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Europeización, interseccionalidad y activismo LGBT

2018

Hoy hablaré un poco de dos libros, dos antologías que hicimos un grupo de amigos y amigas que trabaja sobre las cuestiones de las políticas activistas en los estados sucesores de Yugoslavia.

Estoy muy feliz y contento de estar aquí y naturalmente agradecido a Tjašan por invitarme y por traducir mi texto. De verdad nunca imaginé que hablaría de nuestros libros en Barcelona y que sería en español, así que estoy muy entusiasmado y agradecido por esta oportunidad. Y gracias a todas y todos por estar aquí. Entonces… hoy hablaré un poco de dos libros, dos antologías que hicimos un grupo de amigos y amigas que trabaja sobre las cuestiones de las políticas activistas en los estados sucesores de Yugoslavia. Cuando se trata del primer libro sobre el activismo eLe Ge Be Te y la europeización, queríamos enfatizar la importancia del espacio post-yugoslavo en sus configuraciones actuales y anteriores, para avanzar el ámbito de los Estudios Europeos y efectivamente mostrar cómo toda una gama de contradicciones y tensiones que están imbricadas en el "proyecto europeo", se está elaborando en los "márgenes" y "periferias" europeas o “semi-periferias” globales. En este sentido, la forma en que pensamos Europa y europeidad, que tan abruptamente entró en nuestras vidas en el espacio yugoslavo, como si nunca fuéramos y nunca podamos ser suficientemente europeos, ha sido influenciada por el crítico cultural y traductor croata Boris Buden, quien en 1996 (mil novecientos noventa y seis) escribió: "Europa no es sólo un lugar donde siempre hemos estado, sino que es también un objetivo hacia el cual nos movemos. Su presencia en nosotros se experiencia tan poderosamente como su ausencia. Es el territorio de los valores más sublimes de la justicia, la libertad y la igualdad, pero al mismo tiempo el lugar donde estos valores son pervertidos. Es tanto el objeto de nuestra adoración y deseo como objeto de desilusión y abominación. Como su pueblo escogido que la salva ahora de sus enemigos más feroces, ahora de sí mismos, somos más europeos que Europa, pero también más antieuropeos. No sólo nos sacrificamos por ella, sino que también somos su víctima. Como el altar de nuestro sacrificio, Europa es el reluciente monumento de nuestra gloria, pero también es un desagüe por el que nuestras esperanzas se pierden como ilusiones." Así que con este libro básicamente queríamos ver cómo la evolución de los derechos eLe Ge Be Te en nuestra región entra en esta ambivalencia profunda de Europa. Partiendo del hecho de que la adhesión a la Unión Europea se persigue activamente como la "primera prioridad de la política exterior" en prácticamente todos los estados de Europa del Este, dejando la Unión, particularmente en las regiones más pobres de Europa, sin ninguna alternativa históricamente válida. Este largo proceso de adhesión a la UE, en el que se ha insistido cada vez más en el avance de los derechos eLe Ge Be Te, difunde herramientas discursivas empleadas en las luchas activistas eLe Ge Be Te por los derechos humanos y la igualdad. Por lo tanto, nuestro libro interroga las múltiples formas e implicaciones del nexo simbólico cada vez más potente que se ha desarrollado entre sexualidades no-heterosexuales, 1 activismo(s) eLe Ge Be Te y europeización u europeizaciónes en todos los estados postyugoslavos. Todas las contribuciones, de una manera u otra, abordan este vínculo entre "europeidad" y "emancipación gay". En principio, argumentamos que este vínculo, este nexo simbólico eleva ciertas formas de compromiso del activismo gay, y quizás también la no-heterosexualidad en términos más generales, a una medida de democracia, progreso y modernidad, mientras que al mismo tiempo relega prácticas de intolerancia hacia la comunidad eLe Ge Be Te a la condición del Otro no europeo primitivista, que se sitúa inevitablemente en el pasado patriarcal, aquel que debe quedar atrás. En otras palabras, el vínculo entre la europeización y la "lucha gay" en el contexto postyugoslavo de hecho desestabiliza el régimen de género patriarcal, pero también, según creemos, tiende a ALIenar la lucha por la emancipación no-heteronormativa del contexto político local. Al hacer esto, dicho nexo crea una esfera de voces privilegiadas en la que las embajadas Occidentales y sus representantes desempeñan papeles particularmente importantes, siempre en aSoCiaCión con intelectuales y activistas liberales locales que se vuelven empoderados de actuar como intermediarios clave. Por otra parte, dado que se trata de Europa y europeidad como discursos naturalmente, nuestro libro problematiza el tropo "europeización" ampliamente extendido como un proceso lineal mediante el cual se supone que los procedimientos políticos de la UE se exportan con fluidez y se incorporan sin problemas a la lógica de las estructuras políticas locales. En lugar de considerarla como una "calle de sentido