AMANCIO WILLIAMS
y la arquitectura
APOLINEA
con textos originales del Arquitecto Amancio Williams
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AMANCIO WILLIAMS
y la arquitectura
APOLINEA
arq.ruben pesci
2002 | la plata | argentina
Llegó a mis manos una carta del gran
arquitecto argentino Amancio Williams,
dirigida a su hermano Mario en diciembre de
1943.
No digo que sea un descubrimiento, incluso tengo la sensación de
haberla visto hace años. Pero
como mi empeño no es historicista ni arqueológico, lo que sí me
importa, e impresiona, es lo que
ahora he sentido de la relectura
atenta de dicha pieza epistolar.
Por ello sentí la atracción de
realizar un artículo, construido
con la transcripción integral de
dicha carta y de los dibujos en
ella contenidos, como motivo
central.
A efectos de dar al lector un
testimonio más amplio de lo que
Williams significa para la
arquitectura, y el porqué de los
comentarios que he decidido
agregar de mi propia autoría,
incorporo en el artículo un texto de
Le Corbusier, que presentó la
publicación de trabajos de Amancio
Williams en Europa en 1947, y
algunas imágenes de proyectos y
obras en Argentina.
El sólo hecho de que Le Corbusier
presentara obras de Williams es
enormemente significativo (no
recuerdo que haya presentado a
nadie más) y menos de que en
dicho texto calificara estas obras
de potencias “inimaginables e
inconcebibles".
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AMANCIO WILLIAMS y la arquitectura APOLINEA
Según mi interpretación, la carta
tiene dos partes trascendentes. En
la primera, Williams reivindica el rol
del arquitecto y allí aparece la idea
del artista apolineo, que no cede a
presiones del banalismo del
arquitecto que se vende al cliente y
le da el gusto en la elección del
estilo de moda, que no tiene rigor
ético pero tampoco estético, que
no sabe ser fiel reflejo de su
tiempo, que acepta pasivamente
las demandas populares imperantes
(parece que hablara de nuestra
época!).
Para Williams, discípulo de Le
Corbusier, la vanguardia incólume
es el racionalismo y su purismo,
pero lejos está del estilo
internacional y sus fórmulas
consabidas. Ahí es donde aparece el
artista profundo, que busca en la
causa de cada tema proyectual,
encontrar la forma consecuente.
Asombra sin embargo que
Williams parece
desconocer la otra gran
corriente del momento,
organicismo o
contextualismo, que más
allá de Frank Lloyd Wright
estaba afirmándose en el
regionalismo europeo con
Alvar Aalto como proa.
Sorprende menos, en cambio,
cierto perfil elitista. La
vanguardia de esos años solía
ofrecer este flanco (como casi
siempre a través de la historia), y
el desprecio a los deseos
populares y de los clientes en
general, supo ser y aún lo sigue
siendo, una característica típica
de estas posiciones. Pero hay que
decirlo: en Williams, el carácter
apolineo, heroico, elitista, se
muestra en sus facetas más
venerables.
Es precisamente este aspecto el
que hace de interfase con mi
interpretación de la segunda parte
de la carta, aquella en que le
explica a su hermano el proceso
de diseño de la casa que le está
proyectando.
Es una de las piezas de
descripción proyectual más
espléndidas que recuerdo,
donde textos y gráficos
dibujados por su propia mano,
van explicando, relatando,
una fuerte idea proyectual.
La representación, en términos
psicológicos y más precisamente
de psicología ambiental que nos
ofrece Williams de su idea
arquitectónica, es no sólo bella
sino pedagógica. Y ello habla
de un gran maestro de la
arquitectura, no sólo práctico
sino también teórico.
Pero al parecer su hermano ya
venía demostrando una
deseabilidad diferente, por lo cual
Williams le ofrece dejar todo de
lado, buscar otro arquitecto (de los
que consienten al cliente), e
incluso se ofrece a ayudar a
éste a no cometer equívocos
mayores. Como la casa no se
realizó, creo entender que
finalmente no se pusieron de
acuerdo.
