Costos ambientales
Darío Ernesto Iturria Cammarano
Asociación Uruguaya de Costos
E-mail:
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Palabras claves: Recursos Naturales, Impacto Ambiental, Teoría General del Costo, Costos Ambientales.
Tema: La Contabilidad de Costos y los Costos Ambientales
Recursos Audiovisuales: Microsoft PowerPoint
Costos ambientales
Palabras claves: Recursos Naturales, Impacto Ambiental, Teoría General del Costo, Costos Ambientales.
Tema: La Contabilidad de Costos y los Costos Ambientales
RESUMEN:
A nadie escapa que hoy el deterioro del Medio Ambiente es uno de los problemas más importantes y difíciles de resolver. Desde hace algunas décadas se comenzó a hablar de la necesidad de lograr un desarrollo sostenible, es decir, que el desarrollo actual no se haga en detrimento del de las generaciones futuras. Una de las premisas fundamentales para llegar a este desarrollo es que el uso que se realice de los recursos naturales no supere la tasa de renovación de los mismos, con esto se lograría no solo preservar el medio ambiente, sino que además permitiría que estos recursos estén disponibles para las generaciones futuras.
Como consecuencia de la importancia que ha adquirido la preservación del medio ambiente muchas empresas se enfrentan a un nuevo y creciente tipo de costos como son los denominados “Costos Ambientales”. Este hecho hace que se deba considerar a la protección del medio ambiente como un factor más de competitividad, y como consecuencia será fundamental que las organizaciones incorporen en su planeamiento estratégico y operacional un adecuado programa de Gestión Ambiental, donde se compatibilicen los objetivos ambientales con los propios de la organización.
El presente trabajo intenta debatir, la naturaleza de los costos ambientales, su relación con el uso de recursos naturales y las razones de las dificultades que enfrenta la Teoría General del Costo para reflejar el consumo de los mismos.
1. Los activos ambientales en el mercado
La actividad económica se materializa en la producción de una amplia gama de bienes y servicios cuyo destino último, a través de la distribución, es la satisfacción de las necesidades humanas de consumo. Para realizar estas actividades productivas y de distribución las empresas utilizan factores productivos (bienes intermedios, recursos humanos, servicios intermedios, bienes de capital, recursos naturales, capital financiero) escasos y susceptibles, por tanto, de usos alternativos. Algunos de ellos se valoran a través de un precio (mano de obra, maquinarias, etc.), otros (bienes ambientales) no cuentan, por lo general, con tal mecanismo o cuando lo tienen como es el caso de algunos recursos naturales (ejemplo agua, petróleo, etc.) este precio es solo una valoración a corto plazo y que por lo tanto no toma en cuenta el agotamiento que inexorablemente ocurrirá a largo plazo ( o incluso mediano plazo) si se continua con el nivel actual de utilización.
Surgiría entonces, como conclusión de lo anterior, que el mercado de bienes y servicios no estaría reflejando el verdadero valor de los recursos que han sido empleados para su producción, es decir el mercado no distribuye de manera eficiente los recursos al no contemplar el valor del medio ambiente. Esto es citado por algunos autores
Pearce, D. W.; Markandya, A., y Barbier, E. B.- Blueprint for a Green Economy. Londres. 1989. como uno de los fallos de mercado y da lugar a que los costos externos en los que se incurren en el proceso de producción no queden reflejados en los precios finales, surgiendo así el concepto de externalidades.
Se afirma que existe una externalidad cuando la producción o el consumo de un bien afectan directamente a los consumidores o empresas que no participan en su compra ni en su venta, y cuando los efectos no se reflejan totalmente en los precios de mercado. Se dice que existen externalidades positivas cuando obtenemos una ventaja o beneficio por lo que otros hacen, mientras que si es un perjuicio hablamos de externalidades negativas. (Santos M. Ruesga y Gemma Durán. Empresa y Medio Ambiente. 1995)
La razón por la cual los bienes ambientales no son valorados adecuadamente se debe, sobre todo, a que no existe un mercado definido para la transacción de los mismos ya que nadie estaría dispuesto a pagar por algo que podría obtener gratuitamente, ya que los recursos ambientales no son de propiedad privada. Estos recursos naturales son denominados recursos de propiedad común por el hecho de que se tiene libre acceso a ellos. Es este libre acceso, precisamente, la causa del abuso en su uso, ya que cuando se utilizan como factores de producción, poseen un coste nulo o muy por debajo de su “costo social” si se tomaran en cuenta los efectos negativos (ejemplo, agotamiento, contaminación ambiental, desastres ecológicos, etc.).
2. Valoración monetaria de los recursos naturales
Adaptado de Santos M. Ruesga y Gemma Durán. Empresa y Medio Ambiente. 1995.
De lo anteriormente expuesto, surgiría una diferenciación entre bienes y servicios económicos y no económicos. Los primeros serian aquellos que alcanzan un precio, expresado en unidades monetarias, al ser intercambiados en el mercado y es, por tanto, el propio mercado el que regula su escasez o su abundancia relativa. En cambio los no económicos, y en particular los bienes ambientales, considerados libres, su valor es poco reconocido y difícilmente homogeneizable en la misma unidad que los bienes económicos, encontrando el mercado dificultades a la hora de determinar un precio que regule su utilización.
Y, a pesar de todos los inconvenientes que surgen, la valoración de los recursos naturales es uno de los objetivos del desarrollo sostenible. Este concepto propone que el medio ambiente no sea un bien libre, aunque no existan mercados convencionales para los mismos, y sugiere que se mida a qué tasa son utilizados los bienes ambientales dando señales de la escasez de los recursos.
