EL SISTEMA DE VIVIENDA ESPAÑOL TRAS LA CRISIS (2007-2016).
CAMBIOS Y CONTINUIDADES DE UN MODELO.
Tesis doctoral
Ángela García Bernardos
Directores:
Marc Martí Costa, Joan Subirats Humet, Miguel A. Martínez López
Doctorado en Políticas Públicas y Transformación Social.
Instituto de Gobierno y Políticas Públicas.
Universidad Autónoma de Barcelona
Junio 2017
A la ciudad de Barcelona,
por hacer de sus calles mi casa
AGRADECIMIENTOS
“Every great individual achievement stands on the shoulders of others”
Owen Jones
El apartado de agradecimientos quizá sea la parte más emotiva de cualquier tesis. Por
eso, a lo mejor, resulta tan difícil de escribir. ¿Cómo resumir en un par de páginas el
nombre de todas las personas gracias a la cuales he podido recorrer el camino que me
ha llevado hasta aquí? Es una pregunta difícil también porque su respuesta depende, en
parte, del lugar que cada uno le desee otorgar al proceso de producción de la tesis
dentro del conjunto de su propia vida.
Es difícil aprehender en unos pocos pensamientos, un puñado de la palabras, lo que ha
implicado producir este trabajo. A veces, pensando en ello, he tratado de darle una
importancia relativa. No darle más importancia de la que tiene. ¿Pero cuál es esa
importancia? ¿Es la tesis un simple trámite para continuar en la carrera investigadora?
¿es el trabajo de investigación más libre y creativo que posiblemente haga en toda mi
carrera? ¿es la tesis meramente el resultado investigación?
Posiblemente sea cada una de esas cosas, incluso también puede concebirse como la
elaboración de un libro. De hecho, durante la de estancia en la Universidad de Leeds una
profesora que impartía clases de cómo escribir una trabajo de investigación en inglés,
nos sugirió que nunca perdiéramos de vista que la tesis, al fin y al cabo, tenía la forma de
un libro y que en cierta medida el resultado de la tesis iba a ser ese, un libro.
Ser consciente de ello, añadió más dificultad al proceso, no se trataba solo de conocer,
analizar y demostrar ciertas dotes para la investigación, la tesis también era un
documento escrito apto para ser leído. Algo tan evidente, se vuelve una dificultad
cuando se toma conciencia de ello. Lo que a su vez, aumenta el nivel de presión y de
inseguridad. No solo hay que presentar los resultados de una investigación, sino que
además estos deben estar bien escritos.
Sin embargo, esa zozobra e inseguridad, desaparece cuando se invierten los términos.
Cuando se concibe la escritura como el medio por el cual entendemos lo que analizamos.
Grace Paley, en un maravilloso artículo titulado, “la importancia de no entenderlo todo”,
situaba la ausencia de conocimiento como la condición necesaria para iniciar cualquier
proceso de escritura. Lo mismo puede aplicarse a un tesis doctoral. Lejos de concebirla
como el documento donde plasmar un determinado conocimiento, quizá sea más
constructivo vivirla como el lugar donde desarrollarlo.
En ese sentido, estos agradecimientos van dirigidos a todos aquellos que de una forma u
otra han contribuido a que haya podido desarrollar todos los conocimientos que he
adquirido durante la producción de este documento.
Para empezar este trabajo no habría sido posible sin unas condiciones materiales dignas,
agradezco al Ministerio de Economía y Competitividad la beca de Formación para
Investigadores que me fue otorgada, así como las diferentes ayudas para realizar las
estancias breves en la Universidad de Leeds y de Carlo Bo en Urbino.
En segundo lugar, me gustaría dar mi más sincero agradecimiento a mis directores: a
Joan Subirats por sus directrices, apoyo y atención, no deja de ser un privilegio poder
contar con ello. A Miguel A. Martínez por sus reflexiones, críticas y observaciones que
aunque no han podido ser muchas, han sido claves en la dirección de este trabajo. A
Marc Martí-Costa, gracias por su paciencia, dedicación y compromiso, este trabajo no
habría sido posible sin él.
A Sara González por sus orientaciones y consejos durante mi estancia en Leeds. Y a Yuri
Kazepov por acogerme en Urbino. A Jesús Leal, Carme Trilla, José León Paniagua y Julio
Rodríguez López por compartir conmigo su conocimiento en aquellas primeras
entrevistas exploratorias.
Gracias a Ana Vicente, Luis Jabonero, Rebeca García Bailo, Romina Colombo y Sandra
Abad en la edición y corrección de los textos, de una forma u otra con vuestra ayuda
formáis parte de este trabajo.
A mi hermano Edu por hacer una portada tan bonita.
Al Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona,
por acogerme como institución y en particular a los compañeros de “Urrutia”: Marta
Bautista, Ernesto Morales, Bernat, Laura y “las de Nus” (Rocío, Magalí y Andrea), con los
que he podido formar parte de un ambiente de trabajo al que me resisto a dejar. Pero
especialmente me gustaría agradecerle a Nico Barbieri, por aguantarme el sin fin de
zozobras, resoplidos, angustias que un proceso como este comporta, espero que el
número de conversaciones y risas que hemos podido compartir haya compensado la lata
que le dado.
A mis amigos y compañeros del “gremio”: Andrea Andújar, Antonio Montañés, Ana
Vicente de Madrid, Carolina Muñoz, Helena Cruz, Rubén Martínez, Mariela Iglesias, Eva
Alfama y Tomás Cano de Barcelona y finalmente a Vicky Habermehl de Leeds porque a
veces poder expresar angustias, dudas, e inseguridades es más útil que cualquier
seminario de investigación.
También una parte fundamental del proceso han sido todas y todos aquellos con los que
de una forma u otra he compartido estos cuatro años y medio y que han hecho más
amable todo el tránsito. Me gustaría agradecerle a Eli y Lara Altieri por haberme acogido
de aquella manera en mi llegada a Barcelona, quizá siga todavía aquí por ese
recibimiento. A Lluna, por ofrecerme asilo y refugio estos dos últimos años, no se me
ocurre un lugar mejor donde haberlos pasado.
A mis amigas y compañeras de equipo, especialmente a Len, Vir, MariLo, Somo y todas
aquellas que a pesar de las tensiones y lo difícil que ha sido esta temporada me han
aguantado tanto el mal humor como el bueno. Se agradece tanto una cosa como la otra.
A Lea, por su acompañamiento y conversaciones, gracias a las cuales no he perdido el
norte.
A mis amigas y amigos que de una forma u otra han estado cerca, alentándome y
animando durante estos cuatro años y medio, especialmente a Rebeca García Bailo,
Romina Colombo, Juan Conde, Ana Sánchez, Beatriz Mata, Sandra Abad, Marina Onetti,
Marta François , Adriana Alcalde, Elena Fernández y Javier Martínez.
No me gustaría perder esta ocasión para agradecer a aquellos que sin estar en primera
línea, siempre han estado dándome calor y confianza, me refiero a mi familia.
Especialmente a mi tío Luis, a mis tías Chus, Paloma, Maribel, a mi prima Inés, y
especialmente a mi Yaya Angelita, gracias por vuestro cariño y apoyo. También quiero
agradecer a mis abuelos Lucrecia y Eduardo, que aunque hace tiempo que ya no están
les sigo sintiendo cerca.
Finalmente, me gustaría dedicar estas últimas palabras a mi familia más cercana: a la
Quilla, a mi hermano Edu, a su mujer Izas, y cómo no, a mi padre Eduardo y a mi madre
Inés que sin su constante aliento, comprensión, apoyo y cuidados todo hubiera sido
mucho más duro y difícil. Gracias por estar siempre ahí.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 13
Resumen ................................................................................................................................................................13
Relevancia y justificación del trabajo de investigación....................................................................15
Pregunta de investigación, objetivos e hipótesis .................................................................................16
Hipótesis de Investigación .............................................................................................................................18
Resumen del Marco Teórico .........................................................................................................................19
El concepto de sistema de vivienda ................................................................................................ 19
El problema del cambio y la continuidad en los sistemas de vivienda ........................... 20
La Crisis Financiera Global y el sistema de vivienda. .............................................................. 21
Resumen Metodológico ...................................................................................................................................21
Estructura del trabajo ....................................................................................................................................22
CAPÍTULO 1 ENFOQUES TEÓRICOS SOBRE EL CAMBIO Y LA CONTINUIDAD EN LOS
SISTEMAS DE VIVIENDA .............................................................................................................. 24
Definiendo el objeto de estudio: de las políticas de vivienda al sistema de vivienda...........25
El cambio en los sistemas de vivienda desde el enfoque welfare.................................................32
El proceso de financiarización y el enfoque de la economía política .........................................38
Conceptualización crisis ...................................................................................................................... 40
Contexto coyuntural .............................................................................................................................. 40
Agotamiento del régimen de acumulación del sistema capitalista ................................... 40
Hacia el Modelo Neoliberal Tardío ................................................................................................. 41
CAPÍTULO 2 METODOLOGÍA...................................................................................................... 45
El estudio de caso como estrategia de investigación.........................................................................46
Selección del caso: el sistema de vivienda español .............................................................................50
Operacionalización de los conceptos y las hipótesis ..........................................................................54
Los conceptos y sus indicadores ...................................................................................................... 54
Operacionalización de los patrones................................................................................................ 58
Técnicas de Análisis..........................................................................................................................................59
Fuentes ...................................................................................................................................................................61
Políticas de vivienda: ............................................................................................................................ 62
Forma de provisión................................................................................................................................ 62
Régimen de tenencia ............................................................................................................................. 64
CAPÍTULO 3 EL SISTEMA ESPAÑOL PRE CRISIS: DEL MODELO FAMILIARISTA
A LA DERIVA NEOLIBERAL. .................................................................................................... 65
El modelo español en el estudio de los sistemas de vivienda..........................................................66
Primera etapa: la constitución del sistema de vivienda...................................................................69
Segunda etapa: el proceso de modernización del sistema de vivienda. ....................................73
Tercera Etapa: el boom inmobiliario y la culminación del proceso de neoliberalización 77
CAPÍTULO 4 LAS POLÍTICAS DE VIVIENDA POST BURBUJA. ........................................... 83
La evolución presupuestaria en materia de políticas de vivienda...............................................86
Cambios sustantivos en materia de política de vivienda. ................................................................89
Las políticas estatales de vivienda: los planes de vivienda .................................................. 90
Políticas autonómicas de vivienda .................................................................................................. 99
Conclusión ......................................................................................................................................................... 102
CAPÍTULO 5. FORMA Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA PROVISIÓN DE
VIVIENDA ...................................................................................................................................... 107
La provisión de vivienda en propiedad ................................................................................................. 109
Régimen de Beneficio ......................................................................................................................... 111
Tipo de planificación ........................................................................................................................... 114
Clase de promotor ................................................................................................................................ 117
La provisión de vivienda libre en alquiler ........................................................................................... 120
Clase de propietario de la vivienda en alquiler ....................................................................... 122
Grado de Regulación del mercado del alquiler ........................................................................ 126
La provisión pública de vivienda ............................................................................................................. 128
Conclusión ......................................................................................................................................................... 136
CAPÍTULO 6: EL RÉGIMEN DE TENENCIA EN EL SISTEMA DE VIVIENDA POST
BURBUJA. ...................................................................................................................................... 138
Evolución de la estructura de tenencia ................................................................................................ 140
Distribución del régimen de tenencia por edad ...................................................................... 146
Distribución del régimen de tenencia por nivel de renta.................................................... 149
La demanda de vivienda en alquiler y propiedad ............................................................................ 151
Conclusión ......................................................................................................................................................... 154
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 156
Bibliografía .................................................................................................................................. 171
Anexos ........................................................................................................................................... 183
ÍNDICE DE CUADROS DE TEXTO
Cuadro 1. Diferencias entre el enfoque welfare y el enfoque de la economía política ...... 40
Cuadro 2. Resumen características del sistema de vivienda neoliberal tardío .................... 43
Cuadro 3. Definición, dimensiones e indicadores del concepto sistema de vivienda. ....... 57
Cuadro 4. Hipótesis y patrones.................................................................................................................. 60
Cuadro 5. Hipótesis de políticas de vivienda ....................................................................................... 85
Cuadro 6 Planes de Vivienda Pre crisis y Post Burbuja .................................................................. 93
Cuadro 7. Régimen de tenencia que promueven las políticas autonómicas de vivienda
...................................................................................................................................................................... 102
Cuadro 8 Resumen de políticas de vivienda pre crisis y post burbuja................................... 104
Cuadro 9. Hipótesis y formas de provisión de vivienda ............................................................... 109
Cuadro 10 Patrón de los las formas de provisión............................................................................ 110
Cuadro 11 Conjunto de indicadores para la forma de provisión de la vivienda en
propiedad ................................................................................................................................................. 111
Cuadro 12. Leyes del suelo, tipo de clasificación e iniciativa que promueve. .................... 117
Cuadro 13 Forma de provisión vivienda en propiedad pre crisis y post burbuja ............. 120
Cuadro 14. Hipótesis de la forma de provisión de la vivienda en régimen de alquiler... 122
Cuadro 15 Forma de provisión vivienda en alquiler libre pre crisis y post burbuja ....... 127
Cuadro 16 Patrones de hipótesis de provisión pública de vivienda ....................................... 132
Cuadro 17. Formas de provisión de la vivienda en propiedad, alquiler y la forma pública
de provisión. ........................................................................................................................................... 137
Cuadro 18 Régimen de tenencia y patrones de hipótesis. ........................................................... 140
Cuadro 19 Régimen de tenencia precrisis y post burbuja ........................................................... 155
Cuadro 20. Características del Sistema de Vivienda Español precrisis ................................. 160
Cuadro 21. Características del Sistema de vivienda postburbuja ............................................ 163
ÍNDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 1 Evolución del número de viviendas iniciadas y el precio de la vivienda en
España 1995-2016 ................................................................................................................................. 80
Gráfico 2. Gasto público (admón. central) directo e indirecto destinado a vivienda en
relación al PIB 1997-2015 .................................................................................................................. 86
Gráfico 3. Proporción del gasto directo e indirecto sobre el total del gasto estatal. .......... 88
Gráfico 4. Gasto directo e indirecto Estado y CCAA 2002-2016 .................................................. 89
Gráfico 5. Precio de la vivienda, precio del suelo urbano e índice de costes sector de la
construcción ........................................................................................................................................... 112
Gráfico 6. Evolución del número de visados visados de dirección de obra. obra nueva,
ampliación y reforma según el tipo de promotor. 1996 -2016 ........................................ 118
Gráfico 7 Proporción de viviendas según clase de promotor (visados de dirección de
obra. obra nueva, ampliación y reforma.) .................................................................................. 119
Gráfico 8. Número de viviendas iniciadas libres y protegidas ................................................... 132
Gráfico 9. Proporción de viviendas libres y viviendas protegidas. .......................................... 133
Gráfico 10. Número de calificaciones provisionales según régimen de uso VP ................. 134
Gráfico 11. Porcentaje de hogares según régimen de tenencia en España 1996-2016 . 142
Gráfico 12. Hogares por régimen de propiedad y edad de la persona de referencia. ...... 147
Gráfico 13. Hogares por régimen de alquiler y edad de la persona de referencia. ........... 148
Gráfico 14. Hogares por régimen de cesión según y edad de la personas de referencia.
...................................................................................................................................................................... 149
Gráfico 15. Transacciones compra venta de viviendas 2004-2015 ......................................... 152
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Variación interanual del PIB de la Eurozona (2004-2015)
52
Tabla 2. Tasa de Desempleo Eurozona (2007-2015)
53
Tabla 3. Variación interanual del gasto directo e indirecto destinado a vivienda 19972015
87
Tabla 6. Tipo de propietario de la vivienda en alquiler
123
Tabla 7. Grandes tenedores y número de viviendas que poseen.
125
Tabla 8. Régimen de tenencia según nivel de renta
151
ÍNDICE DE MAPAS
Mapa 1 Comunidades Autónomas y Planes de Vivienda .............................................................. 101
Mapa 2. Viviendas protegidas (calificaciones provisionales) según régimen de tenencia
para el año 2016. .................................................................................................................................. 135
Mapa 3. . Evolución de los hogares en régimen de propiedad por Comunidades
Autónomas 2007-2016. ..................................................................................................................... 143
Mapa 4. Evolución de los hogares en régimen de alquiler por Comunidades Autónomas
2007-2016. .............................................................................................................................................. 144
Mapa 5. Evolución de los hogares en régimen de cesión por Comunidades Autónomas
2007-2016 ............................................................................................................................................... 145
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1. Esquema de hipótesis de investigación ..................................................................... 44
Ilustración 2. Fases y Evolución del Sistema de Vivienda Español 1900-2007.................... 75
Ilustración 3 Línea del tiempo con las políticas y medidas adoptadas en materia de
política de vivienda en España en la etapa post burbuja ...................................................... 95
INTRODUCCIÓN
RESUMEN
Tras la Crisis Financiera Global (Crotty 2009, Freeman, 2010, International Monetary
Fund 2008), diferentes autores (Aalbers 2016, Férnandez y Aalbers 2013, Forrest y
Hirayama 2013, Kemp 2015) han señalado el proceso de cambio que están
experimentando determinados sistemas de vivienda hacia un nuevo modelo
denominado neoliberal tardío (Rolnik 2015, Aalbers 2016) o post homeownership
(Forrest y Hirayama 2013).
El concepto de sistema de vivienda hace referencia al conjunto de arreglos
institucionales y políticas mediante el que se articula una forma de acceso y provisión de
vivienda. Por su pretensión de abarcar las múltiples dimensiones y elementos
implicados en esta mediación, se trata de un concepto superador, que se inscribe
además en una tradición teórica concreta, a saber, los estudios sobre el Estado de
bienestar (Esping-Andersen 1990; Ferrera 1996; Guillén and León 2011; Pierson 1994).
En esta tradición los principales debates sobre el cambio y la continuidad enfrentaron a
los defensores del proceso convergente (Ball, Harloe, and Martens 1990; Harloe 1995;
Whitehead 2003) entre los diferentes sistemas de vivienda de los países del capitalismo
avanzado, con aquellos que defendían la continuidad (Allen 2006; Hoekstra 2009;
Hoekstra 2010; Hoekstra, Saizarbitoria, and Etxarri 2010; Kemeny 2002; Kemeny 1995;
Maldonado and Leal Maldonado 2004) en la evolución de los sistemas de vivienda.
Durante los años que cerraron y abrieron el último cambio de siglo, con el auge de la
vivienda en propiedad (Malpass 2008, Murie and Ronald 2008) y el progresivo proceso
de privatización de la vivienda social en alquiler (Jacobs and Manzi 2013; Priemus and
Dieleman 2002), ese debate quedó resuelto, dando paso a ulteriores líneas de
investigación. Por un lado, la desarrollada en relación al Estado de bienestar
patrimonialista o basado en activos (Doling and Ronald 2010; Searle and McCollum
2014; Watson 2009). Por otro, la iniciada por autores (Aalbers 2012, 2016; 2008; Fields
2014; Hodkinson 2012a, 2012b,López y Rodríguez,Palomera 2014, ) que, desde un
enfoque alejado de los estudios sobre los Estados de bienestar y más próximo a la
economía política (Harvey 2004, 2007) se interesaron por la vivienda en propiedad
13
como forma hegemónica de dominación (López Y Rodríguez 2010:268), de la mano de
los cambios producidos en el proceso de acumulación del sistema capitalista −el así
llamado proceso de financiarización (Aalbers 2016; Christophers 2015; Coq-Huelva
2013; Forrest and Hirayama 2014; López y Rodríguez 2010). Así, la diferencia entre uno
y otro enfoque radica fundamentalmente en dónde se pone el énfasis, si en la
configuración del Estado de bienestar, o en el proceso de acumulación del sistema
capitalista −manteniendo el reconocimiento que existe una interrelación entre dichos
ámbitos. En el enfoque de la economía política se ubica precisamente nuestro trabajo,
sumándose así a las aportaciones que desde él se han hecho, ya no solo en términos de
estudios de caso, sino de nuevas hipótesis y análisis en relación al cambio en los
sistemas de vivienda tras la crisis financiera internacional (M. B. Aalbers 2015;
Fernandez and Aalbers 2016; Forrest and Hirayama 2014; Kemp 2015; Rolnik 2013)
En este sentido, algunos de los cambios que apuntan sus autores son:
-
La pérdida de importancia de la vivienda en propiedad a favor del alquiler en
condiciones de mercado, en particular en los hogares jóvenes y de menor renta.
-
Una profundización del proceso de residualización de las políticas sociales de
vivienda.
-
Una pérdida de importancia de las políticas de vivienda destinadas al fomento de
la vivienda en propiedad.
Como indicamos al abrir esta introducción, estas transformaciones han sido englobadas
bajo un nuevo modelo de sistema de vivienda denominado neoliberal tardío (Aalbers
2016, Rolnik 2013). Este trabajo surge con la intención de comprobar esta teoría y
aportar conocimiento sobre este proceso de cambio.
14
RELEVANCIA Y JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
La relevancia de esta investigación reside en que, por un lado, aporta evidencias
empíricas con las que comprobar esta teoría y, por otro, proporciona conocimiento
sustantivo sobre el proceso mismo, con todas las implicaciones sociales y políticas que
esto conlleva.
En efecto, desde nuestro punto de vista, la contribución de este trabajo reside en que no
solo proporciona una comprobación de una teoría concreta −la del cambio del sistema
de vivienda hacia el modelo neoliberal tardío−, sino también una descripción de un
ámbito de máxima relevancia y preocupación actuales: las políticas y el sistema de
vivienda español.
Por lo que respecta al primer aspecto de la contribución, las investigaciones sobre el
cambio en los sistemas de vivienda tras la Crisis Financiera Global han procedido
principalmente del ámbito anglosajón, en concreto de Reino Unido y Estados Unidos,
lugares con una larga tradición en estudios sobre vivienda o housing studies. Sin
embargo, en pocos sistemas de vivienda como el español se han materializado con igual
envergadura el auge de la vivienda en propiedad y la crisis financiera internacional. En
efecto, a ésta se le sumó la crisis económica nacional, una conjunción que se traduciría
en la crisis más larga e intensa dentro del contexto europeo (tan solo superada por
Grecia). En ese sentido, el caso español constituye un caso crítico y decisivo con el que
intentar comprobar si el cambio en los sistemas de vivienda se ha producido o se está
produciendo realmente, al ofrecer evidencias empíricas muy significativas del proceso
en cuestión.
Por lo que respecta al segundo aspecto de la contribución, el modelo español de sistema
de vivienda y sus políticas están actualmente en la primera línea de la agenda política y
social. Los excesos producidos durante la burbuja inmobiliaria, la escala de la
“emergencia habitacional” (Alemany et al 2013, García-Lamarca y Kaika 2016), y el
drama de miles de familias desahuciadas, situaron el modelo de las políticas de vivienda
en el debate público. Hoy, casi 10 años después de que estallara la espiral especulativa
de la vivienda en propiedad, los precios de la vivienda vuelven a aparecer en el centro
del debate público, esta vez los de la vivienda en alquiler. Esto parece sintomático de que
el problema del acceso a la vivienda no se ha resuelto. En este sentido, nuestro trabajo
15
pretende ofrecer una panorámica sobre los cambios producidos y su dirección,
aportando un conocimiento sobre la situación actual que pueda contribuir, en la medida
de lo posible, a la toma de decisiones futuras.
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN, OBJETIVOS E HIPÓTESIS
La pregunta de investigación a la que pretendemos dar respuesta con este trabajo es:
¿Ha cambiado el sistema de vivienda español tras la crisis financiera internacional y la
económica nacional (2007-2016) hacia el modelo neoliberal tardío?
Así planteada, nuestra intención (Objetivo General) es comprobar la teoría del cambio
hacia el modelo neoliberal tardío. Ahora bien, el concepto de sistema de vivienda aúna
en sí tres dimensiones: las políticas de vivienda, la estructura de tenencia y las formas de
provisión. Luego los objetivos específicos de nuestra investigación serán:
OE1: Identificar los cambios y continuidades en las políticas de vivienda tras la crisis
2007-2016.
OE2: Conocer los cambios producidos en el régimen de tenencia tras dicha crisis.
OE3: Dar cuenta de los cambios producidos en las formas de provisión de vivienda.
Veamos con detenimiento cada uno de los objetivos.
OE1: Cambios y continuidades en las políticas de vivienda
Basándonos en Sánchez (2002), por
políticas de vivienda entendemos las
intervenciones presupuestarias (directas e indirectas) y las intervenciones normativas
(por ejemplo, la ley de arrendamientos urbanos) emprendidas por los diferentes
gobiernos, cuya finalidad es incidir tanto en la producción de vivienda como en la
satisfacción de las necesidades de vivienda de la población. Nuestro objetivo es conocer
los cambios que se han producido en las mismas entre el período pre crisis (1996-2007)
y el período post burbuja (2007-2016), teniendo presente que de lo que se trata es de
determinar qué régimen de tenencia promueven.
16
Analizaremos tanto la evolución de las políticas estatales de vivienda como de las
autonómicas, habida cuenta de que las políticas sectoriales de vivienda tienen una
configuración multinivel.
OE2: Cambios en el régimen de tenencia
El régimen de tenencia hace referencia a la distribución de las diferentes formas de
acceso a la vivienda. Las formas de tenencia, según Ruonovaara (1993), son las formas
institucionales por las cuales la posesión de la vivienda se acopla a la propiedad de la
misma. En las sociedades modernas existen dos instituciones mayoritarias a través de
las cuales la posesión se acomoda a los derechos de propiedad: alquiler y propiedad1.
En este sentido, se trata de un indicador frecuente en los estudios sobre sistemas de
vivienda (Balchin 1996, Kemeny 1992, 1995, Módenes and López- 2014). Sin embargo,
como afirman varios autores (Ball and Harloe 1992, Barlow y Ducan 1995, Ruonovaara,
1993), es un indicador sumamente limitado a la hora de comprehender la complejidad
de las relaciones sociales y económicas que se entretejen en la provisión y el acceso a la
vivienda. En otras palabras, conocer el régimen de tenencia predominante es una
condición necesaria para estudiar los sistemas de vivienda, pero no suficiente. Hace falta
también conocer las formas de provisión.
OE3: Cambios en las formas de provisión
Las formas de provisión son las formas institucionalizadas de proveer de vivienda a una
sociedad. Esas formas, según Barlow y Duncan (1995), vienen definidas por el tipo de a)
planificación urbana, b) el régimen de beneficio instaurado en el mercado de la vivienda
y c) la clase de promotor predominante en dicho mercado. Estos autores establecen tres
formas de provisión mayoritarias en el entorno europeo: la forma de provisión
especulativa, la vinculada a los países socialdemócratas −denominada de “beneficio
limitado”−, y la de los países del sur de Europa, donde predomina la autopromoción. A la
La cita textual es: “Housing tenures are basically institutional forms by which possession of
housing is accommodated with ownership of housing. In modern societies there are two major
institutions through which possession of housing is accommodated with rights of ownership:
ownership and leasing. Either the consumer has ownership rights over his/her dwelling and has,
thus, the right of possession and the right of disposal, or the consumer acquires the right to
possession by renting the dwelling from the owner.” (Ruonovaara 1993:12)
1
17
luz de esta última relación entre países del Sur y autopromoción, trataremos de
comprobar si el caso español coincide con esa tipología o si se ha producido algún
cambio y de qué tipo.
Por otro lado, Barlow y Duncan analizaron únicamente la forma de provisión de la
vivienda en propiedad, por lo que este trabajo quiere ofrecer también conocimiento
sobre la forma de provisión de la vivienda en alquiler libre y la forma pública de
provisión de vivienda.
HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN
En este sentido, partimos de una primera hipótesis: la confirmación del cambio de
modelo. Como venimos señalando, éste se caracteriza por cambios en el régimen de
tenencia y en la forma de provisión. Concretamente, por el aumento de los hogares en
régimen de alquiler− en particular de hogares jóvenes y con niveles bajos de renta−, la
expansión del régimen especulativo a la provisión de vivienda en alquiler, y la
supeditación de las políticas de vivienda (tanto las de carácter normativo como las de
tipo presupuestario) a principios de austeridad y desregulación.
Cambio Neoliberal Tardío
Para confirmar la hipótesis del modelo neoliberal tardío, las evidencias empíricas deben
mostrar, primero, unas políticas de vivienda en las que haya disminuido
sustancialmente el fomento de la vivienda en propiedad y una reducción significativa en
los niveles de gasto. Segundo, una forma de provisión de carácter especulativo y
liberalizado, tanto para la vivienda en propiedad como en alquiler. Tercero, una
provisión pública de vivienda en régimen de alquiler, pero puntual y muy residual.
Estos cambios se traducen en un descenso de los hogares en régimen de propiedad,
especialmente de los hogares jóvenes y con niveles de renta bajos.
Cambio Nuevo Modelo
Por nuevo modelo entendemos aquel que ni coincide con el modelo precrisis ni con el
neoliberal tardío. Para cumplirse esta hipótesis, las evidencias empíricas deben mostrar,
primero, que el sistema de vivienda post burbuja presenta unas políticas de vivienda
que fomenten otro tipo de régimen de tenencia o vivienda pública en régimen de
alquiler; y cuyo nivel de gasto supere el 1%.
18
Segundo, que la forma de provisión de vivienda en propiedad y en alquiler presenta una
mayor regularización, y el beneficio está controlado.
Continuidad
Sin embargo, si las evidencias muestran que durante la crisis no se ha producido un
cambio sustancial en las políticas de vivienda, o en la forma de provisión de la vivienda
en propiedad, en alquiler o pública, confirmaremos la hipótesis de la continuidad. Esto
ocurrirá si se cumple lo siguiente: las políticas de vivienda están destinadas a favorecer
la vivienda en propiedad y la suma del gasto directo e indirecto oscila en torno al 1% del
PIB, no hay cambios en la regulación de la forma de planificación ni en el mercado del
alquiler, y la forma pública de provisión es reducida y se produce en forma de vivienda
en propiedad.
Continuidad Interrumpida o Cambio coyuntural
Sin embargo, si lo que encontramos son dos tendencias dentro del periodo analizado
(2007-2016), una de crisis y otra de recuperación, así como la adopción de medidas de
carácter temporal, deberemos concluir que el proceso de cambio del sistema de vivienda
es de carácter meramente coyuntural.
RESUMEN DEL MARCO TEÓRICO
EL CONCEPTO DE SISTEMA DE VIVIENDA
La literatura especializada en dar cuenta de los procesos sociales, políticos y económicos
que se articulan en la provisión y acceso de la vivienda ha tendido a condensar los
factores en juego en una única noción: el sistema de vivienda. Se trata de un concepto
bastante extendido y asentado, con el que se intentan superar las limitaciones que
presentaban tanto el estudio y análisis de las políticas sectoriales de vivienda, como los
conceptos de estructuras de provisión (Bill 1986), estrategias de tenencia (Kemeny
1992) o formas de provisión (Barlow y Duncan 1995).
En este sentido, varios autores han aportado distintas definiciones del concepto en
función de la dimensión sobre la que se incida. Así, Priemus (1983) subraya la relación
entre los actores, mientras que Arbaci (2007) destaca la importancia tanto de la
provisión como del acceso. Otros (Bourne 1981, Kemeny 1992) mantienen una
definición más amplia y laxa, por ende menos operativa. En este sentido, se aportará una
definición con la que poder superar los problemas que plantean estas definiciones.
19
EL PROBLEMA DEL CAMBIO Y LA CONTINUIDAD EN LOS SISTEMAS DE VIVIENDA
El estudio del cambio y la continuidad en los sistemas de vivienda ha estado marcado
por dos debates. Por un lado, el que denominamos debate clásico, compuesto por
aquellos que defendían que los sistemas de vivienda de los países industrializados
(Harloe 1995; Malpass 2011; Whitehead 2003) estaban cambiando con vistas a
converger en un mismo modelo. Frente a esta posición se situaban quienes sostenían
que, lejos de darse procesos homogéneos y una tendencia a la convergencia, lo que se
observaba en los sistemas de vivienda eran tendencias divergentes en virtud de los
arreglos y las herencias institucionales de cada caso (Allen 2006; Hoekstra 2009;
Kemeny 1995; Leal 2004; Módenes and López-Colás 2014). En este debate, el caso
español fue utilizado a menudo para sustentar la teoría de la divergencia en los
sistemas de vivienda. No obstante, las burbujas inmobiliarias y financieras que se dieron
antes de la crisis confirmaron parte de la tesis convergente, al observarse la tendencia
común –aunque con diferentes ritmos− a la privatización de la vivienda social y al
crecimiento de la vivienda en propiedad. Ante esta evidencia, la literatura se volcó en un
nuevo debate, centrado en explicar este cambio, y en desgranar la relación existente
entre la reestructuración y el desmantelamiento del Estado de bienestar, y el
crecimiento de la vivienda en propiedad.
En efecto, una parte importante de esa literatura elucidó esta relación recurriendo a la
vieja tesis de la gran compensación, propuesta primero por Kemeny (1981) y que más
tarde redefinirían Castles y Ferrera (1996) y Castles (1998). Esta tesis subraya el papel
compensatorio de la vivienda ante un precario modelo de bienestar. La vivienda en
propiedad actuaría como “malla de seguridad” ante las posibles contingencias de la vida,
especialmente en la frágil etapa de la jubilación. Este ha sido el punto de partida desde el
que se ha desarrollado la línea de investigación dedicada al así denominado asset-based
welfare o modelo de bienestar patrimonialista (Doling y Roland 2010, Elsinga y Hoektra
2015, Groves et al. 2007, Lowe et al. 2012, Watson 2009).
Desde nuestro punto de vista, empero, el cambio en los sistemas de vivienda no se puede
comprender sin atender a los cambios producidos en las formas de producción y
acumulación del sistema capitalista. De este análisis se ha hecho cargo el enfoque de la
economía política, dando lugar a una línea de investigación muy ecléctica, compuesta
por autores de inspiración neomarxista como D. Harvey y H. Lefebvre, entre otros.
20
Así, Christophers (2015); Fields (2014); Gotham (2009) Rolnik (2013), y sobre todo M.
Aalbers, han tratado de desbrozar la compleja relación entre lo que se ha dado en llamar
financiarización y los procesos de cambio del sistema de vivienda. En particular, Aalbers
(2008, 2009, 2014, 2015 y 2016) se ha ocupado de estudiar las formas que ha ido
adoptando la financiarización de la vivienda, especialmente
a través del sistema
hipotecario y de la emergencia de lo que él designa como circuito cuaternario de
acumulación.
Consideramos que adoptar este enfoque permite no solo comprender el verdadero
sentido de la crisis financiera global, sino sobre todo ponerlo en relación con los cambios
en el sistema de vivienda.
LA CRISIS FINANCIERA GLOBAL Y EL SISTEMA DE VIVIENDA.
Como es sabido, la Crisis Financiera Global de 2008 y la “Gran Recesión” de 2008-2011
abrieron un importante proceso de cambio social con dramáticas consecuencias en
casos como el español. En términos de vivienda, diferentes autores han puesto en
evidencia un cambio de tendencia con implicaciones muy significativas, especialmente
por lo que respecta al régimen de tenencia. Autores como Sprigins (2015), Kemp (2015)
o Whitehead (2016), pero también Forrest y Hiyama (2015) y el propio Aalbers (2016),
han apuntado hacia un cambio de gran alcance, al sugerir un tránsito hacia una nueva
etapa en las estructuras de vivienda (Aalbers 2016) caracterizada por la dificultad de
acceso a la vivienda en propiedad, y relacionada a su vez con la privatización de la
vivienda social. En este sentido, Forrest e Hiyama (2015) y Springins (2015) apuntan al
fin de las sociedades de propietarios y a la emergencia de una generación de rentistas.
RESUMEN METODOLÓGICO
Como estrategia metodológica hemos optado por el estudio de caso. Si bien con este
método no podemos establecer inferencias estadísticas ni identificar relaciones causales
entre las variables, sí permite elaborar estudios más comprensivos, así como comprobar
teorías. El resultado de este trabajo no es, por tanto, saber si los sistemas –todos− han
cambiado tras la crisis. No pretendemos que nuestro caso concreto sea representativo,
sino confirmar o rechazar la teoría del cambio a partir del mismo.
Dado que el estudio de caso conlleva ciertas limitaciones, hemos optado por una
estrategia metodológica que garantizara un mínimo de validez interna: el pattern
21
matching. Éste se basa en la operacionalización de las hipótesis en patrones concretos
para ver en qué medida el material empírico coincide con los patrones previamente
establecidos.
El caso seleccionado es el sistema de vivienda español. Este caso cumplía con la
condición básica para poder comprobar la teoría del cambio: haber experimentado la
crisis. En el contexto de la Unión Europea es, después de Grecia, el país en que más ha
impacto ha tenido: presenta las peores tasas de desempleo y la recesión económica de
más larga duración.
ESTRUCTURA DEL TRABAJO
Este trabajo está estructurado en seis capítulos, a los que se añade un capítulo de
conclusiones. En el primer capítulo se presenta el marco teórico, a través de un pequeño
recorrido por los principales debates sobre el cambio y la continuidad en el seno de los
housing studies. Ese recorrido ofrece un panorama pormenorizado de los debates con los
que hemos dialogado, así como del estado de la cuestión actual, fuertemente marcado
por los efectos de la crisis financiera internacional.
En el segundo capítulo se exponen la metodología y la operacionalización de los
conceptos y sus indicadores, y se justifican tanto la elección metodológica del estudio de
caso como la selección del caso español.
En el tercer capítulo, antes de pasar a ver las evidencias empíricas, se contextualiza y
caracteriza el caso español. Con ello pretendemos informar sobre sus principales rasgos
y los hitos más reseñables en su evolución, para así poder comparar debidamente el
antes y el después.
A continuación, en el cuarto capítulo, se introduce la primera parte del material
empírico, en este caso las políticas de vivienda. Ahí nos ocupamos tanto de las de ámbito
estatal como de las de ámbito autonómico.
Seguidamente, en el capítulo quinto, se abordan los cambios en las formas de provisión.
Está dividido en tres partes: una dedicada a la forma de provisión de la vivienda en
propiedad, una a la forma de provisión de la vivienda en alquiler, y una última a la forma
pública de provisión de vivienda.
22
En el capítulo sexto, en penúltimo lugar y antes de llegar a las conclusiones, se abordan
los cambios en el régimen de tenencia, prestando especial atención tanto a la estructura
como a los cambios en la demanda de vivienda según el régimen de tenencia.
Finalmente, en el séptimo y último capítulo recogemos las conclusiones del estudio, las
respuestas a la pregunta de investigación, así como una serie de reflexiones sobre los
resultados de la misma.
23
CAPÍTULO 1. ENFOQUES TEÓRICOS SOBRE EL CAMBIO Y
LA CONTINUIDAD EN LOS SISTEMAS DE VIVIENDA.
24
El marco teórico conceptual que a continuación vamos a presentar se compone de dos
bloques. Por un lado, un primer apartado dedicado a abordar el concepto de sistema de
vivienda. Por otro, un segundo bloque más extenso donde exponemos las principales
teorías o marcos conceptuales que abordan el problema del cambio y la continuidad en
los sistemas de vivienda.
En el primer caso, el concepto de sistema de vivienda ha servido para integrar el
conjunto de dimensiones que componen las formas de acceso, consumo, producción y
distribución de la vivienda en una sociedad dada. Se trata de un concepto que permite
superar los límites que supone estudiar aspectos particulares del fenómeno como las
políticas sectoriales de vivienda, las formas de provisión, el régimen de tenencia y las
formas de provisión.
En el segundo caso, los debates sobre el cambio y la continuidad en los sistemas de
vivienda se han producido principalmente en el seno de lo que denominaremos enfoque
welfare. Sin embargo, a partir del auge de la vivienda en propiedad, y sobre todo a partir
de la crisis financiera global, es el enfoque de la economía política donde encontramos
las principales aportaciones sobre esta cuestión. Este enfoque es al que este trabajo se
adhiere.
DEFINIENDO EL OBJETO DE ESTUDIO: DE LAS POLÍTICAS DE VIVIENDA AL SISTEMA DE
VIVIENDA.
En este apartado discutiremos y justificaremos el concepto en el que nos basamos a la
hora de realizar el presente trabajo de investigación: el sistema de vivienda.
Se trata de un concepto comprensivo y holístico con el que no solo pretendemos
aprehender los cambios en materia de política de vivienda, sino adoptar una
aproximación sistémica que tenga también en cuenta elementos clave más allá de las
políticas públicas, como los diferentes agentes que actúan en el mercado.
En este sentido vamos a empezar definiendo y concretando a qué nos referimos por
políticas de vivienda para pasar en un segundo momento a abordar la noción de sistema
de vivienda.
Según Balchin (1996) el paradigma europeo de políticas de vivienda tiene su origen en
las políticas higienistas y reformistas de finales del siglo XIX. Sin embargo, no es hasta
25
después de la Segunda Guerra Mundial cuando se convierte en una línea clara de
intervención pública. Es la escasez y déficit de viviendas producida por la contienda lo
que obliga a muchos gobiernos a emprender esta línea de intervención. El contexto de la
posguerra se caracteriza por conjugar intensas y numerosas necesidades de vivienda
con la imposibilidad del sector privado de satisfacerlas. Así, la intervención pública se
justifica en función del criterio de eficiencia y ante los evidentes “fallos del mercado”. A
esta justificación, sostenida por gobiernos
progresistas comprometidos con la
construcción del Estado de bienestar como los de Reino Unido o Suecia, se van uniendo
los criterios keynesianos de equidad y de estabilización.
En efecto, bien para satisfacer las necesidades de vivienda bien para activar el
crecimiento económico, las política de viviendas se convierten en el contexto europeo en
una de las principales líneas de intervención públicas. En ese sentido, la intervención
pública adquiere dos formas: regulación y partidas presupuestarias directas o indirectas
(Sánchez Martínez 2002, Pareja y Sánchez 2012). Al mismo tiempo, esta intervención
pública puede estar dirigida en dos sentidos: hacia “el lado de la oferta”, esto es, al
proceso de producción, bien hacia “el lado de la demanda”, esto es, hacia los
consumidores: las familias y los hogares.
Los instrumentos de regulación suelen abarcar aspectos como (Sánchez Martínez 2002)
-
Las condiciones mínimas de seguridad y salud pública de las viviendas.
-
El planeamiento urbanístico y calificación de usos del suelo.
-
La conservación y rehabilitación de edificios, renovación urbana.
-
El control de alquileres.
-
Las intervenciones en el mercado de crédito para aumentar el flujo de crédito a la
vivienda.
Por su parte, si de lo que se trata es de destinar partidas presupuestarias concretas,
estas pueden ser directas o indirectas. Las directas consisten en subsidios o
subvenciones directas orientadas a la demanda de viviendas o a través de la subvención
a los constructores o promotores privados para la edificación de viviendas públicas
(Sánchez Martínez 2002).
Finalmente, las ayudas indirectas se caracterizan por un tratamiento favorable en
términos de fiscalidad, es decir, a través de una menor imposición. Esta menor
26
recaudación es considerada “gasto”. Las ayudas fiscales más frecuentes son (Sánchez
Martínez 2002: 88):
- Desgravaciones en el Impuesto sobre la Renta de las personas físicas (no aplicable a
empresas, por ejemplo). Pueden ser en del importe de la inversión en vivienda, dentro
de unos límites, o en un porcentaje del capital invertido en la adquisición de vivienda.
- Deducción de intereses de los préstamos contraídos para adquirir o rehabilitar una
vivienda.
- Reducción de los impuestos locales, de las tasas registrales y otros impuestos ligados a
la actividad económica, en determinados supuestos.
- Deducción de los intereses generados por las cuentas ahorro-vivienda.
- No imposición total o parcial sobre la plusvalía por venta de la vivienda propia.
- No inclusión de una renta ficticia (renta imputada) al uso de la vivienda propia en la
base imponible del impuesto sobre la renta en determinados países.