Gran dilema para la creación, en
todas sus épocas y modalidades , y
para la arquitectura en especial.
Enfoque apolineo, heroico,
hacia una estética impoluta y
el resguardo de la ética del
autor; o enfoque dionisíaco,
terrenal, realista, con una
estética contaminada del
gusto y el enfoque de los
demás, y una ética de la
tolerancia y la diversidad.
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AMANCIO WILLIAMS y la arquitectura APOLINEA
En este caso, la primera parte de
la carta testimonia la decisión de
Williams por el primer enfoque, y
es por ello que el diseño mismo
propuesto para la casa de su
hermano, la interpretación que se
hace del campo y su identidad, no
es para nada consecuencia de
patrones culturales y ambientales
típicos de ese campo. La casa
sobre pilotes, aún con patio
interior, no contiene un relato ni
metafóricamente siquiera vecino a
las casas bien aferradas al suelo, y
con galerías exteriores, que
dominan en las tipologías rurales
pampeanas.
Pero quizás es un fruto a pagar
por la vanguardia, y la calidad de
arquitectura manifiesto que en
algunas épocas hay que adoptar,
para ir buscando los cambios
necesarios.
Williams contuvo como pocos una ética y una estética heroica, en una
Argentina que buscaba ser grande. Quizás no eligió el camino mejor, y
en esa época ya necesitábamos una versión argentina de Alvar Aalto....
pero aún hoy nos sirve de referente y nos enseña el camino grande, cosa
que se ven imposibilitados de hacer los que coinciden con la vanidad,
con poca ética y poca estética, muchas veces escudados en un supuesto
respeto a la diversidad de gustos.
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Car ta de
AMANCIO WILLIAMS
a su hermano
Buenos Aires, Diciembre 9 de 1943
Sr. Mario Williams - CAPITAL
MARIO Mi querido Mario:
Juzgo oportuno y muy necesario
mandarte, junto con nuestros
trabajos para tu casa,
explicaciones sobre el proyecto y
sobre nuestra posición.
Teniéndolas por escrito podrás
volver varias veces sobre lo que te
interese, pensado todo muy bien y
tomar una actitud razonada, y por
mi parte yo
tendré la ventaja de dejar todo
bien aclarado.
Muchas veces la claridad exige un
tono algo didáctico, no veas en
esos casos pedantería ni aires de
profesor, trataré de explicarme
con la mayor
sencillez posible.
La arquitectura es una de las
formas más completas en que una
época puede manifestarse, porque
es la resultante de dos grandes
fuerzas: el espíritu de la época y
los recursos con
que ella cuenta. Una época que
tenga un gran espíritu construye,
aún con recursos pobres, si éstos
se cumplen
bien, grandes obras. Ejemplo las
grandes arquitecturas antiguas
que sólo contaron con piedra,
ladrillo o madera, y cálculos
elementales. Una
época con espíritu equivocado,
aunque tenga enormes recursos
materiales y científicos, produce
bodrio. Ejemplo el
final del siglo XIX y el principio del
XX, que contando con hierro y
hormigón armado, no
consiguió una arquitectura que los
expresara, salvo honrosas e
incomprendidas excepciones.
Esto se debió al espíritu de
imitación, opuesto al de creación
que reinaba en la arquitectura del
mundo entero desde el
renacimiento y que sólo ahora
empieza a sacudirse.
Si recorres la historia de la
arquitectura, aunque sea a grandes
líneas, verás en todas las grandes
épocas un extraordinario esfuerzo
de creación.
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AMANCIO WILLIAMS
Car ta de
En todas se inventa, no se copia:
ningún arquitecto griego construye
en estilo egipcio o asirio, ningún
bizantino en estilo romano, griego
o persa, ningún francés del siglo
XIII en estilo bizantino o
romántico.
