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Jornadas Cenozoico Uruguay

1999, I Jornadas del Cenozoico de Uruguay

Extended abstracts from the I Jornadas del Cenozoico de Uruguay, 1999

20 y 21 de diciembre 1999 Facultad de Ciencias Iguá 4225-Montevideo Organizan: Durante los días 20 y 21 de diciembre de 1999 se realizaron las I Jornadas del Cenozoico del Uruguay, organizadas por la Sociedad Uruguaya de Geología, el INGEPA (Facultad de Ciencias) y la UNCIEP (Facultad de Ciencias). Su objetivo ha sido reunir en un ámbito fecundo a todos quienes trabajamos en relación a esta Era en nuestro país, siendo la temática tomada con el sentido más amplio. Los depósitos cenozoicos están ampliamente representados en ehUruguay, y su estudio se realiza desde múltiples puntos de vista, siendo además fuente de importantes recursos económicos y roca madre de una extensa superficie de suelos. Es así que hemos recibido contribuciones generadas desde las más diversas disciplinas, intercambiando experiencias y apuntando a nuevas y mejores perspectivas. Las I Jornadas del Cenozoico del Uruguay tuvieron como como local la Facultad de Ciencias. Este volumen agrupa los resúmenes de las ponencias presentadas, los que han sido reproducidos directamente de los textos proporcionados por los autores, siendo su contenido exlusiva responsabilidad de éstos. César Goso Carola Castiñeira Sergio Martínez Comisión Organizadora de las Jomadas del Cenozoico del Uruguay LA HORTICULTURA INDIGENA EN LAS ESTRUCTURAS M ONTICULARES Ing. Jorge Baeza (*), Ing. Daniel Panario (**) (*) Depto. de Arqueología - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. (**) UNCIEP, Facultad de Ciencias. El presente trabajo pretende dar algunos resultados de campo, producto de observaciones e investigaciones en el área de ocupación serrana y humedales, en los cerritos que abarcan el Sur de Brasil, el Este, Noreste y Norte del Uruguay. Los modelos manejados de cazadores de alta eficiencia no dan cuenta de algunas particulares propiedades de las estructuras, que tienen un carácter claramente antròpico y que no explican su posición topográfica y su vinculación con las geoformas del paisaje. Las investigaciones que los autores vienen desarrollando desde 1972 en las áreas de edafología, geomorfologia, estadísticas, marcan algunos parámetros que perm itieron en el año 19,85 adelantar la hipótesis luego presentada en el año 1994 en el VIII Congreso Nacional de Arqueología de una horticultura ligada a dichos montículos. Ello m otivó estudios p^ra determinar presencia de silicofitolitos que continúan hasta el presente. La serie de observaciones realizadas en campo condujeron a las siguientes hipótesis: 1) Los cp rito estaban construidos casi exclusivamente con-el horizonte A de los suelos 2) Estos horizontes en los cerritos observados eran de alta fertilidad. 3) La permeabilidad de los suelos artificialmente construidos era óptima. 4) Varias capas presentaban un mullido comparable al que se logra cuando se prepara una sementera con sumo cuidado ^(Piñeiro & Castiñeira, 1996, Simposio Internacional de Tierras Bajas, en prensa). 5) La napa freática se encontraba siempre próxima, en general a menos de 2 m etros de la superficie del cerrito. 6) Varios de lo cerritos ubicados en zonas altas coincidían con zonas de concentración del flujo hipodérmico. 7) Existía muchos trozos de hueso pequeños y partidos lo que podría vincularse a una práctica fleiertilización con fósforo y nitrógeno. 8) Muchos horizontes se encontraban oscurecidos con polvo de carbón lo que ha sido usado por agricultores primitivos para aumentar la temperatura del suelo para adelantar los cultivos. En conjunto puede decirse que estos suelos construidos son los únicos que en el Uruguay cumplen con todos los requisitos para ser considerados de clase uno en la clasificación de capacidad de uso del USD A; es decir, sin limitaciones de ningún tipo para el cultivo. A todas luces demasiadas coincidencias para que ello se debiera al azar y por tanto que entre sus destinos de uso no estuviera incluida alguna forma de agricultura. Los hallazgos presentados en el Congreso antes mencionado (Olivera, Campos y Braceo, 1994) y los posteriores (Campos, del Puerto, Inda, 1998, en prensa) vinculados al tem a de silicofitolitos, m arcan una clara presencia de especies dom esticadas (Zea mays, Phaseolus, Cucúrbita) en el registro arqueológico, planteo muy resistido por algunos de los modelos imperantes de ocupación del área. Con relación a este tema resta saber entre otras muchas interrogantes, cuánto de la dieta ocuparon estos cultígenos en el período de ca. 4.000 años A.P. en que están registradas por técnicas de radiocarbono las estructuras monticulares en el territorio, lo que requiere todavía de una larga, precisa y minuciosa investigación en macro y micro escala. r" * J DATACIONES 14C Y EFECTO RESERVORIO PARA EL LITO RAL D E L URUGUAY Roberto Braceo Boksar* , Daniel Panano ** y Cristina Ures * * Laboratorio l4C . Cátedra de Radioquímica (Facultad de Química) - Comisión Nacional de Arqueología (M. E.C.). ** UNCIEP (Facultad de Ciencias). E n esta comunicación se presenta un conjunto de datos 14C que perm iten ponderar el efecto reservo rio para diferentes sectores de nuestra costa. Esta línea de evidencias se ha vertebrado a partir de las investigaciones que apuntan a reconstruir la evolución paleoam biental del litoral oceánico, para los últim os tiempos geológicos, integrando el facto r humano. El efecto reservorio causa edades radiocarbónicas aparentes en los organism os m arinos, que varían desde 200 a más de 2500 años (vide Gupta y Polach, 1985: “R a d iocarbon D a tin g a t A N U ”). Se produce como consecuencia de la mezcla de carbono “antiguo” con carbono “ moderno”, en las masas de agua oceánica. El carbono “m oderno” es el que se encuentra en equilibrio con la atmósfera. El “antiguo”, con una relación 14C /12C m en o r a la actual, esta vinculado a la resolubilización de carbonates biogénicos precipitados en el fondo como también, a los periodos y trayectoria de las corrientes m arinas. La estimación de la edad aparente, causada por la incorporación de carbono con una relación 14C /12C m enor a la atmosférica, para las diferentes regiones, es sum am ente importante para determinar la edad real (el envejecim iento aparente) de las m uestras biogénicas procedentes de los medios marinos. L a aproxim ación m ultidisciplinaria a la tem ática de la evolución costera ha aportado inform ación de muy diversos órdenes. El reconocimiento en La E sm eralda (D epto. de R ocha) del prim er conchero de origen antròpico para nuestro territorio (L ópez, et.al., 1997, Segundas Jornadas E tnolingüisticas, "Arqueología y B i oantropología". T om o III), es uno de los hechos recientes y más relevantes que ha generado esta línea de investigación. Dicho sitio se ubica en el arco de playa Aguas D ulces - P unta Palm ar, segundo cordón interdunar, aprox. cota 3m .s.n.m.a). En lo inm ediato se presentas com o una extensa concentración de valvas y caracoles marinos, con una m arcada dom inancia de berberechos (D onax h a n ley a n u s). Asim ism o se observan claras estructuras de fogón, m aterial litico y huesos de herbívoros (cérvidos), peces (corvina negra, entre otros) y carnívoros (cannis). Aunque la exposición del sitio esta fuertem ente sujeta a la acción eòlica se puede percibir una concentración m ayor de m ateriales, alongada de 120 x 40 m ., y dos sectores menores, uno ubicado al N E y otro al SE. A m bos a una distancia de 200 m etros, aproxim adam ente. C on el objetivo de contrastar la asociación entre el material m alacológico y el resto del contexto de indudable origen antròpico, se realizaron, prim ariam ente, para este sitio dos dataciones 14C. Una sobre carbón procedente de un fogón y la segunda sobre valvas de berberechos espacialm ente asociadas a la estructura de com bustión. Sus edades respectivas son 3190±80 aA P (U R U 0220) y 3210±50 aA P(U RU 0219). E stos datos, en prim era instancia, acotan tem poralm ente el sitio y sustentan la asociación entre el m aterial m alacológico y el carbón antròpico. P o r otra parte señalan la m agnitud del efecto reservorio para una situación concreta de nuestro litoral. L os fechados son estadísticam ente no diferenciables, p o r lo cual el orden del efecto reservorio estaría dentro del rango del error asociado a los fechados. Una situación similar ha sido observada para otros dos sitios litorales: Laguna de Castillos y Ao. Vizcaíno. En el primer caso, en un ambiente lagunar, marginal marino, carbón procedente de un nivel anlrogénico produjo un fechado de 3080^70 aAP (U RU 0136) y valvas {Erodono m actroides) ubicadas en el estrato natural inm ediatam ente inferior, fueron datadas en 2930±70 aAP (URU 0059). Ambos fechados son estadísticam ente no diferenciables e indican que el efecto reservorio tam bién estaría en el orden de los errores asociados. En Ao. Vizcaíno la situación es equivalente, aunque aquí debemos de ubicarnos en un am biente estuárico interno, de acuerdo a la cronología y en función de la evolución de los niveles marinos (vide infra). Carbón integrado a un estrato antròpico produjo un fechado de 1020Ü 30 aAP (URU 0117). Un D iplodon, del estrato inm ediato inferior, fue datado en 1260±50 aAP (URU 0113). Nuevamente las cronologías son muy próximas. A unque sustentado en una asociación de menor fuerza, la consistencia entre las cronologías de Cañada Grande, igualmente indican que las edades aparentes producidas por el efecto reservorio, a nivel regional, son de baja incidencia en la determ inación de las edades reales de los organismos marinos. Aquí las edades de dos m uestras de m adera (2580±90 a AP (URU 0120) y 2650±60 a AP (URU 0121)), procedentes de una contexto geomorfológica que evidencia un nivel de base regional m ás bajo, ubican cronológicam ente esta situación en el segundo evento regresivo propuesto p o r M artín y Suguio (1989, “International Sym posium on global changes in South A m erica d u rin g the Q uaternary, San Pablo (Brazil), M ay 8 -1 2 ” Special Publi. N2), para el H oloceno reciente. Esta-curva ha sido contrastada para nuestras costas, a través de la datación de bivalvos de am bientes marginales oceánicos, principalmente (Braceo y U res, 1998: “L as variaciones del nivel del m ar y las culturas prehistóricas del Uruguay” . A c ta s Gong. G e o L 19981. Los datos que se han presentado evidencian que para esas realidades concretas, el efecto reservorio-no ha originado-discrepancias cronológicas apreciables entre m uestras procedentes de ambientes continentales y marinos. Distintas causas pueden ex p licar esta situación y sustentar una Inducción que contemple.-un universo regional m ayor. E ntre ellas se debe de señalar que el intercam bio de carbono entre los diferentes sectores de su reservorio a escala de la biosfera, d e estar fuertemente favorecido regionalm ente, por la situación que determ ina la extensa plataform a continental que se desarrolla en nuestro frente marino. L a relación superficie/m asa-quese-da-en ésta favorece el intercam bio con la atm ósfera a la vez que su conform ación reduce la incidencia de las corrientes m arinas-profundas. Tam bién d eb e -de considerarse-las-situaciones puntuales que se dan en los locus que ocuparon los distintos organismos acuáticos datados. SUELOS Y “CERRITOS” Roberto Braceo Boksar*, Daniel Panano**, Ofelia Gutiérrez**, Oscar M arozzi, L ujan Orsi, Andrea Castillo*** y Luisa Pereyro*. * Laboratorio 14C . Cátedra de Radioquímica (Facultad de Química) - Comisión Nacional de Arqueología (M .E.C). ** UNCIEP (Facultad de Ciencias). *** Comisión Nacional de Arqueología En este trabajo se presenta un intento de sistematización de la distribución de sitios con monticulos, para el área de India M uerta - Paso Barrancas (Depto. de Rocha), en relación principalmenta a unidades de suelo. La metodología busco encontrar las posibles relaciones entre características tipológicas y de agrupación de monticulos y su ocurrencia en las unidades de suelo CONEAT de la región de estudio.Para elllo se procedió a sistematizar la información de monticulos (a escala 1:20.000) y superponerla sobre las unidades CONEAT. Estas unidades a pesar de haber sido confeccionadas con una intencionalidad impositiva, incluyen la clasificación de los suelos presentes según el sistema Uruguayo, de las que se pueden inferir sus propiedades quím icas más relevantes, particularmente capacidad de intercambio catiónico, saturación en bases, materia orgánica, presencia de sodio intercambiable, salinidad, pH y otros, entre rangos m ás o menos estrechos. Del posterior procesamiento estadístico (chi cuadrado) se infiere que bajo cualquier grado de confiabilidad se puede establecer que existe correlación entre ubicación de montículos y tipo de suelo. De este resultado se pueden extrapolar diversos elem entos que permitan analizar desde una nueva óptia los patrones de ubicación, como la consecuenia de un largo proceso cultural de ocupación del espacio. La distribución de los sitios con estructuras monticulares ha sido objeto de diferentes aproximaciones. Estos sitios, a escala regional, se sitúan en la cuenca de la L aguna M erín y de la Laguna-de los Tatos (Ñaue, 1973,V entas, 71-73; Schmitz, 1976, Teses de li\r e do cen cia ). Desde fines del siglo pasado se ha reconocido que su distribución se corresponde con los ambientes de lagunas costeras y las tierras bajas asociadas. Para nuestro territorio se ha señalada la coincidencia de su distribución con los espacios de depositación de la form ación Villa Soriano (Braceo et alli, s/d;Simposio Internacional de Tierras Bajas, 1995). T rabajos más recientes, desde enfoques postprocesuales, han propuesto que estas estructuras han sido emplazadas, dentro de un proceso de “-domesticación del paisaje”, con el objetivo de funcionar como marcadores espaciales, señalando principalmente dom inio, pasos o cam inos. Para estas perspectivas la visibilidad-e intervisibilidad juegan un rol central. Prácticamente todas estas interpretaciones compartieron los mismos prejuicios: un actualism o acrítico con referencia al ambiente y una percepción instantánea del fenóm eno cultural.L as reconstrucciones macro regionales establecen, para el período de interés, cam bios am bientales importantes que necesariamente tienen p u e haber modificado las condiciones de las tierras bajas del Este. Pruebas de estos cambios (variaciones de líneas de costa, de patrones de drenaje y pluviosidad, principalm ente) han sido reportadas para la región (B raceo et alli, s/d, op.cit.). Posiblemente la tradición de los constructores de cerritos se instala en la cuenca en un momento en que las condiciones ambientales eran m arcadamente diferentes a las actuales. Precipitaciones menores y un sistem a de drenaje más eficiente restringían fuertem ente la extensión de los bañados. Las dataciones 14C de sitios con estructuras monticulares perm iten percibir este fenóm eno cultural como un extenso proceso que tiene expresión a tres escalas: regional, de sitio y po r último a escala de montículos individuales. A escala regional las cronologías nos indican que los constructores de cerritos ocuparon la Cuenca de la L. Merín, en form a continua, desde el III milenio antes de Cristo basta un poco después de la llegada de los europeo s a estas latitudes (s. XVII) A escala de sitio, se observa que el aumento del núm ero de las m ontículos que los componen, a través de la -construcción de nuevas estructuras, es u n proceso progresivo y dilatado en el tiem po. A nivel de estructuras individuales las series de fechados apuntan a indicar un crecimiento continuo por aportes discretos de material 1999, en Arqueología y Bioantropología de las Tierras Bajas. U .R .). P ara el p e a de estudio la distribución-dedos sitios eon montículos considerando las diferentes unidades de suelos, muestra que se privilegiaron ciertos espacios, a la hora de seleccionar los em plazam ientos, en detrimento-de-otrosJ£ara las-áreas bajas, el 75% de los sitios relevados se encuentran en el 40% de la superficie estudiada. Asimismo coincide que aquellos lugares donde sp presenta el número-mayor-de m ontículos o d a más alta densidad de sitios con montículos, son los correspondientes a la unidad edafológicas de mayor fertilidad (unidades 3.14, 3.