Una valoración adecuada tendría que incorporar el valor económico total de un recurso natural que incluye no solo los valores directos e indirectos presentes, sino también futuros (valor de opción) derivados de su valor de uso y de su valor de no uso, es decir, el valor de existencia de los recursos naturales (véase figura 1).
Figura 1. Santos M. Ruesga y Gemma Durán. Empresa y Medio Ambiente. 1995.
El valor de uso es aquel que se atribuye por parte de las personas que usufructúan el medio ambiente, el valor de opción esta relacionado con la posibilidad de uso futuro, y por último, el valor de existencia representa un valor atribuido directamente por la subsistencia del medio ambiente independiente de un uso presente o futuro.
La valoración monetaria de los bienes ambientales permitiría su incorporación en la función de producción de las empresas, lo que llevaría a una necesaria e ineludible consideración de los costos ambientales a la hora de obtener un producto o servicio, contribuyendo de esta forma con los objetivos del desarrollo sostenible.
3. El conocimiento de los costos ambientales
Como se puede apreciar el análisis realizado hasta el momento se sustenta básicamente en una concepción económica de los recursos naturales y su valoración monetaria, nuestra intención es a partir de aquí, introducir elementos o conceptos que nos permitan aproximarnos a los costos ambientales y su posible consideración en la estructura interna de costos de las empresas.
Para ello creemos necesario comenzar exponiendo elementos que van a contribuir con el análisis.
3.1 Concepto de costo
Charles Horngren lo define como “Recurso que se sacrifica o al que se renuncia para alcanzar un objetivo específico”. En principio, costo medido en la forma convencional contable: unidades monetarias que se tienen que pagar para adquirir bienes y servicios.
Para el Profesor Oscar Osorio la expresión “costo” es una expresión sin significado concreto, si la misma no es debidamente acotada de manera de precisar su contenido y extensión. A partir de un concepto genérico según el cual costo es “todo sacrificio de bienes económicos valuados de determinada manera, realizado con el objeto de generar un ingreso más o menos diferido en el tiempo o cumplir un objetivo determinado” se pueden identificar, desde el punto de vista de la racionalidad con que se han utilizado los distintos factores de la producción, diferentes conceptos de costos.
También menciona este autor que, “en el costo están permanentemente presentes dos componentes que tienen características propias: por una parte el componente físico, concreto o real, o sea la porción de factor o recurso productivo que es sacrificado, o se prevé se sacrificara, para la realización de una acción dada en un proceso y alcanzar determinado objetivo y por la otra el componente monetario o sea el precio o valor negociado utilizado o previsto utilizar”.
Como vemos entonces, el costo de cada factor resulta del producto entre:
Su componente “físico” (cantidad física considerada necesaria para la obtención del objetivo a costear); y
Su componente “monetario” (precio o valor asignado necesario para disponer de una unidad física del factor en condiciones de ser utilizada en el proceso de generación de valor del objetivo a costear);
Y presenta, en consecuencia, la siguiente expresión
Cartier, Enrique N. Apuntes para un replanteo de la teoría de los Costos Fijos. XXV Congreso IAPUCO. Buenos Aires. 2002. :
Costo de un factor “x(i)” para la obtención de un objetivo “A”
CX(i)A = QX(i)A * PX(i)
Componente Físico
Componente Monetario
Donde :
CX(i)A = Costo del factor “x(i)” para la obtención del objetivo “A”.
QX(i)A = Componente físico del factor “x(i)” para la obtención del objetivo “A”.
PX(i) = Componente monetario del factor “x(i)” necesario para disponer de una unidad del factor “x(i)” en el proceso generador de valor.
A partir de lo anterior se puede llegar a la ecuación general del costo de un objetivo o resultado productivo que resulta de la sumatoria del costo de los factores necesarios para obtener dicho objetivo o resultado productivo, quedando expresada, en forma genérica, de la siguiente forma
Extraído de: Contabilidad de Costos. Tomo teórico I. FCE-UDELAR. 2002.:
i = n
CA = QX(i)A * PX(i)
i =1
Componente Físico
Componente Monetario
¿Esta ecuación general del costo refleja en términos monetarios el consumo de todos los recursos? Creemos que en muchos casos no.
¿En cuales no? En aquellos casos en que se utilizan bienes libres como un factor más de producción.
¿Por qué? Debido a que como ya fue mencionado existen recursos naturales a los cuales se tiene libre acceso y que carecen de un precio que regule su utilización, y que por lo tanto al ser el componente monetario nulo no quedaría incorporado en la ecuación general del costo a pesar de que el consumo en términos físicos existe. Este consumo de recursos no ha pasado desapercibido, es así que las empresas se han visto obligadas a incurrir en costos, los cuales tienen una relación directa con los recursos naturales sacrificados. Como ejemplo de estos costos podríamos nombrar el costo de las actividades preventivas, actividades de restauración de daños ambientales, multas y sanciones, etc.
A estos costos (costo de las actividades preventivas, actividades de restauración de daños ambientales, multas y sanciones, etc), se los conoce en la literatura como “Costos Ambientales”, desde nuestro punto de vista existirían dos tipos de costos ambientales, en primer lugar tendríamos los recursos naturales sacrificados en términos de unidades físicas (elemento esencial del costo); en segundo lugar, pero relacionados directamente con el consumo de recursos naturales, tenemos a estos costos que en parte surgen por la imposibilidad de valorar en términos monetarios los verdaderos costos.
Como vemos muchas empresas hoy en día desarrollan actividades o incurren en costos que tienen relación con el medio ambiente, sin embargo muchas veces los mismos, no son identificados en forma adecuada. Estos costos son denominados “verdes” o “ambientales”, de los cuales transcribiremos algunas definiciones:
En la actualidad las empresas comienzan a considerar la variable ambiental en su proceso de toma de decisiones, implantando medidas que prevengan el impacto ambiental de sus actividades o que corrijan los daños generados. De este modo, la empresa está soportando un coste derivado de su interacción con el medio ambiente, lo que se denomina coste medio-ambiental (Bonilla Priego, 2000).