¿Por qué? Porque en las grandes
épocas y en los grandes artistas
está ausente el espíritu de copia, la
preocupación es crear.
Si en Grecia, en Bizancio, en la
Francia Medieval, hubieran
renunciado a la creación, como
renunció el mundo entero el siglo
pasado (en arquitectura), y se
hubiera dedicado a copiar, a
estilizar, seguiríamos construyendo
como los egipcios, que lo hacían
admirablemente para su época pero
no en una forma buena para hoy.
Actualmente tiene que
crearse una gran
arquitectura , pues por un
lado se cuenta con recursos
limitados: materiales y medios de
construcción extraordinarios,
universalidad de la ciencia, etc., y
por otro se define ya el espíritu
propio de la época, que empieza a
aflorar, inaccesible aún a la masa,
pero que ya
reconocen los que saben ver.
Todo el mundo que piensa,
filósofos de la historia y de la
política, grandes críticos, etc.,
están de acuerdo en que
una nueva época empieza.
Una nueva época con su nuevo
arte y su nueva mentalidad. Y los
que hoy rechazan sus primeras
manifestaciones, aferrándose a los
perjuicios de la decadencia de la
época anterior, son tan ciegos y
(consciente o inconscientemente)
tan criminales como quienes
silbaron a Wagner, mandaron a
Siberia a Dostoievsky o
condenaron a la miseria a
Rembrandt. El filisteo, el que no
comprende, es el peor obstáculo
al movimiento que avanza, pero
como no tiene suficiente fuerza,
termina por ser arrollado. ¿Dónde
están ahora los señores
académicos que condenaron al
impresionismo? Sus nombres han
muerto, sus obras nunca vivieron,
y si alguien los recuerda alguna
vez es con desprecio. ¿Y los
pomposos críticos que calificaron
de caótica a la novena sinfonía?
¿ Y los incomprensivos burgueses
que se burlaban de Debussy?
El espíritu de la época terminará
por triunfar. Y es mejor haber
sido de los primeros, haber
contribuido y no obstaculizado,
haber comprendido, y no haberse
a su hermano
MARIO
reído o indignado, haber
acompañado y alentado a los
precursores, y no haber intentado
aplastarles con el horrible peso de
la masa burguesa.
NEGAR LA CREACIÓN ES
CERRAR EL CAMINO AL
PROGRESO. Querer
retroceder, imitando tal o
cual estilo, es contribuir a la
degeneración y al caos, es
cortar las posibilidades de
llegar a un gran arte.
Por eso, ningún arquitecto que
tenga un concepto elevado de
su función, que sienta su época
en forma honda, que sienta la
necesidad de expresar su
espíritu, que quiera aprovechar
al máximo sus recursos, podrá
honradamente edificar, a
pedido de un cliente, en un
estilo dado.
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Podrá otro arquitecto hacerlo por
viveza comercial, o por estar tan al
margen de su época que no
vislumbre sus problemas. Pero la
ignorancia del
último y el interés del otro están
reñidos con el arte.
El Estilo, el verdadero Estilo con
mayúscula para distinguirlo de los
"estilos", nace solo, es un
resultado de la claridad y la
belleza expresándose a través de
determinados medios.
Es una cualidad distintiva, el sello
que una obra de arte lleva de la
personalidad que la creó pertenezca
esta personalidad a un individuo,
un país o una época. Su misma
definición dice lo absurdo y
deshonesto que es imitar un estilo.
El músico que escribe "estilo Bach"
y el pintor que pinta "estilo
Leonardo", además de ser un
falsario demuestra carecer de
estilo propio. Cada uno debe
crear como pueda. No debe
preocuparse de que sus obras
tengan estilo, ni en buscar a éste.
El estilo nace
según el espíritu.
Los llamados "estilos", vasco,
bretón, tudor, etc., son la
expresión, en un país y épocas
dados, de ciertos climas,
modos de vivir, recursos locales,
etc.