Ahora bien, siendo estos los principales instrumentos de los que se valen los gobiernos
para intervenir en la distribución de las formas de acceso y provisión, la literatura
desarrollada sobre el tema ha reivindicado la adopción de un enfoque más amplio y
comprensivo que permita captar y aprehender la complejidad de los fenómenos que
rodean la provisión de vivienda y los factores que determinan su distribución. Así por
ejemplo, autores como Kemeny (1992) consideran que más que hablar de políticas de
vivienda, lo que hay que analizar son las “estrategias de tenencia ” las cuales configuran
de forma directa e indirecta el régimen de tenencia.
Este autor señala como medidas de este tipo las siguientes:
-
Medidas legales y fiscales a través de las cuales los gobiernos favorecen o
dificultan el acceso a la vivienda según la forma de tenencia.
-
Medidas que hacen la vivienda en propiedad accesible y atractiva, incluyendo
subsidios, protecciones legales a los personas con hipoteca, el desarrollo de
sistemas de ahorro así como los regímenes fiscales que favorecen la constitución
de sociedades de propietarios.
-
El desarrollo del ahorro y la operación y el régimen fiscal especial.
27
-
Acciones que impiden un mercado de vivienda en alquiler que compita con la
vivienda en propiedad, formas disuasorias en la inversión en arrendamientos
particulares (grandes propietarios de vivienda en alquiler) y la limitación del
gasto público hacia la tenencia diferente a la de propiedad (Kemeny 1992 en
Murie y Willians 2015).
Por otro lado, autores vinculados a la tradición “teórica de la convergencia” –que más
adelante desarrollaremos- también rechazan la idea de analizar simplemente las
políticas sectoriales. Ball (1986), por ejemplo, considera fundamental ampliar el foco de
atención y no solo analizar las acciones emprendidas por el Estado, sino también las
relaciones sociales y de clase que tienen lugar en el seno de la producción y construcción
de la vivienda. Así, propone partir del concepto de “estructura de provisión de vivienda”,
entendido como
“the relations between particular sets of agents involved in the production, exchange and
consumption of housing structure the nature and consequence of particular ways of
providing housing, and there are only limited ways in which those social relations can be
altered without destroying their coherence. Different combinations of agents can be defined
as a structure of provision.” (Ball: 1986:147)
En esta misma línea, Harloe (1995) utiliza este concepto para elaborar su teoría sobre el
proceso de residualización del Estado en tanto que provisor de vivienda social. Para él,
cualquier aproximación al problema debe albergar un análisis que supere el ámbito
puramente institucional. De otra manera, este análisis tendrá un valor meramente
descriptivo.
Ahora bien, los debates sobre del objeto de estudio no solo superan los límites de las
políticas de vivienda estrictamente dichas, sino que también afectan a los ámbitos y
dimensiones que deben ser tenidos en cuenta a la hora de analizar los procesos
sociopolíticos vinculados a la cuestión de la vivienda.
En ese sentido, diferentes autores proclaman la necesidad de no solo analizar el régimen
de tenencia, sino también las formas de provisión, producción y distribución de la
misma. Ruonovaara (1995), por ejemplo, considera que en sí misma la distribución del
régimen de tenencia es un indicador que aporta poca información sobre aspectos
importantes relacionados con la vivienda ya que no hay que olvidar que las diferentes
28
formas de tenencia son contingentes a un contexto espacio-temporal concreto. En sus
palabras:
"Being an owner-occupier in Hungary is different from being an owner-occupier in
Finland. And similarly being a tenant in Finland in the 1930s is different from being
a tenant in the 1990s” (Ruonovaara 1995:3).
Por su parte, Barlow y Duncan (1988 y 1994) consideran que por sí mismo el régimen
de tenencia no aporta información sobre el propio proceso de producción y promoción
de la vivienda.
“The problem with tenure [is] (…) it over emphasizes just one element of housing
systems. Furthermore, tenure is an element which can say little about how housing
is promoted or produced. For instance, owner-occupied housing in Europe is often
promoted by households rather tan construction firms.” (Barlow y Duncan
1994:32)
Así, se proponen conocer qué forma de provisión es más eficiente. Según su
investigación, existen cuatro tipos de formas de provisión:
-
La promoción especulativa,
-
La vivienda social con beneficio limitado,
-
La autopromoción,
-
Y un subtipo denominado “promoción libre con beneficio limitado”.
Lo interesante de su propuesta no son solo las conclusiones, en donde evidencian que el
modelo de provisión más eficiente es el de la vivienda social con beneficios limitados,
sino también los indicadores de los que se valen.
En términos operativos, el modelo especulativo se basa en: un tipo de planificación
desregulado, y en una promoción de vivienda liderada por la iniciativa privada y
orientada a la búsqueda de beneficios.
El modelo de autopromoción se caracteriza por una planificación de tipo informal, no
regulada, orientada a reducir los costes y cuya iniciativa la tienen las familias. En cuanto
al modelo de provisión de tipo social, la planificación urbana es de carácter “positivo”,
esto es, muy regulada. La iniciativa de la producción de viviendas recae en la
administración pública y/o organizaciones sin ánimo de lucro; mientras que
29
los
beneficios del mercado inmobiliario van destinados a sufragar la mano de obra y gastos
de la construcción.
Así se va ampliando el foco de atención y estudio, no solo incluyendo la acción
institucional pública sino también la iniciativa privada, y no solo la estructura de
tenencia, sino también otros indicadores.
En esta línea, autores como Kemeny (1981), Priemus (1983) o Bourne (1981) o más
recientemente Arbaci (2007) proponen sistema de vivienda como concepto superador y
comprensivo con el que poder abordar las diferentes dimensiones que rodean la
cuestión de la vivienda. Kemeny (1981:13) por ejemplo, define sistema de vivienda
como “the social, political and economic organization of the provision, allocation and
consumption of housing”. Priemus (1983), concibe el sistema de vivienda como el
conjunto de actores y sus relaciones e interacciones que están envueltas en la vivienda.
Bourne (1981:12), por su parte, apunta no solo al conjunto de actores y sus relaciones,
sino también las formas materiales que adquiere la vivienda, así como las instituciones
que rodean la producción, el consumo, y la regulación de la vivienda:
“the full range of interrelationships between all of the actors (individual and
corporate), housing units and institutions involved in the production, consumption
and regulation of housing. It is thus a much broader term than housing market or
sector”.
Sonia Arbaci (2007:410) apuesta por una definición más operativa que recupere las dos
dimensiones clave: tenencia y provisión.
“Housing systems are characterized by a specific arrangement and composition of
housing tenures, according to the level of universal transfers (tax and subsidy system
targeting owner-occupation, social rental sector and private rental sector), as well as
by specific forms of housing provision (promotion and production). Both housing
realms –tenure and provision– are strongly intercorrelated and cannot be separated in
the examination of housing systems and welfare regimes.”
Con todo, los estudios sobre sistemas de vivienda emergen de la necesidad de ampliar el
foco y los factores que inciden en la misma. Así se hace necesario no solo conocer la
evolución y los cambios de las políticas de vivienda, sino también la configuración e
incidencia del resto de actores. De la misma manera, resulta insuficiente analizar el
30
sistema de vivienda basándonos simplemente en el régimen de tenencia. Si de lo que se
trata es de conocer la complejidad de un sistema de vivienda, hay que incluir en el
análisis también las características y las formas de provisión. Así, definimos como
sistema de vivienda el conjunto de arreglos institucionales y políticas públicas con los que
se articula un régimen de tenencia y forma de provisión determinada.
EL CAMBIO Y LA CONTINUIDAD EN LOS SISTEMAS DE VIVIENDA. PERSPECTIVAS TEÓRICAS.
Desde el punto de vista teórico, el concepto de sistemas de vivienda está vinculado a una
tradición sociológica concreta que nosotros denominamos “enfoque welfare”. Sin
embargo, en las últimas décadas este enfoque ha sido complementado con las
aportaciones que desde el enfoque de la economía política han tratado de explicar
diferentes fenómenos relacionados con la vivienda y el proceso de acumulación del
sistema capitalista.
A continuación vamos a conocer cuáles son las principales propuestas que desde ambos
enfoques se han realizado sobre los procesos de cambio y continuidad en los sistemas de
vivienda para terminar abordando el estado de la cuestión con respecto al escenario
generado tras la reciente crisis financiera global.
De manera sintética, el enfoque welfare ha estado dominado por el debate entre los
procesos de convergencia y divergencia. La cuestión que se trataba de dirimir era si los
sistemas de vivienda estaban experimentando un proceso de cambio hacia un modelo
similar o si, por el contrario, los sistemas de vivienda producto de arreglos
institucionales particulares presentaban trayectorias y procesos de cambio divergentes.
El auge de la vivienda en propiedad y el proceso de residualización del Estado, en tanto
que provisor de vivienda pública producido en la década previa a la crisis del 2008,
decantaron la balanza hacia las posiciones convergentes. En este contexto, este debate
resulta relevado por uno nuevo relacionado con la importancia de la vivienda en la
reestructuración de los Estados de bienestar. Nos estamos refiriendo las teorías sobre el
modelo de bienestar patrimonialista o basado en activos (Doling and Roland 2010,
Elsinga and Hoektra 2015, , Groves et al 2007, Lowe et al 2012, Ronald and Doling 2012,
Watson 2009)
Paralelamente a esta cuestión, desde posiciones cercanas a la economía política surge un
interés creciente por la creciente relación de la vivienda con el proceso de acumulación
31
del sistema capitalista. Primero por su papel en las “soluciones espaciales” (David
Harvey (1982, 1985, 2004, 2012) del sistema capitalista, y segundo por su papel en el
proceso de financiarización (Arrigui 1994, Lavapitsas 2009), la vivienda va adquiriendo
mayor relevancia como objeto de análisis y estudio. Es en este marco donde aparecen las
principales propuestas sobre el cambio en los sistemas de vivienda tras la crisis
financiera global
Nuestro argumento en este apartado es que si bien el “enfoque welfare” con su debate
entre el proceso de convergencia y divergencia ha sido especialmente importante para
comprender la evolución de los sistemas de vivienda, actualmente resulta
imprescindible, para poder comprender los cambios actuales, incorporar en el análisis
un enfoque más crítico que tenga en cuenta los cambios producidos en el sistema
capitalista y el sistema de financiarización.
EL CAMBIO EN LOS SISTEMAS DE VIVIENDA DESDE EL ENFOQUE
WELFARE
Como decimos, el “enfoque welfare” ha dominado los estudios sobre vivienda hasta bien
entrada la década pasada. En este enfoque se han desarrollado principalmente dos
debates a partir de los cuales interpretar los cambios en los sistemas de vivienda: el
debate clásico, entre las posiciones que defienden el proceso de convergencia
(Donnison, 1968, Harloe, 1985, 1995, Whitehead 2003 y 2008) en los sistemas de
vivienda, frente a los que defienden el mantenimiento de las trayectorias divergentes
(Allen 2004, Arbaci 2007, Balchin 1996, Barlow y Ducan 1995, Kemeny 1981, 1992,
1995, 2006, Leal 2004, 2005 y Martínez del Olmo 2013) y uno más actual relacionado
con el proceso de reestructuración del sistema capitalista y la emergencia del estado de
bienestar patrimonialista o asset based (Doling and Roland 2010, Elsinga and Hoektra
2015, Groves et al 2007, Lowe et al 2012, Ronald and Doling 2012, Watson 2009)
El debate clásico se produce entre lo que se conoce como la postura de la convergencia y
la divergencia (Doling 1997, Kemeny y Lowe 1998). En el primer caso, la convergencia
(Donnison, 1968, Harloe, 1985, 1995, Whitehead 2003 y 2008), se trata de aquellas
posiciones que defienden que las formas de acceso y provisión de vivienda en los países
industrializados presentan unas determinadas fases con trayectorias similares,
moduladas por factores socioeconómicos como motor de cambio. Para unos, estos
factores son el proceso de industrialización (Donnison, 1968); para otros, las dinámicas
32
del sistema capitalista (Harloe, 1985, 1995); más recientemente, se ha propuesto el
proceso de globalización o las políticas neoliberales (Whitehead 2003 y 2008).
Frente a esta postura, diferentes autores reivindican la posibilidad de interpretar los
procesos que atañen a las diversas formas de acceso y provisión desde una perspectiva
más compleja. Autores como (Allen (2004), Arbaci (2007), Balchin (1996), Barlow y
Ducan (1995), Kemeny (1981, 1992, 1995, 2006), Leal (2004, 2005) y Martínez del
Olmo (2013) entre otros, consideran que la evolución de los sistemas de vivienda está
caracterizada más por los arreglos institucionales que cada modelo contiene que por un
proceso de cambio homogéneo y lineal. Lo que se da, defienden estos autores es más
bien una tendencia a la divergencia que una convergencia en un solo modelo.
Así, veamos con detalle las aportaciones más significativas de cada uno de los cuerpos
teóricos.
El enfoque de la convergencia
La postura de la convergencia se ha caracterizado por defender la idea de que los
cambios en los sistemas de vivienda son de carácter homogéneo y lineal. Según las
diferentes sensibilidades teóricas, este proceso es fruto bien del proceso de
industrialización (Donnison, 1968), bien del proceso de acumulación del sistema
capitalista, (Ball 1987, Harloe 1995), bien de la globalización o de las políticas
neoliberales (Malpass 2008, Whitehead 2003,).
Por ejemplo, Donnison (1968) en The Goverment of Housing se hace cargo del proceso
de cambio y evolución en las políticas de vivienda en los países industrializados
vinculándolo directamente con el desarrollo económico. Según su análisis, hay tres
etapas consecutivas en la intervención pública en materia de política de vivienda: una
primera etapa, en donde se observa un incipiente proceso de industrialización y en
donde las políticas de vivienda tiene un cierto carácter paliativo, el autor califica este
tipo de políticas como azarosas. Es decir, no tienen una dirección ni objetivo claro. En un
segundo momento, en el que el desarrollo económico es mayor, las políticas de vivienda
tienen una mayor lógica pero siguen siendo residuales. La tercera fase es la que
corresponde a un pleno desarrollo económico con un modelo de vivienda más integral.
El problema de esta propuesta es que se trata de un modelo explicativo demasiado
reduccionista que no termina de encajar con la diversidad de respuestas políticas y
sistemas de vivienda existentes en el contexto al que hace referencia.
33
Más tarde, desde posiciones neomarxistas como la de M. Ball (1985), M. Harloe y M.
Martens (1988) Harloe y Martens (1984) o Harloe (1995), el acento se pone no tanto en
el proceso de industrialización, como en las necesidades de acumulación del sistema
capitalista. Desde esta perspectiva, Harloe (1995) identifica tres fases en el desarrollo de
los sistemas de vivienda. La primera fase se da cuando el proceso de industrialización y
urbanización es incipiente y el régimen de tenencia dominante es el alquiler en
condiciones de mercado. En la segunda fase, durante el fordismo, la vivienda en alquiler
social adquiere relevancia; finalmente, la fase postfordista se caracteriza por el
protagonismo de la vivienda en propiedad. Así, identifica tres modelos de políticas
sociales de vivienda: el modelo universal, el modelo residual y el modelo de cooperativa
de trabajadores. El modelo universal se basa en una política de vivienda dirigida a
satisfacer las necesidades de vivienda a toda la población. Por el contrario, el modelo
residual se caracteriza por programas de vivienda social de escaso alcance social,
dirigidos a población vulnerable. Harloe defiende que el modelo universal aparece
solamente en circunstancias históricas específicas que puedan implicar una crisis social
o la reorganización del régimen capitalista. Un ejemplo sería la escasez de vivienda tras
la Primera y Segunda Guerra Mundial. En esos casos, el crecimiento del sector de la
vivienda social estuvo directamente relacionado con el desarrollo del estado del
bienestar (Harloe 1995:524). En este sentido, sostiene el autor, el modelo fordista inició
su declive con la crisis de los años 1970 y el inicio de las reformas neoliberales. Esta
etapa se ha caracterizado por el retroceso del Estado de bienestar, lo que en vivienda se
ha traducido en fuertes restricciones a la inversión pública, la privatización de parte del
parque público así como en unas políticas sociales de vivienda dirigidas a población en
riesgo de exclusión. O sea, el modelo residual.
Kemeny y el enfoque de la divergencia
Frente a esta postura, el enfoque de la divergencia defiende que los sistemas de
vivienda, lejos de caracterizarse por una trayectoria común de cambio hacia un modelo
neoliberal, albergan arreglos institucionales particulares a través de los cuales es posible
encontrar trayectorias y características diferentes (Allen et al 2004, Allen 2006, Arbaci
2007, Barlow y Duncan 1995, Hoekstra 2009, Kemeny 1981, 1992, 1995, 2006, Leal
2008,). Se trata de aproximaciones formadas a partir de teorías de rango medio (Lowe y
Kemeny 1998) y en donde sin hacerse explícita la adhesión a la tesis de Paul Pierson
(2000) sobre la “path dependence”.
34
En esta línea, una de las aportaciones más relevantes es la de Jim Kemeny (1981, 1992,
1995, 2006). Este autor hace una interesante y destacable aportación al análisis del
cambio en los sistemas de vivienda en diferentes ocasiones. En The Myth of
homeownership (1981), a través del análisis de los casos de EEUU y Australia, el autor
defiende la existencia de una relación inversa entre el desarrollo del Estado de bienestar
y la vivienda en propiedad. Según este autor, en las sociedades con un precario Estado
de bienestar se observa una mayor proporción de vivienda en propiedad. Según este
autor, esto se debe a que allí donde las prestaciones y servicios sociales son menores, las
personas tienden a desarrollar estrategias individuales que garanticen cierta seguridad,
especialmente para la etapa de la jubilación. La vivienda en propiedad vendría a cumplir
el papel de “malla de seguridad”. Se trata de la tesis del “la gran compensación” -the big
trade off- que más tarde Castles (1996) y Castles y Ferrara, (1998) revisarán y que a día
de hoy sirve para explicar el surgimiento del llamado Estado de bienestar patrimonial
(Lowe et al 2012) o basado en activos (Doling and Roland 2010, Elsinga and Hoektra
2015, Groves et al 2007, Lowe et al 2012, Ronald and Doling 2012, Watson 2009,).
En Housing and Social Theory (1992) Kemeny por su parte formula su propia teoría para
explicar las diferentes formas de organización del bienestar que están presentes en los
países industrializados: aquellas que organizan el bienestar a través de formas
colectivistas o bien a través de formas individualistas. Cada uno de los modelos
institucionaliza un tipo de sistemas de alquiler dependiendo de las ”estrategias políticas
de tenencia”: el unitario/integral y el sistema dual. En las sociedades con sistemas de
alquiler unitario, el mercado de alquiler y las viviendas sociales están sujetas a las
mismas regularizaciones, el precio del alquiler es similar y compiten entre ellas en un
mismo mercado. Por su parte, las sociedades con un sistema dual de alquiler están
caracterizadas por un mercado de alquiler en el cual las viviendas sociales y el mercado
libre de alquiler están claramente separados. En estas sociedades, el mercado de alquiler
social es relativamente pequeño, y las viviendas están destinadas a la población más
vulnerable (Hoekstra 2010: 14).
Siguiendo la misma intención de demostrar la existencia de diferentes sistemas de
vivienda con sus diferentes trayectorias, otros autores como Allen (2004), Barlow y
Ducan (1995), Leal (2004 2005) entre otros se han apoyado en los diferentes modelos
de bienestar para defender la existencia de varios sistemas.
35
Como afirma Malpass (2008), el problema de la tesis divergente es que se ha encontrado
con la evidencia de los hechos que ha permitido constatar la tesis convergente. De una
forma u otra los sistemas de vivienda de los países industrializados han sufrido un
evidente proceso de “modernización” caracterizado por el dominio de la vivienda en
propiedad y la progresiva residualización de las viviendas sociales en alquiler. Autores
como Priemus y Dieleman (2002) o Whitehead (2003) así lo demuestran. En este último
caso, la autora analiza la evolución de los sistemas de alquiler descritos por Kemeny
(1992), el dual y el unitario, a través de un análisis comparativo. Del estudio concluye
que si bien el estado sigue asumiendo un papel importante en la provisión de vivienda
en los países con modelos unitarios, en casi todos países observados el papel de éste en
la provisión social se está viendo reducido.
Una vez constatado el proceso de residualización emerge un nuevo debate en los
estudios sobre sistemas de vivienda y es el papel de ésta en el propio proceso de
restructuración del Estado de bienestar. Dos son las aportaciones más destacas en esta
línea: por un lado la que recupera la tesis de la “gran compensación” (Castles y Ferrara
1996, Kemeny 1981, Doling y Roland 2010, Grove et al 2007, Toussaint y Elsinga 2009,
Roland et al 2015, Watson 2009) y por otro la que sitúa el crecimiento de la vivienda en
propiedad como la “piedra angular” (Malpass 2008)) de la reestructuración y
desmantelamiento del estado de bienestar.
Asset-Based welfare
El progresivo dominio de la vivienda en propiedad junto con el desmantelamiento del
Estado de bienestar ha forzado a muchos autores a retomar la tesis de la gran
compensación (the big trade off) defendida por Kemeny (1981) y más tarde reformulada
por Castles y Ferrara (1996) y Castles (1998). Recordemos que para estos autores había
una relación inversa entre la expansión del Estado de bienestar y la vivienda en
propiedad. Kemeny (1981) había observado que allí donde había un modelo de
bienestar fuerte, como en los casos de Suecia o Dinamarca, predominaba la vivienda en
régimen de alquiler. Y viceversa, allí donde existía un modelo de bienestar débil o
rudimentario la vivienda en propiedad era predominante. Para él, esta relación se debía
a que el sistema impositivo que precisaba modelos de bienestar como el sueco hacía
realmente difícil destinar parte de la renta a la compra de vivienda. Castles y Ferrara
(1996), demuestran que quizá esa no sea la explicación más acertada. Para ellos, la
inclinación hacia la compra actuaría como una “malla de seguridad” ante un frágil e
36
inoperante Estado de bienestar, especialmente en lo que se refiere a la ausencia de
prestaciones en la edad de jubilación. Dicho de otra manera, no es la vivienda en
propiedad lo que explica un débil Estado de bienestar, sino que es un débil Estado de
bienestar lo que explica el dominio de la vivienda en propiedad. La vivienda en
propiedad vendría a “compensar” un sistema de prestaciones sociales insuficiente. Esta
función compensadora de la vivienda ante el proceso de desmantelamiento del Estado
de bienestar keynesiano es retomada por autores como Grove et al (2007), Toussaint y
Elsinga (2009), Watson (2009), Malpass (2008), Doling y Roland (2010), Roland et al
(2015), para explicar el desarrollo de un nuevo modelo de bienestar llamado
patrimonialista (property-based) o basado en activos (asset-based).
Para estos autores el progresivo proceso de restructuración y desmantelamiento del
Estado de bienestar producido durante las últimas décadas habría incitado a las familias
a elaborar estrategias individuales que garantizasen cierta seguridad material en el
futuro. Las personas, para hacer frente a los riesgos procedentes de la precariedad
laboral e institucional, en vez de depender de las transferencias sociales administradas
por el Estado, estarían aceptando una mayor responsabilidad sobre sus propias
necesidades mediante la inversión en productos financieros y en activos inmobiliarios
cuyo valor aumenta a lo largo del tiempo. Además, estos activos también pueden ser
aprovechados más tarde, al menos en teoría, para complementar las necesidades de
consumo y de bienestar cuando los ingresos se reducen, por ejemplo, durante la
jubilación, o también utilizarse para adquirir otras formas de inversión, tales como los
títulos de estudios universitarios (Doling y Roland 2010).
Sin embargo, para autores como Malpass (2008) o Ansell (2014) la vivienda en
propiedad no sólo sería el mecanismo de compensación ante la pérdida de garantías y
prestaciones sociales del Estado de Bienestar, sino que sería más bien el vehículo o
dispositivo que permitiría su reestructuración. Malpass señala que las políticas públicas
actuales de promoción de la vivienda en régimen de propiedad bien podrían
considerarse como la piedra angular que posibilitara o permitiera el proceso de
desmantelamiento y restructuración del Estado de bienestar.
De manera paralela a la producción de esta literatura, desde posiciones cercanas a la
economía política, los cambios producidos a través, con y en el sistema capitalista van
adquiriendo interés.
37
EL PROCESO DE FINANCIARIZACIÓN Y EL ENFOQUE DE LA ECONOMÍA POLÍTICA
En el enfoque de la economía política, el problema de la vivienda ha ido adquiriendo
interés a medida que el mismo iba comprometiendo más aspectos sociales, económicos
y políticos. Durante las dos últimas décadas, especialmente en los años previos a la crisis
pero también después, un conjunto de autores como Aalbers (2008, 2011, 2012, 2015,
2016), Christophers (2010), Fields and Uffer (2016) Hodkinson (2012) López y
Rodríguez 2010, Palomera 2014 y Rolnik (2013), Sassen (2009), ubicados dentro del
enfoque de la economía política, se han preocupado por tratar de comprender por qué y
cómo se ha dado este compromiso entre las lógicas del sistema capitalista y la vivienda
que, sin ser nuevo2, parece presentar unos rasgos sustancialmente diferentes a los
producidos en otras épocas. Antes de pasar a ver sus propuestas, veamos antes los
rasgos distintivos del llamado enfoque de la economía política.
A la hora de tratar este enfoque debemos tener en consideración que se trata de un
territorio compartido donde diferentes escuelas de pensamiento se sienten
representadas. Bajo la denominación de economía política, Aalbers y Christophers
(2016) sugieren la existencia de dos líneas de investigación diferentes. Por un lado, la de
un grupo específico de economistas heterodoxos y politólogos especialmente
interesados en economía internacional y en “política económica comparada”. Por otro,
también encontramos autores vinculados con posicionamientos críticos procedentes de
disciplinas no tan económicas como la geografía, la sociología o la ciencia política y
fuertemente a la tradición marxista. Sin embargo, el pensamiento marxista no es la única
fuente de inspiración para este enfoque. También lo son obras vinculadas a la corriente
institucionalista de la economía como The Great Transformation (1944) de Karl Polanyi
o toda la literatura elaborada desde la escuela regulacionista de París de la que forman
parte autores como Robert Boyer, Michel Aglietta o Alain Lipiezt.
En lo que respecta a la cuestión de la vivienda el enfoque de la economía política
considera que las formas institucionales de su provisión emergen de las necesidades de
acumulación del sistema capitalista. En este sentido, la vivienda aparece como un
dispositivo necesario para incorporar a las economías domésticas en el proceso de
financiarización del sistema capitalista avanzado (López y Rodríguez 2010, Palomera
2Recordemos
que ya Engels se ocupó del problema de la vivienda en el texto “La contribución al problema
de la vivienda” de 1873.
38
2014). Esta forma de ver los cambios en el sistema de vivienda es diametralmente
opuesta a la que mantiene el “enfoque welfare”, en el que los cambios y las continuidades
de los sistemas de vivienda se deben a la evolución de los Estados de bienestar y donde
poco lugar tienen cuestiones como la financiarización.
Otro elemento diferencial entre los dos enfoques es la forma de entender la relación
entre el estado y el mercado. En el “enfoque welfare” prevalece una interpretación
dicotómica entre estas dos instituciones, mientras que en el enfoque de la economía
política se entiende que la intervención del estado es una precondición a la expansión
del mercado o de las relaciones mercantiles (Aalbers y Christophers 2016, López y
Rodríguez 2010).
Finalmente, desde el enfoque de la economía política se ha presentado un número
mayor de propuestas que tratan de teorizar y abordar el cambio social tras la crisis
financiera internacional.
En relación a la cuestión de la vivienda, este enfoque ha ido adquiriendo relevancia en
función de dos fenómenos. Por un lado, en relación a su dimensión espacial y urbana, y
por otro en función a su relación en el proceso de financiarización del sistema
capitalista.
La línea urbana está encabezada por autores neomarxistas como David Harvey (1982,
1985, 2004, 2012). Para Harvey el capitalismo precisa de arreglos espacio-temporales
(spatial switch) con los que poder superar sus contradicciones y crisis de
sobreacumulación. Este autor defiende que estos “arreglos espaciales” han adquirido
históricamente diferentes formas, el colonialismo es una de ellas, otra la división
internacional del trabajo producida durante la etapa fordista, el agotamiento de esta
forma de producción, según Harvey (2007) fue lo que desencadenó la emergencia de lo
que el denomina “el circuito secundario de acumulación”, en contraposición al circuito
primario que es donde se producen y comercializan las mercancías. El circuito
secundario designa la “implantación física del capital sobre el territorio y que alude a la
edificación, construcción y diseño de entornos urbanizados o, simplemente
artificializados. La construcción de viviendas, infraestructuras públicas de transporte,
redes de transporte, centros industriales o infraestructuras de transformación y
distribución energética serían algunos de los elementos más visibles de este sistema de
acumulación” (López y Rodríguez 2010: 42)
39
Cuadro 1. Diferencias entre el enfoque welfare y el enfoque de la economía política
Cambios/continuidad
Estudio de los sistemas de
vivienda
Enfoque welfare
Path dependence, arreglos
institucionales entre estado,
mercado y familia.
Prevalece la relación entre la
vivienda y el estado del
bienestar.
Relación estado-mercado
Relación
dicotómica/antagónica entre
el estado y el mercado.
Análisis de las políticas
Sectoriales y restringidas al
estado-nación (políticas de
vivienda)
Conceptualización crisis
Contexto coyuntural
Conceptos clave
Convergencia, divergencia,
asset-based welfare
Autores
M. Harloe, J. Allen, J. Kemeny,
J. Hoekstra, C. Whitehead,
Enfoque economía política
Arreglos espacio-temporales
para desplazar las crisis de
los procesos de acumulación.
Vivienda como dispositivo de
financiarización de las
economías domésticas.
Valor de cambio.
Prevalece la dimensión
económica e ideológica de la
vivienda.
Relación instrumental del
estado. La intervención del
estado es una precondición
para que el mercado exista.
Estado-nación e
internacionales: políticas
financieras, territoriales,
sectoriales
Agotamiento del régimen de
acumulación del sistema
capitalista
Financiarización, circuito
secundario de acumulación,
capital switch
D. Harvey, M. B. Aalbers, B.
Christophers, D. Fields, E.
Rodríguez e I López
Fuente: elaboración propia a partir de Aalbers 2016.
Por su parte, la corriente de la financiarización del sistema capitalista (Arrigui 1994,
Lavapitsas 2009) la es explicada como un patrón de acumulación en el cual el proceso
de extracción de beneficios se produce cada vez más a través de canales financieros en
lugar de producirse a través del comercio o la producción de bienes y servicios (Arrighi
1994).
A este respecto hay que decir que la literatura relacionada con esta cuestión no ha
dejado de aumentar (Clark et alt 2015, Christophers 2015, . Fine 2010, Kaika y Ruggiero
2013, Lagoarde-Segot, 2017), especialmente a partir de la Crisis Financiera Global
(Crotty 2009, Freeman, 2010, International Monetary Fund 2008) y la Gran Recesión
(Marín-Aceña 2012, Rolando y Astarita 2011 ) de la última década. Tanto es así que
40
algunas revisiones críticas como la de Christophers (2015) han encontrado hasta 17
definiciones diferentes del concepto de financiarización. En palabras de López y
Rodríguez (2010), la financiarización económica es una “respuesta al agotamiento de la
larga fase de crecimiento de las décadas gloriosas del fordismo, el producto de una gran
época de acumulación, que en la fase descendente (a partir de 1973) se decantó por la
clásica preferencia por la liquidez y la inversión financiera.” En este sentido, para
muchos autores (Aalbers 2008, 2011, 2015, 2016, Fields 2014, Forrest y Hirayama 2013,
Gotham 2009, Wainwright 2009, , Watson 2009, Rolnik 2013) el auge de la vivienda en
propiedad producida en los años previos a la crisis no puede entenderse sin el proceso
de financiarización del sistema capitalista.
Es desde este enfoque donde se ha sugerido la transformación del sistema de vivienda
hacia un modelo caracterizado por crecientes limitaciones al acceso a la vivienda en
régimen de propiedad y una expansión de la lógica especulativa también al mercado del
alquiler. Autores como Aalbers (2016) lo han denominado como neoliberal tardío, o post
homeownership.
HACIA EL MODELO NEOLIBERAL TARDÍO
Como es sabido, el origen de la crisis financiera global se sitúa “técnicamente” entre la
quiebra de las hipotecas suprime, el 27 de febrero de 2007, y el 15 de septiembre de
2008 con el anuncio oficial de la bancarrota de Lehman Brothers, la venta de Merryll
Lynch al Bank of America y el desplome del gigante de los seguros, American
International Group. A partir de ese momento, el sistema financiero internacional entra
en crisis y da paso a la llamada Gran Recesión en donde la mayor parte de las economías
del mundo se ven afectadas.
A partir de este momento y en vista de las consecuencias económicas, políticas y sociales
el interés se va desplazando para dar cuenta de los cambios y principales impactos de la
misma. Valiéndose fundamentalmente de casos del entorno anglosajón diferentes
autores (Kemp 2015, Ronald y Kadi 2016, Sprigins 2013) han venido señalando “the end
of majority home-ownership” y la emergencia de un nuevo modelo de sistema de
vivienda.
Aalbers (2016) señala la emergencia de una nueva etapa en las estructuras de vivienda,
denominado neoliberalismo tardío (late neoliberalism) caracterizada no solo por la
41
creciente dificultad del acceso a la vivienda en régimen de propiedad, sino también por
una disminución en la actividad constructora, por la continuación de los procesos de
desregulación y privatización en el sector del alquiler, y una ralentización de los
procesos de gentrificación y suburbanización, entre otras cuestiones.
Forrest y Hirayama (2015) coinciden con esta postura y proclaman la sustitución de la
sociedad de propietarios por una sociedad de rentistas en donde la vivienda no sólo
cumple su función clásica de residencia y alojamiento más o menos permanente, sino
que además se convierte en un importante medio de extracción de rentas.
En definitiva, el sistema neoliberal tardío se diferencia del anterior por ser mucho más
restrictivo en el acceso a la vivienda en régimen de propiedad, especialmente para
jóvenes y hogares que por razones de renta no reúnen los requisitos para que les
concedan un préstamo hipotecario. En términos de provisión de la vivienda el cambio
más significativo es la desregulación del mercado del alquiler pasando a ser éste
también de carácter especulativo.
De lo que se trata con este trabajo es de comprobar, con un caso concreto, la validez de
esta teoría del cambio, en donde se defiende la pérdida de importancia, que no su
dominio, de la vivienda en régimen de propiedad. En ese sentido, nuestro enfoque será
cercano al de la economía política.
En este sentido, partimos de una primera hipótesis y es la confirmación del cambio de
modelo. Este nuevo modelo como venimos señalando se caracteriza por cambios en el
régimen de tenencia y forma de provisión. En concreto, por un aumento de los hogares
en régimen de alquiler, en concreto, de hogares jóvenes y con niveles bajos de renta. Así
como la expansión del régimen especulativo a la provisión de vivienda en alquiler.
Finalmente, las políticas de vivienda (tanto las de carácter normativo como las de tipo
presupuestario) se rigen por el principio de austeridad y desregulación.
42
Cuadro 2. Resumen características del sistema de vivienda neoliberal tardío
Fuente: elaboración propia a partir de Aalbers 2016, Forrest y Hirayama 2013 y Kemp 2015
Frente a esta hipótesis albergamos tres hipótesis alternativas o rivales: la hipótesis
nuevo modelo, la hipótesis continuidad y la hipótesis continuidad interrumpida, las cuales
serán desarrolladas en el siguiente capítulo en donde exponemos la estrategia
metodológica de este trabajo de investigación y la operacionalización de dichas
hipótesis. La ilustración 1 muestra de forma sencilla las diferentes hipótesis que
albergamos y la forma de contrastarlas.
A modo de conclusión, en este capítulo hemos expuesto los principales conceptos de los
que nos vamos a servir, así como principales teorías que actualmente existen para
interpretar los cambios y las continuidades en los sistemas de vivienda. Nuestra opción
ha sido ubicarnos dentro del enfoque de la economía política en donde se defiende la
vinculación de la vivienda con la actual forma de acumulación del sistema capitalista,
denominado proceso de financiarización (Aalbers 2016; 2015; Coq-Huelva 2013; López
and Rodríguez 2010). Esta perspectiva no solo explicó el auge de la vivienda en
propiedad anterior a la crisis, sino que también, parece estar dando cuenta de los
cambios posteriores a la misma. Veamos a continuación la estrategia metodológica a
seguir.
43
Ilustración 1. Esquema de hipótesis de investigación
Sistema de Vivienda Post-crisis ¿≠? Sistema de Vivienda Pre-crisis
SI
NO
HIPÓTESIS
CONTINUIDAD
¿Modelo Neoliberal Tardío?
HIPÓTESIS
NUEVO MODELO
NO
SI
Coyuntural
HIPÓTESIS
CONFIRMADA
NO
HIPÓTESIS
CONTINUIDAD
INTERRUMPIDA
SI
Fuente: elaboración propia
44
CAPÍTULO 2 METODOLOGÍA
45
Una vez explorados los principales enfoques teóricos con los que hemos construido
nuestras hipótesis, es momento de abordar la estrategia metodológica que nos va a
permitir aceptar o rechazar las mismas.
Recordemos antes que el objetivo principal es saber si tras la Crisis Financiera Global y
económica nacional (2007-2013) se ha producido un cambio hacia el modelo neoliberal
tardío en los sistemas de vivienda, tal y como apuntan autores como Aalbers (2016),
Forrest y Hirayama (2015). El nuevo modelo al que hacen referencia está basado entre
otras cosas en la restricción del acceso a la vivienda en propiedad y el desplazamiento
de la lógica especulativa al mercado del alquiler.
Para poder responder esta pregunta, nuestra estrategia de investigación se ha basado en
el estudio de caso. Para evitar problemas de validez interna hemos adoptado una
estrategia de análisis basada en el pattern matching o búsqueda de patrones (Yin 1994).
Nuestras técnicas de análisis son tanto de carácter cualitativo como cuantitativo. De
carácter cualitativo para analizar el cambio en las políticas de vivienda sectoriales y no
sectoriales. Las técnicas de análisis cuantitativo se basan en el análisis estadístico de
datos a través de una serie de indicadores.
Este capítulo está estructurado de la siguiente manera: en primer lugar vamos a dedicar
un apartado a explicar en qué consiste y en qué se basa el estudio de caso, incluyendo
sus posibilidades y limitaciones. En segundo lugar, expondremos la selección del caso.
En tercer lugar presentamos la operacionalización de los conceptos. En cuarto lugar
presentamos los “patrones” que representan a cada hipótesis. El quinto apartado está
dedicado a las técnicas de análisis. Finalmente recogemos las fuentes.
EL ESTUDIO DE CASO COMO ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN
En su mayor parte, los estudios sobre sistemas de vivienda se han nutrido de estrategias
de investigación basadas en el estudio de caso. Desde los primeros trabajos (Barlow y
Duncan 1995 Harloe 1995, Kemeny 1992, Donnison 1967,) hasta los más recientes
(Aalbers 2015, 2016, y Fernández y Aalbers 2016) el estudio de caso comparativo ha
sido el método más utilizado. Bien sea para identificar los diferentes modelos, bien sea
para analizar su evolución.
46
Ahora bien, como metodología, el estudio de caso es especialmente problemática por
varias razones. Por un lado, por el carácter indefinido de su naturaleza:
tradicionalmente se ha ubicado se ha ubicado en la metodología cualitativa. Sin
embargo, como apunta Yin (1989:24-25 en Cea D’Ancona 1996), los estudios de casos
“pueden basarse enteramente en evidencia cuantitativa y no necesitan incluir siempre
observaciones directas y detalladas como fuentes de evidencia”. Este trabajo es un
ejemplo de ello. Para Cea D’Ancona (1996: 1995) “El estudio de casos constituye una
estrategia de investigación de orientación diferentes a la encuesta, la experimentación, y
al uso de documentos y estadísticas; si bien puede hacer uso de las mismas técnicas de
recogida y análisis de la información”.
Así, podemos definir el estudio de caso como “una pregunta empírica que investiga un
fenómeno contemporáneo dentro de su contexto de vida real, sobre todo cuando los
límites entre el fenómeno y contexto no son claramente evidentes (Yin 1994:25). Sin
embargo, más allá de la importancia del contexto o la ausencia de límites precisos que
resalta Yin, seguramente sea la definición de Gerring la que mejor lo describa. Para él, el
estudio de caso es “an intensive study of a single unit for the purpose of understanding a
larger class of (similar) units” (2004:342).
Posiblemente esta falta de consenso sobre lo que es o deja de ser está íntimamente
relacionada con sus límites. Se trata de una metodología fuertemente criticada desde
posiciones cercanas al positivismo. A diferencia de las metodologías experimentales y
cuasi experimentales, las investigaciones basadas en un N reducido de casos acusan
importantes problemas de validez externa e interna, así como de fiabilidad.
La validez tiene que ver con la rigurosidad metodológica de una investigación cuyo
objetivo es sacar conclusiones más allá de los datos inmediatos –inferir- y llegar a algo
más amplio que no se observa directamente (della Porta 2013). Existen dos tipos de
validez: la interna y la externa. La primera hace referencia a la inexistencia de errores en
el diseño y realización de la investigación. La segunda, se refiere a la capacidad de
generalización que ofrecen los resultados de la investigación (Coller 2000). Pues bien, el
estudio de casos presenta importantes deficiencias a la hora de establecer inferencias
con un margen de error controlado.
Además, dado que las posibilidades de establecer correlaciones entre variables son
extremadamente limitadas, es muy difícil establecer relaciones causales, especialmente
47
de tipo estadístico, por lo que no son pocos los autores que rechazan el estudio de casos
por su incapacidad de ofrecer explicaciones de este tipo.
Sin embargo, a medida que nos distanciamos del enfoque positivista, el estudio de casos
va adquiriendo mayor relevancia y aceptación no solo a la hora de emprender estudios
exploratorios y de carácter descriptivo– tareas donde es evidente su utilidad-, sino
también para comprobar teorías e incluso aportar explicaciones a fenómenos concretos.
En efecto, una de las críticas más reiteradas sobre el carácter científico de este método
radica en las dificultades a la hora de ofrecer generalizaciones: cualquier inferencia
basada en un número reducido de casos seguramente esté fuertemente sesgada y su
margen de error será muy grande. Por ejemplo, resulta bastante arriesgado afirmar que
todos los gatos son negros basándonos en uno o dos simples casos. Ahora bien, no todas
las investigaciones y trabajos analíticos tienen entre sus objetivos realizar este tipo de
conclusiones ni aportar explicaciones de esta naturaleza. La ciencia también se nutre de
otro tipo de inferencias, de identificar otro tipo de relaciones causales y de aportar otro
tipo de explicaciones.
Si de lo que se trata es de establecer generalizaciones, el estudio de casos es
especialmente útil a la hora de realizar inferencias hacia la teoría (Yacuzzi 2005),
basándose en el tipo de comprobación llamado “falsación”. De acuerdo con Flyvbjerg:
El estudio de casos es ideal para la generalización utilizando el tipo de
comprobación que Karl Pooper ha llamado “falsación”, que en la ciencia social
forma parte de la reflexividad crítica. La falsación es una de las comprobaciones
más rigurosas a la que se puede someter una proposición científica: si una sola
observación no se ajusta a la proposición, ésta se considera no válida y debe ser, por
tanto, revisada o rechaza. El propio Popper usó el ahora famoso ejemplo de que
“todos los cisnes son blancos” y propuso que una única observación de un solo cisne
negro convertiría en falsa la proposición”.(2004: 41)
En otras palabras, el estudio de caso si bien no permite la generalización estadística, lo
que sí que permite es la “generalización analítica” (Yacuzzi: 2005).
