M. (17 de mayo de 1998). A la memoria
del amigo, el maestro y el jefe. El Tiempo.
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-781662
Castaño, C. (2017). General Alberto Ruiz Novoa:
un soldado de todos los tiempos. Revista de las
Fuerzas Armadas, XC(239). p. 2-12.
Cimadevilla, J. (2020). Fernando Landazábal Reyes:
el filósofo guerrero. Manuscrito no publicado.
Centro de Investigación en Memoria Histórica
Militar, Escuela Superior de Guerra.
Cuervo, L. (1953). Festejos patrios de 1953. Boletín
de Historia y Antigüedades (40). p. 353.
El Tiempo. (febrero de 1943). Fueron nombrados
ayer 73 nuevos alumnos de la Escuela Militar.
El Tiempo.
https://news.google.com/newspapers?nid=N2osn
xbUuuUC&dat=19430205&printsec=frontpa
ge&hl=es
El Tiempo. (7 de diciembre de 1947). 19 alféreces
recibieron su grado de subtenientes ayer. El
Tiempo.
https://news.google.com/newspapers?nid=N2osn
xbUuuUC&dat=19471207&printsec=frontpa
ge&hl=es
El Tiempo. (18 de abril 1948). El soldado desconocido. El Tiempo. https://news.google.com/newspa
pers?nid=N2osnxbUuuUC&dat=19480418&pri
ntsec=frontpage&hl=es
El Tiempo. (junio de 1968). El país reposa en su
institución armada. El Tiempo.
El Tiempo. (2 de septiembre de 1980). Altos mandos
invitan al país a luchar contra la subversión. El
Tiempo.
El Tiempo. (9 de julio de 1982). Propuesta de paz
del general Landazábal. El Tiempo.
El Tiempo. (6 de enero de 1984a). La entrevista a
Landazábal. El Tiempo.
El Tiempo. (20 de enero de 1984b). Un discurso
republicano. El Tiempo.
Esquivel, R. (2007). Factores de inseguridad. Conferencia CEM. Escuela Superior de Guerra.
Pradilla, A. (2008). El precio de la paz. ACORE https://
issuu.com/acore/docs/periodico_mayo_2008
Fuerzas Militares. (1998). Escritos inéditos del general
Fernando Landazábal Reyes. Fuerzas Militares.
Restrepo, O. (13 de mayo de 1998). Y la llovizna
vio apagar tres soles. El Tiempo https://www.
eltiempo.com/archivo/documento/MAM778425
Grupo de Artillería “Santa bárbara”. (1997). Historia
de la Artillería Colombiana. El Grupo.
Landazábal, F. (diciembre de 1960). Sentido ético de
la guerra. Revista Fuerzas Armadas. II(5), p. 288.
Landazábal, F. (1966). Política y táctica de la guerra
revolucionaria. Editorial Pax.
Landazábal, F. (1969). Estrategia de la subversión y su
desarrollo en América Latina. Editorial Pax.
Landazábal, F. (1975). Factores de violencia. Ediciones
Tercer Mundo.
Landazábal, F. (1976). Diagnóstico de la inconformidad. El Pueblo. pp. 1-2
Landazábal, F. (29 de agosto de 1981). El Ejército
rechaza todas las invitaciones antidemocráticas. El Tiempo.
Landazábal, F. (1983a). Páginas de controversias.
Bedout.
Landazábal, F. (enero de 1983b). El tráfico de la
violencia. Periódico Fuerzas Armadas.
Landazábal, F. (1985). El precio de la paz. Editorial
Planeta.
Landazábal, F. (1990). La salida del túnel. Planeta
Landazábal, F. (1994). Paz con consejería militar. El
Tiempo. https://www.eltiempo.com/archivo/
documento/MAM-258762
Leal, F. (2018). Al paso del tiempo. Mis vivencias. Universidad de los Andes y Universidad Nacional
de Colombia.
Medina, M. (2000). Las tropas siguen al líder, si se
compromete con ellas. Entrevista con el general (RA) Fernando Landazábal Reyes. Análisis
Político, 39, 83-93.
Pardo, R. (1996). De primera mano: Colombia (19861994). Entre conflictos y esperanzas. CEREC y
Editorial Norma.
Pizarro, E. (agosto de 2019). Las Fuerzas Militares
y su compromiso Institucional. Revista Ejército.
https://publicacionesejercito.mil.co/recurso_
user/revista_ejercito/Revista_202/las-fuerzasmilitares-y-su-compromiso-constitucional.html
Revista de Historia. (1977). Entrevista con Álvaro
Valencia Tovar. Revista de Historia, 5(1).
Revist Semana. (1982a). Landazábal nuevo estilo.
Revista Semana. https://www.semana.com/nacion/articulo/landazabal-nuevo-estilo/798-3/
Revista Semana. (1982b). Camacho, Landazábal,
¿cuál es el cambio? Revista Semana. https://
www.semana.com/camacho-landazabal-cuales-el-cambio/617-3/
Rosales, G. (2009). Evocaciones. Universidad
Militar Nueva Granada. http://hdl.handle.
net/10654/10621
Ruiz Novoa, A. (28 septiembre de 1997). Una ambición que nunca tuve. El Tiempo.
Tovar, G. & Figueroa, E. (2020). La quinta arma:
historia de la Aviación del Ejército de Colombia. Sello Editorial ESMIC. https://doi.
org/10.21830/9789585287822
Ugarriza, J. & Pabón Ayala, N. (2018). Militares y guerrillas: La memoria histórica del conflicto armado
en Colombia desde los archivos militares, 19582016. Editorial Universidad del Rosario.
Valencia Tovar, Á. (1998). En las exequias del
General Fernando Landazábal Reyes. El Tiempo.
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-770932
Valencia Tovar, Á. (2013). Los presidentes que yo
conocí. Planeta.
Velásquez, E. (2012). La noción de guerra revolucionaria en Fernando Landazábal Reyes y sus
repercusiones en el conflicto armado colombiano. Folios, 35, 145-157. http://www.scielo.org.
co/pdf/folios/n35/n35a10.pdf
Yarce, J. (15 de noviembre). Fernando Landazábal
Reyes: un general que habla claro. La República.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
35
El despliegue de nuestras
capacidades para enfrentar a un
enemigo invisible: acciones de la
Policía Nacional
ante la emergencia por la
COVID-19
Brigadier General Ramiro Alberto Riveros Arévalo*
Jefe Oficina de Planeación Policía Nacional
Foto: Comunicaciones Estratégicas PONAL
Linda Lucía Ballestas Torres**
Investigadora Centro de Pensamiento Estratégico y
Proyección Institucional - Policía Nacional
*Jefe Oficina de Planeación Policía Nacional. Profesional en Criminalística, especialista en Seguridad y cuenta con capacitación en Gerencia Moderna, Protección y Seguridad, Estudios
Forenses, Herramientas de Revisión Gerencial y Curso Básico y Especializado de Planeación. Ingresó a la Escuela de Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander” el 26 de
enero de 1988 y es integrante del curso 060 de oficiales.
**Investigadora Centro de Pensamiento Estratégico y Proyección Institucional Comunicadora social y periodista, especialista en comunicaciones estratégicas de la Universidad Sergio
Arboleda, con 4 años de experiencia en trabajos con entidades del Gobierno Nacional. Actualmente es Investigadora del Centro de Pensamiento Estratégico y Proyección Institucional
de la Oficina de Planeación (Policía Nacional). Correo:
[email protected]
36
Número 252
Mantener el ánimo y la confianza ciudadana, fortalecer nuestra comunicación de forma clara y permanente, atender con
mayor agilidad los llamados de
emergencia, aumentar la seguridad, asumir nuevos protocolos en las ciudades y campos
y priorizar aún más la salud de
nuestros miembros de policía
nunca había presentado retos
estructurales tan desafiantes
en la historia reciente de la institución, como los que ha impuesto la emergencia sanitaria
de la COVID-19 durante los
últimos cuatro meses.
Enfrentarse a un enemigo invisible y completamente desconocido, como el SARS-CoV-2,
ha puesto a prueba la agilidad
para la coordinación policial
y militar en todas partes del
mundo y la capacidad de brindar una respuesta sostenida
desde distintos sectores del
Gobierno, que apunten a mantener a flote la salud, la economía y la estabilidad social.
Por consiguiente, la Policía Nacional realiza este ejercicio reflexivo, con el fin de identificar
los principales puntos de acción que han marcado la ruta
de la atención del coronavirus
a nivel nacional y que permiten vislumbrar los aspectos
de mayor alerta para el actuar
policial en escenarios de pospandemia.
La planeación como
elemento estratégico
Mucho antes de la llegada al
país del nuevo coronavirus,
la Policía Nacional trabajaba
en la implementación de un
Foto: Comunicaciones Estratégicas PONAL
proceso de reflexión colectiva conocido como MTI (modernización y transformación
institucional); ejercicio que
buscaba adaptar el servicio de
policía en un contexto mundial
hiperconectado y cambiante,
y además lo perfilaba hacia el
estudio de posibles escenarios
futuros mediante diversas herramientas de prospectiva.
¿Cuál era la finalidad de todo
esto? Precisamente, lo que
se buscaba era responder de
manera efectiva a los nuevos
retos de convivencia y seguridad ciudadana y construir un
modelo policial fortalecido,
moderno, transparente y más
cercano a los colombianos.
Aun cuando todas estas metas
estaban proyectadas para consolidarse en el 2030, han ido
arrojando resultados positivos
anualmente desde su implementación en el 2017.
A pesar de que haber puesto
en marcha el MTI de la Policía
Nacional no significaba que la
institución estuviese preparada para atender una pandemia
de las dimensiones actuales, sí
se puede considerar como un
recurso clave para que hoy la
institución pueda llevar a cabo
su despliegue operacional y de
personal de manera exitosa,
en medio de la incertidumbre
y con un tiempo récord de reacción.
Hubiera sido fácil imaginar
que, mientras la mayoría de las
personas se mantuvieran en
cuarentena desde sus hogares,
las
actividades
delictivas
no iban a seguir siendo una
amenaza para la convivencia
y seguridad ciudadana; sin
Revista Fuerzas Armadas
embargo, algunas esferas de la
sociedad se convirtieron en el
blanco predilecto de acciones
delincuenciales, tales como
el cibercrimen, la violencia
intrafamiliar y el narcotráfico,
las cuales migraron a nuevos
modelos de actuación durante
este periodo.
Según cifras y registros de la
Policía Nacional, se recibieron
cerca de 105 417 llamadas
solicitando orientación en casos de violencia intrafamiliar,
lo que representó un aumento
del 14 % en comparación con
el año anterior. Estas denuncias se materializaron en 4414
capturas por este delito.
Así mismo, “de acuerdo con las
cifras del Centro de Capacidades
de Ciberseguridad de Colombia,
los cibercrímenes han incrementado en 353 % desde el 1 enero al
10 de mayo, entre los que se han
identificado varios delitos como
la violación de los datos personales, la suplantación y el hurto o
las transferencias no concedidas”
(El País, 2020). Situación que se
ha buscado controlar a través del
monitoreo constante realizado por
el CAI Virtual de la Policía Nacional y sus informes diarios de seguimiento a plataformas y páginas
web maliciosas.
De igual forma, así como muchos de los mercados tuvieron
que adaptarse para sobrevivir
a la pandemia y al confinamiento, también lo hicieron las
modalidades de compra y venta de drogas, las cuales incluso
migraron a entregas a domicilio, lo que reviste aún más peligros para los ciudadanos que
se involucran en este tipo de
transacciones.
Según el informe sobre el consumo de drogas en cuarentena, realizado por el programa
‘Échele Cabeza’ y la corporación ATS, “actualmente el 43 %
de los consumidores adquieren la sustancia en un punto
de encuentro, el 14 % hace las
compras en ollas o en la calle,
el 11 % recibe al vendedor disfrazado de domiciliario de alguna App, el 9% por aplicaciones de mensajería como Picap,
el 5 % a través de servicio de
mensajería tradicional y el 2 %
por mensajería de darknet” (El
Tiempo, 2020).
Lo anterior, por nombrar algunos de los escenarios en los
que ha sido necesario contar
con la rápida adaptabilidad y
respuesta por parte del servicio de policía, condición que
solo podría lograrse a través de
la planeación de un modelo de
gestión institucional moderno
y dinámico.
En la primera línea de
defensa
Para el caso colombiano, desde marzo, la mayor parte de
la Fuerza Pública y de Policía
tuvo que volcar su atención
prioritariamente hacia actividades de asistencia y protección social. De esta forma,
policías y militares se ubicaron
en la primera fila de defensa
contra el virus, haciendo equipo con el personal médico;
protegiendo a los productores
de alimentos, transportadores,
domiciliarios, tenderos y personal de logística; y brindando
ayudas a las comunidades más
vulnerables.
De modo que no bastaba
con ejecutar operaciones que
contrarrestaran el crimen online
y offline, sino que también era
necesario desplegar todas
las capacidades de la Policía,
de manera inmediata, para
controlar el cumplimiento de
Mucho antes de la llegada al país del
nuevo coronavirus, la Policía Nacional
trabajaba en la implementación de
un proceso de reflexión colectiva
conocido como MTI (modernización y
transformación institucional); ejercicio
que buscaba adaptar el servicio de policía
en un contexto mundial hiperconectado
y cambiante, y además lo perfilaba hacia
el estudio de posibles escenarios futuros
mediante diversas herramientas de
prospectiva.
37
38
Número 252
Se recibieron cerca de 105 417
llamadas solicitando orientación
en casos de violencia intrafamiliar,
lo que representó un aumento
del 14 % en comparación con el
año anterior. Estas denuncias se
materializaron en 4414 capturas por
este delito.
las normas de movilidad en
las calles, liderar acciones de
prevención y socialización
de medidas que evitaran
el contagio masivo de la
población y, al mismo tiempo,
mitigar la propagación de
los efectos adversos que
produciría el confinamiento
prolongado al interior de la
sociedad.
En concordancia con este principio, durante la emergencia,
la Policía Nacional ha realizado
72 150 campañas de prevención de la violencia intrafamiliar, 14 073 brigadas de salud
y 11 campañas institucionales
macro de comunicación, las
cuales buscaban impactar la
prevención, la seguridad, la
convivencia e incluso la salud
mental de los ciudadanos (organizando actividades como
la ‘polirrumba’, con el objetivo
de motivar la actividad física
y la recreación de las familias,
incluso desde los balcones o
ventanas de las casas y apartamentos).
La firma Cifras y Conceptos
publicó, en el mes de mayo
del presente año, la encuesta
‘Ansiedad y depresión en el
confinamiento: una lectura
de la situación en Colombia’,
la cual fue realizada a 1848
personas mayores de edad,
pertenecientes a las principales
ciudades y zonas rurales del
país, con el propósito de
reconocer los efectos de la
pandemia y el aislamiento
social en la salud mental de los
colombianos.
Entre los resultados más representativos se encuentra que “un
17 % de los consultados reportó tener un nivel alto de depresión; otro 17 %, un nivel medio
de depresión, y un 51 % adicional, un nivel alto de ansiedad”
(Cifras y Conceptos, 2020).
De modo que, si bien al inicio de
la emergencia sanitaria causada
por la COVID-19 las principales
preocupaciones recaían, casi de
manera exclusiva, en conocer
toda la información disponible
sobre las dinámicas de contagio,
los medios de propagación
y las formas de prevención
más efectivas, rápidamente
se fueron sumando distintas
variables que añadirían mayor
complejidad a la situación y
requerirían el acompañamiento
estratégico
de
distintas
entidades del Gobierno, en
materia de prevención, cultura
ciudadana, autocuidado y alivio
financiero.
Revista Fuerzas Armadas
Conscientes de esta realidad, en
el tiempo que ha transcurrido la
emergencia, la Policía Nacional
ha gestionado y coordinado ayudas humanitarias a través de la
entrega de 5 715 427 mercados
a las poblaciones más necesitadas, más de 684 206 tapabocas
(como elemento fundamental de
protección personal) y 309 030
pares de guantes; además del
suministro de 9 564 640 litros
de agua en zonas con difícil acceso, 130 521 litros de alcohol y
204 153 litros de gel antibacterial. Lo anterior permitió beneficiar a más de 5 458 535 familias
en todo el territorio nacional.
Esto sumado a las acciones de
acompañamiento y seguridad
por parte del personal policial
al programa de gobierno ‘Colombia está contigo: un millón
de familias’, el cual se centró en
“entregar un millón de mercados a comunidades indígenas,
Rom, negras, afrocolombianas,
raizales, palenqueras, representantes de Juntas de Acción
Comunal, líderes sociales, defensores de derechos humanos,
comunidad LGBTI y personas
vulnerables referidas por entidades religiosas” (Ministerio del
Interior, 2020).
Estrategias más
representativas
Cabe resaltar que, pese al despliegue logístico y operacional
realizado por parte de la Policía Nacional, estos esfuerzos
serían en vano, si no se contara con el trabajo colaborativo
y conjunto de la ciudadanía y
demás organismos del Estado; especialmente, en temas
asociados a la construcción de
una nueva cultura ciudadana,
con el propósito de generar
nuevos comportamientos de
autocuidado y de priorizar el
reconocimiento de la responsabilidad compartida.
Así como lo afirmó la experta
en biología y educación, Karol
Vera, en un artículo de la revista
Pesquisa de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia:
Estas medidas nos hacen
un llamado a pensarnos en
sociedad, en comunidad, a
tener empatía y a pensar
también en el cuidado del
otro. Este último aspecto
es muy importante a nivel
educativo, pues nos permite recordarles a todos que
como seres humanos que
nos desarrollamos en un
contexto social, estos deberían ser aspectos que se
deben enseñar y que todos
deberíamos tener en cuenta no solo en esta situación
sino durante toda nuestra
vida (Vera, 2020).
De modo que una de las principales estrategias que se perfilaba como la herramienta
clave para vencer, o al menos
Las actividades
de comunicación
y prevención se
convirtieron en
el foco de acción
indispensable para
las labores de la
Policía Nacional.
Foto: Comunicaciones Estratégicas PONAL
39
40
Número 252
controlar, a este enemigo invisible se centraría en la capacidad de ser empáticos con
la realidad ajena, reconociéndonos como una sociedad interconectada y dependiente
entre sí.
Una tarea nada fácil, al analizar
que este esfuerzo colectivo no
correspondería a un impulso generalizado que debía efectuarse
por única vez, especialmente
al inicio de la pandemia cuando los ánimos de la sociedad
se encontraban por lo alto,
sino que consistía en efectuar
un ejercicio diario y constante
de compromiso por el bienestar colectivo, con acciones en
todos los niveles de la sociedad e instituciones.
Con este objetivo en mente, las
actividades de comunicación y
Foto: Comunicaciones Estratégicas PONAL
prevención se convirtieron en
el foco indispensable de acción
para las labores de Policía,
efectuando más de 329 322
campañas de sensibilización
acerca de la COVID-19 (a través
de perifoneo en las calles),
181 530 actividades que
promovieron el autocuidado
(enfatizando en la importancia
del uso de elementos de
protección personal) y 147 792
labores encaminadas a verificar
el cumplimiento de las medidas
de aislamiento decretadas por
el Gobierno nacional.
Aun cuando cerca del 92 %
de la población colombiana ha
cumplido con el aislamiento,
los resultados del ejercicio sobre la marcha, a partir de las
acciones de vigilancia y control
encaminadas a la aplicación del
Código Nacional de Seguridad
y Convivencia Ciudadana, permitieron identificar que los grupos poblacionales más difíciles
de convencer sobre la importancia y gravedad de la emergencia sanitaria han sido los
jóvenes entre los 19 y 29 años,
puesto que el 54,3 % de ellos
tuvieron que ser sancionados
por incumplir el aislamiento
preventivo; convencidos, tal
vez, de que la COVID-19 es
una enfermedad que afecta exclusivamente a poblaciones de
adultos mayores.
Además, las creencias de este
tipo se pudieron evidenciar en
los comportamientos de algunos
‘influencers’ de redes sociales
que hicieron un llamado a sus
seguidores para que se sumaran
al reto viral de lamer inodoros
y desafiaran la probabilidad
de contraer la enfermedad,
Revista Fuerzas Armadas
mientras que otros realizaron
videos transitando en lugares
públicos e ingresando a sitios
comerciales a sabiendas de
que estaban diagnosticados
con coronavirus.
Todas estas experiencias lamentables sirvieron de base
para reconocer que los esfuerzos de comunicación deberían
ser más exigentes frente a las
audiencias más jóvenes y digitales, y que sería necesario
adaptarse rápidamente al reconocimiento de su comportamiento en la web-sociedad
para llegar con los mensajes
correctos de manera oportuna.
En ese orden de ideas, si la
premisa del autocuidado y la
priorización de la bioseguridad se constituían como herramientas clave para hacerle
frente a la COVID-19, y a sus
efectos colaterales en la sociedad, era determinante que
la institución policial fuese el
primer ejemplo de ello.
De este modo, se adecuaron
5 campamentos con capacidad instalada de 342 camas
para la atención de pacientes
con coronavirus y 495 camas
Foto: Comunicaciones Estratégicas PONAL
adicionales en los diferentes
establecimientos de sanidad
policial. Al mismo tiempo, se
brindaron más de 807 181
servicios de asesoría y consulta telefónica que permitieron
atender a los miembros de la
institución y sus familiares en
medio de la emergencia y se
El factor más desafiante para la
Policía Nacional en estos escenarios
pospandémicos se centrará en su
capacidad de continuar empleando
esfuerzos para la atención de la
ciudadanía en ambientes altamente
volátiles, los cuales seguramente
estarán marcados por la insatisfacción
generalizada y el pesimismo.
realizaron cerca de 63 274 visitas del programa médico domiciliario.
La sanidad policial se convirtió
entonces en la piedra angular
del éxito del despliegue
de las capacidades de la
institución, pues la salud de
los uniformados constituye la
base del andamiaje operativo
que se ha puesto en marcha
para la atención, prevención y
control de la propagación de la
COVID-19 en el país.
Escenarios
pospandémicos
Es claro que los esfuerzos institucionales han representado un
enorme reto en la coordinación
de actividades que equilibren
la prioridad en la atención de la
41
42
Número 252
emergencia y la protección de
las actividades cotidianas que
permitan recobrar paulatinamente la normalidad.
El factor más desafiante para la
Policía Nacional en estos escenarios pospandémicos se centrará en su capacidad de continuar empleando esfuerzos para
la atención de la ciudadanía en
ambientes altamente volátiles,
los cuales seguramente estarán
marcados por la insatisfacción
generalizada y el pesimismo.
La proliferación de estos sentimientos negativos es esperable,
especialmente en el caso de la
realidad colombiana, dado que
distintos sectores de la economía han sido afectados fuertemente por las dinámicas del
aislamiento y la incertidumbre
financiera y miles de familias
colombianas hoy tratan de
sobrevivir al desempleo, a la
tensión y al estrés del confinamiento.
Este conjunto de factores repercute directamente en la
percepción de la labor policial
y, en general, de las entidades
del Estado, dado que el ciudadano no identifica ninguna
solución definitiva a su condición de confinamiento y, mucho menos, alguna respuesta
absoluta que le asegure su
protección y la de sus seres
queridos ante la mortalidad
del virus.
De manera que este retorno
paulatino a la preciada normalidad representa nuevamente
un escenario incierto y lleno
de desafíos para la administración de las funciones de la Policía Nacional en todo el territorio colombiano. No solo ante
aquel enemigo invisible con el
cual se ha tenido que aprender
a convivir en los últimos cuatro meses, sino también en el
marco de realidades sociales
complejas que se van acrecentando con el paso de los días
REFERENCIAS
Cifras y Conceptos. (6 de mayo de 2020). Ansiedad y
depresión en el confinamiento: una lectura de la
situación en Colombia. Recuperado de https://
cifrasyconceptos.com/ansiedad-y-depresionen-el-confinamiento-una-lectura-de-la-situacion-en-colombia/
El País. (24 de mayo de 2020). Denuncias por
crímenes virtuales han aumentado un 353 % en
lo que va del año. Recuperado de https://www.
elpais.com.co/judicial/denuncias-por-crimenesvirtuales-han-aumentado-un-353-en-lo-queva-del-ano.html
El Tiempo. (4 de julio de 2020). Así cambiaron el
consumo y la venta de drogas por la pandemia.
Recuperado de https://www.eltiempo.com/
bogota/coronavirus-en-bogota-asi-cambiaronel-consumo-y-la-venta-de-drogas-por-lapandemia-514390
Ministerio del interior. (01 de abril de 2020).
'Colombia está contigo', un millón de familias.
Recuperado de https://www.mininterior.gov.co/
sala-de-prensa/noticias/colombia-esta-contigoun-millon-de-familias
Vera, K. (18 de marzo de 2020). El COVID-19,
un asunto de salud y responsabilidad social.
Recuperado de https://www.javeriana.edu.co/
pesquisa/el-covid-19-un-asunto-de-salud-yresponsabilidad-social/
y que ponen a prueba la capacidad de reinvención, cercanía,
resistencia e innovación de las
entidades
gubernamentales
que buscan asegurar la convivencia, especialmente a través
de un servicio de policía de la
gente y para la gente.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
43
Misionalidad del Ejército Nacional
en la seguridad y defensa de
los recursos naturales de Colombia
Coronel Giovanni Valencia Hurtado
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
Foto: Comunicaciones Estratégicas EJC
Profesional en Ciencias Militares y especialista en Seguridad y Defensa Nacionales, en Administración de Recursos Militares para la Defensa Nacional y en Gerencia del Talento Humano.
Además de los diferentes cursos de ley para ascenso, durante su carrera militar adelantó diferentes cursos y especializaciones militares y particulares, como Lancero, Paracaidista y
Fuerzas Especiales (en Colombia) y Curso de Derechos Humanos y Curso de Operaciones de Paz (en Estados Unidos).
Se ha desempeñado como comandante, segundo comandante, entre otros de carácter operacional, administrativo y de educación militar en el Tolima, Putumayo, Cauca, Arauca,
Nariño, Boyacá, Guaviare y Bogotá.
Fue designado por el Gobierno nacional como agregado militar, naval y aéreo de Colombia en Italia y oficial de enlace del Ejército Nacional ante la Dirección General de la Fuerza
Multinacional y Observadores en Roma (Italia). Actualmente, es estudiante del Curso de Altos Estudios Militares.
Correo electrónico:
[email protected]
44
Número 252
Durante varias décadas, se ha
considerado que el poder de
una nación se consolida a través del potencial económico
que ostenta, el cual principalmente proviene de las ganancias de la industrialización, de
allí los llamados países de primer y tercer mundo; no obstante, a medida que la sociedad global ha ido avanzando y
transformando su proceso de
construcción de patrimonio
y riqueza, se ha dado cuenta
de que el verdadero potencial económico proviene de la
cantidad y, sobre todo, de la
disponibilidad de los recursos
naturales (Ramírez y Antero,
2014).
La práctica del saqueo, la obtención y el uso irregular de
estos recursos naturales genera tensiones que conducen
a la violencia; es decir, llevan
a la conformación de grupos
armados que desencadenan
conflictos internos y, según
sus características, pueden escalar a conflictos de nivel internacional. Además, “más del
40 % de los conflictos armados internos de los últimos 60
años están vinculados con los
recursos naturales […] Desde
1995, el 75 % de los conflictos
en África han sido parcialmente financiados por los recursos
obtenidos con aquellos” (ONU,
2018).
La dinámica de extracción
desmesurada de los recursos
naturales también genera un
fuerte impacto al medio ambiente y produce la escasez de
algunos recursos y el agotamiento del planeta. Como en
el caso del recurso hídrico, “en
el 2030 la demanda de agua
será 40 % más alta de lo que es
hoy y será mayor a un 50 % en
los países de más rápido desarrollo” (2030 WRG, 2009).
nal, ante las amenazas internas y externas; tema que hoy
ocupa las agendas políticas del
orden mundial.