Es decir que son la negación de la
universalidad. Son esencialmente
locales. Tienen encanto, no
todos, cada uno en su sitio y en
su tiempo, pero es tan absurdo
imitarlos como querer irritar el
clima, el paisaje o el modo de
vivir que les dieron nacimiento.
Es tan incongruente como querer
viajar en góndola por la pampa o
en trineo por las sierras de
Córdoba.
"Hacer estilos", "hacer casas", es
lo más simple que hay. Un poco
de sentido común, para distribuir,
un poco de cultura, para conocer
el "estilo" elegido, un poco de
gusto, para publicarlo. Eso es
todo.
¿Y el arte? ¿ Y la arquitectura? ¿
Qué tienen de común con eso?
Frente a ese oficio, imagínate
ahora el del verdadero arquitecto,
aquel arquitecto griego que no
hacía "estilo egipcio" ni "Estilo
asirio", sino arquitectura (en su
tiempo moderno) y que, poco a
poco, elaboraba, con los recursos
de su época, superiores a los
anteriores, y el admirable espíritu
de su raza, aquella purísima
belleza que debía
culminar en el Partenón; o aquel
arquitecto del siglo XII que no
a su hermano
MARIO
hacía "estilo bizantino" ni "estilo
románico", sino que buscaba
honradamente la mejor
construcción en piedra para
resolver su problema y la mayor
belleza para honrar a Dios, y creaba
esas maravillosas cátedras góticas.
Aquellos arquitectos hacían
arquitectura y creaban un "estilo".
¿Existen hoy arquitectos como
ellos? Desde el Renacimiento hasta
ahora, PUEDE DECIRSE QUE
DESAPARECIERON.
La creación fue reemplazada por la
imitación. Fuera de la explosión
del Barroco, que por otra parte sólo
jugaba con elementos clásicos
distorsionados, todo sigue una
línea, la creación se reduce a
molduras, estucos o detalles de
disposición. Un "Luis" se
diferencia de otro "Luis"
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por cosas que no tienen nada que
ver con la arquitectura. Ya no se
trata de progresar en la
construcción, ni de crear belleza, la
ley es el capricho, la moda, se trata
de una cartelera que se hace
simétrica o asimétrica, de la pata
de una silla que se usa recta o
curva.
Hubo después otra explosión que
gracias a Dios no prosperó: el ArtNouveau, que significaba por lo
menos un intento de liberación,
pero que no se apoyaba en nada
serio: puro capricho, y muy malo
por cierto.
Y ahora, la arquitectura nueva. El
verdadero arquitecto considera
terminada la época degenerada en
que el arte consiste en imitar las
obras anteriores. Empieza la
época en que de nuevo hay que
crear, y en que la creación cuenta,
para expresarse, con medios
magníficos (hasta 1850 existían
como elementos fundamentales
para la construcción, la madera, el
ladrillo y la piedra, a partir de
entonces aparece el hierro,
posteriormente el hormigón
armado, alrededor de 2000
aleaciones, gran cantidad de
metaloides y materiales plásticos).
El arquitecto de esta época,
paralelamente a aquel griego del
que te hablé, se niega a repetir lo
que ya no tiene o nunca tuvo
razón de ser, busca honradamente
lo mejor en la construcción y lo
más puro en belleza, hace
arquitectura y
algún día edificará su Partenón.
Es indispensable que comprendas
lo diferente que es recorrer una
revista norteamericana en busca
de un "detalle bonito", del
agotador y maravilloso proceso de
la creación artística en que todo
está en juego:
LA INTUICIÓN, LA INTELIGENCIA,
LA IMAGINACIÓN Y LA TÉCNICA.
Desde el momento en que surge la
concepción de la obra de arte
hasta aquel en que se resuelve el
último problema, cuánto goce y
cuánta preocupación. Qué gasto
de energías mentales y físicas
significa ese trabajo de continua
invención.