En cuanto a las propiedades explicativas, si bien es cierto que el estudio de caso es el
método menos apropiado para encontrar relaciones causales de tipo probabilístico, el
estudio de casos es especialmente virtuoso para comprender unidades complejas “a
48
través del descubrimiento de las relaciones entre sus partes constituyentes” (della Porta
2013).
En este sentido, el estudio de caso es especialmente apto para identificar
mecanismos causales (della Porta 2013) pero también para encontrar relaciones
causales de tipo invariante o determinista (Mahonés y Goertz 2006). Este tipo de
relaciones causales se basan en identificar las condiciones necesarias y/o suficientes
para que pueda darse un fenómeno (Beach y Pedersen 2016).
Sin embargo, si bien queda demostrado la validez externa del estudio de casos y sus
posibilidades explicativas, en el campo de los estudios de vivienda el uso de este método
se ha producido para fines estrictamente descriptivos y taxonómicos a través de la
construcción de tipos ideales.
En este sentido, según Weber (en Ande Egg 1995: 25) para definir un tipo ideal es más
acertado empezar por definir lo que no es un tipo ideal. Un tipo ideal
.
no es una hipótesis, en cuanto que no es una proposición acerca de la
realidad concretaque puede ser verificada concretamente y ser aceptada en
este sentido como verdadera si se verifica. En contraste a esta relación con lo
concreto, el tipo ideal es abstracto por naturaleza.
.
no es una descripción de la realidad, si por esto se entiende un ente o
proceso con existencia concreta, al cual se corresponde un tipo ideal.
.
no es un promedio... en el sentido en que podemos decir que un hombre
promedio pesa 150 libras. Este hombre término medio no es un tipo ideal.
.
finalmente, tampoco es una formulación de rasgos concretos comunes a una
clase de entes concretos, por ejemplo, en el sentido de que tener barba es un
rasgo común a los hombres que los distingue de las mujeres.
En términos positivos, un tipo ideal “no es una descripción de la realidad, sino que está
destinado a ofrecer medios nada ambiguos de expresión a dicha descripción”; se trata de
una “idea”, de un “constructo ideal unificado”, “abstraído de ciertos rasgos” y poseedor
de “rasgos esenciales” (della Porta 2013:220).
Por su parte, según Ander Egg (1995):
49
la construcción de tipos o tipologías es la elaboración de un elemento heurístico que
intenta establecer un «puente» entre la necesidad de generalización que tiene la ciencia
y los fenómenos particulares que se confrontan en la realidad. Ahora bien, la operación
de construir tipos –denominada tipificación– consiste en seleccionar y acentuar una o
varias características de un fenómeno social a partir de un número significativo de datos
empíricos con el fin de simplificar y explicar lo existente. (1995:25)”
En ese sentido, cuando se realizaban los estudios comparativos entre países, cada caso
representaba un tipo ideal. Solo cuando la intención es profundizar al máximo se
emprenden estrategias de investigación basadas en un solo caso. Las razones de esta
ausencia residen en que si bien el estudio de un solo caso presenta múltiples virtudes a
la hora de por ejemplo identificar mecanismos causales, elaborar exhaustivas
descripciones o establecer inferencias analíticas, al mismo tiempo presenta sus mayores
defectos
como
los
anteriormente
mencionados:
imposibilidad
de
establecer
generalizaciones estadísticas e identificar relaciones de tipo probabilístico.
Sin embargo, como ya hemos argumentado, las limitaciones pueden ser solventadas si se
emprende una metodología coherente con los objetivos de la investigación y se elaboran
estrategias de análisis que garanticen una mínima validez interna. Para ello, como
veremos más adelante hemos adoptado la estrategia del pattern matching o búsqueda de
patrones. Antes de pasar a ver en qué se basa, veamos primero cuál es nuestro caso de
estudio y por qué lo hemos seleccionado.
SELECCIÓN DEL CASO: EL SISTEMA DE VIVIENDA ESPAÑOL
La selección del caso en los estudios de caso se produce a través del llamado muestreo
motivado (Coller 2000) y que consiste en seleccionar uno o varios casos de manera
deliberada y no aleatoria. Esta forma de selección ha sido frecuentemente acusada de
presentar importantes sesgos ya que en ella se suele optar por casos positivos por lo que
es fácil encontrar los resultados esperados.
Sin embargo, dependiendo de los objetivos de la investigación, en determinadas
situaciones resulta un tanto estéril analizar casos negativos. Por ejemplo, en ciencia
política el estudio de casos ha sido especialmente fructífero para analizar el fenómeno
de las revoluciones (véase Theda Skocpol 1979) sería bastante complicado analizar este
fenómeno con casos negativos. Lo mismo ocurre con los sistemas de vivienda, resulta
50
difícil analizar sus cambios tras la crisis si dentro de su sistema económico y financiero
no se ha producido ninguna. En ese sentido, para poder validar la tesis del cambio hacia
el modelo neoliberal tardío, el caso debe cumplir al menos la condición de haber sufrido
crisis financiera global.
En este sentido nos serviremos de dos indicadores para medir el impacto y alcance de la
crisis: tiempo de la crisis (años) e intensidad de la crisis. El tiempo de la crisis lo vamos a
medir en función de los años de recesión económica, esto es, crecimiento negativo del
producto interior bruto. Para la intensidad nos serviremos de la tasa de desempleo,
cuantos más años y más intensa sea la crisis, más idóneo será el caso.
Así, son muchos los países con economías avanzadas que han acusado una importante
crisis. Estados Unidos y parte de Europa han visto cómo sus economías quedaban
seriamente afectadas, primero por la Crisis Financiera Global, y seguidamente por la
crisis de la deuda soberana, lo que en muchos casos se tradujo en un largo periodo de
recesión económica. Adoptando la Eurozona como “muestra”, vemos que la media de
años que los países han sufrido recesión económica es de dos y medio. Pues bien, España
ha estado en situación de recesión económica cinco años, sólo superada por Grecia con
seis años de recesión (Tabla 1).
51
Tabla 1. Variación interanual del PIB de la Eurozona (2004-2015)
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Austria
2,7
2,1
3,4
3,6
Bélgica
3,6
2,1
2,5
Dinamarca
2,7
2,3
3,9
Estonia
6,3
9,4
Finlandia
3,9
2,8
Francia
2,8
Alemania
Grecia
Periodo de
recesión
1,5
-3,8
1,9
2,8
0,7
0,1
0,6
1
1
3,4
0,7
-2,3
2,7
1,8
0,1
-0,1
1,7
1,5
2
0,9
-0,5
-4,9
1,9
1,3
0,2
0,9
1,7
1,6
2
10,3
7,7
-5,4
-14,7
2,3
7,6
4,3
1,4
2,8
1,4
2
4,1
5,2
0,7
-8,3
3
2,6
-1,4
-0,8
-0,7
0,2
4
1,6
2,4
2,4
0,2
-2,9
2
2,1
0,2
0,6
0,6*
1,3*
1
1,2
0,7
3,7
3,3
1,1
-5,6
4,1
3,7
0,5
0,5
1,6
1,7
1
5,1
0,6
5,7
3,3
-0,3
-4,3
-5,5
-9,1*
-7,3*
-3,2*
0,4*
-0,2*
6
Irlanda
6,7
5,8
5,9
3,8
-4,4
-4,6
2
0
-1,1
1,1
8,5
26,3
3
Italia
1,6
0,9
2
1,5
-1,1
-5,5
1,7
0,6
-2,8
-1,7
0,1
0,7
4
Letonia
8,3
10,7
11,9
9,9
-3,6
-14,3
-3,8
6,2
4
2,9
2,1
2,7
3
Lithuania
6,6
7,7
7,4
11,1
2,6
-14,8
1,6
6
3,8
3,5
3,5
1,8
1
Luxemburgo
4,4
3,2
5,1
8,4
-0,8
-5,4
5,8
2
0
4,2
4,7
3,5
2
Malta
0,4
3,8
1,8
4
3,3
-2,5
3,5
1,4
2,7
4,6
8,4
7,4
1
Holanda
2
2,2
3,5
3,7
1,7
-3,8
1,4
1,7
-1,1
-0,2
1,4
2*
1
Portugal
1,8
0,8
1,6
2,5
0,2
-3
1,9
-1,8
-4
-1,1
0,9
1,6*
4
Eslovaquia
5,3
6,8
8,5
10,8
5,6
-5,4
5
2,8
1,7
1,5
2,6
3,8
2
Eslovenia
4,4
4
5,7
6,9
3,3
-7,8
1,2
0,6
-2,7
-1,1
3,1
2,3
3
España
3,2
3,7
4,2
3,8
1,1
-3,6
0
-1
-2,9
-1,7
1,4
3,2
5
Media
2,53
Fuente:
Eurostat y elaboración propia
* Datos provisionales
En cuanto a la intensidad, tomando la tasa de desempleo (Tabla 2) vemos que para el
periodo 2007-2015 en la eurozona había una media de un 10% de desempleo. Pues bien,
para el mismo periodo, la tasa de desempleo en España se sitúo por encima del 19%,
casi el doble que los países de su contexto. Ningún país, ni siquiera Grecia, superó la tasa
española.
52
Tabla 2. Tasa de Desempleo Eurozona (2007-2015)
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Media
Euro área (18 países)
7,5
7,6
9,6
10,1
10,1
11,4
12
11,6
10,9
Euro área (19 países)
7,5
7,6
9,6
10,2
10,2
11,4
12
11,6
10,9
10,09
(200710,11
2015)
Austria
4,9
4,1
5,3
4,8
4,6
4,9
5,4
5,6
5,7
5,03
Bélgica
7,5
7
7,9
8,3
7,2
7,6
8,4
8,5
8,5
7,88
Chipre
3,9
3,7
5,4
6,3
7,9
11,9
15,9
16,1
15
9,57
Estonia
4,6
5,5
13,5
16,7
12,3
10
8,6
7,4
6,2
9,42
Finlandia
6,9
6,4
8,2
8,4
7,8
7,7
8,2
8,7
9,4
7,97
Francia
8
7,4
9,1
9,3
9,2
9,8
10,3
10,3
10,4
9,31
Alemania
8,5
7,4
7,6
7
5,8
5,4
5,2
5
4,6
6,28
Grecia
8,4
7,8
9,6
12,7
17,9
24,5
27,5
26,5
24,9
17,76
Irlanda
4,7
6,4
12
13,9
14,7
14,7
13,1
11,3
9,4
11,13
Italia
6,1
6,7
7,7
8,4
8,4
10,7
12,1
12,7
11,9
9,41
Letonia
6,1
7,7
17,5
19,5
16,2
15
11,9
10,8
9,9
12,73
Lituania
4,3
5,8
13,8
17,8
15,4
13,4
11,8
10,7
9,1
11,34
Luxemburgo
4,2
4,9
5,1
4,6
4,8
5,1
5,9
6
6,4
5,22
Malta
6,5
6
6,9
6,9
6,4
6,3
6,4
5,8
5,4
6,29
Holanda
4,2
3,7
4,4
5
5
5,8
7,3
7,4
6,9
5,52
Portugal
9,1
8,8
10,7
12
12,9
15,8
16,4
14,1
12,6
12,49
Eslovaquia
11,2
9,6
12,1
14,5
13,7
14
14,2
13,2
11,5
12,67
Eslovenia
4,9
4,4
5,9
7,3
8,2
8,9
10,1
9,7
9
7,60
España
8,2
11,3
17,9
19,9
21,4
24,8
26,1
24,5
22,1
19,58
Fuente: Eurostat y elaboración propia
En resumen, España es el país que ha sufrido más intensamente la crisis y el segundo en
el que más ha durado. Por lo tanto es un caso apto para comprobar las teorías del
cambio del sistema de vivienda por consecuencias de crisis.
Además de cumplir con la condición necesaria para su análisis, el caso español nos
resulta de especial interés, primero porque en términos estrictamente académicos o
científicos es un caso fuera de lo común. No existe un acuerdo claro en la literatura sobre
de qué modelo de vivienda estamos hablando cuando nos referimos a este caso. Por un
lado, hay autores que lo incluyen en el modelo mediterráneo-familiarista (Allen 2006,
Leal 2004, Hoekstra et al 2010, Módenes y López Colás 2014), por otro, los sitúan en un
caso emblemático del modelo liberal (López y Rodríguez 2010), mientras que autores
como Fernández y Aalbers (2016) lo califican como un modelo “outsider”. Por lo que
resulta de especial interés tratar de esclarecer de qué modelo hablamos cuando
hablamos del caso español.
53
Una vez visto en qué consiste el estudio de casos como estrategia metodológica y tras
haber explicado y justificado la selección de nuestro caso, vamos a pasar ahora a la
operacionalización de nuestros conceptos e hipótesis.
OPERACIONALIZACIÓN DE LOS CONCEPTOS Y LAS HIPÓTESIS
LOS CONCEPTOS Y SUS INDICADORES
Para llevar a cabo el proceso de operacionalización del concepto de sistema de vivienda
se hace necesario primero proporcionar una definición operativa que “comprenda el
significado determinado que se da al concepto. Segundo, especificando los indicadores
empíricos que representarán a los conceptos teóricos, y se utilizarán para medir el grado
de existencia del concepto en determinados contextos.” (Cea D’Ancona 2001:124).
La diferencia entre una definición operativa y una definición teórica y nominal es que
aquella especifica cómo se medirá la ocurrencia de concepto determinado en una
situación concreta, mientras que la primera carece de precisiones necesarias para medir
los fenómenos a los que hace referencia el concepto (Cea D’Ancona 2001:124). Por
concepto puede entenderse –siguiendo a Bollen (1989)- cualquier idea que vincule
diferentes fenómenos (actitudes, comportamientos) bajo una misma etiqueta. (Cea
D’Ancona 2001:124)
En cuanto a los indicadores, podemos decir que estos constituyen propiedades
esencialmente manifiestas que, supuestamente, se hallan empíricamente relacionadas
con una propiedad latente o no observable (dimensión). De ellos se exige que sean
“expresión numérica, cuantitativa de la dimensión que reflejan” (González Blasco,
1989:235 en Cea D’Ancona 2001). Por lo que, en cualquier operacionalización de un
concepto habrá que encontrar, al menos, un indicador para cada dimensión del concepto
(íbidem) .”
En ese sentido, en este primer apartado vamos a exponer los conceptos claves así como
los principales indicadores de los que nos vamos a valer para comprobar y refutar las
hipótesis.
El concepto clave de nuestra investigación es el concepto de sistema de vivienda el cual
hemos definido como conjunto de arreglos institucionales y políticas públicas que
configuran una estructura de tenencia y forma de provisión de vivienda. Se trata de un
concepto compuesto por dos dimensiones: estructura de tenencia y forma de provisión.
54
La estructura de tenencia hace referencia a las formas institucionales mediante las cuales
“la posesión de la vivienda se acomoda con la propiedad de la misma” (Ruonovaara
1993: 12). Las dos formas mayoritarias de tenencia son el alquiler y la propiedad. Los
indicadores que nos van a servir para conocer cuáles son las formas predominantes de
tenencia son:
- El número y proporción de hogares según régimen de tenencia
- La proporción de hogares por edad del cabeza de familia y según régimen de tenencia.
- La proporción de hogares según régimen de tenencia y nivel de renta
- El número de transacciones de compra venta de viviendas.
- El número de contratos de alquiler
En cuanto a las políticas de vivienda que contribuyen y configuran este régimen nos
vamos a servir tanto de las medidas regulatorias y normativas (Planes de Vivienda,
Leyes del Suelo, Arrendamientos, de Vivienda, etc.)
como de indicadores más
cuantitativos como el gasto público (directo o indirecto) que compromete.
Por su parte, la dimensión de la “forma de provisión” recoge los aspectos relativos a la
producción, promoción y transacción de la vivienda. En este sentido, Barlow y Duncan
(1995) identificaron tres tipos (más un subtipo) de formas de provisión en función de
una serie de subdimensiones: especulativa, autopromoción y vivienda social con
beneficios limitados.
En términos operativos, el modelo especulativo se basa en un modelo de planificación
desregulado, en una producción de vivienda liderada por la iniciativa privada y y
orientado a la búsqueda de beneficios. El modelo de autopromoción se caracteriza por
una planificación de tipo informal, no regulada, orientada a reducir los costes y cuya
iniciativa la tienen los hogares o familias. En cuanto al modelo social con beneficio
limitado, la planificación urbana es de tipo “positiva”; esto es, muy regulada; la iniciativa
de la producción de viviendas recae en la administración pública y/o organizaciones sin
ánimo de lucro y los beneficios de la compra venta van destinados a sufragar los gastos
de la construcción.
55
En este sentido, los indicadores que nos pueden servir para identificar la forma de
provisión son:
- El número de viviendas construidas según el tipo de constructor (empresas, personas,
administración o cooperativas), y el tipo de planificación (positiva o negativa). Para
conocer el régimen de beneficio veremos si el precio de la vivienda depende del precio
del suelo o de los costes de los materiales de la construcción.
En lo que respecta a la vivienda en alquiler libre, la forma de provisión no fue
conceptualizada por estos autores, pero siguiendo su lógica podemos establecer como
indicadores: el tipo de propietario, si es mayoritariamente público o si es privado; el
grado de regulación y el tamaño del propietario.
En cuanto a la provisión pública de vivienda utilizaremos la proporción de las viviendas
bajo algún tipo de protección o subvención sobre el total de viviendas libres, y la
proporción de viviendas públicas en alquiler sobre las viviendas en propiedad.
Pasemos ahora a ver la operacionalización de las hipótesis en patrones.
56
Concepto
Definición
Dimensiones
Régimen de
tenencia
Políticas
sectoriales de
vivienda
Sistema
de
vivienda
Conjunto
de
arreglos
institucionales
y políticos a
través de los
cuales
se
articulan
las
formas
de
tenencia
y
provisión
de
vivienda
Subdimensiones
Estructura
Indicadores
Número de hogares/viviendas según
régimen de tenencia.
Demanda
Número de transacciones de compra
venta de vivienda y contratos de
alquiler
Planes Estatales y
Autonómicos de
Vivienda.
Gasto público
Planes estatales y Autonómicos
Régimen de
Beneficio
Forma de la
provisión de
vivienda en
propiedad
Forma
pública
de
provisión de
vivienda
Forma
de
provisión de
vivienda en
alquiler libre
Tipo de
planificación
Gasto público directo e indirecto
destinado a vivienda/PIB
Precio de la vivienda sobre el precio
del suelo. Precio de la vivienda sobre
el precio materiales
Grado de regulación de los usos del
suelo. (negativa, positiva o mixta)
Clase de
promotor
Número de viviendas construidas
según clase de promotor
Tasa de viviendas
pública sobre el
total
Número de viviendas de provisión
pública/número
de
viviendas
iniciadas
Tasa de vivienda
en alquiler/Tasa
de vivienda en
propiedad
Número de VPO n alquiler sobre el
total de VPO iniciadas
Clase
propietario
de
Número de grandes propietarios
Grado
regulación
de
Leyes de alquiler
Cuadro 3. Definición, dimensiones e indicadores del concepto sistema de vivienda.
57
LA OPERACIONALIZACIÓN DE LAS HIPÓTESIS: LA BÚSQUEDA DE PATRONES (PATTERN
MATCHING).
Para los estudios de caso Yin (1994) propone emprender estrategias de análisis con las
que garantizar cierto grado de validez interna. Una de las estrategias que propone se
denomina pattern matching o búsqueda de patrones y consiste en transformar las
hipótesis en patrones y analizar en qué medida las evidencias empíricas se ajustan a los
mismos.
Es importante señalar que Yin diferencia entre técnicas y estrategias de análisis. La
estrategia nos servirá para confirmar o rechazar nuestra hipótesis, mientras que las
técnicas serán los instrumentos con los que trabajaremos las evidencias empíricas.
Recordemos que nuestra intención es saber si los cambios producidos en el sistema de
vivienda español tras la crisis coinciden con las teorías del cambio de Rolnik (2013)
Aalbers (2016) y otros; y que apuntan el cambio hacia un modelo neoliberal tardío
caracterizado por un acceso a la vivienda mucho más restringido para las capas sociales
con rentas bajas. Frente a esta hipótesis, aparecen otras tres posibles hipótesis
alternativas. Por un lado, que se produzca un cambio en el sistema de vivienda pero que
este no coincida con las características señaladas por los defensores del modelo
neoliberal tardío (Hipótesis Alternativa Nuevo Modelo). Una segunda hipótesis
alternativa basada en la inexistencia de cambios importantes en el sistema de vivienda
español, es decir, que la características del sistema se hayan mantenido estables a los
largo de estos nueve años (Hipótesis Alternativa Continuidad). La última hipótesis
sostiene que si bien se han podido producir cambios durante la crisis, estos han sido
meramente coyunturales (Hipótesis Continuidad Interrumpida).
OPERACIONALIZACIÓN DE LOS PATRONES
Para poder confirmar o rechazar las hipótesis propuestas debemos operacionalizarlas
en forma de patrones:
Cambio Neoliberal Tardío
Para confirmar la hipótesis del modelo liberal tardío las evidencias empíricas deben
mostrar, por un lado, unas políticas de vivienda en las que haya disminuido
sustancialmente el fomento de la vivienda en propiedad y una reducción significativa en
58
los niveles de gasto. La forma de provisión de este modelo debe ser de carácter
especulativo y liberalizado tanto para la vivienda en propiedad como en alquiler. La
provisión pública de vivienda debe ser en régimen de alquiler pero puntual y muy
residual.
Estos cambios se traducen en un descenso de los hogares en régimen de propiedad,
especialmente de los hogares jóvenes y con niveles de renta bajos.
Cambio Nuevo Modelo
Para cumplirse la hipótesis del nuevo modelo el sistema de vivienda post burbuja
deberá presentar unas políticas de vivienda que fomenten otro tipo de régimen de
tenencia, su nivel de gasto supere el 1%.
La forma de provisión de vivienda en propiedad y en alquiler deberá presentar una
mayor regularización, y el beneficio deberá estar controlado. Finalmente para cumplirse
esta hipótesis en la dimensión de la forma de provisión, deberá haber un crecimiento de
la provisión pública de vivienda en alquiler.
Continuidad
Sin embargo, si las evidencias muestran que durante la crisis no se ha producido un
cambio sustancial en las políticas de vivienda o en la forma de provisión de la vivienda
en propiedad, en alquiler o pública, confirmaremos la hipótesis continuidad. En efecto,
si las políticas de vivienda están destinadas a favorecer la vivienda en propiedad y la
suma del gasto directo e indirecto oscila en torno al 1% del PIB; y además no hay
cambios en la regulación de la forma de planificación ni en el mercado del alquiler, y la
forma pública de provisión es reducida y se produce en forma de vivienda en propiedad,
deberemos confirmar la hipótesis continuidad.
Continuidad Interrumpida o Cambio coyuntural
Sin embargo, lo que si encontramos son dos tendencias dentro del periodo analizado
(2007-2016), una de crisis y otra de recuperación, así como la adopción de medidas de
carácter temporal. De ello podemos concluir que el proceso de cambio del sistema de
vivienda es de carácter meramente coyuntural.
59
Cuadro 4. Hipótesis y patrones
Patrones
Neoliberal
Continuidad
Dimensión Tardío
Nuevo Modelo
Interrumpida
Continuidad
Dominio
Hegemónico
Propiedad,
Descenso
distribución
Descenso
vivienda
en vivienda
edad;
propiedad,
tenencia
aumenta
aumento
alquiler
para otras formas de
y tenencia
rentas bajos.
poco
de
la
vivienda en alquiler y un
o Cambios
(2008-2013)
en alquiler
muy
protagonismo
de
de vivienda social temporales
niveles
bastante
homogénea por renta y por
en
Régimen de propiedad
jóvenes
con
parque
de
público
viviendas
en
alquiler
residual.
Especulativa
tanto
en
la Forma
vivienda libre en provisión
propiedad como especulativa
Sistema
Formas de alquiler.
de
Provisión
vivienda
de
Especulativa en la vivienda
no
en
o
semidesregulado
aumento de la
vivienda
Residual en la provisión
pública
provisión
pública
vivienda
y
Cambios
en favorece
el Temporales
alquiler
en
y
en
la
alquiler.
Residual y a favor de la
de
de vivienda.
propiedad
propiedad
propiedad
(2008-2013)
Las políticas de vivienda en
términos presupuestarios
Las políticas de
en torno al 1% del PIB;
vivienda
promoción
Políticas de presentan
un
pública
Vivienda
del
propiedad.
descenso
gasto público y
fiscal
de
en
favorable
de
promover
la A favor de la construcción y Desregulado
vivienda
en vivienda
propiedad
Promoción de la vivienda
alquiler
vivienda
60
régimen
de
Tratamiento
deja
en compra
vivienda
en
a
la
propiedad.
acceso
al
de crédito y semidesregulado
control de alquileres.
TÉCNICAS DE ANÁLISIS
Las técnicas de análisis en las que nos vamos a basar para trabajar el material empírico
son, por un lado, de tipo estadístico descriptivo para los indicadores cuantitativos, y por
otro el análisis de contenido de tipo cualitativo para las políticas de vivienda.
Para el análisis de las políticas de vivienda, esto es leyes autonómicas de vivienda,
planes estatales de vivienda y ley de arrendamientos urbanos, nos serviremos del
análisis cualitativo, en concreto del análisis de políticas públicas basado en las tres
dimensiones conceptual, operacional y sustantiva (Larrue, Subirats, and Varone 2008)
de contenido, con el que analizaremos qué régimen de tenencia promueven. En ese
sentido nos ceñiremos a estudiar la dimensión conceptual de las políticas, esto es, la
conceptualización del problema y objetivos de la misma.
FUENTES
En este apartado, antes de pasar a enumerar las fuentes estadísticas de las que nos
serviremos nos gustaría señalar los problemas y las limitaciones con las que nos hemos
encontrado al buscar información relacionada con el mercado de la vivienda,
especialmente la relacionada con el alquiler en el ámbito estatal español. Por razones
que se nos escapan no hay datos estadísticos públicos y por tanto fiables sobre las
características de los propietarios de las viviendas en alquiler, si son grandes o
pequeños, muchos o pocos. Como veremos en el capítulo de la tenencia, tampoco
disponemos de datos sobre el precio del alquiler, ni siquiera el número de viviendas en
alquiler ni el número de contratos anuales. Se trata de una carencia y debilidad del
sistema estadístico español que han venido subrayando y denunciando numerosos
investigadores como Palacios (2008) o Inurrieta (2007). Dicho esto y habiendo
comentado las limitaciones con las que contamos, veamos a continuación el conjunto de
fuentes de los que nos hemos servido en este estudio.
Los datos y la información en la que nos vamos a basar para recopilar el material
empírico son datos publicados en diferentes fuentes secundarias, en concreto la
publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de diferentes estudios
como el Censo de Población y viviendas, la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) o la
Encuesta Continua de Presupuestos Familiares. Otras fuentes son los datos publicados
61
por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) sobre renta, inclusión social y
condiciones de vida.
Estos son los indicadores y las fuentes de donde hemos obtenido la información.
POLÍTICAS DE VIVIENDA:
Gasto Directo Estado: Gasto consolidado recogido en los Presupuestos Generales del
Estado, correspondiente a los programas de gasto: Dirección y Servicios Generales de
Vivienda; Promoción, admón. y ayudas para rehabilitación. y acceso a vivienda;
Ordenación y fomento de la edificación; Urbanismo y política del suelo. Secretaría de
Estado de Presupuestos y Gastos.
Gasto Indirecto Estado y CCAA: Deducciones y ajustes Generales. Vivienda IRPF, Parte
Estatal y Parte Autonómica. BADESPE, Instituto de Estudios Fiscales.
Gasto Directo CCAA: Presupuestos de las Comunidades Autónomas (datos
consolidados) Capítulo del 1 al 9. Secretaría General de Financiación Autonómica y
Local.
Planes de Vivienda Estatales: Boletín Oficial del Estado.
Políticas Autonómicas: Códigos de Vivienda del Ministerio de Fomento
Grado de regulación. Leyes del suelo, Boletín Oficial del Estado.
FORMA DE PROVISIÓN
Precio medio m2 de la vivienda libre. Precios medios de viviendas (nuevas y de
segunda mano) en oferta en todas las capitales de provincia. Para la elaboración de la
estadística se utiliza como fuente de información los datos de los informes de tasación
procedentes de las empresas tasadoras de inmuebles situados en España, y que
pertenecen a la Asociación Española de Análisis del Valor (AEV). La AEV es una entidad
sin ánimo de lucro que está integrada por las principales Sociedades de Tasación en
España. Fuente Ministerio de Fomento y Banco de España a partir de los datos recogidos
por la Sociedad de Tasación.
Precio medio m2 suelo urbano: Estadística censal obtenida a partir de los datos
remitidos trimestralmente por el Colegio de Registradores de la Propiedad y
Mercantiles. Ministerio de Fomento.
62
Índices de costes sector de la construcción. El índice de costes de la construcción es
un indicador coyuntural que elabora el Ministerio de Fomento y que tiene como objetivo
medir la evolución, en términos económicos, del sector de la construcción. El Indicador
se mide a partir de dos perspectivas: mano de obra, que representa el coste total de
todos los trabajadores de la empresa, y consumos intermedios, que representan los
bienes y servicios utilizados para producir los bienes y servicios finales. Ministerio de
Fomento.
Clase de promotor: Visados por obra nueva, reforma y ampliación según clase de
promotor. Esta estadística se realiza con los datos administrativos de los visados de
encargo profesional de dirección de obra y de los certificados de fin de obra. Ministerio
de Fomento.
Número de viviendas en alquiler, en propiedad, en cesión. Censo de Población y
Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Número de SOCIMIS. Mercado Alternativo Bursátil. El Mercado Alternativo Bursátil –
MaB- facilita a estas empresas un acceso sencillo y eficiente al mercado de valores. Es
una plataforma diseñada para que las pequeñas empresas con proyectos de expansión
puedan beneficiarse de las ventajas del mercado: financiación, visibilidad, liquidez,
valoración, etc.
Viviendas iniciadas libres. Los datos mensuales de viviendas libres iniciadas se
obtienen aplicando un coeficiente corrector a las viviendas libres visadas tres meses
antes al mes objeto de la estimación, debido a que no todas las viviendas proyectadas y
visadas por los Colegios de Arquitectos llegan a iniciarse.
Viviendas iniciadas protegidas. Basado en el número de viviendas con calificación
provisional. La calificación provisional es el acto administrativo por el que se otorgan
provisionalmente los derechos y obligaciones derivados del régimen legal de protección,
ya que el proyecto cumple con las disposiciones legales vigentes. Los datos van referidos
a actuaciones promovidas en el ámbito de planes estatales de vivienda y se basan en los
convenios de colaboración establecidos con las Comunidades Autónomas, con la
excepción de Navarra y País Vasco, donde se recoge información de sus propios planes
autonómicos, debido a su sistema especial de financiación. Fuente: Banco de España y
Ministerio de Fomento.
63
RÉGIMEN DE TENENCIA
Hogares según régimen de propiedad, alquiler y cesión: Hasta 2004, Encuesta
Continua de Presupuestos Familiares (ECPF); desde 2005, Encuesta de Condiciones de
Vida (ECV). Fuente Indicadores del Mercado de la vivienda, Banco de España. Instituto
Nacional de Estadística
Hogares según régimen de tenencia y edad de la persona de referencia: Hasta
2004, Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF); desde 2005, Encuesta de
Condiciones de Vida (ECV). Fuente Indicadores del Mercado de la vivienda, Banco de
España. Instituto Nacional de Estadística
Distribución de la población por régimen de tenencia, tipo de hogar y grupo de
ingresos. La fuente es la estadística Income, Social Inclusion and Living Conditions (EUSILC survey) de la Oficina Estadística Europea Eurostat.
Transferencias por compra venta de viviendas. La Estadística de Transacciones
Inmobiliarias iniciada en 2004 ofrece, trimestralmente, información relativa a las
compraventas de viviendas elevadas a escritura pública ante notario, así como el valor
total y medio de las viviendas transmitidas en compraventa. Ministerio de Fomento
Contratos de viviendas en alquiler. La información sobre el alquiler de viviendas se
obtiene a partir de las fianzas de alquiler disponibles en el INCASOL. Los datos los
publica el Instituto de Estadística de Cataluña.
64
CAPÍTULO 3. EL SISTEMA ESPAÑOL PRE CRISIS: DEL
MODELO FAMILIARISTA A LA DERIVA NEOLIBERAL.
65
Hasta el momento hemos tratado el marco teórico y la estrategia metodológica que
guían esta investigación. Antes de pasar a abordar el material con el que verificaremos
las hipótesis, vamos a detenernos en los rasgos y características más importantes del
sistema de vivienda español existente antes de la crisis, con el objetivo de conocer con
más detalle nuestro caso de estudio.
El capítulo se estructura en dos bloques: en primer lugar, ubicaremos el caso dentro de
la literatura especializada sobre sistemas de vivienda, en concreto dentro del enfoque de
la divergencia. En segundo lugar presentaremos de manera sintética la evolución del
modelo hasta el fin de la burbuja especulativa y el inicio de la crisis.
EL MODELO ESPAÑOL EN EL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE VIVIENDA
Dentro de la literatura especializada en sistemas de vivienda, el modelo español ha sido
frecuentemente incluido dentro de los llamados modelos familiaristas mediterráneos
(Allen 2006, Echávez 2015, Leal 2005, Módenes y López Colás 2014, Martínez del Olmo
2013). Especialmente desde posiciones cercanas al enfoque de la divergencia, su
configuración actual es considerada como el resultado del mantenimiento y continuidad
de determinados arreglos institucionales y políticas públicas heredadas del régimen
franquista. Frente a esta lectura, autores vinculados al enfoque de la economía política
(López y Rodríguez 2010, Naredo y Montiel 2011, Palomera 2014), en el cual nos
incluimos, sostienen que si bien el modelo español presenta elementos procedentes del
legado institucional del régimen franquista, el sistema de vivienda precrisis es también
el resultado de cambios institucionales y políticos producidos durante la democracia,
interpretados en clave de transición de un modelo familiarista de vivienda a uno
neoliberal.
En efecto, autores como Allen (2006), Leal (2004), Hoesktra et al. (2010), se han servido
de casos como el español para aportar evidencias empíricas con las que defender la
teoría de la divergencia, a la que hemos hecho referencia en capítulos anteriores.
Se trata de una tesis que se inscribe en la tradición teórica surgida a partir del trabajo de
Esping Andersen y su obra The Three Worlds of Welfare Capitalism (1990). Sin embargo,
este autor excluyó de su estudio los casos del sur de Europa. Leibfried (1992) fue el
66
primero en calificar de “rudimentario” el modelo de bienestar de estos países. Más tarde,
autores como Ferrara (1996), Moreno (2001) o Andreotti et al. (2001) subrayaron el
carácter diferencial de los regímenes de bienestar de los países del sur de Europa,
resultante de una serie de aspectos particulares. De entre éstos, cabe destacar: la
existencia de una parte considerable de la economía en la esfera sumergida, un mercado
de trabajo informal extenso, la ausencia de una tecnocracia estatal, la permanencia del
clientelismo político, las disparidades territoriales importantes y la expansión de estos
sistemas en un momento en que otros Estados de bienestar continentales se estaban
enfrentando al proceso de reestructuración (Ferrara 1996 y Rhodes 1996, citado en
Martin 2015:5). No obstante, uno de los elementos que mejor explican el carácter
diferencial del modelo mediterráneo es el papel de la familia. En este sentido, Andreotti
et al. (2001) destaca el alto grado de subsidiarización de la misma,
así como la
relevancia de la figura del cabeza de familia (varón) en el mercado de trabajo. Se trata de
un modelo de bienestar en el que “el Estado solo interviene cuando la familia falla”
(2001: 44). La institución familiar se convierte así en una fuente de provisión de
bienestar, tanto mediante transferencia de rentas de tipo intergeneracional como,
especialmente, mediante bienes y servicios, estos últimos en forma de cuidados cuya
principal provisora es la mujer. Según estos autores, el origen de este modelo hay que
buscarlo en una industrialización marcada por un débil proceso de proletarización
(Andreotti et 2001:50) en su paso de una economía agrícola a una economía de
servicios.
Por su parte, Moreno (2001) sintetiza los rasgos distintivos del régimen de bienestar
mediterráneo en función de “a) necesidades y estilos de vida diferentes; b)
microsolidaridad familiar, y c) conjunción entre universalismo y selectividad. (…)
Destacando dentro de su dimensión cultural y axiológica la extendida práctica del acceso
a la vivienda a través del régimen de propiedad” (2001: 71).
Esa “dimensión cultural y axiológica”, más conocida como “cultura de la propiedad”, ha
sido explicada a través de la propuesta de Kemeny (1981, 1992, 1995) y Castles y
Ferrera (1996) en relación a la función compensatoria de la vivienda. Como ya vimos en
capítulos anteriores, en sistemas de bienestar rudimentarios la vivienda se convierte en
esa “malla de seguridad” con la que los hogares compensan sistemas de protección
social débiles.
67
Sin embargo, autores como López y Rodríguez (2011), Naredo (1996) y Naredo y
Montiel 2011 y Palomera (2014), a los cuales nos sumamos, consideran que el modelo
español de vivienda no es solo fruto de la continuidad de elementos importantes del
régimen franquista -como la figura de la VPO o la dependencia económica del sector de
la construcción. También es producto de determinados cambios institucionales
producidos durante la democracia. En particular, del conjunto de desregulaciones y
liberalizaciones que tuvieron lugar durante los 80 y 90 en ámbitos como el sistema
financiero o la planificación urbana, con el consiguiente “dominio hegemónico” (López y
Rodríguez 2010:270) de la propiedad como forma mayoritaria de acceso a la vivienda.
“Sin duda, aunque el lugar común «España: un país de propietarios» tiene su origen
en esta fase desarrollista del mercado de la vivienda en España [durante el
franquismo], hay que distinguir entre las funciones políticas de la vivienda en
propiedad y las funciones económicas que ésta fue asumiendo progresivamente a
través de medios propiamente financieros. De hecho, sin necesidad de suponer que
el progreso de dominación política que conllevó la generalización de la propiedad
fuese dado, de una vez por todas, en la etapa franquista, lo cierto es que el
posicionamiento de la vivienda como activo financiero central de las familias
requirió de una larga serie de transformaciones institucionales”.
Son estas transformaciones institucionales las que poco a poco fueron generando un
viraje en la trayectoria del sistema de vivienda español, consumando una fase de cambio
que la literatura especializada ha denominado proceso de convergencia (Harloe 1995,
Whitehead 2003, Malpass 2008).
En este sentido, podemos establecer al menos tres etapas (ilustración 2) en la evolución
del sistema de vivienda español. Una primera etapa seminal y de configuración del
modelo, que abarcaría la última década larga del franquismo, es decir, desde las
reformas de principios de los 60 hasta la llegado de la democracia. Una segunda etapa,
con el fin de la dictadura franquista y los primeros gobiernos socialistas, donde se inicia
la configuración multinivel de las políticas de vivienda y el proceso de modernización
del sistema. Y una tercera etapa, con la entrada en la Unión Económica Europea en 1986
y la profundización del proceso de liberalización con los sucesivos gobiernos
conservadores y socialistas. Queda pendiente saber si tras la crisis del 2007 se ha
68
iniciado una nueva etapa es un escollo en la etapa neoliberal. Veamos con detenimiento
los principales hitos de este proceso.
PRIMERA ETAPA: LA CONSTITUCIÓN DEL SISTEMA DE VIVIENDA
Al igual que otros países del entorno europeo (Balchin 1996), el sistema de vivienda
español hunde sus raíces en el proceso de reconstrucción producido tras la Guerra Civil.
No obstante, en España ya se habían producido las primeras medidas intervencionistas
en materia de vivienda. Desde la segunda mitad del siglo XIX, de la mano
y del
reformismo social finisecular, se van adoptando diferentes medidas destinadas a
mejorar o paliar las penosas condiciones de vida que sufrían las clases trabajadoras
urbanas. Estas medidas se verían amparadas por legislaciones de cierto carácter social
en materia de política de vivienda, como las sucesivas Leyes de Casas Baratas3 (Sánchez
2002).
Durante la Segunda República Española, bajo el gobierno de Alejandro Lerroux, se
aprueba la Ley de la Previsión contra el Paro o "ley del Salmón" (26 de junio de 1935),
que pretendía luchar contra el desempleo incentivando la construcción de viviendas
baratas mediante la concesión de ventajas fiscales a los constructores.
Con estos antecedentes, el franquismo aprobaría sus primeras medidas en materia de
vivienda muy pronto, al poco de terminar la contienda. Ya en abril de 1939 se constituye
el Instituto de la Vivienda, principal organismo encargado de llevar a cabo las políticas
de vivienda en España hasta la constitución del Ministerio de Vivienda en 1957. Esta
primera etapa está marcada por la incapacidad del sector público para satisfacer las
enormes necesidades de vivienda (Sánchez 2002). Sin embargo, no será hasta bien
avanzado el régimen, durante el llamado “desarrollismo económico”, cuando se
adoptarán las medidas de mayor calado para la configuración actual del sistema de
vivienda español (Palomera 2014).
3
En concreto, estas leyes fueron ley de 12 de junio de 1911, ley de 10 de diciembre de
1921, Ley de octubre de 1924 sobre “Casas Baratas”, Decreto Ley de 29 de julio de 1925 (Casas
Económicas) y Decreto Ley de 13 de agosto de 1927.
69
En la primera etapa se destinan diferentes ayudas según el tipo de vivienda. Se trata de
un momento en donde se promulgan distintos tipos de vivienda pública, como las
viviendas bonificables, las viviendas protegidas o las viviendas de clases medias. Sin
embargo su producción es francamente escasa: si la estimación de necesidades de
vivienda oscilaba sobre las 70.000 viviendas anuales entre 1944 y 1955, solo se llegan a
construuir en torno a 16.000 cada año (Sánchez 2002).
Cabe recordar que todavía en 1950 la estructura de tenencia presentaba un cierto
equilibrio, solo un 46,9% eran viviendas en propiedad y en las principales ciudades esta
cifra no superaba un 5% en Madrid y un 6% en Barcelona (López y Rodríguez 2010).
Sin embargo el régimen de tenencia se va desplazando poco a poco hacia la vivienda en
propiedad, por mor de las así llamadas políticas de “apoyo a la piedra”. Básicamente, lo
que definía las políticas de vivienda franquistas es que estaban destinadas “al lado de la
oferta”, es decir, a los promotores. Estas políticas consistían en préstamos de entidades
de crédito públicas y privadas, a interés más reducido que el del mercado, subvenciones,
primas estatales, exenciones y bonificaciones tributarias. (Fuente: Fundación Nacional
Francisco Franco 4 ). Este conjunto de normas de financiación cualificadas para los
promotores fue el pilar financiero del esfuerzo público por constituir una “sociedad de
propietarios”5.
En la segunda etapa del franquismo, la política de vivienda adquiere mucha mayor
relevancia. En 1954 se aprueba la Ley de Arrendamientos Urbanos, medida a la que
muchos autores (Leal 2004, Sánchez 2002, Pareja y Sánchez 2012) atribuyen la
responsabilidad de la inexistencia de un mercado de alquiler competitivo. La ley
“congela” en la práctica la renta del alquiler, al establecer la obligatoriedad de la
prórroga de los contratos de forma indefinida. El objetivo de esta ley era evitar espirales
especulativas, especialmente en los entornos urbanos, donde la migración del campo a la
4
http://www.fnff.es/Politica_de_Viviendas_53_c.htm
La consecución de la sociedad de propietarios fue un objetivo enunciado por el entonces titular
del Ministerio de la Vivienda, José Luís Arrese, en 1957. Para este arquitecto e ideólogo
franquista, una sociedad de propietarios era la mejor manera de conseguir la paz social, en su
discurso ante el pleno de las Cortes presentando el Plan de urgencia social dice “ el hombre,
cuando no tiene hogar, se apodera de la calle y, empujado por su mal humor, se hace subversivo,
agrio, violento…” (Naredo y Montiel 2011: 31)
5
70
ciudad estaba produciendo un aumento muy importante de la demanda de vivienda en
alquiler.