^51 y 3.15) y donde se presenta da más-alta-densidad de cursos mayores. Tom ando la altura de los montículos y número de montículos como parámetros para establecer jerarquías entre sitios, dambién se observa que la-densidad m ás alta de los sitios de mayor jerarquía se muestra en las unidades de mayor fertilidad y densidad hídrica. Y la densidad de los sitios jerarquizados por número -y tamaño -de componentes, para el resto de las unidades edafológicas ocupadas, disminuye en forma proporcionalmente a la fertilidad y presencia de cursos. Desde la perspectiva de economías tradicionales no sería totalmente adecuado la utilización del concepto de fertilidad, inscrito en una clasificación de suelos que responde a tecnologías agrícolas modernas occidentales. Sin embargo es posible soslayar esta observación si admitimps-que la fertilidad puede ser traducida-como productividad. Asimismo, incluyendo la densidad de los cursos mayores se logra una mejor aproximación a los niveles de productividad global de los diferentes sectores-del ambiente. Observando la dinámica de formación de los sitios con montículos (crecimiento paulatino del tamaño y del número de las -unidades constituyentes) y traduciendo el concepto de fertilidad en productividad, podemos interpretar que las distintas correlaciones señaladas para nuestra región de-estudio y principalmente la-que se manifiesta entre densidad de sitios jerarquizados y productividad, es la consecuencia de un extenso proceso cultural regido por decisiones vinculadas a la oferta de recursos y sustentada y reforzada en la tradición cultural de cada locus. EVIDEN CIA S PALEOAM BIENTALES EN EL LITO R AL ATLANTICO PUNTA DE LA CORONILLA - ROCHA. Capdepont Caffa Irina C om isión N acional de A rqueología - M inisterio de E ducación y C ultura El objetivo de este trabajo era determinar cuales fueron las variaciones clim áticas que quedaron registradas en el área del litoral Atlántico Uruguayo, específicam ente en Punta de la Coronilla. El interés en el área se debido a la presencia de sitios arqueológicos, los cuales han sido caracterizados por J.M. López (1995, E l fó s il que no guía, y la fo rm a ció n de los sitio s costeros) por la presencia esfím era y ocasional de grupos humanos. M A TERIALES Y M ETODOS La m etodología em pleada trata en una primera etapa de la ubicación espacial de la zo n a de estudio a través de la realización de fotointerpretación, a partir de la cual se construye un croquis del área con la ubicación de los sitios arqueológicos investigados (Suguio, 1992 D icionário de G eología M arinha). A partir de los resultados obtenidos se realiza una salida de campo, en la cual se traza una transecta desde la costa hacia tierra adentro, para realizar la descripción de los perfiles estatigráficos. D e esta m anera fueron descritos 4 perfiles, relacionados 2 de estos con los sitios arqueológicos excavados en el año 1993. D e dichos perfiles se tom aron muestras de sedimentos para en una ultim a etapa, en laboratorio, realizar análisis granulométricos (Folk y Ward, 1957 B razos riv er bar: A stu d y in the significance o f g ra it size param eters; Suguio, 1973 Introduco á sed im en to lo g ía ) para caracterizar texturalm ente los estratos descritos en la salida y deducir paleoagentes de transporte, así com o tam bién ambiente de formación. Se estudió adem ás de las form as de sedim entación, las form as de erosión ocurridas en dicha área de estudio. R ESU LTA D O S E n los perfiles de la zona de cárcavas, ubicadas en cota 30 aproxim adam ente, por encim a de la paleocosta, identificada m ediante fotointerpretación, se pudieron distinguir tres paquetes sedim entarios, correspondientes cada uno de ellos a diferentes eventos clim áticos. Se identificaron 5 capas estatigráfcas ( 3 de las cuales corresponden a un Paleosuelo). C om enzando de arriba hacia abajo se observó con un espesor de 0.70 m. aproxim adam ente, la presencia de arenas recientes. Debajo de ésta, con una potencia de 0.50 a 0.60 m.. se identificó un Paleosuelo, al cual se lo dividió en 3 debido a la diferencia de colores: Paleosuelo A, de coloración gris oscura; Paleosuelo B, de coloración castaña y Paleosuelo C, de coloración abigarrada. P or últim o, con una potencia de 5 m se encuentra la Capa D, prácticam ente arcillosas. El Prim er Paquete presenta una potencia de 5 m. La textura es grano creciente hacia el tope, sedim ento areno - lim o - arcilloso, de coloración rojiza, presentándose una decoloración en el tope de aproxim adam ente una pulgada de espesor. Se puede observar la presencia de óxido de hierro, expresado por el color rojo del sedimento. En el Paleosuelo: tanto dentro como sobre éste, fueron hallados materiales arqueológicos, lascas y microlascas de cuarzo. Se observó, a partir de las excavaciones arqueológicas realizadas en este lugar, la presencia de pedotúbulos, los cuales tienen en el paleosuelo un desarrollo horizontal según superficies o paleosuperficies edáfícas. Estos pueden servir de indicadores paleoclimáticos, y según Bombín y Klamt (1974, Evidencias paleoclimaticas en (íníílf fin fífíl (Tfipfe do Sul) las condiciones acúlales parecen no indicar su formación CU Cl Utt clima m ás seco para su génesis. No estam os de acuerdo con esto debido a que en la sa lid í de cam po realizada a Punta de la Coronilla, pudim os observar que este proceso de precipitación de carbonato de calcio se encuentra activo hoy en día. E sto se evidencia p o r la presencia de raíces actuales cubiertas por carbonato de calcio, ubicadas sobre las a re n a s recientes. L a existencia de los pedotúbulos se ve favorecida por la presencia, en este caso, de las conchillas incluidas en Ja arena. E sta conchillas se disuelven debido a que la textura en am biente de duna propicia un aum ento de acidez en el agua. Las arenas actuales se expresan con una potencia de 0,70 m. E ste es un deposito de arenas eólicas, inconsolidadas, el cual presenta una lam inación subhorizontal. Su color es claro, blanco am arillento, textura de arenas m edias a finas, dom inantem ente cuarzosas y de granos generalm ente redondeados. En otro de los perfiles estudiados, para com pletar la secuencia de los depósitos ocurridos en la zona, se observó, sobre la acum ulación de la denom inada Form ación Libertad ( Goso, 1985 y 1986 Jornadas de G eología y E atatigrafia d el C uaternario N ° 2 y N ° 3; Bossi, 1966 C arta G eológica del U ruguay) un proceso posdeposicional de reducción de los óxidos de hierro tom ando los sedim entos grises (Gleysación). Este tipo de proceso se debe a la subida del nivel freático, el cual es el causante, en última instancia, de la coloración gris de los depósitos. Al quedar con m enos oxigeno, bajo agua, los m inerales de hierro allí presentes, pasan de férricos a ferrosos y se tiñen de gris verdoso. Tras tal elevación de la napa se sucede la entrada del mar, en donde se da este tipo de coloraciones en parches, de oxidación y reducción. Se observan entonces: - depósitos sucedidos en el Pleistoceno (18.000 años A.P.) durante una regresión m arina en un periodo más seco y frío que el actual, a este le sigue un deposito del Pleistoceno Superior (8.500 años A.P.) a través de la fase transgresiva en un clim a m ás cálido y húm edo que el imperante en el período anterior. Luego de este evento, en un clim a que com ienza a tom arse m ás seco (4.000 a 2.700 años A.P.) se da la form ación del Paleosuelo ( Ayup, 1991 A valiacao das mudancas do nivel do m ar durante o H oloceno na P lataform a continental adjacente ao R io da P lata; Panario y Piñeiro, 1993 D inám ica sedim entaria y geom orfológica de dunas y palyas en Cabo P olonio; López, 1994 Cabo P olonio: sitio arqueológico d el L ito ra l A tlántico Uruguayo; Iriondo y K rohling, 1998 Loess in A rgentina: Tem perated a n d Tropical) La serie de eventos observados en Punta de la Coronilla se pueden correlacionar con los sucedidos en Santa Isabel, ubicada en el Km. 237 de la ruta 9, a dos kilóm etros de Punta Rubia. CARACTERIZACIÓN Y C R 0N0ESTR A T1G R A FÍA REGIONAL DE CENIZAS VOLCANICAS C arola C astiñeira L atorre. Comisión Nacional de Arqueología (Ní.E.C.) y Laboratorio de Estudios d el Cuaternario, UNCIEP (Facultad de Ciencias). E-m ail: unciep@ fcien.edu.uy IN T R O D U C C IÓ N . El presente trabajo es producto de una investigación in terd iscip lin aria en desarrollo. El objetivo central de dicha investigación es com prender los cam bios clim ático s durante el Pleistoceno tardío y H oloceno. A tales efectos, se recurrió a la elaboración de una cro n o estratig rafía b asad a principalm ente en bancos de cenizas volcánicas, que son de am plia recu rren c ia en la región. Esta recurrencia, m otivó a que en la década de 1970, los in vestigadores b rasilero s M iller (1974, Congresso Internacional de Americanistas: 483-491) y B o m b ín (1 9 7 6 , Comunicagoes do Museu de Ciencias da PUCRGS: 1-28) postularan a estos d epósitos com o "estrato guía''. Dichos ‘‘estratos”, serían producto de actividad volcánica prov en ien te de la z o n a andina y estarían contenidos en la F orm ación T ouro Passo con cronología p leisto -h o lo cén ica, con registro arqueológico atribuido a grupos paleoindios en asociación con fa u n a extinta. L a Form ación Touro Passo, es correlacionada por estos autores con la F o rm a ció n Sopas - para Uruguay - y la Form ación L ujan - para Prov. de Bs.As. Bom bín (op.cit.) describe los com ponentes m ineralógicos de las cen izas volcánicas de la Form ación Touro Passo por técnica de D ifracción de R ayos X y e stab lece u n a cronología aproxim ada de 9.000 años A.P. para este depósito piroclástico. La prim er datación confiable para estos depósitos en el país q u e difiere de la de Brasil, se obtiene a partir de la labor arqueológica em prendida p o r la M isió n de R escate A rqueológico de Salto G rande, en el sitio S-5-42 (en la m argen derecha del R ío A rapey). El fechado de 4.580 ± 270 años A.P. (G IF4413) corresponde a una cap a de “fósiles vegetales inm ediatam ente inferior a las cenizas” (Guidón, 1989 ^fisión de Rescate Arqueológico de Salto Grande, R.O.U., T. II). El esquem a “teffacronológico” para la región patagónica argentina, da cuenta de al m enos dps im portantes m om entos d e actividad volcánica para el P leisto cen o final y m ás de cinco para el Holoceno (S tem 1990, National Geographic Research , 6: 110-126). Por Tanto, ,la co n stru cció n .d e.u n -esquema sem ejante para estas latitudes, necesita no sólo de nuevos fechados, sino de una reinterpretación del C enozoico continental eólico y fluvial. ,Los bancos de cenizas volcánicas no solo so n buenos referentes regionales en térm inos cronológicos, de preservación del registro paleoecológico (B orrero, 1994, C u a d e n p s d e l. In stitu to N a cio n a l de. A n tro p o lo g ía y P ensam iento L atinoam ericano, 15: 185195), sino que adem ás son buenos referentes paleoclim áticos, en cuanto a las características del transporte eólico, y de p ro ceso sd eh ip erg én esis. RESULTADOS: caracterización y cronología de las cenizas volcánicas presentes en perfiles de la zonaj -norte d e la R .O .U . Las localidades m uestreadas fueron las siguientes: Río U ruguay (desem bocadura del A° San (Antonio Grande, D epto. de Salto); Rio A rapey Chico (sitio Paso del B uey N egro, Depto. de Salto); Rio Cuareím (sitio el Puerto, Depto. de A rtigas); A° C atalán C hico (D epto. de Artigas^, l a g u n a Saralegui-(zona Franquía, B ella Unión, Depto. de A rtigas). E stos depósitos están caracterizados por una población granulom étrica lim osa (de lim osa a franco Ijmosa - según triángulo textural del USDA), que se presenta generalm ente depositada aw fnrtviri Um m ar fllcanzíinHn una exnresión de 30 a 80 cm fie fácil irlcntifírncinn An tArrcnn CARACTERIZACIÓN Y CRONOESTRATIGRAFÍA REGIONAL DE CENIZAS VOLCANICAS Carola Castiñeira Latorre. ( 'om isión N acional Je A rqueología (NÍ.E. C.) y Laboratorio de E studios d e l C uaternario, U NCIEP (F acultad de Ciencias). E-mail: unciep@ fcien.edu.uy IN T R O D U C C IÓ N . El presente trabajo es producto de una investigación interdisciplinaria en desarrollo. El objetivo central de dicha investigación es com prender los cambios clim áticos durante el Pleistoceno tardío y Holoceno. A tales efectos, se recurrió a la elaboración de una cronoestratigrafía basada principalmente en bancos de cenizas volcánicas, que son de amplia recurrencia en la región. Esta recurrencia, motivó a que en la década de 1970, los investigadores brasileros Milier (1974, Congresso Internacional de A m ericanistas: 483-491) y Bom bín (1976, Comunicagoes do M useu de C iencias d a PUCRGS: 1-28) postularan a estos depósitos como "estrato guia". Dichos ‘'estratos”, serian producto de actividad volcánica proveniente de la zona andina y estarían contenidos en la Form ación Touro Passo con cronología pleisto-holocénica, con registro arqueológico atribuido a grupos paleoindios en asociación con fauna extinta. La Formación Touro Passo, es correlacionada por estos autores con la Form ación Sopas - para Uruguay - y la Form ación Lujan - para Prov. de Bs.As. Bombín (op.cit.) describe los componentes m ineralógicos de las cenizas volcánicas de la Form ación Touro Passo por técnica de Difracción de Rayos X y establece una cronología aproxim ada de 9.000 años A.P. para este depósito piroclástico. La primer datación confiable para estos depósitos en el país que difiere de la de Brasil, se obtiene a partir de la labor arqueológica em prendida por la M isión de Rescate Arqueológico de Salto Grande, en el sitio S-5-42 (en la m argen derecha del R ío Arapey). El fechado de 4.580 ± 270 años A.P. (GIF4413) corresponde a una capa de “fósiles vegetales inm ediatam ente inferior a las cenizas” (Guidón, \9%9JMisión de R escate A rqueológico de Salto Grande. R.O.U., T. II). El esquem a “teffacronológico” para la región