Costo de las actividades llevadas a cabo voluntariamente, como así también las requeridas por contrato o por leyes y regulaciones ambientales; para prevenir, disminuir o remediar el daño causado al medio ambiente, relacionado tanto con la conservación de recursos renovables como no renovables (Fronti de García, García Fronti, Scaminaci y Wainstein, 1998).
La medida y la valoración del esfuerzo por la aplicación racional de los factores medio ambientales de cara a la obtención de un producto, un trabajo o un servicio (Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, 1996).
Los cambios que se producen en el medio ambiente, como consecuencia de los efectos de los impactos ambientales sobre el entorno natural, se manifiestan en daños (degradación y/o agotamiento) que pueden ser previstos (en forma directa o indirecta) o imprevistos.
Esos daños, en término de efectos pueden ser mitigados, para ello se hace necesario implementar medidas para reducirlos a un nivel inferior del umbral crítico considerado significativo. Esas acciones generan costos que forman parte de los costos totales de cualquier proyecto o programa. Esos costos ambientales deben ser comparados con los beneficios atribuibles a las medidas adoptadas, tendientes a recuperar el nivel perdido, lo que es lo mismo que decir que el costo ambiental debe ser comparado con la reducción total en los daños ambientales, hacia los cuales se han orientado las acciones o actividades. Este análisis costo-beneficio suele enfrentar la dificultad que implica medir aspectos muy subjetivos. Por ejemplo, en caso de aplicar medidas preventivas ¿cómo medir el beneficio para la empresa de evitar un desastre ambiental que pudiera afectar la salud humana? Por lo tanto, la consideración de los costos ambientales no constituye un problema de “costos incurridos” sino que implica un análisis de la relación costo-beneficio, en cuya evaluación tanto en la medición de los costos como en la determinación de los beneficios, existe la consideración de aspectos específicos y muchas veces subjetivos. Es así, que muchas veces las empresas deciden incorporar como parte de sus políticas la protección del medio ambiente, otras veces deciden aplicar medidas preventivas pues estiman que ello será más ventajoso que las medidas correctivas, o incluso por temor, a que de no aplicar medidas preventivas se afecte la continuidad de la empresa.
En términos generales se puede establecer que los efectos del impacto ambiental pueden ser:
Perjudicial (negativo): significa que los efectos superan los estándares preestablecidos (por norma legal o por pauta prevista), en este caso se deben introducir medidas correctoras que dan lugar a impactos beneficiosos que reduzcan o anulen los efectos de los primeros.
Beneficioso (positivo): son los efectos que surgen como consecuencia de medidas preventivas o correctivas.
Existen dos tendencias con relación al tratamiento a dar a los impactos ambientales:
a) Un criterio establece que la contaminación, cualquiera sea su origen o dimensión representa recursos desperdiciados. Aquí cabe recordar que la Unión Europea estableció el principio de “quien contamina paga”. En este caso, las organizaciones deben:
Adoptar medidas tendientes a reducir la contaminación
Asumir internamente los costos de esas medidas
Hacerse cargo de los costos por los daños causados a terceros.
El mayor problema para su aplicación proviene de la dificultad para la valoración del daño causado a terceros, así como por el hecho de que algunos daños se manifiestan tardíamente.
b) Una nueva tendencia se orienta a la aplicación de medidas preventivas y / o correctivas (de restauración) de los impactos ambientales.
El problema en esta tendencia está en la valuación de esas acciones/actividades, a raíz de las ya nombradas externalidades.
En nuestra opinión, esta última tendencia muestra una clara toma de conciencia, dándole prioridad a la conservación del medio ambiente buscando en primer termino evitar los daños y si estos ocurrieran tratando, en segunda instancia, de restaurar el entorno; a diferencia del criterio quien contamina paga en la cual se busca poner un precio al daño ocasionado, dejando a consideración de las propias empresas la evaluación del costo-beneficio de prevenir ó contaminar y pagar.
Concluimos entonces que las empresas internalizaran los costos ambientales, solo en la medida que se vean obligadas a pagar por el daño causado, o en la medida que apliquen voluntariamente medidas preventivas y/o restauradoras de los mismos.
El primer paso para la internalización de los costos ambientales es su determinación. Esta no suele ser una tarea sencilla ya que no siempre puede ser claro si un costo es ambiental o no pues en algunos casos puede quedar la duda ó clasificárselo como parcialmente ambiental. No obstante, el objetivo es asegurarse que los costos considerados relevantes para la empresa, reciban la atención y el tratamiento adecuado. Esto podría contribuir a lograr objetivos tales como: reducir los gastos ambientales, aumentar la rentabilidad del negocio, mejorar la imagen de la empresa, etc.
4. ¿Por qué medir los Costos Ambientales?
Si bien existen pocos datos cuantitativos sobre el valor económico (y social) total de la información de costos ambientales totales, la Agencia de Protección Ambiental (E.P.A.) de Estados Unidos identifica algunos beneficios claves de obtener, administrar y utilizar esta información dentro de la empresa, ellos son:
Muchos costos ambientales se pueden reducir significativamente o eliminar como resultado de decisiones de negocios, las cuales van desde cambios operacionales y de custodia, hasta inversión en tecnologías de procesos verde, hasta el rediseño de procesos / productos. Muchos costos ambientales (ejem. desechos de materias primas) pueden proporcionar ningún valor añadido a un proceso, sistema, o producto.
Los costos ambientales (y por consiguiente el potencial ahorro de costos) se pueden oscurecer en las cuentas generales de gastos.
