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Ensayo: El poder de decisión en La Celestina

El poder de decisión en "La Celestina" Silva, Rocio Macarena. 2 ¡Ey! ¿Adivine qué? Ustedes son las únicas criaturas con libre albedrío. ¿Cómo les hace sentir eso? (Kurt Vonnegut). El ser humano está dotado de libre albedrío, y puede elegir entre el bien y el mal. Si sólo puede actuar bien o sólo puede actuar mal, no será más que una naranja mecánica.

El poder de decisión en La Celestina Alumna: Silva, Rocio Macarena. Profesora: Salazar Sollazzo, Carolina. Materia: Literatura Española. Año: 2019. ¡Ey! ¿Adivine qué? Ustedes son las únicas criaturas con libre albedrío. ¿Cómo les hace sentir eso? (Kurt Vonnegut). El ser humano está dotado de libre albedrío, y puede elegir entre el bien y el mal. Si sólo puede actuar bien o sólo puede actuar mal, no será más que una naranja mecánica.  (Burgess Anthony, “La naranja mecánica”,1962) San Agustín de Hipona sostenía que el libre albedrío supone la posibilidad que tiene el hombre de elegir entre el bien y el mal. Sentido aplicado en la libertad del ser humano para obrar bien o mal; es el buen uso de esta libertad “el libre albedrio fue concebido al hombre para que conquistara méritos, siendo bueno no por necesidad, sino por libre voluntad” (...) además “es soporte de todo el orden moral, el principio esencial de un mundo de valores superiores, y, por consiguiente, un gran bien. Pero a la vez supone la facultad de elegir el mal, es decir, la facultad de caer, que es una imperfección de la voluntad humana” (...) (Hevia, S. (2016). El libre albedrío y la libertad según San Agustín en las novelas ejemplares. Revista Chilena de Literatura p.2). Cierto es que cuando se escribió “La Celestina” se pensaba que coexistían fuerzas independientes, como la magia, la fortuna y la astrología, que podían cambiar el libre albedrío del hombre, y de acuerdo a esto debemos interpretar el texto. Al incluir la magia como indicador, no significa que Rojas crea en ella. Además, cuentan –los personajes- con una “voz” que les va aconsejando lo que no deben hacer, como si fuese la voz de ángel bueno. Algo importante de entender en la obra es mostrar si el amor de Melibea por Calisto, su mal comportamiento y su posterior suicidio. Si afirmara que Melibea es prisionera de las prácticas mágicas de Celestina, tendría que argumentar que no es dueña de sí misma, sino víctima de fuerzas ocultas, y así quedaría exenta de toda culpa y por ello de ser juzgada; es decir estaríamos ante un personaje que no se lo podría hacer responsable de sus errores, alguien que se mueve por un irrompible cadena de causa-consecuencia. El propósito de este trabajo es mostrar que el hechizo de Celestina no tiene nada que ver con el enamoramiento de Melibea, su irresponsable comportamiento y su suicidio, así también mostrar que los personajes que la acompañan son responsables de sus actos. Es importante remarcar que aunque Peter Russell afirma que en la España de Rojas se creía en la realidad de la magia “a todos los niveles de la sociedad” (Russel, Peter “La magia, tema integral de la Celestina” p.7) no deberíamos tener en cuenta esta afirmación sino pensarla como una generalización, ya que otros estudiosos argumentan que varios autores no consideraban el tema de la magia como algo que realmente tuviese significado o que modificaría los comportamientos y actitudes de las personas en esa época. La mayor verosimilitud en La Celestina se debe a la libertad que Rojas les da a sus personajes. El que el autor incluyera la magia, no es un indicador de que creyera en ella, pudo hacerlo para dar un tema de interés a los lectores de la época o como una burla a estos tipos de ritos, ya que cada uno de sus personajes marca su propio destino. Además, cuentan con esa voz que le va aconsejando lo que deben de hacer. Por ejemplo, Calisto enamorado de Melibea, acepta que Celestina lo ayude a pesar de que Pármeno le advierte que se trata de una (...) “puta vieja” “hechicera” (...) (p.55-56) de quien no debe aceptar sus servicios. Es así que Calisto escucha el consejo de Pármeno pero no lo toma y pone la honra de su enamorada permitiendo que se le acerque una mujer tan impura como Celestina a su casa. Calisto contrata a la vieja alcahueta para que le sirva de intermedio y, además, le paga cien monedas por sus servicios, aunque su criado le vuelve a aconsejar en el error en que está cayendo. Nuevamente su ciervo le vuelve a anticipar de error que está cometiendo pero Calisto procede con el pago aceptando las consecuencias que le pueda traer. Este comportamiento, lejos de explicarse como la “magia” que aplicó Celestina al cordón de Melibea, se debe a su autonomía para actuar. Los padres de Melibea, también actúan de manera que sus decisiones también influyen en la vida de su hija y que nada tiene que ver con la magia, Pleberio, al