patagónica argentina, da cuenta de al m enos dos im portantes m om entos de actividad volcánica para el Pleistoceno final y más de cinco para el Holoceno (Stem 1990, N ational G eographic R esearch, 6: 110-126). Por lanío. ,la construcción ,de .un-esquem a sem ejante-para estas latitudes, necesita no sólo de nuevos fechados, sino de una reinterpretación del Cenozoico continental eólico y fluvial. JLos bancos de cenizas volcánicas no solo son buenos referentes regionales en térm inos cronológicos, de preservación del registro paleoecológico (Borrero, 1994, C u a dertps d e l. In stitu to N acioaal.de, A ntropología y Pensam iento Latinoam ericano, 15: 185195), sino que además son buenos referentes paleoclimáticos, en cuanto a las características del transporte eólico, y de procesos d e hipergénesis. RESULTADOS: caracterización y cronología de las cenizas volcánicas presentes en perfiles de la zonq -norte de la R .Q .U . Las localidades m uestreadas fueron las siguientes: Río Uruguay (desem bocadura del A° San Antonio Grande, Depto. de Salto); Río A rapey Chico (sitio Paso del Buey Negro, Depto. de Salto); Río Cuareim (sitio el Puerto, Depto. de Artigas); A° Catalán Chico (Depto. de .A rtigas);laguna Saralegui-(zonaFranquía, B ella Unión, Depto. de Artigas). Estos depósitos están caracterizados por una población granulom étrica lim osa (de limosa a franco limosa - según triángulo textural del USDA), que se presenta generalm ente depositada en forma laminar, alcanzando una expresión de 30 a 80 cm, de fácil identificación en terreno dado su coloración (tabla M unselL3Y771 gris suave y 7,5YR8/2 rosado claro). El análisis fisco textural de las muestras y su procesamiento estadístico según técnicas de Folk y Ward (1957, Journal o f Sed. P eírol., 27: 3-27) establecieron una media granulométrica Phi = 5; los demás parám etros estadísticos dan cuenta de una pobre selección de simetrías negativas a muy negativas y curtosis de muy platicúrticas a leptocúrticas. Estas diferencias pueden estar directamente relacionadas con los procesos depositacionales y postdepositacionales. El reconocimiento mineralógico se realizó por parámetros establecidos por Kerr (1965, “M ineralogía óptica”, Ed.IH, N.Y.), obteniéndose los siguientes resultados: el 80% de los clastos se comportan como isótropos frente a la luz; el hábito de los clastos de vidrio es hojoso presentado presipitados de oxi-hidróxidos de Fe. Cabe distinguir la generalidad de la extinción ondulante de las plagioclasas. La m ineralogía reconocida en las muestras es la siguiente: vidrio+feldespato+plagioclasa+cuarzo+otros. Según los valores obtenidos por Fluorescencia de Rayos X, se estaría evidenciando el carácter alcalino de las muestras, lo cual puede correlacionarse con una fuente de emisión de lavas ácidas. Las evidencias serían las siguientes: relación K/Ca = 7, alto porcentaje de potasio -silicatos y feldespatos alcalinos- del 2 al 33 % , así como en los valores de concentración de Sr y de Rb (tabla de resultados de FD RX ver Braceo, et.al., 1997, IX Congreso Nacional de Arqueología, en prensa). Las partículas biosilíceas presentes en las muestras fueron analizadas a los fines de caracterizar el ambiente de depositación. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: abundante presencia de fitolitos, predominando aquellos producidos en gramíneas (principalmente células cortas panicoides). Así también, para las muestras de Laguna Saralegui se identifican los siguientes géneros de diatomeas: N avícula, Tabularía, Eunotia, Pim daría, Raphalodia; estos géneros responden a ambientes de agua dulce. Los materiales para datar se obtuvieron de las terrazas aluviales del Río Uruguay (desembocadura del A° San Antonio, Salto); obteniéndose techo y base para el banco de cenizas presente en dicho perfil: 3.380±80(URU0077) y 4.020±70(URU0079) (Braceo, et.al., 1997, op.cit.). C O N C L U SIO N E S . De manera general podemos establecer que la presencia de los bancos de cenizas con una expresión diferencial de potencia, frecuentemente con estratificación laminar, conjuntamente con los resultados obtenidos del análisis de las partículas biosilíceas, estarían evidenciando la presencia de paleocanales, paleolagunas y antiguos bañados (medios de baja energía) que estaban activos en el Holoceno medio al m omento de la “lluvia de cenizas” comportándose como lugares de “entrampamiento” natural. Los materiales primarios que caracterizan a estos depósitos son los siguientes: plagioclasas, feldespatos alcalinos, anfiboles, piroxenos, olivinos y micas. Estos se descomponen formando arcillas y yeso. Los minerales secundarios presentes, caracterizarían a los proceros postdepositacionales. La cronología establecida para el evento “lluvia de cenizas” es preciso contextualizarla según l^s condiciones climáticas imperantes para él Holoceno medio. Diferentes autores concuerdan en establecer una evolución de condiciones de clima húmedo y cálido, a una aridificaciófl-con marcada actividad cólica para los 4.000 a.A.P. Por tanto, la dispersión de la pluma volcánica pudo verse favorecida por las condiciones climáticas recientemente reseñadas. El estudio de los bancos de cenizas volcánicas nos permite confirmar la calidad de “estratoyguía” y como tal, está cronológicamente acotado (dado su carácter de evento excepcional), siendo su registro de fácil identificación y de amplia expresión territorial lo cual permite generar líneas de evidencias para la reconstrucción paleoam biental de escala regional y correláciones de amplia expresión. Estudios que se vienen desarrollando en lagunas costeras tienden a-€Oftfirmarlo. P E R R O S P R E H IS T O R IC O S Y “ CO NSTR U C TO R ES DE C E R R IT O S” : EL NU E V O A M IG O D EL H OM BRE DEL ESTE DEL T E R R IT O R IO UR UG UAY O . G onzález G., R oberto*; C lara, M ario** *C o m isió n N a c io n a l de A rq u e o lo g ía - M EC, M isio n e s 1227. * * F a cu lta d de C ien c ia s - S ecció n Z o o lo g ía V erteb ra d o s - Ig u á 4225 -1 1 4 0 0 M o n tevid eo D u ran te las in v e stig a c io n e s arq u eo ló g icas efectu ad as en lo s últim os 15 años p o r un equipo de té c n ic o s y e stu d ian tes de la F a c u lta d de H um anidadesM in isterio de E d u cació n y C ultura, en la región de la C uenca de la Laguna M erín - R ocha (U ru g u ay ), se recuperó un am plio re g istro fau n ístico que dio pie al d esarro llo de la zo o arq u eo lo g ía com o una su b d isc ip lin a con sus propias técn icas de a n álisis, al tiem p o que surgen lo s p rim e ro s m o d elo s explicativ o s ten d ien tes a co m p ren d er las e stra te g ia s a d ap tativ as de los cazadores reco lecto res de las zona (L ó p ez & B ra c e o 1994: A rqueología: de cazadores reco lecto res; P in to s 1995: M onografía T alle r II A rq u e o lo g ía ). El p resen te estudio c o n stitu y e u n abordaje d ife re n te , donde el o b jeto son restos fau n ístico s no m o d ifica d o s por p ro cesam ien to c arn ice ro , in m e rso s en contextos fu n erario s. Se an alizan cuatro e n te rram ie n to s de C a n is fa m ilia r is , tre s de ellos recu p erados muy pró x im o s a e n terram ien to s hum anos d e n tro de estru ctu ras m o n ticu lares tip o “c e rrito ” y o tr a en un m ie ra re lie v e c erca n o a las elevaciones an tró p icas, in te rp re ta d o com o área de a ctiv id ad es d o m é stic a s (C u rb elo et. al. 1990:R evista do C EPA , G o n zález 1999:P royecto de In v e s tig a c ió n T alle r I de A rqueología). Los en terram ie n to s p ro v ie n e n de tres sitio s a rq u e o ló g ic o s, u b ic a d o s to d o s ellos en el D epto. de R o ch a (2 p erro s en San M iguel, uno en P o tre rillo de Santa T eresa y otro en In d ia M u erta). Es la p rim e ra o p o rtu n id a d e n que se aborda un estudio in teg ral de esto s resto s, con el o b jetiv o de c a ra c te riz a rlo s física m e n te y reflex io n ar en to rn o al p e c u lia r c o n te x ta d ep o sicio n al en que fu e ro n hallados. A n teced ente d ire c to del p resen te tra b a jo , en lo re la c io n a d o con la in te rp retac ió n de lo s h a llaz g o s del su re ste del país, es una p ro p u e sta m odélica que subraya el rol del p e rro dentro de la o rg an iz ac ió n so c io e c o n ó m ic a de los "co n stru cto res de c e rrito s". E s to s anim ales, m an ten id o s en la p ro x im id ad de los hum anos, h ab rían c o n stitu id o un recu rso fau n ístico m ás, siendo in co rp o rad o s como c az ad o re s al s e rv ic io d ef hom bre (B raceo & L ó p e z 1995: Ficha 3 PR O B ID E S). El re s u lta d o , según la p ro p u esta, fue una o p tim iz a c ió n energ ética de las a c tiv id a d e s de caza (P in to s 1996: S im p o sio T ie rra s B ajas, P in to s 1997: C ongreso N acio n al A rq u e o lo g ía C o lo n ia), donde el p e rro , de alguna form a, se sum aría al “ eq u ip o té c n ic o ” u tiliza d o en las m ism as (L ó p e z 1994-95: R evista de A rq u eo lo g ía Sao P au lo : 185). Se dibuja así el papel del p erro para nuestra región de e stu d io , c o n sid e ra n d o a e sto s a n im a le s com o u n fa c to r de relativ a im p o rtan cia ante situ a c io n e s de estrés am b iental que o c u rrie ro n a p a rtir del 3.000 AP y que o b lig a ro n a los g ru p o s a a ju sta rse a u n a o fe rta de recursos v ariab le (L ó p ez 1998: S ep arata de A rqueología esp acial 19-20). P a ralelam en te resu lta ob vio, com o o c u rre e n alg u n o s g ru p o s d e i V iejo M u ndo (O jo ad e 1994: S ig n ifíy n g A n im áis), que este com pañero fiel en la caza fu era o b jeto de un sim bolism o p a rtic u la r. En este sentido d e b e v erse q u izá, su h a llaz g o en los c errito s de indios. El estudio esq u eleta d o estuvo dirigido a te s te a r la s id e n tific a cio n es zo o ló g ica s previas y calcular atributos con valor diagnóstico para determ inación racial (alzada, longitud corporal, ín d ices craneales, análisis de la d en tición ). Por otro la d o se b u s c ó d e f in ir ra s g o s ta le s c o m o la e d a d , s e x o , p a to lo g ía s , p re s e n c ia de m a r c a s y /o f r a c t u r a s in te n c io n a le s d e ta l fo rm a a c c e d e r a la in d iv id u a lid a d de c a d a e je m p la r . E s ta ú ltim a in fo rm a c ió n fu e m a n e ja d a en c o n ju n to con lo s d a to s c o n te x tú a le s d e c a d a c a so , y en e s p e c ia l c o n lo s d a to s b io a n tro p o ló g ic o s r e s u l ta n te s d e l e s tu d io de lo s e n te r r a m ie n to s h u m a n o s a s o c ia d o s , e s p e ra n d o e s t a b l e c e r r e c u r r e n c ia s p a ra i n f e r i r a s p e c to s d e l c o m p o rta m ie n to ritu a l de lo s “ c o n s t r u c t o r e s de c e r r i to s ” . P o r ú ltim o , se in c lu y ó el e s tu d io de re s to s de c á n id o s h a lla d o s en é s to s y o tr o s s itio s , ta l e s c o m o m a n d íb u la s, d ie n te s , f a la n g e s ( a lg u n a s de e lla s q u e m a d a s ) y o tr a s p a r te s e s q u e le ta d a s . El e stu d io de e s te r e g is tr o , su m a d o a la i d e n tif ic a c ió n d e m a rc a s d e d ie n te s d e c a rn ív o ro s en h u e s o s d e a n im a le s (p .e . en c é r v id o s ) , a b re i n te r e s a n t e s p e rs p e c tiv a s p a ra a v a n z a r e n el a n á lis is d el p a p e l d e lo s c á n id o s e n el p r o c e s o de fo rm a c ió n de lo s s itio s . L o s r e s u lta d o s a n iv e l d el a n á lis is o s te o ló g ic o in d ic a n c la r a m e n te q u e e ra n a n im a le s d e ta m a ñ o m e d io , lo c u a l se d e s p r e n d e d el c á lc u lo de la a lz a d a (m e d id a a la c ru z ) y la lo n g itu d c a b e z a - tr o n c a . L o s ín d ic e s c ra n e a le s n o s m u e s tra n in d iv id u o s d o lic o c é f a lo s , m ie n tra s q u e el e s tu d io de la d e n tic ió n in d ic a r ía q u e n o c o rr e s p o n d e n a la v a r ie d a d de p e r r o s “ p e lo n e s ” , b ie n c o n o c id o d e sd e M é x ic o al P a ra g u a y en é p o c a p r e h is p á n ic a ( A lie n 1920: B u lle tin o f C o m p a r a tiv e Z o ó lo g y , V a la d e z A z ú a 1995: E l p e rr o m ex ican o )-. P o r o tro la d o , r e s a lta la e s c a s a e d a d de to d o s lo s in d iv id u o s , en n in g ú n c a s o s u p e rio r al añ o y m e d io . E l e s q u e le to p o s c ra n e a l d e t r e s d e lo s e je m p la r e s , re c u p e ra d o s c o n m uy b u e n a c o m p le titu d , p o s e e c a r a c te r ís tic a s r o b u s ta s , e s p e c ia lm e n te m a rc a d a s p o r el g r o s o r d e la s d iá f is is y la c o n s tr u c c ió n d e la s z o n a s a rtic u la re s , ra s g o s q u e c la r a m e n te lo s d if e r e n c ia n de las e s p e c ie s d e z o rr o r e g is tr a d a s p a ra el U ru g u a y ( C e r d o c y o n th o u s , P s e u d a lo p e x g y m n o c e r c u s , C h r y s o c y o n b ra c h y u ru s). E n c o n ju n to , se t r a t a d e c u a tro e je m p la re s de C a n is fa m i li a r i s , m uy s im ila re s a o tr a s f o r m a s p r e c o lo m b in a s d e s c r ip ta s d e s d e el s ig lo X V I e n el C ó d ic e F lo r e n tin o . C o n c r e ta m e n te r e c u e r d a n al “ p e rr o c o m ú n de I n d ia s ” (A lie n 1920: B u lle tin , M o r e y & W i a n t 1992: C u r r e ir t A n th r o p o lo g y 3 3 -2 ), el m á s a b u n d a n te en el c o n ti n e n t e y d el q u e se tie n e n lo s r e g i s tr o s m ás a n tig u o s. Se han c o m p a ra d o la s m e d id a s d e l o s e je m p la r e s e n c o n tr a d o s c o n las de las tre s e s p e c ie s de z o rro s a n te s m e n c io n a d o , d e te r m in á n d o s e d ife re n c ia s en m a n d íb u la , c rá n e o y ta m a ñ o s r e la tiv o s . L a s m e d id a s m ín im a s c a lc u la d a s p a ra lo s p e r r o s e n c o n tr a d o s se e n c u e n tr a n e n tr e 3 8 4 m m y 4 4 5 m m en lo re fe re n te a la a lz a d a y e n tr e 6 5 0 m m y 7 3 7 m m p a r a el l a r g a d e l c u e rp o (L C ). L as m ed id as p a ra lo s z o r r o s q u e se e n c u e n tr a n d el L C p a ra C. b r a c h y u r u s son e n tre 1085m m y 1 2 5 0 m m ( L a n g g u th , 19 6 9 , D ie S ü d a m e r ic k a n is c h e n C a n id a e , S e n c k e n b e rg I n s tu itu t) , p a r a C. th o u s e n tre 6 0 0 m m y 7 0 0 m m y p a ra P. g y m n o c e rc u s e n tre 6 0 0 m m y lOOOmm (W a lk e r, 1 9 7 5 , M a m m a ls o f th e W o rld , Jo h s H o p k in s P re s s ), e n c o n tr á n d o s e la s d if e r e n c ia s m ás m a rc a d a s a n iv e l de la a lz a d a . E n r e la c ió n al c o n te x to f u n e r a r io en el q u e f u e r o n h a lla d o s , se o b se rv a un a c ie r ta r e c u r r e n c i a de e n te r r a m ie n to s de p e rr o a s o c ia d o s e sp a c ia lm e n te a e n te r r a m ie n to s h u m a n o s d e se x o fe m e n in o y d e e d a d a d u lta , si bien e lla no p u e d e p r o y e c t a r s e d e b id o ai ta m a ñ o d e la m u e s tra . A S O C IA C IO N E S DE FOSELES DE LAS "C A LIZA S D E L Q U E G U A Y ". B A L A N C E Y PER SPE C T IV A S M artínez, Sergio; Verde, M ariano y V eroslavsky, G erardo IN G E P A , F a cu lta d de Ciencias, Ig u á 4225,11400 M ontevideo, U ruguay Si bien varios aspectos de las “Calizas del Q ueguay” han sido rediscutidos últimamente (Veroslavsky & M artínez, 1996. Rev. Univ. G uarulhos. (Ser. G eoc.), I: 32), aún quedan m uchos aspectos p o r examinar. Sus asociaciones fosilíferas se encuentran al to p e de las secciones, contenidas en paleosuelos calcretizados form ados a expensas de la Form ación M ercedes-A sencio, tanto en la Cuenca de Santa L ucía cuanto en el Litoral O este del Uruguay. La com posición taxonóm ica, sin embargo, no es idéntica: 1) C uenca de Santa Lucía. Los fósiles han sido reestudiados recientem ente (M a rtín e z e ta l. 1997. Rev. Bras. Geoc., 27: 295). Se encuentran exclusivam ente taxa terrestres, ya sea de m oluscos (E oborus charruanus), icnofósiles (C ellifo rm a ispp.) o vegetales (C eltis sp., rizolitos). 