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Torca de Aloños. Villacarriedo (Cantabria)

2019, Gota a Gota

RESUMEN: En este artículo se muestra una parte del estudio llevado a cabo por la Agrupación Espeleológica GET en la Torca de Aloños (Villacarriedo, Cantabria). Aunque la cavidad es conocida desde siempre al estar situada en el centro de la población, apenas existía información de la misma en el momento de abordar nuestro trabajo. ABSTRACT: This article shows a part of the study carried out by the Agrupación Espeleológica GET in Torca de Aloños (Villacarriedo, Cantabria). Although the cave was always known because it's located in the center of the village, there was not too much information about it when we started our work.

SECCIÓN EXPLORACIONES Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 TORCA DE ALOÑOS (ALOÑOS, VILLACARRIEDO, CANTABRIA) José Francisco Gallardo Bernal1, José Martínez Hernández2 y Fernando Villaverde Mora3 Agrupación Espeleológica GET 1 [email protected] 2 [email protected] 3 [email protected] La torca vista desde la parte más profunda, donde hay techos que amenazan con colapsarse definitivamente. Foto: José Martínez RESUMEN: En este artículo se muestra una parte del estudio llevado a cabo por la Agrupación Espeleológica GET en la Torca de Aloños (Villacarriedo, Cantabria). Aunque la cavidad es conocida desde siempre al estar situada en el centro de la población, apenas existía información de la misma en el momento de abordar nuestro trabajo. PALABRAS CLAVE: Cantabria, Aloños, San Fructuoso, torca. ABSTRACT: This article shows a part of the study carried out by the Agrupación Espeleológica GET in Torca de Aloños (Villacarriedo, Cantabria). Although the cave was always known because it's located in the center of the village, there was not too much information about it when we started our work. KEY WORDS: Cantabria, Aloños, San Fructuoso, torca. © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 87 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 esta cueva el santo cuyo nombre lleva. Dicen que es muy grande; pero nadie la ha reconocido. Cuando visitamos la localidad (lugar de Aloños), no encontramos quien nos diera noticia exacta de su situación. ANTECEDENTES Nuestro vínculo con la torca se establece cuando el Ayuntamiento de Villacarriedo decide recuperar esta cavidad, un espacio hasta ese momento muy deteriorado y en mal estado de conservación, mediante un ambicioso Proyecto de recuperación integral que fuera capaz de rescatarlo de su anterior abandono. En el proceso previo de valoración del Proyecto, nuestra Agrupación recibió el encargo de realizar los estudios pertinentes para ver su posible viabilidad. Las últimas noticias relacionadas con la torca refieren un curioso rescate efectuado en el año 2015. A principios de ese año una novilla se precipitó al interior de la misma quedando malherida en su fondo tras la caída. Fue necesario el concurso de los bomberos que desplazados al lugar la rescataron dos días más tarde. A pesar de lograr reunir una información tan escasa, aceptamos el nuevo reto con ilusión y en un par de sesiones de trabajo conseguimos dar forma a un informe que posteriormente presentamos al alcalde de esta localidad. EL ENTORNO FÍSICO Preparando el material, en la bolera del pueblo. Foto: José Martínez Al intentar recopilar información comprobamos que había poco material para consultar, salvo escuetos datos referidos tan solo a su cota de profundidad (-36 m) y algunas curiosas historias que iremos detallando, como las que aparecen en el Apéndice B del libro Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, escrito en 1864 por Casiano de Prado: Una sima insondable, que llaman la Torca de San Fructuoso, por haberla habitado este santo, según tradición, en Alonos, cerca de Villacarriedo. De forma que si es habitable, además de sima tiene que ser caverna. San Fructuoso pudiera vivir en la parte anterior de una caverna, y aún en una torca, pero no en una sima insondable. La torca verdadera forma un hueco, descubierto por lo general, cilíndrico y de paredes verticales, nunca de gran profundidad, á que en algunas