Dentro de los recursos naturales están los esenciales, los
cuales cobran valor estratégico según su prelación; por un
lado, se identifican aquellos
“relacionados con la seguridad
humana (agua, alimentos y tierras cultivables)”; por el otro,
los “relacionados con la industria y el comercio (recursos
energéticos, recursos minerales y los cultivos relacionados
con la industria farmacéutica y
con drogas)” (García, 2017, p.
1). Su preservación y cuidado
son tema de seguridad nacio-
Desde el enfoque de la defensa y seguridad de Colombia,
este artículo prioriza la importancia de la preservación de los
recursos naturales considerados activos estratégicos de la
nación y se resalta el papel tan
importante de los ecosistemas
en escenarios de amenazas internas y de escasez global de
los recursos naturales esenciales. Por lo tanto, el contenido
se desarrollará en tres apartados: recursos naturales y
conflicto, el caso de Colombia
(conflicto y recursos) y, por úl-
Foto: Comunicaciones Estratégicas EJC
Revista Fuerzas Armadas
timo, las Fuerzas Militares y la
acción unificada.
Recursos naturales y
conflicto
Aun cuando no todos los
conflictos tienen su origen
en los recursos naturales, sí
es una causal que incide en
gran número de estos (es decir, se presenta una relación
estrecha). El uso desmedido
y depredador de los recursos
naturales ha impactado el medio ambiente y ha contribuido al calentamiento global, lo
cual se ha visto manifiesto de
diversas maneras, como las
sequías recurrentes, el ausen-
“Más del 40 % de los conflictos armados
internos de los últimos 60 años están
vinculados con los recursos naturales
[…] Desde 1995, el 75 % de los
conflictos en África han sido parcialmente
financiados por los recursos obtenidos
con aquellos” (ONU, 2018).
tismo alimentario, la pobreza,
el crecimiento elevado de la
población y los altos índices
de desnutrición (que, a su vez,
disminuyen la calidad de vida
de las personas, afectan su
entorno y cambian la forma de
intercambiar productos e incrementan las tensiones).
Lo anterior se ve ejemplificado en casos como el de Japón,
“país superpoblado y carente
de materias primas en su territorio nacional, razón por la
que optó por una política expansionista, que se tradujo en
la ocupación de la Manchuria
china y en la creación de un
Estado manchukuo” (Fernández, 2016, p. 11).
En países cuya economía depende de uno o más recursos
naturales, con buena demanda, se da paso a que grupos
armados organizados ilegales
se disputen el acceso y el control de estos, lo que acentúa
la inestabilidad, a través de la
violencia, y limita el desarrollo.
A cambio, viene la sobreexplotación, que satura las existencias y produce escasez (lo cual
hace que su obtención también resulte en conflicto).
Con respecto de los recursos
naturales, hay múltiples variables que se diversifican (entre
esas, la geopolítica de los recursos) y generan mayor interés en unos Estados que en
otros, debido a las necesidades
crecientes de estos. Cuando
se trata de recursos como el
agua, la energía y los bosques,
Fernández, analista del IEEE,
manifiesta que “en opinión de
muchos expertos, el escenario
más probable para los futuros
conflictos se sitúa en la zona
inmediata al ecuador” (2016,
p. 12). Ante escenarios como
estos, los Estados impulsan en
sus agendas políticas, de manera prioritaria, el diseño de
su defensa y seguridad con
base en la preservación de sus
recursos esenciales y vitales
principalmente.
Conflicto colombiano y
recursos naturales
En el caso colombiano, existe un vínculo bastante amplio
entre el conflicto armado y los
recursos naturales, puesto que
históricamente se considera
que la formación de las guerrillas en la década de 1950
se dio debido a la tensión por
45
46
Número 252
la desigualdad en cuanto a la
tenencia de tierras con gran
potencial productivo por parte
de un número reducido de terratenientes y la escasez de las
zonas productivas dejadas a la
mayoría de la población (Segrelles, 2017; Semana, 2010;
y Universidad del Rosario,
2019).
A su vez, esta situación ha desencadenado desplazamientos
masivos y la conformación
de nuevos grupos armados al
margen de la ley, los cuales
ocupan los territorios rurales
que han quedado abandonados (aprovechando la fisiografía del territorio como medio
de camuflaje) y explotan los
recursos naturales, de forma
indiscriminada e ilegal, lo que
genera nuevas formas de economía ilegal.
Al respecto, en su análisis sobre el conflicto colombiano,
Morales sostiene que:
Este desplazamiento movilizó los conflictos y fue
un vector de expansión de
grupos armados que construyeron su poder sobre la
base del control territorial y
social. El control insurgente sobre extensas porciones del territorio, muchas
con inmensas riquezas naturales, se convirtió en un
botín para extraer rentas
de negocios legales e ilegales y, a su vez, alimentar la
expansión de estos grupos
(2017, p. 5).
En tal sentido, los recursos
naturales se convirtieron en
combustible para la autofinanciación de estos grupos y,
En países cuya economía depende de
uno o más recursos naturales, con buena
demanda, se da paso a que grupos
armados organizados ilegales se disputen
el acceso y el control de estos, lo que
acentúa la inestabilidad, a través de la
violencia, y limita el desarrollo.
como consecuencia, se produjo la prolongación en el tiempo
y la afectación a la biodiversidad. Las áreas en las que el
conflicto ha sido más intenso y
las economías ilegales han tomado fuerza suelen coincidir
con las zonas de gran potencial ambiental del país, como
la Amazonía, el Chocó biogeográfico, la Cordillera de los
Andes y la Orinoquía (Morales,
2017, p. 5).
Las Fuerzas Militares y
la acción unificada
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2016), tras el acuerdo de
paz, firmado en septiembre
del 2012, se identificaron 125
municipios de prioridad para
la atención del posconflicto;
de estos, 41 municipios identificados con ‘prioridad alta’
poseen parques naturales o
reservas forestales y 8 municipios de ‘prioridad media’ poseen suelos de protección. Lo
anterior demanda un desafío
interinstitucional en aras de
retornar la seguridad y desarrollo a las regiones.
En el artículo 103 de la Ley 99
de 1993 está consignado que
“las Fuerzas Armadas velarán
en todo el territorio nacional
por la protección y defensa del
medio ambiente y los recursos
naturales renovables y por el
cumplimiento de las normas
dictadas con el fin de proteger
el patrimonio natural de la nación, como elemento integrante de la soberanía nacional” (p.
39).
Sin embargo, después del
acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), los actores en contra de la ley, como
los grupos armados organizados (GAO), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los
grupos armados organizados
residuales (GAOR), los grupos
de delincuencia organizada
(GDO), los delitos trasnacionales (DT), la delincuencia común y particulares han incrementado sus actividades de
financiación.
Por su parte, esto ha provocado un gran impacto negativo
en los ecosistemas nacionales,
debido a la siembra de cultivos
ilícitos, la tala indiscriminada
Revista Fuerzas Armadas
de bosques, la extracción ilegal de yacimientos mineros, la ganadería extensiva, la apropiación de tierras, la infraestructura no legal y
la expansión de las fronteras agrícolas. Asimismo, cabe mencionar que, paralelamente, estos grupos continúan llevando a cabo diversas
acciones criminales, como secuestros, extorsiones, intimidación y desplazamiento forzado,
entre otras.
Para enfrentar la criminalidad y las economías
ilegales con la presencia del Estado en todo
el territorio colombiano, mediante el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022) “Pacto por
Colombia, pacto por la equidad”, el Gobierno
nacional contempla (en términos de seguridad)
materializar el paso del control militar y policial
del territorio al control institucional del territorio por medio de una acción unificada coordinada, interinstitucional y multilateral.
En esta misma línea de esfuerzo, ante las amenazas a la biodiversidad, el Gobierno nacional
con el Ministerio de Defensa Nacional plantean que se debe “calificar el agua, la biodiversidad y el medio ambiente, como interés
nacional principal y prevalente” (Política de
Defensa y Seguridad Nacional, 2019, p. 5). Es
la primera vez que una política de esta naturaleza reconoce a tales recursos como activos
estratégicos de la nación, en un contexto de
escasez y de eventuales conflictos internacionales por su control.
Este plan de gobierno, mediante la acción unificada, atribuye reciprocidad con la estrategia
de defensa y seguridad en la preservación de
los recursos naturales considerados como activos estratégicos de la nación. Es pertinente
resaltar que aquí radica la importancia de este
artículo, toda vez que, por su prevalencia, estos recursos pueden conducir a escenarios de
escasez o conflicto. Así las cosas, hay una reciprocidad manifiesta por parte del Gobierno
nacional, al llevar a las instituciones del Estado
a todos los territorios y conducir las Fuerzas
Militares en su misión de defensa y seguridad
nacional, de una manera integral, en beneficio
de un interés nacional principal y prevalente:
preservar el agua, la biodiversidad y el medio
ambiente.
Foto: Comunicaciones Estratégicas EJC
47
48
Número 252
Dadas las características del
actuar criminal con respecto
del medio ambiente, el Ejército Nacional cuenta con dos
brigadas altamente capacitadas en las cuales se aplica el
concepto ‘conjunto, coordinado, interagencial y multilateral
(CCIM)’: la Brigada Especial
contra el Narcotráfico y la Brigada Especial contra la Minería Ilegal.
La Brigada Especial contra el
Narcotráfico fue fundada en
el año 2000, cuenta con un
entrenamiento especializado y
ha producido resultados excelentes destacados por diversos
organismos
internacionales,
como consta en el informe de
la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
Foto: Comunicaciones Estratégicas EJC
de 2019. Por ejemplo, en el
2018, se logró reducir en un
54 % el flagelo del narcotráfico, el cual destruye la biodiversidad y propicia el deterioro
y la erosión del suelo.
La Brigada Especial contra
la Minería Ilegal se creó en
el año 2018, cuenta con un
equipo conformado entre personal del Ejército Nacional y
la Policía Nacional (con apoyo de la Fiscalía General de la
Nación) y tiene como objetivo
transversal luchar para desmantelar las bandas de crimen
organizado y disminuir el nivel
de deterioro ambiental (principalmente en los cauces de los
ríos, los cuales se encuentran
fuertemente
contaminados
por el uso indiscriminado de
químicos) y mitigar la erosión
del suelo, la cual se ha acelerado a causa del desmonte de la
vegetación.
A este esfuerzo, se suman
campañas como el programa
‘Fe en Colombia’, cuya línea
medioambiental ha sido de
gran importancia para la imagen institucional y la protección de los recursos ambientales nacionales; al igual que los
esfuerzos operacionales del
resto de unidades en todo el
territorio colombiano, que han
producido grandes logros operacionales en este respecto.
En este marco, se ha puesto
en marcha la operación mayor Artemisa, cuyo objetivo
Revista Fuerzas Armadas
principal es “mitigar los fenómenos criminales que depredan el medio ambiente en el
dominio terrestre, denegando
las áreas de protección a la
criminalidad, para proteger el
agua, la biodiversidad y los recursos naturales como activos
estratégicos de la nación” (Ministerio de Defensa Nacional,
2019, p. 12).
Conclusiones
Muchos de los conflictos
en el mundo han tenido su
origen por causa de los recursos naturales y su vinculación
(desde la obtención, la posesión y el uso). Es un factor
que motiva la conformación
de grupos armados, cuya interacción ocasiona tensiones
acompañadas de violencia
que pueden conducir a conflictos intraestatales o interestatales, según su dinámica.
La depredación de los recursos naturales ha contribuido a la crisis ambiental, al punto de la escasez de algunos de
ellos y a un aceleramiento del
calentamiento global. Muchos
de estos recursos son esenciales y vitales para la subsistencia humana, lo cual ha
llamado a la restructuración
de la geopolítica de los recursos, despertando intereses de
unos Estados sobre otros, debido a la relevancia para cada
interés nacional.
El conflicto colombiano
no ha sido la excepción a la
relación estrecha con los recursos naturales, puesto que
la riqueza del país es sumamente diversa, lo cual ha sido
una de las principales fuentes
de financiamiento y sustento
de los grupos armados ilegales y de las causas de la prolongación del conflicto. Dada
la geografía y los recursos del
país, el conflicto se ha extendido a muchas zonas (en
especial, las más biodiversas)
y se ha afectado la territorialidad del Estado.
Colombia es uno de los
países más biodiversos del
mundo y esa biodiversidad
está amenazada por la afecta-
El Gobierno nacional
con el Ministerio de
Defensa plantean que
se debe “calificar el
agua, la biodiversidad
y el medio ambiente,
como interés
nacional principal y
prevalente” (Política
de Defensa y
Seguridad Nacional,
2019, p. 5).
49
50
Número 252
ción de grupos armados organizados y otros actores.
En este sentido, el Gobierno nacional, a través del
Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022) y la Política de Defensa y Seguridad Nacional, en su visión
estratégica articula la acción unificada para pasar del
control militar del territorio al control institucional
del territorio a fin de lograr la estabilización.
Desde el enfoque de la seguridad multidimensional, con la acción unificada, este plan de gobierno activa una reciprocidad entre el mismo Gobierno (con sus instituciones) y las Fuerzas Militares, de
una manera integral, cohesionada y fortalecida en
los territorios, en beneficio de la estrategia de defensa y seguridad para preservar y cuidar los activos
estratégicos de interés nacional, ante escenarios de
escasez o conflicto.
Dada la geografía y los
recursos del país, el
conflicto se ha extendido a
muchas zonas (en especial,
las más biodiversas) y se ha
afectado la territorialidad
del Estado.
REFERENCIAS
Congreso de la República de Colombia. (1993, 22 de
diciembre). Ley 99 de 1993. Por la cual se crea
el Ministerio de Medio Ambiente. p. 39. Diario
Oficial No. 41.146. Recuperado de http://www.
secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/
ley_0099_1993.html
Fernández Montesinos, F. (10 de febrero de 2016).
Los recursos y el conflicto. p. 11. Instituto Español
de Estudios Estratégicos (IEEE). España. Recuperado de file:///C:/Users/USER/Documents/
Art%C3%ADculo%20revista%20FFMM/
DIEEEA09-2016_RecursosyConflictos_FAFM.
pdf
Fernández Montesinos, F. (10 de febrero de 2016).
Los recursos y el conflicto. p. 12. Instituto Español
de Estudios Estratégicos (IEEE). España. Recuperado de file:///C:/Users/USER/Documents/
Art%C3%ADculo%20revista%20FFMM/
DIEEEA09-2016_RecursosyConflictos_FAFM.
pdf
García Tasich, S. (11 de abril de 2017). Instituto Español de Estudios Estratégicos. Recursos naturales
Estratégicos, p. 1. Recuperado de http://www.
ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/
DIEEEO38-2017_Recursos_Naturales_Estrategicos_SaraGarciaTasich.pdf
Ministerio de Defensa Nacional. (Enero de 2019).
Política de Seguridad y Defensa Nacional. Para la
legalidad, el emprendimiento y la equidad. Recuperado de https://www.mindefensa.gov.co/irj/go/
km/docs/Mindefensa/Documentos/descargas/
Prensa/Documentos/politica_defensa_deguridad2019.pdf
Ministerio de Defensa Nacional. (Enero de 2019).
Política de Defensa y Seguridad Nacional. Para la
legalidad, el emprendimiento y la equidad, p. 5.
Recuperado de https://www.mindefensa.gov.
co/irj/go/km/docs/Mindefensa/Documentos/
descargas/Prensa/Documentos/politica_defensa_deguridad2019.pdf
Morales, L. (2017). La paz y la protección ambiental
en Colombia: propuestas para un desarrollo rural
sostenible. Recuperado de http://static.iris.net.
co/sostenibilidad/upload/documents/envtcolombia-esp_web-res_final-for-email.pdf
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito. (2019). Colombia Monitoreo de territorios
afectados por cultivos ilícitos. Recuperado de
cultivhttps://www.unodc.org/documents/
colombia/2019/Agosto/Informe_de_Monitoreo_de_Territorios_Afe
Organización de Naciones Unidas. (16 de octubre
de 2018). Los recursos naturales causaron más
del 40% de las guerras de los últimos sesenta
años. Recuperado de https://news.un.org/es/
story/2018/10/1443762
Ramírez, V. y Antero, J. (2014). Evolución de las teorías
de explotación de recursos naturales: hacia la creación de una nueva ética mundial. Luna Azul. ISSN
1909-2474. Recuperado de http://www.scielo.
org.co/pdf/luaz/n39/n39a17.pdf
Revista Semana. (2010). "El acceso a la tierra ha
sido el eje del conflicto armado". Recuperado de
https://www.semana.com/nacion/articulo/
el-acceso-tierra-ha-sido-eje-del-conflictoarmado/125048-3.
Segrelles, J. (2017). La desigualdad en el reparto de la
tierra en Colombia: obstáculo principal para una
paz duradera y democrática. Análisis de Geografía
de la Universidad Complutense. Recuperado de
http://dx.doi.org/10.5209/AGUC. 62486
The 2030 Water Resources Group. (2009).
Charting Our Water Future. p. 4. Recuperado
de https://www.2030wrg.org/wp-content/
uploads/2014/07/Charting-Our-Water-FutureFinal.pdf
Universidad del Rosario. (2019). Tierra y violencia. Bogotá, Colombia. Tomo IV-fascículo 15.
Recuperado de https://www.urosario.edu.co/
Universidad-Ciencia-Desarrollo/ur/FasciculosAnteriores/Tomo-IV-2009/Fasciculo-15/ur/
Tierra-y-violencia
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
51
Las capacidades operacionales de la
Fuerza Aérea del Perú
en la seguridad multidimensional
(2011-2019)
Coronel Fuerza Aérea del Perú Carlos Roberto Álvarez
Estudiante Internacional del Curso de Altos Estudios Militares
2020
Foto: Contingente peruano en ejercicio CRUZEX .
Fuente: http://www.takeoffperu.com/2018/12/02/sesion-fotografica-de-la-fap-en-el-cruzex-2018/
Ingresó a la Escuela de Oficiales en febrero de 1988 y egresó en diciembre de 1992 con el grado de alférez de la especialidad de Defensa Aérea.
Es licenciado en Ciencias de la Administración Aeroespacial y se graduó de los siguientes cursos militares: Curso Táctico (en la Escuela Superior de Guerra Aérea), Curso de Estado Mayor
Conjunto (en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas), Curso de Alto Mando (en la Escuela Superior de Guerra Aérea) y Curso de Lucha contra el Crimen Organizado Transnacional
(en el Centro Europeo George C. Marshall para Estudios de Seguridad).
Adicionalmente, se ha desempeñado como comandante del Destacamento de Defensa Aérea de Tacna (2010-2011) y del Centro de Información de Defensa Aérea Nacional (20162017).
Correo electrónico:
[email protected]
52
Número 252
El enfoque de seguridad multidimensional de los Estados
encuentra sus orígenes en la
Declaración de Bridgetown, del
04 de junio de 2002, durante
el trigésimo segundo periodo ordinario de sesiones de la
Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos. El concepto se desarrolla y explica en la Declaración
de México, del 28 de octubre
de 2003, en la cual se establece que la “nueva concepción de
la seguridad en el hemisferio es
de alcance multidimensional,
incluye las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos a la seguridad de los Estados” (Organización de Estados
Americanos, 2003, p. 2).
Por lo tanto, la seguridad multidimensional exige a los Estados una respuesta multisectorial para poder combatir dichas
amenazas, y en el caso particular de las Fuerzas Armadas les
demanda el cumplimiento de
nuevos roles que les obligan a
adaptar sus capacidades operacionales existentes y desarrollar nuevas.
Los objetivos de este artículo
son los de abordar el tema de
la seguridad multidimensional,
explicándola en su concepto
y alcance; revisar el marco legal y doctrinario que ampara
el empleo de las capacidades
operacionales disponibles de la
Fuerza Aérea del Perú para desarrollar operaciones, en contribución a la seguridad multidimensional del país; e identificar
las capacidades operacionales
que se emplearon para ese
propósito, en el periodo 20112019, lo que permitió formular
Foto: Caza multirol Mirage 2000 de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: www.combataircraft.net
conclusiones y recomendaciones importantes al respecto.
¿Qué es la seguridad
multidimensional?
La seguridad multidimensional es un término que engloba
todas aquellas acciones que
debe llevar a cabo un Estado
para contrarrestar las amenazas tradicionales, las nuevas
amenazas, preocupaciones y
otros desafíos a su seguridad.
Este se deriva de los conceptos
vertidos por la Organización
de Estados Americanos en las
Declaraciones de Bridgetown
(2002) y México (2003).
A saber, se consideran como
nuevas amenazas, preocupaciones y otros desafíos de naturaleza diversa al terrorismo, la
delincuencia organizada transnacional, el tráfico ilícito de drogas, la corrupción, el lavado de
activos, el tráfico ilícito de armas
y las conexiones entre ellos; la
pobreza extrema y la exclusión
social de amplios sectores de la
población, los desastres naturales y los de origen humano,
enfermedades y otros riesgos a
la salud, el deterioro del medio
ambiente, la trata de personas,
los ataques a la seguridad cibernética, accidentes o incidentes durante el transporte
de materiales potencialmente
peligrosos (por ejemplo: petróleo, material radioactivo y desechos tóxicos); y el acceso, la
posesión y el uso de armas de
destrucción masiva y sus medios vectores por terroristas1.
Dado que estas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos a la seguridad son de
naturaleza diversa y alcance
multidimensional, el concepto
1
Organización de Estados Americanos. (2003). Declaración de México: Seguridad en las Américas p. 4.
Revista Fuerzas Armadas
y los enfoques tradicionales
se deben ampliar para abarcar
amenazas nuevas y no tradicionales, que incluyen aspectos
políticos, económicos, sociales,
de salud y ambientales2; que,
en el caso particular de la Fuerza Aérea del Perú, se traducen
en la necesidad de equiparse y
prepararse de forma adecuada
para generar las capacidades
operacionales que debe desarrollar para tal fin.
Marco legal
La Constitución Política del
Perú de 1993 establece como
deberes primordiales del Estado: “Defender la soberanía
nacional; garantizar la plena
vigencia de los derechos humanos; proteger a la población
de las amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta
en la justicia y en el desarrollo
integral y equilibrado de la nación” (1993, art. 44).
En cuanto a la finalidad de
las Fuerzas Armadas, este
documento, especifica que:
“Las Fuerzas Armadas están
constituidas por el Ejército, la
Marina de Guerra y la Fuerza
Aérea. Tienen como finalidad
primordial garantizar la independencia, la soberanía y la
integridad territorial de la República” (1993, art. 165); además, “las faculta a participar
en el desarrollo económico y
social del país, y en la defensa
civil de acuerdo a ley” (1993,
art. 171).
2
Organización de Estados Americanos. (2003). Declaración de México: Seguridad en las Américas. p. 3.
El Decreto Legislativo n.º 1136,
Ley de la Fuerza del Perú, relaciona a esta institución armada
con el cumplimiento de actividades en provecho de la seguridad multidimensional del país,
las cuales se encuentran estrechamente vinculadas con su
ámbito de competencia (2012,
art. 3) y sus funciones (2012,
art. 4).
El Foro del Acuerdo Nacional,
institucionalizado
mediante
el Decreto Supremo n.º 1052002-PCM, del 17 de octubre
de 2002, elabora y aprueba lineamientos en políticas de Estado, con base en el diálogo y la
concertación entre los niveles
de gobierno y las instituciones
políticas y sociales del Perú.
Como resultado de la interacción dentro del Foro del
Acuerdo Nacional, en función
de cuatro objetivos, se establecieron 35 políticas de Estado3;
muchas de las cuales se correlacionan con el combate o la
mitigación de los efectos de las
amenazas, preocupaciones y
otros desafíos considerados en
el enfoque de seguridad multidimensional.
3
Foro del Acuerdo Nacional. (25
de mayo de 2014). Políticas de Estado.
http://acuerdonacional.pe/politicas-deestado-del-acuerdo-nacional/politicas-deestado%e2%80%8b/politicas-de-estado-castellano/
Tabla 1. Políticas de Estado definidas por el Foro del Acuerdo
Nacional relacionadas con la seguridad multidimensional
DESCRIPCIÓN
9 Política de seguridad nacional.
10 Reducción de la pobreza.
Acceso universal a los servicios de salud y a la se13 guridad
social.
15 Promoción de la seguridad alimentaria y nutrición
19 Desarrollo sostenible y gestión ambiental.
Promoción de la ética y la transparencia y errade la corrupción, el lavado de dinero, la
26 dicación
evasión tributaria y el contrabando en todas sus
formas.
de la producción, el tráfico y el con27 Erradicación
sumo ilegal de drogas.
del terrorismo y afirmación de la re30 Eliminación
conciliación nacional.
32 Gestión del riesgo de desastres.
33 Política de Estado sobre los recursos hídricos.
de la información y sociedad del cono35 Sociedad
cimiento.
53
54
Número 252
Foto: Avión de transporte medio C-27J de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: https://www.leonardocompany.com/it/news-and-stories-detail/-/detail/
the-c-27j-spartan-lives-up-to-expectations-in-peru
Como se aprecia en los párrafos precedentes, la Fuerza
Aérea del Perú cuenta con un
marco legal que sustenta su
actuar dentro del concepto de
seguridad multidimensional.
Marco doctrinario
Con base en lo especificado en
la Constitución Política y en el
Decreto Legislativo n.º 1136, la
Fuerza Aérea del Perú formuló
su misión y la consignó en el
Documento DBFA1, Doctrina
Básica de la Fuerza Aérea del
Perú, en cuya última versión se
estableció de la siguiente manera: “Emplear el poder aeroespacial en la defensa del Perú
de sus amenazas y en la protección de sus intereses, en el
control del orden interno, en el
desarrollo económico y social
del país, en la defensa civil y en
el apoyo a la política exterior; a
fin de contribuir a garantizar su
independencia, soberanía e integridad territorial y el bienestar general de la nación” (2018,
p. 1).
En la Doctrina Básica de la Fuerza Aérea del Perú se indica que
esta efectúa su planeamiento
de acuerdo con el modelo de
planeamiento basado en capacidades, “el cual busca determinar qué medios y recursos son
necesarios para que la Institución prepare, forme, capacite,
Se consideran como nuevas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos de naturaleza
diversa al terrorismo, la delincuencia
organizada transnacional, el tráfico ilícito de
drogas, la corrupción, el lavado de activos, el
tráfico ilícito de armas y las conexiones entre
ellos...
especialice, perfeccione, entrene, organice, mantenga y equipe al Componente Aéreo de las
Fuerzas Armadas, de manera
tal, que le permita cumplir su
misión”4; durante este proceso,
se formulan las denominadas
capacidades
fundamentales,
que se definen como el conjunto de habilidades que la Fuerza
Aérea del Perú debe poseer y
que se las materializa a través
de la acción en el ámbito de
su responsabilidad mediante
las capacidades operacionales,
con el fin de alcanzar los objetivos establecidos.
No es propósito de este ensayo
efectuar una revisión extensa
de las capacidades fundamentales y operacionales que se
describen en la doctrina básica,
pero se debe resaltar de ellas
que sustentan y consideran
todos los tipos de operaciones
que debe conducir la Fuerza
Aérea del Perú para el cumplimiento de su misión.
Empleo de las
capacidades
operacionales de la
Fuerza Aérea del
Perú en la seguridad
multidimensional (20112019)
Como se ha mencionado, la
seguridad multidimensional incluye las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas, preocupaciones y otros desafíos
a la seguridad de los Estados;
considerando el concepto de
amenazas tradicionales como
4
Fuerza Aérea del Perú. (2018).
DBFA1, Doctrina Básica de la Fuerza Aérea
del Perú, p. 57.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
Tabla 2. Capacidades fundamentales y capacidades operacionales de la Fuerza Aérea del
Perú
CAPACIDAD
FUNDAMENTAL
DEFINICIÓN
para controlar todo movimiento a través del
Control aeroespacial Habilidad
aeroespacio y asegurar la libertad de acción propia.