Qué diferencia con el sencillísimo
problema de oficio que significa
proyectar una planta que funcione
bien y adaptarle unos frentes con
estilo. Por otro lado el trabajo de
síntesis y de depuración
necesarios para llegar a una
expresión simple es muchísimo
más difícil.
a su hermano
MARIO
Yo que he hablado de "detalle
bonito", quiero hacerte notar que
el llamado "buen gusto" es una
cualidad subalterna respecto a la
belleza permanente y que solo
puede aplicarse a obras de "arte
menor". Es rebajar a una gran obra
decir que esta hecha con "gusto".
No lo puedes decir del Allegro de la
Novena Sinfonía, ni del
autorretrato de Durero, ni de la
Giocconda de Notre Dame.
Deja el "buen gusto" para los
vestidos, las alhajas, los
pequeños elementos de la casa.
En el arte, la arquitectura, la
música, las artes plásticas, busca
los valores profundos y
permanentes que van más
allá del buen gusto.
Ahora te voy a hacer una relación
de cómo se proyectó tu casa de Mar
del Plata, para que comprendas
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Car ta de
su razón de ser y veas en qué
forma se proyecta con libertad de
espíritu.
Contamos con dos sensaciones
dadas por el paisaje. Ambas son
sensaciones de naturaleza, pero con
aspectos diferentes: una sedante,
producida por la pradera, otra
fuerte y excitante producida por la
vista al bosque, que de cerca se
impone en forma casi brutal.
Tratamos de poner en juego
estas dos sensaciones bien
definidas.
Nos encontramos con este
problema: en nuestra obra
arquitectónica estas sensaciones no
se pueden mezclar, tienen que estar
separadas para que el hombre goce
de ellas en todo su valor, y para
separarlas se precisa un elemento
que produzca de por sí una
sensación nueva. ¿Dónde
buscarla?
No en la naturaleza, que está
manifestada en aquellos dos
aspectos.
El recurso es la obra humana, que
muestra su carácter humano en
todo su esplendor. Ella pondrá en
valor las sensaciones de
naturaleza, las modulará al
enmarcarlas o dirigirlas en
diferentes formas.
Fijado este criterio
!
fundamental, encontramos que el
lugar del terreno marcado con x es
el más indicado, pues desde él y
en él las sensaciones se acentúan
al máximo: la sensación sedante
por estar en el extremo de la
diagonal de la pradera, y la fuerte
por estar en el ángulo formado
por el bosque y las filas de robles,
que abrazarán la obra.
Aquella diagonal, que en la
bisectriz del ángulo, dominará la
composición.
Este lugar también es conveniente
por la orientación y por las vistas
a los terrenos y probables casas
de papá.
Con todo esto te puedo decir y
hacer un pequeño esquema para
que te des bien cuenta:
a su hermano
MARIO
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Car ta de
" Estudiamos el funcionamiento
de. la casa que responda a lo que
buscamos, y llegamos a esto:
vamos a usar una planta en forma
de anillo cuadrado,
desde la cual se gozarán las
sensaciones de orden natural, y en
la cual, en el vacío del medio,
crearemos la sensación de orden
humano.
La planta en torno a un patio te
hará recordar la antigua casa
romana, de la que deriva la
criolla; resultarán parecidas las
sensaciones de orden humano que
se producen dentro de ambas,
pero viendo el corte verás la
diferencia.
a su hermano
MARIO
El funcionamiento de la casa
resulta así:
El corte de nuestro proyecto crea
un patio interior que da la
sensación de obra humana.
Apoyado en tierra, este patio
cerrado daría aquella sensación en
forma aislada, y no entraría en
juego con las sensaciones de
orden natural.
Separándolo del suelo, levantando
la casa, se consigue ese juego de
sensaciones buscado, y se llega a
este corte:
Es decir, se consigue separar
nítidamente las dos viviendas que
forman una casa:
la de los dueños y la del servicio,
llevándolas a dos planos, lo que es
conveniente.