Muchas empresas han descubierto que los costos ambientales se pueden eliminar generando ingresos mediante la venta de desechos o asignaciones transferibles de contaminación (es decir la transferencia de los permisos de contaminación), o mediante licencias de tecnologías limpias, por ejemplo.
La mejor administración de los costos ambientales puede dar como resultado un desempeño ambiental mejorado y beneficios significativos para la salud humana así como éxito en los negocios.
El entendimiento de los costos ambientales y del desempeño de procesos y productos puede promover un costeo y una fijación de precios más exactos y puede ayudar a las empresas en el diseño de procesos, productos, y servicios más preferibles ambientalmente y por consiguiente darle una ventaja competitiva a la empresa.
La contabilidad de costos y desempeño ambientales puede dar soporte al desarrollo y operación de un sistema general de administración ambiental de una empresa. Tal sistema constituirá una necesidad para las compañías vinculadas con las obligaciones de comercio internacional por el estándar de consenso internacional ISO 14001, desarrollado por la International Organization of Standarization.
5. Identificación de los Costos Ambientales
Para una adecuada identificación de los costos ambientales, se requiere de una clasificación analítica. Una primera clasificación podría hacerse en base al grado de recurrencia de los costos. Este es el criterio usado por la Asociación Española de Contabilidad y Administración (para una mayor desagregación véase documento Nro 13 AECA), dicha clasificación es la siguiente:
COSTOS MEDIOAMBIENTALES RECURRENTES
Derivados de la obtención de información medioambiental
Derivados de un plan de gestión medioambiental
Derivados de la adecuación tecnológica medioambiental
Derivados de la gestión de residuos, emisiones y vertidos
Derivados de la gestión del producto
Derivados de las exigencias administrativas
Costos derivados de la auditoria medioambiental
COSTOS MEDIOAMBIENTALES NO RECURRENTES
Derivados de los sistemas de información y prevención medioambiental
Derivados de las inversiones en instalaciones
Costos plurianuales de conservación y mantenimiento: inspección
Derivados de la interrupción en el proceso
Derivados de accidentes
Derivados de las nuevas exigencias del entorno
Derivados de la mejora de imagen medioambiental de la empresa
Derivados de los sistemas de control y medición
Costos no desembolsables
Costos jurídicos
Otros costos de carácter específico
En algunas circunstancias, un costo recurrente puede adquirir las características de un no recurrente y viceversa.
Otra clasificación interesante es la realizada por el Whistler Centre for Business and the Arts, que distingue los costos ambientales según sean internos o externos a la empresa.
COSTOS AMBIENTALES EXTERNOS
Ejemplos
Agotamiento
Daños e impacto anti-estéticos
Aire residual y emisiones de agua
Disposición de desechos a largo plazo
Efectos en la salud no compensados
Cambios en la calidad de vida local
COSTOS AMBIENTALES INTERNOS
Costos Ambientales
Directos o indirectos
Ejemplos:
Administración de desechos
Costos u obligaciones de remediación
Honorarios permitidos
Entrenamiento ambiental
I&D orientado ambientalmente
Mantenimiento relacionado ambientalmente
Costos y multas legales
Bonos de aseguramiento ambiental
Certificación/Etiquetado ambiental
Entradas de recursos naturales
Mantenimiento de registros y presentación de reportes
Costos ambientales
De Contingencias o Intangibles
Ejemplos:
Costos de remediación o compensación futura incierta
Riesgos a los que se está expuesto por futuros cambios reguladores
Calidad del producto
Salud y satisfacción de los empleados
Activos de conocimiento ambiental
Sostenibilidad de entradas de materias primas
Riesgo de activos deteriorados
Percepción del público/cliente
Cuadro 1 Extraído de: Administración Ambiental en las organizaciones. Rol del Contador Gerencial. IFAC-FMAC-1998.
Como vimos las empresas solo internalizaran los, aquí llamados, costos ambientales externos en la medida que se vean obligadas a pagar por el daño causado.
Una tercera clasificación discrimina los costos ambientales en regulados, upfront (por adelantado) y voluntarios(vease cuadro 2). Cada grupo se categoriza posteriormente en aquellos costos que son potencialmente ocultables; aquellos que caen en la categoría de costos contingentes, esto es, aquellos que probablemente se incurrirá en una fecha futura como resultado de daños ambientales; y costos de imagen y relaciones o aquellos costos intangibles asociados con el impacto del registro de rastros ambientales de la compañía en asuntos tales como lealtad del cliente, acuerdos de aseguramiento, problemas de la fuerza de trabajo, y confianza del inversionista.
Costos Potencialmente Ocultos
El cuadro recoge distintos tipos de costos ambientales que pueden ser potencialmente ocultados a sus administradores:
Primero, están los costos ambientales adelantados, los cuales son previos a la operatoria del proceso, sistema, o instalación. Este puede incluir costos relacionados con el asentamiento, el diseño de productos o procesos ambientalmente preferidos, insumos calificados, evaluación de equipos alternativos para el control de la polución, etc.
Segundo, hay costos ambientales regulados y voluntarios incurridos en el proceso, sistema o instalación operativa; aunque varias empresas tradicionalmente, han tratado estos costos como generales, sin recibir la atención adecuada de los administradores y analistas responsables de las operaciones diarias y de las decisiones empresariales. La magnitud de estos costos a su vez puede ser difícil de determinar.
Tercero, mientras los costos adelantados, y los costos operativos corrientes pueden ser ocultados por las prácticas contables gerenciales, los costos ambientales back-end, pueden directamente, no ser ingresados a los sistemas contables.
Estos costos back-end, deben ser ignorados siempre que no estén bien documentados.