Habilidad para conducir operaciones en cualquier lugar y
Precisión en las ope- momento, a fin de producir los efectos deseados con el
raciones militares menor riesgo y daño colateral y negar al adversario áreas
libres de riesgo.
para ejecutar acciones militares en apoyo al orPrecisión en las ac- Habilidad
den
interno,
desarrollo nacional, emergencias y participaciones militares
ción en operaciones de paz.
para reunir, controlar, explotar y defender inDominio del ambien- Habilidad
formación,
mientras se niega a un adversario la posibilite de la información dad de hacer
lo mismo.
Habilidad para movilizar medios y recursos de manera
Movilidad aérea
oportuna y para posicionar y sostener la fuerza con la
eficaz
finalidad de conducir todo el espectro de las operaciones
militares.
Habilidad para integrar y proporcionar los recursos huApoyo y sostenimanos y logísticos necesarios para el empleo y el sostemiento de la fuerza nimiento de la fuerza comprometida en las operaciones y
acciones militares.
aquellas a las que debe enfrentar la Fuerza Aérea del Perú (en
cumplimiento de su fin primordial constitucional de garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial
de la República) y concebidas
como amenazas procedentes
de otro Estado, estas no se han
materializado en el periodo de
estudio.
Por lo tanto, las capacidades
operacionales para contrarrestar este tipo de amenazas no se
han empleado y el esfuerzo de
la Fuerza Aérea del Perú en ese
sentido ha sido de preparación
de la fuerza para tal eventualidad; para ello, se han desarrollado de forma periódica los ejercicios ECODEX (entrenamiento
de capacidades operacionales
disimilares), ejecutados en sus
inicios como ejercicios de combate disimilar entre aeronaves
de combate, pero que luego
fueron ampliándose para llevar
a cabo otros tipos de operaciones, como defensa aérea, inserción y extracción de unidades de operaciones especiales,
búsqueda y rescate, búsqueda
y rescate en combate, operaciones de entrega de carga,
transporte, ataque a superficie,
entre otras.
Como demostración de la elevada capacidad alcanzada por
las tripulaciones de la Fuerza
Aérea del Perú durante estos
ejercicios, en el año 2018 se
participó por primera vez en un
ejercicio multinacional, la octava edición del ejercicio CRUZEX en Brasil, en donde el contingente peruano participó con
55
56
Número 252
cuatro Mirage 2000, cuatro
A-37B/M, un L-100-20 Hércules, un Boeing 737 y un C-27J
Spartan. Sin embargo, resulta
pertinente indicar que las capacidades de combate de la Fuerza Aérea del Perú requieren ser
recuperadas progresivamente,
teniendo en cuenta la antigüedad de las aeronaves de combate y del material de defensa
área5.
Ahora bien, en el periodo
2011-2019, también se han
manifestado nuevas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos a la seguridad que fueron
enfrentados por la Fuerza Aérea del Perú empleando sus
capacidades operacionales, lo
cual se revisará a continuación:
Terrorismo
La Fuerza Aérea del Perú contribuye directamente en el
combate contra el terrorismo
(denominadas acciones contra el terrorismo) proveyendo
personal y material para equipar al Componente Aéreo del
Comando Especial VRAEM
(Valle de los ríos Apurímac, Ene
y Mantaro), este componente
explota las capacidades operacionales de: (i) apoyo a las fuerzas terrestres en apoyo aéreo
cercano, explotando para ello
las capacidades de combate
de los helicópteros de ataque
Mi-25 y Mi-35; (ii) transporte
aéreo, empleando las capacidades de los helicópteros Mi-17
5
The International Institute for Strategic Studies. (2020). The Military Balance
2020, p. 433.
y Mi-171 y más recientemente
de aeronaves DHC-6 Twin Otter; (iii) inteligencia, vigilancia y
reconocimiento con aeronaves
TC-690B Turbo Commander,
C-26B Metroliner y Learjet 36
y las que brinda el satélite PerúSat-1; y (iv) desarrollo de acciones de apoyo al desarrollo
social, a fin de para promover
la imagen institucional, fomentar la identidad nacional y contribuir con el Estado en los planes de desarrollo económico y
social.
También se consideran como
acciones contra el terrorismo
todos los despliegues defensivos que ha efectuado el Comando Operacional de Defensa Aérea, comandado por el
comandante de control aeroespacial de la Fuerza Aérea del
Perú, en previsión de atentados
terroristas con medios aéreos,
durante las diferentes visitas,
cumbres y juegos deportivos
desarrollados dentro del periodo de estudio, como fueron la
Cumbre de Líderes del Foro de
Cooperación Económica AsiaPacífico (Asia-Pacific Economic
Cooperation [APEC]) del año
2016, la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas del año 2014 y los Juegos
Olímpicos Panamericanos y Parapanamericanos Lima-2019.
Cabe resaltar que se efectuaron
despliegues similares durante
la primera visita del presidente
de Estados Unidos al Perú en
el año 2002 y la Cumbre APEC
del año 2008.
En estos despliegues se emplearon las capacidades operacionales de vigilancia aeroespacial,
mediante el despliegue de radares; negación aeroespacial, mediante alertas de interceptación
rápida en tierra con aviones Mig29, Mirage 2000, KT-1P y helicópteros Mi-25/35; y neutralización/destrucción de vectores
aéreos con armas antiaéreas,
desplegando para ello sistemas
de defensa aérea portátiles de
muy corto alcance.
Narcotráfico
Como parte de las acciones
contra el narcotráfico, la Fuerza
Aérea del Perú pone a disposición del Comando Operacional
de Defensa Aérea personal y
material para efectuar operaciones de vigilancia, control
y defensa del espacio aéreo,
En el año 2018 se participó por primera
vez en un ejercicio multinacional, la octava
edición del ejercicio CRUZEX en Brasil, en
donde el contingente peruano participó
con cuatro Mirage 2000, cuatro A-37B/M,
un L-100-20 Hércules, un Boeing 737 y un
C-27J Spartan.
Revista Fuerzas Armadas
empleándose para ello las capacidades operacionales de vigilancia aeroespacial (mediante el
despliegue de radares en el departamento de
Madre de Dios) y negación aeroespacial (mediante la ejecución de interceptaciones aéreas
con aeronaves KT-1P y C-26B).
Foto: Helicóptero de ataque Mi-25 de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: Fuerza Aérea del Perú
Foto: Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (CNOIS)
ubicado en la Base Logística de Punta Lobos.
Fuente: https://www.defensa.com/peru/peru-sat1-tres-anossignificativos-aportes-peru
Las capacidades operacionales de inteligencia,
vigilancia y reconocimiento con aeronaves y
el satélite PerúSat-1 también son empleadas
contra esta amenaza para la ubicación y posterior neutralización de pistas clandestinas en la
Amazonía peruana.
El narcotráfico es una de las amenazas que
comparten los países sudamericanos, y su
combate es prioritario para varios gobiernos,
dados los efectos colaterales que produce en
las sociedades y en el aparato estatal; en este
sentido, merece una mención especial el esfuerzo que la Fuerza Aérea del Perú realiza con
sus pares de Colombia y Brasil en la ejecución
de los ejercicios PERCOL6, PERBRA7 y AMAZONAS8, durante los cuales se ponen a prueba
las capacidades conjuntas para la interdicción
de los vuelos ilícitos que se realizan en la Amazonía, principalmente al servicio del tráfico de
drogas.
Desastres naturales
El Perú se encuentra ubicado en una zona particularmente sensible a los desastres naturales, dentro del cinturón de fuego del Pacífico,
lo cual lo hace particularmente vulnerable a la
ocurrencia de sismos en todo el territorio nacional, a la actividad volcánica en el sur del país
y a la ocurrencia de tsunamis en toda la costa.
Foto: Helicóptero Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú efectuando una
descarga de agua con el sistema Bambi Bucket o Helibalde.
Fuerza Aérea del Perú.
6
Fuerza Aérea Colombiana. (2019). Colombia y Perú realizan cuarto ejercicio de interdicción aérea “PERCOL”. https://www.
fac.mil.co/colombia-y-per%C3%BA-realizan-cuarto-ejercicio-binacional-de-interdicci%C3%B3n-a%C3%A9rea-percol
7
Defensa.com. (31 de agosto de 2015). Fuerzas de Brasil
y Perú se ejercitan juntas en la operación PERBRA V. https://www.
defensa.com/brasil/fuerzas-brasil-peru-ejercitan-juntas-operacionperbra-v
8
Take Off Perú. (22 de junio de 2017). Culmina ejercicio
conjunto Amazonas I. http://www.takeoffperu.com/2017/06/22/
culmina-ejercicio-conjunto-amazonas-1-entre-peru-brasil-y-colombia/
57
58
Número 252
Adicionalmente, en el Perú se
registra periódicamente el fenómeno de El Niño, caracterizado
por intensas lluvias en el norte
del país, pudiéndose extender
estas hasta la costa centro dependiendo de la intensidad del
evento, tal como ocurrió en el
fenómeno de El Niño Costero
del 2016-17. En este fenómeno particularmente intenso, la
Fuerza Aérea del Perú desplegó
un esfuerzo amplio y sostenido
para establecer puentes aéreos
y trasladar ayuda humanitaria
empleando sus capacidades de
transporte aéreo en apoyo ante
la ocurrencia de desastres y la
de gestión de carga.
A este esfuerzo se sumaron
medios de transporte del Ejército y la Marina de Guerra del
Perú y de las Fuerzas Aéreas
de Argentina, Brasil, Chile,
Colombia y Estados Unidos,
que, entre el 16 de marzo y el
30 de abril, ejecutaron operaciones aéreas de transporte
conjuntas-combinadas bajo el
mando del Comando Operacional Aéreo, comandado por
el comandante de operaciones
de la Fuerza Aérea del Perú,
y logaron trasladar a 38 359
pasajeros y 2941.9 toneladas
de carga en apoyo a las zonas
afectadas del norte del país.
Durante esta emergencia, la
Fuerza Aérea del Perú también
empleó su capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento con aeronaves y con el
satélite PerúSat-1, para la obtención de imágenes en el monitoreo de las áreas afectadas,
lo que facilitó a las autoridades
la toma de decisiones ante la
emergencia presentada.
Foto: Radar TPS-70 de la Fuerza Aérea del Perú desplegado para efectuar operaciones
de vigilancia, control y defensa del espacio aéreo contra el narcotráfico en la selva.
Fuente: Fuerza Aérea del Perú.
Foto: Evacuación aeromédica efectuada en un avión DHC-6 Twin Otter del Grupo
Aéreo Nº42 de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: Fuerza Aérea del Perú..
También se consideran como acciones
contra el terrorismo todos los despliegues
defensivos que ha efectuado el Comando
Operacional de Defensa Aérea,
comandado por el comandante de control
aeroespacial de la Fuerza Aérea del Perú,
en previsión de atentados terroristas con
medios aéreos…
Revista Fuerzas Armadas
La Fuerza Aérea del Perú también ha puesto de manifiesto
su capacidad de transporte
aéreo estratégico al trasladar
ayuda humanitaria a otros países como Ecuador (por el terremoto del 2016) y Chile (durante los incendios forestales del
2017). En estos dos casos, al
igual que en el del fenómeno
de El Niño Costero del 201617, cabe destacar el Sistema
de Cooperación de las Fuerzas
Aéreas Americanas (SICOFAA),
que se constituye en un mecanismo importante para coordinar ayuda humanitaria en
los casos en que los desastres
naturales sobrepasan las capacidades del país afectado9; en
este sentido, se debe resaltar
la ejecución de los ejercicios de
cooperación que se han venido desarrollando desde el año
201010.
Otro tipo de desastre natural
que afecta a varios países, de
forma cada vez más frecuente,
es la ocurrencia de incendios
forestales de gran magnitud, los
cuales ocasionan daños ecológicos y ambientales inmensos.
Con el fin de contrarrestar este
tipo de amenaza, la Fuerza
Aérea del Perú recientemente ha equipado sus helicópteros Mi-17, Mi-171, Bell-212 y
Bell-214 con el sistema Bambi
Bucket o Helibaldes y aeronaves C-27J Spartan y Hércules
L-100 con equipos que les permiten descargar contenedores
biodegradables con capacidad
de hasta 16 000 litros.
9
Davellouis. (2018). Fuerza Aérea
del Perú: la tragedia puede ser inmensa, pero
nuestra voluntad es mayor. https://www.airuniversity.af.edu/Portals/10/ASPJ_Spanish/
Journals/Volume-30_Issue-2/2018_2_04_
davelouis_s.pdf
10
SICOFAA. (s.f.). Ejercicios. https://
www.sicofaa.org/ejercicios
La capacidad contraincendio
de los helicópteros Mi-17, con
el sistema Bambi Bucket, fue
empleada por primera vez en
septiembre de 2016 en el distrito del Río Tambo, provincia
de Satipo de la región Junín.
Esta misma capacidad fue desplegada con dos helicópteros
Mi-17 en Bolivia, con el fin de
colaborar en la lucha contra los
incendios forestales que afectaron la selva amazónica de ese
país en agosto de 201911.
Pobreza extrema y
exclusión social
La pobreza extrema y la exclusión social son amenazas latentes que afectan la seguridad de
los Estados. Para mitigarlas en
el Perú, la Fuerza Aérea emplea
su capacidad operacional de
movilidad aérea operacional,
mediante la flota de aeronaves
11
Infodefensa.com. (29 de agosto de 2019). La Fuerza Aérea del Perú envía a Bolivia dos Mi-17 para ayudar en los
incendios.
https://www.infodefensa.com/
latam/2019/08/29/noticia-fuerza-aereaenvia-bolivia-combatir-incendios.html
DHC-6 del Grupo Aéreo Nº42,
las cuales efectúan vuelos de
acción cívica para comunicar
los pueblos más aislados y pobres de la Amazonía peruana.
Asimismo, desde el año 2015,
la Fuerza Aérea del Perú efectúa los ejercicios operacionales
Alas de Esperanza (cuya última
versión fue Alas de Esperanza
V), los cuales tienen como objetivo trasladar ayuda humanitaria en beneficio de la población que vive en situación
de pobreza, exclusión o vulnerabilidad12. Estos ejercicios
también sirven para mantener
preparadas y verificar las capacidades operacionales de las
unidades aéreas de transporte
de la Fuerza Aérea del Perú.
Otra forma de contribuir en
este campo, particularmente
en lo referente a reducir la exclusión social, es a través de la
conducción de operaciones de
12
Gobierno Regional de Ucayali. (17
de septiembre de 2019). Gobierno Regional
participara en simulacro y acción social “Alas
de Esperanza V”. http://www.regionucayali.
gob.pe/index.php/goreu-informa/notas-deprensa/item/512-gobierno-regional-participara-en-simulacro-y-accion-social-alas-deesperanza-v
Foto: Imagen satelital tomada por el PerúSat-1 en la que se observan los daños causados por la
inundaciones en la ciudad de Tumbes durante el fenómeno de El Niño Costero del 2016-17.
Fuente: Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial del Perú.
59
60
Número 252
evacuación aeromédica13 y de
traslados de órganos para trasplante14; trabajo conjunto que
viene realizando la Fuerza Aérea en convenio con el sector
salud, en beneficio de la población más necesitada.
descubrimiento de nuevos focos de estas actividades ilegales
y la adopción de las acciones
para erradicarlas; una vez puestas en marcha, estas últimas
exigen a la Fuerza Aérea del
Perú adicionar las capacidades
Crimen organizado
transnacional
operacionales de transporte aéreo y gestión de carga para el
apoyo de traslado de personal
y material que se requerirá en
el área de operaciones a nivel
operacional y táctico.
Si bien la lucha contra el crimen
organizado transnacional, a excepción del narcotráfico, tiene
una connotación más de carácter policial, la Fuerza Aérea del
Perú contribuye con diferentes
capacidades operacionales contra sus efectos más perversos
en la Amazonía peruana: la contaminación y la deforestación
(ocasionadas por la minería ilegal) y la tala ilegal de madera.
Las capacidades operacionales
de inteligencia, vigilancia y reconocimiento con aeronaves
y satelital permiten monitorear con imágenes la Amazonía
peruana15, lo cual posibilita el
13
Plataforma digital única del Estado peruano. (11 de julio de 2019). Minsa y
Fuerza Aérea realizaron 275 traslados aeromédicos de pacientes críticos desde el interior
del país. https://www.gob.pe/institucion/minsa/noticias/45601-minsa-y-fuerza-aerearealizaron-275-traslados-aeromedicos-depacientes-criticos-desde-el-interior-del-pais
14
Plataforma digital única del Estado
peruano. (5 de enero de 2019). Fuerza Aérea
del Perú traslada órganos desde Cusco a Lima
para operación de trasplante. https://www.gob.
pe/institucion/mindef/noticias/24292-fuerzaaerea-del-peru-traslada-organos-desde-cuscoa-lima-para-operacion-de-trasplante
15
BBC NEWS/MUNDO. (8 de septiembre de 2018). Perú: las imágenes captadas con las "armas secretas" del Gobierno para
combatir la minería Ilegal. https://www.t13.cl/
noticia/mundo/bbc/peru-las-impresionantesimagenes-captadas-con-las-armas-secretasdel-gobierno-para-combatir-la-mineria-ilegal
Un ejemplo de la explotación
de las capacidades operacionales mencionadas es la operación Mercurio 2019, puesta
en marcha en febrero del año
pasado, con el propósito de
cumplir el Plan Integral contra
la Minería Ilegal y recuperar las
áreas naturales protegidas que
habían sido afectadas por la
minería ilegal en la zona de La
Pampa, provincia de Tambopata, región de Madre de Dios16.
Con respecto de lo anterior,
resulta importante indicar que
la lucha contra la minería ilegal
también tiene efectos en otras
actividades ilegales conexas a
ella, como el contrabando de
oro, el tráfico ilícito de insumos
químicos y maquinarias, el lavado de activos y la trata de personas con fines de explotación
sexual y laboral.
16
Revista Militar Digital Diálogo.
(1 de mayo de 2019). Operación Mercurio
2019 combate minería ilegal. https://dialogoamericas.com/es/articles/operation-mercury2019-counters-illegal-mining/
Foto: Avión KT-1P Torito de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: Fuerza Aérea del Perú
Revista Fuerzas Armadas
Ataques a
la seguridad
cibernética
La Fuerza Aérea del Perú tiene capacidades
operacionales que le permiten contribuir,
dentro de su ámbito de competencia, a la
seguridad multidimensional; no obstante,
requiere renovar su material de aviación
de combate y de defensa aérea para
recuperar capacidades de combate.
El 9 de agosto de 2019, se
publicó la Ley n.º 30999, Ley
de Ciberdefensa, la cual tiene
por objeto “establecer el marco normativo en materia de
ciberdefensa del Estado peruano, regulando las operaciones
militares en y mediante el ciberespacio a cargo de los órganos
ejecutores del Ministerio de
Defensa dentro de su ámbito de
competencia, conforme a ley”
(Estado Peruano, 2019. art. 1).
Precisamente, en el marco
de esta ley, la Fuerza Aérea del Perú queda facultada
para ejecutar operaciones de
ciberdefensa frente a las amenazas o ataques que afecten
la seguridad del Estado; en tal
sentido, en el mes de diciembre del año pasado, entró en
operación el Centro de Operaciones de Ciberseguridad y Defensa, con sede en Lima, con
el fin de reforzar la capacidad
operacional de la Fuerza Aérea
para la guerra de redes.
Foto: Caza interceptor Mig-29 de la Fuerza Aérea del Perú.
Fuente: César Prieto
Conclusiones
Teniendo en cuenta los aspectos revisados hasta este punto,
se pueden formular las siguientes conclusiones:
El enfoque de seguridad multidimensional de la
Organización de Estados
Americanos (OEA) presentó
amenazas que obligaron a las
Fuerzas Armadas de América
a incrementar y adaptar sus
capacidades operacionales
para combatirlas.
En el caso de Perú, la
Fuerza Aérea cuenta con los
marcos legal y doctrinario
que la facultan y obligan a
contribuir con sus capacidades operacionales a la seguridad multidimensional del
país.
La Fuerza Aérea del Perú
tiene capacidades operacionales que le permiten contribuir, dentro de su ámbito de
competencia, a la seguridad
multidimensional; no obstante, requiere renovar su material de aviación de combate y
de defensa aérea para recuperar capacidades de combate.
61
62
Número 252
Para la atención de amenazas de gran magnitud,
como los desastres naturales
y el crimen organizado transnacional, resulta importante
el apoyo adicional obtenido a través de organismos y
acuerdos internacionales.
Recomendaciones
Para finalizar este artículo, y a modo de contribución,
se formulan las siguientes recomendaciones:
La Fuerza Aérea del Perú
debe mantener e incrementar paulatinamente sus capacidades operacionales, y,
sobre todo, recuperar las de
combate, con el propósito
de contribuir a la seguridad
multidimensional del país y
garantizar el cumplimiento
de su misión constitucional,
sus funciones y el ámbito de
competencia asignados por
ley.
Es necesario sensibilizar
al poder político sobre la necesidad de incrementar las
capacidades operacionales de
la Fuerza Aérea del Perú para
cubrir los requerimientos del
espectro tan amplio que abarca la seguridad multidimensional.
Una estrategia para lo anterior sería demostrar la forma en que la Fuerza Aérea
del Perú, mediante sus capacidades operacionales, satisface las demandas del Estado
en la defensa y seguridad,
el control del orden interno,
la defensa civil, el desarrollo
económico y social y el apoyo
a la política exterior.
Finalmente, la Fuerza Aérea del Perú debe reforzar y
multiplicar los acuerdos de
asistencia y cooperación internacional, como los del SICOFAA o aquellos firmados
con Colombia y Brasil para
los ejercicios de interdicción
aérea, con el objetivo de
complementar sus capacidades operacionales con el esfuerzo de otras naciones para
contribuir con la seguridad
multidimensional del Perú y
la región.
REFERENCIAS
BBC NEWS/MUNDO. (8 de septiembre de 2018).
Perú: Las imágenes captadas con las "Armas
Secretas" del Gobierno para combatir la minería
Ilegal. https://www.t13.cl/noticia/mundo/bbc/
peru-las-impresionantes-imagenes-captadascon-las-armas-secretas-del-gobierno-paracombatir-la-mineria-ilegal
Defensa.com. (2015). Fuerzas de Brasil y Perú se ejercitan juntas en la operación PERBRA V. https://
www.defensa.com/brasil/fuerzas-brasil-peruejercitan-juntas-operacion-perbra-v
Estado Peruano. (1993). Constitución Política del
Perú de 1993.
Estado Peruano. (2002). Decreto Supremo n.º
105-2002-PCM que Precisa que el Presidente
de la República preside el Acuerdo Nacional e
institucionalizan el Foro del Acuerdo Nacional.
Estado Peruano. (2012). Decreto Legislativo n.º 1136
Ley de la Fuerza del Perú.
Estado Peruano. (2019). Ley n.º 30999 Ley de
Ciberdefensa.
Foro del Acuerdo Nacional. (2014). Políticas de
Estado. http://acuerdonacional.pe/politicasde-estado-del-acuerdo-nacional/politicasde-estado%e2%80%8b/politicas-de-estadocastellano/
Fuerza Aérea Colombiana. (2019). Colombia y Perú
realizan cuarto ejercicio de interdicción aérea
“PERCOL”. https://www.fac.mil.co/colombia-yper%C3%BA-realizan-cuarto-ejercicio-binacional-de-interdicci%C3%B3n-a%C3%A9reapercol
Fuerza Aérea del Perú. (2018). DBFA1, Doctrina
Básica de la Fuerza Aérea del Perú.
Gobierno Regional de Ucayali. (2019). Gobierno
regional participará en simulacro y acción social
“Alas de Esperanza V”. http://www.regionucayali.gob.pe/index.php/goreu-informa/
notas-de-prensa/item/512-gobierno-regionalparticipara-en-simulacro-y-accion-social-alasde-esperanza-v
Infodefensa.com. (2019). La Fuerza Aérea del Perú
envía a Bolivia dos Mi-17 para ayudar en los
incendios. https://www.infodefensa.com/
latam/2019/08/29/noticia-fuerza-aereaenvia-bolivia-combatir-incendios.html
Martin Davellouis. (2018). Fuerza Aérea del Perú:
la tragedia puede ser inmensa, pero nuestra
voluntad es mayor. https://www.airuniversity.
af.edu/Portals/10/ASPJ_Spanish/Journals/Volume-30_Issue-2/2018_2_04_davelouis_s.pdf
Organización de Estados Americanos. (2002).
Declaración de Bridgetown: Enfoque Multidimensional de la Seguridad Hemisférica.
Organización de Estados Americanos. (2003). Declaración de México: Seguridad en las Américas.
Plataforma digital única del Estado peruano. (2019).
MINSA y Fuerza Aérea realizaron 275 traslados
aeromédicos de pacientes críticos desde el interior
del país. https://www.gob.pe/institucion/
minsa/noticias/45601-minsa-y-fuerza-aerearealizaron-275-traslados-aeromedicos-depacientes-criticos-desde-el-interior-del-pais
Plataforma digital única del Estado peruano. (2019).
Fuerza Aérea del Perú traslada órganos desde
Cusco a Lima para operación de trasplante.
https://www.gob.pe/institucion/mindef/
noticias/24292-fuerza-aerea-del-perutraslada-organos-desde-cusco-a-lima-paraoperacion-de-trasplante
Revista Militar Digital Diálogo. (2019). Operación
Mercurio 2019 combate minería ilegal. https://
dialogo-americas.com/es/articles/operationmercury-2019-counters-illegal-mining/
SICOFAA. (s.f.). Ejercicios. https://www.sicofaa.org/
ejercicios
Take Off Perú. (2017). Culmina Ejercicio Conjunto Amazonas I. http://www.takeoffperu.
com/2017/06/22/culmina-ejercicio-conjuntoamazonas-1-entre-peru-brasil-y-colombia/
The International Institute for Strategic Studies.
(2020). The Military Balance 2020.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
63
La superioridad aérea y su
importancia para la seguridad y
defensa nacional
Coronel Kerly Sánchez Pesca
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
Alumno Curso de Altos Estudios Militares 2020, Escuela Superior de Guerra. Piloto con 8039 horas de vuelo en aeronaves de transporte y combate. Fue Jefe de Combate y Defensa
del Espacio Aéreo, Comandante Fuerza de Tarea ARES, Subdirector de Operación Plataformas de Inteligencia Aérea, Coordinador de Operaciones Aéreas del Comando Conjunto de
Operaciones Especiales del Comando General de las Fuerzas Militares, entre otros. Es Administrador Aeronáutico y Especialista en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela Superior
de Guerra. Su destacado desempeño lo hizo merecedor de la Orden al Mérito Coronel "Guillermo Fergusson", Cruz de la Fuerza Aérea al Mérito Aeronáutico Categoría Comendador,
Medalla Militar Fe en la Causa del Ejército Nacional, Medalla Militar Ministerio de Defensa Nacional Servicios Distinguidos y Medalla Militar Servicios Distinguidos a las Fuerzas
Militares de Colombia, entre otros.
Correo electrónico:
[email protected]
64
Número 252
El concepto de superioridad aérea nace prácticamente con la
aviación misma, cuando el hombre logra volar por primera vez
de forma horizontal, tripulando
un objeto más pesado que el
aire y propulsado por un motor.