Por lo que respecta a los Planes de Vivienda, el primer plan de vivienda se aprueba ese
mismo año, se trata del Plan Nacional de Vivienda 1955-1960. Se calcula que con él se
construyeron unas 775.423 viviendas (Sánchez, 2002). El siguiente Plan (1961-1976)6,
ya en plena etapa “desarrollista”, supone un “primer intento serio de planificación en
materia de vivienda” (Sánchez 2002: 111). Este período representa, junto con los años
del boom inmobiliario que veremos más adelante, la etapa de mayor expansión de la
construcción. Según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, en 1940 había
en las distintas provincias españolas 5.803.361 viviendas, lo que correspondía a 4,48
habitantes por vivienda. En el año 1970, es decir, 30 años más tarde, el número de
viviendas ascendía a 10.658.882, lo que significa un incremento del 83,6 %,
correspondiendo a cada vivienda 2,99 habitantes (Fuente: Fundación Nacional Francisco
Franco7). Según la misma fuente, el número de viviendas al que se aplicó algún tipo de
régimen de protección entre 1943 y 1974 fue de 3.190.960 viviendas, cuya proporción
en las principales provincias y ciudades españolas fue muy considerable: Álava 50,3 %;
Madrid 46 %; Vizcaya 64,4 %; Barcelona 34,3 %; Guipúzcoa 43,3; Valladolid 50,7%. La
proporción global de viviendas protegidas construidas de 1943 a 1974 respecto a las
edificadas en el período 1940-1970, fue del 65,7 % (Fuente: ibidem).
Sin embargo, a pesar de la expansión y producción de viviendas, la intervención pública
directa y el mercado del alquiler asequible son prácticamente inexistentes. Según
Sánchez (2002), entre 1962 y 1976 el promedio de viviendas de protección promovidas
por promotores públicos sobre el total de viviendas protegidas es de un 7%, y las
viviendas en régimen de alquiler tan solo representan el 3,8%.
Hay distintas interpretaciones de esta escasa importancia de la vivienda en alquiler.
Para algunos autores se debe a la poca rentabilidad que esta opción significaba para los
inversores (Sánchez 2002, Trilla 2001). Para otros, como López y Rodríguez (2010), esa
pérdida de peso de la promoción pública de vivienda en alquiler estaba asociada a
razones más de tipo político que económico:
6
El I Plan (1964-1967), el II Plan (1968-1971) y el III Plan (1972-1975).
7
http://www.fnff.es/Politica_de_Viviendas_53_c.htm
71
“para la dictadura, la generalización del acceso a la vivienda de protección oficial
en alquiler, podía suponer la aparición de múltiples focos de conflicto político en la
interlocución directa entre inquilinos y Estado. En consecuencia, la política de
vivienda intentó deshacerse, desde muy pronto, de este tipo de problemas mediante
la generalización de la vivienda en propiedad” (2010:270).
En conclusión, la política de vivienda del franquismo se basó en un sistema de ayudas y
subsidios que –en el marco de planes plurianuales- trató, ante todo, de incentivar la
construcción de las mismas, dejando en un segundo plano las características
socioeconómicas de la población y sus necesidades. En todo este proceso el gran
olvidado fue el urbanismo (Sánchez 2002). Básicamente la planificación urbana del
franquismo se basó en la premisa “primero viviendas, después urbanismo” (ibídem:
112). Esta falta de planificación derivó en grandes problemas urbanísticos, carencias
dotacionales y muy malas condiciones de habitabilidad, que serán a la postre germen del
movimiento vecinal de finales del franquismo (Castells 1983, Villasante 1984).
Esta etapa tiene como principal resultado el incremento significativo del parque de
viviendas, “entre los años 1961 y 1973, se construyeron en España 3.347.768 viviendas,
que se ampliaron con 358.460 en 1974 y con 374.391 en 1975; en total, en estos catorce
años, se levantaron 4.080.619 viviendas, lo que quiere decir que, al menos en los
últimos, se superó la cifra de mil viviendas terminadas y entregadas por día” (Fundación
Nacional Francisco Franco8). En el censo de 1970 el parque de viviendas ascendía a
10.658.882 unidades, de las cuales el 63.4% ya eran viviendas en propiedad y el 30.1%
todavía en alquiler.
El año 1973 marca, con el comienzo de la crisis económica internacional, el final de casi
quince años de fuerte desarrollo económico en el país, al que se une pocos años más
tarde el fin del régimen franquista y el inicio de la Transición Democrática. Con todo,
tanto para España como para los países del capitalismo avanzado, los acontecimientos
de los últimos años de la década de los 70 suponen un antes y un después en su historia
económica, social y política (Hobsbawm 1995).
8
http://www.fnff.es/Politica_de_Viviendas_53_c.htm
72
SEGUNDA ETAPA: EL PROCESO DE MODERNIZACIÓN DEL SISTEMA DE VIVIENDA.
Durante la década de los 70, España, y buena parte de los países europeos, sufren
importantes cambios de la mano de la crisis del petróleo de 1973. Comienzan a
adoptarse las primeras medidas de liberalización y se inicia el proceso de
reestructuración y desmantelamiento del Estado de bienestar (Mishra 1984, Navarro
1996, Hay y Wincott 2012). En nuestro país, este proceso coincide con la muerte del
dictador Francisco Franco, y la Transición Democrática. Así, los primeros gobiernos de
la democracia se encontraron con una situación económica y política muy complicada,
caracterizada por un alto grado de conflictividad social y política (Sánchez-Cuenca,
2009). A efectos del sistema de vivienda, se pueden observar tensiones a la hora de
definir un modelo. En ese sentido, debemos entender la segunda etapa en términos
transicionales, en donde podemos encontrar tanto medidas de carácter redistributivo
como importantes desregulaciones. Además, durante este período se fragua también la
configuración multinivel de las políticas de vivienda (Gomá 2003). Configuración que,
como veremos más adelante, reserva el papel principal a la administración central del
estado, muy por encima del que podían ejercer las Comunidades Autónomas y las
administraciones locales, a pesar de tener las Comunidades Autonómas transferidas las
competencias en materia de política de vivienda.
La primera parte de esta etapa se caracteriza más bien por las dificultades propias de un
proceso social y político de estas características. Sin embargo, algunas medidas
importantes se adoptan en esos primeros años, entre las que cabe destacar la
incorporación de criterios de equidad a la intervención pública en materia de vivienda y
la modernización financiera.
En efecto, durante el franquismo, las políticas de vivienda se justificaban en función de
criterios de crecimiento económico y eficiencia. Es decir, el Estado trataba bien de
solventar los fallos del mercado, bien de engranar la máquina de crecimiento económico
a través del sector inmobiliario (Naredo y Montiel 2011). A estos objetivos de carácter
económico se suman, con el cambio político e institucional, otros de carácter más social.
Así, en la propia Constitución Española se incorpora el artículo 47, que reconoce no solo
el derecho a una vivienda digna, sino también la utilización del suelo de acuerdo con el
73
interés general para impedir la especulación (artículo 47, párrafo primero) y la
participación de la comunidad en las plusvalías generadas por la acción urbanística de
los entes públicos (artículo 47, párrafo segundo).
En las políticas sectoriales propiamente dichas, aparecen medidas dirigidas “al lado de la
demanda”. Según Leal (2010:49) “a partir de los años ochenta se produjo un cambio
notable en la intervención pública, de forma que siguiendo el ejemplo francés se trató de
pasar de “ayudas a la piedra” a ayudas a la persona, es decir de los créditos y ayudas a
los promotores a una serie de medidas en las que los receptores eran los hogares que
adquirían una vivienda”
Sin embargo, estas medidas de apoyo a la persona tienen en su mayor parte un carácter
fiscal, consistiendo en diferentes tipos de deducciones sobre las cantidades invertidas en
la adquisición de la vivienda. Los porcentajes van cambiando a lo largo de los años, pero
se trata en todo caso de una medida con efectos nulos en la redistribución de la riqueza,
que favorece a las rentas más altas, por lo que si bien hay un cierto viraje en las políticas
de vivienda, estas mantienen su carácter regresivo.
Otra medida importante de este período es la unificación de todos los regímenes de
protección en una sola figura, la Vivienda de Protección Oficial, regulada mediante el
Real Decreto Ley 31/1978 de 31 de octubre, sobre política de viviendas de protección
oficial.
En 1982 se celebran elecciones. El Partido Socialista Obrero Español triunfa, y Felipe
González se convierte en presidente del gobierno. En esta parte del proceso, aun
existiendo un intento de incorporar mejoras en el acceso a la vivienda en las políticas de
vivienda -como la institucionalización del régimen especial-, resultan más definitorias
las medidas de desregulación que darán paso al primer boom inmobiliario.
Por lo que respecta a los planes de vivienda, en esta primera fase de la democracia se
producen dos: un primer plan (1981-1983) dirigido explícitamente a luchar contra el
desempleo, y un segundo durante el primer mandato del gobierno socialista. El Plan
Estatal de Vivienda 1981-1983 se propone como objetivo “fomentar la construcción de
74
Fase II Modernización
Fase III Neoliberalización
Ley 11/2009
Sociedades
Anónimas
Cotizadas de
Inversión en el
Mercado
Inmobiliario.
Ley 19/1992 Régimen
de Sociedades y Fondos
de Inversión
Inmobiliaira y sobre
Ley 2/1981 de Fondos de Titulización
Regulación del
Mercado
Hipotecario
1935 Ley
"Salmón"
¤Ley de Vivienda Ley 4/2013 de
de Canarias
flexibilización
¤ Ley de Vivienda
y fomento del
Valenciana
mercado del
¤ Ley de Vivienda
alquiler de
de Asturias
1985 Decreto
"Boyer"
viviendas
1939
Instituto
de la
Vivienda
Guerr
a Civil
(19361939)
¤Ley de Vivienda de País Vasco
la n
¤Ley de Derecho Vivienda de la Generalitat
Plan
19811984
II P
1900-1930
¤Ley de Vivienda de Galicia
¤Ley de Vivienda de Andalucía
¤Ley de Vivienda de Navarra
¤Ley de Vivienda de Castilla y
León
Ley 6/1998
sobre régimen
del suelo
1954 Ley de
Arrendamientos
Urbanos
1911 Ley
Casas
Baratas
¿Fase IV?
75
Fase I Consolidación
IP
lan
Ilustración 2. Fases y Evolución del Sistema de Vivienda Español 1900-2007
Fase 0
1940 1950 1960 1970
Régimen
Franquista
Transición
(1975-1983)
Plan
19841987
Plan Plan
1992- 19961995 1999
1980
1990
1ª Burbuja
Inmobiliaria
(1989- 1992)
Plan
19982001
Plan
20022005
Plan
2005 2008
2000
Plan
20092012
Plan
20132016
2010
Crisis
Financiera
2ª Burbuja Inmobiliaria
Global y
Económica
(1996-2007)
Nacional (20082015)
571.000 viviendas a lo largo del periodo” (Sánchez 2002). Una novedad importante de
este plan es que en él se establecen dos tipos de promociones: la promoción privada,
realizada por empresas privadas; y la promoción pública, en manos del sector público y
destinado a promover las viviendas menos rentables.
Por otro lado, en los Pactos de la Moncloa se acuerda establecer mecanismos que
garanticen la financiación de la vivienda dentro de los plazos adecuados y, por otro lado,
el aumento de la construcción de viviendas para los sectores más necesitados de la
población.
Para el primer objetivo, se promulga la Ley 2/ 1981 de 25 de marzo, con la que se abre la
posibilidad del mercado secundario de hipotecas. En este sentido, si bien esta medida
parece ser un primer paso hacia la modernización del sistema financiero español, según
López y Rodríguez (2011:287), “supone uno de los espaldarazos institucionales con el
que se desarrolló la burbuja inmobiliaria de 1986-1992. En esta ley se daba el primer
paso hacia la incorporación de los mercados hipotecarios a la dinámica general de los
mercados financieros, mediante la creación de mercados secundarios de deuda
hipotecaria en los que se compran y se venden bonos y cédulas hipotecarias dando
mayor fluidez al flujo de crédito.”
En el año 1985 se aprueba el Decreto Ley 2/1985 de 30 de abril sobre Medidas de
Política Económica, más conocido como Decreto Boyer, con el que se liberalizan y
desregulan elementos importantes de la estructura económica. Con él se implantan las
primeras medidas liberalizadoras del sector del alquiler.
Entre 1985 y 1992 se produce la primera burbuja inmobiliaria “moderna”. Según
Naredo y Montiel (2011:49) “La primera de las burbujas (1985-1992) se desató al calor
de la entrada de capitales y empresas extranjeras deseosas de hacer negocio en el nuevo
país de la Europa comunitaria. (…) Esta burbuja murió por estrangulamiento financiero
tras los festejos de 1992, cuando el endeudamiento y enorme déficit exterior del país,
tuvo que corregirse con tres devaluaciones sucesivas de la peseta.”
Los planes plurianuales desaparecen como instrumentos de política de vivienda durante
estos años. En su defecto van a establecerse cupos anuales de actuaciones a financiar y
de recursos disponibles (Fernández Carvajal 2004). Así, tras el estallido de la primera
burbuja en 1992, se retoma el esquema de los planes plurianuales y un grupo de
76
expertos, liderados por Jesús Leal Maldonado, elaboran el “Informe para una nueva
política de vivienda”, sobre cuya base se aprueba el Plan de Vivienda 1992-1995.
Sin embargo, en ese mismo año también se aprueba otra medida de gran calado, esta vez
para el sistema financiero. Se trata de la Ley 19/1992 sobre Régimen de Sociedades y
Fondos de Inversión Inmobiliaria y sobre Fondos de Titulización Hipotecaria con la que
se consigue “apuntalar la conexión automática entre el mercado hipotecario español y
los mercados financieros internacionales” (López y Rodríguez 2010: 288). Con esta ley
no solo se incorporan nuevos actores al sistema inmobiliario, sino que además se
procede a incorporar la titulización dentro de sus prácticas. Esta práctica “consiste en
separar las fases de origen, administración y explotación de los préstamos hipotecarios
repartiéndolas entre diferentes entidades. La idea es evitar los riesgos de impagos, y de
aumentar la escala de generación de los préstamos hipotecarios” (López y Rodríguez
2010:288). Con esta fórmula, el sistema financiero desplazaba los riesgos y conseguía
tranquilizar a los inversores que compraban hipotecas asignadas a sectores de clase
media-baja.
En conclusión, la Transición supuso una ventana de oportunidad política e institucional
para implantar determinados cambios y acercar el país a sus coetáneos europeos, si bien
estaba en cuestión a qué modelo aproximarse. El resultado fue la conjunción de tímidos
intentos socialdemócratas con intentos más sólidos, en el ámbito de la política
económica, de medidas de corte liberal, sin olvidar la ininterrumpida dependencia
respecto del sector de la construcción. Con todo, el sistema de vivienda español, aún
presentando elementos de continuidad con respecto al periodo franquista,
va
incorporando medidas en los primeros años de la democracia que lo acercando poco a
poco al modelo neoliberal. Será en la siguiente etapa en donde se consolide el proceso de
cambio
TERCERA ETAPA: EL BOOM INMOBILIARIO Y LA CULMINACIÓN DEL PROCESO DE NEOLIBERALIZACIÓN
La crisis económica producida por el pinchazo de la primera burbuja inmobiliaria y los
problemas en el seno del gobierno socialista –los escándalos de corrupción y del GALpropician el cambio en el gobierno, y José María Aznar se convierte en presidente del
gobierno. Coincidiendo con este
cambio, se inicia un nuevo ciclo de crecimiento
económico muy favorable al aumento de la demanda de vivienda. A ello hay que sumar,
77
por un lado, un importante crecimiento demográfico derivado del flujo migratorio y de
la llegada a la edad reproductiva de los hijos e hijas del boom demográfico de los 60, que
provoca un aumento de las necesidades de vivienda (Leal 2010).
Por su parte, con la incorporación en la Unión Europea, gracias la liberalización del
sistema financiero español y las políticas monetaristas expansivas del Banco Central
Europeo, el crédito bancario experimenta una fluidez sin precedentes. Los tipos de
interés y las condiciones de acceso al mismo se relajan enormemente, los plazos de los
préstamos se prolongan y existe una mayor relación préstamo/valor. Según Naredo
(2010:49) “la adhesión de España a la UE generó unas condiciones excepcionales
favorables a la formación de burbujas inmobiliarias que aceleraron los negocios
especulativos ligados a las recalificaciones y revalorización inmobiliarias”. Los tipos de
interés, durante la primera década del siglo XXI se sitúan en los más bajos en cincuenta
años. Reuniéndose los elementos necesarios para que el proceso de financiarización
(Aalbers 2016; 2015; Coq-Huelva 2013; López and Rodríguez 2010, Palomera 2014) de
la vivienda y, por tanto, de la economía española pudiera llevarse a cabo. Como afirma
Rodríguez (2010:57) son “las condiciones extremadamente favorables de los créditos
para compra de vivienda el principal motor del auge inmobiliario desarrollado en la
mayor parte de los países industriales desde la mitad de los años noventa hasta 2005”.
Tanto los promotores como los hogares se vieron fuertemente favorecidos por estas
condiciones. Si en 1997 el saldo vivo de crédito a promotor suponía el 3,1% del PIB, en
el 2007 era del 31% (Ibidem). Entre 1997 y el 2008, el conjunto del crédito inmobiliario
creció a un ritmo medio anual del 22,3%.
Por su parte, a estas medidas de estímulo de la demanda se le unieron otras medidas de
estímulo de la oferta como fue la reforma de la Ley del Suelo del 1998. Esta reforma
significó, como veremos en el capítulo quinto, la conversión de todo el suelo en
potencialmente urbanizable.
Este cambio en la clasificación del suelo supuso un
elemento fundamental para que tuviera lugar el boom inmobiliario de la priemra década
de los dos mil. Con dicha reforma se produjo la “crisis del planeamiento” (Naredo y
Montiel 2011:35). A la postre la transformación de suelo rural en urbanizable significaba
el aumento en varios ceros de su valor en el mercado. Según los datos recogidos por
Naredo y Montiel (2011), si en el 2006 el precio del metro cuadrado del suelo no
urbanizable era de 1 euro, para el mismo año el precio medio de la vivienda era
2.061euros/m2.
78
Con todo, la burbuja inmobiliaria 1996-2007 consistió en un crecimiento desmesurado
tanto de los precios como de la demanda de vivienda. Se trata de un fenómeno
totalmente anómalo en las leyes económicas de la oferta y la demanda según las cuales
cuánto más crece el precio de un bien, menos demanda habrá del mismo. Pues bien, en la
burbuja inmobiliaria española cuanto más aumentaban los precios, más demanda de
vivienda se producía.
Así, si en el primer trimestre del año 1996 el precio medio era de 686 euros/m2, en el
mismo trimestre del año 2007 este era 2061,2/m29, lo que supone un aumento del
200,4%. Por poner como referencia la evolución de los salarios, en 1996 (primer
trimestre) el coste salarial medio era de 1039,1 euros10, en el año 2007 el coste salarial
asciende a 1851,4 euros en el último trimestre, es decir un aumento del 78,1%. Se trató
por tanto de un aumento muy por encima del crecimiento de los salarios.
Sin embargo, a pesar de este desfase entre salarios y precio de la vivienda no inhibió el
mercado, gracias al flujo del crédito y los tipos de interés bajos, el mercado de la
vivienda vivió un auge sin precedentes. En el gráfico 1 mostramos la evolución del
precio y de las viviendas construidas. Según propios cálculos, entre 1996 y 2007, ambos
inclusive se construyeron (viviendas iniciadas) 6.535.11711 viviendas. Esto supone un
incremento de más de una cuarta parte del stock de viviendas convirtiendo a España el
país con más viviendas por habitante de la UE (Naredo y Montiel 2011). Solamente entre
2002 y 2007, cada año se construyeron más viviendas que en Francia y Alemania juntas,
cuando estos dos países triplican a España en población y la duplican en territorio
evidencia (ibidem).
9
Fuente: Banco de España
10
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
11
Fuente: Banco de España.
79
Gráfico 1 Evolución del número de viviendas iniciadas y el precio de la vivienda en España 1995-2016
Fuente: Indicadores del Mercado de la Vivienda. Banco de España
Todo este fenómeno de “euforia” inmobiliaria ha sido explicado por diferentes autores
bien por las expectativas de revalorización que estaba ofreciendo el mercado (Leal 2010,
Rodríguez 2010a), bien por los llamados “efectos riqueza12” (Naredo y Montiel 2010)
según el cual uno cree ser tan rico como el valor de mercado del patrimonio que
eventualmente posee. Otros, como (López y Rodríguez 2010) consideran que el auge de
la demanda no solo tuvo que ver con las necesidades inversionistas de una clase alta, ni
con la ilusoria aspiración de una clases bajas confundidas por el valor del patrimonio.
Más bien todo este proceso no se puede entender sin el aumento de los niveles de
consumo que se produjo en las clases medias y medias bajas a través de la
revalorización de sus viviendas, siempre apoyadas a sus niveles de endeudamiento. En
solo una década, con el boom inmobiliario y el alza de los precios, el valor del patrimonio
de las familias creció en más de tres veces. Bastante menos que el incremento de los
salarios.
Desde este punto de vista, esta propensión a la vivienda en propiedad ocurrida durante
el boom, lo que se llamó popularmente como la “cultura de la propiedad” no tendría
tanto que ver con su efecto compensador (Doling and Ronald 2010; Searle and
McCollum 2014; Toussaint and Elsinga 2009) en un débil y precario Estado de bienestar,
Según López y Rodríguez 2010 “una de las modalidades del efecto riqueza funciona mediante
la fórmula de las expectativas de revalorización”. Es decir, el ahorro se gasta en previsión de que
la vivienda aumente de valor y compense el gasto.
12
80
sino más bien, por su papel compensador en el estancamiento y la pérdida de poder
adquisitivo de los salarios derivada de la creciente precarización del mercado de trabajo.
Sin embargo, en el verano del 2007 el ciclo de crecimiento llega a su fin, en palabras de
Rodríguez (2010: 64) “lo que en un principio se previó que fuese un descenso moderado
de las ventas de viviendas y una estabilización de la actividad en la construcción
residencial ha venido acompañado de un amago serio de crisis financiera”. En el caso
español convergen tanto la crisis económica derivada del descenso de la actividad
económica vinculada a la construcción y el sector inmobiliario, con la Crisis Financiera
Global. En este último caso, el origen hay que buscarlo en la expansión de las hipotecas
suprime y la expansión de titulización de este tipo de hipotecas. De manera resumida, la
titulización consiste en que una vez concedido y formalizado un préstamo al comprado
de vivienda, la entidad prestamista procede a vender dicho préstamos a otra entidad,
generalmente a un fondo de inversión. Esta segunda empresa adquiere dichos
préstamos emitiendo bonos de renta fija, cuyo servicio descansa en el pago de las cuotas
de los préstamos por parte de los adquirientes de viviendas.”
En el caso español, a la crisis financiera y a la económica nacional se van añadiendo
complicaciones como la crisis de la deuda soberana de 2010-2011 y la consiguiente
implementación de las medidas de austeridad y control presupuestario adoptadas a
partir de diciembre de 201113
Técnicamente la crisis económica comprendió los años de recesión económica, esto es,
los años en los que el PIB presentaba una evolución descendente. En el año 2013 se
inicia el ascenso, sin embargo, aún en el primer trimestre del 2017 la tasa de desempleo
estaba en torno a 18 por ciento. Se trata, por tanto, de una crisis muy larga y dura, cuyos
Antes de diciembre de 2011 y la aprobación del Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de
diciembre, de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la
corrección del déficit público, con el anterior gobierno socialista, el parlamento aprueba en el
verano de 2010 la reforma del artículo 93 de la Constitución Española en donde se pone el
límite al déficit público del 3% del PIB y un 60% del PIB de deuda pública. A estas medidas hay
que añadir Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad
presupuestaria y de fomento de la competitividad. Así como los sucesivos “recortes” producidos
en los presupuestos generales y autonómicos. Solamente en el del 2012 se recortaron 17.800
millones solamente en la Administración General del Estado.
13
81
efectos sobre las condiciones habitacionales han sido especialmente dramáticas con más
de 500 mil14 desahucios.
En resumen, hemos visto la evolución del sistema de vivienda español desde su
constitución con el desarrollismo franquista hasta la explosión de la burbuja
inmobiliaria. Nuestro argumento principal ha sido que esta evolución ha estado marcada
por su transformación y cambio hacia el modelo neoliberal, cambio producido con la
modernización del sistema financiero y la liberalización de determinados elementos
clave para la oferta de vivienda. Además, también hemos ofrecido una explicación
alternativa al auge de la vivienda en propiedad, quitándole peso a su función
compensadora frente a un débil Estado de bienestar y otorgándoselo a su papel en el
incremento del patrimonio en un contexto de estancamiento de los salarios y
precarización del mercado laboral.
Pasemos a ver el material empírico con el que podremos rechazar o verificar las
hipótesis planteadas.
Esta cifra hace referencia a los lanzamientos ordenados por los Servicios Comunes de
Notificaciones y Embargos entre el primer trimestre del 2008 y el primer trimestre del
2017.Fuente: “Datos sobre el efecto de la crisis en los órganos judiciales” del Consejo General
del Poder Judicial
14
82
CAPÍTULO 4 LAS POLÍTICAS DE VIVIENDA POST
BURBUJA.
83
Hasta el momento hemos visto los rasgos característicos del sistema de vivienda
español. Como apuntábamos en el capítulo anterior, a pesar que muchos analistas
consideren el modelo español de tipo familiarista, la evolución del mismo durante las
últimas décadas lo sitúa dentro del modelo neoliberal (Coq-Huelva 2013; López y
Rodríguez 2010; Naredo y Montiel 2011) caracterizado por un forma de provisión de
tipo especulativa y una política de vivienda residual y plenamente dirigida a favorecer el
acceso a la vivienda a través de la propiedad privada. Se trata de un modelo que hunde
sus raíces en las configuraciones institucionales trazadas durante el franquismo. Con la
democracia y el proceso de modernización del país se situó más cerca del modelo
neoliberal que el resto de países de la región mediterránea europea.
Es momento ahora de conocer cuál está siendo la senda y evolución tomada tras la crisis
financiera global y económica nacional. En este capítulo vamos a abordar los posibles
cambios producidos en las políticas sectoriales de vivienda. En concreto, de lo que se
trata es de discernir si las políticas de vivienda emprendidas en España después de la
crisis presentan una línea continuista con respecto al periodo anterior o si por el
contrario llevan una dirección diferente. En palabras de Gomá (2003), las políticas de
vivienda pre crisis, como hemos apuntado anteriormente, se caracterizan, por presentar
un gasto público débil -no superan el 1 por ciento del PIB-, sin presencia en el sistema
de transferencias sociales y con un componente mayoritario de gasto por la vía de las
deducciones fiscales. Lo que a la postres se traduce en relación oscilante entre el
mercado y protección oficial con una participación casi residual (Trilla 2001) de la
promoción pública de vivienda social. En resumen, son políticas destinadas a favorecer
y fomentar el acceso a la vivienda en régimen de propiedad. Además, a pesar de ser un
ámbito competencial de las comunidades autónomas, ha sido el Estado central el
principal regulador e interventor.
En este sentido, para poder confirmar nuestra hipótesis –aquella que asume el cambio
hacia un modelo neoliberal tardío-, las políticas de vivienda deben ser aún más
residuales y, en términos sustantivos, dejar de promover la vivienda en propiedad. Si,
por el contrario, vemos que hay una tendencia continuista en términos presupuestarios
y las políticas de vivienda tanto estatales como autonómicas promueven la vivienda en
régimen de propiedad, rechazaremos nuestra hipótesis del modelo neoliberal tardío y
84
aceptaremos la hipótesis continuidad. Por otro lado, si lo que se da es un aumento del
presupuesto destinado a políticas de vivienda y las políticas de vivienda favorecen el
acceso a la vivienda en régimen de alquiler social u otras formas de tenencia
aceptaremos la hipótesis de nuevo modelo.
Cuadro 5. Hipótesis de políticas de vivienda
Continuidad
Continuidad
Interrumpida
Neoliberal
Tardío
Nuevo
Modelo
Gasto
directo
Alrededor del
1% del PIB,
estancamiento.
Regresivo.
Menos del
1% del PIB,
tendencia
descendente.
Regresivo.
Por encima
del 1% del
PIB,
crecimiento.
Progresivo.
Políticas
vivienda
Promueven la
vivienda
en
propiedad.
Tendencia de
crecimiento o
descenso del
1% del PIB
durante
la
crisis
para
cambiar
de
tendencia
después de la
misma.
Promoción
alquiler libre o
social durante
la
crisis,
propiedad
después.
Alquiler
libre
Alquiler
social
u
otras
formas de
tenencia
asequible.
Fuente: elaboración propia
Así, el capítulo estará dividido en dos partes. Una primera en donde veremos la
evolución de las políticas en términos presupuestarios. Recordemos que el gasto
destinado a políticas de vivienda puede ser directo o indirecto. El gasto directo
comprende el presupuesto destinado a programas y planes concretos. Mientras que se
considera gasto indirecto los ingresos no generados al recibir un tratamiento favorable
en términos fiscales.
En segundo lugar, conoceremos la evolución en términos sustantivos de las políticas de
vivienda. Para ello, analizaremos los principales cambios en los planes estatales de
vivienda, en las leyes de vivienda. En este sentido, veremos primero la evolución de las
políticas de vivienda estatales y en segundo lugar las autonómicas.
85
LA EVOLUCIÓN PRESUPUESTARIA EN MATERIA DE POLÍTICAS DE VIVIENDA
En este apartado vamos a ver cómo han evolucionado las políticas de vivienda en
términos presupuestarios. Como es sabido, uno de los principales indicadores (Bonoli
1997, Castles 2007) para saber el grado de importancia que un país le da a un
determinado sector de política social es el gasto público que se le destina.
Independientemente del tipo de política, el presupuesto es ya un buen indicador
cuantitativo para conocer el protagonismo de una política concreta en comparación con
otras. Además, el gasto público puede dividirse entre gasto público directo, aquel que
comprende los programas y políticas sustantivas en materia de vivienda, y, el llamado
gasto fiscal, es decir, la parte de la recaudación pública no ingresada por recibir un
tratamiento fiscal favorable.
Como vimos en el capítulo de tercero, el modelo español se había basado en unas
políticas de vivienda cuyo tratamiento presupuestario había sido claramente residual.
Como se observa en el gráfico 2, este solo ha superado el 1% del PIB en una ocasión, en
el año 2009, cifra en cualquier caso por debajo de la media europea del 3% (Burón
Cuadrado, 2006). Hasta esa fecha, la evolución había sido claramente ascendente,
acompañando el positivo crecimiento del PIB. Sin embargo, a partir del 2010 los datos
muestran una pendiente muy pronunciada de descenso, llegando en el 2015 (último
dato disponible) al 0,36% del PIB.
Gráfico 2. Gasto público (admón. central) directo e indirecto destinado a vivienda en relación al PIB 19972015
Fuente: Memorias de la Administración Tributaria y Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos
86
En cuanto a la evolución según tipo de gasto, directo o indirecto, en la tabla 3 podemos
ver que el descenso ha sido equivalente en ambos casos. El gasto directo ha disminuido
un 63,67 por ciento y el indirecto un 64,99. Por otro lado, se observan descensos
interanuales muy significativos, como en los años 2011 y 2012 superiores al 30 por
ciento en el gasto directo o del 26 por ciento entre 2013 y 2014 para el indirecto.
Tabla 3. Variación interanual del gasto directo e indirecto destinado a vivienda 1997-2015
Directo
Indirecto
∆ Directo %
∆ Indirecto %
1997
679
3726,56
1998
684
3687,45
0,74
-1,0
1999
677
4130,14
-1,02
12,0
2000
658
4809,99
-2,81
16,5
2001
661
5171,51
0,46
7,5
2002
2003
657
653
5542,74
4788,39
-0,61
-0,61
7,2
-13,6
2004
663
5517,45
1,53
15,2
2005
878
5951,15
32,48
7,9
2006
1079
6878,00
22,89
15,6
2007
1248
7768,50
15,58
12,9
2008
1378
9116,60
10,49
17,4
2009
1616
9524,40
17,23
4,5
2010
1498
7361,40
-7,29
-22,7
2011
1200
6417,20
-19,88
-12,8
2012
820
5441,00
-31,68
-15,2
2013
766
4709,10
-6,59
-13,5
2014
2015
800
587
3475,40
3334,20
4,42
-26,59
-26,2
-4,1
Fuente: Memorias de la Administración Tributaria y Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos
Unidades: millones de euros
Con todo, y a pesar de los descensos, lo que sí que se mantiene es la estructura previa a
la crisis, con un protagonismo claro del gasto indirecto por encima del directo, como se
observa en el gráfico 3. No hay cambios significativos en la proporción que representa
cada tipo de gasto, siendo el gasto indirecto el claro protagonista oscilando entre el 80 y
87
el 90 por ciento y el directo entre el 10 y 20 por ciento, manteniendo su estructura
regresiva (Sánchez Martínez 2002 y Burón Cuadrado 2006).
Gráfico 3. Proporción del gasto directo e indirecto sobre el total del gasto estatal.
Fuente: elaboración propia a partir de las Memorias Anuales de la Administración Tributaria, Secretaría
de Estado de Presupuestos y Gastos y Secretaria General de Financiación Autonómica y Local.
En cuanto a la estructura del gasto por nivel de gobierno y teniendo en cuenta tanto el
gasto directo como el indirecto, en el gráfico 4 se observa que tanto el Estado como las
comunidades autónomas experimentan dos tendencias claramente diferenciadas. Por un
lado, un crecimiento sostenido, y especialmente acusado hasta el 2009, en la partida
correspondiente al Estado central, y hasta 2010 en el caso de las comunidades
autónomas. Y un segundo momento en el que se observa un continuo descenso para
ambos que llega hasta el 2016.
En este sentido, podemos afirmar que en términos presupuestarios el proceso de
residualización se ha agudizado tanto en el nivel estatal como en el autonómico, aunque
es mucho más agudo en aquél. La evolución en términos presupuestarios muestra que
las políticas de vivienda en la etapa post burbuja son aún más residuales, marcadas por
la lógica de las políticas de austeridad. Su estructura, a pesar del gran descenso del gasto
indirecto, sigue siendo de tipo regresivo y en relación a la distribución por niveles
88
administrativos hay una aproximación importante del nivel del gasto del Estado a las
Comunidades Autónomas.
Gráfico 4. Gasto directo e indirecto Estado y CCAA 2002-2016
Fuente: elaboración propia a partir de las Memorias Anuales de la Administración Tributaria, Secretaría
de Estado de Presupuestos y Gastos y Secretaria General de Financiación Autonómica y Local.
Todas estos patrones numéricos coinciden con los rasgos del modelo neoliberal tardío.
Vamos a ver a continuación si en términos sustantivos también se puede observar esa
coincidencia.
CAMBIOS SUSTANTIVOS EN MATERIA DE POLÍTICA DE VIVIENDA.
En este apartado analizaremos si coincidiendo con las variaciones presupuestarias
también se han producido cambios sustanciales en las políticas de vivienda. Como ya
hemos mencionado anteriormente, en España las políticas de vivienda presentan una
configuración particular. Las competencias sobre esta materia fueron transferidas a las
Comunidades Autónomas en virtud del artículo 148.1.3 de la Constitución Española así
como de la normativa desarrollada en diferentes estatutos de autonomía. Sin embargo,
los diferentes gobiernos centrales han venido legislando y ejecutando políticas de
vivienda en función principalmente del principio de estabilidad económica y cohesión
social15.
Tal y como recoge Gomá (2003: 156) “a instancias del gobierno de la Generalitat de Cataluña,
el Tribunal Constitucional dicta una sentencia global (152/1988. De 20 de junio) que avala y
consolida la concepción centralizante del Estado en materia de política de vivienda. Declara la
15
89
Así, tal y como vimos en el capítulo de contextualización, los gobiernos estatales han
desarrollado diferentes planes de vivienda, regulando los normas del mercado
hipotecario, del mercado del alquiler y del mercado del suelo, a pesar de ser este último
de ámbito competencial exclusivo de las comunidades.
Esta configuración multinivel de las políticas de vivienda ha dado como resultado un
complejo conglomerado de políticas y medidas. En su mayor parte han mantenido una
línea coherente con respecto línea estatal, pero también es cierto que se trata de un
escenario no exento de conflictos y tensiones entre los diferentes niveles de gobierno
(Gomá 2003). En los siguientes apartados veremos primero las políticas de vivienda
estatales y seguidamente abordaremos las políticas autonómicas
LAS POLÍTICAS ESTATALES DE VIVIENDA: LOS PLANES DE VIVIENDA
Las políticas de vivienda estatales tanto durante la crisis como una vez superada la
recesión económica han seguido dos líneas de intervención. Por un lado, una línea que
podríamos denominar como paliativa, caracterizada por el conjunto de medidas que
pretendían mitigar los efectos más dramáticos de la crisis. Se trata de medidas como el
Real Decreto Ley 6/2012, de Medidas Urgentes de Protección del Deudor Hipotecario
sin Recursos, el Real Decreto-Ley 27/2012 de Medidas Urgentes para Reforzar la
Protección a los Deudores Hipotecarios, la Ley 1/2013, de Medidas Urgentes para
Reforzar la Protección de los Deudores Hipotecarios, Reestructuración de la Deuda y
Alquiler Social o el RD 1/2015, de Mecanismos de Segunda Oportunidad. Son políticas
dirigidas a los hogares más afectados por la crisis, cuyo carácter es muy selectivo y
según diferentes informes (Observatorio DESC 2015 y 2016, Amnistía Internacional
2017) se han mostrado claramente insuficientes para afrontar las graves consecuencias
de la crisis sobre la sociedad española.
La otra línea está compuesta por un conjunto de reformas y medidas de carácter
estructural que tienen que ver con las políticas clave en la articulación del sistema de
competencia exclusiva estatal sobre el régimen regulativo de la vivienda sobre la base de dos
argumentos: el impacto de la vivienda sobre la capacidad del Estado para la dirección general de
la economía (art.149.1.13ª de la CE) y el impacto de la vivienda sobre la capacidad del Estado
para la ordenación del crédito (art. 149.1.11.ª de la CE)”.
90
vivienda español. La ilustración 3 recoge las más importantes y la cronología de las
mismas. Se trata fundamentalmente de los planes y leyes de vivienda, de arrendamiento
y medidas relacionadas con el mercado del alquiler. En la misma ilustración hemos
incluido también las principales medidas paliativas que se han venido implantando a lo
largo de estos años hasta el primer semestre del 2017.
Del conjunto de estas medidas, nuestro análisis se va a centrar principalmente en la
evolución de los Planes Estatales de Vivienda. Estos son el principal instrumento en
materia de política de vivienda del que se ha servido tanto el Estado central como las
Comunidades Autónomas. Desde la llegada de la democracia hasta la actualidad se han
sucedido un total de 11 planes,16 de los cuales vamos a analizar los tres últimos: el Plan
Estatal de Vivienda para favorecer el acceso de los ciudadanos a la vivienda 2009-2012
(Real Decreto 801/2005, de 1 de julio); el Plan Estatal de Vivienda y Rehabilitación
2009-2012 (Real Decreto 2066/2008, de 12 de diciembre) y el Plan Estatal de Fomento
del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edificatoria, y la Regeneración Urbana, 20132016 (Real Decreto 233/2013, de 5 de abril).
En concreto vamos a analizar los principales cambios que se han producido en las tres
dimensiones de análisis de una política pública (Larrue, Subirats, and Varone 2008): la
dimensión conceptual, la dimensión operacional y la dimensión sustantiva. La primera
hace referencia a la forma en la que la política define el problema que se desea cambiar
con la intervención, donde se establece el por qué de la misma. La dimensión operacional
hace referencia a los procedimientos y recursos puestos en marcha, se trataría así del
cómo. Finalmente la dimensión sustantiva tiene que ver con el conjunto de acciones
propiamente dichas de la política, es el qué.
Estos han sido en: el Plan de Vvivienda de 1981-1983 (Real Decreto 2455/1980, de 7 de
noviembre), 1984-1987 (Real Decreto 3280/1983, de 14 de diciembre), 1988-1992 (Real
Decreto 1494/1987, de 4 de diciembre), 1992-1995 (Real Decreto 1932/1991, de 20 de
diciembre), 1996-1999 (Real Decreto 2190/1995, de 28 de diciembre), 1998-2001 (Real
Decreto 1186/1998, de 12 de junio), 2002-2005 (Real Decreto 1/2002, de 11 de enero) y 20052008 (Real Decreto 801/2005, de 1 de julio) y el de 2009-2012 (Real Decreto 2066/2008, de 12
de diciembre) y el 2013-2016 (Real Decreto 233/2013, de 5 de abril)
16
91
El cuadro 6 recoge de forma resumida los principales elementos en relación a estas tres
dimensiones de los planes escogidos.
En la dimensión conceptual vemos que tanto en el Plan 2005-2008 como en el 20092012 el problema al que pretende hacer frente el Plan es la falta de accesibilidad a la
vivienda como resultado de la burbuja inmobiliaria y la especulación así como el gran
desequilibrio en la estructura de tenencia. Mientras, en el plan 2013-2016 se señala
como principal problema el gran stock de viviendas nuevas sin vender y los problemas
sociales derivados de la crisis.
Entre los objetivos a cumplir por los planes se observa cierta variación de carácter
conceptual. En los dos primeros se introduce la cuestión de la ciudad y la vivienda como
un elemento clave del hábitat, mientras que en el último plan es la ausencia de movilidad
residencial lo que se considera más problemático de una estructura de tenencia tan
desequilibrada.
En términos operacionales, los dos primeros planes incluyen ayudas directas y ayudas
financieras tanto del lado de la oferta, esto es dirigidas a promotores, como del lado de la
demanda, es decir ofrecidas a los consumidores. En el primer caso, se trata tanto de
préstamos cualificados ofrecidos con condiciones “blandas” para construir vivienda
protegida, como de subvenciones directas dirigidas a compensar la diferencia del precio
de ese tipo de vivienda con el precio de las de mercado. Las ayudas económicas directas
a beneficiarios se producen a través de la subsidiación de préstamos convenidos. Es
decir, se subvenciona parte de los intereses de los préstamos contraídos para pagar la
vivienda protegida. Otras ayudas del lado de la demanda son las ayudas para el pago de
la entrada de la compra de una vivienda, normalmente también protegida. Además, hay
que señalar que en los dos primeros planes a las ayudas para la compra de vivienda se
unen las subvenciones a inquilinos. Se trata de las primeras ayudas directas al fomento
del alquiler.
92
Cuadro 6 Planes de Vivienda Pre crisis y Post Burbuja
Nombre
Dimensión Conceptual
Dimensión Operacional
Dimensión sustantiva
Beneficiarios
Ayudas financieras a
promotor y comprador,
Plan Estatal
2005-2008,
para favorecer
el acceso de los
ciudadanos a la
vivienda.
ayudas económicas
La especulación y problemas
directas como
de accesibilidad a la vivienda.
subvenciones a inquilinos
Objetivo: facilitar el acceso de
y subvenciones a
los ciudadanos a una vivienda
promotores, ayudas para
asequible, en una ciudad más
facilitar el pago de la
habitable.
entrada.
Promoción de viviendas
nueva para venta o
arrendamiento;
Compra de viviendas, apoyo
arrendamiento, apoyo
económico a los inquilinos,
Rehabilitación de áreas.