único", tratamos a la europeización como un proceso de "traducción" complejo, dinámico y problemático en el que "las formas de gobernar y ser gobernados y gobernadas a través del lenguaje, prácticas y técnicas" están continuamente en disputa y renegociadas. De hecho, el espacio post-yugoslavo nos ofrece un punto de vista casi privilegiado para obtener una mejor comprensión, comparativa, de los vínculos entre la europeización y la ampliación de la unión europea, por un lado, y por el otro, el funcionamiento de los movimientos nacionales y transnacionales por la emancipación eLe Ge Be Te. Esto se debe principalmente al hecho de que los estados post-yugoslavos, que comparten un largo período de construcción estatal, se encuentran en este momento en diferentes posiciones con respecto a su integración en la unión europea: hay estados miembros, candidatos y candidatos potenciales. Entonces este conjunto de temporalidades divergentes, conflictivas y solapadas refleja y reproduce las asimetrías duraderas y las diferenciaciones de poder que existían dentro del sistema sumamente complejo de la federación socialista yugoslava que parece cada vez más 2 frecuentemente comparada con la Unión Europea en términos de su complejidad y la fragilidad, por supuesto, y claramente no en términos de su orientación socialista. Es más, el espacio post-yugoslavo ha sido tratado una y otra vez como una especie de "laboratorio" imperialista para la ingeniería social, económica y política contemporánea que a menudo desestima el potencial transformador de las formas ya existentes de socialidad y solidaridad, y trata al antiguo espacio yugoslavo como una pizarra limpia, la tabula rasa sobre la que la comunidad internacional y la UE, en cooperación con los agentes locales, pueden inscribir procedimientos, técnicas y vocabularios que realmente no reflejan las necesidades locales. Con esto en mente, en nuestro libro suponemos que es improbable que la política sexual de la (Unión) Europea no sea afectada por el legado colonial de las principales potencias europeas, incluyendo los Países Bajos seguramente muy activos en este campo, donde trabajaba mientras escribíamos este libro. Los diferenciales de poder imbricados en siglos de dominio colonial tienden a "igualar" Europa Occidental/Occidente anglosajón con todo el continente y producir ejes de distinción y división debido a que Europa del Este se presenta constantemente "detrás" de su parte Occidental más progresista. Por lo tanto, nos basamos generalmente en la obra de Robert Kulpa, un sociólogo polaco, para captar una relación didáctica hegemónica que se ha desarrollado entre la UE y Europa del Este que funciona, como dice Kulpa, “como un "látigo y zanahoria": una condena y también una promesa de redención.” En este sentido, esperamos que nuestro libro contribuya a los esfuerzos recientes para ampliar el extendido debate sobre el homonacionalismo introduciendo Europa del Este en esa controvertida oposición binaria entre Occidente e Islam. Así Europa del Este aparece como un “Otro” más, homofóbico europeo. Por último, como un Otro europeo que es inevitablemente también homofóbico, el espacio post-yugoslavo ha permanecido visiblemente marginado en la literatura teórica sobre la organización activista, así como en los estudios sobre los movimientos sociales en el contexto de transición post-comunista de Europa central y del Este más generalmente, a pesar del compromiso cívico y activista muy intenso que ha tenido lugar allí. Mi amigo y colega Paul Stubbs y yo hemos observado que los estudios (post-)yugoslavos, por lo menos durante dos décadas, se han centrado casi exclusivamente en la primacía de las divisiones étnicas, lo que les ha empujado fuera de marcos analíticos post-socialistas que quizás pueden captar mejor la dinámica entre las configuraciones estructurales duraderas y los procesos actuales. De este modo, el libro se ocupa de las formas en que el activismo, como conjunto de luchas colectivas pero luchas siempre heterogéneas, divergentes y conflictivas por el cambio social, se esculpe en un abrirse paso entre el patriarcado y el etnonacionalismo, por un lado, y todos los 3 discursos sobre los derechos humanos, la europeización, la modernización y la democratización, por otro. Por lo tanto, aunque critica la fragmentación innecesaria, la rápida profesionalización activista, las jerarquías y divisiones de clase dentro de las iniciativas cívicas, este libro no sólo aporta ideas que podrían llevar el activismo hacia nuevas direcciones, sino también, creo que demuestra la capacidad de investigación y la cooperación académica de encarnar las políticas de solidaridad y de cuidado que necesitamos en nuestra lucha por la emancipación, la que deseamos para nosotrxs mismos y, por supuesto, para aquellxs que vienen después de nosotrxs. El segundo libro se relaciona con la larga genealogía de la interseccionalidad como uno de los conceptos omnipresentes de los estudios feministas y lo presenta no