partes llaman celada y en otras hoyo. Su profundidad varía de 10 metros a 30 o 40, y alguna hay todavía mayor. Es este un accidente topográfico bastante común en algunas provincias. En el Vercors (Francia) llaman pots, según M. Fournet, en la Iliria dollines, y entre los griegos lacos. La torca y el entorno que la rodea vista desde el aire. Imagen obtenida del PNOA publicada por el IGN. Vuelo de 2014 La torca está en la plaza del doctor Joaquín García de Quintana, dentro del casco urbano de Aloños, pedanía perteneciente al municipio cántabro de Villacarriedo situada a 5 km al oeste de esta última localidad, en la comarca del Pas-Miera. La finca en la que se encuentra es propiedad del Ayuntamiento de Villacarriedo y se halla delimitada al norte por un vallado de madera y al sur y el este por una malla metálica que la separa de una finca particular colindante. En su costado oeste existe una fuente pública y sus instalaciones anexas, constituidas por un muro de piedra que actúa como cerramiento. Muy próxima encontramos una bolera tradicional y tras ella la iglesia parroquial de San Fructuoso (s. XVII), junto a otro edificio singular, una antigua casona blasonada. La torca se asienta en una zona relativamente amesetada en las laderas del Hayal de Aloños, dentro de un entorno natural excepcional, ocupando una arista en interfluvios entre el arroyo de la Peña y el regato del Morrel, a una cota aproximada de 320 m. Las laderas en las que se extiende la población de Aloños, con unas pendientes más pronunciadas hacia el oeste, discurren de manera más suave hacia el este, en el punto de inflexión que parece marcar la cavidad. Posteriormente también la cita Gabriel Puig y Larraz en su libro de Cavernas y Simas de España, editado en 1896. Su nombre sigue siendo Torca de San Fructuoso: Caverna cuya entrada es vertical, teniendo que descolgarse desde cierta altura para llegar a ella. Según la tradición, habitó en © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 88 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 como elemento característico de este tipo de edificios, podemos ver dos canales de desagüe muy alterados que drenan el agua que recibe la cavidad, uno situado en su extremo norte (cota -36,06 m) y otro al sudeste, en su cota más profunda (-36,50 m). Por el sector que descendimos presenta un desnivel de 31 metros hasta el suelo actual, contando con un tramo completamente vertical de 25 metros. En los laterales de la torca la densa maleza impide acercarse a los tramos más verticales. Foto: José Martínez Tras el vallado, la torca se encuentra enmarcada a modo de anillo por una pradera sin apenas desniveles que en algún momento ha alojado pequeñas huertas hoy aparentemente abandonadas. Tras este contorno encontramos un pequeño bosque, principalmente de hayas, muy frondoso, por el que resulta complicado avanzar a causa de la densa maleza que invade las fuertes pendientes que conforman el embudo previo al tramo vertical de la cavidad. Su tramo más escarpado aparece colonizado por diferentes especies vegetales como helechos, hiedras, crasuláceas o musgos, especies que se aferran a las hendiduras y fisuras de la roca y que necesitan poca tierra para arraigar. Se han adaptado perfectamente a este medio tan especial porque aquí han encontrado cuanto necesitan, poco sol y mucha humedad. En nuestra primera visita descendimos por su costado norte. Foto: José Martínez En nuestra primera visita descendimos por su costado norte, pero desechando esta vía realizamos la instalación definitiva por la ladera este al considerar que era mucho más segura porque la roca estaba mucho menos descompuesta, buscando siempre aquellos puntos en los que existiera menos vegetación. Con la debida precaución, utilizando escalones previamente excavados en una ladera muy resbaladiza al estar mojada (-31,6º de pendiente), llegamos a un haya situada prácticamente ya en la vertical de la torca. Desde ella montamos un pasamanos que nos permitió seguir descendiendo hasta un nuevo anclaje natural, en este caso una raíz, que nos sirvió para alcanzar por fin más abajo roca firme en la que anclar. Estábamos ya en la cota -10,43 