Adquisición de suelo para
Convenios con CCAA y
VP
Renta hogar entre
2,5 veces 5,5, 6,5
IPREM. Jóvenes,
Personas mayores
de 65 años, y
colectivos
vulnerables
Promotores
promotores
Ayudas financieras a
promotor y comprador
Dificultades de acceso a la
(financiación cualificada y
vivienda y crisis económica;
subsidiación de
Plan Estatal de
neutralidad régimen de
préstamos); ayudas
Vivienda y
tenencia; parque público de
económicas directas como
Rehabilitación
viviendas; fortalecer el rol de la
subvenciones a inquilinos
2009-2012
Administración local; fomento
y subvenciones a
de la rehabilitación y
promotores, ayudas para
regeneración urbana
facilitar el pago de la
entrada.
Convenios con CCAA y
Promoción de viviendas
protegidas para alquiler,
venta y alojamientos para
colectivos vulnerables;
Ayudas a demandantes de
vivienda (inquilinos y
adquirientes),
Ayudas a la rehabilitación,
Ayudas para la adquisición y
urbanización de suelo para
Renta hogar entre
2,5 veces 4,5, 6,5
IPREM. Jóvenes,
Personas mayores
de 65 años, y
colectivos
vulnerables
Promotores
vivienda protegida:
promotores
1,2 - 3 IPREM, renta
de alquiler máximo
600 euros, máximo
Subsidiación de préstamos
de 2400 euros.
convenidos de planes
Administraciones
anteriores;
públicas,
Ayudas al alquiler de
fundaciones y
vivienda,
asociaciones y
que equilibre las formas de
Fomento de del parque
organizaciones no
acceso a la vivienda y que a su
público de vivienda en
gubernamentales.
vez facilite la movilidad
alquiler;
250 de ayuda por
residencial,
Fomento de la regeneración
metro cuadrado,
y renovación urbanas; etc.
máximo 90 metros
Gran stock de vivienda sin
Plan Estatal de
fomento del
alquiler de
viviendas,
2013-2016
vender, dificultades de acceso a
la vivienda y mercado de la
vivienda de alquiler muy débil.
Objetivos cambio de modelo
Convenios con CCAA
Admón pública,
fundaciones, asociaciones
y ONG’s
vivienda
Fuente: elaboración propia
Con el Plan 2013-2016, la mayor parte de estas ayudas desaparecen y se mantiene solo
la subsidiación de préstamos convenidos presente en los planes anteriores. Es decir, con
el Plan 2013-2016 desaparecen las ayudas a los promotores y las ayudas a la compra de
93
vivienda aparecen en su mínima expresión. Éstas son sustituidas por nuevas ayudas al
alquiler de vivienda y a la rehabilitación. Los que supone un importante giro en la
política de vivienda estatal. Estas ayudas al alquiler están destinadas a familias con
niveles de renta bajos o muy bajos, entre 1,2 y 3 veces el IPREM17 y cuyo alquiler no
supere los 600 euros mensuales.
Por su parte, dentro de la dimensión operacional también debemos incluir la relación de
actores que entran en juego a la hora de llevar a cabo las políticas. Así, en los tres planes
son las comunidades autónomas las que a través de convenios con el Ministerio de
Fomento o Vivienda deben conceder las ayudas a los beneficiarios y gestionar las
ayudas para las VPO. Además del convenio con las comunidades autónomas, en los dos
primeros planes también se establecen convenios con las entidades financieras para
gestionar tanto los préstamos convenidos a personas y promotores como la
subsidiarización de los intereses. Estos convenios y, por tanto, el papel de las entidades
de crédito en los planes de vivienda, desaparece en el tercer plan.
Ya hemos comentado que dimensión sustantiva es en lo que propiamente consiste una
política, su contenido, las necesidades que cubren,
su intensidad y extensión
(Adelantado et al 2013). En ese sentido, el primer y segundo plan están destinados a la
promoción de viviendas para la venta o arrendamiento a través de VPO así como
alojamientos para colectivos vulnerables. Además, en ambos casos el plan también está
dirigido para promover la compra de estas viviendas y/o su alquiler y en menor medida
la rehabilitación de viviendas, así como la mejora de vivienda energética. Finalmente, en
el primer plan hay una línea de intervención destinada a la compra de suelo para VP.
El IPREM mensual desde el año 2010 hasta el 2017 se ha situado en 532,51 €, con lo que las
ayudas al alquiler estaban destinadas a familias cuyos ingreso mensuales oscilaban entre
639,012 euros y 1597,57 euros.
17
94
Ilustración 3. Las políticas de vivienda en la etapa post burbuja (2007-2016)
Fuente: elaboración propia
95
Para poder ser beneficiario de estas ayudas se deben cumplir una serie de condiciones.
En los dos primeros casos tener un nivel de renta máximo entre 2,5 y 6,5 veces el IPREM.
Además del nivel de renta, también se establecen como colectivos prioritarios los
jóvenes menores de 35 años, las personas mayores de 65, las víctimas de violencia de
género, las familias numerosas, las familias monoparentales y las personas con
discapacidad.
A diferencia de los dos planes anteriores, el Plan 2009-2013 está estructurado en una
serie de programas (de subsidiación de préstamos convenios, de ayuda al alquiler de
vivienda, de fomento del parque público de vivienda en alquiler, de fomento de la
regeneración y renovación urbanas... de apoyo para el fomento de ciudades sostenibles y
competitivas, etc.) de los cuales cabe destacar el programa de ayuda al alquiler y el
programa de fomento del parque público de vivienda en alquiler.
En el primer caso, la ayuda no excederá el 40% de la renta anual, con un máximo de
2.400 euros y para ser beneficiario de la misma es necesario tener un umbral de renta
entre 1,2 y 3 veces el IPREM, y que el alquiler del piso no exceda los 600 euros al mes.
Por su parte, el programa para el fomento del parque público de viviendas consiste en la
asignación de subvenciones por una parte proporcional de la construcción de viviendas
de alquiler social, hasta un máximo de 250 euros el metro cuadrado útil, a
administraciones
públicas,
fundaciones
y
asociaciones
y
organizaciones
no
gubernamentales. La superficie útil de las viviendas que se acogerán a este programa no
podrá exceder de 90 m2. Podrán ser viviendas de nueva construcción o procedentes de
la rehabilitación de edificios públicos. El régimen de alquiler habrá de mantenerse por
un plazo mínimo de 50 años desde la calificación definitiva. Finalmente, al menos el 50%
se destinará a alquiler en rotación, siempre que el resto se califique como alquiler
protegido. Aparece esta figura de alquiler en rotación, que son las viviendas sociales en
alquiler destinadas a colectivos especialmente vulnerables y cuya ocupación estará
limitada en el tiempo.
En cuanto al régimen de tenencia que fomentan y las medidas que promueven, se
observa una clara evolución desde el apoyo a la vivienda en propiedad y residualmente
al alquiler, al fin del fomento de la vivienda en propiedad con el último plan. Así, si en el
96
último plan pre crisis el acceso a la vivienda se producía de la mano del fomento de la
vivienda de protección oficial –en su mayoría en régimen de propiedad- en el último
plan esta figura desaparece y se sustituyen las acciones protegibles por diferentes
programas destinados a promover el alquiler de viviendas y la rehabilitación destacando
el “programa de ayuda al alquiler de vivienda”, el “programa de fomento del parque
público de vivienda en alquiler”, el programa de fomento de la rehabilitación
edificatoria” y el “programa de fomento de regeneración y renovación urbanas.”
Por su parte, el Plan 2009-2012 pretendió, al menos sobre el papel, imprimir un cambio
en la manera de concebir el acceso a la vivienda. En él aparece la necesidad de desplazar
la intervención pública a un papel neutro en lo que al fomento de las formas de tenencia
se refiere y establecer como objetivo primordial del plan la satisfacción de las
necesidades de vivienda de la población. Para ello, el plan se dota del fomento del
alquiler como medio para tal fin, pero no como un objetivo en sí mismo. Medidas que
cabe destacar del mismo son la incorporación al parque público de VPO de viviendas ya
construidas, la aplicación del derecho de superficie o las medidas de fomento del
alquiler de viviendas. Sin embargo, la implantación de estas medidas fue bastante
limitada debido a los importantes recortes presupuestarios producidos precisamente a
partir del 2012 Además, durante más de dos años se produce la paralización de los
planes de vivienda ya que del plan 2009-2012 se cancelaron las ayudas en julio 2012 y
hasta diciembre de 2014 no se activaron las del Plan 2013-2016.
Por último, si observamos las condiciones para ser beneficiario de las ayudas vemos que
éstas han sufrido un importante endurecimiento. En efecto, de 6,5 veces el IPREM de
umbral máximo de renta al que se le concedían ayudas para la compra de vivienda en el
Plan 2005-2008 se ha pasado a un umbral de renta de 3 veces el IPREM para las ayudas
al alquiler del plan 2013-2016. Por otro lado, salen de las lista de condiciones de
beneficiario pertenecer a algún colectivo vulnerable o con dificultades como ocurría en
planes anteriores.
Además, la implantación del Plan 2013-2016 estuvo acompañada por un conjunto de
medidas con las que se afianzó la intención de Gobierno de desplazar el acceso de la
vivienda del régimen de propiedad al alquiler. En primer lugar, en el 2013 se reducen
97
sustancialmente18 las deducciones y exenciones en el IRPF por inversión en vivienda
habitual. Queda minimizado así uno de los instrumentos más potentes en materia de
política fiscal de los que se había servido el modelo español durante toda la etapa
democrática para promover el acceso a la vivienda en régimen de propiedad. A cambio,
en el IRPF aparecen un conjunto de deducciones y exenciones tanto para el arrendador
como para el inquilino. Desgravación que también quedará suprimida en el 2015.
A las medidas llevadas a cabo por el Plan Estatal de Vivienda 2013-2016 y junto con la
reducción sustancial de la desgravación por compra de vivienda, aparecen medidas
encaminadas a incidir en las condiciones del mercado del alquiler. Estas medidas se
estipulan en la Ley 19/2009, de 23 de Noviembre, de Medidas de Fomento y Agilización
Procesal del Alquiler y de la Eficiencia Energética de los Edificios, también conocida
como Ley del Desahucio Express, y la Ley 4/2013, de junio, de Medidas de
Flexibilización y Fomento del Mercado del Alquiler de Viviendas, y la Ley 11/2009, de 26
de octubre, por la que se regulan las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el
Mercado Inmobiliario.
Con todo, hasta el momento hemos visto que tanto las medidas presupuestarias como
los planes indican que los cambios producidos en las políticas de vivienda elaboradas
por los diferentes gobiernos centrales han tomado la dirección del modelo neoliberal
tardío. En efecto, tanto la reducción presupuestaria como el fomento del alquiler libre
entran dentro de lo que varios autores definían como modelo “post home ownership”
(ocupante propietario). No obstante, hubo un tímido intento con el Plan 2009-2012 de
establecer un sutil cambio de rumbo en las políticas de vivienda. Sin embargo, no pasó
de una declaración de intenciones ya que en ese mismo año comienza los recortes y la
contención presupuestaria alcanzando el último año del que disponemos datos, el 2016.
Desde el 1 de enero de 2013, los contribuyentes dejan de poder aplicarse la deducción por
inversión en vivienda habitual, que tuvo su última modificación en 2011, y que ha sido uno de
los incentivos habituales en la declaración de la renta. Sin embargo, se establece un régimen
transitorio para aquéllos contribuyentes que adquirieron su vivienda antes de enero de este año,
aunque la misma aún no haya sido construida, siempre y cuando la compraventa haya sido
cerrada en 2012.
18
98
En este sentido, no podemos decir que estos cambios sean de carácter coyuntural ya que
tanto las medidas sustantivas como la política presupuestaria muestran una sola
tendencia desde el inicio de la crisis hasta el último dato, sin indicios de recuperación o
cambio de senda. En lo que a políticas de vivienda estatales se refiere, descartamos la
hipótesis de continuidad interrumpida que, recordemos, establecía la provisionalidad de
los cambios experimentados desde el inicio de la crisis hasta la actualidad.
POLÍTICAS AUTONÓMICAS DE VIVIENDA
Veamos ahora qué ha ocurrido con las políticas de vivienda a nivel autonómico. De
manera resumida podemos adelantar que independientemente del corte político de las
medidas adoptadas, este periodo se caracteriza por ser especialmente prolijo en lo que a
políticas autonómicas se refiere, consolidándose el carácter multinivel de las políticas de
vivienda.
En efecto, como podemos ver en el Mapa 1 las Comunidades Autónomas durante estos
años de crisis se han preocupado por representar un papel relevante con respecto a las
políticas de vivienda, elaborando no solo los correspondientes planes de vivienda, sino
aprobando, no sin problemas en muchos casos, sus propias leyes de vivienda. Por otro
lado, la segunda característica de las políticas de vivienda de las Comunidades
Autónomas es la variable política. Y es que esta proliferación de leyes y nueva normativa
también han traído consigo la ruptura del consenso político sobre las líneas maestras de
la política de vivienda en España. Hasta el momento las políticas autonómicas habían ido
manteniendo un papel complementario a las estatales, especialmente a través de los
Planes Autonómicos con una línea política completamente afín a la estatal, cuya única
excepción era el País Vasco.
Esta nueva etapa del nivel autonómico no solo se revela especialmente importante por
el número de medidas adoptadas, sino también por lo que han supuesto algunas ellas en
el reconocimiento y garantía del derecho a la vivienda. No obstante, a raíz de las
dificultades de acceso a la vivienda durante los años del boom inmobiliario, algunas
Comunidades Autónomas comienzan19 a tomar la iniciativa previamente legislando en
Cataluña ya había promulgado la primera ley autonómica de vivienda en 1991 con Ley
24/1991, de 29 de noviembre, de la Vivienda vigente hasta el 9 de abril del 2008.
19
99
materia de política de vivienda ya en los primeros años del presente siglo. Es el caso de
Canarias20 o la Comunidad Valenciana21 quienes entre el 2003 y el 2004 aprueban las
primeras leyes autonómicas de vivienda (gráfico). En el 2007 les siguen La Rioja22 y
Cataluña23, aprobando esta última el 28 de diciembre la Ley por el Derecho a la Vivienda
sumándose al disenso político iniciado en el País Vasco.
Con la implosión de la burbuja y la llegada de la crisis ese disenso se generaliza y otras
Comunidades Autónomas como Andalucía24 Navarra25 o el País Vasco26 legislan a favor
de garantizar el derecho a una vivienda. Sin embargo, el Tribunal Supremo consideró
inconstitucionales los artículos más problemáticos de la legislación elaborada por estas
comunidades. Es el caso de la legalización de la ocupación de viviendas en el País Vasco,
o la posibilidad de la expropiación forzosa por parte de la Junta de Andalucía de aquellas
viviendas vacías propiedad de entidades financieras procedentes de un desahucio27.
Sin embargo, hay otras comunidades que sin presentar líneas políticas diferentes a las
del gobierno central asumen sus competencias y responsabilidades en esta materia y
aprueban también sus propias leyes de vivienda, como Castilla y León y Galicia.
En el Mapa 1 podemos ver las Comunidades Autónomas que han aprobado leyes de
vivienda, su línea política (disidente o afín a la línea estatal), así como aquellas que no
han aprobado ninguna. A esta última categoría corresponden Baleares, Castilla La
Mancha, Extremadura, Cantabria, Aragón y la Comunidad de Madrid.
Ley 2/2003, de 30 de enero, de Vivienda de Canarias
Ley 8/2004, de 20 de octubre, de la Vivienda de la Comunidad Valenciana y Ley 2/2017, de 3
de febrero, por la función social de la vivienda de la Comunidad Valenciana.
22
Ley 2/2007, de 1 de marzo, de Vivienda de la Comunidad Autónoma de La Rioja.
23
Ley 18/2007, de 28 de diciembre, del derecho a la vivienda Cataluña.
24
Ley 1/2010, de 8 de marzo, Reguladora del Derecho a la Vivienda en Andalucía y Decreto-Ley
6/2013, de 9 de abril, de medidas para asegurar el cumplimiento de la Función Social de la
Vivienda
25
Ley Foral 6/2009, de 5 de junio, de medidas urgentes en materia de urbanismo y vivienda,
Navarra Ley Foral 10/2010, de 10 de mayo, del Derecho a la Vivienda en Navarra, Ley Foral
22/2016, de 21 de diciembre, por la que se adoptan medidas de apoyo a los ciudadanos y
ciudadanas en materia de vivienda
26
Ley 3/2015, de 18 de junio, de vivienda. País Vasco
27
El artículo decía en concreto “la posibilidad de la expropiación forzosa por un plazo máximo de
tres años del uso de la vivienda objeto de un procedimiento de ejecución hipotecaria contra
deudores o avalistas sin medios económicos u otra vivienda y en riesgo de exclusión social,
instado por una entidad financiera, sus filiales inmobiliarias o entidad de gestión de activos”.
20
21
100
Mapa 1 Comunidades Autónomas y Planes de Vivienda
Fuente: elaboración propia
En cuanto al régimen de tenencia que promueven, y basándonos en las respectivas leyes
de vivienda y en los planes de vivienda recogidos en los códigos de vivienda publicados
por el Ministerio de Fomento, vemos (Cuadro 7) que solo hay dos comunidades
(Extremadura y Castilla la Mancha) que mantienen en sus planes la promoción de
Vivienda de Protección Oficial destinada a la venta. El resto de Comunidades, ya sea a
través de lo convenido con el Ministerio de Fomento o de la mano de planes propios han
puesto en marcha medidas encaminadas a favorecer el acceso a la vivienda a través del
alquiler. Estas medidas van desde la creación de una bolsa de viviendas de alquiler
compuesta tanto por vivienda pública como de vivienda privada propiedad de
particulares y de entidades financieras, pasando por la institucionalización de diferentes
organismos como las Agencias de Vivienda, o los Observatorios de Vivienda, así como
incluyendo diferentes formas de intermediación para el alquiler o para evitar los
posibles desahucios.
101
Cuadro 7. Régimen de tenencia que promueven las políticas autonómicas de vivienda
CCAA
Propiedad
Alquiler
Andalucía*
x
Aragón
x
Cantabria
x
Castilla La Mancha
x
x
Castilla y León
x
Cataluña*
x
Comunidad de Madrid
Comunidad Valencia
x
Extremadura
x
x
Galicia
Islas Baleares
Islas Canarias*
La Rioja
x
Murcia
x
Navarra*
x
País Vasco*
x
Principado de Asturias
x
Fuente: elaboración propia a partir de los códigos de vivienda publicados por del Ministerio de Fomento
Además, las Comunidades Autónomas adoptan diferentes instrumentos para movilizar
la vivienda vacía, que van desde medidas fiscales que gravan la vivienda vacía adoptadas
en Cataluña hasta el registro de viviendas vacías de Galicia.
En tercer lugar, en varios casos como los de Cataluña, Valencia y Castilla y León, hay
alguna medida para interpelar a la administración local y otorgarle más
responsabilidades y competencias a la hora de elaborar políticas de vivienda. En este
sentido, el referente vuelve a ser Cataluña con los Planes de Vivienda de Barcelona en
donde destaca la relevancia del papel local en lo que a políticas de vivienda se refiere.
CONCLUSIÓN
En este capítulo hemos tratado de ver los cambios producidos en las políticas de
vivienda. El objetivo era ver en qué medida los cambios producidos coincidían con
alguno de los modelos en los que se basan las hipótesis.
En ese sentido, las políticas de vivienda pre crisis presentaban un perfil netamente
residual, las partidas presupuestarias a vivienda –gasto directo e indirecto- rara vez
superan el 1% del PIB salvo en una ocasión y la estructura fiscal es claramente regresiva,
es decir, el gasto fiscal estaba muy por encima del gasto directo. Por su parte, el gasto
102
directo estaba articulado fundamentalmente en torno a los Planes Estatales de Vivienda,
los cuales estaban dirigidos fundamentalmente a promover la construcción de Vivienda
Protegida y a ofrecer ayudas para su compra, en forma de ayudas a la entrada del precio
de la vivienda, subsidiarización de préstamos u otras ayudas de carácter financiero.
También hay que añadir que ya en el período inmediatamente anterior a la crisis se
empiezan a esbozar los primeros intentos por favorecer el acceso a la vivienda a través
del alquiler, a través fundamentalmente de ayudas a los inquilinos y ayudas a la
promoción de VP para alquiler. La implantación de los Planes se llevaba a cabo a través
de convenios con las Comunidades Autónomas, las cuales también desarrollaban los
suyos propios buscando la complementariedad a la norma marcada desde los planes
estatales.
Pues bien, las políticas de vivienda post burbuja presentan una serie de rasgos clave
(Cuadro 8). Para empezar, el techo de gasto ha bajado. En el año 2015 –último dato
disponible-, tras el control presupuestario y la sustanciosa reducción de los beneficios
fiscales a la compra de vivienda, este ascendía a un 0,36% del PIB, presentando una
tendencia descendente. A pesar de la enorme disminución del gasto indirecto, este sigue
siendo mucho mayor que el directo por lo que mantiene su estructura regresiva.
103
Cuadro 8 Resumen de políticas de vivienda pre crisis y post burbuja
Gasto
Políticas
estatales
vivienda
de
Pre crisis
Tendencia ascendente
Post Burbuja
Pendiente descendiente.
Por debajo del 1%
Muy por debajo del 1% del PIB
Estructura regresiva
Mantiene estructura regresiva
Conceptual:
problema
accesibilidad y desequilibrio
tenencia
Problema: accesibilidad, desequilibrio y
stock sin vender.
Operativo: convenios CCAA,
convenios
entidades,
subvenciones
y
ayudas
financieras.
Operativo: convenios, y subvenciones.
Sustantivo: ayuda mínima a vivienda en
propiedad, ayudas a inquilinos con rentas
y alquileres bajos, ayudas promoción
parque alquiler público.
Sustantivo:
favorecen
la
compra y la construcción de
vivienda para venta.
Aparecen
los
primeros
esfuerzos pro alquiler (ayudas
inquilinos).
Política
Autonómica
Coherente con políticas estales
excepto País Vasco.
Función complementaria.
Casos disidentes.
Más protagonismo de algunos gobiernos
autonómicos.
Fuente: elaboración propia
En los Planes de Vivienda podemos observar un importante cambio en el régimen de
tenencia que promueven. Si en el período pre crisis los planes estaban destinados a
favorecer la compra y venta de vivienda en propiedad, fundamentalmente vivienda
protegida, tras la crisis esos esfuerzos desaparecen y en su lugar aparece un tímido
intento de favorecer el acceso a la vivienda en régimen de alquiler.
En lo que respecta a la configuración multinivel de las políticas de vivienda, se observa
que si bien antes estas presentaban una alineación en términos sustantivos con las
políticas estatales, tras la crisis se extiende el disenso en algunas comunidades y
aparecen algunos intentos de llevar a cabo políticas de vivienda que coinciden con lo que
hemos denominado como “nuevo modelo”.
104
Ahora bien ¿coinciden estos rasgos con alguno de los modelos descritos por las
hipótesis? ¿A qué patrón se asemejan las políticas de vivienda del sistema de vivienda
español post burbuja?
Pues bien, en términos de gasto no parece seguir ni la línea continuista ni la del nuevo
modelo puesto que mantiene una tendencia claramente descendente y no encaja con la
hipótesis de la continuidad interrumpida ya que hasta el último dato disponible se
observa una sola tendencia. Lo que no implica que esta recuperación se pueda hacer en
un futuro más o menos cercano. Sin embargo, el material empírico en esta cuestión
sugiere que en relación al nivel de gasto el sistema de vivienda español post burbuja
coincide con el neoliberal tardío.
En relación a las políticas de vivienda y ciñéndonos a los planes estatales de vivienda
estatales vemos que en términos sustantivos no coinciden con ninguna de las hipótesis
continuistas ya que la promoción de la compra y venta de vivienda protegida
desaparece. El intento de favorecer un parque público de viviendas sociales a través de
las ayudas al alquiler podría hacernos pensar en cierta cercanía a la hipótesis del nuevo
modelo. Sin embargo, dada la limitación y austeridad de las medidas –unos 600 euros de
precio máximo de renta al mes y 250 euros para la construcción- parece justificado
pensar que en términos sustantivos las políticas de vivienda post burbuja no muestran
una inclinación favorable a la vivienda pública en alquiler. En la práctica, las ayudas son
tan escasas y residuales que el modelo se asemeja más bien al neoliberal tardío. Por su
parte, en lo que respecta a la consolidación de la constitución multinivel de las políticas
de vivienda y a la emergencia de los casos disidentes, demuestran que el proceso de
cambio del sistema español no es del todo homogéneo, lo que nos obliga a añadir un
“pero” a la confirmación de la hipótesis del modelo neoliberal tardío y a reglón seguido
matizarla.
Por el lado institucional, el mayor protagonismo de los niveles subestatales en materia
de política social ha sido explicado por autores como Brenner (2004) Jessop (2008), o
Kazepov (2008) como un elemento más del proceso de reestructuración del Estado de
bienestar asociado al neoliberalismo. Con ello, lo que queremos señalar es que si bien en
términos sustantivos la disidencia de las políticas de vivienda de algunas Comunidades
Autónomas podría verse como un rechazo de la hipótesis neoliberal tardía, por el lado
de la configuración institucional supone una confirmación más.
105
Por tanto, de la mano de las políticas de vivienda queda confirmada la hipótesis del
modelo neoliberal no sin reconocer una serie de matices, matices que al mismo tiempo
deberemos valorar con cautela.
Es momento ahora de pasar a analizar la evolución en la forma de provisión y parte de
los efectos que han tenido los cambios anteriormente reseñados sobre las formas de
provisión de vivienda tanto libre como pública.
106
CAPÍTULO 5. FORMA Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
DE LA PROVISIÓN DE VIVIENDA
107
Tal y como ya hemos puesto de manifiesto, el sistema de vivienda viene definido por las
políticas y arreglos institucionales a través de los cuales se articulan las formas de
acceso y provisión de vivienda. En el capítulo anterior vimos la evolución y principales
cambios producidos en las políticas de vivienda, comprobando que el modelo español se
caracteriza por presentar una forma de provisión de vivienda en propiedad de tipo
especulativa, una provisión de vivienda pública residual y compuesta en su mayor parte
por vivienda en propiedad, y una provisión de vivienda en alquiler dominada por el
mercado de alquiler libre formado por propietarios minoristas, poco profesionalizado y
en donde la vivienda pública en alquiler es meramente anecdótica.
Tras este ejercicio es momento ahora de analizar si la forma y las principales
características de la provisión de vivienda han experimentado algún tipo de cambio
durante la crisis. Recordemos que la estructura de provisión (Barlow y Duncan 1995)
dependía del tipo de planificación, la clase de promotor y el régimen de beneficio.
En este sentido, para confirmar la hipótesis del cambio hacia el modelo neoliberal tardío
(Fernandez and Aalbers 2016; Kemp 2015; Rolnik 2013), la forma de provisión de la
vivienda en propiedad debe seguir siendo de tipo especulativo, el mercado de vivienda
en alquiler debe presentar tintes de desregulación y liberalización y la provisión de
vivienda pública debe mantener su proceso de residualización (Aalbers 2016; Harloe
1995; Whitehead 2003)o de evolución descendente. Pero si por el contrario
encontramos que el mercado de vivienda en alquiler no ha sufrido ningún tipo de
desregularización y la provisión de vivienda pública mantiene los valores previos a la
crisis, tendremos que rechazar nuestra hipótesis y aceptar la hipótesis de continuidad.
Por último, si hallamos que la forma de provisión ya no es de tipo especulativa, que hay
una regularización mayor del mercado del alquiler y una mayor provisión pública de
vivienda, deberemos aceptar la segunda hipótesis alternativa del cambio hacia el nuevo
modelo.
108
Cuadro 9. Hipótesis y formas de provisión de vivienda
Fuente: Elaboración propia
El objetivo de este capítulo es poder responder a todas estas preguntas para, en última
instancia, identificar cuál es la hipótesis adecuada sobre las transformaciones que ha
sufrido la estructura de provisión de vivienda en nuestro país. Así, el capítulo está
dividido en tres partes: una primera parte destinada a examinar la forma de provisión
de vivienda en propiedad; una segunda en la que nos ocupamos del alquiler y,
finalmente una tercera parte dedicada a la provisión pública de vivienda.
LA PROVISIÓN DE VIVIENDA EN PROPIEDAD
Como hemos venido señalando, en España la provisión de vivienda en propiedad antes
de la crisis presentaba unos rasgos claramente definidos: se trataba de una forma de
provisión especulativa. Para Barlow y Duncan (1995) este tipo de provisión se
caracteriza por un régimen de beneficio favorable a los promotores en detrimento de los
constructores, es decir, el valor de la vivienda venía determinado por el precio del suelo
y no por el precio de la mano de obra y/o el precio de los materiales. Además, se trata de
un modelo dominado por una planificación “negativa” en el que prima la iniciativa
109
privada y la falta de regularización. Asimismo, es un modelo en el que la construcción y
promoción de viviendas se realiza fundamentalmente por el sector empresarial y no por
las propias familias o por el Estado.
Cuadro 10 Patrón de los las formas de provisión
Especulativo
Empresas promotoras
Beneficio regulado
Empresas constructoras
Planificación negativa
Planificación positiva
Régimen de beneficio promotor
Régimen Beneficio constructores
Fuente: elaboración propia a partir de Barlow y Ducan (1995)
Nuestro cometido es analizar esta dimensión del sistema de vivienda en función de tres
indicadores: el régimen de beneficio, el tipo de planificación y la clase de promotor
predominante. El régimen de beneficio será examinado viendo las relaciones del precio
de la vivienda, (medido a través del precio medio del metro cuadrado de la vivienda
libre) por un lado con el precio del suelo (precio m2 suelo urbano) y, por otro, con el
coste de los materiales y la mano de obra 28 (a través del índice del coste de los
materiales y mano de obra). Cuanto más dependa el precio de la vivienda del precio del
suelo más especulativo será el régimen de beneficio. Para medir el grado de relación
entre estas variables utilizaremos el coeficiente de correlación de Pearson.
Por su parte, para conocer el tipo de planificación analizaremos la evolución y posibles
variaciones en las leyes que afectan a la regulación y control del suelo. En concreto, las
diferentes leyes estatales de suelo29, en concreto, las Leyes del Suelo de 1998, 2007 y
2015.
En lo que respecta a la clase de promotor predominante, nos basaremos en el número de
viviendas a las que se ha facilitado visado por obra nueva y reforma, datos publicados
por el Ministerio de Fomento. Se trata de un indicador que muestra a qué tipo de
promotor se le concede el visado para la construcción o reforma de la vivienda.
29
Al igual que en el caso de las políticas de vivienda, la competencia en materia de suelo también
está transferida a las Comunidades Autónomas.
110
Cuadro 11 Conjunto de indicadores para la forma de provisión de la vivienda en propiedad
Dimensión
Régimen de beneficio: dependencia precio de
la vivienda del precio del suelo
Indicador
Precio medio metro cuadrado vivienda libre
Precio medio suelo urbano
Índice Coste de la Construcción
Tipo de planificación
Regulación ley del suelo
Clase de promotor
Visados por construcción vivienda nueva
según tipo de promotor
Fuente: elaboración propia.
RÉGIMEN DE BENEFICIO
Para ver si se ha producido un cambio en el régimen de beneficio vamos a comprobar si
el precio del metro cuadrado de la vivienda depende del precio del metro cuadrado del
suelo o del precio de los materiales de construcción. Como indicador del precio del
metro cuadrado existen varios indicadores disponibles según el organismo o institución
que lo publique o bien según el tipo de vivienda, de segunda mano o nueva. Para nuestro
objetivo el indicador ideal sobre el precio de la vivienda debería ser el precio por metro
cuadrado de vivienda nueva, o sea, con un máximo de 5 años de antigüedad. Sin
embargo, solo están disponibles los datos a partir del 2013 en adelante. Para nuestro
objetivo se hace necesario recurrir a datos más antiguos y por ello hemos optado por
utilizar los datos del precio medio del metro cuadrado para la vivienda libre que publica
la Sociedad de Tasación. Sin embargo, no son datos desagregados según antigüedad de la
vivienda. Estos datos corresponden a los datos publicados por el Ministerio de
Fomento30. En cuanto a los datos sobre el precio del suelo, hemos escogido los datos del
El Ministerio de Fomento se basa a su vez en los datos recogidos por las Sociedades de
Tasación Además de la fuente del Ministerio de Fomento, portales inmobiliarios como el de
Fotocasa o Idealistas también publican regularmente informes sobre la evolución de los precios.
La variación entre los precios del Ministerio de Fomento y estos portales es grande, por ejemplo
para el primer trimestre del año 2005 los datos de Fotocasa indican que el precio del metro
cuadrado se situaba en torno a los 2400 euros mientras que los del Ministerio indicaban que su
valor ascendía a 1685 euros, más de 700 euros de diferencia.
30
111
precio de suelo urbano, los cuales nos permitirán medir con más precisión que los datos
de suelo urbanizable o rural. Con respecto a al coste los materiales de construcción
utilizaremos como indicador el índice de precios de la construcción31 elaborado por el
Ministerio de Fomento
En el Gráfico 5 podemos observar la evolución del precio de la vivienda, el precio del
suelo urbano y del índice de costes del sector de la construcción. En él se puede observar
que a pesar de las subidas y bajadas en forma de dientes de sierra, el precio de la
vivienda y el precio del suelo siguen las mismas líneas de tendencias. Por el contrario,
con respecto al el precio de los materiales y de la mano de obra, el índice muestra un
comportamiento estable y sin apenas variaciones a lo largo del período estudiado.
Gráfico 5. Precio de la vivienda, precio del suelo urbano e índice de costes sector de la construcción
3.500,0
300,0
3.000,0
250,0
2.500,0
200,0
2.000,0
150,0
1.500,0
100,0
1.000,0
50,0
500,0
0,0
0,0
T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4T1T2T3T4
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
Precio m2 vivienda libre.
Precio m2 vivienda Fotocasa.
Índices de costes sector de la construcción
Precio suelo urbano
Fuente: Banco de España y Ministerio de Fomento
El índice de costes de la construcción es un indicador coyuntural que elabora el Ministerio de
Fomento y que tiene como objetivo medir la evolución, en términos económicos, del sector de la
construcción. Fuente: Nota metodológica del índice de costes del sector de la construcción de la
estadística del Ministerio de Fomento.
31
112
Por otro lado, si calculamos el Coeficiente de Correlación de Pearson entre el precio
medio del metro cuadrado de la vivienda libre desde 2005 hasta 2016 –datos del
Ministerio de Vivienda-y el precio del suelo para los mismos años este nos da un 0,91 32.
Se trata de una correlación positiva muy alta. Es decir, existe una gran dependencia
entre el precio de la vivienda y el precio del suelo.
Por su parte, el coeficiente de correlación entre el precio de la vivienda y el índice del
coste de la construcción es de -0,24, lo que indica la inexistencia de dependencia entre
ambas variables. Por lo tanto, podemos afirmar que el régimen de beneficio está
destinado a favorecer a los promotores y no a sufragar el coste de la construcción de
viviendas, coincidiendo este primer indicador con el modelo especulativo.
El coeficiente de correlación de Pearson mide el grado de relación entre dos variables
cuantitativas, el valor del índice varía entre -1 y 1, indicando el sentido de la relación. Si el
resultado es igual a 1 se trata de una correlación positiva perfecta. Si es -1 la correlación será de
tipo negativa. Cuanto más se acerque a 0 menos dependencia entre ambas variables existirá.
32
113
TIPO DE PLANIFICACIÓN
De acuerdo con Barlow y Ducan (1995), la provisión de vivienda en propiedad también
puede venir condicionada por el tipo de planificación, ésta puede ser positiva o negativa
dependiendo del grado de control y en manos de quien se deposite la iniciativa de la
construcción y urbanización. La planificación “negativa” corresponde a modelos de
provisión de vivienda de tipo especulativo en donde el grado de control es muy bajo y la
iniciativa de construir y urbanizar recae en el sector privado. Por su parte, planificación
“positiva” es aquella en la que prevalece el control sobre el suelo y la urbanización se
produce a iniciativa del sector público.
En el sistema español, el urbanismo y la planificación urbana son competencia
fundamentalmente de las Comunidades Autónomas - en virtud del artículo 148.1.3 de la
CE y los respectivos Estatutos de Autonomía- y de las Administraciones Locales
(Fernández Montalvo 2007), los cuales se encargan de la planificación y la gestión
urbanística a través de diferentes figuras como los planes generales, los planes
especiales, etc. Sin embargo, la administración central del Estado ha ido regulando esta
materia amparándose en la necesidad de asegurar “las condiciones básicas que
garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho de propiedad del suelo en todo el
territorio nacional” (Ley del suelo 1998).
Así, desde la llegada de la democracia hasta la actualidad se han sucedido hasta tres
leyes del suelo: la Ley del Suelo de 1990, la del 1998 y la del 2007, a las que hay que
añadir el Real Decreto Legislativo 7/2015, de 30 de octubre, de la Ley de Suelo y
Rehabilitación Urbana33..
Aunque comentemos los antecedentes y la evolución en el grado de regulación del suelo,
nuestro objetivo es conocer este aspecto antes y después de la crisis, por ello nuestro
análisis se va a basar, principalmente, en la Ley del Suelo de 1998 y la Ley de 2007. La
Ley del suelo de 1998 viene precedida por la Ley 7/1997 de 14 de abril, de medidas
liberalizadoras en materia de suelo y de Colegios Profesionales. Esta ley es el primer
intento de reducir las tipologías de suelo, eliminándola distinción entre suelo
La Ley de 2015 es un texto refundido por lo que no hay innovación o cambio sustantivo si no
la unificación de varias leyes.
33
114
urbanizable programado y no programado al ser todo él ahora urbanizable. Además,
simplifica procedimientos acortando plazos. La propia ley en la exposición de motivos
comienza definiendo entre sus objetivos el de incrementar la oferta de suelo:
“Dada la situación del mercado de suelo y la vivienda se hace necesaria la
aprobación de unas primeras medidas que ayudarán a incrementar la oferta de
suelo con la finalidad de abaratar el suelo disponible.”
Sin
embargo,
la
sentencia
61/1997
del
Tribunal
Constitucional
consideró
inconstitucional dicha norma por la invasión de competencias34 y ello obligó al gobierno
de Aznar a aprobar una nueva ley para cubrir el vacío existente, resultando la Ley del
Suelo de 199835. Esta ley contempla tres tipos de régimen de suelo: suelo urbano, suelo
no urbanizable y suelo urbanizable.
Lo importante de esta diferenciación es que
“incorpora potenciales contenidos urbanísticos a todo el suelo no expresamente
protegido y formalmente excluido de la urbanización. El suelo residual no es suelo
rústico o no urbanizable, sino urbanizable que se define negativamente como aquel que
no tenga la condición de urbano o no urbanizable” (Fernández Montalvo 2007:86).
Además, al amparo del Decreto Ley 4/2000 de medidas urgente de liberalización del
sector inmobiliario y transportes, la ley señala que la delimitación de terreno
Los principios por los cuales el Estado se reserva competencias para legislar e intervenir en
materia de urbanismo son los de garantizar las condiciones básicas que garanticen la igualdad
en el ejercicio del derecho de propiedad del suelo en todo el territorio nacional, así como regular
las materias que inciden en el urbanismo, como son la expropiación forzosa, la responsabilidad
de las administraciones públicas o el procedimiento administrativo común” (Fernández
Montalvo 86:2007). En este sentido y según Rodríguez Roldán (2013), el Estado regula las
condiciones básicas del régimen jurídico común y homogéneo a fin de garantizar el respecto en
cualquier punto del Estado de unos mínimos derechos y deberes para los ciudadanos. A este
ordenamiento básico cada comunidad autónoma ha desarrollado su propio y diferenciado
ordenamiento jurídico, lo que supone la existencia de 18 ordenamientos jurídicos diferentes.
Dada la complejidad de su análisis aquí nos vamos a referir solamente a la normativa estatal
básica, pues por poner un ejemplo, el ordenamiento urbanístico de Cataluña comprende unas
diez leyes, el de Andalucía siete o 30 leyes parciales para el caso de las Islas Baleares, las cuales
carecen de ley de suelo propia, ,.
34
Esta ley, si bien se adapta a los títulos competenciales del Estado, fue también objeto de
control constitucional en las Sentencias del Tribunal Supremo 164/2001 de 11 de julio y
modificada por el Real decreto ley 4/2000 de 23 de junio, más tarde transformado en la Ley
10/2003 de 20 de mayo 8 (Fernández Montalvo 2007)
35
115
urbanizable dependerá no solo de que la Administración lo haga a través del plan
general, sino que también habrá de hacerse a través de un proyecto de delimitación
formulado por iniciativa privada. Los propietarios pueden promover dicha
transformación
presentando
ante
el
ayuntamiento,
para
su
aprobación,
el
correspondiente planeamiento de desarrollo (Fernández Montalvo 2007). Se trata de un
modelo de planificación de carácter negativo en donde la iniciativa de urbanizar queda
delegada a la iniciativa privada, además de producir suelo urbanizable lo más rápido
posible. El objetivo de dichas leyes no era otro que el ampliar al máximo la oferta del
suelo para así abaratar el precio del mismo, pero este, como sabemos, no bajó sino que
aumentó --y de forma muy rápida-- dando lugar a la burbuja inmobiliaria.
En el año 2007 y con las primeras señales del fin de la burbuja, el gobierno del Partido
Socialista con José Luis Rodríguez Zapatero al frente aprueba la Ley del Suelo 8/200736,
la cual parte de una serie de principios que, al menos en teoría, marcan un cierto cambio
con respecto a la legislación anterior. En efecto, si bien dicha ley renuncia a catalogar los
tipos de suelo -por considerar esa tarea propia del legislador autonómico-, trata de
establecer unos principios básicos de ordenación urbana basados en un mayor control
del proceso urbanizador, en la vuelta a la ciudad consolidada y en pos del desarrollo
sostenible. Aunque esta ley no clasifica el suelo establece que solamente puede ser
urbanizable el suelo preciso para satisfacer las necesidades que lo justifiquen. Es decir,
invierte el procedimiento y ahora lo que se debe justificar es el suelo que pasa a ser
urbanizable y no el suelo no urbanizable, como ocurría con la anterior ley . Además,
establece que los municipios reserven hasta un 30% de suelo en actuaciones
urbanizables, para Vivienda de Protección Oficial37.
Cabe señalar que en términos de planificación el cambio producido trata, al menos en la
teoría, de controlar y reducir el grado de especulación existente en la forma de provisión
de vivienda en nuestro país. En este sentido, si bien el régimen de beneficio era
claramente de tipo especulativo, aquí los cambios producidos no nos permiten
confirmar la tesis del cambio hacia modelo neoliberal. Esta cuestión nos lleva a abordar
Le ley es derogada por Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que se aprueba
el texto refundido de la Ley de suelo.
36
La obligación de reservar el 30% del suelo en 2013 quedó aplazada durante los siguientes
cuatro años
37
116
la titularidad de la promoción y construcción de las viviendas, es decir, el tercer
indicador de la forma de provisión.
Cuadro 12. Leyes del suelo, tipo de clasificación e iniciativa que promueve.
Ley
Ley 1998
Clasificación de suelo
Urbano, urbanizable y no urbanizable.
Parque sea no urbanizable se debe
justificar
Iniciativa
Pública y Privada
Ley 2007
Delega a las leyes autonómicas pero exige
que para que se proceda a la
urbanización haya un informe que avale
su necesidad
Pública y se incorporan controles
para la privada
Igual en la
refundido.
Igual que en la anterior, es un texto
refundido
Ley 2015
anterior,
es
un
texto
Se reserva un 30% para VP
Fuente: elaboración propia
CLASE DE PROMOTOR
Cabe recordar que según Barlow y Duncan (1995) el modelo especulativo está
dominado por las promociones de vivienda de titularidad privada, mientras que el
modelo asociado a los modelos socialdemócratas, llamado de beneficios limitado, se
caracteriza por un cierto equilibrio entre el sector privado y el sector público por último
y, por último, el modelo familiarista está marcado por la autopromoción. Como
indicador hemos utilizado el número de visados38 por obra nueva, ampliación y reforma
según la clase de promotor: personas físicas y comunidad de propietarios, sociedades
mercantiles, cooperativas y administraciones públicas39.
