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Los descendientes de Miguel Hidalgo

Costilla https://www.callejonfilosofia.com/los-descendientes-de-miguel-hidalgo-y-costilla/ Leave a comment 15 septiembre, 2018 Claudio Arrieux El Cura Miguel Hidalgo y Costilla… ¿mujeriego, bebedor y jugador? ¿O simplemente un ilustrado audaz y emprendedor, liberal y revolucionario? Con motivo de los festejos por la Independencia mexicana, compartimos esta contribución del Dr. Luis Omar Montoya Arias, historiador e investigador del Sistema Nacional de Investigadores en México, sobre esta señera figura de la historia nacional mexicana.

Los descendientes de Miguel Hidalgo y Costilla https://www.callejonfilosofia.com/los-descendientes-de-miguel-hidalgo-y-costilla/ Leave a comment 15 septiembre, 2018 Claudio Arrieux El Cura Miguel Hidalgo y Costilla… ¿mujeriego, bebedor y jugador? ¿O simplemente un ilustrado audaz y emprendedor, liberal y revolucionario? Con motivo de los festejos por la Independencia mexicana, compartimos esta contribución del Dr. Luis Omar Montoya Arias, historiador e investigador del Sistema Nacional de Investigadores en México, sobre esta señera figura de la historia nacional mexicana. La historia oficial retrata a Hidalgo como Padre de la Patria, ser impoluto carente de defectos. Ésta lo glorificó y transformó en referente absoluto. El surgimiento de México como Estado-Nación, a principios del siglo XIX, no se entiende sin Hidalgo. La contra historia señala al Hidalgo mujeriego y jugador; al Hidalgo que no hizo nada mientras la turba asesinaba españoles. La contra historia pretende minimizar la importancia de Hidalgo, frente a Allende, Aldama, Jiménez y Arias. La contra historia lo moraliza. ¿Por qué si era parte de la estructura católica, tuvo hijos? ¿por qué jugaba a las cartas y bebía vino? A veces la contra historia puede ser reaccionaria, ultra conservadora. Me parece más pertinente cuestionar: ¿qué pasó con la Iglesia Católica que antes generaba revolucionarios y hoy encubre pederastas? Los descendientes de Hidalgo, pertenecientes a la quinta y sexta generación, preferimos la visión de la historia cultural. Miguel Hidalgo y Costilla era un intelectual, un ilustrado de formación jesuita, un genio-loco que se metió en la historia. Practicaba el teatro, la pintura, la música y la poesía; hablaba, leía y escribía en francés, latín, castellano y náhuatl. Hidalgo era un hombre de teatro, con todas las implicaciones revolucionarias que esto implica, e 1 inversionista en plantaciones de morera y sus poblaciones de gusano de seda. Hidalgo trabajó en beneficio de indígenas y desposeídos en el norte de Guanajuato. La perfección de Cura es problema de la historia oficial, pero Hidalgo no necesita de ella para justificar su existencia. Miguel Hidalgo fue clérigo católico, artista y empresario. También te puede interesar: La mexicana… cultura universal Ayudó en la mejora económica de los residentes del pueblo de Dolores. Allí estableció la Escuela de Artes y Oficios. Este recinto educativo ofrecía talleres de alfarería, trabajo en talavera, producción de olivos, carpintería, herrería, curtiduría, talabartería, cultivo de la vid y apicultura. Mandó traer abejas de La Habana para echar andar su proyecto apícola y encaminó la fabricación de vino, en el norte de Guanajuato. También creo una orquesta, en la que se desempeñó como solista-violinista. Siendo justos, Hidalgo y Costilla fue precursor de la teología de la liberación durante el siglo XIX. Con eso nos quedamos sus herederos, sus descendientes. Nosotros preferimos al Hidalgo imperfecto, al intelectual, al liberal, al revolucionario, al loco. Más allá de los libros de texto, Hidalgo es un personaje fascinante. Aunque El Chuchumbé, data del siglo XVII, se popularizó durante la primera etapa de la Revolución de Independencia, encabeza por Miguel Hidalgo y Costilla, a principios del XIX. Considerada danza de negros , fue prohibida por La Inquisición. Recuperada por Hidalgo y sus huestes, la melodía fue enarbolada por los independentistas como referente musical, por su naturaleza transgresora. Sí, el movimiento independentista de principios del siglo XIX es fundamental para estudiar al son jarocho que Miguel Alemán Valdés