Ganar o aprender

Ganar o aprender Por. Enrique E. Cárdenas Sifre Fuego y Cenizas: éxito y fracaso en la política, de Michael Ignatieff (2014), presenta las experiencias y reflexiones sobre la política, los políticos, la democracia, el partidismo y el derecho a ser escuchado que el autor vivió durante su vida política. Es un intento por describir lo que la política es y lo que debería ser, dirigido a quienes nos interesa adentrarnos en este mundo, ya sea desde la consultoría, la academia o algún puesto. Ignatieff fue profesor de política y luego se convirtió en el líder del Partido Liberal de Canadá y en el líder de la oposición desde 2008 hasta 2011. Una carrera política marcada por grandes derrotas y duras victorias. A pesar de mencionar que el libro será una crítica analítica (pág. 13) al final del libro nos queda una sensación de que hay bastante de defensa personal. Sin embargo, el libro es un gran recurso para explorar la política como vocación y estilo de vida, la derrota como elemento fundamental en el crecimiento de los políticos y una llamada que nos empuja a ir hacia adelante como una estrella que nos guía (pág. 222). Muchas de las cosas que se discuten a lo largo del texto han cambiado con el pasar de los años, pero el autor señala algunas que pudieran mantenerse hasta nuestros días. Lo primero que debes preguntarte siempre es ¿por qué estas ahí? ¿por qué quieres ser político? Para luego darte cuenta que la verdadera pregunta es ¿por quiénes estas ahí? (pág. 20). El político confiesa que no supo contestarse esta pregunta hasta luego de realizar largas jornadas de trabajos puerta a puerta. El contacto directo le permitió entender que estaba ahí para la gente y no para sus aspiraciones individuales, que en todo caso solo le servirían para hacer de su historia una vinculada a la del resto de sus votantes (pág. 75). Estas declaraciones encajan en algunos de los debates sobre campañas hoy día. En qué medida sustituimos las bases de datos y las estrategias digitales de campaña por las prácticas antiguas, si es que podemos llamarles así. Podemos decir que en años recientes la tendencia por parte de las ciencias sociales y los estrategas de campaña ha girado hacia una combinación efectiva de ambas tendencias (Kim, Y. et al, 2017). Para Ignatieff la democracia tendría serios problemas si reside únicamente en la pantalla de televisión y en una página web, porque estaremos totalmente en manos de los asesores de imagen y de las fantasías que inventan (pág. 73). Ya se habla en este momento sobre lo que hoy conocemos como “Fake News”, un ejemplo de cómo el autor comenzaba a ver problemas futuros. Incluso, llega a proponer como solución que las leyes contra la difamación deben utilizarse también para castigar las peores mentiras (pág. 166). Otro de los aspectos que surgen de lo mencionado, y que a la vez parecen ser una contradicción, es el énfasis que hace sobre la parte racional del votante. Mientras en múltiples ocasiones menciona la importancia de que la gente te sienta, confíe en ti, te mire a los ojos, a las manos y que te perciban como una persona (págs. 74-76) , el autor asegura que los votantes deben razonar su elección (pág. 162-163). Hoy día se repite en las clases de marketing político y a su vez se aplican en las campañas tendencias a generar emociones. El desarrollo de las redes sociales, en conjunto con el crecimiento del populismo (definido a través de Mouffe, C. 2018 y Canovan, M 2005) han propiciado un ambiente que más allá de apelar a la razón, busca simplificar en pocos caracteres soluciones a serios problemas a través de grandes emociones. Ignatieff a pesar de ir percibiéndolo con sus experiencias, no pudo poder expresarlo en estas palabras y termina definiendo a los votantes desde la razón. El autor define constantemente lo que es una democracia saludable desde su perspectiva liberal. Esta democracia debe reconocer que no todos son tus enemigos y que los adversarios son compañeros a los cuales no se le hace la guerra. Estos adversarios deben estar abiertos a la persuasión que permita encontrar soluciones políticas (pág. 121). Una democracia debe aspirar a que los jóvenes respeten y aspiren a ocupar las instituciones (pág. 120). Contrario a la férrea disciplina partidista que separa a los ciudadanos de los representantes, se debe cruzar líneas para lograr acuerdos sin que estas signifiquen traición. Dice que uno no debe cuestionar el derecho de un adversario a competir, ni a su lealtad patriótica o la buena fe de esa persona (pág. 166). Finalmente el autor nos invita a aceptar esa “llamada” para adentrarnos a la política, siempre que mantengamos en perspectivas estas experiencias que el vivió. Que entendamos que no podemos dominar el tiempo (pág. 51). Son los hechos y no nuestros cálculos los que determinan el orden de los acontecimientos (pág. 50) La historia de Ignatieff pareciera encajar de manera perfecta en el filósofo político que decidió convertirse en sofista y fracasó, como menciona Michael Walzer (2010). Bibliografía Caravan, M. (2005) The People. Polity Press, United Kingdom Ignatieff, M. (2014) Fuego y cenizas: éxito y fracaso en la política. Taurus, Barcelona Kim, Y., Russo, S., & Amnå, E. (2017) The longitudinal relation between online and offline political participation among youth at two different developmental stages. New Media & Society https://doi.org/10.1177/1461444815624181 [Consultado el 20 de febrero de 2019] Mouffe, C. (2018) For a left populism. Verso, New York Walzer, Michael (2010) Pensar Políticamente. Barcelona, Paidós