Según el Ministerio de Fomento, “esta estadística se realiza con los datos administrativos de
los visados de encargo profesional de dirección de obra. La normativa vigente establece que en
toda obra de arquitectura es preceptiva la intervención de, al menos, un aparejador que asuma,
respecto a su dirección, las atribuciones fijadas por el Decreto 265/1971, de 19 de febrero, sin
perjuicio de las competencias que puedan corresponder a otros profesionales. La participación
de los aparejadores y arquitectos técnicos en la estadística sobre obras en edificación consiste
precisamente en el suministro al Ministerio de Fomento, a través de sus respectivos colegios
provinciales, de la información necesaria para la elaboración de esta estadística.
38
Es importante aclarar que el tipo de promotor Administración Pública no significa que se trate
de visados correspondientes a promoción pública de vivienda. Este tipo de promociones se lleva
a cabo por promotores públicos los cuales adquieren la forma de sociedad mercantil pública; los
39
117
Gráfico 6. Evolución del número de visados visados de dirección de obra. obra nueva, ampliación y reforma según
el tipo de promotor. 1996 -2016
Fuente: Banco de España
Gráfico 6 muestra la evolución desde 1996 hasta principios del 2016 de los visados de
dirección de obra nueva, ampliación y reforma según tipo de promotor. En él se pueden
apreciar fácilmente los años de la burbuja inmobiliaria, en donde entre 1996 y el 2006 el
volumen de visados ascendió a 6.555.406 (el máximo se alcanza en septiembre de 2006
en donde en tan solo un mes se conceden 130.630 visados, lo que equivale a una ciudad
del tamaño de Tarragona). A lo largo de este período (1996-2006) la proporción de
viviendas promovidas por sociedades mercantiles es de 76,29 frente al 18,47 por ciento
de visados concedidos a personas físicas. Tras la crisis, la demanda de visados por obra
nueva y reforma disminuye enormemente -un 74,68 por ciento - pues de los más de 6,5
millones de visados se pasa a poco más de un 1,6 millones. Con esta reducción podemos
ver (Gráfico 7) cómo entre 2010 y 2015 se invierten los términos y las promociones de
vivienda emprendidas por sociedades mercantiles ascienden a un 40,28% frente al
51,73% de los visados concedidos a personas físicas y el 4,92 % a cooperativas.
visados de este tipo están incluidos dentro de las sociedades mercantiles. Por su parte, los
visados correspondientes a la Administración pública corresponden más a reformas y
ampliación que a construcción de vivienda nueva.
118
Gráfico 7 Proporción de viviendas según clase de promotor (visados de dirección de obra. obra nueva,
ampliación y reforma.)
Fuente: Ministerio de Fomento
En efecto, en el caso las promociones de viviendas cuya titularidad son sociedades
mercantiles vemos que desde el año 1992 hasta 2007 estas son mayoritarias superando
el 8040 % en el 2006, pero a partir de ese año la distribución sufre un importante
cambio, disminuyendo la presencia de las sociedades mercantiles hasta situarse en el
2013 en el 34,6 % por ciento. Por su parte, los visados de promociones cuya titularidad
son personas físicas experimentan justo el cambio opuesto: sufren una progresiva
disminución entre 1992 y 2006 para experimentar un importante crecimiento hasta el
2013, año en el que representan el 58,4 % por ciento de los visados proporcionados. No
obstante, a partir de ese año, los datos muestran una tercera tendencia en donde las
promociones cuya titularidad son sociedades mercantiles comienzan a aumentar y a
reducirse las autopromociones.
Con todo, la forma de provisión de la vivienda en propiedad parece no haber
experimentando grandes cambios, más allá del tipo de planificación. Tanto el régimen de
beneficio como la titularidad de los promotores sigue coincidiendo con el modelo
especulativo.
40En
concreto 82,3. Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Ministerio de Fomento.
119
Cuadro 13 Forma de provisión vivienda en propiedad pre crisis y post burbuja
Régimen
Beneficio
de
Pre crisis
A favor del promotor
Post Burbuja
A favor del promotor
Tipo
planificación
de
Negativa
Negatividad atenuada
Clase
promotor
de
Sociedades mercantiles
Durante la crisis personas físicas y
recuperación sociedades mercantiles
2015
Fuente: elaboración propia
LA PROVISIÓN DE VIVIENDA LIBRE EN ALQUILER
Ahora nos ocuparemos de ver en qué medida ha cambiado la forma de provisión de
vivienda en alquiler tras la crisis. Como ya comentamos anteriormente, la forma de
provisión de vivienda en alquiler en España se había caracterizado por estar compuesta
por minoristas y pequeños tenedores, por una participación del Estado meramente
anecdótica (la vivienda pública en alquiler oscila entre el 1 y 2 % del parque de
vivienda) y por ser históricamente un mercado muy regulado. Como recordarán, hasta
el llamado Decreto Boyer de 1985 el alquiler estaba regulado por la Ley de
Arrendamientos Urbanos de 1964, la cual establecía estricta regulación a favor de los
inquilinos 41 . A partir del mencionado decreto el sector del alquiler comienza a
desregularse. A esta medida se añade la Ley 19/1992 de Régimen de Sociedades y
Fondos de Inversión Inmobiliaria y sobre Fondos de Titulización (ver Ilustración 3) con
la que se pretendía hacer más atractivo el mercado del alquiler a través de condiciones
fiscales favorables para sociedades de inversión. Sin embargo y tal y como hemos
apuntado en anteriores capítulos, entre 1996 y 2007 el sector del alquiler menguó hasta
La LAU surge en medio del proceso de éxodo rural del desarrollismo franquista. Su objetivo
era frenar la espiral especulativa que estaba experimentando el mercado del alquiler en las
principales ciudades españolas tras la llegada masiva de población de zonas rurales. Entre otras
muchas cuestiones la LAU permitía, prorrogar el contrato de forma indefinida incluso subrogar
descendientes y familiares de hasta tercera línea, medida que implicaba una estabilidad y
congelación de precio de la vivienda en alquiler. Para muchos analistas (Pareja y Sánchez 2011,
Inurrieta 2007, Leal 2004, 2005) esta histórica rigidez del mercado del alquiler frente al gran
estímulo a la adquisición de vivienda explica la gran estrechez de este sector generando un
sistema de tenencia desequilibrado y sin alternativas reales a la vivienda en propiedad.
41
120
alcanzar el mínimo histórico en el 2001 con tan solo el 11,4 %42 de las viviendas en
régimen de alquiler.
En este sentido, de lo que se trata aquí es de ver si las condiciones del mercado del
alquiler tras la Crisis Financiera Global y económica nacional siguen siguiendo similares
a las del período precrisis. Los indicadores de los que nos vamos a servir son:
-
La clase de propietarios, si son públicos o privados
-
El tamaño de los propietarios
-
Grado de regulación del mercado.
En relación a las hipótesis que planteamos al inicio del capítulo (Cuadro 14) cuanto más
desregulado esté el mercado, menos haya vivienda pública en alquiler y más grande sea
el tamaño de los propietarios, más se acercará el sistema de vivienda español post
burbuja al modelo neoliberal tardío. Mientras que si los propietarios aumentan pero son
de carácter público y aumenta el grado de regulación, más próximo estará nuestro
sistema al llamado “nuevo modelo”. Por su parte, si se producen cambios pero estos son
de carácter temporal el sistema español solo habrá sufrido un cambio coyuntural.
42 Fuente: Censo de Población y Viviendas. 2001. INE
121
Cuadro 14. Hipótesis de la forma de provisión de la vivienda en régimen de alquiler
Continuidad
Continuidad
interrumpida
Neoliberal
tardío
Nuevo modelo
Clase de
propietario
Privado
Privado o
Público durante
la crisis, privado
después
Privado
Público
Tamaño de los
propietarios
Pequeño
Grande durante
la crisis, pequeño
después
Grande
Grande
Grado de
regulación
Semidesregulado
Desregulado o
más regulado
durante la crisis
semidesregulado
después
Desregulado
Más regulado
Fuente: elaboración propia
CLASE DE PROPIETARIO DE LA VIVIENDA EN ALQUILER
Como ya hemos comentado, el mercado del alquiler en España está formado
fundamentalmente por minoristas o pequeños propietarios. Sin embargo, las únicas
fuentes estadísticas de las que disponemos para son de carácter secundario y a través de
estudios ya publicados. En concreto hay que mencionar el estudio que realizó en el
2007 Alejandro Inurrieta Beruete para la Fundación Alternativas sobre el mercado del
alquiler en España. En este documento Inurrireta (2007) explota los datos del Censo de
Viviendas del 2001 y la Encuesta de Demanda de Alquiler del Ministerio de Fomento
para el 2003. En esta encuesta se calcula que hay un total de 1.104.300 viviendas en
alquiler de las cuales 950.300 viviendas eran propiedad de personas físicas, es decir, un
86% del total, dato que confirma el carácter minorista del mercado de la vivienda en
alquiler.
122
Tabla 4. Tipo de propietario de la vivienda en alquiler
Total
Personas
Físicas
%
Administraciones o
sociedades de
arrendamiento
%
Sociedades
Privadas u
otras
%
1.104.300
950.300
86%
79.800
7,2%
74.300
6,7%
Fuente: Encuesta de Demanda de Vivienda en Alquiler del Ministerio de Fomento del 2003 en
Inurrieta(2007)
Tras la crisis es imposible conocer con exactitud la evolución de dichas tasas pero no hay
datos públicos disponibles. Sin embargo, sí que sabemos que el tamaño del mercado de
viviendas en alquiler ha aumentado en parte por el enorme stock de viviendas que
quedaron sin vender tras la llegada de la crisis. Según el Censo ya en el 2011 el número
de viviendas principales en alquiler se situaba 2.438.574 viviendas lo que supone un
crecimiento de un 51,1 % con respecto a la década pasada en donde la cifra era de
1.614.221 en 2001. En el 2013 el documento del Plan Estatal de Vivienda mencionada
que al stock de viviendas nuevas sin vender por la falta de crédito y la crisis ascendía a
680.000 viviendas. Por tanto, parece evidente que el mercado de la vivienda en alquiler
ha crecido sustancialmente.
Ahora bien, el tamaño del mercado dice poco de las características de sus provisores.
Como no existen datos reales ni estimados sobre la distribución de la propiedad, nos
vamos a basar en datos aproximados para los que sí hay datos publicados como el
número de grandes tenedores y el número de viviendas que tienen los diez mayores.
Como apuntamos más arriba, en el 2003 unas 154.000 viviendas pertenecían a algún
tipo de sociedad de arrendamiento o sociedad privada. Ante la ausencia de datos
mejores, en el 2017 sabemos que el número de sociedades o empresas dedicadas al
arrendamiento ha aumentado, especialmente tras la aprobación en el 2009 de la Ley por
la
que
se
regulan
Sociedades
Cotizadas
de
Inversión
en
el
Mercado
Inmobiliarias43(SOCIMIs) y sus posteriores modificaciones en el 2012, entre las que cabe
Las SOCIMIS son entidades que cotizan en los mercados de valores y que se dedican a la
adquisición, promoción y rehabilitación de inmuebles para su arrendamiento. Se inspiran en los
real estate investment trusts, surgidos en Estados Unidos en la década de los 60 del siglo XX, y
funcionan en España desde 2009, año en el que se aprobó la primera ley al respecto (Ley
43
123
destacar los cambios favorables al régimen fiscal. Así, actualmente hay cotizando unas
33 SOCIMIS según el Mercado Alternativo Bursátil44 .
Su naturaleza es variada en
tamaño y tipo de “activos”, algunas se dedican al alquiler exclusivamente de oficinas
como el caso de la SOCIMI Corona Patrimonial con dos edificios de oficinas. otras con
muchos más activos y mayor heterogeneidad en su cartera como por ejemplo Albirana
Properties con más de 5.000 inmuebles entre pisos, casas, garajes o trasteros45.
Sin embargo, las SOCIMIS no son la única figura que puede ser considerada como gran
tenedor. A éstas hay que sumar las entidades bancarias y sus filiares inmobiliarias como
Solvia para el Banco Sabadell o Caixabank-Building Center para La Caixa, o la Sociedad
de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) que
gestiona el conjunto de “activos tóxicos” que el mercado inmobiliario y financiero no ha
sido capaz de absolver tras la crisis.
11/2009, de 26 de octubre, por la que se regulan las Sociedades Anónimas Cotizadas de
Inversión en el Mercado Inmobiliario). El objetivo de la Administración consistía en dinamizar el
sector y revitalizar el alquiler, el cual tiene poco peso en nuestro país. Para incentivar a las
compañías a convertirse en SOCIMIS existen algunas ventajas desde el punto de vista fiscal:
están exentas de pagar el impuesto de sociedades y cuentan con bonificaciones del 95% en el
impuesto de transmisiones patrimoniales y en el de actos jurídicos documentados.
Fuente: https://blog.anida.es/socimis-que-son-y-cual-es-situacion-espana/
44Fuente:
45
https://www.bolsasymercados.es/mab/esp/SOCIMI/Listado.aspx
Fuente: http://www.albiranaproperties.com/
124
Tabla 5. Grandes tenedores y número de viviendas que poseen.
Con todo, según un informe elaborado por Solvia sobre el estado del mercado del
alquiler las diez más grandes tenedoras de España controlaban en el 2016 una cartera
de unas 86.000 viviendas, algunas de las cuales con 38.000 como Caixabank-Building
Center, Lazora con 11.500 o el fondo de inversión Blackstone con 10.500 viviendas. Este
dato supone más solo los diez mayores propietarios tienen más del 50 por ciento del
volumen de viviendas que en el 2003 estaban en manos de empresas. La emergencia de
este tipo de grandes tenedores y con tal volumen de viviendas supone claramente el
inicio del proceso de profesionalización del sector del mercado del alquiler.
Con todo en el cuadro 15 resumimos las principales características de la forma de
provisión de la vivienda en alquiler.
125
GRADO DE REGULACIÓN DEL MERCADO DEL ALQUILER
En este apartado vamos ver de qué manera se han producido cambios en la regulación
del mercado del alquiler. Cuanto más desregulación o flexibilización del mismo, más se
aproximará el sistema de vivienda español post burbuja al modelo neoliberal tardío, si
no se han producido modificaciones se habrá producido una evolución continuista y si,
por el contrario, si se han producido cambios pero estos han ido orientados a una
mayor regularización, la hipótesis que confirmaremos será la del nuevo modelo.
Dicho esto, recordemos que históricamente el mercado de la vivienda español se había
caracterizado por una rígida regulación orientada a frenar los procesos especulativos
que a mediados de los años 60 se estaban produciendo en las principales ciudades
españolas con motivo de la llevada de población procedente del medio rural. En 1964 el
régimen franquista promulga la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en donde los
intereses del inquilino quedan garantizados muy por encima de la del arrendador. En
ella la duración de los contratos es prácticamente de carácter indefinido. Se establece un
régimen de prórroga forzosa con la posibilidad de subrogar el mismo a cualquier
familiar de hasta tercer grado de consanguineidad. Con ello, el aumento de la renta de
alquiler se producía bajo el incremento del IPC, de forma que los preciso de la vivienda
en alquiler hasta el Decreto Boyer eran realmente bajos, “congelados” durante veinte
años. La Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 calificaba las rentas de los pisos cuyo
contrato se regía por la ley del 1964 de “ineconómicas”. Ya hemos comentado que para
muchos analistas la ausencia de un mercado de viviendas en alquiler se debe, en parte, a
esta ley que disuadía la inversión económica en un mercado caracterizado por la
ausencia de rentabilidad.
El Real Decreto-ley 2/1985, de 30 de abril, sobre Medidas de Política Económica, más
conocido como Decreto Boyer, supone el primer intento de liberalización del mercado
del alquiler, en él entre otras cosas, se suprimía el carácter obligatorio de la prórroga
forzosa o se establecía la libertad para la transformación de viviendas en locales de
negocio.
Sin embargo, no es hasta 1994 cuando se produce la gran reforma del mercado del
alquiler bajo la Ley 29/1994 de 24 de noviembre, de Arrendamientos Urbanos. Con esta
126
Ley se establece un mínimo de cinco años de contrato con un máximo de tres prórrogas
de un año cada una.
Con la llegada de la crisis se producen una serie de reformas consistentes en “dinamizar”
y “flexibilizar” el mercado del alquiler. La primera de dichas reformas fue la Ley
19/2009, de 23 de noviembre, de Medidas de Fomento y Agilización Procesal del
Alquiler y de la Eficiencia Energética de los Edificios, más conocida como Ley del
Desahucio Express, dirigida a “fortalecer la seguridad jurídica de las partes en los
contratos de arrendamiento”. Algunas de las medidas más importantes son, por un lado,
que el arrendador ya no necesita alegar la vivienda para uso propio para no prorrogar el
contrato como ocurría hasta entonces, pues con esta modificación basta con alegar que
la vivienda será para uso de algún familia de primer grado de consanguinidad. Por otro
lado, para agilizar los procesos de desahucio por impago de rentas, en este caso la ley
reduce de dos meses a uno los meses el plazo que debe transcurrir desde el momento en
que el arrendador interpone un requerimiento al inquilino por el impago de rentas y la
presentación de la demanda.
Asimismo, en el año 2013 se aprueba la Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de
flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas que, como su propio
nombre indica, está destinada a fomentar el mercado del alquiler a través de la
flexibilización de un conjunto de medidas. En concreto, la ley pretende “flexibilizar el
mercado del alquiler para lograr la necesaria dinamización del mismo” (B.O.E 124 de 5
junio de 2013).
Cuadro 15 Forma de provisión vivienda en alquiler libre pre crisis y post burbuja
Pre crisis
Post burbuja
Grado de regulación
Semidesregulado
Avanza la desregulación
Tipo de tenedor
Minorista
Aparece la figura del gran tenedor
Clase de promotor
Privado
Privado
Fuente: elaboración propia
En definitiva, parece evidente que la dirección de las medidas por las que se rige el
mercado del alquiler ha sido hacia una mayor flexibilización y primando “la libertad de
127
pactos” entre las partes por encima del control y regulación del mercado. A esto se suma
una reducción muy significativa de la construcción de vivienda protegida tanto en
régimen de propiedad como de alquiler. Pero a pesar del significativo descenso de la
vivienda en propiedad este régimen de tenencia sigue siendo el más extendido. En
cuanto a la forma de provisión, si en la etapa precrisis este era de tipo especulativo con
un tipo de planificación claramente negativo, es decir, un régimen de beneficio favorable
al promotor y donde predominaba el sector privado como principal promotor de
viviendas, en el período post crisis el régimen de beneficio sigue siendo a favor del
promotor, si bien hay un mayor control en el tipo de planificación estableciéndose
algunos cortapisas y controles, predominando el sector privado frente al resto de clases
de promotores.
LA PROVISIÓN PÚBLICA DE VIVIENDA
Es momento ahora de ver también en qué medida ha cambiado la provisión pública de
vivienda. Recordemos que la hipótesis de investigación era que el modelo neoliberal
tardío se basaba en el fomento del acceso a la vivienda en alquiler libre y la aplicación de
políticas de austeridad a la promoción pública de viviendas. Frente a esta tenemos la
hipótesis de continuidad, que afirmaba que no había cambios sustanciales en la
provisión pública de vivienda. Y finalmente también albergábamos una tercera hipótesis
y es la del crecimiento de la promoción pública de vivienda. El indicador del que nos
vamos a servir es el número de viviendas de promoción oficial con calificación
provisional que es el que sirve para conocer el número de viviendas protegidas nuevas.
Cuantas menos viviendas de protección oficial calificadas, más se aproxima el sistema de
vivienda español al modelo neoliberal tardío. Cuantas más calificaciones haya, el modelo
español será más próximo al nuevo modelo de sistema de vivienda. Y por último, si el
número de viviendas de protección presenta una evolución estable tendremos que
afirmar que no ha existido ningún proceso de cambio.
La vivienda pública en España ha tenido históricamente la forma de Vivienda de
Protección Oficinal (VPO). Esta figura cuyo origen se sitúa en las políticas de vivienda
128
franquistas
46
ha adquirido a su vez diferentes formas desde su moderna
institucionalización en 197847. En efecto, de la mano de los diferentes Planes Estatales y
Autonómicos de Vivienda la vivienda de protección oficial ha ido modificando sus
condiciones según los tramos de renta, el tipo de promotor y el régimen de tenencia.
En general y a pesar de las variaciones, esta figura se caracteriza por ser un tipo de
vivienda en régimen de propiedad a la que se aplican diferentes tipos de subvenciones o
unas condiciones de financiación muy favorables o ventajosas48. Más que de vivienda
pública sería más acertado hablar de vivienda en propiedad subvencionada. Aunque su
promoción puede llevarse a través de promotoras públicas en su mayoría la
construcción y promoción de este tipo de viviendas ha estado en manos de promotoras
privadas, las cuales construyen y promocionan viviendas con unas dimensiones
máximas –normalmente entorno a 90 m2--, cuya precio no puede ser superior a un tope
establecido por orden ministerial. A cambio, los promotores reciben por parte del
Estado y las Comunidades Autónomas ayudas y condiciones ventajosas de financiación
que compensen la diferencia con respecto al precio de mercado. Otra característica de
este figura es que su comercialización está restringida, pues solo pueden ser
beneficiarios de las mismas personas u hogares que carezcan de una vivienda en
46Durante
el régimen franquista bajo el régimen de protección existían distintos tipologías de
viviendas figuras como las Viviendas de Renta Limitada, las Viviendas Bonificadas (para clases
medias) o las Viviendas de Renta Limitada. La denominación de protegida hace referencia a las
favorables condiciones de financiación que recibían los promotores. Se trataban de unas
condiciones ventajosas especialmente en forma de préstamos cualificados y a través de
subvenciones, es lo que se conocía como “ayudas a la piedra”.
47Real
Decreto-Ley 31/1978, de 31 de octubre, sobre política de viviendas de protección oficial
El principal instrumento de financiación ventajosa es a través de la subsidiación de los
préstamos convenios. Préstamos convenidos que consisten en préstamos concedidos en
condiciones más ventajosas que las habituales, pactadas entre el Ministerio de Vivienda y
entidades de crédito. Las características comunes de estos los préstamos son: 1) Serán
concedidos por entidades de crédito que hayan suscrito convenios con el Ministerio de Vivienda.
2) No se podrá aplicar comisión alguna por ningún concepto en relación con estos préstamos. 3)
El tipo de interés aplicable a los préstamos cualificados (tanto a los nuevos, como a los
concedidos anteriormente en el marco del Plan de Vivienda) será acordado anualmente por el
Consejo de Ministros. 4) Las cuotas a pagar a la entidad de crédito serán constantes a lo largo de
la vida del préstamo, dentro de cada uno de los períodos de amortización a los que corresponda
un mismo tipo de interés.5) Los préstamos serán garantizados con hipoteca, salvo excepciones
previstas en el Plan.
48
129
régimen de propiedad y que dispongan de un máximo de renta concreto49 y que varía
según el tipo de vivienda en protección al que deseen acceder , tal y como ya vimos en el
capítulo anterior. Además, los adjudicatarios de estas viviendas no podrán proceder a su
venta hasta pasado un mínimo de tiempo normalmente, 30 años dependiendo de la
normativa que les corresponda.
Una vivienda es considerada de protección oficial a través de su calificación
“provisional50” y “definitiva” cuando está terminada. Para los planes estatales existen
varias tipologías, de Régimen General y de Régimen Especial51. Esta diferenciación se
establece en función de la naturaleza de los promotores y las características de los
usuarios de las viviendas (Sánchez Martínez 2002). El Régimen General comprende las
viviendas destinadas a los tramos más altos de renta, mientras que las de Régimen
Especial son para los de menor nivel de renta. En el primer caso, las promociones suelen
ser llevadas a cabo por promotores privados y en el segundo por públicos.
El nivel de renta se mide actualmente con el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples
(IPREM). El IPREM aparece cada año recogido en los Presupuestos Generales, en el año 2016
este estaba en 532,51 euros, unos 6.390,13 euros anuales (12 pagas). Se trata de una cantidad
que se ha mantenido intacta desde el año 2010. Antes del IPREM hubo otras formas de medir el
nivel de renta como el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) O los Ingresos Medios Ponderados
(IMP).
49
50Solicitud
de calificación provisional: tiene la consideración de trámite inicial. Marca el inicio
del procedimiento y es la expresión de la voluntad del promotor de someter las viviendas a la
legislación específica. Calificación definitiva: es el acto administrativo por el que se otorgan
definitivamente los derechos y obligaciones derivados del régimen legal de protección, al
cumplir la edificación los requisitos técnicos y legales vigentes. Fuente: Ministerio de Fomento.
A estas dos categorías se suman las que cada Comunidad Autónoma establece en función de
sus planes autonómicos de vivienda. Por ejemplo, en Andalucía existen tres tipos de protección
para la vivienda en propiedad – viviendas protegidas de régimen especial, de régimen general y
viviendas protegidas de iniciativa municipal y autonómica,- más dos categorías para la vivienda
en alquiler –viviendas protegidas en alquiler de renta básica y viviendas protegidas en alquiler
en opción a compra; e incluye dos modalidades más, vivienda joven y sistemas especiales. La
vivienda joven a su vez incluye tres categorías, en venta y en alquiler con opción compra más
alojamientos para universitarios. Los sistemas especiales incluye otras tres categorías, las
viviendas de promoción pública para la Integración Social, Alojamientos de Promoción Pública y
Alojamientos protegidos. Recordemos que esta materia estaba delegada a las Comunidades
Autónomas y que el estado se reservaba la protesta de legislar en función del principio de
equidad.
51
130
El tipo de vivienda protegida de Régimen Especial suele ser fomentado por promotores
públicos ya que por la limitación del precio de venta y las características de su demanda
es un tipo de promoción que no acostumbra a interesar a los privados. La figura de los
promotores públicos nace a finales de los años 80 y es creada por el Ministerio de Obras
Públicas y Urbanismo (MOPU) en el Real Decreto 1494/1987 de 4 de diciembre para
garantizar la construcción de un tipo de viviendas poco atractivas para el mercado libre.
En la actualidad la mayor parte de estas promotoras son empresas municipales 52
aunque las más grandes son autonómicas (véase Informe Fuente: AVS 2012).En cuanto
al régimen de tenencia que promueven, tanto en el caso de las promociones de promotor
privado como público la proporción a favor de la vivienda en propiedad ha sido
mayoritaria (Pareja y Sánchez 2012 Sánchez 2001, Leal 2004).
Una vez realizada esta breve contextualización vamos a proceder a analizar las posibles
transformaciones producidas en este ámbito. La idea es ver si tras la crisis la
construcción de vivienda pública en alquiler o la vivienda subvencionada ha crecido en
términos absolutos y relativos con respeto al conjunto de viviendas (Cuadro 16).
Confirmaremos la hipótesis del modelo neoliberal tardío si el material empírico muestra
que en el sistema de vivienda post burbuja ha aumentado la proporción de vivienda
libre construida frente a la vivienda protegida y está destinada al alquiler. Mientras que
si este material refleja un aumento de la vivienda en protección y observamos que ésta
está destinada al alquiler, deberemos confirmar la hipótesis del nuevo modelo. Por su
parte, admitiremos la hipótesis de continuidad si no se ha producido ningún cambio, es
decir, si la tasa de vivienda protegida se hubiese mantenido estable y su régimen de
tenencia fuera fundamentalmente en propiedad.
Según la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo existen en España unos
166 promotores públicos de vivienda, de las cuales 139 son entidades de ámbito municipal, 17
autonómico y 10 provincial. Fuente: AVS 2012.
52
131
Cuadro 16 Patrones de hipótesis de provisión pública de vivienda
Continuidad
Continuidad
interrumpida
Proporción
vivienda
nueva
libre/protegida
Mayor
proporción
vivienda
libre
Aumenta
proporción
disminuye
después
Tenencia
Propiedad
Alquiler
propiedad
después
Tipo de promotor
Privado
Privado o Público
primero
Neoliberal
la Aumenta
la
VPO, proporción vivienda
libre
crisis, Alquiler libre
Privado
Nuevo
Modelo
Aumenta
proporción
VPO
Alquiler
público
Público
Fuente: elaboración propia
Proporción vivienda libre vs protegida
En el Gráfico 8 podemos ver la evolución mensual de las viviendas protegidas iniciadas y
libres desde 1996 hasta 2016. En él observamos un crecimiento los años 2006-2007
momento en el cual, tanto la vivienda libre en propiedad como la vivienda protegida
experimenta un brusco y rápido descenso.
Gráfico 8. Número de viviendas iniciadas libres y protegidas
90000
80000
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
Viviendas iniciadas. Libres
Viviendas iniciadas. Protegidas
Fuente: Banco de España
Ahora bien, en términos proporcionales el Gráfico 9 nos ayuda a ver con más detalle
dicha evolución. Desde 1996 hasta el 2002 la proporción de vivienda protegida va
experimentando un importante descenso, llegando a representar en dicho año el 7,97 %
132
(44.014 viviendas) de las más de 500 mil viviendas que se llegan a iniciar ese año. A
partir de entonces comienza un importante ascenso llegando la vivienda de protección
oficial en el 2009 a rozar el 50 % de la vivienda iniciada., lo que en términos absolutos
solo representa 80.230 viviendas.
Gráfico 9. Proporción de viviendas libres y viviendas protegidas.
100,00
80,00
60,00
40,00
20,00
0,00
% Viviendas iniciadas libres
% Viviendas iniciadas protegidas
Fuente: Banco de España
Esa alta proporcionalidad se mantienen en el 2010 para empezar a descender
sustancialmente hasta representar en el 2015 el 11% por ciento de las 47.178 viviendas
iniciadas ese año, es decir, 5306 viviendas. Cabe recordar que en el año 2013 entra en
vigor el Plan de Vivienda 2013-2016 por el cual desaparecen las ayudas a la promoción y
compra de vivienda.
Vivienda pública en alquiler
En cuanto a la evolución de la vivienda pública en alquiler el Gráfico 10 refleja el número
de calificaciones provisionales de vivienda protegida según régimen de uso desde 2005
a 2015; en él no solo se puede observar la pendiente descendente ya reflejada en el
Gráfico X sino también la proporción de cada forma de tenencia. Este gráfico nos deja
ver que la vivienda protegida no solo se reduce sustancialmente -como hemos apuntado
anteriormente- sino que la vivienda en propiedad sigue siendo mayoritaria a pesar de la
enorme reducción de la misma. Mientras que en 2006 el 79,57 % era vivienda en
propiedad y el 19,10 % de alquiler, en el año 2015 la proporción de vivienda en
propiedad asciende al 94,23% y el alquiler desciende a un testimonial 4,92%. Esto
significa que no solo ha disminuido sustancialmente sino que además la vivienda en
alquiler ocupa una proporción aún menor que en el anterior periodo: de las 5.306
133
viviendas en algún régimen de protección calificadas en el 2015 solo 261 eran de
alquiler.
Gráfico 10. Número de calificaciones provisionales según régimen de uso VP
120.000
100.000
80.000
60.000
40.000
20.000
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Propiedad
Alquiler
Autopromoción
Fuente: Ministerio de Fomento
En el Mapa 2 aparece reflejado el número de viviendas protegidas (calificación
provisional) según forma de tenencia por Comunidades Autónomas. Dado que el Plan
Estatal de Vivienda suprimió las ayudas y subvenciones a la promoción y compra de
vivienda, las que aparecen reflejadas en el mapa corresponden a los diferentes Planes
Autonómicos de Vivienda. Así en el año 2016 se han otorgado 6.787 calificaciones
provisionales lo que supone un aumento del 27% con respecto al año anterior, pero
ahora bien, el número de viviendas en régimen de alquiler ascienda a 468 de las cuales
214 -el 45 % -son con opción a compra y pertenecen a la Comunidad de Madrid,
mientras que el resto, 55 % (254) son sin opción a compra. De esas 254 viviendas 210
están ubicadas en el País Vasco, de forma que el 82 % de las calificaciones de vivienda
protegida en alquiler en España corresponden a esta comunidad. Del resto de casos
“disidentes” podemos decir que en Andalucía se han otorgado ocho calificaciones
provisionales para vivienda en régimen de alquiler, en Canarias cero, la misma cifra que
en Valencia, Navarra y Cataluña. Sin embargo, las viviendas protegidas en régimen de
propiedad de Canarias, Valencia y Navarra alcanzan la cifra de 652. En el caso contrario
se sitúa Extremadura, Madrid y Castilla y León las cual parecían tener una línea política
134
alineada con la marcada por el Estado central pero en donde la cifra de viviendas en
alquiler –contando también con las de opción a compra- alcanza 250.
Por último cabe señalar el caso Cataluña en donde en el 2016 se otorgaron 879
calificaciones de viviendas protegidas que corresponden a la categoría de “otro tipo” de
régimen de tenencia y que si bien el Ministerio no facilita cuál es esta modalidad es
posible que se trate de las cooperativas de cesión de uso53.
Mapa 2. Viviendas protegidas (calificaciones provisionales) según régimen de tenencia para el año 2016.
Fuente: Ministerio de Fomento.
En resumen,
el número de viviendas protegidas no solo ha disminuido
significativamente sino que además las viviendas protegidas en régimen de alquiler son
meramente anecdóticas. Ni siquiera en las regiones donde se ha tratado de cambiar la
línea política de intervención en materia de política de vivienda, el alquiler público
parece haber cobrado importancia. Por el contrario, regiones alineadas políticamente
53
La figura de cesión de uso fue regulada por el Parlament de Catalunya en diciembre del 2006
135
con la tendencia política del gobierno central han desarrollado más parque público de
alquiler que las disidentes. De cualquier forma, incluso teniendo en cuenta también estas
actuaciones, la promoción de vivienda pública sigue siendo meramente anecdótica.
CONCLUSIÓN
En este capítulo hemos podido ver la evolución y principales cambios en las formas de
provisión de la vivienda libre en propiedad y alquiler y en provisión pública o
subvencionada de vivienda.
Se muestran ciertos cambios pero también ciertas continuidades con respecto al modelo
precrisis (Cuadro 17). En lo que respecta a la vivienda en propiedad, el modelo precrisis
presentaba un carácter especulativo en función de una planificación de tipo negativa, un
régimen de beneficio favorable a los promotores y una promoción de vivienda dominada
por el sector empresarial. En la etapa post burbuja si bien se han producido ciertos
cambios en el tipo de planificación –como un mayor control en el tipo de planificación y
el predominio de la autopromoción durante un tiempo--, no podemos decir que ésta
coincida con denominado nuevo modelo, como mucho hay una ligera atenuación, por la
vía de la planificación, del nivel especulativo.
En cuanto al alquiler, en la etapa precrisis el mercado de este tipo de vivienda se había
caracterizado por estar compuesto fundamentalmente por minoristas y por presentar
un grado de liberalización medio. Además, en lo referente a la vivienda pública en
alquiler, esta es de carácter residual. Tras la crisis la provisión de vivienda en alquiler
está compuesta por pequeños propietarios pero también por grande tenedores, los
cuales no solo se han multiplicado (solo en SOCIMIS hay 33) sino que además han
pasado a dominar carteras de hasta 10 mil viviendas. Además, la construcción de
vivienda pública en alquiler ha dejado de ser residual para prácticamente desaparecer.
En esta misma línea de residualización se sitúa la vivienda subvencionada, la cual era la
forma mayoritaria de provisión pública de vivienda, y que ahora si bien sigue siéndolo,
su peso sobre el conjunto de viviendas iniciadas es mucho menor.
136
Cuadro 17. Formas de provisión de la vivienda en propiedad, alquiler y la forma pública de provisión.
Forma de Provisión de la
vivienda en propiedad
Forma de Provisión de la
vivienda en Alquiler Libre
Forma de provisión de
vivienda pública
Pre Crisis
Post Burbuja
Especulativa
Especulativa aunque más
regulada en la planificación
Semidesregulada
Desregulada
Pequeño propietario
Aparecen grandes tenedores
Propiedad y residual
Propiedad y altamente
residual
Fuente: elaboración propia
En relación a las hipótesis, los resultados muestran que el cambio hacia el nuevo modelo
no se ha producido en ninguna de las tres dimensiones que hemos analizado, aunque es
cierto que hemos observado cierta atenuación del tipo de planificación.
En cuanto la hipótesis del modelo neoliberal tardío, hay una cierta semejanza en los
cambios producidos en la forma de provisión de la vivienda en alquiler y en proceso de
residualización extrema de la provisión pública de vivienda. Además, se observa que hay
elementos de continuidad interrumpida en la forma de provisión de vivienda pública en
propiedad o vivienda subvencionada y en el tipo de promotor predominante.
En síntesis, la forma de provisión de la vivienda en propiedad sigue siendo de carácter
especulativo y la de la vivienda en alquiler ha pasado de ser semidesregulada a
aumentar su grado de desregulación. Por su parte, la forma pública de provisión de
vivienda es mucho más escasa y esta sigue tomando la forma de vivienda en propiedad.
137
CAPÍTULO 6: EL RÉGIMEN DE TENENCIA EN EL SISTEMA
DE VIVIENDA POST BURBUJA.
138
Hasta el momento hemos podido ver la evolución en dos de las dimensiones que
comprendían el concepto de sistema de vivienda, las políticas sectoriales y la formas y
características de la provisión de vivienda, queda ahora por ver cómo las
transformaciones producidas han producido modificaciones o no en la estructura del
régimen de tenencia. Teniendo presente, como ya hemos mencionado anteriormente,
que albergamos cuatro hipótesis: el cambio hacia el modelo neoliberal tardío, la
continuidad interrumpida –o cambio coyuntural- , el cambio hacia un nuevo modelo, o la
pura y llana continuidad. Vamos a analizar por un lado la evolución en las tasas del
régimen de tenencia para el conjunto del Estado pero también desagregado por
Comunidades Autónomas con el objetivo de incorporar en el análisis las posibles
variaciones internas. Además, siguiendo con la hipótesis del modelo neoliberal tardío
vamos a analizar los cambios por edades en la estructura de tenencia. Según esta
hipótesis, el acceso a la vivienda en régimen de propiedad será especialmente difícil
para las generaciones más jóvenes. En esta misma línea, veremos los posibles cambios
producidos en las formas de acceso a la vivienda según nivel de renta. Esta misma
hipótesis afirma que además de los hogares más jóvenes, la crisis también va a implicar
dificultades para los hogares con menos rentas para acceder a una vivienda en
propiedad. Por último veremos la evolución de la demanda de vivienda según régimen
de tenencia. Este indicador nos acercará a las posibles tendencias futuras con respecto a
la estructura del régimen de tenencia en el sistema de vivienda español.
Las hipótesis alternativas son tres, por un lado, la de la continuidad interrumpida o
cambio coyuntural en donde sea cual sea el cambio este es de tipo temporal y se limita al
tiempo que ha durado la crisis. En segundo lugar, que no haya cambio alguno y en tercer
lugar que aumente la tasa de hogares en régimen de cesión o en otra forma de acceso a
la vivienda no mercantilizada.
Este capítulo está estructurado de la siguiente manera: primero estudiaremos las
variaciones en la estructura de tenencia en general, viendo cómo ha cambiado la misma
desde el inicio de la crisis hasta el año 2016 y comparando la evolución con el anterior
período. Además de las variaciones en las comunidades autónomas con el fin de saber si
los posibles cambios acontecidos se han producido de forma homogénea o hay
variaciones internas importantes. En segundo, lugar veremos las variaciones en la
139
estructura de tenencia según edad y finalmente el del nivel de renta. En estos dos
últimos casos solo nos referiremos al caso español
Cuadro 18 Régimen de tenencia y patrones de hipótesis.
Neoliberal
Tardío
Continuista
Continuidad
interrumpida
Nuevo Modelo
Tasa de
hogares
según
régimen de
tenencia
Disminuye la tasa
de hogares en
régimen de
propiedad a favor
del alquiler libre
Mantenimiento de
la tasa de hogares
en régimen de
propiedad
Cambio y luego
recuperación de
tendencias
anteriores a la
crisis
Disminución
hogares de
régimen de
propiedad a favor
alquiler social
Hogares
jóvenes y
rentas bajas
Aumenta la tasa
de hogares
jóvenes y con nivel
de renta bajo en
régimen de
alquiler
No hay cambios
sustanciales en la
distribución
Cambio durante
un tiempo para
luego recuperar
Disminuye de
forma
homogénea la
tasa de propiedad
Demanda de
vivienda en
alquiler o
compra
Aumenta la
demanda de
vivienda en
alquiler libre
frente a una caída
de la demanda de
vivienda en
propiedad
Se mantiene la
demanda de
vivienda en
propiedad durante
todo el período
Cambios en la
distribución de la
demanda durante
la recesión
económica para
volver a
retomarse los
valores previos
Disminuye la
demanda de
vivienda en
propiedad a favor
de otro tipo de
tenencia
Fuente: elaboración propia
EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA DE TENENCIA
Con respecto al periodo precrisis en el Gráfico 11 podemos ver la evolución de la
estructura de tenencia desde 1996 a 2016. En él observamos dos tendencias diferentes:
una entre 1996 y 2004 y otra entre 2004 y 2016. La primera tendencia coincide con el
boom inmobiliario, en donde entre 1996 y 2004 la proporción de hogares en régimen de
propiedad ascendió más de un 4% situándose en el año 2002 en el máximo histórico con
un 84,72 %. Así, desde el 2004 hasta el 2012 la proporción de hogares en propiedad se
estabiliza en entorno al 80 % para, a partir de ese año, iniciar el descenso que llega hasta
el 2016.
La evolución de la estructura del régimen de tenencia (Gráfico 11) desde 2007 hasta el
2016 ha experimentado ciertos cambios, en siete años la proporción de hogares en
140
régimen de propiedad ha pasado de 80,1 % a 77,5 % lo que supone alrededor de un tres
% de disminución.
Durante estos ocho años observamos dos tendencias diferentes, una continuista que
ocupa los primeros años de la crisis, esto es desde 2007 a 2012. Y otra de cambio, entre
2012 y 2016. En la etapa continuista la estructura de tenencia no muestra cambio
alguno con un 79 % de hogares en régimen de propiedad durante estos cuatro años. Sin
embargo, a partir del año 2012 se observa un cambio de tendencia, del 79,20 en 2012
pasa a 77,30 en el 2016, lo que supone un 2,6 % menos de hogares en régimen de
propiedad que en el 2007. Esta disminución se traduce en un aumento de los hogares
que viven en régimen de alquiler. En el año 2007 la proporción de hogares que vivía en
alquiler se situaba en torno al 13,6 %, en el 2016 estas cifras ascendían a 17,3 por cien,
un 3,7 % más, es decir 927,1 mil hogares más que en el 2007.
Los hogares en régimen de cesión si bien son los más minoritarios, en la evolución
durante el período presentan varias tendencias, una de estabilización coincidiendo con
el comportamiento de las otras dos formas, una segunda variación de crecimiento entre
2011 y 2015 pasando del 5,5 al 7,10% respectivamente, para experimentar en este
último año un importante descenso a 5,1. El cual pasa a engrosar la proporción de
vivienda en alquiler.
141
Gráfico 11. Porcentaje de hogares según régimen de tenencia en España 1996-2016
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Propiedad
Alquiler
Cesión
Fuente: Banco de España a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y Encuesta Continua de hogares
del INE.
Esto significa que el crecimiento de la vivienda en alquiler se ha alimentado no solo del
descenso de los hogares en propiedad, sino también de hogares que antes estaban en
cesión y ahora pasan a formar parte del mercado del alquiler.
Este fenómeno de la pérdida de importancia de la vivienda en cesión a favor del alquiler
es interesante porque puede ser un indicador más del proceso de cambio.