2) L itoral oeste. E n este caso la imprescindible revisión taxonóm ica se encuentra en proceso, aunque se pueden ir realizando algunos avances. Se han hallado m oluscos terrestres (aún determ inados prehm inarm ente) y de agua dulce (B iom phalaria w altheri, Lym naea klappenbachi, P h ysa sp.), oogonios de charáceas, rizolitos, e icnofósiles terrestres (C ellifo rm a isp., probablem ente tam bién una icnoespecie del género U ruguay). L a diversidad de los m oluscos es m ayor que en la región anterior, aunque es m arcada la dominancia de algunas especies (baja equitatividad). L as especies de agua dulce más abundantes, por otra parte, presentan la particularidad de preferir aguas calmas, y p o seen la capacidad de so p o rtarp erío d o s breves de desecación. Su distribución tam bién es sugerente: en dos localidades se encuentran enorm es concentraciones de una especie ( R w altheri), con individuos de to d o s los tam años. E sto indica muy probablem ente u n a m ortalidad súbita, de una población que estuviera en rápida expansión. La mortalidad puede haberse debido a una rápida pero relativam ente prolongada (a escala ecológica) desecación de charcos tem porarios de reducidas dimensiones. Abona también esta hipótesis la presencia en los m ism os niveles (sin d e sc a rta r alguna diferencia microestratigráfica) de nidos excavados (o sea in situ ) de him enópteros, los que revelan condiciones subaéreas de escasa hum edad. E n cuanto a la edad, e n la C uenca d e Santa L ucía la fauna y flora es relacionable con la de la C uenca de Sao José de Itaboraí (RJ, Brasil), por lo que se sugiere su pertenencia al Paleoceno. E n el Litoral, siem pre d e acuerdo a la taxonom ía provisoria empleada, las especies de m oluscos son endém icas del U ruguay, por lo que a este nivel no aportan datos. L o s géneros hallados son globalm ente terciarios. Tanto éstos, como otros citados en la literatura, presentan tam bién sugestivas sim ilitudes con algunos gastrópodos de la Cuenca de Sao José de Itaborar. E ste hecho, sum ado a la ausencia de argumento alguno que indique diacronism o en las Calizas del Q ueguay, nos lleva tam bién a afirmar que esta asociación fosilífera es Paleocena, y contem poránea de la presente en la Cuenca de Santa Lucía. Sus diferencias com posicionales se deben a que se desarrollaron bajo condiciones fisiográfícas distintas, que determ inaron diferencias en el drenaje, encontrando asociaciones de suelos m ás (L itoral) y m enos (C uenca de Santa Lucía) anegables. E sta hipótesis es absolutam ente concordante con el m arco fisiográfico postulado para ambas regiones. A lgunas m aterias pendientes son el estudio paleopedológico detallado, a los efectos de establecer a este nivel las variaciones que correspondieren y la prospección intensiva de otro tipo de fauna y flo ra que com plem ente los d ato s ya obtenidos. EL LIMITE PLIO-PLEISTOCENO EN URUG UAY Y EL PISO /ED A D ENSENADENSE (PLEISTOCENO INFERIOR Y M ED IO ) EN LA F O R M A C IÓ N RAIGÓN. Perea, Daniel D epto de Paleontología, INGEPA, F acultad de Ciencias, M ontevideo, Uruguay. perea@ fcien. edu. uy Los sedimentos infrayacentes a la Form ación Libertad y sobrepuestos a la Form ación Fray Bentos, afloran principalm ente en la región S-SW del U ruguay, D epartam entos de San José y Colonia. Están com puestos por la siguientes unidades: A) los depósitos básicamente m arinos de la Form ación Camacho, definida p o r Goso y B ossi (1966, In: Bossi, J. (Ed.), G eología del U ruguay, p.259-301, Univ. Rep. M ontevideo), de los cuales su parte cuspidal, de ambiente marginal, aflorante en el D epartam ento de San José, puede corresponder a la Form ación Kiyú definida p o r Francis y M ones (1965, K raglieviana, 1 (2): 55-85); B) depósitos fluviodeltaicos integrables a la Form ación San José (Francis y M ones, 1965.op.cit.), equivalentes a la F orm ación R aigón (Goso y Bossi, \9 6 6 .o p .cit.) y probablem ente, por lo m enos en p arte a la F orm ación M aldonado (Francis y M ones, 1966, Kraglieviana, 1 (3): 101-110) o piso "M aldonadense" de R usconi (1934, An. M us. Hist. Nat. de M ontevideo 2a. serie, 4 (6): 1-12). E l conjunto paleom astofaunístico incluido en la secuencia integrada p o r las dos unidades referidas, prim eram ente analizado por Kraglievich (1932, An. M us. H ist. N at. M o n tevid eo (2) 3: 323-353) y Castellanos (1948, Publ. Fac. Cieñe. M at., etc., Univ. N ac. L ito ra l [Ser. Técn. C ient.] 34: 1-35), fue asignado al "M esopotam iense" p o r estos autores. Goñi y H offstetter (1964, Lexique Stratigraphique International, 5 A m er. L atine (9a): 1-202. CNRS) expresan que la fauna contenida en esos afloram ientos se podría relacionar con el "C hasicoense" argentino, pero abarcaría un intervalo m ayor ya que contiene especies del "H erm osense". Es necesario aclarar que m uchos de los tax a descritos o citados por los m encionados autores, es material rem ovido, pudiendo provenir de cualquiera de las dos unidades (Form ación Camacho s.l., o Form ación R aig ó n s.L ). D ebido a lo arriba expresado su valor cronoestratigráfico es bajo (“C hasicoense”,“M esopotam iense”,“H erm osense”). N uevos datos aportados p o r Perea (1998, tesis de doctorado, Fac. Ciencias), Perea y M e D onald (1996, R es. X I I Jorn. Arg. P aleont. Veri.: 64), P erea y Rinderknecht (1999, Bol. Soc. Zool. U ruguay, 2da. Época, 11: 35), P erea y U billa (1999, Res. Congr. Evol. N eotrop. C en o z.: 34, L a Paz, B ohvia), U billa y P erea (1999, Q uaternary o f S outh A m erica, 12: 75-90), basados en especím enes con riguroso control estratigráfico, perm iten reafirm ar la hipótesis de la presencia del P iso/E dad Ensenadense (Pleistoceno inferior y m edio), p o r lo m enos en p arte de la Form ación San José (= Form ación R aigón). É sta tiene su m áxim a expresión en la barrancas costeras del Depto. de San José (entre K iyú y A razatí). Su Emite con la p arte cuspidal de la infrapuesta Form ación C am acho, parece ser transicional. E n ella se han hallado pocos fósiles con significación estratigráfica regional. E ntre éstos se destacan: L icaphrium a ff L. flo w e ri, para K iyú y C atonyx ta rije n sis, ?Toxodon sp., D ynom yidae, E um egam yini indet., G lyptodon sp., P la xh a p lo u s sp. y un Phorusrhacinae afín a Titanis, para A razatí (vide Perea, 1998, o p .cit.; P erea y U billa, o p .cit., P erea y R inderknecht, op. cit.; T am bussi e t al.. 1999, J. Vert. P a le o n t.) T am bién se citan restos fragm entarios de P alaeolam a y D o ed icu ru s (M ones, 1988, Com. P aleont. M us. M o n tevid eo , 23 (2): 33 -59) en niveles sim ilares del D epto. de M aldonado. L a edad de la Form ación San José resulta un tanto problem ática. Los m am íferos hallados son m ayoritariam ente indicadores del Pleistoceno siendo C atonyx tarijensis (=Scelidodon capellini) fósil guía del Piso/Edad Ensenadense (C ione y Tonni, 1995, J.P aleont., 69(1): 135-159). L a excepción la constituyen L icaphrium aff. L. flo w e ri, el más arriba citado dinóm ido de Arazatí (probablem ente A rtig a sia m agna, vide Francis y M ones, 1966b, K raglieviana, 1(3): 89-100 ) y algunos elem entos rodados descritos por autores precedentes. L. a ff L. flo w eri (Langguth y L angguth, 1975, Actas I Congr. Arg. Paleont. B io estra t., 2: 529-537. Tucum án) plantea serias dudas respecto de su original determ inación dado que la pieza carece, no por desgaste, de entocónido en el m3, cuya presencia es uno de los caracteres diagnósticos m ás claros para asignarlo al grupo Licaphrium -P rotherotherium . La configuración de este m olar en el ejemplar de Kiyú lo aproxim a entonces m ás al grupo T hoatherium -D iadiaphorus (vide Scott, 1937, A history o f the la n d m am m als in the W estern H em isphere. The M acM illan Coompany, N ew York, ed. 2, pp. 1- 786; Bond, 1986; A cta s IV C ongreso A rgentino de P aleontología y B ioestratigrafia 2, 173-185). El resto de los caracteres analizados no son coincidentes con el segundo grupo por lo que probablem ente se trate de una nueva entidad dentro de la subfamilia. El abundante cem ento rodeando el esm alte de las coronas dentarias puede estar significando que se trata de una form a term inal afín a algún taxón Chapadm alalense. La especie pleistocénica conocida, N eolicaphrium recens (vide Frenguelli, 1921, A ctas de la A cadem ia N a cio n a l de C iencias en Córdoba 7: 7-23, Perea et a l, 1995, R es.X I Jor. Arg. P aleont. Vert.: 25. Tucumán. ), se descarta por ser de mucho m enor tamaño y poseer un claro desarrollo del entocónido en el m3. El dinómido afín a A rtigasia m agna encontrado en A razatí, no se halló en estrecha asociación a los restos cuaternarios de la m ism a localidad, p ero sí en niveles con fitologías y ubicación similares. Los restos de este taxón encontrados en Kiyú, dada la cercanía geográfica, pueden ser referidos prim ariam ente a niveles sim ilares a pesar de ser rodados (Francis y Mones, 1966b, op.cif). E sta especie es exclusiva del Uruguay, por lo que no es posible biocorrelacionar los estratos portadores en base a la misma. Es probable que la Form ación Raigón pueda abarcar un período m ayor de tiempo, concretamente parte del “M ontehermosense” s.l., p o r lo m enos para los niveles de esta unidad concordantes o asociados a la Form ación C am acho. L os datos paleontoestratigráficos sugieren una edad “Chapadm alalense-Ensenadense” (PliocenoSuperior-Pleistoceno Inferior y M edio), para los depósitos de la F orm ación Raigón. * E sta contribución forma parte de los trabajos llevados a cabo conjuntam ente con M. U billa en el marco del Proyecto “Cenozoico Continental del U ruguay”(CSIC UDELAR). Maldonado. La edad de la Formación San José resulta un tanto problemática. Los mamíferos hallados son mayoritariamente indicadores del Pleistoceno siendo Catonyx tarijensis (=Scelidodon capelliní) fósil guía del Piso/Edad Ensenadense (Cione y Tonni, 1995, J.Paleont., 69(1): 135-159). La excepción la constituyen Licaphrium aff. L. floweri, el más arriba citado dinómido de Arazatí (probablemente Artigasia magna, vide Francis y Mones, 1966b, Kraglieviana, 1(3): 89-100 ) y algunos elementos rodados descritos por autores precedentes. L. aff L. floweri (Langguth y Langguth, 1975, Actas I Congr. Arg. Paleont. Bioestrat., 2: 529-537. Tucumán) plantea serias dudas respecto de su original determinación dado que la pieza carece, no por desgaste, de entocónido en el m3, cuya presencia es uno de los caracteres diagnósticos más claros para asignarlo al grupo Licaphrium-Protherotherium. La configuración de este molar en el ejemplar de Kiyú lo aproxima entonces más al grupo Thoatherium-Diadiaphorus (vide Scott, 1937, A history o f the land mammals in the Western Hemisphere. The MacMillan Coompany, New York, ed. 2, pp. 1- 786; Bond, 1986; Actas IV Congreso Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía 2, 173-185). El resto de los caracteres analizados no son coincidentes con el segundo grupo por lo que probablemente se trate de una nueva entidad dentro de la subfamilia. El abundante cemento rodeando el esmalte de las coronas dentarias puede estar significando que se trata de una forma terminal afín a algún taxón Chapadmalalense. La especie pleistocénica conocida, Neolicaphrium recens (vide Frenguelli, 1921, Actas de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba 7: 7-23, Perea et al., 1995, Res.XI Jor. Arg. Paleont. Veri.: 25. Tucumán. ), se descarta por ser de mucho menor tamaño y poseer un claro desarrollo del entocónido en el m3. El dinómido afín a Artigasia magna encontrado en Arazatí, no se halló en estrecha asociación a los restos cuaternarios de la misma localidad, pero sí en niveles con fitologías y ubicación similares. Los restos de este taxón encontrados en Kiyú, dada la cercanía geográfica, pueden ser referidos primariamente a niveles similares a pesar de ser rodados (Francis y Mones, 1966b, op.cif). Esta especie es exclusiva del Uruguay, por lo que no es posible biocorrelacionar los estratos portadores en base a la misma. Es probable que la Formación Raigón pueda abarcar un período mayor de tiempo, concretamente parte del “Montehermosense” s.l., por lo menos para los niveles de esta unidad concordantes o asociados a la Formación Camacho. Los datos paleontoestratigráficos sugieren una edad “Chapadmalalense-Ensenadense” (PliocenoSuperior-Pleistoceno Inferior y Medio), para los depósitos de la Formación Raigón. * Esta contribución forma parte de los trabajos llevados a cabo conjuntamente con M. Ubilla en el marco del Proyecto “Cenozoico Continental del Uruguay”(CSICUDELAR). E ST A D ÍST IC A APLICADA A TO X O D O N TID A E (M A M M A L IA , NO TO UNG ULA TA, TO XO DO NTA) Pérez García, M aría Inés D epartam ento de P aleontología, In stitu to de G eología y P aleontología, F a cu lta d de C iencias, U niversidad de la República. Ig u á 4225 esq. M a ta o jo 11400 M ontevideo U ruguay E n el estudio de los toxodóntidos no es habitual el uso de m étodos de análisis m ultivariado [Pascual, 1954, Los toxodóntidos del colloncurense y su presencia en el santacruciano; P au la Couto, 1981, Fossil mam m als from thè Cenozoic o f A cre; Saint-André, 1993, H q ffstetteriu s im perator n.g., du M iocène superieur de l'A ltipiano bolivien et le status des D inotoxodontinés (M ammalia, N otoungulata)]. E stos m étodos se han aplicado en los roedores [Chaline y Laurin, 1986, Phyletic gradualism in a E uropean Plio-Pleistocene M im o m ys lineage (A rvicolidae, Rodentia)] y en los équidos (Prado y Alberdi, 1994, A quantitative review o f the horse E quus from South Am erica). E n estos casos, los m étodos de análisis m ultivariado han perm itido contrastar hipótesis sobre especies basadas en caracteres m orfológicos. L os m olares de los arvicolinos y de los équidos son de corona m uy alta, y form an raíces después de emerger. Los m olares de N esodon Owen, 1847, un toxodóntido del M ioceno, tam bién desarrollan raíces en la vejez. En Toxodon Owen, 1837, del P leistoceno, nunca se form an raíces (Scott, 1912, M am m alia o f the Santa Cruz Beds. EL T oxodonta) . D ebido a la analogía entre estos modelos de crecim ento dental, se pensó que podría ser útil ensayar estos m étodos en la familia. E n este prim er ensayo, se aplicaron estos