A. Costos Potencialmente Ocultos
Regulados
Por adelantado
Voluntarios
(con consentimiento)
Notificación
Estudios de Sitio
Relaciones con la comunidad
Reportes
Preparación del Sitio
Monitoreo/ Testeo
Monitoreo/ Testeo
Permisos
Entrenamiento
Estudios / Modelando
Investigación y Desarrollo
Auditorias
Remediaciones
Ingeniería e Instalaciones obtenidas
Insumos calificados
Archivo de registros
Seguro
Planes
Costos convencionales
Reportes (por ej. reporte ambiental anual)
Entrenamiento
Equipos de Capital
Planeamiento
Inspecciones
Materiales
Estudios de factibilidad
Manifestaciones
Mano de Obra
Remediaciones
Identificación
Insumos
Reciclaje
No preparados
Servicios
Estudios Ambientales
Equipos de protección
Estructuras
Paisajismo
Vigilancia médica
Valor de rescate
Protección de la tierra y del hábitat
Seguros ambientales
Seguros financieros
Back – End
Control de polución
Investigación y desarrollo
Responsabilidad por derrames
Clausura / Cierre de comisiones
Otros proyectos ambientales
Tormentas de agua
Administración
Deshecho de inventarios
Soporte financiero a grupos ambientales y/o Investigadores
Administración de residuos
Cuidado post cierre
Impuestos y tasas
Rescate del Sitio
B. Costos Contingentes
Costos consentidos futuros
Remediaciones
Gastos legales
Multas y Penalidades
Daños a la propiedad
Daños a los recursos naturales
Responsabilidad por futuros reclamos
Daños y perjuicios personales
Daños por pérdidas económicas
C. Costos de Imagen y Relación
Imagen Corporativa
Relación con el staff de profesionales
Relación con prestamistas
Relación con los clientes
Relación con los trabajadores
Relación con la comunidad
Relación con los inversores
Relación con los proveedores
Relación con los legisladores
Relación con los seguros
Cuadro 2 Fuente: Environmental Protection Agency. 1995
El cuadro contiene una larga lista de costos ambientales potencialmente ocultos, incluyendo costos adelantados, operativos, y actividades de back-end llevadas para:
Cumplir con leyes ambientales (por ej. costos regulados), o
Dirigirse hacia el consentimiento (por ej. costos voluntarios).
Al traer estos costos a la luz, también puede ser útil distinguir entre costos ocurridos para responder a la contaminación pasada y que no están relacionados con las actividades actuales; al control, a la limpieza, o la prevención de la contaminación de las operaciones actuales; o a la prevención o reducción de contaminación de futuras operaciones.
Costos Convencionales
Son los costos por el uso de bienes intermedios, recursos humanos, servicios intermedios, bienes de capital, recursos naturales, capital financiero que no son considerados usualmente, costos ambientales.
Como siempre, el uso decreciente y la disminución de desechos de materias primas, materiales así como otros factores relacionados con el medio ambiente, será un objetivo para reducir la degradación del medio natural y el consumo de recursos no renovables
Es importante incluir estos costos en las decisiones gerenciales, sean o no vistos como costos ambientales.
La distinción de estos costos convencionales, reflejada en el cuadro expuesto más arriba, significa que aún los costos (y los costos por ahorros potenciales) pueden, en algunas oportunidades ser pasados por alto en la toma de decisiones.
Costos Contingentes
Costos que pueden o no ocurrir en algún momento futuro, aquí se denominan costos contingentes, que en términos probabilísticos se pueden definir mejor como: sus valores esperados, su rango, o la probabilidad de exceder algún monto determinado. Los ejemplos incluyen el costo de remediación y compensación de futuros accidentes relacionados con la contaminación del medio ambiente (por ejemplo el derrame de petróleo), multas y penalidades por futuras infracciones a la regulación, y costos futuros originados por consecuencias inesperadas sobre rescisiones intencionales o permitidas.
Costos de Imagen y Relación
Estos costos están relacionados con la posición que haya adoptado la empresa en relación con la economía sustentable para generaciones futuras. Una empresa que se ha comprometido a "limpiar" un sitio, debe hacerlo, incluso así lo sugiere la Norma Internacional B7, al referirse a desembolsos contingentes relacionados con temas ambientales.
La imagen de una empresa en el mercado es importante para la penetración de sus productos. Si ésta es una imagen "verde" su situación necesariamente se torna más favorable, pero deberá invertir en cuidar esa imagen pues la misma puede deteriorarse si, por ejemplo, ocurriese un accidente con consecuencias nocivas sobre el medio ambiente por una falta de medidas preventivas.
Con respecto a la identificación de los costos ambientales es necesario puntualizar algunos aspectos considerados de importancia:
Los costos ambientales deben reflejarse mediante una adecuada desagregación y no deberían ser incluidos en una “bolsa” junto con los diversos gastos generales de una empresa.
El conocimiento de estos costos podría repercutir en la fijación de los precios de ciertos productos, ello dependerá también de que la empresa utilice un sistema de costeo adecuado.
Las empresas en este proceso, no solo deben buscar aquellos costos que se relacionan con erogaciones, sino que deben ir mas allá, identificando posibles impactos que sus actividades pueden ocasionar en el medio natural, desde nuestro punto de vista esta práctica podría tener una mayor generalización en la medida que la legislación se torne más estricta y/o en la medida que los consumidores den preferencia a productos provenientes de empresas con políticas ambientales definidas.
6. Imputación de los costos ambientales
Considerando como base los períodos de contabilidad, se podrían clasificar como:
Previstos: se caracterizan por incorporarse a los costos con anticipación al momento que efectivamente se realiza el pago.
Corrientes: son aquellos que se incurre durante el período de producción al cual se asigna.
Diferidos: son aquellos rubros de aplicación diferida a los costos.
