Nutr Hosp. 2015;32(2):951-951
ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ
S.V.R. 318
Original / Otros
Enfermedades neurodegenerativas; aspectos nutricionales
Daniel A. de Luis1, Olatz Izaola1, Beatriz de la Fuente1, Paloma Muñoz-Calero2, Angeles Franco-Lopez3
1
Medicine School and Unit of Investigation, Center of Investigation of Endocrinology and Nutrition, Hospital Rio Hortega,
University of Valladolid, Valladolid. 2Servicio de Psiquiatría, Hospital Universitario de Móstoles, Madrid. 3Servicio de
Radiologia, Hospital Universitario Sant Joan, Alicante (España).
Resumen
NEURODEGENERATIVE DISEASES;
NUTRITIONAL ASPECTS
Introducción: las enfermedades neurodegenerativas producen alteraciones en el nivel de conciencia o en los mecanismos de la deglución que con frecuencia hacen necesario
un soporte nutricional especializado.
Objetivo: revisar el riesgo de desnutrición, así como su
tratamiento, en pacientes con enfermedad cerebral vascular, enfermedad de Parkinson, demencia y esclerosis lateral
amiotrófica.
Desarrollo: las enfermedades neurológicas degenerativas
son una de las principales indicaciones de soporte nutricional en nuestro país. En los procesos agudos (enfermedad
vascular cerebral), el correcto manejo nutricional se relaciona con una mejor evolución y con una disminución de las
complicaciones. En los procesos neurodegenerativos crónicos (esclerosis lateral amiatrófica y demencia), la malnutrición es un problema importante que empeora el pronóstico
de estos pacientes siendo, necesario un correcto manejo de
la disfagia y sus complicaciones, así como la utilización de
diferentes etapas de soporte nutricional. Una correcta valoración nutricional de estos pacientes, así como un claro
esquema de intervención nutricional, es imprescindible en
el seguimiento de su enfermedad. Por último, en la enfermedad de Parkinson avanzada, el soporte nutricional, como
en las enfermedades neurodegenerativas anteriores, es de
vital importancia, sin olvidarnos de la carga proteica y su
distribución en la dieta de estos pacientes. Las sociedades
científicas internacionales (American Society for Parenteral
and Enteral Nutrition ASPEN) recomiendan, con un grado
de evidencia B, realizar un cribaje de malnutrición a los pacientes con enfermedades neurológicas.
Conclusiones: una correcta valoración nutricional, así
como un adecuado soporte nutricional deben formar parte
del proceso diagnóstico y terapéutico de estas enfermedades.
Introduction: neurodegenerative diseases cause changes in the level of consciousness or swallowing mechanisms that often necessitate a specialized nutritional support.
Objective: review the risk of malnutrition and its treatment in patients with cerebral vascular disease, Parkinson’s disease, dementia and amyotrophic lateral sclerosis.
Development: degenerative neurological diseases are
one of the main indications for nutritional support in our
country. In acute processes (cerebral vascular disease),
proper nutritional management is related to better outcomes and reduced complications. In chronic neurodegenerative processes (amyotrophic lateral sclerosis and
dementia), malnutrition is a major problem that worsens
the prognosis of these patients, the proper management
of dysphagia and its complications, as well as the use of
different stages of support being necessary nutritional.
A correct nutritional evaluation of these patients and a
right nutrition intervention is essential in monitoring
their disease. Finally, in advanced Parkinson’s disease,
nutritional support, as in previous neurodegenerative diseases, is of huge importance. Protein dietary load and its
distribution in the diet of these patients are important,
too. Finally, American Society for Parenteral and Enteral
Nutrition ASPEN recommend, with a degree of evidence B, performing a screening of malnutrition in patients
with neurological diseases.
Conclusions: a correct nutritional evaluation and adequate nutritional support should be part of diagnostic
and therapeutic process of these diseases.
