RONDA DE PALABRAS Y EL CAMBIO DE ROL DOCENTE
Autora: Maira Frutos
Coordinadora- Capacitadora del proyecto “Ronda de Palabras”.
“Es necesario que les enseñe que no tengo nada que enseñarles”1
“Buscarse como profesor sería evitar legitimar lo que se sabe y el lugar que se ocupa. Sería
perderse en lo que no se piensa, en lo que no se sabe, jugar otro juego de verdad del que se
participa. Sería un ejercicio de pensamiento que busca abrir ese pensamiento a lo que todavía no
ha pensado”.2
Considero que es la mejor manera de empezar este escrito. Pues resume la idea de lo que implica
“el cambio de rol docente” ya que el objetivo de mi trabajo será detallar los cambios que los
docentes reconocen en su práctica después de haber comenzado su rol como coordinadores en las
rondas; y no me dedicaré a describir en qué se basa el rol de coordinador de rondas. Es decir, no
dedicaré mi exposición en contar a qué se dedica el coordinador en una ronda, cómo es su función,
qué pasos debe seguir, qué es ser un buen coordinador.
Me ha interesado escribir sobre el rol de coordinador y sobre el cambio en el rol docente porque
representa, según mi opinión, uno de los problemas con los que se encuentran los mismos al
comenzar con la capacitación. Pero también este punto resulta ser uno de los que más alegrías y
sorpresas les genera conforme van pasando las rondas que les toca coordinar.
“Ronda de palabras” es un proyecto de capacitación a docentes y alumnos de nivel primario y de
Filosofía que les presenta una metodología donde lo que prima es el diálogo filosófico, la escucha,
las preguntas, el pensamiento, la filosofía, la construcción de conceptos, todo en un lugar seguro y
trabajando en comunidad de investigación. Hasta aquí parecería poder comprenderse cuál sería el
objetivo del proyecto, lo que falta es saber cómo llevarlo adelante; o por lo menos, este es uno de
los primeros pensamientos que surgen en los docentes y alumnos. ¿Qué es filosofía con niños?
¿Cómo se aplica en el aula? ¿Podré aplicarlo en mi aula? ¿Se puede practicar con todos los niños
de cualquier edad? ¿Para qué sirve? ¿Podemos trabajar los problemas de conducta y la falta de
compañerismo?
Pero a medida que avanza el proyecto, y que vamos presentando de qué se trata esto de “hacer
filosofía con niños”, nos encontramos con el rol de coordinador. Y aquí aparecen otras preguntas;
¿Cuál es el rol del coordinador? ¿Es un coordinador pasivo? ¿Es un coordinador activo? ¿Podré
lograr coordinar una ronda? Por suerte, estas aparentes dudas y auto-limitaciones logran disiparse
y dan lugar a una práctica de la cual consiguen apropiarse y a la cual ponen en práctica en
cualquier área en la que les toque dar clases.
Cuando les preguntamos si consideran que se podría aplicar la metodología en otras áreas, o
cómo lo podrían hacer; enseguida comentan que se descubrieron teniendo otra actitud frente a los
chicos. Ya no responden de manera “cerrada”, sino que piensan qué pregunta hacer para invitar a
los niños a repensar o reflexionar acerca de cualquier tema que se estuviera desarrollando. Otras
1
Ranciére, J., El maestro ignorante, Laertes, Barcelona, (2002), P. 12
2
(Kohan, W. Las enseñanzas de una histo ia de bús uedas en Revista Educación y Pedagogía, Medellín: Universidad
de Antioquia, Facultad de educación, Vol. XV, Nº 37, (septiembre-diciembre), (2003), P. 171)
1
docentes también declararon que incorporaron la disposición circular para trabajar diariamente en
el aula.