Para calcular los costos de un período se deberá tener en cuenta:
Corrientes + Proporción de Previstos + Cuota de Diferidos
A partir del momento que una entidad genera costos, surge el problema de cómo imputarlos. En el caso de los costos ambientales, éstos se generan en tres momentos diferentes respectos de las actividades o proyectos desarrollados por una empresa.
Antes: por las medidas de carácter preventivas.
Durante: se podrían catalogar como los costos corrientes normales del período.
Después: por las medidas de carácter correctivas, que pueden comprender a las de cierre de actividades y extenderse hasta la prescripción jurídica de las mismas.
7. Reconocimiento
A la hora del reconocimiento contable de los denominados costos ambientales pueden existir diferentes alternativas
Se deberá tener en cuenta que los requerimientos serán validos para el caso que se brinde información a terceros, ya que en caso contrario la empresa puede elegir la opción que le resulte más apropiada. :
la activación de dicho costo, para ello debe cumplir con los siguientes requisitos
Marco conceptual para la preparación y presentación de Estados Financieros. IASC. 1998.:
es probable que fluyan hacia la empresa los beneficios económicos futuros, y
la partida tiene un costo o valor que puede ser medido de manera confiable
reflejo como gasto, sobre todo encontramos aquí aquellas erogaciones asociadas a actividades de prevención de la contaminación, de descontaminación y/ó de restauración.
la exposición en notas a los Estados Contables en el caso de las contingencias ambientales.
Para finalizar nos parece oportuno realizar el análisis desde la perspectiva de la efectiva salida de recursos de la empresa, para lo cual existen dos posibilidades:
que se haya incurrido en un desembolso, en cuyo caso se deberá analizar si es un gasto o una inversión.
que aún no haya incurrido en un desembolso, pero que como consecuencia de sucesos pasados dicha salida pueda ocurrir en el futuro
Norma Internacional de Contabilidad Nro. 37. 1998.; en este caso estaríamos frente a una provisión o a pasivo contingente.
8. Asignación de los costos ambientales
Asignación de costo: “Operación a través de la cual se distribuyen los elementos de costos a sus respectivos centros de costos” (IAPUCO, Nro. 3, 1986).
Esta asignación debe realizarse considerando los diversos objetos de costos (un producto, un servicio, un proceso, un proyecto, un consumidor, una categoría de marca, una actividad, un departamento, un programa, un canal de distribución).
La mayoría de los costos ambientales caería en la categoría de costos indirectos, no obstante lo cual mediante un adecuado análisis se podría encontrar una relación directa entre estos costos y ciertos productos u otros objetos. Por ejemplo, una empresa puede fabricar dos productos, pero solo uno de ello genera residuos que requieren tratamiento. Por lo tanto los costos ambientales por tratamiento de residuos deberían ser asignados directamente al producto relacionado.
Las diversas técnicas de costeo son metodologías utilizadas para asignar los costos a los productos, procesos, clientes, etc. En general estas técnicas no tienen diferencias sustanciales a la hora de asignar los costos directos, donde radican las diferencias más importantes es a la hora de la asignación de los costos indirectos. Estos costos están teniendo una participación relativa cada vez mayor en los costos totales, por consiguiente, habrá que mejorar los métodos utilizados para la asignación de los mencionados costos.
En esta misma línea de razonamiento, Miller y Vollman (1986) insisten en la necesidad de controlar los costos indirectos ya que en los últimos años no sólo han aumentado en términos relativos con respecto al costo total sino también han crecido en términos absolutos.
9. Valoración del Ciclo de Vida(LCA
LCA del ingles Life cycle assessment)
LCA es un proceso objetivo usado para evaluar las cargas ambientales asociadas con un producto, proceso o actividad a través de todas las etapas de su vida.
El LCA se desarrolla identificando y cuantificando el uso de energía y materiales y las emisiones ambientales. Los datos se emplean para valorar el impacto sobre el ambiente de esas emisiones de energía y de materiales, y para evaluar e implementar oportunidades para conseguir mejoramiento ambiental. LCA incluye el ciclo de vida completo del producto, proceso o actividad, abarcando: extracción y procesamiento de materias primas, manufactura, transporte y distribución, mantenimiento en uso/reuso, reciclaje y disposición final.
Para determinar los costos incurridos a incluir en el LCA, se pueden identificar al menos tres categorías diferentes: costos convencionales, costos de obligaciones y costos ambientales.
El costo del ciclo de vida de un producto incluye los costos incurridos en las fases de investigación, desarrollo, prueba, producción, distribución, uso, reparación y disposición. Esos diferentes costos, necesitan ser contabilizados para cuando se use LCA y se puedan determinar los costos totales de un producto. Los costos convencionales son aquellos que se aplican específicamente para llevar el producto al mercado. Si bien cada una de las categorías puede tener componentes ambientales, es la fase de disposición la que tiene mucho que ver con los costos ambientales.
En el pasado, los manufactureros no estuvieron interesados en la disposición última de sus productos o en los desechos de post-consumo. La administración corporativa delegó en el consumidor la tarea de cómo disponer seguramente el producto. El principio re-integre (take back) ha cambiado esto y ha trasladado al manufacturero la disposición de sus productos y de los componentes de la materia prima. Los costos se tienen que determinar, asignar y contabilizar formalmente para asegurar que los productos se pueden disponer de una manera ambientalmente responsable, después de su vida útil.
La categoría de costos ambientales incluye principalmente las externalidades que se tienen que valorar para incluir los costos y los beneficios. El costeo del ciclo de vida requiere la medición de los costos y beneficios presentes y futuros de los productos, servicios y actividades de una compañía, y podría ser una herramienta importante para la implementación de una estrategia ambiental.