(Nutr Hosp. 2015;32:951-951)
(Nutr Hosp. 2015;32:951-951)
Abstract
DOI:10.3305/nh.2015.32.2.9252
DOI:10.3305/nh.2015.32.2.9252
Palabras clave: Enfermedad cerebral vascular. Demencia.
Enfermedad de Parkinson. Esclerosis lateral amiotrófica.
Desnutrición. Soporte nutricional.
Key words: Cerebral vascular disease. Dementia. Parkinson’s disease. Amyotrophic lateral sclerosis. Malnutrition. Nutritional support.
Correspondencia: Daniel A. de Luis.
Center of Investigation of Endocrinology and Clinical Nutrition.
Medicine School. Valladolid University.
C/ Los Perales 16 . Simancas.
47130. Valladolid, Spain.
E-mail:
[email protected]
Recibido: 12-V-2015.
Aceptado: 12-VI-2015.
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Introducción
Enfermedad vascular cerebral
Las enfermedades neurodegenerativas producen
alteraciones en el nivel de conciencia o en los mecanismos de la deglución que frecuentemente obliga
a un soporte nutricional especializado, tanto a nivel
hospitalario como domiciliario. Los datos sobre nutrición enteral domiciliaria (NED) recogidos por el
grupo de trabajo NADYA muestran que más del 40%
de los pacientes que recibieron este soporte nutricional en España en el año 2010 sufrían una enfermedad
neurológica1. Estos resultados son muy similares a los
encontrados por nuestro grupo en el Area de Salud de
Valladolid2.
Los factores que están relacionados con la malnutrición en los pacientes neurológicos son; ingesta inadecuada, alteración del tracto gastrointestinal, variaciones en el gasto energético y el propio tratamiento
farmacológico recibido (Tabla I). De manera individual, merece la pena citar el efecto sobre la situación
nutricional que produce la disfagia. Además de empeorar la situación nutricional, favorece el desarrollo
de infecciones por aspiración; que a su vez favorece
el desarrollo de malnutrición, cerrando así un círculo
vicioso3. Por tanto estos pacientes, son pacientes de
alto riesgo nutricional. Por ello las sociedad científicas
Americana de Nutricion (American Society for Parenteral and Enteral Nutrition ASPEN) recomienda, con
un grado de evidencia B, realizar un cribaje de malnutrición a los pacientes con enfermedades neurológicas.
En esta revisión, vamos a detenernos en diferentes enfermedades neurodegenerativas: la enfermedad
vascular cerebral, la demencia, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiatrófica, revisando
aspectos específicos de la situación nutricional de los
pacientes con estas enfermedades así como peculiaridades del soporte nutricional adecuado en cada situación.
Es necesario tener en cuenta que cuando se produce un accidente cerebral vascular hasta el 20% de los
pacientes ya presentan malnutrición, en relación sin
duda con la edad avanzada . Tras el accidente, el estado nutricional empeora por disfagia y déficits neurológicos que dificultan la alimentación. La presencia de
malnutrición en estos pacientes va a incidir de manera
negativa sobre su pronóstico al incrementar la morbilidad (infecciones, úlceras cutáneas), complicaciones,
y estancia hospitalaria (citas).1. Como comentábamos
en la introducción, la disfagia empeora considerablemente la situación nutricional y la evolución de estos
pacientes (Figura 1). Puede afectar hasta a un 50% de
los pacientes y se asocia con una mayor morbimortalidad1,4.
Los equipos médicos y de enfermería deber estar
sensibilizados ante este problema, tanto para su diagnóstico como para instaurar medidas de intervención
nutricional. Desde una primera etapa se debe valorar
durante el ingreso la posible disfagia del paciente, con
pruebas relativamente sencillas de realizar como son
la detección del reflejo nauseoso, la evaluación de la
sensibilidad faríngea, la observación de los movimientos deglutorios y la aparición de síntomas y signos de
atragantamiento o aspiración después de la deglución
(Tabla II). En la práctica clínica real, la prueba más
utilizada es el test del agua2, que consiste en administrar unos 10 ml de agua al paciente y observar la aparición de tos o alteraciones de la voz, a pie de cama.