Creo que este cambio que manifiestan en el rol como docentes es lo que una de las docentes que
participó en uno de los capítulos del último libro que publicaron juntos Walter Kohan y Fabiana
Olarieta define como; la filosofía es morir y nacer de nuevo. Es decir, cuando le piden a la docente
que responda qué es para ella la filosofía después de haber vivenciado filosofía con niños, ella
responde; la filosofía para mí es morir y nacer de nuevo, es todo aquello que sé que tengo que
extinguir, sacar de mi. Tengo que abrirme para conocer de nuevo. Es nacer para conocer
nuevamente. 3
¿Qué será esto de morir y nacer de nuevo? ¿Qué quiere decir “nacer para conocer nuevamente?
Ranciére diría que estamos frente al profesor emancipador, Laura Agratti hablaría de un profesorproductor, o Freire llama educador crítico-progresista-problematizador. Es decir, cada una de estas
figuras representaría la idea de que la filosofía sería morir y nacer de nuevo. Cada una de estas
figuras representa la idea de transformar el rol como educador, como profesor. Es partir de la idea
“nada tengo para enseñarles”; es pensar que el profesor no debe formar, explicar, cubrir con
conocimiento, dar respuestas. Sino propiciar el encuentro entre la filosofía y los niños. Poner a
disposición para los infantes el camino de la filosofía supone que estemos dispuestos a convivir
con ese enigma y esa ausencia de certezas, supone algo más, permitir que los infantes hagan su
propio camino al andar, como sugiere el infante poeta Machado.4
Este cambio de rol permite encontrarse con el infante, con el extranjero, el que nace y con su
nacimiento hace nacer.5 El nacimiento es una acción que alguien trae consigo mismo y que lo lleva
a darse a la vida, a ponerse en el mundo. Esta idea revela la importancia que cada cual asume en
su entrada al mundo. Nadie puede nacer por otro,6 así como nadie puede pensar por otro o
preguntar por otro.
La infancia, como continuo nacer, es la posibilidad de quebrar esa inercia repetitiva de lo mismo.
Es considerar a la infancia como modo de posicionarse frente a la vida, frente al mundo que nos
rodea. Sería la infancia del pensamiento. Infancia como “figura del comienzo”, en el sentido de una
imagen que da lugar a la posibilidad de un porvenir abierto, inesperado, inesperable; un porvenir
insospechado, insólito. 7 Pensar es experimentar, problematizar; es encontrar. Pensar con otro es
encontrarse con otra idea, otro concepto, otro acontecimiento de pensamiento.8 El pensar permite
alcanzar el límite de lo visible y, al mismo tiempo, aumentar el campo de visibilidad. Permite
emerger singularidades así como alterar las relaciones entre los diversos tipos de singularidad.9
3
Kohan, W., Olarieta, F., La escuela pública apuesta al pensamiento, HomoSapiens, Rosario, (2013), P. 155
4
Kohan, W. Infancia, política y pensamiento, Del Estante editorial, Buenos Aires, (2007), P. 81
5
Kohan, W., Infancia y Filosofía, Editorial Progreso, México, (2009), P. 39
6
Kohan, W., Las enseñanzas de una historia de búsquedas, en Revista Educación y Pedagogía, Medellín: Universidad de
Antioquia, Facultad de educación, Vol. XV, Nº 37, (septiembre-diciembre), (2003), 165
7
Kohan, W. Infancia entre educación y Filosofía, Laertes, (2004), P.279
8
Kohan, W. Infancia entre educación y Filosofía, Ed. Cit., P. 233
9
Kohan, W. Infancia entre educación y Filosofía, Ed. Cit., P. 250
2
Es por todo esto que se habla de la filosofía como un “morir y nacer de nuevo”. Los docentes, a
través del rol de coordinador de rondas devienen infantes, pero no se vuelven niños, no se
infantilizan, ni siquiera retroceden a la propia infancia cronológica. Sino que devenir infante es un
situarse intensivamente en el mundo, un salir siempre de “su” lugar y situarse en otros lugares,
desconocidos, inesperados; es algo sin pasado, presente o futuro; algo sin temporalidad
cronológica, pero sí con geografía, intensidad y dirección propia.10
Devenir infante es ese formarse para des-formarse, para transformarse, para disponerse, para
ponerse de otro modo frente al mundo, para des-aprender, para preguntarse por lo que nadie se
pregunta, para problematizar por medio del pensamiento. Por eso se invita a los docentes a que se
pongan al lado, a no repetir, a ver, a verse, a escuchar,11 a desarrollar el oído filosófico.