“Los hermanos Wright se pueden considerar como los inventores del avión […] Efectuaron
exitosamente el primer vuelo
autopropulsado de la historia
el 17 de diciembre de 1903, en
Kitty Hawk, con la aeronave llamada Flyer I” (Granados, 2009,
pp. 1, 2). El desarrollo del avión
ha sido tan vertiginoso desde
esa época que en su primera
etapa no dio espera a los conceptos académicos y doctrinarios que darían origen a lo que
hoy conocemos como superioridad aérea. En parte, porque
los primeros intentos de volar,
posiblemente, solo alimentaron
la fantasía del hombre de surcar el cielo, así que estaba lejos
de visionar en esos primeros
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
años la importancia del recurso y la capacidad que estaban
naciendo en sus manos. Hasta
el día de hoy, este importante
concepto sigue en evolución,
presenta cada día nuevos retos
para su empleo y demuestra
a lo largo de la historia su importancia estratégica, sustentada en las diferentes guerras
y los conflictos en los que ha
sido decisivo, y dejado, algunas
veces, duras lecciones a quienes no han sabido emplear o
han menospreciado la gran
importancia de esta condición
para ganar en el combate, en
la guerra o aún sin tener que
emplear el poder aéreo, como
elemento de disuasión. En la
actualidad sería casi imposible
considerar las capacidades de
nivel estratégico en términos
de seguridad y defensa de los
Estados sin el dominio del aire
como un factor esencial para
tener en cuenta a fin de desarrollar los diferentes escalones
de la estrategia. De esta dijo
Warden: “Superioridad Aérea
—sin ella sería extremadamente
difícil mantener la campaña—”
(Jordán, 2016, p. 22).
Con la evolución de la aviación
mundial, varios pensadores
han desarrollado las teorías y
las doctrinas acerca del empleo del poder aéreo y, como
primer elemento por conseguir,
la superioridad aérea. Sobre
este tema se ha debatido ampliamente en el mundo entero,
y al respecto existen distintas
posiciones teóricas, dentro de
las cuales están las más aceptadas por los hombres del aire,
como las de Giulio Douhet,
con su libro El dominio del aire.
Douhet fue quizá el primero en
proponer tesis revolucionarias
para su época. “La defensa nacional no puede ser asegurada
más que por una fuerza aérea
apta para conquistar, en caso
de conflicto, el dominio del
aire” (Meza, 2018, p. 19). Estas
Revista Fuerzas Armadas
ideas visionarias iban en contravía de la doctrina aceptada
hasta ese momento, donde los
poderosos ejércitos terrestres,
con artillerías poderosas y gran
movilidad, no permitían siquiera debatir el hecho de que una
novedosa invención, que, además, no había probado nada en
la práctica, fuera a desplazar
de su sitial de importancia al
combate terrestre como capacidad fundamental para ganar
batallas o definir guerras. Igualmente, las marinas de la época,
encabezadas por la imponente
marina británica y su concepto
de los acorazados y su gran capacidad de fuego, se rehusaban
a aceptar que podrían ser considerablemente dañadas por
esos “juguetes interesantes,
pero sin valor para lo militar”
(Warden, 2011, p. 15), como
los definió el general Foch.
Otro gran pensador fue el general William “Billy” Mitchell,
gran defensor del poder aéreo
y considerado el padre de la
Fuerza Aérea de Estados Unidos (en inglés, USAF, por las
iniciales de United States Air
Force), y quien sostenía que
“El resultado de la guerra aérea será producir decisiones
rápidas en los conflictos. La
superioridad aérea causará tales daños en el enemigo que
una campaña prolongada será
imposible” (Meza, 2018, p. 31).
De la misma manera, John Warden, con su libro La campaña
aérea, y otros autores más contemporáneos han sustentado
esta misma tesis; sin embargo,
y pese a que parece estar totalmente sustentada esta doctrina, hay algunos autores que
desestiman el concepto y su
El concepto de superioridad
aérea nace prácticamente con
la aviación misma, cuando el
hombre logra volar por primera
vez de forma horizontal,
tripulando un objeto más
pesado que el aire y propulsado
por un motor
importancia estratégica, como
elemento esencial para conseguir la victoria. Incluso se ha
escrito en términos como el del
“[…] mito de la supremacía aérea como aspecto fundamental
en la guerra” (Nievas, 2016, p.
1), con base en el hecho de que
no es cierto que algunas capacidades de aplicación del poder
aéreo puedan llevar a un bando
a rendirse.
Sería interesante comparar
las diferentes definiciones del
concepto de superioridad aérea que tienen diferentes países, con el fin de confirmarlo
como un elemento común
dentro de los intereses nacionales y las consideraciones estratégicas que cada nación, representada en su propia fuerza
aérea, le otorgan al dominio
del aire y cuán integrado está
el concepto dentro de las estrategias nacionales, teniendo
en cuenta que al optimizar su
uso con las capacidades de las
otras fuerzas, la superioridad
aérea brinda la libertad de acción necesaria, potencializa las
capacidades para desarrollar
operaciones terrestres y de
superficie, así como aéreas, y
todas ellas, libres de la interferencia o el ataque desde el aire
por parte del enemigo.
Haciendo un recorrido por la
historia del poder aéreo en
Colombia, desde su inicio hasta nuestros días, es pertinente buscar los elementos que
definen la superioridad aérea
como ese componente de importancia estratégica, en un
contexto en el que ha tenido
que demostrar su presencia
tanto en la lucha contra los
grupos armados organizados
(GAO) al margen de la ley en
el interior del país, “[…] por disponer de un poder aéreo que
determina un desequilibrio en
un campo de batalla en el cual
las aeronaves de la FAC tuvieron y cumplieron con lo necesario para garantizar y ejercer
la soberanía” (Ulloa, 2019, p.
86), así como en su calidad de
recurso imprescindible para la
seguridad y defensa nacional
en el contexto regional de la
actualidad, y así validar su importancia estratégica para los
intereses nacionales.
65
66
Número 252
Para definir el concepto de superioridad aérea deberíamos empezar analizando el origen de la fascinación que ha sentido el hombre por la conquista
del aire, y cómo aun antes de llegar ahí, ya tenía
una concepción de las ventajas de su uso, incluso
en combate. No es casualidad que varias de las expresiones de muchos escritores, pensadores y filósofos hayan estado ligadas al concepto del vuelo,
expresado ello a través no solo de fábulas y mitos,
sino de personajes que basaban todo su poder, o
parte de este, en la habilidad para volar o el simple
hecho de tener alas.
Desde mucho antes de que el hombre pudiera volar, ya se avizoraba la ventaja que proporcionaba
usar y controlar el aire como el dominio que daba
ventajas en un combate, tal como le ocurrió a Belerofonte, quien logró domar con una brida de oro
a Pegaso, el caballo alado que le permitió al hijo de
Glauco surcar el cielo y, desde allí, luchar contra la
Quimera, un monstruo con cuerpo de cabra, cola
de serpiente y cabeza de León, que recibió el mortal ataque de una lanza desde el aire. Esta historia
de la mitología griega da cuenta de cómo desde la
Antigüedad se daba al dominio del aire una connotación importante para la victoria en combate. Tal
vez, la primera concepción de superioridad aérea
está ligada al solo hecho de lograr del uso del aire
como medio que proporciona la ventaja sin tener
que disputarlo, sino teniendo la exclusividad de su
uso. Es por ello por lo que la siguiente etapa podríamos considerarla aquella en la que vienen los
primeros diseños de aparatos más pesados que el
aire, y los cuales, debido a su forma aerodinámica
y posteriormente ayudados con engranajes mecánicos, trataron de surcar el cielo. “Leonardo da
Vinci, entre otros inventores visionarios, diseñó un
avión en el siglo XV” (Granados, 2009, p. 4).
A inicios del siglo XX, con el nacimiento de la aviación, se vuelve tangible el hecho de surcar el cielo
y se pierde el uso exclusivo del espacio aéreo, lo
cual deja libre el camino para quien desarrollara
primero la forma de hacerlo. Pero en un principio
parecía haberse olvidado ese concepto proyectado de ventaja en el combate desde el aire, y se
empieza dando un uso al naciente avión solo como
instrumento de observación, ya que no se necesitaba el avance por tierra a través de las trincheras
enemigas, y enseguida se empezó a tomar ventaja de la capacidad que se tuviese para sobrevolar
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
Revista Fuerzas Armadas
La FAC ha definido la
superioridad aérea dentro
del marco del Manual de
Doctrina Básica Aérea y
Espacial (MADBA, 2013),
donde se explican el
concepto y su importancia,
como parte esencial
del poder aéreo, y se
enfatiza su consecución
como prioridad para los
comandantes aéreos en los
diferentes niveles.
las líneas enemigas y saber lo
que pasaba en la retaguardia
del enemigo. Muy rápidamente se empezaría a experimentar
dejando caer sobre el enemigo
livianas cargas de explosivos, y
dar así por iniciada la capacidad
de bombardeo.
Hasta entonces eran tan escasas las capacidades de esos primeros aviones, que si bien no
había exclusividad para el uso
del espacio aéreo, tal vez fue
inicialmente más importante
la capacidad de actuar sobre el
terreno desde el aire que tener
que disputar espacios aéreos,
y no fue sino hasta cuando se
recibían ataques desde el aire
cuando se empieza a percibir
al avión como amenaza y se
empieza a tomar conciencia
de la necesidad de controlar lo
que sucedía en el espacio aéreo propio inicialmente, y posteriormente, sobre el espacio
aéreo enemigo. Los primeros
aviones que atacaron otros
aviones en vuelo lo
hacían con armas
cortas o largas que
los tripulantes llevaban a bordo, para
luego
dispararlas
desde montantes fijos en los aviones. El
reto que vino posteriormente, fue el de
sincronizar el disparo de la ametralladora frontal con el giro
de la hélice, para
evitar
accidentes.
Empezaron entonces a sonar nombres
en el mundo de la
aviación de combate como el de “uno
de los mejores pilotos de la guerra fue el Barón
Rojo como lo llamaron los británicos. Infame por su triplano
rojo, Manfred Von Richthofen
derribó ochenta aviones enemigos antes de morir” (Niver,
2018, pp. 23, 24).
La siguiente etapa dentro del
concepto de superioridad aérea
nos lleva a la Segunda Guerra
Mundial, caracterizada por
una evolución muy rápida de
la aviación, que ofrecía nuevos
diseños y nuevas capacidades,
como mayor alcance y mayor
capacidad de carga, lo cual
hizo de los aviones de la época
protagonistas indiscutibles. No
cabe duda de que el concepto
de Blitzkrieg, o guerra relámpago
—que fue el nombre popular
alemán con el que se conoció
una doctrina bélica basada en
un bombardeo inicial rápido,
básicamente aéreo— (Canales
Torres y del Rey, 2012, p. 4),
no habría sido posible si no
se hubiera contado con la
superioridad aérea, que les
permitió a las fuerzas germanas
usar aviones como los Stuka, los
cuales se abrieron un espacio
en memoria de la época y se
volvieron inconfundibles, ya
que, por ejemplo, su entrada
en picado sonaba como una
sirena que advertía su presencia
y causaba un efecto psicológico
que también hizo parte de sus
capacidades. Igualmente, si nos
remontamos a la historia de la
batalla de Inglaterra, “la Royal
Air Force que en los combates
producidos en el verano de
1940 logró frenar la ofensiva
aérea alemana y aplazar la
hipotética invasión de las islas
británicas” (Narváez y Martínez,
2009, p. 10). Fue la visión de
los hombres que empezaron a
entender la importancia de la
guerra en el aire, y dentro de
ella, el concepto de controlar el
espacio aéreo, el factor decisivo
para el desarrollo de las acciones
y el cambio en el curso de la
historia, cuando, como lo dijo sir
Winston Churchill, nunca tantos
les debieron tanto a tan pocos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, que podría considerarse uno de los periodos
en los que más se desarrolló la
aviación en general, pero especialmente la militar, viene otro
periodo muy importante: el de
la Guerra Fría, cuando el concepto de disuasión inicia con el
desarrollo y el uso de la bomba atómica por parte de Estados Unidos, lo cual fue posible,
también, gracias a la ventaja
que proporcionó la superioridad aérea, en la medida en que
brindó el control del aire para
poder cumplir esta misión de
bombardeo estratégico, que a
67
68
Número 252
partir de ese momento entraría
a definir una nueva capacidad
atómica.
Las guerras en Corea y en Vietnam dejaron grandes enseñanzas en cuanto al empleo de las
aeronaves y de las demás capacidades de superioridad aérea,
pues con el avance que habían
mostrado los aviones —entre
otros, el desarrollo de los aviones jet— las consideraciones en
cuanto a técnicas de combate
debieron desarrollarse más y
mejor, debido a que los enfrentamientos para disputar el
control del aire se daban entre
aviones de rendimiento cada
vez mayor y con mejores capacidades que los que recientemente habían participado en la
Segunda Guerra Mundial.
Así mismo, el desarrollo del armamento fue decisivo, pues se
abría oficialmente una nueva
generación en la aviación, con
el uso en combate aéreo de
los misiles, que junto con los
primeros radares montados en
los aviones —y que proporcionaban una ayuda al piloto para
agudizar su puntería y detectar
en cortos rangos al avión enemigo—, proporcionaban cierta
ventaja inicial.
Adicionalmente, a pesar de que
el inicio del retanqueo en vuelo
se remonta a la década de 1920,
cuando se empiezan a hacer los
primeros experimentos en tal
sentido, no es sino hasta este
periodo de inicio de la Guerra Fría cuando se logra su uso
operacional en vuelo, con lo
que se daba más alcance a los
pequeños aviones de combate,
lo cual, sin duda, es un factor de
ventaja táctica en el aire, fundamental para la capacidad de
superioridad aérea. “La primera
tarea del poder aéreo es ganar
y mantener la superioridad aérea. La superioridad aérea es
esencial para las operaciones
aéreas, terrestres y marítimas”
(Momyer, 2014, p. 438).
Finalmente, durante este periodo se desarrollaron otras capacidades, como el bombardeo
estratégico y, en cuanto a doctrina, una de las grandes lecciones: tener todos los medios y
las capacidades aéreas bajo un
comando unificado para el desarrollo de una campaña, pues
el control del espacio aéreo
solo puede ser eficiente si se
cuenta con un solo liderazgo
que determine los lineamientos comunes que se buscan en
la guerra, y que pueda ayudar a
aplicar los distintos postulados
que orientan el uso eficiente el
espacio aéreo en la guerra.
Un último periodo que se
podría considerar es, quizá,
el que inicia con la guerra del
Golfo y la guerra de Irak, que
es para algunos como la última
de las guerras del corte de
un ejército regular o de una
coalición de ejércitos regulares
contra otro u otros. En cuanto
a superioridad aérea, las
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
Revista Fuerzas Armadas
operaciones Tormenta del
Desierto y Escudo del Desierto
han sido, tal vez, las operaciones
más contundentes en términos
de uso del poder aéreo, ya
que mostraron al mundo en
vivo y en directo un avance
sin problemas a las tropas de
superficie, garantizado por la
tranquilidad de controlar el
espacio aéreo del teatro de
la guerra, gracias, a su vez, a
la supremacía en el espacio
aéreo lograda por Estados
Unidos a la cabeza. Allí se
pusieron a prueba capacidades
que hasta el momento no
se habían probado, como la
tecnología Stealth, que permitía
a los aviones de superioridad
aérea ingresar a espacio aéreo
enemigo sin ser detectados y
usar su armamento inteligente
y de precisión. En estas guerras
aparece un nuevo concepto,
que tiene en cuenta la máxima
reducción del llamado daño
colateral a través de sistemas
de precisión, que usan, también,
otra capacidad que se probó allí
mismo: la capacidad satelital,
que permitió el comando
y el control tácticos de las
aeronaves, a través de salas
de comando y control volantes
que mantenían un seguimiento
cerrado de las operaciones
aéreas en cada uno de los
teatros de operaciones.
Uno de los tipos de misiones
más importantes para lograr la
superioridad aérea de una manera tan contundente fueron,
sin duda, las misiones de supresión de defensas antiaéreas,
que consistieron en usar un paquete de aviones, como se denomina al grupo de aviones a los
cuales se les asigna un ataque
a determinado objetivo, y que
se desarrolla a través de distintas misiones tácticas aéreas. En
un ambiente de alta amenaza
es fundamental planear y ejecutar las misiones de supresión
de defensas antiaéreas, lo cual
forma parte de las tareas que se
deben cumplir para garantizar la
superioridad aérea en el teatro
de operaciones.
Colombia no ha sido ajena a
esta evolución conceptual, ya
que, desde los primeros años
de la aparición de la aviación,
nuestro país entendió que el
poder aéreo es fundamental para el desarrollo y para
la defensa nacional. No fue
sino mucho tiempo después
de creada la naciente Fuerza Aérea Colombiana (FAC)
cuando se pusieron a prueba
sus diferentes capacidades, en
la década de 1930, cuando la
superioridad aérea tuvo que
dar muestra de su existencia
y de su necesidad durante el
conflicto con Perú.
La profesionalización de la
técnica y la instrucción de
la aviación del momento
y por el imperante papel
que los comandantes de las
fuerzas militares de la época le otorgaron a la aviación
militar, es que la Batalla de
Güepí se nombra una victoria decisiva desde el aire.
(Ortiz, 2018, p. 76)
Posteriormente se dio gran
desarrollo a la aviación en Colombia: vino la era del jet, y en
los años setenta del siglo XX,
la era supersónica, hasta lograr
un desarrollo que permite contar con una capacidad de superioridad aérea, cuya efectividad no evaluaremos, aunque sí
hablaremos de su importancia
estratégica y de la necesidad
de seguirla desarrollando, pues
siempre será necesario que
haya claridad sobre las implicaciones que tendría perder esta
capacidad, la cual, como lo ha
comprobado la historia, tiene el
más alto nivel estratégico.
Nos referiremos ahora a un
caso recientemente ocurrido:
“[…] el 01 de noviembre del
2013 dos aviones rusos tipo
Tupolev, entre ellos el bombardero nuclear más rápido
del mundo, ingresaron sin previa autorización sobre espacio
aéreo nacional de Colombia”
(Mezú, 2019, p. 80). El sistema
de defensa aérea, que es parte
del componente de superioridad aérea, detectó dos trazas
no identificadas que venían de
Nicaragua y volaban con rumbo al oriente, y de las cuales no
se tuvo nunca información por
parte de los centros de control,
ni reporte por parte de las aeronaves. Una vez el sistema de
69
70
Número 252
defensa aérea fue alertado, reaccionó inicialmente un avión
Tracker SR-560, de la FAC, con
el fin de determinar qué tipo
de aeronaves eran, pues sus
características eran demasiado
particulares, debido a su altura y su velocidad, distintas de
aquellas a las cuales está acostumbrado el sistema de defensa aérea en esta zona, y que
generalmente corresponden a
las de aviones de hélice y pistón, comúnmente usados para
actividades ilícitas de narcotráfico.
Una vez se realiza el procedimiento, de identificación visual
y se confirma que son dos aeronaves tipo Tu-60. Se reacciona con dos aviones Kfir C-10,
los cuales interceptan las trazas, que, además, no hicieron
los procedimientos convencionales de comunicación. Las aeronaves colombianas cumplieron con el protocolo tomando
posición defensiva y llevando
interceptados a los aviones
hasta cuando abandonaron el
espacio aéreo colombiano.
Esta situación, que solo duró
poco menos de dos horas, tuvo
un par de aspectos que cabe
analizar. El primero es que una
acción en el espacio aéreo se
puede desarrollar en muy corto tiempo y las acciones que
se tomen al respecto deben
ser precisas: lo contrario podría
traer consecuencias estratégicas y de gran impacto, al punto
de poder desencadenar un incidente de agresión o, incluso,
desencadenar un conflicto; por
eso se debe manejar tal situación al más alto nivel, que llega,
si es necesario, a la cúspide del
triángulo del mando; es decir,
a nivel del jefe de Estado. El
segundo aspecto, derivado del
primero, es que la superioridad
aérea es una capacidad que requiere el presupuesto adecuado, un gran entrenamiento y
tecnología avanzada, y que, tal
vez, permita una sola oportunidad para usarla; y para esa única vez debe estar lista y en plena capacidad para responder.
Así pues, a manera de ejercicio
académico, podría hacerse un
En la actualidad no contamos con una
ley de defensa y seguridad que ordene
el mantenimiento de las capacidades
mínimas o constitutivas que debería tener
una fuerza, ya que en la Constitución
Política de Colombia solo se encuentra
normatizada su existencia, pero no se
reglamenta bajo ningún otro sustento legal
la forma como debe constituirse ninguna
de las FF. MM., ni las capacidades que
debe tener cada una de estas.
balance de las consecuencias
que podríamos enfrentar si no
tenemos siempre disponible
esa capacidad.
La situación planteada con el
incidente descrito da cuenta
de la importancia de la capacidad de superioridad aérea y de
cómo su uso articulado genera
protección a nuestro espacio
aéreo. Inicialmente podría decirse que la inversión en equipo,
entrenamiento y demás quedaron cubiertas y se justificaron,
y que no solo se demostró la
capacidad de superioridad aérea de forma práctica, sino
que esta fue disuasiva, pues
en el ambiente internacional
está certificado que tenemos
el entrenamiento y la capacidad para vigilar nuestro espacio aéreo; hoy en día nuestros
vecinos, amigos y no amigos,
saben que cuando se presente
una incursión no autorizada en
nuestro espacio aéreo serán interceptados, pero, además, en
caso de ser necesario y en caso
de agotar las instancias respectivas, se podría llegar hasta el
último paso del procedimiento.
Tal vez, atrás pueden quedar
concepciones tradicionales del
uso del poder aéreo, derivadas
de las experiencias de las guerras anteriores, pero, a manera
de ejemplo, la reciente operación que terminó con la muerte del General Soleimani valida
que las nuevas tecnologías son
decisivas para alcanzar los objetivos políticos cuando se pueden usar desde el aire, y llegar,
ni más ni menos que al corazón
del adversario, y ello demuestra
su directa relación con el nivel
más alto del gobierno. Seguramente habría otras alternativas,
Revista Fuerzas Armadas
pero la operación fue suficientemente limpia en un espacio
que cuenta con un poder aéreo capaz y con recursos suficientes para dar batalla por el
dominio del aire. Pero esta fue
una acción en la que podríamos
estar asistiendo a un nuevo nivel de evolución del concepto
de superioridad aérea, pues no
hubo necesidad de disputarla,
por cuanto las capacidades de
la fuerza atacante garantizaron que la aeronave disparara
su armamento tal vez sin ser
detectada ni, definitivamente,
atacada, pero disponiendo del
espacio aéreo, lo cual demuestra al mundo que dicho espacio
aún no está dominado y que
tenemos mucho que aprender
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
acerca de su empleo para la
guerra.
Una vez revisado el marco histórico de la superioridad aérea
y conocidos algunos ejemplos
que ilustran su importancia, resulta necesario puntualizar para
qué se consigue la superioridad
aérea y cuál es la importancia
de obtenerla. Uno de los conceptos más importantes en la
guerra es el de la libertad de acción, el cual, básicamente, consiste en que las fuerzas amigas
puedan maniobrar y desarrollar
operaciones sin la interferencia
o la amenaza de ataques desde
el aire. Esta ventaja ha sido, a
través de los años, de gran importancia:
Ningún país ha ganado una
guerra cuando su adversario poseía la superioridad
aérea, ninguna ofensiva
militar ha tenido éxito contra un oponente que controlaba el aire, y ninguna
defensa se ha sostenido
contra un enemigo que
tenía superioridad aérea,
de manera contraria, ningún Estado ha perdido una
guerra mientras mantenía
la superioridad aérea, y el
logro de la superioridad
aérea
consistentemente
ha sido un preludio de la
victoria militar. (Warden,
1988, p. 62)
Dentro del contexto actual en Colombia, algunos investigadores han
dado gran importancia
a la superioridad aérea
reconociendo su papel
fundamental y estratégico al proponer, incluso,
“incorporar en el ordenamiento político del estado colombiano la superioridad aérea como una
condición sine qua non
a la seguridad y defensa
de los intereses nacionales” (Baquero, 2019);
sin embargo, dentro del
ámbito nacional no parece haber una definición
de elementos por fuera
de la pura doctrina, que
trasciendan y conceptúen claramente la actual
importancia de la superioridad aérea como una
capacidad
estratégica
para mantener y a la cual
se le dé el grado de importancia suficiente para
ser en la actualidad parte
71
72
Número 252
de los elementos constitutivos necesarios de los
intereses nacionales vitales. Esta es una capacidad que no solo se debe
mantener, sino que se la
debe fortalecer y mejorar entendiéndola como
crítica y decisiva, para el
mantenimiento de la soberanía, el orden constitucional y la integridad
territorial.
Es bien conocido el mandato
constitucional que da no solo
legalidad, sino ordenamiento, a
la existencia de las Fuerzas Militares y su misión:
Artículo 217. La Nación
tendrá para su defensa
unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por
el Ejército, la Armada y la
Fuerza Aérea. Las Fuerzas
Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del
territorio nacional y del orden constitucional. La Ley
determinará el sistema de
reemplazos en las Fuerzas
Militares, así como los ascensos, derechos y obligaciones de sus miembros y el
régimen especial de carrera,
prestacional y disciplinario,
que les es propio. (Constitución Política de Colombia,
1991)
Buscando entre la jerarquía de
las normas, encontramos luego, hacia abajo, un gran caudal
doctrinario que organiza las
Fuerzas Militares (FF. MM.) y
su empleo a través de los diferentes manuales, pero, con
preocupación, se observa que
una capacidad de ese nivel tan
estratégico, como el que hemos visto a lo largo del ensayo, no cuenta con un sustento
legal que proteja su función y
su existencia, lo cual implicaría
que el hecho de perder esta capacidad, además de ser, dentro
del ámbito de la normatividad,
una gran falencia doctrinaria,
no se estaría incumpliendo ninguna ley. Es tan preocupante
eso como que nuestra capacidad de superioridad aérea se
vea amenazada, obsoleta o en
peligro de desaparecer, lo cual
podría técnicamente suceder
y dejarnos en situación de ser
un país con capacidades a medias, y de nuevo no estaríamos
incumpliendo ninguna ley. Por
lo anterior, se hace imperativo
que se sancione una ley de seguridad y defensa nacional que
soporte la existencia, el mantenimiento y el mejoramiento de
las capacidades consideradas
estratégicas para el país.
Retomando la importancia de
conocer las definiciones de superioridad aérea de algunos
países, no vamos a transcribirlas
aquí: solo vamos a remarcar el
hecho de que, luego de revisar
las de Estados Unidos, Inglaterra y Australia, las tres mencionan el control del aire —algunas,
incluso, su dominio— como elemento central de sus definiciones. Ello demuestra que dentro
de las fuerzas aéreas el concepto es de gran importancia y
también hace parte de las doctrinas de los países que, además, poseen leyes que no solo
soportan, sino que ordenan, su
desarrollo y su mantenimiento.
La FAC ha definido la superioridad aérea dentro del marco del
Manual de Doctrina Básica Aérea y Espacial (MADBA, 2013),
donde se explican el concepto
y su importancia, como parte
esencial del poder aéreo, y se
enfatiza su consecución como
prioridad para los comandantes
aéreos en los diferentes niveles.
Una vez hecho este recorrido
por la historia de la superioridad
aérea y revisada su importancia
a lo largo de los conflictos, así
como su relevancia en algunos
casos muy específicos, nos permitimos plantear algunos puntos de vista, a fin de consolidar
esa importante capacidad estratégica.
En la actualidad no contamos
con una ley de defensa y seguridad que ordene el mantenimiento de las capacidades
mínimas o constitutivas que
debería tener una fuerza, ya
que en la Constitución Política
de Colombia solo se encuentra normatizada su existencia,
pero no se reglamenta bajo
ningún otro sustento legal la
forma como debe constituirse
ninguna de las FF. MM., ni las
capacidades que debe tener
cada una de estas, y cada gobierno ofrece su propia política al respecto, lo que termina
siendo más una guía en cuanto al direccionamiento y, en su
mayor parte, se enfoca más en
las tareas derivadas de los objetivos de los planes de nivel
presidencial. En este caso, el
derrotero para el presente cuatrienio, en referencia al equipamiento y las capacidades de las
FF. MM. dice:
Mantener y elevar las capacidades de las Fuerzas Mi-
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
litares y la Policía Nacional, así como, fortalecer el sistema de planeación por capacidades,
conforme a las necesidades que se deriven de
la estrategia militar y policial, con énfasis en la
conjuntes y en la misionalidad asignada. (Ministerio de Defensa Nacional, 2019, p. 49)
Aun teniendo en cuenta lo anterior, la misionalidad asignada a la que se refiere la política
de seguridad y defensa está dada por los planes de guerra, que dan los objetivos estratégicos para llegar a un estado final deseado, pero
debería haber, además, un estudio del concepto fuerza mínima requerida, como definición de
cuáles son los medios que se necesitan para
dar cumplimiento a esos objetivos estratégicos.
