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El poder de decisión en "La Celestina" Silva, Rocio Macarena. 2 ¡Ey! ¿Adivine qué? Ustedes son las únicas criaturas con libre albedrío. ¿Cómo les hace sentir eso? (Kurt Vonnegut). El ser humano está dotado de libre albedrío, y puede elegir entre el bien y el mal. Si sólo puede actuar bien o sólo puede actuar mal, no será más que una naranja mecánica.
2021
La Celestina, obra cuyo título original es Tragicomedia de Calisto y Melibea, es una obra de la que aún se debate sobre la autoría. Se deduce que fue Fernando de Rojas, bachiller en leyes, quien halló el primer acto y decidió continuar con el manuscrito añadiendo quince actos, aunque en menor medida algunos analistas introducen otros candidatos a la posible autoría, tales como Juan de Mena (1411-1456), autor de El laberinto de Fortuna y Rodrigo Cota (1434-1498), autor de Diálogo entre el Amor y un viejo. Luego, pasados los años, Rojas concluiría con la obra definitiva agregando cinco actos. En la obra de Rojas en “A un amigo” dice: “Y tantas cuantas más lo leía, tanta más necesidad me ponía de releerlo y tanto más me agradaba y en su proceso nuevas sentencias sentía. (…) Vi que no tenía su firma de autor, el cual, según algunos dicen fue Juan de Mena, y según otros, Rodrigo de Cota; pero quienquiera que fuese, es digno de recordable memoria por la sutil invención…”
Libro al parecer divisi encubriera más lo huma -CERVANTES.
Celestinesca, 2021
Los estudios literarios han construido, con el paso de los años, el relato de la evolución de los textos que nacieron a partir de la obra de Fernando de Rojas. Conocemos ya con cierta seguridad los aspectos más sobresalientes de esa reescritura pero aún faltan por precisarse los detalles más concretos. Este es el caso de la transformación que experimenta de la presencia y empleo de la magia y el conocimiento como fundamento del poder de la alcahueta en los textos de la Comedia Thebayda y la Segunda Celestina de Feliciano de Silva respecto de la Tragicomedia original. Para poder apreciar el cambio se establecen sus funciones en la acción del texto de Rojas, a partir del análisis de varios lugares de la acción que rodean a su aparición, y se revisa con minuciosidad el sentido que adquieren en los primeros textos extensos que se han conceptuado como la rama cómica de las imitaciones celestinescas. palabRaS clavE: Secretos-magia-conocimiento-celestinesca-censura.
Celestinesca
Los estudios literarios han construido, con el paso de los años, el relato de la evolución de los textos que nacieron a partir de la obra de Fernando de Rojas. Conocemos ya con cierta seguridad los aspectos más sobresalientes de esa reescritura pero aún faltan por precisarse los detalles más concretos. Este es el caso de la transformación que experimenta de la presencia y empleo de la magia y el conocimiento como fundamento del poder de la alcahueta en los textos de la Comedia Thebayda y la Segunda Celestina de Feliciano de Silva respecto de la Tragicomedia original. Para poder apreciar el cambio se establecen sus funciones en la acción del texto de Rojas, a partir del análisis de varios lugares de la acción que rodean a su aparición, y se revisa con minuciosidad el sentido que adquieren en los primeros textos extensos que se han conceptuado como la rama cómica de las imitaciones celestinescas.
2014
La voz es un estado frágil de sonido, ritmo y silencio, cuyas posibilidades son infinitas. Su trabajo ocurre dentro de una libertad absoluta cuyas superficies sonoras estables (curva de entonación, palabra, fonema, respiración) son solo los elementos inicialmente más reconocibles de una propuesta: dirección pronunciada de una idea. Libertad absoluta, estiramiento sensible de un acto de emisión, o de ausencia, situado en el sistema fono-articulatorio. Por tanto, respeto y percepción de ese trasfondo múltiple en el que late nuestro día. Hasta que se acomete una idea, que cruza esa libertad, le da una dirección. Sonora, en el caso de la voz. Acometer una idea es, simplemente, sostenerse en el despliegue de esta idea sin cerrar en concepto sus descubrimientos. Idea como entrenamiento, como trabajo: participación en la existencia de la idea, entrada posible de dicha idea en el mundo. Frente a una idea, la voz se adentra, no en una búsqueda solamente, sino en la exploración sensible de dicha búsqueda. En fábula simple: buscamos oro, por decir, pero no es únicamente eso. Uno se abre a sentir la plata, el gusano, el aire, otra mano, alrededor, sin perder la intensidad de la búsqueda. Solo que no es oro, obviamente, lo que se busca. Sino, por ejemplo: la diagonal porosa de la idea de igualdad, por poner una zona de trabajo precisa y habitual en nuestro discurso y nuestro día. Pero, ¿cómo se hace, cómo se sostiene la igualdad, en un poema, en un poema hecho sonido? Pronunciar una idea es darse a este proceso. En el que nace una oportunidad para que la voz piense.