m étodos a los géneros Toxodon y N esodon. P ara ello, se m idieron los m olares primero, segundo y tercero, tanto inferiores com o superiores, en los ejem plares con dentición com pleta de las colecciones del M useo de L a P lata , M u seo A rqueológico M unicipal de Canelones, M useo Nacional de H istoria N atural de M ontevideo, D epartam ento de Paleontología de Facultad de Ciencias y M useo A rgentino de C iencias N aturales “B ernardino Rivadavia” . Las medidas, tom adas en m ilím itros, corresponden a las definidas p o r M adden [1990, M iocene toxodontidae (N otoungulata, M am m alia) from C olom bia, E cu ad o r and Chile], Las m uestras de Toxodon provienen de diferentes sitios de la P ro v in cia de B uenos A ires y de U ruguay y la m ayoría son pleistocénicas. E l pro g ram a utilizado fue Statistica versión 4.2 de Stat Soft Ine. 1992. El tam año de la m uestra osciló entre diecisiete y veintiocho individuos. L os resu ltad o s variaron según los m olares analizados. La gráfica de los com ponentes principales (fíg. 1) m uestra a los ejem plares de Toxodon separados de N esodon. P arecidos resultados se obtuvieron en análisis de agrupam iento y en análisis discrim inante. E n los m olares inferiores, las gráficas m uestran el m ism o resultado, pero se dan casos de valores de los co m p o n en tes inferiores a uno. L a m u estra de m olares pertenecientes a denticiones com pletas es pequeña, com parada con el tam año de las m uestras para los roedores (C haline y Laurin, op.cit.), pero no m uy diferente de la disponible para los équidos (Prado y A lberdi, op.cit.). E n los toxodóntidos, la diagnosis de los g én ero s y especies generalm ente se ha basado en caracteres ubicados en el cráneo y en la d en tició n superior. La dentición inferior tiene rasgos sim ilares en m uchos g én ero s (M adden, op.cit.). E s probable que los resultados obtenidos en la dentición inferior sean un reflejo d e esta escasez de rasgos diagnósticos, aunque debe notarse que los m olares de N eso d o n tie n en una estructura más com pleja que los de Toxodon. C om o co n clu sió n , la aplicación de m étodos de análisis m ultivariado aparece factible en los to x o d ó n tid o s y su uso podría colaborar en la dilucidación de problem as taxonóm icos. Scatterplot (M1SCOMP.STA 4v*15c) 1.4 TOX TOX TOX O O O TOX 0.6 O TOX TO X O TOX 0.2 O TOX O CNJ (Z O h- - 0.2 O < 2 : - 0.6 NESO -1 O NESO O -1.4 - NESO O NESO o 1.8 -1.4 - 0.8 - 0.2 0.4 FACTO R1 Fig. 1 : Análisis de componentes principales para el primer molar superior Toxodon = T ox Nesodon = Neso 1.6 TRANSICIÓN PLEISTOCENO-HOLOCENO EN LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS DEL RIO URUGUAY MEDIO: SEDIMENTOS ASOCIADOS Piñeiro, Gustavo (3); Suárez, Rafael (91) y Gascue, Andrés ( p ) 3 Facultad de Ingeniería y Facultad de Ciencias, 91 Programa Nuestro Pasado Indígena (M.E.C.), p Facultad de Hum anidades y Ciencias de la Educación Los resultados expuestos en la presente comunicación surgen fruto de los trabajos de prospección arqueológica efectuados en el Departamento de Artigas en el marco del proyecto “Estratigrafía y cronología en sitios arqueológicos del Río Uruguay, Cuareim y Arroyo Catalán C hico”, dirigido por el Lie. Rafael Suárez. Se analizaron los caracteres sedimentarios de 13 sitios arqueológicos relevados sobre las barrancas de la margen izquierda del río Uruguay, entre Bella Unión y A° del Tigre. Postulamos la existencia de dos secuencias sedimentarias (Fig. 1) claramente perceptibles a lo largo de los aproximadamente 60 km que cubrió la prospección fluvial. Estas dos secuencias consisten en: a) aluvión pesado (en el sentido textural) basal, gleisado. Su lim ite inferior es discordante con rocas cretácicas de la Fm Arapey, exponiendo con frecuencia el basalto su nivel vacuolar acompañado de areniscas silicificadas. La geom etría es tabular con techo plano y horizontal (cuando no es erosionado, que es la situación más frecuente) involucrando grietas de contracción de gran porte. La tex tu ra es arcillo-arenosa con leves oscilaciones determinadas por la presencia de ocasionales estructuras de corte.y relleno de bajo ángulo con estratificación cruzada. A poco más de un metro del techo aparece el nivel denominado “ceniza volcánica de granulom etría areno-lim osa” (Pellerin, 1989, en Misión de Rescate Arqueológico de Salto Grande, Tomo III, en prensa: 154). Entre las cenizas y el tope se desarrolla un horizonte con frecuentes nodulos (inclusive septarias) de CaC03. Se intercalan con frecuencia, por encima de la ceniza, lentes de tierra quemada oportunamente identificados como restos de fogones por B. Moreira, asociados a material lírico. Por último, encima de los carbonatos se observó una ferrificación incipiente; y b) aluvión liviano pardo rojizo, cuyo lím ite inferior es, en la mayoría de los casos, discordante con la unidad anterior. La geom etría en planta de esta unidad es elongada, conformando albardones y geoformas asociadas (bañados, esteros, flechas limoarenosas, etc.). La tex tu ra es más limosa en la base, y en particular hacia el sur del área, desarrollando hasta dos paleosuelos hidromórficos enterrados. Hacia el tope, y en particular hacia la zona N, pasa a tamaños más gruesos desarrollando estructuras en artesa y estratos cruzados. Al igual que en la unidad anterior se registran las mismas estructuras antrópicas de combustión (fogones) asociadas a niveles líticos y ceramolíticos. Para los niveles inferiores de los sitios Y58, K87 y D03 existen dataciones radiocarbónicas correspondientes a la transición Pleistoceno - Holoceno (ca.12 -9.5 Ka AP) y, por otro lado, numerosas para el Holoceno a partir de 7 ka AP (M.R.A.Salto Grande, 1989,tomos II y III). De acuerdo a los c aracteres sedim entarios definidos supra, interpretamos que las dataciones de la transición Pleistoceno - Holoceno, son pertenecientes al aluvión pesado y las que fueron obtenidas para el Holoceno corresponden al aluvión liviano pardo rojizo. En consecuencia, proponemos la ubicación de tal límite crono-estratigráfico en la proximidad del tope del aluvión pesado. Esta interpretación se refuerza al considerar las evidencias paleoclimáticas derivadas de estudios palinológicos para estas latitudes (M arkgraf, 1991, Bamberger Geographische Schritten Sd. 11: 271-281) las que indican un cambio climático y en consecuencia ambiental, el cual se ve reflejado en las características sedimentarias que determinan dos aluviones diferenciables: uno correspondiente al Pleistoceno final (asociado a material lítico) y al resto del Holoceno hasta la colonización europea, donde se observa instrumental lítico y cerámico. Agradecimientos: A la comunidad local y en especial a los Sres. Beto Moreira y Lucho Conti por su amable disposición y apoyo durante la etapa de prospección. Al Subprefecto Capitán de Navio Femando Carrere y al Mayor Longino Guasque por apoyamos en aspectos logísticos. ON T H E PR E SE N C E O F O STE O D ER M S IN T H E H IN D L IM B S O F Glyptodon clcmpes OWEN, 1839 (M AM M ALIA; C IN G U L A TA ; G LY PTO D O N TID A E) Rinderknecht, Andrés Museo Nacional de H istoria Natural, Casilla de C orreo 399, 11.000 M ontevideo, Uruguay. E-mail: [email protected] In the present paper the hind limb o f an individual assigned to Glyptodon clavipes Owen, 1839, is studied. Special attention is shed on the presence o f osteoderms: this kind o f bony material conforms the typical exoskeleton o f the family. The material studied here does not include the carapace, as the osteoderms under description do not articulate with each other, and their arrangement on the limb is rather irregular. The presence o f these structures on the body o f those animals had been cited by 19th centuiy authors (Ameghino, 1889; Burmeister, 1874), but up to present this aspect o f the anatomy o f Glyptodontidae has not been studied in detail. The material under study was found by the author in April 1998 in the coastal cliffs o f El Caño Creek, 300 m eastward from Chileno Creek (34°23’ S, 57°55’ W) in the Department of Colonia, Uruguay. The fossilisation o f the material is proper o f the typical Upper Pleistocene fossils o f that region. All this leads to the conclusion that the sediments are o f that age. The precise location o f the osteoderms was observed during the extraction o f the material through drawings and photographs. Unfortunately, the femur as well as part o f the tibiofibula had to be left unextracted in the field due to weather conditions in that moment and eventually they got lost. However, special care was given to the extraction o f the foot, which was collected with the whole matrix block. This allowed a proper preparation in the laboratory and, consequently, the observation o f the exact location o f the bone pieces. A portion o f the carapace, closely associated with the limb bones, was also extracted. All this material is kept in the paleontological collection o f the Museo Nacional de Historia Natural, Montevideo, Uruguay, and labelled as M NHN: 1624. In regard to the arrangement and abundance o f these structures in the animal’s body, only some conjectures can be advanced. The smaller osteoderms are located in the foot, while the few ones collected in the calf are larger. On the other hand the largest dermic bones are found in the proximal region o f the femur. Tins suggests the possibility that there is a size gradient toward the proximal part o f the limb. VARIACIÓN MORFOLÓGICA EN LA CORAZA DE Glyptodon sp. .JUVENIL (MAMMALIA: CINGULATA: GLYPTODONTIDAE) Rinderknecht, Andrés M useo N acional de H istoria Natural, C asilla de C orreo 399, 11. 000 M ontevideo, Uruguay \ E-mail: rinderk@ adinet.com .uy En este trabajo se describen las placas de coraza de un G lyptodon sp. juvenil, procedente de terrenos pleistocénicos del Uruguay, en la que se constató una gran variación morfológica, así como una similitud con otros taxones. Este material se encuentra depositado en la colección paleontológica del M useo Nacional de Historia Natural de Montevideo. Se analizan 112 placas de coraza de las cuales sólo cinco se encuentran articuladas entre sí, pese a que algunas de las restantes se ubican m uy próximas unas con otras; es por este motivo que en el terreno se extrajo un bloque de sedimento que contuviera la mayor cantidad de estos fósiles, evitando con esto la pérdida de sus relaciones espaciales exactas. Debido a lo dicho anteriormente no fue posible distinguir a qué zona del caparazón pertenece cada tipo de placa; sin embargo, la comparación del material con caparazones de gíiptodontes adultos permitió inferir la localización de algunas de ellas. Las variables que se tomaron en cuenta para efectuar este estudio fueron: diámetro de la figura central de la cara extema; concavidad de la cara intema; cantidad de figuras periféricas: altura máxima de la placa; y número de forámenes pilíferos de la cara externa (solo se tomaron en cuenta los que poseen un diámetro mayor al milímetro). Las placas se caracterizan por presentar una superficie externa con una figura central dominante, y figuras periféricas escasamente marcadas; también poseen una notoria concavidad en su cara interna. Se presume que el caparazón que poseía el animal en vida era muy laxo, con todas las placas que lo componían unidas entre sí por medio de cartílagos. La escultura externa en forma de roseta que poseen algunas placas, nos permiten la asignación de nuestro material al género Glyptodon Owen, 1845 (Burmeister,1874: 357- 358; Cattoi,1966). Si bien no consideramos prudente una asignación específica del material, ya que no nos encontramos en presencia de un adulto, la depresión que poseen algunas placas en la figura central de sus caras externas, nos hace sospechar que estos restos pertenecen a la especie G lyptodon clavipes Owen, 1839. Muchas de las placas descriptas se asemejan bastante al género Lom aphorus Ameghino, 1899, ya que poseen una figura central dominante y un escaso desarrollo de las figuras periféricas; estas semejanzas se acentúan cuando nos encontramos en presencia de placas laterales. De todos modos, la escultura externa de algunas placas dorsales del nuestro material, no se encuentra presente en el género Lom aphorus, por lo que la asignación del mismo aquí efectuada es correcta. Nos parece importante resaltar el hecho de que en este caso, estamos en presencia de dos géneros pertenecientes a distintas subfamilias (Hoplophorinae y Glyptodontinae) que poseen una gran similitud, cuando uno de ellos es un individuo juvenil. Por supuesto que no pretendemos invalidar al género Lom aphorus, pero si leemos la descripción que se diera al crear este taxón, notaremos que existe un gran perecido con el género H oplophorus, de hecho, Ameghino (1899: 819) dice con respecto a Lom aphorus: "Este género es bastante cercano de H oplophorus con el que hasta ahora ha sido confundido (...) Las especies del género Lom aphorus son casi todas notoriamente más pequeñas que las del género H oplophorus." Teniendo en cuenta todos estos factores, consideramos que sería muy fácil confundir a un H oplophorus juvenil con un Lom aphorus; por lo que se hace necesario poseer el estuche caudal para poder diferenciar correctamente a los dos géneros. GEOLOGIA E IMPORTANCIA GEOECONÓMICA DE LA FORM ACIÓN C H U Y (PLEISTOCENO) EN LA REGIÓN SUR ORIENTAL DEL DEPARTAMENTO DE SAN JOSÉ Spoturno Julio Jorge (1,2); Cardón Roberto (2) (1) INGEPA- Facultad de Ciencias (2) DINAM IGE Objetivos El trabajo que se presenta pretende establecer los aspectos geológicos más significativos de la formación Chuy en la región Sur Oriental del departamento de San José. A partir de dicha información se establece la importancia económica que tiene la unidad con relación a recursos minerales (áridos para la construcción) y aguas subterráneas. Introducción La Unidad fue definida por Goso et al (1972) luego de mapear los terrenos cuaternarios de la Cuenca de la Laguna Merin y de la región occidental del dpto. de Soriano. Vinculan esta sedimentación a episodios transgresivos ocurridos durante el Pleistoceno. Preciozzi F. e t al. (1985) la reconocen y mapean en la costa Atlántica y Platense. El área de trabajo se ubica en la zona de Rincón de la Bolsa, en el S.E. del dpto. de San José. La geomorfología del área, muestra un sistema de, al menos, tres terrazas de edad cuaternaria que se asocian al valle del curso inferior del Río Santa Lucía. Las Formaciones Chuy y Dolores constituyen el sustratum de la terraza mas alta situada entre las cotas 15 y 2 m. Metodología Las etapas metodológicas fueron las siguientes: Revisión de antecedentes geológicos, hidrogeológicos y mineros de la región. Fotointerpretación y chequeo de campo, descripción de testigos de perforaciones, levantamiento de un perfil tipo e interpretación de los datos. Resultados Los datos de los testigos de sondeos efectuados a percusión, rotopercusión y SPT mostraron que esta secuencia sedimentaria presenta espesores que van desde 32 m en el sector oeste suroeste y 14 m en el sureste. En la base la unidad se apoya en discordancia erosiva en los depósitos de la Formación