En efecto, en sistemas de vivienda vinculados al modelo familiarista la cesión
representaba lo que la vivienda social en los modelo de beneficio limitado, la fórmula
desmercantilizada de acceso a la vivienda. Recordemos que en estos casos el parque de
viviendas se encuentra sobredimensionado en parte por el papel de las segundas
viviendas. Además, la proporción de la vivienda pública en alquiler es ínfima. Así, la
fórmula social más extendida de acceso a la vivienda para los jóvenes ha sido la cesión
de la segunda vivienda de padres a hijos.
En conclusión, tres cuartas partes de los hogares viven en régimen de propiedad, por lo
tanto, sigue siendo la forma mayoritaria de acceso a la vivienda. A pesar de esto, los
datos muestran un aumento progresivo de los hogares en régimen de alquiler. Este
aumento se produce no solo a costa de la propiedad, sino también de la mercantilización
de viviendas que anteriormente estaban cedidas.
142
Atendiendo a los datos por Comunidades Autónomas, observamos ciertas diferencias, no
solo con respecto al relato general, sino también entre las mismas. En el Mapa 3 se
muestra en color verde las comunidades autónomas en donde se ha producido cierto
crecimiento en la evolución (2007-2016) de los hogares en régimen de propiedad y en
color naranja lo que ha disminuido la proporción de hogares que acceden a la vivienda a
través de este tipo de régimen. Podemos observar que en la mayor parte de las
Comunidades Autónomas la proporción de hogares en régimen de propiedad ha
disminuido. La excepción son Extremadura, Baleares, Asturias, Murcia y La Rioja en
donde se observa un cierto incremento de los hogares en régimen de propiedad entre
2007-2016.
Mapa 3. . Evolución de los hogares en régimen de propiedad por Comunidades Autónomas 2007-2016.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y Encuesta Continua de
Hogares del INE
Lo contrario ocurre en el Mapa 4 el cual muestra la evolución de los hogares en régimen
de alquiler. En él vemos que en la mayor parte de las Comunidades Autónomas la
143
proporción de hogares en régimen de alquiler ha crecido. Sólo en Asturias, La Rioja y
Extremadura no ha ocurrido así. Sin embargo, la disminución no llega al 1% ese
aumento no se produce tampoco con la misma intensidad en todo el territorio. Madrid,
Cataluña y Castilla la Mancha son las regiones en donde más se percibe este cambio con
un aumento por encima del 5 % frente a Baleares o Navarra en donde este crecimiento
no ha alcanzado el 1 % desde el 2007.
No obstante, si contrastamos ambos mapas vemos que la proporción de hogares en
alquiler ha crecido en algunos casos por encima de lo que han disminuido los hogares en
régimen de propiedad. Esta incongruencia en los datos se debe a que la proporción de
hogares en régimen de alquiler ha aumentado a costa también de hogares que se
encontraban en régimen de cesión y que con la crisis han pasado a formar parte del
mercado de alquiler.
Mapa 4. Evolución de los hogares en régimen de alquiler por Comunidades Autónomas 2007-2016.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y de la Encuesta Continua de
Hogares del INE.
144
En efecto, si observamos el Mapa 5 observamos cómo ha habido una importante
disminución de los hogares en régimen de cesión en proporciones que pueden llegar a
explicar casos como el de Canarias y Baleares, en donde aumenta tanto la vivienda en
propiedad –1,5 y 3,1 % respectivamente– como en alquiler –1,1 y 0,6 %– en las mismas
proporciones que disminuye la cesión – -2,5 y -3,8 %–. Lo contrario ocurre en Madrid en
donde la pérdida producida de hogares en régimen de propiedad – -7,2 %– se traslada a
un aumento tanto del alquiler – 5 %–, como de la cesión –1,3 %. Este trasvase de hogares
en régimen de cesión al alquiler significa que la crisis ha producido un proceso de
mercantilización de los últimos resquicios que todavía sobrevivían de modelo
familiarista.
Mapa 5. Evolución de los hogares en régimen de cesión por Comunidades Autónomas 2007-2016
Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y de la Encuesta Continua de
Hogares del INE.
145
A continuación vamos a reflejar las variaciones en la estructura de tenencia según la
edad del responsable del hogar. De los que se trata es de saber si las generaciones más
jóvenes han experimentado variaciones en el acceso a la vivienda según régimen de
tenencia
DISTRIBUCIÓN DEL RÉGIMEN DE TENENCIA POR EDAD
Nuestra intención en este punto es saber si tras la crisis hay un cierto cambio en la
distribución en las formas de acceder a la vivienda según la edad de sus habitantes. Para
ello nos basaremos fundamentalmente en la edad del responsable del hogar.
Siguiendo la hipótesis del modelo neoliberal tardío, tras la crisis deberíamos observar
un incremento de los hogares jóvenes en régimen de alquiler, lo que denomiando la
“generación rent” (Kemp 2015) o por el contrario se mantiene la estructura previa a la
crisis en donde si bien los hogares jóvenes accedían menos a la vivienda en propiedad
que los hogares de mayor edad, la diferencia es menor que en el modelo neoliberal
tardío.
El apartado está dividido de forma similar al epígrafe anterior. Primero vamos a tratar la
evolución de los hogares en régimen de propiedad, y seguidamente en alquiler. Por
último, veremos las variaciones de los hogares en régimen de cesión.
Basándonos en los datos ofrecidos por la Encuesta de Condiciones de Vida del INE54
(Gráfico 12) muestran tendencias diferentes según la edad del responsable del hogar.
Por un lado, una evolución estable y sin perturbaciones en las edades más mayores en
donde la crisis no parece haber tenido ningún impacto en las formas de acceso a la
vivienda. A medida que aumenta la edad, la propiedad se vuelve la opción mayoritaria y
menos sensibles son los hogares al impacto de la crisis, al menos en los que al régimen
de tenencia se refiere. En el 2007 el 83,8 de los hogares con más de 45 años vivía en
régimen de propiedad y el 87,5 % de los hogares con más de 65 años. Estas son cifras
muy similares a las del año 2016 con 80,9 % y 90,1 % respectivamente.
Lo contrario ocurre a medida que la edad disminuye. Cuantos más jóvenes son los
hogares, menos acceden a la vivienda a través de la propiedad y más se percibe los
146
efectos negativos de la crisis. En el 2007, el 58,1 de los hogares cuyo responsable tenía
entre 16 y 29 años vivía en propiedad frente al 28,4 en el 2016, un 30 % menos. Por su
parte los hogares de 30 a 45 años pasaron de un 74,3 a un 64,4 en el 2016.
Gráfico 12. Hogares por régimen de propiedad y edad de la persona de referencia.
100,0
80,0
60,0
40,0
20,0
0,0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Total
De 16 a 29 años
De 45 a 64 años
De 65 y más años
De 30 a 44 años
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida.
El Gráfico 12 muestra las variaciones desde el 2004 hasta el 2016 de los hogares en
alquiler según edad del responsable del hogar. Comprobamos cierta estabilidad de los
hogares de 65 y más años en donde la vivienda en alquiler a precio de mercado no
supera el 3,8 % (2006 y 2010). Sin embargo, a medida que nos vamos acercando a las
cohortes más jóvenes la proporción de hogares va aumentando. En cuanto a los hogares
de entre 16 y 29 años se da no solo un aumento importante con un 17,6 % desde el
2006 al 2015, y una gran proporción de hogares jóvenes que están en este régimen de
tenencia al final del período, con 47,4 y 43,1 % para el 2014 y 2015 respectivamente.
Con respecto a la evolución de los hogares en régimen de alquiler observamos que hasta
cierto punto se produce lo opuesto al caso anterior. Ese punto lo representa
precisamente la evolución de los hogares jóvenes (de 16 a 29 años) en régimen de
alquiler. Tanto en los hogares de 30 a 44, de 45 a 64 y de 65 en adelante la línea que
figura en el Gráfico13 representa el opuesto a lo ocurrido con la evolución de la vivienda
en propiedad. Sin embargo, en el caso de la generación más joven, se observa una
disminución entre 2004 y 2006 – hasta situarse en el 25,5 % de los hogares- para
147
empezar a crecer hasta llegar al 47.7 % en el 2014, año en donde parece tocar techo y
empezar a disminuir. Esta evolución no se traslada a la vivienda en propiedad pero sí en
el régimen de cesión.
Gráfico 13. Hogares por régimen de alquiler y edad de la persona de referencia.
60
50
40
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Total
De 16 a 29 años
De 45 a 64 años
De 65 y más años
De 30 a 44 años
Fuente: Encuesta Condiciones de Vida
En efecto, en el Gráfico 14 se puede observar los cambios en los hogares en régimen de
cesión según la edad de la persona de referencia. Hay dos comportamientos
diferenciados, uno para los hogares jóvenes y otro para las edades más maduras. En el
primer caso, aumenta la proporción de hogares jóvenes – de 16 a 29 año- que viven en
régimen de cesión aumenta de 9,7 en el 2007 al 18,7 % en el 2016, es decir, se duplica la
cifra. En el caso de los hogares de 30 a 44 años también se produce un aumento pero en
menor medida. En cuanto a las generaciones más mayores los datos muestran una
estabilidad y continuidad durante el período.
En los hogares de 30 a 44 años más bien queda demostrada una primera tendencia de
descenso del 2004 al 2001 en donde se pasa del 9,6 % al 6,6, para a continuación iniciar
una tendencia de crecimiento coincidiendo con los años más duros de la crisis, para
situarse al final del periodo, 2014 y 2015, en valores similares a los de la etapa precrisis,
esto es 9,6 y 10,4 % respectivamente.
En síntesis, el régimen de propiedad es dominante en los hogares de más edad. Mientras
que para los hogares jóvenes la vivienda en alquiler tiene mucha más presencia. Lo
mismo ocurre para la cesión, la cual está destinada preferentemente a las generaciones
148
más jóvenes. En cuanto al efecto de la crisis se evidencia un mayor impacto cuanto más
joven es el hogar, impacto especialmente evidente en la propiedad y alquiler. En la
evolución de la cesión se observa el componente crisis pero con oscilaciones. Es decir, es
un régimen sensible a factores económicos pero también a otros puesto que las líneas
muestran más oscilaciones.
Gráfico 14. Hogares por régimen de cesión según y edad de la personas de referencia.
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida. INE
DISTRIBUCIÓN DEL RÉGIMEN DE TENENCIA POR NIVEL DE RENTA
Para saber las relación y variaciones de los distintos regímenes de tenencia según nivel
de renta hemos recurrido a la encuesta europea Income and Living Conditions (EU-SILC)
elaborada por la Eurostat la cual recoge desde el año 2007 diferentes datos sobre la
situación socioeconómica de los hogares en la Unión Europea. No podemos, por tanto,
comparar las variaciones con respecto al anterior período precrisis.
La encuesta presenta, entre otras cosas, la distribución de la población por régimen de
tenencia y nivel de renta. Las categorías del nivel de renta que aparecen son dos, una
por encima del 60% del ingreso medio equivalente igualitariamente distribuido55, en
adelante ingreso medio. Y el otro, por debajo del 60% del ingreso medio.
End inglés: “below 60% of median equivalised income y above 60% of median equivalised
income.”
55
149
En este caso, de lo que se trata es de saber los cambios producidos en la estructura de
tenencia en función del nivel de renta. La hipótesis del modelo neoliberal tardío defiende
que los hogares con niveles de renta más bajos accederán en menor medida a la
propiedad que en el periodo pre crisis. Frente a esta hipótesis, está la opción de que la
crisis no haya empeorado las posibilidades de acceso a la vivienda en régimen de
propiedad y se mantenga en los parámetros previos a la crisis. En tercer lugar también
existe la posibilidad de que la crisis haya afectado a todos los niveles de renta por igual y
se observen cambios en todos los niveles de renta.
Pues bien, los datos recogidos por la encuesta muestran (Tabla &) por un lado que vivir
o no en una vivienda en propiedad depende del nivel de renta: en el 2007 el 68,4 % de
los hogares cuyos ingresos estaban por debajo del 60% vivía en régimen de propiedad,
frente al 83,6 % de los hogares cuyos ingresos están por encima del 60 %. Lo contrario
ocurre con la vivienda en régimen de alquiler: más del 30 % de los hogares por debajo
del 60 % viven en este régimen de tenencia, frente al 16,4 %, lo que supone la mitad. En
segundo lugar, lo que muestran los datos es que el impacto de la crisis no es homogéneo,
los hogares con nivel de renta por encima del 60 % no experimenta a penas variaciones
a lo largo del período estudiado. Frente a los hogares con menos renta en donde los
hogares en régimen de propiedad bajan al 62 % y los hogares en alquiler suben al 38 %.
Esto significa que, efectivamente, tras la crisis hay menos hogares con nivel de renta
menor en régimen de propiedad que en el período pre crisis. Por tanto se confirma la
hipótesis del modelo neoliberal tardío. No obstante, se trata de un cambio menor en
comparación con los vistos en los apartados previos. Sería necesario continuar
indagando e incorporar más indicadores con los que poder contrastar este cambio a
todas luces reducido.
150
Tabla 6. Régimen de tenencia según nivel de renta
Por debajo del 60 %
Por encima del 60%
Propiedad
Alquiler
Propiedad
Alquiler
2007
68,4
31,6
83,6
16,4
2008
61,2
38,8
84,9
15,1
2009
63,9
36,1
83,6
16,4
2010
64,2
35,8
83,9
16,1
2011
63,7
36,3
83,9
16,1
2012
59,9
40,1
84
16
2013
58,3
41,7
82,6
17,4
2014
60,1
39,9
84,2
15,8
2015
62
38
82,8
17,2
Fuente: Income and Living Conditions (EU-SILC) Eurostat
LA DEMANDA DE VIVIENDA EN ALQUILER Y PROPIEDAD
A continuación reflejamos la evolución de la demanda de vivienda en alquiler y
propiedad. Para ellos adoptamos como indicadores el número de transacciones (Gráfico
14) por compra venta de viviendas y el número de contratos de alquiler. En ambos
casos se trata de dos indicadores de tenencias del mercado de la vivienda y por tanto de
los posibles cambios sobre el régimen de tenencia. En el caso de la vivienda en
propiedad el indicador procede del Ministerio de Fomento quien a su vez toma los dato
que trimestralmente publica la Sociedad de Tasación. En el segundo caso hemos tenido
que recurrir a los datos referentes solamente a la Comunidad Autónoma de Cataluña
publicados por el Instituto Catalán de Estadística (INDESCAT) ya que no existen datos
agregados de todo el Estado. Además, hemos incluido en el mismo gráfico los datos
referentes a las transacciones para poder comparar la evolución de ambas formas de
tenencia.
En ese sentido, también hemos incluido los datos referentes a la provincia de Barcelona
ya que nos parecía pertinente conocer cuántos de los cambios se producían por el efecto
de su capital. Veamos en primer lugar la evolución de la compra venta.
151
Gráfico 15. Transacciones compra venta de viviendas 2004-2015
Fuente: Ministerio de Fomento
Entre el año 2004 y 2016 a pesar de los múltiples dientes de sierra se observa una
evolución en las transacciones de compra venta de vivienda definida por tres
tendencias: la primera de signo positivo y que comprende los últimos años del boom,
hasta el 2007, año en el que toca techo con 230.755 viviendas vendidas sólo en el primer
trimestre. A partir de ese momento comienza el descenso hasta principios del 2013 en
donde la compra-venta de viviendas toca fondo con 54.835 viviendas vendidas. En el
siguiente trimestre del 2013 se inicia una nueva tendencia que llega hasta el último año
del que disponemos datos.
Por su parte, si observamos la evolución de las transacciones de compra-venta de
vivienda entre 200456 y 2016 vemos tres fases (Gráfico14): la primera que incluye los
tres últimos años del boom, una segunda de crisis y una tercera de cierta recuperación.
En la primera fase, las transacciones de compra venta de viviendas superan los 200 mil
anuales, llegando en el 2006 a 238.796,5 creciendo un 5,9 % con respecto al año
anterior. Sin embargo, a partir del 2007 comienza un descenso que se prolonga hasta
2013 –con la excepción de 2010 y 2012- con caídas interanuales muy importantes
llegándose a un -32,5% entre 2007 y 2008 y del -28,9% entre 2010 y 2011, tocando
fondo en el año 2013 con 75.142 transacciones de vivienda, es decir un 68,53 % menos
de transacciones que con respecto al 2006. A partir del año 2013 comienza una nueva
tendencia de carácter alcista con incrementos del 21,1 %, 9,7 y 14,1 % para los
56
El 2004 es el año más antiguo del que hay datos publicados en las fuentes recurridas.
152
siguientes año. Con todo en el años 2016 se produjeron 114.422,3 transacciones de
vivienda, lo que significa 45,30% menos con respecto al 2007.
En lo que respecta a la evolución de la demanda de vivienda en alquiler, dado que solo
tenemos datos de Cataluña, nuestras observaciones solo se limitarán a este territorio. El
Gráfico 17 expresa una tendencia de crecimiento entre 2004 y 2013 año en el que se
firman 138.621 contratos. En relación al posible efecto que ha podido tener Barcelona
sobre este crecimiento, en el mismo gráfico vemos que si bien la ciudad también
presenta una pendiente ascendente, la curva es mucho menos pronunciada. Por tanto, el
volumen de contratos firmados en Barcelona explica muy poco la evolución de la
demanda de vivienda en alquiler en Cataluña. Sin embargo, en el año 2013 parece
producirse un cambio de tendencia en ambos casos. En donde aparece una pendiente
descendente de la curva, menos perceptible eso sí, en el caso de Barcelona. En ese
sentido, el descenso de los contratos coincide con el aumento del número de
transacciones por compra-venta de viviendas. Además, en este caso el efecto de
Barcelona sobre el conjunto de Cataluña es mucho mayor que en el caso del alquiler. La
evolución de la demanda de vivienda en propiedad en Cataluña parece depender en gran
medida de la demanda de vivienda en propiedad de la provincia de Barcelona.
Gráfico 15. Contratos de alquiler y transacciones de compra venta de vivienda en Cataluña y Barcelona
(provincia) 2004-2015.
Fuente: INDESCAT y Ministerio de Fomento
Lo que sí que muestran los datos es que parte del descenso de la demanda de vivienda
en propiedad es coyuntural, al menos en lo que respecta a la intensidad con la que
153
descendió en la primera parte de la crisis, entre 2007 y 2013. Lo mismo confirman los
datos de Cataluña para la demanda de vivienda en alquiler, la cual creció intensamente
hasta el 2013 para iniciar un ligero descenso.
CONCLUSIÓN
En este capítulo hemos analizado en qué medida la estructura de tenencia del sistema de
vivienda español había experimentado los cambios que apuntaban los defensores de la
hipótesis del cambio hacia el modelo neoliberal tardío. Como hemos señalado en muchas
ocasiones a lo largo de los capítulos, el sistema de vivienda español se caracterizaba por
un evidente desequilibrio (Pareja Eastaway 2010) de la propiedad frente al carácter
marginal del alquiler.
Pues bien, el material empírico muestra que tras la crisis si bien la propiedad sigue
siendo mayoritaria, la tasa de hogares en régimen de alquiler ha aumentado, aunque no
de forma homogénea en todo el territorio. Este crecimiento, según los datos disponibles,
se ha producido no solo a costa del acceso en régimen de propiedad, sino también por la
incorporación al mercado del alquiler de hogares que previamente se encontraban en
régimen de cesión.
Este crecimiento se ha producido sobretodo a costa de los hogares con menor nivel de
renta pero sobretodo de los hogares jóvenes que han experimentado una importante
reducción en el acceso a la vivienda a través de la propiedad.
En lo que respecta a la evolución de la demanda de vivienda según forma de tenencia los
datos muestran tres tendencias diferenciadas, una que corresponde al boom, otra a la
crisis y otra de recuperación. En el cuadro 19 resumimos las características pre y post
crisis.
154
Cuadro 19 Régimen de tenencia precrisis y post burbuja
General
Precrisis
Post burbuja
Dominio hegemónico
propiedad
Dominio vivienda en
propiedad pero con
tendencia a disminuir
Diferencias por regiones
Estructura edad
Propiedad régimen
mayoritario en todas las
franjas de edad
Mayoritario para las edades
más mayores, para jóvenes
no
Nivel de renta
Hay distribución desigual
Aumenta la desigualdad
Características de la
demanda
A favor de la vivienda en
propiedad
Aumenta vivienda en
alquiler pero hay
recuperación de la vivienda
en propiedad
Fuente: elaboración propia
Con respecto a las hipótesis estos rasgos nos llevan a rechazar la hipótesis de continuidad ya que
hay elementos de cambio. Rechazamos la hipótesis del nuevo modelo ya que del mismo modo no
hay un incremento de otras formas de tenencia, al menos las recogidas por el Instituto Nacional
de Estadística. En cuanto a la hipótesis neoliberal tardío debemos confirmarla en términos de
estructura pero siendo conscientes de que las tendencias indicadas por el comportamiento de la
demanda muestran que parte del cambio es coyuntural.
155
CONCLUSIONES
156
Este capítulo está compuesto por dos partes. En la primera, responderemos a la
pregunta de investigación, y veremos qué hipótesis ha sido confirmada y cuál rechazada.
En la segunda parte, elaboraremos algunas reflexiones que nos han suscitado los
resultados de la investigación, en relación a sus límites y la agenda futura que de ellos se
deriva.
Recordemos una vez más que nos propusimos determinar si el sistema de vivienda
español post burbuja había cambiado tras la Crisis Financiera Global y Económica
Nacional (2007-2016) hacia el modelo neoliberal tardío ( Aalbers 2015; Forrest and
Hirayama 2014; Rolnik 2013), y, en caso afirmativo, en qué medida lo había hecho.
A tal efecto definimos la categoría analítica de sistema de vivienda como el conjunto de
arreglos institucionales y políticas a través del que se articulan las formas de acceso y
provisión de vivienda en una sociedad dada. Este concepto había sido aportado desde
posiciones clásicas en el ámbito de los housing studies, pero las explicaciones ahí
ofrecidas sobre los procesos de cambio y continuidad en los sistemas de vivienda
resultaban, a nuestro entender, parciales e insatisfactorias.
En todo caso, dio pie a un fructífero debate entre los defensores de los procesos de la
convergencia y los de la divergencia, gracias al cual fue posible identificar diferentes
modelos de sistema de vivienda (Allen 2006; Allen et al 2004, Hoekstra et al 2010;
Kemeny 1981, 1995; Leal 2004). Un debate marcado por el excesivo énfasis que ambos
enfoques pusieron en la relación de la vivienda con las diferentes formas de Estado de
bienestar, sin prestas demasiada atención a la íntima relación de aquélla con los
procesos de acumulación del sistema capitalista.
Han sido planteamientos cercanos a la economía política los que han proporcionado
explicaciones más sólidas sobre esta cuestión, en su intento de explicar el auge de la
vivienda en propiedad, la reducción del parque de vivienda social o el proceso de
financiarización de la misma con los cambios en el sistema capitalista. En particular,
son los responsables de las principales teorías sobre los cambios producidos tras la
Crisis Financiera Global,
nuestro trabajo se ubica precisamente dentro de esta
perspectiva.
En efecto, a lo largo de los últimos años, autores como (Aalbers 2015; Fernandez and
Aalbers 2016; Forrest and Hirayama 2014; Rolnik 2013), han defendido la existencia de
157
un proceso de transformación en los sistemas de vivienda, caracterizado por el declive
de la vivienda en propiedad y el crecimiento de la vivienda en alquiler. Se trata de un
cambio con fuertes implicaciones socioeconómicas, entre las que cabe destacar que los
hogares con menores rentas ven restringidas fuertemente sus posibilidades de acceso a
la vivienda en propiedad.
Planteada nuestra hipótesis desde este enfoque, optamos por el estudio de caso como
estrategia metodológica. Este método no permite establecer inferencias estadísticas,
como tampoco identificar relaciones causales entre las variables. Pero sí permite
elaborar estudios más comprensivos, así como comprobar teorías. El resultado de este
trabajo no es por tanto saber si los sistemas –todos− han cambiado tras la crisis. No
pretendemos que nuestro caso concreto sea representativo, sino que a partir del mismo
podamos confirmar o rechazar la teoría del cambio hacia el modelo neoliberal tardío.
Dado que el estudio de caso conlleva ciertas limitaciones, hemos optado por una
estrategia metodológica que garantizara un mínimo de validez interna: el pattern
matching. Éste se basa en la operacionalización de las hipótesis en patrones concretos
para ver en qué medida el material empírico coincide con los patrones previamente
establecidos.
El caso seleccionado es el sistema de vivienda español. Este caso cumplía con la
condición básica para poder comprobar la teoría del cambio: haber experimentado la
crisis. En el contexto de la Unión Europea es, después de Grecia, el país en que en el más
ha impacto ha tenido: presenta las peores tasas de desempleo y la recesión económica
más duradera.
Al hablar del sistema de vivienda español, debemos tener en cuenta que se trata de un
caso especialmente crítico y controvertido. Para algunos autores (Allen 2006; Leal 2010
y 2004 ; Módenes and López-Colás 2014) presenta una caracterización típica de los
sistemas de vivienda del sur de Europa. Para otros autores como López y Rodríguez
(2011), es uno de los casos más representativos del proceso de neoliberalización, sin el
cual sería imposible entender las dimensiones del boom inmobiliario pre crisis y sus
consecuencias.
Las características y la naturaleza del sistema de vivienda español han sido descritas a lo
largo del presente trabajo, pero es conveniente recapitular aquí sus rasgos más
158
definitorios. Los primeros arreglos institucionales que lo articularon se sitúan en las
políticas económicas y sociales del franquismo. No obstante, son las reformas y medidas
adoptadas durante las primeras décadas de los gobiernos democráticos, entre las que se
cuentan la modernización del sistema financiero y la liberalización del suelo, las que
configuran su forma actual −al menos hasta la aparición de la crisis 2007-2008. El
resultado es la transformación de un sistema familiarista (Allen 2006; J. Hoekstra 2009;
Leal 2005,) en un modelo de corte neoliberal. Sus rasgos son los siguientes (Cuadro 20):
- En términos de gasto público, sus políticas de vivienda son de carácter residual y
presentan una estructura de carácter regresivo. Son políticas destinadas a favorecer la
vivienda en régimen de propiedad y su configuración es de carácter multinivel,
prevaleciendo el nivel estatal.
- La forma de provisión de la vivienda en propiedad es de tipo especulativo, lo que
significa, por un lado, un tipo de planificación negativa, y, por otro, un régimen de
beneficio a favor del promotor. Es, además, una forma de provisión en la que predomina
el promotor privado. Por su parte, la provisión de vivienda en alquiler se caracteriza por
una composición de pequeños minoristas y un mercado semidesregulado y muy poco
profesionalizado. Por último, la promoción pública de vivienda ocupa un lugar
extremadamente residual, siendo en todo caso en régimen de propiedad.
- Finalmente, la estructura de tenencia de este sistema se caracteriza por un dominio de
la vivienda en régimen de propiedad, con ciertas desigualdades por nivel de renta y muy
pocas en la estructura por edades.
159
Cuadro 20. Características del Sistema de Vivienda Español precrisis
Nivel de Gasto público
Por debajo del 1%
Estructura regresiva
Destinadas a promover la vivienda en régimen de propiedad
Políticas estatales de vivienda
Política Autonómica
Forma de provisión vivienda
Prevalece nivel de gobierno del estado central
Políticas autonómicas coherentes y complementarias con la
línea estatalexcepto País Vasco
Especulativa
propiedad
Vivienda en alquiler
Pública
Semidesregulada, pequeños propietarios y propietarios
privados
Vivienda en propiedad, vivienda en alquiler muy residual
“Dominio hegemónico” de vivienda en propiedad en todas las
Estructura tenencia
franjas por edad
Desigualdad por nivel de renta
Fuente: elaboración propia
Pues bien, tras analizar el material empírico podemos afirmar que, en efecto, el sistema
de vivienda español ha experimentado tras la crisis un proceso de cambio hacia el modelo
neoliberal tardío. Sin embargo, ¿qué tipo de afirmación permite esta constatación?
Como apuntamos más arriba, el estudio de casos no permite realizar inferencias, es
decir, no estamos en disposición de afirmar que tras la crisis todos los sistemas han
cambiado hacia el modelo neoliberal tardío. Lo que sí permiten los estudios de casos es
realizar inferencias “hacia la teoría” (Yacuzzi2005). Es decir, gracias a la intensidad y
exhaustividad del estudio, nuestros hallazgos permiten realizar modificaciones, plantear
reformulaciones o incorporar matices a la propia teoría del cambio hacia el modelo
neoliberal tardío. Pero antes, vamos a examinar de forma sintética el conjunto de
resultados en los que nos hemos basado para confirmar la teoría del cambio hacia el
modelo neoliberal tardío (Cuadro 21). En otras palabras lo que permite esta
constatación es no rechazar la teoría. Por consiguiente, la respuesta completa a la
pregunta de investigación es que, basándonos en el caso español, no podemos descartar la
hipótesis del cambio hacia el modelo neoliberal tardío.
160
De forma sintética, los resultados y conclusiones son las siguientes:
En primer lugar, en las políticas de vivienda se ha producido un giro del fomento de la
vivienda en régimen de propiedad al fomento del alquiler libre, tanto en su vertiente
presupuestaria como normativa, y tanto a nivel estatal como autonómico –salvo el nivel
conceptual de los casos disidentes y a nivel sustantivo en el caso del País Vasco y
Cataluña−. Además, por lo que respecta al nivel de gasto, se ha producido un importante
recorte que ha intensificado el proceso de residualización.
Estas características del sistema de vivienda español post burbuja encajan con el patrón
del modelo neoliberal tardío, descrito por Aalbers (2015), Rolnik (2013) y Forrest y
Hirayama (2014) o Kempt (2015) demás autores. No coinciden ni con el anterior
modelo pre crisis ni con el denominado “nuevo modelo”, y a la luz del último dato
disponible, no podemos constatar que se trate de un cambio coyuntural.
Por lo que respecta a las formas de provisión de vivienda libre y a la forma pública de
provisión, hemos observado que ha habido un pequeño intento de reducir el grado de
“negatividad” (Barlow y Ducan 1995) en el tipo de planificación y un predominio
temporal de los hogares como tipo de promotor frente a las sociedades mercantiles. Esto
sitúa el cambio dentro de la hipótesis continuidad interrumpida, sin embargo,
el
régimen de beneficio se mantiene exactamente igual −a favor del promotor. Con todo y a
pesar de los sutiles cambios, la forma de provisión de vivienda en propiedad ha seguido
siendo especulativa. En este sentido, esta continuidad no entra en contradicción con la
hipótesis del cambio, puesto que en el modelo neoliberal tardío la forma de provisión de
vivienda en propiedad también es de este tipo.
El estudio de los cambios y las continuidades de la forma de provisión de la vivienda en
alquiler ha mostrado que el marco normativo que regula el mercado del alquiler ha
experimentado una mayor desregulación y han aumentado el número de grandes
tenedores y el volumen de viviendas en su poder. Estos dos rasgos no coinciden con el
“nuevo modelo” ni son una continuidad –interrumpida o no− del anterior, son rasgos
que encajan con el modelo neoliberal tardío.
En cuanto a la forma pública de provisión vivienda, hemos podido constatar que la
proporción de vivienda protegida ha disminuido sustancialmente y sigue siendo en
régimen de propiedad. Esto significa que, por un lado, se confirma la hipótesis
161
continuidad por lo que respecta al régimen de tenencia que promueve la provisión
pública de vivienda. Por otro, se confirma la hipótesis del cambio neoliberal tardío, al
coincidir la profundización del proceso de residualización de la provisión pública de
vivienda con este patrón.
Por último, en relación al régimen de tenencia, en términos generales ha habido una
reducción de hogares en régimen de propiedad. Esta reducción se ha producido
especialmente en los hogares jóvenes y en los hogares con menor nivel de renta. Estos
resultados coinciden con el modelo neoliberal tardío. Sin embargo, el análisis de la
demanda muestra un cierto cambio de tendencia. A partir del 2015 se ha dado un
aumento de la vivienda en régimen de propiedad y una disminución del número de
contratos de vivienda en alquiler, por lo que no es descartable que parte de la intensidad
de los cambios apuntados se reduzcan. El cuadro 21 resumimos los principales
elementos de cambio y continuidad que hemos mencionado a lo largo del presente
trabajo.
162
Cuadro 21. Características del Sistema de vivienda postburbuja
Concepto
Dimension
es
Subdimension
es
Sistema de
vivienda
Políticas de
vivienda
Nivel de
Gasto
Forma de
provisión
Régimen de
tenencia
Subdimensiones 2
Resultado
Patrón/Hipótesis
Por debajo del 1%
Neoliberal Tardío
Políticas
sectoriales
Estatales
Promueven Alquiler libre
Neoliberal Tardío
Autonómicas
Alquiler libre la mayor parte con casos disidentes
Propiedad
Régimen de Beneficio
Tipo de planificación
A favor del promotor
Negativa reducida
Clase de promotor
Durante la crisis personas, sociedades mercantiles
después
Neoliberal Tardío/Nuevo
Modelo
Continuidad
Pequeño cambio Nuevo
Modelo
Continuidad Interrumpida
Alquiler
Clase de propietario
Predomina minorista pero aparecen grandes propietarios
Neoliberal tardío
Pública
Grado de regulación
Proporción de VPO sobre
el total viviendas
Desregulado
Ínfima
Neoliberal Tardío
Neoliberal Tardío
Número VPO en
alquiler/Número de VPO
en propiedad
Proporción muy baja de la vivienda en alquiler
Continuidad
General
Dominio de propiedad privada pero con aumento del
alquiler
Neoliberal Tardío
Por edades
Aumento de los hogares jóvenes en régimen de alquiler
Neoliberal Tardío
Por nivel de renta
Aumento de los hogares con rentas bajas en régimen de
alquiler
Neoliberal tardío
Propiedad
Cae la compra venta de viviendas durante la crisis pero
hay indicios de recuperación,
Continuidad interrumpida
Alquiler
Aumentan los contratos durante la crisis y hay un ligero
descenso a partir del 2013
Continuidad interrumpida
Estructura
Demanda
163
Sobre la crisis como motor de cambio
Ahora bien, estas afirmaciones y constataciones permiten, además del estudio de los
antecedentes y la evolución del sistema de vivienda español, una serie de
consideraciones con respecto a la teoría del cambio hacia el modelo neoliberal tardío.
En primer lugar, el cambio producido tras la crisis no se hubiera producido sin una serie
de transformaciones previas. Esta consideración retrospectiva remite a la necesidad de
entender que el cambio en los sistemas de vivienda es la culminación de un proceso
largo, que no solo depende de las oscilaciones y transformaciones en las formas de
acumulación del sistema capitalista, sino en el que también se imbrican diversas formas
de cambio institucional.
En otras palabras, para comprender la complejidad del cambio producido en el sistema
español de vivienda ha sido necesario tener en cuenta tanto la coyuntura crítica
(Capoccia, y Kelemen, 2007, Pierson, y Skocpol, 2002). ) de la Crisis Financiera Global y
económica nacional, como el conjunto de cambios graduales (Mahoney y Thelen 2009,
Streeck, y Thelen, 2005 Thelen 2009) acontecidos previamente.
Con ello, queremos defender para futuros trabajos sobre el cambio y la continuidad en
los sistemas de vivienda la necesidad de incorporar una mirada próxima al
institucionalismo (Thelen 1999, Hall y Thelen 2008) con el enfoque de la economía
política (Aalbers and Christophers 2014), que hemos sostenido a lo largo de este trabajo,
que permita comprender estos procesos en toda su complejidad.
Sobre los casos disidentes y el alcance del cambio
En segundo lugar, si bien hemos podido constatar el cambio hacia el modelo neoliberal
tardío, hemos observado que a nivel autonómico este proceso de liberalización,
desregulación y fomento del carácter especulativo del mercado de la vivienda no se ha
producido de la misma manera que a nivel estatal. En efecto, el análisis de las leyes y las
principales normativas recogidas en los Códigos de Vivienda, nos ha permitido
identificar lo que hemos denominado casos disidentes −en lo que a política de vivienda
se refiere. Se trata de los casos de País Vasco −cuya disidencia es de carácter histórico−,
Cataluña, Canarias, Navarra y Andalucía. En todas estas Autonomías hay un intento, al
menos retórico, de romper con el consenso en las líneas maestras de las políticas de
vivienda en España. Esta disidencia pone en evidencia la importancia del diseño
164
institucional en las posibilidades y el alcance que pueda tener el cambio hacia el modelo
neoliberal tardío.
Lo que representan estos casos disidentes es: 1) un límite al proceso de cambio en
términos institucionales; 2) una ruptura ideológica del consenso político con respecto a
la intervención pública en materia de política de vivienda; y 3) la paradoja de la
confirmación, por el lado institucional, de la hipótesis del proceso de neoliberalización
del Estado. En efecto, autores como Jessop (2008) o Kazepov (2008) señalaron que la
reestructuración del Estado de bienestar conllevaba la transferencia de competencias y,
por tanto, de responsabilidades a niveles sub- y supranacionales, como la Unión Europea
en política económica (Jessop 2008) y la política social a nivel local y regional (Kazepov
2008). Brenner (2004) designa este proceso como rescaling o ajuste del Estado en tanto
que institución, que vendría a materializar el proceso de neoliberalización del Estado en
su orden institucional. En este sentido, la emergencia del nivel regional en política de
vivienda parece responder a este proceso.
Si bien esta emergencia del nivel regional confirma, por la vía institucional, el proceso de
neoliberalización, también supone la forma a través de la cual han sido posibles nuevas
políticas de vivienda que obstaculizaran el alcance del cambio hacia el modelo neoliberal
tardío. Esta paradoja del “cambio que frena el cambio” invita a reflexionar sobre la
propia teoría del cambio de Aalbers y otros. En cierta medida, lo que el caso español
demuestra con sus ejemplos disidentes es que −al menos en lo que a políticas de
vivienda se refiere− el cambio está condicionado por el diseño y la configuración
institucionales de las políticas de vivienda. Son indicadores de una reestructuración del
Estado de bienestar, pero al mismo tiempo representan el límite de la teoría del modelo
neoliberal tardío por el lado institucional.
En este sentido, si en el anterior apartado considerábamos la crisis en tanto que origen
del cambio, en este apartado estamos obligados a repensar su alcance. En cierta medida
lo que indican los casos disidentes es que el diseño institucional importa. Podemos
entonces lanzar una primera hipótesis de investigación para la agenda futura: la
intensidad y el alcance del cambio el sistema de vivienda neoliberal tardío no son solo el
producto de los cambios producidos por la crisis, sino que están condicionados por la
configuración multinivel y el diseño institucional en el que se inscriben. Cuanto más
165
distribuidas estén las competencias en materia de política de vivienda, más obstáculos
tendrá el cambio.
Ahora bien, como también hemos visto, este intento rupturista o disidente de poner en
práctica un nuevo modelo de política pública se vio coartado por la sentencia de
inconstitucionalidad que recayó sobre los artículos más polémicos de las leyes de
vivienda de cada una de estas Comunidades Autónomas. Además, como comprobamos
en el sexto capítulo, el dedicado a las formas públicas de provisión de vivienda, las leyes
y medidas disidentes no se habían traducido –salvo en los casos de País Vasco y
Cataluña- en formas alternativas a la vivienda libre y en propiedad. Esto significa que
para que la distribución de competencias sea realmente un obstáculo al cambio, hace falta
una mínima movilización de recursos que materialice el gobierno sobre dichas
competencias.
En otras palabras, si la distribución de competencias no se traduce en acciones y
políticas efectivas, el diseño institucional deja de tener su capacidad de obstaculizar el
cambio.
Sobre la reedición del debate entre convergencia y divergencia
El alcance, la diversidad y la homogeneidad del cambio nos retrotraen a un viejo debate
en el estudio de los sistemas de vivienda: el proceso de convergencia (Donnison, 1968,
Harloe, 1985, 1995, Whitehead 2003 y 2008) o divergencia (Allen 2004, Arbaci 2007,
Balchin 1996, Barlow y Ducan 1995, Kemeny 1981, 1992, 1995, 2006, Leal 2004, 2005 y
Martínez del Olmo 2013.) Tanto el proceso de cambio como sus variantes internas nos
llevan a preguntar si la Crisis Financiera Global ha abierto un nuevo proceso de
convergencia o, más bien, si se trata de un proceso de divergencia entre los países que
han sufrido la crisis y los que no. Cabría preguntarse incluso si los “casos disidentes” son
la constatación de los diferentes niveles que puede adquirir el proceso de divergencia.
No obstante, desde nuestro punto de vista, este debate debería considerarse superado
gracias a las diferentes aportaciones que se han hecho sobre los procesos de
convergencia y divergencia desde otras literaturas como la relacionada con el proceso
de restructuración y ajuste del Estado de bienestar (Barbieris et al 2010) o con las
variaciones y diferencias el propio proceso de neoliberalización (Hay, 2004, Brenner et
al 2010) que bien podría servir para iluminar esta cuestión. Por ejemplo, Hay (2004)
166
ofrece una propuesta alternativa con la que leer las diferencias y similitudes entre los
distintos modelos de capitalismo europeo y superar así el debate. Se trata de la
propuesta del concepto de trayectorias comunes, con el que puede identificar la
evolución de los diferentes sistemas en función de su punto de partida. Por otro lado
encontramos toda la literatura sobre variegated neoliberalization (Brenner, Peck y
Theodore 2010), que permite explicar la “divergencia dentro de la convergencia”, a la
que hay que añadir la propuesta de Schwartz y Seabrooke (2008), más cercana a la
literatura relacionada con vivienda, donde se identifican “variaciones del capitalismo
residencial”.
En ese sentido, consideramos que no solo hay literatura suficiente como para dar por
superado el debate, sino que se trata de un debate de dudosa utilidad social. Al fin y al
cabo, identificar las posibles diferencias y similitudes en los sistemas de vivienda no deja
de ser una labor descriptiva. Se trata de un conocimiento que no informa, o no lo
suficiente, sobre la mayor o menor accesibilidad a la vivienda que cada modelo presenta.
Con nuestro análisis, por ejemplo, hemos podido identificar y confirmar el cambio, pero
no podemos constatar que la vivienda sea más inaccesible que en el periodo pre crisis.
No nos permite sostener que el crecimiento de la vivienda en alquiler implica una
mejora en las condiciones de accesibilidad a la vivienda. El problema, creemos, radica en
el propio concepto de sistema de vivienda. Tal y como vimos en el primer capítulo, este
concepto surge en un intento de superar las limitaciones que suponía analizar las
políticas de vivienda, el régimen de tenencia o la forma de provisión por separado. Sin
embargo, estas tres dimensiones no ofrecen demasiada información sobre el grado de
accesibilidad de la vivienda, ni por sí mismas ni en su conjunto.
Esta consideración nos obliga a ensayar una redefinición del concepto sistema de
vivienda como sigue: el sistema de vivienda es aquel conjunto de políticas y arreglos
institucionales que configura las formas de provisión de vivienda y posibilita su acceso.
Se trata entonces de poner en relación las dimensiones analizadas en este estudio
−políticas, régimen de tenencia y formas de provisión− con el grado de accesibilidad de
la vivienda (CECODHAS 2012; Mulliner and Maliene 2012; Wang, Shao, and Forrest
2010) o/y las formas de exclusión residencial (Edgar 2012 Stephens et al 2010).
Con ello, el estudio y análisis de los cambios y la evolución de los sistemas de vivienda
no solo daría como fruto un conocimiento descriptivo, explicativo y comprensivo.
167
También permitiría valorar las implicaciones sociales y políticas de cada modelo de
sistema de vivienda.
Además de esta importante limitación, cabe añadir dos cuestiones que han quedado
fuera de este estudio, pero que a nuestro entender habría merecido la pena considerar:
el papel de la rehabilitación urbana y la dimensión urbana del cambio que hemos
descrito.