igual que su esposa, actúa bajo su propia libertad y es igualmente de confiado e imprudente, por ejemplo, al no haber casado todavía a su hija Melibea aunque en algún momento se lo habían planteado pero finalmente deciden no hacerlo. Responsables de lo que supone que Melibea siga soltera vuelven a pensar en casarla, pero no cierran en una decisión concreta: (...)E pues somos inciertos quándo auemos de ser llamados, viendo tan ciertas señales, deuemos echar nuestras baruas en remojo e aparejar nuestros fardeles para andar este forçoso camino; no nos tome improuisos ni de salto aquella cruel boz de la muerte. Ordenemos nuestras ánimas con tiempo, que más vale preuenir que ser preuenidos. Demos nuestra hazienda a dulce sucessor, acompañemos nuestra vnica hija con marido, qual nuestro estado requiere, porque vamos descansados e sin dolor deste mundo. Lo qual con mucha diligencia deuemos poner desde agora por obra e lo que otras vezes auemos principiado en este caso, agora aya execución. No quede por nuestra negligencia nuestra hija en manos [157] de tutores, pues parescerá ya mejor en su propia casa que en la nuestra. Quitarla hemos de lenguas de vulgo, porque ninguna virtut ay tan perfecta, que no tenga vituperadores e maldizientes. No ay cosa con que mejor se conserue la limpia fama en las vírgines, que con temprano casamiento (...) (Rojas F. , La Celestina, 1499, p.383-384). A pesar de que Pleberio culpa al mundo o al amor de las desgracias por las que tiene que pasar su hija, el único responsable es él. A Celestina la avaricia y no el hechizo es lo que hace que ella lleve a cabo la difícil tarea de ir a casa de Melibea, manipular y sobornar a Pármeno para que se una con ella y sacarle lo máximo que pueda a Calisto. Al recibir las cien monedas y el manto, sin intención de repartir a los criados como lo habían acordado, se muestra su avaricia, que nada tiene que ver con las ciencias ocultas que ella maneja. Ella misma se pone al descubierto cuando le dice a Sempronio que no le va a repartir y éste se indigna con ella. La codicia de la hechicera es la que la lleva a su propia muerte, ya que los sirvientes al no recibir lo pactado la asesinan, algo que se podría haber evitado. Durante toda la obra se la muestra como una persona interesada y sin escrúpulos, por lo tanto no se podría culpar al Diablo o a las magias de cómo es ella. Los sirvientes de Calisto, Sempronio y Pármeno, también actúan bajo sus propios deseos. Ambos los mueve la codicia por lo cual se alinean con Celestina. Los dos intentan sacar lo máximo de Calisto por medio de su mal de amores, y por su codicia también asesinan a la vieja alcahueta. Los intereses de todos los personajes son los que los llevan a actuar de una manera u otra y no la magia; todos conocen por la boca de otros personajes un camino diferente pero eligen lo más conveniente para ellos. Muchos estudiosos explican que Melibea actúa así por los hechizos sobre ella, pero a mi parecer Melibea tiene la misma posibilidad y libertad para actuar como el resto de los personajes, ya que la muchacha controla su vida de igual manera desde antes de conocer a Celestina como después cuando llega el supuesto conjuro mágico. Quizás su suicidio sea una prueba de su poder decisión. Desde que se encuentra con Calisto, Melibea tiene la posibilidad de hablar con él o marcharse. Sin embargo, opta por hablarle a pesar de las palabras que él tiene, sin embargo, en la segunda y tercera conversación que tienen, Melibea le declara su amor imposible que no corresponde con lo de una joven de su estatus social. Es así que desde el comienzo de la obra podemos ver una chica interesada por su enamorado a quien le corresponde, irresponsable y sin importarle las cuestiones sociales. No pasará nada con respecto a Melibea hasta que ésta sea visitada por Celestina en su casa, quien a diferencia de su madre se acuerda quien es, y por muy inocente que se piense que es ella la deja hablar a la vieja alcahueta con el propósito de sacarle información y el hecho de que le vaya a hablar sobre un caballero joven que se encuentra demasiado enfermo le resulta interesante, por lo que hace que continúe contándole: (...) “Vieja honrada, no te entiendo si más no declaras tú de-manda. Por una parte me alteras y provocas a enojo; por otra me mueves a compasión; no te sabría volver res-puesta conveniente, según lo poco que he sentido de tú habla. Que yo soy dichosa, si de mi palabra hay necesidad para salud de algún cristiano. Porque hacer beneficioes semejar a Dios, y más que el que hace beneficio le recibe cuando esa persona que le merece. Y el que puedes amar al que padece, no lo haciendo, le mata, así que no ceses tu petición por empacho ni temor “(...) (Rojas Fernando, La Celestina, 1499, p. 125). Las palabras de Melibea evidencian que Celestina tiene la capacidad para hablar sin límites, pues su