A pesar de su sencillez presenta una sensibilidad del
76% y una especificidad del 59%. La especificidad de
este test se puede aumentar con la administración de
volúmenes y texturas diferentes, utilizando espesantes
o gelatinas. Podemos por otra parte también utilizar la
videofluoroscopia, que se puede considerar la prueba
de elección para la evaluación de la disfagia, pero no
Tabla I
Factores relacionados con malnutrición en enfermedades neurológicas crónicas
Disfunción gastrointestinal
• Nauseas y vómitos (hipertensión intracraneal , fármacos)
• Gastroparesia (hipertensión intracraneal, lesiones cuarto ventrículo, disfunción autonómica, fármacos)
• Estreñimiento (disminución motilidad intestinal, disminución aporte fibra y fluidos, disfunción autonómica, fármacos,
debilidad musculatura abdominal, encamamiento)
Disminución de la ingesta
• Depresión
• Deterioro cognitivo
• Dificultades en masticación.
• Disfagia
Alteraciones en gasto energético
• Disminuido en desnutridos
• Variable en Parkinson y esclerosis lateral amiatrófica
• Aumentado en corea de Huntington
Efectos secundarios con repercusión nutricional de los fármacos neurológicos
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Disfagia
Desnutrición
Inmunodepresion
Alteraciones cicatrización
Descenso masa magra
Incremento
de infecciones
Descenso del
status funcional
Descenso de la habilidad
de deglutir-disfagia
está disponible en la mayoría de los centros. Por último, la fibroscopia nos da información acerca de la
movilidad y sensibilidad faríngea y permite visualizar
de forma directa la deglución, pero no el problema de
la aspiración.
Una vez que hemos evaluado a nuestro paciente
con enfermedad cerebral vascular, tenemos que plantearnos cuáles son sus necesidades nutricionales. Lo
primero que tenemos que tener claro es que los requerimientos de estos pacientes no difieren a los de la
población general, a no ser que presenten alguna otra
patología adicional, como puede ser una ulcera por presión o un proceso infeccioso respiratorio, en los cuales
los requerimientos energéticos y proteicos aumentan
considerablemente. Siendo suficiente en muchos de
Fig. 1.—Circulo vicioso disfagia y
manutricion.
ellos la recomendación de determinadas medidas posturales que pueden ser de utilidad para ayudar a una
deglución segura. En algunos pacientes de manera adicional puede ser necesario iniciar una dieta modificada
de textura, por ejemplo en pacientes con disfagia para
sólidos será necesario realizar una dieta triturada. Con
frecuencia, la disfagia es para líquidos y deberemos
espesar el agua con productos artificiales (módulos de
espesante) o con medidas caseras (gelatina, féculas,
papillas de cereales, puré de patata en polvo, maicenas,
etc). El espesante debe añadirse en pequeñas cantidades, esperar al menos 10 minutos para valorar la consistencia alcanzada, e incrementarse progresivamente
hasta conseguir la textura buscada en cada paciente de
manera individual. Debemos tener en cuenta que este
Tabla II
Síntomas clínicos directos e indirectos de disfagia.
Fase de la deglución
Sintomas indirectos
Fase esofagica
Vómitos, regurgitación, reflujo.
Fase faringea
Congestión, tos al ingerir líquidos o sólidos, múltiples esfuerzos deglutorios para tragar un bolo
alimenticio, dolor al tragar, movimientos deglutorios audibles, aspiración de alimentos o saliva.
Fase oral
Estasis en la cavidad oral, almacenamiento de alimentos en los carrillos, exceso de tiempo en al
masticación.
Fase oral preparatoria
Reducción en el control de la lengua, reducción en el cerrado de los labios, debilidad de la
musculatura facial, fallo en beber por una copa.