Camacho en la región suroeste y en la Formación Fray Bentos en el sureste. En el tope es cubierta por los limos arenosos de la Formación Dolores. Según estos datos, parece ocurrir un acuitamiento de la unidad hacia la región sureste, por otra parte, no se descarta que la sedimentación de Chuy se encuentra rellenando antiguos entalles erosivos excavados en las Formaciones Fray Bentos, Camacho, Raigón y Libertad. Según la descripción de testigos de tres sondeos, la estratigrafía, de base a techo, de la unidad es la siguiente: Entre 4 y 10 metros de arenas blanquecinas y amarillentas cuarzosas en sucesión granodecreciente, partiendo desde niveles gravillosos y gruesos en la base hasta arenas finas con matriz arcillosa gris verdosa. Entre 6 y 12 metros de arcillitas y limo arcillitas de coloración gris verdosa con intercalaciones arenosas finas con matriz arcillosa gris verdosa hacia la porción superior. Entre 6 y 10 metros de arenas finas cuarzosas, que gradan, hacia el techo,en sucesión granocreciente, para arenas medias y gruesas cuarzosas y cuarzo feldespáticas blanco amarillentas. Teniendo en cuenta esta disposición, cabe señalar que la unidad se corresponde con un episodio marino de tipo transgresivo cuya máxima profundidad estaría indicada por la facie pelítica reductora y un episodio regresivo señalado por la ocurrencia del episodio arenoso superior. Desde el punto de vista geoeconómico, esta unidad resulta de interés para el aprovechamiento de dos recursos: áridos finos para la industria de la construcción y aguas subterráneas para riego, industria y consumo humano. Como árido fino, el horizonte superior es el mas importante, ya que el mismo se encuentra aflorante y subaflorante, por debajo de la Fm. Dolores, y a una cota de trabajo aceptable. Un estudio de reservas efectuado por Coronel N. et al (1981) en una pequeña porción del total del área (yacimiento C de unas 200has) indican: valores de reservas probadas de 17 millones de metros cúbicos, una granulometría de: 8% de limo y arcilla, 10% de arena fina, 72% de arena media y gruesa y 10 % de gravilla. Si bien los valores granulométricos de las fracciones arena, son aptos para hormigones, el material debe ser beneficiado, mediante lavado, para eliminar el 8% de limo y arcilla. La cobertura parcial de suelo y F. Dolores, del orden de 2 a 3 m, constituye un factor limitante, sin embargo, la distancia relativamente cercana, de los yacimientos a la región metropolitana de Montevideo ameritan un alto grado de favorabilidad para su explotación. Como fuente de recurso hídrico se pueden identificar dos niveles acuíferos, uno superior con diez metros espesor y el otro inferior con un espesor del orden de los ocho metros, este último se encuentra confinado a semiconfinado, por el techo, con una capa de materiales arcillosos de unos siete metros de espesor y como piso por arcillas y limos de las Fms. Camacho o Fray Bentos. Del acuífero superior, equivalente al nivel arenoso que se explota como áridos, se tiene muy poca información hidráulica ya que el mismo es recepcionado fundamentalmente por pozos excavados y salvo excepciones los caudales que se extraen son muy bajos. Podemos decir que los niveles estáticos del mismo oscilan en tomo a los 10 metros de profundidad y que presenta una alta vulnerabilidad debido a que la capa que lo recubre tiene escaso espesor y es poco arcillosa (Fm. Dolores). El acuífero inferior es el más explotado y del mismo se tiene información hidráulica importante, la transmisibidad es de 374 m2/día y el coeficiente de almacenamiento 1.9 x 10'4, con respecto a los niveles estáticos los mismos están en tomo a los 12 metros de profundidad. Los caudales medios de los pozos de la región oscilan en los 60 m3/h, es de destacar que existen pozos con caudales del orden de los 130 m3/h, lo que hace que este nivel acuífero sea de gran importancia para la región, ya que es capaz de abastecer a la población allí instalada y a las industrias que existen en el lugar sin expresar hasta el momento signos de sobre-explotación. Sobre la base de los parámetros antes indicados se puede establecer un rango de distancia mínima entre pozos a los efectos de tener una interferencia poco significativa o controlada. Se puede tomar una media de 500 metros como recomendable para extracciones del orden de los 60 m3/h. CORRELACION PALEOECOLOGICA Y SEDIM ENTOLOGICA DE LAS FORMACIONES PARANA (ARGENTINA) Y CAM ACHO (URUGUAY) DEL MIOCENO MEDIO A SUPERIOR Sprechmann, Peter* y Aceñolaza, Florencio G. ** *Dpto. de Paleontología, Facultad de Ciencias, Iguá4225, 11400 Montevideo, Uruguay. **Instituto Superior de Correlación Geológica, M iguel Lillo 205, 4000 Tucumán, Argentina Antecedentes: Durante el Mioceno Medio al Superior se verifica una importante elevación del nivel marino a escala regional conocida como Ingresión Marina Paranaense o Transgresión Entrerriana la cual dió lugar a la depositación de la Formaciones Camacho y Paraná. Objetivos: Precisar la correlación litoestratigráfica entre las Formaciones Paraná y Camacho analizando aspectos genéticos relacionados con sus ambientes de sedimentación, en lo principal paleoecológicos, sedimentológicos y de la paleogeografía. Metodología: Consiste en comparar datos obtenidos a partir de trabajos de campo detallados realizados en afloramientos con la finalidad de establecer comunes denominadores así como explicar diferencias [véase Sprechmann et. al. (1994): Paleocienc. del Uruguay 2: 21-24; Sprechmann et al. (1998): Actas II. Congr: Uruguayo Geol.: 205-209 y Aceñolaza y Aceñolaza (1999): Bol. Acad. Nac. Cieñe. Córdoba 64: 209-233], Se analizaron además aportes de Del Río y Martínez: (1998a,b): Monogr. Acad. Nac. Cieñe. Exactas, Físicas Nat. Bs.As.: 15: 5-25; ibid. 48-83 y Martínez et al. (1998) ibid: 26-47. Resultados alcanzados: Paraná y Camacho se caracterizan por la interestratificación de litofacies y asociaciones de fósiles con características bien diferenciables: (a) Sedimentación de base representadas en la Fm. Camacho por ej. en Brisas del Plata, San Pedro, Anchorena y la Negra por arcillitas y fangolitas de coloración oliva claro y gris oliva claro normalmente asociadas a comunidades autóctonas, depositadas tanto en ambientes tidales como subtidales del sublitoral, con predominio de un régimen de baja energía, identificables por la baja diversidad de los invertebrados y, sobre todo, por sus icnofósiles, en particular por representantes del Grupo Crustácea Ophiomorpha nodosa y Thalassinoides isp. Se encuentran las icnofacies de Skolithos y Cruzicma identificadas, además de Thalassinoides y Ophiomorpha nodosa, y sus respectivas cámaras de incubación, por Chondrites, Caulostrepsis, Cylindrichmis, Teichichnus, Rhizocorallium, Gyrolithes, Muensteria. Presentan así la mayor diversidad de icnofósiles y la menor de invertebrados, con distintos tipos de preservación. Los procesos de bioturbación alcanzan diferentes expresiones. Obsérvanse diversas estructuras sedimentarias, destacándose las de tipo hummocky. En la Fm. Paraná se encuentra representada la sedimentación de base por arenas arcillosas gris verdosas, arenas limosas gris blanquecinas, arenas margosas verdosas con hummocky. Los icnofósiles representan a las mismas icnofacies. Los más típicos son Skolithos linearis (puede presentarse aislado o en “pipe rocks”), Ophiomorpha cf. O. irregulaire, y otros icnotaxa. Las litofacies que representan a la sedimentación de base interestratifican c o n : (b) Eventos extraordinarios de alta energía: tipificados por tempestitas, reconocibles en la Fm. Camacho por areniscas calcáreas muy finas y finas, color gris muy claro, con coquinas dispuestas en estratos o en concreciones, y diversas estructuras sedimentarias, destacándose las hummocky. Son portadoras de asociaciones de invertebrados, en lo fundamental, parautóctonas. Dentro de las tempestitas se verifica la mayor diversidad y abundancia de moluscos, y de otros invertebrados, la que decrece hacia el techo. En cambio, los icnofósiles no son tan abundantes, estando representados en Fm. Camacho sobre todo por el Grupo Crustácea. En la Fm. Paraná han sido descritos como calizas gris blanquecinas, estratificadas, con estructuras sedimentarias, bancos de carbonatos con frecuentes trazas (Thalassinoides, Skolithos, Trypanites, Ophiomorpha, etc.) y niveles de bivalvos, Monophoraster y otros im/Artphrcdnc pn F1 ferro Parnne I Irrmiza Cantera Critfarmne Arrnvn TV»11 T ae tprrmpetitac pueden estar amalgamadas entre sí con estructuras diversas, inclusive con “tidal boundles” en Parque Urquiza. En Arroyo Dolí se encuentran moldes de valvas desarticuladas con la convexidad hacia arriba, con una diversidad muy baja. En la Fm. Camacho como en la Fm. Paraná las tempestitas atestiguan fenómenos de erosión por icnofósiles truncados: Grupo Crustácea y Skolithos (en Dolí). Ambas unidades se ven afectadas por diversos procesos diagenéticos, por lo que se disuelven tecas aragoníticas. Las tempestitas actúan como núcleos de disolución y ulterior precipitación. Esto se observa con más claridad en la Fm. Camacho donde también se observan concreciones, drusas y niveles fósiles. La mejor preservación se observa en la Fm. Paraná (Punta Gorda), en tempestitas con tecas calcíticas con <Mg muy bien preservadas. Indican condiciones diagenéticas de pH básico. El hidroxiapatito posee el mayor potencial de fosilización con la consiguiente preservación de restos de seláceos. Biostromos y “patch reefs” constituidos en lo fundamental por ostreidos son identificados en la Fm. Camacho. Sólo se las encuentra tn situ en Arazatí donde son interpretados como “fringe reefs” depositados en los bordes del canal estuarino principal (Sprechmann et al., 1998). Aceñolaza y Aceñolaza (1999) describen bancos de ostreidos similares en El Cerro destacándose el de Cantera Cristamine por su notable continuidad. Los tests de la Asociación de “Ostrea patagónica”-Crassostrea sp. descrita para la Fm. Camacho constituyen un substrato para la colonización de epibiontes fíxosésiles. También se encuentran en la Fm. Paraná (bryozoos sobre pectínidos en Punta Gorda). Además son característicos endolitos de la Icnofacies o Asociación de Trypanites, describiéndose en Arazatí en la Fm. Camacho Caulostrepsis isp. y Entobia isp. En otras localidades se encuentran otros endolitos (Sprechmann et al., 1998). En la Fm. Paraná es frecuente Trypanites isp. sobre valvas de ostreidos y, también, en calizas donde identifica “hard grounds”. En Punta Gorda existen otros representantes de la icnofacies sobre,Scapharca (Potiarca) frenguellii. Los biostromos se formaron por adaptaciones de ostreidos siendo "habitantes secundarios de fondos blandos" que adoptan diferentes tipos de crecimientos. Se encuentran en ambas unidades ecofenotipos racimosos y verticales presentes en Arazatí (Fm. Camacho) y Av.Uranga (Fm. Paraná). En Cantera Cristamine (Fm. Paraná) se encuentra arenas blancas bien seleccionadas con estratificación cruzada decamétrica, interpretada como facies medanosas por Aceñolaza y Aceñolaza (1999). En la Fm. Camacho existen arenas masivas, gris amarillentas a blanquecinas, tipo "shifting sands" presentes, por ej., en Anchorena, Cerro Bautista y Punta Gorda. En los fósiles se conservan tests calcíficos, sobre todo de braquiópodos y pectínidos, así como icnofósiles, confirmando una depositación marginal marina (Sprechmann et. al, 1994). En los trabajos citados supra diferentes sistemas depositacionales marginal-marinos estuarinos son reconstruidos. El gradiente de salinidad es el principal parámetro ecológico que determinó la distribución de los organismos a escala regional. Por lo general, la salinidad disminuye hacía el interior del mar epicontinental. El mar “Paranaense”, rodeado por áreas continentales, se depositó en aguas templado-cálidas pertenecientes a la Subprovincia Sur-Brasilera del Mioceno Medio-Superior (Sprechmann, 1978: Zitteliana 4: 3-72). Una importante subsidencia tectónica coadyuvó en el desarrollo de la transgresión (Marshall et al., 1993: Docum. Lab. Géol. Lyon 125:291-301). Se descarta el concepto paleogeográfico de Boltovskoy (1991): Lethaia 24: 191-198 adoptándose el de Herbst y Zabert(1987): Facena 7: 165-206, Marshall (1993), y Aceñolaza y Aceñolaza (1999). CAZADORES-RECOLECTORES EN LA TRANSICIÓN PLEISTOCENO-HOLOCENO DEL NORTE URUGUAYO: FUENTES DE ABASTECIMIENTO DE MATERIAS PRIMAS Y TECNOLOGÍA LÌTICA Suárez Sainz, Rafael Programa N uestro Pasado Indígena (M .E .C '.) suarezraf@ usa.net Introducción y antecedentes Este trabajo se enmarca dentro de una investigación arqueológica que hemos comenzado y tiene entre otros objetivos estudiar los primeros sistemas socioculturales que exploraron y colonizaron el Uruguay (dpto. Artigas) durante el último tardiglacial. Se busca definir las potenciales fuentes de abastecimiento y utilización de recursos minerales (rocas) de los cazadores-recolectores para la transición Pleistoceno/Holoceno, profundizando un aspecto especifico y particular dentro del sistema tecnológico lítico. En la zona Noroeste del Uruguay hay evidencia directa que permite afirmar que por lo menos desde el pleistoceno final hace aproximadamente 12.000 años, la ocupación humana está presente. Hay varios sitios arqueológicos con dataciones C14 donde aparecen contextos de asociación entre instrumentos líricos y vestigios de combustión: 1) Isla de Arriba sitio Y58 11.200 ± 500 AP, 2) sitio k87 Ag del Tigre 10.420 ± 90 AP, 3) Calpica D03 9.320 ± 170 AP 4)Pavoaso 9.890 M isión de Rescate Arqueológico de Salto Grande, 1989 tomo 2:459, tomo 3 en prensa; Austral 1995, Arqueología en el Uruguay:213). En el cono sur han sido investigado varios sitios arqueológicos que tienen fechas en tom o 11.5-9.5 Ka AP lo que pone a los sitios del norte uruguayo dentro del rango cronológico de las primeras ocupaciones humanas registradas a nivel pancontinental. En la Pampa (Argentina), meseta central patagónica y sur de la Patagonia se han llevado a cabo varias investigaciones que vienen aportando importantes datos e interpretaciones sobre los cazadores-recolectores tempranos del pleistoceno final (Nami 1997, Ans. Inst. Pat. Ser.Cs.Hs.Punta Arenas, vol.25:151-186; Flegenheimer 1998, Current Research in the Pleistocene 14:27-28; Miotti 1992, Current Research in the Pleistocene 9:30-31; Borrero, Zárate, Miotti & Massone, 1998 Quatemary International, Vol.49/50:191-199). Fuentes de aprovisionamiento y Tecnología lírica Hugo Nami propone un modelo de aprovisionamiento de materias primas líricas donde sostiene que los grupos Paleoindios de la Cueva de Fell, Cerro Benítez y cuenca del río Chico hicieron una selección de los recursos líricos de mejor calidad que el medio les ofrecía, presentaban una apropiada adaptación al ambiente, empleaban baja cantidad de energía hum ana en el aprovisionamiento, utilizaban y aprovechaban mayormente las materias primas locales y los recursos líricos podían obtenerse predictivamente (Nami 1994, Arqueología Contemporánea 5:99-100). Los niveles inferiores de los sitios Y58, K87, D 03 y Paypaso presentan dos claras preferencias en cuanto a las materias primas utilizadas por los cazadores recolectores tempranos para realizar su equipo instrumental, estas son calcedonia y arenisca silicificada (Misión Resc. Arq. Salto Grande, op.cit.; Cabrera 1995, Col.Arqueología N I.'V ol.l.