desde nuestro punto 0 y ahí se instalaron dos nuevos fraccionamientos para evitar el roce de la cuerda y de esa forma llegar hasta el suelo de la sala, situado a -31,03 m. DESCRIPCIÓN DE LA TORCA La Torca de Aloños se abre sobre un paquete de materiales predominantemente carbonatados del período Jurásico de la época del Lías de edad Sinemuriense (199,3 millones de años), con finas intercalaciones o interestratos margosos que hacen que la cavidad tenga ese aspecto tableado tan característico. Las calizas tienen entre medias margas que hacen que la cavidad tenga un aspecto tableado muy característico. Foto: José Martínez Atendiendo a su forma, puede ser clasificada como una dolina corrosiva de desplome, con apariencia de pozo de geometría cónica, paredes abruptas y una planta de contorno predominantemente elipsoidal, aunque hoy esté muy alterada por la gran acumulación de basuras. Se originó debido a procesos gravitacionales y de disolución de las rocas carstificables. En su fondo, © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 El pasamanos que montamos para acceder a la parte más vertical. Foto: José Martínez En ese punto la torca presenta una fuerte pendiente, más de 30º de media en sentido norte-sur, con una superficie muy irregular, en parte debido a la abundancia de todo tipo de basuras, con una pequeña elevación a modo de cono en la parte central de la rampa 89 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 los bloques que se han ido desplomando desde el techo. Es una zona inestable y poco segura, con los bloques del suelo mal asentados y unos techos predominantemente planos, muy agrietados y que amenazan con su desplome. El tramo más vertical de la torca. Foto: J. Francisco Gallardo La mayor acumulación de basuras está en las zonas sin techo, como es lógico, ya que son objetos arrojados desde el exterior. Foto: José Martínez El punto más bajo de la cavidad (entre las estaciones 20 y 21) presenta suelos planos de naturaleza limosa y menor presencia de bloques. Ambas estaciones señalan los lugares naturales de desagüe de la torca que actúan a modo de ponor. La continuidad de la cavidad desde ambos emplazamientos es bastante improbable, ya que no hay corriente de aire apreciable ni indicios de que detrás exista algún tipo de cavernamiento significativo. La inestabilidad en este último tramo de la torca es muy patente y se debe a las cargas estáticas que deben soportar las bóvedas, forzadas por la saturación y posterior disgregación de los interestratos margosos. Tal hecho provoca la aparición de grandes grietas (mayores en muchos casos a 5 cm) con ausencia de relleno entre bloques y la caída finalmente de éstos por gravedad. REGISTRO TOPOGRÁFICO DE LA CAVIDAD La torca vista desde el interior. Se aprecia el inclinado cono de derrubios que hay en su base. Fotos: J. Francisco Gallardo y pendientes laterales a derecha e izquierda hacia las paredes de la torca. Solo una parte de la cavidad presenta techos propiamente dichos, con una altura de alrededor de tres metros de media. Su aparición está señalada en el plano por la poligonal comprendida entre las estaciones 61 a la 63. Esta línea deja al oeste la zona sin cubrir y al este el sector cubierto. En la zona descubierta existen viseras o salientes, por la disposición tableada de la roca, que apantallan parcialmente y de manera muy moderada el espacio interior. Estas viseras se encuentran a 7, 8 y en algún punto a más de 9 m de altura respecto al suelo actual de la sala. La línea que marca la parte cubierta de la cavidad señala también la menor presencia de basuras, algo lógico ya que no pueden físicamente llegar hasta allí por la presencia del techo que lo impide, salvo aquellos objetos que han ido rodando por efecto de la gravedad. En ese sector, el suelo de la cavidad sigue siendo irregular y abrupto, pero esta vez por efecto de © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 Preparándonos para topografiar, bajo la atenta mirada de los vecinos del pueblo. Foto: J. Francisco Gallardo Para el correcto registro del espacio, decidimos tomar datos para la construcción de dos poligonales cerradas, relacionadas ambas