Las FF. MM. tienen una alta moral combativa
y son conscientes, desde su comandante hasta
el último soldado, de que no habrá ningún tipo
de duda ni vacilación si es necesario entregar la
vida por servir a los intereses de la patria, pero
es necesario pensar en aquellas capacidades del
nivel estratégico, como la superioridad aérea:
qué hay que definir para conservarlas y fortalecerlas en el tiempo, así como garantizar los
recursos necesarios para modernizarlas, sin que
quede esto relegado a la voluntad de un periodo de gobierno.
La superioridad aérea es
una capacidad al servicio
de la seguridad y la defensa
nacional, y podría llegar a
ser, incluso, la única acción
ofensiva en una confrontación
o en un momento de tensión
diplomática, dadas sus
características de alcance,
maniobrabilidad, flexibilidad y
capacidad de llegar a objetivos
muy detrás de las líneas
enemigas.
La superioridad aérea es una capacidad que define el posicionamiento en términos de seguridad y defensa de un Estado, pues, aun cuando
al analizar las capacidades y el balance de potenciales de los países de la región, el ejercicio
no sería completo sin tener en cuenta otros aspectos, el análisis cuantitativo sí resulta necesario y da una base muy importante para clasificar;
así pues, contar con todos los elementos que
comprenden la capacidad, tales como vigilancia,
defensa aérea y defensa antiaérea, sistemas de
comando y control y sistemas de armas, y armamento, ayuda a definir el nivel de influencia de
un Estado en la región.
La superioridad aérea marca y permite la gobernabilidad, pues en el desarrollo de la situación
interna de nuestro país a través de los años,
esta ha sido fundamental para el empleo del poder aéreo, a pesar de que no se la ha tenido que
disputar —pues los grupos armados organizados (GAO) al margen de la ley que delinquen en
Foto: Comunicaciones Estratégicas FAC
73
74
Número 252
nuestro país no llegaron a tener
una capacidad de amenaza seria a los medios ni a la superioridad aérea—, la capacidad para
aplicar la fuerza letal desde el
aire siempre ha sido un factor
decisivo en el combate. Por
otra parte, en las ocasiones
en que ha sido requerida en el
ámbito de la defensa de la soberanía, la superioridad aérea
ha reaccionado con efectividad
a los requerimientos que se le
han hecho, y ha dejado en claro
que existe en nuestro país, que
se la emplea y que se entrena
a su personal no solo internamente, sino en escenarios internacionales. Por tal razón, es
una capacidad que debe contar
con los recursos necesarios y
se la debe seguir fortaleciendo
en cada uno de los subsistemas
que la conforman, como el de
vigilancia, con los radares basados en tierra; defensa antiaérea, con sistemas misilísticos de
mediano y largo alcance articulados con el sistema de radares, y el escuadrón de aviones
de superioridad aérea, con su
equipamiento y su armamento.
La superioridad aérea es una
capacidad altamente disuasiva, ya que difícilmente se podría considerar un conflicto de
cualquier intensidad en la región sin la participación de los
medios aéreos como parte de
las acciones, y en ese sentido,
tener una capacidad de superioridad aérea que se pueda
mantener y mejorar, así como
entrenar con países aliados, demuestra el nivel y el grado de
preparación, lo cual hace parte
de las opciones que tienen los
gobernantes para defender la
integridad territorial y el orden
constitucional.
La superioridad aérea es una
capacidad al servicio de la
seguridad y la defensa nacional,
y podría llegar a ser, incluso, la
única acción ofensiva en una
confrontación o en un momento
de tensión diplomática, dadas
sus características de alcance,
maniobrabilidad, flexibilidad y
capacidad de llegar a objetivos
muy detrás de las líneas
enemigas.
El concepto de superioridad
aérea ha demostrado tener
una importancia que va mucho
más allá de lo doctrinario, para
posicionarse y hacer parte de
conceptos como seguridad y
defensa nacional e intereses
nacionales, así que es necesario
fortalecer su soporte y su base
legal para garantizar no solo su
continuidad, sino también su
desarrollo, y que cumpla con las
expectativas y retos que plantean las capacidades militares
de los países de la región.
En conclusión, podemos decir
que después de que el hombre
pudo volar, y ya dentro del contexto de los conflictos armados
y las guerras en el mundo, se
ha demostrado que “la superioridad aérea es crucial para alcanzar el éxito” (Warden, 1988,
p.72).
REFERENCIAS
Canales Torres, C. y del Rey Vicente, M. (2012).
Introducción. En C. Canales Torres y M. del
Rey Vicente, Blitzkrieg: La victoria alemana en la
guerra relámpago. EDAF, S.L.U.
República de Colombia. Constitución Política de
Colombia. (1991). Bogotá.
Granados, F. M. (2009). Desarrollo tecnológico
en la historia de la humanidad: inventores e
inventos. Hnos. Wright y el avión. Innovación
y Experiencias Educativas. Departamento legal:
GR2922/2007. Nro.21.
Jordán, J. (2016). El debate sobre la primacía del
poder aéreo: un recorrido histórico. Global
Strategy. Documento de Investigación del
Centro Superior de Estudios de la Defensa
Nacional. CESDEN.
Baquero Valdés, J., Conde Mesa J., Gaitán Rodríguez, M., Meza Hernández, A., Sotelo Saíz A.
(2018). Pensadores, pioneros y precursores del
poder aéreo. Escuela Superior de Guerra.
Mezú Mina, R. (2019). La Interceptación de los
Tupolev: enseñanzas desde la doctrina y la
estrategia. Ciencia y Poder Aéreo.
Momyer, W. W. (2014). El Poder Aéreo en Tres Guerras: Segunda Guerra Mundial, Korea, Vietnam.
USAF. Pickle Partners Publishing.
Ministerio de Defensa Nacional. (2019). Política
de Defensa y Seguridad PDS para la legalidad,
el emprendimiento y la equidad. Ministerio de
Defensa Nacional.
Narváez Torregrosa, D. C. y Martínez Musabimana,
J. (2009). Introducción. En D. C. Torregrosa y
J. Martínez Musabimana, La derrota del III Reich
a través del cine. Editorial Club Universitario.
Recuperado el 6 de septiembre de 2020
en: https://www.researchgate.net/profile/
Daniel_Narvaez7/publication/328744286_
La_derrota_del_III_Reich_A_traves_del_cine/
links/5be4690c92851c6b27b01145/
La-derrota-del-III-Reich-A-traves-del-cine.
pdf?origin=publication_detail
Nievas, F. (2016). El mito de la supremacía aérea
como aspecto fundamental en la guerra. Actas
publicadas. Ensenada: Universidad Nacional de
la Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación. Departamento de Sociología.
Universidad Nacional de La Plata.
Niver, H. M. (2018). Un asesinato como causa. En
H. M. Niver, Proyectos reales para explorar la
Primera Guerra Mundial y los años 20. The Rosen
Publishing Group, Inc.
Ortiz Miranda, A. (2018). Asedio a Guepí: Fuerza
Aérea Colombiana, mirada a una operación
trascendental. Ciencia y Poder Aéreo.
Ulloa Echeverry, F. (2019). Transformaciones históricas en la manera de operar de las Fuerzas
Militares: Reflexiones a partir de la Operación
Colombia. En R. Esquivel Triana, F. E. Ulloa
Echeverry, C. A. Castiblanco Durán, A. L. Marín
Ramírez, D. A. Garzón Moreno, E. A. Lesmes
Abad, . . . G. R. Jaimes Parada, Victorias desde el
aire: la Fuerza Aérea Colombiana y el término del
conflicto armado. Grupo Editorial Ibáñez.
Warden, J. (1988). The air campaign. Planning for
a Combat. Washington: National Defense
University.
Warden III, J. A. (2011). Strategy and airpower.
Airpower Journal.
Revista Fuerzas Armadas
75
Alistamiento
operacional:
pilar de las Fuerzas Militares
para alcanzar una disuasión
efectiva en la defensa
nacional
(caso Armada Nacional)
Capitán de Navío Camilo Ernesto Segovia Forero*
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
Capitán de Fragata José David Peroza Daza **
Integrante del Programa Plataforma Estratégica
de Superficie en la Dirección de Programas
Estratégicos- ARC
Foto: Comunicaciones Estratégicas ARC
*Oficial de la Armada de la República de Colombia. Ingeniero naval de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”.
Es especialista en Armamento y Artillería Naval (de la Escuela de Artillería de la Armada Española), en Política y Estrategia Marítima (de la Escuela Naval “Almirante Padilla”), en Seguridad y Defensa Nacionales (de la
Escuela Superior de Guerra) y en Derecho Internacional de Conflictos Armados (de la Escuela Militar “General José María Córdova”). Adicionalmente, es magíster en Ingeniería Electrónica (en el área de aprendizaje de
máquina) e Ingeniería Industrial (área de investigación de operaciones) de la Universidad de los Andes.
En el 2013, completó el curso de Lucha contra el Terrorismo en la Universidad Conjunta de Operaciones Especiales y, durante el periodo 2015-2016, se desempeñó como profesor visitante del Centro de Estudios
Hemisféricos de Defensa William J. Perry, adscrito a la Universidad Nacional de Defensa de los EE. UU. (en el área de seguridad y defensa, con un enfoque particular en temas sobre Colombia, análisis del entorno regional
y lucha contra las drogas).
Actualmente, es estudiante del Curso de Altos Estudios Militares (CAEM).
Correo electrónico:
[email protected]
**Oficial de la Armada de la República de Colombia. Profesional en Ciencias Navales e Ingeniero naval mecánico de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”. Es especialista en Seguridad y Defensa (de la Escuela
Superior de Guerra) y magíster en Ingeniería Naval Militar (de la Escuela Técnica de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid, España).
Actualmente, se desempeña en la Dirección de Programas Estratégicos como integrante del Programa Plataforma Estratégica de Superficie.
Correo electrónico:
[email protected]
76
Número 252
Introducción
La Constitución Política de Colombia de 1991, en su artículo
2, define los fines esenciales
del Estado:
Servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios,
derechos y deberes consagrados en la Constitución;
facilitar la participación
de todos en las decisiones que los afectan y en la
vida económica, política,
administrativa y cultural
de la Nación; defender la
independencia nacional,
mantener la integridad
territorial y asegurar la
convivencia pacífica y la
vigencia de un orden justo
(Centro de Documentación Judicial, 2010, p. 13).
De igual manera, el artículo
217 señala que “las Fuerzas
Militares tienen como finalidad
primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la
integridad del territorio nacional y del orden constitucional”
(CENDOJ, 2010, p. 211); es
decir, serán las responsables de
defender la independencia nacional y mantener la integridad
territorial (como fines esenciales del Estado), así como de defender el orden constitucional.
Esta condición motiva la necesidad de tener unas Fuerzas
Militares con las capacidades
estratégicas requeridas que
permitan cumplir el mandato
constitucional y que puedan
dar respuesta a los contextos
existentes; necesidad resultante de la tensión entre el ser
como construcción objetiva y
el deber ser (Roth, 2009, p. 58).
La Política Defensa y Seguridad
para la Legalidad, el Emprendimiento y la Equidad establece
claramente las responsabilidades que debe asumir la Fuerza Pública, de acuerdo con los
roles misionales de las Fuerzas
Militares y de la Policía Nacional:
A las Fuerzas Militares corresponde la defensa de la
soberanía, la independencia,
la integridad del territorio
nacional y del orden constitucional. La Policía, por su
parte, debe mantener las
El presente artículo propone una aproximación
del alistamiento operacional, como un
pilar válido para proyectar o mantener las
capacidades estratégicas requeridas por
las Fuerzas Militares a fin de soportar una
disuasión efectiva que permita la defensa
nacional.
condiciones necesarias para
el ejercicio de los derechos
y libertades públicas, y para
asegurar que los habitantes
de Colombia convivan en
paz (Ministerio de Defensa
Nacional, 2019, p. 9).
Este documento identifica claramente lo siguiente, como eje
conductor para el desarrollo de
los objetivos estratégicos planteados:
Esta política parte de una
visión de seguridad que va
más allá de la desarticulación de grupos criminales y
de economías ilícitas. Tiene
como objeto atender los
intereses nacionales, consolidar la vigencia de la ley
en todo el territorio nacional, fortalecer la legitimidad democrática de manera permanente, garantizar
el respeto, el ejercicio y la
protección de los derechos
de todas las personas, proteger el medio ambiente y
la biodiversidad como patrimonio de todos los colombianos, y ser el verdadero
motor de la transformación
estructural de los territorios
(Ministerio de Defensa Nacional, 2019, p. 9).
Para atender estas directrices,
la priorización de las necesidades está orientada hacia el
mantenimiento, la modernización y la incorporación de las
capacidades existentes desde
un enfoque de la seguridad.
Este contexto ha motivado a
que se encuentre en un segundo plano la asignación de
recursos para defensa y se
genere una dificultad teórico-
Revista Fuerzas Armadas
práctica que debilita la disuasión efectiva y las capacidades
estratégicas para la defensa de
la nación.
Durante los últimos diez años,
se ha venido proponiendo que
la asignación presupuestal en
las Fuerzas Militares sea justificada con base en el Modelo de
Planeación y Desarrollo de Capacidades de la Fuerza Pública,
el cual está siendo construido
por el Ministerio de Defensa
Nacional con la participación
de la Fuerza Pública.
Por lo expuesto, el presente artículo propone una aproximación del alistamiento operacional, como un pilar válido para
proyectar o mantener las capacidades estratégicas requeridas por las Fuerzas Militares
a fin de soportar una disuasión
efectiva que permita la defensa
nacional.
Con el propósito de sustentar
el argumento planteado, se
empleará como caso de estudio la Armada Nacional de
Colombia y se utilizarán datos
de carácter público (reportados por instituciones afines)
que facilitarán el contraste de
la información presentada a lo
largo del escrito.
El alistamiento
operacional como pilar
fundamental para
alcanzar una disuasión
efectiva para la defensa
nacional
El concepto de alistamiento
operacional está definido en
el diccionario de términos militares del Departamento de
Defensa de los Estados Unidos
como la “capacidad de una unidad/grupo, buque, sistema de
armas o equipo para realizar
una misión o una función para
la cual fue creada o le fue asignada; esta capacidad se materializa de acuerdo con los niveles de disponibilidad (tiempo
de empleo), personal, material,
equipo, mantenimiento y entrenamiento” (2019, p. 161).
La metodología utilizada para
determinar la aproximación
propuesta en el presente documento se fundamenta en
los conceptos presentados
por John R. Boyd en su libro
Discurso sobre ganar y perder
(2018), particularmente lo referido al Ciclo OODA (figura
1), y a partir de: (1) el análisis
del entorno regional, (2) la información existente en relación
con algunos conceptos de seguridad y defensa, disuasión y
alistamiento operacional y (3) la
declaración de algunas implicaciones estratégicas y desafíos
institucionales.
Figura 1. Ciclo OODA
Fuente: Tomado de A Discourse on Winning and Losing (Boyd, 2018, p. 383)
77
78
Número 252
Análisis de los
componentes del ciclo
OODA
Figura 2. Riesgos globales 2020
Observación
Debido a su posición geoestratégica privilegiada en el norte
de Suramérica, Colombia limita
con once países, tiene fronteras marítimas con nueve de
ellos y fluviales con cuatro países; de igual manera, su cercanía con el Canal de Panamá la
ubica en uno de los puntos de
mayor convergencia de tráfico
marítimo en la región.
El escenario global y regional
es un factor de análisis permanente para la Armada de la
República de Colombia (ARC),
considerando la complejidad
y dificultad del ambiente operacional colombiano, debido a
su condición bioceánica, con
3189 km de litorales, al menos
100 islas, 17 cayos, 42 bahías,
5 golfos, 9000 km de responsabilidad fluvial a lo largo y ancho del país y 928660 km² de
territorio marítimo que equivalen al 44,8 % del territorio nacional (Comisión Colombiana
del Océano, 2018, p. 19).
En el entorno descrito, la Armada Nacional debe enfrentar
diferentes tipos de amenazas
a la seguridad y a la defensa
nacional; salvaguardando el territorio marítimo, las zonas portuarias y los recursos naturales;
garantizando la seguridad costa afuera, la seguridad integral
marítima y fluvial; y combatiendo el crimen organizado transnacional y la lucha contra las
drogas, entre otras amenazas
que se encuentran concatenadas con los riesgos globales.
Fuente: Tomado de World Economic Forum (2020, p. ii)
Precisamente, el análisis de estos riesgos globales económicos, ambientales, geopolíticos,
sociales y tecnológicos están
representados en la figura 2.
Consideraciones como los riesgos globales, la presencia incremental que vienen ejerciendo
países como Rusia y China para
incrementar su influencia en la
región, la indefinición de fronteras marítimas con Nicaragua
y Venezuela (Villa, 2014) y la
situación política en algunos
países de la región le generan
a Colombia algunos factores
de inestabilidad como los que
se presentan en la figura 3.
Estos factores de inestabilidad
repercuten en la seguridad
integral marítima y fluvial, la
defensa de la nación y la manera
en que deben ser enfrentados en
todo el rango de las operaciones
militares (representado en la
figura 4), el cual abarca las
operaciones de paz (en roles
de seguridad), la lucha contra
los
delitos
transnacionales
(ingresando hacia el rol de
defensa), los conflictos de baja
y alta intensidad e, inclusive, la
guerra convencional. Desde este
análisis surge la necesidad de
estar preparados para abarcar
todo este espectro operacional.
Orientación
De acuerdo con los roles
misionales de la Armada
Nacional, es necesario considerar
Revista Fuerzas Armadas
Figura 3. Factores de inestabilidad
identificados por la Armada Nacional
Fuente: Tomado de la Armada Nacional (Fuerza Naval del Caribe, 2019)
Figura 4. Rango de las operaciones militares
Fuente: Tomado de la Armada Nacional (Fuerza Naval del Caribe, 2019)
79
80
Número 252
Equidad del Ministerio de
Defensa Nacional establece
como uno de sus ejes de
transformación
estratégica
la
seguridad
cooperativa
(2019, p. 36), proponiendo
su implementación a través del
mantenimiento de la capacidad
disuasiva1 y de una diplomacia
para la defensa que la potencie
y asegure la cooperación
internacional de Colombia en
materia de seguridad.
Foto: Comunicaciones Estratégicas ARC
la importancia de precisar
los conceptos de defensa y
seguridad. Esto precisa que
se presente la diferenciación
propuesta por Martín (2016,
p. 51), quien manifiesta que la
defensa es la forma de oponerse
a un peligro o a una amenaza
con características conocidas,
mientras que la seguridad tiene
un carácter preventivo que busca
enfrentarse a peligros, amenazas
y riesgos, cuyas características
no son conocidas, con el fin de
proteger a las personas y bienes
objeto de la seguridad.
Así mismo, y acorde con la
RESDAL (2012, pp. 40-41),
la defensa es un conjunto
de medidas y medios que
emplea un Estado contra
aquellas amenazas en contra
de la soberanía, la integridad
territorial y sus intereses
nacionales; la seguridad es
una condición o una situación
para preservar la soberanía
y la integridad territorial que
favorece la consecución de sus
intereses nacionales o sus fines
como Estado, manteniéndose
libre de presiones (es decir,
es una garantía para que
los ciudadanos ejerzan sus
derechos y cumplan sus
deberes constitucionales).
A partir de estas diferencias,
es
necesario
determinar
las
posibles
estrategias
que permitan priorizar las
capacidades requeridas para
la gestión y consecución de
los recursos necesarios, con
el objetivo de lograr una
disuasión efectiva a través
de capacidades estratégicas,
para dar cumplimiento al
mandato constitucional.
La Política de Defensa y
Seguridad para la Legalidad,
el Emprendimiento y la
Según la doctrina del Ministerio de Defensa del Reino Unido
(2014, p. 64), el concepto de
disuasión se entiende como la
estrategia diseñada para persuadir a los oponentes y que la
agresión sea la menos atractiva
de las alternativas. Adicionalmente, establece que la utilidad
de la defensa está enfocada en
disuadir las amenazas a la seguridad y a la prosperidad; por lo
tanto, la disuasión solo se considera efectiva, si comprende
las siguientes condiciones: que
sea creíble, que se comunique
su intencionalidad, que se tenga
la capacidad y que se tenga la
voluntad para volverla efectiva.
En el documento publicado por
Moore, Stockfish, Goldberg,
Holroyd y Hildebrandt (1991,
p. 1), se define la capacidad militar como la habilidad de alcanzar objetivos específicos durante la guerra y se determinan
cuatro pilares fundamentales
para alcanzar la capacidad militar: la estructura de Fuerza, la
modernización, el alistamiento
operacional y la sostenibilidad.
1
Entendida como el mantenimiento, la modernización y la incorporación de capacidades estratégicas que permitan que esta
sea efectiva.
Revista Fuerzas Armadas
El alcance del presente documento se limita al análisis del
alistamiento operacional que,
debido a su complejidad, es
necesario examinar bajo un
enfoque sistémico que permita
evidenciar la interdependencia funcional y el modo en que
puede afectarlo la interacción
de cada uno de sus factores
(Strategic Readiness Review,
2017, p. 16).
Tradicionalmente, el alistamiento operacional ha estado
asociado al material y equipo, personal, entrenamiento
y mantenimiento; sin embargo, en la figura 5 se presenta
una estructura del alistamiento
desde un enfoque sistémico,
el cual no solo contempla los
elementos anteriormente mencionados (enmarcados en color
café), sino que incluye otros
subsistemas que influyen en el
alistamiento (bloques de color
Es necesario determinar las posibles
estrategias que permitan priorizar las
capacidades requeridas para la gestión y
consecución de los recursos necesarios,
con el objetivo de lograr una disuasión
efectiva a través de capacidades estratégicas,
para dar cumplimiento al mandato
constitucional.
azul) y las restricciones y los aspectos que lo condicionan (bloques de color blanco)2.
Como se puede evidenciar,
mantener el alistamiento operacional en el máximo nivel,
2
La figura 5 no debe ser entendida como un diagrama de flujo, sino como la
representación de la serie de aspectos fundamentales, restricciones e imposiciones que
deben ser analizados, decididos y liderados
desde la necesidad de la fuerza, a fin de atender el alistamiento operacional.
y de manera permanente en
el tiempo, demanda una interacción alta de instancias y
medios, lo cual requiere presupuestos abundantes y hace
inviable esta condición.
La reducción de los presupuestos en defensa, una estructura
de fuerza disminuida, las limitaciones de personal, la obsolescencia tecnológica de los
equipos y sistemas y un ritmo
Figura 5. Enfoque sistémico del alistamiento operacional
Fuente: Elaboración propia a partir de Strategic Readiness Review - Readiness System of Systems del SRR
(2017, p. 16)
81
82
Número 252
operacional elevado pueden
llevar a una fuerza a exigirse al
máximo (bajo el concepto de
realizar más funciones y misiones con menos recursos) hasta
dejar de ser efectiva o colapsar
a causa de la dificultad para
garantizar la sostenibilidad
de sus operaciones (Spence,
1997, p. 2).
Con el propósito de encontrar
un balance adecuado entre el
alistamiento y las restricciones
presupuestales, es conveniente definir un alcance acotado
y realizable, en el marco de las
siguientes tres preguntas: ¿para
qué?, orientado al tipo de conflicto o misión que se espera enfrentar o cumplir (considerando
el potencial de los adversarios);
¿para cuándo?, lo que precisa
que se defina la línea de tiempo
y el momento en que se debe
estar disponible para cumplir
la misión; y ¿en qué aspectos?,
determinando las capacidades,
el tiempo y la finalidad para lo
que serán adquiridos (Sukman,
2019, pp. 3-4).
Decisión
Los problemas en defensa y
seguridad son complejos; de
hecho, Ritel & Webber (1993,
p. 170) los catalogan como
problemas retorcidos (wicked
problems), por cuanto son problemas de planeación gubernamental de difícil definición y
que no se solucionan, sino que,
en el mejor de los casos, se resuelven una y otra vez.
Desde su enfoque sistémico, el
alistamiento operacional plantea nuevos retos y desafíos que
se deben resolver para poder
tomar decisiones informadas.
Figura 6. Presupuesto por rubros de la Armada
Nacional (2002-2020)
Fuente: Elaboración propia a partir datos del SIIF
Algunos de estos retos son
presupuestales, tecnológicos
y profesionales, entre ellos se
puede destacar:
Las restricciones en la
asignación de recursos extraordinarios para inversión
[figura 6] dificulta el mantenimiento, modernización
e incorporación de capacidades, equipos y sistemas
estratégicos, al igual que
va afectando los niveles
de alistamiento, degradando de manera acelerada
el tiempo de vida útil de
los medios, al incrementar
sus tiempos de operación,
reduciendo sus ciclos de
mantenimiento e incrementando la frecuencia de
operación (Spence, 1997,
p. 24).
Según el Naval Research Advisor
Committee Report (2002, p. 27),
la obsolescencia tecnológica
de las capacidades estratégicas que generan una disuasión
efectiva en el entorno regional
se encuentran en la etapa final
de su ciclo de vida útil, que oscila entre los 25 y 40 años para
aviones y buques de combate,
respectivamente (figura 7). El
Mantener el alistamiento operacional en el
máximo nivel, y de manera permanente en
el tiempo, demanda una interacción alta
de instancias y medios, lo cual requiere
presupuestos abundantes y hace inviable
esta condición.
Revista Fuerzas Armadas
Figura 7. Obsolescencia tecnológica vs. ciclo de
vida útil
Fuente: Dirección de Programas Estratégicos (2018), a partir del
NRAC Life Cycle Technology Insertion (2002)
remplazo de estas capacidades requiere un tiempo para
la conceptualización, adquisición y puesta en servicio de los
sistemas y equipos, factor que
dificulta que la renovación de
las capacidades estratégicas se
lleve a cabo en un mismo periodo de gobierno y, por ende,
se convierta en un desafío adicional.
A pesar de la baja probabilidad
de ocurrencia de un conflicto
armado, el entorno regional
hace que un país como Colombia requiera contar con una capacidad de disuasión efectiva;
no obstante, parte de los nuevos desafíos de la Armada Nacional están relacionados con
una mayor responsabilidad e
integración social para emplear
sus competencias e incrementar su participación en operaciones de paz, seguridad cooperativa, defensa cooperativa
y realizar su gestión integral de
emergencias y atención de desastres (Riquelme & Gallardo,
2016, p. 196).
Estos desafíos exigen un talento
humano mejor preparado que le
permita atender las nuevas exigencias, personal que se desenvuelva en escenarios complejos
que incluyen diferentes dimensiones: incidencia espacial (local o regional), funcional (monofuncional o multifuncional)
y desempeño en la sociedad
(integrado o segregado) (figura
8). Lo anterior demanda militares con una amplia visión global,
altos valores sociales y morales,
capaces de comunicarse e integrarse con la sociedad en un
entorno multidominio.
Modelos de planeación
presupuestal lentos e
inflexibles en relación
con la dinámica en el
entorno
Cuando
se
desempeñaba
como Secretario de Defensa
de los EE. UU., en el año 1961,
Figura 8. Dimensiones del soldado del futuro
Fuente: Adaptado a partir de Identity Soldier “The Hybrid Soldier”
(Haltiner & Kümmel)
83
84
Número 252
Robert S. McNamara realizó
un aporte fundamental al implementar el proceso analítico
para la asignación y destinación
de recursos para la defensa,
con base en las necesidades
de cada Fuerza y del estudio
de las posibles soluciones para
satisfacer estas necesidades
(Enthoven & Smith, 2005, p.