El desafío de cambiar de rol
Al proponerles a los docentes y alumnos que coordinen rondas se les está pidiendo que cambien
su rol habitual y eso genera muchas preguntas; pues ¿cómo dejar de ser docente? ¿Cómo
modificar la manera que tienen de pensarse como docentes? ¿Cómo des-formarse para lo que se
han formado? ¿Cómo hacer encajar la experiencia de desencaje de los conocimientos en la
escuela que es el lugar “por excelencia” de la adquisición del saber?
Quizás las respuestas se encuentran cuando van descubriendo la función del coordinador. Pues el
coordinador no está en la ronda para enseñar, direccionar, inducir; sino que el coordinador es aquél
que debe funcionar como árbitro en el debate filosófico. La figura del docente como autoridad se
desdibuja porque el docente pasa a ser un miembro más de la comunidad. Con el tiempo
descubren que cualquier miembro de la comunidad puede ser el coordinador de la ronda.
El docente coordinador se distancia del saber para habilitar la aparición de las preguntas. Primero
realiza el ejercicio de problematizarse y preguntarse. Hace auténtico su preguntar. Se compromete
con sus preguntas. Luego, puede preguntar y ser preguntado. Los docentes se sienten
transformados por una práctica colectiva de formación en donde la suspensión provisoria del juicio
tiene más entidad que una frase contundente. Queda trazado el camino para la investigación que
colaborará con la generación de un estilo de pensar propio pero que a la vez deudor del
pensamiento de otros.12
Adquirir el hábito y correrse del rol docente es algo que cuesta al principio, pero a medida que van
coordinando las rondas y se van familiarizando con la dinámica, van comprendiendo los objetivos y
qué es lo que se hace en “Ronda de Palabras”, ya no les cuesta tanto y logran hacerlo con más
facilidad. Todo es cuestión de práctica y continuidad. Pues estos cambios se ven cuando los
docentes implementan hacer rondas una vez por semana sin necesidad de que asista el
coordinador-capacitador.
En general los docentes y alumnos, quienes se están formando para ser docentes, se
comprometen con el proyecto y lo hacen con mucha responsabilidad y amor. Y, si bien los
progresos llevan tiempo, los coordinadores-capacitadores, podemos observar los cambios en ellos
y en los niños, en las Comunidades de Investigación. Son cambios fácilmente palpables que
acontecen en esas experiencias y que nos son relatados por los maestros y por los padres de los
alumnos, en las escuelas y en las casas. Es una experiencia que gana el lado de afuera de los
10
Kohan, W., Infancia, política y pensamiento, Ed. Cit., P. 95.
11
Kohan, W., Olarieta, F., La escuela pública apuesta al pensamiento, HomoSapiens, Rosario, (2013), P. 193
12
Kohan, W., Olarieta, F., Op. Cit., Ed. Cit., P. 231
3
muros de la escuela. Se trata de un cambio respecto de cómo cada uno se posiciona frente al
mundo, frente a su propia vida, frente a las preguntas, frente a los problemas, pero sobre todo,
frente a los niños.
Bibliografía
Kohan, W. Infancia entre educación y Filosofía, Laertes, (2004);
Kohan, W. Infancia, política y pensamiento, Del Estante editorial, Buenos Aires, (2007);
Kohan, W., Infancia y Filosofía, Editorial Progreso, México, (2009);
Kohan, W. “Las enseñanzas de una historia de búsquedas” en Revista Educación y Pedagogía,
Medellín: Universidad de Antioquia, Facultad de educación, Vol. XV, Nº 37, (septiembre-diciembre),
(2003);
Kohan, W., Olarieta, F., La escuela pública apuesta al pensamiento, HomoSapiens, Rosario,
(2013);
Ranciére, J., El maestro ignorante, Laertes, Barcelona, (2002);
4