mediatizó en la primera mitad del siglo XX. La música de negros fue, igualmente, promovida por Morelos y Pavón, en la segunda etapa de la Revolución de Independencia. Recordemos que Morelos era un hombre con raíces negras. Además de son jarocho, el romance –cuyo origen está en Andalucía, España— también formó parte del escenario musical independentista. Descendientes de Miguel Hidalgo somos bastantes. Los hay en Chihuahua, en la Ciudad de México, en Guadalajara, en Irapuato y en Pénjamo. En Jalisco se encuentra la familia de Carina Hidalgo y Costilla, mientras que en Pénjamo y en Irapuato viven los Arias. Arias es un apellido de origen germano, vinculado a Galicia, España, desde la época medieval; cuenta con su escudo de armas y guarda estrecha relación con las arias de ópera. No sorprende que los Arias en América Latina sean muy cercanos a la práctica musical. Los Arias tienen en su sangre el talento artístico. Para profundizar en el tema, recomiendo leer, El 2 Síndrome de la Nostalgia, libro editado por el FONCA-CONACULTAINAH, en diciembre del 2014. José Arias Bribiesca es el patriarca de la familia Arias de Pénjamo. Hombre culto, hablante del inglés y el francés. Durante la primera mitad del siglo XX vivió en Detroit, Estados Unidos. Las Hermanas Arias y Las Alteñitas (Marta y Mela), fueron un par de duetos intérpretes de música mexicana que llenaron escenarios nacionales e internacionales y que grabaron para sellos importantes como CBS. Hoy radican en la CDMX y en Irapuato, Gto. Entre los descendientes de Hidalgo encontramos historiadores, normalistas, abogados, presidentes municipales, empresarios y miembros del sistema nacional de investigadores. José Arias Bribiesca No hay revolución sin violencia. La violencia es intrínseca a las revoluciones. Share this: Relacionado 3 Miguel Hidalgo y Costilla: realidades y ficciones Iván Javier Mendoza Castañeda y Luis Omar Montoya Arias https://letralia.com/246/ensayo03.htm I. Miguel Hidalgo en Irapuato Irapuato, referente estratégico e histórico de la red de caminos de la Nueva España. Durante el siglo XIX se erigió como punto de referencia en el cual confluyeron haciendas, minerales, congregaciones, villas y ciudades. En los inicios del siglo XIX Irapuato fue una congregación que vio la llegada y presencia del movimiento insurgente, así como la estancia de militares, ya fueran conservadores o liberales. En Irapuato se estableció el Cuartel General Español del Bajío. Fue también sede de los comandantes militares Liñán e Iturbide. Documentos de archivo respaldan la presencia que tuvo Miguel Hidalgo en Irapuato, sobre todo con motivo del subsidio de gavillas. II. Los Arias de Irapuato descienden del Padre de la Patria Los Arias de Pénjamo, Guanajuato, son una de las varias familias que guardan lazos consanguíneos con los Hidalgo y Costilla. A tales aseveraciones hemos llegado con base en la existencia de un árbol genealógico, el cual fue hecho bajo las órdenes del entonces presidente de México, don Porfirio Díaz, quien además tenía un profundo amor por Guanajuato y una cercanía marcada con personajes destacados de la sociedad guanajuatense como Juventino Rosas, quien compuso el vals Carmen a la esposa del referido gobernante oaxaqueño. Las ramas de árbol muestran la genealogía de la siguiente manera. Los padres de Miguel Hidalgo fueron Cristóbal Hidalgo y Ana María Gallaga Mandarte. Mariano Hidalgo y Costilla, hermano de Miguel, tuvo por hijo a José María Hidalgo y Costilla, quien se casó con Sebastiana Villaseñor. Esta pareja procreó a Josefa Hidalgo y Villaseñor, quien a su vez, contrajo nupcias con Ignacio Gil. De esta unión tuvo vida Soledad Gil Hidalgo y Costilla. Antes de cumplir los 20 años de edad, Soledad se matrimonió con Rafael Arias. De esta unión bendita nació Miguel Arias Gil Hidalgo y Costilla, quien unió su existencia a Encarnación Bribiesca. De este último contrato social nacieron Marcelina, Paulino, Modesta, Gabriel, Prisciliana, Pedro y José Arias Bribiesca. José Arias y Bribiesca (hijo de Miguel Arias Gil y Encarnación Bribiesca) se casó con Concepción Cano, quienes tuvieron por hijos a Roberto Mateo, Guadalupe, Alicia, Benjamín, Carlos, Lucha, Enrique, María y Pascuala Arias Cano. III. Los pasos de López El