33). Actualmente, el Ministerio
de Defensa Nacional colombiano está implementando el
modelo de planeamiento por
capacidades, cuya fortaleza
radica en identificar las tareas
que deben ser desarrolladas
y las capacidades necesarias
para que estas sean llevadas a
cabo (Faber, 2003, p. 2).
Una vez considerados y analizados los retos identificados,
una propuesta de solución para
lograr que la Armada Nacional
tenga un balance adecuado de
potenciales y capacidades estratégicas para alcanzar una disuasión efectiva, que le permita
Se requiere analizar
con rigurosidad y
modificar el concepto de
hacer más con menos,
considerando que esto no
favorece el alistamiento
operacional, afecta la
sostenibilidad, incrementa
el ritmo operacional,
reduce los estándares
operacionales y aproxima
a la normalización de las
desviaciones.
dar cumplimiento al mandato
constitucional y proteger los fines esenciales del Estado, es el
fortaleciendo del alistamiento
operacional de esa Fuerza.
Así las cosas, el alistamiento
operacional se convierte en el
eje fundamental para la construcción de capacidades y, a su
vez, en un mecanismo que permite justificar, de manera analítica y argumentativa, la asignación de recursos de inversión
para mantener, modernizar e
incorporar las capacidades estratégicas requeridas a fin de
conservar una disuasión efectiva en la región.
Actuación
La diferencia existente entre
el nivel de alistamiento operacional real y el deseado genera una incertidumbre que
se traduce en un riesgo, cuyo
impacto es directamente proporcional a la amenaza y a la
naturaleza del conflicto que se
espera enfrentar.
En la figura 9, se observa la
brecha de alistamiento entre la
capacidad deseada y el nivel de
alistamiento, siendo la diferencia entre el alistamiento operacional real (hoy) punto A y el
alistamiento requerido (futuro)
punto B para cumplir una tarea.
Esta diferencia tiene un efecto
en el tiempo, en el costo y en
la capacidad para enfrentar una
amenaza.
Una vez identificados, estos
riesgos deben ser gestionados.
Es imprescindible considerar
que las decisiones y las acciones que se tomen y realicen
para mitigar el riesgo deberán
impedir la apropiación de una
cultura asociada al concepto de
normalización de la desviación,
definido por Diane Vaughan
(1997) en el análisis de la explosión del transbordador espacial
Challenger, el 28 de enero en
1986; puntualmente, este hace
referencia a la transición desde
la práctica de normas inaceptables hasta la aceptación de las
mismas, en la medida que estas
Figura 9. Alistamiento vs. tiempo
Fuente: Elaboración propia a partir de Assessing and Reporting
Military Readiness UKMoD y U.S. Military Readiness: Taming the
Dragon of Change National
Revista Fuerzas Armadas
Figura 10. Balance entre el alistamiento operacional y el presupuesto
Fuente: Elaboración propia
decisiones se repiten sin generar resultados catastróficos y se
convierten en la norma. Normalización que es catalogada a
través del tiempo como riesgos
gestionados que se han asumido y ‘controlado’, pero que
finalmente se convierten en la
causa raíz de muchos hechos
lamentables.
Es evidente que la defensa
de la soberanía y la integridad
territorial no son fines negociables y de ellos depende la
supervivencia del Estado; por
consiguiente, las decisiones
que se tomen no pueden afectar las capacidades estratégicas
que permiten dar cumplimiento
a esta obligación ni la facultad
para poder regular, de manera
gradual, el empleo de la fuerza
de acuerdo con el espectro de
las operaciones que conduce la
Armada Nacional.
El riesgo de no fortalecer las
capacidades de defensa, a pesar de la baja probabilidad de
ocurrencia de un conflicto armado, no es admisible (ni se
debe normalizar esta desviación), puesto que los factores
de inestabilidad existentes en
la región, la necesidad de proteger los intereses nacionales y
los fines esenciales de la nación
continúan vigentes.
Una vez considerados los fines,
modos y medios analizados desde la dimensión de los riesgos
para el diseño de la estrategia, y
con el propósito de materializar
la decisión tomada, se propone
un alistamiento operacional que
permita alcanzar un balance entre las capacidades estratégicas
de defensa requeridas (considerando la amenaza, el tipo
de misión, las capacidades y el
tiempo) y el presupuesto necesario para alcanzar una disuasión efectiva (figura 10).
Entonces, habrá que identificar
estrategias que posibiliten replantear las condiciones actuales del alistamiento operacional
(Roth, 1999, p. 14), que, mediante políticas de largo plazo,
superen los tiempos políticos
asociados a los periodos presidenciales y permitan satisfacer
las necesidades presupuestales
para mantener, modernizar o
incorporar capacidades estratégicas y garantizar la protección
de los intereses nacionales y los
fines esenciales del Estado.
Adicionalmente, es necesario
diseñar diversas estrategias
para lograr la asignación de
presupuestos para la defensa
nacional, que permitan alcanzar las capacidades estratégicas requeridas por la Armada
Nacional, y proponer un nuevo
marco de referencia para que
las instancias tomadoras de
decisiones las planteen a fin de
redefinir los problemas.
Conclusiones
El alistamiento operacional es uno
de los pilares de las capacidades
militares y es determinante
85
86
Número 252
para medir la respuesta de las
Fuerzas Militares al mandato
constitucional, por lo cual, es
necesario precisar su definición
y establecer mecanismos de
seguimiento y de mejoramiento
continuo, que permitan planear
el para qué, para cuándo y en
qué aspectos se debe realizar
el alistamiento, priorizando los
requerimientos con el fin de
adquirir, modernizar y renovar
las capacidades estratégicas que
se encuentran en obsolescencia
tecnológica.
Se requiere analizar con rigurosidad y modificar el concepto
de hacer más con menos, considerando que esto no favorece el alistamiento operacional,
afecta la sostenibilidad, incrementa el ritmo operacional,
reduce los estándares operacionales y aproxima a la normalización de las desviaciones,
lo cual, a su vez, incrementa el
riesgo generado por la brecha
entre el alistamiento real y el
deseado y afecta la capacidad
de respuesta ante las amenazas existentes en el entorno regional y la necesidad de contar
con una disuasión efectiva.
Los nuevos desafíos y amenazas a la seguridad global
plantean nuevos roles para las
Fuerzas Militares; en el caso
de la Armada Nacional, esto
implica un mayor empleo en
múltiples operaciones (de ayuda humanitaria, atención de
desastres, búsqueda y rescate,
protección del medio ambiente, etc.) y le exige más participación e interacción activa con
la sociedad, a través de las capacidades y tecnologías de uso
dual que ponen al servicio de la
comunidad.
No existen argumentos que
justifiquen la afectación de los
fines esenciales y la supervivencia del Estado, razón por la
cual se debe contar con altos
niveles de alistamiento operacional, lo que no es coherente
con los presupuestos asignados actualmente para la defensa, por cuanto no permiten adquirir, modernizar ni recuperar
las capacidades estratégicas
que favorezcan una disuasión
efectiva.
La Marina que se encuentre lista para librar la guerra en el mar, podrá ejecutar cualquiera otra tarea
de seguridad, pero no viceversa
Contralmirante (r)
Eri Solis Oyarsun
REFERENCIAS
Boyd, J., (2018). A Discourse on Winning and Losing.
Edited and compiled by Grant T. Hammond.
Maxwell AFB, Alabama. Air University Press.
Recuperado de: https://www.airuniversity.
af.edu/Portals/10/AUPress/Books/B_0151_
Boyd_Discourse_Winning_Losing.PDF
Comisión Colombiana del Océano. (2018). Política
Nacional del océano y de los Espacios Costeros
(PNOEC). Colombia.
Consejo Superior de la Judicatura, Sala Administrativa, Centro de Documentación Judicial
(CENDOJ) (2010). Constitución Política de
Colombia 1991. Bogotá, Colombia; Imprenta
Nacional de Colombia.
Enthoven, A. C., & Smith, K. W. (2005). How much
is enough? Shaping the defense program, 19611969. Rand Corporation. EEUU.
Faber, P. (2003). NATO Long-Term Defense Planning: Implications for the Future–Findings and
Conclusions. In Rome, Long-Term Defense Planning (LTDP) Seminar for Planners from (Vol. 21).
Haltiner, K., & Kummel, G. (2006). The Hybrid Soldier: Identity Changes in the Military. Armed
Forces, Soldiers and Civil-Military Relations
Magazine. Suiza.
Martín, M. Á. B. (2016). En busca de una Estrategia
de Seguridad Nacional. Subdirección General de
Publicaciones y Patrimonio Cultural. Madrid,
España. Imprenta del Ministerio de Defensa.
Ministerio de Defensa Nacional. (2019). Política
de Defensa y Seguridad PDS para la legalidad, el
emprendimiento y la Equidad. Bogotá, Colombia.
Ministry of Defence, (Eds.) (2014). Joint Doctrine
Publication 0-0, UK Defence Doctrine. (5a ed.),
England.
Sukman, D. (2019). Military Readiness: Thinking About
the Three Big Questions. Real Clear Defence,
Estados Unidos.
Moore, S. (1991). Measuring Military Readiness and
Sustainability, RAND. R-3842-DAG.
U.S. Navy. (2017). Strategic Readiness Review,
Estados Unidos.
Muller, P., & Surel, Y. (1998). L'analyse des politiques
publiques. Montchrestien. París, France.
Vaughan, D. (1996). The Challenger Launch Decision:
Risky Technology, Culture, and Deviance at NASA.
Chicago, IL, EEUU. University of Chicago
Press.
RAND Corporation, (1991), Measuring Military
Readiness and Sustainability, Santa Mónica,
California, Estados Unidos. Recuperado
de: https://www.ramajudicial.gov.co/documents/10228/1547471/CONSTITUCIONInteriores.pdf
RESDAL, (2012). Atlas Comparativo de la Defensa
en América Latina y el Caribe. Buenos Aires,
Argentina.
Riquelme, J., Gallardo, A. (2016). Defensa 29025
Desafíos. Santiago, Chile, Centro de Estudios
de Defensa.
Rittel, H., & Webber, M. (1993). Dilemas de una
teoría general de planeación. En Problemas
públicos y agenda de gobierno (pp.171-187).
Ciudad de Mèxico, México. Grupo Editorial
Miguel Angel Porrua.
Roth, A. N. (1999). Etat et politiques publiques en
Amérique latine: le cas des politiques environnementales en Colombie (doctoral dissertation).
Roth, A. N. (Eds.). (2009). Políticas Públicas. Formulación, Implementación y Evaluación. (6ª ed.).
Bogotá, Colombia. Ediciones Aurora.
Spence, F. (1997). Military Readiness Report 1997,
Rhetoric and Reality. Washington, Estados
Unidos.
Villa, C. A. (2014). EE.UU - Rusia: ¿Hacia una reconfiguración geopolítica de américa Latina y el Gran
Caribe? Análisis político, 196-211.
Webber, G., Smith, J., Anderson, J., Bachkosky, J.,
Brown, D., Fratarangelo, P., & Kelly, M. (2002).
Life cycle technology insertion (No. NRAC-0202). Office of the Assistant Secretary of the
Navy (Research Development and Acquisition)
Washington, DC, EE.UU.
World Economic Forum. (2020). Global Risk Report
2020 (15a ed.). Ginebra, Suiza.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
87
Zonas futuro:
empleo dual del poder naval fluvial
Coronel de Infantería de Marina Adolfo E. Hernández Ruiz*
Estudiante del Curso de Altos Estudios Militares 2020
Foto: Comunicaciones Estratégicas ARC
Oficial de la Armada Nacional de Colombia.
Es especialista en Estudios Políticos (de la Universidad Sergio Arboleda), en Seguridad y Defensa Nacionales (de la Escuela Superior de Guerra) y en Política y Estrategia Marítima (de la
Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”). Fue becario del Instituto William Perry (en Washington DC) y de la Universidad de Defensa (en Beijing, China).
Es magíster en Gestión de Organizaciones (de la Universidad Militar Nueva Granada) y en Seguridad y Defensa Interamericana (del Colegio Interamericano de Defensa en Washington
DC).
Actualmente, es alumno del Curso de Altos Estudios Militares 2020 en la Escuela Superior de Guerra.
Correo electrónico:
[email protected]
88
Número 252
Los efectos indirectos provenientes del desarrollo de
la industria de la defensa
han tenido una fuerte influencia en las tecnologías
civiles. A pesar del interés
demostrado por la comunidad académica internacional y política en los
efectos secundarios de la
defensa sobre el sector civil, se conoce muy poco la
medida en que la industria
de defensa afecta la innovación en el sector civil
Simen Enger
Al ser Colombia un país azul, no
solo por el privilegio de contar
con costas en el Océano Pacífico y en el Mar Caribe, sino
también por tener una extensa
red fluvial en su territorio (que
le permite desarrollar una dinámica económica, social y cultural), es imperativo salvaguardar
la soberanía y la integridad territorial y servir a las comunidades asentadas en territorios
comunes al área ribereña de
sus fuentes hídricas y el entorno fluvial.
Si el poder naval es el componente militar responsable
de la protección de los intereses marítimos (Uribe, 2016),
el poder naval fluvial lo es de
la protección de los intereses
fluviales de la nación. En concordancia, dentro del concepto
de empleo de una Marina de
Guerra, Colombia los considera
a ambos como parte de la estrategia militar de la nación. En
complemento de lo anterior, el
poder naval fluvial puede ser
empleado de manera dual, es
decir, bienes de doble uso que
son productos y tecnologías
normalmente utilizados para fines militares, pero que pueden
tener aplicaciones civiles (Enger, 2013) —concepto desarrollado en los Países Bajos—. En
este caso, se usarían las capacidades en beneficio del sector
productivo y de las comunidades civiles.
Así mismo, al existir espacios
vacíos como consecuencia del
deficiente ejercicio del poder
desde el centro del Estado hacia las periferias, se impactan
el desarrollo y la seguridad y
se producen escenarios con
falta parcial o total de control
institucional; en ese sentido,
el Gobierno nacional, en cabeza del presidente Iván Duque,
estableció las ‘zonas futuro’
en su estrategia de seguridad
y defensa para la nación (Colombia P. d., 2019); marco de
la estrategia para transformar
los territorios llevando la institucionalidad con legalidad, emprendimiento y equidad, cuyo
objetivo es revertir la acción
de factores de inestabilidad
presentes siguiendo las líneas
de acción del Plan Nacional de
Desarrollo “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”.
Existen áreas de influencia fluvial dentro de esas zonas futuro
en las que el poder naval fluvial
se torna esencial para contribuir
con la estabilidad y el desarrollo;
así mismo, se convierte en una
oportunidad para seguir desarrollando la industria militar en
el sector astillero, a través de la
Armada Nacional, no solo con
el fin de fortalecer la capacidad
naval fluvial, sino para desarrollar productos fluviales a partir
del concepto de uso dual que
impacten positivamente a las
comunidades ribereñas (un
ejemplo es la zona futuro del
Pacífico nariñense).
Importancia de los
ríos en los intereses
nacionales
En una democracia, el interés
nacional se entiende como el
conjunto de prioridades compartidas con respecto de las
relaciones con el resto del
mundo; es más amplio que los
intereses estratégicos, aunque
estos sean parte de él (Nye,
1999). En ese sentido, el esfuerzo para definir el interés
nacional supone un acuerdo
sobre la naturaleza del país, cuyos intereses deben definirse;
además, deriva de la identidad
nacional, por cuanto es esencial
Revista Fuerzas Armadas
“saber quiénes somos antes de
saber cuáles son nuestros intereses” (Huntington, 1997). Por
lo anterior, la Constitución Política de Colombia, en su artículo segundo, expresa el interés
nacional en los fines esenciales
del Estado, lo cual permite interpretar que debe existir una
presencia integral de la institucionalidad en todo el territorio
nacional.
Colombia es un país con cuatro
vertientes hidrográficas, cuyo
caudal específico superficial es
tres veces mayor que el promedio sudamericano y seis veces mayor que la oferta hídrica específica promedio a nivel
mundial (Ojeda, 2000), debido
a que tiene más de 15 000 kilómetros de ríos que permiten
que muchos de sus habitantes
Foto: Comunicaciones Estratégicas ARC
se comuniquen con el resto del
país a través de gran parte de
sus cauces y que comunidades aisladas dependan de los
ríos para transportar y dinamizar su economía (de Cherisey,
2017). Igualmente, sus fronteras con Venezuela, Ecuador,
Perú y Brasil están demarcadas
en algunos sectores por diversos ríos, como Mataje, Putumayo, Amazonas, Orinoco,
Meta, Arauca, Catatumbo, entre otros. Al analizar estas variables, que posicionan al país
como una potencia hídrica, se
evidencia su importancia estratégica dentro de los intereses
nacionales.
Por lo anterior, el sistema hídrico colombiano hace parte
de la identidad nacional y es
vital para servir a la comunidad,
promover la prosperidad general, ser empleado en la defensa
de la independencia nacional,
mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia
pacífica (fines del Estado e intereses vitales de la nación que
deben ser defendidos mediante un poder naval fluvial).
Geopolítica fluvial y
desarrollo del poder
naval fluvial
La configuración física es uno
de los factores influyentes en
el poder naval de un país, un
ejemplo de ello es la cuenca del
rio Misisipi, que ofrece innumerables ventajas estratégicas
que influyen en la economía,
el desarrollo y la defensa de
la nación (Mahan, 1890). Precisamente, al ser un país azul
con una privilegiada posición,
tener aguas marítimas sobre el
Océano Pacífico y el Mar Caribe y contar con una riqueza
hídrica incomparable, Colombia ha estado desarrollando
capacidades fluviales para empleo dual (a través de la Armada Nacional), es decir que sean
aprovechadas por las Fuerzas
de Defensa y Seguridad y empleadas para el mejoramiento
de las condiciones de vida y el
desarrollo de la población civil
(Unión Europea, 2014). La diversa gama de la configuración
hidrográfica de Colombia permite observar ríos fronterizos,
ríos que recorren casi todo el
territorio (como el Magdalena)
y ríos que configuran un ambiente marítimo fluvial complejo (como en la costa Pacífica).
Teniendo en cuenta lo anterior, la Corporación de Ciencia
89
90
Número 252
y Tecnología para el Desarrollo
de la Industria Naval Marítima
y Fluvial (COTECMAR), desde
el año 1998, inició un proceso
de investigación y construcción de artefactos navales para
el empleo fluvial que sirvieran
de apoyo a las labores de preservación de la soberanía y la
integridad territorial. Esto fue
materializado en el diseño y la
construcción de buques patrulleros de apoyo fluvial (PAF) y
lanchas patrulleras de río (LPR);
hecho que impactó positivamente la seguridad de las unidades de la Armada Nacional
que ejercían el control de los
ríos del país y, a su vez, contribuyó a asegurar la convivencia
pacífica de esas regiones del
país.
En razón al compromiso de la
Armada Nacional en el combate a las organizaciones que
atentan contra los intereses
nacionales en el ámbito fluvial,
se abrió una ventana de oportunidad que le permitió iniciar
un trabajo de investigación y
desarrollo para diseñar y construir sus propias unidades fluviales y romper un paradigma
tecnológico, ya que la industria
naval colombiana solo se enfocaba en procesos de mantenimiento y no en el desarrollo de
productos para el combate.
Así las cosas, a través de la innovación incremental (Pérez,
2001), empezaron procesos de
mejora que fueron materializados en varias generaciones de
buques tipo PAF, esa curva de
aprendizaje sirvió para que se
desarrollaran otros productos
fluviales y marítimos que dieron
valor agregado a la experiencia
acumulada y fortalecieron la
capacidad naval fluvial colombiana, por medio de la combinación de la experiencia de los
Infantes de Marina (producto
del combate a múltiples agentes generadores de violencia
en los ríos) con el conocimiento
técnico y científico de COTECMAR, aplicando el concepto de
innovación incremental que llevó al diseño de varias versiones
de buques para el combate fluvial (de Cherisey, 2017).
Como resultado de estos procesos, COTECMAR ha sido
protagonista de la industria militar colombiana y ha desarrollado un clúster1 alrededor de
su esquema de producción en
el cual participan otras empresas de diferentes sectores de
la economía y de la academia.
Cabe resaltar que esta labor
contribuye al desarrollo económico del país con la generación
de empleo e ingresos fiscales,
producto de sus negocios con
otros países clientes (Reyes,
2014), y que sus capacidades
actuales y oferta de productos
con uso dual sirven para potenciar la estrategia de la Política
de Defensa y Seguridad.
Zonas futuro
oportunidad para el
desarrollo del poder
naval fluvial
Las zonas estratégicas de intervención integral o zonas
futuro son relevantes para el
interés nacional; tienen una
problemática en su interior
que se da como consecuencia
1
Conglomerado de empresas que
se vinculan a una industria específica (Reyes,
2014), concepto desarrollado por Michael
Porter.
de la convergencia de múltiples factores de inestabilidad,
altos índices de criminalidad,
problemas de seguridad y necesidades básicas insatisfechas (Colombia G. D., 2019);
hacen parte de la estrategia
para transformar los territorios,
llevando institucionalidad con
legalidad, emprendimiento y
equidad, hacia las regiones más
afectadas por la violencia, la
criminalidad y la pobreza; ace-
Es imperativo
salvaguardar
la soberanía y
la integridad
territorial y servir
a las comunidades
asentadas en
territorios comunes
al área ribereña de
sus fuentes hídricas
y el entorno fluvial.
leran la implementación de los
programas de desarrollo con
enfoque territorial (PDET), con
una óptica de seguridad multidimensional; y están dirigidas
hacia aquellas regiones afectadas por las economías ilícitas, la
violencia y la criminalidad, cuya
presencia estatal es precaria o
nula (Colombia P. D., 2019).
En ese sentido, el Gobierno nacional determinó al pacífico nariñense, el Catatumbo, el bajo
Cauca, Arauca y el Parque Nacional del Chiribiquete, como
las regiones que son objeto de
Revista Fuerzas Armadas
intervención de este proyecto.
Algo que tienen en común estas zonas seleccionadas, a parte de los factores anteriormente mencionados, es que sus
características geográficas permiten la acción del poder naval
fluvial, debido a que en ellas
el escenario incluye el tránsito
de los ríos Cauca, Catatumbo,
Apaporis, Yarí, Mira, Sanquianga, Patía, Arauca, entre otros.
Por lo anterior, a partir de diciembre del año 2019, inició el
proyecto de zonas futuro en el
departamento de Nariño. Siendo la Armada Nacional, a través
de sus unidades destacadas
en la ciudad de Tumaco y de la
empresa COTECMAR, una de
las aportantes a la construcción de capacidades para llevar
a la región del control militar al
control institucional; concepto
estratégico que es la esencia
de la Política de Defensa y Seguridad para la legalidad, el Emprendimiento y la Equidad (Colombia G. d., 2019). El área de
influencia principal es la zona
del parque natural Sanquianga,
en el cual converge el ambiente
marítimo fluvial con un ecosistema de manglar, equivalente
al 53 % de los manglares del
departamento de Nariño y al
20 % del Pacífico colombiano.
Además, posee abundantes
esteros y deltas influidos por
los ríos Sanquianga, Patía, Tola,
Aguacatal y Tapaje (Colombia P.
N., 2020).
El aporte de la Armada Nacional
en esta zona futuro del Pacífico
nariñense con unidades operativas consiste en potenciar el
poder naval fluvial mediante la
adquisición de una flota de diecinueve botes de apoyo fluvial
(BAF) y una plataforma avanzada de guardacostas (PAG).
Así, se evoluciona en lo que
respecta a unidades fluviales,
cuyo concepto operacional se
fundamenta en el empleo militar, y se enfoca hacia un uso
para el empleo civil, es decir, el
concepto de empleo dual.
Esto se materializa en el diseño y la construcción de embarcaderos fluviales y lanchas de
transporte ambulatorio medicalizado; por ende, a la vez que
se aumentan las capacidades
de control fluvial, se contribuye
con el diseño y la construcción
de medios que fortalezcan la
capacidad de control institucional del Estado en aquellas zonas
que hayan tenido ese vacío.
De hecho, COTECMAR diseñó
y construyó para la zona futuro del Pacífico unas lanchas de
transporte ambulatorio medicalizadas para río, con capacidad y
Foto: Comunicaciones Estratégicas ARC
características necesarias para
efectuar el traslado con asistencia medicalizada de enfermos en áreas de difícil acceso y
dentro de las normas que promueven la atención eficiente,
idónea y oportuna a pacientes
(COTECMAR, 2020). Adicionalmente, diseñó embarcaderos fluviales que apoyan la
necesidad de diferentes municipios y corregimientos ribereños para dinamizar el transporte y mejorar las condiciones
de zarpes y atraques para la
población civil que se moviliza
por los ríos (estos equipos son
diseñados con base en los prototipos que han servido para la
construcción de unidades de
combate fluvial, gracias a la innovación incremental).
Además, pensando en las otras
zonas futuro, existe la oferta de artefactos fluviales que
pueden ser empleados y desa-
91
92
Número 252
rrollados como aulas flotantes;
buques de apoyo logístico inspirados en el modelo del buque
de desembarco anfibio (BDA),
que puede ser habilitado como
hospital; una plataforma de acción social (PAS), diseñada para
llevar a cabo actividades de
acción institucional y de salud
con servicios médicos y quirúrgicos de nivel I; y barcazas
fluviales multicarga (BFM) (COTECMAR, 2020).
Conclusiones
En primera instancia, se puede
concluir que la configuración
geográfica de Colombia la posiciona como un país privilegiado, por cuanto sus recursos hídricos (que hacen parte
de la identidad nacional) y sus
ríos (que ayudan a la delimitación fronteriza) son esenciales
para la dinámica económica y
socio-cultural de la población y
se convierten en elemento vital para el interés nacional. Por
todo lo anterior, deben ser objeto de preservación por parte
de los Gobiernos.
En segunda instancia, el potencial hídrico de Colombia ha
sido aprovechado por la delincuencia y el terrorismo, debido
a que han encontrado ventajas
en algunas áreas con poca presencia del Estado (espacios vacíos de institucionalidad), que
les han servido para su beneficio y fines delictivos y criminales. Al respecto, la Armada
Nacional, a través de COTECMAR, ha desarrollado y modernizado el poder naval fluvial
para alcanzar capacidades que
permitan proteger los intereses de la nación en el sistema
hídrico; a su vez, la capacidad
obtenida ha permitido que se
enmarque en el concepto de
empleo dual y que se utilice en
beneficio de la población civil.
En tercera, y última instancia,
esta capacidad también se ha
convertido en una herramienta
para el combate de los factores
de inestabilidad que afectan
parte del territorio nacional y
que motivaron a que el gobierno determinara las zonas futuro, con el propósito de que se
creara una estrategia integral
que produjera un cambio en la
ecuación de inestabilidad y llevara a la estabilidad mediante
el control institucional. Precisamente, el poder naval fluvial ha
hecho parte de este esquema
desde el cumplimiento de su
misión principal de seguridad
y defensa y de la aplicación del
concepto de empleo dual para
contribuir con el desarrollo de
las regiones. Un claro ejemplo
de este uso de medios se ha
materializado en la zona futuro
del Pacífico nariñense colombiano.
REFERENCIAS
Colombia, G. D. (Enero de 2019). Cinco ejes que
configuran la transformación estratégica. Política de Defensa y Seguridad para la Legalidad, el
Emprendimiento y la Equidad, 36-39. Colombia:
Gobierno de Colombia.
Colombia, P. N. (2 de 3 de 2020). parquesnacionales.
gov.co. Recuperado de http://www.parquesnacionales.gov.co/portal/es/parques-nacionales/
parque-nacional-natural-sanquianga/
COTECMAR. (6 de 3 de 2020). cotecmar.com.