En Celestina se. nos ofrece una visión sumamente compleja y fascinante del terna del poder desde muchos ángulos y perspectivas. En este caso, nos interesa centrarnos exclusivamente en las estrategias de dominio y de manipulación que se desarrollan en la obra y que se convierten en una parte fundamental de las relaciones interpersonales entre los personajes. Las situaciones de dominio, poder e influencia entre los caracteres principales son fundamentales a la hora de entender la especial y utilitaria dinámica de alianzas · y tra iciones que se va gestando en el texto. Sin duda, un análisis del tema puede a lterar sustancialmente la forma en que ·han sido entendidos y exp licados trad icion aln:iente los actos de los protagonistas. En estas páginas vamos a ocupamos exclusivamente de Celestina y de Melibea poniendo su avaricia (Celestina) y su obsesión amorosa (Melibea) en relación con la férrea voluntad de poder que caracteriza la personalidad de ambas.
jojos, 1990
¿Cómo hablar sobre el aborto?: guía para el desarrollo de mensajes basados en los derechos l a r t i m o n i o s , e o , d e s a f i a r , e s t i g m a , e e , d i v e r s i d a d , a c t i t u d e s ,
Poco después de publicarse por primera vez como obra anónima (1499), la edición de 1500 de la Comedia de Calisto y Melibea incluía unas octavas acrósticas en las que se decía que «El bachiller Fernando de Rojas acabó la Comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en La Puebla de Montalbán». Rojas era un jurista descendiente de conversos y efectivamente vecino de la Puebla de Montalbán que, según parece, redactaría la obra siendo estudiante, con poco más de veintidós años, durante unas vacaciones. Es probable que el futuro bachiller decidiera en un primer momento ocultar su nombre para evitar críticas y también que trabajara sobre un texto anterior. Su «Carta a un amigo», también incluida en La Celestina, explica cómo el argumento de la obra provenía de un manuscrito anónimo que contenía el primer acto y que, según parece, podría pertenecer a Juan de Mena o Rodrigo de Cota. No sabemos hoy con certeza quién fue el autor de esa primera versión de la obra, aunque las divergencias estilísticas entre el primer acto y el resto de la obra sí certifican la actuación de dos plumas distintas.
Esa ilusión de que Google aprende y es cada año más preciso es falsa: Google no aprende, nosotros somos cada vez más tontos ENRIQUE LYNCH 21 JUL 2017-13:03 CDT La saga cinematográfica Terminator es una de las distopías más populares. Cuenta que, tras haber alcanzado la inteligencia de sus creadores humanos, las máquinas se rebelarán contra ellos y, para exterminarlos, producirán otras máquinas, asesinas y perfectas. Estallará entonces la guerra total entre los hombres y sus artefactos y el destino de la humanidad quedará en manos de un salvador providencial; etcétera. Típico patrón mesiánico judeoprotestante: con su conspiración y su redentor que nos salva. El guion sin embargo es una variante del viejo mito del Golem. Su novedad está en los espectaculares efectos especiales y en algunos gags inolvidables; y en un actor ideal —Arnold Schwarzenegger—, en la realidad, él mismo una especie de Golem. Su personaje es el ogro de los relatos infantiles; o Yago, el perverso intrigante de Otelo, pues, como él, es un ser de absoluta maldad, una criatura implacable cuya malignidad, por inmotivada e inexplicable, produce espanto. ¿Podemos hacernos una idea del mal absoluto? Si está encarnado en una máquina no parece tan difícil, en cambio entender a Yago es mucho más complicado, pues cuando un individuo es muy malo nuestros ojos se inventan un nihilista demoniaco con estatura moral, como Iván Karamazov. El mal es difícil; y poco nos ayudan las pautas dominantes, pues a medida que nuestras reglas y costumbres son cada vez más permisivas, resulta muy difícil imaginar un personaje absolutamente inicuo que sea también verosímil. Porque hoy en día todo el mundo es malo en alguna medida —otro tópico judeoprotestante difundido por la cultura popular y refrendado por los psicopedagogos—, de ahí que los guionistas de cine escojan malos psicopatológicos, como Henry o Leatherface o Anton Chigurh o Hannibal Lecter, etcétera. Sin embargo, aunque narrativamente verosímil, el psicópata es poco convincente en lo moral. De hecho, las leyes penales no admiten que el loco pueda ser considerado responsable de sus actos, justamente porque está loco; y el mal, no menos que el bien, necesita un sujeto responsable. En efecto, que podamos identificar la responsabilidad en una acción nos permite determinar la intención y su motivo y, sobre todo, la trasgresión, que en última instancia nos permitirá juzgarla moralmente. Pero para eso ha de ser plausible que el sujeto se equivoque, que elija entre el mal o el bien y se desvíe. Aún más, se requiere una condición trascendental que no deriva de la idea que el sujeto se haga sobre lo bueno o lo malo, sino de una decisión ciega entre las dos instancias que, a su vez, puede ser correcta o equivocada. En suma, la responsabilidad presupone la posibilidad del error: no solo en la alternativa entre el bien y el mal, sino en el acto de decidir entre una opción u otra. Si una acción, cualquiera que sea, solo puede ser correcta —aunque se trate de hacer el mal—, las decisiones dejan de ser tales y la moralidad se extingue. Así pues, si concebimos un artefacto en el que hayan sido eliminados todos los errores posibles —y eso seguramente ocurrirá tras alguna revolución maquínica—, ya no serán necesarias las tomas de decisiones ni el cálculo de riesgos, y la idea de responsabilidad será tan vacía como una metáfora blanca. Pongamos el caso de los nuevos automóviles sin conductor: ¿tiene sentido sancionar una infracción de tráfico si
Asian Journal of Applied Sciences, 2018
Art and Resistance in Germany, 2019
DERECHOS DEL CONSUMIDOR: Desafíos a la descentralización de la política pública de protección al consumidor, 2020
International Journal of Educational Management, 1993
Indian Journal of Plastic Surgery, 2016
Springer Tracts in Advanced Robotics, 2014
Journal of Government and Politics, 2012
DST j. bras. doenças …, 2008
arXiv (Cornell University), 2021
Financial and credit activity problems of theory and practice
Proceedings of the National Academy of Sciences, 2003
Applied Numerical Analysis & Computational Mathematics, 2005