10. Control de los costos ambientales
Rodríguez, Roberto. Costos y Gestión. IAPUCO XXI. Marzo 1999.
Al ser los costos el parámetro que mide el impacto de los resultados en la organizaciones, surge una nueva necesidad que es la de buscar una mayor racionalización y control de los mismos, a efectos de no incorporar a la estructura de costos ambientales, conceptos que no hagan a la normalidad de las actividades o acciones operativas y preventivas/correctivas. Para ello es necesario contar con:
Información más amplia, relevante y oportuna que la que brinda la contabilidad de costos tradicional.
Técnicas y herramientas de gestión, vinculadas con el control de las operaciones.
Una estructura informática que permita evaluar la contribución económica ambiental.
El control surge como consecuencia de factores internos y externos y comprende dos procesos claramente definidos:
Previo, en el cual se formulan objetivos y metas que se traducen en la planificación.
Posterior, sustentado en el cumplimiento de los objetivos y metas, que se traducen en la evaluación.
En el contexto medioambiental el control juega un rol preponderante, por las características propias de la actividad (hechos internos y externos), ya que deberá dar cumplimiento a objetivos mínimos en diferentes campos de acción:
Grado de cumplimiento de la legislación ambiental.
Grado de efectividad y cumplimiento de las medidas de mitigación de los efectos.
Identificación, evaluación y control de los riesgos y deterioros ambientales y, por lo tanto, los posibles riesgos jurídicos y económicos que los mismos provocan en la organización.
11. Sistemas de Gestión Ambiental
La protección del medio ambiente aparece hoy como una oportunidad de éxito en los negocios y para ello será fundamental incluirlo en la Gestión Empresarial. No debe perderse de vista un propósito general de las empresas, que es el nivel de competitividad que desean alcanzar. En la actualidad, la protección del medio ambiente se ha trasformado en un factor de competitividad. Por lo tanto, para que las organizaciones acompasen su desarrollo con la cuestión ambiental, precisan incorporar en su planeamiento estratégico y operacional un adecuado programa de gestión ambiental, compatibilizando los objetivos ambientales con los demás objetivos de la organización.
Esos programas de gestión ambiental establecen actividades a ser desarrolladas, la secuencia entre ellas, así como quienes serán los responsables de su ejecución. Normalmente deben abarcar los aspectos ambientales más importantes y buscar una mejora continua, ampliando su ámbito de actuación con el pasar del tiempo. Deben poseer dinamismo y flexibilidad suficientes para adaptarse a los cambios que pueden ocurrir tanto en su ambiente inmediato como en el futuro.
En este sentido, la gestión ambiental, se señala como una de las actividades más importantes relacionada con cualquier emprendimiento empresarial. ANTONIUS
ANTONIUS, P. A. J. A Exploração dos Recursos Naturais Face à Sustentabilidade e Gestão Ambiental: Uma Reflexão Teórico-Conceitual. Belém(Pa):NAEA, 1999
(1999; p. 3) revela que, de modo general, el gerenciamiento ambiental puede ser conceptuado como la integración de sistemas y programas organizacionales que permitan:
el control y la reducción de los impactos en el medio ambiente;
el cumplimiento de la leyes y normas ambientales;
el desarrollo y uso de tecnologías apropiadas para minimizar ó eliminar residuos industriales;
el monitoreo y evaluación de los procesos y parámetros ambientales;
la eliminación ó reducción de los riesgos al medio ambiente y al hombre;
la utilización de tecnologías limpias(clean technologies), buscando minimizar los gastos de energía y materiales;
la mejora del relacionamiento con la comunidad y el gobierno;
la anticipación de cuestiones ambientales que puedan causar problemas al medio ambiente y, particularmente, a la salud humana.
Una vez que la empresa llega a la conclusión de que debe incluir en su gestión y en su planeamiento estratégico la protección del medio ambiente, tiene la opción de:
desarrollar su propio sistema de gestión ambiental; ó
implementar un sistema de gestión ambiental que le permita obtener una certificación por una tercera parte.
Si bien, nada obliga a las empresas a obtener una certificación de su Sistema de Gestión Ambiental(SGA), hoy en día es para muchas empresas el objetivo principal buscando a través de esta justificar y recuperar la inversión vía marketing. Es posible que las empresas que solo busquen la certificación pierdan la oportunidad de obtener otros beneficios tan o más importantes que la certificación.
Un SGA identifica políticas, procedimientos y recursos para cumplir y mantener una gestión ambiental efectiva en una empresa u organización. Estos sistemas conllevan evaluaciones rutinarias de impactos ambientales, compromiso de cumplir con las leyes y regulaciones ambiéntales y oportunidades de continuar mejorando en cuanto al comportamiento ambiental.
Existen diferentes normas referidas a los SGA, siendo las de mayor difusión y aplicación las siguientes:
Reglamento 1836/93 de la Unión Europea, conocido como reglamento EMAS ó simplemente EMAS. Este Reglamento define al SGA como “aquella parte del sistema general de gestión que comprende la estructura organizativa, las responsabilidades, las practicas, los procedimientos, los procesos y los recursos para determinar y llevar a cabo la política ambiental”.
Serie de normas ISO 14000, de aplicación internacional, define al SGA como “la parte del sistema de gestión general que incluye la estructura organizativa, las actividades de planificación, las responsabilidades, las practicas, los procedimientos, los procesos y los recursos para desarrollar, implementar, realizar, revisar y mantener la política ambiental”.(UNIT-ISO 14001)
El éxito en la implementación de un Sistema de Gestión Ambiental se basa en principios básicos entre los que destacamos como fundamental, el compromiso de la dirección superior con relación al mejoramiento del desempeño de la organización, donde se establezcan claramente los objetivos y metas ambientales, así como un necesario involucramiento coordinado y responsable en todos los niveles de la estructura organizacional.