Recuperado de https://www.cotecmar.com/
productos
De Cherisey, E. (2017). Riverine warriors: The
Colombian Marine Corps. Jane's, 1-14. Recuperado de https://www.janes.com/images/assets/954/72954/Riverine_warriors_The_Colombian_Marine_Corps.pdf
Enger, S. G. (2013). Tecnología de doble uso y las
transferencias de tecnología indirectas entre el
sector de defensa y civil. Centre for technology,
innovation and culture. Noruega: Universidad
de Oslo.
Huntington, S. (septiembre/octubre de 1997). The
Erosion of American National Interests. Foreing
Affairs, 76(5), 28-49. Recuperado de https://
www.foreignaffairs.com/articles/1997-09-01/
erosion-american-national-interests
Mahan, A. (1890). Discussion of the Elements of
Sea Power. En A. T. Mahan, The Influence of Sea
Power Upon History: 1660–1783 (pág. 640).
Boston: Little, Brown and Co.
Molano, J. (1966). Colombia, país de el dorado y
sus recursos naturales. (S. G. Colombia, Ed.)
Sociedad Geográfica de Colombia, 24(89-90), 23.
Recuperado de https://www.sogeocol.edu.co/
documentos/090_col_el_pa_del_dora.pdf
Presidenciadelarepública. (2019). Zonas Futuro.
Zonas Estratégicas de Intervención Integral.
Infografía Zonas Futuro. Colombia: Consejería Presidencial para las comunicaciones.
Recuperado de https://id.presidencia.gov.co/
Documents/190808-Infografia-Zonas-Futuro.
pdf
Reyes, M. (2014). Los Clusters Industriales de
Defensa Como Impulsores de La Innovación
Tecnológica En América Latina. IADC Review,
12.
Nye, J. (Julio/Agosto de 1999). Redefining the
National Interest. Foreing Affairs, 78(4), 22-35.
Recuperado de https://www.foreignaffairs.
com/articles/united-states/1999-07-01/
redefining-national-interest
Unión Europea. (Octubre de 2014). Dual use support guide for regions and SMEs. Eu funding for
dual use. Unión Europea: DG Enterprise and
Industry - Defence, Aeronautics and Maritime
Industries .
Ojeda, E. (2000). Informe Nacional Sobre la Gestión
del Agua en Colombia. Bogotá: CEPAL. Recuperado de https://www.cepal.org/drni/proyectos/samtac/inco00200.pdf
Uribe, S. (2016). Poder Naval y sus componentes.
En S. Uribe, Estrategia Marítima, Evolución y
Prospectiva (p. 64). Bogotá, Colombia: Escuela
Superior de Guerra.
Pérez, C. (2001). Cambio tecnológico y oportunidades de desarrollo como blanco movil. Revista
de la CEPAL(75), 115-134. Recuperado de
http://www.economia.unam.mx/academia/
inae/images/pdf/carlotaperezcepal75.pdf
Revista Fuerzas Armadas
Héroes de Ayer, hoy y siempre
General Ramón Emilio Gil Bermúdez (1933-2019 )
Compilador, Mayor General (RA) Juan Salcedo Lora
I.Personalidad, estirpe
y ejecutorias, así como
anécdotas en frases
Si se quiere un grato recuerdo
de la personalidad del general
Ramón Emilio Gil Bermúdez,
nada mejor que incluir la autobiografía, que nos dejó, escrita
en la placidez de su finca de
clima caliente, en medio de la
tranquilidad y el sosiego, y de
un merecido descanso después
de varias décadas de un servicio ejemplar a Colombia, desde
las filas del Ejército, al que tanto adoró:
Nací en Fredonia, Antioquia,
el 3 de marzo de 1933, en la
finca de mis abuelos paternos, o sea que soy campesino antioqueño, ‘a mucho
honor’. Tuve dos hermanos
solamente: una hermana
quien se casó y tuvo cinco
hijos y un hermano sacerdote de quien se dice que
era ‘un santo’. Mis padres
y hermanos ya fallecieron,
pero no me siento huérfano
porque tengo la certeza de
que desde el cielo ellos me
ayudan y protegen, como
en la vida lo hicieron. De no
ser así no sobreviviría.
En 1938, con mis padres,
nos trasladamos a Armenia,
unas veces a pie, otros a
lomo de mula y otra más en
tren, en busca de la ‘tierra
prometida’ que era y sigue
siendo la prodigiosa región
del Quindío. Este viaje, que
duró dos días, fue expedito
y placentero, gracias a que,
aunque llevamos con nosotros todo lo que teníamos,
todo también era muy liviano y apreciado: muchas
ilusiones en el corazón, un
baúl lleno de ropa, trastos
y cachivaches como único equipaje, y 700 pesos,
en billetes de a peso, que
mi papá guardaba, y muy
bien, en su faltriquera. Tal
patrimonio, a pesar de lo
exiguo, nos hacía sentir ri-
cos y felices. Además, particularmente por mi talante
infantil de entonces, este
viaje me colmo de múltiples
emociones y visiones fantásticas, como si se tratara
de un viaje por el ‘País de
las Maravillas’ o, así como
hoy día, el ‘mundo de Disney’ llena de ensoñación la
mente de los niños. Efectivamente todo cuanto veía
a mi pasó era un descubrimiento: los caminos que se
abrían, se perdían y reaparecían, los horizontes que
se dibujaban y desdibujaban en sobre otros, con
sol radiante o con luz de
luna, el río Cauca que rugía,
murmuraba y sollozaba, sin
que uno pudiera descifrar
lo que sentía y quería decir,
aunque me dio la impresión
de que recitaba un poema
de amor; el valle que miraba
siempre al cielo y el cielo al
valle, invitándonos ambos a
no perder de vista sus colores. Las nubes, las aves, el
93
94
Número 252
viento, la lluvia, las vacas,
los perros y, en especial, la
gente que topábamos en
el camino me alegraban y
emocionaban. Eran gente
nueva y distinta a la que
conocía, pero igual o más
amable, alegre, generosa
y solidaria. Gente con el
alma envuelta en bondad y
el corazón en alegría y generosidad.
No hay nada comparable a
la sensación que produce
conocer gente, pero, a decir verdad, lo que más me
impactó mi imaginación de
niño fue ver el tren, y para
colmo de la emoción viajar
en él. Empezando porque
sorpresivamente, cuando
estábamos
abordándolo, este pitó, lanzó bocanadas de humo como un
dragón furioso y escupió
sobre nosotros partículas
de carbón, alguna de estas encendidas. Casi se me
sale el corazón del susto,
pero después se calmó y
eso me llenó de júbilo por
haber sobrevivido a lo que
parecía la “hora llegada”.
Toda mi conmoción quizá
se debió a que se estaba
haciendo realidad un sueño, surgido de los juegos
que durante largas horas
y a diario realizaba hasta
quedarme dormido, con un
trencito de lata que me habían regalado en Navidad y
en el cual viajaba, prendido
a mi imaginación, por mundos fantásticos que yo mismo inventaba. Pienso que
es algo parecido al sueño
que tienen los muchachos
de hoy, que quieren ser
astronautas y viajar al universo a percibir la estrella
y los astros que han visto
maravillados recorrer el
cielo, y mucho más cerca y
frecuente en la pantalla del
televisor.
[…] A Armenia llegamos
sin contratiempos y pronto nos instalamos en una
casa que compró mi papá
por 370 pesos, o sea que
le quedó un capital de 330
pesos para hacer negocios
que fue lo que hizo durante el resto de su vida. Estudié en Armenia hasta 5.°
año de bachillerato. Luego
suspendí mis estudios por
mi cuenta, irresponsablemente y contra la voluntad
de mis padres. Entonces
me puse a trabajar, primero como negociante de
víveres y café en grano, y
después como maestro de
escuela. En enero de 1955
ingreso a la Escuela Militar confuso y desorientado respecto a mi presente
y mi futuro. Este suceso,
considero fue el milagro
salvador que me sacó de
mi extravío y que atribuyó a las oraciones de mi
madre, quien rezaba día y
noche por todos sus hijos
especialmente por mí, pues
era el más díscolo y desjuiciado, y creo que estuve a
punto de descarriarme.
Hasta aquí el resumen de
mi ‘vida civil’ la cual a fin de
cuentas fue muy feliz, pese
a que en mi casa teníamos muchas estrecheces
económicas y sufríamos
algunos percances angustiosos; pero todas las privaciones y sinsabores fueron
Revista Fuerzas Armadas
Héroes de Ayer, hoy y siempre
superados sin dejar huella,
ni nostalgia gracias a Dios
y al inmenso amor que llenaba de dicha y con calor
nuestro hogar. Por eso los
recuerdos que conservo
de entonces están colmados de la exquisita ternura
que emana de las caricias
maternales y la porfiada y
severa protección paternal;
de la tibieza acogedora del
lecho blando y limpio en
que reposaba; del sabor a
manos cariñosas del pan
cotidiano, compartido por
todos en el mesón de la
cocina frente al fogón de
leña, lleno de llamas danzantes y tizones alegres y
crujientes y de los momentos de emoción vividos en
comunión, en los cuales
fundimos nuestras almas y
nuestros corazones.
[…] Los dos años que viví
en la Escuela Militar como
cadete y alférez fueron al
comienzo difíciles y agobiantes, y muy dichosos al
final. En más de una ocasión estuve a punto de
claudicar, pero me sostuvo
el orgullo y más que todo
el apoyo, la solidaridad y la
amistad que me brindaron
mis familiares y compañeros. A partir del segundo
año las cosas cambiaron
debido a que la voluntad y
el ímpetu juvenil se atemperaron y cedieron a la disciplina, pues uno empieza
a encontrarle el sentido y
la importancia de la carrera
militar, hasta que finalmente surge avasallante y vigorosa la vocación militar, de
tal manera que uno piensa
y siente que es la mejor, la
que llena y satisface plenamente sus sueños, sus ambiciones y sus esperanzas,
desde entonces siempre
he pensado lo mismo y he
sido feliz.
II. Del señor general
comandante general de
las Fuerzas Militares
(FF. MM.) general Luis
Fernando Navarro
Jiménez, en las
exequias, en la capilla
de la Escuela Militar de
Cadetes. Progenitores,
formación, ingreso a
la escuela militar y su
brillante carrera
General (RA) Ramón Emilio Gil
Bermúdez (q.e.p.d.), excomandante general de las FF. MM.
de Colombia .
Nos congregamos en este querido templo, testigo de nuestra
profunda fe en Cristo y baluarte de nuestras tradiciones, para
ofrecer un homenaje póstumo
al señor general del Ejército
Ramón Emilio Gil Bermúdez,
soldado de artillería, y quien en
vida encarnó la plenitud de las
virtudes militares, ciudadanas y
humanas que hacen perdurable el paso de un hombre sobre
la faz de la Tierra.
El señor general Gil Bermúdez
nació en Fredonia, Antioquia, el
3 de marzo de 1933, en la finca
de sus abuelos paternos. De su
origen campesino siempre sentiría orgullo. Sus padres, Horacio y Trinidad, cultivaron en él
las virtudes cristianas y los valores que harían de su vida un
ejemplo de integridad y carácter, un ciudadano y un soldado
digno de seguir y de imitar.
Pero también fueron fundamentales en su formación su
hermana Elvira, una amorosa y
devota cristiana, madre de seis
hijos, al igual que su hermano,
el padre Luis Horacio Gil Ber-
múdez, un afamado sacerdote
con fama de santidad, y quien
ejerció con dedicación su ministerio en el Quindío fundando un hogar de ancianos que
lleva su nombre y aún existe,
pero, además, ejerciendo como
educador en otros municipios.
En un relato que escribió muchos años después, con una
narrativa que devela al hombre
sencillo y sincero que siempre
fue, detalló su paso por Armenia; en especial, cuando decide,
quizás por ese espíritu pujante y
emprendedor propio de sus ancestros, suspender sus estudios
de bachillerato, ya casi finalizando, para dedicarse, como su padre, al negocio de café en grano
y víveres y, como si con ello no
bastara, convertirse luego en
maestro de escuela.
Superadas aquellas experiencias, que le dejaron lecciones inolvidables y forjaron su carácter,
en enero de 1955 decide ingresar a la Escuela Militar de Cadetes. Eran tiempos de exigente
disciplina, que fueron superados con decisión y templanza,
una época diferente que, por
fortuna, el entonces cadete Gil,
al igual que sus compañeros de
curso, supo sortear con intrepidez y destreza.
El 20 de julio de 1957 ascendió
como subteniente de artillería,
junto a 156 compañeros, como
integrantes del curso Bodas de
oro de la Escuela Militar de Cadetes, Teniente General Gustavo
Rojas Pinilla. Eran tiempos en
que gobernaba al país la Junta Militar de Gobierno, en un
periodo excepcional en el que
cuatro señores generales y un
almirante adelantaron la tarea
de gobierno que clamorosamente demandaba el pueblo
en esos instantes, y gozando
del respaldo y la confianza de
95
96
Número 252
sus compañeros de armas, hasta entregar el poder, cumpliendo a cabalidad con su misión,
honrando su palabra y afirmando el talante democrático de
nuestras instituciones.
Mi general Gil formó parte de
la planta de la Escuela de Artillería y de la Escuela Militar
de Cadetes, así como de los
batallones Tarqui, Palacé, Contraguerrillas e Inteligencia. Curiosamente, siendo subteniente en el Tarqui, se desempeñó
como comandante de pelotón
y alcalde de Paz del Río. Fue
alumno del XV Curso de Lanceros, en 1960. Por sus capacidades como especialista en
inteligencia, hizo parte de los
estados mayores de la III, la VI y
la IX brigadas. Fue comandante
de la Escuela de Artillería; director del Departamento E-2,
del Ejército; comandante del
Comando Operativo N.° 10, en
Cimitarra; comandante de la X
Brigada Aerotransportada; inspector general de las FF. MM.;
director de la Escuela Superior
de Guerra; comandante de la I
División; segundo comandante
del Ejército; comandante general de las FF. MM., y ministro de
Defensa encargado.
A lo largo de su carrera militar
le fueron conferidas 24 condecoraciones, además de un
sinnúmero de distinciones de
autoridades locales y regionales. Entre las preseas otorgadas se destacan: la Orden
de Boyacá; también, las medallas: “Servicios Distinguidos
en Orden Público”, en cuatro
ocasiones; “Francisco José de
Caldas al Mérito Académico”;
“Operación Marquetalia”; “Orden al Mérito Naval ‘Almirante
Padilla’”, y tantas otras que portaba con el orgullo propio del
artillero que siempre honró su
uniforme y ennobleció su pro-
fesión con sencillez y ponderación.
Fue alumno de la Escuela de
Guerra del Ejército de Estados
Unidos, en Carlisle, Pensilvania; también representó a Colombia como agregado militar
en ese país. Tras servir 40 años
a la Institución, fue designado
como embajador y ministro
plenipotenciario de Colombia ante la Federación Rusa.
Posteriormente fue asesor del
gobernador de Cundinamarca;
director ejecutivo de la Asociación de Antiguos Alumnos del
Curso de Altos Estudios Militares y del Curso Integral de
Defensa Nacional (ASOCACI),
y miembro de la junta directiva
de la Fundación País Libre.
Pero además de lo mencionado, fue escritor, poeta, analista y ferviente estudioso de la
historia. Inquieto siempre por
la situación del país y de la región, asistía a los encuentros
del Centro de Pensamiento Estratégico. Sus análisis, al decir
de uno de sus amigos, el señor mayor general Javier Arias
Vivas: “Eran faros que iluminaban el camino de la reserva
activa, con su sencillez y lúcida
inteligencia”. Perteneció a la
Academia Colombiana de Historia Militar, como miembro de
número, donde ocupó la silla
procera de la heroína y mártir
Policarpa Salavarrieta.
Fue, igualmente, autor de innumerables artículos, así como de
los libros: Poemario de vivencias,
en homenaje a Dios, Nuestro
Señor; Mi pueblo, dedicado a
su natal Fredonia, y Armenia en
el recuerdo, en consideración a
esa patria chica que lo acogió
siendo un niño, y a la que por
siempre llevó en el alma. En
este texto, de singular riqueza
narrativa, cuenta no solo sus
propias experiencias, sino también, los usos y las costumbres
de la región, los personajes de
la época y la vida en la ciudad
y en el campo, adornando cada
relato con poemas en homenaje a su señora madre, doña
Trinidad; al café y su aroma; a
sus amigos; a sus maestros del
Colegio Rufino José Cuervo y a
su entrañable familia.
Pero ese hombre reflexivo lo
era también de carácter, de dignidades que siempre agradeció,
de esa convicción inquebrantable de entender y llevar la vida
de forma sencilla, asumiendo
con rigor cada responsabilidad,
hasta alcanzar el máximo grado
al que pueda aspirar un oficial
de nuestras FF. MM. Una dignidad que llevó con modestia y
desprendimiento hasta el final
de sus días.
Por todo lo dicho, se entiende
de hombres como mi general
Gil que el legado que ofrecen a
la posteridad no sean sus medallas o sus condecoraciones,
ni los cargos ocupados ni los
honores que le hayan sido dispensados. Por el contrario, su
mayor heredad fue el ejemplo
como ciudadano y demócrata
convencido, como compañero
de firmes convicciones, como
hombre dueño de una lealtad
a toda prueba y como el amigo
entrañable con un don de gentes y una sinceridad admirables;
pero, en especial, como el ser
humano que forjó una maravillosa familia fortalecida en el
amor, la solidaridad y la unidad.
Mi general Gil, contrajo matrimonio en 1967 con la señora
Carmen Beatriz Navia Rinck,
prestante dama caleña, quien
vivía con su familia en Neiva,
en tiempos en que el entonces capitán Gil pertenecía a
la IX Brigada. Así, integraron
Revista Fuerzas Armadas
Héroes de Ayer, hoy y siempre
una gran familia de la que hacen parte sus hijos Luz Marina,
Martin Alonso, María Fernanda, Beatriz Helena y Francisco
José; sus nietos Álvaro Emilio,
Pedro Luis, Laura, Gabriela, Tomás Emilio, Ángela Lucía, Catalina, Alejandro y Juan Antonio,
y sus bisnietas Luciana y Emma.
A todos ellos les ruego recibir
un saludo especial desde lo más
profundo de nuestro corazón,
con la nostalgia y el sentimiento propios de tantos recuerdos
imborrables que perdurarán
por siempre en sus vidas. Pueden estar seguros de que el
homenaje que hoy se rinde en
esta eucaristía, sumado a los
honores que la precederán, representa los sentimientos más
sinceros que podemos expresar como soldados.
Pero si hay algo que caracteriza
la vida castrense son aquellas
amistades sólidas y verdaderas
que se van forjando al pasar
el tiempo, y que es necesario
engrandecer hasta el fin de
nuestros días; por ello, debo
mencionar a mi general Hernán
José Guzmán Rodríguez, excomandante del Ejército Nacional,
y quien más que compañero de
curso y un amigo fiel y leal, fue
un hermano en todo tiempo y
en toda circunstancia, en tiempos de glorias y de adversidad,
y reafirmo que los amigos son
la familia que uno elige. Gracias
por enriquecer el significado de
la palabra amistad, mi general
Guzmán.
Mi general Gil: puede usted
estar seguro de que la institución continuará su marcha y
seguirá avanzando impulsada
por esa fuerza que le otorga
su pasado, por la grandeza de
su historia y por los proyectos
a los cuales contribuyó usted,
de forma significativa.
El negro de la divisa artillera,
como símbolo luctuoso, adorna hoy las banderas de guerra
y los estandartes de las unidades que recogieron sus pasos.
Allí, en la memoria de quienes
hicieron parte de dichas unidades, quedó la huella imborrable de sus servicios, de sus
palabras y, en especial, de su liderazgo, que, al igual que cada
peldaño ascendido hasta la más
alta jerarquía de las FF. MM. de
Colombia, alcanzó, con honor
y con dignidad, en esa historia
que solo con el paso del tiempo se reconocerá.
Respetada familia Gil Navia:
en breve, el toque de silencio
resonará para que mi general
pase revista por vez última a
esas tropas de las cuales siempre se sintió orgulloso. Se podrá decir, entonces, que, como
soldado de artillería, oficial del
Ejército y ciudadano… cumplió
con su deber.
En una breve semblanza que
escribiría mi general en su último libro, Armenia en el recuerdo,
puede reconocerse el talante de
lo que fue su vida sencilla, pero,
a la vez, profunda e inspiradora:
97
98
Número 252
En todo mi escrito se refleja el espíritu militar que me
anima y trasciende a todos
mis actos, por considerar
que ser soldado de Colombia es el mayor honor que
he recibido y del que he
derivado toda mi felicidad.
Por ser soldado veterano y
trasegado, tuve dos familias
cual más acogedora y amorosa: la constituida por mis
superiores, compañeros y
subalternos capaces de
vencer o morir por la patria
y sus supremas causas; y la
que en el hogar me ofreció
el calor, la ternura y el abrazo que mitigó mis angustias
y alentó mi corazón a reemprender cada faena.
Para finalizar este homenaje,
recojo las palabras del inmortal
héroe inmolado en San Mateo:
el joven prócer Antonio Ricaurte, quien, como símbolo de la
artillería colombiana, legó con
su sacrificio una máxima que mi
general Gil hizo suya, y que, además, defendió con estoicismo y
firmeza hasta el final de sus días:
“¡Deber antes que vida!”.
III. Despedida de un
jefe, un amigo y un
compañero de arma:
el señor general
Hernán José Guzmán
Rodríguez, comandante
de la División de
Infantería José María
Córdova
Señor general Ramón Emilio
Gil Bermúdez: en esta, nuestra
capilla de la Escuela Militar de
Cadetes, donde se han despedido los despojos mortales
de los hombres insignes de
nuestro Ejército, hoy nos corresponde decirle adiós a un
personaje que con orgullo portó sobre sus hombros los soles
te del Colegio Interamericano
de Defensa; participante del
Curso de Altos Estudios Militares en la Escuela Superior de
Guerra, en 1984; comandante de la I División del Ejército;
segundo comandante y jefe de
estado mayor del Ejército, y
comandante general de las FF.
MM. de Colombia.
que lo acreditan como general
de la República de Colombia.
A su lado estamos los compañeros y los amigos de todas las
armas, los integrantes del Curso Bodas de oro año 1957, de
la Escuela Militar de Cadetes,
y los miembros de las unidades simbólicas (especialmente, la artillería, el arma de sus
desvelos y sus sueños), todas
ellas conformadas por los oficiales en servicio activo y de
la Reserva Activa, acongojados
y entristecidos por su partida,
porque en esta ocasión le diremos adiós para siempre.
En el transcurrir de su exitosa
carrera militar, sus realizaciones quedarán en el recuerdo
de aquellas unidades a las que
tuvo el privilegio de pertenecer: oficial de planta en la Escuela de Artillería, y comandante de la Escuela Militar de
Cadetes; miembro del Estado
Mayor de la IX Brigada; analista del Batallón de Inteligencia y
Contrainteligencia; director del
Departamento E-2 del Comando del Ejército; comandante del
Comando Operativo N.° 10, en
el Magdalena Medio, integran-
Damos fe de que su Ejército, al
que tanto amó, fue durante su
servicio, y después de él, lo primero en su vida, y que en nombre de él sacrificó muchas veces
su bienestar personal y hasta el
mismo hogar. Nuestra bandera
se inclina orgullosa y reverente
rindiendo tributo de admiración
a un hijo que le cumplió a su
Ejército, a su patria y a su hogar
como uno de los mejores.
Las FF. MM. de Colombia, y
particularmente el Ejército, recordarán siempre al sinigual
hombre, alegre, entusiasta y
afectuoso amigo. No se pueden olvidar su constante presencia ni su activa participación en todos los foros donde
se adelantaban estudios importantes sobre la situación nacional, y a los cuales, en todas sus
actividades, les imprimía su sabio consejo, el que deja la experiencia de un acertado intelectual y comandante.
Su señora, Carmen Beatriz Navia de Gil; sus hijos Luz Marina,
Martín Alonso, María Fernanda,
Beatriz Helena y Francisco José,
y sus nietos, bisnietos, familiares
y amigos recordarán al gran señor; al padre íntegro, al hombre
responsable, espiritual, alegre;
al consejero ideal del momento.
Y su legado continuará llegando
a sus corazones y se convertirá
en la antorcha que seguirá iluminando la difícil senda de sus
vidas. ¡Soldado de Colombia, su
presencia se siente en este sa-
Revista Fuerzas Armadas
Héroes de Ayer, hoy y siempre
grado recinto! ¡Elevaremos una
oración y repetiremos, en el silencio que nos dejan sus despojos mortales, una plegaria que
nos sale del alma! General Ramón Emilio Gil Bermúdez: descansa en paz, apreciado compañero del curso Bodas de Oro de
la Escuela Militar de Cadetes. Los
mortales que tenemos el privilegio de seguir viviendo evocaremos tu recuerdo, para que él
permanezca latente en nuestra
memoria.
Adiós por siempre, mi querido
e inolvidable amigo.
IV. Del mayor general
Juan Salcedo Lora, un
compañero y un amigo
en la milicia
El corazón, es cierto que
el corazón anida los sentimientos: el amor tierno o
violento, los incendios de
pasión, la alegría o la tristeza, la ansiedad o frustración. Todo se siente y
aprecia con mayor fuerza y
crudeza, cuando el corazón
empieza a claudicar y a fallar, pues nos parece escuchar campanadas y sonidos,
extraños a los sentidos y
agoreros del final. Que se
acerca y que se aleja, y muy
adentro nos deja esa sensación crucial, de angustia
y desolación y de inmensa
frustración por no poder
terminar, lo que apenas
empezamos y anhelamos
continuar.
Hay seres humanos que se hacen sentir: son aquellos cuya
presencia resalta, y de inmediato provoca tender el lazo de la
fraternidad hacia ellos. Son seres de fácil comunicación y que
brindan confianza. Son seres
destinados a hacer amigos. Y así
fue siempre, desde el primer día,
Ramón Emilio Gil Bermúdez.
En este ambiente ilegible que
no entiende el corazón, pero al
que es tan sensible, domina la
sinrazón, por cualquier hecho
se altera, todo se hace imposible, cambia el ritmo y se acelera se emociona o exaspera, y se
traslada a otros mundos procelosos y profundos de silencio y
soledad.
Aunque ingresamos el mismo
día a la Escuela Militar, fuimos
de diferentes cursos y promociones sucesivas. Tenía un buen
recorrido en la vida, por algo
como lo cita en su autobiografía, donde valora su extracción
campesina, su trabajo cuando
muchacho en la zona cafetera del Quindío, su experiencia
como maestro de escuela, experiencia que demostró a lo largo de la carrera donde dictaba
cátedra sin tartamudear, lo cual
mostraba reiteradamente en la
conversación normal. De gran
corazón, siempre demostrado en todos sus actos, lo cual
plasmó en una de sus grandes
pasiones, la poesía:
Ya lo saben sus grandes amigos, lo que tenía quizá en demasía: era un montañero típico, cercano veredalmente a
nuestro expresidente Belisario.
Procedía, como el suscrito, de
un pequeño pueblo en las entrañas de los Montes de María;
por tal razón, se me facilitaba
interpretar sus ritmos y sus giros, por bruscos o sinuosos, o
por simpáticos y agradables,
que fueren, porque hablábamos el mismo idioma puebleril
y teníamos, por la misma razón,
esa tendencia innata al retorno,
después de cuatro décadas de
anhelos y nostalgias. Y así Ramón Emilio lo interpretó en su
poesía amiga y comprensiva:
Yo conservo la esperanza
de acabar con mis andanzas
y regresar al Quindío, bañarme y purificarme con las
aguas de su río, que es nuestro Ganges sagrado, pues
desde siempre se ha dado
como fuente de energía, de
magia y sabiduría a toda clase de gente: a los hastiados
y hambrientos, a opulentos
e indigentes, generosos y
avarientos, a pesar de que a
cambio recibe trato de escarnio y hasta tal punto violento, que se desangra por dentro y muestra sobre su lecho
inmundicias y desechos, escombros, piedras sedientas,
aguas sucias, mudas, lentas,
que nunca podrán llegar
a encontrarse con el mar
como era su ansiada meta.