*336-376). Además están representadas en m enor proporción ópalos, madera silicificada y jaspe (Misión Res. Arq. Salto Grande, op.cit). Las fuentes de aprovisionamiento de rocas útiles para la talla en la región Norte las podemos distinguir en dos categorías: Primarias y Secundarias (Nami 1992, Shincal 2:42). Las fuentes de abastecimiento de recursos líricos primarios para la zona que nos ocupa provienen de tres formaciones geológicas fundamentalmente: Fm Salto. Fm Tacuarembó v Fm Arapev. La primer formación nom brada aflora en Artigas, Salto y Paysandú en la costa del río Uruguay, posee un nivel conglomerádico de potencia cercana al metro con cantos de calcedonia, ópalo, agata, madera silicificada v areniscas silicificadas (Bossi 1969, Univ. de la Rep.: 175-284; Preciozzi e t al 1985, DINAMIGE). La Fm Tacuarembó suministró a los cazadores prehistóricos una materia prim a excelente para la talla como es la arenisca silicificada. Estas afloran tanto el la zona del río Uruguay próximas a la desembocadura del arroyo Itacumbú (ver Piñeiro, Suárez y Guasque en este volumen; Pellerin 1989, en Misión Rescate Arq. Salto Grande, tomo 3 en prensa) como entre las coladas de basalto de la Fm Arapey (Bossi op.cit.; Preciozzi e t al op.cit). Las areniscas silicificadas de la zona del arroyo Catalán Chico son el mejor ejemplo de una vasta fuente de abastecimiento prim aria (Suárez 1998, tesis lie. F.H.C.E.:37), hemos constatado así mismo afloramientos de esta m ateria prima en el río Uruguay que no están mapeadas a nivel geológico pero que a nivel arqueológico son importantes y fueron utilizadas como fuentes de recursos líticos durante la prehistoria (ver Piñeiro, Suárez y Guasque, Fig.l (4) en este volumen). La Fm Arapey aportó la mayor parte de los basaltos presentes en los sitios arqueológicos (Baeza 1987, 1 Jomadas de Cs.Antrop.en el Uruguay:9) para la • confección de boleadoras, piedras de moler, etc. La fuente de aprovisionamiento secundaria (Nami 1992, op.cit.) de donde han provenido los recursos líticos son los extensos lechos de cantos rodados que han sido retrasportados desde las fuentes primarias (Fm Saltó v Fm Tacuarembó entre otras) por la acción fluvial del río Uruguay y sus numerosos afluentes. Conclusión: El registro arqueológico de los niveles inferiores de los sitios Y58, K87, D03 y Paypaso ca. 11.5-9.5 Ka AP, indica que hay una predilección de dos materias primas por parte de los cazadores pleistocénicos para fabricar su equipo de instrumentos: calcedonia y arenisca silicificada. Estas materias primas fueron obtenidas en los alrededores de los sitios arqueológicos y están presentes como recurso potencial para ser utilizadas entre 5 v 50 km como distancia máxima de aprovisionamiento, proveniendo fundamentalmente de las Formaciones Salto y Tacuarembó: Los niveles de cantos silicifícados de la Fm Salto que tienen espesores de hasta un metro aportaron calcedonia, ópalo, jaspe y madera silicificada. La Fm Tacuarembó proporciono arenisca silicificada, que aflora entre las coladas del Basalto de la Fm Arapey. Estos recursos minerales muy apreciados por los cazadores-recolectores están representados en el registro arqueológico en el norte uruguayo para la Transición. El modelo propuesto por Hugo Nami (1994, op.cit) para el sur de la Patagonia de aprovisionamiento de materias primas para grupos Paleoindios de las inmediaciones de la cueva de Fell contrastado con las observaciones que se realizaron supra hacen notar que los grupos socioculturales que colonizaron y habitaron el norte del Uruguay poseían un conocimiento amplio y variado de los recursos líticos que la zona les ofrecía, se abastecían de rocas para confeccionar su conjunto instrumental de las formaciones geológicas locales (Salto, Tacuarembó y Arapey) tanto de fuentes primarias como secundarias, y para fabricar su equipo instrumental utilizaron las rocas que mejor aptitud y ductilidad poseen para ser talladas. En el futuro cuando se estudien y aporten nuevos datos sobre otros aspectos del subsistema tecnológico lírico, podremos avanzar más en el conocimiento de los cazadores recolectores pleistocéncios del Norte del Uruguay. CM Punta de proyectil Fell 1 o "cola de pescado" (dpto. Artigas) de Arriba, 2) A2 Tigre, 3) Calpica, 4) Paypaso 1 EL “CUATERNARIO”, PROBLEMAS DE IDENTIDAD, REGISTRO PALEONTOLOGICO Y LA GEOLOGIA OFICIAL DEL URUGUAY.* Ubilla, Martín Paleontología, Ingepa, Facultad de Ciencias. DE LA IDENTIDAD. En 1995, Berggren y colaboradores (Geological Society o f America Bulletin, 107: 12721287) propusieron una hipótesis que reinterpreta el Cenozoico en términos de unidades del sistema cronoestratigráfico/geocronológico, en donde recomiendan abandonar los términos “Terciario” y “Cuaternario”, no por una cuestión terminológica sino por un análisis conceptual de lo que ellos significan -en realidad- de lo que no significan. De este modo la Era Cenozoica se divide en dos Sistemas/Períodos -Paleógeno y Neógenolos cuales a su vez se subdividen en las Series/Epocas Paleocena, Eocena y Oligocena el primero y Miocena, Pliocena, Pleistocena y Holocena la segunda. Los autores enfatizan -entre otras cosas- que Lyell (1833, 1839 y 1857, fid e Berggren et al., op.cit.) después de crear el Plioceno lo subdividió en un Plioceno antiguo (=Plioceno) y moderno (=Pleistoceno). Harland et al. (1990. Cambridge University Press. 263pp.) consideraron la subdivisión de la Era Cenozoica en Terciario (“útil y no ambiguo”) y Cuaternario (“nombre insatisfactorio”). La nueva propuesta, bien fundada en el sentido de que realiza una evaluación histórica y preconiza una visión de corte lylleiana del Cenozoico, aún no se ve reflejada en la producción científica especializada por varias razones, que ocultan las ventajas que ella tiene. En principio tiene la ventaja de ser simplificadora, y además sopesa con mayor rigor los procesos que involucra. De este modo, numerosos esquemas de pensamiento y de escritura deberán ser revisados. Ello no sólo afecta a los “Cuatemaristas” sino también a todos los que de uno u otro modo investigan en el ámbito del Cenozoico. Así, cuando decimos “estudios del Neógeno tardío”, según el nuevo concepto, no nos estamos refiriendo al Plioceno sino concretamente al Pleistoceno y Holoceno. El efecto que tendrá en los investigadores “cuatemaristas” es demasiado “grande” como para que esta propuesta -m as allá de su acierto- sea asumida, al menos prontamente. Téngase en cuenta que numerosas publicaciones especializadas incluyen en su título el término “Cuaternario”, así como innumerables asociaciones y comisiones específicas, laboratorios de investigación, etc. Por ejemplo el autor, ha incluido el término y utilizado el concepto “Cuaternario” en diversas ocasiones tales como en Ubilla (1986. Ameghiniatia, 22: 185-196; 1996. Pedeciba-Biología, 232p.), Ubilla & Perea (1999. Ouatemary o f South America and Antarctic Península, 12: 75-90), Ubilla et al. (1994. Acta Geológica Leopoldensia 39: 441458) y sin ir más lejos, entre los organizadores de este evento se encuentra el denominado Laboratorio de estudios del “Cuaternario”. Es éste un caso -d e los tantos- que enfrenta el análisis conceptual al uso rutinario terminológico generando un claro conflicto de identidad. EL “CUATERNARIO” DEL URUGUAY: URUGUAY FOSILES Y LA GEOLOGIA OFICIAL DEL Los problemas del “Cuaternario” del Uruguay son varios, en gran medida ligados a problemas metodológicos aplicados para su comprensión. Tomaremos un ejemplo que consideramos útil para ilustrar en parte esta problemática y está referido en particular al T nitmmrin” mntinental. Bajo la denominación de Geología “oficial” del Uruguay se consideran aquellas publicaciones que de algún modo han pretendido sintetizar el conocimiento específico hasta el momento de su edición, siendo de un modo u otro referentes, y son seleccionados algunos de ellos de modo operativo y fundamentalmente los publicados desde los 60’. En Bossi (1969. Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República, 457p) y en Bossi & Navarro (1988. Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República, 966p.) el “Cuaternario” está discriminado del “Terciario” y se consideran al menos los términos Paleógeno y Neógeno mientras que en Preciozzi et al.( 1985. D irección M ineral de Geología y Minería, 90p) solamente “Terciario” y “Cuaternario”. En la Memoria Explicativa de Bossi et al. (1998. Geoeditores V.1.01) las unidades litoestratigráficas consideradas se organizan bajo el término “Sedimentos Cenozoicos” sin estructura jerárquica interna. El tratamiento de algunas unidades litoestratigráficas “cuaternarias” merece ser tratado con cierto detalle, en particular la mayoritariamente considerada por la Geología “oficial”, Formación Libertad, y otra unidad -Fm. Sopas- que salvo en Bossi & Navarro (op.cit.) ha quedado al margen constituyendo en cierto modo una paradoja dada la información que existe en tomo a ambas. La Fm. Libertad fue definida en la década del 60 y su caracterización puede apreciarse en las publicaciones referidas previamente. En ellas se admite que esta unidad se expresa en el sur del Uruguay “desapareciendo gradualmente hacia el N” (Bossi et al., 1998. Idem.) y se acepta mayormente que está constituida por lodolitas macizas pardas friables con arena gruesa dispersa y con constante presencia de diferentes tipos de carbonato de calcio. Un número bastante apreciable de fósiles han sido atribuidos a esta unidad pero en su mayoría no tienen control estratigráfico (Ubilla & Perea. 1999. Idem.) constituyendo en cierto modo una ‘"bolsa” indiferenciada de elementos de los cuales es difícil extraer algo más allá de que se trata de formas pleistocénicas. A su vez esto se complica al tener en cuenta que la denominada Fm. Dolores tiene aspectos biológicos similares pudiendo algunos de estos fósiles corresponder en realidad a esta unidad. De todos modos para la Geología “oficial” podríamos decir que la Fm. Libertad es emblemática en lo que se refiere a unidad litoestratigráfica “cuaternaria” continental. En la década del 70, Antón (1975. Dirección de Suelos y Fertilizantes, M inisterio de Agricultura y Pesca, 1-22) denominó Formación Sopas y Formación Mataojo a sedimentos que se extienden en el NW del Uruguay. Autores posteriores consideraron que podía caber una única denominación por cuestiones de manejo cartográfico, permaneciendo el uso del término Formación Sopas. Esta unidad o unidades solamente fueron recogidas en Bossi & Navarro (1988. op.cit.), aunque no en su propuesta final (ídem., p. 949) permaneciendo al margen de la Geología “oficial”. En la caracterización de la Fm. Sopas (incluyendo Mataojo) se incluyen elementos muy similares con los de la Fm. Libertad pero una de las diferencias mas notorias es el desarrollo de facies conglomerádicas en algunos casos de granulometría muy gruesa que puede o no justificar su entidad como unidad aparte, no siendo ésto materia de discusión en esta ponencia. Independientemente del status que se considere para estos sedimentos el hecho inconstratable es que cualquier geólogo, paleontólogo o científico con formación afín ha podido observar en el correr de los últimos 20 años que estos depósitos existen y se expresan elocuentemente en afloramientos de ríos y arroyos de Tacuarembó, Paysandú, Salto y Artigas. Paradojalmente, estos depósitos son in extremis fosilíferos disponiéndose desde la década del 80 de una creciente lista de taxones controlados estratigráficamente y que permiten discutir diversos aspectos (tiempo, ambientes, clima, etc.) (véase información detallada en Ubilla & Perea, 1999. Ídem ). La inercia por un lado, el divorcio entre las disciplinas científicas por otro, han contribuido en este caso a incrementar el desconocimiento de estos paquetes del Neógeno tardío de Uruguay. ÍPnntrihnninn al Pmvw*tn “fAnnznim fontinental Hel TTmounv” íT STfA INVESTIGACIONES PALEONTOLOGICAS EN LA CUENCA DEL RIO SANTA LUCIA: FM. FRAY BENTOS (OLIGOCENO, “DESEADENSE”) Y FM. DOLORES (PLEISTOCENO SUPERIOR)* Ubilla, Martín & Perea, Daniel. Paleontología. Ingepa. Facultad de Ciencias. Como parte de las actividades de investigación en depósitos cenozoicos del Uruguay, que se desarrollan por un grupo de trabajo que integran los autores y otros colegas del Dpto. de Paleontología del Ingepa en distintas partes del país, se iniciaron hace tres años prospecciones paleontológicas en la cuenca del Río Santa Lucía, en afloramientos relacionados al cauce del río homónimo y de sus principales tributarios (departamentos de Canelones y de Lavalleja). Los depósitos estudiados corresponden a la Fm. Fray Bentos y a los suprayacentes en discordancia que son atribuidos a la Fm. Dolores. Estas actividades se vienen desarrollando en colaboración con el Museo Arqueológico Antonio Taddei de Canelones, institución con la que se mantienen tareas de asesoramiento especializado; además involucra la participación de colegas paleontólogos de La Plata y Entre Ríos (Argentina) en temáticas específicas. Los principales objetivos que se pretenden llevar a cabo se relacionan con: .- incrementar el conocimiento de la diversidad paleontológica de estas unidades en el área acotada analizar las asociaciones paleontológicas desde un punto de vista bioestratigráfíco, cronoestratigráfíco y estimar sus implicancias en términos climático-ambientales. .- favorecer los estudios de carácter interdisciplinario sobre la base de actividades planificadas en relación a los objetivos previos. Fm. Fray Bentos en la cuenca del Río Santa Lucia. En general la Fm. Fray Bentos (Oligoceno) se ha caracterizado por tener un escaso contenido paleontológico tanto para los afloramientos en la cuenca del Río Uruguay como en los de la cuenca del Río Santa Lucía. La mayor parte de la información paleontológica disponible son vertebrados y aquellos que han sido descritos en décadas pasadas para la cuenca del Río Uruguay tienen problemas en cuanto a su repositorio y su status taxonómico requiere ser revisado. En estos últimos años, en particular en afloramientos sobre el Rio Santa Lucía (en la cuenca homónima), en Paso del Cuello y alrededores se han registrado varios taxones de mamíferos que por sus características novedosas y su excelente preservación -inusual para esta unidad- merecen un destaque especial. En particular se comenta el hallazgo de restos de mamíferos que constituyen el prim er registro de dos familias de Notoungulados para el Uruguay (Oldfíeldtomásidos e Isotémnidos). Los restos correspondientes a la primer familia corresponden a un género y especie aún no descrita, pero tienen una importante significación en términos evolutivos y paleobiogeográfícos. El incremento en el registro de grandes ungulados asociados a algunas formas depredadoras permite tener una idea más aproximada de la composición de las comunidades de mamíferos oligocénicos en esta área de Sudamérica. Hasta el momento se han registrado: MARSUPIALIA: Proborhyaenidae: Proborhyaena gigantea; XENARTHRA: Dasypodidae: Meteutatus lagenaformis, Glyptodontidae: ¿Propalaehoplohophorinae-Glyptatelinae?. NOTOUNGULATA: Archaeohyracidae; Interatheriidae, Hegetotheriidae: cf. Propachyruchos schiaffinoi, Leontinidae: Scarrittia robusta, Isotemnidae, Oldfíeldthomasiidae: n.gen. n.sp.; Notohippinae. Algunos de estos taxones sostienen una edad Oligoceno tardía teniendo en cuenta la afinidad en la composición de mamíferos “Deseadenses” con los de la Patagonia y de Salla (Bolivia) (Ubilla et al., 1994, Geobios, 27. 