Sintomas directos
Rehusar a comer
Aversión a los alimentos
Episodios neumónicos de repetición
Perdida de peso
Anorexia
Malnutrición
Deshidratación
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Daniel A. de Luis y cols.
espesante también aporta calorías. Las texturas que
podemos alcanzar se resumen a continuación:
– Textura néctar: los líquidos pueden beberse en
una taza, o con ayuda de una pajita.
– Textura miel: los líquidos se pueden beber en una
taza, pero no con una pajita.
– Textura pudding: deben tomarse con una cuchara.
Desde un punto de vista cuantitativo, esta textura
puede ser medida en términos de viscosidad en centipoises (cp). Los rangos de las diferentes texturas en los
líquidos serían; liquidos finos (1-50 cP), néctar 51-350
cP, miel 351-1750 cP y pudding > 1750 cP.
En este grupo de pacientes se ha desarrollado el concepto de Alimentación Básica Adaptada (ABA), consistente en alimentos de textura modificada para pacientes
con disfagia, de alta densidad calórica e hiperproteicos
y listos para su consumo. Tienen como ventaja que no
precisan de elaboración, su seguridad microbiológica,
su seguridad en cuanto a la ausencia de presencia de
espinas, huesos u otros residuos peligrosos y que garantizan un aporte de macro y micronutrientes conocido.
Por otra parte debemos evitar el uso sin una valoración
nutricional previa del paciente de suplementos nutricionales en la enfermedad vascular cerebral, habiéndose
demostrado que su administración no aporta beneficio
alguno (estudio FOOD 11,6), debiéndose administrarse
en pacientes malnutridos al ingreso o cuyo estado nutricional se deteriora durante el mismo.
Por último tenemos la opción de usar el soporte nutricional enteral (NE) por sonda nasogástrica (SNG),
estando indicado cuando el paciente no puede recibir
alimentación oral por un periodo de al menos 7 días o
5 días si estamos ante un paciente ya malnutrido. Si la
NE se prolonga por encima de 1 mes, se utiliza como
vía de acceso una gastrostomía por vía endoscópica o
radiológica (Tabla III).
Otra de las cuestiones a debate es si el inicio precoz
de este tipo de soporte puede añadir ventajas, el estudio
FOOD6 no demostró una ventaja entre el inicio precoz
(< 72 horas) o diferido de la nutrición enteral sobre la
mortalidad u otras complicaciones. La vía de administración de elección sería la sonda nasogástrica, ya que
tampoco la colocación temprana de gastrostomías ha
demostrado ventajas6. Como comentábamos inicial-
mente los requerimientos nutricionales de estos pacientes no difieren de la población de su misma edad y sexo,
de este modo la fórmula de elección es una polimérica,
normoproteica y normocalórica y con fibra.
Cuando tengamos ya al paciente estable y con un
buen nivel de alerta, asi como una deglución segura, se puede iniciar la transición hacia la alimentación
oral. El primer paso será administrar la NE en forma
de bolos (150-300 ml según necesidades) cada 3 horas
para monitorizar su tolerancia y aumentar la sensación
de apetito. Posteriormente, se administrarán pequeñas
cantidades de puré antes de los bolos, en los horarios
de las comidas habituales, pudiendo incluso administrar
solo la nutrición enteral en forma continua en horario
nocturno. Progresivamente, se aumentará la cantidad de
dieta oral y se disminuirá la de NE, hasta que el paciente
sea capaz de cubrir el 75% de sus requerimientos energéticos mediante dieta oral durante al menos 3-5 días,
en este momento podemos retirar la SNG, siguiendo las
recomendaciones de la sociedad ESPEN (Sociedad Europea de Nutricion enteral y parenteral)7.