a través de una estación común (estación 6). La primera de ellas (recorridos 90 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 desde estación 45 a 45) fue trazada recorriendo la parte superior de la torca, rodeándola en el espacio en donde el suelo es aun predominantemente horizontal y la vegetación permite una progresión cómoda. Desde esa estación 6 se lanzó una nueva poligonal que atravesando perpendicularmente el bosque nos condujo hasta el punto 0, arranque de la torca propiamente dicha y los tramos verticales que nos llevaron hasta la base del pozo. Por último, desde la base, iniciamos una nueva poligonal cerrada siguiendo el contorno de la sala interior de la cavidad. La estación 0 se encuentra así en X:429.064,29; Y:4786.571,33; Z: 317,34, tomado las alturas del DEM del IGN, con paso de malla a 2 metros y habiendo referenciado las coordenadas con DATUM WGS84. Se fijaron un total de 40 estaciones topográficas que dieron una suma de 222,81 m de poligonales. Los recorridos propiamente dichos de la Torca de El tramo que unía las dos poligonales que hicimos para confeccionar la topografía. Foto: J. Francisco Gallardo Topografía. Fernando Villaverde © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 91 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 Aloños parten, como ya se ha señalado antes, de la estación 0 y alcanzan unos recorridos totales de 62 m y una profundidad máxima de 36,50 m en la estación 21. La poligonal externa ofrece una superficie de 30x30 m con una forma circular ligeramente achatada en el sector noroeste. La parte baja de la cavidad, más reducida, presenta una superficie muy buzada (más de 30º de pendiente de media) y unas dimensiones aproximadas de 10x14 m. El propósito de estas labores iba más allá de la mera representación, pues lo que pretendíamos era obtener un registro exacto y fiel del objeto reproducido en tres dimensiones, como se puede ver en la imagen que se muestra, solo una de entre las muchas que se pueden obtener al ir rotando los ejes para lograr la perspectiva de visión deseada. PROPUESTAS DE ACTUACIÓN Como le hicimos saber al alcalde de Villacarriedo, es seguro que en el futuro la Torca de Aloños será un excelente reclamo turístico para la comarca ya que visualmente ofrece un atractivo cautivador. Cuando uno penetra en su interior puede llegar a creer que se encuentra en cualquier rincón de Sudamérica, rodeado de exuberante vegetación y en medio de un lugar remoto. Su situación es inmejorable, en el mismo centro del casco urbano de Aloños, junto a la iglesia de San Fructuoso (s. XVII) y en el punto de inicio del sendero de pequeño recorrido PR-S 53, que atraviesa un hayedo que en el futuro pretende ser declarado Reserva de la Biosfera. REGISTRO FOTOGRAMÉTRICO DE LA CAVIDAD Además del registro topográfico, quisimos hacer una fotogrametría de la cavidad. A grandes rasgos, lo que pretendíamos con esta técnica era obtener información cuantitativa fiable del espacio mediante procesos de registro, medidas e interpretación de imágenes fotográficas, definiendo con precisión la geometría, dimensiones y posición en el espacio de la cavidad. El resultado obtenido fue un modelo tridimensional digitalizado de la torca, muy útil para ahondar en su comprensión. Efectuada la toma de imágenes (115 en total, con una cámara GoPro HERO 5), posteriormente fue necesaria la medida de los objetos fotografiados, utilizando para ello los datos obtenidos del registro topográfico de la cavidad. Con esto quedó concluido el trabajo de campo, dando paso al procesamiento informático de todo el material. Mediante el software adecuado tipo SFM (structure from motion) “Photoscam” (https://www.agisoft.com/) se procedió a la alineación correcta de las fotografías con el fin de obtener una nube de puntos que permitiera la creación de un mallado mediante triangulación. Cuando uno penetra en su interior puede llegar a creer que se encuentra en cualquier rincón de Sudamérica. Foto: J. Francisco Gallardo Previamente será necesario extraer la mayor cantidad posible de la basura que hoy se encuentra en el fondo de la cavidad, producto de la acumulación durante décadas