Padre de la Patria, Héroe de la Patria, Generalísimo de las Américas, son sólo algunos nombramientos que se le han otorgado al célebre cura de Dolores, cuya acción marcó huella indeleble en la historia de nuestro país. 4 La imagen de este ilustre personaje ha sido objeto de innumerables estudios de índole histórico con un tono serio y solemne, como lo requiere una figura de importancia trascendental; lo propio ha ocurrido con personajes históricos de la misma relevancia. En el terreno de la literatura, con la novela histórica, no se alejaba mucho del tono del discurso histórico. Sin embargo, fue en la década de los setenta que apareció lo que los críticos llaman la Nueva Novela Histórica.1 Es capital, antes de continuar, introducir la diferencia hecha por Aristóteles entre la tarea del poeta y la del historiador; la tarea del escritor (poeta para Aristóteles) y la del historiador; es obligatorio recurrir a lo dicho por Aristóteles en su Poética: “No es oficio del poeta contar cómo sucedieron sino cual desearíamos hubieran sucedido y tratar lo posible según su verosimilitud...” (Aristóteles, 1996: 143-144). La verdadera diferencia, dice Aristóteles, entre uno y otro, no radica en la métrica con la que escriba el poeta, sino en que el historiador dice las cosas tal y como pasaron, en cambio el escritor dice las cosas como hubieran pasado. Además “la poesía trata sobre todo de lo universal, y la historia, por el contrario, de lo singular”. Al hablar de lo universal, Aristóteles se refiere a lo que es verosímil de manera que el poeta podrá imponer nombres a personas, al contrario de lo singular del historiador que dirá lo que le pasó a una persona en particular. El realismo de la literatura descansa en el concepto de verosimilitud, que no es otra cosa que el carácter que poseen los textos narrativos pertenecientes a la ficción del arte literario, los cuales deben ser considerados como creíbles desde una verdad poética y no histórica. Así, un texto de ficción no tiene que ser verificable, bastará que sea verosímil para creer en él, y sin tener que comprobarse. Retomando el tema, la novela histórica es un género que, a grandes rasgos, se caracteriza por la incorporación de la historia en un mundo ficticio, la cual se ve influenciada en conformidad con los cambios y procesos sociohistóricos. Entre algunos de los personajes históricos que han sido protagonistas de nuevas novelas históricas figuran Cortés, Colón, Bolívar y Santa Anna, entre muchos otros. Esta clase de novela se vale de personajes históricos significativos, aunque cabe mencionar que no necesariamente tienen que haber sido próceres. La novela del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia, Los pasos de López (1982), se inscribe dentro de este género al relatar los hechos de la gesta independentista desde una visión desmitificada y paródica. Dicha obra forma parte de las llamadas novelas del Plan de abajo, formadas también por Maten al león (1969), Estas ruinas que ves (1975), Las muertas (1977) y Dos crímenes (1979). Estas novelas, entre otras cosas, comparten la constante de los lugares ficticios Plan de Abajo, Ajetreo, Cañada, Cuévano, etc. En la novela de marras, el autor cede la voz al personaje Matías Chandón, artillero que servía en un regimiento de dragones cuyas aspiraciones, al comienzo del relato, eran ocupar una plaza en el batallón de Cañada. Es este personaje el narrador principal y quien lleva el hilo conductor del relato: Me llamo Matías Chandon, soy artillero, pero servía entonces en un regimiento de dragones. Teníamos dos años acantonados en Perote. Hacía unas semanas que había sabido que en Cañada estaba formándose un batallón provincial... (Ibargüengoitia, 2002: 11). En Los pasos de López presenciamos al personaje histórico Miguel Hidalgo y Costilla ficcionalizado en Domingo Periñón, desmitificado, es decir, no se nos presenta al personaje legendario que nos manejan los libros de la historia oficial, al contrario, se nos muestra un lado humano, pero a la vez privado:2 No llevaba sombrero y tenía la calva requemada por el sol, se sabía que era padre por el alzacuello, pero en vez de sotana llevaba pantalones y botas con espuelas. Cabalgaba dejando colgar el brazo izquierdo en cuya mano