Demencia
La prevalencia de malnutrición en el paciente con
demencia puede superar el 70%8. Las causas de esta
malnutrición en la demencia se relacionan con factores
como; anorexia, disfagia y pérdida de autonomía para
alimentarse. La autonomía para alimentarse puede medirse con diversas herramientas, pero la más sencilla y
que podemos utilizar a pie de cama es la Eating Behavior Scale9 (Tabla IV). De manera similar a lo que comentábamos en los pacientes con enfermedad cerebral
vascular, los requerimientos energéticos y nutricionales
de estos pacientes son los mismos que en las personas
de sus mismas características, a no ser que tengan alguna complicación. En lo que hace referencia a las recomendaciones dietéticas de inicio, debemos recomendar
que las ingestas se realizen en pequeñas cantidades y de
forma fraccionada (5-6 tomas), con un alto contenido
calórico y un aporte suficiente de todos los nutrientes,
en un horario fijo, en un ambiente tranquilo y sin distracciones. Con respecto a la textura de los alimentos
se adaptará a la situación deglutoria del paciente como
analizábamos en el apartado anterior10.
Tabla III
Recomendaciones ESPEN (Sociedad Europea de Nutrición enteral y parenteral) (ref 7)
Grado de
evidencia
Recomendación
A
Si disfagia post-ictus, nutrición enteral para asegurar aporte nutricional y mantener/mejorar situación nutricional.
En la disfagia neurológica es preferible la gastrostomía endoscópica a la sonda naso gástrica para el soporte
nutricional a largo plazo, ya que se asocia a menos fallos del tratamiento y a un mejor estado nutricional.
C
La Nutricion enteral debe acompañarse de rehabilitación intensa de la deglución hasta que sea posible una ingesta
oral suficiente y segura.
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Tabla IV
Eating Behavior Scale (ref 9)
Capacidad de comenzar a comer
Capacidad de atención
Capacidad de localizar la comida
Capacidad de manejar cubiertos
Masticación - deglución
Capacidad de acabar la comida
Independiente
Necesita órdenes
Necesita ayuda
Dependiente
3
3
3
3
3
3
2
2
2
2
2
2
1
1
1
1
1
1
0
0
0
0
0
0
Puntuación total
La utilización de suplementos orales y/o nutrición
enteral en pacientes con demencia y en situación de
malnutrición puede aumentar el peso corporal y la masa
magra, pero no existen datos en la literatura que demuestren una reducción de la morbimortalidad. En una
revisión Cochrane sobre el empleo de nutrición enteral
en pacientes con demencia, no se observaron beneficios
sobre la esperanza de vida o el desarrollo de úlceras de
decúbito11. Con respecto a la vía de acceso para el soporte enteral, las guías de la Sociedad Europea de Nutrición enteral y Parenteral recomiendan una indicación
individualizada y restrictiva de la gastrostomía en estos
pacientes7,12. Ya que los requerimientos nutricionales
no difieren de la población de su misma edad y sexo,
de este modo la fórmula de elección es una polimérica,
normoproteica y normocalórica y con fibra.
Esclerosis lateral amiotrófica
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se produce por una alteración de las neuronas de la vía piramidal. Se distinguen dos formas de ELA, la ELA de
inicio espinal, que comienza con trastornos motores en
las extremidades, y ELA de inicio bulbar, con trastornos motores de los pares craneales, esta última forma
clínica produce una mayor afectación nutricional. La
malnutrición es un factor pronóstico independiente de
supervivencia, pudiendo alcanzar una prevalencia de
hasta un 50%. Las causas de esta malnutrición se relacionan con una disminución de la ingesta y con un
aumento de los requerimientos energéticos13. De este
modo junto a la lesión neuronal se va a añadir una disminución de la masa magra con una clara limitación de
la musculatura respiratoria, incrementando el riesgo de
infecciones y la mortalidad14.
Desde el punto de vista de los requerimientos energéticos son más elevados que en una persona de sus
mismas características, y debemos centrarnos en disminuir el deterioro nutricional y prevenir las complicaciones de la disfagia. Las modificaciones dietoterápicas son especialmente importantes en esta enfermedad
en estadios tempranos y hasta el inicio de la disfagia.