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Car ta de
a su hermano
En planta la casa funciona así:En
planta la casa funciona así:
En definitiva, llegamos a una planta que, siendo ideal como
funcionamiento, produce las sensaciones arquitectónicas y de orden
natural fijadas como directivas.
Estas sensaciones son las siguientes:
MARIO
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Car ta de
Estas son las que se producen
dentro de la casa y a través de ella.
Desde el exterior la sensación será
el contraste entre la naturaleza
exuberante e intranquila y la obra
humana expresada en formas
simples y puras.
He tenido que seguir un largo
razonamiento para explicarte esto.
A nosotros se nos apareció de golpe
después de un profundo estudio
del problema.
Ahora comprenderás lo que es hacer
verdadera arquitectura. ¿Es
completamente distinto de lo que
te imaginabas, no?. Se proyecta
sin prejuicios, sin el deseo de usar
tal o cual forma, material o color, y
se sigue un proceso que yendo de
la general a lo particular, empieza
en una concepción amplia como la
que te he descripto y termina en el
estudio de los detalles.
La necesidad de levantar la casa
sobre el suelo (en este caso sobre
columnas delgadas pues estamos
convencidos que para este caso
son el mejor elemento), nos
comprueba una vez más la razón
de nuestras propias ideas sobre la
arquitectura espacial. Es decir,
que hay que hacer francamente
arquitectura en el espacio, con
toda libertad. La necesidad y
conveniencia del suelo libre, tan
inteligentemente demostradas por
Le Corbusier refuerzan nuestra
teoría de la arquitectura espacial,
pues ésta tiene como
consecuencia la posibilidad de no
cubrir el suelo.
Te adjunto un plano de los
terrenos donde está dibujado el
espacio que ocuparían 4 casas
"normales" en el terreno de papá
y uno en el tuyo. Si cubrimos el
suelo con todo eso figúrate lo
que queda. ¡Imagínate lo
que sería si se te ocurriese hacer
1 o 2 casas más!.
Con la obra para papá sucedió lo
mismo, nos fuimos al espacio sin
buscarlo, ha sido la solución
natural.
Pero para proyectar así, se
precisa una completa
libertad de espíritu.
Tu me decías: ¿Por qué no
colocan la casa sobre un terraplén
de tierra?
Con tal terraplén crearías otra
sensación, que sería de orden
natural pero creada por el hombre,
es decir híbrida. El hombre debe
crear sensaciones de orden
humano.
Fabricar una loma falsa es querer
crear naturaleza y eso está mal.
a su hermano
MARIO
Además para el terraplén se
necesitarían 2000 m3 de tierra y un
trabajo enorme.
Lo peor no sería eso sino que al
quedar la casa apoyada en el suelo
desaparecerá todo el juego de
sensaciones conseguido, y la razón
de ser del proyecto, como ya te lo
demostré.
Con estas explicaciones, y las
perspectivas en colores nos hemos
tomado un trabajo completamente
fuera de lo usual aún para
concursos y cosas por el estilo,
porque tenemos un interés enorme
de ser comprendida nuestra actitud,
tan intransigente con los demás.
Por eso queremos explicarnos a
fondo, y mostrar a qué profundas
razones obedece.
Se haga o no se haga la casa,
queremos dejar demostrada una
enorme buena voluntad, un estudio
y un trabajo excepcional, y una
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AMANCIO WILLIAMS y la arquitectura
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AMANCIO WILLIAMS
Car ta de
dedicación debida no sólo al
interés por nuestra obra sino al
cariño por el propietario.
Espero que después de esta larga
carta te hayas dado cuenta de lo
siguiente:
1- Lo que significa la arquitectura
de una época.
2- De la jerarquía de la obra de
arte.
3- De la imposibilidad, para el
arquitecto verdadero, de plegarse a
"gustos" de clientes, cuando su
función es buscar la expresión de
su época.
4- De que hay una diferencia
enorme entre vivir en una casa
llena de sensaciones e intenciones
y en otra que no es más que un
conglomerado de cuartos.
5- Que si se plantea bien un
problema su solución es fácil y
económica.