95-102). rm. Dolores en la cuenca del Rio Santa Lucía Los sedimentos al borde del Río Santa Lucía (Dpto. de Canelones) que suprayacen en discordancia a la Fm. Fray Bentos (Oligoceno) pueden ser atribuidos a la Fm. D olores, en base a características litológicas que son aceptadas dentro de la definición formal de esta unidad (véase Preciozzi et al., 1985. D irección N acional de M inería y G eología, 90pp.). Algunas características observables no se incluyen en la definición original, pudiendo optarse por generar una nueva unidad, opción desechada por los autores. El conocimiento paleontológico de estos depósitos es escaso, aunque se dispone de una incipiente información con pocos materiales citados (Perea, 1993, R evista C hilena de H istoria Natural, 66: 149-154; Ubilla, en prensa, B oletín Sociedad G eológica d el Uruguay), siendo un área que está actualmente bajo estudios interdisciplinarios que incluyen entre otras cosas análisis de macrovegetales y palinología. La Fm. Dolores ha sido tradicionalmente considerada una unidad depositada, bajo condiciones áridas y frías, en el Pleistoceno superior (Goso, 1972, Dir. Suelos M A P (inform e interno); Antón & Goso, 1974, D ir.Suelos & Fertilizantes, 1-12), el cual al menos abarca unos 200 ka. Se dispone por vez primera para estos depósitos de datos radiométricos ( 14C) basados en madera fósil de dos afloramientos ubicados entre Paso del Cuello y la ruta 5 (Dpto. de Canelones) cuyas edades se ubican entre los últimos 10.000 y 11.000 años antes del presente dados a conocer dentro de una serie de muestras actualmente en proceso. En los depósitos de la cuenca del Río Santa Lucía, incluyendo afloramientos relacionados a tributarios al mismo, han sido hallados hasta el momento restos asignables a los siguientes taxones de mamíferos, en su mayoría determinados preliminarmente: XENARTHRA: Dasypodidae: Chaetophractus cf. C. villosus; Mylodontidae: Lestodon sp. ; M ylodontidae indet. ; Megatheriidae: M egatherium sp.; Glyptodontidae: N euryurus ruáis , G lyptodon sp. RODENTIA: Chinchillidae: Lagostomus sp. NOTOUNGULATA: Toxodontidae: Toxodon sp. PERISSODACTYLA: Equidae: cf. H ippidion ARTIODACTYLA: Cervidae: cf. M orenelaphus. PROBOSCIDEA: Gomphotheriidae. Stegom astodon sp. El gliptodonte N. ruáis es considerado integrante de asociaciones de tipo “lujanenses” (Pleistoceno sup.). En el listado disponible de los mamíferos fósiles de la cuenca del Río Santa Lucía- se incluyen taxones a nivel de familia y de género extinguidos, correspondientes a megafauna. Al momento, atendiendo a los datos radiocronológicos, estos son los depósitos continentales que contienen megafauna con edades más tardías para el Uruguay. Las edades 14C obtenidas para la Fm. Dolores alientan a la búsqueda de marcos preservacionales que eventualmente registren restos arqueológicos. Las hipótesis iniciales postulan que los sedimentos de la Fm. Dolores se formaron en el Pleistoceno superior bajo condiciones climáticas frías y áridas (Goso, 1972, op.cit.; Antón & Goso, 1974, op.cit.), adjudicadas por Goso {op.cit.) a la ‘TV Glaciación”. Si las edades 14C obtenidas son correctas, ubican a los sedimentos portadores de las muestras datadas en el finipleistoceno. Las evidencias aportadas por el registro paleontológico, para inferir condiciones paleoclimáticas en relación con los depósitos en cuestión de Uruguay, son por el m om ento limitadas. La presencia del dasipódido Chaetophractus villosus y del chinchíllido Lagostom us sp. en la cuenca del Río Santa Lucía sugieren condiciones semiáridas (Perea, 1993, B oletín de la Sociedad Zoológica d el Uruguay, 8: 340-347; Ubilla & Perea, 1999, Q uatem ary o f South Am erica & A ntarctic P enínsula, 12: 75-90). A juzgar por las evidencias regionales disponibles, deben realizarse estudios más detallados del contenido paleofaunístico para poner a prueba de un modo más confiable las hipótesis paleoclimáticas propuestas. Contribución al Proyecto “Cenozoico Continental del Uruguay” (CSIC). RESULTADOS PRELIMINARES DE LA MAGNETOESTRATTGRAFÍA DE LAS FORMACIONES RAIGÓN Y LIBERTAD* Vásquez Carlos A. \ Leda Sánchez Bettucci2 , Martín Ubilla3 y M aría Julia O rgeira1 1 Laboratorio de Paleomagnetism o “D aniel V alendo ”. U niversidad de B uenos A ires. CONICET 2F acultadde Ciendas,(ING EPA) Departam ento de Geología, A rea G eofísicaGeotectónica. 3Facultad de Ciencias, (INGEPA) Departamento de Paleontología, P aleontología de Vertebrados. Introducción Los sedimentos aflorantes en el sudoeste del Uruguay (Barrancas de M auricio, Pto. Arazatí y Balneario Kiyú, Dto. de San José), correspondientes a la Form aciones Raigón y Libertad, han sido objeto de numerosos trabajos desde el siglo XIX hasta la fecha, motivados por los hallazgos fosilíferos. Las edades disponibles hasta el momento se basan en criterios estratigráficos y en la información paleontológica conocida hasta ahora. Sobre la base de estos criterios se le ha asignado por ejemplo una edad Pliocena-Pleistocena tem prana a la Fm. Raigón (Bossi & Navarro, 1991, Dpto. Publicaciones de la Universidad de la República, 966pp.; Tambussi et al., 1999, Journal o f Vertébrate Paleontology 19: 406-408) así como se ha relacionado con las ÍCEdades-mamífero” Uquiense-Ensenadense (sensu Pascual et al., 1965, An. Com. Invest. Invest. Cient. Bs. As. ,VI: 165 - 193) a la Fm. Libertad ( Bossi & Navarro, 1991, op.cit.). H asta el momento no se dispone de estudios magnetoestratigráfícos para estos niveles ofreciéndose en el presente trabajo, los primeros análisis de la edad a partir de los registros de reversiones de polaridad del campo magnético terrestre. Breve descripción de la metodología Las reversiones de polaridad del campo magnético terrestre constituyen un fenómeno global que afecta todo el planeta y su duración no responde a patrones fijos. Durante los últimos cuarenta años se ha establecido la escala magnetoestratigráfíca, que asocia los diferentes períodos de polaridad con la escala temporal. De esta forma, si se dispone de una secuencia sedimentaria en donde ha quedado registro del campo magnético, es posible relacionarla con la escala patrón de reversiones y asociarle una edad magnética y consecuentemente una geocronológica. El trabajo realizado consistió en el levantamiento de perfiles y estudios paleomagnéticos. Los muéstreos paleomagnéticos fueron realizados en las capas expuestas de las Formaciones Raigón y Libertad con el fin de establecer zonas con distinta polaridad magnética a partir del análisis de las componentes magnéticas direccionales. El tratamiento de las muestras consistió en la aplicación de técnicas desmagnetizantes p o r campos magnéticos altem os sinusoidal, en etapas sucesivas de campos crecientes, hasta 100 mT, y por altas temperaturas en etapas hasta 700°C. Geología En la base del perfil, en la localidad de Arazatí, es posible distinguir un banco de O strea patagónica asignable a la Fm. Camacho. Se puede observar una discordancia erosiva entre la unidad anterior y la Fm. Raigón la cual siguiendo el criterio de Francis & M ones (1965, Kraglieviana 1(1): 1 -45), sería posible subdividir en las Formaciones Kiyu, inferior y Fm. San José, superior. El límite entre ambas esta dada por una paleosuperficie observable en casi todos los perfiles levantados. Sin embargo, Bossi & Navarro (1991, op.cit.) señalaron que estas dos últimas no tendrían carácter de formación al no ser mapeables. Por sobre la Fm. Raigón, se halla la Fm. Libertad, también en discordancia. Por encima de ella, se encuentran depósitos holocénicos y actuales. Resultados y discusión Los análisis de las muestras revelaron un fuerte contraste de susceptibilidades magnéticas entre las Formaciones Raigón y Libertad, que podría ser utilizado como criterio para distinguirlas. Fue posible determinar tres polaridades magnéticas. Reversa para la Fm. Kiyú y Normal para San José (sensu Francis & Mones, op.cit. ) , donde el cambio de polaridad se observa a partir de la paleosuperficie que las separa en la localidad de Mauricio. El sector inferior de la Fm Libertad estudiado se caracteriza por una polaridad magnética Reversa. Una interpretación posible, es asignar a la Fm. Kiyú una edad magnética Gilbert y una edad magnética Gauss para la Fm. San José. La comparación de los resultados obtenidos con las magnetoestratigrafías de Corral Quemado (Pcia. De Catamarca, Argentina) (B u tle re t al., 1984, Journal o f Geology, 92: 623 - 636) y las de Barranca de Los Lobos (Pcia. de Buenos Aires, Argentina)(Orgeira, 1990, Physics o f the eartírand Planetary Interiors, 64: 121-132), se puede inferir una “Edad-mamífero” Huayqueriense - Montehermosense para la Fm. Kiyú y Chapadmalalense tardío-Uquiense para la Fm. San José .La asociación de mamíferos incluida en la Fm. Kiyú tiene afinidad con la fauna de tipo Huayqueriense-Montehermosense (Perea et al., 1994, Acta Geológica Leopoldense, 17: 375-389). Al sector inferior de la Fm. Libertad estuiado, de polaridad Reversa, es posible asignarle una edad magnética Matuyama, que sería consistente con una “Edad-mamífero” Ensenadense (sensu lato).* * Proyecto ESTUDIO PALEOMAGNÉTICO, MAGNETOESTRATIGRÁFICO Y MAGNETOMÉTRICO DEL CUATERNARIO DEL URUGUAY PALEOBIOLOGIA DE LOS IC N O FO SILES DE LA FO R M A C IO N SO PA S (LUJANENSE, PLEISTO CEN O SU PER IO R ) DEL URUGUAY*. Verde, Mariano. Departamento de Paleontología (1NGEPA), F acultad de Ciencias, Iguá 4225, CP 11400, Montevideo, Uruguay. E-m ail: verde@ fcien.edu.uy Existen antecedentes sobre las icnocenosis terrestres procedentes de paleosuelos de la Formación Sopas (Lujanense, Pleistoceno Superior), entre las cuales pueden citarse a Ubilla (1996, Paleozoología del Cuaternario continental de la Cuenca Norte del Uruguay, Tesis Doctoral, Univ. de la República, PEDECIBA, 232 p.) y Verde et a l (199S, Res. III Reunión Icnología y I Reunión Icnología Mercosur: 31). En estas citas se mencionan estructuras biogénicas esféricas, las cuales se interpretaron como nidos de escarabeidos (Ubilla op. cit.) y fueron tratadas como una nueva icnoespecie de Coprinisphaera por Verde et al. (op. cit.). Siempre resultó curiosa la estructura interna de estas trazas esféricas asignadas a Coprinisphaera, dado que su relleno era meniscado, y que no se conoce este tipo de relleno para el icnogénero. Tampoco era plausible pensar en un tipo de relleno meniscado realizado por escarabajos coprófagos o necrófagos (Scarabaeinae), quienes realizan este tipo de icnofósiles o sus larvas, quienes los habitan. Todo esto llevó a suponer en un principio que se estaba en presencia de ejemplares de Coprinisphaera retrabajados por organismos habitantes del suelo capaces de producir rellenos meniscados, los cuales se comportaban como cleptoparásitos, explotando el aprovisionamiento de bosta o carroña en los nidos de los escarabajos; una suerte de trazas compuestas. Las trazas compuestas (aquellas realizadas por dos organismos) son conocidas tanto para el registro fósil marino como para el terrestre (Pickerill & Narbonne, 1995, Ichnos, 4: 53; Genise & Laza, 1998, Ichnos, 5: 213). Durante los últimos trabajos de campo realizados fue posible colectar nuevos ejemplares de las trazas esféricas de la Formación Sopas. En ellos se observó que los meniscos del relleno van pasando gradualmente a meniscos más gruesos, y éstos a su vez pasan a pellets ovoides o subesféricos. La revisión bibliográfica, la observación neoicnológica, la comparación con otros icnofósiles y el estudio de nuevos ejemplares con pellets en el relleno, además de los meniscos, sugieren una hipótesis alternativa para el origen de los icnofósiles esféricos de la Formación Sopas. Podría tratarse de cámaras de letargo de lombrices de tierra. Algunos autores han notado que cuando las condiciones climáticas se agudizan, e.g. frío muy húmedo o calor muy seco, las lombrices de tierra tienen la capacidad de migrar a las capas inferiores del suelo y enrollarse en pequeñas celdillas revestidas de mucus (Bouché, 1972, Lombriciens de France, Écologie et systématique, 671 p.; Edwards & Lofty, 1972, Biology o f earthworms, 283 p.). Así mismo, durante los períodos estivales algunas lombrices de tierra se enrollan y entran en letargo en cámaras esféricas, (Fox, C., com. pers.); incluso encontrándose más de un individuo juntos, (Grosso, E., com. pers.). Edaphichnium Bown & Kraus 1983, icnogénero descrito para el Eoceno Inferior de Wyoming (Bown & Kraus, 1983, Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol., 43: 95) ha sido asignado por estos autores a lombrices de tierra. Este icnogénero se caracteriza por la abundante presencia de pellets en su relleno, los cuales son utilizados por sus autores (dentro de un cierto contexto) para identificar a los organismos arquitectos como oligoquetos terrestres. La reinterpretación del origen de los icnofósiles esféricos en los paleosuelos de la Formación Sopas no desencaja con otros elementos de la icnocenosis, tales como Taenidium y rizolitos ni con el paleoambiente inferido, más aún, Taenidium representaría otro tipo de actividad de organismos vermiformes en estos paleosuelos (cf. Verde, 1996, Res. Congreso Paleógeno América del Sur: 25). Se plantean entonces dos hipótesis, la de Coprinisphciem retrabajadas por cleptoparásitos y la de cámaras de letargo de lombrices; de aquí en más los trabajos futuros deberán apuntar a rechazar al menos una de ellas, principalmente a través de experim entos y observaciones neoicnológicas. La presencia de las cámaras de letargo de lombrices en estos paleosuelos indicaría una estacionalidad marcada para el momento de formación de los paleosuelos de la Form ación Sopas, ya que este tipo de trazas sería producido, como se dijo más arriba, durante períodos de condiciones climáticas extremas. No existe una categoría etològica para trazas fósiles producidas por actividades de letargo. En caso de que la hipótesis de las cámaras de letargo sea la más fuerte podría plantearse la necesidad del establecimiento de una categoría etològica nueva para albergar a tales estructuras, en la que podrían ser incluidos otros icnofósiles, por ejemplo las excavaciones de peces pulmonados documentadas en el registro fósil. El autor agradece los comentarios de Jorge Genise (CRILAR, CONICET, Argentina) y Sergio Martínez (Fac. de Ciencias, Univ. de la República), quienes no necesariam ente están de acuerdo con las ideas aquí vertidas.* * Contribución al Proyecto CSIC “Bioestratigrafía del Cenozoico del Uruguay”. Equipo de trabajo: Martín Ubilla (responsable), Daniel Perea, Sergio M artínez, Graciela Piñeiro y Mariano Verde.