Uno de los objetivos es incrementar la ingesta median-
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te alimentos altamente calóricos, pudiendo también
utilizar suplementos nutricionales hipercalóricos7. Para
manejar la disfagia, modificaremos la consistencia de
la comida mediante técnicas culinarias o espesantes
artificiales, evitando alimentos de diferentes texturas.
Sin olvidarnos de la postura del paciente a la hora de
recibir los alimentos y de una serie de técnicas de fisioterapia de la deglución que mejoraran la disfagia15. No
debemos olvidar tampoco que la simple inclusión de
estos pacientes en un protocolo de valoración e intervención nutricional puede mejorar su supervivencia16.
Ante un paciente que presente una desnutrición severa o que su disfagia impida un aporte oral adecuado,
puede requerirse un soporte nutricional artificial. La
utilización de gastrostomía endoscópica percutánea
(PEG) ha demostrado una mejoría en la supervivencia en estudios de cohortes prospectivos17, así como
de la ingesta nutricional y el peso18. Debido al carácter progresivo de la enfermedad, es necesario plantear
una implantación precoz de la PEG, cuando el paciente
aún mantiene la tolerancia oral. La sonda nasogástrica
sería la vía de elección en pacientes con mal estado general, en los que está contraindicada una intervención
más agresiva, como es una endoscopia para colocar
la gastrostomía. El papel de la nutrición parenteral en
estos pacientes, en los periodos terminales permanece
todavía controvertido19.
Enfermedad de Parkinson
Desde el punto de vista nutricional el paciente con
una enfermedad de Parkinson avanzada puede presentar los mismos problemas nutricionales que un paciente con demencia, presentado desnutrición y problemas
importantes en la deglución, siendo de utilidad para
estos pacientes todas las recomendaciones que comentábamos en el apartado de la demencia.
No obstante de manera específica en el paciente con
Parkinson debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones dietéticas en relación con el aporte proteico de su dieta20. El contenido de proteínas de la dieta
puede interferir con el tratamiento farmacológico de
la L-dopa. La absorción del fármaco se produce en el
intestino delgado a través de la proteína transportadora
Daniel A. de Luis y cols.
de aminoácidos de cadena larga; estos aminoácidos interfieren con su absorción intestinal y con el paso a través de la barrera hematoencefálica. Teniendo en cuenta que una restricción proteica de la dieta puede tener
efectos negativos en el estado nutricional del paciente,
se recomienda administrar la medicación una hora antes de la ingesta de alimentos proteicos. Si a pesar de
esta medida, el enfermo presentase fluctuaciones en su
estado motor en relación con la absorción del fármaco,
puede pautarse una dieta con un aporte proteico diurno
restringido y un elevado contenido en proteínas (hasta
alcanzar requerimientos) en la cena y recena.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Conclusiones
Las enfermedades neurológicas degenerativas son
una de las principales indicaciones de soporte nutricional en nuestro entorno. En los procesos agudos
(enfermedad vascular cerebral), el correcto manejo
nutricional se asocia con una mejor evolución, desde el punto de vista funcional y de la prevención de
complicaciones. En los procesos neurodegenerativos
crónicos (esclerosis lateral amiatrófica y demencia), la
malnutrición es un problema importante que empeora
el pronóstico de estos pacientes, el correcto manejo de
la disfagia y sus complicaciones, así como la utilización de diferentes etapas del soporte nutricional, hace
que una correcta valoración nutricional de estos pacientes y un esquema de intervención nutricional sean
muy importantes en el seguimiento de su enfermedad.
Por último, en la enfermedad de Parkinson avanzada,
el soporte nutricional como en las enfermedades neurodegenerativas anteriores es de vital importancia. Por
otra parte la interferencia de la dieta (proteínas) con
la absorción de la medicación se debe tener en cuenta
en esta patología, a la hora de diseñar al dieta de estos
pacientes.
Por ello, una correcta valoración nutricional así
como un adecuado soporte nutricional deben formar
parte del proceso diagnostico y terapéutico de estas
enfermedades
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
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