de los deshechos producidos en la población hasta fechas muy recientes. Actualmente incluso se siguen vertiendo aguas residuales de una vivienda particular por el costado sur. Una vez limpiado el fondo, será necesario reponer el suelo natural para que sobre él pueda arraigar la vegetación en el futuro. Sería también necesario despejar los taludes laterales de la torca, eliminando parte del ramaje, al menos aquel que impide disfrutar de este espectáculo vertical. En ese mismo proceso será necesario retirar los escombros depositados en las laderas, ahora en gran parte ocultos porque la vegetación impide que los veamos. En una segunda fase se podría instalar en todo el perímetro un vallado de madera o cualquier tipo de cerramiento similar al que hoy existe en el costado norte, para que el visitante pudiera contemplar la torca mientras la rodea, observando la vegetación que se aferra a sus paredes y que le da La torca vista desde el oeste. Se intuyen los tramos más profundos de la cavidad. Imagen: Carlos Sánchez El proceso quedó completado con el texturizado de ese mallado, utilizando para ello otra vez las imágenes que habían sido tomadas en el trabajo de campo. © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 92 Gota a gota, nº 18 (2019): 87-93 ese aspecto exótico y misterioso. Sería posible anclar en uno de los laterales un balcón que permitiera asomarse a su interior o, por qué no, construir un puente tibetano que cruzara la vertical buscando el paso más idóneo desde un punto de vista paisajístico, o aquel con mejores posibilidades para fijar sus soportes. Ayuntamiento de Villacarriedo pretende revertir esta situación, recuperando este lugar mediante un loable proyecto, basado no solo en estrictos criterios medioambientales, sino pensando también en el disfrute de la ciudadanía. En definitiva, pretende rescatar un espacio hoy tristemente estéril para que finalmente repercuta en el beneficio económico de los vecinos, ofreciendo un activo turístico donde antes existía un lamentable basurero. El equipo de trabajo posando con el alcalde de Villacarriedo. Foto: J. Francisco Gallardo BIBLIOGRAFÍA CAVERNAS Y SIMAS DE ESPAÑA. Gabriel Puig y Larraz, 1896. DESCRIPCIÓN FÍSICA Y GEOLÓGICA DE LA PROVINCIA DE MADRID. Casiano de Prado, 1864. EL DIARIO MONTAÑES, A. San Miguel, 7 enero 2015. MAPA GEOLÓGICO DE CANTABRIA, escala 1:25.000, hoja de Santiurde de Toranzo nº 58-IV. Gobierno de Cantabria, Instituto Geológico y Minero de España, 2009. Es necesario preservar las especies vegetales que han colonizado cada rincón de la torca. Foto: José Martínez Es importante señalar que, independientemente de la actuación que finalmente se acometa, es necesario preservar las especies vegetales que hay en el embudo inicial y las que han colonizado las paredes verticales de la torca, no solo por su intrínseco valor natural o estético, sino porque contribuyen a la preservación de la propia cavidad, actuando como elemento natural de cohesión en las propias paredes y también en las zonas de talud, ya que sus raíces evitan actualmente la erosión por escorrentía del terreno. No hay que olvidar que la sima está en una región con abundantes precipitaciones, es por tanto necesario insistir en que la escasez o ausencia de la cobertura edáfica, y especialmente la desaparición de la vegetación existente en la actualidad, provocaría la libre acción de la disolución de la roca, tanto lateral como verticalmente, acelerando el socavamiento y desmantelamiento de la roca, lo que a la larga provocaría el desplome completo de la caverna. La Torca de Aloños ha sido hasta hoy desgraciadamente un espacio degradado, presa del más absoluto abandono. Pero afortunadamente el interés del La torca vista desde el haya que hay en la cabecera. Foto: J. Francisco Gallardo Este trabajo ha sido publicado on-line con fecha 12/02/2020 Se citará como: GALLARDO BERNAL, J.F., MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, J. y VILLAVERDE MORA, F., 2020. Torca de Aloños (Aloños, Villacarriedo, Cantabria. Gota a gota, nº 18: 87-93. Grupo de Espeleología de Villacarrillo, G.E.V. (ed.) © G.E.V. ISSN 2340-1346 Depósito Legal: J 1405-2012 93