También quiero, al regresar
escuchar, desde el portal de
mi casa oculta en el cafetal
y a la sombra del pinar, al
viento que silba y pasa dejando un suave rumor de
campestre manantial, que
anima al canto al sinsonte, al
jilguero, al ruiseñor, a la mirla y al turpial y a los pájaros
del monte, y haciendo coro
en manada componen dulces tonadas conque alegran
y festejan las luces de la alborada, la salida y puesta del
sol, coquetean con su amada y dan gracias al Señor.
A lo lejos, entretanto, en las
tardes y mañanas el toque
de las campanas, invitan a
la oración, al tiempo que
el viejo cura reza y canta
‘santo, santo’ y con egregia
postura imparte su bendición. Más también, quiero
escuchar, entre copas de
aguardiente, departiendo
con la gente en la fonda o
en el bar, esa música que
añoro de mi juventud de
99
100
Número 252
oro: Los tangos arrabaleros,
los románticos boleros y el
pasillo ensoñador, aunque
me agrada también la música de ‘carrilera’ la que llaman de ‘planchar’, la ‘guasca
y la de despecho’ o mejor la
‘montañera’ que siempre
me ha satisfecho por ser
cándida y sincera, sencilla y
elemental.
Otro deseo acuciante, que
quisiera realizar cuanto antes, es desandar los caminos llenos de cantos y trinos, empinados y sinuosos
que descalzo trasegaba en
mis años venturosos; Siempre corriendo y brincando
como siervo perseguido, y
en los días invernales, saltando y chapoteando en
charcos y barrizales, como
hacen los animales cuando
a sus anchas retozan.
A las promociones cercanas
nos llevaba unos años, que, por
su forma de ser y de proceder,
no se notaban en la charla suelta de amigos: entre superiores
o entre subalternos, era el mismo oficial desprendido y conversador. Cuando sintió el paso
de los años, como los estamos
sintiendo sus compañeros y
amigos, entendió el inexorable
camino de la vida, y así lo cantó
Ramón Emilio, el bardo:
Ochenta y seis años vividos
dejan mucha huella atrás,
que ya no puedo cambiar:
a quien amé sigo amando, y
este amor sigue aumentando; ilusiones y fantasías que
concebí en otros días, vuelan al mismo lugar al que
ayer quise llegar, bien sé
que son utopías, pero insisto en alcanzarlas porque no
puedo vivir sin presente y
devenir sin esperar y soñar.
No puedo volver atrás, ni
crear otros horizontes, solo
anhelo disfrutar de la canción de los montes, y del
amor y la Paz; sé que todo
resplandece cuando el amor
aparece y con su fuerza vital despierta las emociones,
la alegría y las pasiones habíamos descartado por una
idea banal. De allí que tanto
me aliente el afecto de mis
amigas, las únicas, las de
Siempre, que son amor y
aliciente y con ellas se mitiga, el frío de la soledad, y el
rigor de la ansiedad.
Y el amor de mi familia que
permanece en vigilia, prodigándome cuidados, tan
tiernos y delicados que curan penas del alma, traen
La Paz y la calma al corazón
fatigado. Realmente soy feliz por sentirme rodeado de
tanto amor y cuidado; Y es
que al corazón transido lo
que activa sus latidos, es el
amor manifiesto: en el beso,
en el abrazo, en la mano
que acaricia, en palabras,
en los gestos, en la mirada
furtiva, y el fulgor de una
sonrisa en fin en todos los
lazos transmisores de alegría, de calor y compañía.
¡Gracias a Dios y a la vida, y
al cariño que me han dado,
sigo viviendo tranquilo,
sin mirar hacia el pasado y
auscultando el futuro, solo
pensando en amar y el goce
de ser amado ¿Que más se
puede esperar?
Por varios años nos reunimos
en la Casa Artillera, una agradable tertulia de oficiales de
varias armas y amigos civiles
cercanos en los afectos y las
inquietudes, y cada semana
presidido por el señor general
Ramón Emilio Gil Bermúdez.
Era él quien daba las pautas y
siempre recordaba una inquietud sobre trascender, dejar una
huella, contribuir con el resultado de las inquietudes hacia
los comandos de Fuerza, el Comando General de las FF. MM.,
e incluso, para plantear dudas
y confidencias con el ministro
de Defensa o el primer mandatario, si fuese menester. Así se
hizo, año tras año, hasta cuando notamos sus repetidas ausencias. Pero la amistad, como
lo designios de Dios, marca rutas inescrutables. Por sendas
cirugías, terminamos compartiendo habitaciones contiguas
en el piso 12 del Hospital Militar. La cirugía de él era en extremo delicada, y la del suscrito era venial en comparación.
Hubo afán mutuo de preguntarnos por la salud del otro;
frecuentemente, en la mañana
o en la tarde, en medio de mis
caminatas pasaba a saludarlo, y
por sus respuestas daba a entender, o creyó darlo a entender, que todo marchaba a pedir
de boca, mas no era así: la lesión enorme se lo iba llevando
paso a paso, inexorablemente,
de entre nosotros.
Volví a visitarlo en dos oportunidades. Regresó a su hogar.
Hasta un último retorno sin
regreso al Hospital Militar… no
volveríamos a conversar, se silenció por siempre, y su última
frase: “¿Qué más se puede esperar?”. La nada. El grato recuerdo
de un buen hombre, de un gran
servidor a la nación colombiana. El consejero, el comandante serio y acertado, el artillero
de siempre, el profesor y, por
sobre todas las cosas, el inmejorable amigo.
Adiós por siempre ‘el Negro’
Ramón Emilio Gil Bermúdez…
¡Paz en su tumba!
Revista Fuerzas Armadas
Desde el cuarto de máquinas
Vicealmirante de la Reserva Activa Luis Alberto Ordóñez Rubio, Ph.D.
Presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en retiro, FF. MM. de Colombia
¡Guantánamo!
La base naval de Guantánamo,
estigmatizada hace algunos
años por haber sido seleccionada como lugar de reclusión
de peligrosos terroritas, fue
por mucho tiempo el centro
de entrenamiento de la flota naval de Estados Unidos y
también de países amigos. Allí,
con una importante infraestructura y personal altamente
calificado, en muchas ocasiones se prepararon buques colombianos elevando los niveles
de alistamiento para el combate y estrechando las relaciones
con el aliado del norte. Esta historia cuenta la experiencia del
ARC Boyacá, destinado a entrenamiento en esa base después de haber sido sometido a
reparaciones mayores en Mayport en 1982, y la forma como
se instituyó la destinación de
las fragatas misileras, principalmente, así como de otros bu-
ques colombianos a instrucción
periódica en esa base.
Las unidades mayores
El ARC Boyacá era una de las
unidades mayores de la flota y
la más operativa para esa época. Compartía las responsabilidades con el ARC Santander y
el ARC 7 de Agosto, bastante limitado este último en sus capacidades operativas, por su parte
el ARC 20 de Julio solo servía
como alojamiento de personal
en el muelle de BN-1. También
estaba un buque de apoyo, tipo
petrolero, el ARC Tumaco. Tres
remolcadores de mar asumieron las operaciones de patrullaje y soberanía. Dos de ellos, el
ARC Pedro de Heredia y el ARC
Rodrigo de Bastidas, de manera
casi permanente en el área de
San Andrés, Providencia y las
islas del norte. La marina traba-
jaba arduamente en la consecución de los reemplazos para
sus buques capitales, por lo que
ya se escuchaba de unas corbetas portuguesas y un poco más
adelante de las alemanas.
El Boyacá era un destructor
escolta de la clase “Courtney”
construido en la posguerra y
transferido a la Armada Nacional en 1972. Era un buque muy
marinero, con casco de acero y
superestructura de aluminio, su
propulsión era de vapor. Contaba con dos calderas que producían vapor recalentado a 600
libras de presión, una turbina
para marcha avante y otra de
menor tamaño para dar atrás.
Solamente tenía una hélice, lo
que hacía su maniobrabilidad
difícil a pesar de que tenía dos
timones. Su gran capacidad era
antisubmarina por lo que contaba con un magnífico sonar,
101
102
Número 252
dos torres triples de torpedos
y cargas de profundidad. El armamento de superficie se limitaba a un cañón de 3.50”. Una
particularidad importante era
la de contar con un generador
de emergencia movido por una
turbina de gas, algo muy novedoso para la época. Desafortunadamente nunca pude verla
operando pues era una tecnología que superaba las capacidades técnicas y logísticas de la
época. El ARC Boyacá sirvió a
la Armada Nacional hasta el año
1994 y tras su desactivación
fue partido en secciones para
poderlo transportar en camiones a la represa de Guatapé,
en Antioquia, con la intención
de preservarlo como museo
y atracción turística, proyecto
que nunca se finalizó por motivos económicos quedando las
partes esparcidas al lado de la
laguna.
Las reparaciones
mayores
Pasó todo el año 1981 sin que
se concretara la comisión a Estados Unidos. Por fortuna el
Boyacá era un buque muy operativo y las jornadas en el mar
mantenían ocupada a la tripulación que en varias ocasiones
había perdido la esperanza de
viajar a reparar su buque. Finalmente, y aunque muchos eran
escépticos, en 1982 el buque
zarpó con rumbo a la base naval de Mayport en la Florida.
Aparte de la tripulación iban los
cadetes que harían el crucero
del ARC Gloria de ese año. El
buque escuela venía de España
después de un periodo largo de
mantenimiento, para ahorrar
tiempo la travesía iniciaría en
ese puerto y no en Cartagena
de Indias como era costumbre.
Las reparaciones del Boyacá se
programaron para un máximo
de ochenta y nueve días y se
llevaron a cabo con el buque
atracado al muelle. Allí el sistema de mantenimiento intermedio del base denominado
como SIMA, Short Intermediate Maintenance Activity, hizo
un trabajo de alto nivel técnico que abarcó principalmente
las máquinas, pero también la
renovación del cañón por uno
remanufacturado, la puesta en
servicio de las torres lanzatorpedos, así como mantenimiento a los principales equipos de
cubierta. Desafortunadamente
la parte de electrónica no se
actualizó completamente y el
buque mantuvo limitaciones
en sensores, mesas tácticas y
control de tiro. Su gran potencial seguiría siendo la capacidad
antisubmarina. Por lo demás el
Boyacá quedó muy bien, pues
en paralelo la tripulación hizo
una excelente labor de recuperación de cubiertas, mamparos
y áreas interiores. El trabajo fue
arduo pero fructífero, lo que le
garantizó una larga vida.
Foto: https://1.bp.blogspot.com/-wGEyIitUFaU/
UaQeWIInk_I/AAAAAAAAAAw/pwAfRsqs5Oo/
s1600/86b27013-e038-49c6-ab3e-7d198430db2e.jpg
Foto: https://es.m.wikipedia.org/wiki/
Archivo:Guantanamo_Bay_Navy_Exchange_and_BEQ.jpg
El entrenamiento
Por una gestión del Comandante de la unidad, el señor Capitán de Fragata Jorge Orjuela
Pérez, la Marina de los Estados
Unidos autorizó que antes de
arribar a Colombia la tripulación
pudiese tener un entrenamiento intensivo en la Base Naval de
Guantánamo en la isla de Cuba,
de manera que al largar cabos
la unidad puso proa a esa nueva
experiencia. Muchos tripulantes desconocían la existencia
Foto: https://www.nytimes.com/es/2017/06/21/espanol/
opinion/el-futuro-de-la-base-de-guantanamo.html
Revista Fuerzas Armadas
Desde el cuarto de máquinas
de esa base y ninguno sospechó que podría llegar a visitarla.
Tras varios días de navegación,
que además fueron de intenso
trabajo pues el buque requería
aún de algunos ajustes y mucho
aseo, se avistó la isla de Fidel
Castro y algunas horas más
tarde el Boyacá atracaba en el
muelle asignado. La base está
localizada en el extremo sudeste de la isla, en la bahía del
mismo nombre, la cual además
sirve de canal de tránsito para
los puertos cubanos localizados en su interior. Con mucha
frecuencia veíamos pasar los
barcos de la ex Unión Soviética, con la hoz y el martillo en
sus chimeneas, que surtían a la
isla ante el bloqueo de Estados
Unidos.
El entrenamiento empezó casi
de inmediato y se prolongó por
dos semanas, abarcaba toda la
parte operativa. Iniciaba cada
día con el alistamiento para zarpe que se convirtió en la parte
más difícil. La revista empezaba
desde las sentinas, las cuales
deberían estar perfectamente
limpias, pasando luego por todos los compartimientos donde
las listas de verificación eran
revisadas detenidamente. Si no
se lograba un mínimo de puntos el buque no podía zarpar y
las consecuencias eran funestas para la calificación de toda
la unidad. Luego venían todos
los ejercicios reales de canal
barrido, baja visibilidad, perdida de gobierno, formaciones,
traspaso de carga, aprovisionamiento en el mar y zafaranchos
de todo tipo: combate, incendio, inundación, en fin, una rutina extenuante y muy cercana
a la realidad del combate naval
pero desde luego con las limita-
ciones de un buque antiguo y
sin mayores capacidades de detección y de procesamiento de
información en su CIC . El regreso a puerto era tarde y luego en la noche se debía trabajar
en alistar nuevamente la unidad
para el día siguiente. El aliciente
era ver como el nivel de entrenamiento mejoraba con cada
práctica. La tripulación terminaba extenuada y no había posibilidad de salir francos.
Los días en que no se zarpaba
se hacía entrenamiento en tierra, especialmente en control
de averías . La idea era que se
pudieran sentir los efectos de
las llamas, el humo y las inundaciones y así desarrollar las habilidades necesarias para poderlas
afrontar en caso real abordo. Se
logró capacitar a varios líderes
de grupo de reparación y generar equipos humanos coordinados y bien preparados.
Guantánamo Bay
La historia cuenta que la base
se instaló, de común acuerdo, en el año 1903, aunque la
presencia de tropas de Estados Unidos se remonta a 1898
cuando ambas naciones mantenían relaciones y Cuba había
recibido apoyo norteamericano
en la guerra por la independencia de España. Se trata de un
convenio de arrendamiento por
una suma irrisoria hoy en día,
por no haberse actualizado su
valor, y la cual dicen que Cuba
no cobra.
La base es totalmente autónoma; produce agua y genera la
electricidad que necesita. Todo
el aprovisionamiento viene de
afuera por vía marítima o aérea.
Cuida la frontera con tropas de
Infantería de Marina, Marines, y
para esa época en que tuve la
oportunidad de visitar el límite
con Cuba, mantenían un extenso campo minado y garitas de
ametralladoras para protección
de la unidad militar.
Como una particularidad, el
mar alrededor de la isla adquiere profundidad muy rápido, de
manera que una vez los buques
salen de la bahía de Guantánamo da la posibilidad de efectuar
operaciones navales muy cerca
de tierra, bien sean de entrenamiento o reales.
Las fragatas misileras
Como una buena práctica, y seguramente con la experiencia
del Boyacá, la Armada decidió
que las fragatas construidas en
Alemania y comisionadas en
1983 y 1984 tuviesen una fase
de entrenamiento en Guantánamo. Buena decisión, pues
esa experiencia permitió probar
la doctrina de operaciones y
consolidar los equipos de trabajo. A diferencia del antiguo
destructor escolta los nuevos
buques contaban con todas las
capacidades y con los equipos
electrónicos operativos y de última tecnología, de manera que
el entrenamiento se hizo más
fructífero e integral, abarcando
todas las guerras y forzando a
la tripulación a dar lo máximo.
El ARC Independiente fue la
última unidad en ser entregada
por el astillero HDW . Se recibió el 26 de junio de 1984 y
permaneció por cuatro meses
más en Alemania en manos de
la tripulación colombiana. Durante ese tiempo se siguieron
103
104
Número 252
haciendo ajustes, calibraciones
y continuas operaciones en el
mar para que el astillero lograra
los estándares requeridos por
la Comisión Inspectora, pues
se había decidido que fuera el
buque prototipo y el referente
para el afinamiento definitivo
de las otras tres fragatas ya en
Colombia y en periodo de garantía.
La FM-54 arribó a Cartagena
en plenas fiestas de noviembre
y unos días más tarde zarpó
para Guantánamo, bajo el comando del señor CN Jorge Beltrán (q.e.p.d), a su fase de tres
semanas de entrenamiento. A
diferencia del Boyacá; construido y operado por años por
la US Navy, los buques alemanes eran todo un enigma para
los instructores; en poco espacio estaban concentradas todas
las capacidades para guerra de
superficie, antiaérea, antisubmarina y electrónica. Contaban
con tripulación reducida por
los altos niveles de automatización, solamente dos grupos
de reparaciones y una doctrina diseñada por colombianos.
Para el autor de este artículo,
esa segunda experiencia en
Guantánamo fue mucho más
productiva e indudablemente se aprendió a sacarle todo
el potencial a unos buques de
guerra realmente maravillosos y
con grandes capacidades, como
el tiempo lo ha demostrado.
Sin embargo, mi mejor experiencia fue en 1992, a bordo
del ARC Caldas, cuando por
tercera vez y ocupando el cargo de Ingeniero Jefe, visitaba
Guantánamo. Para los buques
colombianos era de las últimas idas a esa base, pues por
decisión de la Navy se cambió
el lugar de entrenamiento de
la flota y por parte de Colombia se desarrolló el proyecto
de convertir a la Base Naval
de Bahía Málaga en centro de
entrenamiento. En esa ocasión
coincidieron varios hechos: las
tripulaciones colombianas ya
estaban maduras y muy experimentadas; los instructores de
la Navy ya conocían los buques,
sus capacidades y los procedimientos, pero además se había
implementado la metodología
de los instructores de abordo,
lo que permitía que algunos
tripulantes sirvieran de evaluadores de los equipos de trabajo
y ellos a su vez fueran calificados por los norteamericanos.
Grandes retos para el señor CF
José Luis Cuenca, Comandante
de la Unidad, pues había mayor exigencia. Varios oficiales y
suboficiales logramos calificarnos como instructores de la US
Navy. La motivación de estar
en comisión en el exterior y la
oportunidad de adquirir a muy
buen precio presentes para la
familia, fueron estímulos que
reforzaron el espíritu luchador
que siempre distingue a los marinos colombianos.
Para ese entonces también la
base de Guantánamo contaba con todas las facilidades de
cualquier ciudad en territorio
americano: restaurantes, almacenes libres de impuestos,
lugares de esparcimiento y
además una población flotante
mucho mayor de la encontrada
en las dos ocasiones anteriores
ya que había un componente
del Ejército (Army), que tenía la
misión de atender los campamentos de refugiados haitianos
que salían de su isla buscando
oportunidades y muchas veces
naufragaban en el camino hacia Key West y otras áreas de
la Florida.
En resumen
Guantánamo marcó una época
donde generaciones de marinos
colombianos se prepararon al
más alto nivel en operaciones
en el mar. La experiencia de conocer y vivir en una de las bases
más emblemáticas y llena de
historia, enriqueció y dejó huella
en la bitácora personal de quienes tuvimos la fortuna de entrenarnos allí. Aún en las cámaras
de tripulación de nuestros buques hay partes de los drones
derribados con precisión por las
tripulaciones nacionales. Ver a
los actuales grupos móviles de
entrenamiento, portando sus
uniformes y gorras distintivas,
demuestran que la cultura adquirida desde aquellas épocas
caló y se quedó para siempre
en la Armada Nacional. No es
solo tener buenos buques sino
lograr la amalgama máquina y
talento humano; solo así se ganan las guerras en el mar. Han
pasado más de veinte años desde que las últimas tripulaciones
colombianas visitaron Guantánamo. En la actualidad todo
el entrenamiento se hace por
cuenta propia y se prueba en
las operaciones multinacionales
de entrenamiento, como Unitas,
Panamax, Rimpac, entre otras.
O las reales contra el narcotráfico, como Orión en sus cinco
versiones llevadas a cabo hasta
la fecha.
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
Modelo de
alcalde militar
Coronel (RA) Héctor Álvarez Mendoza
Miembro del Consejo Editorial, Revista Fuerzas Armadas
En esta ocasión consideramos
propicio recordar la historia de
un modesto campesino boyacense, nacido en el municipio
de San José de Pare (Boyacá) el
15 de febrero de 1918 y muerto en Garagoa (Boyacá) el 14 de
junio de 2009, y quien, voluntaria y sinceramente convencido de su vocación de servicio
a los demás, decidió ingresar a
la Policía Nacional con el grado
de agente, carrera en la cual, a
pulso y con el respaldo exclusivo de sus propios méritos,
sus virtudes y su probada honestidad profesional, alcanzó
los más altos peldaños en el
escalafón de la suboficialidad
de la institución. Se trata de
don Celso Parra Camacho, sargento viceprimero de la Policía
Nacional, quien fue nombrado
en 21 oportunidades diferentes como alcalde militar de los
municipios boyacenses de San
José de Pare, Muzo, Almeida,
Somondoco, Belén, Chinavita,
La Uvita, Jenesano, Ramiriquí,
Tibaná, Turmequé, Villa de Leyva, Monguí, Pauna, Pesca, La
Capilla, Chiquinquirá y Chita,
y, además, en una ocasión, en
el municipio cundinamarqués
de La Peña. En algunos de los
municipios de Boyacá antes
relacionados, ocupó el cargo
de alcalde en más de una ocasión.
Su peculiar saga como multialcalde modelo se inició en
1949, cuando el general Carlos Bejarano Muñoz, en ese
entonces gobernador de Boyacá, lo designó como alcalde
militar de San José de Pare, su
patria chica, a fin de que devolviera la tranquilidad a esa
zona del departamento, gravemente afectada en esos tiem-
105
106
Número 252
Foto: https://www.policia.gov.co/sites/default/files/publicaciones-institucionales/libro-nuestras-historias-edicion-6.pdf
pos por la violencia partidista, el desorden y el deterioro
económico y social resultante.
Durante su gestión, el sargento Parra Camacho, sin afectar
el exiguo presupuesto municipal de ese entonces y sin malgastar un solo peso, adelantó
un ingenioso plan de obras
públicas tan elementales como
indispensables para el bienestar de los habitantes, desterró
del vecindario a los violentos
y los vagos, pacificó el municipio y devolvió a la zona la paz
y el consiguiente progreso y la
tranquilidad en todos los aspectos de la vida de esa comunidad. Fue tan exitosa la labor
del novel alcalde militar que
poco después fue nuevamente llamado a gobernar, ahora
en el municipio de Muzo, azotado, a su vez, por problemas
de violencia política, desgreño
administrativo y deterioro pro-
gresivo de la calidad de vida de
sus ciudadanos.
y empezar a cumplir con sus
tareas.
No obstante, cuando acudió
a Muzo a tomar posesión de
su nuevo cargo, los habitantes
del municipio, aupados por el
alcalde saliente, el personero,
los empleados municipales,
los caciques políticos y hasta
el párroco local, escoltado por
su equipo de monaguillos y las
beatas de la Legión de María,
rechazaron ruidosamente el
nombramiento y organizaron
una manifestación de protesta y repudio al nuevo policía
alcalde, y mediante una amenazadora y agresiva multitud,
armados con machetes, garrotes, pancartas y con las mujeres y los niños del pueblo por
delante, bloquearon las vías de
acceso a la población para impedir que el nuevo funcionario
pudiera entrar a posesionarse
Al pobre y rechazado sargento Parra le tocó retirarse del
escenario, esperar la oscuridad de la noche y colarse por
debajo de alguna cerca para
entrar furtivamente al pueblo,
asaltar la alcaldía y amanecer
sentado y posesionado de su
despacho, de donde, con la
pistola cargada sobre el escritorio, ya no pudo ser expulsado. Luego de un año de exitosa labor al frente de la alcaldía,
el gobierno departamental lo
trasladó como alcalde militar
del municipio de Chinavita;
pero, enterados del traslado,
los habitantes de Muzo, los
mismos que bloquearon su ingreso al pueblo un año antes,
repitieron el bloqueo de todas
las vías de salida… pero esta
vez, para impedir por la fuerza
Revista Fuerzas Armadas
Memorias de un Policia
que su ahora querido alcalde
abandonara el municipio. Así
que al sargento Parra Camacho le tocó nuevamente acudir a su ingenio y aprovechar la
oscuridad de la noche para escabullirse y escapar del afecto
de sus agradecidos conciudadanos, para poder acudir a
atender sus nuevas responsabilidades.
Los mismos sentimientos de reconocimiento y gratitud fueron
experimentados en todas las
demás poblaciones donde el
sargento Celso Parra Camacho,
sin aspavientos, con las manos
limpias y la frente en alto, sin
usar ni dejar tras de sí contrataciones sospechosas, ni recursos municipales esquilmados,
comprometidos ni raspados
hasta el fondo, ni alianzas poco
transparentes ni demás triquiñuelas escandalosas, cumplió
cabalmente con sus deberes
de honesto y diligente mandatario; modesto, pero inmenso,
paradigma de lo que debe ser
un buen funcionario público,
tal como lo necesitan y lo esperan sus gobernados; es decir, un servidor público común
y corriente. Tal como debe ser.
A mediados de 2018, la Escuela de Suboficiales y Nivel
Ejecutivo “Gonzalo Jiménez
de Quesada”, de la Policía
Nacional, situada en Sibaté,
Cundinamarca, organizó una
solemne ceremonia en honor
al sargento viceprimero Celso
Parra Camacho, evento que
contó con la presencia de su
viuda, la señora Lucila Sierra
Perilla de Parra, los siete hijos de la pareja, sus nietos y
otros miembros de su orgullosa familia, en una celebración
auspiciada por la Academia de
Historia de la Policía Nacional,
por iniciativa de su presidente, el general Guillermo León
Diettes Pérez (q.e.p.d.). Con
motivo de esta ceremonia, el
general Jorge Hernando Nieto
Rojas, en ese momento director general de la Policía Nacional, en un emotivo mensaje
manifestó, entre otras cosas:
“Difícil encontrar un colombiano que haya sido alcalde
de 21 municipios, como lo fue
este excelso policía boyacense por allá en los tiempos de
La Violencia, en una época en
que nadie quería asumir responsabilidades públicas, cuando la desesperanza y el terror
se apoderaron de Colombia.
Policías como el sargento Parra son héroes de la cotidianidad, expertos en abrir caminos inexpugnables en aras de
soluciones pragmáticas a los
107
108
Número 252
problemas de nuestra gente. Lo hacen en
tiempo real, sin tanto papeleo, sin tantos
formalismos. Ellos son dignos exponentes
de la capacidad del ser humano para crear
de la nada, en medio de la dificultad y la
adversidad. Echan mano de su liderazgo,
de su bondad y de su amor por el prójimo,
para cambiar la tristeza por esperanza, para
convertir los sueños en realidad”.
Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_San_Francisco_(Tunja)
Foto: https://co.pinterest.com/pin/483996291175335890/
Foto: http://chiquinquiraboy.blogspot.com/2010/06/historia.html
La importancia, el tamaño y la trascendencia
de las obras y las ejecutorias administrativas del sargento Celso Parra Camacho son
lo de menos. Probablemente, aparte de la
pacificación de cada uno de los municipios
por los que pasó, los parques públicos, los
acueductos y las plazas de mercado que
dejó funcionando en cada localidad y la empedradura de la plaza principal y las calles
de Villa de Leyva, pocos recuerden alguna
de sus obras materiales que haya perdurado
y sobrevivido en el tiempo. Pero lo que sí
resulta inolvidable es el sitial que dejó en el
corazón y en el recuerdo de sus gobernados
durante el desempeño de sus 21 encargos
municipales. Eso sí que no tiene precio, parangón ni antecedentes en nuestro país. Y
quizá, salvo algún exótico caso del cual no
tengo conocimiento, tampoco en el mundo
entero.