6- Del sentido de nuestro
proyecto.
También deseo que hayas
comprendido nuestra posición en
la vida y su desinterés. Está llena
de dificultades y renunciamientos,
pero estamos resignados de
antemano, porque no hemos
elegido el camino fácil del éxito
sino el difícil de la búsqueda y la
honestidad, y sabemos
perfectamente a lo que vamos y
los sacrificios de toda índole que
siempre tendremos que hacer.
Uno de los peores es sin duda
no tener independencia
económica, con todo ni eso nos
apartará de nuestra línea de
conducta. Si es muy desagradable
y a los ojos del mundo, indigno,
estar dependiendo de todo y de
todos, peor es
traicionarse y venderse.
Hemos trabajado mucho en esta
casa y hemos estudiado muchos
partidos, y cada vez hemos
llegado a la conclusión de que el
proyecto que les mostré es el
único que está bien para el lugar,
las necesidades de ustedes y las
posibilidades económicas. Esto te
lo digo con toda convicción y por
tu interés y no por imponértelo.
Al contrario, si el proyecto sigue
no gustándote, no seré yo quien
se empeñe en encajártelo a
disgusto tuyo.
Pero no es necesario que
comprendas que yo no puedo
apartarme de las ideas y
principios de que te hablé.
No te olvides de que nosotros no
tenemos un papel pasivo, de
admiradores o simpatizantes de
una idea, sino el papel activo y de
gran responsabilidad de
a su hermano
MARIO
productores, y que hay gente,
especialmente entre los jóvenes,
que tiene sus esperanzas puestas
en nosotros. Esta es una época en
la cual hay que sacar al mundo de
lo frívolo, de la moda y de muchas
otras formas de materialismo.
Luchar contra el dinero y sin él en
un mundo que en él se basa es casi
imposible, nosotros probablemente
ni alcancemos los resultados, pero
abriremos la puerta a las nuevas
generaciones.
Esto nos exige grandes sacrificios, y
no es de los menores el no poder
hacer el gusto a la gente que nos
elija como realizadores de su sueño
dorado. Especialmente al tratarse
de un hermano. Yo te haría el
gusto en cualquier cosa, Mario,
pero en esto no puedo,
honestamente no puedo y se me
parte el alma al decírtelo porque
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AMANCIO WILLIAMS y la arquitectura
APOL INEA
AMANCIO WILLIAMS
Car ta de
eres un hermano a quien quiero
mucho. Quizás algún día llegues a
sentirte orgulloso de nuestra
actitud.
Tu sabes, si no les gusta la casa
díganmelo sin vueltas. Estás en la
más absoluta libertad respecto a
mí.
Yo mismo, si quieres, te buscaré un
arquitecto que tenga habilidad para
proyectar, más lo que
habitualmente se llama "gusto" y
que sea decente, o menos
indecente que la generalidad, y que
se preste a hacer la casa que
ustedes quieran.
Yo le explicaré lo que ustedes
quieren y lo que les gusta, lo sé
perfectamente, y así les ahorraré
trabajo a todos. No faltan
proyectar, más lo que
habitualmente se llama "gusto" y
que sea decente, o menos
indecente que la generalidad, y
que se preste a hacer
la casa que ustedes quieran.
Yo le explicaré lo que ustedes
quieren y lo que les gusta, lo sé
perfectamente, y así les ahorraré
trabajo a todos. No faltan
"fabricantes de casas" ni
especialistas en "estilos". Como
esa clase de proyectos se hace
volando, no habrá atraso ninguno.
Además me ofrezco a revisarte la
casa y controlártela todas las
veces que quieras.
Estoy seguro de que seguiremos
tan amigos como antes, o más
después de estas explicaciones
tan sinceras.
Un abrazo de
Amancio Williams
a su hermano
MARIO
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WILLIAMS según le corbusier
Traducción de un artículo de Le Corbusier aparecido en la revista francesa "L´Homme et l´Architecture" (números 15-16 de 1947), prolongando la publicación de trabajos de Amancio Williams.