interlocutora está dispuesta a escuchar y colaborar. La alcahueta, haciendo uso de su habilidad verbal, elogia a la joven en una extensa plática, que impacienta a Melibea, la cual reclama que “sin más dilatar me digas quién es ese doliente” (126). Celestina aprovecha su desasosiego para informarle que se trata de un (...) “gentil hombre de clara sangre, que llaman Calisto” (...) (126). Aunque la muchacha insulta y amenaza a la alcahueta al escuchar ese nombre, sus intimidaciones no resultan creíbles pues, en seguida, incurre otra vez con nuevas preguntas acerca de los sentimientos de ese moribundo:(...) “¿qué siente ese perdido que con tanta pasión vienes?” (...) (p.126). Teniendo en cuenta el argumento de Russell, hasta que Melibea compra el hilado y el conjuro comienza a hacer efecto, existiría un momento en el que la muchacha estaría todavía libre de los efectos de la magia, en concreto de la  philocaptio (1), para enamorarse de Calisto. La teoría de Russell no explica el que Alisa permitiera la entrada de Celestina en su casa cuando el hilado todavía no había rozado ni la puerta de su vivienda. Tampoco aclara que Melibea quiera quedarse a solas con la alcahueta antes de la compra del hilado, por lo que el hechizo todavía no habría podido eclipsarla. Lo cierto es que Melibea acepta permanecer con Celestina y lo hace antes de comprar el hilado y sabiendo quién es esa vieja alcahueta. Aunque Melibea se enoja con Celestina, lo hace porque le corresponde como dama que debe cuidar su honra, o al menos aparentar que lo hace, pero lo cierto es que permite y se muestra deseosa de que le hablen de amor. Otra cuestión a que los enamorados concreten su encuentro es el pago que le hace Calisto a Celestina para que lo consiga. Si Celestina no hubiese querido seguramente estos no hubiesen tenido una cita, por lo tanto el uso de la magia no tiene nada que ver con ello. (2) La philocaptio era la actividad más común de las hechiceras y consistía en provocar el amor o la pasión en terceros mediante procedimientos mágicos. Podríamos decir que el uso de la magia en la obra de Fernando de Rojas, es un elemento de ornamento pues los conocimientos de las artes negras no son el detonante del comportamiento irracional de Calisto, ni que Celestina pudiese hablar con Melibea o de que la joven se enamorara de Calisto ya que ella ya lo amaba desde el comienzo de la obra. Por otro lado Melibea dueña de sus acciones decide quitarse la vida voluntariamente, tras haber perdido a Calisto y deshonrado a su familia; este es el camino por el cual decide irse sin importar la terrible tragedia que caerá en su hogar. Melibea actúa según todo lo opuesto a las normas sociales, morales o familiares, importándole solamente su bienestar, y así se comporta tanto antes de llegar Celestina con el conjuro como después. Cada uno de los personajes debe ser juzgado por sus actos y no por fuerzas ocultas que justifiquen sus faltas. La culpa de lo que le sucedió no la tiene ni el Diablo ni el destino, cada personaje en la obra tiene diferentes caminos por los que pueden seguir, además poseen la oportunidad de escuchar esa voz que los aconseja que es lo mejor y a partir de allí poder decidir. El que no opten por seguir el camino más apropiado según lo social y religioso de la época no es por la magia, sino la voluntad de decisión de los personajes. Por esta razón, no se puede argumentar que hagan lo que hagan su final sería fatal, ya que el autor no presenta una mirada trágica o fatalista por lo cual haga pensar que sus personajes tienen un final determinado. Por el contrario cada uno crea su destino, el mejor ejemplo de ello es precisamente, Melibea, quien a pesar de las restricciones y limitaciones sociales que tiene, maneja las distintas dificultades para alcanzar lo que desea. BIBLIOGRAFÍA. Botta, Patricia (1994). La magia en la Celestina. Burgees, A. (1962) La Naranja Mecánica. Recuperado de http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-libre-albedrio.html Canet Vallés J. (s.f). Philocaptio versus libre albedrío en Celestina. Biblioteca Virtual Cervantes. Consultado de http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/philocaptio-versus-libre-albedrio-en-celestina/html/544e2e84-08a3-4119-81a3-2e73ee7fd112_5.html Hevia, S. (2016). El libre albedrío y la libertad según San Agustín en las novelas ejemplares. Revista Chilena de Literatura, (24). Consultado de https://revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/view/41186/42722 Malkiel L. (1962). “La originalidad artística de la Celestina”. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires. Rojas, Fernando de. La Celestina, tragicomedia de Calisto y Melibea. Ediciones Luarna. Russel, P. (2001). “La magia tema integral en la Celestina”. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. El poder de decisión en “La Celestina” Silva, Rocio Macarena. 3 3