llevaba siempre la vara que usaba para espantar perros (Ibargüengoitia, 8). Asimismo asistimos al relato de un personaje, que la historia oficial maneja como épico, a un ser en la intimidad, alejado del discurso apologético y pomposo que se maneja en las biografías oficiales: Nos sentamos a platicar. Ellos se trataban con mucha familiaridad: “Pepe” era Aldaco, “Luis” era Ontananza, Periñón era “Domingo” y el presbítero Concha, “Juanito”. La corregidora era para todos “Carmelita”. Me enteré de que... Periñón tenía cultivo de gusanos de seda y que los que le habían mandado de Manila habían llegado muertos... (Ibargüengoitia, 24). La trama del relato es aquella que narra los pormenores de la gesta heroica por parte de los caudillos insurgentes y el descubrimiento de la misma, así como la proverbial desigualdad entre criollos y españoles. 5 Aunado a ello advertimos el estilo propio del autor, maestro como pocos, para imprimir en sus novelas el humor negro, irónico e irreverente. En el marco de la ficción, el contexto desempeña un papel muy importante, pues además tiene la función de seleccionar, actualizar y es susceptible de aplicar, según Hamon, “de ampliar esta noción de contexto a todo texto histórico y cultural” (Hamon, 1996: 131). De manera que el empleo de un personaje histórico quedará supeditado “por una Historia previa ya escrita y fijada” (Hamon, 1996: 132). Entonces, atendiendo a esta teoría, significa que al empleo del nombre de Periñón (que de antemano sabemos es la ficcionalización de Miguel Hidalgo y Costilla) queda su accionar en cierta medida comprometido desde el momento mismo de su mención, por llamarlo de alguna manera, es decir, que dentro de la novela está ya predestinado el levantarse en armas y ser actor principal de la Independencia de México. Quedará fija la funcionalidad narrativa de un personaje cuyo nombre tiene referencia en la historia y cuyo papel ya ha sido fijado por ésta. Estamos ante personajes que reflejan un mosaico de características humanas: pasión, ingenuidad, participación, sensualidad, sagacidad, convicción y traición. Quedan al margen los hechos sangrientos y la guerra encarnizada que localizamos en los libros de historia oficial. La relación que hace el lector sobre los personajes y la geografía y los acontecimientos de Los pasos de López con los del movimiento independentista resulta inevitable en virtud de lo consabido del tema. IV. Guanajuato en la historia Miguel Hidalgo y Costilla es pues un personaje icono de la historia oficial mexicana. No es casual si consideramos la importancia que en el Bajío mexicano, y en particular Guanajuato, ha tenido — históricamente— la Iglesia Católica en el quehacer cotidiano de sus pobladores. Miguel Hidalgo era religioso, es decir, tenía un peso sumamente importante al interior de la estructura social. No fue casual el hecho de que se erigiera como líder espiritual y luego social. Como tampoco es casual que haya sido en Guanajuato el levantamiento. Si nos detenemos y analizamos la historia de México, nos vamos a percatar de que muchos de los grandes cambios sociales se han gestado en la cuna de la independencia de México, hasta el último acaecido en el año 2000 con el ingreso del PAN y el ascenso al poder del leonés Vicente Fox Quezada. El Bajío es una región histórica, es un semillero inagotable de talentos y grandes próceres. No por nada Guanajuato es considerado como el lugar donde nace la historia de México. Los hechos no mienten. La historia es la maestra de la vida. Bibliografía • • • • • • • García Bacca, Juan David. La poética, 1996. Hamon, Philippe. “La construcción del personaje” en Teoría de la novela. Antología de textos del siglo XX, Enric Sullá (Ed.), Barcelona, Grijalbo-Mondadori, 1996. Ibargüengoitía, Jorge. Los pasos de López, Joaquín Mortiz, 2002. Menton, Seymour. La nueva novela histórica de la América Latina, 1979-1992, México, Fondo de Cultura Económica, 1993. Pons, Mª Cristina. Memorias del olvido. La novela histórica de fines del siglo XX. México: Siglo XXI, 1996. Rosas, Alejandro. Mitos de la historia mexicana, de Hidalgo a Cedillo, Planeta, México, 2006. Seydel, Ute. “Ficción histórica en la segunda mitad del siglo XX: conceptos y ficciones”, en Escritos, UAP, 2003. 6