Mientras Europa se contrae en su
sufrimiento y sus dificultades,
reconstituyendo sus fuerzas de acción
y su alma, las Américas, por contraste,
gozan de potencias inimaginables e
inconcebibles para aquellos que no
han visto con sus propios ojos
desarrollarse los actuales fenómenos
de abundancia, actividad e intensidad
del nuevo continente.
Las Tres Américas, hasta hace
cincuenta años todavía, tierras de
colonos y de colonización, son aún
países que aspiran formarse a las más
nuevas disciplinas. Allí la vida se
precipita: estos países llaman a la vida
y la vida estalla en ellos. Se
manifiesta por una construcción que
se desarrolla fuera de todas nuestras
costumbres, todas nuestras
concepciones.
Mientras aquí discutimos posibilidades
técnicas, quimeras técnicas (mientras
teóricamente si será cierto que una
carpa metida en un balde lleno de
agua no hace desbordar el balde…y si
se mete la carpa, el balde
desborda!…) los americanos pasan
de largo, actúan, construyen,
experimentan, demuestran la validez
de esta civilización maquinista que
va a disponer de tan prodigiosos
recursos. El confort, bienestar
material que amplía la vida, facilita
la existencia…
Aquí seguimos discutiendo.
Pero fuera de este inmenso pasado
técnico que ve crecer en menos de
quince años a Buenos Aires, por
ejemplo, de una población de
2.500.000 habitantes a una de
4.500.000, se destaca, en estos
países, un deseo violento de cultura,
de calificación por el espíritu.
Francia irradia en ellos, sus ideas son
amadas. Pero, ¡atención! (no se
trata, justamente, de ideas
retrógradas o académicas! Se trata ,
en literatura, en música, en
escultura, en pintura, como en
arquitectura, de todo lo que es
intenso, creativo, audaz,
conquistador, y se ven brillar las
artes francesas en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York, y la nueva
arquitectura invadir las revistas
profesionales de las Tres Américas, la
del Norte, la del Centro, la del Sud.
Se ve a Río de Janeiro adoptar las
soluciones arquitectónicas más
innovadoras, que en breve plazo
conducirán a las consecuencias
urbanísticas.
He aquí a Buenos Aires, que, por
sacudidas sucesivas, por contraste y
por reacción, y por el efecto de
grupos limitados , pero intensamente
cultivados, sociedad de vanguardia,
alcanza al escalón de la más
cautivante calidad en arquitectura.
He aquí, por ejemplo, como primer
contacto de post-guerra, la fresca
aparición de creaciones de urbanismo
y de arquitectura, llenas de soplos de
los océanos y de la pampa, gran
soplo liberado de las mezquindades.
Cuando de franquea un paso, en
América, se lo franquea bien. He
aquí aeropuertos, casas, estudios de
habitación obrera…
Les aseguro que da gusto recibir así
carpetas llenas de estas cosas cuando
el campo arquitectónico francés se
revela, actualmente, un
poco corto de respiración, un poco
miedoso, timorato, aferrado al pasado.
Y hablaremos aquí de un pasado nada
brillante, pasado de entre dos guerras,
y más aún, pasado del gran desorden
de la primera hora maquinista en la
que todo fue incoherente por falta de
visión de conjunto, de solidaridad, por
falta de comprensión de los
acontecimientos. Período histórico que
debe considerarse terminado. No podía
ser en otra forma. Fue lo que fue. Pero
estamos todos de acuerdo en que hay
que salir de él.
He aquí, pues, los trabajos de Amancio
Williams y de su grupo en Buenos
Aires.
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AMANCIO WILLIAMS
y la arquitectura
APOL INEA
CASA DEL
PUENTE
1943 | Mar del Plata | Argentina
frente
corte longitudinal
planta principal
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AEROPUERTO
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HOSPI T A L
corte
perspectiva
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