sólo como una lente analítica y teórica sino también -y tal vez principalmente- como una herramienta política para exponer la opresión, originada en los esfuerzos de las feministas negras norteamericanas y sus intervenciones en las diversas formas de subyugación experienciadas por las mujeres negras. Nos basamos en este legado emancipatorio de feminismos negros para dar cuenta de la brecha en la conciencia política interseccional en Serbia y Croacia, y abrir un espacio para nuestro trabajo en el feminismo post-yugoslavo actual, que está bastante fragmentado. Queríamos subrayar las paralelas desafiantes entre las bases intelectuales establecidas por las feministas negras en la teorización de la interseccionalidad, por un lado, y los intentos de los teoricxs y activistas post-yugoslavos de navegar por la arquitectura del poder en sus contextos "semiperiféricos", por otro. La base de esta afinidad entre los dos proyectos contrahegemónicos son las tendencias generalizadas de tratar tanto a los negros y a las personas de color, como al pueblo post-yugoslavo y de Europa del Este en general, como objetos y no como sujetos de conocimiento. En otras palabras, mientras que la sospecha respecto a la aplicación de la interseccionalidad en otros contextos, en los contextos no-norteamericanos, refleja preocupaciones supremacistas sobre el potencial de las feministas negras de producir una teoría "universalisable", el espacio post-yugoslavo, especialmente durante y después de las guerras yugoslavas, ha sido tratado, como ya he dicho, como un "laboratorio de la ciudadanía", un "repositorio" empírico que supone suministrar datos que luego se teorizan y se publican en otros lugares y rara vez, si es que se hacen, para retroalimentar las discusiones políticas locales. Y tengo que decir que en cierta medida también somos culpables de eso publicando principalmente en inglés y con editores internacionales lejos de casa. Una teórica feminista yugoslava Svetlana Slapšak dice: "hay una cierta sombra internacional una actitud colonial que consiste en agarrarse, banalizar los temas "calientes", tratarlos con una ignorancia a veces abierta y falta de respeto a las fuentes locales, a veces con una elección de datos locales arbitraria, superficial o poco confiable. Y encima de todo esto -y creo que esto es lo más importante- esta situación colonial a menudo fue servida y apoyada por los agentes 4 locales, listos para mostrar la actitud de los colonizados. Este es un problema muy serio en la región, porque la "sabiduría de los colonizados" es eficaz para restablecer los "valores" conservadores impuestos como liberación de las restricciones ideológicas socialistas e imponer discursos y prácticas nacionalistas." Así que hemos tenido en cuenta esta "sombra internacional" neocolonialista y su potencial para inducir formas particularmente preocupantes de "auto-colonización"/auto-balcanización que atraviesan de una manera no lineal, no sólo nuestro propio compromiso, sino todos los sistemas de la opresión que este libro trae a la superficie – preguntamos sobre cómo se articulan las identidades no-heteronormativas en las vidas individuales de las sin techo, las desempleadas, o las que están en silla de ruedas, o las que viven en ambientes rurales, o las que son trans* o asexuales en las sociedades hipersexualizadas de hoy en día, así como la forma en que esta posición particular de discriminaciones múltiples y superpuestas es asumida por las políticas activistas en Serbia y Croacia. Este libro es en realidad un intento de mapear las exclusiones y jerarquías que tienen lugar no sólo en instituciones estatales todavía altamente homófobas, en los medios de comunicación y otros lugares públicos, sino también dentro de los esfuerzos activistas eLe Ge Be Te que a menudo no alcanzan la reflexión y la responsabilidad interseccional. Por tanto, lo que en última instancia queríamos hacer con estos dos libros es rescatar numerosos casos de activismo regional de abandono académico y desvelar la agencia de actores activistas locales al ir más allá de la constante sorpresa con la homofobia generalizada y a menudo institucionalizada de la cual ya hay muchos informes. En cambio, queríamos poner las respuestas activistas a la homofobia bajo la lente de nuestros diversos enfoques analíticos que abarcan la declaración de Donna Haraway de que “los puntos de vista de los subyugados y las subyugadas no son posiciones inocentes". La simbiosis académico-activista en ambos libros no sólo trae la realidad a las investigaciones teóricas a veces demasiado abstractas sobre la sexualidad y especialmente la noheterosexualidad, sino que forma parte de nuestra convicción de que el movimiento eLe Ge Be Te como agente del cambio social progresista necesita - en las palabras de Allan Sears "siempre estar haciendo la contundente pregunta sobre quién está excluido y por qué, y - por supuesto – que es lo que podemos hacer al respecto". ¡Muchas gracias! Barcelona, septiembre de 2017 5