12. Conclusiones
Los mercados han tomado conciencia de la magnitud del problema del deterioro ambiental, y de la necesidad que el progreso económico no se realice en detrimento de las generaciones futuras. Sin embargo, creemos que el avance en la solución del problema no ha sido significativo. Esta inacción se debe, entre otras causas, a la necesidad a la que se ven sometidas tanto las empresas como los gobiernos de obtener resultados a corto y mediano plazo, lo que lleva a postergar decisiones que puedan disminuir los beneficios inmediatos.
Entre las decisiones que se postergan por parte de las empresas se encuentran, en general, las que tienen que ver con la introducción de tecnologías limpias, la sustitución de materias primas y materiales por otras menos contaminantes, la utilización de energías renovables, etc.
Los gobiernos por su parte postergan generalmente el endurecimiento de la legislación ambiental o la aplicación rigurosa de controles a la industria.
En Uruguay como ejemplo ilustrativo, existe una amplia legislación ambiental, sin embargo la reglamentación de la misma está limitada a temas específicos quedando muchos otros pendientes. Consideramos que en este caso se debe a la carencia de recursos por parte del Estado que impediría la realización de controles ante nuevas reglamentaciones.
La adecuada valoración de los recursos consumidos, se torna un factor importante para el logro de los objetivos de información tanto internos como externos. Si consideramos este análisis, podemos afirmar que existen bienes sacrificados en el proceso de producción, denominados recursos naturales, los cuales por carecer de un componente monetario, o en el sentido estricto poseen un componente monetario nulo , no quedan reflejados en el costo de producción de la empresa.
Diversos autores, en el intento de cuantificar el consumo de estos recursos , los relacionan con las ya definidas “externalidades”. Estas representan erogaciones que la empresa ha incurrido o puede verse obligada a incurrir, y suelen ser denominados “costos ambientales”.
Al vincular estos costos con las externalidades se estaría desvirtuando la realidad económica, y por ende, la percepción del costo cómo un vínculo fundamentalmente físico entre factores consumidos y productos obtenidos. Queda cuestionarse entonces, los principios de la Teoría General del Costo y su “aparente” imposibilidad de cuantificar determinados recursos.
Nuestra conclusión, es que las dificultades en la valoración del consumo de recursos naturales, no provienen de una inconsistencia en la Teoría General del Costo, sino que por lo contrario, ésta es el marco natural, para posibilitar una cabal comprensión de la naturaleza económica del costo.
El gran reto al que se enfrentan los agentes económicos es el de encontrar un componente monetario para estos recursos. Seguramente en la medida que la doctrina defina un concepto de “valor”, para bienes que solían ser clasificados, desde el punto de vista económicos, como bienes “libres”, se lograría una utilización más eficiente de los mismos, lo que redundaría en beneficios para la sociedad en su conjunto.
Como reflexión, merece transcribir, por la claridad de su exposición, lo expresado por W. Séller
Séller, W. Diccionario de Economía Política. Editorial Labor SA, Tercera edición, Barcelona, 1965 en su Diccionario de Economía Política: “ Una definición de bien, generalmente aceptada, es la de toda cosa capaz de satisfacer las necesidades humanas. Esta definición, amplia y sencilla, no nos permite conocer las características de un bien, ni tampoco el carácter de la relación entre necesidad y bien. Por ello la ciencia económica aceptó la célebre definición de Carl Menger: Son bienes las cosas reconocidas como aptas para la satisfacción de las necesidades humanas y disponibles para tal función. Es así la idea de necesidad, satisfacción y disponibilidad de una cosa la que se encuentra en el fondo del concepto del bien. Pero de los distintos bienes existen cantidades diferentes. De algunos de ellos los hay en tal abundancia que superan la cantidad requerida por los individuos, y otros, en cambio, se caracterizan por su escasez. La obtención de los segundos entraña un acto económico y se les denomina bienes económicos, mientras que a los primeros se les califica como bienes libres o no económicos. La diferenciación señalada no es absoluta y depende de circunstancias particulares y relativas, por ejemplo: el aire es un bien libre en condiciones normales de vida, pero es un bien económico en el fondo de una mina”
En un incuestionable razonamiento, W. Séller en otros párrafos de la obra de referencia, continúa citando a Menger : Es sólo nuestro juicio sobre la utilidad de las cosas lo que las convierte en bienes.
No es parte del alcance de este trabajo la polémica económica sobre que conceptos pueden calificarse como bienes, sin embargo, cabe destacar que coincidimos con la doctrina actual en reconocer la intangibilidad de ciertos bienes.
Lo que se evidencia paulatinamente, es que ciertos bienes, que solían ser denominados “bienes libres” por la teoría económica, hoy no parecen poseer esta característica . En la medida que los antiguamente llamados bienes libres se tornen escasos, y se tornaran escasos, los mismos se transformarán en “bienes económicos”, y en el marco de la Teoría General del Costo, adquirirán un valor de mercado proporcional a la escasez, o lo que lo subyace, será posible determinar su componente monetario.
La cuantificación de dicho valor, se torna un reto en la práctica contable de hoy en día, a raíz del componente aún subjetivo del mismo.
La importancia relativa que han adquirido los llamados “costos ambientales”, torna significativa su medición , desagregación y asignación para una mejor administración de los mismos. Si consideramos que gran parte de los denominados “ costos ambientales” se incluirían como costos indirectos, es fundamental la elección que realice la empresa del método de asignación a utilizar, ya que cualquier asignación arbitraria podría generar resultados distorsionados, tanto a nivel de productos, procesos, actividades o cualquier objeto que se quiera costear.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y WEB VISITADAS
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