En relación a la primera cuestión, las políticas de rehabilitación de vivienda y renovación
urbana han ido cobrando cada vez mayor relevancia en la agenda política. Sin embargo,
en este trabajo no hemos podido concederles el lugar que probablemente les
correspondería, dada su actual importancia. La razón estriba en que, en un primer
momento, consideramos la deriva hacia estas políticas como una cuestión tangencial y
poco relevante para el análisis del cambio en el modelo. Con el tiempo, se ha demostrado
que este tipo de políticas de vivienda deberían haber sido abordadas. Esperamos poder
cubrir esta carencia en futuras investigaciones.
La segunda cuestión se refiere a la forma urbana que trae consigo este cambio de
modelo. El modelo de ciudad que se derivó de la burbuja inmobiliaria fue, como explica
Naredo (2011), la conurbación difusa. Este modelo urbano es causa de un sinfín de
problemas medioambientales y contradicciones sociales. En este sentido, quedaría por
saber qué modelo urbano implica el sistema de vivienda neoliberal tardío, con todas sus
contradicciones: ¿Estamos ante un retorno de la ciudad consolidada? De ser así, ¿son los
procesos de gentrificación (Clark 2005, Janoska et al 2013, Smith 2002) su
materialización más conflictiva?
En conclusión, el estudio del caso del sistema de vivienda español nos ha servido para
corroborar la teoría del cambio tras la Crisis Financiera Global hacia un modelo
neoliberal tardío. También nos ha servido para analizar el proceso de cambio en
términos longitudinales, con perspectiva y atendiendo a todos los antecedentes. En este
sentido, también hemos podido comprobar que el proceso de cambio aquí descrito ha
sido posible no solo a las reformas producidas a partir del 2007, sino también gracias a
las transformaciones producidas en décadas pasadas que contribuyeron a allanar el
camino. No obstante, también hemos podido observar ciertos escollos al relato del
cambio. El diseño institucional y la distribución de competencias es uno de ellos. El caso
español también ha servido para conocer alguno de los límites de la propia teoría y es la
168
falta de lugar que tiene en ella la dimensión institucional. Por un lado, el cambio es
producto de una trayectoria más larga, los cambios actuales no se habrían producido sin
unos previos. En segundo lugar, el diseño institucional de las políticas de vivienda no es
un elemento menor a tener en cuenta en el propio proceso de cambio.
Por otro lado, y abordando al propio concepto de sistema de vivienda, el caso estudiado,
a pesar de las propiedades “holísticas” del concepto, con él no hemos podido comprobar
la mayor o menor accesibilidad de la vivienda, es por ello que se hace necesario
incorporar al mismo esta dimensión. De esta manera podremos, en investigaciones
futuras, conocer si los cambios producidos en el sistema de vivienda español han traído
consigo mayores facilidades o dificultades al acceso a la vivienda.
Por último, pero no menos importante, se hace necesario ampliar la investigación del
proceso de cambio hacia el modelo neoliberal tardío a más casos con los que poder
seguir confirmando o en su defecto, reformulando dicha teoría.
169
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182
ANEXOS
183
Tabla 1 Presupuestos Generales (consolidados) del Estado destinados a vivienda185
Tabla 2 Presupuestos de las Comunidades Autónomas (datos consolidados) destinados a
vivienda......................................................................................................................................... 186
Tabla 3 IRPF. Cuotas. Deducciones y ajustes Generales. Vivienda (Gasto Fiscal Vivienda)
.......................................................................................................................................................... 187
Tabla 4. Producto Interior Bruto ................................................................................................ 189
Tabla 5. Indicadores del Régimen de Beneficio. Precio suelo, precio vivienda e índice de
precios de la construcción .................................................................................................... 189
Tabla 6 Visados por dirección obra nueva, ampliación y reforma. Total nacional 191
Tabla 7 Régimen de tenencia de viviendas. Censos 1970-2011 ................................... 197
Tabla 8. Número de viviendas libres iniciadas. .................................................................... 198
Tabla 9. Número de calificaciones provisionales vivienda protegida según régimen de
uso. Planes estatales y planes autonómicos. 2005-2015 ........................................ 199
Tabla 10. Número de calificaciones provisionales vivienda protegida según régimen de
uso. CCAA. 2016 ........................................................................................................................ 200
Tabla 11. Hogares (porcentaje) en régimen de propiedad (2004-2016) ................ 200
Tabla 12 Hogares (porcentaje) en régimen de Alquiler ................................................... 201
Tabla 13 Hogares (porcentaje) en régimen de cesión ....................................................... 201
Tabla 14. Porcentaje de hogares en régimen de propiedad según la edad del responsable
del hogar- ..................................................................................................................................... 202
Tabla 15. . Porcentaje de hogares en régimen de alquiler según la edad del responsable
del hogar ....................................................................................................................................... 202
Tabla 16 Porcentaje de hogares en régimen de cesión según la edad del responsable del
hogar .............................................................................................................................................. 204
Tabla 17. Porcentaje de hogares en régimen de propiedad y alquiler por encima y por
debajo de 60% del ingreso mediano ................................................................................ 204
Tabla 18. Número de Transacciones de Vivienda 2004-2016. Total Nacional, Cataluña y
Barcelona. .................................................................................................................................... 204
184
Tabla 19. Estimación de la cantidad de viviendas ............................................................... 206
Tabla 20. Número de contratos de vivienda en alquiler 2001-2015. Cataluñay y
Barcelona ..................................................................................................................................... 208
Tabla 7 Presupuestos Generales (consolidados) del Estado destinados a vivienda
185
Programas de gasto (capítulos 1 a 8)
Años
Dirección y
Servicios
Generales
de Vivienda
Promoción, admón. y
ayudas para rehabil. y
acceso a vivienda
Ordenación y
fomento de la
edificación
Urbanismo y
política del
suelo
Total
1996
650
25
675
1997
654
25
679
1998
656
28
684
1999
647
30
677
2000
624
35
658
2001
615
47
661
2002
598
60
657
2003
594
60
653
2004
1
608
54
663
2005
10
805
62
878
2006
18
991
69
2
1.079
2007
19
1149
78
2
1.248
2008
24
1272
80
2
1.378
2009
20
1512
81
2
1.616
2010
20
1393
83
2
1.498
2011
1126
72
2
1.200
2012
781
38
1
820
2013
738
26
1
766
2014
773
26
1
800
2015
556
30
1
587
2016
553
33
1
587
Unidad: millones de euros.
Fuente: Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos
Tabla 8 Presupuestos de las Comunidades Autónomas (datos consolidados)
destinados a vivienda
AÑ
O
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
Capítul
o1
112.76
8.016
120.29
3.757
130.82
0.790
144.02
2.558
158.55
9.192
167.37
7.782
Capítul
o2
531437
67,3
560662
61,61
667049
66,59
770829
58,07
927543
52,12
972379
95,78
Capítu
lo 3
2.392.
438
2.062.
201
2.289.
623
2.132.
535
10.07
2.939
8.084.
349
Capítul
o4
36.757.
139
52.209.
591
49.541.
074
68.679.
106
123.06
4.258
163.14
7.806
Capít
ulo 5
186
Capítul
o6
694320
120,2
700775
032,7
719179
357,2
805428
529,9
843457
560,7
919337
469,7
Capítulo
7
888.991.
517
906.266.
632
1.000.46
7.301
1.171.78
3.880
1.350.18
9.673
1.442.86
9.435
Capítul
o8
33.831.
903
34.847.
840
40.464.
317
41.555.
429
37.999.
298
37.305.
002
Capítul
o9
6
6
12.020
12.000.
000
TOTAL
182220
4906
187252
1322
200946
7429
231069
7016
261609
7272
284735
9839
20 171.16 118599 4.897. 216.48
894431
08
5.245
937,7
605
5.701
144,5
20 202.47 132679 2.899. 237.57
810160
09
9.707
554,4
333
0.290
871,5
20 201.59 113013 8.250. 284.12
611278
10
0.461
914,6
333
3.533
136,8
20 167.67 973382 7.874. 254.16
414563
11
2.644
33,53
428
2.537
683,9
20 172.03 980227 7.369. 204.13
345179
12
7.908
59,43
380
8.464
718,6
20 150.36 873058 6.545. 189.42
254052
13
0.806
11,45
032
6.628
921,3
20 147.07 836307 19.21
218.23
211390
14
3.722
20,8
8.191
8.589
336,2
20 136.09 793548 18.21
270.52 30.00 214982
15
0.417
28,74
6.534
0.815
0
955,3
20 140.97 720183 11.23
291.23
227164
16
3.859
69,58
4.183
1.778
869,1
Millones de euros
Fuente:Secretaría General de Financiación Autonómica y Local
1.597.95
0.265
1.607.18
4.452
1.424.18
5.626
1.016.33
6.364
641.708.
050
494.195.
582
430.188.
137
431.721.
458
546.928.
425
55.178.
850
89.603.
585
80.068.
179
40.605.
945
39.390.
731
34.899.
731
28.759.
001
26.167.
080
144.85
6.478
107.43
9.220
133.15
0.033
132.50
0.000
305870
8748
308257
7794
272251
0184
199855
3835
150784
7010
121678
6512
124593
7917
131023
4120
156690
7962
Tabla 9 IRPF. Cuotas. Deducciones y ajustes Generales. Vivienda (Gasto Fiscal
Vivienda)
Parte Estatal
Parte Autonómica
Total
1980
1981
229.899
267.378
229.899
267.378
1982
299.599
299.599
1983
1984
277.320
308.971
277.320
308.971
1985
365.380
365.380
1986
1987
440.261
558.242
440.261
558.242
1988
524.208
524.208
1989
1990
605.066
668.897
605.066
668.897
1991
771.902
771.902
1992
1993
961.371
1.108.822
961.371
1.108.822
1994
1.304.216
1.304.216
1995
1996
1.423.566
1.594.367
1.423.566
1.594.367
1997
1.813.822
1.813.822
1998
1999
2.053.015
3.488.609
2.053.015
3.488.608
2000
3.887.316
3.887.316
187
2001
4.402.416
2002
3.148.571
1.550.830
4.699.401
2003
2004
3.334.465
3.519.681
1.642.390
1.733.620
4.976.856
5.253.301
2005
3.816.261
1.879.699
5.695.960
2006
2007
4.228.041
3.476.324
2.082.518
1.741.270
6.310.559
5.217.594
2008
3.611.486
1.806.651
5.602.469
2009
2010
3.361.168
2.217.849
1.679.230
2.236.298
5.282.230
4.750.986
2011
2.099.277
2.145.279
4.597.631
2012
2013
2.001.402
1.701.493
2.043.517
1.737.738
4.415.142
3.801.701
2014
1.566.592
1.599.361
3.544.857
4.402.416
Unidad: Miles de euros
Fuente: BADESPE, Instituto de Estudios Fiscales, Agencia Estatal de la Administración Tributaria
188
Tabla 10. Producto Interior Bruto
Años
Producto Interior Bruto a Precio de Mercado
1995
459.337
1996
487.992
1997
518.049
1998
554.042
1999
594.316
2000
646.250
2001
699.528
2002
749.288
2003
803.472
2004
861.420
2005
930.566
2006
1.007.974
2007
1.080.807
2008
1.116.207
2009
1.079.034
2010
1.080.913
2011
1.070.413
2012
1.039.758
2013
1.025.634
2014
1.037.025
(P)
2015
1.075.639
(A)
Fuente: Contabilidad Nacional de España. Base 2010.
Instituto Nacional de Estadística
Tabla 11. Indicadores del Régimen de Beneficio. Precio suelo, precio vivienda e
índice de precios de la construcción
200
5
200
6
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
Preci Precio
o
m2
suelo vivien
da
libre.
Precio m2 vivienda
segunda mano.
Fotocasa
Índices de costes sector de la construcción.
258,6 1.685,4
2.438,7
88,3
254,5 1.752,8
2.501,0
88,6
263,9 1.781,5
2.575,7
89,0
267,3 1.824,3
2.656,0
89,6
257,4 1.887,6
2.715,0
93,0
258,4 1.942,3
2.765,3
95,3
273,7 1.956,7
2.842,3
96,2
189
3
200
7
200
8
200
9
201
0
201
1
201
2
201
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
T
1
T
2
T
3
T
4
284,6 1.990,5
2.873,0
95,8
271,8 2.024,2
2.920,7
99,4
280,6 2.054,5
2.945,0
100,7
285,0 2.061,2
2.911,3
101,0
277,0 2.085,5
2.867,3
99,6
250,9 2.101,4
2.798,7
104,3
258,8 2.095,7
2.731,0
106,5
257,1 2.068,7
2.677,0
107,9
248,0 2.018,5
2.629,0
103,3
238,8 1.958,1
2.517,3
99,3
247,6 1.920,9
2.435,7
98,7
237,7 1.896,8
2.384,7
99,2
232,0 1.892,3
2.357,7
98,9
204,7 1.865,7
2.359,0
99,0
210,7 1.848,9
2.331,0
100,5
190,8 1.832,0
2.299,0
100,7
227,7 1.825,5
2.273,7
100,9
212,4 1.777,6
2.241,7
103,8
213,9 1.752,1
2.199,3
104,1
169,6 1.729,3
2.163,7
103,8
182,5 1.701,8
2.123,7
103,7
177,6 1.649,3
2.078,7
105,2
195,5 1.606,4
2.019,7
104,8
168,4 1.565,6
1.956,3
103,6
187,4 1.531,2
1.907,7
103,6
157,2 1.516,4
1.866,0
104,1
161,5 1.502,8
1.788,0
103,4
147,5 1.495,3
1.767,3
103,6
147,9 1.466,9
1.736,0
103,6
190
T
141,5 1.459,4
1.724,0
1
T
146,4 1.459,3
1.688,3
201 2
4
T
142,6 1.455,8
1.648,0
3
T
155,6 1.463,1
1.634,0
4
T
149,9 1.457,9
1.624,7
1
T
153,3 1.476,8
1.635,3
201 2
5
T
156,4 1.476,0
1.645,0
3
T
151,9 1.490,1
1.632,3
4
T
157,7 1492,4
1627,0
1
T
163,4 1506,4
1617,7
201 2
6
T
150,9 1499,7
1620,7
3
T
171,7 1512,0
1617,0
4
Fuente: Ministerio de Fomento y Banco de España
103,6
103,7
103,9
102,8
102,8
103,3
102,9
101,1
100,3
102,0
101,4
101,8
Tabla 12 Visados por dirección obra nueva, ampliación y reforma. Total nacional
Sector privado
2016
2015
2014
Personas
Físicas
Sociedades
Mercantiles
Cooperativas
Administraciones
públicas
Total
Otros
8.410
Total
Sector
privado
8.393
Mar
3.505
4.451
408
17
Feb
3.582
4.206
108
8
7.950
7.942
46
Ene
2.892
3.463
331
Dic
3.495
3.240
203
5
6.746
6.741
55
77
7.064
6.987
49
Nov
3.530
2.889
502
Oct
3.291
2.436
191
64
7.092
7.028
107
12
5.977
5.965
47
29
Sep
3.888
2.710
221
53
6.912
6.859
40
Ago
2.024
1.987
129
20
4.229
4.209
69
Jul
3.988
3.406
500
104
8.041
7.937
43
Jun
3.723
2.863
408
49
7.068
7.019
25
May
3.524
2.588
171
49
6.477
6.428
145
Abr
3.430
2.388
633
45
6.703
6.658
207
Mar
3.304
1.830
282
16
5.466
5.450
34
Feb
2.703
2.823
293
132
6.122
5.990
171
Ene
2.909
2.202
204
51
5.391
5.340
25
Dic
2.135
1.134
249
5
3.543
3.538
20
Nov
2.505
1.251
112
23
4.046
4.023
155
Oct
2.954
2.393
144
33
5.595
5.562
71
Sep
2.759
1.764
191
17
4.813
4.796
82
Ago
1.869
1.305
197
12
3.401
3.389
18
Jul
3.730
2.819
347
176
7.140
6.964
68
Jun
2.901
1.790
127
26
5.229
5.203
385
191
2013
2012
2011
2010
May
3.021
2.072
198
54
5.473
5.419
128
Abr
2.814
1.900
108
85
5.030
4.945
123
Mar
2.875
2.271
251
45
5.619
5.574
177
Feb
2.672
1.765
87
14
4.591
4.577
53
Ene
2.611
1.462
186
18
4.296
4.278
19
Dic
2.304
1.916
268
13
4.522
4.509
21
Nov
2.621
1.551
143
32
4.385
4.353
38
Oct
3.238
1.616
123
69
5.219
5.150
173
Sep
2.686
1.168
167
96
4.151
4.055
34
Ago
1.901
1.016
1
16
3.021
3.005
87
Jul
3.613
2.331
265
166
6.525
6.359
150
Jun
3.146
1.707
268
21
5.171
5.150
29
May
3.172
1.376
112
18
4.996
4.978
318
Abr
3.069
1.525
138
22
4.840
4.818
86
Mar
3.041
1.594
72
34
4.758
4.724
17
Feb
2.847
2.546
524
53
6.176
6.123
206
Ene
2.656
1.954
308
17
4.976
4.959
41
Dic
2.315
1.714
27
4
4.157
4.153
97
Nov
2.897
1.875
284
20
5.098
5.078
22
Oct
3.119
2.026
179
17
5.365
5.348
24
Sep
2.842
1.907
127
93
5.075
4.982
106
Ago
2.437
1.560
69
59
4.146
4.087
21
Jul
3.684
2.163
540
31
6.607
6.576
189
Jun
3.626
1.943
79
62
5.962
5.900
252
May
3.761
2.398
231
30
6.474
6.444
54
Abr
2.987
1.970
448
6
5.793
5.787
382
Mar
3.704
3.017
534
24
7.321
7.297
42
Feb
3.472
2.624
348
158
6.864
6.706
262
Ene
3.093
3.255
278
21
6.794
6.773
147
Dic
3.554
3.302
282
95
7.460
7.365
227
Nov
3.723
2.634
642
36
7.120
7.084
85
Oct
3.652
3.453
778
245
8.204
7.959
76
Sep
3.914
4.855
355
63
10.521
10.458
1.334
Ago
2.693
2.609
551
95
6.085
5.990
137
Jul
4.824
4.647
371
455
10.517
10.062
220
Jun
5.298
5.037
720
463
11.874
11.411
356
May
4.791
4.227
507
81
9.738
9.657
132
Abr
4.331
3.140
503
113
8.612
8.499
525
Mar
4.931
3.551
757
575
10.153
9.578
339
Feb
4.469
5.042
921
166
10.764
10.598
166
Ene
3.341
4.608
654
26
8.818
8.792
189
Dic
4.216
5.562
368
105
10.350
10.245
99
Nov
4.498
4.340
1.223
66
10.396
10.330
269
Oct
3.822
4.075
187
96
8.449
8.353
269
Sep
4.686
4.308
822
378
10.522
10.144
328
Ago
3.176
2.887
606
165
7.048
6.883
214
Jul
5.940
4.825
818
384
12.051
11.667
84
Jun
5.989
6.374
827
219
13.673
13.454
264
May
5.379
5.464
563
138
11.857
11.719
313
Abr
5.082
4.904
853
312
11.254
10.942
103
192
2009
2008
2007
2006
Mar
5.311
6.639
685
161
13.136
12.975
340
Feb
4.279
5.330
264
371
10.380
10.009
136
Ene
3.314
4.340
418
233
8.427
8.194
122
Dic
4.489
4.688
915
250
11.046
10.796
704
Nov
4.874
6.261
731
383
12.488
12.105
239
Oct
5.506
6.083
358
135
12.793
12.658
711
Sep
4.819
4.658
794
398
11.134
10.736
465
Ago
3.314
3.182
217
63
6.975
6.912
199
Jul
5.778
6.692
1.144
625
14.829
14.204
590
Jun
4.410
5.669
837
547
12.178
11.631
715
May
4.403
6.347
577
636
12.691
12.055
728
Abr
4.375
6.646
828
1.007
13.292
12.285
436
Mar
5.045
6.548
1.324
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1.119
28.457
27.338
519
Ago
4.858
12.713
1.039
356
19.356
19.000
390
Jul
10.073
27.442
1.355
658
39.822
39.164
294
Jun
8.216
21.973
920
899
32.601
31.702
593
May
6.986
18.203
672
495
26.599
26.104
243
Abr
8.199
19.800
1.191
471
30.005
29.534
344
Mar
6.480
17.251
1.077
492
25.594
25.102
294
Feb
6.090
19.033
1.691
634
27.731
27.097
283
Ene
6.136
17.070
1.056
362
24.819
24.457
195
Dic
5.967
15.338
1.544
1.014
24.027
23.013
164
Nov
6.259
18.040
1.545
269
26.342
26.073
229
Oct
7.165
18.988
1.173
429
27.971
27.542
216
Sep
6.190
14.395
1.363
378
22.414
22.036
88
Ago
4.963
11.067
1.074
229
17.378
17.149
45
Jul
8.228
23.027
1.613
1.452
34.508
33.056
188
Jun
6.604
15.293
1.243
172
24.089
23.917
777
May
7.768
16.183
1.752
701
26.643
25.942
239
Abr
7.522
16.942
1.586
614
26.819
26.205
155
Mar
6.894
16.556
1.605
745
25.971
25.226
171
Feb
6.633
16.644
1.311
616
25.304
24.688
100
Ene
6.635
16.344
1.701
340
25.096
24.756
76
Dic
6.003
11.523
486
1.310
19.599
18.289
277
Nov
7.127
15.965
2.329
522
26.080
25.558
137
Oct
6.598
18.941
2.120
1.311
29.274
27.963
304
Sep
5.768
13.695
2.275
1.819
23.835
22.016
278
Ago
4.728
10.262
1.595
185
16.909
16.724
139
Jul
7.800
19.767
3.126
1.675
32.674
30.999
306
Jun
8.287
18.047
3.410
820
30.805
29.985
241
May
7.907
21.310
3.087
1.371
34.099
32.728
424
Abr
7.245
16.351
1.818
1.965
27.803
25.838
424
Mar
9.565
21.553
3.721
1.114
36.587
35.473
634
Feb
7.445
16.665
2.271
448
27.009
26.561
180
Ene
6.873
15.567
1.934
977
25.587
24.610
236
Dic
7.708
14.002
2.481
907
25.265
24.358
167
Nov
8.347
18.240
1.730
1.252
29.757
28.505
188
Oct
7.435
15.759
1.327
1.582
26.300
24.718
197
Sep
6.997
15.146
1.343
561
24.360
23.799
313
Ago
5.140
10.897
1.422
86
17.715
17.629
170
Jul
8.952
18.182
1.854
1.289
30.544
29.255
267
Jun
8.933
16.061
1.661
1.120
28.036
26.916
261
May
8.311
14.526
1.482
1.299
26.024
24.725
406
Abr
7.859
13.651
1.022
425
23.032
22.607
75
Mar
8.144
14.523
1.193
567
24.824
24.257
397
Feb
6.395
12.652
1.314
1.239
21.928
20.689
328
Ene
5.639
8.620
607
1.405
16.502
15.097
231
Dic
5.892
10.354
1.103
959
18.665
17.706
357
Nov
6.501
11.911
1.309
917
20.930
20.013
292
Oct
5.479
10.279
1.183
632
17.752
17.120
179
Sep
5.933
8.597
1.096
439
16.341
15.902
276
Ago
4.166
7.031
751
480
12.516
12.036
88
196
1992
1991
Jul
8.196
15.190
1.617
771
25.903
25.132
129
Jun
7.553
12.255
4.684
692
25.358
24.666
174
May
6.348
10.733
1.137
695
19.100
18.405
187
Abr
6.292
8.945
1.855
760
17.968
17.208
116
Mar
7.431
12.298
1.182
768
22.165
21.397
486
Feb
7.731
11.978
1.329
441
21.925
21.484
446
Ene
5.789
8.695
1.038
539
16.241
15.702
180
Dic
6.394
8.825
1.889
569
17.865
17.296
188
Nov
6.664
10.068
1.295
304
18.780
18.476
449
Oct
6.487
9.245
731
670
17.343
16.673
210
Sep
6.034
9.728
834
563
17.334
16.771
175
Ago
3.734
5.011
1.158
192
10.238
10.046
143
Jul
10.146
15.521
1.741
792
29.091
28.299
891
Jun
7.864
13.436
2.526
482
24.722
24.240
414
May
7.553
12.656
1.415
423
22.656
22.233
609
Abr
7.682
11.915
1.053
376
21.442
21.066
416
Mar
7.751
12.217
1.063
1.241
22.670
21.429
398
Feb
7.899
10.950
717
535
20.768
20.233
667
Ene
6.250
8.937
893
411
17.072
16.661
581
Dic
7.918
12.285
514
402
21.491
21.089
372
Nov
6.861
12.062
1.565
477
21.545
21.068
580
Fuente: Ministerio de Fomento
Tabla 13 Régimen de tenencia de viviendas. Censos 1970-2011
Censos
de
viviendas
. Total
Censos de
viviendas.
principale
s
Censos de
viviendas.
secundaria
s
Censos de
viviendas.
desocupada
s y otras
Porcentaje
de
viviendas
principale
s en
propiedad
Porcentaje
de
viviendas
principale
s en
alquiler
10658882
8505251
796185
1357446
63,4
30,1
Porcentaje
de
viviendas
principale
s en cesión
y otras
formas
6,5
198 14726134 10431327
1
199 17206363 11736376
1
200 20946554 14187169
1
201 25208623 18083692
1
Fuente: INE y Banco de España
1898602
2396205
73,1
20,8
6,1
2923615
2546372
78,3
15,2
6,5
3652963
3106422
82,2
11,4
6,5
3681565
3443365
78,9
13,5
7,6
197
0
197
Tabla 14. Número de viviendas libres iniciadas.
Total nacional
1991
161.066
1992
160.958
1993
143.158
1994
179.572
1995
234.583
1996
224.252
1997
258.337
1998
351.377
1999
453.114
2000
487.810
2001
475.059
2002
499.046
2003
550.465
2004
621.257
2005
635.608
2006
664.923
2007
532.117
2008
237.959
2009
80.230
2010
63.090
2011
51.956
2012
34.580
2013
29.232
2014
32.120
2015
45.259
Fuente: Ministerio de Fomento
198
Tabla 15. Número de calificaciones provisionales vivienda protegida según
régimen de uso. Planes estatales y planes autonómicos. 2005-2015
Total Propiedad Alquiler Autopromoción
2015 5.306
5.000
261
45
2014 5.898
5.325
486
87
2013 6.489
5.864
499
126
2012 17.155
13.959
3.019
177
2011 34.282
24.081
9.851
350
2010 60.526
49.799
7.397
3.330
2009 79.056
62.655
15.280
1.121
2008 90.531
71.272
16.309
2.950
2007 85.233
63.168
19.368
2.697
2006 97.617
77.674
18.648
1.295
2005 81.855
62.434
18.226
1.195
Fuente: Ministerio de Fomento
199
Tabla 16. Número de calificaciones provisionales vivienda protegida según
régimen de uso. CCAA. 2016
Compra
España
5440
Alquiler
sin
opción a
compra
254
Andalucía
Aragón
Asturias (Principado de )
366
57
83
Balears (Illes)
Alquiler
Otra forma
con opción
de
a compra
tenencia
Total
214
879
6.787
8
0
0
0
0
0
0
0
0
374
57
83
114
0
0
0
114
Canarias
72
0
0
0
72
Cantabria
102
0
0
0
102
Castilla y León
118
7
0
0
125
Castilla-La Mancha
212
0
0
0
212
0
0
0
879
879
Comunitat Valenciana
352
0
0
0
352
Extremadura
Galicia
85
4
23
0
0
0
0
0
108
4
Madrid (Comunidad de)
2432
6
214
0
2.652
Murcia (Región de)
104
0
0
0
104
Navarra (Comunidad Foral de)
País Vasco
Rioja (La)
Ceuta
214
774
54
0
0
210
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
214
984
54
0
0
0
0
0
0
Cataluña
Melilla
Fuente Ministerio de Fomento
Tabla 17. Hogares (porcentaje) en régimen de propiedad (2004-2016)
2004
79,5
Nacional
78,4
Andalucía
80,6
Aragón
81,1
Asturias,
Illes Balears 71,6
69,3
Canarias
82,1
Cantabria
Castilla
y 86,9
León
Castilla - La
84,1
Mancha
76,4
Cataluña
CCAA.
80,1
Valenciana
2005
80,5
81,7
79,7
78,2
65,9
70,9
84,3
83,6
84,3
77,8
82,1
2006
79,5
80,2
82,7
78
66,1
67,6
80,8
84,2
84,4
76,5
79,9
2007
80,1
80,3
79,4
81,8
61,9
68,7
85,7
85,1
87,1
75,9
84,3
2008
79,6
80,1
82,7
80,7
62,1
67,7
84,5
84,2
83,2
76,1
82,5
2009
79,3
82
81,3
80,7
67,3
65,1
83,8
84,1
81,8
74,2
82,1
200
2010
79,4
82,7
80,5
82,9
69,4
69,1
83,7
83,5
78,2
74
83,2
2011
79,6
82,9
76,8
84,9
70,4
71,3
84,1
84,6
79,3
73,5
83,6
2012
79,2
81,9
78,6
84,7
65,9
73,3
85,6
82,1
79,3
74,4
80,9
2013
77,7
78,1
76,4
80,7
65,8
76,1
81,5
82,1
79,9
74,5
80,3
2014
78
78,7
78,4
82
64,8
78
80,5
83,3
81,9
74,1
78
2015
77,3
79,6
79,9
82,6
64,4
73,5
76,5
84
81,4
73,8
76,6
2016
77,5
79,9
78,5
82,8
65
70,2
81,8
82
81,2
72,3
79,8
Extremadura 78,9 80,9 79,8 78,3 80,1
83,8 82,6 84,3 81,8 83,1
Galicia
CCAA Madrid 78,8 81,4 79,6 80,7 79,3
76,9 78,9 76,5 77,3 77,4
Murcia
85,4 82,7 80,3 83,8 85,3
Navarra
85,6 86,7 87,1 87,5 87,1
País Vasco
78,3 82,1 79,6 81,2 81,9
Rioja, La
59,1 54,9 63,3 60,2 62,6
Ceuta
57,6 62,2 59,3 58,7
57
Melilla
Fuente: Encuesta Condiciones de Vida del INE
81,8
81,5
77
78,7
86,8
88,2
81,4
75,4
52,8
81,7
81,1
77
79,3
85,2
85,8
80,2
73,9
59,3
80,3
81,4
77,8
81,3
82,5
84
81,8
73,3
61,2
76,9
82,6
77,3
78,3
82,4
87,5
81,5
75,5
73,8
78
80,7
74,5
73,4
83,3
84,7
82,8
79,1
66,9
77,9
83,5
74,3
76,3
85,2
85,4
84,9
81,2
69,6
78
80,4
72,6
77,8
83,7
83,7
83,7
70,4
69,4
80,4
81,4
73,5
78,3
82,2
85,1
83,1
64,3
65,5
Tabla 18 Hogares (porcentaje) en régimen de Alquiler
200 200 200 200 200 200 201 201 201 201 201 201 201
4
5
6
7
8
9
0
1
2
3
4
5
6
Nacional
13,9 13 13,5 13,6 14,2 14,6 14,5 14,9 14,5 15,4 14,9 15,6
Andalucía
11,4 10,3 9,8 10,4 11,1 10,3 10,1 11,4 9,8 13,2 12 10,9
Aragón
11,3 12,3 11,4 14,2 12,7 12,5 12,4 14,7 13,7 17,1 15,3 13,3
Asturias, Principado de 12 12,1 14,7 13,1 14,1 12,9 11,8 11,4 7,7 12,4 9,7 11,1
Balears, Illes
25,2 25,2 23,8 27,9 29 25,2 22,5 22,7 25,7 27,5 30,9 30,6
Canarias
18 17,8 19,1 21,9 21,5 20,8 17,8 15,2 16,6 14,7 15 18,6
Cantabria
8,1 4,9 8,4 9,5 10,8 12,4 10 11,2 9,3 10,9 12,4 14,5
Castilla y León
7,4 10,2 10,3 9,6 10,4 10 11,4 11,4 12,2 11,7 10,7 8,7
Castilla - La Mancha
8,3 7,2 9,8 7,6 12,9 13
16 14,4 13,5 11,9 9,2 11,5
Cataluña
19,5 18 18,5 19,1 19,9 21,8 22 21,8 20,4 19,4 20,4 20,9
Comunitat Valenciana
13 12,3 11,4 9,4 10,3 11 10,3 11 11,7 13,1 13,6 14,9
Extremadura
10,7 11,6 10,2 11,8 10,2 8,4 8,7 10,1 13,7 10,5 8,6 8,8
Galicia
8,3 8,5 7,8 8,5 8,6 9,4 9,2 10,6 10,9 11,8 9,6 11,6
Madrid, Comunidad de 18,3 15,7 17,4 17,3 17,8 20,1 19,7 19,1 20,3 21,2 21,4 22,9
Murcia, Región de
12,3 10,3 14,3 13,3 15,2 14 14,6 14 12,4 14,8 12,2 11,5
Navarra, Comunidad
11,7 15
15 13,1 12,1 10,5 12,2 14,8 15,1 12,6 10,3 11
Foral de
País Vasco
10,7 9
9,6 9,3 8,8 8,4 9,7 11,9 9,3 11,3 10,1 12,3
Rioja, La
14,7 12,8 13,3 13,1 11,2 10,6 11,7 15,2 15,3 10,5 9,6 10,6
Ceuta
21,8 17,2 25,6 26,3 20,5 9,5 13,7 16,1 19,5 14,7 16,5 20,2
Melilla
38,2 32,3 35,3 31,4 33,4 36,8 38,1 38,5 24,7 29,9 26 26,7
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida y Encuesta
Continua de Hogares del INE
17,3
13,4
17,3
12,3
28,5
23,0
12,7
13,4
13,5
24,1
14,4
11,5
11,9
23,1
16,1
13,6
11,6
13,1
19,0
28,0
Tabla 19 Hogares (porcentaje) en régimen de cesión
Nacional
200 200 200 200 200 200 201 201 201 201 201 201 201
4
5
6
7
8
9
0
1
2
3
4
5
6
6,7 6,4 7,0 6,3 6,1 6,1 6,1 5,5 6,3 6,9 7,0 7,1 5,1
201
Andalucía
10,2 8,0 9,9 9,2 8,8 7,7 7,3 5,7 8,3 8,7 9,3 9,4 6,7
Aragón
8,0 8,1 5,9 6,5 4,7 6,1 7,1 8,5 7,8 6,5 6,2 6,8 4,2
Asturias, Principado de 6,9 9,7 7,4 5,1 5,2 6,5 5,4 3,7 7,5 6,9 8,3 6,3 4,9
Balears, Illes
3,1 8,9 10,1 10,3 8,8 7,5 8,1 6,8 8,4 6,7 4,3 5,0 6,5
Canarias
12,7 11,2 13,3 9,3 10,9 14,1 13,1 13,5 10,1 9,3 7,0 7,9 6,8
Cantabria
9,9 10,8 10,8 4,7 4,7 3,8 6,3 4,6 5,2 7,7 7,1 9,0 5,5
Castilla y León
5,6 6,2 5,4 5,4 5,4 5,9 5,1 4,0 5,7 6,1 6,1 7,3 4,6
Castilla - La Mancha
7,6 8,5 5,7 5,3 3,9 5,2 5,8 6,3 7,1 8,2 8,9 7,1 5,3
Cataluña
4,0 4,2 5,0 5,0 4,0 4,0 4,0 4,6 5,2 6,1 5,5 5,3 3,7
Comunitat Valenciana
6,8 5,6 8,7 6,4 7,2 6,8 6,5 5,4 7,3 6,6 8,4 8,6 5,7
Extremadura
10,4 7,5 10,1 10,0 9,6 9,7 9,6 9,5 9,3 11,6 13,6 13,2 8,2
Galicia
8,0 8,9 7,9 9,7 8,3 9,1 9,8 8,0 6,6 7,5 6,9 8,0 6,7
Madrid, Comunidad de
2,9 2,9 3,0 2,1 3,0 2,9 3,3 3,1 2,4 4,2 4,3 4,6 3,4
Murcia, Región de
10,9 10,8 9,2 9,4 7,4 7,4 6,1 4,6 9,3 11,8 11,5 10,7 5,6
Navarra, Comunidad
2,9 2,3 4,7 3,0 2,6 2,8 2,6 2,6 2,5 4,2 4,5 5,3 4,1
Foral de
País Vasco
3,7 4,3 3,3 3,2 4,2 3,4 4,5 4,1 3,2 4,0 4,5 3,9 3,3
Rioja, La
7,0 5,1 7,0 5,7 6,9 8,0 8,1 3,0 3,1 6,7 5,5 5,6 3,9
Ceuta
19,1 27,9 11,0 13,5 16,9 15,1 12,4 10,6 5,1 6,2 2,3 9,4 16,3
Melilla
4,2 5,6 5,4 9,9 9,5 10,3 2,6 0,4 1,5 3,2 4,5 3,9 6,5
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida y Encuesta Continua de
Hogares del INE
Tabla 20. Porcentaje de hogares en régimen de propiedad según la edad del
responsable del hogarPropiedad
200
200
200
200
200
200
201
201
201
4
5
6
7
8
9
0
1
2
79,5 80,5 79,5 80,1 79,6 79,3 79,4 79,6 79,2
Tota
De 47,7 53,6 56,1 58,1 54,9 50,0 46,9 46,4 42,5
l16 a
De 71,1 72,5 72,7 74,3 73,7 73,8 73,7 72,8 71,1
29
30De
a
85,9 86,6 83,2 83,8 83,7 83,1 83,5 82,8 82,7
44De
45
a
86,5 87,4 86,8 87,5 87,3 87,5 87,8 89,8 90,1
64
65 y
Fuente:
Encuesta de Condiciones de Vida. Instituto Nacional de Estadística
más
201
3
77,7
38,5
67,9
82,4
89,2
201
4
78,0
34,2
68,6
82,0
89,8
201
5
77,3
34,2
65,3
81,4
89,3
201
6
77,1
28,4
64,4
80,9
90,1
Tabla 21. . Porcentaje de hogares en régimen de alquiler según la edad del
responsable del hogar
Total
De 16 a 29
De 30 a 44
años
De 45 a 64
años
De 65 y
años
Alqu
200
iler
13,9
4
39,3
19,3
9,9
8,1
20
13
05
35,
18,
1
8,8
8
7,4
200
13,5
6
28,2
19,8
10,5
7,4
200
13,6
7
32,2
18,1
11,1
6,8
200
14,2
8
36,5
19
11,3
7,2
200
14,6
9
37,7
19,1
11,9
7,4
más años
202
201
14,5
0
41,6
19,1
11,3
7,2
201
14,9
1
42,8
20,6
12
6,5
201
14,5
2
43,1
20,8
12
5,7
201
15,4
3
46,4
23,3
11,8
5,9
201
14,9
4
50,1
21,8
12,2
5,7
201
15,6
5
48,4
24,3
13,1
6
201
16,3
6
52,8
26,2
13,9
5,8
Fuente: Encuesta Condiciones de Vida. Instituto Nacional de Estadística
203
Tabla 22 Porcentaje de hogares en régimen de cesión según la edad del
responsable del hogar
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
20
14
20
15
20
16
6,7
6,4
7
6,3
6,1
6,1
6,1
5,5
6,3
6,9
7
7,1
6,5
De 16 a 29
años
13
11,
2
15,
6
9,7
8,7
12,
3
11,
5
10,
8
14,
4
15,
1
15,
7
17,
4
18,
7
De 30 a 44
años
9,6
8,7
7,5
7,6
7,3
7,1
7,1
6,6
8
8,8
9,6
10,
4
9,5
De 45 a 64
años
4,1
4,6
6,3
5,1
5,1
5
5,1
5,1
5,3
5,8
5,8
5,5
5,2
De 65 y
más años
5,4
5,2
5,8
5,6
5,5
5,1
5
3,7
4,1
4,9
4,5
4,7
4,1
Total
Fuente: Encuesta Condiciones de Vida. Instituto Nacional de Estadística
Tabla 23. Porcentaje de hogares en régimen de propiedad y alquiler por encima y
por debajo de 60% del ingreso mediano
Por debajo del 60 % del
Propiedad
Alquiler
Por encima del 60%
Propiedad
Alquiler
2007
68,4
31,6
83,6
16,4
2008
61,2
38,8
84,9
15,1
2009
63,9
36,1
83,6
16,4
2010
64,2
35,8
83,9
16,1
2011
63,7
36,3
83,9
16,1
2012
59,9
40,1
84
16
2013
58,3
41,7
82,6
17,4
2014
60,1
39,9
84,2
15,8
2015
62
38
82,8
17,2
Fuente: Eurostat
Tabla 24. Número de Transacciones de Vivienda 2004-2016. Total Nacional,
Cataluña y Barcelona.
Año 2004
T1
T2
T3
Transacciones
Total nacional Cataluña Barcelona (provincia)
190442
28444
19801
223895
36432
23937
201089
32149
20895
204
Año 2005
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Año 2009
Año 2010
Año 2011
Año 2012
Año 2013
Año 2014
Año 2015
Año 2016
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4
T1
T2
T3
T4 (*)
232964
39345
196438
36847
241398
44386
216333
37212
247405
44400
233669
42298
251649
43948
221610
34560
248258
39480
230755
34393
227562
31693
186504
22039
192050
23317
159088
18138
157008
16665
122949
12648
125419
13470
104703
12196
119938
13961
107534
12438
131544
16997
107079
13601
153164
20065
80550
9682
150494
20983
74455
8923
90756
11705
76534
10289
107373
13988
69420
9745
84289
11675
75313
10579
134601
17323
54835
8128
81472
12580
70604
10964
93657
12868
81516
11837
91769
14059
80388
11898
111948
17154
85605
12917
107043
16387
94035
14334
115030
17470
103592
16300
123438
20440
104143
17289
126516
21141
Fuente: Ministerio de Fomento
205
25973
23967
28812
22449
27883
26727
26889
19646
23565
21651
18738
12317
13650
10746
9826
7634
8223
7657
8767
7670
10714
8883
13276
6383
14333
5462
7401
6388
8590
6280
7437
6251
10861
4948
7675
6916
8052
7970
9247
7790
11389
9003
11046
9614
11679
11468
14158
11873
14319
Tabla 25. Estimación de la cantidad de viviendas
DIC 1971
11058989
DIC 1972
11383294
DIC 1973
11714680
DIC 1974
12215186
DIC 1975
12739307
DIC 1976
13135715
DIC 1977
13446330
DIC 1978
13783939
DIC 1979
14151192
DIC 1980
14496979
DIC 1981
14860272
DIC 1982
15125574
DIC 1983
15367731
DIC 1984
15598916
DIC 1985
15808517
DIC 1986
15996196
DIC 1987
16188471
DIC 1988
16386778
DIC 1989
16660932
DIC 1990
16981114
DIC 1991
17336208
DIC 1992
17596571
DIC 1993
17827188
DIC 1994
18110360
DIC 1995
18351515
DIC 1996
18683320
DIC 1997
19057893
DIC 1998
19401745
DIC 1999
19836527
DIC 2000
20376329
DIC 2001
21015717
DIC 2002
21460006
DIC 2003
21903316
DIC 2004
22379684
DIC 2005
22881650
DIC 2006
23457875
DIC 2007
24027277
DIC 2008
24590645
DIC 2009
24937572
DIC 2010
25130992
206
DIC 2011
25228563
DIC 2012
25276303
DIC 2013
25256840
DIC 2014
25220997
DIC 2015
25180521
Fuente: Banco de España
207
Tabla 26. Número de contratos de vivienda en alquiler 2001-2015. Cataluñay y
Barcelona
Contratos Contratos
Catalunya Barcelona
2001
37.440
19822
2002
36.072
18035
2003
41.149
20376
2004
47.574
22633
2005
52.941
23982
2006
56812
23975
2007
62.671
24162
2008
80126
27414
2009
97818
32177
2010
116188
36873
2011
127813
38156
2012
138621
41047
2013
150200
44819
2014
149733
44411
2015
141767
40623
Fuente: Institutd'Estadística de
Catalunya (INDESCAT)
208
209